Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. ACTAS
- V. CUENTA
- ARCHIVO DE PROYECTOS.
- V. OBJETO DE LA SESIÓN
- VIOLENCIA JUVENIL Y SU RECRUDECIMIENTO EN EL PAÍS. Proyecto de acuerdo.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Gonzalo Ibanez Santa Maria
- INTERVENCIÓN : Maria Antonieta Saa Diaz
- INTERVENCIÓN : Rosa Gonzalez Roman
- INTERVENCIÓN : Fulvio Rossi Ciocca
- INTERVENCIÓN : Maria Pia Guzman Mena
- INTERVENCIÓN : Jorge Burgos Varela
- INTERVENCIÓN : Maria Angelica Cristi Marfil
- INTERVENCIÓN : Antonio Leal Labrin
- INTERVENCIÓN : Exequiel Silva Ortiz
- INTERVENCIÓN : Alberto Robles Pantoja
- INTERVENCIÓN : Carolina Toha Morales
- PROYECTOS DE ACUERDO
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Gonzalo Ibanez Santa Maria
- Ivan Moreira Barros
- Juan Masferrer Pellizzari
- Maria Angelica Cristi Marfil
- Mario Bertolino Rendic
- Ivan Norambuena Farias
- Francisco Leandro Bayo Veloso
- Alberto Eugenio Cardemil Herrera
- Rene Manuel Garcia Garcia
- Rosa Gonzalez Roman
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Jorge Burgos Varela
- Fulvio Rossi Ciocca
- Antonio Leal Labrin
- Enrique Jaramillo Becker
- Patricio Alejandro Hales Dib
- Rodrigo Gonzalez Torres
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Edmundo Villouta Concha
- Carlos Olivares Zepeda
- Jose Perez Arriagada
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Alejandro Navarro Brain
- Edmundo Salas De La Fuente
- Carlos Olivares Zepeda
- Sergio Ojeda Uribe
- Antonio Leal Labrin
- Carolina Toha Morales
- Jose Perez Arriagada
- Fulvio Rossi Ciocca
- Pablo Silva
- Juan Pablo Letelier Morel
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- VIOLENCIA JUVENIL Y SU RECRUDECIMIENTO EN EL PAÍS. Proyecto de acuerdo.
- CIERRE DE LA SESIÓN
- VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 352ª, EXTRAORDINARIA
Sesión 16ª, en martes 9 de noviembre de 2004
(Especial, de 17.09 a 19.46 horas)
Presidencia de los señores Lorenzini Basso, don Pablo; Leal Labrín, don Antonio, y Ojeda Uribe, don Sergio.
Secretario accidental , el señor Álvarez Álvarez, don Adrián.
Prosecretario accidental , el señor Vallejos de la Barra, don Federico.
ÍNDICE
I.- ASISTENCIA
II.- APERTURA DE LA SESIÓN
III.- ACTAS
IV.- CUENTA
V.- OBJETO DE LA SESIÓN
VI.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
VII.- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
ÍNDICE GENERAL
Pág.
I. Asistencia 4
II. Apertura de la sesión 7
III. Actas 7
IV. Cuenta 7
- Archivo de proyectos 7
V. Objeto de la sesión.
- Violencia juvenil y su recrudecimiento en el país. Proyecto de acuerdo 7
VI. Documentos de la Cuenta.
- Oficios de la Excma. Corte Suprema, por los cuales remite su opinión respecto de los siguientes proyectos:
1. Establece la digitalización de gestiones notariales y de registros conservatorios. (boletín N° 3683-07) 39
2. Establece la constitución y características de las sociedades de Garantía Recíproca. (boletín N° 3627-03) 40
VII. Otros documentos de la Cuenta.
1. Oficio:
- De la Comisión de Salud por el cual solicita el asentimiento de la Sala de la Corporación con el objeto de proceder al archivo del proyecto, iniciado en moción, que establece normas de regulación y certificación de la calidad artesanal de los productos lácteos de origen caprino, por cuanto, según oficio del señor Ministro de Salud , dicha materia se reitera en normas sanitarias vigentes (boletín N° 2797-11).
I. ASISTENCIA
-Asistieron los siguientes señores diputados: (103)
Accorsi Opazo, Enrique PPD RM 24
Aguiló Melo, Sergio PS VII 37
Alvarado Andrade, Claudio UDI X 58
Álvarez-Salamanca Büchi, Pedro RN VII 38
Álvarez Zenteno, Rodrigo UDI XII 60
Allende Bussi, Isabel PS RM 29
Araya Guerrero, Pedro PDC II 4
Ascencio Mansilla, Gabriel PDC X 58
Barros Montero, Ramón UDI VI 35
Bauer Jouanne, Eugenio UDI VI 33
Bayo Veloso, Francisco RN IX 48
Becker Alvear, Germán RN IX 50
Bertolino Rendic, Mario RN IV 7
Burgos Varela, Jorge PDC RM 21
Bustos Ramírez, Juan PS V 12
Caraball Martínez, Eliana PDC RM 27
Cardemil Herrera, Alberto RN RM 22
Ceroni Fuentes, Guillermo PPD VII 40
Correa De la Cerda, Sergio UDI VII 36
Cristi Marfil, María Angélica IND-UDI RM 24
Cubillos Sigall, Marcela UDI RM 21
Díaz Del Río, Eduardo UDI IX 51
Dittborn Cordua, Julio UDI RM 23
Egaña Respaldiza, Andrés UDI VIII 44
Encina Moriamez, Francisco PS IV 8
Errázuriz Eguiguren, Maximiano RN RM 29
Escalona Medina, Camilo PS VIII 46
Espinoza Sandoval, Fidel PS X 56
Forni Lobos, Marcelo UDI V 11
García García, René Manuel RN IX 52
García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro UDI VI 32
Girardi Lavín, Guido PPD RM 18
González Román, Rosa UDI I 1
González Torres, Rodrigo PPD V 14
Guzmán Mena, Pía RN RM 23
Hales Dib, Patricio PPD RM 19
Hernández Hernández, Javier UDI X 55
Hidalgo González, Carlos IND-RN V 15
Ibáñez Santa María, Gonzalo UDI V 14
Jaramillo Becker, Enrique PPD X 54
Jarpa Wevar, Carlos Abel PRSD VIII 41
Jeame Barrueto, Víctor PPD VIII 43
Kast Rist, José Antonio UDI RM 30
Leal Labrín, Antonio PPD III 5
Leay Morán, Cristián UDI RM 19
Letelier Morel, Juan Pablo PS VI 33
Letelier Norambuena, Felipe PPD VIII 42
Longton Guerrero, Arturo RN V 12
Lorenzini Basso, Pablo PDC VII 38
Luksic Sandoval, Zarko PDC RM 16
Masferrer Pellizzari, Juan UDI VI 34
Melero Abaroa, Patricio UDI RM 16
Mella Gajardo, María Eugenia PDC V 10
Meza Moncada, Fernando PRSD IX 52
Monckeberg Díaz, Nicolás RN VIII 42
Montes Cisternas, Carlos PS RM 26
Mora Longa, Waldo PDC II 3
Moreira Barros, Iván UDI RM 27
Mulet Martínez, Jaime PDC III 6
Muñoz Aburto, Pedro PS XII 60
Muñoz D'Albora, Adriana PPD IV 9
Navarro Brain, Alejandro PS VIII 45
Norambuena Farías, Iván UDI VIII 46
Ojeda Uribe, Sergio PDC X 55
Olivares Zepeda, Carlos PDC RM 18
Ortiz Novoa, José Miguel PDC VIII 44
Palma Flores, Osvaldo RN VII 39
Paya Mira, Darío UDI RM 28
Pérez Arriagada, José PRSD VIII 47
Pérez Lobos, Aníbal PPD VI 35
Pérez Opazo, Ramón IND-UDI I 2
Pérez San Martín, Lily RN RM 26
Pérez Varela, Víctor UDI VIII 47
Prieto Lorca, Pablo IND-UDI VII 37
Quintana Leal, Jaime PPD IX 49
Recondo Lavanderos, Carlos UDI X 56
Riveros Marín, Edgardo PDC RM 30
Robles Pantoja, Alberto PRSD III 6
Rojas Molina, Manuel UDI II 4
Rossi Ciocca, Fulvio PS I 2
Saa Díaz, María Antonieta PPD RM 17
Saffirio Suárez, Eduardo PDC IX 50
Salaberry Soto, Felipe UDI RM 25
Salas De la Fuente, Edmundo PDC VIII 45
Sánchez Grunert, Leopoldo PPD XI 59
Seguel Molina, Rodolfo PDC RM 28
Silva Ortiz, Exequiel PDC X 53
Soto González, Laura PPD V 13
Tapia Martínez, Boris PDC VII 36
Tarud Daccarett, Jorge PPD VII 39
Tohá Morales, Carolina PPD RM 22
Tuma Zedan, Eugenio PPD IX 51
Ulloa Aguillón, Jorge UDI VIII 43
Uriarte Herrera, Gonzalo UDI RM 31
Urrutia Bonilla, Ignacio UDI VII 40
Valenzuela Van Treek, Esteban PPD VI 32
Varela Herrera, Mario UDI RM 20
Venegas Rubio, Samuel PRSD V 15
Vidal Lázaro, Ximena PPD RM 25
Vilches Guzmán, Carlos RN III 5
Villouta Concha, Edmundo PDC IX 48
Von Mühlenbrock Zamora, Gastón UDI X 54
Walker Prieto, Patricio PDC IV 8
-Con permiso constitucional no estuvo presente el diputado señor Alfonso Vargas.
-Asistieron, además, los ministros del Interior , don José Miguel Insulza, y de Educación Pública, don Sergio Bitar.-
II. APERTURA DE LA SESIÓN
-Se abrió la sesión a las 17.09 horas.
El señor LORENZINI (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III. ACTAS
El señor LORENZINI (Presidente).-
El acta de la sesión 10ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 11ª queda a disposición de las señoras diputadas y de los señores diputados.
V. CUENTA
El señor LORENZINI (Presidente).-
El señor Secretario va a dar lectura a la Cuenta.
-El señor VALLEJOS ( Prosecretario accidental ) da lectura a la Cuenta.
ARCHIVO DE PROYECTOS.
El señor LORENZINI ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se accederá a la petición de la Comisión de Salud de archivar el proyecto, iniciado en moción, que establece normas de regulación y certificación de la calidad artesanal de los productos lácteos de origen caprino, por cuanto, según oficio del señor ministro de Salud , esa materia está contenida en normas sanitarias vigentes.
Acordado.
V. OBJETO DE LA SESIÓN
VIOLENCIA JUVENIL Y SU RECRUDECIMIENTO EN EL PAÍS. Proyecto de acuerdo.
El señor LORENZINI ( Presidente ).-
La presente sesión tiene por objeto “analizar el fenómeno de la violencia juvenil y su recrudecimiento en el país”.
Tal como lo acordaron en forma unánime los Comités parlamentarios, han sido invitados a esta sesión especial los ministros del Interior , de Justicia y de Educación; el general director de Carabineros , el director (s) de la Policía de Investigaciones y el jefe de la División de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior .
Solicito el asentimiento de los señores diputados para que ingresen a la Sala los funcionarios que acompañan al general director de Carabineros.
Acordado.
De acuerdo con el artículo 74 del Reglamento, el tiempo previo de 15 minutos corresponde al Comité de la UDI.
Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Ibáñez.
El señor IBÁÑEZ .-
Señor Presidente , antes quiero preguntar qué pasó con los ministros de Estado invitados, porque no sé si vale la pena celebrar una sesión a la cual no asisten los representantes del Ejecutivo , cuya presencia para estos efectos es importante. Por ello, propongo suspender la sesión hasta que dichos personeros lleguen a la Corporación.
El señor LORENZINI ( Presidente ).-
Señor diputado , el ministro Insulza, según me informó hoy en la mañana, se retrasará un poco, porque debe intervenir en la sesión del Senado, que tratará las reformas constitucionales. El señor Secretario me señala que el ministro de Educación no ha dado ninguna explicación y el ministro de Justicia se encuentra en la Comisión encargada de analizar la procedencia de la acusación constitucional deducida en su contra, puesto que, de acuerdo con el Reglamento, las comisiones se encuentran autorizadas para sesionar simultáneamente con la Sala.
Se suspende la sesión.
-Transcurrido el tiempo de suspensión.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Continúa la sesión.
Damos la bienvenida al general director de Carabineros de Chile , señor Alberto Cienfuegos, y a quienes lo acompañan, como asimismo al jefe de la Prefectura General de Unidades Estratégicas de la Policía de Investigaciones de Chile , señor José Castro, y a sus asesores.
Para un asunto de Reglamento, tiene la palabra el diputado Recondo.
El señor RECONDO .-
Señor Presidente , solicito que llame a reunión de Comités, porque deseo recordar a los señores diputados que esta sesión fue fijada en una fecha anterior, pero postergada precisamente porque los señores ministros no tenían la posibilidad de estar en la Sala en esa oportunidad.
Hoy se da exactamente esa situación y, por lo menos, deseo plantear la inquietud de la UDI en reunión de Comités.
Por lo tanto, le pido que suspenda la sesión.
El señor LORENZINI ( Presidente ).-
Cito a reunión Comités.
Se suspende la sesión.
-Transcurrido el tiempo de suspensión.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Se reanuda la sesión.
Comunico a la Sala que el ministro de Justicia , señor Luis Bates, se encuentra en la Comisión especial, que estudia la acusación constitucional en su contra, y se integrará a esta sesión cuando termine de exponer su informe.
Hoy nos acompañan el ministro del Interior , señor José Miguel Insulza; el ministro de Educación , señor Sergio Bitar; el general director de Carabineros , señor Alberto Cienfuegos y el jefe de la Prefectura General de Unidades Estratégicas de la Policía de Investigaciones , señor José Castro.
En primer lugar, tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Ibáñez.
El señor IBÁÑEZ .-
Señor Presidente , en los últimos meses, la opinión pública nacional se ha visto conmovida y extremadamente preocupada por una serie de hechos de violencia en los cuales muchos jóvenes han sido autores, cómplices o encubridores.
Pondré algunos ejemplos:
El 27 de junio, en Valparaíso, es asesinado el joven Julián Cárcamo por otro joven con el objeto de robarle su teléfono celular.
El 25 de septiembre, una joven mujer acuchilla a otro joven de diecisiete años en un pub del barrio Suecia, de Santiago.
Ese mismo día, seis jóvenes protagonizan una riña con el dueño de la discoteca Boomster , identificado como Guillermo Moreno Lobos, a quien le dieron muerte luego de dispararle con una escopeta.
En la población El Pinar, de San Joaquín, Santiago , es asesinado de un disparo Eric Ernesto Ríos , de veinte años, en medio de una fiesta.
En Reñaca, Viña del Mar, un joven de dieciséis años, identificado con las iniciales F.E.R.J., asesina al menor de diecisiete años, Gonzalo Cárdenas Jiménez .
