Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. CUENTA
- ACUERDOS DE COMITÉS
- IV.
ORDEN DEL DÍA
-
EFECTOS DE TERREMOTO Y
TSUNAMI
EN ZONA CENTRO-SUR DE CHILE
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Juan Antonio Coloma Correa
- INTERVENCIÓN : Carlos Ominami Pascual
- INTERVENCIÓN : Jose Garcia Ruminot
- INTERVENCIÓN : Guido Girardi Lavin
- INTERVENCIÓN : Baldo Prokurica Prokurica
- INTERVENCIÓN : Jaime Naranjo Ortiz
- INTERVENCIÓN : Antonio Horvath Kiss
- INTERVENCIÓN : Carlos Cantero Ojeda
- INTERVENCIÓN : Miguel Adolfo Zaldivar Larrain
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Hosain Sabag Castillo
- INTERVENCIÓN : Juan Pablo Letelier Morel
- INTERVENCIÓN : Sergio Mariano Ruiz Esquide Jara
- INTERVENCIÓN : Andres Pio Bernardino Chadwick Pinera
- INTERVENCIÓN : Victor Perez Varela
- INTERVENCIÓN : Miguel Adolfo Zaldivar Larrain
-
EFECTOS DE TERREMOTO Y
TSUNAMI
EN ZONA CENTRO-SUR DE CHILE
- PETICIONES DE OFICIOS
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 357ª
Sesión 85ª, en miércoles 3 de marzo de 2010
Especial
(De 16:10 a 19:19)
PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES JOVINO NOVOA VÁSQUEZ, PRESIDENTE,
Y CARLOS BIANCHI CHELECH, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
Pág.
I. ASISTENCIA.....................................................................
II. APERTURA DE LA SESIÓN.............................................
III. CUENTA............................................................................
Acuerdos de Comités...........................
IV. ORDEN DEL DÍA:
Efectos de terremoto y en zona centro-sur de Chile.......................
tsunami
Peticiones de oficios (se anuncia su envío)......................
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Alvear Valenzuela, Soledad
--Arancibia Reyes, Jorge
--Bianchi Chelech, Carlos
--Cantero Ojeda, Carlos
--Chadwick Piñera, Andrés
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Escalona Medina, Camilo
--Flores Labra, Fernando
--García Ruminot, José
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Girardi Lavín, Guido
--Gómez Urrutia, José Antonio
--Horvath Kiss, Antonio
--Kuschel Silva, Carlos
--Larraín Fernández, Hernán
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Matthei Fornet, Evelyn
--Muñoz Aburto, Pedro
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Novoa Vásquez, Jovino
--Núñez Muñoz, Ricardo
--Ominami Pascual, Carlos
--Orpis Bouchón, Jaime
--Pérez Varela, Víctor
--Pizarro Soto, Jorge
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Vásquez Úbeda, Guillermo
--Zaldívar Larraín, Adolfo
Concurrieron, además, los Ministros del Interior ; señor Edmundo Perez Yoma y de Hacienda , señor Andrés Velasco Brañes, y el Subsecretario de la Secretaría General de la Presidencia , señor Edgardo Riveros Marín.
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario subrogante, el señor Mario Labbé Araneda.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 16:10, en presencia de 19 señores Senadores.
El señor NOVOA (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. CUENTA
Oficios
Tres de la Honorable Cámara de Diputados:
Con los dos primeros comunica que ha prestado su aprobación a las siguientes iniciativas:
1.- Proyecto de acuerdo que aprueba la Convención de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y sus protocolos suplementarios números 1 y 2 (boletín N° 6.818-10).
2.- Proyecto de acuerdo que aprueba el Acuerdo entre la República de Chile y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico sobre privilegios, inmunidades y facilidades otorgadas a la organización (boletín N° 6.817-10).
--Pasan a la Comisión de Relaciones Exteriores y a la de Hacienda, en su caso.
Con el tercero informa que ha aprobado, con las excepciones que indica, las modificaciones propuestas por el Senado, en el segundo trámite constitucional, al proyecto que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en materia de acuicultura (boletín N° 6.365-21) y comunica la nómina de los señores Diputados que integrarán la Comisión Mixta que ha de formarse.
--Se toma conocimiento y se designa a los señores Senadores miembros de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura para que integren la referida Comisión Mixta.
Comunicaciones
De los señores Presidentes del Congreso de la República del Perú; del Senado de la República de Polonia, y del Parlamento Latinoamericano, con las cuales expresan su pesar y sentidas condolencias por la lamentable pérdida de vidas humanas y daños materiales provocados por el terremoto ocurrido en el país.
--Se toma conocimiento y se remitirá una nota de agradecimiento a dichos Parlamentos.
El señor NOVOA (Presidente).- Terminada la Cuenta.
El señor LARRAÍN.- ¿Me permite, señor Presidente?
Por no haber alcanzado a hablar con Su Señoría antes del inicio de esta sesión, quiero solicitar que, dada la magnitud del drama que hemos vivido, el Senado inicie su labor guardando un minuto de silencio.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Así se hará, señor Senador, después de dar lectura a los Acuerdos de Comités.
Tiene la palabra el señor Secretario.
ACUERDOS DE COMITÉS
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).- En sesión celebrada hace unos instantes, los Comités acordaron, por unanimidad, lo siguiente:
1) Dar la palabra en primer lugar al señor Ministro del Interior y, cuando él tenga que retirarse, autorizar al señor Subsecretario General de la Presidencia para que intervenga.
2) Dividir el tiempo de la sesión en proporción al número de Senadores que integra cada Comité.
3) Abrir un nuevo plazo para presentar indicaciones al proyecto de ley sobre creación del Tribunal Ambiental, hasta el lunes 8 de marzo, a las 12.
IV. ORDEN DEL DÍA
EFECTOS DE TERREMOTO Y TSUNAMI EN ZONA CENTRO-SUR DE CHILE
El señor NOVOA ( Presidente ).- Informo a la Sala que el lunes pasado tomé contacto con el señor Ministro del Interior a fin de concordar la realización de esta sesión especial y de que el Senado tenga información completa sobre los efectos que está sufriendo nuestro país a consecuencia del terremoto, y de que los señores Senadores, especialmente los de las zonas más afectadas, puedan hacer sus planteamientos.
Ese es el propósito de la presente sesión.
Antes que nada, solicito guardar un minuto de silencio como homenaje a las víctimas del sismo.
--La Sala guarda un minuto de silencio.
El señor NOVOA (Presidente).- Muchas gracias.
Tiene la palabra el señor Ministro del Interior.
El señor PÉREZ ( Ministro del Interior ).- Señor Presidente , concurro a esta sesión para dar a conocer a las señoras Senadoras y a los señores Senadores la intensidad de la tarea a la cual hemos estado abocados en estos últimos cuatro días. En efecto, aunque parezca un largo tiempo, solo han transcurrido poco más de 96 horas desde ocurrido el fenómeno telúrico.
Por lo tanto, no es el momento de buscar responsabilidades ni nada que se le parezca, sino de dedicarnos por entero a enfrentar la emergencia que la naturaleza nos ha puesto como prueba.
Entiendo que también es esa la finalidad que persigue esta rama del Congreso al convocarnos hoy. Así lo hablamos con el Presidente de la Corporación cuando nos pusimos de acuerdo para realizar esta sesión.
En mi intervención relataré hechos, dejando de lado cualquier elemento especulativo, en atención a que estamos en presencia de la mayor catástrofe natural que el país ha vivido en su historia si consideramos combinadamente la extensión territorial, la población afectada y la duración e intensidad del terremoto.
Algunos datos grafican la magnitud de la catástrofe. Hasta ahora se registran 802 víctimas fatales: 587 corresponden a la Región del Maule; 92, a la del Biobío; 48, a la de O ´Higgins ; 38, a la Metropolitana; 23, a la de Valparaíso, y 14, a la de La Araucanía.
El movimiento terrestre tuvo una duración de 140 segundos y afectó al 79,2 por ciento de la población nacional, que equivale a 13 millones 540 mil habitantes, quienes viven entre Valparaíso y la Novena Región.
La zona amagada corresponde a 630 kilómetros, distancia que media entre Puerto Montt y el norte de Temuco.
En las Regiones de la catástrofe hay 94 establecimientos hospitalarios, de los cuales 8 están inhabilitados: los de Putaendo, Angol , Lebu , Parral , Hualañé, Curicó , Lota y el Félix Bulnes, de Santiago. Además, 10 quedaron con importantes daños y están siendo evaluados. Afortunadamente, 76 se encuentran operativos y sin mayores dificultades.
Por otra parte, hemos tenido graves problemas con el suministro de servicios básicos que se han visto interrumpidos.
Se observan serias dificultades en el abastecimiento de agua potable para las Regiones del Maule y del Biobío.
Los servicios eléctricos también registraron problemas desde la Región Metropolitana hasta la del Biobío. Importantes ciudades todavía no cuentan con el cien por ciento de suministro. Algunas, como Concepción, carecen de abastecimiento en toda su extensión, y no lo tendrán hasta algunos días más. No hemos podido conseguir por parte de las distribuidoras eléctricas una estimación acerca de cuándo se restablecerá el servicio en esa ciudad.
El problema de la distribución eléctrica agrava la situación, pues aparejado a ello está lo concerniente al agua potable. Sin energía no hay agua, ni tampoco comunicaciones; el orden público se ve afectado, porque no existe alumbrado público. En fin, hoy por hoy nuestro "talón de Aquiles" se halla en la distribución eléctrica. En tal sentido, en primer término, hay que aclarar que lo relativo a generación de electricidad está absoluta y totalmente resuelto; en cuanto a la transmisión de ella, podemos hacerla llegar a todas las zonas del país, pero con cierto grado de precariedad. ¿A qué me refiero con "precariedad"? A que nos hemos tenido que saltar algunos circuitos y conectarlos en forma directa, con lo cual, en caso de algún tipo de tormenta eléctrica o algo parecido, tendremos problemas complicados.
Las comunicaciones también han presentado dificultades desde Valparaíso hasta La Araucanía. Ese aspecto aún no lo hemos resuelto, especialmente en la Región del Maule y en la del Biobío, debido a que no contamos con energía suficiente.
En materia de infraestructura, se registraron importantes daños a partir de la Región Metropolitana hasta la de Los Ríos. Son 50 los puntos críticos en la Ruta de la Madera, de los cuales 10 son considerables.
Además, la vía interportuaria de dicha Región fue cerrada por el desplazamiento de una viga en el puente La Ballena.
En esto de la infraestructura, quiero adelantar una opinión personal, la que podrá ser discutida o refrendada por los técnicos en los próximos días.
Tengo la impresión de que, considerando la magnitud del sismo que experimentamos, la infraestructura del país resistió bastante bien. Estamos en presencia de lo que se ha calificado como el quinto sismo de mayor trascendencia en la historia del mundo. Personalmente, con la poca experiencia que tengo al respecto, estimo que los problemas surgidos los hemos estado superando relativamente bien, a pesar de los inconvenientes que hemos estado experimentando.
El principal aeropuerto del país no sufrió daños importantes, pero sí el terminal de pasajeros. Recién ayer se reiniciaron los vuelos nacionales y en este momento todas las pistas de aterrizaje de Chile se hallan en condiciones de funcionar.
De otro lado, los puertos de Juan Fernández, Talcahuano y San Vicente se encuentran cerrados. No pueden operar. Sin embargo, el resto de los puertos de la Región y casi todos los del país pueden trabajar en forma normal.
Estos son algunos de los datos atinentes a la magnitud de la catástrofe. Posteriormente, el Subsecretario señor Riveros se referirá en detalle a cada uno de los puntos, aportando una cantidad importante de pormenores precisos.
En cuanto al desarrollo de los hechos, debo informar que, ocurrida la tragedia, la Presidenta de la República se constituyó en la ONEMI entre las 4 y 4:15 de la mañana; el Subsecretario del Interior llegó casi a la misma hora y el resto de los Ministros se fueron incorporando de manera paulatina. Como yo estaba en la Quinta Región , sólo pude arribar a la Oficina Nacional de Emergencia un poco antes de las 7.
Lo primero que solicitamos fue llevar a cabo una inspección ocular de lo que estaba sucediendo, porque, desde el primer momento, comprobamos que había una falla de suma trascendencia, la cual ha permanecido vigente en estos días: dice relación a la imposibilidad de comunicarnos real y efectivamente con las zonas más afectadas. Y si bien se ha ido resolviendo, aún tenemos varias dificultades en el sistema.
Dicha inspección ocular se pudo iniciar a las 9 A.M., pues recién a esa hora la Fuerza Aérea estuvo en condiciones de poner a disposición de la Presidenta de la República un helicóptero. Luego, a las 10, se nos facilitaron tres aparatos más, a fin de cubrir las zonas más amagadas. Antes de eso fue imposible volar, porque los pilotos no llegaban y se presentaron inconvenientes de distinta índole. Por lo tanto, no podíamos iniciar la inspección que nos era absolutamente imprescindible.
La falta de información y lo confusa de ella ha constituido una de las características del problema y que no hemos logrado resolver de manera oportuna.
Inclusive hoy, nuevamente, a pesar de que ya estamos a cuatro días del terremoto, recibimos la información -repetida por los medios de comunicación- de que, a causa de un nuevo sismo grado 6 que afectó a Concepción, se iba a producir un tsunami. Los bomberos se asustaron por el eventual peligro de ese fenómeno. Tal noticia fue recogida por la televisión nacional, la que empezó a difundirla, lo cual nos creó, hace una hora, una reacción de pánico muy complicada.
Reitero que la falta de información y lo confuso de ella han constituido un factor bastante grave en esta catástrofe.
De otra parte, ha habido dificultad para trasladarse por tierra, debido a la caída de puentes.
La Ruta 5 Sur estuvo inhabilitada el primer día. Hubo que despejarla al igual que la Norte, ya que algunas pasarelas se cayeron. Sin embargo, ambas vías se encuentran totalmente disponibles y se pueden recorrer desde Arica hasta Puerto Montt, pero con dificultades. No así los caminos que unen la Ruta 5 Sur con algunos de los sectores costeros, donde todavía hay muchas complicaciones.
Vuelvo a repetir: la falta de distribución de energía -lo que, a su vez, influye en el reparto de agua y en las comunicaciones- ha sido un "talón de Aquiles" muy importante, que habrá que analizar en los días y meses venideros, para determinar lo que ha pasado y qué hay que resolver y mejorar para enfrentar este tipo de situaciones.
Antes de entrar a analizar las iniciativas para ir en ayuda de los damnificados, quiero hacer una cronología de las decisiones que hemos ido adoptando.
El día sábado declaramos zona de catástrofe desde la Quinta hasta la Octava Regiones. Estuvimos analizando la posibilidad de establecerla esa misma noche; pero, por conversaciones con representantes del Ejército y otras autoridades, no se hizo, debido a que el número de efectivos disponibles en Concepción no era suficiente para imponer el toque de queda en forma eficiente. No había la cantidad de gente necesaria para cubrir todos los puntos conflictivos y para que tal medida resultara la adecuada.
El mismo sábado se inició el traslado de uniformados desde distintos lugares hacia la ciudad de Concepción, especialmente aquellos provenientes de más al sur del territorio y que contaban con mejores facilidades de desplazamiento. Empezaron a llegar el domingo. Sin embargo, recién ayer en la madrugada logramos contar con una fuerza importante. El lunes se estableció el toque de queda pero en forma todavía precaria. No obstante, y afortunadamente, el efecto disuasivo de la presencia de los militares en las calles fue suficiente para no tener problemas. Si no hubiéramos contado con los 7 mil efectivos que tuvimos ayer y los 5 mil que había en la zona del Maule, el toque de queda hubiera sido bastante quimérico.
Los dos Jefes de Plaza están absolutamente conformes con el número de efectivos de que disponen y me han garantizado que el orden público en esa zona está asegurado.
El mismo día domingo se iniciaron los contactos para efectuar una compra masiva de alimentos, con todas las dificultades del caso, porque en ese momento mucha gente estaba fuera de Santiago y tuvo problemas para volver. Nos costó muchísimo encontrar a los responsables de las cadenas de supermercados, a los gerentes de las empresas. Pero finalmente se dio comienzo al proceso de compra y al logístico, que es muy complicado, en orden a tender un verdadero puente aéreo hacia las zonas afectadas, el cual se hizo casi totalmente efectivo el día de ayer. En efecto, estamos llegando a gran parte de ellas, si bien hay algunas a las que se arribará recién a partir de hoy. Creo que dentro de las próximas horas esto quedará completamente resuelto.
También, entre otras iniciativas, hemos desarrollado las siguientes.
Hasta ahora, hemos despachado cerca de 8 mil toneladas de ayuda humanitaria. Cuatro mil de ellas corresponden a alimentos y agua. La barcaza "Rancagua" y las fragatas "Williams" y "Cochrane" de la Armada zarparon del puerto de Valparaíso con materiales, elementos de ayuda y alrededor de mil 200 toneladas de víveres, además de una sección de marinos y buzos tácticos, con el objeto de entregar apoyo a la comunidad afectada entre Boyeruca y Cobquecura.
Personal del SHOA también realiza una evaluación hidrográfica en la bahía de Talcahuano.
Los buzos tácticos se hallan destinados, fundamentalmente, a la recuperación de los cadáveres que el mar está devolviendo o en proceso de devolver. No tenemos ninguna estimación de la cantidad de gente que esté desaparecida o muerta por efectos del tsunami.
Esta tarde llegará a Talcahuano la barcaza "Valdivia", proveniente de Valparaíso, con 24 toneladas de alimentos no perecibles y diversos materiales de ayuda.
Tal como decía anteriormente, 13 mil 128 efectivos de las Fuerzas Armadas se han desplazado a las Regiones afectadas y cumplen labores de orden público y despacho de elementos. Diez mil de ellos se encuentran en las Regiones del Maule y del Biobío, de los cuales 7 mil 350 han sido desplegados como refuerzo en la zona de catástrofe.
Se han trasladado en forma permanente 50 aeronaves pertenecientes a las Fuerzas Armadas y de Orden, asumiendo labores de transporte de víveres y de puente aéreo hacia las zonas más dañadas por el sismo y posterior tsunami.
El nuevo Estado Mayor Conjunto de la Defensa ha estado operando -y bastante bien-, no solo en la coordinación del envío de los alimentos y elementos necesarios, sino también en la distribución y asignación de los lugares más afectados, a efectos de decidir a cuáles se va primero y a cuáles después. Verdaderamente, tratándose de una institución que recién se ha puesto en marcha, su apoyo ha sido muy bueno y efectivo.
Por otro lado, se han desplazado 450 voluntarios de Bomberos entre las ciudades de Talca y Concepción.
La Policía de Investigaciones (PDI) está apoyando las labores de identificación y de orden público en los lugares más complejos. Hay siete funcionarios en Juan Fernández : 5 para el rescate y 2 para la identificación. En Llolleo existe una fuerza de tarea de 20 efectivos para la búsqueda de personas, y en Concepción, una de 16 efectivos destinada al apoyo de las labores de orden público.
