Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- VII. Otros documentos de la Cuenta.
- LICENCIA MÉDICA
- Fidel Edgardo Espinoza Sandoval
- LICENCIA MÉDICA
- I. ASISTENCIA
- ASISTENCIA A SESIÓN DE SALA
- Juan Pablo Letelier Morel
- Hosain Sabag Castillo
- ASISTENCIA A SESIÓN DE SALA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. ACTAS
- IV. CUENTA
- V. TABLA
- PERFECCIONAMIENTO DEL SISTEMA PREVISIONAL. Primer trámite constitucional. (Continuación).
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Denise Pascal Allende
- INTERVENCIÓN : Sergio Bobadilla Munoz
- INTERVENCIÓN : Ximena Vidal Lazaro
- INTERVENCIÓN : Eduardo Saffirio Suarez
- INTERVENCIÓN : Maria Isabel Allende Bussi
- INTERVENCIÓN : Roberto Delmastro Naso
- INTERVENCIÓN : Guillermo Ceroni Fuentes
- INTERVENCIÓN : Mario Venegas Cardenas
- INTERVENCIÓN : Sergio Aguilo Melo
- INTERVENCIÓN : Ivan Norambuena Farias
- INTERVENCIÓN : Mario Bertolino Rendic
- INTERVENCIÓN : Alejandra Sepulveda Orbenes
- INTERVENCIÓN : Antonio Leal Labrin
- INTERVENCIÓN : Julio Dittborn Cordua
- INTERVENCIÓN : Nicolas Monckeberg Diaz
- INTERVENCIÓN : Jaime Mulet Martinez
- INTERVENCIÓN : Jaime Quintana Leal
- INTERVENCIÓN : Raul Sunico Galdames
- INTERVENCIÓN : Alberto Robles Pantoja
- INTERVENCIÓN : Javier Hernandez Hernandez
- INTERVENCIÓN : Jorge Ivan Ulloa Aguillon
- INTERVENCIÓN : Alberto Eugenio Cardemil Herrera
- INTERVENCIÓN : Sergio Ojeda Uribe
- INTERVENCIÓN : Enrique Jaramillo Becker
- INTERVENCIÓN : Rodrigo Alvarez Zenteno
- INTERVENCIÓN : Pedro Araya Guerrero
- INTERVENCIÓN : Jorge Insunza Gregorio De Las Heras
- INTERVENCIÓN : Claudio Alvarado Andrade
- INTERVENCIÓN : Gonzalo Duarte Leiva
- INTERVENCIÓN : Sergio Correa De La Cerda
- PERFECCIONAMIENTO DEL SISTEMA PREVISIONAL. Primer trámite constitucional. (Continuación).
- CIERRE DE LA SESIÓN
- VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Esteban Valenzuela Van Treek
- Alvaro Escobar Rufatt
- Marco Antonio Enriquez-ominami Gumucio
- Francisco Chahuan Chahuan
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Francisco Chahuan Chahuan
- Roberto Sepulveda Hermosilla
- Pedro Pablo Alvarez Salamanca Buchi
- Alberto Eugenio Cardemil Herrera
- Pablo Galilea Carrillo
- Rosauro Martinez Labbe
- Alfonso Vargas Lyng
- Ximena Valcarce Becerra
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
- AUTOR DE INFORME DE DIPLOMACIA PARLAMENTARIA
- Pedro Pablo Alvarez Salamanca Buchi
- Ignacio Urrutia Bonilla
- AUTOR DE INFORME DE DIPLOMACIA PARLAMENTARIA
- DEBATE
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 355ª
Sesión 69ª, en martes 28 de agosto de 2007
(Especial, de 18.15 a 22.56 horas)
Presidencia de los señores Walker Prieto, don Patricio, y Díaz Díaz, don Marcelo.
Presidencia accidental de la señora Allende Bussi, doña Isabel, y de los señores Jarpa Wevar, don Carlos Abel, y Ortiz Novoa, don José Miguel.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.
Prosecretario , el señor Álvarez Álvarez, don Adrián.
ÍNDICE
I.- ASISTENCIA
II.- APERTURA DE LA SESIÓN
III.- ACTAS
IV.- CUENTA
V.- TABLA
VI.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
VII.- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
ÍNDICE GENERAL
Pág.
I. Asistencia 4
II. Apertura de la sesión 7
III. Actas 7
IV. Cuenta 7
V. Tabla.
- Perfeccionamiento del sistema previsional. Primer trámite constitucional. (Continuación) 7
VI. Documentos de la Cuenta.
1. Moción de los diputados señores Valenzuela, Escobar, Enríquez-Ominami y Chahuán, que crea la figura del “fideicomiso ciego” para los funcionarios públicos que indica. (boletín N° 5282-07) 64
2. Moción de los diputados señores Chahuán, Sepúlveda, don Roberto; Álvarez-Salamanca, Cardemil, Galilea, Martínez, Vargas, y de la diputada señora Valcarce, doña Ximena, que modifica el artículo 13 de la ley N° 19.296, con el objeto de que el quórum mínimo exigido para constituir una asociación en un establecimiento de salud, deba calcularse por separado en relación con los trabajadores de cada estamento. (boletín N° 5283-06) 66
3. Informe de las “Conclusiones de la Reunión de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento Latinoamericano, realizada el 23 y 24 de Agosto de 2007, en la Ciudad de México”, y a la cual asistieron los diputados señores Álvarez-Salamanca, don Pedro y Urrutia, don Ignacio 67
VII. Otros documentos de la Cuenta.
- Certificado médico del diputado señor Espinoza, don Fidel, por el cual acredita que deberá permanecer en reposo a contar del 28 de agosto en curso.
I. ASISTENCIA
-Asistieron los siguientes señores diputados: (111)
NOMBRE (Partido* Región Distrito)
Aedo Ormeño, René RN III 5
Aguiló Melo, Sergio PS VII 37
Alinco Bustos, René PPD XI 59
Allende Bussi, Isabel PS RM 29
Alvarado Andrade, Claudio UDI X 58
Álvarez-Salamanca Büchi, Pedro RN VII 38
Álvarez Zenteno, Rodrigo UDI XII 60
Araya Guerrero, Pedro PDC II 4
Arenas Hödar, Gonzalo UDI IX 48
Barros Montero, Ramón UDI VI 35
Bauer Jouanne, Eugenio UDI VI 33
Becker Alvear, Germán RN IX 50
Bertolino Rendic, Mario RN IV 7
Bobadilla Muñoz, Sergio UDI VIII 45
Burgos Varela, Jorge PDC RM 21
Bustos Ramírez, Juan PS V 12
Cardemil Herrera, Alberto IND RM 22
Ceroni Fuentes, Guillermo PPD VII 40
Correa De la Cerda, Sergio UDI VII 36
Cristi Marfil, María Angélica UDI RM 24
Cubillos Sigall, Marcela UDI RM 21
Chahuán Chahuán, Francisco RN V 14
De Urresti Longton, Alfonso PS X 53
Delmastro Naso, Roberto IND X 53
Díaz Del Río, Eduardo PDC IX 51
Díaz Díaz, Marcelo PS IV 7
Dittborn Cordua, Julio UDI RM 23
Duarte Leiva, Gonzalo PDC RM 26
Egaña Respaldiza, Andrés UDI VIII 44
Eluchans Urenda, Edmundo UDI V 15
Encina Moriamez, Francisco PS IV 8
Enríquez-Ominami Gumucio, Marco PS V 10
Errázuriz Eguiguren, Maximiano RN RM 29
Escobar Rufatt, Álvaro PPD RM 20
Espinosa Monardes, Marcos PRSD II 3
Farías Ponce, Ramón PPD RM 30
Forni Lobos, Marcelo UDI V 11
Fuentealba Vildósola, Renán PDC IV 9
Galilea Carrillo, Pablo RN XI 59
García García, René Manuel RN IX 52
García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro UDI VI 32
Girardi Briere, Guido PPD RM 18
Godoy Ibáñez, Joaquín RN V 13
González Torres, Rodrigo PPD V 14
Hales Dib, Patricio PPD RM 19
Hernández Hernández, Javier UDI X 55
Insunza Gregorio De Las Heras, Jorge PPD RM 28
Isasi Barbieri, Marta PAR I 2
Jaramillo Becker, Enrique PPD X 54
Jarpa Wevar, Carlos Abel PRSD VIII 41
Jiménez Fuentes, Tucapel IND RM 27
Kast Rist, José Antonio UDI RM 30
Latorre Carmona, Juan Carlos PDC VI 35
Leal Labrín, Antonio PPD III 5
Lobos Krause, Juan UDI VIII 47
Lorenzini Basso, Pablo PDC VII 38
Martínez Labbé, Rosauro RN VIII 41
Masferrer Pellizzari, Juan UDI VI 34
Melero Abaroa, Patricio UDI RM 16
Meza Moncada, Fernando PRSD IX 52
Monckeberg Bruner, Cristián RN RM 23
Monckeberg Díaz, Nicolás RN VIII 42
Monsalve Benavides, Manuel PS VIII 46
Montes Cisternas, Carlos PS RM 26
Moreira Barros, Iván UDI RM 27
Mulet Martínez, Jaime PDC III 6
Muñoz D'Albora, Adriana PPD IV 9
Nogueira Fernández, Claudia UDI RM 19
Norambuena Farías, Iván UDI VIII 46
Núñez Lozano, Marco Antonio PPD V 11
Ojeda Uribe, Sergio PDC X 55
Olivares Zepeda, Carlos PDC RM 18
Ortiz Novoa, José Miguel PDC VIII 44
Pacheco Rivas, Clemira PS VIII 45
Palma Flores, Osvaldo RN VII 39
Pascal Allende, Denise PS RM 31
Paya Mira, Darío UDI RM 28
Pérez Arriagada, José PRSD VIII 47
Quintana Leal, Jaime PPD IX 49
Recondo Lavanderos, Carlos UDI X 56
Robles Pantoja, Alberto PRSD III 6
Rojas Molina, Manuel UDI II 4
Rossi Ciocca, Fulvio PS I 2
Rubilar Barahona, Karla RN RM 17
Saa Díaz, María Antonieta PPD RM 17
Sabag Villalobos, Jorge PDC VIII 42
Saffirio Suárez, Eduardo PDC IX 50
Salaberry Soto, Felipe UDI RM 25
Sepúlveda Hermosilla, Roberto RN RM 20
Sepúlveda Orbenes, Alejandra PDC VI 34
Silber Romo, Gabriel PDC RM 16
Soto González, Laura PPD V 13
Sule Fernando, Alejandro PRSD VI 33
Súnico Galdames, Raúl PS VIII 43
Tarud Daccarett, Jorge PPD VII 39
Tohá Morales, Carolina PPD RM 22
Tuma Zedan, Eugenio PPD IX 51
Turres Figueroa, Marisol UDI X 57
Ulloa Aguillón, Jorge UDI VIII 43
Uriarte Herrera, Gonzalo UDI RM 31
Urrutia Bonilla, Ignacio UDI VII 40
Valcarce Becerra, Ximena RN I 1
Valenzuela Van Treek, Esteban PPD VI 32
Vallespín López, Patricio PDC X 57
Vargas Lyng, Alfonso RN V 10
Venegas Cárdenas, Mario PDC IX 48
Verdugo Soto, Germán RN VII 37
Vidal Lázaro, Ximena PPD RM 25
Von Mühlenbrock Zamora, Gastón UDI X 54
Walker Prieto, Patricio PDC IV 8
Ward Edwards, Felipe UDI II 3
-Asistieron, además, los ministros de Hacienda , don Andrés Velasco, y del Trabajo y Previsión Social, don Osvaldo Andrade.
-Concurrieron, también, los senadores señores Juan Pablo Letelier y Hosain Sabag.
-Con permiso constitucional no asistieron los diputados señores Enrique Accorsi y Gabriel Ascencio.
-En misión oficial estuvo ausente el señor Samuel Venegas.-
II. APERTURA DE LA SESIÓN
-Se abrió la sesión a las 18.15 horas.
El señor WALKER (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III. ACTAS
El señor WALKER (Presidente).-
El acta de la sesión 64ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 65ª queda a disposición de las señoras diputadas y de los señores diputados.
IV. CUENTA
El señor WALKER (Presidente).-
El señor prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.
-El señor ÁLVAREZ ( Prosecretario ) da lectura a la Cuenta.
V. TABLA
PERFECCIONAMIENTO DEL SISTEMA PREVISIONAL. Primer trámite constitucional. (Continuación).
El señor WALKER (Presidente).-
Esta sesión especial tiene por objeto continuar el estudio del proyecto de ley, originado en mensaje, que perfecciona el sistema previsional.
Tiene la palabra la honorable diputada Denise Pascal Allende.
La señora PASCAL (doña Denise).-
Señor Presidente, la modificación del sistema previsional conlleva la construcción de un sistema integral de protección social. Esta reforma -que toca temas centrales, como el sistema de pensiones solidarias para que las personas tengan ingresos más seguros durante la vejez- perfecciona el actual sistema de capitalización individual y, además, crea un sistema de pensiones solidarias, que cubrirá a quienes, por diversas razones, no logran ahorrar lo suficiente para financiar sus pensiones dignas.
La reforma del sistema de protección social o sistema previsional, nos permite decir que estamos dando un paso importante en apoyo de las personas con más necesidades. Podemos decir que llega a los tres quintiles más pobres y, después de veintisiete años, por primera vez, dueñas de casa y otros sectores que no habían sido nunca consideradas podrán cotizar en forma individual para tener en el futuro una buena jubilación.
La pensión solidaria favorece a las personas necesitadas de mayor edad, en forma individual, por lo que permitirá a los hogares modestos tener un ingreso de mayor equidad en nuestra sociedad.
Indiscutiblemente, nos habría gustado que la reforma previsional hubiese sido más amplia. No obstante, incorpora nuevos beneficios, beneficiarios y partícipes en el sistema que hacen necesario modificar las instituciones vigentes. El rediseño institucional propuesto reconoce el carácter integral de la reforma y persigue garantizar un otorgamiento eficiente de los nuevos beneficios. Por ello, se fortalecen los distintos roles institucionales y la formulación de políticas normativas y de control de administración y entrega de beneficios.
También se busca la participación ciudadana. Con la reforma previsional se promoverá la participación de los usuarios en el sistema de pensiones, para lo cual el proyecto propone crear una Comisión de Usuarios, proposición que fue perfeccionada en la Comisión de Hacienda.
La equidad de género es un eje importante, ya que ellas serán las principales beneficiarias del sistema de pensiones solidarias. Se estima que más del sesenta por ciento de las pensiones básicas solidarias serán recibidas por mujeres, beneficio que no perciben en la actualidad; se les otorgará un bono por cada hijo nacido vivo, equivalente al 10 por ciento de doce salarios mínimos, al que se le aplicará una tasa de rentabilidad hasta que la mujer cumpla los 65 años.
Habrá diferenciación por género del pago del seguro de invalidez y sobrevivencia, y mayor cobertura para los trabajadores independientes y para los trabajadores jóvenes, que es otro punto esencial de esta reforma, ya que se estima que en 2009 existirán en torno a 300 mil beneficiarios de los nuevos subsidios para trabajadores jóvenes. La reforma otorga protección social a los jóvenes de más bajos ingresos, lo que se hace efectivo mediante la creación de un subsidio a las cotizaciones mensuales efectivas, durante las primeras veinticuatro cotizaciones que hagan en el sistema los trabajadores jóvenes, entre 18 y 35 años, de ingresos inferiores a 1,5 veces el salario mínimo. Ese subsidio permitirá fomentar el empleo juvenil, tan necesario en nuestro país.
La reforma persigue una mayor competencia y un menor costo del sistema de AFP. El ingreso de los bancos se muestra como un gran avance. Hoy tenemos que reconocer que algunos bancos ya tienen AFP asociadas indirectamente con ellos. La reforma ayudará a transparentar esta situación y permitirá una mayor competencia, especialmente si entra el Banco del Estado, sobre todo cuando existen pocas administradoras en nuestro sistema previsional.
La reforma amplía las alternativas de inversión en Chile y en el exterior, lo que permitirá una mayor rentabilidad y, por ende, alcanzar mejores pensiones para los afiliados de las AFP.
El fomento al desarrollo de planes de pensiones basado en el ahorro previsional voluntario con aportes del empleador es otro punto importante, sobre todo cuando se habla de que los trabajadores con ingresos medios podrán acceder a fondos previsionales voluntarios, lo que les permitirá tener un mayor ahorro previo.
Varios de los temas del sistema integral de esta reforma del sistema de previsión social permitirán mirar de mejor manera las necesidades de avanzar en los ahorros necesarios para que la gente tenga una jubilación digna el día de mañana, especialmente en el caso de los trabajadores de nuestro distrito, que pertenecen al mundo rural, quienes no cotizan, ya que trabajan solos hasta que mueren.
Esta reforma va a beneficiar especialmente a las mujeres del campo, a la trabajadora temporera, a la madre que se ha dedicado toda la vida a cuidar a sus hijos, lo que también es un trabajo. Resulta muy importante que éste sea reconocido como tal, pues permitirá que en un hogar haya dos jubilaciones: una, de la mujer, y otra, del hombre, lo que les permitirá obtener un mayor ingreso y una mejor vejez.
Estas reformas, que se han trabajado con mucho empeño en las Comisiones de Trabajo y de Hacienda, a las que agradezco su labor, nos permitirán tener un mejor sistema previsional que el actual.
Quiero parafrasear la frase ?la justicia en la medida de lo posible?, de don Patricio Aylwin . Con esta reforma tendremos ?una justicia social en la medida de lo posible?.
He dicho.
El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Bobadilla.
El señor BOBADILLA .-
Señor Presidente , hoy analizamos uno de los proyectos más relevante discutido en los últimos años en el Congreso, ya que el perfeccionamiento del sistema previsional que votaremos en las próximas horas significará, sin duda alguna, el bienestar de miles de chilenos, pues podrán contar con una pensión relativamente digna al jubilar. No obstante, lo notable que contiene esta iniciativa legal es que el Estado considere por primera vez a la dueña de casa como sujeto del beneficio de una pensión.
Esta idea, que fue propuesta por Joaquín Lavín en su programa de gobierno y que fue catalogada de populista en su momento, figura hoy en este proyecto de ley, lo que demuestra que esa idea “populista” era posible.
Señor Presidente , más allá de los montos, que se podrán discutir, el hecho de otorgar pensión a esta trabajadora chilena, en mi concepto, marca un antes y un después en nuestro sistema previsional. Es un reconocimiento al pilar fundamental de la familia chilena y de nuestra sociedad; es un reconocimiento a la mujer que, por el hecho de trabajar en su casa, es catalogada como “dueña de casa”, es decir, como una mujer “no trabajadora”. Creo, sin temor a equivocarme, que el Congreso dará una señal clara y nítida en apoyo irrestricto a la dueña de casa, la cual muchas veces postergó su desarrollo intelectual o el ejercicio de una profesión por su familia. Por los argumentos expuestos, votaré que sí por la dueña de casa, por la mujer que se lo merece y por el reconocimiento a la mujer que trabaja veinticuatro horas al día, a quien el Estado no le reconocía absolutamente nada hasta ahora.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora Ximena Vidal.
La señora VIDAL (doña Ximena).-
“Esto recién comienza, señoras y señores”. Señor Presidente , con esta frase se daba el “vamos” a un espectáculo, obra de teatro, evento artístico o para llamar la atención en la presentación de una obra de arte hace algún tiempo, cuando éramos más jóvenes. Esta analogía vale para la política, porque esta palabra significa el arte de gobernar.
Estamos ahora, en la Sala de la Cámara de Diputados, en la discusión del proyecto de ley que perfecciona el sistema previsional chileno. Más que discusión, estas intervenciones van a dar cuenta de las diferencias de ideas para enfrentar los cambios o reformas necesarias que contiene el proyecto de ley, ya que debemos consignar que hemos llegado a acuerdos políticos para votar esta propuesta impulsada por la Presidenta Bachelet . La iniciativa fue elaborada por la Comisión Marcel, la cual recogió todas las visiones de los diversos actores políticos, económicos y sociales, que le dan una inmensa representación ciudadana, lo que garantiza el acuerdo nacional a que hemos sido capaces de llegar.
En el momento de avanzar en un cambio estructural de gran envergadura que afecta a muchos intereses, como sucede con el sistema previsional, quedan al descubierto las diversas miradas políticas para buscar los mejores resultados de las modificaciones legales que apuntan a disminuir la brecha que persiste en la distribución del ingreso en nuestro país.
Como Concertación, fuimos autores de muchas iniciativas para hacer cambios más drásticos, a fin de privilegiar a las personas más vulnerables, buscando las herramientas que permitan contar con el estado de bienestar que debemos construir en la realidad y no sólo en el discurso.
En este camino de la discusión en el seno de la Comisión de Trabajo de la Cámara, observamos los temores de la Alianza por Chile frente al proyecto. Por ejemplo, respecto del aporte patronal en la cotización de los trabajadores, que obliga al empleador pagar seguro de invalidez y sobrevivencia.
En cuanto a la participación de los bancos en el sistema previsional, es una ventana que abre la competencia e inhibe la concentración de la riqueza. Ahí hay temores sólo de algunos representantes de la Alianza.
El Banco del Estado entrará en esa dimensión competitiva, entregando mejores beneficios previsionales a sus usuarios.
De todas maneras, estos cambios medirán su efectividad en la implementación del sistema, lo que requiere tiempo para adoptar y adaptar los instrumentos y formas de aplicación necesarios.
El informe entregado por la presidenta de la Comisión de Trabajo da cuenta de los contenidos del proyecto y de las diferencias entre la Alianza por Chile y la Concertación. Más allá de esas diferencias, lo que se logra con esa reforma es, por un lado, una respuesta adecuada para la voz de miles de trabajadores, remunerados o no, que tendrán más acceso a la protección social de la que este Gobierno ha hecho su sello, en ese caso, con la creación del pilar solidario para mejorar las jubilaciones de los más vulnerables.
Por otro lado, esta propuesta obedece a una responsabilidad económica de la autoridad del Ministerio de Hacienda: mantener las políticas públicas dirigidas al crecimiento sostenido que Chile ha desarrollado desde hace diez años y que ahora permite dar el salto, en forma gradual, para la puesta en marcha de este nuevo sistema previsional.
Es razonable asegurar la implementación de requisitos prácticos y macroeconómicos y el financiamiento fiscal gradual, porque nos falta mucho que hacer en protección social.
Votaremos favorablemente el proyecto, porque es un tremendo cambio para Chile.
Es importante recordar que, si aprobamos el proyecto de ley que perfecciona el sistema previsional en su trámite parlamentario, en julio de 2008 entrará en régimen, y las pensiones básicas solidarias aumentarán a 60 mil pesos mensuales y en 2009 a 75 mil pesos.
Esperamos que en la discusión que falta podamos comprometer los 75 mil pesos desde el próximo año. Así lo esperan miles de chilenos y chilenas.
Sin desconocer el avance que significa este proyecto de ley, que modifica el sistema previsional actual fortaleciendo el pilar solidario frente al sistema de AFP, sabemos que nos falta mucho más para construir la sociedad justa y que entregue el crecimiento en igualdad de condiciones para todos. Ése es el desafío que no sólo tenemos los parlamentarios y el Gobierno, sino la ciudadanía que, al mismo tiempo de exigir sus derechos, debe dar el salto para hacerse cargo responsablemente del cuidado de la familia, del barrio, de la ciudad y sus bienes materiales y naturales.
Una ley no soluciona todos los problemas pendientes, pero es motivación de esta propuesta ir más allá en el papel que el Estado debe jugar en una sociedad que equilibra el desarrollo económico-social entre lo macroeconómico y la microeconomía, dando más beneficios a los más vulnerables, ya que hemos visto que el chorreo de la torta no llega a todos, según la regla libre económica que nos rige mundialmente.
Vamos persistentemente hacia la construcción del estado de bienestar que necesitamos, y para eso requerimos contar con la voluntad, la fuerza y el compromiso de todos.
Señor Presidente , he fundamentado mi voto positivo para el proyecto que perfecciona el sistema previsional. Las voces disidentes que hemos escuchado en las tribunas nos hablan del resentimiento que existe en nuestro pueblo por la falta de democracia que aún existe, por la falta de políticas que no sólo beneficien a unos pocos. Por tal molestia, ahora, más que nunca, se hace necesario apoyar esta reforma previsional.
Invito a los ciudadanos a informarse sobre los contenidos del proyecto de cara al siglo XXI, que nos llena de nuevos enclaves que debemos descubrir para encontrarnos con la justicia, libertad y felicidad a la que aspiramos.
Señor Presidente , la certeza de las bondades del proyecto no nos puede inhibir de una revisión crítica de lo que falta. Ése es el acuerdo a que ha llegado el Gobierno para revisar los puntos que están sin solución.
En la discusión parlamentaria hemos dado cuenta de las aprensiones de los diversos actores de la ciudadanía y de lo que queda fuera del proyecto. Explicar, aclarar y revisar posibles indicaciones que puedan mejorarlo es la tarea que queda para el Senado. Nuestro deber es votarlo favorablemente y reconocer, saludar y felicitar al Gobierno de la Presidenta Bachelet por presentar esta propuesta que contiene una reforma sustancial del sistema de pensiones.
“Donde hay voluntad no hay dificultad”, decía la gran Violeta Parra.
No quiero entrar a la determinación y presentación de cada punto importante del proyecto. Sólo quería compartir con mis colegas los fundamentos generales que contiene, que son los derechos fundamentales, económicos, sociales y culturales a los que nos debemos dirigir y construir como país; hacer de la distribución del ingreso un equilibrio justo y solidario para acortar la brecha que nos duele, que nos avergüenza y que no se condice con el desarrollo económico y social que hemos tenido y que tenemos como presencia en Latinoamérica, en el sentido de que somos un país que ha dado ejemplo en mantener la políticas públicas.
Por todo lo anterior, apoyo el proyecto.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado Eduardo Saffirio .
El señor SAFFIRIO .-
Señor Presidente, voy a votar favorablemente el proyecto, el cual, sin lugar a dudas, no es perfecto en materia de protección social a la vejez y a la invalidez, pero implica un aporte sustantivo y un gigantesco paso adelante en relación a lo que tenemos hoy.
Es un proyecto complejo; tiene múltiples aspectos. Lo vimos en la Comisión de Trabajo y después en la de Hacienda.
Quiero destacar algunas cosas.
En primer lugar, esta reforma introduce o, a lo menos, fortalece sustantivamente un pilar solidario, suponiendo que constituyera un elemento solidario la pensión asistencial -altamente precaria-, que se entrega a cerca de medio millón de chilenos y que sabemos que no tiene un carácter universal, porque depende de los montos que se asignen en la ley de presupuestos para cubrir situaciones de personas que a los 65 años de edad no tienen una fuente de ingreso distinta de una pensión asistencial o de invalidez.
En segundo lugar, está la figura del seguro estatal para aquellos trabajadores que han cotizado por más de 20 años y eso les garantiza que si se agotan los fondos de sus cuentas individuales en las AFP, el Estado entrará a suplir esa falta, de por vida, a través de una suma que hoy es 75 mil pesos. Contra eso hay un avance sustantivo o un giro radical, según se califiquen los elementos que acabo de señalar, por la vía de las pensiones básicas solidarias, las cuales quieren ser pagadas -es la voluntad de la Presidenta y de esta Cámara- a contar de julio de 2008. En esa oportunidad serán 60 mil pesos y, en julio de 2009, 75 mil pesos. Estas pensiones tienen un carácter universal. Se parte por el 40 por ciento más humilde, para luego llegar al 60 por ciento. Son acumulables dentro de un grupo familiar en el caso de que dos personas tengan más de 65 años de edad y no hayan tenido cotización. Es un giro radical respecto de lo que existe actualmente.
