Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. ACTAS
- IV. CUENTA
- DEVOLUCIÓN DE PROYECTO A COMISIÓN DE AGRICULTURA.
- V. OBJETO DE LA SESIÓN
- ANÁLISIS DE LA SOSTENIDA BAJA DEL PRECIO DEL DÓLAR. PROYECTO DE ACUERDO.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Eduardo Saffirio Suarez
- INTERVENCIÓN : Pablo Lorenzini Basso
- INTERVENCIÓN : Julio Dittborn Cordua
- INTERVENCIÓN : Juan Carlos Latorre Carmona
- INTERVENCIÓN : Antonio Leal Labrin
- INTERVENCIÓN : Mario Bertolino Rendic
- INTERVENCIÓN : Jose Francisco Encina Moriamez
- INTERVENCIÓN : Ignacio Urrutia Bonilla
- INTERVENCIÓN : Ximena Vidal Lazaro
- INTERVENCIÓN : Alejandro Garcia Huidobro Sanfuentes
- INTERVENCIÓN : Alejandra Sepulveda Orbenes
- INTERVENCIÓN : Mario Venegas Cardenas
- INTERVENCIÓN : Marcelo Forni Lobos
- INTERVENCIÓN : Eugenio Tuma Zedan
- INTERVENCIÓN : Javier Hernandez Hernandez
- INTERVENCIÓN : Sergio Correa De La Cerda
- INTERVENCIÓN : Rosauro Martinez Labbe
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Eduardo Saffirio Suarez
- Juan Carlos Latorre Carmona
- Pablo Lorenzini Basso
- Roberto Delmastro Naso
- Julio Dittborn Cordua
- Fernando Meza Moncada
- Osvaldo Palma Flores
- Alfonso Vargas Lyng
- Alfonso Vargas Lyng
- Jaime Quintana Leal
- Carlos Montes Cisternas
- Marcelo Forni Lobos
- Alejandro Garcia Huidobro Sanfuentes
- Eugenio Tuma Zedan
- Juan Masferrer Pellizzari
- Gaston Von Muhlenbrock Zamora
- Enrique Jaramillo Becker
- Mario Venegas Cardenas
- Rene Manuel Garcia Garcia
- Alberto Eugenio Cardemil Herrera
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- ANÁLISIS DE LA SOSTENIDA BAJA DEL PRECIO DEL DÓLAR. PROYECTO DE ACUERDO.
- CIERRE DE LA SESIÓN
- VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Francisco Renan Fuentealba Vildosola
- Jorge Burgos Varela
- Eduardo Saffirio Suarez
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 356ª
Sesión 6ª, en martes 18 de marzo de 2008
(Especial, de 18.32 a 20.54 horas)
Presidencia del señor Bustos Ramírez, don Juan.
Presidencia accidental del señor Ortiz Novoa, don José Miguel.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.
Prosecretario , el señor Álvarez Álvarez, don Adrián.
ÍNDICE
I.- ASISTENCIA
II.- APERTURA DE LA SESIÓN
III.- ACTAS
IV.- CUENTA
V.- OBJETO DE LA SESIÓN
VI.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
VII.- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
ÍNDICE GENERAL
Pág.
I. Asistencia 4
II. Apertura de la sesión 7
III. Actas 7
IV. Cuenta 7
- Devolución de proyecto a Comisión de Agricultura 7
V. Objeto de la sesión.
- Análisis de la sostenida baja del precio del dólar. Proyecto de acuerdo 7
VI. Documentos de la Cuenta.
1. Informe sobre la II Reunión Extraordinaria del Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), de la Unión Interparlamentaria (UIP), realizada en Caracas, Venezuela, del 13 al 15 de marzo de 2008 39
2. Moción de los diputados señores Fuentealba, Burgos y Safirio, que modifica las normas aplicables a la designación de Fiscal Nacional y Fiscales Regionales del Ministerio Público. (boletín N° 5773-07) 41
3. Oficio del Tribunal Constitucional por el cual pone en conocimiento de la Cámara de Diputados el requerimiento de inconstitucionalidad de los decretos supremos que aprobaron otorgamiento de préstamo del Banco del Estado al sistema de Transporte Público de Pasajeros Transantiago. Rol N° 1035-08-INC. (Oficio N° 1840) 42
VII. Otros documentos de la Cuenta.
1. Oficio de la Comisión de Agricultura, Silvicultura y Desarrollo Rural por el cual solicita el asentimiento de la Corporación para que el proyecto que “modifica el artículo 10 de la ley N° 18.525, que establece normas sobre importación de mercancías al país”, que se encuentra actualmente en la Comisión de Hacienda sea remitido a la Comisión de Agricultura. boletín N° 5343-01.
I. ASISTENCIA
-Asistieron los siguientes señores diputados: (111)
NOMBRE (Partido* Región Distrito)
Accorsi Opazo, Enrique PPD RM 24
Aguiló Melo, Sergio PS VII 37
Allende Bussi, Isabel PS RM 29
Alvarado Andrade, Claudio UDI X 58
Álvarez-Salamanca Büchi, Pedro RN VII 38
Álvarez Zenteno, Rodrigo UDI XII 60
Araya Guerrero, Pedro PDC II 4
Arenas Hödar, Gonzalo UDI IX 48
Ascencio Mansilla, Gabriel PDC X 58
Bauer Jouanne, Eugenio UDI VI 33
Becker Alvear, Germán RN IX 50
Bertolino Rendic, Mario RN IV 7
Bobadilla Muñoz, Sergio UDI VIII 45
Burgos Varela, Jorge PDC RM 21
Bustos Ramírez, Juan PS V 12
Cardemil Herrera, Alberto IND RM 22
Ceroni Fuentes, Guillermo PPD VII 40
Correa De la Cerda, Sergio UDI VII 36
Cristi Marfil, María Angélica UDI RM 24
Cubillos Sigall, Marcela UDI RM 21
Chahuán Chahuán, Francisco RN V 14
De Urresti Longton, Alfonso PS X 53
Díaz Del Río, Eduardo PDC IX 51
Díaz Díaz, Marcelo PS IV 7
Dittborn Cordua, Julio UDI RM 23
Duarte Leiva, Gonzalo PDC RM 26
Egaña Respaldiza, Andrés UDI VIII 44
Eluchans Urenda, Edmundo UDI V 15
Encina Moriamez, Francisco PS IV 8
Enríquez-Ominami Gumucio, Marco PS V 10
Espinosa Monardes, Marcos PRSD II 3
Espinoza Sandoval, Fidel PS X 56
Estay Peñaloza, Enrique UDI IX 49
Farías Ponce, Ramón PPD RM 30
Forni Lobos, Marcelo UDI V 11
Fuentealba Vildósola, Renán PDC IV 9
García García, René Manuel RN IX 52
García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro UDI VI 32
Godoy Ibáñez, Joaquín RN V 13
Goic Boroevic, Carolina PDC XII 60
González Torres, Rodrigo PPD V 14
Hales Dib, Patricio PPD RM 19
Hernández Hernández, Javier UDI X 55
Herrera Silva, Amelia RN V 12
Insunza Gregorio De Las Heras, Jorge PPD RM 28
Isasi Barbieri, Marta PAR I 2
Jaramillo Becker, Enrique PPD X 54
Jarpa Wevar, Carlos Abel PRSD VIII 41
Jiménez Fuentes, Tucapel IND RM 27
Kast Rist, José Antonio UDI RM 30
Latorre Carmona, Juan Carlos PDC VI 35
Leal Labrín, Antonio PPD III 5
León Ramírez, Roberto PDC VII 36
Lobos Krause, Juan UDI VIII 47
Lorenzini Basso, Pablo PDC VII 38
Martínez Labbé, Rosauro RN VIII 41
Masferrer Pellizzari, Juan UDI VI 34
Melero Abaroa, Patricio UDI RM 16
Meza Moncada, Fernando PRSD IX 52
Monckeberg Bruner, Cristián RN RM 23
Monckeberg Díaz, Nicolás RN VIII 42
Monsalve Benavides, Manuel PS VIII 46
Montes Cisternas, Carlos PS RM 26
Moreira Barros, Iván UDI RM 27
Mulet Martínez, Jaime PDC III 6
Muñoz D'Albora, Adriana PPD IV 9
Nogueira Fernández, Claudia UDI RM 19
Norambuena Farías, Iván UDI VIII 46
Núñez Lozano, Marco Antonio PPD V 11
Ojeda Uribe, Sergio PDC X 55
Olivares Zepeda, Carlos PDC RM 18
Ortiz Novoa, José Miguel PDC VIII 44
Pacheco Rivas, Clemira PS VIII 45
Palma Flores, Osvaldo RN VII 39
Paredes Fierro, Iván IND I 1
Pascal Allende, Denise PS RM 31
Paya Mira, Darío UDI RM 28
Pérez Arriagada, José PRSD VIII 47
Quintana Leal, Jaime PPD IX 49
Recondo Lavanderos, Carlos UDI X 56
Robles Pantoja, Alberto PRSD III 6
Rojas Molina, Manuel UDI II 4
Rossi Ciocca, Fulvio PS I 2
Rubilar Barahona, Karla RN RM 17
Saa Díaz, María Antonieta PPD RM 17
Sabag Villalobos, Jorge PDC VIII 42
Saffirio Suárez, Eduardo PDC IX 50
Salaberry Soto, Felipe UDI RM 25
Sepúlveda Hermosilla, Roberto RN RM 20
Sepúlveda Orbenes, Alejandra PDC VI 34
Silber Romo, Gabriel PDC RM 16
Sule Fernando, Alejandro PRSD VI 33
Súnico Galdames, Raúl PS VIII 43
Tarud Daccarett, Jorge PPD VII 39
Tohá Morales, Carolina PPD RM 22
Tuma Zedan, Eugenio PPD IX 51
Turres Figueroa, Marisol UDI X 57
Ulloa Aguillón, Jorge UDI VIII 43
Uriarte Herrera, Gonzalo UDI RM 31
Urrutia Bonilla, Ignacio UDI VII 40
Valcarce Becerra, Ximena RN I 1
Valenzuela Van Treek, Esteban PPD VI 32
Vallespín López, Patricio PDC X 57
Vargas Lyng, Alfonso RN V 10
Venegas Cárdenas, Mario PDC IX 48
Venegas Rubio, Samuel PRSD V 15
Verdugo Soto, Germán RN VII 37
Vidal Lázaro, Ximena PPD RM 25
Von Mühlenbrock Zamora, Gastón UDI X 54
Walker Prieto, Patricio PDC IV 8
Ward Edwards, Felipe UDI II 3
-Concurrieron, también, el presidente del Banco Central , don José De Gregorio.-
II. APERTURA DE LA SESIÓN
-Se abrió la sesión a las 18.32 horas.
El señor BUSTOS (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III. ACTAS
El señor BUSTOS ( Presidente ).-
El acta de la sesión 1ª de la legislatura 356ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 2ª de la misma legislatura queda a disposición de las señoras diputadas y de los señores diputados.
IV. CUENTA
El señor BUSTOS (Presidente).-
El señor Prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.
-El señor ÁLVAREZ ( Prosecretario ) da lectura a la Cuenta.
DEVOLUCIÓN DE PROYECTO A COMISIÓN DE AGRICULTURA.
El señor BUSTOS ( Presidente ).- Si le parece a la Sala se accederá a la solicitud de la Comisión de Agricultura, en orden a que el proyecto que modifica la ley sobre importación de mercancías al país, actualmente en la Comisión de Hacienda, le sea devuelto para nuevo primer informe.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
V. OBJETO DE LA SESIÓN
ANÁLISIS DE LA SOSTENIDA BAJA DEL PRECIO DEL DÓLAR. PROYECTO DE ACUERDO.
El señor BUSTOS ( Presidente ).-
Esta sesión se motivó en una presentación suscrita por 42 diputados y diputadas, con el objeto de “analizar la sostenida baja del precio del dólar en Chile y los aspectos que inciden en ella”.
Han sido invitados el Presidente del Banco Central de Chile , don José De Gregorio Rebeco; los ministros de Hacienda y de Economía , señores Andrés Velasco Brañes y Hugo Lavados Montes, respectivamente, y los gerentes de las Divisiones de Estudios y de Política Financiera del Banco Central, señores Pablo García Silva y Kevin Cowan Logan, respectivamente.
En el tiempo previo de 15 minutos, establecido en el artículo 74 del Reglamento, tiene la palabra el diputado señor Eduardo Saffirio.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente , celebro la presencia del Presidente del Banco Central en esta sesión. Sabíamos que ayer se encontraba participando en un seminario en Argentina y leímos unas buenas declaraciones. Sin embargo, nosotros habíamos pedido esta sesión especial antes de sus dichos, porque queremos conversar seria y respetuosamente sobre la actual situación del tipo de cambio en el país.
No es necesario ahondar en la importancia del tema, pero nuestro país vive un proceso de integración comercial y financiero mucho más intenso que en el pasado, por lo cual el manejo cambiario adquiere un rol preponderante; es decir, cuanto mayor es el peso del comercio exterior en nuestra economía, mayor es la incidencia del tipo de cambio en su marcha.
Es cierto, el peso se ha apreciado en porcentajes muy importantes, situación que se viene dando desde hace varios meses, pero lo que ocurrió en febrero y, ahora, durante marzo es bastante complejo, porque no parecía posible que el dólar se llegase a transar en 430 pesos y muchos dicen que si no se actúa, pronto estará bajo los 400 pesos.
Particularmente aceptable y prudente fue la decisión del Consejo del Banco Central de no subir la tasa de interés la semana pasada, sobre todo si consideramos que hace algunas horas la Reserva Federal norteamericana volvió a bajar su tasa y hoy tenemos 4 punto de diferencia entre la nuestra, que es de 6,25, y la estadounidense, que es de 2,25. Esto constituye un nuevo impulso para el ingreso de capitales especulativos, llamados golondrinas, que en el corto plazo pueden acelerar la caída del dólar.
No nos interesa la situación particular de algunos negocios, empresas o industrias de la economía. En una democracia, defender estos intereses particulares es el legítimo papel de los grupos de presión. A nosotros, a los 42 diputados que pedimos esta sesión especial, nos preocupa la tendencia de mediano y largo plazo del tipo de cambio, que nos parece desalineada y que puede provocar más de algún dolor de cabeza en nuestra actividad económica, en las empresas productivas que tanto esfuerzo le han costado al país y, sobre todo, en el empleo.
El corto plazo es el espacio para la especulación y los especuladores, y el largo plazo es el ámbito de acción de la inversión y de la producción. Bajo esta óptica deberíamos mirar lo que está ocurriendo con el tipo de cambio en el país.
Sabemos que el problema es complejo, que la economía mundial está viviendo una situación que invita a plantear novedosas tesis respecto de lo que puede estar pasando con la economía norteamericana, que está muy complicada, y con China e India, dos países emergentes muy activos, responsables del creciente precio de los commodities, incluidos el cobre y el petróleo, en el mercado internacional. Por lo tanto, es particularmente relevante la coordinación y la sintonía fina que debe existir entre el Banco Central y el Misterio de Hacienda .
Nuestra política fiscal ha cumplido un papel fundamental para que el tipo de cambio no caiga más de lo que ha caído. Sabemos que la Cartera de Hacienda puede hacer algunas cosas; por eso, diputados de todas las bancadas, en el proyecto de acuerdo que vamos a presentar, planteamos algunas posibles líneas de acción, acogiendo ideas, por ejemplo, de los diputados Montes y Latorre . Con todo, más allá de lo que puedan hacer, incluso, Codelco o el Banco del Estado en el mercado cambiario, creemos que es necesario que el Banco Central -que no debe tener un papel pasivo, por las consecuencias globales que puede provocar un desalineamiento del tipo de cambio de mediano y largo plazo, por juegos especulativos o por sobrerreacciones, como han señalado el ministro Velasco y el señor De Gregorio - estudie la viabilidad de dos medidas.