El 29 de septiembre, un estudiante de diecinueve años del liceo de Chile Chico, Undécima Región, es enjuiciado tras amenazar, en forma reiterada con un arma de fuego a un inspector de su establecimiento.
El 30 de septiembre, un joven de catorce años, de la comuna de Lo Espejo, apuñala con un cortaplumas a un compañero de curso de su misma edad.
El 4 de octubre, un joven de diecisiete años da muerte con un tiro de escopeta a un compañero de curso del liceo técnico Santa Juana , de la Octava Región.
El 12 de octubre, otro joven muere apuñalado en Valparaíso, al cruzar la pasarela sobre la avenida España, a la altura de la Caleta Portales, por resistirse al robo de su teléfono celular.
Durante esos días, en un colegio de Concepción fueron arrestados tres jóvenes que portaban cuchillos, en tanto que el 8 de octubre un grupo de alumnos de un liceo de Quilpué quebraron los vidrios del establecimientos, forzaron ventanas y produjeron una serie de desmanes, y luego escaparon.
Los hechos que acabo de reseñar imponen una conclusión desoladora: la violencia cuyos actores son jóvenes, se ha incrementado en cantidad, pero también en peligrosidad, con consecuencias gravísimas, incluida la muerte de personas.
Estos hechos no nos pueden dejar indiferentes, pues se juega el futuro de nuestra Patria, en especial el de jóvenes que, a su edad, no sólo actúan con violencia, sino que son amenazados por la misma violencia que se anida en sus corazones. Los jóvenes hacen víctimas de su violencia a otras personas, pero también son víctimas de su propia violencia, en cuanto quedan sojuzgados por ella hasta el punto de perder, en el momento de las decisiones, todo atisbo de autodominio.
No nos engañemos, sin embargo. Este incremento de la violencia juvenil de que dan cuenta las frías estadísticas se inscribe en un incremento de la violencia en todas sus formas, que se debe en medida importante a una actitud prácticamente de prodelincuencia que han observado los sucesivos gobiernos de la Concertación en los últimos dieciséis años, actitud que va unida a aquella otra cuyo objetivo ha sido y es hacer difícil el cultivo de las vocaciones policiales, y que ha debilitado espiritual y materialmente la capacidad de las instituciones policiales para cumplir de manera cabal con su misión de enfrentar la delincuencia y prevenir la comisión de delitos.
La Concertación y los partidos que la forman siguen anclados en el viejo dogma socialista para el cual la sociedad tiene la culpa del delincuente y del delito y que, por lo tanto, no se puede condenar a aquél, porque las estructuras sociales no pueden sino producir delincuentes y delincuencia, hasta el punto de que sólo cambiando esas estructuras sociales se pondrá término a tal delincuencia.
Por eso, a pesar de una pretendida renovación, los políticos concertacionistas, cual más cual menos, siguen mirando con un ojo simpático al delincuente y están siempre prestos a encontrar una explicación para su acto, culpando muchas veces a las víctimas de, prácticamente, haber provocado al delincuente a cometer un delito.
Éste es el telón de fondo que explica el aumento general de la delincuencia y, dentro de ella, la juvenil. Por eso, antes que nada, es imperioso que los gobiernos de la Concertación asuman que son gobierno y dejen de lado todos esos sofismas socialistas y pseudo románticos, y se consagren a combatir sin contemplaciones tanto al delito como a los delincuentes. Con ello, estoy del todo seguro, habremos ganado la parte más importante de esta guerra que ahora perdemos de manera lamentable.
Es cierto, con todo, que la violencia juvenil y su alarmante recrudecimiento tienen razones propias para producirse y de cuyo examen hoy no podemos sustraernos. Los jóvenes son, por lo menos hasta que llegan a la edad adulta, cuando toman el gobierno de sus propias libertades, lo que los adultos hayamos hecho de ellos. Si presentan esta alarmante tendencia al uso de la violencia, sin vacilar incluso en causar la muerte de otras personas, es porque de alguna manera la educación y formación que nosotros, los mayores, les hemos dado, no ha sido la adecuada.
Por supuesto, no existen modelos únicos de formación de juventudes ni, en la práctica, agentes formadores. Esto es, padres de familia, autoridades y profesores, se comportan de la misma manera. Sin perjuicio de ello, es posible advertir cómo en nuestro país se ha ido estructurando una línea gruesa de formación de jóvenes en la que encontramos ingredientes que, sin duda, provocan los fenómenos que hoy comentamos. Por cierto, se trata de ingredientes que, lejos de ayudar a la formación de los jóvenes, introducen el caos en sus vidas y, de esa manera, son profundamente deformadores de su personalidad.
Con el debido respeto a muchas teorías acerca de esta importante cuestión, quiero resumir diciendo, en primer lugar, que, por la presencia de la libertad, una persona humana no actúa de manera necesaria y programada del modo como lo hacen los animales, sino que puede hacerlo de muy variadas maneras, incluidas algunas que pueden terminar por destruirla. De ahí la importancia de proveer a los jóvenes de los conocimientos necesarios para gobernar su libre albedrío y de inculcarles hábitos o costumbres que los inclinen a obrar de una manera que los conduzca a su perfección y los aparte de su destrucción. Ésa y no otra es la finalidad de todo proceso que, de verdad, apunte a formar integralmente a los jóvenes.
¿Cuándo, en esta perspectiva, podemos entonces decir que una persona está formada? Personalmente, creo que ello sucede cuando esa persona es capaz de incorporarse de manera integral en una comunidad de tarea con sus semejantes, de manera que, por la labor de cada una de ellos al interior de esa comunidad, ésta produce, de hecho, todos los bienes que sus miembros necesitan para su propia perfección.
A esa comunidad la denominamos ahora sociedad política, pero, antes, simplemente, ciudad, polis en griego y civitas, en latín. Por eso, formar una persona consiste en hacer de ella alguien capaz de obra política o de obra civilizada. Esta obra supone la paz y la concordia entre sus miembros; paz y concordia que son fruto de la justicia y del derecho, tal como lo expresan los cuerpos legales. De ahí que cuando una persona joven adquiere el hábito perverso de arreglar sus cuentas con los demás al margen de la vida del derecho, esto es, provocando la violencia, es la vida de toda la sociedad la que es puesta en entredicho y cuánto más la vida del mismo joven.
Vivir en sociedad y hacer obra de civilización implica la necesidad de aceptar reglas de conducta que nos sirven para orientar el uso de nuestra libertad. Son reglas que provienen de la inteligencia común de la sociedad, que es su gobierno, y cuyo respeto y acatamiento constituyen, para cada uno, severas obligaciones éticas, lo cual lo afirmamos, por cierto, sin perjuicio de la fuerza coactiva que acompaña, y debe acompañar, a estas leyes, y que se refleja en las sanciones tanto civiles como penales por su inobservancia o transgresión.
Pues bien, de los ejemplos que he traído a colación, como de tantos otros, queda la inequívoca impresión de que hay sectores muy amplios de nuestra juventud para la cual vivir en sociedad se hace intolerable, y aún más intolerable aceptar las reglas que ésta establece para ordenar la vida en común. Esta aversión a las exigencias propias de una vida en común termina convirtiendo a cada hombre en el lobo de sus semejantes.
¿Por qué sucede de esta manera? En primer lugar, a mi juicio, hemos de recordar la sentencia del viejo Aristóteles , de que si nos incorporamos a la vida social es para vivir mejor, pura y simplemente, y que es en el medio de una sociedad donde de verdad se puede vivir mejor; es ahí donde puede tener lugar la aceptación e, incluso, la imposición de costumbres que impliquen un freno a la libre expansión de las pasiones.
Como también se decía antaño, a una persona se le puede exigir la práctica de la virtud sólo si ha podido dar satisfacción, por lo menos, a las más básicas de sus necesidades.
La pobreza extrema y la marginación de los beneficios que implica una vida en sociedad constituyen, por supuesto, un caldo de cultivo de actitudes violentas, porque las personas no se sienten parte de una sociedad que busca imponerles sus reglas sin que les permita participar de sus beneficios.
Mi personal conclusión es que en nuestra sociedad chilena, como un todo, a pesar del desarrollo muy amplio que hemos alcanzado en las últimas décadas, hay todavía focos importantes de extrema pobreza y de marginación, donde se incuba una violencia cuyas consecuencias después no cesamos de lamentar.
Es cierto que la política de asistencialidad que lleva adelante el Gobierno puede paliar los nocivos efectos de esta situación, pero es evidente que sólo un acelerado desarrollo económico nos permitirá saldar esta deuda con sectores muy importantes de nuestra población y de nuestra juventud.
Por otra parte, están las causas ligadas a las deficiencias en los procesos de educación. La nuestra es una educación que, en todos sus niveles, se limita y se agota en el atiborramiento de las mentes juveniles de toda una información enciclopédica, de datos que carecen de conexión entre sí y que evitan, bajo el pretexto de pluralismo y de diversidad, la enseñanza de lo que más importa: el sentido de la vida personal, de la familia, como el ámbito privilegiado para el desarrollo humano, y de la sociedad política, como el ámbito necesario para la plenitud de todos.
La insistencia de los diferentes gobiernos en orden a que la entrega de la educación los debe tener a ellos como actores principales, ha conspirado claramente contra la eficacia del respectivo proceso de entrega educacional. La educación chilena enseña mal y cierra así, a pesar de los enormes recursos que el país destina a ella, la puerta a una elemental igualdad de oportunidades.
Las causas más importantes, sin embargo, hay que buscarlas en la acelerada destrucción de la familia como el núcleo fundamental de la sociedad chilena. A pesar de constituir esta declaración programática más importante de nuestra Constitución Política, en los hechos, la política de los últimos gobiernos y de muchos centros de manipulación cultural ha apuntado a socavar sus bases y a presentarla sólo como una opción más y, tal vez, no la más importante. No han faltado las veces que la han señalado como una institución ligada a un pasado que la modernidad y la libertad humana exigen dejar atrás.
Hoy, a los jóvenes se les enseña que da lo mismo el uso que hagan o pueden hacer de su sexualidad. A ésta, expresamente y con saña, se la desliga de su orientación natural al servicio de la procreación y por eso se promueve su uso fuera o dentro del matrimonio. En ese escenario, como se comprenderá, da lo mismo ser heterosexual, homosexual o lesbiana.
Las legislaciones que se consideran avanzadas aprueban el matrimonio entre parejas del mismo sexo y les conceden la posibilidad de adoptar hijos, como si para la crianza de éstos diera lo mismo una u otra forma, olvidando que la paternidad y la maternidad sólo pueden ser ejercidas en su plenitud en el seno de una misión de por vida entre varón y mujer.
Hoy se trata de hacer creer a los jóvenes que la unión sexual es sólo un medio para el placer individual, con lo cual cada uno subordina al otro y aun a sí mismo a una condición infrahumana de instrumento de autocomplacencia.
Mucho caudal se hace en nuestros días de la importancia de respetar la dignidad de la persona humana, comenzando por su vida y por su integridad física, pero cuán poco valor se le da cuando se promueven políticas tendientes a la matanza masiva de personas como son la permisión e incentivo del aborto en todas sus formas, o la creciente autorización y práctica de la eutanasia.
Por estas vías, los jóvenes son deformados en una contra cultura del egoísmo, de la búsqueda del placer y de las riquezas materiales como única meta de la vida. Y si ese es el fin, ¿qué de extraño tiene que se sientan libres para usar cualquier medio con tal de alcanzarlo?
La familia es el ámbito donde la juventud puede y debe ser educada como agente de paz social. En la familia destruida y atomizada que encontramos por doquier en nuestra patria se produce, en cambio, y no puede dejar de producirse, la violencia que va a marcar de por vida a la juventud: la violencia intrafamiliar cuyo origen, por lo demás, casi siempre se encuentra en las situaciones de adulterio.
A los jóvenes, víctimas y testigos de esa violencia, ésta les penetra por todos sus poros y los convierte en agentes de una nueva y más virulenta violencia.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Diputado señor Ibáñez , ha terminado su tiempo, pero puede seguir con cargo al de la UDI.
El señor IBÁÑEZ .-
Las leyes y las políticas de los gobiernos se han doblegado a esta situación y, en vez de procurarles remedio en su raíz, la han reconocido como normal y la han incentivado. Y también la han incentivado otros agentes culturales como la inmensa mayoría de los medios de comunicación, en especial, los más grandes e importantes incluyendo entre ellos a los de la misma Iglesia Católica. Agobia leer, oír y observar en las primeras planas de esos medios la apología de la violencia, la farandulización y frivolización de las relaciones familiares y matrimoniales, la exaltación del libertinaje sexual incluyendo sus formas contranatura.
Como raíz primera y coronación última de todo este proceso de desculturización y de deformación de la personalidad de nuestros jóvenes se encuentra, sin duda, la especial saña con que se busca apartar a éstos de todo contacto y relación con Dios, de modo que en sus decisiones la búsqueda de trascendencias quede del todo excluida.
No necesito extraer conclusiones de este hecho. Lo hace Fedor Dostoiesvki en su obra “Los hermanos Karamazov” cuando afirma que si Dios no existe, todo está permitido. Si Dios ha muerto porque nosotros lo hemos matado, como nos llama Nietzche a reconocerlo, no queda lugar sino para el superhombre que funda su superioridad en el aniquilamiento de los demás.
En palabras más prosaicas pero muy realistas, la enseñanza de San Pablo dice: “Si Cristo no ha resucitado -es decir, si Dios ha muerto para siempre- vana es nuestra fe; comamos y bebamos que mañana moriremos”.
Al pedir esta sesión especial, mi objetivo, con todo, no es tanto poner en exposición estas causas de la violencia juvenil, lo cual, por cierto, considero importante, sino, más bien, abrir una instancia de reflexión en nuestra patria para que cada uno de nosotros, los adultos, meditemos acerca de la personal responsabilidad en el crecimiento de un fenómeno que nos horroriza en sus consecuencias, pero al cual contribuimos al sembrar y exaltar sus semillas.
He dicho.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora María Antonieta Saa .
La señora SAA (doña María Antonieta) .-
Señor Presidente , no creo que en esta Sala haya algún diputado o alguna diputada que tenga simpatía por los delincuentes. Tampoco hemos sido convocados para discutir si Dios existe o no, sino para analizar un fenómeno que se está dando en Chile, al igual como se da en otros países, cual es la violencia juvenil.
La violencia juvenil es un fenómeno emergente, muy visible y alarmante, pero, como país, contamos con todas las herramientas para enfrentarlo. Sólo en el 20 por ciento del total de delitos hay jóvenes involucrados. De esa cifra, sólo un 5,5 por ciento ha sido denunciado por hechos de sangre. Es así como en 2000, hubo 130 jóvenes involucrados en delitos de homicidios. En 2003, la cifra bajó a 77 jóvenes y en lo que va corrido de 2004, llega a 25.