Los favorecidos, en régimen, serán un millón y medio de personas y a contar de 2010 habrá otras 800 mil personas beneficiadas. Es un cambio sustantivo que justifica lo que dijo el ministro de Hacienda , en el sentido de que esto nos va permitir dar un golpe muy duro para seguir avanzando en disminuir las cifras de indigencia y de pobreza en las personas mayores de 65 años de edad.
En esta misma línea de la solidaridad, están los aportes complementarios solidarios para pensiones que hoy tienen un techo de hasta 200 mil pesos, tal como está el proyecto. Eso rompe la lógica del sistema de capitalización individual que hemos conocido, por lo que hay que celebrarlo.
Siempre en el debate parlamentario se va a decir que los beneficios, los montos de las pensiones básicas solidarias o el aporte de complemento solidario para las pensiones contributivas, podrían ser mayores. Sin embargo, no tengo dudas -así se lo he hecho presente a algunos colegas que quieren beneficios más altos y entrada más rápida de los mismos, que se ha denominado gradualidad para la discusión en el Senado- que a partir de que este proyecto sea ley, el debate en materia previsional y de protección social a la vejez e invalidez en el país será sobre montos y cobertura. Aquí es donde hay que hacer una apuesta a la democracia política, porque esto es un hecho probado desde el punto de vista de lo que han sido las grandes conquistas sociales. Estoy seguro de que en los próximos años lo que se va a discutir en la política chilena es el monto hacia arriba de las pensiones básicas solidarias y la mayor cobertura, es decir, del 60 por ciento hacia arriba de población que va a ser beneficiada. Incluso, en el Senado, el debate bajo el rótulo de gradualidad, que fue a lo que nos comprometimos en el protocolo que firmamos diputados, senadores y representantes del Ejecutivo para avanzar rápido en esta reforma y que esto pueda estar vigente como ley el próximo año, será respecto de la forma en que se avanza. Lo que estamos aprobando en la Cámara de Diputados puede que lo mejore el Senado, dado el sistema bicameral imperante, en el que el Ejecutivo tiene completa claridad de que así como “concedió puntos” en la Cámara de Diputados, tendrá que hacerlo también en el Senado. Reitero, de aquí en adelante el debate va a ser sobre los montos de las pensiones básicas solidarias hacia arriba, sobre los 75 mil pesos de julio de 2009 en adelante, y el aumento de la cobertura.
Por eso, el paso que estamos dando es tan fundamental, porque se está introduciendo una lógica de solidaridad, de la cual carecía o tenía enormemente atenuada el sistema vigente.
La democracia política y el crecimiento material del país permitirán que estas pensiones básicas solidarias sean cada vez mayores en términos reales y no sólo nominales y que la población que tendrá derecho a estos beneficios será probablemente más del 60 por ciento. Es decir, la cobertura va a aumentar.
Lo mismo ocurrirá con los aportes complementarios solidarios a las pensiones contributivas. El techo es de 200 mil pesos y probablemente esa cifra tenderá al alza. Hoy ya se habló de un techo de 300 mil pesos. De modo que esta reforma es una muy buena noticia desde el punto de vista de la protección social. Reconociendo la lógica de avance gradual propio de un régimen democrático, a partir del establecimiento de este pilar solidario, sólo podemos esperar un aumento de los beneficios y de la cobertura para los adultos mayores.
Por otra parte, se busca enfrentar uno de los problemas más grave que tiene el actual sistema previsional, cual es la baja cobertura respecto de las personas que forman parte de la población pasiva. Hay una serie de medidas que serán complementadas y que ayudarán a que más trabajadores jóvenes o independientes comiencen a incorporarse al sistema. No voy a detallar este punto, porque ya se explicó latamente.
Entonces, se avanza en solidaridad y se comienza fuertemente a avanzar en cobertura.
Otro objetivo que se pretende lograr -aquí me quiero detener, porque es un punto de discusión- es el aumento de la competencia. El monto de la pensión resultante del sistema previsional depende no sólo de la rentabilidad de los fondos. Obviamente que ésta es muy importante para la pensión final de la trabajadora o del trabajador, pero también las comisiones son significativas porque se pagan por décadas. No estamos hablando sólo de la cifra que va en beneficio de la administradora de fondos de pensiones y no a la cuenta individual del trabajador o de la trabajadora. Lo que se pierde ahí es mucho dinero, por el sistema geométrico de progresión de los recursos. Medio punto, 0,75 o un punto más o menos de comisiones es mucho dinero a lo largo de la vida activa. Eso va a significar aportes muy sustantivos en lo que será el monto de la pensión al final.
El diputado Dittborn nos explicaba el bono de maternidad y lo que incidía en la pensión de la trabajadora al final de su vida activa. Es una cifra apreciable. Él hablaba de entre un 15 y un 20 por ciento más para el ejemplo de una mujer trabajadora con dos hijos.
Reitero, el tema de las comisiones es relevante. Por lo tanto, introducir competencia es clave para lograr el objetivo que se busca. Estamos ante temas opinables, pero quiero señalar dos cosas.
Primero, cuando uno es diputado de gobierno tiene que hacer un acto de fe en que, si uno de los objetivos fundamentales es introducir mayor competencia para mejorar las pensiones, los ministros de Hacienda y del Trabajo y los técnicos han buscado una solución que garantiza no mayor concentración, sino más competencia para una pensión mejor. La fórmula que nos han planteado es el ingreso de los bancos y de las compañías de seguro a un mercado que está empíricamente concentrado. Apoyo la fórmula del Ejecutivo , haciendo un acto de fe.
Segundo, uno no se puede quedar con frases cliché o con eslogan, como que los bancos son impopulares, que la concentración económica es la otra cara de una mala distribución del ingreso, por lo cual habría que oponerse al ingreso de los bancos, cualquiera sea la realidad en la que hoy estamos operando. Estamos ante un mercado extremadamente concentrado y donde es muy positivo que entren nuevos actores. Me quería referir a este punto, porque es muy importante, para lograr mayor competencia, que aprobemos el proyecto tal como viene.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora Isabel Allende.
La señora ALLENDE (doña Isabel).-
Señor Presidente, quiero destacar lo importante que es este proyecto dentro de un objetivo que se trazó Michelle Bachelet desde el primer momento de su campaña presidencial y que ha ido cumpliendo gradualmente con la creación de una red de protección social.
Todos sabemos que vivimos en una de las regiones del mundo con más desiguales, donde es más que necesario ir generando esa red de protección social.
Por eso, compartimos el Chile Crece Contigo; compartimos el que se preocupe de dar un subsidio desde el embarazo hasta la mayoría de edad; compartimos, por supuesto, plenamente la política de la Presidenta de instalar 800 salas cuna y jardines infantiles durante su primer año de mandato y 900 a partir del segundo, como una forma de ir corrigiendo y morigerando esa desigualdad tan grande que existe incluso con nuestros niños.
Y por cierto, ella no podía menos que empezar a “hincarle el diente” a un tema no menor para un país como el nuestro, que va envejeciendo, que tiene una población cada vez mayor, respecto del cual estamos conscientes de que hoy tenemos -si se puede llamar así- una extraña mixtura de un sistema impuesto en 1980, que cambió drásticamente las condiciones de un sistema de reparto más solidario a uno de ahorro individual.
Esto debería funcionar sobre la base de premisas que el mundo de hoy nos muestra que no son reales. Por ejemplo, que antes un trabajador entraba y permanecía más de 20 años estable en su trabajo, con un contrato formal y, por tanto, cotizando sus previsiones a lo largo de ese período de tiempo. Hoy la rotación en la población laboral es muy grande y los períodos de cesantía también son importantes.
Tampoco se puede dejar de mencionar -si vemos las estadísticas- que el 46 por ciento de los afiliados hombres y el 32 por ciento de las mujeres no han cotizado en su cuenta individual durante dos o más años. El 31 por ciento de los afiliados hombres y el 44 por ciento de las mujeres cotizan un tercio de su vida laboral, lo que equivale a quince años. Y todos sabemos que se requieren veinte años de cotizaciones para optar a la pensión mínima.
En resumen, nos estamos dando cuenta de que el sistema no ha funcionado. Hace ya un rato que compartimos el diagnóstico de que estaba dejando fuera a muchísima gente, la cual queda desprotegida, sin la posibilidad de tener una jubilación.
Pero, además, el actual sistema es poco transparente para el usuario, no es amigable en términos de la información y lo administra un conjunto cada vez menor de instituciones llamadas administradoras de fondos de pensiones que, como bien sabemos, hoy no pasan de ser seis -en algún momento eran cerca de 18- y que manejan porcentajes considerables de los fondos de los trabajadores.
Solamente mencionaré un par de cifras, para un mejor entendimiento.
En 2004, las AFP obtuvieron utilidades operacionales por más de 112 mil millones de pesos; en 2005, 120 mil millones de pesos, y así sucesivamente.
¿Qué buscamos con este proyecto? Creo que es un avance, pero todavía está lejos de poder solucionar todos los temas de profunda desigualdad y de escasa cobertura que aún tiene nuestra población.
Es particularmente importante que haya una preocupación en cuanto al tema del género, respecto de la mujer. Y frente a eso, me siento profundamente orgullosa de que tengamos la primera mujer Presidenta de Chile en nuestra historia.
El tema del género ha sido una de las preocupaciones de la Presidenta. Y a través de este proyecto intenta en alguna medida paliar una situación que afecta sobre todo a las mujeres.
¿Quiénes son las que tienen menor densidad de cotizaciones y cobertura? Las mujeres. ¿Quiénes son las primeras que abandonan el trabajo cuando hay un enfermo, discapacitado o catastrófico en la familia? Las mujeres. ¿Quiénes son las que contribuyen a la economía del hogar y del país a través de ese trabajo no remunerado, no reconocido, pero que han ejercido toda su vida? Las mujeres.
Por eso, nada es más importante y satisfactorio para nosotros que la creación del pilar solidario que beneficie a esas mujeres.
Sin embargo -y es importante aclarar esto-, me parece lamentable -aquí no concuerdo con la iniciativa del Gobierno- que se haya establecido como requisito para recibir la pensión básica haber cumplido 65 años de edad, en circunstancias que de acuerdo con nuestra legislación en el Instituto de Normalización Previsional la edad de jubilación para las mujeres es de 60 años, y de 65 para los hombres.
Por esa razón, pido votación separada de la letra a) del artículo 3º, pues reitero que me parece lamentable que se establezca el requisito de los 65 años. Porque de aprobarse como está propuesto el punto, tendremos dos categorías de mujeres: las que de acuerdo con el antiguo sistema pueden jubilar a los 60 años y las que recibirán la pensión básica solidaria sólo a partir de los 65 años.
La realidad económica de nuestro país no se compadece con una discriminación como la que aquí se pretende establecer, con una injusticia hacia las mujeres. Tengo la esperanza de que con la votación separada que solicito demos una señal clara al país.
Hoy, con mucha claridad los diputados debemos manifestar que no estamos de acuerdo con esa forma de abordar el otorgamiento de la pensión básica solidaria para las mujeres. Que no se nos señale como excusa los miles de millones que costará, porque empecemos por decir lo que pocas veces se reconoce y que ya hemos señalado: cuánto contribuyen y seguirán contribuyendo las mujeres en la economía del país a partir de la economía doméstica, que es precisamente su trabajo y que permite que las familias funcionen y que sus demás miembros puedan trabajar remuneradamente. Por esa razón, hago un llamado a protestar con la votación separada del mencionado punto, a fin de no permitir la discriminación por género y que se establezcan las dos categorías de mujeres a que me referí.
Por otra parte, estoy muy de acuerdo con el bono por hijo nacido vivo, que será de 10 por ciento de doce salarios mínimos.
Compartimos que el proyecto no sólo tenga ese componente solidario básico para aquellos que nunca han cotizado, para quienes nunca han tenido la posibilidad de completar esos doce años, para tanta mujer temporera, para tanto trabajador independiente, para tanto trabajador de feria, pero por sobre todo para la dueña de casa, que obviamente se verán beneficiados, sino además el otro sistema de complementación para los que sí han cotizado y que podrá establecer entonces el piso de los 200 mil pesos, que me parece tan importante.
Creo también que para luchar por una mayor cobertura; para ir incorporando con el tiempo y gradualmente a los trabajadores jóvenes y a los independientes; para ir corrigiendo las deficiencias del sistema -que pienso que en el diagnóstico las podemos compartir-, se requiere una mayor competencia y que ojalá las comisiones no sean tan altas como lo son hasta el día de hoy.
Éste es un país en el cual el empleador simplemente no contribuye a la previsión. Hubiésemos preferido -para decirlo claramente- que el proyecto hubiera abordado la obligación del empleador de hacerse cargo de un porcentaje de la cotización o al menos de la comisión del trabajador. Lamentablemente, no lo plantea eso.
Pero, por lo menos, el empleador se hará cargo del seguro de invalidez y sobrevivencia. Eso ya es algo que al menos permitirá que exista un grado de responsabilidad del empleador, porque parece bastante curioso que éste simplemente no contribuya.
Y no sólo eso, sino que desgraciada y trágicamente -por decirlo así- tenemos el caso de muchos empleadores que incluso descuentan las cotizaciones y después nos las enteran en las cuentas de sus trabajadores en las AFP, lo cual es un tema pendiente respecto de cómo lograremos una mejor fiscalización.
Es importante que participen los usuarios y que haya mejor información.
Si uno hace el ejercicio de preguntar en la calle a cualquier persona que cotice en una AFP si sabe qué comisión le descuentan, en qué fondo está o si conoce qué porcentaje de éste la Administradora puede invertir fuera, se encontrará con que no tiene ni la menor idea.
Por lo tanto, este proyecto no sólo va a avanzar en mayor solidaridad, mayor cobertura, mayor competencia, sino también en mayor transparencia e información para la ciudadanía, que es tan importante. Por eso, son interesantes los cambios institucionales que la iniciativa presenta como una forma de trabajar, a través de los Capri, mayor información para el usuario. Además, entrega una herramienta -que no es menor- de inversión que puede llegar hasta el 80 por ciento.
Por lo expuesto, debemos apoyar el proyecto, a pesar de que queremos que entre en vigencia lo antes posible, no el 2012, para que sean beneficiados el mayor número de personas, sobre todo, aquellas que pertenecen al 60 por ciento de la población con menos recursos.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado don Roberto Delmastro.
El señor DELMASTRO.-
Señor Presidente, no cabe duda de que estamos ante un proyecto de enorme importancia.
Se establece un pilar solidario que va a favorecer al 60 por ciento más pobre de la población -cosa que vamos a discutir más adelante-, el cual está basado fundamentalmente en cuatro pilares, en cuatro ejes centrales de beneficios. El primero, la llamada atención básica solidaria de vejez, que fue tema en la última campaña presidencial, cuando el candidato Sebastián Piñera propuso la atención para la dueña de casa -hoy va a tener una pensión-, lo que en aquella época se calificó como imposible y demagógico, pero hoy quieren que sea una realidad; la atención básica de invalidez, lo que sin duda es importante para más del millón de inválidos que existen en el país, los que en su gran mayoría son de escasos recursos; el aporte previsional solidario de vejez, cosa que va a ser muy importante para mucha gente, y el aporte previsional solidario de invalidez. Estos cuatro ejes van a constituir el gran porcentaje del gasto público destinado a apoyar a la gente de menos recursos.
Con ello, se crea una red de burocracia que, sin duda, puede ser importante y necesaria, que va a estar constituida por una serie de instituciones, algunas de las cuales creo que son muy necesarias de establecer y de crear, y otras no tanto.
El Instituto de Previsión Social, que va a reemplazar al INP, es algo muy necesario, sobre todo, por la importancia que dicha institución tiene actualmente; una Comisión de Usuarios por cada AFP, que va a significar la participación de los usuarios en cuanto a observar el funcionamiento de cada administradora, lo que considero muy importante; una Comisión de Usuarios del Sistema de Pensiones, o sea, una supra comisión a nivel nacional que va a velar por ellos, quizás, no tan necesaria; el Fondo para la Educación Previsional. Creo que éste es un tema interesante. No sabemos la envergadura que va a tener, pero hoy la mayoría de la gente no sabe en qué consiste su cotización, dónde está en mejor posición, en fin, toda la información que significa estar cotizando en una AFP; la Superintendencia de Pensiones, que reemplazaría a la actual superintendencia; luego, están los famosos Centros de Atención Previsional Integral, lo que, a mi modo de ver, van a constituir una burocracia absolutamente innecesaria y, por qué no decirlo, una red de activismo político-; el Consejo Técnico de Inversiones, creo que es necesario que exista y puede contribuir a invertir en mejor forma los fondos de pensiones; y finalmente, el Registro de Asesores Previsionales .
Me voy a referir a otros aspectos positivos del proyecto.
En primer lugar, el pilar solidario es un aspecto muy importante que, sin duda, va a contribuir a incentivar el ahorro, sobre todo, cuando los chilenos somos famosos por lo despilfarradores que somos y por lo poco que ahorramos. La ciudadanía debe tener una disciplina de ahorro, lo que constituye la riqueza de los países desarrollados. Los beneficios tributarios que ello va a significar se van a extender a personas que hoy no lo tienen, como un incentivo adicional.
Una cosa muy interesante es la sanción bastante severa que se va a establecer para aquellos empleadores que no pagan las cotizaciones y que hoy representa un lastre muy importante, especialmente en las pymes, y significa un daño enorme para las futuras jubilaciones de los cotizantes.
Respecto de la contratación de jóvenes, va a significar un incentivo directo para que el empleador emplee a la gran muchedumbre de hombres y mujeres de 18 a 34 años de edad y que hoy están sin empleo. Eso va a ser positivo para crear más empleo.
La cobertura para los trabajadores independientes es un problema serio, ya que, actualmente, existen muchos trabajadores independientes que, por razones de comodidad o por dejación, no piensan en que el día de mañana van a tener que jubilar.
En cuanto a una mayor competencia -no sé hasta qué punto será verdad, tengo mis dudas-, se señala que podría incidir en menores comisiones, por lo que sería uno de los pilares fundamentales para la intervención de las AFP. Hay estudios que indican claramente que un cambio en las comisiones que cobran las AFP tiene un efecto marginal al final de la jubilación de los cotizantes, y no así un cambio similar en la productividad de ese fondo. O sea, el efecto que tiene es mucho más alto que un simple cambio en la cotización y en los costos de la cotización.
La licitación que se contempla en el proyecto es un aspecto que, en cierto modo, va a atentar en contra de la competencia. En alguna forma, los nuevos cotizantes deberían tener libertad de elección, aun cuando exista esta licitación, lo importante es que estos doscientos mil nuevos trabajadores que se incorporan al trabajo puedan elegir efectivamente -tal como es actualmente-, y aquellos que no pueden elegir, que se acojan a esta licitación a nivel nacional, así como respecto del seguro de invalidez y sobrevivencia.
A mi juicio, el tema más sensible es el referente a la participación de los bancos y de las compañías de seguros en la administración de los fondos de pensiones. Ese asunto merece un análisis más de fondo. Si la Cámara le da su aprobación, espero que en el Senado se pueda corregir, porque sabemos muy bien que los bancos prácticamente manejan la vida de los chilenos, y si más encima van a manejar la jubilación, vamos a estar, prácticamente, desde el nacimiento hasta la muerte en manos de unas pocas personas que van a tener toda la información respecto de cada ciudadano del país. Eso no sólo va a producir una concentración del poder, sino también de la información de la vida, obra y milagros de cada persona. Por eso, considero muy peligroso entregar a los bancos, además, la previsión social.
Aun cuando el proyecto es muy importante, ya que va a favorecer a muchos chilenos, crea una institucionalidad de mucha burocracia. Por eso, sería bueno depurar este proyecto y sacarle un poco de agraz, porque nuestro país se caracteriza por tener mucha burocracia y demasiados impedimentos y personal intermediario en la vida de los ciudadanos.
Voy a dar mi voto favorable al proyecto. Sin perjuicio de ello -nuestro jefe de bancada lo pedirá en el momento oportuno- voy a solicitar votación separada para el pilar solidario del Título I, y para los artículos 3º, letra b); 4º, 30, en lo relativo a la nueva institucionalidad; 59, en relación con los beneficios previsionales; 79, numeral 1; 79, numeral 43; 79, numeral 8 bis; 79, numeral 74; 81 y 81 quáter.
He dicho.
La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta accidental ).-
Señor diputado , me imagino que el jefe de su bancada hará llegar a la Mesa la lista de los artículos para los cuales pedirán votación separada.
Tiene la palabra el diputado señor Guillermo Ceroni.
El señor CERONI .-
Señora Presidenta , sin duda, éste es un proyecto de gran significación que nos hace meditar sobre lo que hoy tenemos.
Nuestro sistema previsional ha sido la gran estafa que les han ocasionado a todos los chilenos, en particular, a los sectores medios y más pobres, puesto que, con sus recursos, se enriquecen unos pocos y, al cabo de muchos años, la gente recibe una pensión miserable.
Para confirmar que el sistema ha sido un engaño y una estafa, bastaría formular la siguiente preguntar: ¿Se habría cambiado al nuevo sistema de las AFP un chileno cualquiera, si en su momento se le hubiera advertido sobre las consecuencias que le traería tal decisión? Por cierto que no. La gran lamentación de todos los trabajadores chilenos es haberse cambiado de sistema sin haber tenido información adecuada de parte del Estado. Por eso, hablo de la gran estafa que se le ha ocasionado a todos los chilenos.
Este sistema expresa con crudeza, con brutal realidad, las inequidades del sistema económico imperante. Los gobiernos de la Concertación, a través de diversos programas sociales, han tomado diversas medidas para paliarlas.
Por eso, esta reforma previsional va en la línea de buscar algunas soluciones, aunque sean parciales, a las tremendas inequidades existentes y que las personas, en sus años más difíciles, es decir, cuando llegan a una edad avanzada, sufren en carne propia.
Sin duda, hemos logrado avances. No podemos desconocer -aunque fue algo menor- todo lo que implicó, en junio de 2006, el acceso automático a las pensiones asistenciales. Pero el proyecto que estamos discutiendo hoy representa un avance mayor.
Sin embargo, uno quisiera ir todavía más lejos, pero no por eso podemos dejar de reconocer lo valioso que es este proyecto de ley. ¿Cómo no vamos a reconocer como algo valioso que en un futuro cercano, a pesar de que las personas no estén adscritas a un sistema previsional, en acceder a una pensión si el proyecto se convierte en realidad? Basta de ser tan exageradamente austeros, por no decir tacaños. Creo que el país está en condiciones de implementar esta pensión de 75 mil pesos en julio de 2008. Así se lo pedimos al Gobierno, en particular, al ministro de Hacienda . Espero que esto se logre en el Senado.
¿Cuál es la petición que nos hacen en todas partes, cuando conversamos sobre esta reforma que va a beneficiar enormemente a las mujeres, las dueñas de casa de las poblaciones, a la gente sencilla? Que se disminuya la edad de la mujer de 65 a 60 años la edad para acceder a una pensión. Ustedes lo saben, estimados colegas. ¿Qué les dicen las mujeres? “¡Ah, diputado , vamos a estar muertas!” Eso es lo que dicen. Uno podría decir que es exagerado, pero cuando uno ve que está hablando con gente esforzada que, muchas veces, trabajó de sol a sol en los campos, uno se da cuenta de que, a pesar de los avances que hemos logrado en salud, que han permitido aumentar las expectativas de vida, no ocurre lo mismo cuando nos referimos a los sectores más pobres.
Entonces, creo que también debemos hacer un esfuerzo para tratar de acortar la edad para que la mujer pueda acceder a esta pensión ojalá a los 60 años. En todo caso, habría que buscar alternativas.
Asimismo, me preocupa la definición de grupo familiar que hace el artículo 4º del proyecto, estableciendo que está formado por los cónyuges y los hijos. Lo que ocurre es que, a los 65 años, las personas ya no pueden contar con hijos que conformen su grupo familiar y que vivan con ellos; pero sí muchas veces encontramos que viven en el hogar algunos nietos u otras personas. Entonces, sería necesario que pudieran ser considerados como integrantes del grupo familiar para los efectos de la respectiva encuesta que se debe realizar para saber si se hará acreedor a la pensión básica solidaria. Creo que esto debe ser analizado.
Me preocupan también ciertos sectores de pequeños campesinos, que son dueños de tierras que no tienen mayor valor productivo. No deben quedar excluidos de la posibilidad de acceder a una pensión.
Sin duda, es tremendamente potente todo lo que dice el proyecto de ley, en cuanto a bonificar las cotizaciones de las mujeres por cada hijo que nazca vivo, lo que va en la línea de lo que la Presidenta de la República siempre ha dicho en cuanto a proteger la maternidad. Esto debe ser valorado como corresponde, así como también el subsidio que se otorgará a las cotizaciones de los jóvenes de bajos ingresos, entre los 18 y los 35 años. Dicho subsidio incentivará a los jóvenes para que coticen desde los primeros años de trabajo. De esa manera, tendrán una pensión, incluso, mejor.
Otro aspecto muy importante del proyecto es el complemento previsional para quienes tengan pensiones inferiores a 200 mil pesos, de manera que puedan percibir una pensión por esa suma. Es, sin duda, un gran logro del proyecto. Pero también quisiéramos que la posibilidad de acceder a esa pensión de 200 mil pesos se adelante, de manera que no se otorgue en 2012, como lo establece el proyecto.
En relación con el ingreso de nuevos actores al sistema de las AFP, permitiéndoles a los bancos que también ingresen a él, estoy por apoyar tal medida, y fundamentalmente porque, tal como lo establece el proyecto, permite mayor competencia, desconcentración y disminuye el precio del sistema.
Además, para aquellos que quieren poner como condición -ésa es la duda- el ingreso del Banco del Estado, pues no puede hacerlo en este momento, es evidente que al abrir la puerta para que entren los bancos en general, también lo estamos determinando para aquél. De otra manera, la estaríamos cerrando y dejando el negocio sólo en manos de los que están dentro, lo cual no queremos.
El proyecto es de gran significación y así como hoy se discute tanto sobre el salario ético, no cabe duda de que este tema también tiene que ver con la ética. Insisto, podemos hacer más de lo que estamos realizando con este proyecto. En general, el país puede hacer mucho más en materia de salario ético y de reforma a la previsión. Incluso, podemos dar un paso más allá de lo que aquí estamos hablando. En consecuencia, debemos reconocer que significa un gran avance.
He dicho.
La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor Mario Venegas.
El señor VENEGAS (don Mario).-
Señora Presidenta, en el corto período que llevo como miembro del Congreso Nacional, nunca me había sentido tan preocupado frente a la votación de un proyecto de esta naturaleza. El sólo volumen de los informes de las Comisiones respectivas dan una idea de su importancia, porque tiene que ver con la previsión, una cuestión fundamental que determinará la calidad de vida de miles de chilenos y chilenas.
Mi preocupación deviene de los argumentos que he escuchado a favor y en contra de la iniciativa. De pronto, algunas posiciones más bien parecen decir “Yo tengo la verdad revelada y quienes no piensen como yo, están equivocados”. Frente a esta materia deberíamos ser un poco más humildes para entender que la complejidad del proyecto nos lleva a tener razonables dudas en algunos aspectos y certeza en otros.