Asimismo, es necesario destacar la colaboración que hemos recibido de los fiscales, que nos ha permitido la identificación de los cuerpos solo con las huellas dactilares y otros elementos, saltándose algunos pasos, a fin de acelerar el proceso. Y ya contamos con una lista de personas identificadas.
Se han dispuesto hospitales móviles en Talca, Rancagua , Curanilahue, Constitución, Curicó y Chillán . Y desde la ONEMI de la Región de Los Lagos se desplazaron 7 camiones aljibe a Concepción y 3 a Temuco, además de haberse arrendado todos los disponibles en la zona.
Hasta ahora, hemos instalado 68 albergues en total entre las Regiones de Valparaíso y del Maule.
Ya nos referimos a los toques de queda. Como Sus Señorías saben, en Concepción y Talcahuano ellos van entre las 18 y las 12 del día siguiente; y en Curicó, Sagrada Familia y Talca, entre las 0 y las 6.
El establecimiento y la duración de los toques de queda, como siempre, son responsabilidad del Jefe de Plaza correspondiente.
¿Cuáles han sido, fuera de las que ya he mencionado anteriormente, las dificultades objetivas que hemos tenido?
Dejando a un lado las relativas a la energía eléctrica, con sus consecuencias de falta de agua, de comunicaciones y de alumbrado público, y el consiguiente temor que produce la oscuridad en la población, puedo decir que hemos estado expuestos a todo tipo de rumores. Por ejemplo, ayer en Santiago el comercio cerró mucho más temprano porque se corrió la voz de que venían hordas a saquear el centro, en circunstancias de que en la Capital se registraron menos delitos que en un día normal.
Sin embargo, se produjo una psicosis: en ciertos barrios hubo gente que se armó, que salió a las calles. A mí me llamaron varias veces, inclusive a mi casa, personas que me daban bastante credibilidad diciéndome que estaban presenciando cómo se saqueaba un supermercado ubicado en el paradero 18 de la Gran Avenida. Llamé a Carabineros, mandamos gente para allá: por fortuna, un pelotón del GOPE se encontraba en el paradero 19. Y a los 10 minutos me señalan: "Perdone, Ministro , pero aquí no hay absolutamente nadie".
Ese tipo de acciones se repitió hasta el infinito. Todos los sistemas de llamados de emergencia estaban colapsados, con gente reportando cosas que nada tenían que ver.
Desgraciadamente, los medios de comunicación se han hecho eco de muchas informaciones obtenidas a través de Twitter,blogs o Internet, sin chequear realmente el origen, lo cual también ha provocado una cantidad gigantesca de problemas, como el que se generó hace una hora en la zona sur por una falsa alerta de tsunami.
Asimismo, el deterioro de la red vial ha sido un obstáculo para llegar rápidamente a todos los lugares que lo necesitan.
Sin embargo, hay algo bastante más complicado -a mi juicio, ello da cuenta de la magnitud que alcanzó este sismo-: la falla total en el sistema de comunicaciones. Porque una cosa es que fallen los celulares o algún tipo de conexión, pero cuando simultáneamente lo hacen las redes informativas de Carabineros, de la Armada, del Ejército y el país queda por completo incomunicado, o estamos ante un sismo extraordinariamente grande o tenemos una debilidad que seguramente habrá que analizar y computar con más tiempo y rigurosidad.
También hemos experimentado problemas con las empresas distribuidoras de agua y energía, no porque no hayan querido cooperar, sino porque ellas, a su vez, han enfrentado dificultades enormes: les ha costado mucho armar sus equipos de emergencia; buena parte de su gente estaba de vacaciones; muchos funcionarios sufrieron daños personales; otros se hallaban bastante complicados por los efectos del sismo. Y solo a partir del día de ayer estas empresas se encuentran en plena capacidad operativa para reparar los sistemas que están a su cargo.
Finalmente, tenemos la descoordinación que se produjo con la alarma de maremoto, a lo cual no deseo referirme más porque considero que ya fue suficientemente explicado y es una cuestión que también habrá que analizar en el futuro, cuando se disponga de mayor información.
Para terminar, antes de que intervenga el señor Subsecretario General de la Presidencia, vuelvo a repetir que este sismo, por su intensidad, por la gran cantidad de territorio y de población que afectó, tiene pocos precedentes en la historia mundial.
Nosotros estábamos acostumbrados a movimientos telúricos localizados en ciertas Regiones. Siempre se ha hablado de los terremotos "de Chillán", "de Valdivia", "de Valparaíso", y suma y sigue. Pero hoy por hoy no sé cómo denominar a este: no sé si llamarlo "de Valparaíso", "de Constitución", "de Talca", "de Concepción", en fin.
Se trató de un movimiento muy generalizado, lo que no había ocurrido antes en la historia de nuestro país.
Por eso, ante la magnitud inédita de la presente catástrofe y la necesidad de que confluya la voluntad activa de las fuerzas políticas para hacerle frente, todos debiéramos mostrar una disposición por colaborar que facilite las acciones que se habrá de llevar a cabo en la inmensa tarea de la reconstrucción.
Este es el momento de mostrar generosidad, en que todos los intereses deben subordinarse para sacar adelante a Chile y a su gente.
Muchas gracias.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Conforme a lo resuelto por los Comités, sus integrantes intervendrán después de la exposición del señor Ministro del Interior , y si este debe retirarse, las inquietudes de Sus Señorías serán contestadas por el señor Subsecretario General de la Presidencia .
En este momento hay nueve señores Senadores inscritos, a quienes les daré la palabra dentro del tiempo que le corresponde a cada Comité.
El Comité Partido Socialista dispone de 19 minutos, y se han inscrito dos de sus miembros.
El señor GAZMURI.- Tres: quien habla y los Senadores señores Naranjo y Letelier, que representamos a zonas afectadas por el sismo. Y nos dividiremos el tiempo, señor Presidente.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.- Como dispongo de muy poco tiempo, intentaré ser lo más telegráfico posible.
Señor Presidente , he realizado un largo recorrido por mi Región durante los últimos días y participé muy activamente en el Comité de Emergencia Regional, que presiden el General Pesse y el Intendente. Por tanto, hasta donde resulta factible, tengo una visión relativamente directa y personal de la catástrofe, que ha afectado a todo el país, pero de manera muy particular a la Región del Maule , en especial a las provincias de Curicó y de Talca, y sobre todo a su zona costera.
Lo primero que me impresiona es la cantidad de dolor humano que vive el millón de habitantes de la Región del Maule, no solo por el altísimo tributo en vidas que se ha pagado -cerca ya de 600 víctimas, casi 80 por ciento del total-, sino además por la incertidumbre que produce el hecho de que todavía no sabemos cuánta gente se ha llevado el mar y cuánta aún está bajo los escombros, particularmente en Constitución y en muchas localidades aisladas de esta Región agrícola, donde todavía no hay comunicación.
En segundo lugar, me impacta la angustia de miles de habitantes de la más distinta condición que perdieron casas y enseres y hasta anoche han vivido, en su mayoría, completamente incomunicados. No solo están pernoctando en las calles aquellos cuyas viviendas fueron destruidas, sino también quienes, por miedo, no vuelven a entrar a una casa para no tener que vivir a oscuras con réplicas que se repiten todo el tiempo.
Señalo aquello porque no lo veo ni en la prensa ni en el discurso.
Tenemos millones de chilenos que sufren una situación de extraordinaria angustia, de sentido de abandono de Dios y de los hombres.
Por tanto, a lo primero que deseo llamar aquí es a tener en cuenta este dato: hay que acudir con prontitud, pero también con compasión, con certeza, con solidaridad, con generosidad.
La capacidad de generar pánico es facilísima. Y veo que algunos medios de comunicación e incluso líderes políticos anticipan lo que podría venir una vez que se resuelva el problema de los saqueos. Ellos dicen: "Ahora se van a ir sobre los barrios ricos". ¿Y qué hace la gente de estos sectores? Se arma de palos. Y si escucha un ruido cree que está sucediendo en efecto.
Debo decir que en Talca no se ha registrado ningún hecho grave en materia de seguridad, salvo dos o tres saqueos, muy limitados, en el centro de la ciudad. Evidentemente, el toque de queda ayudó mucho.
Solo deseo hacer esa precisión, señor Presidente .
No politicemos la presente situación. Se lo digo con mucha fraternidad a mis colegas de la Oposición. Porque Sus Señorías estarán gobernando el país en una semana más, y muchas cuestiones tampoco se podrán resolver en los días que nos quedan, pues la catástrofe es de tal magnitud que no existe una solución mágica.
En consecuencia, lo más irresponsable sería politizar lo ocurrido. Lo que se necesita es hacer calma y ayudar a resolver los problemas inmediatos que nos afligen. Eso requiere una actitud humana y política a la que realmente invito. Porque costará mucho salir de esta catástrofe. Y podemos hacerlo.
Habrá tiempo para determinar responsabilidades y estudiar un plan de reconstrucción. Pero hoy lo fundamental es acudir con presteza a resolver los problemas básicos de luz, de agua potable, de seguridad, de alimentación, de vivienda de emergencia, y, sobre todo, a dar tranquilidad espiritual, a fin de que la gente vea que, como país, podemos reconstruir lo que se ha destruido.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente , llego a esta sesión luego de recorrer Constitución, Iloca , Talca, Curicó , Molina , San Rafael , Río Claro, y reconozco que vengo con el corazón destrozado: ¡nunca había visto algo así!
Creo que ahora todos los Senadores somos distintos de como éramos. Existe un antes y un después. Y creo que aquella es una señal dramática en la vida de todos nosotros.
Por eso encuentro tan importante que se celebre esta sesión. En los medios de comunicación han aparecido incluso críticas al Presidente del Senado por haberla convocado. Sin embargo, a mí me parece fundamental, porque nuestra actividad no solo es electoral o legislativa, sino también representativa. Y, cuando uno observa situaciones como las mencionadas, callarlas o decirlas en 15 días más significaría un incumplimiento de la función parlamentaria.
Señor Presidente, estimo que en este drama había cosas inevitables.
La brutalidad del terremoto, por su intensidad, era inevitable. No estábamos acostumbrados ni menos preparados para algo de tal magnitud. Y, obviamente, todo lo que de ahí deriva parte de esa verdad esencial.
También era inevitable su extensión a tantas personas, cuestión que asimismo forma parte del contexto en que se da el problema.
O sea, nos encontramos ante una calamidad.
Pero, junto a lo anterior, señor Presidente , tengo la convicción más absoluta de que sí ocurrieron hechos evitables. Y es ahí donde creo que al Senado le corresponde advertir situaciones que en Chile no pueden volverse a repetir y que deben ser corregidas.
Lo primero -dentro del poco tiempo de que dispongo- es la alerta temprana.
El Ministro del Interior dio por despachado este asunto en veinte segundos. Yo no. Vi la diferencia entre Iloca y Constitución. Estuve en el barro. En Iloca se destruyó el 80 por ciento de la ciudad, y no hubo ni un muerto -a la distancia, a metros de allá, se descubrieron ayer dos cadáveres-, porque un sargento de Carabineros -y es bueno decirlo-, cuando advirtió visualmente lo que ocurría, dado que la tenencia se encuentra situada cerca de la zona costera, salió con un megáfono a recorrer la ciudad y obligó a la gente a subir a los cerros. Y no hay, a diferencia de Constitución, ningún fallecido a raíz del tsunami .
Señor Presidente , estoy hablando en nombre de una comuna que ha perdido 350 personas hasta ahora. Quienes hemos estado allá sabemos que un número indeterminado de gente, probablemente turistas, ha padecido una situación dramática. Y la mayoría falleció por causa del tsunami . Ahí no hubo capacidad de alerta, por lo que murieron centenares de compatriotas.
Entonces, lo que no entiendo -y es algo que el Senado debe determinar- es qué ocurrió. Porque la Armada dice que envió una alerta en su momento, y posteriormente un fax. Y la conversación con la Presidenta respecto de si mantenía o no la alerta de tsunami fue 40 minutos después de que este se produjera. O sea, esto último es completamente irrelevante. El asunto es por qué, habiéndose dado aviso -a menos que alguien esté falseando los hechos-, no se alerta al país.
Y señalo lo anterior con el dolor que me causa el haber visto muchos cadáveres.
No hablo de cosas fáciles, porque me duele en demasía: ¡me tocó ver muchos cadáveres!
Y esta pregunta la quiero transmitir acá, puesto que nosotros a lo menos debemos llevar una respuesta más potente a nuestra zona, a nuestras Regiones. No nos podemos quedar con la explicación de que simplemente hay una zona gris. ¡Aquí no puede haber zonas grises, señor Presidente!
Una segunda cuestión evitable tiene que ver con la seguridad de las personas.
Yo presencié algo distinto de lo que señaló el Senador que me antecedió en el uso de la palabra. Me tocó ver el saqueo a cinco metros, en Constitución específicamente: ¡a cinco metros! No podía creerlo. Muchos vecinos tampoco daban crédito a lo que estaba ocurriendo. Y observamos la absoluta incapacidad, en esa instancia, de poder enfrentar un drama que rompe la moral. Porque una cosa es el terremoto físico, que mata a las personas y destruye las viviendas, y otra, el terremoto moral, que genera una inseguridad dramática en la gente que ahí se encontraba. Y eso era evitable. Porque tal situación se superó a partir del toque de queda y en el momento en que las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de la norma legal, salieron a patrullar las calles.
Entonces, la pregunta es por qué esto último no se hizo antes.
El Ministro del Interior ha dicho que ahora se encuentran en la zona 4 mil efectivos.
Yo estuve ayer con el General Pesse y hablé hoy día con él, y hay 2 mil uniformados. O sea, ¿hay 4 mil o 2 mil?
Son 2 mil soldados, no 4 mil, como dijo hace pocos minutos el titular de la Cartera del Interior.
Yo estuve ahí y puedo decir que había personal perfectamente adecuado como para haber decretado toque de queda el mismo sábado, o a más tardar el domingo. Porque vi la forma en que estaba trabajando el personal de las Fuerzas Armadas y de Carabineros.
Por ende, no nos contentemos con la respuesta de que no se podía. ¡Se podía, señor Presidente!
Y ahí es donde quiero por lo menos que determinemos cuál es la institucionalidad para este tipo de actuaciones, qué cabe esperar respecto del futuro. Si las Fuerzas Armadas han cumplido una labor notable en estos días, reconocida por moros y cristianos, me parece que lo inteligente es estudiar por qué no se tomó la decisión antes, evitando de esa manera la destrucción de la moral, cuestión que hoy día el mundo chileno no logra entender.
Y, en tercer lugar, se halla la velocidad de respuesta.
Le dije al Ministro del Interior : ¡estamos en el siglo XXI y reaccionamos como si estuviéramos en la época en que ocurrió el terremoto de Chillán!
Es decir, aquí la velocidad, en un país moderno, no tiene nada que ver con lo que hemos visto en estos días.
Hay lugares amplísimos -lo he preguntado a las autoridades- en donde hoy se ha llegado a 20 por ciento de los afectados, y básicamente a través del ámbito privado: de las iglesias, de los clubes deportivos, de las juntas de vecinos, del mundo espontáneamente solidario que surge en Chile.
En mi Región hay 35 mil viviendas destrozadas: 15 mil de ellas destruidas, diseminadas -la palabra "destrozadas" no corresponde, pues ello implica que queda algo; acá no existe nada-, 10 mil en gravísimas condiciones y 10 mil en situación intermedia.
En consecuencia, hablamos de que hay cientos de miles de personas que hoy día se hallan en los cerros de los distintos lugares sin carpa -quienes estuvimos ahí estos días observamos una vaguada costera-, sin alimentos, sin protección y en situación muy precaria.
Eso no es propio de un país moderno, que se prepara teóricamente para enfrentar catástrofes.
Y dentro de este punto de la velocidad de respuesta, debo señalar que no hubo ningún plan de emergencia acá. Yo pregunté dónde estaba el plan de emergencia. Y me dijeron que en la Intendencia, la cual se cayó.
¡Guardaron el plan de emergencia en un edificio de 100 años! Claro, uno mira esto después. Pero se cortaron las comunicaciones, y se acabó todo.
Entonces -lo digo desde el fondo del alma- hay muchas cosas que se pueden hacer.
Reformar la ONEMI, de todas maneras. La Oficina Nacional de Emergencia de hoy no sirve para los desafíos, los terremotos a que el mundo está expuesto. Y eso lo hemos visto con dolor, con dificultad, con drama.
Es preciso incentivar la reconstrucción y realizar un sinnúmero de otras actividades, cuestión que veremos en los próximos días.
Pero -y con esto termino- quiero hacer un llamado, señor Presidente.
Nuestro país tendrá que exigir respuestas completamente distintas. No puede ser que las alertas tempranas de tsunamis sen Chile, que por no haberse activado murieron miles de personas, en la práctica no existan; no puede ser que la seguridad de la gente quede entregada a decisiones que al final demoran tres días en adoptarse, generando un terremoto moral en los ciudadanos, y no puede ser que estemos con una velocidad de respuesta que deja a cientos de miles de compatriotas hoy día en la indefensión -y no lo digo yo, lo hemos señalado todos los parlamentarios- o en la soledad. Porque eso constituye un drama que no es posible compatibilizar con el Chile que nosotros queremos construir.
Señor Presidente , coloco estos antecedentes a disposición de la Mesa. Después se fijarán las responsabilidades. Pero resulta indispensable entender que aquí muchas situaciones pudieron ser evitadas. Y ojalá esta sesión nos convoque a prevenirlas desde ya para que -esperamos que no ocurran-, en cualquier momento en que tengamos un evento parecido, se reaccione en forma muy distinta, mucho más rápida, mucho más comprensible, mucho más moderna.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ominami.
El señor OMINAMI.- Señor Presidente , en primer lugar, quiero elogiar la realización de esta sesión especial. Me parece que es una convocatoria oportuna, y la valoro en su mérito.
Evidentemente todos estamos todavía bajo el impacto de esta tragedia, y aunque poco a poco se vaya restableciendo la normalidad, lo que hemos visto, lo que hemos vivido, lo que hemos sufrido me parece que se nos va a quedar grabado por muchos años, y probablemente para siempre, en nuestra memoria.
Señor Presidente , deseo, en la estrechez del tiempo -¡al parecer está temblando!-, hacer cuatro reflexiones...
El señor CHADWICK .- ¡Fuerza Ominami!
El señor OMINAMI.- Como digo, quiero efectuar cuatro reflexiones y una propuesta.
El señor CANTERO .- ¡Fuerza Ominami!
El señor OMINAMI.- Creo que tenemos que acostumbrarnos a funcionar en estas condiciones precarias.
En primer lugar, comparto, porque me parece de sentido común, la afirmación que...
Señor Presidente, le pido que me restituya los minutos durante los cuales no he podido hacer uso de la palabra.
Quiero decir -y constituye mi primera reflexión, porque es algo de sentido común- que el presente es el tiempo para actuar y enfrentar de la manera más eficaz posible la emergencia. Este no es el tiempo de la delimitación de las responsabilidades ni menos de las recriminaciones.