Sin embargo, la violencia juvenil no debe estudiarse en forma aislada del concepto sociedad. Estamos viviendo en un medio muy violento, en el que a la violencia juvenil debemos sumarle la intrafamiliar y la sexual, sobre todo con los jóvenes. Es cierto que hay muchos avances, como los doce años de educación obligatoria, con una alta cobertura educacional. Sin embargo, cuando los jóvenes egresan del colegio no encuentran trabajo, lo que es muy grave para su futuro. Hoy son bombardeados de conocimientos para conocer, saber y sentir. Están más preparados para asumir su libertad, pero no la pueden ejercer porque algunas condiciones frustran su camino.
Todos debemos convenir en que la violencia no es sólo de los jóvenes. Cuando hablamos de violencia juvenil debemos distinguir de qué tipo de violencia hablamos. La infracción de la ley es la más grave. Para ello hemos estado estudiando la responsabilidad penal juvenil, donde la justicia es más especial: castiga, pero también rehabilita.
La violencia escolar es otra anomalía de la sociedad que se da al interior de la actividad escolar. En ella están involucrados no sólo los jóvenes, sino también los profesores y otros actores.
También se da la violencia entre pares. Si realizamos un estudio al respecto, veremos que todavía no se da en Chile el fenómeno de las pandillas o son escasas. Los jóvenes, más bien, se agrupan en torno a una identidad, a objetivos culturales o recreativos. En los sectores populares de nuestros distritos hay muchas agrupaciones de jóvenes en torno a la música y a la expresión artística; no son pandillas.
Es muy importante no estigmatizar a los jóvenes y decir que “están inmersos en la violencia”, pues son sólo unos pocos los que tienen el problema, respecto del cual hay que actuar de manera preventiva.
Hemos avanzado en educación. En el tema del empleo juvenil tenemos que hacer grandes esfuerzos para entregar a los jóvenes medios que les permitan realizarse una vez que egresen de la enseñanza media.
La violencia intrafamiliar es una escuela de violencia, y en Chile nos falta tener conciencia de lo que ello significa. Si bien hemos avanzado al crear centros de atención, todavía es insuficiente.
Nadie está en contra de la familia; al contrario, todos queremos tener espacios afectivos importantes, pero la violencia intrafamiliar ha estado presente desde hace mucho tiempo y sólo ha salido a la luz pública hace poco.
El señor LEAL .-
Señora diputada , están terminando los seis minutos que le asignó su bancada.
La señora SAA (doña Antonieta) .-
Por último, deseo felicitar al ministro de Educación por los programas de educación emocional. Creo que iniciativas como esas son fundamentales y van en el camino correcto. Pero, ¡por favor! no estigmaticemos a los jóvenes, no cambiemos al enemigo interno. El comunista de antes es el joven poblador de La Pincoya ahora. Yo reivindico a los jóvenes de La Pincoya y de Conchalí, pues sólo algunos están inmersos en la violencia, no todos.
He dicho.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora Rosa González.
La señora GONZÁLEZ (doña Rosa).-
Señor Presidente , ¿qué podría decirle a las madres de esos diez niños asesinados en estos últimos tres meses? ¿Cómo podría, como madre, tratar de consolar a los atribulados padres de aquellos jóvenes que felices compartían sus sueños, su carrera universitaria, su amor, su juventud, y que cayeron sin justificación alguna en manos asesinas?
Escribí llorando, sufriendo como una madre que logró rescatar a su hijo y que aún siente el temor de perderlo. Me han llamado todas las madres para decirme que esto no puede seguir. Todas las madres de Chile están tristes e indignadas. Sienten una terrible impotencia al ver que no pueden hacer nada por sus hijos. Sienten en carne propia la angustia de los padres y de los familiares de los niños asesinados.
¿Quiénes son culpables de tan horrible crimen? Todos y cada uno de nosotros, al no haber sido capaces, desde hace mucho tiempo, de poner atajo a la delincuencia y a la drogadicción, que sabemos, existe en nuestro país. Culpables por no querer perder tiempo en los tribunales denunciando los reiterados robos; culpables por no querer pasar molestias ayudando a la policía a descubrir los verdaderos antros de mafia que existen en el país; culpables por no aceptar que nuestra ciudad vive en un deterioro creciente; culpables por nuestra apatía.
Pero el principal responsable es un gobierno que no ha podido o no ha querido controlar una delincuencia que a nivel nacional nos impacta con una violencia que los chilenos no conocíamos. Las señales de debilidad, las rebajas de las penas y diversas declaraciones han formado la creencia en los delincuentes de que pueden actuar impunemente.
Recordemos que el que osó decir estas mismas palabras fue vilmente asesinado para hacerlo callar. Todos conocen su nombre, y porque murió por nosotros vivirá entre nosotros. ¡Gracias, Jaime Guzmán!
Como dice la Biblia, el que a hierro mata, a hierro muere. A los que resulten culpables de estos crímenes debe aplicárseles, sin que les tiemble la mano y en un plazo no superior a seis meses, los castigos más grandes que imponga la ley para que, de una vez por todas, los delincuentes sepan a lo que se arriesgan con sus crímenes despiadados.
Hace muy poco, un delincuente intentó penetrar en la vivienda de un jubilado. El dueño de casa lo último de un balazo. El juez de la causa, en una actitud digna de imitar, dictaminó en menos de 24 horas que había actuado en defensa propia, por lo que ese anciano jubilado salió en libertad sin cargo alguno. Puedo citar varios otros ejemplos como éste.
¿Cómo puede ser posible que en nuestro Chile, y más aún, en nuestra Arica, nuestros hijos no puedan salir a divertirse sanamente sin que puedan sufrir el mismo destino de Alexander y Marjorie? ¿Qué clase de país estamos formando?
Sé que para sus padres no servirá de consuelo -nada puede consolarlos en estos instantes-, pero si de algo puede servir esta desgracia sería para unir a todas las madres de Chile en una cruzada para atacar con éxito la delincuencia, para que nunca tengamos que llorar, como lo hicimos hoy, la muerte de estos jóvenes asesinados hace tan poco.
¿Qué explicación podría darles que fuera válida para recuperar lo irrecuperable? Nada, nada sirve. Sólo podemos ayudar al tratar de estar con ellos en estos aciagos momentos y decirles de algún modo que su inmensa pena es la nuestra y, seguramente, también la de todo Chile.
La juventud, pese a su corta edad, a su supuesta inexperiencia o a su incredulidad, no está ajena a cometer actos reñidos con la legalidad. Al contrario, creo que los jóvenes de hoy saben, conocen y están muy conscientes de lo que hacen al momento de cometer un delito, sea cual fuere, desde un homicidio, violación, hasta el simple robo de una especie de menor valor. El hecho es que los jóvenes de hoy están mucho más audaces, atrevidos y resueltos al momento de cometer un crimen, cualquiera que sea.
Un homicidio, una violación o cualquier otro delito perpetrado por un joven o por un adulto es un hecho deleznable que debe ser juzgado y penado con el máximo rigor de la ley, sin contemplaciones, sin miramientos de ningún tipo y sin remordimientos, ya que la única defensa que tiene una sociedad honesta es que exista un castigo efectivo para el delincuente. Esto no lo vemos hoy y creo que de no tomar acciones inmediatas, la delincuencia se apoderará de los pocos espacios que le quedan a la gente para desarrollar sus actividades.
Actualmente, son muchos los que intentan justificar el aumento de la delincuencia a través de discursos que responsabilizan a los municipios por no haber frenado la espiral delincuencial que azota a todas las comunas. ¡Cuán alejados de la realidad están!
Uno se pregunta, ¿en qué país estamos y a quién corresponde finalmente controlar y reprimir la delincuencia? ¿A quién corresponde impartir justicia? ¿Quién es el verdadero responsable de que los jóvenes se vean involucrados en hechos delictivos? Son muchas las preguntas que sí tienen respuesta, pero hoy todos los responsables de controlar la delincuencia minimizan esa responsabilidad y maximizan la de quienes no la tienen.
Unos dirán que los padres son responsables por no entregarles valores y principios a los jóvenes; otros, que es la sociedad, por no ser capaz de entregar oportunidades a los jóvenes para que se desarrollen y no faltan quienes responsabilizan a los empresarios por no dar trabajo a los jóvenes que delinquen. Para qué decir del Gobierno, el cual se ha caracterizado por responsabilizar últimamente a todos, menos a sí mismo. Éste busca entre los municipios, los candidatos presidenciales y los alcaldes, en los tribunales y hasta entre los propios delincuentes. En fin, está siempre buscando responsables, en circunstancias de que sólo tiene que mirar al interior de sus propias filas para encontrarlo.
Señor Presidente , permítame leer algo que escribí hace algunos años: “Todas las madres de Arica están tristes e indignadas, sienten una terrible impotencia al ver que no pueden hacer nada, tiemblan por sus hijos, sienten en carne propia la angustia de padres y familiares de Alexander y Marjorie . Nadie puede quedar ajeno en Arica a este horrible asesinato. Aquí no es sólo el crimen contra dos jóvenes, sino también un ultraje a toda la sociedad en que vivimos.”
Más adelante señalo: “El principal responsable es un Gobierno que no ha podido ni querido controlar una delincuencia que a nivel nacional nos impacta con una violencia como no teníamos conocimiento los chilenos, las señales de debilidad” son increíbles.
Estas palabras aparecieron hace más de diez años en una columna titulada “A sangre fría” -título copiado de un libro de Truman Capote, que muchos deben haber leído- que fue publicada en el diario La Estrella, de Arica, el 12 de febrero de 1992, época en la que ya señalaba lo que está ocurriendo hoy. Sin embargo, no tomamos las medidas pertinentes. Ya en esos años me preguntaba qué clase de país crearemos, si ni siquiera somos capaces de evitar la participación de los jóvenes y de los niños en crímenes tan deleznables como el asesinato.
Finalmente, quiero saber por qué el ministro del Interior , que está presente, no acogió ni respondió los siguientes proyectos de acuerdo, que fueron aprobados por unanimidad en esta Sala hace más de un año:
Proyecto de acuerdo Nº 247, de 29 de junio de 2002, por el cual la Cámara de Diputados solicitó al Ejecutivo que estudiará la legislación vigente, a fin de proponer los cambios necesarios que permitan la publicación de un afiche con las fotos de los 50 delincuentes más buscados por la justicia chilena en todos los lugares con gran afluencia de público, en los edificios y reparticiones que pertenezcan a la administración publica y en todos los establecimientos educacionales del país.
Proyecto de acuerdo Nº 170, de 17 de diciembre de 2002, por el cual la Cámara de Diputados solicitó al Ejecutivo que autorizara a la policía para impedir que los delincuentes detenidos puedan taparse el rostro, porque la gente quiere verlos. Sin embargo, en las imágenes mostradas por la televisión se ve a los delincuentes con los rostros tapados, mientras que las madres cuyos hijos han sido atacados aparecen llorando.
Señor ministro , por su intermedio, señor Presidente ¿por qué no acoge estos proyectos? Como parlamentarios queremos ayudar, la gente quiere ayudar y no quiere más violencia. Ésta es la oportunidad para que el ministro cumpla con lo prometido en la última reunión que tuvimos hace tres meses -ya hemos tenido tres-, cual es que el Ejecutivo aportaría los recursos en el plazo de una semana para hacer viables estos proyectos.
Señor Presidente , por su intermedio, ruego al señor ministro que acoja los proyectos que fueron firmados por todos los parlamentarios, no sólo por una diputada, y aprobados por unanimidad en esta Sala; le pido que acoja lo que los parlamentarios queremos hacer, porque con ello sólo pretendemos terminar con la violencia que no han podido combatir y que cada día es peor.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Fulvio Rossi.
El señor ROSSI.-
Señor Presidente , es realmente sorprendente escuchar las intervenciones de mis colegas de la UDI. Pareciera que la delincuencia y la violencia juvenil tienen su origen en alguna minoría sexual, en la vivencia libre de la sexualidad, en ser parte de un hogar en que se produjo alguna crisis matrimonial o en la ley de divorcio. Ese razonamiento está muy alejado de las verdaderas causas de la violencia juvenil y de la delincuencia.
Lo que tenemos que ver en este tema tan complejo no es una fotografía, sino la película completa. Esto no significa minimizar, como aquí se ha dicho, la gravedad que tiene el tema de la delincuencia juvenil y la inseguridad ciudadana que produce, sino ser capaces de establecer cuál es la génesis de la violencia juvenil y de analizar la historia natural del fenómeno, lo que, aunque moleste a las personas que aquí han intentado minimizar las razones, tiene que ver con una sociedad violenta. ¿Cómo le vamos a pedir a nuestros jóvenes que no sean violentos si viven en una sociedad violenta, que muchas veces los excluye, que los desintegra y que no los convoca; si viven en una sociedad en la que permanentemente sufren la exclusión social y la marginalidad; si son jóvenes que no tienen una red social de apoyo ni afecto; si son jóvenes que, finalmente, pasan la mayor parte del día en la calle? ¿Y con quién conviven en la calle? Por cierto, con la droga, con la delincuencia, con la violencia, con el comercio sexual. Es allí donde se van formando. Por eso, cuando hablamos de medidas para controlar el delito, no basta con aumentar el número de efectivos de Carabineros y de la Policía de Investigaciones, cuestión que es importante, o con mejorar la acción de las fiscalías en los lugares donde ya funciona la reforma procesal penal, así como la coordinación entre las fiscalías y las policías, lo que también es importante. Planes como el de Comuna Segura y el de vigilancia policial por cuadrantes también son medidas relevantes. Pero no superaremos el flagelo de la violencia juvenil si no vamos a su inicio, a su génesis, y si no lo abordamos en su real complejidad.
Hoy vivimos el drama de los niños que trabajan, el maltrato infantil y la violencia intrafamiliar. No hemos sido capaces de incluir a los padres y apoderados al proceso educativo, para crear un triángulo virtuoso en que participen en la educación de sus hijos junto con los profesores y los codocentes y, por cierto, los alumnos.
Me llama profundamente la atención que quienes tanto hablan de ayudar a los jóvenes, de protegerlos de la lacra de la droga y de la violencia, son los mismos que, invocando la libertad de enseñanza, los excluyen de los procesos formadores en los establecimientos educacionales particulares subvencionados al presentar en forma reiterada objeciones u observaciones ante el Tribunal Constitucional, en relación con el proyecto de ley de jornada escolar completa.
Ése es un tema importante. ¿Cómo quieren tener una juventud más sana? ¿Cómo quieren entregar mayores oportunidades a los jóvenes, para que tengan más caminos para elegir? ¿Cómo quieren que esos jóvenes tengan una nueva oportunidad si no somos capaces de incluirlos a la sociedad, si no somos capaces de tomar a esos jóvenes en riesgo social o vulnerables y trabajar con ellos, junto a sus padres y apoderados?
Actualmente, el 88 por ciento de los jóvenes presos en nuestras cárceles no terminaron la educación básica o media; el 50 por ciento consume drogas diariamente y el 70 por ciento tiene menos de 35 años. ¿Será la solución sólo aumentar las penas y llenar nuestras cárceles y recintos penitenciarios de más y más jóvenes?