De partida, el nombre del proyecto mueve a equívocos, porque se habla de reforma previsional. Mucha gente de mi distrito tenía la esperanza de que repararía el daño previsional o que significaría mejores pensiones a la hora de jubilarse y no es así. Son muchos los que están esperando eso.
En realidad, el logro más importante, que por cierto comparto, es la Pensión Básica Solidaria, que una vez más es un aporte del Estado; una vez más los recursos salen del conjunto de los chilenos y no tocamos significativamente los recursos y utilidades de las grandes empresas que están en este negocio.
Quiero recordar que este sistema que hoy estamos modificando en alguna medida, tiene su origen en el decreto ley antidemocrático Nº 3.500, de 1980. En esa época, iniciaba mi actividad laboral y, como uno de tantos, fui obligado a incorporarme a un sistema que ni siquiera conocía. Además, nos lo vendieron con un conjunto de supuestos que hoy resultan falaces, engañosos y mentirosos.
Nos dijeron que este nuevo sistema mejoraría el antiguo sistema y que entregaría mejores pensiones al conjunto de los chilenos. Y ¿cuál es la realidad actual? Que el sistema está entregando peores pensiones que las entregadas, entre otros, por el antiguo Servicio de Seguro Social, hoy incorporado al Instituto de Normalización Provisional, INP. ¡Qué decir de lo manifestado por los empleados públicos en tantas y tantas ocasiones que desean irse a su merecido descanso y no pueden hacerlo, porque la jubilación que obtendrían no les permitiría vivir con la más mínima dignidad!
Dicho lo anterior, nadie puede dejar de reconocer que el proyecto tiene bondades importantes. ¿Cómo no estar de acuerdo con los argumentos que se refieren a la importancia de la creación de este pilar solidario y de la Pensión Básica Solidaria, que resolverá en alguna medida la situación de muchas personas, quienes al menos podrán disponer de cierta cantidad que les permita afrontar su vida de mejor manera?
¿Cómo no reconocer su importancia al incentivar los ahorros previsionales de los jóvenes?
¿Cómo no reconocer la relevancia de la existencia y estimulación del ahorro previsional voluntario para la clase media?
¿Cómo no reconocer la importancia del bono que se entregará a las mujeres por cada hijo que hayan tenido?
Sin duda, todos estamos de acuerdo con eso. Personalmente, estoy muy de acuerdo con que exista este esfuerzo del Estado, de este Gobierno que se hace cargo de un tema largamente diagnosticado, por lo demás. Sin embargo, debo aclarar que el proyecto, en lo personal al menos, me genera algunos ruidos e incógnitas que carecen de respuesta definida. Más bien, son dudas.
No tuve la suerte de participar en la larga discusión habida en las Comisiones de Trabajo y Seguridad Social y de Hacienda. En ese sentido, los diputados que formaron parte de ellas nos llevan ventaja.
Ahora, quiero referirme a un punto que me provoca mayor cuestionamiento, cual es la incorporación de la banca a la industria previsional.
Se argumenta que eso implicaría mayor competencia y que por esa razón sería beneficioso, porque bajaría el cobro de comisión, lo que redundaría en una mejor pensión. Pero a eso se puede contraargumentar que en las últimas décadas y años, hemos visto con preocupación una excesiva concentración de la riqueza en el país. Hoy por hoy, la banca es dominada por cinco grandes empresas que tienen un porcentaje altísimo de las colocaciones. Algunos hablan de cifras sobre el 60 por ciento y otros del 75 por ciento.
A esta banca queremos entregar, so pretendido argumento de que habrá una mayor rentabilidad, 120 mil millones de dólares que pertenecen al conjunto de chilenos y chilenas que ahorran para contar con una jubilación digna.
Al respecto, hago presente que esta misma banca tuvo una gran crisis allá por los años 1982 y 1983, conocida como la deuda subordinada. Pregunto, ¿cuántos de esos bancos han pagado esa deuda?
Si el día de mañana hay una crisis, ¿qué confianza me da que mis recursos, los de mis familiares y de todos los chilenos estarán debidamente resguardados? Es una pregunta legítima e importante que me hago sobre esta misma banca concentrada, que aún no paga la deuda subordinada, con excepción de un banco.
Estudios indican que cada vez que los bancos ingresan a algún sistema de seguros, factoring o de otro tipo, el negocio termina “bancarizado”; es decir, concentrado en manos de los bancos.
En este sentido, tengo dudas respecto de si se va a lograr el propósito que se busca a través de la incorporación de la banca en la industria previsional. Pero, como no solo se deben mirar las debilidades, tengo algunas propuestas que hacer.
Por ejemplo, al igual que a algunos colegas, me gustaría que la pensión básica solidaria de 75 mil pesos se otorgara a partir de 2008 y no esperar hasta 2009. También me gustaría que se consideraran los 60 años de edad en las mujeres para jubilar, en lo que coincidimos varios.
Por último, como una proposición concreta, aunque para algunos parezca aterradora, quiero plantear la posibilidad de crear una AFP estatal. ¿Por qué no, si varios diputados, incluso de oposición, han argumentado en este sentido? Bastaría un proyecto para ir a la creación de una AFP estatal que efectivamente regule el mercado y nos asegure que los chilenos y chilenas gocemos de pensiones dignas, como las meremos.
He dicho.
La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta accidental).-
Tiene la palabra el diputado Aguiló.
El señor AGUILÓ .-
Señora Presidenta , tal como lo han dicho las señoras y señores diputados que han hecho uso de la palabra, el proyecto es muy importante.
Primero, permítanme hacer una afirmación. Esta reforma al sistema previsional chileno resulta imprescindible, por la completa crisis en que entraron las AFP.
La Derecha ha querido hacernos creer que sólo se trata de un conjunto de flecos y complementos al sistema de AFP, que habría funcionado estupendamente en Chile. Sin embargo, el dato de que dos tercios de los chilenos, llegada la edad de jubilar, no tienen cobertura en él, es cierto, empírico, completamente indesmentible.
Es decir, de los chilenos que cumplen 65 años de edad, los hombres, y 60 años de edad, las mujeres, apenas un tercio de ellos tiene alguna cobertura en el sistema de AFP. El resto, o no tiene cotizaciones previsionales o, teniéndolas, carece del mínimo que la ley establece para ser acreedor, incluso, de la garantía estatal: 14 millones o 20 años.
Aquí tenemos un problema: un sistema que funciona pésimo; que apenas funciona para un tercio de los chilenos. Por eso, necesita, con dramática urgencia, ser complementado, revisado, reformado, para tener uno integral que dé garantías a todos los chilenos y a todas las chilenas que cumplan la edad de jubilar, de manera que tengan un sistema de protección frente a la vejez.
En verdad, el principal mérito de esta reforma es que el derecho a tener una vejez protegida con ingresos, se garantiza al ciento por ciento de los adultos mayores del 60 por ciento de la población con ingresos relativamente bajos. O sea, a los tres primeros quintiles de la población -si ese fuera el universo-, cumplida la edad de jubilar, se le garantiza una protección a través de ingresos para la vejez.
En este sentido, creo que mi colega Venegas, quien me antecedió en el uso de la palabra e hizo un conjunto de aportaciones al debate, incurrió en una equivocación que es necesario corregir.
El sistema previsional que se crea con la reforma no solo fija un monto de 75 mil pesos para una jubilación o pensión básica solidaria para las personas que nunca han tenido cotizaciones, ya sea porque han sido dueñas de casa o porque han sido trabajadores del mundo informal y carecieron de contratos y de descuentos previsionales. Además, establece un aporte previsional solidario para todas aquellas personas que cumplan el requisito de tener una pensión igual o inferior a 200 mil pesos; es decir -colega Venegas , para su tranquilidad-, será para el 80 por ciento de los pensionados que hoy tiene jubilaciones, ya sea del INP o de las AFP.
Hoy, ¿quiénes tienen jubilaciones? Las personas que se pensionaron con el sistema antiguo o aquellas que se están empezando a pensionar con el sistema que se creó en 1980, que tiene un gran número de trabajadores que cotizan, pero uno muy bajo de pensionados.
¿Cuál es el monto de las pensiones? Bueno, en un 75 u 80 por ciento inferiores a los 200 mil pesos. De manera que si un pensionado, de cualquier distrito, tiene una pensión de 150 mil pesos, va a recibir el aporte solidario. O sea, se va a recalcular su pensión.
Si desea una interrupción, colega Venegas , se la doy. ¡Encantado!
El señor VENEGAS (don Mario).-
No se trata de polemizar entre nosotros, sino de plantear los puntos de vista en general. Yo planteé los míos y pido que me los respete.
El señor AGUILÓ .-
No se trata de polemizar. Todo lo contrario. Encuentro razonable su preocupación. Por eso, le digo que en la tramitación del proyecto de ley quedó claro que el aporte previsional solidario no solo es para las personas que no tienen cotizaciones en el sistema, sino también para aquellas que, teniéndolas, no tendrían pensiones porque no les alcanzan para la garantía que la ley establece.
En el proyecto de ley se señala, por ejemplo, que una persona con una pensión de 100 mil pesos mensuales, va a tener un aporte previsional solidario. Por lo tanto, deberá recalcularse su pensión. Lo mismo ocurrirá con quien reciba 80 mil pesos o 110 mil pesos.
Para que quede claro, esto influye sustantivamente en un 80 por ciento de los adultos mayores pensionados de nuestro país. Esta parte del proyecto es muy positiva y buena y todos nos felicitamos porque haya sido planteada.
Sin embargo, hay algunos aspectos que son controversiales. Tal vez, la principal crítica -no sin razón- es que el sistema de AFP que va a funcionar para el tercio de chilenos que tienen ingresos medios y medios altos y que pueden generar condiciones para pensionarse con montos de 400 mil, 500 mil ú 800 mil pesos mensuales, no tiene regulaciones que permitan establecer, por un lado, un control de los costos que cobran las AFP a los cotizantes y, por otro, para impedir que ellas se hagan de una buena parte del poder económico del país, pensando que manejan un volumen de recursos igual al 90 por ciento del producto interno bruto de Chile. Naturalmente, esperamos que en el Senado se introduzcan modificaciones sustantivas en esta materia.
Ahora, en particular, quiero referirme a la AFP estatal y a la intervención de los bancos en el negocio.
Creo que es conveniente que en esta materia seamos extraordinariamente claros. Los bancos ya están en el sistema de AFP. El BBVA participa en Provida; el Citibanck, en Habitat; el banco Penta, en Cuprum. Es decir, importantes bancos transnacionales tienen hoy en Chile AFP. Entonces, aclaremos: no es que se vaya a permitir recién ahora el ingreso de la banca al sistema de AFP. Lo que vamos a hacer es normalizar dicho ingreso y -lo que a algunos de nosotros nos importa más- permitir que el Banco del Estado cree una AFP estatal.
Como señaló el ministro del Trabajo al inicio de esta sesión, a través de una disposición específica, el Banco del Estado podrá tener una AFP. Además, la Presidenta Michelle Bachelet , a través del ministro del Trabajo , se comprometió a que una vez aprobado este proyecto en la Cámara de Diputados y en el Senado, instruirá al presidente del Banco del Estado para que proceda de acuerdo con los criterios establecidos por el Ejecutivo .
Espero que las instrucciones las reciba el próximo presidente del Banco del Estado , no el actual, porque éste ha dicho en todos los tonos que no está de acuerdo con esto. Por lo demás, como su cargo no lo ganó en un concurso público, sino que fue nombrado por la Presidenta Michelle Bachelet , sería bueno que fuera poniendo las barbas en remojo.
El tema que ha planteado el diputado Mario Venegas es de enorme importancia. Las mujeres deben tener derecho a pensionarse a los 60 años, como plantea la ley vigente. El proyecto establece que para ser beneficiario de la pensión básica solidaria o del aporte previsional solidario, se requiere que hombres y mujeres tengan cumplidos 65 años de edad. Por ello, hemos pedido votación separada respecto de este punto, de modo de revisar el criterio para establecer la edad de jubilación de las mujeres.
He dicho.
La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor Iván Norambuena.
El señor NORAMBUENA.-
Señora Presidenta , quiero expresar mi satisfacción por este proyecto, tan esperado por muchos chilenos y, en particular, por los habitantes de las comunas de Lota, Curanilahue, Arauco , Los Álamos , Lebu , Cañete, Contulmo y Tirua que conforman el distrito Nº 46, que represento. Representantes de agrupaciones de la tercera edad me han planteado diversas inquietudes en relación con los montos que reciben por sus pensiones.
Asimismo, quiero expresar mi satisfacción porque el proyecto dará respuesta a muchos pensionados que dependen de los bajos montos de dinero que reciben por concepto de pensión asistencial. También espero que demos respuesta a muchas personas que hoy cumplen con todos los requisitos para obtener la pensión asistencial, pero que por diversas razones, la burocracia no ha permitido que la reciban como corresponde.
Nos gustaría que la propuesta del Gobierno se modifique en relación con la edad de jubilación de las mujeres. La legislación vigente establece que la mujer debe jubilar a los 60 años. Por tanto, no entendemos por qué el Gobierno, encabezado por una Presidenta de la República , que como mujer debería tener un poco más de sensibilidad, está empecinado en establecer que el beneficio lo obtengan las mujeres a los 65 años de edad. Muchas personas estiman innecesario esperar hasta esa edad, por lo que pedimos formalmente al Gobierno que ponga todo su empeño, junto a sus parlamentarios, para que la edad establecida como requisito para que la mujer obtenga el beneficio sea rebajada a 60 años.
Existe una preocupación especial por el hecho de que las administradoras de fondos de pensiones están eliminando sucursales, sobre todo en las comunas más alejadas de los centros poblados. En el último tiempo, en la provincia de Arauco, las AFP han retirado sus oficinas de atención al público y a sus afiliados. En el proyecto se propone la eliminación de la comisión que se cobra por las AFP. Sin embargo, ése podría ser uno de los argumentos de las administradoras de fondos de pensiones para tener recursos e incentivos para mantener sus oficinas en las comunas más apartadas. Por ello, queremos pedir que si se elimina el cobro de esa comisión -que algunas AFP en forma voluntaria han eliminado-, se resguarde el interés de los afiliados en orden a que dichas instituciones mantengan sus oficinas de atención en los lugares más apartados.
También nos preocupa una demanda muy sentida por la población de adultos mayores y de pensionados, cual es que se elimine el descuento del 7 por ciento de salud. En el proyecto no se contempla su eliminación, por lo que esperamos que las autoridades de Gobierno den una respuesta concreta a esta petición.
Otra inquietud que se nos ha planteado es la necesidad de dar una solución definitiva a aquellas mujeres que, por haber enviudado, sólo reciben el 50 por ciento de la pensión. No hay ningún argumento válido ni lógico para que reciban menos pensión, pues los costos de la vida y de la mantención de la familia continúan. Por ello, durante la discusión del presupuesto de la nación, el Gobierno debería considerar una solución para aquellas viudas, que hoy lo están solicitando.
Existe una preocupación muy válida en relación con el ingreso de la banca privada, incluyendo al Banco del Estado , al negocio de las AFP. Se piensa que ello perjudicaría a mucha gente, en el sentido de que la banca podría incorporar este negocio al paquete de productos que ofrece hoy en el mercado, y utilizarlo como medida de presión para trasladar o incorporar afiliados, sobre la base de motivaciones o incentivos. En ese sentido, es muy importante tener cuidado con la concentración que efectúan ciertos grupos económicos. Por muchos años hemos visto, en especial a personeros del Gobierno de la Concertación, criticar la postura de la banca privada en nuestro país, no obstante promueven el ingreso de esos grupos económicos, al negocio de las AFP, haciendo más grande aún su poder para administrar esas riquezas.
Por lo tanto, es una buena oportunidad para que los que durante tantos años han criticado a los bancos, den una señal clara al país en el sentido de que para una gran cantidad de chilenos podría ser inconveniente la autorización para que los bancos constituyan administradoras de fondos de pensiones.
Por último, felicito a quienes trabajaron en las Comisiones de Hacienda y de Trabajo para hacer posible la tramitación de este proyecto.
Aun cuando, de acuerdo con los reparos que expresé, el proyecto no responde en forma directa a muchas de las inquietudes que plantea la población, tengo una opinión muy favorable respecto de él, porque apunta en el sentido correcto al entregar una respuesta concreta sobre todo a las personas que no logran solventar sus necesidades básicas con las pensiones existentes en la actualidad.
He dicho.
La señora ALLENDE ( Presidenta accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor Mario Bertolino .
El señor BERTOLINO .-
Señora Presidenta, antes de entrar en materia, quiero rescatar lo que se expresa en el mensaje que dio inicio a la tramitación del proyecto, en el que, de manera textual, se sostiene lo siguiente: “Es posible afirmar que el régimen de capitalización individual ha funcionado de acuerdo con lo previsto”. Después de transcurridos veinticinco años desde la implementación de este sistema, se hace un reconocimiento a su funcionamiento.
Como se sabe, se trata de un sistema mixto, porque si bien la capitalización es individual y lo administra el sector privado, existe un subsidio del Estado, que se perfecciona y unifica en la iniciativa en estudio mediante el establecimiento de un pilar solidario.
En los veinticinco años en que ha operado el sistema ha existido transparencia en el manejo de los recursos, seguridad para cada trabajador ahorrante, porque no se ha perdido peso alguno ni han existido desfalcos o quiebras, y una rentabilidad muy superior a la que exige la ley, todo lo cual ha creado confianza, algo muy difícil de lograr cuando se implementa un sistema nuevo.
A mi juicio, es valedero que se pueda o se quiera perfeccionar el sistema. En ese sentido, valoro que el Gobierno de la Concertación otorgue validez al sistema de capitalización individual administrado por las AFP.
Pero, ¿qué problemas se han detectado en el sistema? No funciona bien para quienes no tienen un trabajo estable y permanente y, por lo tanto, no pueden cotizar todos los meses. En efecto, al existir lagunas, no se puede esperar ni aspirar a contar con una pensión similar a la que puede obtener la persona que cotiza durante toda su vida laboral, muy superior a la que se obtenía en el anterior sistema.
Pero, sobre el particular, es necesario preguntarse si ese problema se deriva de las administradoras de fondos de pensiones y de su administración del sistema, o si, por el contrario, tiene que ver con las oportunidades laborales que ofrece el país. La respuesta es obvia: el problema no está en las AFP ni en su administración del sistema. Por lo tanto, ellas no pueden cargar con ese muerto.
La iniciativa establece importantes beneficios, como el pilar solidario, que unifica las pensiones, aspecto que valoramos.
En 2008, el valor nominal de la pensión básica solidaria de vejez y de la pensión máxima con aporte solidario será de 60 mil pesos; en 2009, de 75 mil pesos; en 2010, 100 mil pesos; en 2011, de 150 mil pesos, y en 2012, de 200 mil pesos, que, la verdad sea dicha, equivale, a valores de peso de hoy, a alrededor de 172 mil pesos.
Nos habría gustado que se adelantara la entrega de dichos beneficios. Sin embargo, valoramos la iniciativa y creemos que es justa, como expresaron quienes me antecedieron en el uso de la palabra, porque muchas personas no pueden hacer ahorro previsional, como ocurre con la dueña de casa que se dedica íntegramente al cuidado de su familia y, por lo tanto, no tiene derecho a contar con pensión alguna. Gracias al pilar solidario establecido en el proyecto, todos tendrán derecho a contar con alguna pensión.
Por lo tanto, valoro que se rescatara la propuesta planteada por Sebastián Piñera durante la última campaña presidencial, en el sentido de otorgar una jubilación a las mujeres dueñas de casa. En su momento, se dijo que no era posible su implementación. Sin embargo, el proyecto en estudio la hace viable.
Me voy a referir a los aspectos positivos de la iniciativa.
Considero importante beneficiar con un subsidio a la mujer por cada hijo nacido vivo. Dicha medida, incluso, ayudará a tener una tasa de natalidad superior a la actual, que se puede considerar negativa.
También considero importante el establecimiento de un subsidio para la contratación de jóvenes y que se permita la cotización voluntaria de quienes cotizan en forma independiente y de quienes no trabajan, pero cuya cotización puede ser enterada, por ejemplo, por algún familiar, porque eso significará que en el futuro el Estado no deba hacer aportes en ese sentido. Después me voy a detener sobre el particular.
También considero importante el aumento de inversión en el extranjero. Al respecto, si se pide mayor rentabilidad a las AFP para que la gente tenga mejores pensiones, no se puede coartar el manejo de los recursos para obtener dicha rentabilidad. Por lo tanto, resulta impresentable e inconsecuente exigir que las AFP entreguen buenas pensiones, pero no permitirles la búsqueda de mejores rentabilidades, que a veces no están en Chile. Cuando sí lo están, es bueno que toda la plata esté acá.
Por lo tanto, reitero, existen aspectos positivos.
Sin embargo, tengo algunas aprensiones.
La primera dice relación con que se beneficiará con el pilar solidario a personas cuyo grupo familiar forme parte del 60 por ciento más pobre de la población. Se entiende por grupo familiar el pensionado más su esposa y sus hijos menores de 18 años, o de 24 años, cuando se encuentran estudiando.
Al respecto, ¿quién podrá garantizar que determinado grupo familiar o jubilado forma parte del 60 por ciento más pobre? ¿Cuál será el sistema de calificación? En el proyecto no se dice. Se entiende que el respectivo reglamento lo establecerá, pero no tenemos claro quién hará ese reglamento ni de qué forma. Incluso más, se dice que quien administrará el sistema de previsión social será el subsecretario de Previsión Social . Es decir, un funcionario que ocupa un cargo político, nombrado por el gobierno de turno, decidirá a quiénes se asignará dicha pensión, siempre y cuando, claro está, se trate de personas que formen parte del 60 por ciento más pobre de la población.
Tampoco se dice cuánto costará la medida una vez que el sistema se encuentre en régimen. Hoy, no se puede calcular en un ciento por ciento, sino sólo hacer una aproximación.
Por lo tanto, dado que el actual Gobierno no ha dado las garantías de hacer un buen manejo de los recursos públicos, me preocupa que la búsqueda de ese 60 por ciento se haga no con la lógica de encontrar a quienes tienen una verdadera necesidad de contar con alguna pensión, sino, como acá se dijo, que esto se transforme en una palanca política. Prueba de lo que digo son las diferentes situaciones que se conocen en los tribunales de justicia y en comisiones investigadoras de la Cámara.
La segunda aprensión se relaciona con los Centros de Atención Previsional Integral, Capri . No comparto las funciones y atribuciones que se asignan a dichos centros, porque serán la base para que tengan lugar hechos de corrupción. Primero, habrá personas interesadas en pedir a los funcionarios públicos que se desempeñen en dichos centros, información sobre quiénes están tramitando sus pensiones, y después vendrá la competencia por la lista, el nombre, y vamos pagando. A mi juicio, las administradoras de fondos de pensiones deben interesarse en atraer a sus cotizantes y, además, deben informar sobre las mejores condiciones.
Por lo tanto, no comparto la función que cumplen, siendo más estatales. El propio sistema de AFP se basa en el sistema de administración privado.
Tampoco comparto una medida populista incorporada al proyecto. Y digo populista, porque el propio ministro Velasco , en la Comisión de Trabajo, dijo que no era una propuesta aceptable. Me refiero al hecho de hacer creer a la ciudadanía que el seguro de invalidez y supervivencia lo va a pagar el empleador. Todos quienes entienden un poquito de economía, saben que la empresa ajusta sus precios porque ésta tiene que ser rentable. Tal vez el uno por ciento no va a afectar a nadie en particular. Podría afectar a las pequeñas y medianas empresas. En el largo y mediano plazo, no les van a bajar el sueldo a los empleados; pero no se les va a reajustar en la misma proporción, porque ese uno por ciento va a ser un costo adicional de la empresa que no va a poder absorber y, por lo tanto, lo tiene que traspasar. Aquí y en la quebrada del ají, eso es así.
Por consiguiente, no concuerdo con el populismo que se hace en el sentido de hacer creer a la ciudadanía, cuando -reitero- el propio ministro Velasco dijo que no procedía. Obviamente, el ministro del Trabajo y otros parlamentarios de la Concertación apoyaron esa indicación.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiempo, diputado Bertolino .
El señor BERTOLINO .-
Termino, Presidente, diciendo que no comparto la participación de los bancos ni de las compañías de seguro, porque los activos de las AFP son los pasivos de los bancos y eso va a crear un problema de competencia muy grande. El sistema que debería haberse implementado era que las compañías de seguro ofrecieran seguros en función de una prima que compitiera con las AFP para que cada cual, ya sea independiente o dependiente, eligiera la que le conviniera más: o una cotización de diez o doce por ciento en una AFP o comprar una póliza de seguro para la jubilación.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada Alejandra Sepúlveda.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra) .-
Señor Presidente, sin duda, en lo que han planteado los colegas que me han antecedido en el uso de la palabra, sobre todo en lo que dice relación con la pensión básica solidaria, estamos todos de acuerdo.
También lo estamos con lo que se dice respecto de las mujeres de los sectores rurales que no han podido cotizar; de las mujeres temporeras, etcétera, porque el Estado se hace cargo de las pensiones de estas personas. Ellas han hecho un tremendo esfuerzo, cotizando o no, pero no tienen las facilidades para poder jubilar.
La Presidenta , a lo largo de todo Chile, hizo una propuesta esencial en su campaña. Creo que nadie de los presentes está en desacuerdo con la pensión básica solidaria.
Sin embargo, este proyecto no toca lo fundamental que a nosotros nos gustaría ver en la reforma previsional. Teníamos grandes esperanzas de que pudiera corregir, efectivamente, lo que hemos visto durante este tiempo quienes hemos nacido bajo este sistema de AFP.
Los panfletos que nos tiraron quienes asistían a tribunas: “No a la reforma previsional que el Gobierno tramita en el Congreso, porque legitima el negociado de las AFP”. Eso es así. Hoy, sin duda, esas personas que reclamaban, aquí arriba, tienen absolutamente toda la razón, porque en este proyecto de ley no se toca absolutamente nada de lo relacionado con la rentabilidad de los fondos de las personas. Cuando decimos que, en promedio, tenemos un 7,2 de rentabilidad en los fondos de pensiones y que las AFP, con su negociado, tienen un veinte por ciento, ¿qué hemos hecho al respecto en esta reforma? Eso, para mí, es lo sustancial.
Insisto en que los fondos de todos los que estamos aquí rentan sólo un 7,2 por ciento y el negocio de las AFP es de veinte por ciento. O sea, ¿de qué estamos hablando? De que, aparte de la concentración económica, en que estamos haciendo más ricos a los que hoy son ricos, estamos diciendo que esa riqueza la están generando con la pobreza de las pensiones que hay en Chile. Ésa es la discusión, señor Presidente , que quiero tener en este Congreso.
Cuando me dicen que con el ingreso de los bancos vamos a tener mayor competencia, claro, pero en el corto plazo. ¿Y qué va a pasar en el largo plazo? ¿Qué cantidad de bancos hay y qué tenemos hoy? Una concentración inimaginable en lo que dice relación con los recursos, con los préstamos, con el capital del país. Señor Presidente , esto no lo he visto nunca y vamos a seguir repitiendo lo mismo, porque los bancos después no van a tener un veinte por ciento de rentabilidad, sino un veinticinco, un treinta y un cuarenta por ciento, y las pensiones seguirán siendo de un 7,2 por ciento. ¿Y quién toca eso? ¿O acaso creen que esto con el Banco del Estado va a cambiar?