Creo que todos estaremos de acuerdo en ello.
Pero sí me parece muy importante dejar anotados algunos temas que son de preocupación, los cuales por lo demás han sido objeto de debate en el Parlamento y que siguen allí pendientes sin resolver.
Quiero dejar simplemente tituladas por lo menos las siguientes siete materias:
1.- El funcionamiento de los sistemas de alerta temprana, en la misma línea indicada por el Senador señor Coloma.
2.- La calidad de la institucionalidad para enfrentar emergencias.
Existe un informe de la Comisión de Defensa al respecto llamando la atención sobre la fragilidad de toda nuestra institucionalidad para afrontar catástrofes.
3.- La red de servicios básicos. Y, muy especialmente -como lo reconoció el propio Ministro del Interior-, la calidad del sistema de comunicaciones.
4.- La precariedad de las capacidades de investigación sismológica en el país.
Hace algunos días un sismólogo dijo que solo hay seis expertos en Chile y que el Instituto de Sismología vive permanentemente en un gran estado de penuria.
5.- La planificación urbana -o más bien su ausencia- adolece de problemas serios, pues aquí se construye en cualquier parte.
6.- Las normas de constructibilidad.
7.- Respecto de la cobertura de las pólizas de seguros, su extensión, las responsabilidades de las empresas por el tipo de construcción, etcétera, se suscitarán también graves dificultades.
Dejo planteado estos siete temas, sobre los cuales habrá que discutir con mucha mayor profundidad hacia delante.
Mi segunda reflexión, señor Presidente, tiene que ver con lo siguiente: los comportamientos de las personas.
Debo hacer especial mención sobre el particular, pues creo que en los saqueos y pillajes no todos los que participaron eran delincuentes o fueron cometidos por bandas especialmente organizadas para ello.
Esos episodios bochornosos no se habían visto nunca en Chile. No tienen, por cierto, ninguna justificación. Sin embargo, hay que interrogarse más a fondo sobre el tipo de ciudadanía que se está construyendo en el país; sobre el individualismo; sobre el desenfreno de ciertos comportamientos y respecto de la entrega de soluciones puramente individuales.
Eso es lo que hemos visto, lo cual requiere una investigación y un análisis muy de fondo.
Tercera reflexión.
Me parece que la agenda política de los próximos años no solo sufrirá modificaciones, sino que en realidad va a experimentar un cambio dramático.
La Presidenta Bachelet terminará su gestión indefectiblemente marcada por la tragedia, y el electo Primer Mandatario Piñera ( Presidente del Bicentenario ) iniciará la suya en condiciones muy distintas a como las imaginó. El espacio para nuevas iniciativas se restringirá drásticamente y la reconstrucción ocupará un lugar muy prominente en el conjunto de dicha agenda.
Señor Presidente, creo que no podemos hablar de todo lo ocurrido, del dolor humano, y continuar actuando en la política como si nada hubiese pasado, o conduciéndonos de la misma forma.
La necesaria reconstrucción de nuestro país deberá, en primer lugar, efectuarse sacando las conclusiones de las cosas que no se han hecho bien.
Yo no estoy de acuerdo cuando se dice que la infraestructura resistió bien. La infraestructura en un país como el nuestro debe estar adecuada a sus condiciones sismológicas. Y, por tanto, el asunto de los estándares es evidente. La discusión es exactamente a la inversa.
Sin embargo -y este es el corazón de lo que deseo plantear-, encuentro que la reconstrucción del país debe transformarse en una tarea nacional, no puramente del Gobierno.
Hay que evitar -lo digo con todas sus letras- respecto de ella un escenario que puede ser muy negativo, donde se convierta en un terreno de confrontación, de recriminaciones, de partidismo, de clientelismo y de disputa.
Cuarta reflexión.
Evaluaciones muy preliminares indican que los costos que Chile deberá enfrentar serán, a lo menos, del orden de 25 a 30 mil millones de dólares, y probablemente más. Todo ello supone una estrategia de emergencia que necesitará amplio respaldo.
A mi juicio, la reconstrucción puede ser también una oportunidad para desarrollar el país. Pero, para eso, se requiere que exista una gran voluntad nacional, a fin de enfocar las cosas en esa dirección.
Desde ese punto de vista, quiero manifestar hoy día mi clara disposición, y creo también la de muchas personas opositoras al próximo Gobierno, a cooperar activa y lealmente en dicha tarea, involucrándonos en todo cuanto sea necesario. Se trata de abrir paso a una colaboración efectiva y no puramente retórica.
Debo señalar que solo nos mueve el amor por nuestra patria y el impacto que nos produce el sufrimiento que tantos chilenos se hallan experimentando en estos días.
Frente a la situación descrita, no podemos permanecer impávidos.
Quiero terminar, señor Presidente, con una propuesta.
Sería importante pensar, luego de que este Gobierno termine y de que la nueva Administración asuma en los próximos días, en la posibilidad de constituir bajo un fuerte liderazgo presidencial una Comisión Nacional de Reconstrucción, que planifique, coordine y supervise -sin perjuicio de las atribuciones de los distintos Ministerios y del Gobierno- las diversas dimensiones de tal tarea, de manera de garantizar su eficacia, pertinencia y equidad.
¡Una reconstrucción para todos solo se logrará trabajando todos unidos por el bien superior de Chile!
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA .- Señor Presidente , sin duda, la pérdida de vidas humanas y los enormes daños ocurridos en las Regiones del Maule y del Biobío nos han impactado a todos.
Sin embargo, tengo que levantar mi voz esta tarde por lo que sucede en la Región de La Araucanía. Porque somos muchos los que hemos sentido en estos cuatro días que toda la atención se concentra en las Regiones del Maule y del Biobío, quedando otras abandonadas a su suerte, como la que represento en el Senado: la de La Araucanía, que también ha sufrido gravemente las consecuencias de este terremoto.
Quiero informar que en La Araucanía han fallecido 14 personas; hay 7 mil personas albergadas, 5 mil de ellas solo en la comuna de Puerto Saavedra, y otras mil 500 en la de Carahue.
Ambas comunas llevan en su memoria el triste recuerdo de lo que fue el terremoto y posterior maremoto de 1960. Por ello, se justifica plenamente que casi 7 mil personas se encuentren viviendo, durmiendo, en los cerros, sin agua potable, sin ayuda alimenticia de ninguna especie, porque obviamente tienen terror de que venga un tsunami.
Además, hay 337 viviendas con daño mayor, y 45 enteramente destruidas.
Más grave aún es la situación de la salud.
La parte antigua del Hospital Regional de Temuco quedó completamente destruida, lo cual significa que hoy no existe disponible ningún pabellón quirúrgico. No es posible realizar en dicho establecimiento hospitalario, el único de alta complejidad de nuestra Región, operación alguna.
Dicho problema no se va a resolver mañana o pasado. No puede haber una solución de emergencia, ella debe ser definitiva. Para ello se tendrá que construir un módulo especial, que permita el restablecimiento de los pabellones quirúrgicos, las salas de atención de especialidades y el centro de diagnóstico y tratamiento, que también se encuentra con daños estructurales serios.
El Hospital de Angol tuvo que ser desocupado en su totalidad -al igual que el de Temuco-, y también presenta daños estructurales. Todos los expertos indican que no quedará más remedio que echarlo abajo y construir uno nuevo.
El Hospital de Puerto Saavedra también debió evacuar a sus pacientes. Dicho recinto fue inaugurado hace tres años y colapsó el tercer piso y, por lo tanto, no funciona normalmente y no puede entregar atención de salud.
Tenemos, en consecuencia, los dos principales hospitales de la Región, el de Temuco y el de Angol, con graves daños estructurales que imposibilitan atender con normalidad a la población; y el de Puerto Saavedra se halla con graves daños estructurales.
El edificio de la Intendencia de La Araucanía se encuentra clausurado. Tanto esa repartición como la Gobernación de Cautín y todos los servicios públicos y secretarías regionales ministeriales que funcionan en ese edificio, de calle Bulnes esquina Claro Solar, están hoy día trabajando en distintos lugares, obviamente sin la coordinación adecuada para enfrentar la emergencia.
Son miles las familias -y no exagero ni dramatizo- que se hallan sin agua potable, particularmente en los sectores rurales. Los sistemas de agua potable rural funcionan con energía eléctrica; la falta de esta, por supuesto, hace que aquellos fallen.
La Ruta 5 Sur y los caminos secundarios presentan graves daños que van a significar una fuerte inversión. Tenemos una enorme cantidad de puentes debilitados o, simplemente, destruidos.
Son numerosas las edificaciones, tanto públicas como privadas, que registran serios daños estructurales. La evaluación de su demolición se encuentra en trámite.
En Puerto Saavedra, una de las comunas que tienen la mayor parte de su población en condiciones de pobreza, se derrumbó la copa acumuladora de agua, por lo cual sus habitantes carecen de energía eléctrica y agua potable.
En Queule y La Barra, caletas de la comuna de Toltén, fueron destruidas 16 embarcaciones de pescadores artesanales. Ellos y sus familias perdieron el sustento esencial y su principal herramienta de trabajo.
Tenemos daño estructural irreversible en la escuela Darío Salas, de Carahue.
He querido de esa manera, señor Presidente , reflejar ante esta Sala los daños que el reciente terremoto ha provocado en nuestra Región de La Araucanía.
Y deseo llamar la atención del Subsecretario señor Riveros , quien nos acompaña, para pedirle encarecidamente que alguna autoridad del Gobierno central vaya a conocer los daños de aquella Región.
Yo entiendo toda la tragedia que se concentra en las Regiones del Maule y del Biobío. Pero también, frente a esta emergencia, debemos tener un sentido de integridad nacional, de unidad nacional. Y no podemos dejar a una Región como la de La Araucanía, tan golpeada por distintas situaciones, abandonada a su suerte.
De otro lado, señor Presidente , quiero hacer una crítica -la considero del todo válida- a los medios de comunicación, principalmente a las estaciones televisivas de cobertura nacional, y en particular a Televisión Nacional, el canal de todos los chilenos.
Los canales de televisión de cobertura nacional han estado transmitiendo, para entregar las noticias, las 24 horas del día; ello me parece bastante bien. Sin embargo, nunca han dicho nada de lo que ocurre en la Región de La Araucanía; jamás han dicho nada sobre lo que acontece aquí, en la Región de Valparaíso; poco han dicho de lo que sucede en la Región del Libertador Bernardo O'Higgins. Y la verdad es que, hoy día, con lo que ocurre en la Región del Maule, en la del Biobío y en la Metropolitana cubren sus 24 horas de transmisión.
Creo que Televisión Nacional, una de cuyas tareas institucionales es unir a Chile informando sobre lo que acontece a lo largo de todo su territorio, más aún en momentos de desgracia, debe hacer un esfuerzo especial y difundir las noticias que sus corresponsales recogen en las distintas Regiones. No es admisible que el drama; la desesperación; la falta de agua, de energía eléctrica, de alimentos, de atención médica que se padecen en la Región de La Araucanía pasen absolutamente desapercibidas para la inmensa mayoría del país. De este modo, el mensaje que da Televisión Nacional es que solo hay preocupación por ciertas Regiones de Chile y no por todas, lo que no está acorde con su misión institucional.
Y esta fuerte crítica que hago a Televisión Nacional es igualmente válida para todos los otros canales de cobertura nacional.
¡No es justo, señor Presidente ! ¡Todos vivimos en esta tierra! ¡Todos la queremos! Y, particularmente cuando el país debe estar unido frente al dolor, frente a la tragedia, ¡hay que informar sobre todos los dolores y tragedias, no solo sobre los que concentran, probablemente, la mayor cantidad de sufrimiento!
No veo en las tribunas a representantes de los canales de televisión. Pero ojalá que esto pueda llegar a sus oídos. Porque, señor Presidente , ¿qué ocurre? Uno se siente excluido del sentido nacional cuando ve que los sufrimientos de una Región como la de La Araucanía no se hallan en las noticias de las 24 horas del día.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Girardi.
El señor GIRARDI.- Señor Presidente , acabamos de vivir tal vez una de las mayores catástrofes que hemos conocido como nación. Y creo que ahora corresponde -quizá después vendrá una instancia de análisis y de determinación de responsabilidades- ver cómo podemos aprender de ella para el futuro.
Quiero señalarlo porque muchas veces se sostiene que es muy difícil anticipar ante fenómenos como el registrado. Pero pienso que no es así.
Hay actualmente una separación entre política y ciencia, entre gestión pública y ciencia, y nosotros desconocemos el mundo que viene.
Y me quiero lamentar acá.
En mayo de 2009 le pedí al Presidente del Senado que celebráramos una sesión especial sobre la materia, con invitación -y lo propuse- a Jaime Campos , doctorado en Francia, uno de los especialistas chilenos más relevantes. Y Su Señoría me dijo: "Bueno". Pero a lo mejor por los avatares, por la rutina, nunca llevamos a cabo la sesión pertinente.
¿Y por qué indico aquello?
Voy a leerles algo de un artículo de la revista -fue recibido en marzo de 2007 y se publicó en igual mes de 2009- porque es parte del divorcio que tenemos con algunos aspectos fundamentales y que son elementos de la complejidad del mundo en que estamos viviendo.
Science
Allí se dice: "Concluimos que la parte sur de la brecha Concepción-Constitución ha acumulado un déficit de deslizamiento que es lo suficientemente grande para producir un terremoto muy grande".
En otro punto se expresa: "La zona de Concepción Constitución (...) en el sur de Chile Central, es probablemente una brecha sísmica madura, ya que ningún gran terremoto subducción se ha producido allí desde 1835. Tres campañas de mediciones de sistemas de posicionamiento global (GPS), se llevaron a cabo en esta área en 1996, 1999 y 2002.".
Eso manifestaron los científicos. Pero nadie los escuchó. Porque, señor Presidente , no leemos las revistas científicas; discutimos sobre temas a veces intranscendentes; no estamos puestos en los grandes debates del futuro. Y, a diferencia de otros países, no tenemos sistemas de monitoreo que midan, ya sea con GPS u otras modalidades, qué está pasando con nuestra corteza terrestre.
Con el Senador Cantero nos jugamos por la norma japonesa en materia de televisión digital. Y una de las razones era la de que los japoneses disponen de un mecanismo conforme al cual, ante eventos como el recién registrado en Chile, en todos los celulares, estén apagados o prendidos, una alarma avisa cinco minutos o media hora antes que habrá un tsunami.
Siento que hay una situación muy dramática. Muchas personas murieron porque se derrumbaron las casas; pero tal vez eso era inevitable. Yo me lamento por todas las que fallecieron porque no tuvieron información precisa respecto a los tsunamis. Familias enteras que se encontraban en el borde costero se habían alejado de él, pero después, por no contar con los antecedentes necesarios, volvieron allí y fueron arrastradas por el mar.
Eso nos va a pesar durante toda la vida. Empero, independiente de si la responsabilidad es de la Armada o de otro organismo, resulta inaceptable que en Chile mueran personas por falta de información.
El señor BIANCHI ( Vicepresidente ).- ¿Terminó Su Señoría?
El señor GIRARDI.- Pido un minuto más, señor Presidente, para concluir.
El señor BIANCHI ( Vicepresidente ).- Muy bien.
El señor GIRARDI.- Estimo que, de una vez por todas, debemos ponernos serios y volver a vincularnos con la ciencia, con los expertos. Porque en esta oportunidad ellos no pesaron, fueron dejados absolutamente de lado. Y esto nos va a generar problemas que habremos de resolver a través de un gran programa de unidad nacional para la reconstrucción del país. Pero esto no significa "gobierno de unidad nacional", sino que, en cuanto a la reconstrucción, debe haber unidad nacional.
Sin embargo, quedaremos con dramas que tendremos que vivir.
Se perdieron 5 mil camas; el hospital Félix Bulnes, de Santiago, cerró. Dentro de pocas semanas habremos de enfrentar la crisis por enfermedades respiratorias que se presenta todos los años, y no vamos a disponer de suficientes camas.
Es importante, por lo tanto, ir anticipándose.
Yo digo únicamente que, de una vez por todas, nuestra política, nuestro Parlamento, nuestro sector público tienen que empezar a ser parte de una reflexión que es más compleja, en la que debe incorporarse al mundo intelectual, al mundo científico. Porque este es el mundo que viene. Y si no lo comprendemos, menos vamos a poder legislar con relación a él.
He dicho.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente , en primer lugar, agradezco y felicito a la Mesa por haber citado a esta sesión, aunque, según algunos medios de comunicación, algunas personas estiman que con ella se distrae a las autoridades.
Me parece oportuno e indispensable que el Parlamento de un país azotado por una catástrofe de gran magnitud pueda debatir con los personeros gubernamentales no solo acerca de lo acontecido sino también en cuanto a la forma como se ha enfrentado la emergencia; a la manera en que se actuará en los días venideros, y -quizás lo más importante- a las medidas que se están adoptando a fin de impedir más adelante, en lo posible, la pérdida de vidas humanas y de bienes, pues todos sabemos que en nuestro país los fenómenos naturales como el recién registrado ocurren permanentemente.
Alguien me aconsejó no formular críticas, por tratarse de un momento de unidad nacional. Sin embargo, las voy a hacer, sea o no políticamente incorrecto, porque estimo que se han cometido errores garrafales que han costado vidas humanas y generado pérdidas materiales tremendas que pudieron evitarse.
Quiero llamar la atención sobre un aspecto que se ha mencionado de manera reiterada, que hoy día aparece en todos los medios de comunicación y que el propio señor Ministro del Interior planteó aquí, en esta Sala.
Él dijo que el problema se generó por falta de comunicación, pues se cayeron todos los sistemas.
Yo voy a hacer aquí un análisis al respecto, porque creo que aquel es un error garrafal.
En el minuto en que no hay energía eléctrica, la tecnología permite la utilización de numerosos sistemas para comunicarse.
Chile es un país que, como todos sabemos, sufre constantes desastres naturales; si no son sismos, son inundaciones, maremotos y otros. En consecuencia, los recientes terremoto y tsunami no son los primeros ni serán los últimos.
Por eso, vale la pena analizar, además de las actuaciones pertinentes, los medios de que disponen las organizaciones a las que por ley les corresponde prevenir las posibles consecuencias de tales fenómenos y hacerse cargo de ellas.
En estos días ha habido una discusión acerca de si el organismo técnico correspondiente, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, SHOA, dio o no aviso a tiempo para alertar sobre un eventual tsunami a las personas y a las autoridades de los poblados cercanos al mar.
Y voy a realizar una cronología de lo ocurrido, no solo porque aquí, a mi juicio livianamente, se están cometiendo algunos errores, sino además para demostrar que un aviso como aquel no sirve de nada cuando no hay comunicación.
El terremoto ocurre a las 3:34 de la madrugada del sábado 27 de febrero.
Diez minutos después, a las 3:44, el Servicio Geológico de los Estados Unidos emite la alerta de tsunami para las costas de Chile, especialmente en la zona afectada por el sismo.
