Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III.
ORDEN DEL DÍA
-
PROPOSICIONES PARA DESIGNACIÓN DE SEÑORES EDMUNDO PÉREZ YOMA Y MAHMUD ALEUY EN DIRECTORIO DE TVN
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Guillermo Vasquez Ubeda
- INTERVENCIÓN : Miguel Adolfo Zaldivar Larrain
- INTERVENCIÓN : Andres Allamand Zavala
- INTERVENCIÓN : Soledad Alvear Valenzuela
- INTERVENCIÓN : Jorge Patricio Arancibia Reyes
- INTERVENCIÓN : Nelson Jaime Avila Contreras
- INTERVENCIÓN : Carlos Bianchi Chelech
- INTERVENCIÓN : Carlos Cantero Ojeda
- INTERVENCIÓN : Andres Pio Bernardino Chadwick Pinera
- INTERVENCIÓN : Juan Antonio Coloma Correa
- INTERVENCIÓN : Camilo Escalona Medina
- INTERVENCIÓN : Alberto Espina Otero
- INTERVENCIÓN : Carlos Fernando Flores Labra
- INTERVENCIÓN : Jose Garcia Ruminot
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Guido Girardi Lavin
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Gomez Urrutia
- INTERVENCIÓN : Antonio Horvath Kiss
- INTERVENCIÓN : Carlos Ignacio Kuschel Silva
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Juan Pablo Letelier Morel
- INTERVENCIÓN : Pablo Longueira Montes
- INTERVENCIÓN : Evelyn Matthei Fornet
- INTERVENCIÓN : Pedro Hector Munoz Aburto
- INTERVENCIÓN : Jaime Naranjo Ortiz
- INTERVENCIÓN : Alejandro Navarro Brain
- INTERVENCIÓN : Ricardo Nunez Munoz
- INTERVENCIÓN : Carlos Ominami Pascual
- INTERVENCIÓN : Jaime Orpis Bouchon
- INTERVENCIÓN : Victor Perez Varela
- INTERVENCIÓN : Jorge Pizarro Soto
- INTERVENCIÓN : Sergio Mariano Ruiz Esquide Jara
- DEBATE
-
PROPOSICIONES PARA DESIGNACIÓN DE SEÑORES EDMUNDO PÉREZ YOMA Y MAHMUD ALEUY EN DIRECTORIO DE TVN
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 355ª
Sesión 35ª, en martes 17 de julio de 2007
Especial
(De 18:32 a 21:21)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE, PRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
Pág.
I. ASISTENCIA.........................................................................................................
II. APERTURA DE LA SESIÓN...............................................................................
III. ORDEN DEL DÍA:
Proposiciones para designación de señores Edmundo Pérez Yoma y Mahmud Aleuy en directorio de TVN (se rechazan)¿¿¿¿¿¿¿..
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Allamand Zavala, Andrés
--Alvear Valenzuela, Soledad
--Arancibia Reyes, Jorge
--Ávila Contreras, Nelson
--Bianchi Chelech, Carlos
--Cantero Ojeda, Carlos
--Chadwick Piñera, Andrés
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Escalona Medina, Camilo
--Espina Otero, Alberto
--Flores Labra, Fernando
--Frei Ruiz-Tagle, Eduardo
--García Ruminot, José
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Girardi Lavín, Guido
--Gómez Urrutia, José Antonio
--Horvath Kiss, Antonio
--Kuschel Silva, Carlos
--Larraín Fernández, Hernán
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Longueira Montes, Pablo
--Matthei Fornet, Evelyn
--Muñoz Aburto, Pedro
--Muñoz Barra, Roberto
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Navarro Brain, Alejandro
--Novoa Vásquez, Jovino
--Núñez Muñoz, Ricardo
--Ominami Pascual, Carlos
--Orpis Bouchón, Jaime
--Pérez Varela, Victor
--Pizarro Soto, Jorge
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Vásquez Úbeda, Guillermo
--Zaldívar Larraín, Adolfo
Concurrieron, además, los señores Ministros Secretario General de la Presidencia , don José Antonio Viera-Gallo Quesney, y Secretario General de Gobierno , don Ricardo Lagos Weber.
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el señor José Luis Alliende Leiva.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 18:32, en presencia de 37 señores Senadores.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. ORDEN DEL DÍA
PROPOSICIONES PARA DESIGNACIÓN DE SEÑORES EDMUNDO PÉREZ YOMA Y MAHMUD ALEUY EN DIRECTORIO DE TVN
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Por acuerdo unánime de los Comités, se citó a esta sesión especial a fin de pronunciarse acerca de la designación de los señores Edmundo Pérez Yoma y Mahmud Aleuy Peña y Lillo como miembros del Directorio de Televisión Nacional propuesta por Su Excelencia la Presidenta de la República.
--Los antecedentes sobre los oficios (S 972-05 y S 973-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Se dan cuenta en sesión 29ª, en 3 de julio de 2007.
Informes de Comisión:
Constitución, sesión 31ª, en 10 de julio de 2007.
Constitución y Educación, unidas, sesión 34ª, en 17 de julio de 2007.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
Señores Senadores, los Comités, en reunión de hoy, resolvieron unánimemente abrir la votación una vez iniciada esta sesión especial, sin debate previo, con derecho a fundar el voto y con la posibilidad de que, si un Ministro solicita la palabra, intervenga hasta por cinco minutos antes de empezar a votar.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
No se encuentra presente en la Sala ningún Ministro.
Por consiguiente, se abrirá la votación.
El señor BIANCHI.-
¿Se hará de una sola vez, señor Presidente?
El señor MUÑOZ BARRA.-
Se votan las dos proposiciones.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Es una sola votación.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , la bancada radical socialdemócrata planteó en su momento la necesidad de debatir acerca de lo que la televisión pública es hoy y entiende claramente que tanto la regulación de la televisión abierta como la del canal estatal (Televisión Nacional de Chile) no están acordes con el signo de los tiempos.
Hay que recordar que, al momento de dictarse las normas que ahora nos rigen, el concepto era que el canal público y las universidades debían tener las concesiones, en virtud de que la televisión había de ser un medio de comunicación masivo, que propendiera a la difusión de los valores patrios, la cultura, el mejoramiento del conocimiento y de la información de la sociedad.
Hoy la televisión no está compuesta necesariamente por el canal estatal y canales dependientes de universidades. La acción y el control de privados la han transformado en una actividad económica más, que produce lucro.
En consecuencia, nos encontramos en la actualidad con un panorama absolutamente diferente de aquel en que se postulaba la regulación a que me acabo de referir.
Más aún, la televisión digital, si es regulada como esperamos que lo sea, traerá inevitablemente nuevos actores, que, de manera esencial, serán privados.
Ello exige, por lo tanto, disponer de una normativa acorde con el signo de los tiempos.
Nuestra posición como bancada radical socialdemócrata fue precisamente esa: no entrar a la discusión sobre nombres más o nombres menos, sino a un debate de fondo acerca de la calidad y el carácter que debe tener la televisión en Chile.
Esta mañana la Presidenta de la República se comprometió con esta bancada a que se abra un debate nacional sobre la actual televisión; se cree una comisión especial para realizar el estudio de ella, de lo que se pretende hacia el futuro, y, finalmente, se presente el proyecto de ley correspondiente.
En tal escenario, los tres Senadores radicales socialdemócratas nos comprometimos a votar favorablemente las proposiciones hechas en esta ocasión.
Por eso, voto que sí.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
Señor Presidente , a nadie escapa la importancia que tienen para un sistema democrático los medios de comunicación, en particular la televisión, y dentro de ellos, Televisión Nacional.
Por eso, quienes participaron en su creación pensaron y trabajaron en pro de un estatuto que encarnara una visión plural de cultura, de formación, que enriqueciese a nuestra sociedad.
Ha pasado mucho tiempo y, con el correr de los años, en vez de perfeccionarse, de legitimarse, no solo se ha apartado de aquel concepto, sino que ni siquiera ha servido para tener ahí un punto de referencia frente, en más de una oportunidad, a los excesos o a la falta de calidad de canales donde son otros los patrones reguladores.
Por eso, si reviste importancia contar con un canal de televisión nacional, es en tal sentido. Y, fundamentalmente, es en el directorio donde descansa la mayor responsabilidad.
En ese entendido, a mi juicio, nuestra votación debe estar acorde con aquello.
Además, de alguna manera las Regiones necesitan contar con un medio que integre, que vincule y que permita a la nación chilena expresarse en sus instituciones y en su cultura cada vez en forma más amplia, más tolerante, y donde la diversidad regional también tenga cabida.
Nada de ello es posible hoy ante la falta de presencia de Televisión Nacional, especialmente en la Región que represento.
Son esos los motivos que me llevan a votar del modo en que lo voy a hacer.
Pero, también, las dos personas propuestas, ninguna de las cuales, a mi juicio, califica, por diversas razones, que no es del caso entrar a detallar en este momento.
En enero del presente año, en la última sesión antes del receso, expresé los reparos de fondo que tenía en cuanto a una de ellas por participar en un medio de comunicación, en un cuerpo editor secreto, que, al margen de la libertad de información y alejándose de lo necesario para un buen funcionamiento político, realizó campañas arteras contra personas cercanas a mí y, además, contra decisiones políticas mías, que siempre las he tomado con libertad y cara a cara.
Por todo lo anterior, señor Presidente, y porque creo que en la vida pública todos debemos hacer un esfuerzo por dar lo mejor de nosotros para la democracia y las instituciones, voto que no.
El señor ALLAMAND.-
Señor Presidente , de más está señalar la importancia que ha ido adquiriendo el debate respecto tanto de los nombres propuestos por el Ejecutivo como de lo que podríamos denominar "trasfondo de la discusión".
Si uno observa, lejos de la trinchera política, cuáles son algunos de los rasgos o características de las que podríamos llamar "democracias más sabias, más progresistas, más pujantes", advierte que en ellas es posible encontrar, en forma bien delimitada, áreas de -en el buen sentido de esas palabras- divergencia, debate, controversia, y simultáneamente, áreas de lo que podríamos denominar "neutralidad política". Es decir, se trata de que la vitalidad del juego democrático tenga ciertos límites y, en consecuencia, de que institucionalmente sea factible definir ciertos espacios donde, en definitiva, puedan existir zonas de la llamada "neutralidad política".
Por definición, los bancos centrales aluden a esa lógica de zonas de neutralidad política. Y, en el caso de Televisión Nacional, creo que ese es el concepto de fondo que debe existir tras el debate acerca de la naturaleza de la televisión pública y, paralelamente, sobre las características, condiciones o atributos de las personas que deben integrar su Directorio.
Es indudable que durante muchos períodos la trayectoria de la televisión chilena y de TVN se apartó de ese concepto. Y no voy a reiterar aquí la polémica, tantas veces repetida, en cuanto a si se trata de tener un canal de gobierno, un canal del Estado, un canal público, con características de pluralismo y apertura, que es el que todo el mundo conoce.
Cuando se definió la ley, se avanzó y se dio un paso, en mi opinión gigantesco, en términos de una zona de neutralidad política dentro de un ámbito tan importante como lo es un canal público de televisión.
Posteriormente, en 2004 -yo diría que ese año marca un punto de inflexión-, y a raíz de una situación de gran complejidad interna en la estación estatal, se establece la idea de retomar la senda de la adecuada "neutralidad política". En esa oportunidad, el Presidente de la República propuso un Directorio que garantizaba el concepto de pluralismo.
Y quiero citar lo que expresó el entonces Ministro del Interior , don Francisco Vidal , quien, por las paradojas de la política, hoy se desempeña precisamente como Presidente de Televisión Nacional : que la proposición del Ejecutivo tenía por objeto "mantener los principios, el de la pluralidad, el de garantizarle a todos los chilenos que su canal público sea autónomo del gobierno, de los partidos políticos y del poder económico".
Ese fue el criterio que inspiró la conformación del Directorio que en dicha oportunidad propuso el Presidente Lagos y que con tanta fuerza defendió quien hoy es -reitero- Presidente de Televisión Nacional.
No voy a señalar los desaciertos que ha tenido el actual Presidente de TVN, pues el Directorio se los ha representado en dos ocasiones en los últimos 30 días.
En verdad, no deja de ser un récord que la persona que preside Televisión Nacional haya sido reprendida en dos oportunidades en menos de 30 días por la unanimidad de los directores.
La situación llegó a un punto límite la semana recién pasada, cuando el señor Vidal expresó su opinión respecto a la conducta de los periodistas de Televisión Nacional. Sostuvo que la mayoría de los canales son de Derecha, que "la mitad de TVN es socialdemócrata". Y puntualizó: "La derecha siempre criticó la existencia del periodismo comprometido, pero hoy no hay periodistas comprometidos con la izquierda o la centroizquierda, más bien ahí prima la independencia y la autonomía, es el buen tono. Es lo políticamente correcto".
El Presidente de Televisión Nacional tuvo que pedir disculpas a los sindicatos, a los periodistas, en general, por su tremendo desacierto.
En consecuencia, esta no es una proposición que deba descontextualizarse de manera absoluta de las tensiones que en este minuto existen en el canal estatal.
Mi impresión es que la nominación que hoy se plantea constituye precisamente la señal inversa de aquella que debe primar en Televisión Nacional y, conceptualmente, lo contrario de lo que manifestó el entonces Ministro del Interior , señor Francisco Vidal.
Por eso, rechazo la proposición.
La señora ALVEAR.-
Señor Presidente , desde ya, quiero manifestar mi apoyo a la propuesta que la Presidenta de la República ha formulado a este Senado para su ratificación.
Aquí se ha recordado muy bien que en un canal como Televisión Nacional se precisan pluralidad y autonomía. Y me parece que quienes hoy son sugeridos como directores reúnen las mismas características de los que actualmente desempeñan iguales cargos.
Por lo general, en el Senado ha existido consenso para aprobar los nombres que los diversos Mandatarios han planteado.
En ese contexto, considero que las personas propuestas por la Presidenta de la República poseen las condiciones para cumplir su cometido con el pluralismo y la autonomía que se requieren en un canal estatal de televisión.
Me alegra, señor Presidente , que vayamos a discutir en el Congreso el tema de la televisión en forma global, así como las definiciones que nuestro país debe adoptar en lo relativo a la televisión digital. Me parece imprescindible un debate sobre tales materias.
Sin embargo, lo que hoy se somete a nuestra consideración son los dos nombres propuestos por la Presidenta de la República.
En el caso de Edmundo Pérez, ex Ministro de Estado, con quien fui colega de gabinete, pienso que tiene condiciones más que suficientes para asegurar al Parlamento el pluralismo necesario.
Y si la Primera Mandataria ha estimado que también puede desempeñar esa tarea el señor Mahmud Aleuy -a quien no conozco personalmente, pero sé de sus referencias-, es porque este se encuentra en condiciones de asumir dicha responsabilidad en forma cabal.
Voto a favor.
El señor ARANCIBIA.-
Señor Presidente , la verdad es que me cuesta entender la lógica de la proposición hecha al Senado para efectuar reemplazos en el Directorio de Televisión Nacional de Chile.
Si uno realiza un análisis externo de la cuestión, puede concluir que lo coherente hubiera sido presentar los candidatos en la oportunidad en que era necesario llenar cada cargo. Ello habría conducido a dar a conocer dos personas en tiempos distintos para pedir las resoluciones respectivas de esta Corporación, en virtud de los méritos de cada uno.
Aparte de llamarme la atención el procedimiento que siguió el Gobierno, quiero ser bien claro ante el Senado para señalar la dificultad que me suscita el planteamiento que nos ocupa y la forma en que se ha expuesto.
Tuve la posibilidad de conocer y trabajar directamente con el señor Edmundo Pérez Yoma cuando fue Ministro de Defensa Nacional. Y en esa labor, estrecha, directa, pude percibir, dentro de las condiciones humanas que lo distinguen, una figura no dogmática, absolutamente no ideologizada, en términos de la función que estaba cumpliendo. O sea, fue capaz de enfrentar con valor un desafío que en ese momento, desde el punto de vista político, era mayor. Subrayo que lo hizo con entereza, con una actitud que realmente logró unificar tras su persona al sector de las Fuerzas Armadas, al cual pertenecía en ese momento el Senador que habla. Es decir, se constituyó en un factor de unidad, cosa difícil de lograr, particularmente en el debate político que desarrollamos aquí de tanto en tanto.
Por ello, tengo el más alto recuerdo de esa imagen de unidad de un sector que no lo estaba pasando bien, respecto del cual, cuando llegó a encabezarlo, dijo: "Yo me constituyo en el escudo de las Fuerzas Armadas". Sus palabras representan un símbolo que señala un tiempo muy importante.