Por eso nos tiraron ese panfleto, porque la mona, aunque se vista de seda, mona queda. Esto va a ser así. Descarto lo que tiene que ver con la pensión básica solidaria. En eso estamos todos de acuerdo; no hay discusión. Pero, la mona va a quedar igual y las pensiones para todos nosotros van a seguir rentando el 7,2 por ciento. Lo peor es para la gente que está recibiendo pensiones de 80 mil pesos.
Por eso, estoy en contra de que entren los bancos. Por ejemplo, cuando el Banco de Chile, que hoy tiene una concentración tremenda, nos ofrezca el combo de la AFP, de los créditos, del seguro y de las tarjetas de créditos, ahí todos juntitos, los que estamos aquí, como rebaño, vamos a ir exactamente donde, supongo, no queremos ir, cual es seguir concentrando económicamente al país.
Reclamo con fuerza la AFP estatal, porque aquí el Estado tiene que decir algo; porque tenemos que hacernos cargo de esta diferencia y concentración. Aquí está el poder económico más importante de Chile y nosotros vamos a seguir vistiendo la mona de seda.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el honorable diputado señor Antonio Leal.
El señor LEAL .-
Señor Presidente, en primer lugar, estamos frente a una reforma de carácter histórico, porque comporta un cambio estructural; se vuelve a involucrar al Estado en un rol significativo en el sistema de pensiones; se introduce, a través del Estado, el pilar solidario, de la equidad.
Se establece la pensión solidaria para todos, para quienes tienen o no tienen cotizaciones. Ahí está el Estado, porque si éste no estuviera, por su intermedio, señor Presidente , quiero decirle a la diputada Sepúlveda que sería imposible que hubiera una pensión solidaria universal. Por tanto, el Estado ya está en esto, a través de una pensión para trabajadores dependientes e independientes y, por primera vez, para las temporeras de las regiones Tercera, Sexta y de otras. Van a recibir pensión también los pequeños mineros, los pirquineros, aquellos de sectores populares de nuestros distritos. Ellos, que trabajaron toda una vida, que teniendo, incluso, algún tipo de previsión, no logran completar los años exigidos para jubilar, van a tener una previsión que en este caso va a ser más digna y más amplia.
Esto va a beneficiar, inicialmente, a entre ochocientos mil y un millón y medio de chilenos, especialmente a mujeres. Y es muy importante que se produzca un acceso al mercado individual de parte de este sector que hoy está excluido.
Además, no debiera haber ninguna aprensión de parte de las AFP, de los bancos ni de nadie, porque la entrada al mercado, a través de la pensión solidaria universal, de un millón y medio de personas, quienes van a tener ingresos por primera vez en la vida, va a significar una dinamización de la economía.
Me parece muy importante el elemento del recálculo de las pensiones para quienes ya tienen una pensión a través de este sistema.
En segundo lugar, creo que es muy importante también el rediseño institucional, puesto que se va a modernizar el Ministerio del Trabajo, la Subsecretaría de Previsión, la Superintendencia de Pensiones, el Instituto de Previsión Social, etcétera. Esto va a significar una mayor regulación y una mayor presencia de los órganos del Estado en el sistema.
También es importante que se elimine la comisión fija, porque la manera como se aplica la hace regresiva para un porcentaje importante de los chilenos que fueron traspasados ilegítimamente a las administradoras, sin su consentimiento.
Quiero recalcar que si se lograra subir en 0,5 por ciento la rentabilidad del sistema, las pensiones se elevarían en 10 por ciento para todos; si se pudiera aumentar esa rentabilidad en 1 por ciento, las pensiones se incrementarían en 20 por ciento para todos. Este dato también es relevante.
Soy partidario de que ingresen los bancos al sistema por una cuestión de mercado. Estamos hablando en una economía de mercado, por lo que me sorprende que en la Oposición haya tanta resistencia a este ingreso, porque la posibilidad de que participen más actores, como bancos y compañías de seguro, es la esencia del mercado, ya que hay rebajas en los costos de mantenimiento, pues los bancos tienen costos menores que las AFP. Si se licita anualmente el ingreso de los nuevos afiliados al sistema previsional, habría mayor transparencia y el usuario tendría mayor libertad de decisión, lo que también es muy importante y es parte de la conducta que debiéramos preservar en una economía de mercado. No obstante, como aquí se ha dicho, ya están interviniendo los bancos en una asociación horizontal, pero queremos que tengan una presencia más directa, que puedan competir con las AFP. También me parece importante que se incluya al Banco del Estado para que haya una alternativa del Estado dentro del sistema previsional chileno.
El otro tema que despierta perplejidad y dificultades a muchos es el aumento de las inversiones en el exterior. Muchas prevenciones son comprensibles, porque se va a aumentar hasta el 80 por ciento la posibilidad, regulada por el Banco Central, de invertir, de colocar recursos en el exterior. Creo que es importante colocar recursos en diversas canastas, maximizar la rentabilidad de los fondos, pero protegerlos de las inversiones más riesgosas, por lo que la regulación y la fiscalización que establece la ley y la función que le entrega al Banco Central sobre la materia son absolutamente esenciales. Por lo demás, no creo que nadie piense que se puedan externalizar 80 mil millones de un momento para otro. Ya tenemos el 45 por ciento de los recursos como autorización máxima, por lo que elevar la inversión en el exterior significa disponer de mayores opciones para poder invertir esos fondos.
Otro aspecto que me parece muy importante es el relativo al género. Se debe tener en cuenta que las mujeres son menos expuestas al riesgo que los hombres, por lo que es bueno que se restablezca un pago menor por el seguro de invalidez y sobrevivencia, y que se les otorgue un bono por hijo nacido. No obstante, creo que hay dos elementos que deben ser resueltos, ya sea acá o en el Senado.
En primer lugar, la rebaja de edad para que las mujeres reciban la pensión básica solidaria de vejez, sentimiento bastante profundo y entendible.
En segundo lugar, el adelanto del pago de los 75 mil para los dos quintos, para el 40 por ciento de los más pobres, para el próximo año, en lugar de pagar 60 mil pesos ahora y los 75 mil en 2009; o sea, adelantar el pago de los 75 mil al conjunto de los beneficiados, vale decir, al 60 por ciento que el sistema quiere cubrir, no el 2019. La explicación que se da es la dificultad que existe para configurar un padrón informático y realizar los cruces de información. Eso es algo que hoy estamos en condiciones de hacer, ya que esto no puede quedar hasta 2019, para cubrir el 60 por ciento de quienes tienen derechos y requieren de una pensión de esta naturaleza.
En síntesis, señor Presidente , comprendo que hay muchas aprensiones. Me hubiera gustado un proyecto más radical. Incluso, comprendo a quienes han dicho que quieren eliminar las AFP para volver al viejo sistema, cosa que es imposible, ya que en los pocos países del mundo donde existe el viejo sistema se está caminando a uno bastante parecido al nuestro.
Sin embargo, debemos establecer una regulación mayor, rebajar costos y generar mayores posibilidades de acceso. Hay un buen equilibrio entre el pilar solidario del proyecto y el rediseño que se hace del sistema de AFP, de incorporar a nuevos actores, lo que va a dinamizar el mercado. Comparto que existen los riesgos que aquí se han señalado respecto de la hegemonía que los bancos pueden lograr en el futuro en el sistema, pero creo que es la única manera de garantizar que exista competencia y que funcionen las reglas del mercado en el sistema previsional.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn .
El señor DITTBORN .-
Señor Presidente, llama la atención escuchar a diputados que añoran la vuelta al sistema previsional de reparto. Como soy de los mayores en la Sala, me tocó conocer y estudiar a fondo ese sistema, por lo que puedo decir que el Servicio de Seguro Social, que cobijaba a los obreros en aquel tiempo, tenía una tasa de cotización del 50 por ciento del salario aproximadamente. Se decía que una parte era de cargo del empleador, pero todos sabemos que eso es una ficción, porque parte de eso lo pagaba el trabajador. El 90 por ciento de los obreros que jubilaban en el Servicio de Seguro Social no lograban la pensión mínima.
Las cajas de previsión hacían inversiones realmente desastrosas, por lo que la única pensión que valía la pena era la llamada “perseguidora”, porque “perseguía” el sueldo del trabajador activo. Todas las demás pensiones eran sumamente mediocres.
Algunos diputados añoran el INP y dicen que muchos se quieren cambiar a ese instituto. Lógico, porque se financia con recursos públicos. Todos los bonos, reajustes y la gran cantidad de beneficios que se han otorgado a los afiliados del INP se pagan con impuestos de todos los chilenos. Se ha discriminado en contra de los afiliados a las AFP, porque no se les han dado muchos de esos beneficios.
Muchas personas me dicen que quieren cambiarse al INP. No tengo ningún inconveniente. Creemos un INP para que se cambien, pero con una salvedad: ese INP nuevo no recibiría ningún aporte del Estado para beneficiar a sus afiliados, fuera del pilar solidario que estamos aprobando hoy. Lo crearía, porque considero que debemos desmitificar el sistema de reparto en la seguridad social.
También me parece muy bien que algunas personas se vayan a un sistema de reparto en las cajas de previsión nuevas que se crearían, las que tampoco recibirían aportes del Estado, salvo en lo que se refiera al pilar solidario, en lo que estamos todos de acuerdo. Veamos la rentabilidad que obtendrán esas cajas de previsión y cómo se diseñan los sistemas de reparto.
Reitero, estoy dispuesto a entrar en esa discusión, siempre que esos organismos no reciban aportes del Estados distintos a los que se otorgan a los afiliados de todos los regímenes previsionales.
Como tengo tiempo limitado, quiero señalar las votaciones separadas que va a solicitar la Alianza respecto del proyecto.
En primer lugar, vamos a pedir votación separada del artículo 3º, letra a), que vamos a votar en contra. Creo que estamos de acuerdo con la Concertación en esto, porque queremos que se caiga la norma que fija el requisito de edad de 65 años para que hombres y mujeres reciban la pensión básica solidaria de vejez, de tal manera que el proyecto llegue al Senado sin esa norma, para que se discuta allá. Nos parece de toda justicia que las mujeres obtengan los beneficios del pilar solidario a partir de los 60 años y los hombres de los 65.
En segundo lugar, vamos a votar en contra de dos artículos que crean el Instituto de Previsión Social que administra el sistema solidario.
Creemos que la discrecionalidad que puede existir en la selección del 60 por ciento de la gente con pocos recursos y con 65 años de edad para ser beneficiaria debe preocuparnos. No lo digo porque la Concertación haya tenido problemas de corrupción; creo que es un problema para cualquier gobierno. Debemos sacar del gobierno de turno la administración del pilar solidario y darle características de un programa de Estado. Tenemos que diseñar una institucionalidad no sólo política, sino también involucrar a gente del mundo privado. Por ejemplo, los administradores del Hogar de Cristo, de la Fundación Las Rosas y tantas instituciones de beneficencia que hay en el tema de la ancianidad. Ellos podrían administrar este programa en una mezcla público-privada que sea parte del gobierno de turno y que nos dé seguridad a todos, en el sentido de que esto se administre técnicamente, socialmente y jamás con un criterio político o electoral.
Creo que cualquiera que gobierne deberá querer que esto se administre fuera del gobierno de turno. Es tremendamente peligroso que sea así. En ese sentido, presentamos una indicación en la Comisión para crear una estructura institucional distinta y fue declarada inadmisible. Nosotros votaremos en contra de esos artículos.
En tercer lugar, votaremos en contra del artículo 29, porque queremos que la pensión básica solidaria no esté afecta al 7 por ciento de salud.
En cuarto lugar, votaremos en contra del artículo 31, porque es inaceptable que todas las mujeres de Chile reciban un bono de natalidad, menos las afiliadas a la Caja de Previsión de la Defensa Nacional y a Dipreca. Es una discriminación que no tiene ningún fundamento.
Se dice que la Caja de Previsión de la Defensa Nacional da beneficios muy importantes. Pero no es efectivo. Es cierto que hay algunos que hay que revisar, y estuvimos muy dispuestos a ello cuando la Presidenta de la República era ministra de Defensa . La única condición que pusimos para hacerlo es que no se afectaran los derechos adquiridos de las personas que ya eran parte de las instituciones armadas, sino para las entrantes. Es decir, la idea era que los que quisieran ingresar a alguna de las instituciones armadas evaluaran la mezcla de remuneraciones y beneficios previsionales y decidieran si les convenía.
El Gobierno no estuvo dispuesto a eso y no se aprobó ningún cambio. Pero me parece inaceptable que las mujeres y los jóvenes, en el caso del subsidio juvenil, hijos de personas que imponen o que están jubiladas de las cajas de la defensa o de Dipreca, no tengan acceso a esos beneficios.
En quinto lugar, queremos votar en contra de los artículos 59, Nº 1, y 60, porque no queremos que los Capri tengan relaciones comerciales con las AFP. Nos parece tremendamente peligroso por un problema de corrupción. Los Capri no pueden convertirse en gestionadores ni ser capturados por las AFP para que les lleven a los clientes a venderles rentas vitalicias. Sería un tremendo error, una pésima combinación. Los Capri deben ser solamente informadores del pilar solidario, pero no ejecutores.
Queremos votar en contra del artículo 79, Nº 17, que es la eliminación de la comisión fija, porque tenemos muy pocas AFP en los lugares de bajas remuneraciones y de baja densidad poblacional. Si se elimina, no habrá ninguna AFP en estos casos.
Queremos modificar la licitación del seguro. El cambio en el esquema de la licitación va a llevar a un encarecimiento del seguro de, a lo menos, un 20 ó 30 por ciento, lo que nos parece un despropósito.
Queremos votar en contra de la licitación obligatoria de cartera. Postulamos que fuera voluntaria, pero no fue aceptado.
Vamos a votar separadamente el ingreso de los bancos al negocio de las AFP. Es un punto clave. Aquellos que creen que esto va a significar más competencia están en un profundo error. Les aseguro que los bancos van a comprar todas las AFP. Por lo tanto, de aquí a tres años vamos a tener cuatro bancos y cuatro AFP y aquellos van a ser dueñas de éstas. Eso es grave considerando los créditos, porque en la actualidad el 60 por ciento son otorgados por los bancos y el 40 por las AFP. Se produce una competencia muy sana en el mercado de capitales y da opciones a la gente. Ahora se va a juntar todo en los bancos. Es un tremendo error. Creo que quienes voten a favor se van a arrepentir, porque se darán cuenta de que es una equivocación.
Creo que debemos votar en contra.
Sé que el sistema actual no es perfecto. La competencia debe introducirse de la manera como se hace en Suecia, donde hay una oficina que presta la administración de las libretas. Ahí se pueden lograr economías fiscales. En ese país hay 300 AFP; ó 600, como me decía un señor de la tribuna.
Es un tremendo error pretender más competencia con la incorporación de los bancos. No va a ocurrir.
He dicho.
El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el honorable diputado señor Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente, a veces me da la impresión de que en algunos aspectos hemos ido retrocediendo en el debate. Al comienzo de esta discusión parecía que la Comisión Marcel nos decía ciertas cosas sobre las cuales había acuerdo: que había que mantener la estabilidad y la transparencia del sistema; que eso había sido la base de la rentabilidad de las AFP; que era importante aumentar la competitividad del sistema para que bajaran los costos e incrementar la información para los usuarios.
En una primera etapa, muy pocos objetaban el giro único de la banca y que se incorporara al mercado. Lo vimos con las compañías de seguros. Nadie objetaba tampoco el rol protagónico, preponderante del sector privado en este mercado. Sin embargo, hoy se presentan dos premisas de las cuales hay que hacerse cargo. En primer lugar, se nos presentan los peores augurios. Incluso, se ha llegado a decir que el ingreso del mercado bancario a las AFP significaría el fin de éstas. También se dice que un principio sine qua non es que debe ser incorporada una AFP estatal para que el sistema funcione.
En esta intervención, más allá de referirme a los otros aspectos -ya lo hizo el jefe de bancada-, quiero hacerme cargo de algunas de las premisas planteadas.
Por una parte, se dice que el ingreso de la banca a este mercado aumenta su concentración. Es cierto; en la actualidad nuestro talón de Aquiles en el sistema económico es la concentración. Es un riesgo permanente de nuestra economía. ¿Pero el ingreso de la banca es realmente una amenaza de aumento de la concentración? ¿Es temerario pensar que ese riesgo es mayor que el actual? Basta sólo observar el mercado de las AFP y su evolución para darnos cuenta de que ese mercado sí que está concentrado. De 30 que había hace un tiempo, hoy quedan muy pocas, y todas concentradas precisamente en pocos poderes económicos. Muchas veces son los mismos holdings que representan la propiedad de los bancos.
Por lo tanto, ¿hay algún antecedente que me demuestre que esto se va a revertir? Si realmente lo que nos interesa es desconcentrar el mercado de las AFP, ¿qué medida concreta se propone? Tengo la seguridad de que ninguna. Es más, votar en contra del ingreso de nuevos elementos al mercado consolida un sistema de concentración y discriminatorio, porque todos los bancos que están constituidos con agencias matrices en el extranjero pueden constituir AFP con mucho más libertad que los bancos nacionales. Sin embargo, cuando miramos nuestro mercado bancario, podemos decir con orgullo que es tremendamente competitivo, sobre todo en el contexto latinoamericano. Comparándonos con Brasil, Colombia y Argentina, Chile es una excepción en la competitividad del mercado bancario. Entonces, tiendo a pensar que incorporar un mercado competitivo, como el de la banca, en un mercado concentrado, como el de las AFP, puede contribuir a cambiar la realidad.
También se ha dicho que aceptar la incorporación de la banca al mercado de las AFP nos trae conflictos de intereses casi insalvables. Hoy en la mañana revisé la prensa de los años 90 y, cuando se establecieron ciertas medidas para que los bancos se incorporaran en los negocios de administración de los fondos mutuos y de fondos de terceros, se decían exactamente las mismas cosas. ¿Alguien duda de que fue un acierto incorporar al mercado competitivo de la banca la administración de estos fondos, cosa que en ese tiempo se miraba como la gran amenaza a la estabilidad?
El mejor ejemplo es que la propia Superintendencia ha regulado esto a través de distintos dictámenes en los últimos seis años y ha permitido cierto grado de participación. Una AFP de propiedad del holding de un banco puede compartir imagen, capacitación de personal e, incluso, en ciertos grados coordinar locales a través de ciertas restricciones. La propia Comisión Marcel estableció que había que analizar esta expansión.
También se dice que hay un conflicto comercial de intereses. Es decir, “Te amplío tu crédito, si te afilias a esta AFP”, lo que se conoce como las ventas atadas. Se dice que éstas se producen en la actualidad. ¿Cuántos hemos visto denuncias concretas al respecto? Precisamente, sí las hay, la Superintendencia es la llamada a sancionarlas y fiscalizarlas. La solución de fondo es una mayor regulación de la Superintendencia. Veamos los casos de Hungría, de Polonia, donde el margen del mercado de las AFP no hace atractivas las ventas atadas. A eso debemos apuntar.
Se dice que en la gestión comercial también puede haber un conflicto de interés insalvable. El banco le presta la plata a un deudor que está mal y dicho deudor emite un bono que es comprado por la AFP del banco. Gana el banco y pierden los usuarios. Eso no es efectivo. En Chile eso no se puede hacer, porque tenemos una legislación que expresamente lo sanciona con pena de cárcel y sanciones drásticas. Esto ocurrió en Estados Unidos en la década del 30 y se hizo una ley especial. Hoy no hay ninguna ley seria en el mundo bancario que dé la libertad para hacer esto que en Chile se ve como una gran amenaza. Por lo demás, si nuestro sistema bancario funcionara de esa manera, tendríamos que preocuparnos de regularlo, porque tendríamos en duda nuestra estabilidad económica.
Esto es por dos motivos.
Primero, no cualquier empresa puede emitir un bono. Todos sabemos que deben ser empresas con delimitadas características y, segundo, si un banco quiere comprar una emisión de bonos, sólo puede hacerlo hasta un 20 por ciento, por lo que, tendría que buscar otros cuatro bancos que no sean hermanos para hacer la misma compra. Francamente, estamos pregonando una verdadera colusión de delincuentes que creo que no existe en Chile.
Por otra parte, en Chile ha imperado con éxito el principio de subsidiariedad. Muchos preguntan por qué no crear una AFP estatal o no dar las facilidades para que el Banco del Estado pueda tener una AFP. En verdad, la pregunta correcta no es ésa, sino por qué tenemos que permitir que una empresa pública participe en la gestión de un negocio que es particular, en virtud de lo dispuesto en nuestra Constitución. Siento que han faltado razones positivas y toda la línea argumental que se ha escuchado ha sido para decir por qué no. Y nuestro ordenamiento constitucional nos obliga, por el principio de subsidiariedad, a especificar la razón y ésta es muy simple: los 500 millones de dólares que puede costar la implementación de una AFP serán fondos públicos. ¿Por qué todos los chilenos tienen que absorber ese costo, más aún cuando hemos visto que en los casos en que el Estado se ha intrometido como empresario no ha tenido buenos resultados? Están los ejemplos de EFE, Merval y tantas otras empresas que tuvieron despilfarros.
Por último, si queremos que el Banco del Estado entre al mercado de las AFP, que lo haga de igual a igual. ¿Por qué tenemos que darle el monopolio de la cuenta única fiscal? ¿Por qué no la licitamos para que participe abiertamente? Si se va a aprobar -a mi juicio debe ser con quórum calificado, pero ése es un debate posterior- que el Banco del Estado funcione como AFP, hay que tomar ciertas precauciones especiales. El Banco del Estado no es cualquier banco, no sólo por los montos de dinero que maneja, sino por la afección política que ha tenido durante la historia. Las presiones que esta entidad puede tener no son las mismas que las de otro banco. Por lo tanto, hay medidas que se deben adoptar.
Primero, en los países donde esto ha funcionado, se le exige al banco, para participar en ciertos negocios, en este caso en el de las pensiones, asociarse en algún porcentaje a un ente privado. De esa forma se logra un directorio que controla y que maneja la tensión al interior con mucha más transparencia. En Chile, el Consejo de Alta Dirección Pública, que funciona bien, podría participar directamente en la nominación de los directores de la misma empresa. Reitero que si se estableciera al Banco del Estado, por quórum calificado, como parte integrante de este negocio, hay que tomar medidas especiales.
Respecto de los propósitos que originaron la Comisión Marcel y el objetivo fundamental, creo fehacientemente que la apertura del mercado de las AFP y la entrada del mercado bancario, que es esencialmente competitivo, sin duda, van a cooperar a que aumente la competencia. Como se enseña en el primer año de cualquier carrera universitaria, a mayor competencia, menor costo para los usuarios.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Mulet.
El señor MULET.-
Señor Presidente, asistimos a una reforma interesante y trascendental. Hay aspectos de ella que sin duda son fundamentales para la vida presente y futura de los chilenos de hoy y de los de mañana. Estamos hablando de una reforma al sistema previsional y hay aspectos en los que estamos completamente de acuerdo. Por ejemplo, en el llamado pilar solidario. ¿Cómo nos vamos a oponer a subir la pensión asistencial, a crear esta nueva pensión, a los incentivos para mejorar las pensiones, a los incentivos para dar mayor cobertura a los trabajadores, a los independientes, a los jóvenes; al bono por hijo, al incentivo al ahorro previsional para la clase media? Sin duda, estamos de acuerdo en que en el caso de los sectores vulnerables, que hoy no reciben una pensión digna y que se sabe que no tendrán una pensión suficiente, el Estado, en su rol subsidiario, las complemente de una u otra manera. En el fondo, como hombre de la Concertación, creo que esta propuesta del Ejecutivo viene a consolidar el sistema de las AFP estructurado durante la dictadura militar y a colocar los recursos en aquellos sectores de la población donde la pensión no alcanza, donde con la operación del sistema de las AFP no es posible lograr una pensión digna, donde en definitiva el sistema falla, ya que se concibe en sus orígenes como un sistema en que los trabajadores que cotizaban durante su vida laboral accederían a una pensión digna.
Hoy venimos a consolidarlo, a decir este sistema nos gusta, lo aceptamos -lo digo como Concertación- y nos hacemos cargo de sus falencias.
Me pregunto qué pasa con el discurso, la propuesta que muchos dirigentes de la Concertación históricamente hemos hecho a los trabajadores. No quiero volver al pasado, pero sí recordar los discursos de personeros nuestros de 1985, 1987, 1990, 1994, 1998, etcétera, hasta algunos en la última elección presidencial.
La oferta que se hacía a la ciudadanía era diferente.
Hoy veíamos a un grupo de dirigentes de trabajadores reclamando en las tribunas por la consolidación del sistema de AFP. Una serie de organizaciones nos dejó los antecedentes de su posición de reclamo. No les gusta, no les satisface lo que se está haciendo.
A mí -debo ser bien claro- tampoco. Por cierto, no me opongo al pilar solidario, pero la reforma que se está haciendo no me satisface; hay aspectos que no me gustan.
En algunos puntos iría más allá.
Veintidós o veintitrés diputados de la Concertación presentamos algunas indicaciones que fueron declaradas inadmisibles, pero que reflejaban nuestra postura.
Por ejemplo, no nos gusta la participación de los bancos. Queremos que haya una AFP estatal; que el Estado cree una administradora de fondos de pensiones en conjunto con la Corfo, con la Tesorería, a través de ésta u otra ley, en fin, una empresa del Estado, por las razones que voy a dar más adelante.
Entre otras cosas, planteamos la equidad de edad en la jubilación de la mujer: 60 años, y el acceso a la pensión básica solidaria y al bono por hijo nacido vivo; la posibilidad de que los trabajadores independientes también se incorporen a las AFP; la subcontratación de servicios administrativos o back office con más claridad que lo que contempla el proyecto; el establecimiento de ciertas limitaciones en los directorios de las AFP.
Pero también hicimos una propuesta que iba un poco más allá. Como todo el mundo sabe, durante los últimos cinco años las sociedades administradoras de fondos de pensiones han tenido una rentabilidad del orden del 25 ó 30 por ciento anual, en circunstancias de que la rentabilidad de los fondos de los trabajadores ha sido aproximadamente de 7,3 por ciento anual. Nosotros propusimos, que ese exceso, ese lucro -hoy legal, legítimo- que tienen las administradoras se comparta. Nos parece justo y legítimo que toda la rentabilidad que se obtiene con la administración de los fondos de los trabajadores vaya a manos de los trabajadores, al menos en la fórmula que planteamos en la indicación.
Nuestros propios compañeros y algunos camaradas de la Concertación nos dicen que estamos equivocados. Pero yo propongo que revisemos nuestras propuestas de hace algunos años y digamos que estábamos todos equivocados, o que nuestros dirigentes estaban errados, o digamos las cosas derechamente: cambiamos de posición, hoy creemos en este sistema que tanto y tan duramente criticamos por muchos años.
Es importante aclarar eso especialmente a los electores.
¿Por qué no buscar un sistema donde los trabajadores puedan participar en la administración de sus fondos con claridad, que tengan control, alguna injerencia, pero no de la manera tibia y suave que hoy se plantea a través de una indicación que, según entiendo, fue acogida?
¿Por qué no establecer límites al poder político que tienen las AFP para nombrar directores en otras empresas que controlan con los recursos de los trabajadores y con cuya información y participación sin duda hoy se hacen o se pueden hacer negocios legítimos con terceros, respecto de los cuales no disfrutan los trabajadores que no participan en las AFP?