A las 3:55, once minutos después, el SHOA comunica verbalmente, a través de radio de HF, la alerta de tsunami a la Oficina Nacional de Emergencia.
A las 4:7, el SHOA envía además un fax -o sea, una comunicación escrita- con el mismo contenido.
Recién a las 5 de la mañana la Presidenta de la República llega a la ONEMI. Y a las 5:20 se comunica personalmente con el SHOA para requerir más información.
La cronología de los hechos, señor Presidente , deja en evidencia que algo grave sucedió. Porque la primera ola del tsunami azotó a las 5 de la mañana; la segunda, a las 5 y media, y la tercera, a las 6:5.
Eso es lo que aparece en los informes oficiales.
Es decir, hubo una hora y 5 minutos entre el primer aviso de alerta enviado por el SHOA a la ONEMI y la primera ola, y 2 horas y 10 minutos entre ese aviso del SHOA y la tercera ola, que fue, según los medios, la más devastadora.
Todo lo anterior, según las informaciones de que disponemos hasta el momento, sin considerar que el Servicio Geológico de los Estados Unidos entregó la primera alerta a las 3:44 de la mañana, esto es, 2 horas y 21 minutos antes de la tercera y más destructiva ola del tsunami.
Yo me pregunto, señor Presidente y Honorable Senado: ¿De qué servían tales avisos? ¿Por qué vía la ONEMI les hubiese avisado a los poblados costeros sobre la necesidad de desalojar las localidades pertinentes porque se produciría un tsunami si todavía hoy, a esta hora (conversaba al respecto con el Senador Larraín) , no hay comunicación de las autoridades de Gobierno con algunas de aquellas?
¡Cómo es posible que en un país donde permanentemente sufrimos este tipo de catástrofes no exista comunicación con la gente a días de ocurridos los hechos!
Entonces, ¿sirve de algo la discusión acerca de si el SHOA le avisó o no a la Oficina Nacional de Emergencia? ¡Le avisó! ¿Pero de qué manera la ONEMI hubiese alertado a los afectados para que desalojaran las ciudades a fin de que no les pasara nada si en Chile no tenemos, por ejemplo, un mecanismo tecnológico de aviso como aquel a que se refirió el Senador Girardi, que sí existe en Japón y en otras partes? Aquí no había ninguna posibilidad de avisarles a esas personas.
La respuesta a tal interrogante es que deberíamos haber contado con medios de comunicación adecuados, que pudieran seguir operando aun en las peores condiciones y a pesar de los cortes de energía eléctrica.
Y lo siguiente, para el Ministerio del Interior: hay baterías y otros sistemas para respaldar un equipo de radio, y por ende, mucha gente preparada para operarlos.
En el mundo entero los radioaficionados han salvado miles de vidas y evitado los daños materiales que provocan las catástrofes de esta índole.
Señor Presidente , en mi calidad de Senador y radioaficionado -¡y quiero que me escuchen!-, hace más de dos años concurrimos a la Oficina Nacional de Emergencia con el Presidente del Radioclub de Chile , Galdino Besomi , y la Presidenta de la Federación de Clubes de Radioaficionados de Chile . Ambas instituciones agrupan a más de 3 mil operadores radiales, muchos de ellos autónomos, con baterías y antenas; con equipos que pueden operar cuando se cae el sistema. Sin embargo, la actual Directora de aquella Oficina -esto resulta incomprensible- jamás las llamó a integrar una red nacional de emergencia. Es más: en una oportunidad me respondió que los radioaficionados éramos muy exagerados y que en algún minuto se habían anunciado cosas que no sucedieron.
Yo pregunto: ¿Por qué hoy día incluso autoridades ministeriales recurren a esos mismos radioaficionados para solicitar alguna información a las localidades siniestradas? ¡Porque no tienen otra forma de comunicarse!
Entonces, las cosas hay que decirlas a tiempo. Y quiero relatar la siguiente experiencia personal.
A las 4 de la madrugada del 27 de febrero me levanté, prendí mi radio y advertí que no había red nacional. Algunos radioaficionados se hallaban cooperando, como lo han hecho hasta el día de hoy Radioclub de Chile y la FEDERACHI, para poder entregar información sobre gente que está muerta o desaparecida en los sectores afectados.
Me parece que la ONEMI cometió un serio error al no haber considerado a esos más de 3 mil radiooperadores, que solo querían servir, que únicamente querían ayudar y que no fueron tomados en cuenta.
Ahora, deseo consultarle al señor Subsecretario General de la Presidencia qué ha ocurrido con los equipos de HF, antenas y operadores que, según recuerdo, existían en todas las intendencias y gobernaciones, y que se activaban cada vez que en el país se registraba una emergencia, a fin de contactarse con las distintas autoridades.
Para terminar, señor Presidente , debo puntualizar que hace un año la Comisión de Defensa del Senado analizó la realidad y la actuación de la Oficina Nacional de Emergencia con motivo del sismo de Aysén.
Las conclusiones fueron introducir cambios profundos en la institucionalidad de la ONEMI, adecuándola a los tiempos y a las condiciones topográficas del país; descentralizar y desburocratizar la entidad.
Asimismo, se planteó la conveniencia de actualizar el Plan Nacional de Acción Civil, optimizar los recursos humanos y técnicos, y potenciar los medios de comunicación.
Y algunos señores Senadores, como los Honorables colegas Gómez -quien no se halla en la Sala- y Horvath, agregaron la necesidad de contar con grupos electrógenos y sistemas de comunicación.
La Directora Nacional de la ONEMI dijo, en ese minuto, que el organismo se estaba modernizando y que en ese proceso se iba a contratar personal: dos funcionarios por Región, para un territorio como el nuestro, que permanentemente sufre estas catástrofes.
Hoy le pregunto al señor Subsecretario : ¿ese plan se llevó a cabo? ¿Se contrató a tales personas? ¿Existen los medios y los sistemas de comunicación?
Como una reflexión final -lamento que el señor Ministro del Interior se haya retirado del Hemiciclo-, creo que un país como Chile no puede seguir con la ONEMI y la institucionalidad que tiene actualmente en el sector. Y lo digo porque, según la información de que dispongo, ninguna gobernación ni intendencia cuenta con un teléfono satelital, aparato que cuesta apenas dos mil dólares. ¡Dos mil dólares! ¿Vale o no la pena invertir esa suma por cada intendencia o gobernación en un país como el nuestro?
He dicho.
El señor BIANCHI ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.
El señor NARANJO.- Señor Presidente , los señores Senadores se han extendido largamente acerca de lo que le ha tocado vivir a cada uno en la Región que representan. Y, por cierto, no estuve ajeno a ello, porque tuve que pasar la catástrofe en el propio lugar de los hechos.
Quisiera intervenir en la presente sesión desde otra perspectiva. Me preocupa -y lo digo con mucha claridad- escuchar el tono y, a veces, el lenguaje de algunos de los presentes para referirse a distintas situaciones con un planteamiento que resulta comprensible, por cierto; pero es preciso recordar que viene una labor mucho más agobiante: la recuperación y reconstrucción del país, y en esa época va a ser muy fácil criticar, ser Oposición y exponer respuestas populistas para problemas muy profundos.
En consecuencia, me parece que la hora presente requiere mucha madurez y responsabilidad políticas, porque tengo la impresión -ojalá me equivoque- de que la superación del daño registrado le va a costar a Chile no menos de 10 años. ¡No menos de diez años! Es decir, el próximo Gobierno y el que lo suceda tendrán como únicos objetivo y tarea la reconstrucción.
Aquí hemos escuchado a los distintos señores Senadores. ¡Si este es un problema que se extiende desde la Quinta Región hasta la Novena, pasando también por la Metropolitana! Entonces, es tan grande la destrucción, es tan fuerte el impacto de lo acontecido, que me parece mezquina y muy pequeña, por la envergadura del drama que estamos viviendo, la formulación de cuestionamientos a veces ligeros.
¡Caramba que sería fácil "linchar" a la Armada hoy día! ¿Y qué ganaríamos con ello? "La Armada, a lo mejor, se equivocó". "Cometió un error". ¿Gana algo el país? ¿Gana algo esa gente que no tiene donde vivir? ¡Por favor! ¡Actuemos con altura de miras!
Tal vez, algunos quieren sacar pequeños dividendos políticos al "rayarle la pintura" a la Presidenta Bachelet en los últimos días de su mandato, pensando que podría ser candidata a la Primera Magistratura no sé cuándo. ¡Por favor! Esa no es la respuesta que la gente que está viviendo el problema espera de nosotros. Las personas afectadas quieren saber si van a tener una casa, aunque sea de madera, donde vivir los próximos meses o años. ¡Lo anterior es lo que les interesa conocer, no si acaso les vamos a construir una vivienda nueva! Porque la población también es sabia: se halla consciente de que la única respuesta que podemos ofrecer ante esas 500 mil casas que se cayeron -o quizás más- es si habrá un pedazo de madera para levantar una mediagua donde se cobije su familia.
Si la dificultad que se presenta para adelante, señores Senadores, es mucho más grave, particularmente en las Regiones que sufrieron los efectos del terremoto: el desempleo. ¡Tendrá lugar una desocupación brutal!
Por eso, quiero formular una propuesta. Y lamento que los señores Ministros del Interior y de Hacienda se hayan retirado de la Sala. Si esta Corporación quiere responder a los tiempos que estamos viviendo, tendríamos que actuar con la siguiente altura de miras: el bono de marzo deberíamos despacharlo entre la presente semana y la próxima, a fin de que el futuro Gobierno, en vez de perder un tiempo precioso en el trámite legislativo para aprobarlo, pudiera pagarlo apenas asumiese.
¿Porque sabe cuál es el problema que viene, señor Presidente ? Y el Senador que habla lo vivió en la zona que representa: la gente se quedó sin plata. Y se generará una situación mucho peor, porque los supermercados estarán llenos, todo quedará a la mano y las personas carecerán de dinero. Es decir, los saqueos que pueden ocurrir más adelante tal vez serían peores de los que hemos visto, en la medida en que el supermercado o el negocio de la esquina ya estarían abastecidos y la población no contaría con recursos para comprar.
Entonces, lo que quiero solicitar en esta hora es generosidad, altura de miras y responsabilidad política. Y le pido al señor Subsecretario General de la Presidencia , como representante del Gobierno, que este último entable inmediatamente conversaciones con la futura Administración para que mañana mismo, si es posible, se mande a trámite legislativo el proyecto que otorgue el bono de marzo.
¡Porque caramba que le va a venir bien ese dinero a las personas que hoy día no tienen ocupación! ¡Si el problema en la zona que represento es que no hay cómo llevar a los temporeros a laborar! ¿Y cuál es el sentido de hacerlo si los frigoríficos no están funcionando y no hay forma de sacar la fruta para exportar? Entonces, no hay trabajo. La gente me ha dicho: "Senador, es cierto que necesitamos comida, pero la cuestión es que después no vamos a tener plata para poder financiar nuestra subsistencia, nuestros gastos menores".
Resulta fácil cuestionar la institucionalidad y dedicarse a criticar, pero lo que el país espera de nosotros es generosidad. Y confío en que quienes el día de mañana pasaremos a ser Oposición al Gobierno la tendremos también para enfrentar la unidad nacional que Chile nos va a reclamar a fin de abordar la reconstrucción.
¡Eso es lo que el país quiere de la clase política! ¡Eso es lo que se desea de nosotros! ¡Que tengamos altura de miras, que nos pongamos de acuerdo, y no la discusión acerca de si es culpable la Presidenta , un Ministro , fulano, un Intendente o un Gobernador ! ¡Lo que Chile aguarda -repito- son actos de generosidad!
Por eso, creo que tenemos que marchar en la dirección de abordar los problemas puntuales. Para poner un ejemplo,...
El señor LETELIER .- Le ruego que me deje algunos minutos, Honorable colega.
El señor NARANJO.- Al tiro termino, Su Señoría.
Para citar un caso, se requiere la construcción de viviendas ligeras. ¡Espero que ellas no sean enviadas desde Santiago a las Regiones! ¡Si en la Novena, la Octava, la Séptima, la Sexta, se pueden hacer mediaguas! ¡Estas últimas siempre son distribuidas desde la Capital! ¡Cómo no se le va a ocurrir a algún "sabio" que pueden ser fabricadas incluso en los mismos pueblos devastados por el terremoto: en Constitución, en Curanipe, en Pelluhue! ¡A sus mismos habitantes se les puede dar trabajo por esa vía!
Entonces, ojalá se registren respuestas rápidas, que es lo que la gente espera. Así que pido al señor Subsecretario que hable con las autoridades de Gobierno -reitero- y que se converse con la futura Administración para que el bono de marzo sea despachado durante esta semana o la próxima. ¡Esa sería una respuesta de unidad nacional, una respuesta de un Congreso que quiere ayudar a miles de familias ante las dificultades que sufren!
Mi segunda sugerencia -con esto termino, Honorable colega Letelier - dice relación a la necesidad de restringir las salidas de la Capital durante el próximo fin de semana. Muchos desean ir a ver a sus familiares en las Regiones afectadas y es posible que ello provoque un colapso. Es comprensible que enormes cantidades de personas quieran desplazarse de Santiago para visitar a parientes en la Sexta, la Séptima o la Octava Regiones. Las carreteras no darán abasto. Esa gente, más que ayudar, va a molestar. Entonces, debería hacerse algo para impedir -cosa que es bastante difícil- el desplazamiento a los lugares donde no es posible cobijar a los que lleguen.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente , en primer lugar, deseo valorar la presente sesión. Creo que es importante que un Poder del Estado completo esté trabajando constructivamente y con propuestas de unidad, de solidaridad, y, también, que se actúe en beneficio de la búsqueda de sobrevivientes y se ayude con todos los medios disponibles.
De más está recordar que Chile es un país tremendamente sísmico y volcánico. Se cuenta con una larga historia al respecto, para quienes les interesa el tema, del científico Greve . Y en 1960 sufrimos un terremoto de magnitud 9.6 en la Escala de Richter, que es el mayor en el planeta desde que se dispone de registros.
Ahora bien, no se pueden escabullir los desaciertos. La ONEMI, cuando tuvo lugar un sismo de otras características, pero con motivo del cual perdieron la vida muchas personas, no solo no hizo nada, sino que también ocultó el documento que advertía de ese riesgo y, simultáneamente, expresó que en ningún escenario se suscitarían problemas. A contrario sensu, en Chaitén sobreactuó: hizo sacar a toda la gente con lo puesto y tiene a un pueblo completamente abandonado.
Entonces, me parece que se debe revisar el funcionamiento de esa entidad. Porque uno se queja de los sistemas y redes de comunicación, pero también es preciso tener cuidado con el mensaje. Si no contamos con la capacidad de una institución con gente apta, este último podría haber sido todavía mucho peor.
Francamente, sin tratar de burlarme, pienso que ella es una verdadera "ENEMI"...
En este momento es necesario protegerse, no solo de los desastres naturales, sino también de la propia institucionalidad, por los numerosos desaciertos en que ha incurrido.
Encuentro realmente lamentable e impresentable que tenga lugar un "dime y direte" entre la Armada y la ONEMI: "que dijeron", "que no dijeron". Eso carece de sentido. ¡Si el desastre se avisó a nivel internacional! Y el más claro ejemplo de ello es el de la niñita a quien su tío que vio CNN le advirtió que sobrevendría un tsunami o una ola grande en Juan Fernández . Y punto.
Ha quedado en evidencia la falta de alerta. Es cosa de verlo. Existe un Centro de Alerta Temprana a partir de un sistema de información en tiempo real que debe estar funcionando siempre. Así lo establece la ley de la Oficina Nacional de Emergencia.
En cuanto a la red comunicacional -y como lo ha puntualizado bien aquí el Senador señor Prokurica -, el Ministerio de Obras Públicas, la CONAF, Carabineros, el servicio de Salud, todos, cuentan con radios HF, con miles de mecanismos para poder informarse unos a otros. Insisto: lo importante es qué se va a decir.
Con respecto a la infraestructura -vial, sanitaria, aeroportuaria-, se dispone de una construida hace muy pocos años y a costos estratosféricos que se ha visto vulnerada, que ha colapsado. Independiente de que sea mucha o poca, es preciso revisar la normativa y cómo se está fiscalizando.
El cierre del aeropuerto de Los Cerrillos constituye una barbaridad. No es posible tener un solo aeropuerto y, además, que eso afecte desde Punta Arenas hasta Arica.
Pido treinta segundos más, señor Presidente .
El señor NOVOA (Presidente).- Puede continuar, señor Senador.
El señor HORVATH.- No puede estar afectando al resto del país el cierre de algo en Santiago. Ello no tiene sentido.
En materia de seguridad interna se registra una actitud claramente deplorable. El lema de Carabineros es "Orden y Patria"; pero se observa un relajo total. Y eso se ve en los saqueos, donde se roban cosas absolutamente innecesarias para la emergencia.
Y, además, se ningunea con la expresión "este país". Ya nadie habla de "nuestro país".
Ha habido solidaridad a nivel de todas las Regiones. La zona austral ha intentado concretarla, pese a no contar con caminos, enviando combustible y ayuda de todo tipo.
La prioridad se halla en el empleo, como bien se ha señalado.
Disponemos de un trabajo realizado por un grupo de profesionales, que haremos llegar a los asesores de parlamentarios y de la Biblioteca del Congreso Nacional para seguir perfeccionándolo, justamente por presentarse una gran oportunidad de hacer mejor las cosas y localizarlas donde corresponde, de llevarlas a cabo en forma regionalizada, así como también de empoderar a las autoridades locales y regionales para que ellas, con su identidad, reconstruyan la confianza y todo lo que se necesita en el país.
Gracias.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Cantero.
El señor CANTERO.- Señor Presidente , en primer lugar, deploro la inmensa pérdida de vidas humanas que ha debido sufrir nuestro país y doy mis condolencias a los familiares.
Lamento un hecho devastador de la naturaleza que resulta inevitable.
Y hago hincapié en que, a mi juicio, hace falta que en el Congreso nos escuchemos, que las autoridades escuchen y oigan. A veces, estas no lo hacen. Y, lo que es peor, en algunos casos simplemente se mandan a cambiar. Ello, por muy importante que sea la actividad que se les presenta.
¿Y por qué lo digo? Porque tengo a la vista la Versión Oficial de la sesión que celebramos el martes 15 de enero de 2008. Si me pusiera a puntualizar, concluiría que lo expresado ahí corresponde exactamente a lo ocurrido ahora: deficiente coordinación, malas redes de comunicación, falta de estructuras adecuadas. Es decir, cada cosa de la cual hoy día nos lamentamos fue consignada por las señoras y los señores Senadores. Entonces, me parece muy importante en este momento reiterar tales conceptos.
Leo mi propia intervención, en la que mencioné la mala calidad de los sistemas de comunicación, así como también de la estructura para la prevención, primero, y la mitigación, después, y la falta de una estructura de coordinación institucional para la acción civil, que es lo que vemos hoy. ¿Cómo se ayuda? ¿Quiénes son los responsables? ¿Dónde se dejan los aportes? ¿Cuáles son los recursos? En fin.