En primer lugar, la posibilidad de reponer el encaje, decisión que el país tomó en otras ocasiones. Sé que no es unánime la opinión de los especialistas al respecto; sin embargo, hemos leído declaraciones muy sólidas que señalan que, gracias al encaje, Chile no vivió en los 90 las negativas consecuencias que experimentaron Argentina, con el llamado “efecto tango”, y México , con el denominado “efecto tequila”.
Sabemos que hay un tratado de libre comercio con Estados Unidos que dificulta la reposición del encaje, pero deja la posibilidad de aplicarlo por el plazo de un año, a través de la llamada cláusula de desastre. Nos parece que un diferencial entre la tasa de interés norteamericana, que asciende a 2,25 por ciento, y la de Chile, que llega al 6,25 por ciento, amerita enfrentar capitales especulativos o golondrina, que ya han llegado y que después de esta discusión probablemente seguirán llegando con más fuerza.
En segundo lugar, nos parece que si el tipo de cambio no es de equilibrio, el Banco Central debería no sólo dar señales claras en este sentido a los especuladores y a los productores, sino intervenir derechamente en el mercado cambiario, solo o en coordinación con otros agentes estatales, como Codelco y el Banco del Estado.
Economistas serios han hablado en estos días no sólo de aplicar la primera medida, es decir, reponer el encaje, sino también de intervenir masivamente el mercado. Incluso, se ha hablado de una cifra bastante impresionante, 10 mil millones de dólares, que el Banco Central debería comprar para enfrentar esta situación.
Es lo que queríamos decir como introducción a esta sesión especial. Creo que al presidente del Banco Central le han quedado claras nuestras dudas.
He dicho.
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Lorenzini.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
El señor LORENZINI.-
Señor Presidente , el análisis de este tema nos lleva a preguntarnos dónde está el piloto, porque no sabemos si depende del Banco Central, del Ministerio de Economía, del Ministerio de Hacienda, si trabajan coordinadamente, si hay un equipo de economistas supraestamentos o suprainstitucionales. ¿Dónde está el piloto?
La Democracia Cristiana desea ubicar al piloto, por lo que agradecemos la presencia del presidente del Banco Central , a quien le pedí cuando asumió que se acercara al Congreso, donde respetaríamos su autonomía, a lo que él accedió.
Una cosa es la eficiencia, la eficacia, los criterios económicos, el pragmatismo, la mantención de la sanidad fiscal y todo lo que se quiera; pero no hay que olvidar que todas esas actuaciones técnicas producen efectos políticos y sociales. Éste es el tema de hoy. Es una discusión bastante compleja, porque los especialistas nos hablarán de la eficiencia, de la eficacia y de la estabilidad económica, mientras que los políticos diremos que tenemos problemas serios en distintos sectores productivos del país.
Por intermedio del señor Presidente , quiero recordar al presidente del Banco Central que el informe de política monetaria de septiembre de 2001, cuando todavía no asumía su actual cargo, decía: “Un movimiento muy pronunciado del tipo de cambio puede debilitar y hasta quebrar el sistema financiero generando una profunda recesión. Es decir, el efecto es más que proporcional que cuando la variación del tipo de cambio es pequeña.”
Entiendo que en esta institución cambian sus presidentes, pero se mantienen sus principios y sus objetivos.
Por otra parte, el informe de política monetaria de septiembre de 2003 indicó: “El peso ha sufrido algunos vaivenes en las últimas semanas, reflejando los movimientos de los diferenciales entre tasas de interés externas e internas y de los términos de intercambio, así como las noticias de la reactivación mundial.” En febrero de 2003 el tipo de cambio era de 745,24 pesos.
¡Cómo nos cambia la vida en cinco años! Por un lado, decimos: “Ojo, podemos quebrar el sistema financiero y quedar en una profunda recesión.” Esto no lo manifiesta la Democracia Cristiana ni este diputado , sino que el propio Banco Central.
Por lo tanto, está claro que estas variaciones extremas producen efectos financieros y, además, sociales y políticos.
¿Dónde está el piloto? ¿Qué queremos? Abrir un debate sobre la materia, porque es una discusión que se ha producido sólo entre los técnicos y en los medios de comunicación. Hay sectores interesados, lo que me parece bien.
Alguien dijo no hace mucho que estamos acumulando recursos para el período de las vacas flacas. Los seguimos acumulando. Pregunto al presidente del Banco Central y a los ministros de Hacienda y de Economía , por su intermedio señor Presidente , ¿todavía no llegan las vacas flacas? ¿Acaso los exportadores, sobre todo los pequeños, no están en un período de vacas flacas? Entonces, ¿para qué acumulamos recursos?
Claro, estamos entrando en otro debate, ideológico, pragmático. ¿Intervenimos o no intervenimos? Estamos frente a un riesgo inflacionario potente y complicado, ya que es complejo mover las dos variables. El objetivo del Banco Central es controlar la inflación, pero me parece que concordamos con el señor De Gregorio en que la inflación tenderá a bajar de aquí a fin de año, para llegar a niveles más razonables. En consecuencia, una intervención inmediata podría ser un poco arriesgada. Me gusta que las autoridades financiero-económicas actúen con más audacia y creatividad, lo que no vemos que suceda ahora que tenemos más respaldo económico. Es cierto que algunos somos un poco más temerarios para enfrentar estas situaciones. Existen opiniones de economistas en todos los sentidos. Acepto que podemos ser un poco más conservadores y que usted nos puede pedir un poco de tiempo; pero en algún minuto, dentro del año, hay que saber dónde está el piloto, hay que tener un plan de vuelo. Si ese plan de vuelo no puede aplicarse hoy, hay que informarlo a los ciudadanos que tienen estas pequeñas empresas afectadas por la inflación. Las multinacionales tienen asesores. Ese plan de vuelo, guiado por este piloto que aparecerá en algún momento, nos dirá adónde nos lleva. En la actualidad, hay mucha incertidumbre al respecto. Se producen discusiones técnicas, ideológicas, pragmáticas, políticas; existen sectores afectados y beneficiados, sin lugar a dudas. Seguramente, el diputado Latorre nos va a contar que hay sectores beneficiados por la disminución de precios de muchos productos, etcétera. Aquí ganan algunos y pierden otros.
Por lo tanto, el Estado debe determinar si observa o si actúa; cuándo debe actuar con esta inflación o si debe esperar que baje un poco. Las autoridades americanas están evaluando una intervención de los mercados, o sea, no es un despropósito ni un descriterio. También lo hemos hecho en Chile. Podemos realizar una intervención focalizada a ciertos sectores, porque algunos ganan y otros pierden, lo que sucede incluso dentro del área exportadora.
Reitero, la Democracia Cristiana sólo ha querido poner el tema sobre la mesa y abrir un debate. Así como lo hicimos respecto del tema del IVA, sobre el cual se nos cerró la puerta y se nos dijo que no habría debate. La Moneda y el Ministerio de Hacienda nos podrán decir desde Santiago que no hay debate, porque están en su casa, pero éste es el Congreso.
Agradecemos la presencia del señor presidente del Banco Central , porque queremos debatir esta materia, que a la gente que no es técnica se le hable en lenguaje sencillo para que la entienda, que usted nos diga quien es el piloto, a quien hay que seguir y cuál es el plan de vuelo para hoy o mañana. Queremos saber a qué atenernos. Quien no tiene asesores, ¿compra, vende, se mantiene, invierte? ¿Le damos algunas garantías para que pueda invertir en dólares afuera?
La Democracia Cristiana pidió que se convocara a esta sesión especial para discutir el tema, sin proponer a priori medidas. Sin duda se dirán que hay que reestructurar los objetivos del Banco Central para que intervenga, elaborar políticas públicas que favorezcan la flexibilidad de la productividad o aumentar la tasa de encaje. No lo sé, pero abramos un debate normal con los ciudadanos que tengan que ver con esta realidad y no sólo entre técnicos.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Ha terminado el tiempo previo.
Tiene la palabra el señor José De Gregorio, presidente del Banco Central.
El señor DE GREGORIO ( presidente del Banco Central ).-
Señor Presidente, por su intermedio, deseo agradecer la invitación que me hiciera la honorable Cámara de Diputados a exponer sobre la situación del tipo de cambio y la política cambiaria. Esta presentación estará disponible en la página web del Banco Central. Muchas de las preguntas de los diputados señores Saffirio y Lorenzini están respondidas en esta presentación.
Estamos conscientes de que vivimos tiempos muy complejos para nuestra economía, no sólo por el tema cambiario, sino también por la inflación y el crecimiento, debido a la extraordinaria volatilidad e incertidumbre que estamos presenciando en las economías desarrolladas. Entendemos las dificultades que están enfrentando algunos importantes sectores económicos de nuestro país ante la apreciación que ha experimentado el tipo de cambio en los últimos meses.
Todos estos factores están presentes en los análisis que realizamos día a día, análisis que constituyen la base sobre la cual tomamos nuestras decisiones. Siempre estamos muy atentos a la evolución de las variables relevantes para cumplir con los objetivos que nos fija la ley.
En enero de 2006, el presidente del Banco Central acudió al Senado a exponer sobre el tema del tipo de cambio. En dicha ocasión, la coyuntura era muy distinta. La inflación estaba contenida y el último registro mensual mostraba una inflación anualizada de 3,7 por ciento. Después de tres meses en que superó levemente el 4 por ciento, durante los siguientes 16 meses se mantuvo dentro del rango de tolerancia. La tasa de política monetaria era de 4,5 por ciento, mientras que la tasa de la Reserva Federal era de 4,25 por ciento. El precio del cobre era de 2,1 dólares la libra. Por último, el índice del tipo de cambio real era de 89,3 a principios de 2006, con base de 1986 igual a 100.
En cambio, hoy estamos ante un índice del tipo de cambio real que, con los datos de la última semana, habría descendido a 82,4, esto es, un 5 por ciento inferior al de enero 2006. El último registro de inflación en 12 meses llegó a 8,1 por ciento, con una tasa de política monetaria de 6,25 por ciento. En Estados Unidos, la tasa se redujo hasta 2,25 por ciento y existen expectativas de que seguirá bajando. Finalmente, el precio del cobre la última semana promedió 3,9 dólares la libra.
La inflación ha aumentado de manera importante desde el segundo semestre de 2007.
La situación, sin duda, es más compleja que en 2006. Estados Unidos, la principal economía del mundo, atraviesa grandes dificultades. Su sistema financiero se ha tornado sumamente frágil y la probabilidad de que tenga una recesión prolongada ha aumentado significativamente. Esto ocurre, además, en un contexto en que las presiones inflacionarias a nivel global se han acentuado. Por esto, nos parece de primera importancia venir a exponer sobre la situación cambiaria en el marco de nuestra política económica y de la coyuntura internacional, en el contexto de nuestra política de transparencia y de dar cuenta en forma regular de la situación de la economía.
Una economía pequeña como la nuestra es incapaz de desarrollarse aislada del resto del mundo. El sector exportador desempeña un papel crucial en dicha inserción internacional. Así lo ha venido haciendo con éxito en las últimas décadas. En este contexto, el tipo de cambio es un precio clave para la economía chilena y su evolución más reciente es un motivo de preocupación para todos.
Dentro de este mundo, donde siempre existen incertidumbres y hay espacio para diversas interpretaciones, intentaré presentar nuestra visión de lo que está tras la severa apreciación del peso en meses recientes, apreciación no sólo significativa, sino que además bastante sorpresiva.
Antes de continuar, es importante destacar que las políticas cambiarias y monetarias tienen efectos relevantes sobre los mercados financieros. Por ello, los bancos centrales, en situaciones normales, actuamos de manera gradual y previsible. Hemos aprendido, por ejemplo, que es preferible mover la tasa de interés gradualmente para reducir la volatilidad del costo financiero de empresas y personas.
Por otro lado, cuando un banco central evalúa el uso de herramientas excepcionales, en circunstancias extraordinarias, no anticipa las acciones de política que pueden estar bajo evaluación.
Sin duda, una vez adoptadas las decisiones extraordinarias, en nuestro marco de transparencia, el Banco Central dará cuenta pública del porqué de dichas medidas. Más aún, evaluaremos su efectividad en forma permanente, tal como lo hemos hecho en situaciones previas.
En esta presentación reseñaré, en primer lugar, nuestro marco de políticas monetaria y cambiaria.
A continuación, me referiré a las tendencias globales del dólar y plantearé que es necesario poner los eventos recientes en una perspectiva global, para posteriormente analizar la actual coyuntura y las opciones de política.
Luego de experimentar con variados esquemas de manejo macroeconómico, tanto cambiario como monetario, en los últimos cuarenta años, hemos adoptado un esquema de metas de inflación flexible para guiar la política monetaria y una política de flotación del tipo de cambio en la que el Banco Central se reserva el derecho a intervenir ante situaciones excepcionales.
En este esquema, nuestra meta de inflación es lograr que se sitúe en torno al 3 por ciento, con un rango de tolerancia de, más o menos, 1 punto porcentual, la mayor parte del tiempo. Como la inflación es controlable con rezago y, además, es necesario tomar en cuenta cómo afectan al crecimiento las medidas orientadas a estabilizar la inflación, nuestro objetivo operacional es procurar que la proyección de inflación, a un plazo de dos años, se ubique en torno al 3 por ciento. Cuando observamos desviaciones, como las que tenemos en este momento, esperamos que ellas retornen gradualmente, porque reconocemos los costos que podría tener una devolución abrupta de la inflación hacia su meta. Así, es evidente que nuestro esquema no ignora el contexto económico global, prestando atención a variables como el nivel de actividad, el tipo de cambio o la política fiscal. Pero lo que ordena la toma de decisiones son las perspectivas de inflación a futuro, en el entendido de que con ello la economía se ubicará en torno a sus niveles de pleno empleo, con una inflación estable y con tipos de cambio y tasas de interés que estarán en torno a los valores determinados por sus fundamentos de largo plazo.
El mundo desarrollado es más estable en materia de inflación y ciclo económico desde mediados de los ochenta, tendencia conocida como la “Gran Moderación”. Algo similar ha ocurrido con las economías emergentes desde la segunda mitad de los noventa. Somos mucho más estables.
Hay múltiples explicaciones para esta moderación, pero la exitosa conducción de la política monetaria de manera creíble y coherente con la estabilidad de precios, sin duda, ha desempeñado un papel preponderante y es hoy día garantía de resiliencia frente a las turbulencias internacionales.
Existen muchas razones por las cuales un esquema de flotación cambiaria es más adecuado para nuestra economía. La flotación le da a la economía flexibilidad para que se ajuste a cambios bruscos en las condiciones externas, atenuando los efectos en el empleo y el producto. En particular, la flotación cambiaria facilita el ajuste a fluctuaciones de las condiciones financieras internacionales y, sin duda, evita agravar los efectos de éstas. Hoy estamos frente a turbulencias significativas.
Por último, un régimen de tipo de cambio flexible creíble genera mayores incentivos al sector privado para reducir su exposición al riesgo cambiario. Basta recordar que todas las crisis pasadas en los últimos cincuenta años en nuestro país han estado tradicionalmente asociadas a rigideces cambiarias.
Es posible que un régimen de flotación traiga consigo una mayor volatilidad e incertidumbre cambiaria, al menos a horizontes cortos. Sin embargo, estos costos no alcanzan a contrarrestar los beneficios ya mencionados de la flotación. Más aún, en Chile se ha desarrollado un mercado de seguros de cambio que, si bien no permite asegurar rentabilidad, reduce los costos de la volatilidad, al menos, en plazos que van desde un par de trimestres hasta un año. El monto de contratos de seguros cambiarios, en 2000, fue de 140 mil millones de dólares. En 2007, fue de 638 mil millones de dólares. La actividad de los seguros cambiarios se ha cuadriplicado. El mercado spot también se ha profundizado. Las transacciones diarias pasaron de mil millones de dólares en 1999, a casi 3 mil millones de dólares en 2007.