Si me hubieran planteado esta coyuntura en forma separada, no tendría ninguna duda frente a la figura del señor Edmundo Pérez Yoma. Pero el debate se está dando en otro contexto: se han propuesto dos candidatos, en forma simultánea.
Y cuando leo las características del segundo postulante: el señor Aleuy -a quien no conozco-, me encuentro con que dentro de sus antecedentes se halla el ser Presidente del Directorio del diario "La Nación". Si bien explica el trabajo que ha desarrollado y la forma en que ha mejorado la situación financiera de ese periódico, no alude a la línea editorial, que de alguna manera tiene que ver con quien ejerce la presidencia. En tal sentido, creo que nadie en la Sala podría sostener que "La Nación" exhibe una línea editorial plural, si es que la palabra "plural" tiene el mismo sentido para moros y cristianos.
Ahí se genera mi dificultad, pues se propone a una persona respecto de la cual doy fe en cuanto a que mantuvo una actitud que incluso unió a un sector; y, conjuntamente, a otra en la que no veo lo mismo. Y eso me preocupa.
Lo anterior -lo digo desde lo más profundo de mi corazón- hace que, frente a una situación de esta naturaleza y en esta instancia, me abstenga de votar.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , un canal estatal que se ve forzado a adoptar las características básicas de la televisión comercial no puede hacer televisión pública.
Por lo tanto, este es un tema pendiente en el país.
Debido a ello, hoy en la mañana, en la entrevista que sostuvimos con la Presidenta de la República , concordamos acerca de la necesidad que existe de reponer este debate. En tal sentido, en un lapso no superior a tres meses se enviará al Congreso Nacional un proyecto de ley que permita abrir una discusión amplia y, a la vez, profunda acerca de los aspectos que a lo largo de estos años han sido sistemáticamente soslayados.
Se ha privilegiado tan solo la composición de un Directorio que tiene bien "estibada la carga", desde el punto de vista político-formal, pero no puede llevar adelante un pluralismo amplio -como debiera ser-, porque el binominalismo del campo electoral también se ha trasladado a la pantalla. Sus miembros son celosos guardianes de los minutos que le corresponden a cada conglomerado, pero no pasan de esa preocupación.
Es así, entonces, que Televisión Nacional de Chile es un canal que, por cierto, ha obtenido un gran éxito acometiendo los desafíos en el plano a que ha sido forzado a actuar. Si se lo obliga a autofinanciarse, es obvio que queda entregado a los designios del mercado, y, en tal sentido, son los anunciantes los que mandan. El Estado proporciona la infraestructura y el equipamiento, pero los contenidos los ponen otros, es decir, los que están en condiciones de "pagar la música".
En un comienzo vimos como muy propicio para llevar a cabo esta discusión el momento en que se realizara el nombramiento de los dos miembros del Directorio de Televisión Nacional de Chile. Sin embargo, luego de reunirnos con la Presidenta , nos parece mucho más adecuado lo que surgió en la conversación.
Reitero: el Congreso va a conocer próximamente un planteamiento de fondo, que vendrá consignado en un proyecto específico, y todos los sectores tendrán la posibilidad de dar a conocer su punto de vista sobre una materia tan sensible para todos los chilenos como la de las comunicaciones, en particular las del medio televisivo.
Por las razones expresadas, señor Presidente, y tal como lo ha adelantado el Senador señor Vásquez, voto a favor.
El señor BIANCHI.-
Señor Presidente , es una lástima que no se haya aprovechado la oportunidad para hablar sobre la descentralización de las comunicaciones en nuestro país.
Y si bien se ha manifestado que hay un compromiso de la Primera Mandataria en orden a hacer llegar un proyecto al Congreso en tres meses más -no tengo por qué dudar de que así ocurrirá-, creo que el procedimiento era al revés. Habría sido bueno analizar primero, como país, como Parlamento, cuál es la televisión estatal que se quiere; cuál debiera ser su parrilla programática; sus contenidos; cómo debiera descentralizarse. Porque se supone que pertenece a todo Chile y a cada uno de los chilenos, pero lo máximo que se entrega a las Regiones es del orden de 10 ó 15 minutos, lapso en que se "descuelgan" del nivel central para emitir un microinformativo local. Esa es toda la presencia regional existente.
Desde mi perspectiva, entonces, Televisión Nacional no ha cumplido con el objetivo de ser un canal de cada uno de los chilenos. No se ha descentralizado. Y la gente, más allá de los programas de entretención, de información, de deportes, etcétera, no lo ve con un sentido mayor de pertenencia, porque no ha habido un debate sobre el punto. Y el momento apropiado para realizarlo era antes de llegar a la votación en que nos hallamos.
¿Por qué digo eso? Porque si hubiésemos analizado en forma previa qué canal estatal queremos, la consecuencia lógica habría sido que luego le resultara fácil a la Presidenta de la República proponer nombres que se ajustasen al proyecto de televisión país que se hubiese discutido.
Es indudable que hoy nos encontramos -es conveniente que se sepa- frente a una votación eminentemente política, destinada a llenar dos cupos de esa misma índole. Y se nos plantea designar a dos personas que se han paseado durante largos años -lo digo con el respeto que me merecen- en varios cargos, en diferentes lugares y desarrollando diferentes actividades. Ni siquiera hay un recambio de rostros, de modo que la gente pudiera ver que existe la posibilidad de que otros también opten a ser miembros de un Directorio tan importante como el de Televisión Nacional.
Asimismo, quiero destacar, señor Presidente , que dentro de ese órgano no se incluye una mirada de carácter regional; no hay un director o una directora que lleve por delante una propuesta de tipo local. Por lo tanto, se trata de un Directorio esencialmente político y que no ha logrado descentralizarse.
Aprovecho la oportunidad para entregar a la Jefa del Estado el mensaje de que en el proyecto que hará llegar al Parlamento puede perfectamente incluir un cupo más, con la finalidad de incorporar al Directorio el aspecto regional, tan necesario para lograr la transversalidad, la pluralidad y la apertura, como corresponde, a todo el país.
Tengo la mayor voluntad de respaldar las proposiciones que nos haga el Ejecutivo, siempre que sean buenas. Pero, en la que hoy nos ocupa, primero se plantean los nombres y después de tres meses se enviará un proyecto.
Cabe recordar que, hace tres años o tres años y medio, un acuerdo del Senado apuntó a incorporar cambios fundamentales en la televisión estatal. Y ello no se ha respetado, pese a constituir una base importante de lo que se deseaba, como país, en cuanto a dicho medio.
Por mi parte, no estoy dispuesto a votar sólo por nombres, sólo por un aspecto político. Creo que el tema es mucho más profundo y tremendamente complejo.
Repito: primero debimos analizar qué televisión estatal queremos; hacia dónde ha de orientarse; cuáles son las necesidades de Chile en la materia. Lo que estamos haciendo esta tarde no es otra cosa que llenar dos cargos desocupados.
Voto en contra, señor Presidente.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Cantero.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente , hemos sido convocados a pronunciarnos respecto de la integración del Directorio de Televisión Nacional, de conformidad con lo dispuesto en la ley que regula la administración de esa corporación.
Debo señalar que en cada uno de los últimos ejercicios en tal sentido el Senado ha expresado enérgicamente su preocupación respecto de los derroteros que está tomando la gestión de la entidad.
En mi opinión, esos permanentes reproches al rumbo de la administración de TVN se van a proyectar ad aeternum si no ponemos coto a la situación de una vez por todas.
¿Por qué?
En primer lugar, porque la Ley de Televisión Nacional de Chile es tan ambigua y carente de un sentido que permita orientar la gestión del organismo que realmente sorprende. La única norma acerca de este aspecto es el artículo 3º, que en su inciso primero expresa:
"En el cumplimiento de los fines antes señalados, deberá sujetarse estrictamente al "correcto funcionamiento" que define" la ley Nº 18.838.
Y agrega, en el inciso segundo, que en la programación se deberá manifestar pluralismo y objetividad.
¡Eso es cuanto establece sobre la materia el cuerpo legal citado...!
Y, entonces, cuando se aborda el asunto, cada parlamentario cobra una cuenta sepa Dios en función de qué sustento, dado que el mandato que el legislador les da a los miembros del Directorio es de una vaguedad francamente sorprendente.
Esa es la primera razón que me motiva a anunciar que no estoy dispuesto a seguir entregando mandatos o representaciones a ningún director de Televisión Nacional si en verdad no sé para qué se le designa ahí.
Un segundo elemento tiene que ver con algo que efectivamente resulta esencial: el pluralismo, la objetividad, el equilibrio.
Creo que se ha llegado a un punto en el que, en realidad, ello se encuentra en riesgo. Por consiguiente, se requiere precisar el mandato.
En tercer lugar, en el Senado debiera efectuarse, ante todo, un análisis respecto de la televisión pública. No está claro el sentido que le asignamos ni cómo se pretende realizar la gestión. Y esto es determinante si uno asume que nos encontramos ad portas de una variación radical en el medio televisivo a nivel mundial y, por cierto, con su correlato o impacto en el ámbito nacional: el cambio hacia la televisión digital. En consecuencia, vale la pena preocuparse de definir los criterios orientadores respecto de esta temática.
En cuarto término, en el sector que nos ocupa existen referentes claves: la industria televisiva global, que produce un fuerte impacto cultural en todas las sociedades; la televisión nacional, que genera lo que estamos discutiendo en este minuto; y un problema que no está resuelto en Chile, cual es que en el área regional y local no hay una expresión del ámbito comunicacional. Por lo tanto, la localidad y la regionalidad se ven aplastadas.
Eso lo hemos visto, con una elocuencia dramática, a propósito del Transantiago. Los habitantes de Regiones han sido bombardeados de una manera grosera, inaceptable, respecto de los problemas que afectan a la Capital, sin que tengan una mínima sospecha de lo que pasa en el plano local.
En Antofagasta, por ejemplo, el pasaje de la locomoción colectiva ha subido en un porcentaje increíble. Sin embargo, todo el mundo está preocupado de que en Santiago se registran problemas de traslado.
Así que, francamente, la situación es muy preocupante.
Quinto elemento: la televisión, y en particular el canal público, ¿se podrá seguir rigiendo sólo por el rating o por el people meter on line? Pienso que los factores mencionados deben ser orientadores de estas temáticas.
Por las razones indicadas, rechazo los nombramientos propuestos.
He dicho.
El señor CHADWICK.-
Señor Presidente , algunos señores Senadores ya lo mencionaron, pero quiero precisarlo.
El 21 de abril de 2004, justamente después de que esta Corporación acogiera la proposición que en esa época nos dirigió el Presidente Lagos para renovar totalmente el Directorio de TVN, aprobamos por unanimidad -¡por unanimidad, señor Presidente !, luego de un intenso y profundo debate, un proyecto de acuerdo sobre la televisión pública.
En dicho documento señalamos la necesidad de hacer una revisión e introducir modificaciones a la Ley de Televisión Nacional, para los efectos de clarificar el sentido y la finalidad de un canal público. Al mismo tiempo, definimos los objetivos prioritarios que debiera tener un medio de comunicación de tal carácter en nuestro país.
Entre ellos, recuerdo el de asegurar el pluralismo, garantizando oportunidades equitativas a todas las tendencias políticas, a fin de que tuvieran una efectiva representatividad.
Además -agregábamos-, TVN estaba "obligada a mantener un equilibrio constante en el conjunto de su programación. Todas las visiones deben ser presentadas en forma unánime, velando prioritariamente por la objetividad y la imparcialidad en el trabajo periodístico en todas sus labores informativas nacionales y regionales".
Esto lo afirmamos -repito: por unanimidad- todos los Senadores que nos hallábamos presentes en aquella sesión de 2004.
Hoy, a raíz de una renovación parcial del Directorio de Televisión Nacional, esperábamos que la proposición de la señora Presidenta de la República acentuara ese compromiso que expresó el Senado, en términos de lo que debía ser un medio de comunicación de carácter público.
Sin embargo, en esta propuesta viene nominada una persona respecto de la cual no tengo necesidad de recurrir a elementos políticos, subjetivos o partidistas para referirme a ella, pues me basta indicar su experiencia en un medio de prensa público para llegar a la conclusión que voy a señalar.
Se nos propone a quien ha ejercido por casi diez años la Presidencia de un diario que pertenece a todos los chilenos: "La Nación". Y muy bien se preguntaba el Honorable señor Arancibia si en esta Sala algún señor Senador realmente cree que dicho periódico ha sido un ejemplo positivo o una experiencia favorable de un medio de comunicación que busca informar o representar con objetividad y pluralidad a todos los sectores políticos o culturales del país.
Creo que nadie podría afirmarlo.
Y sería difícil para los Senadores que concurrimos a aprobar, por unanimidad, el proyecto de acuerdo mencionado -ahí establecimos un modelo de canal público- señalar que "La Nación", el diario de todos los chilenos, ha sido un ejemplo del ideal que nosotros definimos en su sentido, sus finalidades y deberes.
Más aún, el propio señor Aleuy manifestó, en las Comisiones de Constitución y Educación, unidas, que no cree o no está convencido de que el diario que preside sea un modelo de pluralidad y objetividad. En efecto, me correspondió consultarle directamente acerca de si consideraba que la línea editorial de "La Nación" era representativa de los conceptos de pluralidad y objetividad periodísticas. Y el señor Aleuy -quienes asistieron al debate de las Comisiones unidas pueden ratificar lo que digo- señaló expresamente que la línea editorial respondía a un criterio de nicho de mercado, y que, como los medios de comunicación escritos representan -mayoritariamente- un determinado signo político, él había impulsado, a través de "La Nación", un nicho de mercado diverso.
A mi modo de ver, esto revela algo mucho más profundo y que constituye un error conceptual muy serio, esto es, pensar que el compromiso con la objetividad y la pluralidad de un medio de comunicación público no es un bien en sí mismo, ni una finalidad absoluta, sino que está sujeto a circunstancias o coyunturas: ayer y hoy, de mercado; mañana, no sabemos cuáles podrían ser.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor CHADWICK.-
En esa respuesta del señor Aleuy se revela una confusión, pues la pluralidad y la objetividad de tales medios deben ser siempre un objetivo perseguido y un bien por preservar a todo evento. Jamás puede estar determinado por coyunturas o circunstancias, cualesquiera que ellas sean.
En consecuencia, señor Presidente , porque creo que la proposición de la Presidenta de la República no cumple con los deberes mínimos que exige la ley, ni -menos aún- resulta coherente con el contenido del proyecto de acuerdo que el Senado aprobó unánimemente en abril de 2004 -donde fijamos el ideal que queremos para un medio de comunicación público-, me veo en la obligación de rechazarla.
)----------(
El señor COLOMA.-
Señor Presidente, antes de fundamentar mi voto, quiero pedir la autorización del Senado para que las Comisiones de Agricultura y de Medio Ambiente, unidas, sesionen paralelamente con la Sala, a fin de resolver, de una vez por todas, el tema del bosque nativo.
Tenemos la opción de llegar a un acuerdo relevante. Sin embargo, no hemos podido abocarnos a él, anteriormente por el Transantiago y ahora por Televisión Nacional. Yo no sé qué pasará, entre medio, con los bosques del país.
Por ello, solicito recabar el asentimiento de la Sala para que podamos avanzar en esa tarea. De ser así, no intervendría.
El señor ÁVILA.-
¡Es un premio
El señor COLOMA.-
¡No, es una oferta!
El señor NARANJO.-
¡Y muy atractiva!
El señor ÁVILA.-
¡No nos prive de ese premio, señor Presidente!
El señor COLOMA.-
¡Insisto, es una oferta!
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente , de concederse la autorización, pido lo mismo para la Comisión de Transportes, con el objeto de tratar lo concerniente al Administrador Provisional del plan de transporte urbano de la ciudad de Santiago.
El señor NARANJO.-
No hay acuerdo.
El señor COLOMA.-
No aleguemos después que el bosque nativo se sigue depredando y que las leyes no funcionan.
¡Me doy cuenta de que todo es más importante que el bosque nativo!
Señor Presidente, las bancadas de enfrente no quieren discutir el tema, pero en períodos electorales son los primeros en reclamar. Llevan 16 años demorando esta iniciativa.
)----------(
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , esta decisión tiene especial relevancia para cualquier Senado. Es una de las pocas facultades que poseemos de forma absolutamente excluyente respecto de los otros Poderes del Estado. Y, como tal, siempre he sostenido -a propósito de esta y de otras discusiones- que aquí opera la conciencia de cada persona.
Para ello, nada más importante -siempre lo trato de hacer- que revisar un poco la historia de la ley y ver cómo se ha ido construyendo el desafío de generar una televisión pública. Cuando uno examina el debate habido sobre la materia, se da cuenta de que todos sabíamos que ese desafío era muy difícil. Aquí no funciona el juego de un poquito más o un poquito menos. No. En el mundo moderno resulta muy complejo crear una televisión pública. Es más, muchos países no la poseen. La mayoría tampoco cuenta con canales de Gobierno. Dejan el espacio para que otros desarrollen esa función.