Invito a la prensa, a los técnicos, a los interesados, a que lean la Versión Oficial de la sesión del martes 15 de enero de 2008. Porque, en realidad, si leyera textualmente lo que expresé en tal ocasión, es lo que repetiría hoy.
En consecuencia, ¿qué ocurre que no podemos tomar medidas oportunas?
Se ha sufrido, efectivamente, un colapso de la red de comunicaciones. Ha quedado de manifiesto lo denunciado hasta la saciedad en el informe respectivo, en el sentido de que la red nacional de emergencia carece de estructuras, de una institucionalidad, de las coordinaciones y recursos necesarios para enfrentar la situación.
Pero me parece conveniente remarcar un punto y llamar a la reflexión. Porque no solo se trata de actuar en el corto plazo. Siempre vivimos en la inmediatez, en la urgencia; pero nunca miramos lo importante y lo trascendente. En Chile se registra un grave deterioro del principio de autoridad y del compromiso en la excelencia de la gestión. Nuestro país ha institucionalizado el compadrazgo y la mediocridad. Y eso resulta evidente cada vez que enfrentamos estas situaciones.
Y lo otro es una cuestión de orden ideológico: la discusión acerca del rol del mercado y del Estado. Considero que nunca antes había quedado más de manifiesto la importancia de este último. ¡No puede ser que se construya un tipo de infraestructura miserable en que simplemente prime el afán de lucro!
Pero no se trata solo de eso: constituye un ámbito en el cual no existe una institucionalidad. No se cuenta con una municipalidad que cumpla en forma adecuada el rol que se requiere. Y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está en falta con Chile, con los más pobres de nuestro país. Porque, en realidad, no se controla la calidad.
Y hoy día nos sorprendemos, porque se afirma que hemos sufrido uno de los terremotos más graves que recuerda la historia. No es así: hemos tenido otros peores. Y eso debe llamarnos realmente, diría, a reaccionar con prontitud.
Quiero consignar también algunas otras ideas.
No solo se plantean las dificultades expuestas. Hace algún tiempo, ya largo -ocho años, por lo menos-, promoví en la Sala, con la firma de todos los señores Senadores, el Sistema Nacional de Coordinación de la Información Territorial (SNIT). Han trabajado equipos, pero, en definitiva, no hemos avanzado nada.
¿Y por qué lo señalo? Porque se dice: "Nos embistió la naturaleza". ¡No! ¡Nos embistió la torpeza, la ineptitud, la incompetencia, la irresponsabilidad y, en algunos casos, la corrupción! Porque cualquier técnico mínimamente preparado sabe que en algunos lugares no se puede construir. Y los países más serios los dejan como áreas verdes, no por una motivación de otro orden, sino para cautelar y controlar sectores de riesgo, ante la eventualidad de tsunamis en el borde costero.
Insisto en que no disponemos de una institucionalidad adecuada.
Hemos formulado incansablemente algunos reclamos. ¿Por qué los 80 metros de borde costero siguen en manos de una administración como la Armada? Esto no es culpa de esa rama castrense. Lo que ocurre es que la institucionalidad está desadaptada, es disfuncional, o, mejor dicho, es funcional a que, cada vez que haya una catástrofe, se produzca un desastre de esta naturaleza.
Y al área de riesgo sísmico se suma el área de riesgo por aluvión. Tarde o temprano, la mayor parte de esa gente, si no recibía un tsunami , iba a sufrir un aluvión. Cualquiera que haya realizado un curso básico de Geografía sabe que esto es así, que también hay problemas de orden pluviométrico.
Ahora bien, como decía respecto al control de calidad, ¿qué pasa con la construcción? Casas, edificios, obras comunitarias se han venido abajo; incluso, algunas todavía con el rótulo "Se vende".
¿Dónde está la autoridad llamada a fiscalizar tal situación?
En materia de urbanismo, a propósito del tema que analizaba recién, ¡para qué un Ministerio se denomina "de Vivienda y Urbanismo" si no se preocupa del urbanismo!
Si tuviéramos que buscar responsables, habría al menos 5 servicios que debieran haber actuado.
¿Cuál es el responsable, realmente?
La institucionalidad chilena es disfuncional, se encuentra atrasada.
En relación con el SNIT, que es el sistema nacional de áreas de riesgo a que hice referencia, debo decir que no hay concepto, no hay mentalidad, no hay pensamiento, no hay masa crítica en materia de administración territorial. Como señalé hace algún tiempo, el área urbana de nuestras grandes ciudades crece y crece inorgánicamente. No se trata de desarrollos, sino de verdaderas metástasis, cánceres que crecen y crecen.
El Senador señor Zaldívar me pide que le deje algunos minutos. Con mucho gusto.
En cuanto a la red de apoyo a la acción civil, existe una falencia increíble; falta una estructura nacional para canalizar las acciones del voluntariado. Pero no solo eso: no hay recursos, no hay apoyo, no hay un criterio. Actúa Bomberos, por un lado, que ha cumplido una labor maravillosa; la Cruz Roja, por otro; la Defensa Civil, cada día más debilitada, cada día con menos voluntarios, con menores recursos; los radioaficionados, a los que ya se hizo referencia; en fin.
Existe una serie de situaciones.
Deseo terminar diciendo que, en efecto, nos hallábamos en Japón junto al Senador señor Girardi cuando se produjo el terremoto. Pero quiero corregir: se demoró 30 segundos -¡30 segundos!- en activarse la alarma en todos los teléfonos celulares y en todos los televisores de ese país, con una luz amarilla o roja, según el caso. Ello significa que, verificado el terremoto, la onda de radiotelefonía llega antes que la onda del sismo. Y 30 segundos o un minuto es un tiempo que puede salvar la vida de una persona.
Tenemos un desafío inmenso, pero no podemos seguir efectuando sesiones como esta, donde todas estas ideas quedan registradas sin que la autoridad haga absolutamente nada.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Señor Presidente , primero que todo, deseo respaldar su decisión de haber convocado a esta sesión del Senado para deliberar como corresponde respecto a un problema que estamos enfrentando como país.
Lamento, sí, que el señor Ministro del Interior no haya estado en condiciones de quedarse, pues creo que era necesario que estuviese aquí todo el tiempo.
Frente al terremoto y sus secuelas, quiero dejar sentado, como asunto fundamental, que el actual Gobierno tiene que gobernar en plenitud hasta el último día, sin interferencia de ninguna naturaleza. A él le corresponde la responsabilidad del orden público.
Por eso quise conocer el planteamiento oficial del Gobierno a través del Ministro del Interior para ver cómo podemos colaborar todos en el mismo sentido.
Y francamente -lo afirmo con bastante desazón-, cuando le oí mencionar las razones por las cuales el Supremo Gobierno no adoptó las medidas institucionales de emergencia que eran necesarias para enfrentar esta crisis en el tiempo debido, sentí que hubo un grave problema.
Ciertamente, no comparto sus explicaciones. Él aduce que no se contaba con información suficiente; que prácticamente no hubo comunicación. Yo le pregunto: si eso fue así, ¿por qué entonces la señora Presidenta se constituyó en la ONEMI a las 4 ó 4:30 de la madrugada, en forma ejemplar? ¿Por qué él llegó a las 7 de la mañana desde la Quinta Región? Es porque había información que indicaba que la situación era grave. Y creo que era más de la que yo obtuve por medio de la radio de mi auto, donde, a través de una emisora argentina, supe que el Servicio Geológico de Estados Unidos declaraba que en Chile se había producido un terremoto de magnitud 8.8 grados.
Esa es la verdad.
Ante solo eso, la decisión del Gobierno debió ser muy distinta de la que tomó, sin haber dejado pasar un tiempo precioso. Y coloco un ejemplo, para que no se piense que exagero. Revisé cómo se manejó un terremoto bastante similar a este, quizás un poco más grande, al menos en intensidad: el terremoto del año 60, que alcanzó los 9.5 grados. Y lo enfrentó don Jorge Alessandri , Presidente de la República de la época.
¿Cómo se enteró él? Estaban absolutamente rotas las comunicaciones con la zona sur. Se impuso de la situación a través del periodista Enrique Folch , quien supo de la tragedia gracias a la comunicación de radioaficionados.
¿Qué hizo don Jorge Alessandri ? De inmediato suspendió las celebraciones del 21 de Mayo. Más aún: convocó a una reunión de emergencia para tomar medidas urgentísimas.
Ese mismo día dictó los siguientes decretos: uno de emergencia, para organizar la pronta ayuda económica, y otro para fijar precios.
Todo aquello, resuelto por el Ejecutivo. Y en ese tiempo, señor Presidente , no había internet;...
El señor PROKURICA .- No había celulares.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- ...no había celulares; los teléfonos eran bastante rudimentarios; no había helicópteros.
Pero ese Gobierno, ante la emergencia y la incertidumbre, tuvo un criterio esencial: cautelar el orden público. Y eso se llevó a cabo con tanta inteligencia, con tanta oportunidad, que se logró enfrentar con recursos mínimos el mayor terremoto de la historia, en un área geográfica extensa, ya que en ese aspecto fue bastante parecido a este: abarcó desde Talca hasta Chiloé , y también vino aparejado de un tsunami.
Y aquí quiero dejar claro que me parece injusto que hoy día se pretenda endosar al Gobierno la responsabilidad del tsunami. ¡Es bastante discutible!
No estoy de acuerdo con eso.
Distinto es en materia de orden público. Ahí sí que se debieron haber tomado medidas que habrían evitado muchos inconvenientes.
Tanto es así, que el Gobierno de don Jorge Alessandri manejó el problema del Riñihue. ¡Prácticamente, increíble! En menos de 48 horas se superó la crisis. De no haber sido de esa forma, hubiese desaparecido Valdivia .
Un periodista de la época, don Luis Hernández Parker , dice lo siguiente: "Cuando la pavorosa pesadilla del terremoto haya pasado, se escribirá la epopeya del Riñihue: lo que hizo el hombre, ayudado por la máquina y por la técnica, para impedir la destrucción de una zona de cien mil habitantes, por la acción de las aguas de un lago, que quedaron aprisionadas y que quisieron recuperar su libertad con furia y fuerza homicida devastadora".
Esa es la mejor muestra de qué ocurre cuando las cosas se hacen dentro de un círculo virtuoso y en la dirección que corresponde.
Quiero terminar llamando la atención sobre lo siguiente.
Aquí no solo no se manejó el orden público en la forma que todos hubiésemos querido, sino que, además, se produjo una segunda ebullición: un volcán social que nos ha dejado atónitos, como expresó el Senador señor Coloma .
Hemos podido presenciar, en vivo y en directo, saqueos y otras acciones que realmente nos hacen avergonzarnos de que sean cometidas por compatriotas nuestros, cuando otros están sufriendo tanto dolor.
Ayer el periodista Fernando Villegas escribió un artículo que yo voy a leer al menos en parte.
Dice lo siguiente...
El señor NOVOA ( Presidente ).- Señor Senador , su tiempo ya terminó, y le he dado varios minutos extra.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Termino con esto, señor Presidente . Lamentablemente, el Honorable señor Cantero me dejó bastante limitado. Solo necesito un minuto más.
El artículo dice:
"El terremoto del sábado ha sido un evento devastador, pero también revelador. Ha sacado a la luz las debilidades acumuladas a lo largo de años en el completo edificio de nuestra sociedad, frutos venenosos de políticas -públicas y privadas- y de procesos sociales cuyas semillas se sembraron a partir del año 1973, se abonaron en los años sucesivos y se regaron generosamente desde 1990. El resultado es una mezcla explosiva de aspiraciones adquisitivas con una distribución del ingreso que impide a muchos satisfacerlas y de dos generaciones de chilenos pobres -padres entre 25 y 40 años, hijos de entre 10 y 20- criados casi sin control parental ni escolar. A ese combustible se agrega como comburente la hegemonía ideológica de las doctrinas acerca de los derechos humanos, las cuales en muchos casos -legales, judiciales, etc- han sido llevadas a extremos tales de lenidad y obsecuencia, que entorpecen gravemente la determinación o voluntad del Estado para preservar el orden público".
Ese es el mayor drama, señor Presidente : no solo el terremoto, sino esta realidad social que, como muy bien apunta el periodista Fernando Villegas , al igual como lo hizo Luis Hernández Parker hace cincuenta años, es la principal preocupación que tenemos por delante.
Es por todo lo anterior que espero que el próximo Gobierno asuma su período con responsabilidad y generosidad para enfrentar lo que se viene, ya que ello traerá como consecuencia, desde ya, la unidad de todos los chilenos con miras a trabajar por resolver un problema social que hoy es mucho más profundo que un terremoto como el del fin de semana, que de nuevo nos ha puesto en difíciles circunstancias.
¡Hagamos de la adversidad un gran desafío para construir un país más justo y mejor para todos los chilenos!
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Larraín.
El señor LARRAÍN .- Señor Presidente , como me robaron tiempo, pido que me lo restituyan.
Quiero que mis primeras palabras sean para expresar la solidaridad que todos sentimos por las personas que han fallecido, están malheridas o han desaparecido -estas últimas quizás son muchas más-, a sus familias y también a quienes han sufrido daños materiales significativos que afectan su futuro.
Me parece -no sé si corresponde- que el Gobierno debiera decretar duelo oficial con motivo de lo ocurrido. Ojalá el Senado solicite al Ejecutivo proceder en tal sentido, con el fin de dar una señal, un testimonio solidario hacia los que han sufrido más directamente esta catástrofe, en especial por las personas fallecidas.
Sabemos que lo sucedido en el país es grave. Sabemos también que hay distintos niveles de gravedad. Es cierto que la zona costera de las Regiones del Maule y del Biobío es la más afectada; sin embargo, no hay que olvidar, como bien advirtió el Senador señor García , lo acontecido en muchas otras regiones, quizás no tan visible ni tan impactante, pero sí muy profundo.
Por lo tanto, nuestra atención primaria debe dirigirse a los lugares más devastados, sin dejar de considerar que en muchas otras localidades el país también fue golpeado duramente.
Ahora bien, ¿cómo podemos enfrentar esta situación? Si bien es cierto que lo sucedido es muy grave y atroz, las consecuencias siguen produciéndose. No se pueden evitar los terremotos, los maremotos y los aluviones, pero sí es posible prevenir algunos de sus efectos y actuar una vez que esos hechos ocurren. Lamentablemente, debo señalar que, por lo menos en la Región que represento en el Senado -particularmente, en comunas como Parral, Cauquenes , Chanco y Pelluhue-, eso no ha sido así. Las medidas adoptadas no han funcionado y las instituciones no han operado de una manera que haga sentir una diferencia entre vivir formando parte de una institucionalidad, de un sistema, y vivir en la Colonia. En esas comunas aconteció lo mismo que hubiera ocurrido si hubiésemos estado en el siglo XVIII.
Las consecuencias han sido numerosas, la mayoría conocidas. Pero a ellas deseo agregar algunas que se han ido incorporando a medida que se ha contado con mayor información.
En el ámbito agrícola, por ejemplo, los canales se han desbordado, hay zonas que no se están regando, y es probable que la cosecha de arroz en Retiro y Parral -que constituyen la zona donde se produce la mayor parte de ese grano en Chile, probablemente el 70 por ciento- se vea muy afectada. Los productores de , de frambuesas, que deben ser recogidas dentro de cierto tiempo, ya han perdido mucho, porque no han podido entregar estos frutos a las plantas.
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¿Quién responde por eso?
Los pequeños y medianos empresarios, que tienen pequeños comercios, oficinas, talleres, han visto destruido lo que son no solo sus casas, sino también sus fuentes de trabajo.
Aquí es donde uno se empieza a hacer ciertas preguntas. Porque no es justo no entender lo que ha pasado. Y la primera que me hago es qué reacción han tenido nuestras autoridades. Aclaro, señor Presidente , que me refiero a las de mi zona, a las de las comunas que he mencionado.
Debo decir que no ha habido ninguna reacción. Hasta el día de hoy no ha llegado ni el Intendente de la Región , ni el Ministro del Interior , quien es el responsable en estas materias. Por desgracia se ha ido, seguramente para atender cosas más importantes y no para oír lo que tiene que oír. Ninguna de las autoridades responsables de la Región ha estado presente.
Cuando le pregunté al Intendente por qué no había ido, me respondió que no lo había hecho porque no tenía helicóptero. Yo ya había recorrido toda la zona en vehículo y me había podido empapar del drama humano que están viviendo miles de compatriotas para poder tomar las medidas adecuadas. Tomarlas desde los escritorios, desde La Moneda, no es suficiente: hay que empaparse de lo que sucede y conocerlo de primera mano. ¡Nada de eso se hizo!
¿Qué pasó con los planes de emergencia? Déjenme decirles que en mi zona no existen, y si los hay, son de aficionados, porque no ha ocurrido absolutamente nada.
La gente ha trabajado con lo que hay. La Gobernadora de Cauquenes, los alcaldes, los funcionarios públicos, se han movilizado de una manera impresionante, admirable. No han dormido, no han comido. Lo han hecho "con las patas y el buche": con mucha voluntad, pero cero recursos, cero apoyo.
¿Qué ha pasado con las comunicaciones? Aquí el señor Ministro dijo que fallaron. ¡No, señores: no hay sistema de comunicaciones!
Antes de ir a mi zona llamé a Carabineros, a Investigaciones, al Ejército, a las más altas autoridades. ¡No tenían comunicación con esas comunas! No tenían una comunicación distinta de la que tiene cualquier ciudadano.
Yo me pregunto: ¿qué hubiera pasado si en vez de un embate de la naturaleza hubiésemos estado frente a un conflicto bélico? ¡Habría ocurrido un desastre!
Creo que la irresponsabilidad que hay en esto no es tolerable. Me dirán que estoy haciendo una crítica política o de otro tipo. ¡Me da lo mismo! Yo aquí estoy representando el sentimiento de dolor y de frustración de gente a la que hasta el día de hoy no se le ha tendido una mano ni se le ha brindado apoyo. Esa gente está abandonada y aislada. Y, aunque no le guste a alguien, lo voy a decir hasta que lleguen las ayudas y los apoyos que se requieren.
Hay otras situaciones que también considero inexplicables y espero que se aclaren, porque algunas de ellas deben ser despejadas de inmediato.
¿Qué pasa con las personas desaparecidas?
Hay dos tipos de fallecidos. Uno son las víctimas del terremoto propiamente tal, que son cientos. ¡La pérdida de una vida ya es mucho! Pero son los efectos del maremoto los que han causado por lo menos las tres cuartas partes de los muertos, concentrados en el Maule, entre Constitución y Curanipe.
Me pregunto, señor Presidente , qué ha pasado con los desaparecidos en estos hechos. Quiero decirles que en el camping de Curanipe, arrasado por las olas, no se sabe qué cantidad de gente había: 500, 1.000 ó 1.500. Y la verdad es que la búsqueda, efectuada por carabineros y personal municipal, se ha hecho con "palitos". Yo lo he visto.
