Creación de la cámara secreta.




21-08-1890

Durante el gobierno de José Manuel Balmaceda Fernández (1886-1891), se dicta un texto legal que regula varios elementos del proceso electoral. La ley lleva por título “Lei de elecciones” y no tiene número asociado. Esta ley pretende reforzar el secreto del voto y establece mayores limitaciones al fraude electoral que practicaba el Poder Ejecutivo. Aborda la forma en la cual votaban los ciudadanos, el recuento de votos y el método para determinar los ganadores y perdedores de la elección. También se eliminaron las boletas de calificación, las cuales se habían prestado para las suplantaciones de electores, que se sustituyó por la firma del elector en el Registro de Electores, lo cual evitó los robos de los boletos y la mala utilización de éstos. A su vez, el voto acumulativo, que se aplicaba sólo para la elección de diputados, se hizo extensivo a la de senadores, electores de presidente y regidores, lo cual hizo desaparecer el sistema de listas completas, generando que disminuyera considerablemente la acción interventora del poder ejecutivo. Por otra parte, estableció que las votaciones de senadores y diputados se realizaran en el mismo periodo, votando en una misma cédula. Pero sin duda, lo más relevante de esta ley electoral es la creación de la “cámara secreta”, el cual se definió en un principio como un “pupitre aislado” –alejado de la mesa receptora de sufragios-, donde el votante no podía demorar más de un minuto en él. El pupitre aislado debía tener boletas de todas las candidaturas, aunque el elector debía introducir el voto de su preferencia en un sobre. Luego, debía trasladar el sobre con la boleta hasta la mesa, y el propio elector debía introducirlo en la urna, lo que cambiaba la práctica anterior, que permitía hacerlo al presidente de la mesa. Con ello, se instituía un sistema que existió hasta la reforma electoral de 1958. En definitiva, esta ley fue muy relevante porque “estableció el resguardo necesario para evitar la intervención electoral en todas sus dimensiones: ya sea por parte del Ejecutivo, como por aquellos que ofrecían dinero por el voto. Este cambio permitió darle al elector la posibilidad de acceder a la mesa receptora sin impedimentos, además de su independencia en el acto de elegir; y con ello una mayor competencia entre los partidos políticos por el voto de los ciudadanos.” La reforma electoral de 1890, en definitiva, sentó las bases para la creación de un proceso electoral que cumplía los requisitos mínimos del régimen democrático en Chile. A pesar de esta reforma, el tamaño del electorado continuó representando una minoría: entre 1894 y 1924, en promedio, votó un 5,5% de la población total, considerando solo la población masculina adulta. Respecto al ámbito territorial, se establece la creación de las agrupaciones departamentales, que existieron con esa denominación hasta 1973. De acuerdo a un autor, estas agrupaciones se crearon “no ya obedeciendo a una razón de población sino en consideración a un interés político: las minorías, insuficientes para obtener representación en un solo departamento, podrían obtener representación agrupando dos o más departamentos”. En consecuencia, se distingue una transformación de la noción de representación territorial en la política chilena, dando espacio a partidos pequeños y protegiendo a las minorías.


Citas en orden de aparición:
-http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1050020
-Samuel Valenzuela, “La ley electoral de 1890 y la democratización del régimen político chileno”, Estudios Públicos, N°71, 1998, p. 275.
-Evolución de las Leyes y Reformas electorales entre 1891-1989: las normas que dieron origen a nuestro actual sistema. En: http://www.senado.cl/evolucion-de-las-leyes-y-reformas-electorales-entre-1891-1989-las-normas-que-dieron-origen-a-nuestro-actual-sistema/prontus_senado/2013-11-15/123449.html#vtxt_cuerpo_T1
-Elecciones en Chile: desde el voto a viva voz y las cédulas de suscripción a la cámara secreta. En: http://www.senado.cl/elecciones-en-chile-desde-el-voto-a-viva-voz-y-las-cedulas-de-suscripcion-a-la-camara-secreta/prontus_senado/2013-10-30/173727.html#vtxt_cuerpo_T0
-Samuel Valenzuela, “La ley electoral de 1890 y la democratización del régimen político chileno”, Estudios Públicos, N°71, 1998, p. 275.


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