Chile intentó -consta en varios tomos de debate- llevar adelante una televisión pública que propendiera a la integración nacional, a la difusión de los grandes valores compartidos, al fomento de la participación en todas las tareas encomendadas, a resolver los grandes problemas del país.
Cabe reflexionar sobre cuánto hemos avanzado para lograr esos objetivos. Da la impresión de que no mucho. Pero tampoco soy trágico. Reconozco claramente que ha habido momentos -no tengo ningún problema en decirlo- en que Televisión Nacional ha representado aspectos públicos relevantes. No soy de aquellos que sostienen que todo ha sido malo. Al contrario, creo que se ha hecho un esfuerzo por construir, a partir de un desafío difícil, algunos espacios de encuentro.
Sin embargo -es justo reconocerlo-, parte de ello se ha ido debilitando con el tiempo. Eso explica la referencia de varios señores parlamentarios al proyecto de acuerdo que el Senado aprobó, por unanimidad, en términos de realizar una oportuna reflexión. Hoy tiene más valor que nunca, porque todos se preguntan por qué esto no se ha traducido en iniciativas legales, tal como sugerimos hace ya más de tres años.
Entonces -y lo decía bien un señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra-, ahora viene la urgencia. Y se reúnen a las 8 de la mañana algunos Honorables colegas para ver si podemos resolver en ocho horas lo que no se ha hecho en tres años.
En consecuencia, tengo la impresión, más allá de las legítimas intenciones, de que hay algo mucho más complejo, más duro, más áspero envuelto en este tema.
Señor Presidente, lo segundo que deseo hacer presente en forma breve es que existen dos conceptos en la historia de la ley que son armónicos. Y se debe tener cuidado en cómo lograr, justamente, esa concordancia.
Una cosa es la representatividad de las distintas sensibilidades, y otra, la autonomía que puedan garantizar esas personas en el desarrollo de su labor. Y aquí radica el punto de fondo. No se trata de decir: "No son representativas" o "Sí lo son". La pregunta que han formulado varios señores Senadores de diferentes sectores es: ¿Son representativos los postulantes y se puede esperar de ellos autonomía en las decisiones que asuman y no condescendencia con valores o con ideales político-partidistas?
Es ahí donde me aflora una duda respecto de uno de los nombres sugeridos, y, francamente, resulta un impedimento para aprobar la proposición en comento.
Señor Presidente , termino señalando, primero, que aquí la clave es entender que hay un debate gravemente pendiente sobre la televisión pública -¡no inerme, sino gravemente pendiente!- y, segundo, que la Presidenta de la República , más allá de sus intenciones, buscó representatividad, pero falló absolutamente en garantizar la autonomía.
Por eso, voto en contra.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente , quiero encontrar en esta oportunidad un punto de acuerdo con la Oposición, en especial con la reciente intervención del Honorable señor Coloma.
Él ha señalado que ahora, por el apuro de los nombramientos, se resitúa la necesidad de discutir la Ley de Televisión Nacional y que esta tarea debió ser abordada con anticipación por el Gobierno y la Concertación. Y es así. Siento que esa es una crítica justa, porque los hechos lo están demostrando.
La Oposición veta a los contrarios exigiendo siempre el irrestricto respeto para los propios. Eso, en verdad, constituye una práctica de doble estándar manifiestamente intolerante.
¿Qué hay en el fondo de esta discusión?
No es cierto que estemos resguardando zonas de neutralidad. Esa es una falacia, una mentira más grande que la cordillera de Los Andes. Siento que a veces se quiere ofender la inteligencia de los presentes y de la opinión pública con tan escandalosas afirmaciones.
¿Cómo se puede hablar de zonas de neutralidad cuando quien lo señala es un firme defensor de la presencia de la señora Lucía Santa Cruz en el Directorio de Televisión Nacional, respecto de quien nosotros no expresamos ninguna objeción? Y ella es representante de su partido, de su sector político, de su círculo político más cercano.
Y no solamente eso: es la comentarista de sus libros. El llamado "El Desalojo" recibió los entusiastas elogios de la aludida. Por eso, probablemente, el Senador señor Allamand es tan ferviente partidario del rol que ella cumple en el Directorio de TVN.
No me cabe duda de que, en relación con el señor Daniel Platovsky , dicho sector político tenga la misma actitud, porque es el recaudador de la campaña presidencial de la Oposición.
Entonces, con los propios se permite todo tipo de licencias, pudiendo estos ser operadores de campañas electorales, tesoreros o recaudadores, comentaristas de libros, articulistas o columnistas en los diferentes medio de comunicación.
¡Es así, señor Senador! ¡No se ría!
La señora Santa Cruz es columnista en el diario "El Mercurio" y defiende sistemáticamente el punto político de su partido. Esto no es ninguna acusación, sino una constatación de un dato de la realidad.
Sin embargo, cuando la contraparte, el interlocutor en el sistema político, postula personas que se hallan en condiciones de representarlo, entonces, ellas son objetables. Pero, como bien se ha señalado aquí, no existe ninguna posibilidad de objetar la idoneidad, la integridad y la honradez individual de los candidatos propuestos por la Presidenta de la República : ni de Edmundo Pérez Yoma ni de Mahmud Aleuy.
De otro lado, el argumento que se esgrime en orden a que, desafortunadamente, los dos nombres figuran juntos en la misma solicitud es también una manifiesta mentira, señor Presidente. Porque -digamos las cosas como son- no fue la Concertación la que aquí quemó las naves por que las dos designaciones se votaran en un solo acto. No fuimos nosotros los que dijimos: "Votemos ambas proposiciones de una sola manera".
El señor COLOMA.-
¡Es la ley!
El señor ESCALONA.-
No éramos partidarios de eso. Pero se buscaron todos los mecanismos que obligaron a una sola votación.
Aquí no hubo ninguna disposición de diálogo. Si se quería votar por separado, no existió ningún interés para encontrar la forma de hacerlo. ¡Digamos las cosas como son!
Señor Presidente , yo siento que aquí -y así se podrá ver mañana, cuando la prensa lo constate- estamos en presencia de un triunfo de la Oposición. Es cierto. ¡Pero será el triunfo de su intolerancia! Será el triunfo de su espíritu de confrontación, que hasta ahora no le ha dado ningún resultado político, como lo indican las reiteradas encuestas de opinión que se han hecho en el país.
Lo que Chile solicita de los actores políticos es respeto. Pero respeto para los propios y los ajenos, no solamente "respeto para los míos".
Nosotros no tenemos ninguna objeción en cuanto a las personas que representan a la Oposición en el Directorio de Televisión Nacional.
No he leído los elogios de la señora Santa Cruz acerca del libro "El Desalojo". Probablemente posea alguna solvencia intelectual. No es eso lo que estamos poniendo en discusión.
Es posible que el señor Platovsky desplegara sus habilidades para recaudar fondos para la campaña del señor Piñera. No es eso lo que estamos poniendo en discusión.
¡No estamos colocando en el debate a las personas!
Si la Oposición asume esa conducta respecto de los suyos, ¿por qué no respeta el pluralismo cuando la propuesta de la Presidenta de la República busca efectivamente cumplir el acuerdo del año 2004, cual es, que las fuerzas representadas en el Parlamento tengan una opinión que las refleje en el Directorio de Televisión Nacional? ¡Porque solo quiere imponer a sus propios candidatos y atropellar a los demás!
Esa es una muestra de un espíritu de confrontación, que nada bueno le está trayendo a la Oposición en nuestro país.
Voto que sí.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente , he escuchado con mucha atención al Senador señor Escalona , y quiero darle los fundamentos de por qué votaré en contra de la propuesta de la Presidenta de la República , particularmente respecto del señor Aleuy.
Cuando se tramitó la Ley de Televisión Nacional, varios de los que estamos aquí participamos en su debate en la Cámara de Diputados y en el Senado. Y, obviamente, concluimos que era fundamental contar con un canal público, sobre todo porque en Chile, en mi opinión, hay muy pocas posibilidades de desarrollar tales medios, ya que las frecuencias son escasas.
Considerando eso, es importante que exista una televisión pública que garantice el pluralismo, la diversidad y que se puedan expresar las distintas sensibilidades de una sociedad.
Yo diría que todos los nombramientos para integrar el Directorio de TVN -puntos más, puntos menos- han sido acordados casi en forma unánime. No recuerdo un caso que no lo fuera. Y dicho órgano ha sido integrado por la más variada gama de representantes de Gobierno y de Oposición: algunos, militantes socialistas; otros, partidarios de la Democracia Cristiana, y también de la Alianza.
Eso a mí no me preocupa, en la medida en que cada uno de ellos no confunda su legítimo derecho a tener una posición política con utilizar el medio para tratar de sacar ventajas de corto plazo y favorecer a su sector.
Quiero refrescarle un poco la memoria al Senador señor Escalona.
Tengo en mi poder el total de los titulares del diario "La Nación" aparecidos entre el 11 de octubre de 2005 y el 11 de enero de 2006. Y lo seguí estrechamente porque era jefe político de la campaña de Sebastián Piñera. Y quiero contarle -lo emplazo a que desmienta públicamente esta información-, que en dicho período, en plena campaña presidencial, hubo 45 titulares en primera página a favor de Michelle Bachelet. Y ello me habría parecido bien si algunos hubieran sido a favor de los otros candidatos. Titulares a favor de Sebastián Piñera , cero; a favor de Joaquín Lavín , cero.
Por otra parte, ¿cuántos titulares adicionales aparecieron contra Sebastián Piñera , en los que se inventaron falsedades que quedaron ahí y que nunca, por supuesto, fueron reafirmadas por hechos concretos? ¡Treinta y uno!
Reitero: 45 a favor de Michelle Bachelet y 31 en contra de Sebastián Piñera. ¿Hubo alguno en contra de Michelle Bachelet por un error, por una modesta y simple crítica? ¡Cero!
Y cuando proponen para Televisión Nacional a un señor que dirige un medio de comunicación que rompe las más elementales normas del pluralismo, debo decir que "La Nación" no es un diario de Gobierno, sino del Estado de Chile, que se financia con plata de todos los chilenos. Y resulta que no solo se transformó en un diario de Gobierno, sino en uno que pierde las más elementales normas del pluralismo. Creo que ni "Granma" de Cuba ha llegado a esos excesos.
A favor de Michelle Bachelet, 45 titulares; contra Piñera , 31; contra Bachelet , cero; contra el Gobierno, cero; a favor de Piñera , cero; a favor de Lavín, cero; a favor de la Alianza, cero.
Entonces, cómo nos pueden pedir que aprobemos el nombramiento de un director que en plena campaña presidencial transformó un medio del Estado en un diario de activismo político permanente. Tal persona no reúne las condiciones de objetividad que se necesitan en el Directorio de Televisión Nacional. Me da lo mismo que sea socialista, que haya negociado con los socialistas. Eso no importa. Puede tener su vida política, pero en la medida en que haya evidenciado objetividad. Porque si en "La Nación" la hubiese demostrado, uno podría decir que este señor, aunque piensa de manera distinta a uno, dirigió un medio de comunicación en que trató de preservar cierto equilibrio. Pero no lo hizo. Lo utilizó a diestra y siniestra para favorecer una tendencia política.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor ESPINA.-
¿Qué ocurrió en el período comprendido entre marzo y junio de 2007? Exactamente lo mismo. Aparece, de modo incontrarrestable, una cantidad gigantesca de notas y portadas. Se usan estas porque, como es un diario que se compra poco, se ven en todos los quioscos. En ellas, se aprovecha de golpear. Todos los titulares, a favor del Gobierno; nunca uno a favor de la Oposición.
En la conformación del Directorio de TVN hay un compromiso político. ¿Puede haber alguien que represente la sensibilidad socialista? Por supuesto. ¿Cómo no va a estar presente, si ese fue el concepto? ¿Es posible que lo integre alguien cercano a la Democracia Cristiana? Sí. ¿Puede ser alguien que represente a la Alianza? Sí.
El señor ÁVILA.-
¿No hay límite de tiempo, señor Presidente?
El señor ESPINA.-
El ex Presidente Lagos optó por otro camino: buscar diversidades culturales, más que políticas.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor ESPINA.-
Por las razones planteadas, voto en contra de la propuesta de la Presidenta de la República , porque no garantiza -en uno de los eventuales integrantes, a lo menos- la mínima condición de pluralidad que requiere el director de un canal público de televisión.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Flores.
El señor FLORES.-
Señor Presidente , como ante una decisión tan difícil como esta uno debe dar alguna razón, he estado pensando durante las semanas previas a esta votación cuáles son los criterios que yo favorezco.
En primer lugar, me interesan personas como José Zalaquett. O sea, gente que tiene banderas políticas, pero que, a su vez, ha ganado prestigio internacional por su ecuanimidad y objetividad. Y ese fue el procedimiento que se usó antes. Estimo que no debe nombrarse a personas tan cercanas a la línea política. Llevar los debates de las trincheras a la televisión no lo veo bien.
El segundo criterio es que los nombres de los candidatos deben ser nuevos. No me parece adecuado que esté en esto quien ocupó cargos tan importantes como don Edmundo Pérez. Creo que el país está cansado de los políticos, de los mismos nombres, de las mismas familias, de las mismas personas todo el tiempo.
Así que, cuando se propongan otros candidatos, voy a respetar los alineamientos políticos, pero no votaré por gente que asume funciones de manera reiterada.
Por último, el observar la conducta de don Francisco Vidal en las últimas semanas terminó de convencerme de que esa manera de dirigir no es pertinente.
Por estas razones, voto que no.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor García.
El señor GARCÍA.-
Señor Presidente , varios señores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra ya manifestaron que el señor Aleuy no cumple con los requisitos de imparcialidad, ecuanimidad y objetividad que debe tener un directorio plural, como es el que queremos para Televisión Nacional de Chile.
Pero a ello quiero agregar antecedentes que dicen relación a cómo el señor Aleuy ha administrado el diario "La Nación".
En el año 2004, procedió a dividirlo en dos empresas: la Empresa Periodística La Nación S.A. y Puerto Madero Impresores S.A. Como el Fisco es el propietario de ciento por ciento del periódico, también lo es de Puerto Madero Impresores.
Y con eso se ha transgredido una norma expresa de la ley Nº 19.884, conforme a la cual "los candidatos y partidos políticos no podrán recibir, directa o indirectamente, aportes de campaña electoral de los órganos de la Administración del Estado, de las empresas del Estado, ni de aquéllas en que éste, sus empresas, sociedades o instituciones tengan participación".
Poseo antecedentes de que Puerto Madero Impresores S.A. es una entidad cuyas acciones ordinarias son en su totalidad de La Nación S.A. y de que otorgó créditos a veinte candidatos a Diputado en la última elección parlamentaria. Todos eran, por supuesto, de un subpacto del conglomerado oficialista: seis radicales, once del PPD, dos socialistas y un independiente pro Concertación. Los préstamos ascendieron a un total de 242 millones 289 mil pesos. Estos datos se obtuvieron de la rendición de gastos de los respectivos candidatos.
Además, se solicitó al Fisco el reembolso de los valores de la propaganda, que fue impresa por la entidad fiscal Puerto Madero Impresores S.A., creada un año antes de las elecciones y sin que la legislación lo permitiera.
Entonces, señor Presidente , aquí nos hallamos frente a una propuesta que no nos garantiza objetividad, ni ecuanimidad, ni imparcialidad de juicios.
El Senador señor Escalona decía que rechazamos al señor Aleuy por ser socialista. No es así. Podría tratarse de cualquiera que cumpla con fidelidad el ideario socialista pero que, al mismo tiempo, dé garantías a todos. Y hay gente así. Lo raro es que no se la proponga y se postule a personas que no garantizan esa imparcialidad, esa ecuanimidad, esa objetividad, y que además incurren en cierto tipo de prácticas.
La Contraloría General de la República dictaminó que la división en La Nación S. A. resulta contraria a la Constitución y la ley. Es decir, se trata de un presidente de directorio que actuó al margen del ordenamiento legal. Y alguien que ha obrado de esa forma no puede tener nuestro respaldo para ocupar un sillón en el Directorio de Televisión Nacional de Chile.
Voto que no.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente , fue difícil el acuerdo que dio origen a Televisión Nacional de Chile, hace ya 16 años, donde se estableció el criterio, por primera vez en la historia del país, de un medio de comunicación público, en el sentido de ser estatal.
Así lo hicimos -reitero-, por primera vez.