Incluso -y no quiero mezclar las cosas-, a veces los controladores de las sociedades anónimas hacen uso y abuso de la información. Recordemos la situación que le ocurrió a Piñera hace algunos días.
El diputado Nicolás Monckeberg señaló que en una empresa del Estado puede haber abusos. Bueno, puede haberlos si no se hacen bien las cosas. Pero también hay abusos en la empresa privada con el uso de la información, como en el caso mencionado y, a lo mejor, en muchos otros.
Entonces, si bien estoy de acuerdo con el proyecto en una parte importante, creo que aquí el Gobierno, la Concertación, conglomerado al cual pertenezco, cede y no entra derechamente al fondo como a mí me hubiera gustado.
Y lo que me preocupa en el contexto de esta iniciativa se relaciona con la incorporación de la banca.
No confío -y así lo digo- en la incorporación de la banca. Me interesa que quienes administren los recursos previsionales se dediquen exclusivamente a eso. No me gusta esta mezcla. Y podrán establecerse miles de controles, pero aún así no me gusta.
¿Será desconfianza? ¿Mi razón será subjetiva? Sí, es subjetiva. Hay antecedentes. Hace un momento recordé lo de LAN Chile. Pero también hay otra información.
¿Qué pasó con los bancos en el Plan Transantiago? Entraron a administrar y nos dijeron que las tarjetas de crédito también iban a ser Bip, para poder usar la locomoción colectiva. ¿Y qué pasó? La historia la sabemos todos. Hubo fallas -por las razones que sean-, pero los bancos no respondieron y terminó haciéndolo el Estado, el Fisco, todos los chilenos. O sea, ellos estaban sólo si había utilidades. ¡Ahí sí! Pero en las pérdidas de este sistema, que se supone que es transitorio, tenía que ir el Fisco.
Yo no confío.
Los argumentos los han dado distintos diputados. Me han llegado e-mail de un lado y de otro. Algunos se contradicen. Me llegó una carta del señor Somerville. Me fue enviada otra carta contraargumentando, en fin.
Termino mi intervención -siempre el tiempo se hace breve- señalando que creo firmemente en la necesidad de que exista una AFP estatal que cumpla un rol regulador, de control; que me parece malo que la banca ingrese al sistema, no así las compañías de seguro o las cajas de compensación u otras fórmulas. Pero los bancos son bancos, y las AFP son AFP.
Termino recordando el sabio relato popular de la rana y el escorpión. Una vez que la rana atraviese el charco con el escorpión en la espalda y éste la mate, nos van a decir: “Es mi naturaleza”. La naturaleza de los bancos es ejercer el oficio y la profesión de banco. Los recursos previsionales son sagrados.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Quintana.
El señor QUINTANA.-
Señor Presidente, estamos en presencia -qué duda cabe-, y pongamos las cosas en perspectiva y en su lugar, de una de las más grandes transformaciones de las últimas décadas y que apunta precisamente a los sectores de menores ingresos, lo que en este Gobierno se ha denominado la “protección social”.
Recordemos que hace poco más de un año y medio las pensiones mínimas estaban en casi 39 mil pesos, y apenas asume la Presidenta Bachelet ellas experimentan un incremento de 10 por ciento. Eso tiene relación con el pilar solidario
Pero aquí lo fundamental es que hay un Estado capaz de repartir utilidades, que está creciendo a niveles que no lo hacía antes y que hoy tiene tasas de desempleo muy bajas, que bordean el 6 por ciento -incluso en los Gobiernos de la Concertación estuvimos durante casi una década en aproximadamente el 10 por ciento-, y donde tenemos una expansión del gasto que va a seguir creciendo.
Por lo tanto, hay que asumir esto con un sentido de responsabilidad en el futuro para que las pensiones puedan entrar en régimen y ser pagadas, porque hablamos de pensiones de por vida.
En definitiva, lo que se consagra es un sistema de protección social donde lo que importa son las personas de mayor edad y de menores ingresos, porque es ahí cuando en la vida se empiezan a sentir muchas inseguridades y temores en torno a los cuales se mueve la gente, especialmente, cuando se llega a los 60 ó 65 años, que es cuando, incluso, aparecen las enfermedades.
Después de analizar la encuesta Casen, cabe preguntarse: ¿qué hace que una familia sea indigente? Sin duda, la falta de empleo y de ingresos. Y, precisamente, esta reforma aborda esos temas de manera integral. Por eso, es importante destacar el pilar solidario, expresado en la pensión básica solidaria; el pilar contributivo, expresado en el aporte previsional solidario, que va a beneficiar a muchas familias que estaban en un sistema a punto de colapsar por la gran cantidad de cotizantes que hoy no pueden pensar en jubilar, porque su sueldo en actividad se reduce a un tercio. Es un tema que afecta a muchos chilenos, no sólo a los de los quintiles de más bajos ingresos.
Si uno revisa los distintos capítulos del proyecto, nos encontramos con temas muy relevantes, como la bonificación por hijo para las mujeres; la compensación económica en materia previsional, en caso de divorcio o nulidad; la cotización voluntaria; el subsidio a las cotizaciones de los trabajadores jóvenes y la obligación de cotizar de los trabajadores independientes.
Si hay algo que está en el espíritu del proyecto y que refleja el esfuerzo que ha hecho la Concertación en materia social es, precisamente, que respecto de los jóvenes que hoy se incorporan al mundo laboral se establecen normas para evitar que el día de mañana, en veinte, treinta o cuarenta años más, tengamos que estar pensando en pensiones asistenciales para ellos por no haber cotizado durante su vida. Por eso, los incentivos que se crean para los primeros dos años de trabajo de los jóvenes que se inician en la vida laboral, les va a significar el pago de una parte importante de su cotización previsional.
Creo que la ampliación del ahorro previsional voluntario colectivo, sin duda, es un punto relevante. No obstante, tengo algunas dudas respecto de la ampliación del beneficio tributario, ya que no queda claro cuándo un empleador se va a sentir incentivado a apoyar a sus trabajadores para el ahorro previsional voluntario colectivo. Pienso que esa materia requiere de una mayor precisión a fin de que, efectivamente, el empleador se esfuerce por mejorar a sus trabajadores por la vía de este ahorro previsional voluntario colectivo.
Por otra parte, la equiparación de la renta mínima imponible para trabajadores de casa particular no cabe duda de que es un tema muy relevante y de dignidad para miles de mujeres que realizan dicha función.
En cuanto a la institucionalidad pública para este sistema de previsión social, por un lado, encuentro muy relevante la creación tanto del Instituto de Previsión Social, responsable, a partir de ahora, de la administración del sistema de pensiones, como la del Instituto de Seguridad Laboral, para abordar todos aquellos temas que no están contenidos en el proyecto, fundamentalmente, en el ámbito contributivo, que hoy ve y administra el INP.
Quiero detenerme un segundo en las modificaciones respecto de las inversiones. Hay cosas positivas, como es la creación de un marco regulatorio favorable para una gestión eficiente de las inversiones de los fondos de pensiones. Pero uno no puede dejar de pensar en lo que ha ocurrido con las caídas en las bolsas mundiales, a raíz de lo sucedido en el mercado inmobiliario norteamericano. Debemos evitar que se afecten los fondos de nuestros más modestos cotizantes. Por eso, posibilitar que el fondo E pueda invertir títulos de renta variable hasta en un 5 por ciento de sus recursos, minimizaría al máximo los riesgos. Los ministros del Trabajo y de Hacienda han señalado que eso está contemplado, que no hay mayores riesgos. Pero creo que, a la luz de los últimos acontecimientos en materia bursátil, debemos permanecer atentos.
Quiero destacar también la modificación en materia de competencia.
Hay un aspecto que ha estado muy presente en este debate -la diputada Isabel Allende lo destacaba hace un rato- y tiene que ver con la equidad de género.
El contenido de la letra a) del artículo 3º, nos inquieta, sobre todo, si observamos que el proyecto, en su globalidad, homologa el sistema no contributivo con el sistema contributivo. Hemos dado muchos pasos al respecto. Debemos recordar que se aprobó -entró en vigencia hace dos meses- el incremento y una automaticidad del subsidio único familiar. Ello significa homologar a los hijos de los pensionados, de la gente de menores ingresos que no cotiza, a la asignación familiar de los que sí tienen un contrato estable.
El proyecto, en general, habla de la homologación y de la integración de los dos sistemas. Por eso, nos inquieta -especialmente a los parlamentarios de la Concertación que lo han mencionado- lo planteado aquí en relación con la edad de la mujer para pensionarse.
Pero no podemos desconocer que, al menos, hay tres beneficios que apuntan claramente a la equidad de género. Efectivamente, más del 60 por ciento de quienes se van a beneficiar con la pensión básica solidaria van a ser mujeres. La separación del seguro de invalidez y sobrevivencia también les va a significar a las mujeres menores costos y la bonificación por cada hijo nacido vivo, equivalente al 10 por ciento de 12 ingresos mínimos.
Finalmente, no puedo dejar de referirme a un tema que ha ocupado gran parte de esta discusión, cual es la incorporación de los mercados. En esto debemos ser claros: los bancos ya están en este mercado, que es pequeño, bastante estrecho, concentrado, donde dos AFP -de las seis existentes- concentran el 60 por ciento de los cotizantes.
Por tanto, me gustaría escuchar propuestas relacionadas con este punto. ¿Qué habría que hacer, entonces, para sacar a los bancos del mercado, porque ya están? El proyecto posibilita que, incluso, las AFP diversifiquen su accionar. Algunas AFP se van a especializar en administradoras de fondos de pensiones, y otras, en administradoras de carteras de cotizaciones; pero -insisto- los bancos ya están en el mercado. El BBVA controla a Provida; el Banco Penta, a Cuprum; el Banco Santander Santiago, a Santander AFP ; Citibank, tiene acciones en Habitat y, por la vía del holding, también entrará el Banco de Chile. Son muy pocos los bancos que no están en el mercado. Incluso, los parlamentarios que se oponen a que entren los bancos, han señalado y reconocido que, a más competencia, mayores beneficios. Algunos defienden la competencia, cuando ella significa el 20 por ciento de las utilidades para las AFP; pero se olvidan, cuando ésta puede significar mayores beneficios para la gente de menores ingresos. Ese es el tema central que tenemos que sincerar.
Por lo tanto, los votos de mi bancada van a estar disponibles para aprobar una reforma histórica, que hace justicia a millones de chilenos, y que le va a dar tranquilidad a esa población que hoy siente una enorme inseguridad, especialmente, cuando se acerca a los 60 ó 65 años de edad y no tiene cómo enfrentar una vejez tranquila y libre de sobresaltos. El proyecto recoge esos temas.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado don Raúl Sunico.
El señor SÚNICO.-
Señor Presidente, hoy la Cámara de Diputados vive un momento histórico, ya que se discute un tema que interesa al conjunto de los chilenos, la reforma previsional, que forma parte de un sistema de protección social al cual se comprometió la Presidenta de la República durante su campaña y que se está llevando a cabo en forma rigurosa. Esto es muy importante, porque cuando postulan los candidatos a la Presidencia de la República , normalmente plantean un programa que nunca cumplen; no obstante, aquí se está dando cumplimiento al sistema de protección social prometido.
En Chile existen muchos temores a envejecer y no saber de qué se va a vivir; a tener hijos y no saber cómo educarlos; a que –cuando llegamos a la etapa de adulto mayor- las viviendas se empiecen a deteriorar y no tener recursos para su reparación. Para este conjunto de preocupaciones y temores que tiene la sociedad chilena, se han elaborado un conjunto de iniciativas legales y presupuestarias que han ayudado a superar esos temores; a generar un sistema de protección social que le dé tranquilidad a la gente y les permita vivir una vida más feliz.
De ahí que sea tan importante la generación de un sistema de pensiones solidarias. Cuando recorremos nuestros distritos -en mi caso, Talcahuano y Hualpén-, conocemos a muchas personas que trabajaron en el plan de empleo mínimo, durante el gobierno militar, a las que no se les enteraron sus cotizaciones, debido a lo cual tienen tremendas lagunas previsionales y no pueden acceder a una pensión. Los trabajadores de las ferias, los pescadores artesanales, los recolectores de algas, los lustrabotas, los comerciantes ambulantes, todos muy esforzados, pero que no cotizan, ven con muchas esperanzas el sistema de pensiones solidarias, porque ello les permitirá tener ingresos más seguros durante su vejez. La reforma perfeccionará el actual sistema de capitalización individual y, por otro lado, creará el sistema de pensiones solidarias, que cubrirá a quienes, por diversas razones, no logran ahorrar lo suficiente para financiar una pensión digna.
Se considera que en 2010 existirán más de 800 mil beneficiarios del sistema de pensiones solidarias, y que en 2017 alcanzarán a alrededor de 1,5 millones de personas en régimen. Espero que durante la tramitación del proyecto en el Senado estos plazos que establece la reforma previsional sean acortados, con el objeto de que la gente pueda acceder antes a los beneficios.
La pensión básica solidaria empezará a regir el 1º de julio de 2008, con un monto de 60 mil pesos, llegando el 1º de julio de 2009 a los 75 mil pesos, que corresponderá a la pensión básica solidaria para todos los chilenos, hayan o no hayan cotizado en el sistema de pensiones y siempre que estén dentro del 60 por ciento más pobre de la población.
Se efectúa también una reforma muy importante de la institucionalidad del sistema previsional, fortaleciéndose las facultades fiscalizadoras. Se crea el Instituto de Previsión Social, que será responsable de la administración del sistema de pensiones solidarias de los regímenes previsionales que administra el INP y de los centros de atención previsional integral. Estos centros estarán destinados a prestar servicios de tramitación previsional, así como a garantizar la información a todos los usuarios en forma imparcial y sin conflictos de intereses de por medio.
Se amplía la participación ciudadana. Con la reforma previsional se promoverá la participación de los usuarios del sistema de pensiones. En la Comisión de Hacienda presentamos un alegato, que terminó transformándose en una indicación del Ejecutivo que recogió el tenor del debate habido en la Comisión, lo que permitirá que haya comisiones de usuarios por cada una de las AFP, de manera que éstos sepan exactamente dónde están depositados sus fondos de pensiones y cómo operan las empresas.
Se avanza en temas sobre equidad de género. Las mujeres serán las principales beneficiadas con el sistema de pensiones solidarias. Se considera que más del 60 por ciento de las pensiones básicas solidarias serán recibidas por mujeres.
Se otorga un bono por cada hijo nacido vivo y se separa el seguro de sobrevivencia que, además, será pagado por el empleador, de acuerdo con la discusión habida en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.
Asimismo, existirá mayor cobertura para los trabajadores independientes. Se iguala su situación de derechos y obligaciones de cotizaciones con la de los trabajadores dependientes. Los trabajadores independientes tendrán acceso a todos los beneficios del sistema de pensiones solidarias, a la asignación familiar y podrán afiliarse a las cajas de compensación. La afiliación obligatoria será gradual.
Sin duda, también debemos avanzar más rápido respecto de las cotizaciones de los trabajadores independientes. Tal como están redactado las disposiciones del proyecto de ley, el proceso todavía es muy lento. Es más, el Estado también debe dar el ejemplo avanzando en el pago de las cotizaciones previsionales de los trabajadores a honorarios de la Administración Pública.
También existirá mayor cobertura para los trabajadores jóvenes. Se introduce un conjunto de medidas para generar mayor competencia y menores costos en el sistema de las AFP, disminuyendo las comisiones.
Respecto del ingreso de los bancos a este mercado, como bien se ha planteado aquí, existe absoluta claridad, en cuanto a que, prácticamente, la gran mayoría de los bancos ya forma parte del sistema de las AFP. Lo que se está haciendo aquí es tratar de aumentar la competencia y, por lo menos, para nosotros tiene enorme importancia que el Banco del Estado quede facultado para constituir una AFP. Sin duda, eso será un incentivo muy importante para que los trabajadores independientes tengan confianza en cotizar, porque el tema de fondo es que tenemos que asegurar que exista un mayor fondo de cotizaciones por trabajador. ¿Por qué? Porque las expectativas de vida de los chilenos están aumentando cada vez más. Cada vez que mejoramos un hospital, la alimentación, las condiciones de vivienda y la cobertura de alcantarillado y agua potable, generamos condiciones que aumentan las expectativas de vida de las personas. Precisamente por eso necesitamos que cada cuenta individual tenga cada vez más recursos, porque las personas van a vivir más años y van a percibir durante más tiempo las pensiones. Por ello, es necesario bajar las comisiones y aumentar la competencia, permitiendo un mayor porcentaje de inversión de los recursos previsionales en el extranjero, a fin de asegurar mayor rentabilidad. Por eso, para mejorar la competencia y la rentabilidad es muy importante el ingreso de los bancos y de las compañías de seguros al sistema de las AFP.
También se avanza en forma muy importante en el ahorro provisional voluntario, tanto colectivo como individual, aspecto muy relevante para que la clase media pueda hacer uso de los incentivos tributarios a fin de mejorar sus fondos de pensiones y, por lo tanto, sus pensiones.
Sin duda, la Cámara ha jugado un rol muy activo en el debate de este proyecto. Son muchas las modificaciones que se han introducido al proyecto de ley, tanto en la Comisión de Trabajo como en la de Hacienda. Los diputados de la Alianza por Chile y de la Concertación presentaron un conjunto de indicaciones durante el debate, y de muchos los puntos han sido bien acogidos, lo que ha permitido mejorarlo.
Por ejemplo, el seguro de sobrevivencia será pagado por el empleador, habrá mejoramiento de la cobertura del APV para la clase media y rentabilidad por hijo, que se pagará a cada mujer. Respecto de la declaración del no pago de cotizaciones, se introduce una serie de modificaciones tendientes a lograr una mejor recaudación e impedir la evasión que existe en muchos casos.
Lo mismo ocurre con el mejoramiento de la participación regional en los recursos del Fondo para la Educación Previsional y en los mecanismos de subcontratación de servicios por las AFP, y con la participación del Instituto de Previsión Social en el financiamiento de las comisiones médicas para la calificación de invalidez. Asimismo, hay normas que mejoran las facultades de fiscalización de la Superintendencia para la protección de los intereses de los afiliados. Se crea la figura del inspector delegado, cuando existan dudas sobre el destino de los fondos y para asegurar que los fondos de los trabajadores y de las trabajadoras están bien resguardados. Se generan mecanismos de sanción para determinados casos vinculados a la incorporación de los bancos. Se entregan más facultades a la Superintendencia para recabar información sobre las operaciones bursátiles, a fin de evitar conflictos de intereses. Se mejora el requisito de residencia para los carentes de recursos y para los exiliados. Se fortalece, como ya lo mencioné, la participación de los usuarios, y se amplía a las compañías de seguros la posibilidad de constituir AFP, precisamente, para mejorar las condiciones de competencia.
Pero aún queda mucho por avanzar, y espero que durante su tramitación en el Senado el proyecto se siga perfeccionando. Es necesario mejorar la gradualidad, porque no es posible esperar hasta el año 2017 para lograr coberturas totales, y perfeccionar el aporte previsional solidario. Si lo llevamos a valores actuales atendidos los indicadores de inflación que tenemos, correspondería a 170 mil pesos. También se requiere rapidez en los mecanismos para la incorporación de los trabajadores independientes al sistema.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Alberto Robles .
El señor ROBLES .-
Señor Presidente, estamos ante una reforma al sistema de pensiones que, a mi juicio, ya había sido malamente modificado hace 27 años.
En la época de la dictadura, con todo el poder en la mano, el gobierno militar terminó con el sistema de reparto para la gran mayoría de los chilenos, excepto para las Fuerzas Armadas. ¡Qué cosa -diría- más inverosímil! El sistema de reparto se termina para todos, excepto para las Fuerzas Armadas. Y hoy tenemos a las Fuerzas Armadas con un sistema de reparto al que hay que colocarle platas del Estado.
El diputado Dittborn decía que no le gusta colocar platas del Estado en el sistema de reparto, y el sistema previsional de las Fuerzas Armadas recibe casi el 1 por ciento del producto interno bruto, PIB, todos los años. Este tema no se discute en este proyecto. Sin embargo, creo que debemos hacer una reforma importante a ese sistema de reparto.
Sin embargo, el sistema de capitalización individual que heredamos de la dictadura tendrá una reforma sustancial y vamos a volver a un sistema de reparto, a un sistema mixto para la gente de recursos más bajos. Porque el sistema de pensiones solidarias que se crea no es otra cosa que eso. Con los impuestos de todos los chilenos vamos a pagar pensiones a quienes no pueden recibirlas porque no son capaces de cotizar para su propia capitalización individual. En definitiva, tendremos un sistema de reparto para los más pobres.
En segundo lugar, tendremos el sistema de las AFP, de capitalización individual, para los dependientes que sí pueden aportar. Me parece muy bien como se ha enfocado el sistema de reparto. Es un notable avance volver a contar con un sistema de reparto para los más pobres en la forma que se plantea, pues es universal. El sistema abarca a todos los chilenos y chilenas, a los que cotizan, poco o mucho; a los que nunca han cotizado, a los enfermos, a los sanos, a todos.
Es extraordinariamente positivo que el sistema de reparto que vamos a aprobar vaya en la línea correcta, que incluya el pilar solidario. Un correcto sistema de reparto en un país que debe ser solidario.
La nueva institucionalidad del Estado que se crea debe llegar a todas las comunas. Las instituciones se van a tener que desplegar por todo el país para entregar información adecuada, con mirada de Estado. Desde ese punto de vista, el sistema de reparto, el pilar solidario, me parece impecable. No haré mayor cuestión de eso, a pesar de mis diferencias en algunas normas pequeñas.
Sin embargo, el sistema de capitalización individual, las AFP, es reformado mediante este proyecto para tratar de lograr mayor transparencia -por eso la existencia de los comités de usuarios-, regulación -por eso se otorga más facultades a la Superintendencia- y competencia. Quiero detenerme en este último punto, porque es el más discutible.
Efectivamente, la mayor competencia del sistema de las AFP no se logra con la entrada de los bancos y de las aseguradoras. La mayor competencia que se quiere dar al sistema de las AFP busca mayor rentabilidad y menores comisiones para los trabajadores, a fin de que esta industria no actúe en forma usurera con los beneficiarios.
¡Quién mejor que el Estado para ser la contraparte! Cuando en este tipo de sistemas, al Estado es la contraparte, podemos tener mayor competencia. El Estado no tiene fines de lucro, no quiere ganancias para sus ejecutivos y accionistas. Los accionistas somos todos los chilenos; por ende, lo que desea es dar mejor servicio.
Por lo tanto, la mejor competencia para las AFP no es otra que la AFP del Estado. Digámoslo así, con claridad, la AFP del Estado. Ésa es la real competencia. No se da entre bancos y aseguradoras y lo demás. Ellos tienen una intención distinta, como lo dijo el diputado señor Mulet , la rana tiene su condición y siempre será rana. Aquí, la competencia la dará la AFP del Estado.
Por eso, presentamos una indicación en ese sentido en la Comisión de Hacienda -ojalá cuente con el patrocinio del Ejecutivo- para crear una AFP del Estado, apoyada por el Estado. Se me ocurre que la Concertación le dará su apoyo. El Ejecutivo debería implementarla, porque permitirá saber quienes queremos AFP del Estado para que haya mayor competencia y quienes no.
El Ejecutivo planteó que la forma de que haya una AFP del Estado es a través de la incorporación de los bancos y del Banco del Estado. No comparto la visión del Gobierno, pero el Banco del Estado debe crear la AFP del Estado.
Estamos en un sistema presidencial. A mí no me gusta, creo que debemos cambiarlo. Al parecer, los presidentes de los partidos que conforman la Concertación se han acostumbrado a ese sistema, porque tiene harto poder.
No sé qué pasaría si llegara a la Presidencia de la República una persona populista y utilizara ese tremendo poder con una visión populista del Estado. No sé cómo veríamos a Piñera, sentado en el sillón presidencial, con este tremendo poder.
Dado que estamos en un sistema presidencial -tratemos de cambiarlo luego-, sólo la Presidenta de la República puede dar claridad respecto de este tema. Creo firmemente en el ministro del Trabajo y Previsión Social , Osvaldo Andrade , porque sé que se la ha jugado por tener una AFP del Estado y que el Banco del Estado tenga su AFP. Comparto su posición, pero de repente me cuesta creer en otros actores por lo ocurrido en el pasado reciente.
Por ejemplo, en virtud de la ley de subcontratación el vicepresidente de la Enami hizo lo que debía y contrató al personal subcontratado. Era lo que correspondía, lo justo y correcto. Sin embargo, el vicepresidente de Codelco no contrató a quienes están en la línea productiva del cobre, los que siguen en las empresas subcontratistas, con sueldos y condiciones distintos. Repito, estamos en un sistema presidencialista, y las presidencias de los directorios de la Enami y de Codelco recaen en la misma persona. ¡Raro!
Por lo tanto, debemos tener una AFP del Estado, la que debe ser rápidamente puesta en marcha. Me asisten dudas más que razonables cuando el señor Mardones , miembro de uno de los partidos de la Concertación, plantea en forma pública que no le parece mucho esto de que el Banco del Estado tenga una AFP.
Para una AFP del Estado, la vía que plantea el Gobierno es el Banco del Estado y quien debe ejecutar esa política expresa cosas distintas, entonces, me surge la duda en cuanto a si vamos a tener una AFP del Estado o, eso es, simplemente, para darle en el gusto a los banqueros de Chile, al Banco de Chile, al BCI, etcétera, a fin de que se incorporen a la industria de las AFP, donde hay claros conflictos de interés en las inversiones, en los productos, en los beneficios, en una cantidad enorme de cosas, que no sé si beneficiarán a los trabajadores. Y a mí me interesa favorecer a los trabajadores, no a los banqueros.
En la Comisión, me abstuve en este punto. Además, el Partido Radical quiere claridad, porque con visión de Estado piensa en la función del Estado. En ese sentido, y en un sistema presidencial, pedimos que se actúe con claridad absoluta, que se asegure que no habrá Mardones que impidan la creación de la AFP del Estado.
Pido seguir adelante con la AFP del Estado, que votemos esa indicación y veamos qué pasa. Nosotros entregaremos los votos para que el Banco del Estado esté a cargo de la AFP del Estado. Necesitamos certeza, la que en un régimen presidencialista es dada por la Presidenta de la República , por los ministros, ni los jefes de servicios, ni el presidente del Banco del Estado , ni ningún otro. En un régimen presidencial, sólo la Presidenta de la República da seguridad de su compromiso.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Javier Hernández .
El señor HERNÁNDEZ .-
Señor Presidente, el perfeccionamiento del sistema previsional vigente es una necesidad imperiosa y la oportunidad en que lo estamos tratando no puede ser mejor, ya que recientemente la Presidenta de la República ha nombrado el consejo asesor para la equidad social, cuya fundamentación está absolutamente ligada con lo previsional, sobre todo porque el proyecto aborda de manera muy clara el drama de las jubilaciones insuficientes y la discriminación de la mujer en esta materia.
Si el proyecto se despacha, como es de esperar, podremos decir que Chile está dando un impulso importante en el mejoramiento de la equidad, que es el resultado que busca el consejo recientemente formado.
Como este tema está tan ligado con ese consejo, en el cual muchos chilenos cifran grandes esperanzas, quiero destacar el espíritu abierto y de generosidad de la Presidenta de la República al convocar entre sus miembros a Joaquín Lavín , quien fuera uno de sus contrincantes en la última elección presidencial. Este gesto la enaltece y demuestra que lo social debe ser el gran eje de las políticas de Estado.