Ésas son algunas interrogantes respecto de las cuales ojalá iniciáramos una discusión de fondo para avanzar en la solución al tema de la violencia juvenil. De lo contrario, caeremos en la solución fácil y en el discurso sencillo y simplón de que la sexualidad vivida por los jóvenes causa violencia y delincuencia o lo que se mencionó aquí, que me parece bastante irrisorio: que las minorías sexuales también serían un factor de riesgo.
No me preocuparía tanto, como sostienen algunos, del futuro de los jóvenes, sino más bien de su presente y de dar respuesta a sus grandes interrogantes y preocupaciones, como el empleo juvenil, la capacitación, la formación y la igualdad de oportunidades en una sociedad que está muy lejos de ser realmente meritocrática.
He dicho.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señora Pía Guzmán .
La señora GUZMÁN (doña Pía) .-
Señor Presidente , quiero llevar la discusión por un lado absolutamente diferente.
Me pregunto, ¿qué está sucediendo? ¿Qué ocurre que los jóvenes se matan entre sí? Se habla de las drogas, del alcohol, de las armas. ¡Obvio que sí! Están presentes. También lo están en los niños de la calle, como señaló el diputado Rossi .
Es cierto que se ha incrementado la delincuencia, que los robos con violencia han aumentado en forma exponencial en los últimos años. Podría dar una charla al respecto, tengo la documentación en mis manos.
Pero no es eso lo que nos importa, sino llegar al punto en el cual podamos aportar, hacer algo por los jóvenes que hoy viven situaciones de violencia. Se trata de los hijos de todos ustedes y de mis hijos ¡Cuánta descalificación! ¡Cuánto hostigamiento en los colegios! ¡Cuánta presión! ¡Cuánta competitividad! ¡Cuántas exigencias que van más allá de lo que algunos pueden soportar, ya sea en los colegios y en los niños de la calle! Este es un tema multicausal. No lo podemos dejar en el alcohol, las drogas o las armas, aunque tales elementos juegan un papel muy importante en estas situaciones.
La ley de responsabilidad penal juvenil que aprobamos aquí servirá muy poco para solucionar el problema, pues tiene raíces mucho más profundas, lo cual queda demostrado en estudios cualitativos realizados por distintas entidades, como la Fundación Paz Ciudadana -su vicepresidente se encuentra en la Sala y reconocerá el trabajo realizado por ella- y la Universidad Alberto Hurtado, que acaba de hacer un trabajo muy interesante en las escuelas. Ahí está la base de lo que debemos analizar. No está en la calle, sino en lo que sucede en las familias y en las escuelas. Ahí está la solución del problema.
Quiero entregar algunos porcentajes.
¿Por qué desertan los jóvenes terminada la escolaridad básica? Primero, por falta de interés; segundo, por malas calificaciones. En total, suman 34 por ciento. Esto quiere decir que tenemos escuelas que no están adecuadas para recibirlos, contenerlos, enseñarles y darles las armas para el futuro.
¿Cuáles son los principales problemas que los jóvenes presentan en los hogares? Primero -a todos nos sucede-, falta de tiempo para compartir; segundo, falta de comunicación; tercero, problemas económicos, y cuarto, falta de espacio físico. Eso les ocurre a muchos y por eso llegan a la calle, a las armas, a las drogas y a la prostitución.
Nivel de satisfacción de los jóvenes: con la madre, 84 por ciento; con el padre, 58 por ciento. Es importante el porcentaje respecto del padre, pero es bastante más bajo que el de la madre.
¿Cuántos jóvenes desertan del sistema escolar? El 7,3 por ciento de los jóvenes pobres, de los cuales más o menos el 20 por ciento pertenece a los quintiles más bajos.
El porcentaje de los jóvenes de nivel medio que han vivido situaciones conflictivas en los establecimientos escolares es el siguiente: por problemas de disciplina, 53 por ciento; por violencia entre los alumnos, 12 por ciento.
¿Qué sucede con esta misma situación en los niveles bajos? Los problemas de disciplina representan el 30 por ciento. Hay menos problemas de este tipo en los niveles más bajos. En cambio, la violencia física entre los alumnos alcanza a 19 por ciento, o sea, es mayor.
En cuanto a los problemas de disciplina, un estudio realizado por la Fundación Paz Ciudadana, que trata sobre la violencia y la delincuencia juvenil, sus conductas de riesgo autoreportadas y sus factores asociados, logró determinar que los niveles de violencia en las escuelas municipalizadas y en las particulares pagadas eran mucho mayores que en las particulares subvencionadas. Es decir, el nivel de violencia se está dando en los extremos. Hay un colchón que está en los niveles de clase media.
Dicho estudio analizó factores asociados al ámbito familiar, como la calidad del estilo parental, la confianza, la consistencia, la reacción de padres y apoderados ante conductas de riesgo, la violencia en el hogar, etcétera. También analizó factores asociados al ámbito escolar, como el tipo de colegios -ya he señalado cuáles-, la valoración de la experiencia escolar, la sociabilidad y el rendimiento en la escuela.
Se estudiaron factores asociados a la vulnerabilidad personal, elemento muy importante que se repite en el estudio de la Universidad Alberto Hurtado. Entre los factores más importantes se encuentra el haber sido víctima de robos o daños, de violencia física, sicológica, o bien, ser testigo de agresiones frecuentes.
En cuanto a la forma cómo operan estos factores asociados al ámbito familiar, los más importante son la acumulación de problemas de salud en la familia y el ser víctimas de negligencia, es decir, de falta de cuidado. Se señala que no sólo es relevante lo que la familia hace, sino también lo que la familia deja de hacer.
En el ámbito escolar, lo más importante, como antecedente, es la repitencia de curso. Se señala que una baja experiencia escolar refleja problemas de comportamiento.
En cuanto a los pares, que siempre decimos que son tan importantes, el estudio revela que tienen sólo una importancia secundaria.
En lo que respecta a la vulnerabilidad individual, lo más importante es ser víctima frecuente de un daño o de insultos por parte de los pares.
En cuanto a la familia, el estudio abarcó todo tipo de familias: biparentales, monoparentales con la madre presente, monoparentales con el padre presente; reconstituidas, es decir, la madre o el padre con conviviente, o ambos padres ausentes.
Para la comisión de delitos o actos de violencia las dos estructuras familiares más relevantes fueron aquellas en que el menor vivía sólo con el padre o con el padre y una conviviente de éste, es decir, una madrastra. ¿Por qué? Porque el trato es a gritos, a golpes, hay gran consumo de alcohol, negligencia, falta de cariño, de contención, de afectos y de encuentros.
El estudio de la Universidad Alberto Hurtado se refiere a todo aquello de lo que hemos hablado con anterioridad y que son causales de violencia, como la mala calidad de las relaciones familiares, la violencia intrafamiliar, etcétera. En cuanto al colegio, se señala la falta de normas, el autoritarismo excesivo, las experiencias escolares negativas, etcétera.
El estudio incorpora elementos que ya veíamos respecto de los alumnos que eran víctimas. Hoy es normal el matonaje, el acoso, el hostigamiento, la descalificación personal. El alumno es una víctima dentro de la escuela y los profesores no saben enfrentar el problema, no son agentes disciplinarios que resguarden al menor que está siendo hostigado. Se trata de una violencia que no causa ruidos, que no es suficientemente grave, que no aparece en los medios de comunicación, pero las víctimas, en general alumnos invisibles, son callados, introvertidos, que nunca han llevado armas al colegio, que nunca han tenido una cortaplumas, pero que, de repente, como sucedió en un colegio, aparecen con un arma y matan al que era su amigo.
También, en los colegios existe mucho la necesidad de ser reconocido por los pares. Eso siempre ha sucedido. ¿Cuántos de ustedes -las mujeres no lo hacemos- se involucraron en peleas para hacerse los “choros”, los “bacanes”, los “flaites”, como dicen hoy? La diferencia está en que hoy el acceso a las armas es mucho más fácil, y los jóvenes pueden portar una “mariposa” para enterrar en el estómago.
Otra cosa que me parece importante, y que nos lleva a la conclusión final, es que la responsabilidad formativa es una pelota de ping-pong que se pasa entre el colegio y la casa. De la familia lo derivan al colegio y de éste a la casa.
¿Qué hacer? ¿Qué es lo que ha resultado positivo -hay que entregar cosas positivas- en otros países? En el extranjero lo que más ha resultado, como elemento protector, son los programas integrales que se realizan en los propios colegios, donde los alumnos, los padres, los profesores y los directivos forman comunidades educativas y en común generan acciones y lazos que los llevan a tener una mucho mejor relación, porque les permite aprender a conocerse.
Otra cosa muy importante es la mediación en los colegios, pero ¡ojo! no la mediación de los adultos, porque no sirve; el adulto no es el que debe mediar en los problemas entre niños. Los mejores resultados -estuve en Estados Unidos analizando este tema para la Fundación Paz Ciudadana- se obtuvieron con un programa que se llama “Gana Gana” -Win Win- que es llevado por monitores que son alumnos; esto es, pares de los jóvenes que han estado en conflicto. Se preparan en cada curso uno, dos, tres monitores para ser mediadores en la solución de los conflictos al interior del colegio. Esto ha tenido, obviamente, una gran importancia.
Señor Presidente , por su intermedio quiero decir al ministro de Educación que el colegio debe transformarse. ¡El colegio es una lata! ¡Es muy latero! Más aún con la jornada escolar completa. ¿Cuántas horas debe pasar un niño de cinco o de catorce años sentado frente a un pizarrón? ¡Por Dios! Eso, en la medida en que vamos bajando en la escala socioeconómica, es cada vez más común. Además, deben estar siempre derechos. Es realmente algo muy difícil de soportar.
Le voy a decir al ministro lo que creo que debe hacerse con la jornada escolar completa, aunque me parece que ya lo sabe. Las últimas horas de la jornada escolar deben estar destinadas a la cultura, a la música, al arte, al deporte, a la recreación, en resumen, a todo aquello que haga del colegio algo entretenido y que retenga al alumno. Debe ser algo distinto de la calle, algo más entretenido que la calle, para apartar al joven de todo aquello que le hace daño.
La violencia juvenil ha aumentado, pero ¡por favor! no sigamos viéndola como un problema estadístico. Busquemos las causas de fondo y las formas reales que nos permitan sacar a esos niños adelante.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Burgos.
El señor BURGOS .-
Señor Presidente , es un error tratar el aumento de la violencia en los jóvenes como una especie de abstracción respecto de lo que ocurre en nuestra sociedad.
No hay estudios empíricos categóricos que demuestren el posible incremento de la violencia en los jóvenes. Aquel que da cuenta de que ha subido el número de jóvenes que participan en hurtos, en robos o en otros hechos delictuales, per se no es necesariamente un aumento de la violencia juvenil. No se trata de eludir el problema, pero eso no significa que hoy los jóvenes chilenos sean más violentos. La violencia juvenil tiene otras causalidades que, a mi juicio, hacen difícil demostrar empíricamente aquello.
Esta es una sociedad que, de alguna manera, no da las posibilidades para que los jóvenes se expresen, en una etapa de la vida o a una edad cronológica donde hay mucha más adrenalina y las manifestaciones, muchas veces, tienen características de violencia.
Si creemos que el problema lo vamos a resolver sólo con temas relacionados con los jóvenes, y particularmente desde el punto de vista de la punición, estamos tremendamente errados.
Creo que las sociedades menos violentas las construyen fundamentalmente los adultos. Donde hay jóvenes más violentos, en definitiva, hay adultos más débiles, que no somos capaces de construir una sociedad donde la alternativa de violencia sea mucho menor.
Me pregunto -aquí lo han dicho el diputado Rossi y la diputada Pía Guzmán - cómo no va a estar íntimamente relacionado con la violencia en los jóvenes lo que sucede puertas adentro en nuestras casas.
La tasa de violencia intrafamiliar que existe en este país es muy alta. Y un niño o una niña que se cría en un hogar donde los conflictos entre sus padres se solucionan con violencia verbal o física, tiene una altísima posibilidad de entender que los conflictos en la calle o en el colegio se solucionan con violencia.
Entonces, tenemos una mirada de construcción de una sociedad distinta. Probablemente, hay muchos ejemplos de cómo se construye -incluso desde la política- una sociedad con rasgos a lo menos teóricos de violencia.
No puedo dejar de recodar un aviso de la última campaña política, que se escuchó en todas las radios: “Dígale no a la delincuencia, dígale no a la droga, dígale no a la Concertación”. Eso es crear una sociedad más violenta, porque es decirle a todos los que oyen que la coalición que gobierna le dice sí a la droga, sí a la delincuencia y por eso hay que decirle no. Así no se construye un país menos violento.
En consecuencia, hay que hacer un aporte desde todos los lugares donde nos corresponde actuar. Eso, como una precisión, a mi juicio, indispensable a la hora de tratar estos temas.
Además, evita la estigmatización de los jóvenes. Se plantea definitivamente que los jóvenes en Chile son más violentos, pero eso es discutible. Y se ha sostenido porque los últimos hechos ocurrieron en barrios donde llama más la atención, Suecia, Bellavista y en un sector de la Quinta Región. Pero el problema es anterior. Tenemos un problema de violencia juvenil, pero responde a una situación social, en que los jóvenes eminentemente son victimarios y víctimas de delito. La niña que tomó un cuchillo y asesinó en el barrio Suecia también es víctima de una sociedad violenta. El joven que asesinó brutalmente a un estudiante en Reñaca, también es víctima de una sociedad más violenta. Entonces, de eso tenemos que hacernos cargo. Obviamente, hay medidas de fondo y otras no tan de fondo.
Hay una serie de leyes que hemos dictado y que responden a situaciones límites, que no necesariamente son reprochables. Mejorar el sistema de control de identidad es un buen instrumento, pero no resuelve el problema de fondo; mejorar la tipificación del porte de armas blanca es un buen instrumento, pero no soluciona el problema de fondo.
Me parece que lo soluciona, aunque no absolutamente, tener un sistema de responsabilidad penal juvenil, con el cual hoy no contamos. ¡No tenemos un sistema de responsabilidad penal juvenil! Lo que hacemos es una abstracción jurídica y determinamos si un joven actuó con o sin discernimiento, en términos generales. No tenemos un tratamiento para el joven infractor.
Hemos propuesto una iniciativa que hace algún tiempo está en el Senado y que podría ya estar de vuelta, que establece un nuevo sistema de responsabilidad penal juvenil. Es un error juzgar ese proyecto sólo por la rebaja de la edad para la responsabilidad penal juvenil. Es mucho más que eso. De partida, es una iniciativa que inhibe la cárcel como medio de sanción. Quienes han leído más ese proyecto, tienen claro que sólo seis o siete delitos, según la evaluación que haga el juez, pueden ser sancionados con reclusión en cárceles. El resto de los delitos jamás puede ser objeto de condenas que impliquen permanencia en la cárcel, porque la sociedad entiende que al joven infractor entre 14 y 18 años que comete un delito -salvo esos seis o siete- la cárcel no es una solución. Y jamás ha sido así en Chile ni en ninguna parte. Por lo demás, lo acaba de proponer la Fundación Paz Ciudadana en un informe que entregó al ministro de Justicia hace poco, porque no es adecuado llevarlos a la cárcel, menos si no tienen grados suficientes de segregación, aunque ha de reconocerse que en los últimos 14 años, ¡por Dios, que se ha avanzado en eso! Hace 10, 12 ó 14 años en el país a los jóvenes los llevaban a las cárceles de adultos.