Al igual que muchas iniciativas importantes, también fue producto de una circunstancia: Televisión Nacional -que siempre había sido entendida como televisión de Gobierno, desde que fue creada por el Presidente Frei Montalva -, al término de la dictadura y comienzo de la transición había perdido todo crédito público; tenía una tremenda deuda, que la hacía inviable como empresa, y, por tanto, había que cerrarla.
El Ejecutivo pidió un aporte de capital para que ese canal pudiera subsistir. Y después de una larga y difícil negociación hubo un acuerdo en que participamos algunos Senadores de la época y, finalmente, se llegó a este modelo, el que, en verdad, es bastante único en el mundo, para el cual se pedía pluralismo informativo, autofinanciamiento y cobertura nacional.
Junto a los Senadores señores Ominami , Pizarro , Girardi y otros hace un año presentamos un proyecto de ley para estudiar y modificar la normativa vigente. Porque, en efecto, después de 16 años resulta indispensable un debate acerca de qué televisión pública queremos y si el modelo cumple y cumplió o no todas las expectativas.
Sobre eso deberemos tener una lata discusión.
Yo solo quiero decir que, de no haber contado con televisión pública en el país y con el mandato de mantener pluralismo informativo, lo más probable sería que, como los dueños de los otros canales son todos de Derecha, hubiéramos tenido una pauta en televisión pública tan plural como la que tenemos en prensa escrita.
El señor ÁVILA.-
¿En qué?
El señor GAZMURI.-
En prensa escrita.
Porque en esta última existe un duopolio donde, por lo menos, uno puede decir que las dos grandes cadenas son neoliberales en lo económico y más bien conservadores en lo valórico, filosófico o como queramos ponerle.
Considero que no estoy exagerando. Es así.
Pero, en fin, habrá que hacer el debate. Creo que avanzamos bastante en el Senado; que podemos construir un acuerdo sobre una televisión pública después de esta experiencia, tras la cual se deberán corregir muchos elementos del modelo original, y también, su forma de dirección.
Y me alegro de que el Gobierno haya acordado el envío de un proyecto de ley. Por tanto, como es obvio, todos tenemos que dar por veraz el compromiso que asume la Presidenta Bachelet con el país y con el Congreso.
Así que al final, después de tanto tiempo, podremos evaluar el modelo que pactamos en el Parlamento hace 16 años y ver si nos es factible construir un acuerdo nacional para una televisión pública que recoja el sentir de una sociedad profundamente transformada con respecto a la que había cuando alcanzamos el acuerdo.
Hoy se trata de un asunto mucho más simple. Porque, mientras tanto, va a seguir funcionando el Directorio. No sé cuánto demoraremos en despachar la ley -espero que poco-; pero se producirá una discusión compleja, ya que elaborar un acuerdo nacional no va a ser sencillo.
Debe hacerse funcionar ese Directorio. Y, en tal sentido, la propuesta de la Jefa del Estado se ajusta a los criterios con que se ha conformado durante estos 16 años.
Uno podrá discutir un nombre u otro. A veces ha habido alguien más vinculado a la vida partidista; y otras, a la vida académica. Pero se ha expuesto la idea de que la pluralidad y la objetividad no las da nadie, porque no existen. No hay alguien plural. La pluralidad se produce por la conjunción de visiones distintas.
Entonces, cuando se afirma que una persona no da garantía de objetividad, cabe preguntar quién la da.
El señor NARANJO.-
¡Lucía Santa Cruz!
El señor GAZMURI.-
La señora Lucía Santa Cruz no da garantía de objetividad. Es muy respetable, muy inteligente, completamente liberal, lo cual resulta muy legítimo. Pero su mirada no es la única.
Y así, sucesivamente.
Por consiguiente, no hay nadie que entregue objetividad. En el Directorio de TVN esta se construye sobre la base de la diversidad, pues cada miembro expresa su punto de vista. Y existe un mandato: hacer un canal público nacional.
De otro lado, esta sesión se ha convertido al final en un juicio a Aleuy que estimo por completo injusto. Porque la única crítica de fondo constituye -creo yo- uno de los antecedentes que lo hacen apto para conformar el Directorio de TVN: haber sido Director de "La Nación", diario que, desde su fundación y mientras no cambiemos su ley orgánica, es de Gobierno. No es un medio de comunicación del Estado; no tiene el mismo estatuto que Televisión Nacional.
Y, en ese sentido, el diario mantiene un punto de vista. Lo que debe cuidar es que este sea de acuerdo con la ley.
Se trata de un periódico que ha expresado la posición del Gobierno. Y eso está bien, porque ese es el mandato que tenía su Directorio.
Lo anterior hace apto a Mahmud Aleuy, quien ha estado vinculado a los medios de comunicación durante 10 años, para expresar un punto de vista determinado...
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Acabó su tiempo, señor Senador.
El señor GAZMURI.-
...que no es el de la sociedad, que no corresponde a la objetividad. Porque eso no existe, salvo en la mente del Creador, que es quien mira todas las cosas. Pero en la de los hombres, no. Hay puntos de vista, posiciones ideológicas, intereses, historias, gustos, emociones. Y la pluralidad se construye en la interacción de lo diverso.
En esa perspectiva, la actitud de la Derecha me parece un veto, un veto ideológico.
Comparto lo dicho aquí por el Senador Camilo Escalona: se trata de un veto que no se aplican a sí mismos. Porque nadie puede decir que los tres representantes que tiene el Directorio con concepciones de Derecha son objetivos, son plurales. Si se encuentran ahí es precisamente para expresar un punto de vista.
Entonces,
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, Su Señoría.
El señor GAZMURI.-
dejen que se exprese con plenitud también el punto de vista distinto, porque eso da lugar a un directorio plural para una televisión pública.
Voto que sí.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente , no cabe duda de que este país -no sé si hay alguien dispuesto a sostener lo contrario- tiene una excesiva concentración económica. Solo basta ver los mercados del retail, de las ISAPRES, de las AFP, de las farmacias. Lo mismo ocurre en materia de medios de comunicación. Y muchas veces existen sistemas relacionados entre sí.
Lamentablemente, algunos quisieran -a veces uno puede incluso entenderlo- que en Chile no hubiera diversidad.
"La Nación", justamente, ayuda a la pluralidad, en términos globales.
Ahora, ciertas personas ven la diferencia como una dificultad y no como una oportunidad.
El gran problema de nuestro país radica en su falta de diversidad, de valoración de la diferencia como posibilidad de construir una sociedad con visión de futuro.
¿Por qué lo digo? Porque resulta evidente que, si uno observa la composición del Directorio de Televisión Nacional, comprueba que en él están representadas distintas visiones, diferentes culturas. Y aunque eso linde con el tema de las trincheras, de los partidos, existe gente que también -y lo encuentro muy legítimo- es militante de una visión conservadora, en términos valóricos y culturales, y de visiones político-partidarias.
Considero que eso enriquece al país; no lo daña ni lo debilita.
Pero yo, más que mirar el asunto desde la lógica de los partidos y desde la lógica política ¿repito que me parece legítima; y creo que tiene que estar ahí-, quisiera hacerlo desde las dimensiones cultural y valórica.
Conozco al señor Aleuy. Pero no soy su amigo. Y lo que más me preocupa acá es cierta descalificación de la persona.
Sin duda, el señor Aleuy no proviene de la elite aristocrática de nuestro país. No sé en qué colegio estudió.
El señor NARANJO.-
En el "San Ignacio".
El señor GIRARDI.-
Desconozco si asistió a alguna universidad de renombre, lo cual ameritaría su nominación por el hecho de haber estado ahí. Y Sus Señorías saben que, como las elites se autorrecrean, una parte muy mínima de actores que no provienen de esa minoría pueden llegar a desempeñar cargos de relevancia en nuestro país.
Pero yo que conozco al señor Aleuy , debo señalar que tengo la mejor opinión intelectual de él. Y me gustaría que los Senadores que han tenido una actitud -yo diría- discriminatoria de tipo racista o de otro carácter la modificaran, porque le han negado -sin conocerlo- una dimensión personal en el sentido de que puede ser tan competente como los mejores directores que legítimamente representan la visión de Derecha.
Por otro lado, también quiero hacer presente lo que, a mi juicio, el Senado debería evaluar.
El señor Aleuy siempre ha defendido los derechos humanos, y su gestión en "La Nación" ha sido sistemática en ello. Ha defendido valores que para el mundo progresista son muy queridos: la tolerancia y la diversidad. Algunos se preguntarán cómo lo ha hecho. Yo se los puedo decir. "La Nación", a diferencia de otros diarios, difunde, analiza, temas medioambientales.
Si algunos no lo saben: en Chile existen medios de comunicación que tienen prohibido hacer campañas sobre el sida. Se condena a muerte a 70 jóvenes cada semana en nuestro país y la única vacuna es el condón. En Chile se difunde su utilización, pero reitero que hay medios de comunicación -cuyo actuar como parte de la pluralidad no comparto, pero lo respeto- que prohíben la difusión de campañas sobre el sida. Y el señor Aleuy ha promovido la lucha contra el sida. Ha sido activo partidario del uso del condón y también ha impulsado otras iniciativas sobre salud pública fundamentales para nuestro país.
Hay medios de comunicación que discriminan la opción sexual distinta. El señor Aleuy ha sido sistemático defensor del pluralismo, dando espacio a quienes toman esa opción, o a los que tienen una preferencia cultural diferente.
Hay medios de comunicación que prohíben hablar de divorcio. En nuestro país se discutió una ley sobre el particular, y creo que personas como el señor Aleuy permitieron poner ese tema -sobre el que no se podía hablar- en debate y la sociedad chilena pudo discutirlo.
Hoy día, tenemos una política pública que promueve la píldora del día después. Estoy cierto de que se trata de un asunto debatible. En Vitacura, el 2 por ciento de las adolescentes menores de 18 años están embarazadas; en Cerro Navia, el 25 por ciento.
Esas son las inequidades de nuestro país.
Algunos medios de comunicación no han dicho una palabra de los beneficios de la píldora del día después y sólo se han concentrado en denostarla y, además, hacer presente situaciones inexistentes, que no tienen ningún aval científico, acusándola de algo diabólico como promover abortos, cuando no tiene nada que ver con eso.
También hay medios de comunicación que no hablan de los pueblos originarios. Yo he visto al señor Aleuy defender sistemáticamente los principios de la tolerancia y la diversidad en nuestro país, promoviendo lo relativo a la cultura y los pueblos originarios.
Lo escuché en una entrevista manifestar algo que no se dice en Chile: el fortalecimiento de la televisión regional.
Hay medios de comunicación que, a veces, por el impacto de la publicidad que se les contrata, prefieren callar cuando determinados problemas afectan a los consumidores. Nunca he presenciado eso en la gestión realizada por Francisco Aleuy.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Ha finalizado su tiempo, señor Senador.
El señor GIRARDI.-
Esas razones me llevan a entender que en nuestro país la pluralidad y la democracia se construyen sobre la diversidad, y particularmente sobre la diversidad cultural.
Porque, en materia política, los egos son mucho más estrictos y es bastante más difícil ponerse de acuerdo.
Pero si queremos tener una televisión plural, yo desearía que en TVN hubiera una persona de la estatura intelectual de Francisco Aleuy , a quien vuelvo a reivindicar frente a las acusaciones injustas que he escuchado. Y sostengo que él representa clara y genuinamente una opción progresista y la defensa de los valores y principios progresistas con la misma legitimidad e igual fuerza que los directores que representan las visiones más conservadoras. En definitiva, creo que de ese debate se construye siempre un mejor Chile.
Voto que sí.
El señor GÓMEZ.-
Señor Presidente , los Senadores radicales, cuando se plantearon los nombres de Francisco Aleuy y Edmundo Pérez Yoma , manifestamos nuestra intención de no manifestar ninguna opinión contraria respecto de las personas que la Presidenta de la República proponía al Senado para integrar el Directorio de Televisión Nacional.
A ambas las conozco y suscribo lo que aquí se dijo sobre ellas, fundamentalmente por el Senador señor Girardi en el caso del señor Aleuy.
Pero ese no es el tema central que deseamos poner en el debate, sino el relativo a nuestro planteamiento a la Presidenta de la República sobre la existencia de un acuerdo del Senado para discutir el fondo de la televisión chilena en su conjunto, no sólo el de TVN.
La necesidad de tal debate en el país, pero no en una sesión del Senado -donde todos terminamos felices por el gran acuerdo alcanzado, y se lo enviamos al Gobierno pero no pasa absolutamente nada-, debe llevar al compromiso real y cierto de que lo tratado por la Corporación el 2004 y ahora -a través de lo que hemos planteado varios de los que estamos interesados en el tema- se traduzca en un proyecto de ley, y así lo ha ratificado la Presidenta de la República.
No se trata de más o menos reuniones, sino de un gran compromiso que finalmente nos permitirá, en el Senado de la República, analizar una iniciativa legal y discutir con base el significado de la televisión en general con el objeto de resguardar varios principios que a nosotros nos interesan, como el pluralismo, que no existe en la televisión de hoy día, menos en TVN. Porque aquí se ha dicho que el pluralismo puede entenderse como la representación parlamentaria existente en el Senado pero repetida en Televisión Nacional.
Eso no es así, al menos desde el punto de vista del Partido Radical.
A nosotros nos interesa discutir en profundidad si se requieren o no recursos públicos para que la televisión cumpla su finalidad pública, es decir, tener programas educativos en materia de alcoholismo, de drogadicción, de violencia intrafamiliar, para evitar que los jóvenes estén permanentemente vinculados a esos problemas.
Pero eso no ocurre en una televisión que debe competir en el mercado, el cual la obliga a ir por el camino del raiting.
Por lo tanto, se trata de que no sólo TVN tenga obligaciones en ese sentido, sino que los demás canales también.
Nos interesa asimismo establecer criterios claros respecto de los canales de televisión regional, o cómo darles mayor participación, que efectivamente tengan posibilidades de transmitir hacia Santiago.
Hace tiempo presenté un reclamo formal a un canal por un programa que señalaba que Calama era un "shopería" y que estaba convertida en una tierra sin ley. No se trataba de Televisión Nacional. Pero, en definitiva, no existe ninguna posibilidad de explicar y demostrar al país lo que significa trabajar o vivir en esa zona.
También nos preocupa discutir sobre la televisión digital.
En fin, todo eso, por fortuna, pudimos lograr a consecuencia de un gran debate y conversación con la Presidenta de la República. Sin embargo, no es un asunto que se resuelva en un día.
Por eso, se formará una comisión y, luego, se presentará un proyecto respecto del cual podremos debatir en el Senado sobre lo que a todos nos interesa.
Además, nos interesa discutir ¿por qué hoy día un canal privado, que transmite a través de una señal pública, no tiene obligaciones también públicas?; ¿por qué existen canales en manos privadas que antes eran de las universidades? ¿Qué pasó? ¿Por qué llegamos a esa situación?
En definitiva, se trata de materias que debemos de una u otra forma debatir, buscar soluciones y lograr, finalmente, tener una televisión pública, de calidad, que nos permita conocer las Regiones, las tradiciones chilenas, la globalización; y generar las expectativas posibles de concretarse en una televisión distinta, que hoy día no existe.
Por otro lado, no quiero dejar pasar lo dicho por el Senador señor García.
Acabo de hablar con el señor Aleuy respecto de lo que Su Señoría señaló en la Sala sobre la situación de la empresa Puerto Madero Impresores S.A., y me hizo presente que estaba resuelta por la Corte Suprema y que no existe ninguna ilegalidad en lo obrado por el Directorio del diario "La Nación".
Debo aclarar que sobre el particular no dispongo de mayores antecedentes.
Solo quiero hacer notar, señor Presidente , que lamenté profundamente cuando el Honorable señor García , a quien conozco su forma de ser y el grado de ponderación que lo caracteriza, fue expuesto de manera pública por la televisión a una situación realmente denigrante.
Asimismo, deploro que haga una denuncia de tal naturaleza en la Sala, sin tener todos los antecedentes. Porque, si es cierto lo que me manifestó el señor Aleuy , la Corte Suprema ya resolvió al respecto y no existe ilegalidad alguna en lo realizado por parte de los parlamentarios y los partidos mencionados por el Honorable señor García.
Esa situación debe ser aclarada en profundidad. La forma como ha sido planteada en el Senado, no me parece adecuada.
Voto que sí.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , prácticamente está todo dicho.
Eso sí, debo manifestar que yo conocí la televisión estatal de la Región de Aisén, cuando todavía no existía el sistema satelital. En ella trabajaba gente de la zona en forma sacrificada, esmerada, para mostrar la diversidad, dar a conocer los hechos comunales, unir a los pueblos, sacar adelante la identidad regional. Era un proceso tremendamente enriquecedor que, además, generaba una tecnología regional, aparte de los programas.