Pero también, y por qué no decirlo; quiero manifestar que de parte de Joaquín Lavín también ha habido un acto de generosidad al aceptar ser uno más entre 48 personas, que trabajarán en un tema tan sensible para los chilenos.
Esto habla bien de nuestra democracia y demuestra que lo principal es tener una visión de futuro y que hay que trabajar en temas que nos unen. Así gana Chile.
Con respecto al proyecto en debate, destaco positivamente las mejoras en las jubilaciones mínimas y la apertura para que más chilenos puedan tener este derecho luego de una larga vida laboral.
Considero positivas e ingeniosas las fórmulas planteadas para aumentar las cotizaciones de quienes laboran en forma independiente y, por supuesto, las numerosas iniciativas tendientes a que la mujer chilena pueda tener una jubilación después de una vida de sacrificios por sacar adelante a su familia.
El hecho de premiarla con un bono por los hijos nacidos vivos es un avance y también un incentivo, sobre todo cuando vemos que las tasas de natalidad en nuestro país disminuyen a límites peligrosos, lo que hace prever que en algunos años más seremos mayoritariamente una sociedad de un promedio de edad demasiado alto. Seremos una sociedad mayoritariamente conformada por adultos mayores, por lo que urge estar preparados para esta realidad, y creo que el proyecto avanza correctamente en ese sentido.
El sistema previsional chileno es una de las cosas buenas que se han realizado. Su modelo ha sido y sigue siendo imitado en muchos países, incluso en naciones más desarrolladas que la nuestra.
Los países que aún tienen sistemas mal llamados solidarios, en que el Estado es el que afronta esta responsabilidad, están en serios problemas, debido a que la gente vive más y a que, por la baja natalidad, ha disminuido notablemente la fuerza de trabajo, por lo que hoy están colapsados.
Por la visión de quienes iniciaron este sistema, en Chile podemos dedicar al Estado a responder y subsidiar a quienes más lo necesitan, y no a toda la población como sucedía en el antiguo sistema.
Echo de menos, eso sí, un punto que es un anhelo de los jubilados, sobre todo de los que perciben las pensiones más bajas, como es la eliminación del 7 por ciento para salud. Ellos han cotizado toda una vida y lo más seguro es que por muchos años no utilizaron los sistemas de salud, por lo que su aporte de más da para que el Estado no lo descuente en la etapa de su vida que más requieren del sistema. Este beneficio debería ser, a lo menos, fijado para toda pensión inferior a los 250.000 pesos.
Considero positiva la nueva estructura administrativa para regular y controlar el sistema, pero espero que sea implementada con funcionarios idóneos de las instituciones que hoy tienen estas responsabilidades y que sus plantas sean lo más acotadas a las necesidades, sin asesores ni múltiples funcionarios a contrata y a honorarios, que desvirtúen sus propósitos. Hay que crear eficiencia y no burocracia.
Pero, hay un aspecto en el que no puedo estar de acuerdo. Me refiero a la entrada de los bancos al sistema de AFP. Tenemos cada día menos bancos, debido a las fusiones, por lo que la concentración del dinero hoy está en muy pocas manos. Eso, desde todo punto de vista, no sólo no es sano, sino que lo considero peligroso.
Por otra parte, muchos tienen grandes deseos de que, de aprobarse esta norma, el Banco del Estado cree una AFP, la cual sería una nueva empresa del Estado. Esto no sólo no se justifica, sino que saca a esa institución bancaria del fundamento que le dio vida.
Hoy, es una institución bancaria más y no la veo cumpliendo un rol de apoyo y de impulso a los medianos y, sobre todo, a los pequeños empresarios de nuestro país.
Día a día, los pequeños agricultores de mi zona ya no cuentan con este banco y el trato que reciben es el mismo que les dan las otras instituciones financieras.
El Banco del Estado compite con los privados; gasta millones en publicidad, por lo que, desde mi punto de vista, no se justifica como empresa estatal. Yo creo que se debería revisar su rol, pero no se crea que estoy por privatizarlo. Muy por el contrario, estoy porque vuelva a ser la institución financiera al servicio de la clase media y de los que menos tienen. El resto, déjenselo a los privados.
Por último, creo que la comisión transversal formada por la Presidenta para estos efectos, más las comisiones que se han dedicado a estudiar el proyecto en el Congreso, realizaron un trabajo muy positivo, por lo que espero que finalmente se convierta en una ley a la que no haya que estar introduciéndole modificaciones posteriores, como muchas veces sucede.
Este tema es demasiado vital para Chile y, por ende, debe ser tratado con la mayor amplitud de criterio y sin descuidar, bajo ninguna circunstancia, el rol social del proyecto en comento.
El resto del tiempo lo utilizará el diputado Jorge Ulloa .
He dicho.
El señor JARPA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Jorge Ulloa.
El señor ULLOA .-
Señor Presidente, agradezco al diputado Hernández .
Sólo deseo destacar los avances del proyecto, tal cual lo ha señalado el diputado Javier Hernández , sin perjuicio de lo cual deseo anunciar reserva de constitucionalidad respecto del artículo 31, que excluye expresamente a los pensionados o imponentes de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional y de la Dirección de Previsión de Carabineros, Depreca, de las disposiciones y beneficios del sistema solidario. Ese artículo transgrede, clara, lisa y llanamente, el artículo 1º de la Constitución Política, que señala: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”
Además, también transgrede flagrantemente el capítulo III de la Carta Fundamental, toda vez que va en contra de su artículo 19, Nº 2º, que consagra la igualdad ante la ley, y que establece que ”En Chile no hay personas ni grupos privilegiados.”
El artículo 31 del proyecto, además, transgrede el número 3º del artículo 19 de la Constitución chilena, que se refiere a “La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.” Dicho artículo viola las disposiciones de la Carta Fundamental a que he hecho alusión y por esa razón planteo la reserva de constitucionalidad, porque estimo que a personas que han entregado su vida al servicio de la patria se les niegan derechos establecidos y ganados, por muchos de ellos con más de 30 años en funciones, incluso algunos fallecidos en actos de servicio. Eso resulta inaceptable para quienes hablan de igualdad y de equidad en el país.
He dicho.
El señor JARPA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Alberto Cardemil.
El señor CARDEMIL .-
Señor Presidente, ratifico lo que los diputados de la Alianza han planteado en esta larga sesión, en orden a apoyar y aprobar la orientación general de este importante proyecto.
No cabe duda alguna de que una de las grandes transformaciones del siglo pasado, efectuada, guste o no, por el gobierno militar, fue la modernización del sistema de previsión social, viejo problema que había sido el quebradero de cabeza de los anteriores presidentes de la República, pero que se resolvió con el establecimiento del actual sistema previsional.
El proyecto amplía y profundiza el sistema de previsión social en aspectos contundentes e importantes, y -digámoslo claramente- lo relegitima. Además, innova en una cuestión medular al crear el llamado “pilar de la solidaridad.”
Sin perjuicio de estar de acuerdo con el proyecto, tenemos algunos reparos que haremos presentes a lo largo de la tarde y que mañana expresaremos en las votaciones. Desgraciadamente, ha sido imposible presentar indicaciones, porque el sistema de urgencias priva a los parlamentarios de esa posibilidad. Incluso, creo que linda con lo ignominioso el hecho de que uno vaya a la testera a plantear una indicación, y que ésta ni siquiera pueda ser recibida debido a que el sistema de urgencias lo impide. De todos modos, nuestros reparos se orientan en una sola dirección: desburocratizar el sistema. La idea es evitar que las platas queden enredadas en burocracia y en administración, de modo que lleguen al fin que corresponde: otorgar mejores pensiones a las chilenas y a los chilenos. En esa línea han ido todas las sugerencias e indicaciones formuladas en las comisiones de Trabajo y de Hacienda por la alianza y en tal dirección irá su votación en la sesión de mañana.
Ahora, gran parte de la discusión se ha centrado en un tema que francamente no considero el más importante del proyecto: la inclusión de los bancos en la propiedad y administración de los fondos previsionales. Creo que es extraordinariamente discutible. Ha habido debates apasionados al respecto. Incluso, he escuchado, en público y en privado, los planteamientos de representantes de las AFP y de la Asociación de Bancos, y me he encontrado con argumentos contundentes hacia un lado y hacia otro. En principio, uno siempre debería estar de acuerdo -al menos, los que pensamos en una sociedad libre- en incrementar la competencia, por cuanto ella permite otorgar un mejor servicio al ciudadano común y corriente. Por lo tanto, deberíamos votar a favor de que los bancos administren fondos provisionales, pero no soy partidario de cualquier incorporación de los bancos, sino de una regulada, que salvaguarde el giro único, que es, que ha sido y que debe seguir siendo fundamental en las AFP. En ese sentido, dicha regulación debe poner una muralla China entre los conflictos de interés bancarios o comerciales y el sistema previsional, de modo de impedir el peligro de que existan carteras coaligadas, etcétera.
Por lo tanto, dado que no es posible presentar indicaciones y en consideración a que éste es el primer trámite de una carrera de larga distancia, quiero señalar que estoy meditando sobre cómo voy a votar en la sesión de mañana, aun inclinándome en la línea de que se incorporen los bancos. En todo caso, mi voto será “provisorio”, podríamos decir, pues tendremos que ver, en el tercer trámite constitucional, si el Senado reguló lo suficiente la incorporación de los bancos al sistema previsional.
El tema de fondo es el siguiente. Uno siempre debe aspirar a establecer normas parejas para los actores de la economía y de la sociedad. Ésa es la razón de ser del Estado. Si se vota en contra de la incorporación de los bancos, vamos a quedar con normas disparejas. Me gustaría que participaran todos los bancos en el sistema previsional, especialmente los más chicos. ¿Qué tenemos hoy? Sociedades de personas dueñas de bancos y de AFP, generalmente compradas en el exterior, en Ámsterdam o en Nueva York. ¿Por qué no pensar en el acceso a la propiedad de las AFP de bancos en Chile, de bancos de todo tamaño, que también lleven en sus negocios a los accionistas y no sólo a los controladores de las grandes organizaciones financieras? Mi posición -reitero- se orienta en la línea de tener normas de juego parejas y una incorporación regulada de los bancos.
Hay muchos diputados que están meditando su voto. En todo caso, votando a favor o en contra, la idea es tener un mejor sistema de AFP, un crecimiento en el número de actores y reglas del juego parejas para todos. Eso permitirá que se concrete la idea de este proyecto, que es ampliar, profundizar y relegitimar el sistema previsional chileno.
He dicho.
El señor JARPA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Sergio Ojeda.
El señor OJEDA .-
Señor Presidente, estamos en presencia de un tema que para todos va a ser histórico en cuanto a su presentación y a su discusión. Creemos que con esta reforma podemos solucionar muchas deficiencias del actual sistema de previsión social. Por eso, estamos trabajando para despachar este proyecto, a fin de dar a la gente el sistema previsional que merece.
No obstante, me preocupa que haya sectores que están en desacuerdo con la iniciativa. Tengo en mis manos un panfleto en el que se expresa el rechazo tajante a esta reforma previsional, que estamos tratando con tanta responsabilidad y seriedad, cuyo objeto es solucionar muchos problemas. Dicho panfleto aparece firmado por una organización denominada “Ciudadanos por la libertad previsional”, que acusa que el proyecto en estudio legitima el negociado de las AFP.
Al respecto, quiero votar un proyecto que regule o, al menos, limite los negociados que hacen las administradoras de fondos de pensiones. De lo contrario, la reforma provisional no tendría efecto alguno en la modificación del sistema, sino, por el contrario, significaría perpetuar las pensiones de hambre.
A mi juicio, la iniciativa mejora las pensiones, establece pensiones básicas, etcétera.
En dicho panfleto también se afirma que el proyecto sólo beneficia a los grupos económicos.
Sin duda, estamos en un sistema de economía social de mercado en el que existe mucha concentración del capital, debido a lo cual algunos grupos obtienen grandes utilidades. Desde luego, nos interesa que parte de esas ganancias queden para los beneficiarios, para la gente, para quienes buscan un sistema de protección social idóneo.
Durante muchos años en Chile se ha aplicado un sistema de previsión social que no ha sido la solución ni la respuesta que todo chileno requiere, no obstante que algunos de los principios que caracterizan a la seguridad social son la universalidad y la integridad. Incluso más, la Declaración Universal de los Derechos Humanos insta a los estados y a los gobiernos a mantener un sistema de previsión y de seguridad social justo y adecuado.
Estamos de acuerdo en que existen muchas cosas que se deben puntualizar con el objeto de lograr un sistema justo, de manera que el proyecto en estudio pueda llegar a lo que queremos y que la gente necesita.
Sólo el 20 por ciento de la población mundial cuenta con una protección social adecuada. En Chile, también existen amplios sectores que no tienen una seguridad social apropiada o, sencillamente, carecen de ella.
Las AFP son un gran negocio, pero los beneficiarios tienen escasas expectativas.
El proyecto modifica el decreto ley Nº 3.500, de 1980, que no se estudió en el Congreso Nacional, pues se dictó durante un gobierno autoritario. Ahora, se reforma el sistema, que ha sido leonino y atentatorio contra los derechos de los trabajadores. Al respecto, cabe recordar el daño previsional que aún pena y no se ha podido resolver.
Ahora, se introduce la solidaridad, elemento que estuvo presente en los orígenes de la previsión del país, pero que se encuentra vedado en el actual sistema. El sistema de reparto es contradictorio con el de capitalización.
¡Qué bueno que hoy se pueda hablar de solidaridad, aspecto fundamental del proyecto en estudio!
El sistema actual se orienta más al lucro de las empresas que prestan sus servicios que a las necesidades reales y manifiestas de sus beneficiarios.
Lo importante es que la iniciativa surge como consecuencia del trabajo y las propuestas del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional, constituido a instancias de la Presidenta de la República, lo que demuestra la importancia que el Gobierno asigna a la materia, para cuyo estudio se dio la oportunidad de participar a un amplio espectro de actores relacionados con el sistema, a expertos nacionales e internacionales y a representantes de la ciudadanía.
A mi juicio, la mayor parte de las disposiciones del proyecto vienen a solucionar en gran medida las deficiencias e inequidades existentes en la actualidad.
Existe una mayor cobertura para trabajadores independientes. Asimismo, la previsión se extiende a los trabajadores jóvenes, aspecto muy importante porque, muchas veces, éstos no tienen una previsión justa o sencillamente carecen de ella. Además, es importante que se establezcan nuevos beneficios y, desde luego, se consideren nuevos beneficiarios.
Existen muchos aspectos por considerar. Así, por ejemplo, la cotización del seguro de invalidez y sobrevivencia, que será de cargo del empleador en el caso de trabajadores dependientes; el pago de una bonificación equivalente al 10 por ciento de doce ingresos mínimos por cada hijo nacido vivo; el establecimiento de un criterio de mayor estrictez en relación con el no pago de las cotizaciones y su sola declaración, como una manera de combatir la evasión y el no pago de las imposiciones, hecho que perjudica gravemente al trabajador.
La previsión para las dueñas de casa es un aspecto relevante. Se trata de una larga y muy sentida aspiración. ¡Qué bueno que hoy se hable de ella y que estemos en condiciones de legislar sobre esa materia! Desde 1990, en esta Sala se pidió previsión en favor de las dueñas de casa. Muchas voces se alzaron con ese objeto. Hoy se escuchó ese clamor.
Otro aspecto relevante dice relación con el establecimiento de la pensión básica solidaria. A mi juicio, ella es fundamental para establecer algo justo, un mínimo, con el objeto de impedir que existan pensiones de hambre. La medida empezaría a regir a contar del 1º de julio de 2008. Sin embargo, una vez más pido que se estudie la posibilidad de adelantar su pago, con el objeto satisfacer en forma anticipada las necesidades de mucha gente.
El aporte previsional solidario es una fórmula que permitirá beneficiar, a los 65 años, a hombres y mujeres pertenecientes a los tres quintiles más pobres, beneficio que también se podrá extender a quienes se encuentran pensionados en la actualidad. Pero aquí hacemos la diferencia en favor de la mujer, quien, debido a su naturaleza, tiene un derecho adquirido en materia de edad para pensionarse.
En mi opinión, está bien que se otorgue una bonificación estatal para incentivar el ahorro previsional voluntario de los contribuyentes que perciban remuneraciones o rentas no afectas al impuesto a la renta.
A mi juicio, es necesario y urgente la implementación de un sistema previsional que, si bien no es la solución absoluta de las necesidades ciudadanas, resolverá muchos de los problemas existentes en la actualidad.
Un aspecto muy complejo dice relación con la autorización a los bancos para constituir administradoras de fondos de pensiones y con el establecimiento de una AFP estatal. Incluso más, para muchos diputados y diputadas se trata de una materia que aún no está clara. Pero se han entregado antecedentes en el sentido de que la banca se encuentra presente en el sistema previsional y que la iniciativa no haría otra cosa sino explicitar dicha participación.
En mi opinión, es necesario contar con una AFP estatal. Es necesario que el Estado regule o intervenga sin las finalidades de lucro que buscan las entidades bancarias y las administradoras de fondos de pensiones.
He dicho.
El señor JARPA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO .-
Señor Presidente, no me voy a referir a lo expresado por el colega Sergio Ojeda , cuya intervención fue muy sólida. Sin embargo, al escuchar diferentes intervenciones, pareciera que el proyecto es mediocre, menor y no de la relevancia que a mi juicio tiene.
Al respecto, concuerdo con la Presidenta de la República , en el sentido de que se trata de uno de los grandes proyectos impulsados por su administración, diría, emblemático.
Las protestas que hubo en las tribunas me trajeron a la memoria los cambios que el país requería hace algunas décadas y que nunca llegaron. Se le echaba la culpa al gobierno de turno, que era incapaz, que no gobernaba, que había desgobierno, etcétera, etcétera. Las razones fueron otras.
Hoy comienza una etapa de beneficios, de esperanzas, de ayuda, para quienes tienen menos o ninguna posibilidad de previsión de parte del Estado. Con esta iniciativa tendrán. ¡Y pensar que algunos quieren entorpecerlas¡ Se equivocan en la metodología y le hacen el juego a las administradoras de fondos de pensiones, a las que dicen no querer. Nos enfrentamos a un …; ¡Cuidado! Defendamos nuestro patrimonio democrático. Se puede disentir, criticar; pero en forma constructiva, no con la torpeza que hemos visto en el debate de este proyecto. Nos enfrentamos a quienes se oponen a los cambios en esta materia o mejor dicho a quienes quieren mantener la situación actual de personas y familias necesitadas que subsisten con lo mínimo.
Es relevante que hoy se hable de lo ético -planteado por quien se atrevió, un sacerdote-. Hay que escucharlo, y ya tendremos oportunidades en el futuro de seguir el acontecer de esa comisión recién creada por su excelencia la Presidenta de la República .
Hay que entender, que ha sido muy difícil ponernos de acuerdo respecto del proyecto. Pero, éste es el comienzo para hacer justicia a los trabajadores de menos ingresos. Aquellos que no quieren esta reforma y la critican, se equivocan. No es el ideal, es cierto, pero es la siembra para un futuro mejor de un país que crece. De lo contrario, me pregunto ¿cuándo, entonces, podrán tener alguna esperanza aquellos que hoy no tienen ninguna posibilidad? ¿Prefieren que continúe la extrema pobreza? ¿Cuándo habrá una mínima solidaria diferente de la actual? Este proyecto es un gran logro. No nos equivoquemos. Estamos en el camino correcto. Llegará el momento en que nos pongamos de acuerdo. Creo en eso, sin duda, porque todos los que vivimos en el país debemos contribuir a que a nuestra gente, que hoy pasa por un mal momento, tenga mejores expectativas y una seguridad social adecuada. Hoy, ésta necesita más aportes de aquellos que mucho tienen. Y al hablar de esto no me refiero a personas en particular, sino a las grandes empresas, que rentan cientos de millones en el año y que poco aportan al país; y, más aún, eluden tributos. Por eso, al referirnos a una reforma tributaria, que a muchos no les gusta, lo hacemos, justamente, por la elusión permanente, ya no de las transnacionales o multinacionales, sino de nuestras grandes empresas.
Este proyecto de reforma al sistema previsional constituye un cambio fundamental y trascendente, copernicano -dirían algunos-, ya que pasaremos de un sistema centrado en la capitalización individual a otro solidario. Ello, a su vez, permitirá contribuir al financiamiento de la pensión básica solidaria y al aporte previsional solidario, los dos principales beneficios que consulta la legislación propuesta.
El objetivo de la reforma, a pesar de su complejidad, a mi modo de ver, es muy simple: que las personas tengan ingresos más seguros durante su vejez -quién no va a querer una vejez digna, tranquila- para vivir mejor. Entonces, es una reforma que pretende dar tranquilidad a las personas, las cuales ya no sentirán el temor de no saber con qué ingresos contarán durante su ancianidad. Mucha gente que atendemos en nuestras oficinas nos plantea el mismo tema: “¿Qué será de mí? ¿Cómo podré conseguir una pensión?” Con esta reforma podremos responder esas preguntas.
En el proyecto se complementa el actual sistema de capitalización individual con otro de pensiones solidarias que cubre a quienes, por diversas razones, no logran ahorrar lo suficiente para financiar su pensión. El sistema de capitalización individual, como lo hemos conocido, presenta claros inconvenientes. Aquellos que no logran un mínimo de ahorro durante sus años de trabajo, quedan prácticamente en completo desamparo. Pero, al mismo tiempo, premia el ahorro y el esfuerzo personal, ya que aquellas personas que cotizan más en el sistema previsional, gozarán de mejores pensiones.
Al incorporar el factor solidaridad, se apoya a los que se quedan atrás.
Al presentar el proyecto, la Presidenta señaló que el envejecimiento y el retiro del mercado laboral no pueden ser sinónimos de pobreza o de una brusca caída en las condiciones de vida, como sucede hoy.
En la actualidad, por la vía de las exiguas pensiones asistenciales, el sistema sólo apoya en lo mínimo a pocos que viven en la pobreza; pero, gracias a esta reforma, no sólo se les arreglará la pensión a aquellos que hoy la reciben, sino que la clase media también tendrá una real acogida en el sistema, con la seguridad de que sus esfuerzos y ahorros previsionales estarán debidamente protegidos.
Para mí es fundamental que aquellos que comienzan la vida laboral tengan esa seguridad.
Ahora, me parece que la competencia del sistema es fundamental, ya que de ello dependerá el aumento de la rentabilidad de los fondos que administran las AFP. Mientras mayor rentabilidad logren las AFP con sus fondos –al ampliarse las alternativas de inversión, tanto en Chile como en el exterior-, obtendremos mejores pensiones de las que gozarán sus afiliados.
Por ello, no dudo en apoyar la entrada de los bancos a este mercado, no sólo dando una señal respecto de ellos, sino que, desde los propios postulados de la derecha económica, en el sentido de permitir mayor competencia y propender, entonces, al mercado -en economía es difícil- perfecto.
Eso permitirá también el desarrollo de la tan anhelada AFP estatal, a través del Banco del Estado de Chile. Algo que en un comentario anterior escuché de la distinguida diputada Alejandra Sepúlveda . Ella no es partidaria de esta idea, pero yo respondo a mi inquietud y, a lo mejor, a la de ella, en su momento. Con la entrada de los bancos, se permite el desarrollo de una AFP estatal. Entonces, el Banco del Estado, actuando como AFP, será una solución para miles de personas. Bajo la administración de otras entidades -en lugar de obtener mejores rentabilidades-, servirá como administradora de fondos, lo que impedirá el tremendo enriquecimiento que hoy conocemos de los bancos que están en el sistema.
Por esa razón, el voto del Partido por la Democracia es favorable al proyecto y, en especial, a las normas que autorizan a los bancos para administrar los fondos de pensiones.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado Rodrigo Álvarez .
El señor ÁLVAREZ (don Rodrigo) .-
Señor Presidente, inicio mis palabras coincidiendo con mi amigo el diputado Enrique Jaramillo en el sentido de que este proyecto es muy importante, emblemático en una materia tan relevante y sensible para nuestros electores, para los habitantes del país, el sistema previsional.
Todos los diputados sabemos de la experiencia tremenda que es recibir en nuestras oficinas distritales a mucha gente complicada por su futuro, debido a que no tenemos un sistema previsional adecuado.
Por eso, considero que el proyecto es muy importante, busca perfeccionar el sistema previsional, que tiene enormes puntos positivos, sobre todo desde la perspectiva histórica, pero que también tiene ciertas falencias que deben ser superadas en el tiempo.
Al escuchar las intervenciones de los diputados Ulloa, Ojeda, Jaramillo, Dittborn, Norambuena, de la diputada Sepúlveda y de tantos otros, uno se da cuenta de que están hablando desde ángulos distintos para aproximarse a un proyecto de ley enorme, que genera algunas preocupaciones.
Sin embargo, el elemento central es establecer un sistema de capitalización individual, que en la práctica va a ser mixto, y la entrega de aportes del Estado, a través de la pensión básica solidaria. No obstante, dispone una serie de incentivos para los jóvenes, para los trabajadores independientes y para las mujeres, esencialmente para las que han dedicado su vida a realizar ese tremendo trabajo que es el cuidado del hogar, todos son elementos muy positivos.
A pesar de lo anterior, algunos de los aspectos centrales del proyecto o de sus derivaciones provocan temores o dudas a varios diputados. Por ejemplo, deberemos revisar el efecto real que produce la pensión básica solidaria en la intención de cotizar de las personas que se encuentran en los estadios más bajos de la capacidad de cotización, lo que tiene que ver con un valor esencial en materia de libertad económica y, al mismo tiempo, con la convivencia social.
Reitero, vamos a tener que observar con mucho cuidado si se han establecido los incentivos adecuados a fin de que esas personas hagan un esfuerzo adicional y coticen, con el objeto de que no caigamos nuevamente en situaciones de baja contratación, de contrataciones informales o no declaradas para evitar el costo previsional o para que no se enteren las cotizaciones al trabajador, porque se sabe que tiene garantizado ese beneficio. O sea, en ese plano de libertad que estaba muy garantizado en el sistema anterior y que en éste viene a ser mejorado o complementado con la pensión básica solidaria, va a ser muy importante estudiar constantemente el efecto real que produce dicha pensión básica solidaria en ese grupo de personas, con el objeto de determinar si se está generando un desincentivo, para que busquen una mejor pensión con el ahorro.
Al mismo tiempo, me parece inadecuada la licitación de cartera de los nuevos afiliados al sistema previsional, a pesar de las ventajas que se han señalado que puede tener este mecanismo, en relación con la libertad de los cotizantes. Considero que los jóvenes no tienen por qué ser obligados a quedarse en una AFP durante dieciocho meses o a participar en un proceso de licitación. En consecuencia, nos opondremos a eso.
Aunque varias de las argumentaciones son razonables desde el punto de vista de los distintos enfoques sobre el tema, prima la libertad personal y el derecho de cada persona que se incorpora al sistema a elegir en qué AFP quiere estar.
Al diputado Cardemil y a otros les he escuchado su inquietud por la burocracia que puede generar el Instituto de Previsión Social. También preocupan algunos enlaces que puede tener en el futuro con algunas AFP. En consecuencia, no sólo tenemos inquietud por la burocracia que se puede producir, sino que también por cómo va a funcionar el sistema, razón por la cual votaremos en contra algunas de las normas relacionadas con esta materia.