Entonces, esa iniciativa es básica. Es cierto lo que dice la diputada Pía Guzmán en cuanto a que si no existen los recursos necesarios, puede convertirse en un búmeran pues va a crear una institucionalidad que no tendrá una concreción práctica. Pero no puedo creer que vaya a ocurrir eso. Lo ha dicho el ministro y yo le creo. Van a estar los fondos necesarios para financiar la ejecución de los establecimientos, y particularmente para el aparataje jurídico, que va a tener que ver con la resolución del conflicto, fundamentalmente los delegados de libertad vigilada, los fiscales y jueces especializados, que darán cuenta de una sociedad que se hace cargo en forma inteligente de la infracción o delincuencia juvenil.
Dicho eso, es bueno que la Cámara se aboque a estos temas, pero desde la perspectiva país. Si alguien quiere sacar una ventaja pequeña de esto, se equivoca.
Las últimas elecciones son categóricas. Les recomiendo que lean la encuesta de victimización del Ministerio del Interior realizada en marzo de este año. Con sesenta preguntas, parece que una no se leyó mucho. Le preguntaron a 17 mil personas -una gran encuesta, René Jofré la debe reconocer- quién creía que lo haría mejor en materia de combate a la delincuencia: el Gobierno o la Oposición. La respuesta fue 50 y 50 por ciento. La gente ya no cree eso de que cuando yo llegue al municipio, a la Cámara o al Gobierno, voy a barrer con la delincuencia. ¡No barren nada! ¿Qué pasa? Como no barrieron, dicen que no tienen las atribuciones y ese sigue siendo un problema del Gobierno. Bueno, ¿estamos o no estamos? ¿Vamos a barrer o no vamos a barrer?
Lo que pasa es que este problema es mucho más profundo que el eslogan. Este es un problema que nos debe hacer asumir una conducta país como sociedad, y que da cuenta de una sociedad errada en muchos aspectos que estamos construyendo, en donde el valor del consumo está exacerbado y somos capaces de proponer a los medios de comunicación propaganda sobre ciertos consumos que están absolutamente alineadas en disvalores. Cuando a un joven se le dice que consumiendo pisco va a tener más suerte, o que al andar en un buen auto va a tener una buena compañía femenina, o al revés, se le están entregando valores absolutamente equivocados. Y eso se escucha reiteradamente. Hay programas de televisión que están dedicados a la explotación de la mujer con un sexismo brutal. Eso también es violencia.
Pensamos y discutimos demasiado en rebajar la jornada escolar. Al respecto quiero hacer una cita del cura Cariola, jesuita, que murió no hace mucho -y el ministro de Educación lo va a entender porque lo conoció-. Él dijo más de una vez antes de dejarnos, que la reforma y los objetivos transversales estaban muy bien, pero el verdadero problema de la educación en Chile es que los padres están muy poco con sus hijos, porque no hay tiempo. Cuando en una sociedad no hay tiempo para estar con los hijos, obviamente hay dificultades brutales de transmitir y de hacer entender que debemos construir una sociedad distinta. Ese debe ser nuestro principal problema de preocupación.
He dicho.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica) .-
Señor Presidente , creo que las diferentes opiniones y posturas son muy valiosas en una materia tan trascendente, dramática e importante, como es la connotación de la violencia de adolescentes básicamente, que nos ha impactado en los últimos tiempos, sobre todo lo ocurrido ese triste sábado 25 de septiembre.
Lo más triste y quizás hasta cierto punto responsabilidad de todos, es que hayamos esperado una noche tan dramática para juntarnos a reflexionar y buscar caminos para enfrentar esta violencia, esta delincuencia juvenil, que ha aumentado en distintas formas, de manera paralela a lo que es una sociedad agresiva. Vivimos en un medio que hace a los adultos violentos y agresivos, lo que con seguridad redundará también en los niños. Vivimos en una sociedad dirigida y contaminada por los medios, por la televisión, que en su mayoría es violenta en todo sentido, en su forma de expresarse, en las escenas que se muestran, en la acción, en la agresión, en la falta de respeto.
Desgraciadamente, la violencia es mucho más de lo que hemos visto en los últimos días y de lo que mencionaron el diputado Ibáñez y la diputada Rosa González . Quienes recorrimos nuestras comunas en las últimas semanas, pudimos ver en terreno, al llamar en algunas casas para saludar a los vecinos, que nos contestaban por una ventanita niños chicos que estaban solos, porque sus papás estaban trabajando. Sin duda, un niño solo, abandonado en su hogar, es un hecho de violencia que lo marcará para toda su vida.
Las cifras de Paz Ciudadana señalan que en el último tiempo diez de cada cien niños han actuado en actos de violencia, incluso contra sus compañeros, profesores o amigos, o en otro tipo de delitos, como robos.
En los últimos años, la cantidad de menores detenidos por delitos relacionados con violencia ha aumentado en 800 por ciento, es decir, casi mil veces. Desde que la Cámara reinició sus actividades venimos repitiendo que los menores son parte de la acción delictual, que adultos impulsan a los menores a delinquir. Esta situación me da mucha pena, porque lo que estamos viviendo y diciendo hoy lo venimos diciendo desde hace varios años.
Recuerdo al diputado Valcarce , de Arica, advirtiéndonos cómo la droga venía hacia el sur del país, nos pedía que hiciéramos algo, pues en Arica ya era un problema. También manifestamos que los menores estaban siendo usados por los mayores para delinquir, debido a que no existía ley de responsabilidad penal juvenil.
Pero también hay cosas que son muy ciertas. Ante situaciones tan dramáticas, ¿quién debe hacer algo? Toda la sociedad, pero particularmente el Estado, el gobierno de turno. Quizás en esa materia ha faltado alguien que se preocupe integralmente de los problemas de los jóvenes, que no son sólo de la familia, del colegio, de la televisión o de la falta de espacio, sino que son miles de problemas y, además, profundos.
Alguien dijo acá -espero que no sea criticable; si lo es, me da lo mismo, porque lo siento de corazón- que muchos jóvenes han ido perdiendo su sentido de vida ante el futuro incierto que les espera después del cuarto medio, al no saber con certeza, por ejemplo, si podrán acceder a la educación superior. El Gobierno hizo muchas promesas a los jóvenes: aumentar el crédito universitario, dar capacitación a través de la educación técnico profesional, aumentar la infraestructura deportiva, el servicio militar voluntario, grandes expectativas laborales, incentivos educacionales y previsionales. Pero la realidad de hoy es que la cesantía juvenil afecta a 40 mil jóvenes, más del 20 por ciento, y miles de jóvenes de clase media no tienen acceso al crédito universitario.
Hace falta aplicar una política integral que resuelva la situación que he tratado de resumir de alguna manera. Por ejemplo, todos estamos de acuerdo en que la familia es lo más importante en la formación de los hijos. Entonces, ¿cómo ayudar a esas madres que trabajan y no tienen con quien dejarlos, a esas madres que los dejan solos con dolor de su alma? ¿Cómo no hacer más programas para ayudar a esas mujeres, como jornada flexibles, más guardadoras, jardines infantiles, salas cuna, de manera que puedan salir a trabajar y volver a su hogar para disfrutar con sus hijos? ¿Cómo no hacer campaña a través de los colegios?
También me referiré a un tema que si bien no es el fondo del problema, constituye un detonante de aquél: el consumo de alcohol y de drogas.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Le quedan seis minutos, señora diputada .
La señora CRISTI (doña María Angélica ).-
Los especialistas han dicho en todos los programas de televisión y de radio y en las universidades que el gran detonante de la agresividad interna que tienen algunos jóvenes -no todos, como se ha dicho aquí- es el consumo excesivo de alcohol y de droga.
En la nueva ley de alcoholes, promulgada hace poco tiempo, se prohíbe a los menores de edad consumir bebidas alcohólicas, tal como se hace en todos los países del mundo. Pedimos a los ministros de Educación y de Salud adoptar medidas puntuales para que a partir de la educación básica y hasta la educación media se realicen en los colegios programas de promoción de vida sana que incluyan la prevención del consumo excesivo de alcohol. Además, el ministro de Salud propuso que en todos los establecimientos de atención primaria de salud existieran programas de tratamiento y de rehabilitación para las personas que dependen del alcohol.
Los dos ministros estuvieron de acuerdo. Sin embargo, hasta hoy nada se ha hecho al respecto. Es muy triste revisar el proyecto de Presupuesto de la Nación y advertir que al Ministerio de Educación se le asignan 30 millones para prevenir el consumo de alcohol y de drogas y, si bien es cierto que el Ministerio de Salud tiene un poco más, todavía no se promulga el reglamento que se encuentra listo desde junio, cuyo propósito es coordinar la forma de acceder al fondo que se formará por concepto de multas por infracción a la ley de Alcoholes, recursos que se destinarán a la prevención y rehabilitación de los jóvenes. Es decir, nada han hecho los dos ministerios más importantes encargados de la prevención y de la rehabitación, no obstante que miles de madres llegan hasta nosotros para preguntarnos cómo rehabilitar a sus hijos. Tienen la voluntad de hacerlo y habrá que ver la forma de ayudarlas.
Lamento que a esta sesión no haya sido invitado el ministro de Salud , puesto que esta situación atañe directamente a ese ministerio. A diferencia de cientos de países, en el nuestro todavía no se da prioridad a la atención de la salud mental, que debe ser no sólo para atender las adicciones, sino también para una serie de otros problemas que arrastran los jóvenes, relacionados con la violencia y la agresividad y, muchas veces, con la angustia, la depresión y la neurosis.
Cuesta creer que un joven que comete delitos como los que hemos lamentado puede haber estado sumido en una tremenda depresión o angustia o en alguna situación de conflicto personal, familiar, etcétera. Puede que haya sido gatillado por otras razones, pero, en el fondo, su corazón debió estar contaminado por un gran problema depresivo.
Además de resolver los problemas básicos, como la educación, la capacitación, el trabajo, tenemos que ver cómo promover ocupaciones que entusiasmen a los miles de jóvenes desempleados.
Las municipalidades tienen la gran posibilidad de hacer cosas en su favor, como contratarlos para que limpien y pinten las ciudades llenas de graffitis, a fin de que aprendan a respetar el trabajo y no sigan rayándolas, lo que constituye una vergüenza.
Algunos programas de Gobierno concursables, como Comuna Segura Compromiso Cien, tienen por objeto velar por la seguridad ciudadana, pero existe gran confusión al respecto. Entiendo que hay más de 3 mil millones de pesos destinados al efecto, cifra que al parecer ha aumentado al doble, para que sean implementados por los municipios, Chiledeportes y otros organismos estatales que no apuntan a velar directamente por la seguridad ciudadana. Creo que Carabineros debería dar las pautas respecto de dónde deben aplicarse programas como Comuna Segura y los proyectos de Chiledeportes, los cuales muchas veces son otorgados con criterios discriminatorios, con nombre y apellido, especialmente durante los períodos de campañas políticas.
¿Por qué no pensar en hacer cosas grandes para Chile? La organización de futuros Juegos Panamericanos podría ser un incentivo fenomenal para ayudar a los jóvenes a practicar algún deporte, en especial para aquellos que tienen un potencial tremendo y que se están perdiendo en las esquinas de sus barrios, porque no les prestan canchas y no tienen dinero para arrendarlas. ¿Cómo es posible que haya miles de jóvenes con gran potencial en las esquinas pateando piedras? ¿Por qué no somos capaces de ofrecerles algo que les llene su vida, como el deporte y la recreación, lo cual los haría sentir personas importantes? ¿Por qué no se ayuda a las juntas de vecinos para que elaboren programas para los jóvenes de sus comunas? Por ejemplo, un concejal de Peñalolén creó una discoteca de jóvenes en su junta de vecinos. Con dineros de un proyecto concursable compró parlantes, equipos de audio y música para hacer fiestas bailables para los jóvenes de su comuna, quienes lo pasan fantástico. Sin salir de su sector se entretienen, para lo cual no necesitan consumir alcohol. Realmente, se les da una oportunidad para ser más felices con un proyecto que no resulta tan complicado de implementar.
En otros países se llevan a cabo grandes proyectos. Por ejemplo, en Brasil hay miles de jóvenes que ya están trabajando para los próximos Juegos Panamericanos , porque esa nación será sede del evento. En China, hay jóvenes que venden banderas y poleras con miras a las Olimpíadas del 2008. A futuro, tenemos la gran posibilidad de hacer lo mismo.
En resumen, la elaboración de una política integral y su implementación paso a paso es lo único que nos queda para resolver los problemas profundos que aquejan a la juventud, los cuales gatillan actos de violencia como los que se generan en las calles y en los barrios. Es muy triste ver a jóvenes saludables, quienes podrían tener un futuro espectacular, consumiendo alcohol y completamente drogados en las esquinas de la ciudad, no solamente a altas horas de la madrugada, sino también de día.
A propósito, no puedo creer que algunas personas digan que los jóvenes están en la calle porque los locales que venden alcohol cierran a las cinco de la madrugada. Creo que fue un gran error de nuestra sociedad haber arrastrado a los jóvenes a la mala costumbre de permanecer en las calles hasta altas horas de la madrugada, situación que deberemos estudiar cómo resolver, porque no conduce a nada bueno.
No hay que politizar el tema, sino trabajar con fuerza para dar mensajes en contra de las conductas erradas. Debemos atrevernos a decir la verdad y plantear las cosas con responsabilidad, mediante campañas públicas con mensajes claros y acciones concordantes que den respuestas prácticas y no rimbombantes. De esa manera podremos colaborar a disminuir la violencia y la delincuencia entre los jóvenes y ayudarlos para que, como se lo merecen, tengan una vida más justa y feliz.
He dicho.
El señor OJEDA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra, por seis minutos, el honorable diputado Antonio Leal.
El señor LEAL .-
Señor Presidente , efectivamente, hay problemas de violencia y de delincuencia juvenil, pero es muy importante analizar a fondo la complejidad de las causas de un fenómeno que no es nacional, sino mundial, característico de la época y que tiene que ver con el tipo de sociedad en la cual vivimos y con razones de carácter filosófico.
En este sentido, el diputado Ibáñez habló de esconder a Dios. Pero ninguno de nosotros quiere esconder a Dios ni los valores de la cristiandad, la que valoramos altamente. Sin embargo, y sin ninguna duda, la cultura posmoderna representa, de alguna manera, la pérdida de la centralidad de determinados valores que han sido tradicionales de nuestra sociedad, y ése es un factor que se debe tener en cuenta en este debate.
En todas las opiniones que se han dado en esta Sala hay una parte de verdad y elementos que se deben considerar para efectuar un análisis profundo de un fenómeno que es más complejo que el de la delincuencia en general, puesto que tiene que ver con reacciones agresivas de los jóvenes. De pronto, un joven se transforma en delincuente sin querer serlo, sin tener antecedentes penales, sin haberlo pensado. Coloca su vida en riesgo y se transforma en un delincuente. Sintéticamente, esto tiene que ver con una sociedad agresiva, con la falta de solidaridad, con la competitividad, que exige altos estándares a jóvenes que muchas veces no tienen las condiciones sociales para sobresalir en su medio; con una sociedad en la que todo cuesta y en la que estamos bombardeados, desde el punto de vista planetario, por una televisión en la que se difunde violencia en la programación dedicada a los niños.
Por ejemplo, tengo un hijo de cuatro años respecto del cual aún no descubro cómo eliminarle un par de canales para que no vea las historietas difundidas por una sociedad tan violenta como es la japonesa. Sin duda, esto influye en ellos, porque hay muy pocos filtros. La sociedad tiene muy pocos filtros culturales para la violencia y la agresividad.
También en la familia hay niveles muy altos de violencia y falta de diálogo, a lo que se suma que en los colegios hay una total ausencia de asistencia sicológica, a pesar de que las conductas agresivas se pueden descubrir y tratar con antelación a los hechos de violencia. Si en los colegios hubieran sicólogos y orientadores, todo esto se podría precaver.
Pero, sobre todo, hay ausencia de una cultura de resolución de conflictos en todos los niveles. Por ejemplo, hace pocos días, en Copiapó, se encontró el cadáver de una muchacha que estaba desaparecida desde hace un año y que había sido asesinada por el pololo. El motivo del asesinato fue su estado de embarazo. ¡Imagínense ustedes, el muchacho, estudiante de cuarto año de ingeniería de la Universidad de Atacama, mató a su polola, de primer año de universidad, porque estaba embarazada, en circunstancias de que hay cien mil maneras para resolver una situación como esa! Pero se vio en un camino en el que no encontró una solución para tal conflicto. Esto repercute en la vida de toda la sociedad y es un modelo que cruza todos los estratos sociales.
Nuestra intervención debe ser concordante con la complejidad del fenómeno. Por eso, vamos a avanzar en proyectos tales como la imputabilidad penal juvenil, el control de las armas blancas, el control de identidad, que entrega más facultades a Carabineros, y la ley de control de armas y de drogas. Sin embargo, no bastan la represión y las medidas policiales. Hay que invertir en prevención social y se debe abordar la disolución de la familia y la soledad de ésta, porque cuando hicimos los puerta a puerta nos encontramos con niños pequeños, de 4, 5, 8 ó 10 años de edad que estaban solos en sus casas, porque la mamá estaba trabajando. Además, hay que abordar la violencia intrafamiliar, los temas de afectividad y la falta de oportunidades; pero, por sobre todo, se debe escuchar a los jóvenes y generar, en las escuelas, programas relacionados con este tipo de problemáticas.
Hace poco, nos reunimos con el ministro Bitar , el sicólogo Giorgio Agostini , la doctora Sepúlveda -que encabeza un programa en la Usach- y otros especialistas, entre ellos siete sicólogos y siquiatras, a discutir el tema. En esa oportunidad, al ministro le entregamos un conjunto de ideas para que fueran desarrolladas desde el Ministerio de Educación, más que desde el Ministerio del Interior, porque el fenómeno juvenil no se combate desde allí, sino en las escuelas y sobre la base de la generación de redes y de diálogo. Las encuestas que conocimos en esa reunión señalan que aquello que provoca más irritación, más reacción en los jóvenes, es la falta de espacio, no ser escuchados, los niveles de agresividad con que se les trata, la falta de oportunidades y la ausencia de protagonismo.
La materia debe abordarse con mucha profundidad. Las medidas tienen que ser restrictivas y policiales, como las que estamos tomando y que también fueron sugeridas por la diputada María Angélica Cristi . Coincido con ella. Pero, cuidado, porque también hay aspectos psicológicos sociológicos, que hay que abordarlos considerando la profunda dimensión valórica y cultural de nuestra sociedad.
He dicho.
El señor OJEDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Exequiel Silva.
El señor SILVA.-
Señor Presidente, no podemos abordar el tema de la violencia juvenil si no es en el contexto de lo que es nuestra sociedad y sus instituciones.
Estamos debatiendo sobre la violencia juvenil a pesar de que aún no hemos debatido una propuesta de agenda sobre políticas juveniles que se relacionan con una serie de materias que aquí se han tocado. De hecho, esta Cámara formó una Comisión Especial de la Juventud, pero no nos hemos dado el tiempo para poder discutir las propuestas allí planteadas respecto al rol de los jóvenes y la prioridad que éstos tienen en las agendas de los partidos políticos o del Gobierno o la legislativa. Eso da cuenta, en la sociedad en que vivimos, del rol y la importancia que le estamos dando a los jóvenes en las políticas públicas.
Sería bueno hacernos una autocrítica al respecto. Además, me parece extraño que cuando hablamos sobre violencia juvenil, siempre terminamos refiriéndonos a la manipulación de la televisión, al alcohol y a la droga. Esos hechos, por cierto, son verdaderos; nadie puede discutirlo. Pero esta sociedad, cada vez más, tiende a hacerse la lesa con el rol que le corresponde a cada familia en la formación de sus hijos y propendemos a traspasarle al Estado esa función que la familia no está cumpliendo.
Aquí, el diputado Ibáñez hablaba del relativismo moral, de esconder a Dios. Es válido rescatar algunos elementos de su discurso, pero parte importante de la verdad de la violencia juvenil y de la violencia en general de esta sociedad se relaciona también con el sistema económico de desarrollo que el país tiene, un sistema que promueve el individualismo, la competencia exacerbada y que, permanentemente, está dando señales en el sentido de que aquel joven que, a corta edad, no es exitoso termina siendo un fracasado. Esos son los modelos que estamos transmitiendo día a día; por lo tanto, la incertidumbre, el temor en los jóvenes muchas veces los arrastra a situaciones de violencia, como las que aquí se han comentado.
Debemos ser capaces de plasmar una propuesta, de darnos un espacio -se lo planteo a la Mesa-, para que, a la brevedad posible, discutamos el informe de la Comisión Especial de la Juventud, que aborda el tema desde distintas perspectivas. Generalmente, tendemos a estigmatizar a los jóvenes cuando nos referimos a los problemas de la violencia en los estadios, de la droga y del alcohol.
Elegimos alcaldes y concejales el domingo pasado. Me pregunto, ¿cuántas municipalidades tienen políticas juveniles efectivas, claras, concretas, a nivel local? Esta Cámara, a raíz de indicaciones presentadas por diputados, cambió la política de participación que la ley orgánica constitucional de municipalidades estipulaba y dispuso que cada municipio establezca una ordenanza de participación. Basta con revisar la ordenanza de los municipios para darse cuenta de que las políticas juveniles están absolutamente ausentes. Hoy, tenemos que relevar esos tema, porque sería fácil discutir la violencia juvenil exclusivamente desde la perspectiva de lo que deben hacer los órganos del Estado, Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones en cuanto a la prevención y el combate contra las drogas y el alcohol. Es cierto que hay que hacer tareas en ese ámbito, pero no basta con eso.
Varios diputados han planteado qué podemos hacer en el seno de las familias para educar a los jóvenes. Qué hacemos para que las distintas instituciones, a partir de los gobiernos locales, les den espacios. ¿Cuántos de nosotros, por ejemplo, cuando recorremos las juntas de vecinos, nos encontramos con que éstas ni siquiera les prestan sus sedes para que puedan reunirse y deben hacerlo en las calles? ¿Cuántos jóvenes se sienten tremendamente fracasados, frustrados, por los mensajes -que hice mención- sobre búsqueda del éxito?
Quiero recordar los discursos en esta Cámara cuando a raíz de los últimos proyectos, por ejemplo, tratamos de incorporar criterios de equidad en la educación. Y hoy, aquí, varios han hablado acerca de educación como una herramienta fundamental para ello. Deseo sumarme al llamado de la diputada Cristi de no politizar este tema y a mirarlo como una política de Estado. Obviamente, podemos tener puntos de vista distintos.
Tengo en mi poder un proyecto de acuerdo, firmado por diputados de Oposición, que incorpora una serie de conceptos que, de alguna manera, señaló el diputado Ibáñez en su discurso sobre la sexualidad. A lo mejor, tenemos posiciones distintas en términos de cómo se ha transmitido esto.
Tenemos canales de televisión -la hipocresía también golpea a los jóvenes- que, por un lado, bombardean con imágenes violentas y de sexo, y, por otro, se restan a las campañas de prevención y educación en esos ámbitos. El doble estándar, sin duda, afecta a los jóvenes y es otro factor de la multifactorialidad a que aludió la diputada Pía Guzmán .
Reitero mi llamado a la Mesa en el sentido de que, así como hoy estamos tratando la violencia intrajuvenil, que, por cierto, nos preocupa a todos y no podemos dejar de abordarla en cuanto a considerar que la sociedad en su conjunto es violenta, debemos darnos un espacio, con serenidad y generosidad, para discutir el informe de la Comisión Especial de Juventud, que contiene un conjunto de propuestas elaboradas por diputados de todas las bancadas. Debemos trasmitir una señal a los jóvenes en términos de que la Cámara de Diputados, como institución de la República, está preocupada del tema en su conjunto, como asimismo pedir al Ejecutivo que haga suyas las propuestas contenidas en ese informe y que nuestros alcaldes y concejales, recién electos, elaboren políticas a nivel local para enfrentar el problema desde todas las perspectivas que hoy hemos señalado.
He dicho.
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Señor diputado , desde luego tendremos ocasión de conocer y analizar el informe de la Comisión Especial de la Juventud.
Tiene la palabra, por cuatro minutos, el diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.-
Señor Presidente , cuando se debate este tipo de temas, cabe preguntarse si la sociedad en que vivimos hoy es particularmente violenta en comparación con la de otros períodos de la humanidad.
Lo cierto es que la violencia parece ser un sino de nuestra época. El siglo XXI está inmerso en distintos hechos de violencia a cada momento y lo vemos en nuestro diario vivir. La televisión muestra imágenes de violencia en forma permanente. Los noticieros gastan mucho tiempo en mostrarnos hechos de violencia mediática. El ser humano, de una u otra forma, lleva en sus genes el germen de la violencia.
Por eso, cuando se habla de la violencia juvenil como una parte de la violencia de la sociedad, debe pensarse en qué se va a proponer o hacer para mejorar en algo las cifras que hoy ostentamos. A mi juicio, hay algunos flagelos en nuestro siglo que aumentan la probabilidad de que un joven -etariamente- realice más actos de violencia que otro. La droga es uno de los elementos más perniciosos, tal vez la lacra del siglo XXI.
Cuando vemos que la droga avanza entre nuestra juventud a pasos agigantados; cuando un porcentaje importante de los jóvenes y adultos tienen que drogarse para poder estar bien y cuando la droga ha llegado a todas las instituciones de nuestra sociedad, algo está mal.
El alcohol es otro elemento que influye en la conducta humana. Bajo su influjo -estado en que una persona se siente bien y se libera de tabúes- muchos individuos han cometido actos atroces. Cuando el alcohol se apodera de la voluntad de la persona no sólo causa daño al individuo, sino que también a la sociedad en su conjunto. ¡Cuántas muertes y accidentes hemos visto bajo la influencia del alcohol!
Otra razón para que la juventud tenga más probabilidades de delinquir es el desempleo juvenil. Se trata poco como factor de violencia, pero basta preguntarse en qué emplea su tiempo un joven desempleado ¿Qué hace durante el día si tiene pocos recursos? ¿A qué se va a dedicar en sus ratos de ocio adecuado de la sociedad? ¿A deportes?
Cuando se analizan estos problemas, hay que pensar en prevención. Las políticas de prevención influyen en los cambios de la sociedad; no la coerción. La prevención es el tema más importante para nosotros. Por eso, debemos destinar en el presupuesto de la nación los recursos necesarios para aplicar políticas preventivas en relación con la droga, el alcohol y el desempleo. En ese sentido, es importante los diputados, sobre todo, los representantes de la Derecha, tengan claro que esos recursos deben salir de los impuestos que las empresas entregan al país.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por tres minutos y 56 segundos, la diputada señora Carolina Tohá.
La señora TOHÁ (doña Carolina).-
Señor Presidente , lamento bastante que no estén presentes más diputados de mi bancada para poder responder al tratado filosófico que escuchamos de parte de la UDI, el cual daría para otro debate. Gran parte de los problemas de la violencia tienen que ver con esa visión de la sociedad, la que es viable y pacífica en la medida que todos somos iguales y pensamos como ellos; porque los que son distintos bien se merecen vivir entre golpes.
Las verdaderas y profundas razones de la violencia, en Chile, en todas partes, tanto en el mundo juvenil como también en el del adulto, se deben a que las sociedades son crecientemente diversas e inestables, aunque ofrece muchas oportunidades, pero también implica enormes riesgos.
La gente está muy sola y hay pocas redes sociales, lo que ocasiona que los conflictos, que siempre han existido en el mundo, hoy tengan menos mecanismos sociales para tratarlos y resolverlos.
Hoy no funcionan los dispositivos más tradicionales daban solución a los mismos conflictos. Por lo tanto, debemos tomar la decisión de recrear estos dispositivos y apoyar a las instituciones e instancias sociales, que no están funcionando bien para que puedan cumplir mejor su tarea.
¿Cómo no va a existir violencia juvenil si en la mitad de las familias chilenas hay violencia intrafamiliar? ¿Cómo le vamos a pedir a esos jóvenes que conozcan otra manera de tratarse con sus pares y compañeros si ven que sus padres se insultan o golpean?
Es fundamental que asumamos que en la educación hay una tarea clave para la convivencia de la ciudadanía, cosa que hoy no tenemos culturalmente asumida en el mundo político, pero que la gente piensa. Me correspondió participar en uno de estos diálogos por la calidad de la educación y pude constatar que lo que más reclamaban los padres y apoderados era que se diera más atención y se pusiera más cuidado en la formación de valores, como enseñar a los niños a respetarse y a tratar los conflictos.
Ciertamente, hay mecanismo para ello. De hecho, he conocido varias experiencias estos días, ya que, a propósito de esta polémica, me han llegado varios correos electrónicos que dan cuenta de programas exitosos desarrollados en Estados Unidos, en Israel, en Suecia, como el de la mediación, que aquí ya se mencionó. Dicho sea de paso, acabamos de crear una instancia que es fundamental para eso, como son los consejos escolares que, por cierto, fueron objeto de la oposición cerrada de la UDI, no obstante que aquí habla con tanta preocupación del problema de la violencia.
Para la educación chilena debe ser prioritario entender que no sólo estamos formando futuros trabajadores o profesionales, sino también futuros padres, futuras madres, personas que serán parte de un equipo de trabajo ciudadano.
La segunda prioridad debe ser enfrentar la violencia intrafamiliar. Acabamos de modificar la ley que rige la materia, pero para muchos sigue siendo un problema de quinta categoría, no un problema prioritario. No es un tema de alta política, es un tema marginal. Pero lo cierto es que está en el centro de muchos de los problemas que tanto nos importan, como la violencia juvenil, la drogadicción y la delincuencia. Por lo tanto, debemos empezar a tratarla de otra manera y a darle la prioridad que hoy no tiene.
Habría sido ideal que la ley que aprobamos hace poco relativa al uso y porte de armas hubiese sido más estricta, pero no lo fue porque la Oposición quería un sistema más libre, con mayor acceso a las armas. Si de mí dependiera, las prohibiría todas; que no existieran armas en la sociedad chilena, porque, seguramente, habría algo menos de violencia.
Por último, el Ministerio de Educación ha decidido desarrollar una serie de programas nuevos, tipo subvención diferenciada, en los colegios más vulnerables. Considero que parte de esa subvención debe estar destinada a la prevención de la violencia juvenil, a través de la labor de equipos interdisciplinarios, compuestos por psicólogos y asistentes sociales, y la implementación de sistemas de mediación que puedan ayudar a resolver los conflictos de otra manera.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el ministro de Justicia, señor Luis Bates.
El señor BATES ( ministro de Justicia ).-
Señor Presidente , como se ha reconocido en este importante debate, la delincuencia, especialmente la juvenil, tiene múltiples causas. Esto ya se ha repetido varias veces, pero considero importante tenerlo presente. En torno a ella actúan factores económicos, sociales, culturales y también jurídicos; pero este último es sólo una parte de los componentes que se deben tener presentes al momento de abordar el problema.
Dentro de los factores jurídicos, considero, a diferencia de lo que se ha opinado acá, que el proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil, con las limitaciones propias de las leyes, establece algunas instituciones jurídicas que bien aplicadas podrían ayudar de manera importante a la reducción del fenómeno de la delincuencia juvenil o de la violencia en general.
Como Gobierno nos hemos preocupado de entregar el financiamiento necesario a dicha iniciativa. De hecho, ya se han invertido 37 mil millones de pesos en materia de privación de libertad y en la ley de subvenciones, que tiene que ver con las instituciones necesarias para la implementación de medidas no privativas de libertad, que son particularmente importantes tratándose de jóvenes, porque cuando se habla de delincuencia juvenil, a veces se pone el acento en la palabra delincuencia y nos olvidamos del adjetivo juvenil, es decir, la posibilidad que tienen los jóvenes, precisamente por serlo, de evolucionar, de perfeccionarse, de readaptarse, etcétera.
El proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil contempla, dentro de sus instituciones, una que ya se ha mencionado en este debate y que me parece particularmente importante, cual es la de un catálogo de sanciones muy amplio, para adecuarlo al tipo de conflicto. Si bien se establece la aplicación del principio de la oportunidad, que consagra la reforma procesal penal, se tiene como sanciones posibles una que quisiera mencionar como indispensable: la reparación del daño causado por el infractor de la ley penal.
En este sentido, la reparación del daño causado se inserta dentro del ámbito de las soluciones alternativas de conflicto, como son la justicia de los acuerdos, la justicia de la reparación del daño, la justicia conciliada, la justicia pacífica.
Por último, quiero mencionar, como elemento indispensable de ponderar, el de la agresividad del lenguaje que está predominando, con cierta fuerza, en el ámbito nacional, y que lleva, por la vía de la pendiente, a formas de violencia mucho más graves.
Tengo en mi mano, a propósito del tema de la agresividad del lenguaje como punto de partida de manifestaciones más violentas y más agresivas, una obra reciente del profesor Otto Dörr, llamada “Espacio y tiempo vividos”, en la que dedica todo un capítulo a la descomposición del lenguaje que se ha ido produciendo en la sociedad chilena, vista de la perspectiva de un psiquiatra, para concluir que ésta es un rasgo que lleva a formas de violencia mayores, incluso de tipo delictual.
Los adultos debieran dar un buen ejemplo a los jóvenes en cuanto a la forma cómo resuelven sus conflictos.
En consecuencia, la violencia del lenguaje también hay que considerarla.
Aquí también se ha dicho que los medios de comunicación social están educando permanentemente, a veces con más tiempo del que dedica la educación formal al joven, pero nos parece que la forma de resolver los conflictos que muestran los medios es siempre violenta, lo que incide en las conductas de esos jóvenes.
Por eso, pensamos que la utilización de la mediación como forma pacífica de solución de conflictos, especialmente en los establecimientos educacionales, ha sido, como aquí se recordaba, una buena experiencia.
Esos son los temas en los cuales pondría acento, en un debate que, por cierto, es mucho más amplio que esto.
Muchas gracias.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Sergio Bitar.
El señor BITAR ( ministro de Educación ).-
Señor Presidente , haré algunas consideraciones muy breves sobre un tema que da lugar para una sesión especial, cual es el de educar para una adecuada convivencia escolar y así tener una sociedad con menos niveles de violencia.
En ese sentido, y complementando las apreciaciones hechas por el ministro de Justicia , quiero señalar que estamos frente a un problema mundial. En relación con otros países, Chile no presenta una situación más alarmante. Sin embargo, se está dando una tendencia que debemos frenar ahora.
Enfrentamos cambios culturales, como la anticipación de comportamientos de los jóvenes y una violencia social que se transmite al interior de las escuelas. Por lo tanto, el reforzamiento educacional que estamos haciendo tiene por finalidad anticipar, prevenir y también medir lo que hoy está aconteciendo, para no hacer afirmaciones de carácter muy general.
En seguida, quiero precisar cómo una sociedad debe distinguir entre lo que ocurre en un establecimiento educacional versus lo que se hace en la sociedad. A nuestro juicio, constituiría un grave error pretender transformar el problema escolar en un tema policial. Debemos mantener en los establecimientos educacionales un enfoque educativo, porque esa es la función de la educación.
En ese sentido, no podemos desconocer que las escuelas y liceos están insertos en una sociedad que presenta una serie de rasgos preocupantes, algunos de los cuales van en aumento, y que la tarea de esos establecimientos es transformar a ese joven para que su comportamiento permita un desarrollo superior en una sociedad mejor a través de cambiar sus actitudes.
Nos guste o no, el tema de la familia es absolutamente fundamental. No hay cambios importantes de comportamiento de un niño y de su formación de convivencia que no estén estrechamente vinculados a los hábitos que ha desarrollado en su hogar y en el seno de la familia.
A diario vemos en la sociedad violencia intrafamiliar, abuso sexual, marginación y discriminación, la que genera pérdida de autoestima en los jóvenes. Por eso, estamos intentando cambios importantes en el ámbito de la formación y el reforzamiento de la convivencia escolar.
Todos los estudios demuestran que el niño que es agredido tiende a agredir. Por lo tanto, la tarea que tenemos en nuestras escuelas es educar para la convivencia y dar una dimensión mucho más potente a la afectividad.
Una cosa son las medidas que la sociedad se da para atacar la delincuencia, como las nuevas leyes sobre control de armas blancas o sobre imputabilidad, pero otra son las causas que a ello conducen, como son la miseria, la destrucción familiar, la falta de valores y la discriminación, factores que la sociedad debe abordar como país.
Pienso que la Cámara de Diputados debiera mirar de manera distinta lo que se hace en la escuela. Las experiencias internacionales demuestran que para una buena política hay que distinguir dos aspectos importantes: los tipos de violencia y los tipos de conflicto. Respecto de los primeros, es indispensable trazar una marcada diferencia en el paso que hay a la violencia física, y para el caso que ella se dé, establecer normas muy drásticas al interior de los establecimientos educacionales.
Respecto de los tipos de conflicto, y para matizar algunos planteamientos bastante radicalizados que hemos escuchado esta tarde de parte de algunos diputados, hay que señalar que el 90 por ciento de los conflictos en los colegios se dan entre pares por equilibrio de poder, procesos normales en una sociedad y que tenemos que enseñar a manejarlos. Es decir, el 90 por ciento de los tipos de conflicto se da en niños normales. Como tenemos buenos niños y tenemos padres dedicados, podría resultar un error garrafal pretender extender lo que ocurre con 4 ó 5 por ciento de los niños a todo el universo escolar.
Por lo tanto, quiero afirmar que el Ministerio de Educación rechazará cualquier intento de imponer la vía represiva en las escuelas, como la instalación de cámaras o detectores de metales. Sólo conseguirían alentar la desconfianza de los padres, de los profesores y de los hijos en lugar de desarrollar la confianza, que es la que debe primar para dar una educación de convivencia.
Los tipos de conflicto tienen que ser asumidos en una política.
Hay conflictos entre pares, con equilibrio de poder, que se resuelven por la vía de la conversación y, eventualmente, por la mediación, y conflictos violentos dispares, sin equilibrio de poder, en que se acumula tensión que genera una violencia posterior.
Los currículos han sido modificados -hemos hecho una gran innovación como país en los cambios curriculares- para enfatizar la formación ciudadana. Constituimos una comisión para perfeccionar los currículos de formación ciudadana, de respeto mutuo, de tolerancia, como un factor de la convivencia democrática.
La jornada escolar completa permite -ya lo dijo la diputada Guzmán- espacios adicionales para la convivencia. Debemos incentivar mayor uso del tiempo en música, en deportes y en otras actividades que alienten el trabajo en equipo y la convivencia entre los jóvenes. En eso estamos.
Además, voy a señalar un punto que valorarán los diputados y diputadas. El avance logrado en retención escolar en la educación media, con una cobertura que ha pasado del 80 por ciento al 93 por ciento, entre 1990 y 2003, significa que niños que antes estaban en la calle y que si morían acuchillados no había una línea en los diarios, hoy están en los colegios. Y hemos atraído a los colegios a niños que antes estaban abandonados o en familias con muchos problemas. De esa forma estamos impidiendo que tengan tiempo libre y reduciendo el riesgo de que caiga en conductas delictuales o en la drogadicción.
Por lo tanto, la jornada escolar completa -extensión del tiempo- y la cobertura -doce años de escolaridad-, aprobada por una reforma constitucional, constituyen mecanismos en los que la educación contribuye al cuidado de nuestros hijos y a disminuir los riesgos y la vulnerabilidad de ellos.
En ese sentido, lo mismo ocurre con la educación superior. Si usted tenía 250 mil jóvenes en educación superior en 1990 y hoy tiene 600 mil, significa que está reteniendo y formando a esos jóvenes en un espacio más alentador. Sin duda, también estamos fortaleciendo la educación en valores, lo que debe crecer.
Recién, acordamos tres proyectos de educación emocional. Uno de ellos, fue ganado por el doctor Maturana, distinguido Premio Nacional; el otro, por el señor Casassus, y el tercero, por la Vicaría de la Educación de la Iglesia Católica, porque consideramos muy importante la opinión de todas las iglesias para el desarrollo de valores en la relación que debemos fortalecer en la educación para la convivencia.
Enseguida, entre las medidas que estamos tomando, la clave está en la comunidad escolar y no en factores externos al colegio. Por eso, la promulgación reciente de la ley que permite la creación de los consejos escolares, instancias en que participan padres y apoderados, jóvenes, directores y profesores, constituye un espacio de participación, cuyo primer tema, a juicio del Ministerio de Educación, debe ser la convivencia. Estamos preparando esos encuentros y queremos que 2005 sea el año de los consejos escolares y la convivencia.
Los estudios mundiales demuestran que al haber espacios donde la gente discuta este tema en los colegios baja de inmediato los riesgos de violencia en esos lugares.
Por otra parte, quiero informar que hemos decidido poner en marcha en las próximas semanas -estamos buscando el financiamiento- un estudio con la Unesco y con universidades chilenas, como se ha hecho en otros países, para medir qué está ocurriendo y actuar sobre bases concretas más sólidas.
Asimismo, estamos terminando la publicación de documentos muy bien preparados para alentar la evaluación de la convivencia en cada colegio para que participe la propia comunidad y podamos medir.
También estamos intensificando los programas de capacitación de personal codocente, docente, padres y apoderados para enfrentar estos temas.
Deseo precisar que con el Ministerio del Interior estamos elaborando medidas para la protección del entorno de los colegios donde existen más riesgo, sobre todo por drogas y alcohol, en un trabajo conjunto para prevenir los riesgos de los niños fuera del colegio.
Haré una breve referencia a lo expresado por un distinguido filósofo inglés, Bertrand Russell, que, según nuestros psicólogos, es una idea clave para entender lo que pasa. Él señaló que la violencia revienta no en el que tiene más poder, sino en el que no tiene poder, quien va acumulando una frustración sucesiva de discriminación y de abuso que explota, a veces en niños que se ven totalmente pacíficos, en un acto mortal.
Me dirigí de inmediato al sitio del suceso cuando un niño mató a otro con una escopeta en un colegio de Santa Juana, hecho que ocurrió por primera vez en Chile. Quienes conocen Santa Juana saben que es el lugar más idílico del mundo, que el colegio es moderno y está recién instalado en medio de un campo. Las familias de ambos niños estaban en una situación muy desmedrada, destruidas; pero, según me dijeron sus compañeros cuando llegué a la zona, los niños nunca habían tenido una manifestación de violencia que hiciera prever una situación de esa naturaleza.
La reciente detección de una red de venta de drogas en un colegio y la requisición por parte de carabineros de una mochila de un estudiante con un arma de fuego y otra arma blanca fueron posibles gracias a sendas denuncias de los estudiantes de esos colegios. En consecuencia, estoy convencido de que sólo la comunidad educativa, conformada por los estudiantes organizados, los padres y apoderados, y los profesores debidamente adiestrados, permitirá, dependiendo de cada circunstancia y cada realidad, bajar el nivel de la violencia en los 10 mil colegios de Chile y reforzar la educación de la convivencia en la afectividad, línea de la cual no debemos apartarnos si queremos tener a futuro una sociedad mejor que la que tenemos hoy.
A eso debe contribuir la educación y de esa manera se debe aportar a este debate sobre la violencia escolar.
He dicho.
PROYECTOS DE ACUERDO
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Se han hecho llegar a la Mesa los proyectos de acuerdo Nºs 511, 512 y 513.
El señor Secretario va a dar lectura al primero de ellos.
El señor ÁLVAREZ ( Secretario accidental ).-
Proyecto Nº 511, de los señores Ibáñez, don Gonzalo; Moreira, Masferrer, señora Cristi, doña María Angélica; señores Bertolino, Norambuena, Bayo, Cardemil, García y la señora González, doña Rosa.
“Considerando:
Durante ya varios meses el país y sus habitantes se han visto sorprendidos y abrumados por el incremento de los hechos delictuales en los cuales jóvenes de nuestra patria se han visto involucrados sea como autores, como cómplices o como encubridores. Lo cual es tanto más serio porque en muchas de esas situaciones el resultado ha sido la muerte violenta de las víctimas. En definitiva, se ha generado en la población del país un sentimiento de justificada alarma por la frecuencia y gravedad de estos hechos como por la orientación que ellos demuestran en la vida de muchos de nuestros jóvenes.
La sucesión de estos hechos exige que ellos sean objeto de profunda reflexión en todas las instancias con que cuenta el país para estos efectos, especialmente en familias, escuelas, iglesias y centros de gobierno nacional, regional o local. Claramente ellos demuestran una severa inadaptabilidad de grupos cada vez más numerosos de nuestra juventud con las exigencias propias de una vida en común y de una obra de civilización. Y todo hace prever que este fenómeno continuará en incremento con las severas consecuencias que de ello se van a seguir para la vida de todos.
Es, pues, imprescindible que, desde las más altas esferas de gobierno, se reconozca la existencia de esta realidad y se definan políticas destinadas tanto a impedir su propagación como a lograr que la juventud chilena pueda incorporarse plenamente a la tarea común que significa hacer patria día a día.
Para estos efectos, la honorable Cámara de Diputados acuerda:
1. Representar al Supremo Gobierno su honda preocupación por la sucesión de hechos de violencia juvenil que han estremecido a nuestra patria y solicitarle se sirva arbitrar las medidas necesarias para evitar que estos hechos sigan sucediendo y para lograr una armoniosa incorporación de la juventud a las tareas propias de una sociedad política como la nuestra.
2. Reconocer el avance que significa el proyecto próximo a ser ley que reconoce la imputabilidad de las acciones delictivas a todas las personas mayores de catorce años y le solicita arbitrar a la mayor brevedad las medidas para disponer de toda la infraestructura necesaria para la más pronta y cabal aplicación de este cuerpo legal.
3. Solicitar al Supremo Gobierno, en primer lugar, que cesen las campañas oficiales cuyo efecto ha sido crear una conciencia de que en materia de uso de la sexualidad no hay normas morales comprometidas, pues de ahí a concluir que esas normas no tienen ninguna vigencia en ningún campo de la vida social no hay más que un breve paso. En seguida, que esas campañas den paso a otras que eduquen en la responsabilidad por el uso de la libertad, enseñando la raíz de las obligaciones que acompañan a esa libertad, especialmente en el campo de la relaciones matrimoniales, familiares y en el uso de la sexualidad.
3 bis.- Todos los especialistas han concordado en que el consumo de alcohol y drogas es el factor más decisivo en materia de violencia.
Entre el 60 y 70 por ciento de los actos de violencia tienen lugar entre jóvenes que se encuentran bajo la influencia del alcohol o de las drogas.
Los hechos dramáticos acaecidos el fatal fin de semana del 25 de septiembre, tuvieron como detonantes el consumo de alcohol.
Por eso, pedimos que el Gobierno disponga el cumplimiento de la nueva Ley de Alcoholes, la cual en sus artículos 33 y 39 dispone programas de prevención y de rehabilitación a través de los ministerios de Educación y Salud y para ello se disponga de los recursos necesarios.
4. Solicitar asimismo que se ponga término a toda campaña que tenga por objeto incentivar la manipulación de la vida humana, como son aquellas referidas a permitir el aborto o a promoverlo, expresando claramente que la vida humana comienza en el momento mismo en que se produce la unión entre un óvulo femenino y un espermio masculino. No deben tener lugar campañas que tengan por objeto manipular y disponer arbitrariamente de la vida humana en condiciones de enfermedad de las personas, esto es, que promuevan cualquier forma de eutanasia. En fin, es menester que el gobierno nacional haga pública esta posición reclamando igual política en todos los países del planeta.
5. Disponer que en las escuelas, liceos y toda institución de educación que se financie, en todo o en parte, con dineros fiscales se disponga la enseñanza de las materias que dicen relación con estos puntos y se eduque a nuestra juventud en una cultura de respeto a la vida y al prójimo, cuyo fundamento sea precisamente la dimensión espiritual y trascendente del ser humano.
6. Hacer un llamado a la opinión pública nacional, a todas las instituciones educativas existentes en el país, a las distintas confesiones religiosas y a los medios de comunicación social para que adviertan la gravedad de los hechos que nos preocupan y orienten su acción de manera de contribuir a crear esta cultura de la vida, del respeto y del uso responsable de la libertad necesaria para la paz y prosperidad nacional”.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
En votación.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
-Se abstuvieron los diputados señores:
El señor LEAL (Vicepresidente).-
El señor Secretario va a dar lectura al siguiente proyecto de acuerdo.
El señor ÁLVAREZ ( Secretario accidental ).-
Proyecto de acuerdo Nº 512, de los señores Burgos, Rossi, Leal, Jaramillo, Hales, González, don Rodrigo; Ortiz, Villouta, Olivares y Pérez, don José.
“Considerando:
Que el fenómeno de la violencia, como modo -por cierto equivocado- de ejecutar acciones, manifestar sentimientos o frustraciones, constituye un síndrome de los tiempos actuales, del cual nuestra sociedad no ha podido escapar.
Que la violencia de los jóvenes no puede analizarse como un fenómeno específico y ajeno a la sociedad, ya que ello sería un grave error y sólo ayudaría a estigmatizar al grupo etario que más preocupación social debe concitar.
Que el desafío de construir una sociedad en que la violencia tenga la menor expresión posible es una tarea común a todos, madres, padres, educadores, actores sociales, actores políticos, confesiones religiosas, medios de comunicación, etcétera.
Que los instrumentos legales punitivos, en determinadas circunstancias, pueden llegar a ser necesarios, pero pretender que configuran una solución mágica de las causas remotas de la violencia es, por una parte, caer en la demagogia y, por la otra, en desvalorar la magnitud del problema.
Que las políticas públicas en educación, en superación de la pobreza, en salud, en seguridad ciudadana, en deporte, conforman un solo todo y, debidamente coordinadas, deberían, en el mediano plazo, contribuir a atacar los orígenes de la violencia.
La Cámara de Diputados acuerda:
Manifestar a S.E. el Presidente de la República la necesidad de persistir en la ejecución de las políticas públicas destinadas a combatir las causas generadoras de la violencia.
Conjuntamente con lo anterior, expresarle la preocupación por mejorar la coordinación en la implementación de las acciones preventivas y educativas, en las que forzosamente debe participar la comunidad juvenil organizada.”
El señor LEAL (Vicepresidente).-
En votación.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Votó por la negativa el diputado señor
-Se abstuvieron los diputados señores:
El señor LEAL (Vicepresidente).-
El señor Secretario va a dar lectura al siguiente proyecto de acuerdo.
El señor ÁLVAREZ ( Secretario accidental ).-
Proyecto de acuerdo Nº 513, de los señores Navarro, Salas, Olivares, Ojeda, Leal, señora Tohá, doña Carolina; señores Pérez, don José; Rossi, Silva y Letelier, don Juan Pablo.
“Considerando:
Que el riesgo de la violencia es muy grande cuando los procedimientos sociales para resolver pacíficamente los conflictos se debilitan: hay menos tiempo para convivir, pocas redes sociales, fuerte individualismo. Los jóvenes son especialmente vulnerables a esta realidad, pero la sociedad entera está expuesta a ella.
Que al convivir en una sociedad cada día más diversa, en que hay grandes oportunidades, pero también inseguridades y soledades, es mucho más difícil que hacerlo en una sociedad más tradicional. Mas, la solución no es temerle a la diversidad ni cerrar los ojos ante las características del mundo actual, sino tomar la opción de educar a los jóvenes y de educarnos a nosotros mismos, como ciudadanos, para aprender a respetar las diferencias y a procesar los conflictos por caminos no violentos, como son el diálogo, la mediación y la tolerancia.
Que, en esta etapa de nuestro desarrollo, hay que admitir que ha tomado una progresiva relevancia la búsqueda del crecimiento económico y del progreso material, dejando de lado aspectos fundamentales, como la calidad de vida, la cultura, los afectos y el tiempo destinado a la vida familiar.
Que, como fruto de ello, problemáticas como la violencia doméstica y la escolar, la fuerte presencia de enfermedades psicológicas y el deterioro de la convivencia vecinal, no han recibido la atención debida.
Que la violencia juvenil, así como la intrafamiliar, deben ser una llamada de alerta para no perder de vista que el desarrollo es útil en la medida en que nos permita vivir mejor juntos y observar una convivencia que nos enriquezca.
La Cámara de Diputados acuerda:
Valorar las cinco acciones propuestas por el Gobierno de S.E. el Presidente de la República para enfrentar el problema de la violencia juvenil y recomendarle que adopte, además, las siguientes medidas:
a) Reforzar de manera decidida la idea de una educación que prepare a los jóvenes no sólo para insertarse laboralmente, sino para convivir y ser buenos ciudadanos.
b) Estudiar la creación de sistemas de mediación social aplicables tanto en el nivel escolar como en el vecinal.
c) Hacer de la prevención y del tratamiento de la violencia intrafamiliar una prioridad nacional, con recursos e instituciones más potentes y eficaces para tratarla.
d) Acelerar la puesta en marcha de los consejos escolares y apoyar los establecimientos educacionales más vulnerables con equipos interdisciplinarios de psicólogos y asistentes sociales, junto con fortalecer las oportunidades de actividad deportiva, cultural y de acción social, que crean hábitos de convivencia y de respeto.”
El señor LEAL (Vicepresidente).-
En votación.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Se abstuvieron los diputados señores:
El señor LEAL ( Vicepresidente ).-
Por haber cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
-Se levantó la sesión a las 19.46 horas.
JORGE VERDUGO NARANJO,
Jefe de la Redacción de Sesiones.
VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA
1. Oficio de la Corte Suprema.
“Oficio Nº 5600
Ant.: AD-627-2004.
Santiago , 2 de noviembre de 2004.
La honorable Cámara de Diputados de la República por oficio Nº 5170, de 16 de septiembre del año en curso, ha tenido a bien recabar el parecer de esta Excelentísima Corte Suprema respecto del proyecto de ley -iniciado en moción- que establece la digitalización de gestiones notariales y de registros conservatorios, boletín Nº 3683-07.
El Tribunal Pleno de esta Corte , en sesión del día 29 de octubre en curso, presidido por el subrogante don Hernán Álvarez García y con la asistencia de los ministros señores Ortiz , Benquis , Gálvez , Rodríguez Ariztía , Cury, Pérez , Álvarez Hernández , Marín , Yurac , Espejo, Medina y Kokisch , señorita Morales y señores Oyarzún y Rodríguez Espoz , se impuso de la materia consultada.
En lo que es atinente informar a esta Corte, con arreglo a lo previsto en el artículo 74 de la Constitución Política de la República, se ha estimado aconsejable sugerir que la atribución que el artículo 3º del proyecto entrega a los Presidentes de Cortes de Apelaciones , lo sea al tribunal del que ellos forman parte. En estricto rigor, los notarios, conservadores y archiveros están sujetos a la autoridad de la Corte de Apelaciones respectiva. De ahí que parezca más adecuado que la autorización la otorgue esa Corte y no el Presidente del Tribunal .
Es todo cuanto puede informarse, en torno al proyecto en examen.
Saluda atentamente a V.S.
(Fdo.): MARCOS LIBEDINSKY TSCHORNE, Presidente ; CARLOS A. MENESES PIZARRO , Secretario .
AL SEÑOR PRIMER VICEPRESIDENTE
HONORABLE DIPUTADO ANTONIO LEAL LABRÍN
CÁMARA DE DIPUTADOS
PRESENTE”.
2. Oficio de la Corte Suprema.
“Oficio Nº 5599
Ant.: AD-531-2004.
Santiago , 2 de noviembre de 2004.
Mediante oficio Nº 5083, de 10 de agosto de 2004, V.S. ha enviado a esta Corte Suprema y en conformidad con lo establecido en los incisos segundo y tercero del artículo 74 de la Constitución Política de la República, en relación con el artículo 16 de la ley Nº 18.918, Orgánica Constitucional Nacional, copia de un proyecto de ley que tiene su origen en un mensaje del Poder Ejecutivo , en el que se establecen la “Constitución y Características de las Sociedades de Garantía Recíproca”. En sus artículos primero, segundo y tercero, se crean sociedades anónimas cuyo único y especial objeto será el otorgamiento de garantías personales a los acreedores de sus accionistas beneficiarios, con la finalidad de caucionar obligaciones que ellos contraigan en sus actividades empresariales.
Impuesto el Tribunal Pleno sobre la materia consultada, en sesión de veintinueve del actual, bajo la Presidencia del subrogante señor Hernán Álvarez García y con la asistencia de los ministros señores Eleodoro Ortiz Sepúlveda , José Benquis Camhi , Ricardo Gálvez Blanco , Jorge Rodríguez Ariztía , Enrique Cury Urzúa , José Luis Pérez Zañartu , Orlando Álvarez Hernández , Urbano Marín Vallejo , Domingo Yurac Soto , Humberto Espejo Zúñiga , Jorge Medina Cuevas , Domingo Kokisch Mourgues y Milton Juica Arancibia , señorita María Antonia Morales Villagrán y señores Adalis Oyarzún Miranda y Jaime Rodríguez Espoz , acordó emitir el informe que se desarrolla a continuación:
En general el articulado del proyecto de ley, desde su artículo 1º al 27, se refiere a disposiciones que tienen relación con el derecho civil, comercial y ley de quiebras, pero no atañen a la organización y atribuciones de los tribunales de justicia; por lo que no cabe emitir informe a ese respecto.
El artículo 28 contiene una disposición extraña: permite que en caso de liquidación de una sociedad por quiebra de la misma, el juez que conoce de la quiebra, puede transferir las fianzas otorgadas que accedan a obligaciones vigentes a la o las sociedades de garantía recíproca que estime convenientes. Es decir autoriza al juez para producir una novación por cambio de acreedor, sin escuchar al deudor, al acreedor ni al nuevo acreedor; y sin dar norma procesal alguna para realizar esta operación.
En el artículo 29 inciso segundo, la ley establece disposiciones para el caso que alguna de estas garantías haya sido inscrita en algún registro; y en el inciso cuarto establece que el juez que declare la quiebra deberá poner en conocimiento de los acreedores el nombre, rut y domicilio de cada uno de ellos para ser citados en cada ejecución particular.
Como todo lo anteriormente expuesto es inusual, en cuanto a las atribuciones y facultades de los jueces, nos parece del caso informar desfavorablemente lo dispuesto en los artículos 28 y 29 del proyecto de ley en estudio.
Saluda atentamente a V.S.
(Fdo.): MARCOS LIBEDINSKY TSCHORNE, Presidente ; CARLOS A. MENESES PIZARRO , Secretario .
AL SEÑOR PRESIDENTE
HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS
PABLO LORENZINI BASSO
PRESENTE”.