Sin embargo, llegó la transmisión vía satelital y aplastó a la televisión regional. Hoy, prácticamente hasta en el más recóndito rincón de Chile, estamos preocupados del raiting, de los problemas de Santiago, y se va perdiendo la rica diversidad existente en el país.
No obstante, ante el hecho de que ya no tengamos noticieros regionales de Televisión Nacional, algunos colegas me han dicho que soy un hombre afortunado, porque la verdad es que constituyen verdaderos órganos de difusión de las Intendencias de turno, que se transforman en una política de nuevo aplastante en cuanto a los requerimientos regionales.
Si se hace un análisis -no es el momento para ello, el Senado lo ha realizado en otras oportunidades- de la calidad de la televisión en Chile y del rol que debería jugar en tal sentido una televisión estatal, se constata que estamos muy lejos del nivel óptimo. En la actualidad, la televisión nacional es presa del raiting, de los balances comerciales, y además, de las presiones de carácter político que no representan todo el quehacer y la característica multifacética de los chilenos.
Por lo tanto, salvo algunos honrosos y realmente sacrificados programas, es muy poco lo que podemos señalar en beneficio del sistema estatal. Y, en verdad, los dos nombres que se proponen, no significan ningún avance en tal sentido.
Por eso, voto que no.
El señor KUSCHEL.-
Señor Presidente , me incomoda la forma como se sugirieron los nombres propuestos. Debido a ello no fue posible concretar muchas oportunidades de alcanzar acuerdos.
Planteo al Gobierno que, desde ya, inicie un trabajo para proponer en tales cargos a personas ¿que, como dijo el Senador señor García , existen en las filas socialistas y en otros Partidos- que nos den garantías y que cumplan con los requisitos expuestos aquí por otros Honorables colegas.
Voto que no.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , al final, lo que subyace en este debate es la importancia de la televisión en la cultura contemporánea. Si bien es un lugar común, creo que todos tenemos presente su enorme trascendencia en la formación de la cultura, de la opinión; en la manera como se informa la gente, se lleva adelante la entretención, el deporte, en fin.
Hoy en día, todo eso se modela en gran medida a través de la televisión. Es el lenguaje audiovisual el que pesa. Por lo tanto, es ahí donde se juega una parte importante de nuestro futuro en el ámbito cultural.
De allí que tengamos enorme interés en ver qué ocurre con Televisión Nacional de Chile. Se ha recordado que aquí debatimos el asunto hace algunos años, y en mi calidad de Presidente del Senado me correspondió promover un acuerdo, a partir del estudio de un profesor de la Universidad Católica, acerca de cómo deberíamos llevar adelante la televisión, velar por su autonomía, diversidad, pluralidad, y asegurar la objetividad y el apoyo irrestricto a la verdad.
Esos fueron algunos de los aspectos sobresalientes del acuerdo que, con algunos Senadores, como el señor Ominami , intentamos plasmar en un proyecto de ley que no prosperó. Ahí estaba el objetivo y, hasta la fecha al menos, quien tiene la responsabilidad de resguardar que eso ocurra es el Directorio de Televisión Nacional. En sus hombros descansa esa tarea.
Por lo mismo, cuando observamos la proposición de Directores, no podemos considerarla satisfactoria.
¿Por qué? Por cuanto incluye el nombre del señor Mahmud Aleuy , cuya actuación como Presidente del diario "La Nación " me parece completamente reñida con las responsabilidades de un Director de Televisión Nacional.
Algunos se preguntarán si acaso aquí hay factores personales. La verdad es que no conozco al señor Aleuy. Recibí una carta de la periodista Deborah Bailey -después se publicó-, que me parece muy emocionante y habla muy bien del señor Aleuy ; pero -repito- no lo conozco.
Otros han ido más lejos y dicen: "No, aquí hay un veto ideológico, una señal de intolerancia porque no se aceptan personas del mundo socialista en Televisión Nacional". Pero ¿cuántas veces hemos votado aquí por ellas? ¿Y cuántas veces más lo haremos en el futuro? Muchas. Ojalá, siempre.
Ése no es el problema. Votamos por José Zalaquett , por María Virginia Rodríguez , por José Pablo Arellano y por Ignacio Walker. Y lo hemos hecho por muchos otros, cuya lista es larga, solo en Televisión Nacional.
Por lo tanto, decir que esto es un acto de intolerancia, realmente es desconocer lo que hemos realizado, no de palabra, sino en acciones concretas al dar nuestro voto a favor de personas pertenecientes al ámbito socialista.
Nuestro problema -lo hemos dicho una y otra vez- no es ni personal ni ideológico. Simplemente, la trayectoria del señor Aleuy como Presidente del diario "La Nación" nos parece incompatible con las responsabilidades que se le exigirían como Director de Televisión Nacional.
Durante muchos años, al menos durante los últimos diez, ese diario se ha caracterizado por ejercer un periodismo completamente unilateral y sectario, reñido con las más elementales formas de pluralismo. La información que publica no es objetiva y no se apega ni siquiera por asomo a los cánones menores de la verdad.
El diario "La Nación" ha protagonizado en más de alguna oportunidad campañas destinadas a destruir la imagen y la honra de personas, sin reparar nunca el daño causado cuando se ha demostrado que todo lo hecho estaba fundado en la mentira, en la suposición, y que no se ceñía a la realidad.
Alguien podría decir: "Bueno, pero es un diario exitoso". ¡Por favor! De acuerdo con los índices que verifican la circulación, registra escasamente un 2 por ciento. Y no se puede culpar de ello a los otros medios por vender más. Ocurre que los lectores no tienen interés en comprar el diario "La Nación" y, peor aún, éstos son únicamente el 1 por ciento.
En consecuencia, todo el esfuerzo que se ha realizado carece por completo de sentido económico. Y si el diario se sustenta, es porque posee el monopolio de la publicidad, pero si esta se licitara públicamente, como corresponde, ya se habría extinguido hace mucho tiempo, debido al veredicto de los lectores.
Ese es el tema de fondo, señor Presidente. Estamos frente a un pasquín publicitario, y no queremos que el modelo de "La Nación" se lleve a Televisión Nacional de Chile.
Por lo demás, se trata de un diario de Gobierno. Como se recordó, en agosto de 2004 fue removido de su cargo el señor Luis Alberto Luengo. El Gobierno de la época señaló que ello se debía al deseo de transformar "La Nación", asumiéndose el compromiso de convertirlo en un diario pluralista e independiente. Se dijo: "Vamos a hacer del diario "La Nación" el modelo de la prensa nacional, como prensa pública".
Han pasado tres años, y hemos visto cómo se profundiza el sectarismo, la injuria, la distancia con la verdad.
Señor Presidente , a eso no podemos concurrir con nuestros votos. No podemos colocar a una persona con tal trayectoria profesional en el mundo de las comunicaciones en el Directorio de Televisión Nacional. Porque, si deseamos profundizar y mejorar su autonomía,...
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
...su pluralismo, su objetividad, debemos hacerlo con personas que tengan una hoja en blanco en esa materia, que sean transparentes y no hayan sido cuestionadas por ningún sector de la sociedad.
Eso no ocurre con la trayectoria profesional del señor Aleuy en cuanto Presidente del diario "La Nación". Ni siquiera podría decir cuál es su responsabilidad directa, pero la tiene. Y yo al menos, si estuviera en su situación y hubiera sido propuesto, hace mucho rato que habría renunciado, porque lo que hace ese diario me parece incompatible con cualquier noción de un periodismo decente.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , sé que estas afirmaciones nos van a costar muy caro. Ya lo he sentido en carne propia en estos días, cuando empieza la campaña artera y sibilina que, desgraciadamente, acostumbran a realizar los pasquines de Izquierda. Pero no le tengo miedo; no me van a parar. Al contrario: me da más fuerza para seguir combatiendo, porque eso demuestra que tenemos la razón.
Ese es un modelo que no se acepta en Chile. E incorporar a una persona como el señor Aleuy en un medio como Televisión Nacional, donde el Presidente de su Directorio se ha convertido en una especie de comisario, es todavía más grave. Porque el señor Vidal...
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
...no tiene derecho a entregar a TVN las orientaciones que pretende darle o imponerle por el cargo que inviste. Es el Directorio el que tiene esa responsabilidad. Y por eso personas como él están cumpliendo un pésimo papel y dañando la credibilidad pública.
Es la trayectoria profesional del señor Aleuy en el diario "La Nación" -no sus condiciones personales, que respeto; ni su punto de vista, que también respeto (y lo necesitamos dentro de Televisión Nacional)- lo que lo hace inhábil para ser nombrado director de TVN.
Voto que no.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente , cuando en los años 90 se evaluó la realidad de Televisión Nacional, empresa que estaba básicamente quebrada y con serias dificultades, se fue discutiendo, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, la forma de establecer un acuerdo respecto a la convivencia con un medio, a cómo garantizar cierto pluralismo en su Directorio y a apuntar hacia una televisión pública.
Por desgracia, nunca ha habido las condiciones para hacer un debate a fondo sobre lo que significa la televisión pública.
Algunos colegas reclaman hoy ese debate, y yo espero que seamos capaces de llevarlo a cabo dentro de poco tiempo.
Sin embargo, el juicio emitido aquí acerca del pluralismo me sorprende profundamente. Porque no es justo, no es razonable -no quiero usar la palabra "decente"-, no es correcto -me quedo con este concepto- que la Oposición pretenda elegir a los suyos y decir cuáles son los objetivos de la Alianza, para después señalar quiénes, de entre los que no son los suyos, dan garantías...
El señor LONGUEIRA.-
¡Ustedes tienen mayoría!
El señor LETELIER.-
...y elegirlos de la misma forma.
Yo siento que aquí se plantea un debate sobre cómo se han ido construyendo ciertos acuerdos marco en este tiempo. Independiente de algunos votos obtenidos por quienes han sido electos por la Concertación, aquí hay una forma de entender los acuerdos marco que se han alcanzado, particularmente en el Senado. Y lo que hoy se rompe es eso, a través de argumentos a mi juicio precarios, insuficientes, por momentos falaces.
Ha habido representantes de la Alianza por Chile en el Directorio de "La Nación" durante buena parte de los últimos 16 ó 17 años.
La señora MATTHEI.-
¡Mentira: no hay ni uno solo!
El señor LETELIER.-
Pueden ser inútiles, poco eficaces, lo que sea. Pero han estado. Hasta el 2005, si no me equivoco, hubo dos. No conozco el detalle de los nombres.
La señora MATTHEI.-
¡Nadie!
El señor LETELIER.-
Pero lo cierto es que "La Nación" ha sido un diario de Gobierno.
Uno puede emitir juicio acerca de si es un buen periódico o no. Pero, en términos de empresa, el señor Aleuy sacó a flote a "La Nación". Ahora esta no se halla con números rojos como antes. Y bien sabemos todos los que estamos aquí que no es el diario sino la sociedad periodística lo que permite los números azules.
Sin embargo, quiero volver a lo que, a mi juicio, es lo más grave que estamos viendo hoy: aquí hay una pasada de cuenta a Aleuy de parte de la Derecha; aquí existe una actitud de intolerancia en el sentido de que los Senadores de Oposición quieren decir quiénes son los socialistas "decentes" versus los que consideran "inadecuados" por sus trayectorias; aquí hay un veto, y -esto es lo peor- aquí se inicia una forma de entender los acuerdos que ha habido en esta Corporación al momento de ratificar propuestas del Ejecutivo en diversos espacios.
En lo personal, siento que el camino al que nos invitan es malo y constituye un pésimo precedente. Muchas veces estas bancadas han respaldado candidatos de la Oposición, contra el juicio individual que nos pudieran merecer, pero teniendo en vista que existe un acuerdo marco, un entendimiento en torno a la manera de hacer las cosas, lo cual supone no establecer vetos respecto de los representantes de la Derecha en sus diferentes expresiones y manifestaciones. Y lo que vemos hoy en la Alianza por Chile es el establecimiento de un veto para señalar quiénes son aceptables y quiénes no.
Eso me parece tremendamente peligroso. Mañana vamos a ver lo concerniente a la Alta Dirección Pública y se discutirá el nombre de un representante de la Alianza; entonces, uno podría decir: "No. Esa persona no nos da garantías". Después serán propuestas vinculadas a la Corte Suprema; y uno podría, con argumentos falaces, señalar: "Es que no nos gusta cómo funciona el Máximo Tribunal. Por tanto, discutamos nuevamente acerca del Poder Judicial antes de aceptar sugerencias de un nombre u otro".
Siento, señor Presidente , que aquí hay una pasada de cuenta a Aleuy, quien ha sido consistente y consecuente con el mandato que recibió. Aquí existe una actitud de intolerancia frente a una persona que ha sido muy transparente para defender sus convicciones, sus posiciones en un diario que es de Gobierno.
Pero lo más grave es que la Derecha nos invita a una lógica de confrontación en este tipo de materias y rompe lo que ha sido, a mi entender, un acuerdo tácito para garantizar espacios más plurales.
Señor Presidente , voto que sí a las dos propuestas. Creo que Edmundo Pérez Yoma es un excelente candidato. Y Mahmud Aleuy , también. Aportan dos visiones distintas, que complementan las de los otros integrantes del Directorio de Televisión Nacional.
Lamento mucho lo que estamos viviendo hoy: el establecimiento de vetos por parte de la Alianza. Porque mañana eso puede llevar a una lógica bastante poco constructiva.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente , no quería usar de la palabra, pues ya se ha dicho casi todo. Pero, después de la última intervención, creo necesario hacer un par de comentarios sobre los "vetos".
La verdad es que nosotros vivimos permanentemente los vetos de la Concertación y del mundo de la Izquierda. Lo que pasa es que, por lo general, esos vetos ocurren antes de entrar los nombres a la Sala. Y por eso, a lo mejor, nuestros puntos de vista son los más visibles, porque se someten a discusión las proposiciones del Gobierno.
Sin embargo, estoy en condiciones de decir que, como Presidente de la Unión Demócrata Independiente el año 2004, nadie me consultó nombre alguno. De hecho, ningún director de Televisión Nacional puede ser adjudicado a la UDI. En el Directorio de TVN no existe un solo militante de nuestro Partido.
En el hecho, nos ocurre todo lo contrario: el Gobierno nos elige a la gente nuestra. Es exactamente al revés.
Entonces, no cambiemos las cosas.
A mí me impresiona esta capacidad de ustedes para convertirse en víctimas. ¡Si las víctimas somos nosotros, que hemos sido perseguidos por un diario de Gobierno!
En el caso del montaje, que duró prácticamente un año, nos dedicaron más de 40 primeras páginas.
Ustedes quieren convertirse en víctimas. Pero las víctimas somos nosotros.
Aquí no existe ninguna objeción, señor Presidente. Muy por el contrario, el Gobierno tiene mayoría en esta Corporación. Pero hay algo que no logro entender: es de todos conocido que esta proposición del Ejecutivo será rechazada. Yo no sé qué buscan con el rechazo que se va a registrar.
Hace algunos días, a propósito de otra materia, un Senador muy locuaz efectuó en esta Sala una larga argumentación para explicar por qué iba a votar que no; pero después salvó a una rosa del lodazal y cambió su voto.
Ahora hemos visto cómo esa rosa ha recuperado a tres Senadores que esta tarde iban a votar en contra.
El señor ÁVILA.-
No era rosa, señor Senador.
El señor LONGUEIRA.-
¿Qué era?
El señor ÁVILA.-
¡Una flor!
El señor LONGUEIRA.-
Bueno: esa flor recibió hoy a esos tres Senadores para recuperar sus votos.
El señor ÁVILA.-
¡Estaba con el rocío de la mañana!
El señor LONGUEIRA.-
Sin embargo, todo el mundo sabe que no están los votos necesarios para aprobar la proposición gubernativa.
Entonces, lo que debemos preguntarnos es qué los mueve a ustedes.
¿Acaso creen que van a convencer a alguien de que la no aprobación respecto de la persona proveniente del diario "La Nación" será por falta de tolerancia?
¡Con eso no convencen a nadie en nuestro país!
Entonces, buscan una derrota.
Aquí lo dijo el Senador señor Escalona : "Va a ser un triunfo para la Alianza".
¿De qué triunfo me hablan? Yo no sé quién gana. Ignoro si el Senado gana con el rechazo que se registrará.
Pero digámoslo en forma muy clara: aquí no existe ningún veto. Estamos hablando de los requisitos de un postulante a integrar el Directorio de Televisión Nacional. Y, desde nuestro punto de vista, no es la persona adecuada.
En numerosas ocasiones ustedes han tenido posiciones semejantes durante las conversaciones sostenidas con el Gobierno, e incluso en la Sala, a propósito de designaciones en que se requiere el concurso del Senado. Y Sus Señorías ejercen el veto permanentemente al censurar nombres que sugerimos nosotros.