También existe una preocupación, sobre todo desde la perspectiva de la igualdad constitucional, como lo señaló el diputado Ulloa , por la exclusión de algunos beneficios para quienes cotizan en Capredena y en la Dipreca. No nos parece nada de razonable que esas personas sean excluidas. Es cierto que tienen otro tipo de sistema y diferentes beneficios, pero en este proyecto estamos incluyendo a quienes están en situaciones similares a las de los afiliados a esos organismos. Probablemente, muchos de ellos no podrán acceder a ciertos beneficios porque se considera que reciben ayuda de sobra, pero hay personas que están en la misma situación, por lo que me parece que su exclusión constituiría una infracción constitucional.
Hay problemas respecto de la eliminación de la comisión fija, ya que podría resultar mucho menos interesante instalar oficinas en los lugares donde hay pocos cotizantes o en los que tienen rentas bajas, lo que agudizaría aún más uno de los problemas del sistema, que, como todos sabemos, es la falta de oficinas.
Lo más probable es que la eliminación de la comisión fija produzca un incentivo perverso al respecto, cual es el cierre de oficinas. Es posible que se pueda aliviar el problema de la comisión fija mediante otros instrumentos, pero tal como está redactado el proyecto, se puede producir el efecto señalado.
Muchos diputados de la Concertación y de la Alianza pretenden eliminar la cotización de salud para las personas mayores jubiladas.
También está el cambio esencial que se refiere a la jubilación de la mujer, porque cuando se establece la obligación de cotizar hasta el final para percibirla cinco años antes, se puede inducir a las mujeres con bajas posibilidades de cotizar a esperar cinco años para recibirla, en lugar de acogerse a una jubilación bien ganada cinco años antes.
Dejo para el final temas muy latentes en las visiones ideológicas de cada uno de nosotros de la economía o del funcionamiento de los mercados.
Soy totalmente contrario a la participación del Estado en este mercado; no creo en ningún tipo de AFP estatal, ya sea del Banco del Estado o de cualquiera otra que se cree unilateralmente, dado que esto contraviene lo dispuesto en el inciso segundo del Nº 21 del artículo 19 de la Constitución.
Al mismo tiempo, hay que revisar con mucho detalle el tema de los bancos. He escuchado a varios diputados argumentos válidos y razonables para la entrada de la banca o para su exclusión de este mercado. Estimo que no hay espacio para un cambio intermedio, es decir, que pueda entrar, pero que no pueda usar las sucursales. Es un tremendo error establecer eso, porque se hace imposible competir.
Por lo tanto, las opciones son que ingrese completamente al mercado -y que use sus economías de escala, sus oficinas y sus sucursales- o no ingrese. En todo caso, resulta evidente la creación de murallas chinas para evitar conflictos de interés, prácticas concertadas o ventas atadas.
Vale la pena recordar que la muralla China fue un error en sí, porque fue penetrada por varios invasores. Por lo tanto, es muy difícil mantener en el tiempo ese tipo de resguardo.
Por otra parte, considero que los bancos no incrementan la competencia, porque el mercado chileno permite muy poca competencia adicional si se aumenta el número de actores. Quizás se cree una AFP más. Es probable que ocurra lo que muchos diputados han señalado, que los bancos compren algunas de las AFP que existen.
Por lo tanto, no es la manera adecuada para aumentar la competencia. Mi impresión es que eso se puede lograr a través de los productos, como los que puede proveer una compañía de seguros, o mediante la existencia de administradoras de fondos de pensiones mucho más pequeñas, que puedan contratar el backoffice y la solución de las tareas administrativas, y tengan ciertos nichos a los cuales acceder. Ésa es la vía para lograr mayor competencia en este mercado.
La entrada de los bancos al mercado produce una disparidad de criterios, lo que me parece legítimo respecto de la concentración de los mercados de capitales. No es tan efectivo que estén tomadas todas las medidas legales para evitar los futuros problema en esa materia. En los 80, el mayor financiamiento de nuestra economía se lograba en los bancos. Por eso, por crisis bancaria de los últimos cincuenta años produjo tanto efecto en todas las áreas de la economía.
Hoy día, esa oferta de financiamiento está dividida, por lo que las AFP no necesitan recurrir exclusivamente a los bancos. De hecho, muchas de las emisiones de bonos de terceros son de intermediarios financieros que no tienen nada que ver con los bancos.
Por lo tanto, es un error ir hacia un modelo que concentra el mercado de capitales en instituciones que si bien pueden ser distintas, están en las mismas manos. Ésta es la forma de analizar el tema bancario, ya que no se puede hacer exclusivamente por la competencia que significará su ingreso al mercado, ya que éste va a impedir la creación de otras AFP. La competencia se crea con nuevos productos, con modelos distintos, con mayores posibilidades de pensiones.
Considero que estamos frente a un buen proyecto, ya que perfecciona un sistema que requiere algunos cambios, pero que ha sido y será exitoso en el largo plazo -por lo cual está presente en muchos países-, razón por la que la inmensa mayoría de sus normas y los aspectos más centrales que benefician a todos los chilenos serán aprobados por mi bancada.
He dicho.
El señor MEZA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pedro Araya.
El señor ARAYA.-
Señor Presidente, sin duda el proyecto tiene aspectos muy destacados. El pilar básico solidario, la jubilación que se consagra para las mujeres jefas de hogar y la bonificación por hijo nacido vivo son aportes que se hacen cargo quizás de un tema no resuelto por el sistema previsional.
Pero, sin perjuicio de que uno entiende que la iniciativa hace un aporte importante para un grupo de chilenos que hoy se encuentra al margen de este tipo de beneficios o lo recibe muy marginalmente a través de las pensiones asistenciales que entrega el Estado, me quedo con la sensación de que más que ser una reforma al sistema provisional, consolida el sistema de capitalización individual y el modelo de AFP que adoptó el país en los años 80. Aquí no hay una reforma sustancial, una modificación que indique que estamos buscando cambiar el sentido de la cotización y la forma como hoy los chilenos preparan su jubilación. Por lo tanto, me queda una sensación bastante amarga, pues esperaba que avanzáramos en muchas otras materias que no están resueltas.
Dada la escasez del tiempo, sólo me referiré a, por ejemplo, qué pasa hoy respecto de los gobiernos corporativos de las AFP con el nombramiento de los directores que hacen las administradoras en aquellas sociedades anónimas que invierten en la bolsa; cómo se reflejan los nombramientos de directores de los trabajadores. Ello no ha sido recogido en el proyecto.
Tampoco observamos el establecimiento de mayor control sobre las AFP ni respecto de los empleadores que declaran las cotizaciones y muchas veces no las enteran.
En consecuencia, hay una serie de aspectos que, a mi juicio, no están resueltos en este proyecto y que me dejan la sensación de que lo que se está haciendo hoy es decir: “Mire, el año 81 adoptamos un modelo y hoy le estamos dando una suerte de bendición democrática con el despacho de las modificaciones por el Congreso Nacional”. A mi juicio, dichas modificaciones apuntan básicamente a hacerse cargo de aquellas materias que hoy no resuelve el sistema y que se estaban transformando en una tremenda carga para el Estado y en una gran frustración para muchas familias que no alcanzan a tener una pensión digna. Muchos ni siquiera alcanzan a cotizar, mucho menos piensan en una pensión. Por tanto, a través de la pensión básica solidaria -que es lo más destacable de la iniciativa- se pretende resolver ese problema.
Brevemente, quiero detenerme en, probablemente, el punto más conflictivo del proyecto, que es permitir el ingreso de la banca al sistema de AFP.
Y aquí quiero hacer una pequeña distinción.
Es bastante difícil -lo anticipó un poco el diputado Álvarez - sostener que el ingreso de la banca al sistema va a generar más competencia. ¡Por favor! Si la banca quiere entrar al negocio, lo puede hacer; el decreto ley Nº 3.500 se lo permite.
Lo que estamos haciendo con esta modificación es darle ventajas comparativas respecto de otros actores que quisieran entrar al sistema. Porque aquí no hay que ponerse una venda en los ojos, pues se va a producir un alto nivel de concentración económica. Habrá tres o cuatro bancos que controlarán el negocio bancario y el de las AFP. Porque, ¿qué empresa podría competir hoy con la capacidad instalada que tiene un banco? Ninguna.
Si uno lee con detención el proyecto se dará cuenta de que en el fondo se está liberando una suerte de barreras que hoy tiene la banca para entrar a través del decreto ley Nº 3.500 al negocio de las AFP. Entonces, esto no fomenta la competencia. Muy por el contrario, puede llegar a ser perjudicial en el corto y mediano plazo.
Se ha dicho aquí-, los principales bancos que operan en Chile tienen AFP a través de la creación de otras sociedades. El único que hoy no está es el Banco de Chile. Entonces, perfectamente podría pensarse que el proyecto tiene nombre apellido, Banco de Chile, para que pueda ingresar en una mejor competencia a como ya lo hicieron otros actores bancarios, por ejemplo, el BBVA o el Banco Santander.
Por consiguiente, me parece que no es adecuado el ingreso de la banca al negocio de las AFP.
Por otro lado, las normas de resguardo que se incorporan son bastante débiles y no nos permiten afirmar que no se van a producir ventas atadas. En la práctica, quizás en la consideración legal se podrá decir: “Mire, si el banco genera una AFP no va a poder vender los productos supeditado a que la persona entre a la AFP del banco.”. Lo podemos consagrar en la ley, pero sabemos que habrá muchas formas de burlar esta prohibición legal, como se ha hecho en otro tipo de actividades económicas.
Por lo tanto, en ese sentido el punto me parece complicadísimo. Varios colegas han señalado que estamos entregando un tremendo poder de concentración económica a tres o cuatro grandes grupos económicos del país, que van a controlar a quién le otorgan el crédito, ahora, con los ahorros de los trabajadores.
Ésa es una situación delicada que la Cámara debe analizar. Soy partidario de que se rechace la incorporación de la banca. Y si quieren entrar al negocio de las AFP, que lo sigan haciendo como se los permite la actual legislación. Porque -digámoslo- la ley le entrega a la banca la posibilidad de ingresar al sistema. Pero con esta iniciativa le estamos bajando las barreras de entrada y las normas de protección existentes para evitar sociedades coligadas, eventuales quiebras y los perjuicios que ellas generan al sistema.
Ahora, quiero referirme al Banco del Estado como AFP.
Leí con detención la norma que autoriza a la banca para entrar al sistema, y en ella se considera una autorización genérica.
Tal como está redactado el artículo pertinente, tengo dudas respecto de que el Banco del Estado pueda crear una AFP. Porque acá estamos en el área del derecho público: se trata de una empresa del Estado. Y la Constitución en el artículo 19, Nº 21º, inciso segundo, señala claramente que: “El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza.”.
Creo que si el Banco del Estado quiere formar una AFP necesita autorización otorgada mediante ley especial, no basta la mera referencia que se hace aquí, porque hay varios temas que están cruzados que no se resuelven y sobre los que no se ha dicho ninguna palabra.
La normativa que nos rige señala que los bancos y las AFP tienen límites para invertir. Así, por ejemplo, no pueden hacerlo en instrumentos emanados de empresas relacionadas. Por ejemplo, Provida, Bansander y Cuprum no pueden invertir en papeles del Bbva, del Banco Santander y de Penta, respectivamente.
¿Qué ocurrirá si el Banco del Estado crea una AFP estatal? No podrá comprar instrumentos de la Tesorería, del Banco Central, del Instituto de Normalización Previsional; no va a poder participar en el Metro, en la Enap ni adquirir los propios papeles del Banco del Estado o de cualquier sociedad o empresa fiscal que se cree. Y eso generará un problema de rentabilidad y de liquidez del banco.
Si vemos la composición de las carteras de AFP, aquello que no está en la bolsa accionaria está comprado en papeles del Banco Central. ¿Qué pasaría con la AFP estatal? No podría comprar papeles del Banco Central. Ése es un tema no resuelto y no se ha dicho ni una palabra al respecto. No hay ninguna referencia en cuanto a cómo va a operar el Banco del Estado con estas limitaciones.
En consecuencia, el Gobierno no puede decir tan a la ligera que la autorización de los bancos le permite también, colateralmente, entrar al Banco del Estado. Soy de aquellos que piensan que aquí se necesita una ley especial. Y si la voluntad es que el Estado tenga participación en una AFP, se debe crear una AFP estatal.
Muchos podrán decir que eso significa instalar un nuevo organismo. Pero las capacidades instaladas están. El Instituto de Normalización Previsional funciona en todo Chile. A lo mejor habrá que remodelar su estructura, modificar la planta de personal, crear las mesas de dinero, lo que quizás no tendrá mayor costo.
Pero, repito, si el Estado quiere contar con una AFP estatal, tiene que ser una AFP estatal, no el Banco del Estado.
Además, la autorización colateral que otorga el artículo 81 no autoriza concretamente al Banco del Estado.
Hay temas que no están resueltos respecto de los cuales queremos una explicación. Espero que los ministros de Hacienda y del Trabajo nos puedan contestar en el debate de qué forma piensan que, si el Banco del Estado entra como AFP estatal, se va a solucionar el problema de que no puede invertir en empresas relacionadas, en este caso, empresas fiscales.
Con esa salvedad, anuncio que la bancada de la Democracia Cristiana votará favorablemente el proyecto, pues sentimos que aquí se está poniendo énfasis también en aquellas chilenas que no han tenido mayores oportunidades.
Seguramente quedará para una posible segunda discusión -cuando el proyecto vuelva del Senado; lo más probable en una comisión mixta- hacernos cargo de la gente de clase media, porque se estableció arbitrariamente un monto de 200 mil pesos para construir el pilar básico solidario. Pero la diferencia entre 200 y 230 mil pesos es bastante poca, y el grueso de la gente de clase media no recibirá este beneficio y, una vez más, se verá postergada.
En esa línea, nos preocupan los criterios bajo los cuales se ha definido el aporte del Estado, sobre todo, porque -se ha dicho en reiteradas ocasiones en esta Sala- se pueden producir ciertos efectos negativos y desincentivos a que la gente cotice en las AFP.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Insunza .
El señor INSUNZA .-
Señor Presidente, estamos frente a una reforma muy sustantiva del régimen global del sistema de pensiones que tenemos en Chile. Sin duda, podríamos hacer cambios más profundos y, dada la tramitación del proyecto, varias materias importantes serán abordadas en el Senado, como por ejemplo, algunos aspectos relacionados con la industria, con los beneficios y con el tiempo en que éstos serán entregados. Por consiguiente, vamos a dar un paso significativo, pero aún falta abordar aspectos relevantes.
¿Por qué estamos ante una reforma sustantiva? Debemos asumir que nos enfrentábamos a una crisis, no inmediata, sino en los próximos años. Lo que se está haciendo a partir de esta reforma, y que es lo valioso de lo que ha impulsado la Presidenta Bachelet , es hacerse cargo ahora y no después de los conflictos y problemas de un sistema que tiene errores y déficit en su concepción. ¿Por qué decimos que hay una crisis ad portas? Porque sin esta reforma, más del 50 por ciento de las personas que están en una AFP iban a recibir una pensión bajo el mínimo. Al mismo tiempo, hay miles de chilenos que reciben pensiones muy bajas, miserables, y otros están en la indefensión total, ya sea porque sus fondos se acabaron y no tienen ninguna otra cobertura o porque no están adscritos a ningún sistema de pensiones.
Todo eso está siendo enfrentado ahora. Pero también hay problemas propios del sistema de las AFP, y en contra de lo que aquí se ha sostenido por algunos parlamentarios, que sorprendentemente dicen que todo esto está funcionando muy bien, por la inestabilidad del empleo, mucha gente recibe pensiones muy bajas cuando jubila. Tampoco existe un sistema que estimule la cotización de los independientes, por lo que cientos de miles de mujeres quedan fuera de cualquier cobertura previsional. Este conjunto de problemas también está siendo abordado en detalle por esta reforma previsional.
Por eso, hay que destacar que estamos frente a cambios muy relevantes, que acarrearán más competencia, más transparencia y, además, más personas, que hoy no tienen ninguna cobertura, van a recibir pensiones. También habrán estímulos para los jóvenes, para las mujeres, para el ahorro previsional de la clase media, para los ahorros previsionales colectivos, etcétera. La reforma aborda estos problemas que el sistema estaba enfrentando. Sin embargo, quedan algunos puntos que es necesario que profundicemos.
En primer lugar, se ha discutido el ingreso de la banca. Su inclusión tiene un propósito sustantivo, abrir la competencia en un sistema que venía concentrándose paulatina y consistentemente. En los hechos, hoy no hay más de seis AFP y dos o tres de ellas concentran el grueso de los afiliados. Eso no sólo afecta la transparencia, sino que el cuidado y el resguardo de los fondos previsionales de millones de personas. En ese sentido, ¿cuáles son las vías por las que vamos a generar más competencia, considerando las características de nuestro mercado? Debemos asumir que Chile es un país chico, sin el volumen para una gran multiplicidad de instituciones.
Una de las personas que concurrió a la Comisión de Hacienda puso como ejemplo a México, que tiene tres o cuatro veces más afiliados que Chile y que es un país enormemente más grande. Nosotros tenemos 15 millones de habitantes, casi 7 millones de trabajadores y no más de tres a cuatro millones de afiliados a alguna AFP. En México, son 20 millones de trabajadores y en los próximos años van a tener, a lo más, 12 AFP. Por lo tanto, existe una tendencia a la concentración. Debido a la dura competencia que existe en este mercado, la banca es uno de los actores que puede entrar a resolver con solvencia este problema. Además, puede ser significativo para el país que entre al sistema una AFP estatal, en este caso del Banco del Estado. Incluso, el ingreso de los bancos a este mercado tampoco va a impedir que en los próximos años volvamos a tener esta tendencia a la concentración. Eso va a ocurrir por las características propias de nuestro mercado, por el tamaño y volumen.
El proyecto de ley contempla un conjunto de otras medidas que apuntan a asegurar la transparencia, la competencia y la seguridad de los fondos de pensiones. ¿Qué enfoques se consideran? Respecto de la concentración, debemos buscar factores de equilibrio y de seguridad. Algunos se abordan en este proyecto.
El primero, control en la calidad de los gobiernos corporativos. Para ello, en las próximas semanas, el Gobierno va a presentar un proyecto que apunta a darles más transparencia y calidad a los gobiernos corporativos de las sociedades anónimas que operan en Chile, dentro de las cuales están las AFP, los bancos y muchas otras empresas. Reitero, la calidad de los gobiernos corporativos es un factor de control, de contención de esta tendencia a la concentración que existe en los mercados.
El segundo, la fiscalización que efectuará la Superintendencia, que también se fortalece en este proyecto. Al respecto, en la discusión parlamentaria surgió una indicación muy significativa, pues genera la institución del inspector delegado que podrá concurrir a una AFP a hacer un examen profundo cuando surjan irregularidades o problemas. Por lo tanto, en la fiscalización y control se considera una especie de medida de emergencia para abordar una situación de crisis.
El tercero, la creación de la Comisión de Usuarios. Un punto adicional, que también surgió en el debate parlamentario, es la existencia de un Comité de Usuarios en cada AFP, de manera que los afiliados tengan otro mecanismo de defensa, anterior y no posterior a la existencia del problema, para analizar y resguardar las políticas de inversión que tengan las administradoras de fondos de pensiones. Así enfrentamos parte de un fenómeno que necesariamente va a ocurrir. Desde ese punto de vista, es un error objetar estas medidas pro transparencia y competencia. Lamento que parlamentarios de la Concertación fundamenten en contra. Entiendo que haya aprensiones, que son legítimas, pero creo que es un error que, con argumentos progresistas, se defiendan posiciones de la Derecha. Detrás de ello está la preservación del statu quo y de la estructura de poder que hoy existe en las AFP. No me sorprende que algunos parlamentarios de la UDI defiendan ese statu quo precisamente por las posiciones de poder que tienen en el mercado de las AFP.
Por otra parte, tengo aprensiones por la licitación de carteras. Prefiero una licitación que se gane sobre la base de garantías de rentabilidad. Obviamente, será un dato del pasado, pero da más garantías hacia el futuro y coloca el incentivo en la rentabilidad. Desde el punto de vista de la variable del costo, esa medida va a ser bastante marginal y puede generar un problema, sobre todo para los sectores de menores ingresos.
La movilidad que existe entre las AFP es muy baja y, desde esa perspectiva, considero que es mejor concentrar la licitación en la rentabilidad de los proyectos, que es algo que estimula la competencia.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Claudio Alvarado.
El señor ALVARADO.-
Señor Presidente, sin lugar a dudas, hoy discutimos un proyecto cuyo impacto social será muy importante en muchas familias, fundamentalmente en las de menores recursos.
En ese sentido, hay que destacar, en primer lugar, el logro de una pensión básica solidaria con un piso de 75 mil pesos, la cual a partir de su otorgamiento cambiará la vida de muchas personas que hoy reciben pensiones inferiores a ese mínimo.
En segundo término, los aportes del Estado a través de subsidios, para que las personas que han cotizado pero tienen algunas lagunas puedan llegar a una pensión mínima del orden de los 200 mil pesos.
En tercer lugar, el incentivo para los trabajadores independientes, puesto que ha sido una dificultad permanente motivarlos a ahorrar previsionalmente.
En cuarto término, los incentivos tributarios que se dan tanto para los cotizantes como para los empleadores y fundamentalmente ahora para este APV de carácter colectivo, que también es un instrumento de ahorro que permitirá mejorar las pensiones.
Además, queremos que este sistema sea eficiente, competitivo y regulado. Para que sea así, hay un punto en discusión que no es menor, cual es el ingreso de la banca al sistema.
Aquí se han dado muchos argumentos, pero no hay que atribuir intenciones de defensa de espacios o de cuotas de poder, sino que cada cual tiene su convicción, y la mía es distinta a la de muchos colegas de mi bancada. Pero tenemos que colocar los argumentos sobre la mesa y en base a ellos cada uno tomará su decisión.
Considero que el ingreso de los bancos al sistema es positivo pues generará competencia. Además, no se trata del ingreso de cualquier actor, sino de actores que tienen limitaciones y regulaciones en su propia legislación, la ley general de Bancos, que les exige un sistema de administración, de capitalización, de clasificación de gestión y solvencia; tienen que constituir encajes y reservas técnicas, medir permanentemente los riesgos de su cartera, porque los bancos son intermediarios financieros: prestan lo que captan del público -está en juego la fe pública- y tienen un sistema regulado, lo que me parece muy bien.
Dicho cuerpo legal también establece las condiciones de fiscalización a través de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, organismo que permanentemente exige a los bancos a hacer una autoevaluación de sus políticas tanto de su matriz como de sus filiales.
Por lo tanto, en esa línea están la ley general de Bancos, la Superintendencia y la ley de Sociedades Anónimas, que también obliga a esas instituciones a actuar dentro de un marco de estructura jurídica del cual es muy difícil salirse, y si lo hacen, se aplican sanciones claramente establecidas.
Además, en diciembre de 2000 el Congreso Nacional incorporó a la ley general de Bancos una nueva norma, el artículo 35 bis, tan importante como otras disposiciones, que exige que en caso de fusión de bancos, la toma de control de dos o más bancos, el aumento sustancial del control ya existente, en términos de que el banco adquirente o el grupo de bancos resultante alcance una participación significativa en el mercado que se estima del orden del 25 por ciento, queda sujeta a las condiciones que establezca la Superintendencia para su autorización.
Hace muchos años, cuando discutimos esa legislación, el Banco Santander tenía una participación en el mercado de cerca de 28 por ciento. Hoy es de 22 por ciento. Eso quiere decir que los sistemas administrativos y de estructura legal que hemos establecido, están funcionando.
Insisto, aquí no entra cualquier actor, sino los que tienen conocimiento del mercado, quienes saben cómo hacer las cosas, cómo plantearse y, lo que es más importante, cómo invertir los recursos para maximizar la rentabilidad de los fondos de pensiones, que en definitiva son los que permitirán una mejor jubilación. Ello, además, con una ventaja: que con ese conocimiento de los mercados, puede que baje la estructura de costo fijo que hoy afecta a los afiliados y que disminuye su rentabilidad.
Existe un caso reciente de fusión de dos instituciones financieras con una participación de mercado: Citibank y Banco de Chile. Ellos también deben someterse a las consideraciones de la Superintendencia.
En consecuencia, insisto en que éste es un mercado regulado, con reglas claras y que, de alguna u otra forma, permite que se ejerza un control.
Y los límites de participación de mercado, establecidos en el artículo 35 bis de la ley general de Bancos, no los tienen las AFP. También se produce una concentración en la administración de sus carteras. Prueba de ello es que hoy existen prácticamente cuatro en el mercado, que son las relevantes, dos de las cuales con propiedad y participación importante de personas ligadas al sistema financiero.
¿Qué otras ventajas pueden acarrea el ingreso de la banca al sistema previsional? Se trata de un mejoramiento en la calidad de atención a los clientes. Hoy muchas administradoras de fondos de pensiones no tienen oficinas en determinados lugares. En cambio, muchos bancos sí los tienen, matrices o filiales. Y pueden estar a lo largo y ancho de nuestro país con una filial, en este caso, en el mercado de la previsión. Además, tenemos una institución con capacidad de gestión a través de la excelencia de sus profesionales, lo que también contribuye a la certeza, a la seguridad de una sana, correcta y adecuada administración.
En definitiva, el ingreso de los bancos al sistema rompe barreras a la entrada, a una opción de mercado que de no darse por esta vía es muy difícil de romper. Por lo tanto, en esto veo una oportunidad, un desafío de mercado que puede contribuir a una mayor rentabilidad de los fondos de pensiones en beneficio de nuestros futuros jubilados. Al respecto, la ley debe resguardar adecuadamente los mecanismos, las instancias de control, para que no se produzcan abusos o mal uso de los recursos que pertenecen a la gente que ahorra.
En mi concepto, la banca se encuentra preparada para extender su desempeño a la administración de los fondos de pensiones. Ejemplo de ello son los numerosos y variados servicios complementarios de giro bancario que se ofrecen a los clientes a través de sociedades filiales de giro exclusivo que nunca han presentado inconvenientes o conflictos de intereses. Están las aseguradoras, los leasing, los corredores de bolsa.
En definitiva, hoy existen filiales de giro único que no han presentado conflicto de intereses. Y el mismo proyecto establece los resguardos.
Por otra parte, el alto número de entidades bancarias que puede ofrecer eventualmente este servicio de administración de fondos de pensiones frente al reducido número de AFP existentes generará una fuerte y sana competencia, que considero positiva.
Por lo tanto, si hoy tenemos los bancos con filiales de giro único que históricamente no han demostrado tener conflictos de interés en su operación, no veo por qué cerrar la puerta para no acceder a mayor competitividad en un mercado que hoy está cautivo, que se encuentra cerrado y al cual nadie más puede ingresar. Entonces, demos la opción, demos la posibilidad.
Pero también debemos tener claro que si es necesario perfeccionar la legislación desde el punto de vista de los resguardos, de los controles administrativos, de la estructura jurídica y de la operación, hay que hacerlo en forma oportuna, con el propósito de salvaguardar los fondos de pensiones.
Todos sabemos que, por ley, los fondos de pensiones están resguardados. Si la administradora tiene problemas, ello toca a sus dueños. Si el día de mañana un banco con una filial de giro único administra los fondos de pensiones, estos están asegurados y se invierten bajo las mismas normas y criterios establecidos en la ley actual.
Por consiguiente, no le veo mayor inconveniente al ingreso de la banca al sistema. Entiendo que existen posiciones diferentes. Es legítimo tenerlas. Pero en ningún caso asociaré esas diferencias a alguna defensa de intereses o de cuotas de poder, porque creo que no corresponde.