Cuando pedí ayuda para resguardar la seguridad de las zonas afectadas, me dijeron: "Primero debemos ubicar los cuerpos". Se trataba de tres carabineros buscando cadáveres con "palitos".
¿Dónde están los rescatistas? ¿Dónde están los buzos tácticos? Por supuesto, partieron a Haití. ¡Gran show! ¡Muy importante! ¡A lo mejor, a esa nación se fue toda la ayuda, la que ha faltado ahora!
Pero para ir a buscar las personas que están bajo las casas en Coñaripe, no se ha contado con personal especializado. Y ello es muy grave, porque a lo mejor se habrían salvado vidas.
Planteé al señor Intendente de mi Región esta misma materia, y me dijo: "¡Qué raro!". Llamó al Superintendente de Bomberos delante de mí para peguntarle qué había pasado. Le respondió: "No sé, pues. Estamos listos para ir a rescatar donde usted nos diga, pero no hemos recibido ninguna orden: no sabemos dónde tenemos que ir ni qué debemos hacer.". Eso ocurrió el lunes, a las 3 de la tarde, señor Presidente .
¡Cuántas vidas se habrían salvado si se hubiera actuado oportunamente!
De tanto reclamar, hoy ya está llegando la ayuda. Pero se perdieron días y horas valiosas. Y la gente sufrió las consecuencias.
¡Por qué no se decretó el estado de catástrofe a tiempo!
Siempre en estas contingencias, por muchas razones, deben intervenir las fuerzas especializadas, en especial, los militares.
¡Por qué no se decretó el toque de queda en todos los lugares!
Aquí se ha hablado de pillaje en el comercio. Pero hay otro factor mucho más grave y generalizado. Por ejemplo, en Linares -no es una de las zonas más afectadas- se cayeron o están gravemente dañadas 3 mil viviendas, motivo por el cual el mismo número de familias tuvieron que irse a la casa de amigos o familiares. ¿Quién cuida de esas viviendas y de los bienes que ahí se encuentran para que no roben los pillos que entran disimuladamente por la noche?
En Cauquenes y en Parral, el 50 por ciento de las casas están dañadas o inutilizadas.
¡Por eso es necesario el toque de queda: dar tranquilidad a la gente mientras pernocta en otros lugares!
En la costa, todos suben a los cerros durante la noche, porque tienen temor. ¿Quién cuida de sus cosas?
Yo he visto a personas llevarse distinto tipo de útiles y materiales de las casas derrumbadas. Sus dueños las perdieron y no pudieron salvar lo poco que les quedaba. A los vehículos destruidos les sustraen llantas, radios y lo que sea.
Esas son las situaciones que ocurren.
Cabe preguntarse: ¿qué pasó con la alerta de tsunami ? Ello se deberá explicar. Porque aquí hubo un aviso y este no generó reacción alguna. Es cierto que después se titubeó, como dijo el Almirante ayer. ¡Muy lamentable! Ya veremos cómo se resuelve el asunto el día de mañana.
Esas son las cosas que nos producen enorme angustia.
Tendrán que asumirse muchas responsabilidades: políticas, penales, administrativas.
Con razón la gente va a demandar al Fisco por los perjuicios sufridos a causa de la negligencia del aparato estatal, que ha carecido de la capacidad de prevenir, de responder a tiempo ante la emergencia y de evitar daños.
Hoy día, señor Presidente , más que recibir explicaciones -como las que ha dado el Ministro -, queremos soluciones.
Muchas cosas se están haciendo tardíamente, después de cuatro días de pérdidas. Sin embargo, hay otras que todavía se pueden llevar a cabo de modo adicional.
Tengo doce propuestas, pero, en atención al poco tiempo que me queda, solo me referiré a seis de ellas.
1) Hacer ver al Ministro del Interior, a los Intendentes y a otras autoridades que deben ir a terreno, oigan a la gente y se impongan de los problemas. Es la única manera de que se sensibilicen frente a lo que está ocurriendo.
2) Resolver el problema relativo a la falta de información.
La gente en los lugares afectados está incomunicada y aislada, y no sabe lo que pasa afuera. Del mimo modo, quienes se encuentran fuera de esa zona desconocen lo que sucede dentro de ella. No existen mecanismos como el de los radioaficionados u otros ni operan las comunicaciones de telefonía móvil. Si alguien llama por celular a Pelluhue, no obtendrá respuesta. No hay radio; no hay nada.
Pido que se habilite un sistema mediante el cual las personas puedan llamar a algún lugar y recibir información.
3) Apoyar a los municipios. Se les debe empoderar y dar recursos, pues son los únicos que han actuado con cierta presteza para atender esta causa.
4) Organizar la ayuda voluntaria.
Existe mucho deseo e impulso humano de solidaridad, el cual no debe estar desorganizado. De lo contrario, podría convertirse en un estorbo en vez de ser un aporte. Se debe coordinar.
Además, no podemos rechazar la ayuda internacional, argumentando que estamos blindados frente a tales situaciones o que nosotros somos expertos en todo. ¡Por favor!
5) Solicitar que respecto de las deudas bancarias de las pymes se estudie la posibilidad de prorrogar los pagos, ya que muchas de ellas no podrán cumplir en la fecha pertinente.
6) Revisar algunas cuestiones en materia tributaria -pienso que ello es factible-, como aplazar el pago del IVA, que vence el 12 de marzo, dado que muchos no estarán en condiciones de servir esa deuda; prorrogar el pago del permiso de circulación en unos quince días. En fin, dar alguna holgura a la gente de las zonas afectadas.
Espero que algunas de esas ideas lleguen a las autoridades.
Señor Presidente, ha habido mucho dolor y tristeza por causa del terremoto y del maremoto, pero también por la forma como se ha respondido a la gente en esta circunstancia.
La última acción de este Gobierno y la primera del próximo es resolver la emergencia. Porque todavía siguen las consecuencias. Hay personas fallecidas y otras desaparecidas. El resto de los afectados está sobreviviendo con angustia y con pánico por las réplicas que se suceden, sin haber sentido el apoyo del Gobierno y de la comunidad.
Debemos hacer sentir el respaldo y ser eficientes en los resultados, sin esperar que las cosas se arreglen solas.
Eso es lo primero. Después vendrá la reconstrucción.
Como muy bien dijo el Senador señor Ominami , entre otros, esta será una tarea realizada por un Gobierno de unidad y de reconstrucción nacional, que deberá enfrentar el bicentenario con otra mirada.
El Gobierno de Sebastián Piñera deberá cambiar sus prioridades. Todos unidos tendremos que llevar a cabo la reconstrucción, la recuperación del país y el plan para ponerlo en marcha de nuevo.
Espero que, de esta dolorosa circunstancia, surja la oportunidad para hacer un mejor país para todos.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente , no cabe duda de que nuestro país ha sufrido una gran tragedia a raíz del terremoto -uno de los más fuertes registrados en el mundo, el quinto en intensidad- que se sintió desde la Quinta Región hasta la Novena, afectando a más de 13 millones de habitantes.
Primero se produjo el dramático sismo y posteriormente el tsunami ; luego algo muy indigno e incalificable: el saqueo de los establecimientos comerciales y la pretensión de asaltar las viviendas. Y mucho después, fueron quemados algunos de los locales que habían sido objeto de robos. ¡Algo realmente terrible!
¡No se puede decir cuál de esas tres realidades es la más dolorosa!
Eso es lo que hemos vivido.
El Presidente del Senado ha convocado a esta sesión especial precisamente para analizar la situación y ver cómo la enfrentamos con unidad de chilenos.
Nuestra Corporación debiera estar a disposición del Ejecutivo para coordinar y prestar ayuda. ¡Pero a cuatro días de la catástrofe algunos solo vienen a hacer cargos, como si ello solucionara los problemas! Ya habrá tiempo más adelante para analizar las responsabilidades.
Actuemos con generosidad. Hagamos frente al momento que estamos viviendo.
¡Todavía hay mucho dolor y un gran número de personas desaparecidas! ¡Son más de 800 los muertos por enterrar! ¡Hay gente que no tiene alimento; hay gente que no tiene agua; hay gente que no tiene vivienda! ¡Cómo los cobijamos! ¡Esa es nuestra preocupación hoy día!
Si la alerta fue oportuna o no es algo que se está analizando. La ONEMI ya dijo que las informaciones fueron imprecisas y ambiguas. Por eso la autoridad no actuó con presteza. Debe investigarse el asunto, pero después. Hay tiempo para eso. Ahora preocupémonos de lo contingente.
Por otra parte, señor Presidente , comprendo el dolor de nuestros colegas por lo sucedido en sus respectivas Regiones. Escuché lo manifestado por algunos sobre las Regiones Sexta, Novena y otras. Yo represento a la Octava, que junto con la Séptima fueron las más golpeadas.
Yo sufrí el terremoto en Concepción. Resultó muy intenso. Ni siquiera me podía mantener en pie, porque el movimiento me botaba automáticamente.
Nunca habíamos tenido un terremoto de características tan graves.
Concepción fue afectado fuertemente, al igual que Talcahuano, donde, además del sismo, se sufrieron los efectos del tsunami , que arrastró barcos y contenedores a metros de la plaza. En ambas ciudades hay gente desaparecida y existe gran dolor -como ha ocurrido en todas partes-, porque se cortó la energía eléctrica, el agua potable, las comunicaciones, el combustible: ¡Se paralizó la ciudad!
Eso es lo que estamos viviendo. Y en comunas como Tomé, Dichato , Coliumo , Cobquecura, las viviendas fueron arrasadas en más de 80 por ciento. Allí todavía hay muchos desaparecidos y la gente tiene un gran dolor e incertidumbre.
Otras comunas del interior sufrieron graves daños. Todos sabemos que en nuestros pueblos las casas son de adobe y las techumbres de tejas. Tienen muros a veces de un metro de espesor. Habían resistido tres terremotos: el de 1939, el de 1960 y el de 1985. Pero ahora no aguantaron y cayeron. Y las tejas también fueron precipitadas al suelo. Ya no pueden continuar en pie. De aquí para adelante debemos preocuparnos para que no se siga construyendo con este tipo de materiales.
El sismo afectó a muchas comunas del interior, donde no hubo tsunamis . Sin embargo, han sufrido grandes catástrofes, por lo cual también deben contar con ayuda pronta.
Nuestra preocupación de ahora es cómo insinuamos o pedimos al Ejecutivo que intensifique el apoyo. Yo puedo dar testimonio -tal como otros colegas lo hacen respecto de sus zonas- que el Intendente, los Gobernadores, los Seremis, los Jefes de Servicios y los Alcaldes de la Región que represento han estado trabajando, sin dormir prácticamente, durante todos estos días. Se han sacrificado y han hecho todos los esfuerzos necesarios para salir adelante. Pero, evidentemente, no es suficiente.
Mientras viajaba rumbo al Parlamento, vi llegar a muchos Secretarios de Estado y a otras autoridades: la Ministra de Vivienda , el Ministro de Transportes , la Subsecretaria de Carabineros, la Subsecretaria de Hacienda . Además, fueron a la zona afectada el Ministro y el Subsecretario del Interior , el Ministro de Defensa : ¡Cuántas autoridades han acudido a las Regiones amagadas! La preocupación es evidente ante esta catástrofe de magnitudes insospechadas.
¡No se puede comparar un fenómeno de la Naturaleza, que llega sin aviso alguno, con un estado de guerra! ¡Porque este último, en un momento determinado, se sabe cuándo va a llegar, tomándose, por supuesto, todas las medidas para enfrentarlo adecuadamente!
Hace muchos años que no nos azotaba una catástrofe natural como la que hoy enfrentamos. Por eso, nuestra mayor preocupación y aporte es reconocer aquí lo que nuestras autoridades y la Presidenta de la República han hecho y las medidas que han adoptado.
También, debemos agradecer la ayuda internacional que llega y preocuparnos de que ella se reparta de manera adecuada y equitativa a las familias afectadas. Porque muchos sectores se aprovechan: algunos reciben más y otros absolutamente menos o nada. Nuestra preocupación es cómo hacer llegar la ayuda que nos han enviado -y que, sin duda, seguirán mandando- a cada una de esas zonas.
De otro lado, nuestro país dispone de los medios y de los alimentos necesarios para socorrer a cada uno de los lugares afectados. El problema es cómo evitar el caos, el saqueo y el no respeto por la ley y la autoridad.
Debo reconocer que las Fuerzas Armadas han restablecido el orden y que el toque de queda ha permitido, justamente, llegar con estas ayudas a todos esos sectores.
¿Qué debemos analizar aquí? Lo que son nuestras falencias ante catástrofes como esta.
¡La luz eléctrica, el agua potable y las comunicaciones han fallado! Tales servicios los dirige el Gobierno, pero es el sector privado el que tiene la obligación de mantenerlos bajo cualquiera circunstancia. Por eso no debemos hacer cargos a uno ni a otro. Chile entero ha sufrido. Aquí tenemos que ver cómo enarbolamos las banderas para enfrentar unidamente el gran problema que se nos presenta.
Hay muchas lecciones que sacar.
Hablé de las casas de adobe que se cayeron ¡Es predecible que así suceda! Pero no es lógico que viviendas y edificios entregados recién hace seis meses se hayan derrumbado y que hospitales que no hace dos años se edificaron queden inutilizados.
¡La infraestructura pública, con el terremoto, ha sufrido grandes daños! ¡Quién la ha construido! ¡No existe acaso la Cámara Chilena de la Construcción! ¡Y nos sentíamos orgullosos de las grandes edificaciones que se estaban realizando en el país! ¡Será que en algunos casos, por afanes de lucro, no se colocaron los materiales que corresponden o no se emplearon las dosificaciones adecuadas, con riesgo de la vida de miles de chilenos!
El señor LETELIER .- ¡Así es!
El señor SABAG.- ¡Estas son cosas que tenemos que investigar el día de mañana! ¡Tenemos que hacerlo!
Yo no he venido aquí a pasar cuentas, sino a ver cómo colaboramos todos para que cada hogar afectado reciba la mano cariñosa del Gobierno, de las autoridades del país, del Parlamento, de los Alcaldes; cómo vamos a socorrer a las personas, a decirles que compartimos su dolor, que las vamos a apoyar en esta emergencia para que en el futuro puedan reconstruir sus viviendas.
Chile está hoy día en condiciones de hacerlo. Tenemos la generosidad y la grandeza para decirles que no las vamos a dejar abandonadas.
Nos vamos a demorar años -¡años!- en reparar esta catástrofe. Y debemos actuar siempre con grandeza y generosidad.
Valoro algunas de las propuestas formuladas aquí. Por supuesto que la gente no puede pagar el agua, la luz, el teléfono, los dividendos, las cuotas en los bancos, los impuestos. Hay que prorrogar su cancelación. Los deudores deben tener la tranquilidad de que nadie los va a poner en DICOM o cobrarles, porque eso no corresponde en estos momentos. Esa es una sugerencia. Es evidente que en la repartición de los recursos y en la ayuda a la gente debe usarse la institucionalidad, las municipalidades, las juntas de vecinos, las organizaciones sociales, para que haya verdadero apoyo y equidad.
Señor Presidente , llamo a todos nuestros colegas a la unidad y a la generosidad. ¡Ya habrá tiempo para realizar investigaciones! ¡Pero hoy día quiero decir a mi Gobierno, a nuestras autoridades y a las que estén mañana que aquí está nuestro apoyo y nuestro respaldo para enfrentar unidos esta tragedia enorme que enluta a nuestro país y que va a significar atraso y postergación de los anhelos de muchas personas! ¡Aquí está Chile de pie como uno solo!
¡También quiero decir a todos los afectados y a los dolidos por sus parientes muertos que estamos juntos a ustedes y que desde el Senado les enviamos un abrazo, nuestro afecto, nuestro cariño y nuestro mayor apoyo en esta tragedia que aflige a nuestros compatriotas!
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente , quiero iniciar mis palabras expresando mi solidaridad con los familiares de las víctimas y aportando, también, una mirada distinta a lo que hoy se ha dicho en la Sala.
Ayer un científico sostuvo que la magnitud de este terremoto fue tan grande que desplazó el eje en torno del cual gira el planeta en que vivimos; fue de una brutalidad tal, que nunca antes en la historia moderna se había conocido.
Se habla con cierta ligereza del terremoto de Valdivia y de las medidas que se adoptaron. Eso no se hizo en el mismo día de la tragedia ni a la semana siguiente, sino mucho después e, incluso, meses más tarde de que se supieran las consecuencias de aquel terremoto que afectó a Chiloé, Palena y a otros lugares.
Vivimos un hecho tremendo.
No hay mejores muertos ni daños más importantes que otros.
Yo, en representación de la Sexta Región, quiero decir que hemos vivido una catástrofe cuyas proporciones el país aún no conoce. Las 33 comunas fueron devastadas; se produjo un tsunami en Bucalemu, en Pichilemu, y los problemas de destrucción de infraestructura vial han sido muy graves.
La realidad es que hay comunas tremendamente afectadas, como Chépica, Pichidegua, Las Cabras, San Vicente , Santa Cruz , Nancagua, y también sectores de Chimbarongo, Codegua y, brutalmente, Coltauco y Doñihue, donde 30 a 50 por ciento de las viviendas están en el suelo.
Las estadísticas hablan de más de 27 mil viviendas -¡27 mil!- absolutamente destruidas en la Sexta Región. Dicha cifra incluye las que sufrieron daños mayores y las que se encuentran destruidas por completo, no las viviendas sociales que están actualmente en evaluación a lo menos en seis comunas, en proporciones o magnitudes aún desconocidas.
En Santa Cruz, en la Villa 26 de Septiembre, se vino abajo un edificio, que colapsó por completo; en San Fernando, la Villa Bellavista se encuentra en evaluación, y en Rengo también lo está la Villa San Francisco, con más de 12 edificios que probablemente deberán ser demolidos; en Rancagua, en las Villas Los Parques y Cordillera, más de mil 200 viviendas fueron evacuadas; en Las Cumbres hay construcciones con daños estructurales graves, que se están evaluando; en Graneros, en la Villa Los Regidores, y en Mostazal, en la Bernardo Retamal, miles de familias se encuentran en la calle, viviendo en la oscuridad.
En la Sexta Región todavía hay comunas sin luz ni agua. Más de 15 servicios de agua potable rural fueron devastados.
La Gobernación de Colchagua: inutilizable. El Municipio de Santa Cruz: destruido, y la situación de los de Chépica y Nancagua es tremendamente precaria.
En la Región se perdió el patrimonio colonial de las iglesias como en ninguna otra zona de nuestro país. Fue devastado un pedazo de nuestra historia, partiendo por las Iglesias de La Merced; de la Compañía; de San Francisco, en San Fernando; y la de Huilquío, por mencionar solo algunas.
Se produjo un tremendo desastre ecológico con el daño del canal de relave, que contaminó Doñihue en forma grave.
Señalo estas cosas porque coincido con el Senador señor García : duele por momentos la falta de información y la manera como los medios de comunicación han manejado este tema, sin permitir dar a conocer claramente la magnitud de la crisis para que, a partir de ello, se puedan analizar las medidas pertinentes.
Discúlpeme, señor Presidente , si tomo un minuto más para referirme a esto.
Yo no voy a entrar a la discusión por las culpas, por los responsables. Me parece de una pequeñez tremenda hacerlo en este momento. Lo que sí puedo decir es que la respuesta de las compañías de electricidad, por lo menos en mi Región, ha sido deficiente; que las empresas de agua no han tenido generadores para dotar del vital elemento a los pueblos con la rapidez necesaria, y que la telefonía móvil colapsó.
¡Es bonito hablar de Japón! ¡Y qué importa! ¡Aquí no había celulares que funcionaran! Aún existen sectores del país donde no hay telefonía que opere adecuadamente. Las empresas no han tenido una reacción rápida frente a la emergencia y necesitamos legislar al respecto. No estoy hablando de culpas. Formulo una reflexión acerca de los problemas.
Carabineros de Chile no disponía de un sistema nacional de comunicaciones adecuado a la crisis. Yo no voy a decir que esta Institución es responsable. Lo señalo para realizar un aprendizaje de las dificultades que hay que enfrentar.
Hoy las tareas principales son probablemente dos. Y no voy a entrar en la discusión de si todos los municipios y Gobiernos Regionales han estado a la altura. Yo creo, honestamente, que, con el tamaño del Estado que tenemos, con el tamaño de la ONEMI que tenemos, se ha reaccionado lo mejor posible. Pero debemos pensar por sobre todo lo siguiente.
Quiero plantear dos propuestas, no más.
Señor Presidente , necesitamos definir la "Operación Invierno". Es indispensable asegurar techos para la gente que está en la calle. Y eso significa disponer de capacidad de respuesta en dos meses, porque en ese lapso comienza a llover desde la Séptima Región hacia el sur; en tres meses, desde la Región Metropolitana al sur. Y hoy en día no hay capacidad para construir la cantidad de mediaguas que se precisan. Se requiere un plan nacional de construcción. La acción de este fin de semana es determinante.
Necesitamos, en segundo término, dentro de ese plan, una política de reconstrucción de la vivienda rural, la más dañada, donde no se puede usar el sistema actual a través de las EGIS y con procesos de postulación que demoran años. Se requiere una situación distinta. Necesitamos políticas de créditos específicos, no para todos los chilenos, sino para los afectados, y de créditos especiales para poner al comercio de pie.
El señor NOVOA (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LETELIER.- Termino en un minuto, señor Presidente.
Yo estoy seguro de que todas las Regiones sienten un dolor. Lo sentimos en la Sexta Región junto con el Senador señor Chadwick , pero ahí se ha trabajado codo a codo. Es mi experiencia en Rancagua, con un alcalde perteneciente a la UDI. Nosotros no hemos entrado en esa discusión torpe de si uno es del "Colo" o de la "U"; de Gobierno o de Oposición. Aquí la única forma de enfrentar el daño que sufren las personas, los niños, que probablemente viven los mayores traumas, es mediante un accionar conjunto.
Lo principal es que ya está afluyendo la ayuda. Hubo especulación; lo vimos. El comercio no se hallaba abierto el sábado y el domingo para enfrentar una crisis de esta magnitud. Hoy uno ve camiones llevando ayuda en todo el país a las comunidades afectadas. Yo aplaudo ese esfuerzo, el de los voluntarios. Definamos nosotros cómo proponemos los contenidos del plan de reconstrucción nacional, que es donde más podemos cooperar.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Señor Presidente , trataré de ser muy breve, ciñéndome a los minutos de que dispongo, de los cuales parece que se me escaparon algunos.
Antes de nada, quiero respaldar la decisión del Presidente del Senado en cuanto a citar a esta sesión. Eso sí, le manifesté con mucha claridad que yo entendía que ella debía destinarse al análisis y no a la búsqueda de culpabilidades a trochemoche en el accionar del Gobierno, porque aquí se ha tenido una visión sesgada.
Lamento que el debate se haya producido de esta manera, y también, que Senadores a quienes yo respeto mucho (los seguiré respetando porque entiendo que de repente, a la luz de lo que sucede, se van palabras que no se quieren decir) hayan sobrepasado -excúsenme que lo diga- el respeto con que debe tratarse un asunto como este.
Segundo punto importante. Para poder saber si efectivamente se actuó bien o mal es preciso ver la magnitud del sismo. Y dejémoslo establecido aquí, de una vez por todas: este es el terremoto más grande que ha tenido Chile en su historia. Porque para valorar lo que significa un movimiento telúrico para la sociedad tienen que medirse, a lo menos, tres elementos: uno, la magnitud -y este es de los más grandes-; dos, el territorio afectado -se menciona mucho a los terremotos de Valdivia y de Concepción en 1960, pero estos abarcaron cuatro Regiones y aquí estamos hablando de seis o siete, 350 kilómetros-; y tres, el estado de la situación del país, la forma como se han realizado las cosas.
Por eso, me parece lamentable la manera en que han abordado este tema algunos Senadores, y quiero precisarlo.
Pero, antes de eso, deseo pedirle a la Mesa que recoja todas las sugerencias positivas que se han hecho aquí -son muchas- y las transforme en un memorándum de lo que acuerde o proponga la Sala a fin de hacérselo llegar al Ejecutivo para que cumpla con una tarea que no solo es del actual Gobierno, sino también del futuro.
En ocho días más va a asumir otro Gobierno. La disposición de los Senadores democratacristianos es ayudar en todo lo relacionado con esta materia. Y debo decir que no vamos a empezar a buscar culpabilidades de lo que pase a partir de ese momento. Cuando hay un terremoto como este creo que, obligatoriamente, tenemos que abordar los asuntos con una visión más de país, más elevada.
El otro elemento que me preocupa, señor Presidente , es que aquí hemos usado un lenguaje que -lo vuelvo a decir- me parece lamentable. Se puede criticar todo lo que se quiera a la ONEMI. Pero ningún señor Senador tiene derecho a venir a hablar aquí de que hay que cuidarse de los terremotos y también de la "ENEMI", como si se tratara de la enemiga.
¡Eso no se hace! " de caballeros", decía mi profesor de francés. ¡Entre nosotros nos respetamos!
Ce n'est pas
Tampoco tienen derecho algunos señores Senadores a expresar que poco menos que hemos desconocido que se está "tratando" de recoger a los muertos porque no se sabe dónde se encuentran.
Señor Presidente , comparto el dolor de mis Honorables colegas, porque también murió gente amiga mía.
Pero, si quieren usar ese lenguaje, no se enojen si por nuestra parte utilizamos las palabras que corresponden para responder.
¡Yo también quiero saber dónde están "otros muertos" en mi país! Lo digo así, derechamente, si se desea usar aquel lenguaje.
Además, aquí hay que medir las cosas en su estricto sentido histórico.
Un señor Senador, para sorpresa mía, defendió la actitud y la conducta del Presidente Alessandri con ocasión del terremoto de 1960.
¡Pero si no fue así, pues! ¡Por el amor de Dios!
Sé que mis colegas harán la broma correspondiente: de que yo soy tan viejo y recuerdo. Pero así es. Y estoy tratando de sacar la cuenta de qué edad tenía en esa época el Senador que defendió al Gobierno de Alessandri.
El señor NARANJO .- ¡No había nacido aún...!
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Debo decir que las cosas no sucedieron como Su Señoría menciona. ¡Treinta días después -lo sé porque trabajaba en el Hospital Regional de Concepción- todavía nos faltaban los elementos necesarios! Hoy día, independientemente de lo que haya pasado con las estructuras de los establecimientos hospitalarios, está llegando lo que se requiere, salvo en Arauco, en nuestra zona. Y el Senador Pérez Varela lo sabe muy bien.
Por lo tanto, tengamos cuidado con el modo como analizamos las cosas.
Otro señor Senador decía también que los Ministros no se habían movido a ninguna parte.
El señor LARRAÍN.- El Ministro del Interior.
El señor CHADWICK .- ¡Con el terremoto, sí...!
El señor RUIZ-ESQUIDE.- El Ministro del Interior ha estado en nuestra zona varias veces. Y el Ministro Viera-Gallo se encuentra hoy en la Región del Maule.
Aquí no se trata de que solo se encuentre el titular del Interior. Porque con ese criterio van a exigir también la presencia de la señora Presidenta de la República , en circunstancias de que un Gobierno se halla conformado por distintas personas.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Terminó su tiempo, Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Señor Presidente , le solicito 30 segundos adicionales para terminar mi intervención.
El señor NOVOA (Presidente).- Muy bien.
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Quiero decir con toda franqueza que aquí hay que mirar la gravedad de lo sucedido, nuestros méritos y errores, y sacar las conclusiones para que le sirvan al Gobierno posterior. El país no se acaba con un terremoto ni es mejor porque está bajo tal o cual Administración.
¿Sus Señorías creen que afectándose 500 a 600 kilómetros de territorio con un sismo de esta magnitud todo puede ser perfecto? ¡Imposible!
Ahora, comparto dos o tres puntos que se han mencionado.
Primero, lo relativo a las comunicaciones.
En algún momento tendremos que discutir de quién es la responsabilidad. ¿De las autoridades o de un Estado que las entregó a la propiedad privada?
¡Que me digan por qué las empresas eléctricas, ESSBIO y las demás no han resuelto los problemas!
En segundo lugar, aquí no se ha hablado de los municipios. ¡Algo muy extraño...!
La Municipalidad de Concepción, que es importante, y la de Constitución están en manos de representantes de la Oposición. Pero no hemos mencionado una sola palabra para criticar que haya habido alcaldes que dijeran: "No tengo dinero para nada".
Entonces, ¿por qué no se ha establecido que los municipios tengan la capacidad de disponer a lo menos de un mínimo para hacer frente a las primeras 48 horas posteriores a un siniestro, sobre todo en un país tan largo...
stock
El señor NOVOA (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor RUIZ-ESQUIDE .- Termino inmediatamente, señor Presidente .
El señor NOVOA (Presidente).- Puede continuar.
El señor RUIZ-ESQUIDE .- No se le puede achacar la responsabilidad solo al Gobierno.
Y, por último -es lo que más me preocupa; y perdónenme por decirlo-, me avergüenza lo que ha pasado en Chile con el pillaje. Pero, si de hacer comparaciones se trata, debo recordar que en 1960 y 1953 en Concepción el pillaje fue peor que el actual. ¡Lamentablemente!
Ante esta situación tienen que actuar no solo las autoridades municipales -lo han hecho de manera inadecuada al señalar los concejales o los alcaldes que esto es responsabilidad exclusiva del Gobierno-, sino también la sociedad civil.
Es una pena que la ciudadanía no haya estado organizada de manera que pudiera asumir una actitud distinta.
¿Hubo pillaje? Sí. Pero también lo hubo de parte de las instituciones privadas -tampoco se habla de esto- que construyeron edificios que se cayeron antes de ser utilizados. ¡Eso es pillaje! Y lo es también que se posibilitara que en determinado momento instituciones privadas entraran a un conjunto de actividades.
En resumen, si todos usamos un lenguaje adecuado y hablamos entre nosotros como corresponde, considero que podremos trabajar bien con este Gobierno y con el que viene.
Por favor, meditemos sobre cómo enfrentamos este terremoto, para cumplir ahora y en el futuro.
Debo decir que me apena la forma en que todos los canales de televisión han informado acerca del sismo, sin mostrar una sola de las cosas positivas que se han llevado a cabo.
He dicho.
El señor NOVOA ( Presidente ).- El Honorable señor Ruiz-Esquide ha formulado un planteamiento muy concreto: confeccionar un resumen de las distintas proposiciones de los señores Senadores a fin de enviárselo al Ejecutivo .
Pido el acuerdo de la Sala para que lo realice la Secretaría -de modo que no tengamos que remitirle al Gobierno una transcripción de la Versión Oficial de la sesión-, con el resguardo de que se incluyan todas las propuestas de los señores Senadores.
--Así se acuerda.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.- Señor Presidente , seré muy breve, por razones de tiempo.
El Senador señor Letelier ha hecho una muy buena y pormenorizada descripción para dar a conocer que el 27 de febrero pasado se produjo un terremoto devastador en la Sexta Región.
Y es muy fácil comprender por qué fue así.
Además de todo lo señalado, se trata de una zona eminentemente rural, con una edificación preferentemente de adobe. ¡El adobe terminó en Chile el 27 de febrero! En la Sexta Región se vino por entero al suelo.
Eso nos muestra la magnitud del daño que tenemos allí.
Asimismo, las provincias de Colchagua y de Cardenal Caro, desde San Fernando y Chimbarongo hasta Pichilemu, se encuentran dentro de la franja donde se produjo la fractura de la placa.
Por tanto, nuestra Región está contenida en los trescientos y tantos kilómetros del epicentro del terremoto del 27 de febrero y, en consecuencia, ha sufrido desde el maremoto de Pichilemu hasta la devastación de todas las comunas rurales comprendidas en las dos provincias mencionadas.
Señalo esto porque quiero hacer una petición muy concreta.
Las ondas sísmicas no distinguen ni entienden de divisiones políticas o administrativas en un país. Por consiguiente, la Sexta Región, muy especialmente las provincias de Colchagua y de Cardenal Caro, requiere igual tratamiento que el otorgado a la Séptima y Octava Regiones: que desde ya se declare el estado de catástrofe en caso de calamidad pública, como señala la Constitución, por la necesidad de contar con la organización, los recursos, las facilidades administrativas y las atribuciones especiales que tienen las autoridades bajo ese régimen.
Por ello, pido muy formalmente en esta sesión del Senado que se le solicite al Gobierno la declaración de estado de catástrofe para la Sexta Región.
De otra parte, advierto una situación que generará un enorme riesgo social, que veo venir muy pronto.
Me explico.
En el día de hoy, por ejemplo, el BancoEstado ha comunicado que a los deudores habitacionales de la Séptima y Octava Regiones se les concederán todo tipo de facilidades en materia de postergaciones de plazos para el pago de sus compromisos. Y las distintas casas comerciales y bancos privados están otorgando igual tipo de beneficios. ¿Por qué? Porque ambas Regiones fueron declaradas en estado de catástrofe. Ese es su parámetro objetivo.
¿Qué diferencia puede existir entre los más de mil habitantes de la Villa Cordillera, en Rancagua, completamente inhabilitada para vivir, y los de Curicó que están sufriendo igual situación, y en ambos casos se trata de deudores habitacionales del BancoEstado o del sistema SERVIU?
Por esa razón, si ello no se hace ahora vendrá una explosión social, porque se trata de una medida tremendamente discriminatoria y arbitraria.
Señor Presidente , en forma muy breve -con el objeto de que pueda intervenir el Senador señor Pérez Varela - señalaré algunas cuestiones de carácter general, sin ir para atrás, sino para aprender lecciones hacia delante.
En primer lugar, un sismo de 8,8 grados de intensidad en la Escala de Richter es devastador aquí y en cualquier lugar del mundo. Eso es de cultura general. Y se supo de inmediato que era de esa magnitud por la información proveniente de Estados Unidos.
En segundo término, si el epicentro de un terremoto de esta intensidad es cercano a la costa, significa maremoto,...
La señora MATTHEI .- ¡Obvio!
El señor CHADWICK.-..., tsunami, conforme al sentido común. Y yo no espero a que la Armada, ni la ONEMI, ni el barco manicero de la esquina me lo tengan que indicar.
La señora MATTHEI .- ¡Es obvio!
El señor CHADWICK.- Lo es según el sentido común. Y no necesito fax: 8,8 grados de intensidad es maremoto.
En tercer lugar, señalar o dar la idea de que Chile, frente a un terremoto de 8,8 grados, puede superarlo con cierta normalidad constituye un juicio de una liviandad muy grande. Y el sábado en la mañana se dio a entender con alguna soberbia que Chile sí, con cierta normalidad, podía sobreponerse a la emergencia.
Señor Presidente, 8,8 grados cambiaron el eje de la Tierra, como lo indicó el Senador señor Letelier.
Y, por último, el problema a mi juicio no son las comunicaciones, los celulares. No. Es otro.
Cuando ocurre un terremoto de 8,8 grados de intensidad se sabe exactamente los efectos que producirá. Dentro de ellos: se terminan las comunicaciones, se acaba la energía, no hay agua, se cortan los caminos.
Entonces, uno esperaba -o yo creía- que en el Chile del siglo XXI, un país sísmico, cuando sobreviniera un terremoto de esta magnitud, todo lo relacionado con ello estuviera protocolizado, estudiado, previsto, y que tanto el carabinero del retén más lejano como la autoridad más importante supieran de inmediato lo que tenían que hacer, sin necesidad de celulares ni de comunicaciones.
He dicho.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor Pérez Varela. Después podrá intervenir el señor Subsecretario .
El señor PÉREZ VARELA.- Señor Presidente , es indudable que el sábado en la madrugada tuvimos un terremoto de efecto devastador. Lo han dicho aquí reiteradamente diversos señores Senadores. Y eso es así.
En la Región a la cual yo represento el efecto fue de esa misma característica: devastador.
Pero, en el breve tiempo de que dispongo, quiero plantear una cuestión adicional, que por lo menos en mi zona también tuvo consecuencias devastadoras.
El orden público es muy fácil perderlo, y extraordinariamente difícil recuperarlo. Y lo que pasó en la capital de la Región fue que por más de 48 horas el orden público se perdió.
El Ministerio del Interior, el Gobierno, cuya principal responsabilidad es mantener el orden y la seguridad públicos no cumplió su tarea al respecto.
Y eso agravó significativamente los daños que ya nos había provocado el terremoto de las 4:30 de la mañana. Porque no solo aquí se asaltaron y destruyeron los supermercados (ya que alguien puede decir que la gente estaba en procura de alimentos), no solamente se destruyeron los servicentros (la gente puede señalar que se buscaba combustible), sino también un sinnúmero de instituciones, de pequeños comercios, de habitaciones, de colegios fueron saqueados.
Esa es una lección que debemos aprender desde ya: el orden público no cuesta nada perderlo, y perderlo es dañar a las personas.
Por lo tanto, aquí, como primera lección, se debe entender que en una situación de esta magnitud uno de los valores fundamentales es la tranquilidad y el orden ciudadanos, porque eso permite a su vez resolver los problemas que sobrevengan.
Aquí se cortaron la luz eléctrica y el agua, y no se podía trabajar porque había pillaje, saqueo y violencia. Nadie controlaba ni protegía absolutamente nada. Por consiguiente, en vez de que el agua llegue en 48 horas, su reposición se prolongará a 72 horas, o a 84. El daño se agravó, y eso alguien lo tiene que explicar y se debe asumir, porque la principal responsabilidad de un gobierno es mantener el orden y dar seguridad a los ciudadanos, particularmente en una situación catastrófica como la que se vivió con este terremoto.
En segundo lugar, el Senador señor Cantero señaló una cuestión en la que tiene toda la razón.
Frente a una emergencia de esta naturaleza hemos discutido varias veces sobre las medidas que se deben tomar.
Cuando ocurrió el terremoto de Tocopilla hablamos de cuáles eran las falencias. Y se señalaron la comunicación, la manera de enfrentar la emergencia, los recursos para ayudar a la gente y cómo reconstruir la zona afectada.
Cuando sucedió lo de Chaitén fue exactamente lo mismo. Vimos que no estábamos preparados para hacer frente a una catástrofe.
Entonces, de una vez por todas reconozcamos, como país, que no tenemos un plan para enfrentar una emergencia. Y debemos hacerlo. No hay un plan para afrontar una emergencia de esta índole. ¡Que el Gobierno lo reconozca, porque no existe!
Nadie sabía qué hacer frente a esta emergencia, pese a que somos un país sísmico y a que todos los organismos científicos internacionales decían que podíamos sufrir un terremoto de esta magnitud.
Además de lo anterior está el problema de las comunicaciones.
Señor Presidente , el Alcalde de Curanilahue el lunes, hablando en la Radio Bío-Bío, dijo que ese era el primer medio que tenía para comunicarse con el Intendente. El lunes -reitero-, a través de la Radio Bío-Bío, el Alcalde de Curanilahue , que es de la Concertación, dijo: "Por fin puedo hablar para que me escuchen las autoridades".
Bueno, quiero decir que al día de hoy a Curanilahue, o a toda la provincia de Arauco, no ha llegado absolutamente ninguna ayuda, y la situación es devastadora, igual que en Lota.
Por consiguiente, aquí deseo expresar una cuestión fundamental, pese a que hay muchas más cosas que señalar: espero que la reconstrucción y la ayuda no se limiten solo a las grandes ciudades.
En Arauco, en Lota, en la provincia del Biobío y en Chillán, zona que yo represento, también ha habido daños serios. Pero todo el vigor comunicacional y de las autoridades que efectivamente han ido se ha centrado en el gran Concepción, que, por cierto, tuvo daños importantísimos. No obstante, también hay otros lugares en que las personas están sufriendo. De modo que espero que el esfuerzo de reconstrucción que todos hagamos se extienda al conjunto de los chilenos que han padecido los devastadores efectos de este terremoto, porque si no, seguiremos concentrando en las grandes ciudades la eficacia o la acción de las autoridades.
Señor Presidente , esta ha sido una catástrofe que nos debe dejar muchas enseñanzas. Creo que resulta fundamental entender que un gobierno no puede abdicar de su principal función, que es la de mantener la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos: que una familia, pese a que su casa ha quedado resquebrajada, sepa que sus bienes van a ser protegidos; que el pequeño comerciante no será asaltado por una turba; que el establecimiento educacional donde estudian sus hijos no va a ser saqueado.
Esa responsabilidad no la tiene otro sino la autoridad.
Hoy día -espero que ya cada vez menos- en Concepción nuestros vecinos, nuestros amigos, de distintos niveles sociales, en poblaciones, en barrios acomodados -hay fotos publicadas incluso en medios internacionales-, a partir de las 5 ó 6 de la tarde se encuentran armados en la entrada de sus hogares, condominios, villas. ¿Por qué? Porque la autoridad abdicó a lo menos 48 horas de mantener el orden y la seguridad públicos.
He dicho.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Si le parece a la Sala, se prorrogará la hora de término de esta sesión por el tiempo que sea necesario para oír la intervención del señor Subsecretario .
--Así se acuerda.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el señor Subsecretario.
El señor RIVEROS ( Subsecretario General de la Presidencia ).- Honorables señoras y señores Senadores, ciertamente he escuchado con especial atención las intervenciones habidas esta tarde, y no obstante el acuerdo adoptado en el sentido de hacer llegar las conclusiones de la presente sesión al Ejecutivo , he tomado particular nota de las propuestas concretas aquí formuladas para poderlas estudiar y ver cuáles de ellas pueden ser asumidas en este breve lapso de tiempo que nos queda como Gobierno.
Hay un punto al cual deseo referirme de partida: los comentarios sobre la ausencia en la Sala del señor Ministro del Interior en esta fase de la discusión.
Ella fue comunicada oportunamente al señor Presidente del Senado y entiendo que a los Comités, y, por lo demás, él también dio la respectiva explicación al momento de hacer uso de la palabra.
Creo que tal circunstancia, por cierto, contará con la comprensión de los señores Senadores, pues el señor Ministro se encuentra con una especial carga de trabajo en este momento, debe resolver materias importantes, y su ausencia no es en desmedro de esta sesión. Por el contrario, el solo desplazamiento hasta Valparaíso implica gran cantidad de tiempo, y también su permanencia en la Sala.
Por lo tanto, el hecho de que haya debido ausentarse no significa menoscabar la presente sesión, pues debía analizar asuntos relevantes.
Sin embargo, con franqueza digo que me parece particularmente injusto lo mencionado por el Honorable señor Larraín -que no se ha quedado en la Sala, seguramente para no oír lo que debe escuchar-, porque él ayer tuvo la oportunidad de conversar largamente y dar su punto de vista al respecto en una reunión que sostuvo con el Ministro del Interior .
De tal manera que ese tipo de cosas es conveniente aclarar y precisar, porque si no queda en el ambiente una sensación que en caso alguno como Ejecutivo queremos que permanezca.
A continuación, deseo aludir a algunos aspectos aquí tratados.
Creo que no se halla en cuestión la magnitud de la catástrofe. Nuestra estimación es que ella puede ser la mayor que nuestro país ha sufrido desde que se tiene registro. Porque existe una combinación de elementos que aquí han sido señalados, como su intensidad: de 8,8 grados en la Escala de Richter, que se determina en el epicentro. Pero también está la de Mercalli, que establece la sensación y efectos producidos por el sismo, que aquí tuvo características de terremoto, afectando desde la Quinta Región (de Valparaíso) hasta la de La Araucanía.
Por eso, también escuché con especial y particular interés lo manifestado por el Senador señor García , porque creo que efectivamente lo relativo a La Araucanía merece asimismo una atención especial.
Lo anterior refleja la magnitud de esta catástrofe en cuanto a la extensión territorial longitudinal, la cual representa un elemento a considerar.
Señalada la intensidad, algo muy particular sucedió con el sismo que nos afectó: la magnitud de su extensión. Esta circunstancia no se dio en otros que desgraciadamente ha sufrido el país, como el de 1960, que fue el mayor terremoto de la historia y el más intenso desde que hay registro, pero no en cuanto a extensión de territorio.
Respecto de la población involucrada en los acontecimientos, que mucho tiene que ver con el orden público, es algo que no podemos dejar fuera del análisis.
Aquí se encuentra implicada, prácticamente, el 80 por ciento de la población de nuestro país, que se concentra en tres Regiones: de Valparaíso, Metropolitana de Santiago y del Biobío.
Entonces, atendidas la intensidad, extensión territorial, población involucrada y duración del sismo, que fue aproximadamente de 2 minutos con 20 ó 40 segundos, tenemos elementos de más para observar su magnitud. Y ello, por supuesto, incide también en las medidas, en la reacción y en una cantidad de otros factores a considerar.
Tocante a la reacción, en la Sala se mencionó un conjunto de variables, incluso lo ocurrido el año 1960. Sin embargo, debo señalar que el mismo día de ocurrido el terremoto de gran magnitud se determinó como zonas afectadas por catástrofe a las Regiones de Valparaíso, del Libertador General Bernardo O´Higgins, del Maule, del Biobío, de La Araucanía y Región Metropolitana.
Por lo tanto, las zonas de catástrofe fueron decretadas desde el mismo 27 de febrero.
Hago presente lo anterior, a propósito de una intervención en que se mencionó tal hecho.
El día 28 de febrero, se decretó estado de excepción constitucional de catástrofe, por calamidad pública, en las Regiones del Maule y del Biobío (decretos N°s 152 y 153, respectivamente). El decreto N° 150 corresponde al sábado 27.
Entonces, se contaba con los instrumentos pertinentes.
Y los mencionados decretos N°s 152 y 153 han permitido que la autoridad militar correspondiente quede a cargo del orden público en las Regiones del Maule y del Biobío.
Todo eso ocurrió dentro de las 24 y antes de las 48 horas siguientes al sismo.
Reitero que tal determinación fue especialmente necesaria en virtud de la cantidad de población involucrada, que ciertamente produce desafíos de orden público muy particulares. No es lo mismo enfrentar una catástrofe de tales características con tanta población implicada que con una de menor tamaño.
A continuación, estimo conveniente referirme a algunos aspectos puntuales que se deben considerar ante los efectos del terremoto que nos afectó, como el vial.
Honorables Senadoras y Senadores, pese a la magnitud de lo sucedido, con todas las dificultades del caso, porque se habían caído puentes, pasarelas -casi en su totalidad de carreteras concesionadas-, Chile no perdió la conectividad entre Arica y Puerto Montt. ¡No la perdió! Ciertamente que la demora era mucho mayor, en algunos casos altísima, o más del doble de lo que normalmente se ocupa en dicho trayecto.
Pero hoy día, a poco más de 96 horas de acontecidos los hechos -aunque parece que hubieran ocurrido hace ya tanto tiempo, y no es así, pues recién estamos en el cuarto día desde que tuvo lugar la tragedia-, la demora entre Puerto Montt y Santiago , de acuerdo a los testimonios directos de personas que han recorrido dicho tramo -entre ellas se encuentran parlamentarios- es de 14 horas.
El señor ORPIS .- ¡21 horas!
El señor RIVEROS ( Subsecretario General de la Presidencia ).- Perdón. Tenía otros antecedentes. No importa, dejémoslo en 21 horas.
Pero después de haber sufrido tanto, el que tengamos conectividad por nuestra carretera central, es un hecho que no podemos dejar pasar, sobre todo cuando hemos escuchado mucha crítica, expresada con tanta fuerza, respecto a una situación como la que menciono.
En cuanto a la ayuda, puedo decir que ella debe entregarse en función de un diagnóstico sobre lo que efectivamente ocurrió, considerando sus características, e identificando dónde están los principales problemas. Bueno, habrá mucho que discutir al respecto.
Lo concreto es que según el reporte que me llegó (de las 13:45 horas de ayer), se han despachado 7 mil 890 toneladas de ayuda humanitaria -a eso ya se refirió el Ministro del Interior-, de las cuales 4 mil corresponden a alimentos y agua.
Debo además señalar que desde la ONEMI central se realizan órdenes de compra para dar respuesta a las necesidades de cada Región.
De todas maneras, se siguen efectuando envíos desde el nivel central. Pero muchas órdenes de compra se emiten para ser despachadas en las propias Regiones.
Señor Presidente , yo tenía pensado hacer una pormenorizada entrega de antecedentes, incluso Región por Región -dada la duración de la sesión, los voy a dejar a disposición de Sus Señorías-, vinculados con los desplazamientos vías aérea, marítima y terrestre, a través de las cuales se está haciendo llegar ayuda de magnitud, por cierto sin descuidar -aquí se ha subrayado como uno de los elementos esenciales- a las localidades más pequeñas, más lejanas o de más difícil acceso.
Eso -insisto- ha involucrado el accionar del voluntariado, de las Fuerzas Armadas (Fuerza Aérea, Armada y Ejército), de Carabineros y de Investigaciones en todo lo relacionado con comunicación, transporte y resguardo del orden público.
No creo que sea del caso -reitero- entregar en este momento el informe pormenorizado que preparé, el cual, como dije, queda a disposición del Senado.
La reposición de los servicios de utilidad pública, señor Presidente , es un aspecto de particular envergadura. Ello, porque al respecto nos hemos enfrentado a un elemento novedoso: cómo coordinar el accionar del Estado con el de las empresas privadas.
Tocante al restablecimiento de servicios públicos, debemos tener presente que tanto en el caso de la energía eléctrica, en cualquiera de sus fuentes, como en los del transporte, la vialidad central, las telecomunicaciones, el agua potable, los servicios sanitarios y otros, nuestro país depende de las empresas particulares. Esto ha demandado un esfuerzo especial de coordinación, toda vez que la población, como es natural, le exige a la autoridad pública el restablecimiento de los servicios pertinentes y ella debe actuar ante los particulares para que respondan adecuada y suficientemente frente a la emergencia.
En ese ámbito hemos trabajado francamente. Hemos realizado varias reuniones para posibilitar la coordinación. Y ha habido un proceso paulatino y creciente de restablecimiento de la electricidad; del agua potable, que mucho depende del restablecimiento de la electricidad; de la red vial, y de todo lo atinente al transporte y las telecomunicaciones.
En Chile tenemos una cobertura de telecomunicaciones notable, sin lugar a dudas, que funciona cabalmente en la normalidad. Pero, puesta a prueba en las emergencias, presenta complicaciones.
Todos conocemos nuestra cobertura de telefonía celular, que funciona muy bien. Pero, en la emergencia, hemos detectado la necesidad de hacer inversiones para reforzarla.
En estos momentos, señor Presidente, nos hallamos en la fase de la emergencia. Ya vendrá la de la reconstrucción.
Ahora, no solo la reconstrucción requiere unidad: también la emergencia.
Aquí un señor Senador dijo: "La reconstrucción requiere unidad". Yo agrego: "La emergencia también requiere unidad y cooperación, y que nadie saque ventajas políticas, ni económicas, ni financieras, ni de ningún tipo de una situación en la que el país sufre".
En cuanto a la ayuda internacional, tengo que ser asimismo claro y muy categórico.
¡Nunca hemos rechazado la ayuda internacional! ¡Y por eso ha llegado: desde Bolivia , Australia, Canadá , República Popular China, Corea , Cuba, Indonesia , Unión Europea, España , Japón , Argentina, Perú , Francia, Estados Unidos, Suiza, Rusia, Uruguay ; desde la CEPAL; desde la Organización de los Estados Americanos! Y, por supuesto, siguen el ofrecimiento y la llegada.
Lo que ocurre -y no escapará a la comprensión de Sus Señorías- es que uno tiene que saber recibir la ayuda internacional y, también, qué pedir, pues ha de focalizarse. De modo que debe ser idónea para lo que se necesita. Porque nuestro país tiene ciertas peculiaridades que obligan a proceder así. Y, felizmente, contamos con inserción internacional y, por tanto, tenemos confianza para plantearles con franqueza a las naciones e instituciones qué requerimos.
Señor Presidente , Honorable Senado, he querido intervenir aquí en la perspectiva de lo que ha sido la sesión que nos convoca. Y reitero la idea central, que se encuentra presente en la frase "¡Fuerza, Chile!". ¡Fuerza con unidad, con espíritu de colaboración!
No me cabe la menor duda de que esta rama de nuestro Parlamento estará en esa misma línea de acción.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Señor Subsecretario , usted hizo mención de un informe sobre toda la ayuda prestada por la ONEMI. Le agradecería que nos dejara copia de él, para distribuirlo después a todos los señores Senadores.
El señor RIVEROS (Subsecretario General de la Presidencia).- Con mucho gusto, señor Presidente.
El señor NOVOA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Cantero.
El señor CANTERO.- Señor Presidente , en un orden de aspectos complementarios y sin relación directa con la temática que nos convoca, quiero sugerirle a la Mesa que tome las medidas necesarias para evitar que el personal concurra a las oficinas. En estos minutos hay gente trabajando en ellas, y se ha señalado que mañana se haría con normalidad.
Yo propongo, dada la problemática existente -falta de ascensores y todo lo que conocemos-, una suspensión de actividades por lo menos hasta el lunes próximo.
El señor NOVOA ( Presidente ).- Su Señoría, los ascensores comenzarán a funcionar mañana.
Respecto al personal de los señores Senadores, sugiero que cada cual dé instrucciones a sus colaboradores.
En cuanto a los funcionarios, el señor Secretario General dispone de acuerdo a las necesidades de la Corporación.
En todo caso, Sus Señorías pueden ver que el edificio es absolutamente seguro. Y se nos ha garantizado que hoy quedará funcionando un ascensor. Por tanto, quienes vengan tendrán la posibilidad de usarlo y trabajar con normalidad.
Señores Senadores, se cumplió el objetivo de esta sesión especial.
¿Hay alguna moción de orden?
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).- Señor Presidente , le había pedido una interrupción al señor Subsecretario . Lamentablemente, no pudo concedérmela.
Deseo referirme a una materia importante, para que el Ejecutivo la tenga en consideración.
Me parece muy relevante que se prorroguen todos los plazos judiciales, administrativos y tributarios, a fin de que el cumplimiento de algunas obligaciones en esos ámbitos no tenga problemas.
Ello se ha hecho en el pasado, pues ayuda a la normalización del país.
Y la prórroga no puede limitarse a las Regiones donde se decretó estado de catástrofe, sino que debe regir a nivel nacional.
Además, es necesario determinar que las actuaciones judiciales, administrativas o tributarias realizadas eficazmente tendrán validez.
Eso es muy significativo para lograr la normalidad jurídica en el futuro, en los próximos 30 días, y evitar que la situación se nos vuelva en contra.
En consecuencia, señor Presidente, por su intermedio, le hago ese planteamiento al señor Subsecretario General de la Presidencia, para que el Gobierno lo considere.
El señor NOVOA (Presidente).- Se agregará a las distintas proposiciones que han formulado los diversos señores Senadores.
PETICIONES DE OFICIOS
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios.
El señor NOVOA (Presidente).- Se les dará curso en la forma reglamentaria.
--Los oficios cuyo envío se anuncian son los siguientes:
Del señor HORVATH:
A los señores Ministros de Defensa Nacional y de Obras Públicas, solicitándoles HABILITACIÓN DE CAMINO CHAITÉN-PUERTO MONTT Y DE BASE MÍNIMA DE FUERZA AÉREA EN BALMACEDA.
A los señores Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción, Subsecretario de Pesca, Presidentes de CONAPACH y Presidentes de CONFEPACH; a las organizaciones de pesca artesanal, y a las organizaciones de trabajadores de plantas pesqueras, pidiéndoles ENVÍO A COMISIÓN DE PESCA DEL SENADO DE INFORMACIÓN QUE VIABILICE MEDIDAS PARA REVITALIZACIÓN DE ACTIVIDADES PESQUERAS Y ACUÍCOLAS DAÑADAS POR RECIENTES SISMO Y MAREMOTO.
Al señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, planteándole REPAROS DE COMUNIDAD DE LAS GUAITECAS A EVENTUAL TRATO DIRECTO CON EMPRESA AEROCORD PARA VIAJES SUBSIDIADOS DESDE Y HACIA MELINKA.
A los señores Ministro del Interior, Subsecretario de Telecomunicaciones y ejecutivos de Radio Bío-Bío, solicitándoles RECONOCIMIENTO PÚBLICO A RADIO BÍO-BÍO POR NOTABLE ACCIÓN SOCIAL EN TRANSMISIONES SOBRE RECIENTES SISMO Y TSUNAMI.
El señor NOVOA ( Presidente ).-
Por haberse cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 19:19.
Manuel Ocaña Vergara
Jefe de la Redacción