Yo les pregunto: ¿votarían ustedes por Hermógenes Pérez de Arce si el día de mañana se propusiera su nombre?
El señor ÁVILA.-
¡Gustosos!
El señor NAVARRO.-
¡No!
Mala la comparación.
El señor LONGUEIRA.-
¡No votarían por él! Y me gusta la valentía del Honorable señor Navarro , quien dice "¡No!".
Por lo tanto, no se trata de ser tolerante o intolerante.
Ustedes tienen una línea argumental. Yo pienso que Hermógenes es una persona que tal vez aporta a la diversidad del país. Pero parece que Sus Señorías no lo ven así.
El señor NAVARRO.-
¡Hermógenes representa a la UDI!
El señor LONGUEIRA.-
Entonces, no transformen en veto aquello que no lo es.
Ahora, la verdad es que aquí se ha buscado un rechazo. Y sorprende la forma como se legisla en nuestro país. Porque el Gobierno tiene claro, en una Corporación donde es mayoría, que ni siquiera consiguió los votos de su propia coalición.
Por lo tanto, ¿qué responsabilidad puede tener la Alianza ante nombres propuestos por el Ejecutivo?
Entonces, aquí hay falta de prolijidad. Se requiere más conversación, mayor interlocución del Gobierno.
Estas proposiciones son lo que demuestra la falta de liderazgo del Ejecutivo.
No se trata de si hoy discutimos o no la designación de directores de Televisión Nacional. Y les agradecemos a los radicales que hayan conseguido algo que el Senado entero no logró con el acuerdo de abril del 2004, por el cual...
El señor VÁSQUEZ.-
¡Sacamos el acuerdo del lodazal!
El señor LONGUEIRA.-
Yo iba a decirlo de esa forma, señor Senador : esta mañana ustedes tres sacaron la proposición del lodazal. Y espero que se mantengan leales a la Presidenta de la República , como lo han hecho hasta hoy.
Pero la cuestión de fondo es otra. Se trata de un problema de conducción, de interlocución. Porque ustedes tratan de imponer lo que quieren. Y como se han vuelto a equivocar, los errores seguirán debilitando la conducción del Gobierno.
En esta ocasión no han elegido a las personas más adecuadas para integrar el Directorio de Televisión Nacional.
Por todas esas razones, voto en contra.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , el Honorable señor Gazmuri señaló que "La Nación" expresa el punto de vista del Gobierno.
En la Oposición, muchos sentimos que ese diario es usado para hacer trabajos sucios. Ha inventado cargos o acusaciones contra personeros de la Alianza en forma brutal y sin tener ninguna prueba. Ataca de modo artero, probablemente con el objetivo de intimidar, a quienes se atreven a formular denuncias sobre mal uso de dineros fiscales. Y en ocasiones arremete incluso contra familiares de los acusadores.
Por otro lado, no trepida en remover a un equipo periodístico completo cuando osa escribir un artículo crítico acerca de algún organismo estatal. El Senador señor Ávila y yo podemos dar fe de lo que ocurrió con el equipo entero de "La Nación Domingo" a raíz de un artículo sobre INDAP que disgustó al Gobierno.
Señor Presidente, voto en contra esta tarde porque no quiero que ese estilo de "La Nación" llegue a Televisión Nacional.
Esta no es una objeción política.
Y entiendo que el Honorable señor Escalona , persona inteligente, pueda dar para el público las argumentaciones que escuchamos en esta Sala. Sin embargo, estoy segura de que en lo más íntimo de su ser sabe perfectamente que ellas son falaces.
Esta no es una objeción a determinada posición política. Las posiciones políticas son legítimas, han existido siempre al interior de Televisión Nacional y seguirán existiendo; y hemos determinado que así sea. Se trata de una objeción al mal uso de un medio de comunicación, como ha ocurrido en el caso del diario "La Nación", con el objetivo de atacar y enlodar a personas y movimientos, y de acallar opiniones.
Por desgracia, una de las personas que propuso la Presidenta de la República es responsable de esa forma de hacer periodismo, que es precisamente lo que no queremos que llegue jamás a Televisión Nacional, por parte de personeros de la Izquierda o de la Alianza.
Sencillamente, Televisión Nacional no debe tener espacio para esa manera de hacer periodismo.
Por eso, voto que no.
El señor MUÑOZ ABURTO.-
Señor Presidente , si algo bueno ha tenido este debate, es que se ha sincerado. O sea, aquí se ha dicho lo que se venía publicando desde hacía ya unas dos semanas en los diversos diarios en el sentido de que se iba a objetar al señor Mahmud Aleuy Peña y Lillo. Porque todo el debate de esta tarde se ha centrado en lo que ha hecho o en lo que no ha hecho el señor Aleuy , juzgándose lo decente o lo indecente que puede ser un diario como "La Nación".
En algún momento pensé que se trataba de los integrantes del Directorio de "La Nación". Pero no es así: se trata de personas que han sido propuestas para formar parte del Directorio de Televisión Nacional.
A mi juicio, se ha perdido una oportunidad bastante buena a los efectos de expresar qué queremos de integrantes del Directorio de TVN para que la televisión de nuestro país sea más creíble.
Cuando el señor Aleuy hizo su presentación en las Comisiones unidas de Constitución y de Educación, señaló, por ejemplo, que el nivel de satisfacción de la gente con la televisión abierta bajó de 55,6 a 40,3 por ciento entre los años 2000 y 2005.
Asimismo, explicó que las razones principales de esa insatisfacción, según la encuesta del Consejo Nacional de Televisión del año 2005, son las siguientes: programas malos, 47,2 por ciento; pocos programas culturales, 35 por ciento; mucho lenguaje grosero, 21,2 por ciento, y exceso de avisos publicitarios, 17,7 por ciento.
Ahora bien, algunos dicen en esta Sala: "No votaré a favor porque acá no se ha tratado el problema de qué queremos como televisión y no se ha respetado el proyecto de acuerdo aprobado por el Senado en el 2004".
El tema de la televisión no es nuevo en el Parlamento. En la Cámara Baja se formó hace ya varios años una Comisión investigadora, presidida por el Diputado señor Enrique Krauss. Y en esa instancia se formuló al Gobierno de la época una serie de proposiciones en cuanto a los cambios que debían efectuarse en nuestra televisión para que fuera formativa, cultural, educativa.
Yo diría, señor Presidente , que tres son los responsables de que aquello no se haya llevado a cabo: el Parlamento -o sea, nosotros mismos-, por no haber insistido en la introducción de modificaciones profundas en nuestra televisión, pese a los proyectos de acuerdo aprobados tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados; el Directorio de Televisión Nacional, por no ser más proactivo, y el Gobierno, por no haber tomado las iniciativas mediante las cuales el Congreso pedía un nuevo concepto de televisión.
Todos los argumentos dados esta tarde persiguen la única finalidad de cuestionar políticamente la actuación del señor Aleuy.
Yo lamentaría que este grado de intolerancia y el veto que hemos visto hoy pudieran repetirse en futuros nombramientos. Constituye un elemento que, indudablemente, rompe algo esencial que se había registrado en el Parlamento, en el Senado: el diálogo.
Por eso, voy a votar a favor de la proposición, pues estimo que las personas presentadas por la Primera Mandataria son las más adecuadas para provocar, si no cambios profundos en nuestra televisión estatal, por lo menos la discusión necesaria para que se lleven a cabo.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.
El señor NARANJO.-
Señor Presidente , aquí hemos recogido dos visiones: el pragmatismo de la Derecha para abordar el asunto, por un lado, y por el otro, una suerte de discusión filosófica de algunos Parlamentarios, muy legítima.
Se ha hecho referencia a cómo debe ser el medio de que se trata y qué carácter debe tener la televisión pública, pero la Derecha nos ha dado una lección de certeza: no le inquieta el carácter de la televisión, sino quiénes son los directores. En ese sentido, ha sido superclara, demasiado clara, para expresar su molestia e incomodidad por el señor Aleuy.
A lo mejor, tiene razón. Si el Senador que habla estuviera en el lugar de ellos, también estaría inquieto, ya que el señor Aleuy les resulta peligroso. Y le están "pasando la cuenta", no por el diario "La Nación", sino porque es un experto electoral, responsable, junto con especialistas de otros partidos, de todas las derrotas políticas que ha sufrido la Oposición en ese plano. Entonces, sería un estratega que llega a Televisión Nacional.
Eso es lo que estamos viendo.
Lo que me preocupa, señor Presidente, es que con esto se rompe un acuerdo tácito establecido para la composición del Directorio del Canal.
Tratándose del Banco Central, de la Corte Suprema y de otras instituciones, se habla en forma hipócrita. Es decir, no se acepta que también existe un acuerdo tácito, sino que se afirma: "¡No se debe olvidar la autonomía del Poder Judicial , como tampoco la del Banco Central! No es que estemos de acuerdo.".
En los nombres estamos de acuerdo, pero ello no se reconoce.
Sin embargo, en este caso sí se reconocía públicamente que existía un acuerdo tácito, en el sentido de que tres directores eran de Oposición y tres de Gobierno. Y de lo que hoy la Derecha nos ha notificado -y espero que el Gobierno lo tenga claro- es que comienza a aplicar una política de veto a los nombres que propone la Concertación.
¡Si nosotros hubiéramos aplicado ese mismo criterio, la señora Santa Cruz jamás habría llegado a Televisión Nacional! ¡Y menos los señores Platovsky y Vial! Pero entendíamos que existía tal acuerdo tácito, de modo que nos tragamos en esta Sala esos tres enormes elefantes y votamos a favor de ellos...
En cambio, hoy la Derecha nos ha dicho que se instala la política del veto. Pero ¡ojo! Ello puede llevar a una ruptura institucional en democracia. Y quiero decirlo en estos términos. Porque mañana va a ser el Banco Central. Y el otro día una señora Senadora dijo: "Si no nos nombran a Corbo, es la guerra mundial." Y luego van a venir los nombres que propondrán para Televisión Nacional.
Entonces, cabe preguntar: "¿Por qué no puede llegar un comunista?" ¡Si eso también es pluralismo! Es algo que no va contra la Ley de Televisión. Y, a lo mejor, se pueden juntar 20 votos para que un representante de la cultura extraparlamentaria sea designado en ese medio.
Y alguien podría consultar por qué no sería posible considerar a alguien proveniente del mundo gai, por ejemplo. ¿Por qué no?
En consecuencia, aquí hay mucha hipocresía, señor Presidente.
Un señor Senador aseveró que ellos no sabían lo del año 2004. ¿Y cuál es la razón de que se restaran? Querían que el Director vitalicio señor Luis Cordero , a quien se han olvidado de nombrar -ese sí que era un operador político- y que llevaba diez años en Televisión Nacional, continuara por cinco años más. Por eso, la UDI no votó el acuerdo, que materializamos con Renovación Nacional.
¡Y también este último partido tiene su pecado, porque se opuso a la designación de Óscar Godoy, a quien fue preciso reemplazar por Daniel Platovsky ! Con los votos que aportó, entonces, se constituyó el actual Directorio. Pero la UDI se restó -repito- porque su operador político Luis Cordero no iba a seguir por cinco años más. ¡Querían que completara quince años!
¡Esa es la verdad de las cosas, señor Presidente!
¿Saben mis Honorables colegas lo que entienden ellos por pluralismo, cuando se trata de nosotros? El de los hombres "cassata": un poquito de Derecha, un poquito de Centro y un poquito de Izquierda. ¡Esas personas no existen! Las andan buscando dentro de nuestra gente, pero, como los señores Aleuy y Pérez Yoma no lo son, los cuestionan. Mas para ellos el helado debe ser de un color: Luis Cordero. Y, así, uno podría seguir sumando una larga lista.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor NARANJO.-
Termino de inmediato.
Lo único que quiero consignar, señores de la UDI y de Renovación Nacional, en nombre de la honra de " Francisco García " -así se llamaba Aleuy en la clandestinidad y, por eso, algunos lo tratan de "Pancho"-, es que este nunca hubiera estado en un acto como el de Chacarillas, cuando se sabía que en Chile se mataba, se torturaba y se hacía desaparecer a los jóvenes. Jamás Francisco García o Pancho Aleuy hubiera participado en un acto como ese, como sí lo hicieron muchos de los que pertenecen a esos partidos!
¡Puedo asegurarles que Aleuy estaría dispuesto a dar la vida por ustedes, con tal de que siguieran vivos, con tal de que no fueran ejecutados políticos, ni detenidos desaparecidos, ni torturados!
¡"Francisco" Aleuy estaría dispuesto a dar la vida por ustedes, porque lo conozco! ¡Esa es la calidad humana, ética y moral de aquel a quien ustedes están objetando!
Se trata de una gran persona, señor Presidente.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor NARANJO.-
Por eso, en el convencimiento de que los dos nombres propuestos corresponden a excelentes candidatos, voto a favor.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , la verdad es que este ha sido un debate apasionado, con extraordinarias novedades. ¡Hermógenes Pérez de Arce es el candidato de la UDI al Directorio de Televisión Nacional para el próximo período!
Lo cierto es que no dramatizo tanto esta discusión, porque el tema de fondo lo constituye la televisión digital, respecto de la cual las bancadas de enfrente, de la Derecha, ya tienen una posición sobre una determinada norma, de alta fidelidad; más bien, de alta concentración.
Quiero consignar que el debate es complejo -lo he sentido así- porque creo que el procedimiento seguido por mi Gobierno ha enfrentado dificultades.
¿Cómo lo ha hecho Televisión Nacional? Lo ha hecho bien. Ha cumplido su función dentro del mandato que se le ha asignado. Ofrece el mejor noticiero de la televisión y las mejores telenovelas, y se autofinancia, en circunstancias de que otros canales, contando con un respaldo financiero extraordinario, no lo logran. Lo ha conseguido, sin duda, gracias al profesionalismo del equipo que allí labora.
Pero los problemas de esa estación no pasan por quienes trabajan en ella, sino por una definición que está ausente. La verdad es que en 2004 no era Senador cuando esta Corporación se hizo la pregunta clave de cómo mejorar la televisión pública -no la televisión nacional- y si valía la pena hacerlo.
Y el Presidente Lagos , sin contar con las atribuciones necesarias, solicitó la renuncia masiva del Directorio de Televisión Nacional en marzo de 2004, porque, a pesar de los reconocidos éxitos del Canal, existía una crisis creciente de gobernabilidad, como lo señaló Sergio Godoy Etcheverry , en esa misma época, en un gran informe.
En verdad, había un problema, pero Televisión Nacional lo ha hecho bien, dentro de los parámetros que se le han permitido.
Lo cierto es que nada de lo que se establecía en la propuesta que aprobó el Senado -el Honorable señor Larraín la recuerda bien, porque firmó el proyecto de acuerdo como Presidente de la Corporación - se ha cumplido. ¡Absolutamente nada!
En primer lugar, se planteaba que debía haber una televisión pública capaz de entretener y de valorar lo cultural. Y junto con cautelar el pluralismo político debía convertirse en un polo de referencia para el resto de los componentes del sistema.
Además, Televisión Nacional está obligada a mantener un equilibrio constante en el conjunto de su programación y en las tareas informativas nacionales y regionales.
Evidentemente, ello no se ha concretado.
La ausencia de una doctrina escrita que establezca los grandes principios de la televisión como servicio público se ha hecho sentir claramente en el último tiempo, según se decía, no obstante los notables éxitos alcanzados por TVN.
Han pasado cuatro años y no se ha escrito esa doctrina. No se sabe cuál es.
Se señalaba que la ley Nº 19.132 solo menciona que los directores deben tener "méritos personales y profesionales relevantes". Pero el Senado de la época -del cual no formaba parte quien habla- expresó que, aparte lo que disponía la norma legal, era preciso contar con un perfil profesional de excelencia, con identidad regional.
Sesenta por ciento de los televidentes vive fuera de Santiago. No hay un solo director de Televisión Nacional que se halle en esa situación.
También se hacía referencia a la edad, para darles espacio a nuevas generaciones.
Eso lo dijo el Senado.
El profesor Sergio Godoy pedía otras características, como pluralismo con relación a las mujeres, y señalaba parámetros como el de que estuvieran presentes la sociedad civil, las etnias; que de verdad la televisión pública representara fidedignamente el perfil sociológico chileno, no solo el político.
El proyecto de acuerdo del Senado se refería a la inamovilidad de los directores. ¡Cómo no! Si no presentaran esa condición, claramente habría líos.
Eso tampoco se ha logrado.