Aquí estamos para debatir, para exponer nuestros puntos de vista. A lo mejor en la votación seré absolutamente minoritario respecto del sector político en el cual estoy inserto, pero tengo mi convicción, mi planteamiento y una lógica de razonamiento, que es la que acabo de plantear, y siento que esta oportunidad puede ser atractiva para que en los fondos de pensiones tengamos un mercado más eficiente, más competitivo, claramente regulado y que, en definitiva, se traduzca en una mayor rentabilidad que beneficie a los jubilados de mañana.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado don Gonzalo Duarte.
El señor DUARTE.-
Señor Presidente, quiero expresar mi alegría por el nivel del debate. A lo mejor, sesionar hasta altas horas de la noche es una buena práctica, porque nos permite conversar, confrontar posiciones, en una perspectiva de escucharnos y de retroalimentarnos en torno a ellas. No cabe duda que el debate sobre la previsión que queremos para el Chile del futuro constituye un elemento sustantivo y relevante que afecta a una enorme cantidad de chilenos.
Quiero destacar, también, el poder contar con la presencia del ministro de Hacienda.
Éste es un tema que hoy podemos discutir, gracias a los éxitos de la política que hemos desarrollado como país durante las últimas décadas. No podríamos ser capaces de debatir reformas de esta profundidad e impacto si no hubiéramos logrado éxitos en ámbitos tan diversos, como, por ejemplo, en lo referente a las expectativas de vida de la población, las políticas de salud, las políticas sanitarias, que han significado prolongar significativamente las expectativas de vida de los ciudadanos.
Si hoy podemos enfrentar este debate es porque el desarrollo del país permite contar con los recursos para asegurar pensiones al 60 por ciento de los chilenos. ¡Qué cambio más relevante y sustantivo!
En el pasado, se hablaba fundamentalmente de focalización de la pobreza y de la extrema pobreza, y de pensión garantizada por el Estado sólo para el 20 por ciento de los chilenos; hoy, producto de nuestros éxitos, somos capaces de enfrentar el desafío de garantizar pensiones que, en un plazo relativamente breve, pueden llegar a beneficiar al 60 por ciento de los chilenos.
Ese es un cambio trascendente, que debe impactar no sólo a la política previsional, sino que también a otros ámbitos de las políticas sociales. En ese sentido, hemos dado pasos sustantivos.
Hoy, estamos en condiciones de establecer el pilar solidario, que permitirá entregar una pensión básica y un aporte previsional, gracias al esfuerzo y al éxito económico, social y valórico que el país ha logrado, que permite entender que el desafío de preservar las condiciones de una vida digna para los chilenos en el momento de la vejez es una demostración de solidaridad a la cual todos estamos convocados.
No cabe duda de que esta reforma impacta a diversos sectores y desde distintas perspectivas. ¡Cómo no enfrentar el desafío de los trabajadores independientes! Aquí se define un camino para enfrentar hoy lo que es una práctica creciente y permanente en el sistema laboral chileno, el de los emprendedores, el de ese trabajador que no es dependiente, que tiene que ser capaz de construir sus condiciones previsionales para el futuro, a partir del ejercicio libre, pero con los estímulos necesarios del sector público y del sistema previsional.
¡Cómo no reconocer el esfuerzo que implica el proyecto en mejorar la cobertura para los trabajadores jóvenes! Los incentivos al empleo juvenil son extraordinariamente relevantes, porque uno de los mayores problemas de desempleo que hoy vive el país está precisamente en ese segmento, y a través de mecanismos indirectos que buscan una adecuada política de protección social, pensando en el largo plazo y no sólo en la coyuntura, se introducen aquí una serie de modificaciones para favorecer el empleo en el ámbito juvenil.
¡Cómo no reconocer y no saludar efusivamente la mayor equidad de género que establece esta reforma! Más del 60 por ciento de los beneficiarios de las pensiones básicas solidarias se espera que sean mujeres, de acuerdo con los estudios y propuestas que se están formulando en el proyecto.
¡Cómo no estimular y respaldar -afortunadamente, no he escuchado voces en contrario durante este largo debate- el fomento al ahorro previsional voluntario! O sea, el aporte que estimula el sentido de responsabilidad de los ciudadanos por su propio futuro y cómo el Estado respalda y se asocia a ese esfuerzo, beneficiando, por un lado, el estímulo al ahorro previsional colectivo, y por otro, reconociendo el ahorro provisional voluntario de sectores cuyos ingresos les permiten impulsarlo.
¡Cómo no reconocer y destacar el conjunto de estímulos que incentivan la no evasión de la cotización previsional! La norma que modifica la declaración y no pago de cotizaciones constituye un instrumento extraordinariamente creativo y destacable. El establecimiento de la declaración de cotizaciones en forma automática cuando estén impagas, la autorización de la retención de la devolución de impuestos o de crédito fiscal para quienes tengan cotizaciones impagas o el sistema de premios y de sanciones en el acceso a los subsidios para deudores de cotizaciones, constituyen también una manera creativa y novedosa que quiero destacar y reconocer.
Todos quisiéramos más, y como país, todos esperamos avanzar más. Aquí se ha dicho -y lo voy a reiterar- que el sistema previsional en materia de salud no debería estar afecto a descuentos; es necesario alterar el ritmo de aplicación del aporte solidario, cuya implementación está prevista para el año 2012 -ojalá para 2010-; debemos buscar la fórmula de acelerar la gradualidad para que ese 60 por ciento de la población reciba cuanto antes los beneficios, en la medida en que los recursos así lo permitan.
Todas ellas son buenas noticias que se han destacado en un debate serio y responsable.
Quiero compartir algo que se ha expresado aquí por distintos diputados, referente a los administradores de los fondos previsionales, en cuanto a la presencia de los bancos. A mi juicio, es un tema que se puede debatir, donde hay legítimos puntos de vista discrepantes y opciones que son válidas, las que, en definitiva, se deben poner sobre la mesa para tratar de convencernos de la pertinencia y conveniencia de una opción u otra. No creo que haya una solución mágica. Hoy, inevitablemente, vivimos en un sistema económico cuyos niveles de concentración son excesivos, y en el ámbito de las AFP, no cabe duda de que existe una concentración excesiva de los fondos previsionales. Ese es un hecho que no es posible desmentir. Por ello, hay que intentar mejorar la competencia. Asimismo, comparto el juicio de quienes han sostenido la necesidad de abrir el sistema al ingreso de las compañías de seguros y de los bancos. Desde mi particular punto de vista, prefiero más factores en competencia que menos, por lo tanto, todo lo que permita mayor competencia, sobre todo, por las características de la economía nacional, que es pequeña y con un nivel de concentración extremadamente alto. Prefiero asumir el riesgo a quedarme sin hacer nada y mantener las condiciones actuales. Soy optimista. Pienso que es posible incorporar a nuevos actores para aumentar las condiciones de competencia, con ello sólo se pretende mejorar los beneficios para los trabajadores chilenos.
Quiero concluir, haciendo una reflexión y también un llamado.
Debates de esta naturaleza son los que prestigian a la Cámara de Diputados y al Congreso Nacional. Debates tranquilos, donde se exponen argumentos y se defienden posiciones, muchas veces con pasión, pero, sobre todo, con razón. Quiero también hacer un llamado a avanzar. Lo importante es lo que la Cámara de Diputados va a entregar con la aprobación de este proyecto, que es una señal para avanzar en la instalación de un sistema previsional que dé mayor protección a los chilenos. Esa fue la invitación del Gobierno, y nuestro compromiso, y creo que es el compromiso de todos los parlamentarios. En definitiva, el desafío es cómo logramos instalar un sistema que dé más protección a los chilenos en su vejez y les permita afrontar con mayor tranquilidad los desafíos del futuro.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado Sergio Correa .
El señor CORREA .-
Señor Presidente, pienso que esta materia debió ser analizada hace mucho tiempo por el Congreso Nacional, debido a la importancia que reviste.
El proyecto de ley en discusión, que modifica el sistema previsional que ha regido hasta el momento, representa un cambio sustancial que viene a corregir tremendas injusticias cometidas especialmente en contra de personas mayores, que deben sobrevivir con pensiones muy bajas, muchas veces, de allegadas en casas de familiares o, simplemente, abandonadas en un oscuro e inhóspito asilo.
De ahí la importancia de legislar bien, porque estamos ante la posibilidad cierta -lo digo después de haber escuchado las intervenciones de los colegas- de revertir esta situación que, sin duda alguna, es un factor de desigualdad, cuya solución se viene postergando desde hace muchos años.
Lo más importante del proyecto es el sistema de pensiones solidarias, integrada por una pensión básica solidaria de vejez y un aporte previsional solidario. Los montos involucrados, atendido el amplio universo de población beneficiaria, los criterios, los mecanismos y los instrumentos a partir de los cuales se identificará a los beneficiarios, determinarán en gran medida su correcta focalización, evitando discrecionalidades, exclusiones y otros errores que distorsionan el objetivo central.
Los requisitos para que una persona sea considerada potencial beneficiaria de esta pensión básica solidaria son: primero, no tener derecho a pensión en algún régimen previsional vigente; segundo, haber cumplido 65 años edad, y tercero, integrar un grupo familiar perteneciente al 60 por ciento de la población más pobre de la población. Es este último requisito el que resulta más difícil de determinar.
El proyecto establece que el grupo familiar está compuesto por el postulante, su cónyuge, los hijos menores de 18 años o los que se encuentren estudiando. Este concepto de familia es diferente del utilizado por otros instrumentos, cuyo objetivo también es focalizar beneficios sociales. Por ejemplo, la ficha de protección social creada recientemente por el Mideplan, y que se centra en el concepto de hogar, constituido por una persona o por un grupo de personas que pueden tener o no vínculos de parentesco y que residan bajo un mismo techo, con un presupuesto común de alimentación.
La definición de grupo familiar propuesta por el proyecto no es arbitraria, porque lo que se pretende es entregar al adulto mayor cierta autonomía económica que le garantice mayor dignidad durante su vejez. Sin embargo, establece la calidad de beneficiario en función del ingreso per cápita que, a su vez, dependerá del grupo familiar al cual pertenezca el adulto mayor. Ahora, si el núcleo considerado por el proyecto de ley no es en el que realmente vive el potencial beneficiario, se producirán distorsiones en el ingreso per cápita a considerar.
La pensión básica solidaria es, en alguna medida, continuación de las pensiones asistenciales, Pasis , otorgadas por las municipalidades con fondos del Instituto de Normalización Previsional, implementadas en 1975, que operaron sobre la base de un total de cupos nacionales asignados regionalmente. Así, si la cantidad de solicitudes superaban los cupos asignados, a pesar de cumplir con los requisitos establecidos, algunos postulantes quedaban fuera de la posibilidad de acceder al beneficio. Sin embargo, desde junio de 2006, comenzó a operar el acceso automático a las pensiones asistenciales para todas aquellas personas que cumplieran con los requisitos.
Ahora bien, de acuerdo con la encuesta Casen de 2006, la población beneficiaria de las pensiones asistenciales correspondiente al primer quintil llegaba sólo al 55 por ciento. En el otro extremo, el 2,6 por ciento de los montos destinados a cubrir este subsidio monetario se desvió hacia el quintil de mayores ingresos.
Estos datos muestran la necesidad de que en el diseño de los mecanismos de asignación de la nueva pensión solidaria se atienda con especial cuidado la organización institucional del sistema y los instrumentos a ser utilizados para lograr una focalización adecuada en la población que se busca beneficiar.
El proyecto propone la creación del Instituto de Previsión Social, servicio público descentralizado que, junto con otras funciones, deberá asumir la administración del sistema solidario y de sus recursos. Asimismo, deberá definir los criterios para el otorgamiento de los beneficios correspondientes.
A la UDI y a la Alianza por Chile les parece que esta enorme responsabilidad debe ser asumida por un ente independiente del gobierno de turno y con un perfil eminentemente técnico, como una forma de asegurar que imperen criterios sociales y no políticos.
He dicho.
El señor DÍAZ, don Marcelo ( Vicepresidente ).-
Como ha llegado la hora de término de la presente sesión y por haber más diputados inscritos para hacer uso de la palabra, la discusión de este proyecto continuará en la sesión ordinaria de mañana.
Por haber cumplido con su objetivo, se levanta la sesión.
-Se levantó la sesión a las 22.56 horas.
JORGE VERDUGO NARANJO,
Jefe de la Redacción de Sesiones.
VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
Moción de los diputados señores Valenzuela , Escobar , Enríquez-Ominami y Chahuán .
Crea la figura del “fideicomiso ciego” para los funcionarios públicos que indica. (boletín N° 5282-07)
“No cabe duda de que en una sociedad basada en el mercado el grueso de la actividad productiva está radicada en el sector privado. En los hechos, hoy en Chile, más del ochenta por ciento del producto interno es generado por éste y solo un veinte por ciento por empresas públicas. El Estado ha dejado de ser productor de bienes y servicios para transformarse en un Estado regulador.
Esta realidad determina que existan grandes posibilidades de conflicto entre el interés particular de quienes ejercen un cargo público y el interés general de la Nación; o que el cargo sea utilizado para promover intereses particulares, aún cuando ello no represente un conflicto aparente con el bien común, lo que desde un punto de vista ético resulta inapropiado. Que las personas de éxito en el mundo privado quieran participar en la vida pública es, desde todo punto de vista, algo que el país debe valorar. Ambas cosas no son en lo absoluto incompatibles. Pero se requieren reglas claras que protejan siempre el interés colectivo y alejen toda sospecha y posibilidad de conflicto de interés. La vocación de servicio público implica sacrificios. Uno de ellos es optar entre la administración de las inversiones y negocios personales y el desempeño del cargo, pues ambas cosas resultan contradictorias e incompatibles.
Para enfrentar este problema las democracias modernas han recurrido a la figura del Fideicomiso Ciego, que consiste en privar al funcionario público afecto mientras dure su desempeño o ejercicio del cargo de la administración, control y acceso a la información respecto del día a día de sus inversiones y negocios, de modo de eliminar toda posibilidad de conflicto de interés entregando esta tarea a un tercero.
Además, existen cierto tipo de bienes que por su naturaleza implican un conflicto de interés imposible de evitar aún con el fideicomiso ciego y que deben ser enajenados.
En Chile sucede que es perfectamente lícito que un ministro de Transportes sea a la vez empresario del transporte; o un ministro de Salud proveedor de medicamentos, dueño de una Isapre o de una clínica privada. Esta situación no solo es anómala sino que también perniciosa. Lo mismo ocurre con los senadores y diputados, por ejemplo. Nada impide que un senador sea banquero, solicite personalmente créditos para financiar sus empresas, maneje inversiones en la bolsa de valores o administre empresas de la más diversa índole; y todo ello desde sus oficinas del Congreso Nacional.
En consecuencia y con el propósito de llenar un vacío legal manifiesto y de dar cumplimiento de las recomendaciones de Transparencia Internacional, se presenta la siguiente moción:
Artículo 1.- Las personas que resulten electas para los cargos de Presidente de la República , Senador, Diputado o Alcalde ; o que sean nombradas Ministros de Estado , Subsecretarios, Directores de Servicios Nacionales, Superintendentes o Ejecutivos de Empresas del Estado o ministros de las Cortes Suprema y de Apelaciones, cuyo patrimonio y/o el de sus cónyuges o convivientes, exceptuando los bienes raíces destinados a casa habitación y descanso, exceda la suma de $ 500.000.000. (quinientos millones de pesos) deberán, antes de asumir sus cargos, entregar la administración de todos sus negocios e inversiones, tanto en Chile como en el extranjero en fideicomiso, de acuerdo a lo establecido en esta ley.
Artículo 2.- El Fideicomiso que establece la presente ley se constituirá por medio de una escritura pública según formulario aprobado por la autoridad competente.
Artículo 3.- Sólo podrán desempeñarse como fideicomisarios para los efectos de esta ley las instituciones financieras; nacionales o extranjeras, sujetas a la supervisión de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras. En ningún caso podrá el fideicomisario ser una persona natural.
Artículo 4.- El fideicomisario tendrá la facultad de vender, disponer, invertir, o reinvertir los bienes dados en fideicomiso, sin ninguna injerencia, participación, información o conocimiento del mandante.
Designará a los Directores en las sociedades anónimas en las que la participación accionaria del fideicomiso lo requiera y asumirá la representación del dueño en las sociedades de personas.
Artículo 5.- Queda estrictamente prohibido al fideicomiso consultar al mandante sobre la forma de gestionar y o administrar los bienes, no pudiendo este dar instrucciones de ninguna naturaleza. Esta prohibición se extiende, además, a las personas relacionadas con el mandante o que tengan interés, directo o indirecto, en el fideicomiso.
Toda comunicación entre el fideicomisario y mandante y personas relacionadas y o interesadas en el fideicomiso deberá ser por escrito.
Quedan prohibidas las comunicaciones orales de cualquier naturaleza entre ellos.
Las comunicaciones orales efectuadas conforme a este artículo deberán ser previamente aprobadas por la autoridad competente y sólo podrán versar sobre resultados globales del fideicomiso, giros a beneficio del mandante y pago de impuestos.
Artículo 6.- El fideicomisario proveerá de fondos al mandante con cargo a los bienes dados en fideicomiso cada vez que éste así lo solicite, no pudiendo éste indicar la forma de obtenerlos ni aquél informar la fuente específica.
Artículo 7.- La autoridad competente recomendará al funcionario público la enajenación de determinados negocios o inversiones cuando por su naturaleza impliquen un conflicto de intereses imposible de evitar.
Artículo 8.- El mandante gozará de la más absoluta discreción en la selección del fideicomisario, con la sola limitación del artículo 3 de esta ley.
El fideicomisario terminará por el fallecimiento del mandante o por el término del cargo que le dio origen.
Durante su vigencia el fideicomisario será responsable de la declaración y pago de los impuestos del fideicomisario, con cargo a los fondos del fideicomiso.
El mandante podrá remplazar al fideicomisario, previa autorización de la autoridad competente.
Artículo 9.- La violación del secreto que el fideicomisario debe guardar respecto de la gestión y administración de los bienes dados en fideicomiso ciego será sancionada con multa y pérdida de la licencia bancaria.
La autoridad competente será la encargada de velar por el estricto cumplimiento de las normas de la presente ley.
Artículo 10.- Para los efectos de constituir el fideicomiso, el funcionario afecto deberá efectuar una declaración de intereses y patrimonio pormenorizada, por medio de una escritura pública. Dicha declaración deberá incluir todos los bienes ubicados tanto en Chile como en el extranjero. Dicha declaración de patrimonio e intereses deberá incluir los bienes del cónyuge.
Artículo 11.- El mandante que no diera cumplimiento estricto a lo estipulado en la presente ley será sancionado con la remoción o pérdida del cargo y la inhabilidad para ser nombrado, designado o postular a cargos públicos por un plazo de 10 años contados desde la respectiva notificación.
Moción de los diputados señores Chahuán , Sepúlveda, don Roberto ; Álvarez-Salamanca , Cardemil , Galilea , Martínez , Vargas , y de la diputada señora Valcarce , doña Ximena .
Modifica el artículo 13 de la ley N° 19.296, con el objeto de que el quórum mínimo exigido para constituir una asociación en un establecimiento de salud, deba calcularse por separado en relación con los trabajadores de cada estamento. (boletín N° 5283-06)
Fundamentos del proyecto.
Mediante la promulgación de la Ley N° 19.296, publicada el 14 de Marzo de 1994, se reconoció a los trabajadores del Estado, incluidas las municipalidades y del Congreso Nacional, el derecho de constituir, sin autorización previa, las asociaciones de funcionarios que estimen conveniente, con la sola condición de sujetarse a la ley y a los estatutos de las mismas.
Su artículo 13 contempla normas especiales para constituir este tipo de asociaciones en reparticiones, servicios o establecimientos de salud que tengan más de cincuenta funcionarios, caso en el cual, se requerirá un mínimo de veinticinco trabajadores, que representen, a lo menos, el diez por ciento del total de los que allí presten servicios.
De acuerdo a lo dispuesto en el inciso segundo de este mismo artículo 13, si hubiere cincuenta o menos funcionarios, podrán constituir una asociación ocho de ellos, siempre que representen más del cincuenta por ciento del total de los mismos.
Su inciso tercero, a su vez, preceptúa que cualquiera sea el porcentaje que representen, podrán constituir una asociación, doscientos cincuenta o más funcionarios de una misma repartición, servicio o establecimiento de salud.
Para la aplicación de estas normas, se consideran que integra el personal de la respectiva repartición los funcionarios de planta y a contrata.
Estando plenamente de acuerdo con este reconocimiento legal a las asociaciones de funcionarios de la salud estatal, consideramos sin embargo, que debe aplicarse, para los efectos de la constitución de dichas asociaciones, el mismo sistema que contempla el inciso quinto de este artículo 13, para el caso de los servicios de salud y de educación municipalizados -introducido por la Ley N° 19.475, de 1996- en que los quórum se calculan en cada municipalidad por separado en relación con los trabajadores de cada estamento, toda vez que cada uno de ellos, tiene intereses distintos, lo que hace necesario contar con organizaciones distintas, sin perjuicio de que ellas puedan unirse en defensa de intereses comunes.
En mérito a lo expuesto precedentemente, venimos en someter a la aprobación de la Cámara de Diputados, el siguiente
PROYECTO DE LEY:
Artículo único: Modifícase el inciso primero del artículo 13 de la Ley N° 19.296, sustituyendo la frase “del total de los que allí presten servicios”, por la frase “del total de cada uno de los estamentos de funcionarios que allí presten servicios”.
Informe de las “Conclusiones de la Reunión de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento Latinoamericano, realizada el 23 y 24 de Agosto de 2007, en la Ciudad de México”, y a la cual asistieron los diputados señores Álvarez-Salamanca, don Pedro y Urrutia, don Ignacio .
“Reunión de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento Latinoamericano.
23 y 24 de agosto, 2007 Torre Caballito, piso 30
Asistentes:
Dip. José Carlos Cardoso , Presidente ( Uruguay )
Dip. Ignacio Urrutia Bonilla , Primer Vicepresidente (Chile)
Dip. José Casimiro Ramos Calderón , Segundo Vicepresidente (República Dominicana)
Dip. Pedro Álvarez Salamanca , Vicepresidente (Chile)
Dip. Jaime César Naranjo Ortiz (Chile)
Dip. Richard Charamelo ( Uruguay )
Dip. Homero Viera ( Uruguay )
Dip. Carolus Wimmer (Venezuela)
Dip. Daniel Rojas López (Paraguay)
Dip. James Ray Hassell ( Antillas Neerlandesas)
Dip. Getmar Caldera ( Antillas Neerlandesas)
Dip. Leonardo Eugenio Martínez López (Cuba)
Sen. Guillermo Padres Elías (México)
Legislador Rosa María Loaíza Álvarez (Ecuador)
Sen. Silvia Giusti (Argentina)
Dip. Luis Amilcar Argüello (Guatemala)
Sen. Jesús Dueñas (México)
Dip. Oriel Castro de la Rosa (México)
Dip. Pablo Santa Ana (República Dominicana)
Dip. Walter Ramón Gavidia (Venezuela)
TEMA I
PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN EL MUNDO.
El agua es esencial para la vida humana, la biodiversidad y la producción agrícola, por lo tanto esta comisión acuerda recomendar a los países integrantes del Parlatino el uso racional del agua que se deriva en los siguientes tópicos:
-Velar porque los países inviertan en el tratamiento de las aguas;
-para consumo humano, dado que las aguas potables son un factor esencial para la salud pues contribuyen no sólo al descenso de enfermedades tradicionales, sino fundamentalmente a la disminución en la desnutrición infantil,
-en cuanto al tratamiento de aguas servidas, se debe avanzar dada su importancia para la producción agrícola limpia, esencial para colocar nuestros productos agropecuarios en los mercados internos y de exportación, cada día más exigentes y también porque un buen tratamiento de aguas servidas permite el re-uso de aquellas, importante en las comunidades donde el recurso es escaso.
-Promover el cuidado de los distintos ecosistemas como base de la biodiversidad que permiten, además del desarrollo de las distintas especies animales y vegetales, la vida del hombre en la tierra. La deforestación y la desertificación son problemas globales que deben ser combatidos a nivel universal
-Legislar respecto al manejo de cuencas hidrográficas de manera que todos los agentes involucrados en ellas participen de las decisiones respecto de la intervención en cualquier ámbito de la cuenca, ya sea para el uso de aguas de riego, reforestación en las cuencas, manejo de aguas servidas, construcción de represas para acumular aguas y retener y adecuar limos u otras necesidades o proyectos de innovación.
-Alentar a los gobiernos para que promuevan la construcción de embalses que tengan en lo posible tres propósitos:
-acumulación de aguas para consumo humano y producción agropecuaria
-generación de energía hidroeléctrica
-evitar los desastres naturales
-Recomendar a los organismos internacionales y a los gobiernos invertir en sistemas de riego tecnificado estudiando los cauces y caudales de aguas subterráneas, además de establecer legislaciones que permitan su uso futuro.
-Recomendamos también a los países que tienen cauces hidrográficos compartidos, legislaciones acordadas, que permitan mantener un orden legal en aquellas aguas.
TEMA II
PEQUEÑOS RUMIANTES. PRODUCTIVIDAD Y EXPLOTACIÓN
Esta segunda mesa se centró fundamentalmente en la exposición que realizó el Ing. José Ramón Panceiras de Cuba , Director de la Empresa Nacional de Ganado Menor , a propósito de una ganadería "alternativa".
TEMA III
TRAZABILIDAD ANIMAL
Para esta mesa se contó con la exposición del Dip. Homero Viera de Uruguay, destacando la particularidad del tema en el país. Se señaló que a partir del 2001 se inició el proceso de discusión particularmente en el tema de producción de carne y su exportación. Las exigencias en materia de salubridad y en materia económica han hecho del asunto de la trazabilidad una cuestión de oportunidad.
Existen procesos de trazabilidad en otras latitudes como en Europa. Sin embargo, estos se han limitado a aspectos meramente administrativos pero no de información en el proceso de la producción, distribución y control de la carne. La idea central gira en torno a la palabra confianza, es decir, contar con datos específicos y objetivos de la carne desde su origen hasta su consumo final.
En el entendido que una buena nota para cada productor de carne, consideramos trascendente el avance de trazar hacia un banco de datos los elementos informativos que la seguridad alimentaria de carne reclama, tales como genética del animal, su historia sanitaria, por donde transitó y demás características que seguramente auditarán en lo previo a cada país exportador.
Existen otras experiencias en donde esta trazabilidad fue alternativa y no obligatoria. No obstante ello, existe un proceso de orientación hacia este sistema. La trazabilidad ha comenzado a nivel local buscando expandirla a nivel nacional. Se invitó a compartir, conocer e intercambiar la experiencia mexicana con la uruguaya.
El Presidente de la Comisión , el Dip. José Carlos Cardoso , sugirió que la primera Reunión de 2008 de la misma se llevara a cabo en la República Oriental del Uruguay.
TEMA IV
BIOCOMBUSTIBLES
Expusieron la senadora Silvia Giusti de Argentina y el diputado Ignacio Urrutia de Chile quedando el tema en discusión para la reunión de octubre en Panamá.
La Comisión proveerá a la Comisión de Energía y Minas de todos los materiales y exposiciones presentadas sobre el tema y a su vez solicitará a esta el material que tenga en debate.