El monto de transacciones diarias promedio de derivados en el mercado también ha aumentado aproximadamente cuatro veces.
Evidentemente, mayores montos transados en los mercados cambiarios no tienen relación directa con la situación cambiaria, revelando más bien la proliferación, profundización y desarrollo de nuestros mercados financieros.
En todo caso, como hemos señalado en múltiples oportunidades, la flotación cambiaria es la norma pero no es un dogma: admite intervención cambiaria en casos excepcionales, tal como lo hicimos en 2001 y 2002. Las medidas se determinan caso a caso, pero tienen en común la percepción fundada de que existe un desalineamiento cambiario significativo, que se considera dañino, unida a la presunción también fundada de que la acción de intervenir podría tener un efecto estabilizador.
Permítanme ahora explicar cómo se incorpora el tipo de cambio en nuestro esquema de metas de inflación, de manera directa y sin eufemismos. Cuando el Banco Central sube la tasa de interés para asegurar que la inflación converja a su meta, esta opera a través de dos mecanismos. Lo mismo podría decirse para una baja de la tasa de interés cuando la inflación está muy baja, como nos ocurrió durante mucho tiempo. El alza de tasas de interés reduce la demanda por bienes locales, en particular la inversión y el consumo de bienes durables, presionando a un menor nivel de actividad, el cual modera los aumentos de precios. En una economía abierta, el tipo de cambio es el segundo mecanismo de ajuste. Cuando el Banco Central sube la tasa en forma inesperada, el tipo de cambio se aprecia. Esto tiene un efecto directo sobre la inflación de los bienes transables y de los insumos de muchos productores, y además contribuye, junto al alza de tasas, a reducir la demanda por bienes nacionales y con ello a controlar la inflación.
Hablando en forma hipotética, ¿qué ocurriría en este contexto si se pudiera eliminar el efecto cambiario de un alza de tasa? En tal caso, los movimientos de tasas deberían ser más bruscos y el ajuste ocurriría únicamente por la vía de menor actividad económica, haciendo mucho más costoso el control de la inflación. Por otra parte, si el tipo de cambio se aprecia debido a cambios en las condiciones externas, como lo hemos observado en tiempos recientes, como una caída en las tasas de interés internacionales o un aumento de nuestros términos de intercambio, los efectos directos e indirectos de esta apreciación permiten ejercer una política monetaria menos contractiva.
En la práctica de los últimos meses, es exactamente así como hemos tomado en cuenta los movimientos cambiarios. En las reuniones de política monetaria de febrero y marzo hemos considerado que, de persistir la apreciación real del peso, esta reducirá las presiones inflacionarias, lo que hemos informado al público y a los mercados en nuestros comunicados y minutas. El Banco estima que la apreciación real del peso tiene efectos sobre la inflación en nuestro horizonte de política, y por ello la evolución del tipo de cambio ha quitado presión sobre las tasas. Dicho de otro modo, si el tipo de cambio no se hubiera apreciado como lo ha hecho, lo más probable es que las tasas de interés hoy día serían mucho más altas.
Veamos la realidad actual del dólar en los mercados internacionales.
El problema del dólar hay que entenderlo en un contexto global. En buena medida, lo que está ocurriendo en Chile está sucediendo en el mundo como un todo. Por un lado, la debilidad del dólar se vincula con los enormes desbalances globales observados en el mundo por varios años. Estados Unidos ha tenido en promedio anual un déficit en su cuenta corriente de 638 billones de dólares, esto es, aproximadamente cuatro veces el PIB de Chile, que es lo que Estados Unidos demanda al mundo para tener gastos mayores que sus ingresos. Lo que se ha producido en algún momento fue el debilitamiento del dólar respecto de todas las otras monedas y una desaceleración de su economía. Eso lo hemos advertido en reiteradas ocasiones en nuestros informes de política monetaria y estabilidad financiera. Hemos dicho sistemáticamente que uno de los riesgos que enfrenta la economía chilena es la corrección de los desbalances globales.
Por otro lado, a ese fenómeno se han agregado las graves consecuencias de la crisis hipotecaria de Estados Unidos, que probablemente ha actuado como el gatillo de este ajuste, pero, a la vez, ha revelado debilidades insospechadas en el sistema financiero de ese país.
Entonces, estamos en presencia de una combinación entre un ajuste que se veía venir y un ingrediente coyuntural financiero que ha acentuado intensamente la debilidad del dólar en los mercados internacionales.
La caída del dólar es un fenómeno mundial, que empezó en 2002, cuando alcanzó su peak, y que nosotros miramos desde 2007.
Por ello, la apreciación del peso respecto del dólar es mayor que respecto de otras monedas. Hace algunos años, en el peak, el dólar llegó a cotizarse a 0,83 por euro, y la paridad peso/euro era de 477. Hoy día, el dólar se cotiza a 1,6 por euro, y la paridad peso/euro se eleva a 680.
En los últimos meses, el yen japonés se ha apreciado casi como la moneda chilena. El yen, que se sostuvo de apreciarse -el euro fue mucho más agudo-, durante este año ha sido una de las monedas que más se ha apreciado.
Entiendo que este argumento no es convincente para quienes exportan en dólares y cuyos precios no han subido este período, pero desde el punto de vista del equilibrio global de nuestra economía, es necesario considerar el valor de nuestra moneda con todos los procesos comerciales. Mientras el peso se ha fortalecido un 10,9 por ciento respecto del dólar desde enero de 2006, su apreciación multilateral es de 2,1 por ciento.
En la tabla que figura en el informe se pueden apreciar todas las monedas, salvo el peso mexicano, que está muy ligado al dólar de Estados Unidos por sus relaciones comerciales. Desde enero de 2007, el grueso de las monedas ha venido apreciándose: Brasil, Nueva Zelanda e Israel, que recientemente ha hecho un ajuste de su política monetaria y ha intervenido en el mercado cambiario.
En ese cuadro vemos la paridad de hoy, a las 4.04 pm, respecto de diciembre de 2007, de 2006, de 2005 y febrero de 2002. El grueso de las monedas se ha apreciado.
Ahí vemos lo que ha pasado en Chile: figura con el 13,5 por ciento y es el mayor porcentaje de todas las monedas, seguido de Israel y de Japón. Respecto de diciembre de 2006 o de 2005, la situación es más mezclada. Observamos que en el mundo entero las monedas se han estado apreciando, pero con timings relativamente distintos.
¿Qué ha pasado en Chile? Porque ésta no es toda la historia.
Este año el peso chileno es una de las monedas que más se ha fortalecido respecto del dólar. Por lo tanto, nos corresponde analizar el conjunto de factores que contribuyen a explicar el fortalecimiento local del dólar en términos multilaterales y reales.
Un primer factor que se menciona al analizar la caída del tipo de cambio son los mayores diferenciales de tasas de interés con Estados Unidos. Esto no ha ocurrido sólo en Chile, sino en la mayoría de los países, pues la Reserva Federal es la que ha bajado en forma agresiva su tasa de política monetaria, mientras el resto del mundo ha tenido cambios de menor envergadura. En Chile ha habido ciertas alzas. En Estados Unidos ha habido bajas. Hay bastante aplanamiento en Chile respecto del futuro de tasas. Todavía se espera mayor baja de tasas después de la que ocurrió hoy en Estados Unidos.
Es importante señalar que, en un esquema de flotación, esto es relevante desde el punto de vista de la discusión del flujo de capitales. Podemos tener una apreciación sin necesidad de que ingresen los capitales. De hecho, los antecedentes de la cuenta financiera de nuestra balanza de pagos no muestran una entrada masiva de capitales que presione el tipo de cambio; por el contrario, gracias a la regla fiscal, en el neto, nuestra economía está exportando capitales al exterior. Es cierto que puede haber flujos de capitales de arbitraje, pero no son de una magnitud que se perciba claramente en las cuentas externas, particularmente en comparación con los sustanciales flujos de salida de capitales y con lo que se observó, en términos de flujo de portafolio, previo a la crisis asiática.
Déjenme insistir: el hecho de que el mercado cambiario tenga muchas operaciones, se trata de operaciones mutuas de compra y venta que no necesariamente generan presión sobre el mercado cambiario. Podemos tener una acción que no cambia de precio y que haya mucha venta y compra, y a veces, sin que haya venta y compra, pueden producirse cambios importantes.
La situación de nuestras ventas externas difiere hoy marcadamente del período previo a la crisis asiática, donde también tuvimos una apreciación real y más aguda que la de hoy. En 1997, cuando el tipo de cambio real estuvo más bajo, había encaje, banda cambiaria y se intervenía. En ese año vimos entradas netas de capitales, excluidas de reservas, del orden de 8 puntos del PIB, en un contexto de acumulación de reservas del orden de 4 puntos del PIB. El año 2007, en contraste con lo que nosotros observábamos el año anterior, con datos ya cerrados, hubo una salida neta de capitales, excluidas reservas, de 6 puntos del PIB. Si observamos las entradas de capitales de portafolio, donde uno pensaría que hay más operaciones de arbitraje, porque incluye la colocación de bonos en el exterior, flujos asociados a fondos de inversión de capital extranjero y a las operaciones con ADR, en 1997 entraron a Chile, por ese concepto, 2.600 millones de dólares, mientras que en 2007 salieron 400 millones de dólares y los antecedentes de los meses más recientes indican que la situación sigue siendo similar.
En la actualidad, efectivamente, es posible tomar posiciones en pesos chilenos sin necesidad de entradas de capitales, sino a través de instrumentos derivados en el exterior. No es evidente que los vaivenes más recientes de estas posiciones sean causa de movimientos importantes en el tipo de cambio, más allá de los cambios en el diferencial de tasas de interés que, evidentemente, ha tenido cierto impacto cambiario. Una circunstancia donde podríamos observar presiones especulativas sería en el caso de que hubiésemos intentado graduar la apreciación del tipo de cambio. Hemos sido testigos en Chile y en muchas otras economías emergentes de intentos para sujetar el tipo de cambio que invitan a la especulación y a la entrada de capitales. En un esquema de flotación cambiaria, precisamente, la caída del tipo de cambio que produce costos, también reduce los incentivos al arbitraje internacional de tasas de interés, con los consecuentes costos fiscales que tiene esa defensa del tipo de cambio.
Otro factor importante en la evolución de la paridad peso/dólar es el elevado precio del cobre. La economía chilena ha tenido una importante ganancia en términos de intercambio, lo que presiona a la baja del tipo de cambio, pues la economía es capaz de sostener en el largo plazo mayores niveles de gasto sin enfrentar dificultades externas. Dada la regla fiscal, las ganancias que se estiman transitorias se están ahorrando íntegramente en el exterior, lo que ha evitado una apreciación aun mayor.
No obstante lo anterior, la caída del tipo de cambio podría ser mayor que la que pudieran explicar la evolución de sus fundamentos, ya sea por diferenciales de tasas o por aumentos de los términos de intercambio, por lo que no podemos descartar en esta coyuntura que el peso esté sobreapreciado. Sin embargo, debido al inusual grado de incertidumbre y volatilidad a nivel global, es difícil hacer esta evaluación con certeza. Por ejemplo, el debilitamiento del dólar norteamericano en términos reales podría ser persistente. No podemos saber hasta qué punto la apreciación cambiaria nominal no es más que un efecto compensador de la mayor inflación en dólares que se está dejando sentir en el mundo y que, probablemente, recrudezca. Hemos visto cómo la depreciación del dólar ha permitido mitigar los efectos sobre la cotización de los precios de combustibles y alimentos en pesos. De no haber ocurrido esta apreciación, estaríamos enfrentando precios más altos.
Algo más inusual es que a lo largo de nuestra historia el peso se ha depreciado en períodos de turbulencia financiera internacional, aspecto que hoy no se ha dado. Una posible explicación es algo que está ocurriendo en el mundo y sucede en muchas economías emergentes: nos hemos vuelto un mercado de poco riesgo para los inversionistas extranjeros. Chile tiene una situación fiscal sólida, un sistema financiero robusto y sin exposición directa al mercado hipotecario subprime, y es parte del conjunto de economías emergentes productoras de bienes básicos que por ahora parece haberse desacoplado de las dificultades externas, aunque no estamos inmunes. Hace apenas unos años, éramos deudores por cerca del 50 por ciento de nuestro PIB, nuestra posición neta respecto del mundo. Debíamos cerca del 50 por ciento del PIB, cosa muy normal en economías en desarrollo. Dada la gran ganancia en términos de intercambio, hoy somos prácticamente acreedores netos. Con lo que va corrido de este año, tenemos una muy pequeña posición activa neta. Eso aumenta el atractivo de nuestra economía en momentos como el actual. Si en esta coyuntura inflacionaria con desaceleración mundial nos estuviéramos depreciando, sería un reflejo de problemas serios.
Voy a terminar mi exposición dando a conocer los desafíos de la política monetaria.
Hoy enfrentamos un desafío inédito, que afecta directamente a todas las familias chilenas: la inflación. No podemos ceder en nuestro esfuerzo de hacer converger la inflación a su meta, pues no hacerlo haría más costoso su control en el futuro, lo que tendría efectos aun más intensos en la actividad económica, el tipo de cambio y el acceso al financiamiento por parte de empresas y familias. Ceder en este ámbito, sería inmediatamente un alza en los costos financieros de largo plazo.
Hemos estado y seguiremos estando muy atentos a la evolución del tipo de cambio, el cual es un factor relevante para nuestras decisiones de política monetaria. No podemos descartar una intervención en el mercado cambiario, en la medida en que veamos un desalineamiento que amenace la estabilidad de la economía y en que tengamos la presunción de que la intervención será efectiva. Esta no puede ser una decisión apresurada. Conocemos muchas experiencias de intervenciones insostenibles que alimentaron la especulación y se derrotaron a sí mismas. En América Latina hemos visto un conjunto de países que ya llevan un tiempo interviniendo y no se han escapado de la apreciación de sus monedas, incluso con niveles de tasas de interés elevadas. Actuar en momentos inadecuados o en contradicción con el resto de los objetivos de la política económica puede provocar efectos contrarios a los deseados. Por esto es necesario ser muy cuidadosos al momento de evaluar la conveniencia y la oportunidad de una intervención cambiaria.
El Banco Central puede también aplicar controles de capital, como es el caso del encaje respecto de las operaciones de cambios internacionales provenientes del exterior, cuya remesa se efectúe con posterioridad a dicha medida. Incluso, esto se puede aplicar bajo ciertas condiciones, de acuerdo a nuestro Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. El encaje no es aplicable a las operaciones de cambios internacionales que efectúen los fondos de pensiones. El mismo principio de irretroactividad contenido en la ley, impide la aplicación de encaje a los retornos de capitales originados en operaciones ya realizadas en el exterior por personas domiciliadas o residentes en Chile. Estos son los conocidos Capítulo XII, salida de capitales muy masiva que ocurrió hacia fines de los 90 como parte también del estímulo que había hacia la salida de capitales. En su conjunto, esto lleva a que existan fondos significativos de chilenos invertidos en el exterior, superiores a los 130 mil millones de dólares, a los que en ningún caso se les aplicaría encaje, reduciendo, por lo tanto, de manera importante la potencial efectividad de una medida como ésta.
Adicionalmente, la evidencia respecto del encaje revela que éste segmenta el acceso al crédito externo. Mientras las empresas grandes, que logran financiamientos a plazos largos, podrían seguir beneficiándose de tasas de interés reducidas a nivel internacional -y vaya que han estado bajando-, las empresas pequeñas y medianas que se financian a plazos cortos y en el mercado nacional, verían subir sus costos de financiamiento de manera relevante.
Hemos observado en lo más reciente que un número de economías han impuesto ciertos grados de controles a los flujos de capitales, lo que no ha evitado que sus monedas se aprecien y tengan tasas de interés elevadas. Nuestra propia experiencia de los años noventa muestra cómo, a pesar de imponer controles de capitales, el tipo de cambio se apreció de manera significativa. Las únicas economías que han tenido éxito, son las que cuentan con controles generalizados o están excluidas de los mercados financieros internacionales por haber tenido bastantes malas experiencias de política económica y de pago de sus deudas.
Por último, debemos recordar -esto es importante al momento de evaluar las medidas- que el contexto en el que se aplicó el encaje en los noventa fue muy distinto al actual. Había una entrada neta masiva de capitales, una economía sobrecalentada y tasas de interés muy superiores a las actuales.
Sabemos que estaremos sometidos a muchas presiones y, tal como se señalaba en las palabras introductorias, habrá quienes nos pidan intervenir, o ajustar en una u otra dirección nuestra política monetaria. Muchas de esas presiones se originarán en legítimas preocupaciones de aquellos sectores que han visto caer sus precios en pesos. Pero es en este aspecto donde la legitimidad de la autonomía que le da la Constitución al Banco Central de Chile cobra particular importancia y valor. En un contexto donde nuestro mandato legal es velar por la estabilidad de precios y financiera, que debe tener presente la orientación general de la política económica del Gobierno, actuaremos de acuerdo a ello. Sin duda, nosotros nos coordinamos y compartimos con las otras autoridades económicas nuestra visión de lo que está pasando en la coyuntura. Debemos evaluar y tomar decisiones que sean, a nuestro juicio, las más coherentes con estos objetivos.
Quiero señalar en esta honorable Cámara de Diputados que actuamos con la convicción de que estamos tomando las mejores decisiones para dar estabilidad a nuestra economía y ampliar sus espacios de crecimiento en un mundo de extremadas turbulencias y riesgos. Si nuestras decisiones tienen costos en el corto plazo, es porque actuamos con la certeza de que, a cambio, traerán enormes beneficios en el largo plazo.
No es obcecación ni una actitud ciega. No significa que en el Banco no tengamos discusiones y realicemos análisis desde distintas ópticas y con diversos y muy legítimos juicios. Tampoco significa que actuemos sobre la base de dogmas o doctrinas rígidas. No ignoramos los problemas; por el contrario, estamos monitoreando en forma continua y cuidadosa la situación y la incorporamos a nuestras decisiones de política monetaria. Que no actuemos directamente en el mercado cambiario o en la cuenta de capitales no significa que no estemos atentos ni que lo hayamos descartado. No actuar es una decisión de política que se justifica en la coyuntura actual y que puede perfectamente cambiar, según vayan evolucionando las condiciones económicas locales y globales.
Dada la actual inestabilidad e incertidumbre a nivel global, tenemos que evitar caer en la tentación de actuar en forma apresurada e inoportuna. Debemos explicarle al país cómo estamos cumpliendo nuestro mandato. Por ello, estimo que esta ha sido una gran oportunidad para plantear con altura de miras nuestra visión sobre el tema cambiario, algo que, ciertamente, ocupa y seguirá ocupando un lugar importante en nuestra agenda.
Reitero, entonces, mi agradecimiento a la Cámara de Diputados por permitirme exponer aquí nuestro planteamiento. Como dije, la seriedad en el manejo de la política monetaria y su formulación sobre sólidas bases técnicas por un organismo autónomo, como el Banco Central, es un factor relevante para asegurar estabilidad y perspectivas de crecimiento para nuestra economía. Ello se aplica también, desde luego, a las decisiones que adoptemos en materia de tipo de cambio.
Entendemos la preocupación de algunos sectores, pero tenemos la obligación de mirar el conjunto de las variables. Actuamos sobre esa base y les aseguro que ponemos todos nuestros esfuerzos en ello para cumplir con lo que nos manda la ley.
Muchas gracias, señor Presidente, y quedo a disposición de los señores diputados para responder sus inquietudes.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn.
El señor DITTBORN .-
Señor Presidente , no sé si en un tiempo tan breve se pueda decir mucho. Sin embargo, quiero hacer algunos comentarios.
En verdad, después de escuchar la intervención del Presidente del Banco Central -creo que ha sido bueno que interviniera antes que nosotros-, quedo convencido de que lo más probable es que esa institución no tendrá intervención alguna sobre el tipo de cambio. Me queda claro que está privilegiando el combate contra la inflación; ésa es su principal preocupación y, por lo demás, es lo que la ley establece. Por lo tanto, si bien monitorea, observa y se preocupa por los productores que dependen del valor del dólar, finalmente, lo único que hace es lamentarlo mucho.
Digámoslo de frentón: hoy, el dólar bajo es útil para el Banco Central porque le permitirá, en un par de años, volver a la meta de 3 por ciento de inflación al año, que ha sido su objetivo histórico, interrumpido por la inflación de los meses recientes, que ha sido mucho más alta.
Ésa es la realidad, y creo que entramos al debate en cuanto a si la inflación debe ser la única meta del Banco Central. En todo caso, no es una cuestión que estemos inventando ahora, porque el tema ya ha sido analizado por otros parlamentarios, entre otros, Carlos Ominami , que ha dicho que lo que nos debe preocupar son las metas de crecimiento. En fin, es una discusión más amplia, pero, en ese sentido, me queda claro que lo más probable es que el Banco Central no tenga intervención alguna en el tipo de cambio, al menos, mientras no logre las metas de inflación que se impuso.
He tenido oportunidad de conversar con personas que trabajan en mesas de dinero y me han dicho que, debido al arbitraje -además, hoy se vio acentuada la diferencial de tasas-, hay capitales que están ingresando al país a corto plazo. El propio presidente del Banco Central dijo que existe en Chile un mercado de seguros de cambios que permite reducir la volatilidad. En el fondo, dijo esto para expresar que los productores te-nían acceso a este mercado; pero también lo tienen los especuladores. Es decir, si alguien trae dólares y hay mercado de seguros de cambios que permite reducir la volatilidad es, precisamente, lo que busca la persona que quiere hacer arbitraje y ganar una diferencial de tasas de interés. Entonces, hoy Chile está proveyendo ese mercado, por lo que, según mi intuición y por la evidencia que he podido recoger en las mesas de dinero de distintos bancos, hoy existen personas que se dedican a esto.
El presidente del Banco Central decía que los mayores montos transados no tienen relación con la situación cambiaria. Creo que su argumento se refiere a que si hay un vendedor, también hay un comprador y, por lo tanto, transamos más; pero tenemos las dos puntas. Pregunto, ¿no tenemos las dos puntas a distintos plazos? Porque alguien podría vender hoy día y también podría haber un comprador a futuro. A mi juicio, el hecho de que tengamos vendedores y compradores a distintos plazos también podría incidir en una baja del precio del dólar.
Yo le pido al Banco Central que mire esta situación con frescura y apertura, no como si se las supiera todas. Creo que en economía no sabemos mucho; sabemos poco, somos bastante ignorantones en muchas materias. Seguramente, el presidente del Banco Central habla en forma tan concluyente y categórica para dar sensación de seguridad al mercado, y yo lo entiendo. Por eso, además, leyó un discurso; no lo improvisó.
Yo le pido que, en su fuero interno, sea mucho más humilde, que mire la situación actual como un problema que es muy preocupante para muchas personas que deben competir con las empresas más grandes en todo el mundo. Somos un país pequeño y lejano y, por lo mismo, le pido que se preocupe del problema y que sea más humilde para enfrentarlo, que no excluya ninguna medida potencialmente beneficiosa para subir el precio del dólar, aunque sé que ello va contra las metas de inflación que el Banco Central quiere lograr. Pero -insisto- le pido que amplíe sus objetivos y que incorpore también la rentabilidad a largo plazo que deben tener los sectores transables.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Juan Carlos Latorre.
El señor LATORRE.-
Señor Presidente , los diputados Saffirio y Lorenzini , en representación de la bancada democratacristiana, ya hicieron algunos alcances sobre nuestra preocupación por la situación cambiaria existente en nuestro país.
Después de escuchar la intervención del presidente del Banco Central, quiero hacer algunos alcances que -debo decirlo con mucha franqueza- tienden a coincidir con los términos en que se ha expresado el diputado Dittborn.
A mi juicio, nadie le está solicitando al presidente del Banco Central , ni menos la Cámara en esta sesión especial, que dicha institución ponga en peligro su independencia que aparece como un atributo que, felizmente, nuestro país ha sabido conservar durante muchos años. Tampoco parece razonable que el presidente del Banco Central asuma que enfrentar con mayor delicadeza la difícil situación que están viviendo algunos sectores muy importantes del país aparezca como algo que podría afectar tal independencia.
En mi opinión, junto con velar por la mantención de políticas de largo plazo que han sido muy positivas para el desarrollo del país, el Banco Central también debería considerar situaciones coyunturales que hoy son tremendamente preocupantes. Después de escuchar su intervención -todos vamos a disponer de ella porque es un texto escrito y habría sido muy interesante que lo hubiéramos tenido a nuestra disposición antes del inicio de la sesión-, uno llega a la conclusión de que, efectivamente, no nos encontramos en una situación que permita asegurar que la inflación está contenida; por el contrario, estamos viviendo una espiral bastante impactante para los consumidores y, al parecer, las medidas adoptadas no son suficientes para obtener las metas inflacionarias que se ha propuesto el Banco Central y también, desde luego, el Gobierno.
Quiero hacer presente que la situación de sectores que han tenido un desarrollo exportador en nuestro país es crítica. Baste señalar que una actividad tan dinámica como la frutícola, en particular de la uva, tanto para vino como para mesa, vive una situación preocupante, lamentable, que incide directamente en la pérdida de puestos de trabajo.
Represento a un distrito donde lo que he señalado es una realidad -que el presidente del Banco Central puede apreciar con mucha facilidad- y obviamente es parte de nuestra preocupación, porque lo que ahí ocurre se repite en muchas otras zonas rurales de nuestro país, que vivieron el auge exportador durante muchos años.
Junto a algunas medidas propuestas al Banco Central en nuestro proyecto de acuerdo, quiero pedir públicamente al Gobierno que estudie la posibilidad de enviar a tramitación un proyecto de ley que permita que los depósitos en dólares en nuestro país tengan menor carga tributaria, con un efecto directo en la apreciación de esa moneda.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Antonio Leal.
El señor LEAL.-
Señor Presidente , en primer lugar, la intervención del Presidente del Banco Central me pareció muy contundente, porque insta a reflexionar sobre lo que estamos viviendo. Es evidente que la situación económica internacional está marcada por la volatilidad y por la incertidumbre, por lo que el objetivo de las políticas internas, desde el punto de vista monetario y fiscal, en mi opinión, debe mitigar el efecto de las turbulencias externas que estamos observando. Hay que evitar, de alguna manera, que los chilenos paguemos por los errores de los grandes banqueros norteamericanos, que es un dato bastante relevante a tener en cuenta.
Coincido con el presidente del Banco Central en el sentido de que estamos bien preparados para enfrentar eso, con una deuda consolidada del sector público que es prácticamente cero, con un superávit fiscal récord en 2006 y 2007, estabilidad del sistema financiero interno, reservas internacionales e instituciones sólidas. Es obvio que hay un mundo político responsable, de todos los sectores, Concertación y Oposición, respecto de este tema.
Sin embargo, esas condiciones no nos hacen inmune a la crisis de Estados Unidos. Se requiere una coordinación mayor entre la política monetaria y fiscal, y la Cámara de Diputados debe solicitar una coordinación afinada entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, porque la ausencia de dicha coordinación puede acarrear efectos mayores, como lo demostró en el pasado la crisis asiática.
El Banco Central está preocupado, como dijo su presidente , de la aceleración inflacionaria de 2007, y su desafío inmediato es asegurar que la inflación vuelva al rango meta. Pero ello debe hacerse con mayor gradualidad, porque el escenario internacional está cambiando con gran velocidad y la política de elevar las tasas supone que el escenario internacional se mantiene, por lo que debemos regular las cosas según su nivel de movilidad.
Hoy, como ha quedado claro, la mirada apunta al Banco Central, porque el escenario externo se distancia cada día más del considerado en enero, lo que trae consecuencias que deben ser explicitadas. Asimismo, es necesaria una política antiinflacionaria más gradual, que dé espacio para atender la caída del dólar.
Si el Banco Central no actúa, podríamos volver a la inflación meta en un plazo corto, con un costo innecesario en la actividad económica y en el empleo; por lo tanto, el foco debe estar en la política monetaria más que en el rescate del dólar como fenómeno aislado del resto de las variables.
A mi juicio, será también necesario que la política fiscal esté atenta a la evolución del escenario, dosificando sus acciones. No son recomendables grandes cambios en la política fiscal ahora.
En semanas pasadas hemos aprobado proyectos que tienden a rebajar de manera acotada y transitoria algunos impuestos. Debemos abordar algunas propuestas; pero, a mi juicio, es prematuro avanzar más allá del plan anunciado. No obstante, hay que estar preparado para los cambios que se pueden producir. Las noticias de hoy desde Estados Unidos no son alentadoras.
En síntesis, si las perspectivas de corto plazo empeoran, la principal reacción debe venir de la política monetaria, con una baja en las tasas de interés. En esa tarea el Banco Central debe advertir que la inflación esperada en el horizonte de dos años coincide con su meta, por lo que su credibilidad no se encuentra afectada.
En ese sentido, la decisión del Banco Central del jueves 13 de marzo pasado de mantener las tasas de interés es una señal prudente, importante. Leí con atención la intervención del señor José de Gregorio del 17 de marzo pasado en Buenos Aires. En ella se advierte un avance importante, dado que reconoce que las condiciones han cambiado, que en el escenario actual hay menos presión sobre la política monetaria. También manifiesta que la acelerada apreciación del peso es preocupante y que el valor del dólar podría estar sobre reaccionando. En síntesis, eso es lo que planteó en Buenos Aires y tiendo a compartir su opinión.
Creo que hay que considerar que los capitales financieros están saliendo de Estados Unidos y se dirigen a economías más seguras. A mi juicio, el Banco Central debe evitar que ese fenómeno desestabilice las condiciones financieras de Chile. Para ello, debe compartir más su diagnóstico y dar señales claras de las prioridades a todos los actores.
Estamos conscientes de que esta política involucra riesgos y esperamos que lo expuesto por el presidente del Banco Central se mantenga en el tiempo.
Finalmente, valoro la flotación cambiaria como un sistema eficiente en dar estabilidad a la economía, pero, a mi juicio, hay que ser realistas sobre su funcionamiento cuando los capitales financieros están buscando refugio y hay que evitar que nuestro discurso se identifique tan sólo con los intereses corporativos de los exportadores.
Este tema debemos abordarlo como del conjunto de los sectores de la economía y no sólo de algunos, aun cuando compartimos la preocupación por el dólar y estamos atentos a que se adopten las medidas que corresponden.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Mario Bertolino.
El señor BERTOLINO.-
Señor Presidente, valoramos la presencia del presidente del Banco Central en un tema que hoy día es importante para el país, porque su estrategia de crecimiento y desarrollo se basa en las exportaciones, porque somos un país pequeño, con un mercado pequeño, pero con una gran capacidad de emprender y de colocar nuestros productos en otros mercados.
Para quien no es economista no resulta fácil entender y menos explicar la situación actual. Si bien la baja del dólar nos puede hacer más competitivos, también puede llevar a que muchas empresas no tengan rentabilidad.
Sé que legalmente el Banco Central es el encargado de mantener la inflación en el rango presupuestado. Obviamente, como dijo el diputado Dittborn , la baja del dólar favorece el logro de metas, pero ¿de qué sirven esas metas si los chilenos no van a tener trabajo y, al no tener trabajo, no tendrán poder adquisitivo para lograr todo lo que queremos?
Valoro que se diga que no ignoran los problemas reales y que tampoco funcionan en base a dogmas, porque no me cabe duda de que es así. Pero, día a día, vemos cómo pierden competitividad, porque están disminuyendo su rentabilidad diversos sectores exportadores, para los cuales la agricultura si no es la actividad principal, es la que tiene mayor efecto multiplicador. Se están viendo explotaciones abandonadas o cultivos que están siendo arrancados y ya no se tiene la espalda suficiente para volver a emprender.
¿Cómo enfrentamos esa situación? Debo reconocer que carezco de la capacidad técnica demostrada por el presidente del Banco Central y que comparto lo que dijo, porque sería un error tratar de salir a intervenir el mercado, pues no hay recursos suficientes en el mundo para sostener algo que va a la baja, lo cual sucede por muchos motivos. A lo mejor, se podrían tomar otras medidas, sin estar pegados a ciertos dogmas.
Mi intención es proponer un par de ideas. Quizás, decidir su aplicación no corresponde a las facultades del Banco Central, pero podrían ser evaluadas en las conversaciones con el ministro de Hacienda o con las autoridades económicas. Incluso, espero que al término de mi intervención pueda aclarar mi inquietud y propuesta.
En primer lugar, que los sectores exportadores queden exentos del pago de contribuciones por un plazo equis. Con eso, se les alivianaría la carga y algunos podrían subsistir. Sabemos que algunos van a morir, porque les será imposible mantenerse, pero me gustaría conocer la opinión del presidente del Banco Central, aunque a lo mejor no va en la línea de la ortodoxia económica, sino en la de conocer y tratar de solucionar un problema.
En segundo lugar, tiempo atrás, cuando el cobre en nuestro país y en el mundo costaba 60 centavos de dólar la libra, la Enami lo compraba a los mineros a 90 centavos la onza; o sea, les hacía un préstamo de 30 centavos. Se les abrió una cuenta corriente a cada uno, en consideración a que en el mercado y en la economía todo lo que baja vuelve a subir y viceversa.
¿Por qué no hacer lo mismo con los exportadores de cualquier naturaleza, que están poniendo en riesgo su actividad sólo por el margen de rentabilidad? Sabemos que ningún negocio deja al año más del 10 ó 12 por ciento real, y el dólar ha bajado entre 25 ó 30 por ciento en los últimos seis meses. Por lo tanto, ahí está la rentabilidad del negocio.
Sería ideal abrir -a través del Banco Central, de la Tesorería General de la República o de la institución que corresponda-, una cuenta adicional para que quienes exportan y reciben su liquidación en función de un dólar a 430 pesos, puedan elegir que se les pague, a través del Banco Central, a 470, 480, hasta un tope de 520 ó 550, que podría ser un precio de sustentación.
En el futuro, si la empresa tiene utilidades, tendría que pagar impuestos. Si no las tiene, a lo mejor el fisco tendría que devolverle recursos. En vez de restituirle a la empresa, se abona a su cuenta.
Espero haber sido claro en esta propuesta. No sé del trasfondo técnico. Seguramente, en un mercado tan difícil como el del mundo moderno no es fácil visualizar en cuanto tiempo puede estabilizarse la situación. Creo que las medidas que está tomando el Banco Central de no intervenir, que son correctas, obedecen a que está convencido de que la situación debe estabilizarse en un precio aconsejable y rentable para las actividades productivas del país.
La gente que representamos quiere propuestas y posibles soluciones. Con mi modesta intervención, he querido por lo menos ser voz para insistir en la rebaja de los impuestos, incluso, en la eliminación total del impuesto de timbres y estampillas, respecto de la cual el Gobierno no se convence de que se debe hacer de una vez por todas y no en forma escalonada. De hecho, había presupuestado llegar a 1.2 en 2009 y tuvo que adelantar esa decisión para las pequeñas y medianas empresas.
La rebaja de los impuestos se necesita para todos los emprendedores, porque afecta el traspaso de bienes o de endeudamiento, y lo que queremos es que ellos puedan crear riquezas para exportar, lo que a su vez genera trabajo.
Espero que esta propuesta tenga una respuesta técnica, sea positiva o negativa, para mi tranquilidad de conciencia, porque estoy tratando de hacer un aporte para la gente que representamos y que hoy lo está pasando mal.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Francisco Encina.
El señor ENCINA.-
Señor Presidente, quiero felicitar al presidente del Banco Central por su informe, pues me parece interesantísimo, y reconocer que estamos viviendo una crisis internacional difícil, compleja, sin que todavía sepamos los efectos reales que puede tener en la economía mundial. De hecho, en los últimos días quebró el quinto banco más importante de Estados Unidos y la Reserva Federal bajó el interés en 0,75 puntos, medida monetaria que dejó en 2,25 por ciento la tasa de interés.
Todo esto ha incidido en el precio del dólar y en el sector exportador, lo que puede repercutir en forma muy negativa en el empleo. Es decir, es una situación de la cual debemos preocuparnos.
En ese sentido, creo que hay dos posibilidades. Una, la que tomó el Banco Central, dejar que la situación siga su cauce normal, que el dólar flote y que haya un ajuste sobre la base de las políticas nacionales e internacionales que se toman al respecto. No sé si es la más adecuada; es probable que lo sea, pero la realidad es que tendrá un efecto muy impactante en nuestra economía de exportación.
Por supuesto, aquí se da una contradicción con el sector minero y el precio del cobre que está en un nivel espectacular. Por lo tanto, hay efectos negativos y positivos.
Me gustaría que el presidente del Banco Central nos explicara qué significa todo esto. Por ejemplo, cuál es el peligro de la llegada de capitales golondrinas, situación que ha vivido el país en otras ocasiones.
Si bien se percibe un aspecto positivo, según las estadísticas, en el sentido de que es probable que haya un porcentaje de aumento en la importación de bienes de capital, lo que se reflejará en la inversión, ¿por qué no se adoptan políticas para la pequeña y mediana empresa respecto de la importación de bienes de capital, como limitar algunos impuestos? Estoy planteando la aplicación de políticas preactivas.
¿Se usará el encaje, instrumento existente, incluso, en los convenios internacionales?
Lo ideal es saber si el Banco Central va a intervenir y cuándo lo hará o si tiene pensado utilizar estrategias distintas. Es muy importante conocer eso, porque deberíamos aplicar políticas ad hoc a nuestra situación, en la que somos un país acreedor con disponibilidad de una gran cantidad de recursos, desde el punto de vista de las finanzas internacionales.
En ese sentido, también deberíamos adoptar políticas que ayuden al sector exportador a contar con más bienes de capital, tecnología y una serie de condiciones que es posible implementar para enfrentar esta crisis, de la que esperamos salir adelante.
Espero que haya algún tipo de política para los cientos de miles de exportadores que están pasando por momentos críticos o, por lo menos, tomemos las prevenciones necesarias para que esta situación no tenga un efecto negativo, sobre todo en el empleo.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Urrutia.
El señor URRUTIA.-
Señor Presidente, en verdad, le tengo miedo a estas sesiones. Así de simple, tal cual se escuchó, porque cada vez que se le pide a la autoridad -al presidente del Banco Central o a cualquier otra-, que haga algo sobre la materia, el dólar baja más. No me extrañaría que en vez de 430 pesos, mañana llegue a 420 ó 410.
Es cosa de observar lo que ha venido ocurriendo. A fines de febrero y principios de marzo, diputados de la UDI de la Sexta Región fueron a hablar con el presidente del Banco Central . En ese momento, el dólar estaba a 450 pesos. A los tres días había bajado a 440.
Ayer, parlamentarios del PPD fueron a hablar con el vicepresidente del Banco Central . Cuando ingresaron, el dólar había subido 7 pesos. Cuando salieron, había bajado 4. Así de simple.
¿Qué puede pasar mañana? Lo más probable es que baje a 420 o a 410. Nadie lo sabe, porque nadie conoce el piso de esto. ¿Hasta cuando van a dejar bajar al dólar?
¿Qué posibilidades tiene el Banco Central en esta materia? Muchas, pues, y la principal, más allá del encaje, de intervenir, la de bajar la tasa de interés. Así de simple: bajar la tasa de interés.
Pero eso no lo van a hacer, porque si se baja la tasa de interés, sube el dólar y, por lo tanto, la inflación. Tampoco conviene hacer eso.
Enfrentar la inflación es primero. El crecimiento da lo mismo. Se crea o no se crea, el precio del dólar está afectando el crecimiento de nuestra nación.
Además, influirá fuertemente en el empleo, eso no se ha dicho todavía. Es cosa de ver lo que está ocurriendo en los sectores rurales.
Aunque no tienen para qué decirlo, porque es claro como el agua, en la Revista del Campo de ayer se señala que la gente está arrancando los parronales, los frutales, para volver a los cultivos tradicionales, ya que hoy son mejor negocio. ¡No se ocupa mano de obra! ¡Todo mecanizado! ¡Así de simple! Las rentabilidades son más altas.
Por lo tanto, no hay donde perderse. Pero va a volver la cesantía al campo. El crecimiento será nulo y la cesantía aumentará fuertemente. ¿Para qué? Para controlar la inflación mediante la tasa de interés, porque los alimentos, principalmente, no han subido porque subió la tasa de interés, sino como consecuencia de la sequía, de las heladas que hubo en el invierno pasado. Por eso están caros los limones, las papas.
Durante las próximas semanas en las carnicerías y supermercados, la carne va a subir fuertemente. ¿Por qué? Porque Argentina aplicó un 40 por ciento de impuesto a la exportación de carne de vacuno. Su alza no tiene nada que ver con la variación de la tasa de interés.
Por lo tanto, si no se toman medidas de una vez por todas, va a ocurrir lo que dijo un economista famoso, que conoce muy bien mi amigo don Julio Dittborn: en el largo plazo, estaremos todos muertos.
Yo diría: en el largo plazo, estaremos todos quebrados.
He dicho.
Tiene la palabra la diputada Vidal.
El señor BUSTOS (Presidente).-
La señora VIDAL (doña Ximena).-
Señor Presidente, a pesar de que técnicamente la economía no es mi fuerte, desde el punto de vista ciudadano intervendré para compartir algunas idea que se desprenden de la discusión sobre la baja del dólar.
El diputado Urrutia decía “así de simple”. Yo le digo: así de complejo es el tema, y nos ha quedado clarísimo por todos los problemas que están incidiendo en la producción y el desarrollo del país.
La baja del dólar afecta especialmente el área productiva de los exportadores y, por lo tanto, el trabajo de miles de personas.
¿Cuáles son las medidas que han tomado el Banco Central y el Gobierno a través del Ministerio de Economía? Bueno, de alguna manera las ha expresado el presidente del instituto emisor. Además, las conocimos durante el año 2007 y, últimamente, en marzo en curso.
Frente a este escenario preocupante, buscamos herramientas que respondan adecuadamente a las necesidades reales y no ficticias.
La inflación es el otro problema que afecta la economía, como se ha dicho. El escenario internacional es real. Día a día se ha visto la recesión en Estados Unidos y en otras partes.
Claro que el tipo de cambio produce incertidumbre. Pero se debe actuar con cuidado y evitar la sobrerreacción. Hay que ser responsable.
Creo que tenemos mucho que decir al respecto. La garantía del buen funcionamiento de la economía, a pesar de la vulnerabilidad de los mercados abiertos, como el nuestro, se debe a las buenas políticas cambiarias y monetarias que se han aplicado en el país.
La intervención cambiaria debe realizarse tomando en cuenta el escenario y consecuencias que determinada medida puede traer. Se debe ser cuidadoso y responsable. No se trata de pedir respuestas a la autoridad, porque sólo para algunos sectores económicos podrían ser lógicas.
El presidente del Banco Central ha dicho que no se dejará presionar por intereses de algunos grupos, y esto me da tranquilidad. Debe velar por el futuro del país, y no tomar medidas que pueden ayudar momentáneamente a algunos sectores. Sólo debe tomar medidas prudentes y oportunas, pensando en el conjunto de la sociedad chilena.
La cordura y la prudencia son valores que hay que poner sobre la mesa en momentos de preocupación, como es el de la situación económica planteada.
No coincido para nada con la visión que ha planteado el diputado Dittborn . La intervención del presidente del Banco Central indica una visión diferente. Para nada sentí que actuara con soberbia.
La intervención del presidente del Banco Central fue concluyente. Ha presentado un análisis profundo y consistente y ha hecho una propuesta integral, acorde con la realidad.
En algunas de las opiniones vertidas en la televisión y en otros medios y durante esta sesión, se ha hablado de ficción.
Tenía camiones, así que puedo hablar con autoridad al respecto.
Algunos economistas hablan de un año terrorífico, gracias a las malas e inoportunas políticas económicas de la autoridad. Bueno, creo que se pierde realmente el timón y el sentido de lo que se quiere decir desde el punto de vista político.
Me queda claro que las autoridades económicas están haciendo las tareas como corresponde a sus capacidades y responsabilidades sociales con nuestro país.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Señor Presidente, hace pocos días estuvimos con el presidente del Banco Central , a quien le hicimos ver las aprensiones de distintos sectores de exportadores tradicionales.
La falta de competitividad y otros problemas, sin duda, van a hacer desaparecer a varios.
Para que el país crezca, se necesita inversión. Pero esos sectores la han paralizado, por razones obvias.
Se dice que para una misma razón, debe existir una misma disposición. El Banco Central intervino, entre 2002 y 2003, justamente cuando el dólar había superado los 750 pesos. Hoy no lo ha hecho, a pesar de que su precio ha llegado a 430 pesos. Perdónenme por salirme un poco de la privacidad de la reunión que sostuvimos, pero quiero reiterar lo que dijo el diputado Bauer en el Banco Central: “ Presidente , lo único que le pido es que abra el paracaídas antes de que caiga al suelo.” Ésa es la señal que le está dando la Cámara de Diputados al Banco Central. Entendemos la independencia de esa institución y que debe controlar la inflación; pero también estimamos que tiene los instrumentos para que el país se siga desarrollando. En ese sentido, nuevamente les decimos a las autoridades del Banco Central que estamos muy preocupados porque existen empresas que generan mucha mano de obra, pero cuyos trabajadores, como bien dijo el diputado Urrutia , van a quedar cesantes, no hoy pero posiblemente el próximo año.
También quiero referirme a la señal especulativa que existe. Un operador de mesa de dinero me dijo que cinco minutos antes de que el Banco Central hiciera el anuncio, el 13 de marzo, de que no iba a aumentar la tasa de interés, se vendieron 500 mil dólares en la pizarra del sistema Datatec, que corresponde a la bolsa electrónica. Esos dólares se vendieron a 428 pesos, cuando el dólar estaba a 432 pesos. Curiosamente, después, esa transacción se anuló. En consecuencia, creo que hay especuladores y personas que están tratando de influir en el mercado.
Les pido que investiguen esa situación. No sé si debe hacerlo el Banco Central; seguramente le corresponde a la Superintendencia del ramo. Esta situación es grave, porque, en el fondo, se está manipulando el mercado, que debe ser lo más transparente posible. Lo digo con toda responsabilidad. Éstas son medidas respecto de las cuales hay que estar alerta, porque está en juego el sueldo de mucha gente. Les pregunto a los señores diputados e, incluso, al presidente del Banco Central aquí presente, ¿qué pasaría si estuvieran dolarizados los sueldos de la administración pública? Seguramente, en ese caso se sentiría la situación. Ocurre que a cientos de miles de pequeños y medianos productores de este país les está ocurriendo eso. Cuando se tienen reajustes de acuerdo con el IPC, obviamente no se siente.
El presidente del Banco Central debe entender que lo que le está diciendo la Cámara de Diputados es que él tiene una responsabilidad histórica respecto del desarrollo del país. Espero que la asuma. Sin duda, las recetas no las tenemos las personas que no somos técnicos en la materia. El control de la inflación es muy importante, pero también lo es que la gente tenga trabajo y futuro.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Alejandra Sepúlveda.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).-
Señor Presidente, creo que la discusión no es con el Banco Central. Después de haber escuchado la exposición del presidente de ese organismo, queda claro que está ejerciendo sus facultades correctamente. Debe preocuparse de la inflación. Lo que está haciendo es coherente con su función.
El problema es que hay una discusión pendiente en relación con el Banco Central. Nadie está criticando su autonomía, pero la función de dicha institución debería ser un poco más amplia, entendiendo el concepto de integralidad de país. En ese sentido, el Banco Central debería preocuparse del crecimiento, del desempleo y de otros aspectos que también inciden en el desarrollo del país. Pero, reitero, en relación con el tema que nos ocupa, no tenemos que pedir ninguna explicación al Banco Central ni a su presidente. Él está haciendo lo correcto.
El punto es que además del presidente del Banco Central , también debería haber concurrido a esta sesión el ministro de Hacienda . La complicación no es con el Banco Central, sino con el ministro de Hacienda , como representante del Gobierno, de la Presidenta de la República , que planteó que este país es una potencia agroalimentaria. Ése es el problema. Se dijo que somos una potencia agroalimentaria -para mí eso siempre ha sido un chiste-, toda vez que el país se ha focalizado en la función exportadora. A ello se agrega que hemos firmado tratados internacionales con diversos países, precisamente para sostener esta matriz.
Sin embargo, están desapareciendo rubros en la agricultura, como la uva de mesa o la remolacha. Vamos a tener complicaciones en la pequeña agricultura, pues existe un freno en la inversión. Tenemos una disminución en la captación de mano de obra en un sector que es muy importante y que la necesita. Lo digo como representante de San Fernando, una zona en la que trabajan muchas temporeras y temporeros. Somos una potencia agroalimentaria en el papel, lo que significa una repercusión en las economías locales. Pueblos y ciudades dependen de una economía que hoy nos complica y que no será capaz de activarse. Tenemos costos de producción irresistibles.
Creo que debemos hacer un análisis muy profundo de cómo va a cambiar la estructura productiva en Chile si esta situación continúa. Ese cambio llevará a que los cultivos tradicionales tengan una sobrecarga importante. Es decir, se va a trasladar el sector exportador al ámbito de la agricultura tradicional en la que se desempeñan los pequeños agricultores, que son quienes en forma especial me interesan. Ese giro se va a producir en términos estructurales. Si esta situación perdura a largo plazo, se va a generar una importante disminución en el empleo, porque vamos a pasar de una agricultura de mano de obra a una muy tecnificada.
Por eso, la Comisión de Agricultura no se quedó quieta ante este hecho. Presidí esa Comisión hace más de un año. El 9 de agosto de 2005, le dijimos al entonces ministro de Hacienda , Nicolás Eyzaguirre : “Por favor, ojo con el dólar.” El 17 de agosto de 2005, cuando el dólar estaba a 537 pesos, le dijimos al señor Vittorio Corbo : “Por favor, venga a la Comisión y explíquenos esta luz amarilla que hoy se ha encendido.” Pero no tuvimos ninguna explicación. El 16 de diciembre de 2005 volvimos a reiterar nuestra petición al señor Corbo , pero tampoco nos dio una explicación. El 17 de abril de 2006, cuando el dólar estaba a 511 pesos, pedimos a la Presidenta de la República que nos respondiera qué hacer con esta situación a largo plazo.
Hace más de un año, la Comisión de Agricultura pidió por favor a las autoridades que analizaran los hechos. La idea era prevenir lo que está ocurriendo y no buscar una solución cuando ya estamos en problemas.
Por eso, voy a formular dos preguntas al presidente del Banco Central . En primer lugar, quiero saber cuáles son las proyecciones, cuánto durará esta situación. En ese sentido, pido que haga un análisis del tiempo que deberá soportar el sector exportador las complicaciones en el tipo de cambio.
En segundo lugar, quiero que nos responda qué medidas debería adoptar el Ejecutivo para que no muera el sector exportador y para que Chile, realmente, como ha dicho el Ejecutivo , sea una potencia agroalimentaria.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Mario Venegas.
El señor VENEGAS (don Mario).-
Señor Presidente, no soy especialista en la materia y estoy abrumado por los tecnicismos que se han planteado en esta Sala. No obstante, soy diputado y represento a la provincia de Malleco, en la Novena Región de La Araucanía, que tradicionalmente presenta los peores índices en materia de pobreza. Su actividad productiva fundamental tiene que ver con el rubro silvoagropecuario y tenemos una gran esperanza en el desarrollo frutícola, tanto de frutales mayores como menores.
He conversado con empresarios de la zona de distintos rubros. No tenemos grandes empresas, excepto las que todos conocen. De hecho, las que se han generado en la región son pequeñas y medianas, y sus dueños están muy preocupados, porque las exportaciones frutícolas y de maderas aserrables, en las que habíamos puesto nuestra esperanza de mejores condiciones y de desarrollo para la provincia, hoy se ven seriamente afectadas. Conversando con ellos, me preguntaron qué va a hacer el Banco Central y el Gobierno respecto del tipo de cambio.
Quiero contarles sobre la realidad que vive una empresa exitosa de nuestra zona. Es una empresa familiar que lleva 17 años de desarrollo en la industria forestal. El ciento por ciento de su producción se destina al sector exportador. Posee cuatro plantas industriales, dos en la Novena Región y otras dos en la zona de Arauco. Brinda más de 2.600 empleos directos, más de 5.000 empleos indirectos y trabaja con 2.500 proveedores de materias primas. Sus ventas, de alrededor de 15 millones de dólares, son importantísimas para mi zona. ¿Cuál es su situación actual? Presenta un gran problema. Existe una contracción de la demanda, en especial en los mercados de Estados Unidos de América, pero también en otros. Para esa empresa, el costo de la energía eléctrica ha subido en aproximadamente 40 por ciento. Además, debido al aumento en el precio del petróleo, el transporte terrestre y los fletes marítimos se han encarecido. El tipo de cambio, que hace un año era 530 pesos, hoy es 430 pesos. Por lo tanto, por ese solo efecto, deja de percibir 1.500 millones de pesos.
¿Qué medidas puede tomar? Debe ser creativa, explorar nuevos mercados, bajar sus costos, etcétera. Pero, ¿cuánto tiempo puede resistir una situación de esa naturaleza?
¿Qué termina ocurriendo? Se contrae la producción y, como una manera de enfrentar el problema, se despide a personal. Así, por ejemplo, entre enero y febrero la empresa en cuestión despidió a 500 trabajadores.
¿Cuáles son las proyecciones para salvar la situación? Lo más probable es que, en el peor de los escenarios, la empresa decida no continuar, o bien cerrar algunas plantas y despedir a más trabajadores, lo que acarreará un efecto enorme.
Conversé con un mediano productor frutícola quien expresó que, debido a la diferencia en el tipo de cambio, recibirá 100 millones de pesos menos que hace un año. No estoy hablando de un gran empresario, sino de una persona que tiene un emprendimiento de algo más de 200 hectáreas de frutales.
Como es obvio, nadie resiste eso.
Estoy hablando de la realidad de hoy. El aumento del desempleo, la menor actividad económica, la menor recaudación de impuestos, la pérdida de mercado en el extranjero y, eventualmente, la paralización de inversiones pueden tener consecuencias devastadoras para una zona como la que represento.
A mi juicio, esos empresarios han hecho bien las cosas, han puesto músculo y creatividad, y existe un interesante desarrollo. Sin embargo, el problema derivado del tipo de cambio genera un efecto muy importante.
Señor Presidente , por su intermedio deseo preguntar al señor De Gregorio qué puede hacer en esta materia el Banco Central. Escuché su intervención. Sé que otras medidas, por cierto, escapan al ámbito de su competencia. Pero lo que importa a la gente que ve esta sesión y no entiende de cuestiones técnicas es que las autoridades competentes adopten medidas, que no se queden paralizadas, sino que hagan algo, porque la situación a la que me refiero es una realidad, no una ficción, y el costo lo seguirán pagando las regiones, sobre todo algunas muy carenciadas, como ocurre con la parte norte de la Novena Región de La Araucanía.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Forni.
El señor FORNI.-
Señor Presidente, en primer lugar, felicito al diputado señor Saffirio por su iniciativa de pedir que se citara a esta sesión porque, a mi juicio, es muy importante discutir sobre esta materia.
Nobleza obliga. Tengo la mejor impresión del presidente del Banco Central , que es una persona tremendamente calificada. Por lo tanto, si habló en los términos en que lo hizo es porque no sabe hacerlo de otra manera. Se debe reconocer que su intervención fue una clase de economía.
Pero es nuestro deber mostrar la otra parte, la otra cara de la moneda, lo que está sintiendo el chileno común y corriente.
El colega que me antecedió en el uso de la palabra expresó que las intervenciones están llenas de tecnicismos, pero se pueden hacer y decir cosas más fáciles.
En el último tiempo se han registrado 12 a 13 bajas consecutivas en el precio del dólar. Eso lo entiende cualquiera de los presentes. ¿En qué se traduce eso? En que el peso es una de las diez monedas más preciadas respecto del dólar. Incluso más, este año es la moneda más apreciada. Es verdad que el dólar se encuentra débil a nivel mundial, pero en Chile ese fenómeno se ha reflejado en toda su magnitud. Desde el 30 de diciembre de 1997, es decir, hace más de diez años, no existía la actual relación entre el peso y la moneda estadounidense.
Señor Presidente , por su intermedio deseo expresar al presidente del Banco Central que hoy la Reserva Federal llevó a cabo un nuevo recorte en las tasas, lo que aumentará más la brecha entre la tasa de interés de Estados Unidos de América y la existente en Chile. Eso es muy fácil de entender. En ese escenario, ¿qué ocurrirá en el país? El problema es que existen personas de cuello y corbata que, apretando una sola tecla, pueden especular. Es decir, a través de operaciones que se denominan de carry trade, pueden generar importantes ganancias en el corto plazo a costa de destruir todo un aparato productivo. Por eso, mientras nosotros estamos preocupados del sector exportador, mucha gente está frente a sus computadores tratando de capturar esas tasas de interés.
En verdad, lo que ocurre es preocupante. El excelente precio del cobre, la diferencia de tasas y la debilidad del dólar hacen que, al final, el panorama se complique aún más.
Señor Presidente , por su intermedio deseo expresar al presidente del Banco Central que las consecuencias afectan a diferentes sectores. Hoy, una parte del sector forestal está cerrando. Debido a la crisis inmobiliaria de Estados Unidos, las demandas en ese sector han disminuido en 50 por ciento. También existe un sector agrícola tremendamente afectado por la sequía, la falta de mano de obra y el tipo de cambio. Asimismo, existe un sector manufacturero debilitado.
Como expresó el diputado García-Huidobro , hay preocupación no sólo por lo que ocurre hoy, sino por las inversiones futuras.
Anoche, en una comida, conversé con pequeños agricultores que expresaron que, a estas alturas, prefieren arrancar, achicarse o ajustarse. Se preguntaban cómo enfrentar el próximo año con el actual precio del dólar si no saben, además, si la tendencia de hoy seguirá en el futuro. Lo más probable es que, dado el actual precio del cobre, dicha tendencia se mantenga.
A este nivel de tipo de cambio, ¿es posible que alguien, en alguno de esos sectores, piense en expandirse, invertir en tecnología o infraestructura o generar más empleos? A mi juicio, nadie está pensando en eso, sino en cómo retener lo poco que queda en la actualidad.
Ante esa realidad, así como en un comienzo partí reconociendo las capacidades del presidente del Banco Central, debo ser sincero: a mi juicio, en él y en las autoridades del Ministerio de Hacienda se advierte no prudencia, sino pasividad.
Como el fenómeno no es propio de Chile es bueno ver qué están haciendo otros países. El Banco Central de Perú intervino. Hace muy poco tiempo, el Banco Central de Israel decidió hacer una fuerte inversión en compra de dólares.
Entonces, ¿cuál es la respuesta? Probablemente no les ha ido bien. No lo sabemos, porque en economía nadie tiene la rueda de la fortuna clavada. Pero se deben adoptar medidas que lleven a cumplir el objetivo.
¿Qué expresó ayer, en El Diario Financiero , el ex presidente ejecutivo de Codelco , quien debería estar fascinado con la actual alza del precio del cobre? “El ministro de Hacienda ha tratado de minimizar el impacto de la caída del dólar”. Y luego advirtió: “Hay consenso entre los expertos en que el dólar está desalineado”. ¿Cuál es la consecuencia, dice Villarzú, de ignorar, de minimizar el tipo de cambio? Apunta que, en otra oportunidad, se generó la crisis más severa que hayan vivido la pequeña y mediana industria chilena en el último tiempo. Y añade que el Banco Central está empecinado en bajar la inflación e insiste en hacerlo en un plazo de dos años.
Es decir, quiere bajar la inflación -que de diciembre a diciembre fue de 8,1 por ciento-, a 3 por ciento el año 2009.
Entonces, ¿cuál es el dólar de equilibrio? ¿Cuándo consideran el Banco Central y el Ministerio de Hacienda que el dólar está desalineado? Fuera de la decisión -como dijo el diputado Leal - del jueves o viernes pasado, de mantener la tasa de interés en 5,25 por ciento, ¿qué otras medidas se piensa adoptar para que este problema no siga profundizándose? ¿El Gobierno, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda están dispuestos a aceptar que los especuladores operen con un grado de libertad y están destruyendo importantes sectores productivos?
Quiero proponer medidas concretas.
Primero -como dice el diputado Saffirio en su proyecto de acuerdo-, reponer el encaje o, al menos, establecer algún tipo de norma, que nos permitan los tratados de libre comercio, para evitar especulaciones.
Segundo -es una proposición que hemos incorporado al proyecto de acuerdo, junto al resto de los diputados que lo han suscrito-, que los importadores estén obligados a pagar en dólares el IVA y los aranceles asociados a sus operaciones de importación; que el 1 de abril, las empresas ligadas al sector exportador paguen sus impuestos de primera categoría en moneda extranjera.
Debe comprenderse que a los mismos sectores que hoy afecta el tipo de cambio, también sufren otras crisis. Me preocupa, como representante de una zona agrícola, la fruticultura y, particularmente, la producción de uva. Con estos precios, los agricultores sienten la tentación de pasar la “rasca”, pero saben que en su inversión, en los parrones, hay siete u ocho años de gran esfuerzo.
Señor De Gregorio , usted dijo en su intervención, por su intermedio, señor Presidente - que el ajuste se veía venir. ¿Cuáles son las medidas que el Banco Central tomó para evitar esta caída pronunciada del dólar? ¿Cómo evitamos que en un sector tremendamente importante para la economía, como es la agricultura, al final, terminemos importando alimentos? Quienes deben pagar el costo de esta crisis, no tienen ninguna responsabilidad en ella.
Los hechos nos están sobrepasando, y cualquier movida que se tome a estas alturas no será apresurada, sino más bien tardía.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente, saludo al presidente del Banco Central.
La economía norteamericana ha incrementado excesivamente el gasto, se ha debilitado y, con ella, el dólar. Curiosamente, y es una paradoja, quienes tenemos que “pagar el pato” somos los países que hemos mantenido un exitoso plan financiero y de política que nos ha permitido disciplina fiscal y mantener el control sobre los gastos. Hemos logrado un superávit que no tiene cualquier nación, menos Estados Unidos y, sin embargo, hoy estamos sufriendo serios efectos de lo que aparentan ser los primeros indicios de una nueva recesión.
En 1997, cuando se presentaron las primeras consecuencias de la recesión, se dijo a los consumidores que tuvieran cuidado, que no se endeudaran. Y ésa fue una recesión de tal magnitud que después estábamos preocupados de por qué no consumían y no los podíamos convencer de que lo hicieran para reactivar la economía. Curiosamente, el bajo valor del dólar, que es una satisfacción para la economía nacional, produce abundancia de moneda extranjera que, entre la oferta y la demanda, genera una sobreoferta que hace bajar su precio. Pero también lo hace bajar este significativo diferencial de tasas con la cual muchos especuladores -como decía el diputado Forni - están haciendo su actividad mientras nosotros estamos preocupados de resolver el problema, más que de las empresas exportadoras, más que de los empresarios, de los trabajadores. Si no hacemos algo, vamos a tener un problema muy serio en el empleo. Las medidas por tomar deberían ser reactivadoras, no solamente para las pymes, para los exportadores, sino también para el empleo. Entonces, la situación tiene que ver con qué medidas se toman y cómo miramos el país. Es cierto que el Banco Central está cumpliendo su función, su rol en cuanto a controlar la inflación, y claro que ayuda el bajo valor del dólar. Mientras más baje, más controlamos la inflación, ¡qué bueno!, pero también hay que tomar en cuenta los efectos perniciosos del precio del dólar. Las empresas que ya comienzan a estar bajo el punto de equilibrio y a despedir trabajadores. Ahí, entonces, debemos visualizar qué hacemos y tomar algunas medidas.
Soy partidario de poner un encaje, pero discriminatorio, precisamente a los capitales de especulación; porque hay muchos capitales que están entrando y que permiten competencia en el mercado financiero, ya que muchos empresarios pueden endeudarse en moneda extranjera a una tasa más barata que la del mercado interno. Si se aplica indiscriminadamente un encaje a todos los capitales, afectaremos a los que están permitiendo que muchos empresarios, en vez de endeudarse al 40 ó al 50 por ciento, lo hagan al 20 por ciento.
Entonces, la situación tiene que ver con escasez de recursos financieros, que también afecta a los empresarios.
Soy partidario de que el Banco Central intervenga derechamente el mercado cambiario, que traduzca la deuda nacional en dólares y haga la pérdida de un 3,5 por ciento o el diferencial de tasa. Eso va a ser mucho más barato que socorrer después a un país que ha perdido la mitad de sus fuentes de empleo.
Creo que el Ministerio de Hacienda apunta en la dirección correcta en cuanto a que paguen los impuestos en dólares aquellas empresas que ahora puedan llevar su contabilidad en moneda extranjera y un bono de crédito a las pymes. Mucho se ha hablado de las empresas exportadoras, pero esto también redunda en las pymes, que son las que sustituyen importaciones. La gran mayoría de los trabajadores que perderá su empleo está relacionado con la sustitución de importaciones. Entonces, ahí tenemos que ir a un salvamento, a la UTI, con instrumentos que puedan servir realmente a las pymes.
Por último, fomentar un seguro de riesgo en el caso de que le afecte el tipo de cambio.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Javier Hernández.
El señor HERNÁNDEZ.-
Señor Presidente, la globalización tiene muchas ventajas, pero también en el tema económico puede generar problemas graves. Por ello, la noticia aparecida ayer, relacionada con la quiebra del quinto banco más importante de Estados Unidos, que admitió pérdidas por casi 20 mil millones de dólares en los últimos quince meses, claramente impactará en forma negativa en nuestro país, ya que es un factor más para que el dólar siga en su espiral de devaluación y, por ende, de la apreciación del peso. Las consecuencias de esta situación en la agricultura exportadora son devastadoras.
Con esto no digo nada nuevo, pero lo peor es que se sostiene en el tiempo y, pese al clamor de muchos sectores, incluido el de destacados economistas, nada se hace por generar una intervención que sea positiva y que, por supuesto, no abra otras aristas de problemas económicos.
Es cierto que la situación es compleja, pero no debemos olvidar que también afectará a otros rubros exportadores como el cobre, por ejemplo, cuyo impacto se ha amortiguado por sus excelentes precios, pero nada nos asegura que se mantendrán en el mediano plazo.
Por eso, urge intervenir. Por lo aparecido en la prensa, sabemos que el presidente del Banco Central , en privado, dice estar preocupadísimo por la depreciación del dólar en Chile, donde registra su menor valor desde noviembre de 1997. Nosotros y todo Chile ya suponemos qué puede sucederle al sector productivo si el valor internacional del dólar sigue cayendo, y la crisis del banco norteamericano ya está exhibiendo un resultado en ese sentido.
Sin afectar los grandes números de nuestra economía, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda deben encontrar la mejor solución para los exportadores, sector que no está ganando menos, sino que está perdiendo cada día más, por lo que muchos no estarán en condiciones de producir, en la próxima temporada, generando desempleo e incumplimiento de deudas.
Uno de los países más afectados por la baja del dólar es Chile, ya que nuestros vecinos del continente, si bien no son alabados por sus economías, tienen diversas fórmulas para evitar una baja sostenida de la divisa norteamericana y una apreciación excesiva de sus monedas. Es decir, fórmulas hay y nuestras autoridades económicas deben buscar la mejor para el país.
Ahora bien, si la intervención del dólar resulta difícil o impracticable o si, de hacerlo, sería mínima y no solucionaría el grave problema existente, entonces me sumo a las voces de estudiar una rebaja del IVA, que en 2003 fue subido a 19 por ciento en forma transitoria y aún no vuelve a su porcentaje original. También debería evaluarse la carga impositiva de los combustibles. Ayer en Osorno se reunieron todos los gremios, no sólo los agrícolas, para pedir a gritos que la autoridad económica tome las resoluciones que correspondan para que esta situación no perjudique a las empresas ni al empleo.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Correa.
El señor CORREA.-
Señor Presidente, represento a la provincia de Curicó, primera productora de vino de exportación y segunda productora de fruta de exportación. Por tanto, la crisis del dólar la está afectando sobremanera, situación que se agrava si le sumamos el aumento del precio de la energía eléctrica en los horarios punta, la sequía, cuyos efectos se traducen en menor producción e intranquilidad laboral; la paralización de los estibadores que se vivió hace algunos días, en definitiva, según algunos, estamos ante una tormenta perfecta.
Por ello, sólo le pido al presidente del Banco Central que agote las medidas para paliar las nefastas consecuencias que está generando la caída del dólar. Entiendo que estamos ante un problema de carácter mundial, que Estados Unidos está entrando en crisis y que a costa de la caída de dólar se valorizan las monedas en todo el mundo. Así y todo, el Banco Central debe buscar la fórmula, porque de no mediar su intervención se generará una fuerte crisis en la agricultura de exportación que tanto ha costado formar.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Rosauro Martínez.
El señor MARTÍNEZ.-
Señor Presidente, desde la perspectiva de los parlamentarios que conocemos la realidad y que convivimos con el problema directamente, digo con franqueza que la situación es angustiante.
Los especialistas y los medios de comunicación grafican muy bien parte importante de esa realidad; pero existe otra, que no se conoce y que afecta a cientos de pequeños productores agrícolas.
El daño no sólo afecta a los grandes productores exportadores, sino también a quienes sustituyen importaciones, como los remolacheros, que también fijan sus retornos en dólares y que hoy, en los niveles en que se encuentra su precio, alcanza a un cuarto del valor real. Este es el caso más ilustrativo de lo que estoy señalando.
La remolacha pasó, en poco tiempo, de ser uno de los cultivos más rentables a uno de los más afectados por la caída del dólar, ya que el precio internacional del azúcar se ha mantenido en los últimos años y a los productores se les sigue pagando cerca de 50 dólares la tonelada. El punto de inflexión está en que con la caída del dólar los ingresos en moneda nacional bajan casi 40 por ciento. Esta proporción explica muchas situaciones; de partida, la disminución de 20 mil hectáreas de las 36 mil que se siembran tradicionalmente.
Es necesario adoptar medidas y a la brevedad. Observo una especie de complacencia en el ambiente. Al parecer, la opinión pública no ha dimensionado el efecto de la caída del precio del dólar, seguramente entusiasmada por las bajas en determinados bienes altamente valorados; pero lo concreto es que esta complacencia puede traernos graves consecuencias.
Tenemos que ser capaces de ampliar la mirada y ver, como lo señala Hernán Cheyre en la prensa de hoy, que además de la caída del tipo de cambio real existen otras variables que inciden en la baja de la competitividad.
Puede haber diferentes opiniones sobre el particular, pero es indesmentible que existen factores que contribuyen a hacer más compleja y menos dócil la situación, como los mayores costos de energía y el dramático problema que origina la escasez de agua.
Si bien ese no es un tema de la competencia del Banco Central, en el análisis hay que consignarlo, amén de todas aquellas materias que puedan contribuir a enfrentar la crisis, que, como dije, nos puede costar muy caro.
Bajo ese prisma, sugiero estudiar la aplicación de medidas como la eliminación del impuesto a los combustibles. La reducción de la carga impositiva se valora, pero es una acción que no impacta en el sector productivo, específicamente en los pequeños y medianos agricultores. Seamos audaces y no nos quedemos en la mitad del camino.
En segundo lugar, ajustemos la estructura tributaria y veamos cómo, desde la perspectiva impositiva, damos más vigor al sector exportador.
En tercer lugar, y tenemos un proyecto de acuerdo aprobado en 2006, simplifiquemos la vida del pequeño productor a través de la creación de un marco tributario específico, que atienda sus particulares características, con los instrumentos adecuados, a los cuales pueda acceder, por ejemplo, en la municipalidad correspondiente a su domicilio, debidamente inscrito para estos efectos en el Servicio de Impuestos Internos.
En síntesis, en cada uno de nosotros y, por cierto, con mayor responsabilidad en el Gobierno, están depositadas las esperanzas del sector productivo y, por ende, de un conjunto de familias que viven de la actividad agrícola. No podemos imaginar a la Octava Región sin agricultura.
He dicho.
El señor BUSTOS (Presidente).-
Tiene la palabra el presidente del Banco Central, señor José De Gregorio.
El señor DE GREGORIO ( presidente del Banco Central ).-
Señor Presidente, voy a partir por el tema que planteó el diputado señor Dittborn.
Comentó que parecía que el Banco Central tiene tomadas decisiones con cierta certeza; asume que nosotros no vamos a intervenir. Sin embargo, le digo que hemos llegado acá con alto grado de incertidumbre. Recordemos que hace dos semanas el presidente de la Reserva Federal norteamericana señalaba la posible quiebra de un banco pequeño de Estados Unidos. Así fue, y cayó un banco relativamente pequeño, el quinto en inversión en Wall Street. Es decir, estamos en un mundo extremadamente frágil y a nosotros también nos sorprendió la baja del dólar, lo que nos tiene bastante preocupados.
En mi exposición dije que estudiamos qué cosas se podían hacer. Lo primero que hicimos fue no subir la tasa de interés, como probablemente lo hubiéramos hecho de no haberse apreciado el dólar y esto tiene que ver con lo que decía el diputado señor Urrutia.
La política monetaria tiene menos dureza, precisamente porque reconocemos lo que ha pasado con el dólar. Esto es importante.
También quiero ver con un grado relativo de realismo lo que ha pasado y los datos.
Nuestro tipo de cambio real más apreciado ocurrió en 1997, como dije en mi presentación, con una entrada masiva de capitales, 8 puntos del producto, con 4 puntos de acumulación de reservas, con banda cambiaria y encaje. Hoy salen capitales en el neto.
No quiero descartar esas medidas. Lo que quiero decir es que la solución no es trivial y que, sin duda, estamos enfrentados a decisiones bastante complejas en este momento.
El segundo punto tiene que ver con los objetivos del banco, qué vamos a hacer con las tasas y cuáles son nuestros objetivos. Esto también lo hemos dicho. Nosotros organizamos la política monetaria en torno a la estabilidad de precios. Lo dije en mi presentación: la ley nos exige estabilidad de precios, estabilidad financiera y que nuestras decisiones sean coherentes con los objetivos globales de la política económica del Gobierno.
No ignoramos el desempleo. Cuando el Banco Central dice que queremos que la inflación converja en dos años, aunque la podríamos hacer converger en un año y en seis meses, aunque resulta un poquito más complejo por los rezagos de la política monetaria, pero uno la puede hacer converger bastante rápido. Cuando uno hace eso, es precisamente porque no quiere agregar costos a esa baja de la inflación y quiere que los precios se devuelvan. Tal como dijo un diputado , hay precios que no controlamos. Por ejemplo, tenemos cero control en el alza del precio del trigo o de la leche en el mundo.
¿Cuál es el rol de la política monetaria? Evitar que esos aumentos de precios se propaguen más allá del horizonte de política. Incluso, muchas veces han aumentado precios, pero en seis meses la situación se ha revertido, pasa normalmente con los precios de los alimentos cuando hay problemas estacionales, y la política monetaria no reacciona. Pero cuando se producen aumentos persistentes, como los que hemos observado, lo que uno quiere es que no se propaguen más allá de nuestro horizonte.
Alguien dijo: “Claro, todo lo ordena en torno a la tasa de inflación.” Aunque a uno lo pueden criticar por ser excesivamente técnico, debo señalar que es clave la credibilidad y el compromiso de la política monetaria. Si cejamos en ese compromiso, la devolución de la inflación se hace mucho más pegajosa, compleja y uno tiene que terminar subiendo las tasas con mucho más severidad.
Si revisamos la política monetaria desde que tenemos este esquema en pleno funcionando, con flotación, que se ha mantenido durante esta década, vamos a encontrar que Chile nunca tuvo tasas de interés tan bajas. También hemos tenido, bajo condiciones muy negativas al principio de la década y con términos de intercambio muy positivos, tipos de cambios que fluctúan mucho, pero que han mostrado cierta estabilidad en el mediano plazo.
Quiero poner esto en un contexto global, porque tenemos que tomar decisiones complejas en los meses que vienen, porque una inflación de 8 por ciento es muy elevada y nuestro compromiso es que se devuelva, porque creemos que eso es bueno para el país y porque estamos convencidos de que así podemos contribuir a la estabilidad económica.
Me han hecho varias preguntas relacionadas con problemas que comienzan a ocurrir en regiones, como despidos y baja de la actividad económica. En su momento también me consultaron cuáles eran nuestras proyecciones. En el informe de política monetaria dijimos que el crecimiento iba a estar entre 4,5 y 5,5 por ciento, con un sesgo a la baja, porque veíamos riesgos, los cuales se han comenzado a materializar. La concreción de esos riesgos, menor crecimiento y globalización de lo que ustedes plantean en materia de empleo y de actividad económica serán insumos a considerar en la adopción de decisiones de política monetaria, porque eso también genera baja en la inflación y así es como nosotros vamos ordenando. Cuando hemos tenido situaciones de mucha debilidad económica, hemos bajado las tasas, y fue lo que pasó en los años 2003-2004; pero cuando aumenta la inflación, subimos las tasas.
El diputado Dittborn consultó respecto de la especulación que se podría producir, y el diputado Encina preguntó sobre los capitales golondrina.
Entre 1995 y 1998-1999, se produjo una variación desde aproximadamente 38 por ciento del PIB a cerca de 10 puntos del PIB en 1999. Esos 10 puntos del PIB corresponden a entrada de capitales. Ése es el aumento de nuestros pasivos internacionales. Lo que ha ocurrido después es que ha habido salida neta de capitales.
Es cierto que la gente especula y que hay quienes toman posiciones para aprovechar los diferenciales de tasas. Parte de eso explica, no todo, lo que pasa con el tipo de cambio, porque cuando uno sube la tasa, hay efectos sobre el tipo de cambio, pero esto, como también lo mencioné en un principio, ha pasado en casi todos los países del mundo, porque el gran movimiento de la tasa de interés ha ocurrido en los Estados Unidos, no en el resto de los países del mundo.
Aquí quiero referirme a un caso particular, que mencionó el diputado Forni, como ejemplo de cosas que hace un país. A Israel se le empezó a apreciar el shekel cuando tenía una inflación de 2 por ciento, muy cercana a su meta. ¿Qué hizo? Como esta apreciación baja la inflación, ellos bajaron la tasa de interés, que es lo que nosotros haríamos si tuviéramos una inflación cercana a la meta; pero no lo podemos hacer, porque la inflación está demasiado alta.
¿Qué ocurrió después? El señor Forni seguramente está informado, el Banco Central de Israel intervino dos días consecutivos durante la semana pasada, porque el shekel seguía apreciándose. Hoy ha alcanzado su mínimo.
Uno no descarta la intervención, pero tiene que hacerla sobre bases relativamente sólidas. Existen mecanismos de política monetaria para ello. Hoy día estamos en una situación extremadamente compleja, respecto de la cual no hemos descartado ninguna medida; pero tampoco vamos a fomentar la especulación o aprovechamiento de quienes están tomando riesgosas posiciones pensando que, a la larga, el Banco Central los va a rescatar, es decir, va a intervenir para salvarlos.
No cabe duda alguna que se pueden adoptar muchas medidas respecto de la competitividad, de cómo ajustar nuestra economía.
No me parece prudente decir qué tienen que hacer otras autoridades, en particular cuando considero que a ustedes les cabe un rol bastante importante en la discusión de estos temas.
Pero hay un punto que tiene que ver con la profundidad del sistema financiero y se relaciona con lo planteado por el señor Bertolino. ¿Qué puede hacer el Banco Central si no presta ni cubre esos diferenciales, cuando queremos un mercado financiero más profundo para cuando haya situaciones complejas, con el objeto de que los actores, los agentes económicos y las empresas que están en problemas, en particular las medianas y pequeñas, que son las que tienen más dificultades de acceso al financiamiento, puedan acudir al mercado financiero o aprovechar las tasas más bajas que pudieran existir en otros países?
Lo que está ocurriendo hace que el costo financiero sea más barato, pero si tomamos medidas para sostener el dólar, podemos encarecer las tasas de interés.
No dejamos de observar lo que pasa con la actividad económica y con el empleo de las regiones. Si ustedes ven nuestra minuta, podrán comprobar que estas materias ocupan parte importante del tiempo que empleamos en la discusión de la política monetaria, porque constituyen un input para organizar nuestras metas de inflación.
La diputada Sepúlveda me preguntó sobre las proyecciones y qué haría si fuera exportador. En verdad, tengo la suficiente humildad como para decir que no le voy a dar receta ni a los productores ni a los emprendedores. Queremos crearles un marco de relativa estabilidad, en el que hay muchas cosas que no prevemos que van a ocurrir. Pero, si vemos riesgos, vamos ir ajustando nuestra política. En la práctica personal, uno tiene muchos conocidos, gente que se vincula al sector productivo y exportador, y cuando les preguntaba por qué no tomaron seguros a principio de año, si sus empresas no tenían ninguna restricción para hacerlo, me contestaban: “En verdad, apostamos a que el tipo de cambio subiera un poco.” Hoy día, sin duda, esas personas están en una situación compleja. Por una apuesta, me habría sido muy difícil pensar que, como autoridad, somos quienes vamos a estar afectando sus decisiones financieras. Sin duda, vamos a estar atentos a lo que pasa en la economía para tomar nuestras futuras decisiones.
Espero haber respondido a las innumerables inquietudes de los honorables diputados. Agradezco la invitación.
Esta invitación la recibimos el jueves. Teníamos otros compromisos, pero el hecho de que me pillara afuera, no me impidió trabajar hasta tarde. Parte de las declaraciones que hice ayer, y que alguien mencionó, fueron porque todavía no estaba invitado y comenté el tema. Luego, cuando me invitaron, tuve que reorganizar toda la presentación. Pero, es importante dar cuenta de lo que está pasando, de cuál es nuestra visión y de cómo estamos actuando. Lo que ocurre no es gratis, pues hay costos que serán difíciles de sobrellevar, pero nuestro esquema de política monetaria, los instrumentos que tenemos y la oportunidad con que los usemos nos permitirá pasar estas turbulencias de la mejor forma posible.
Muchas gracias.
El señor BUSTOS ( Presidente ).-
Informo a la Sala que la ausencia de los ministros de Hacienda y de Economía se debió a que su concurrencia no fue solicitada por los 42 diputados que pidieron que se convocara a esta sesión. Sólo hoy, a las 10.30 horas, en reunión de Comités, se acordó invitarlos, con plena conciencia de que dicha invitación era realizada a última hora y que, por lo tanto, su asistencia era incierta.
Se ha presentado un proyecto de acuerdo, que será leído por el señor secretario.
El señor LOYOLA ( Secretario ).-
Proyecto de acuerdo Nº 546, suscrito por los diputados señores Saffirio, Latorre, Lorenzini, Delmastro, Dittborn, Meza, Palma, Vargas, Enríquez-Ominami, Quintana, Montes, Forni, García-Huidobro, Tuma, Masferrer, Von Mühlenbrock, Jaramillo, Venegas, don Mario; García, don René Manuel, y Cardemil, que en su parte resolutiva dice:
“La Cámara de Diputados acuerda:
Solicitar al Presidente del Banco Central de Chile el estudio de viabilidad de medidas destinadas a:
a) Reponer el encaje.
b) Utilizar una batería de instrumentos y medidas para producir el efecto de intervenir el mercado cambiario, si se mantiene el tipo cambiario actual”.
El señor BUSTOS (Presidente).- En votación el proyecto de acuerdo.
El señor BUSTOS (Presidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Votó por la negativa el diputado señor
-Se abstuvieron los diputados señores:
El señor BUSTOS (Presidente).-
Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
-Se levantó la sesión a las 20.54 horas.
TOMÁS PALOMINOS BESOAÍN,
Subjefe de la Redacción de Sesiones.
VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
1. Informe sobre la II Reunión Extraordinaria del Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), de la Unión Interparlamentaria (UIP), realizada en Caracas, Venezuela, del 13 al 15 de marzo de 2008.
“Honorable Cámara:
Tengo a honra informar sobre la participación del diputado señor Roberto León Ramírez , Presidente del Grupo Chileno ante la Unión Interparlamentaria (UIP), en la II Reunión Extraordinaria del Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), realizada en Caracas, entre el 13 y el 15 de marzo de este año.
La convocatoria se hizo extensiva a los Parlamentos nacionales y multilaterales de la Región Latina y el Caribe, afiliados y no afiliados a la Unión Interparlamentaria, dando cumplimiento al anhelo de esta última organización de ampliar la participación de los Parlamentos y como una manera de fortalecer el trabajo que lleva a cabo el Grulac.
Concurrieron 14 países de los 19 que lo conforman, con un total de 26 delegados.
I. AGENDA.
En primer lugar, se procedió a la inauguración, donde usó de la palabra el Presidente del Grulac , Diputado Darío Vivas , quien dio la bienvenida a los participantes.
Posteriormente, se dio inicio a una discusión de carácter general en torno a la labor que desarrolla la UIP y a su proyección, como también desde el punto de vista de la participación del Grulac.
El primer punto de la agenda, se desarrolló fundamentalmente en torno a la incorporación de nuevos miembros, y se celebró la reciente incorporación de Jamaica. También se dio cuenta de los contactos realizados con esta finalidad, especialmente con los países del Caribe.
Otro aspecto importante fue la discusión que se desarrolló en relación con temas como la búsqueda de la paz y de propuestas para superar la problemática regional, en lo que se relaciona con América Latina y el Caribe, todo ello con el fin de avanzar en la construcción de la geopolítica mundial sustentada en la complementariedad, la solidaridad, la cooperación, el respeto al derecho internacional y humanitario, la autodeterminación y la soberanía de los pueblos.
De esta manera, se celebraron los resultados alcanzados por la XX Cumbre del Grupo de Río, en cuanto a contribuir a superar las diferencias entre Ecuador y Colombia, así como también entre Nicaragua y Venezuela.
También se brindó apoyo al Acuerdo Humanitario, acuerdo de paz para que Colombia pueda poner término a la guerra que se lleva a cabo por más de sesenta años, con los fatales resultados por todos conocidos.
En este sentido, se destacaron las gestiones realizadas por el Presidente Hugo Chávez y la senadora Colombiana Piedad Córdoba, para el regreso a sus hogares de los rehenes y prisioneros que sufren las consecuencias del conflicto armado.
En este orden de ideas, se acordó crear una red o grupo para trabajar por la paz y la colaboración entre los pueblos y, específicamente, para servir de acompañamiento al Acuerdo Humanitario en Colombia y por la paz en la región.
La senadora señora Córdoba hizo una extensa exposición sobre las gestiones efectuadas.
El segundo día se destinó a la revisión del proyecto de Reglamento del Grupo, presentado por el senador Brecchia, para lo cual se creó una subcomisión, donde el Congreso Nacional de Chile estuvo representado por el Presidente del Grupo ante la UIP, Diputado señor Roberto León , quien presentó una serie de modificaciones que fueron ampliamente compartidas e incluidas en el texto que fue sometido a aprobación ad referéndum.
Para estos efectos, se fijó un plazo hasta el 30 de marzo, para enviar otras subenmiendas a fin de incorporarlas en la discusión que se llevará a cabo durante la 118ª Asamblea de la UIP, a realizarse en Ciudad del Cabo entre el 12 y el 18 de abril de este año.
En forma paralela, el Plenario discutió diversas materias relativas a los temas que serían incorporados en la próxima agenda.
El diputado señor León , en su alocución subrayó la necesidad de buscar puntos de unión y de encuentro para ayudar a alcanzar la paz y descartó la ideologización del tema. En ese sentido, se manifestó en contra de la suscripción de una declaración del Grupo por su contenido marcadamente ideológico, sobretodo si se parte de la base que el Grulac es un grupo geopolítico integrado por países que sustentan un régimen político pluripartidista, en que las opiniones y visiones son distintas y en donde los sistemas democráticos imperantes deberían ser respetados.
Esto sin desconocer que el valor de la democracia no representa necesariamente el mismo ideal en los países que lo conforman, y que por este motivo no es adecuado utilizar esta instancia parlamentaria en beneficio de una corriente, puesto que esto ahonda las diferencias e impide avanzar en una agenda común.
Asimismo, se refirió a la experiencia chilena y la coherencia en cuanto a las relaciones internacionales que desarrolla nuestro país, en que se ha solicitado tanto el cese del bloqueo a Cuba, como también la liberación de los presos políticos cubanos.
En suma, fue partidario de continuar con el trabajo que desarrolla el Grupo, pero desde un punto de vista común, dejando de lado las discrepancias ideológicas, donde existen legítimas diferencias, de manera de encaminar la discusión a los temas para los cuales fue creada la UIP, como son la paz y la cooperación entre los pueblos y la consolidación de las instituciones representativas.
Estos planteamientos fueron reiterados con motivo de la declaración, que fue sometida a votación -donde se abstuvo- copia de la cual se adjunta al final de este informe.
II. ACUERDOS.
1. Presentar como punto de urgencia el relativo al Acuerdo Humanitario.
2. Abrir un plazo hasta el 30 de marzo, para que las delegaciones envíen modificaciones al proyecto de reglamento que fue aprobado ad referéndum.
3. Celebrar la reunión del Grulac el día 12 de abril de 14:00 a 19.00 horas.
-o-
Cámara de Diputados, a 18 de marzo de 2008.
(Fdo.): JACQUELINE PEILLARD GARCÍA , Secretaria del Grupo Interparlamentario Chileno de la Unión Interparlamentaria ”.
MOCIÓN DE LOS DIPUTADOS SEÑORES FUENTEALBA, BURGOS, SAFIRIO. MODIFICA LAS NORMAS APLICABLES A LA DESIGNACIÓN DE FISCAL NACIONAL Y FISCALES REGIONALES DEL MINISTERIO PÚBLICO. (Boletín N° 5773-07)
FUNDAMENTOS:
1° Procedimiento de designación de Fiscales Regionales
De acuerdo a1 artículo 29 de la ley orgánica constitucional del Ministerio Público, los Fiscales Regionales son nombrados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna de la Corte de Apelaciones de la respectiva región. Para formar la terna, la Corte de Apelaciones, con noventa días de anticipación a la fecha de expiración del plazo legal del Fiscal Regional en funciones, llamará a concurso público de antecedentes.
El pleno de la Corte de Apelaciones, en sesión citada especialmente al efecto, formara una terna de postulantes, en la cual cada integrante del pleno tendrá derecho a votar por dos personar.
La terna formada por la Corte de Apelaciones deberá ser remitida al Fiscal Nacional dentro de dos treinta días siguientes a1 llamado a concurso público de antecedentes. El Fiscal Nacional, dentro de los diez días siguientes a la recepción de la propuesta, nombrará a una de estas personas como Fiscal Regional.
De acuerdo al artículo 31, para ser nombrado Fiscal Regional se requiere:
a) Ser ciudadano con derecho a sufragio;
b) Tener a lo menos cinco años el título de abogado;
c) Haber cumplido treinta años de edad; y
d) No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades previstas en la ley,
En virtud de este articulo, complementado por el artículo 10, que establece que todas las personas que cumplan con los requisitos correspondientes tendrán el derecho de postular en igualdad de condiciones a los empleos del Ministerio Público, se concluye que para ser designado Fiscal Regional no existe ninguna exigencia ni trato preferencial para quienes se desempeñen como Fiscales Adjuntos.
Consideramos necesario establecer, de manera similar a lo que ocurre con la formación de ternas para el nombramiento de ministros de Corte de Apelaciones (artículo 284 del Código Orgánico de Tribunales), la obligación de incluir en la terna respectiva al fiscal adjunto más antiguo, cuya calificación funcionaria sea la más alta.
2° Necesidad de limitar posibilidad de Fiscales regionales de ser designados una vez que concluya la duración de su cargo.
Respecto a la duración del cargo de Fiscal Regional, el artículo 30 de la Ley Orgánica del Ministerio Público establece que, “Los Fiscales Regionales durarán diez años en el ejercicio de sus funciones y no podrán ser designados como tales por el periodo siguiente, lo que no obsta a que puedan ser nombrados en otro caro del Ministerio Público.
En relación a la duración en el cargo de los fiscales regionales, la Constitución establece en su artículo 85, inciso segundo, que éstos durarán ocho años.
El artículo 30 permite que un Fiscal Regional, una vez que ha concluido su periodo sea designado en otra Fiscalía Regional, lo que no parece adecuado pues evita la movilidad en los nombramientos del personal del Ministerio Público. Esta situación resulta más complicada aun cuando Fiscales Regionales, antes de terminar su período como tal, renuncian postulando a otra Fiscalía Regional.
Por lo anterior, se propone establecer como inhabilidades para postular al cargo de fiscal regional:
1° El hecho de haber ejercido previamente un cargo similar. Esta inhabilidad durará tres años a partir de la cesación en el cargo anterior.
2° Tener la calidad de fiscal regional al momento de postular.
PROYECTO DE LEY
ARTÍCULO ÚNICO
Modificase la ley Nº 19.640, orgánica constitucional del Ministerio Público, en el siguiente sentido:
1° En el artículo 29, inciso cuarto, agrégase a continuación del punto aparte, que pasa a ser seguido, el siguiente párrafo:
“En esta terna deberá incluirse al Fiscal Adjunto más antiguo, cuya calificación funcionaria sea más alta”.
2° En el artículo 30, sustitúyase el inciso primero por el siguiente:
“Los Fiscales Regionales durarán ocho años en el ejercicio de sus funciones. Los Fiscales Regionales no podrán ser designados en dicha calidad hasta transcurridos 3 años desde que hayan cesado en el cargo anterior, ni podrán postular al cargo de Fiscal Regional mientras se encuentren ejerciendo como tal. Lo anterior, no obsta a que puedan ser nombrados en otro cargo del Ministerio Público”.
3. Oficio del Tribunal Constitucional.
? Santiago , 11 de marzo de 2008.
Oficio Nº 1840
Excelentísimo
señor Presidente:
Dando cumplimiento a la resolución de 6 de marzo de 2008, pronunciada por el Tribunal Constitucional, pongo en su conocimiento el requerimiento Rol Nº 1035-08-INC, inconstitucionalidad de los decretos supremos, que aprobaron el otorgamiento de un préstamo del Banco del Estado de Chile al sistema de Transporte Público de Pasajeros Transantiago, adjunto documentos que señala para los fines que indica.
Dios guarde a V.E.
(Fdo.): JUAN COLOMBO CAMPBELL , Presidente ; RAFAEL LARRAÍN CRUZ , Secretario
AL EXCELENTÍSIMO PRESIDENTE
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DON PATRICIO WALKER PRIETO
PRESENTE”.