También se observaba que el Directorio -ahora se trata de elegir a dos de sus miembros- no se halla obligado a rendir cuentas. Y la verdad es que sí las rinde a la Cámara de Diputados. Votamos el asunto en la otra rama del Congreso -lo recuerdo claramente-, pero fue una negociación rara. Este es el único directorio que rinde cuentas a un órgano que no lo ha elegido: la Cámara de Diputados, en circunstancias de que es el Senado el que lo designa.
Se establecía la necesidad de un plan de trabajo para exponer los antecedentes necesarios y que la televisión pública pudiera ser evaluada en programación, en calidad, en espacios informativos.
Por último, se pedía un financiamiento; que no hubiera sujeción al people meter ni a la publicidad; que se contara con un presupuesto adicional para que fuera posible hacer televisión de verdad.
Eso tampoco se ha cumplido.
Por lo tanto, quedamos en una situación muy compleja. El Gobierno lleva a cabo un procedimiento errado. Mi Gobierno tiene un "Manual de Cortapalos" para hacer las cosas mal. Cuando están resultando bien, la última página dice: "Vuelva a la primera, para que lo haga mal". Porque podríamos haber hecho esto muy bien.
No concuerdo con la forma como se ha actuado. Tampoco con el fondo. Faltan elementos esenciales.
Creo que esto daña la credibilidad de todo el proceso de nombramiento de los directores.
Es preciso tener presente lo relativo a la televisión digital y a la regional.
Pero, en particular, siento que de este modo se ha eludido el debate con los poderosos; se ha eludido la discusión de fondo con respecto al manejo de los medios de comunicación. Tal como ello se ha hecho también hoy en relación con la pesca industrial, dejándose solo al Subsecretario de Pesca cuando discrepa de los poderosos del sector, en materia de medios de comunicación asimismo se deja que las cosas continúen y decanten por sí solas.
Esa forma de hacer política va a costarle caro a la Concertación.
Por cierto, este es un debate político, no solo acerca de vetos. Porque no comparto la crítica de la Derecha a Aleuy. Lo han dicho claramente los Senadores señores Girardi y Naranjo. Evidentemente, ahí existe una cierta excusa. Porque, en definitiva,...
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiempo, señor Senador.
El señor NAVARRO.-
... Aleuy no es tan poderoso como para cambiar por sí solo el destino de Televisión Nacional.
Por último, creo que lo hemos hecho supermal, señor Presidente.
Comparto plenamente con Francisco Vidal que el actual escenario de los medios de comunicación se caracteriza por la concentración.
Si Televisión Nacional no existiera, habría que inventarla. Es el único canal que expresa la pluralidad.
Pero creo que el proceso de debate conducente a una garantía de verdad requiere una nueva metodología. Y mi Gobierno debe entender que es preciso hacer las cosas como se dicen; que es necesario ser coherente.
Anunciamos que íbamos a discutir para luego decidir. Aquí se decidió y luego se pidió un debate. Y no estoy dispuesto a aceptar eso.
Por ello, porque se ha hecho todo mal, voto en contra.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , esta ha sido una sesión con muchas sorpresas.
Desde luego, comparto plenamente la decisión de la Presidenta de la República de haber propuesto a Mahmud Aleuy y a Edmundo Pérez Yoma. Creo que son dignos sucesores tanto de Ignacio Walker como de Virginia Rodríguez, amiga recientemente fallecida que representó la visión relativamente compartida que todos tenemos de lo que debe ser la televisión pública en nuestro país.
Ciertamente, en su momento lamentamos esa pérdida. Y hoy lo hacemos doblemente. Porque, a propósito del debate realizado, no es justo que se haya denostado del modo como se ha hecho a Mahmud Aleuy, ni tampoco al ex Ministro Pérez Yoma.
No habla bien del Senado que personas que no tienen la posibilidad de sentarse acá para defenderse hayan sido objeto de tal acción.
Al señor Pérez Yoma se le está objetando la edad y el haber sido Ministro en una oportunidad anterior.
¡Pero de qué estamos hablando! ¡Si aquí hay varios ex Ministros ! Y haberlo sido de otro Gobierno no es un demérito, ni mucho menos.
De lo que se debe hablar acá es del mérito de cada uno. Y no cabe duda de que tanto Aleuy como Pérez Yoma tienen bastantes como para enfrentar lo concerniente a la crisis que vive la televisión pública.
Ese es el tema esencial.
En mi opinión, la votación que estamos llevando a cabo ahora y el rechazo de ambos nombres no va a demostrar sino que fracasó el modelo que elegimos en su momento. Tengo el más pleno convencimiento de que ese tipo de televisión no es el que está deseando el país.
Por lo tanto, me parece que se ha escabullido el debate de fondo.
No digamos que no tenemos responsabilidad. Sí la tenemos. Porque recién en 2004 existió la posibilidad de generar un cierto entendimiento con respecto a lo que pensábamos de la televisión pública. Pero en los años anteriores nunca logramos uno de carácter sustantivo como para enfrentar este tema tan vital, que otras naciones tuvieron la virtud de abordar académica, intelectual y políticamente.
En los años anteriores era cuestión de que manejáramos el cuoteo. Aquí, la Derecha lo ha cuestionado desde el punto de vista político-práctico, desde la perspectiva conceptual, y resulta que participó con entusiasmo en ese mecanismo.
Lo que hicimos anteriormente -y seguimos realizando- es una suerte de cuoteo político.
Pienso que ese sistema fracasó, definitivamente. En lo personal, no estoy dispuesto a seguir votando por un cuoteo estrictamente político. La televisión pública debe buscar otros modelos -que existen-, en los que no necesariamente los partidos políticos deben formular proposiciones. Y ni siquiera tiene que hacerlo el Gobierno de turno. Hay otros medios para contemplar, dentro de la televisión pública, todas las sensibilidades, puntos de vista filosóficos, políticos, intelectuales o académicos que puedan existir en una sociedad plural como la nuestra.
Esa es la cuestión que debemos enfrentar.
Creo que hoy debiéramos llegar a un cierto entendimiento. Y espero que así ocurra. Porque, a mi juicio, se ha generado una suerte de veto contra Mahmud Aleuy. Y la Derecha ha procedido al respecto de una manera absolutamente menguada. Porque si hubiesen planteado: "Aleuy junto con Pérez Yoma van a plantear el mismo tipo de televisión que hemos tenido hasta el momento", les habría encontrado razón. Pero resulta que en el debate no han expuesto nada con respecto a qué pensamos en esta materia.
Todos nos hemos refugiado -y me incluyo- en el proyecto de acuerdo de 2004, que ya no basta.
Han pasado prácticamente ocho años. Y lo que tenemos acá, básicamente, es un problema serio, porque todos hablamos de una falsedad, en el sentido de que Televisión Nacional debe ser objetiva y plural.
¿Qué entendemos por ello? ¿Por qué no realizamos un debate al respecto? Si la riqueza de la sociedad chilena radica en que es plural, diversa y heterogénea. Y esos tres conceptos, a lo menos, son los que debieran reflejarse en el país, y, por cierto, en Televisión Nacional, pero también en los otros medios de comunicación. ¿Por qué no en Chilevisión? Está bien que el candidato presidencial de la Derecha sea el dueño de ese canal. No lo discuto. Pero debiéramos obligarlos a aplicar un sentido ético, objetivo, para que expresaran el conjunto de la pluralidad, lo cual no significa tender al neutralismo ramplón a que ha llegado la televisión, como si todos fuéramos iguales. Eso no es cierto: no somos iguales. Este es un país heterogéneo. Por algo existen la Derecha y la Concertación. Y hay otras fuerzas más allá del escenario político.
Entonces, en mi opinión, Televisión Nacional tiene buenos programas, muy buenos profesionales -con esto termino, señor Presidente -, pero, en su conjunto, en la visión global, ha arribado a una suerte de ideologismo del neutralismo, lo cual constituye una falsedad en una sociedad heterogénea como la chilena.
Por esa razón, por lo que la Presidenta de la República significa y por los buenos nombres que planteó, voto a favor.
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , me pronunciaré que sí por una razón muy sencilla: creo que las personas propuestas se inscriben perfectamente en la lógica de un directorio como el que tiene hoy día Televisión Nacional, que es de un pluralismo limitado a las expresiones partidistas.
Quiero señalar que a mí eso no me gusta. Creo que debería generarse un directorio distinto, con un pluralismo mucho más integral, donde estuvieran reflejadas no solo posiciones partidistas, sino también otras visiones. Desgraciadamente -como se dice-, "es lo que hay".
Y en esto, por favor, no nos contemos cuentos. Al inicio de la votación, un señor Senador planteó la tesis de los "espacios de neutralidad". La verdad, señor Presidente , es que eso es un cuento chino.
El señor PIZARRO.-
¡Y de chino sabe el japonés...!
El señor OMINAMI.-
¡De chino algo sé!
No me digan que Luis Cordero era un personaje neutral en la política chilena. El Senador señor Naranjo fue bastante elocuente al respecto.
No me digan que Lucía Santa Cruz es una persona neutral en la política chilena.
Estimo que es una buena intelectual, muy respetable. Pero una intelectual conservadora, de Derecha, claramente. Creo, incluso, que se ofendería su inteligencia si se la calificara como intelectual neutral. Porque no lo es: tiene posiciones -justamente por ser intelectual-, combate y se juega por sus ideas. Y eso está bien. Pero acepten que haya otros que se jueguen por las suyas.
Se ha argumentado en torno a "La Nación". Varias intervenciones han sido bien elocuentes a ese respecto. Es obvio: se trata de un diario de Gobierno. Se puede discutir si corresponde que este tenga un diario. Estimo que es un debate perfectamente legítimo. A mí me parece muy controvertible el asunto. Pero, también, "es lo que hay".
En tal sentido, planteo un segundo tema: ¿Qué pasaría con un medio escrito como "La Nación" si la actual Oposición fuera Gobierno?
El señor ALLAMAND.-
¡Lo venderíamos!
El señor OMINAMI.-
Ese es el verdadero debate.
¿Qué pasaría si Luis Cordero fuera el director de "La Nación"?
Ese es el punto.
Uno puede decir: "Bueno, han pasado 17 años y no han sido Gobierno". Está bien. Pero convengamos en lo siguiente: los antecedentes que tienen ustedes son malos. Me responderán: "¡No! ¡Significaría que estamos volviendo al período de la dictadura!".
¡Ojo! Les voy a dar un dato.
Existe en su sector una persona muy importante en el mundo de las comunicaciones, don Manfredo Mayol, quien es citado de manera profusa y constituye un punto de referencia relevante para la Alianza, y particularmente para la UDI, en materia de televisión.
¿Qué hizo él cuando fue un hombre clave en TVN? Vean lo que pasó con el canal estatal. ¿En qué terminó?
El señor NARANJO.-
¡En la ruina!
El señor OMINAMI.-
En la bancarrota económica y en la bancarrota ética. Así acabó Televisión Nacional.
En esa perspectiva, no debemos olvidar que lo que discutimos ahora es una televisión pública que, afortunadamente, se halla en una situación por completo distinta de la que tenía a finales de los 80.
En todo caso, señor Presidente, esto no me lleva a ser autocomplaciente respecto del canal estatal.
Yo comparto lo que expresó recién el Senador señor Núñez. Creo que TVN puede ser mucho mejor: mucho mejor en materia de un pluralismo más integral, mucho mejor desde el punto de vista de la representación del territorio nacional. Porque es bastante absurdo, por ejemplo, que las señoras de Arica se levanten angustiadas en las mañanas por los problemas del Transantiago. Y eso es lo que ven en las mañanas, dado que no hay una cobertura regional amplia.
Señor Presidente , considero que la Ley de Televisión Nacional es mala. Refleja la época en que se aprobó, 15 años atrás.
Recuerden Sus Señorías lo que había entonces en este Senado: una mayoría espuria. ¡Acuérdese, Senador Allamand ! Eso era lo que existía. Y la Ley de TVN tiene esa marca.
Se elaboró un texto que tiene algo bastante absurdo: pedir la realización de televisión pública de alta calidad; una televisión financiada única y exclusivamente sobre la base de los auspiciadores.
Hoy ello resulta irracional y no se sostendría en la discusión.
Por eso, considero muy importante abrir un debate para cambiar la ley.
En tal sentido, lamento que hayamos perdido un tiempo precioso.
Pienso que el proyecto aprobado el año 2004 contenía buenos acuerdos, los cuales deben ser recuperados para los efectos de mejorar sustancialmente la Ley de Televisión Nacional. Y esta vez, también en el marco de la revolución gigantesca que habrá con el establecimiento de la televisión digital. Porque ese es el gran debate que viene.
Espero que el Senado no pierda la oportunidad de ser un aporte para mejorar la calidad de la televisión y resolver la contradicción que hoy existe en el país: la gente ocupa una enorme cantidad de horas al día -cuatro, en promedio- en ver televisión, pero, al mismo tiempo, considera que ella es de mala calidad. Ojalá, la Cámara Alta contribuya a enfrentar tal contradicción.
Finalmente, hago presente que, a mi juicio, el veto expresado esta tarde traerá consecuencias. No va a ser inocente, porque se han roto consensos básicos que habíamos logrado mantener en esta Corporación.
Voto que sí.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, en el curso del debate se han dado distintas razones para votar a favor o en contra de esta proposición.
Hace mucho tiempo que los estudios del Consejo Nacional de Televisión -entidad pública- reflejan muy bien mi opinión en cuanto a cómo ha ido creciendo cada vez más el descontento por la parrilla programática que en general ofrece la televisión abierta.
La pregunta es por qué, siendo el Consejo un órgano público y teniendo el Presidente de la República las herramientas para hacerlo, no se han introducido las modificaciones legales que se requieren.
Por lo tanto, hoy tengo legítimo derecho a colocar en duda la efectividad de la prioridad que quiere poner el Gobierno al proyecto sobre Televisión Nacional. Porque, habiéndose establecido ella en función de la necesidad de votos, estos no expresan convicción sino, simplemente, el deseo de aprobar una propuesta.
En consecuencia, pienso que el Ejecutivo deberá ratificar su intención de enviar una iniciativa legal con miras a discutir a fondo el tema de la televisión pública. Y siento que el Senado ha perdido grandes oportunidades de debatirlo y ha renunciado a ello.
Por eso, según lo expresado por varios parlamentarios, incluidos quienes representamos a Regiones en el Senado, desde hace mucho tiempo existe completa disconformidad. Porque un directorio, al final, no va a arreglar el problema. Podremos tener directores más, directores menos, como los ha habido a lo largo de los años; pero eso no modificará la normativa vigente ni cambiará la situación.
Hoy contamos con una televisión que asegura el pluralismo, y, sin embargo, tiene carácter comercial. Así lo establece la ley. Mientras esos dos principios básicos no sean abordados en profundidad, podremos elegir distintos nombres, distintos directorios, pero la situación de TVN y la de la televisión pública no van a variar.
Lamento que no se haya hecho el debate de fondo y, también, que el compromiso de enviar el proyecto de ley se deba a que faltan votos para aprobar la propuesta para el Directorio y no a que existan profundas convicciones respecto de la necesidad de cambiar el estatuto jurídico actual.
Voto en contra.
El señor PÉREZ VARELA.-
Señor Presidente , sin duda, el tema de la televisión está abierto y debemos asumirlo más temprano que tarde.
Creo que el problema actual de nuestra televisión radica en la falta de diversidad y de pluralidad. Por tanto, todo el debate que se nos viene encima sobre televisión digital y la definición que se adopte al respecto serán claves. Lamentablemente, esa decisión la debe tomar el Gobierno, sin que pase por el Congreso.
Por consiguiente, doy por hecho que el tema de fondo es el futuro de nuestra televisión.
Sin embargo, esta tarde hemos sido convocados para discutir una cosa muy concreta y específica. El Gobierno propone dos nombres para integrar el Directorio de Televisión Nacional, dentro de los parámetros de la ley que el Parlamento aprobó años atrás.
Y no hay duda de que el Ejecutivo lo ha hecho bastante mal y se ha equivocado. La mejor expresión de su pésimo trabajo es que en esta oportunidad ni siquiera consiguió los votos de su coalición. Ello es una demostración evidente de que el Gobierno se movió extraordinariamente mal a la hora de definir cómo estructurar el canal estatal, pues ni siquiera logró el acuerdo de sus propios Senadores.
Y si existe un modelo establecido a través de acuerdos políticos -puede gustarnos o no, pero es el que hay-, tendiente a asentar determinadas sensibilidades políticas al interior de un directorio, un gobierno tiene que moverse y actuar en esa lógica: conversar, convencer, escuchar y seguir convenciendo.
El Ejecutivo no hizo eso. Trató de imponer nombres y criterios, y ni siquiera en sus propias bancadas obtuvo el apoyo que requería.
La primera gran lección de esta tarde es que el Gobierno ha cometido graves errores y, por tanto, fue sometido a una derrota clara y contundente por la propia Concertación.
Aquí la Alianza no ha roto, ni tácita ni expresamente, ningún tipo de acuerdo. Lo que ha hecho es expresar sus opiniones respecto de personas.
Voy a votar en contra, señor Presidente , por una razón que, a mi juicio, explicitó bastante bien el Senador señor Escalona. Él dijo que un elemento fundamental en este modelo de televisión era que las personas tuvieran como característica respetar a los demás. Y yo concuerdo con ello. Sin embargo, las portadas del diario "La Nación" dejan en claro que uno de los candidatos propuestos nunca ha respetado a los demás, en su acción profesional. Esos titulares estuvieron dirigidos no siempre a defender la obra del Gobierno y a difundir su pensamiento, sino a destruir a personas, organizaciones, a líderes de la Oposición. Basta ver el conjunto de portadas a las que nos han sometido en el último tiempo. Ha sido tanto, que los Senadores de la Alianza han hecho, incluso, una estadística respecto de todas esas situaciones.
En consecuencia, el Senador que habla y la Alianza no estamos dispuestos a aprobar el nombre de alguien que, en su carrera profesional y dirigiendo el diario del Gobierno, no ha respetado a los demás, sino que, por el contrario, siempre ha buscado destruir la honra de las personas, la imagen de quienes han pensado distinto a la estrategia oficial de ese medio escrito.
Las portadas de "La Nación", sin duda, son el mejor ejemplo de que no se ha cumplido aquello que el Honorable señor Escalona planteaba como elemento central.
Por esas razones, señor Presidente, voto en contra.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente , más allá de todo lo que se ha manifestado, quiero realizar un par de afirmaciones.
En primer lugar, aquí se han formulado demasiados juicios en forma muy liviana respecto de lo que hace o no hace Televisión Nacional.
En el caso de las Regiones, tomando en cuenta mi experiencia en la de Coquimbo, la red de televisión local no está al servicio del Gobierno ni de los Intendentes, ni mucho menos se halla vinculada -por decirlo de alguna manera- a estrategias comunicacionales, como aquí se ha planteado. Al contrario, en la Cuarta Región la red televisiva es bastante crítica, autónoma, independiente. Y de eso pueden dar fe todas las fuerzas vivas de la comunidad. Yo supongo que tal situación se repite a lo largo de Chile.
En cuanto al tema más de fondo, sin duda que estamos frente a una estrategia de la Derecha que forma parte de sus definiciones políticas, orientadas a oponerse y a dar a conocer su discrepancia frente a cada propuesta que formule el Gobierno y, específicamente, la Presidenta de la República.
El tema de "la demolición" o "el desalojo" también se encuentra presente en ese modo de actuar de la Oposición. Hay descalificación a priori de las personas; hay descalificación por principios, respecto del papel que pueden haber jugado en un medio de comunicación, como ocurre en el caso del señor Aleuy ; hay descalificación, sin duda, por prejuicios ideológicos; hay desprecio, incluso, por los acuerdos adoptados en el Senado. Porque algunos han hecho referencia a lo que esta Corporación aprobó hace ya tres años, pero olvidan que en ese texto también planteamos lo siguiente: "Asegurar el pluralismo, garantizando oportunidades equitativas a todas las tendencias políticas legalmente constituidas y que cuentan con una efectiva representatividad.".
Sin embargo, la Derecha aquí pretende decidir quiénes pueden representar mejor a determinadas fuerzas políticas.
Eso es una contradicción, señor Presidente.
El gran argumento que entregaron para vetar el nombre del señor Óscar Godoy hace algunos años, junto con los de otros seis postulantes, fue que no representaba a la Alianza ni menos a Renovación Nacional. Y reivindicaron el derecho, en la práctica, a buscar una persona que sí los interpretara. Por eso Daniel Platovsky está en el Directorio de TVN hoy día. Porque representa a Renovación Nacional y, además, forma parte de su Comisión política.
A mi juicio, en esta materia tiene que existir un poquito más de objetividad.
Se ha cuestionado el papel del diario "La Nación"; se ha emitido una serie de acusaciones -gravísimas algunas ellas-, y, sin embargo, hasta el día de hoy -que yo sepa- no existe ni una sola querella presentada por quienes sostienen haber sido perjudicados por campañas sistemáticas, difamatorias, descalificadoras, constantes y persistentes, que habría encabezado el Presidente del Directorio de ese medio escrito. Por lo demás, ese organismo es colegiado y quien lo dirige no lleva la política, ni la línea editorial ni periodística del día a día. De manera que mal se puede plantear que, producto del ingreso del Presidente del Directorio de "La Nación " a Televisión Nacional de Chile, se van a establecer políticas perniciosas para la televisión pública.
Pero hay una situación más grave, señor Presidente , y la voy a reiterar aprovechando la presencia del Ministro Secretario General de la Presidencia.
El problema más serio es nuestro, es del Gobierno. Y, en mi concepto, debemos hacernos cargo de él hoy. Lo dije a propósito de la discusión del Plan Transantiago: la Concertación, lamentablemente, hace rato que no tiene mayoría en la Cámara Alta. A pesar de que fueron elegidos 20 Senadores de nuestra coalición, no contamos con mayoría. Y hay una Oposición dura, destructiva, al frente, que es la Derecha, que se resiste a todo lo que plantea la Presidenta de la República. Pero también existe una oposición al interior de la propia Concertación. Y esa -debo decirlo con dolor, señor Presidente - es mucho peor, porque se construye sobre la base de pasadas de cuentas o de vendettas personales. Aquí hay mucho olor a pasada de cuenta, mucho mal tufillo a vendetta personal, a descalificar por cuestiones particulares de algunos colegas, que no solo son injustas, no solo son erróneas, sino que, además, demuestran que existe mucha intolerancia y pequeñez en quienes han votado en contra de la propuesta del Ejecutivo por este tipo de razones.
Se trata de un hecho político que el Gobierno tiene que asimilar.
Lo discutimos previamente en reuniones de la Concertación. Yo era partidario de buscar un acuerdo político más global, obviamente, con la Derecha, porque la situación se repetirá en un mes más, dado que la Jefa del Estado tendrá que proponer nuevos nombres. El próximo año habrá renovación de otros cargos de directores, porque vencen sus mandatos. Seguramente, la discusión con la Oposición será al revés. Era evidente que teníamos que hacer el esfuerzo de buscar un consenso político más amplio. No hubo voluntad para ello, sino solo la decisión política del Gobierno de insistir con la proposición.
Francamente, creo que hemos sometido a la Presidenta de la República a una derrota sin sentido. Además, nuevamente se ha producido un quiebre profundo entre los miembros de nuestra coalición. Hoy día ni siquiera logramos 17 votos a favor. Hemos tenido 3 en contra de Senadores que -normalmente- deberían aprobar las propuestas del Gobierno.
Ese es el hecho que estamos enfrentando.
De lo sucedido hay que recoger las lecciones que correspondan. Se debe entender que no tenemos una mayoría estable y que habrá que construirla caso a caso. En ese sentido, el equipo político del Gobierno, que encabeza el Ministro del Interior e integran otros Secretarios de Estado, tendrá que desarrollar un trabajo mucho más eficiente.
Voto a favor.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente , creo que el tema que estamos tratando es importante en sí, pues Televisión Nacional de Chile y los otros canales televisivos son esenciales en el desarrollo de la cultura y de la forma en que la gente se informa.
El Senado tuvo la oportunidad, hace un tiempo, de analizar esta materia aprovechando un informe emitido por la Comisión de Educación. No hubo quórum en las sesiones para haber convocado, a partir de dicho documento, a un debate sobre lo que se ha pedido ahora: el tratamiento de un proyecto a fin de ver cómo cambiamos la ley.
Aquí hay tres o cuatro áreas de las cuales deberíamos preocuparnos.
Primera: ¿estamos contentos con la televisión en general? La respuesta es "no". Por lo tanto, más allá de cualquier resquicio, lo que tenemos que hacer es buscar la forma de planear, de manera más legítima y lógica, una transformación de la televisión.
Señor Presidente , como dispongo de poco tiempo, expresaré de modo sintético mi posición en cada caso.
Segunda: ¿por qué abordamos así el problema de la televisión y cuál fue el motivo de que la ley se aprobara en los términos en que se hizo? Porque, como en ese momento teníamos un empate, el acuerdo respondió a la exigencia de disipar la desconfianza. ¡Nadie tenía confianza en nadie! Entonces, simplemente se elaboró un proyecto en el que se discutía, se arreglaba, se cambiaba y se votaba hasta una coma.
Eso fue lo que pasó cuando se tramitaba la ley.
En esa oportunidad, señor Presidente , fui contrario a consignar un sistema de designación sobre la base de las fuerzas políticas. Porque aquí nos encontramos en un engaño permanente. Cuando se dice: "Aprobamos el nombramiento de tal o cual persona porque reúne los méritos suficientes", la verdad es que estamos votando ideológicamente. Pero también sucede lo contrario. Y se expresa: "No. Ese señor no me representa".
Por consiguiente, ni en la Concertación ni en la Oposición hay una respuesta clara respecto de a quién representan personas que, en la práctica, no tienen nada que decir en la televisión nacional.
Tercera: aquí -a eso obedece la molestia con que uno de repente discute estas cosas; lo digo con mucha sinceridad ante los Senadores de la Oposición- estamos enfrentando el aburrimiento de la Concertación frente al empleo de un vocabulario impropio de los parlamentarios de la Alianza, el cual induce a una violencia verbal y argumental que lleva a que nosotros actuemos del mismo modo. Me parece que eso solo implica rebajar la función de esta Alta Cámara.
En efecto, en el debate -lo digo con todo respeto- se nos trata de la peor manera. Y se hacen las observaciones más insanas, sin que uno ni siquiera pueda reclamar, porque los colegas se sienten agredidos.
Pienso que los Senadores debemos buscar un acuerdo entre las personas. Pero eso no resulta factible cuando hay una agresividad permanente en el lenguaje y en los medios de que se dispone.
Último punto: es verdad que en Chile hay una prensa supuestamente libre. Digo "supuestamente libre" porque los grandes consorcios periodísticos están encadenados -por así decirlo- a quienes los respaldan. Y eso torna imposible una libertad para toda la Oposición o para toda la Concertación.
Tocante a "La Nación", deseo formular breves observaciones.
Es el diario de Gobierno y es su obligación realizar las cosas que hizo y que está llevando a cabo.
Yo no acepto el lenguaje procaz.
Por su parte, Televisión Nacional es un canal público que es preciso financiar. De otra manera no podría seguir trabajando.
Y, en ese cuadro, lo que sucede a la larga es que estamos discutiendo sobre la base de lo siguiente: "Yo planteo reparos a lo que tú quieres efectuar, pero a mí déjenme tranquilo para realizar lo que quiera". O bien: "Yo rechazo a tus candidatos, pero no toques a los míos". Ya lo han señalado otras personas.
En su minuto, yo voté a favor del señor Luis Cordero y de otros candidatos, por un acuerdo político que no se ha roto. De lo contrario, jamás habría aprobado la designación de algunos de ellos, por lo que hicieron durante la dictadura. Porque para integrar el Directorio de TVN se necesita no solo realizar un buen trabajo en un diario, sino también respetar los derechos humanos y haber mostrado coherencia con los dichos de la propia Junta cuando asumió que quería un régimen de libertad.
Pero voté positivamente sobre esa base. Y hoy pido a la Alianza que haga lo propio.
Ahora, no me parece adecuado criticar así a una persona. Hablé con el Honorable señor García , a quien solicité que viera la posibilidad de probar lo manifestado en contra del señor Aleuy. O si no, como a Su Señoría lo considero un caballero, que se desdiga, pues no resulta admisible expresar que alguien ha hecho mal uso de ciertos fondos sin saber si ello es verdad o no.
En resumen, señor Presidente , la ley es necesaria. Su modificación resulta indispensable, pues el sistema no está funcionando bien.
En el futuro no aprobaré nombramiento alguno mientras no tengamos con la Oposición un acuerdo que se cumpla y que sea razonablemente equitativo para las partes.
No aprobaré jamás una designación si no media un compromiso en el sentido de que la Oposición plantee los nombres de sus postulantes, y la Concertación, los suyos, y sin que aquella ni esta intervengan en los de la contraparte, salvo que un candidato tenga pecados capitales, que no es lo que se ha discutido esta tarde, donde algunos ataques tuvieron carácter político y otros fueron inadecuados, como lo señalo respecto de las conductas personales.
Señor Presidente , espero que renovemos un acuerdo mínimo entre nosotros. Lo vengo clamando desde hace muchísimo tiempo. No lograrlo será inconveniente, porque así comienzan los errores; así comienzan los incumplimientos; así comienzan las quejas y las malas palabras. Pero también sabemos cómo termina todo eso.
En consecuencia, ahora que la Concertación no tuvo mayoría para aprobar los nombramientos propuestos por el Gobierno, es obvio que si yo perteneciera a las bancas de enfrente estaría...
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
...saltando. Pero ese ya es problema nuestro, y cada uno ha de asumir su responsabilidad.
Por eso, señor Presidente, voto afirmativamente, en la esperanza de que algunos procedimientos se refuercen a través de un trato razonable entre los distintos sectores representados en el Senado.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se rechaza la proposición de la Presidenta de la República (20 votos contra 17 y una abstención).
Votaron por la negativa los señores Allamand, Bianchi, Cantero, Chadwick, Coloma, Espina, Flores, García, Horvath, Kuschel, Larraín, Longueira, Matthei, Navarro, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica, Romero y Zaldívar.
Votaron por la afirmativa la señora Alvear y los señores Ávila, Escalona, Frei, Gazmuri, Girardi, Gómez, Letelier, Muñoz Aburto, Muñoz Barra, Naranjo, Núñez, Ominami, Pizarro, Ruiz-Esquide, Sabag y Vásquez.
Se abstuvo el señor Arancibia.
El señor VIERA-GALLO ( Ministro Secretario General de la Presidencia ).-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor VIERA-GALLO (Ministro Secretario General de la Presidencia).-
Señor Presidente, quiero manifestar, en nombre del Gobierno, que lamentamos muy profundamente el resultado de la votación y que no compartimos el procedimiento utilizado al menos en tres aspectos.
En primer término, no compartimos la forma en que se votó, porque la Primera Mandataria envió dos mensajes distintos precisamente para que se votaran en forma separada.
Tampoco compartimos el acuerdo de Comités -al final, no tuvo aplicación práctica-, pues, fundándose en un informe de la Comisión de Constitución, pretendía desconocer la aplicación del artículo 178 del Reglamento, relativo a las abstenciones.
Y, por último, no compartimos el tono que adquirió el debate esta tarde.
Tanto Edmundo Pérez Yoma como Mahmud Aleuy no necesitan defensa de nuestra parte. Su limpia trayectoria pública los avala de sobra.
Con respecto al fondo de la votación, el Ejecutivo , a través de distintos personeros, aparte del Ministro Secretario General de Gobierno -presente aquí- y de quien habla, ha reiterado en múltiples ocasiones su voluntad de abrir una discusión acerca del futuro de la televisión pública en Chile después de 15 años de vigencia de la Ley de Televisión Nacional.
En ese debate se deberá ver la mejor manera de garantizar el pluralismo no solo político-partidista, sino también social y cultural, al igual que la calidad de la programación, a fin de elevar el nivel educacional de la población; cómo reforzar, de algún modo, la autonomía financiera del canal público, y en qué condiciones y bajo qué formas se le puede sustraer de la dictadura del avisaje y de la lógica del mercado.
En todo caso, señor Presidente , convengamos todos en que esa tarea no es fácil -por ello, pocos países cuentan con televisión pública- y en que dicho medio de comunicación representa una gran industria, que en este momento se encuentra a la vanguardia dentro del sistema televisivo nacional. Y tengo, además, fundadas razones para pensar que goza del aprecio de la ciudadanía en muchos aspectos de su programación y de su gestión.
Por eso, tal vez deberíamos ser más equilibrados al momento de emitir juicios demasiado categóricos o unilaterales sobre un canal de televisión que le ha brindado al país -y lo sigue haciendo- un servicio tan significativo.
¿Qué sería de la cultura chilena y de nuestra conciencia como nación si Televisión Nacional desapareciera?
Y tengamos plena conciencia de que al plantear este debate y proponer reformas lo hacemos en un ambiente muy competitivo, en el cual otros canales -por cierto, en su legítimo derecho a planificar la programación- están permanentemente disputando audiencia a Televisión Nacional.
Esperamos que cuando la Presidenta de la República, en uso de sus facultades y en cumplimiento de la ley, entregue la nueva propuesta de directores -ya que esta, lamentablemente, ha sido rechazada- encuentre mejor acogida en el Senado.
El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-
Por haberse cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 21:21.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción