Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III.
ORDEN DEL DÍA
- MES DE LA SOLIDARIDAD: HOMENAJE A HOGAR DE CRISTO Y A PADRE RENATO POBLETE
- ANTECEDENTE
- HOMENAJE : Sergio Romero Pizarro
- HOMENAJE : Gabriel Valdes Subercaseaux
- HOMENAJE : Roberto Munoz Barra
- HOMENAJE : Juan Antonio Coloma Correa
- HOMENAJE : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- HOMENAJE : Ramon Vega Hidalgo
- HOMENAJE : Nelson Jaime Avila Contreras
- CIERRE DE LA SESIÓN
- MES DE LA SOLIDARIDAD: HOMENAJE A HOGAR DE CRISTO Y A PADRE RENATO POBLETE
Notas aclaratorias
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- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 351ª, ORDINARIA
Sesión 23ª, en martes 31 de agosto de 2004
Especial
(De 15:39 a 16:20)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR HERNÁN LARRAÍN FERNÁNDEZ, PRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
Pág.
I. ASISTENCIA.........................................................................................................
II. APERTURA DE LA SESIÓN...............................................................................
III. ORDEN DEL DÍA:
Mes de la Solidaridad: Homenaje a Hogar de Cristo y a Padre Renato Poblete
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Arancibia Reyes, Jorge
--Ávila Contreras, Nelson
--Boeninger Kausel, Edgardo
--Bombal Otaegui, Carlos
--Canessa Robert, Julio
--Cariola Barroilhet, Marco
--Chadwick Piñera, Andrés
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Cordero Rusque, Fernando
--Espina Otero, Alberto
--Fernández Fernández, Sergio
--Flores Labra, Fernando
--Foxley Rioseco, Alejandro
--Frei Ruiz-Tagle, Carmen
--Frei Ruiz-Tagle, Eduardo
--García Ruminot, José
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Horvath Kiss, Antonio
--Larraín Fernández, Hernán
--Lavandero Illanes, Jorge
--Martínez Busch, Jorge
--Moreno Rojas, Rafael
--Muñoz Barra, Roberto
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Ominami Pascual, Carlos
--Orpis Bouchón, Jaime
--Parra Muñoz, Augusto
--Pizarro Soto, Jorge
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Ríos Santander, Mario
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz De Giorgio, José
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Silva Cimma, Enrique
--Stange Oelckers, Rodolfo
--Valdés Subercaseaux, Gabriel
--Vega Hidalgo, Ramón
--Viera-Gallo Quesney, José Antonio
--Zaldívar Larraín, Andrés
--Zurita Camps, Enrique
Concurrieron, además, los señores Ministros de Educación y de Justicia
Asimismo, asisten, especialmente invitados, el Capellán General y el ex Capellán General del Hogar de Cristo, Padres Agustín Moreira Hudson y Renato Poblete Barth, respectivamente.
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el señor Sergio Sepúlveda Gumucio.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 15:39, en presencia de 18 señores Senadores.
El señor LARRAÍN (Presidente).-
En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. ORDEN DEL DÍA
MES DE LA SOLIDARIDAD: HOMENAJE A HOGAR DE CRISTO Y A PADRE RENATO POBLETE
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Hemos convocado a esta sesión especial con el propósito de que el Senado adhiera al Mes de la Solidaridad.
En una oportunidad tan importante, en que Chile manifiesta su sentimiento y produce un debate, una reflexión y diversos actos sobre la materia, nos ha parecido de la mayor relevancia sumarnos a esa festividad haciendo propicio, primero, lo que motivó institucionalizar agosto como el Mes de la Solidaridad: el aniversario del fallecimiento del Padre Hurtado ; y segundo, la circunstancia de que en 2004 se cumplen 60 años del Hogar de Cristo.
Así, hemos creído prudente, pertinente y conveniente que la Cámara Alta, junto con adherir al Mes de la Solidaridad , rinda un muy sentido homenaje al Hogar de Cristo en su sexagésimo aniversario y, al mismo tiempo, a quien fuera figura central en su transformación.
Por eso invitamos al Capellán General del Hogar de Cristo, Padre Agustín Moreira Hudson , y a quien ha sido el alma transformadora de esta gran institución, Padre Renato Poblete Barth , ex Capellán, a fin de que nos acompañen en esta sesión y reciban el homenaje del Senado.
A continuación, los distintos Comités podrán intervenir por tres minutos.
Tiene la palabra en primer lugar el Senador señor Romero.
El señor ROMERO.-
Señor Presidente, Honorables colegas, señores invitados:
En nombre del Comité Renovación Nacional, adhiero a este justo homenaje.
Una noche fría y lluviosa de primavera, en octubre de 1944, se acercó al Padre Alberto Hurtado "un pobre hombre con una amigdalitis aguda, tiritando, en mangas de camisa, que no tenía dónde guarecerse". Su miseria y desamparo lo estremecieron. Se preguntó qué se podía hacer al encontrar a ese tipo de personas.
"Al verlo," -relata el Padre Hurtado - "eché de menos que nuestra Madre Iglesia, que tantas obras de caridad tiene para todos los dolores, tenga pronto también un hogar -en el invierno, en épocas de crisis- para los centenares o miles de pobres que están en la miseria material y, por tanto, aquellos a quienes Cristo nos recomienda con especial solicitud".
A los pocos días de tal encuentro, el 18 de octubre de 1944, durante un retiro con un grupo de unas cincuenta señoras en la sede del Apostolado Popular, contó la experiencia que había tenido. Sin querer proponer una obra nueva, preguntó: "¿No será el momento de que realicemos este ideal de nuestra fe: dar albergue al mendigo?".
Después de un momento de silencio, pidió perdón, porque no había pensado hablar del referido episodio.
Sus palabras y el modo como las dijo causaron profunda conmoción en los asistentes. Su experiencia y su improvisado discurso habían dado origen al Hogar de Cristo, entidad destinada a brindar techo a quienes no lo tienen.
En diciembre de ese mismo año se bendijo la primera piedra del Hogar de Chorrillos, y al año siguiente, en 1945, el Gobierno otorga la personalidad jurídica a la Fundación de Beneficencia. Luego se abriría la primera hospedería, en la calle López , y en 1946 es inaugurado el gran edificio de la calle Chorrillos -hoy llamada " Padre Alberto Hurtado "-, en la comuna de Estación Central, verdadera "casa madre" de la institución.
El Senado de la República, al concluir agosto, instaurado como Mes de la Solidaridad en recuerdo y homenaje al Padre Hurtado, quien falleció el 18 de agosto de 1952, ha querido rendir un homenaje especial a este santo sacerdote y a su magnífico legado: el Hogar de Cristo.
Es ésta una obra que nos llena de legítimo orgullo a todos los chilenos y nos otorga profunda alegría, por la nobleza de sus principios y la trascendencia de su misión.
Son beneficiarios de su acción niños y jóvenes en riesgo social; madres e hijos víctimas de violencia; familias y personas en indigencia o pobreza extrema; enfermos terminales; ancianos desamparados, a quienes se les acoge; se les prodiga amor; se les satisfacen necesidades básicas; se les procura rehabilitar cuando han caído en el círculo perverso de algún vicio, y se les reconforta espiritualmente dándoles esperanza.
¡Cómo no ha de ser una obra que merece todo nuestro reconocimiento, respeto y admiración!
Cuando asumió como Capellán el Padre Renato Poblete , en 1982, el Hogar de Cristo tenía 7 filiales y 16 mil socios, y atendía diariamente a 350 personas. Tras 18 años de gestión, el Padre Poblete dejó el cargo con una Fundación con 46 filiales entre Arica y Porvenir, más de 600 mil socios y atención diaria para las necesidades de 32 mil personas. De allí que sea justamente considerado como uno de los grandes impulsores del crecimiento del Hogar de Cristo.
Quisiera terminar estas palabras formulando un llamado a todos los chilenos para que sigamos colaborando en esta magnífica obra fundada por quien prontamente, ya en calidad de santo, subirá a los altares de nuestra Iglesia Católica. Me refiero, por cierto, al Padre Alberto Hurtado.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Valdés.
El señor VALDÉS .-
Señor Presidente , Honorables colegas, estimados amigos y amigas que nos visitan:
En nombre de los Senadores de la Democracia Cristiana, me sumo al homenaje que la Cámara Alta rinde hoy al Hogar de Cristo con motivo de cumplir 60 años.
Saludo con particular afecto y respeto al Padre Renato Poblete , su primer Capellán durante 19 años, y a su Director actual, el Padre Agustín Moreira . Y espero que esté aquí también don Benito Baranda , quien es el Director Social de la obra.
Importante es que nos detengamos un momento para manifestar nuestra admiración por esa institución, que expresa con grandeza creciente y eficiencia notable el más noble impulso de la voluntad humana: la solidaridad.
El Padre Alberto Hurtado había llegado de Europa, y al poco tiempo su alegría, su energía, su cultura, su coraje, su profunda espiritualidad, chocaron con el medio ambiente opaco, chato, injusto, bastante hipócrita, de su época.
No sin escándalo, escribió su libro de denuncias: ¿Es Chile un país católico? Fue el primer remezón, seguido de conferencias, publicaciones y una acción vertiginosa con la que golpeó conciencias y sensibilizó a vastos sectores, sobre todo de la juventud, respecto de la justicia.
Su mirada brillante se fue concentrando rápidamente en la pobreza, que todos veían pero que nadie miraba y a la cual él abrazó. Sus denuncias resultaron cada más fuertes y más duras.
Así, creó el primer lugar para los que no tienen techo, a quienes llamó "los Cristos de la calle". En su camioneta llegó a todas partes recogiendo niños. Los que se encontraban en peores condiciones eran aquellos que tiritaban bajo los puentes del Mapocho.
Algunos lo consideraron loco; otros, chiflado, como a San Francisco o al Padre Pío. Él era sabio, santo, libre, constructor, irresistible.
Su corazón abrió el corazón de muchos. Y de ese modo nació y creció el Hogar de Cristo, la acción social más grande, dinámica y admirable de Chile y -creo- de América Latina.
Desafiando todas las prevenciones, dicha institución recibe a todos los pobres que cruzan sus puertas, siempre abiertas. Conmueve particularmente su acogida a los viejos, a los que están en la peor de las situaciones: enfermos y con esa sensación de soledad que da la vejez, que es la más triste. Sus caras piden ayuda, comida, calor. Reciben todo ello del Hogar de Cristo.
No es menor su obra con los niños en alto grado de abandono. Cada uno de ellos representa un peligro al entrar, pero al salir se convierte en un tesoro.
Ese Hogar gigantesco se ha conservado porque el Padre Hurtado lo ancló en el centro del Evangelio de Cristo; y es custodiado por los jesuitas, quienes le entregan sus vidas.
En Chile, el 42,3 por ciento de las personas de extrema pobreza son niños. El Hogar de Cristo asiste a 10 mil 829 niños en 309 lugares; su atención diaria, en cifras de principios de año, sobrepasa las 29 mil personas, las cuales son derivadas a centros especializados.
Su financiamiento es milagroso. Hasta septiembre de 2003, en el año, había recibido 20 mil 600 millones de pesos, que provinieron en un 50 por ciento de sus 602 mil 432 socios, y el resto, de otras fuentes.
No puedo dejar de mencionar a este respecto al Padre Renato Poblete , Capellán General de la institución durante muchos años, quien impulsó el crecimiento del Hogar y logró acercar a él a profesionales y empresarios unidos en el servicio a los pobres.
El Padre Poblete es tan virtuoso como hábil, señor Presidente: si uno se descuida, le quita unos pesos del bolsillo para el Hogar de Cristo y después lo mira sonriente...
En momentos de vulgaridad, de chatura moral y de valores que se fugan, la corriente espiritual de solidaridad, de reconocimiento y de reacción con el corazón "hasta que duela" -como decía el Padre Hurtado - para aliviar la miseria, la pobreza y la vejez, es una demostración de vitalidad, de sanidad y de alegría que redime a nuestra nación.
Esta obra, que tensiona el fundamento moral de Chile, fue definida por el Padre Hurtado como "Obra de simple caridad y evangelio que trabaja por crear o fomentar un clima de verdadero amor y respeto al pobre, porque el pobre es Cristo".
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente , Honorables colegas:
Se ha instituido en nuestro país el 18 de agosto como Día de la Solidaridad, fecha en la que se recuerda el fallecimiento del Padre Alberto Hurtado , insigne sacerdote católico cuyo legado solidario es un ejemplo inspirador que traspasa generaciones y posiciones filosóficas, motivando al compromiso, en términos individuales y sociales, con acciones que den solidaridad y justicia a todo ser humano que lo requiera.
Esta conmemoración de la solidaridad, que se prolongó durante el mes de agosto, tuvo variadas actividades, en las que se involucraron miles de jóvenes; entre otras, la Caminata de la Solidaridad, a través de todo el país; el Día del Joven Solidario, que se centró en la donación de órganos, y la Mesa Solidaria, cuyo propósito fue reunir alimentos para quienes viven en condiciones de pobreza. Todas ellas culminaron el 18 de agosto, Día de la Solidaridad, en un acto multitudinario que contó con la presencia del Presidente Ricardo Lagos .
Es importante destacar, Honorables colegas, que esas actividades se celebraron en el marco de los 60 años de la fundación del Hogar de Cristo, aquella obra imperecedera del Padre Alberto Hurtado que es refugio de indigentes y abandonados y que actualmente acoge a 30 mil personas que viven en extrema pobreza.
Nuestra convicción de hombres preocupados por los problemas sociales valora muy en alto iniciativas como la celebración de las jornadas referidas, porque significan remecer la conciencia nacional, orientándola a la preocupación por el otro.
Esa preocupación se sustenta en la solidaridad, que es un principio ético y, al mismo tiempo, un sentimiento que cobra gran vigencia en un mundo donde un sector muy minoritario de la población vive en áreas urbanas de lujo, posee sus propios sistemas de seguridad ante la criminalidad, cuenta con excelentes programas de salud y recibe una educación de alto nivel que le asegura un desarrollo individual de bienestar.
Dicho sector contrasta con otros segmentos sociales mayoritarios donde se extienden la pobreza y la marginación social; donde sus habitantes carecen de seguridad social y de programas de salud, y donde muchos están desempleados o tienen un empleo precario que las más de las veces es sustituible.
Para nosotros, señores Senadores, la solidaridad reviste importancia por otra preocupación, que paso a señalar.
Consideramos que nuestras sociedades se han desestructurado por el sello individualista que marca el cambio de la época industrial a la era de la información y del conocimiento. Esta desestructuración del ser histórico que es el hombre tiene, entre otras consecuencias, el debilitamiento de la cohesión social. Y es evidente que la cohesión social resulta imprescindible para convivir como comunidad nacional, pues la identidad que en ella surge es condición que asegura la libertad y la paz.
Estimo, finalmente, que la práctica de la solidaridad es fundamental y debe expresarse a través de nuestra mutua colaboración, a fin de que logremos, por ejemplo, justa distribución de los ingresos y de los bienes materiales, y acceso equitativo a la educación, a la salud y al bienestar general, para que los chilenos tengan la posibilidad de realizarse material y espiritualmente, sin exclusiones.
Estoy seguro de que esta muy sencilla y breve reflexión interpreta al Padre Alberto Hurtado , cuyo ejemplo valoramos, así como valoramos la entrega a los ideales solidarios que con vocación incansable llevan a cabo el Padre Renato Poblete y don Benito Baranda , entre otras personas vinculadas al Hogar de Cristo.
Reciban todos ellos el reconocimiento y el homenaje de los Senadores del Partido Por la Democracia.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.-
Señor Presidente , no deja de ser significativo que, para conmemorar la solidaridad en Chile, se haya escogido el día en que se recuerda el fallecimiento del Padre Alberto Hurtado . Más de alguien podría preguntarse por qué elegir el día de su partida, habiendo sin duda innumerables momentos más alegres en la extensa y hermosa trayectoria del Santo.
Sin embargo, para quienes profesamos la fe cristiana, no puede haber momento más significativo que ése en la vida del jesuita, pues fue precisamente aquél el día de su encuentro con el Dios que tanto amó. Y tanto lo amó Dios a él que, para muchos de los asistentes a su responso, se manifestó su propia presencia con el signo de la cruz dibujado en el cielo, cuando dejaba físicamente su querido Chile.
Ese acontecimiento, que excede nuestra comprensión, no fue sino la coronación de una vida plagada de milagros, tanto o más prodigiosos que aquél. Decir que el Hogar de Cristo es el más grande de todos los milagros del Padre Alberto Hurtado es ya un lugar común entre los chilenos; pero no por ello deja de reflejar una verdad profunda y evidente, como pocas cosas en una sociedad chilena como la actual, confundida muchas veces con la turbiedad del consumo y del individualismo.
La historia nos dice que fue la multiplicación de los panes el episodio que habría inspirado al sacerdote jesuita para crear la obra que hoy homenajeamos. Pero lo cierto es que, si bien la idea surge comentando ese momento de la vida de Cristo, fue otro suceso el que imprimió una profunda huella en él y la convicción casi sobrenatural para emprender una misión que en su tiempo rayaba en la quimera: la lucha contra la pobreza.
Cuántas veces oí este suceso en mi casa, cuando se recordaba el retiro que el Beato ofrecía a un grupo de señoras. Una lluviosa noche de octubre se le acercó un hombre enfermo, tiritando y con escasa ropa para guarecerse del frío, y le dijo que no tenía dónde quedarse. Ese hombre, desamparado y enfermo, fue el que vino a la mente del Santo aquel día de octubre de 1944 cuando predicaba el milagro de la multiplicación de los panes. Ese hombre, como el mismo Padre Hurtado dijo a sus oyentes en aquella oportunidad, era el símbolo de Cristo. ¡Qué mejor nombre para su obra, entonces, que el de su inspirador!
Ciertamente, los continuadores de su obra merecen con creces nuestro más sentido homenaje, y de una manera muy especial el Padre Poblete , a quien correspondiera la difícil misión de ampliarla a otros ámbitos y a todas las Regiones del país. A su empuje corresponden, entre tantas iniciativas, el Programa de Colocaciones Familiares, la Escuela de Trabajo Alberto Hurtado y la ya tradicional Cena de Pan y Vino, que, más que una instancia de obtención de fondos para quienes más lo necesitan, se ha transformado en un punto de encuentro simbólico y cristiano para todos los chilenos, sin diferencias políticas ni sociales, y del cual todos salimos distintos.
Cuando conmemoramos el sexagésimo aniversario de la, sin duda, más importante obra en la lucha por la dignificación de los pobres, quienes, al igual que el Padre Hurtado , hemos sido formados en el espíritu ignaciano nos sentimos en la obligación de profundizar, desde cada ámbito, el compromiso diario y exigente de superar la pobreza, que siempre debe inspirar nuestra acción pública. Y a ello los llamo con fuerza, en momentos en que hablamos de solidaridad y homenajeamos a quienes más lo recuerdan.
"Contento, Señor, contento" de poder rendir este homenaje. Que las palabras de nuestro Santo retumben en el tiempo y se arraiguen en todos los chilenos como una marca a fuego que nadie borre en el país.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, señores Senadores y representantes del Hogar de Cristo:
Los Senadores socialistas adherimos gustosos al sexagésimo aniversario de esta importante institución creada por el Padre Hurtado .
La hospedería santiaguina con la que se inició fue cobrando vida también en otras ciudades del país. A poco de cumplir una década de su fundación, abría sedes en Los Ángeles, Antofagasta y en todas las Regiones de Chile.
Obviamente, el tiempo fue revelando nuevas necesidades. No sólo los pobres requerían ayuda, sino también los enfermos, los ancianos abandonados, los discapacitados, los niños y jóvenes en riesgo social, las madres solteras, las personas drogadictas. Y no hubo dudas. No había espacio para tenerlos. Había que ampliar la casa. Había que acogerlos a todos.
Así, la obra del Padre Hurtado fue creciendo hasta transformarse en una inmensa red de hospederías, hogares, casas de reposo, policlínicos, comunidades terapéuticas, casas de encuentro y fundaciones asociadas, con presencia desde Arica hasta Punta Arenas.
Pero sería insuficiente decir que el Hogar de Cristo sólo es una gigantesca institución de ayuda social. Es mucho más que eso. Es más que sus inmuebles, más que sus filiales y obras. Incluso, es más que la abnegada y fructífera atención que sus profesionales y voluntarios brindan a miles y miles de chilenos. Es una inmensa red de amor y solidaridad, un trozo de esperanza y humanidad, un empeño colectivo por mejorar la vida de quienes más lo necesitan, una voz de aliento y fe en una sociedad que tanto anhela valores diferentes, surgida de la mano de un hombre santo que fue capaz no sólo de ver las necesidades, sino también de buscar formas para atenuar en concreto el sufrimiento del prójimo.
Los valores de compasión, de solidaridad, de amor fraterno, inspiran desde el comienzo y hasta hoy al Hogar de Cristo. Sin duda, se requiere el empeño de miles de hombres y mujeres y, como toda obra humana, una conducción acertada. Ella ha recaído en los Padres Guillermo Balmaceda , Álvaro Lavín , José Cifuentes , Renato Poblete y, actualmente, en el Padre Agustín Moreira .
Sin dejar de valorar la obra de tan distinguidos capellanes, creemos nuestro deber hacer mención muy especial del Padre Renato Poblete , a quien personalmente conozco desde hace muchos años, y cuyas enseñanzas siempre he seguido.
Esperamos que el Hogar de Cristo continúe por largos años, tanto llevando ayuda al hermano que sufre como iluminando el corazón de todos los chilenos.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vega.
El señor VEGA .-
Señor Presidente , señores Senadores, estimados señores y señoras presentes:
La historia de los países es la conclusión de innumerables hechos y acontecimientos forjados por hombres y organizaciones que responden a las complejidades de su propio destino, configurando las tradiciones de toda una nación y la estructura de sus respectivos Estados. Por ejemplo, a inicios del siglo pasado acaeció una serie de eventos políticos y económicos que dieron origen a la "cuestión social", cuya problemática no sólo afectó a Chile, sino que también convulsionó a muchos países subdesarrollados.
En nuestro caso, la explotación salitrera se desplegó en un inmenso territorio del norte, movilizando una masa importante de mano de obra. Sólo en la pampa interior de Iquique hubo 162 oficinas, donde vivieron 250 mil personas, lo cual generó una creciente actividad industrial, comercial y minera, atrayendo a numerosos chilenos. Todos conocemos su dramático final.
En ese contexto, en el que desde diversos sectores se buscaban soluciones prácticas, la política dio una respuesta, las empresas dieron sus respuestas. Pero en el sector religioso surgieron otras alternativas más espirituales, más filosóficas, más profundas y prácticas.
Un encuentro con un mendigo, una noche de octubre de 1944, reenfocó la vida de Alberto Hurtado hacia los más pobres de entre los pobres: los mendigos y los niños de la calle.
Nace un 19 de octubre de 1944 la idea del Hogar de Cristo: "Crear un Hogar para los que no tienen techo" como una respuesta humana a tan inmenso problema social y para que a través de él el alma de Chile exprese su solidaridad, su generosidad y su entrega personal.
"Yo sostengo" -decía el Padre Hurtado - "que nuestro pueblo es grande, patriota, generoso, altruista, trabajador, piadoso". Por su intermedio Dios ha concedido a miles y miles de personas hacer realidad aquello que Jesús en el Evangelio propone como el signo distintivo de todo cristiano. "Vengan, bendecidos de mi Padre. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; pasé como forastero, y me hospedaron. Estaba desnudo, y me vistieron; enfermé, y pasaron a visitarme. Cada vez que lo hicieron con uno de éstos, conmigo lo hicieron" (Mateo 25, 31-41).
El Hogar de Cristo es una obra profundamente humana y, a la vez, de directa inspiración divina. Pero de ninguna manera fue visto por el Padre Hurtado como la ocasión para que el poderoso tranquilizara su conciencia. Los cinco millones de pesos que costó la primera construcción se recogieron rápidamente y pudo ponerse en funcionamiento esta obra profética que, por no depender del profeta sino de Dios, se mantiene hasta hoy como la mayor de las que emprendió el Padre Hurtado .
Cuando fallece en 1952, lo sucede como Capellán el Padre Guillermo Balmaceda . Con posterioridad, asumen el Padre Alvaro Lavín , el Padre José Cifuentes , el Padre Renato Hevia . En 1982, lo hace el Padre Renato Poblete ¿aquí presente- y, finalmente, el Padre Agustín Moreira .
Todos ellos han sido fieles seguidores de la obra del Padre Hurtado. No sólo los une el pertenecer a la Congregación de la Compañía de Jesús, sino también el que cada uno de ellos, en su propia época, supo enfrentar las dificultades que implica un desafío de esta naturaleza. En ese aspecto, estos continuadores también merecen un digno homenaje por el aporte con que han contribuido no sólo a la obra del Padre Hurtado, sino a todo el país, en especial a los más desposeídos. Dentro de su acción, se busca difundir el conocimiento y la real dimensión de ese gran problema nacional. Luego de sesenta años, la misión del Hogar de Cristo de "Acoger con amor y dignidad a los más pobres entre los pobres" ha sido mantenida fielmente conforme al espíritu con el cual fue creada y que hoy es un orgullo nacional.
Con toda sinceridad y humildad de chileno, en nombre de los integrantes del Comité Institucionales 1, me permito felicitar a quienes conducen esta magnífica inspiración del Padre y Beato don Alberto Hurtado Cruchaga .
Gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Finalmente, tiene la palabra el Honorable señor Ávila.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , no resulta extraño que los homenajes a la solidaridad sean lo más parecido a un responso fúnebre: o ha muerto o ha debido marchar al exilio.
Las sociedades llamadas "modernas" han erigido hoy un nuevo fetiche: el crecimiento. A este objetivo parecen subordinarse todas las acciones humanas. Lo que importa es vestir los balances con los mejores indicadores económicos que sea posible conseguir. Está claro que pareciéramos construir una sociedad darwiniana de lucha de todos contra todos. Allí, sin duda, el que prevalece es el más fuerte.
Por eso, resulta alentador el hecho de que exista una institución como el Hogar de Cristo. Es en ella donde ha encontrado refugio este principio que debiera ser señero para toda sociedad humana.
En este clima en que arrecian los vientos huracanados del individualismo, donde las personas valen por lo que tienen y no por lo que son, es algo que agradecemos el que flamee al menos una bandera solitaria, como nuestra estrella, que aluda al amor, a la generosidad, a la bondad.
Ojalá la existencia de una institución como ésta no sirva para aliviar conciencias algún día del mes o del año. Un óbolo a quien practica el amor y la ayuda al más humilde quizás permita dormir tranquilos a aquellos que en sus tareas ordinarias se dedican, por ejemplo, a evadir impuestos, restándose al principio de solidaridad elemental que ha de existir en toda sociedad, esto es, el cumplimiento de las obligaciones que el Estado establece para con todos los demás.
Señor Presidente, los homenajes también deben servirnos para extraer de lo más profundo de nuestros corazones esos sentimientos que muchas veces no hay oportunidad de expresarlos.
Finalizo estas palabras, en nombre del Comité Institucionales 2 e Independiente, manifestando nuestro reconocimiento al Hogar de Cristo, y deseando que el futuro le depare muchos éxitos en esta tarea maravillosa, la que, ojalá, reciba la comprensión de todos los chilenos, porque mucha falta nos hace.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Por último, en nombre de la Corporación deseo formular algunos saludos y reflexiones finales.
Los saludos son para los representantes del Hogar de Cristo que acompañan a los Padres Moreira y Poblete, entre los cuales se encuentran don Javier Beytía , Primer Vicepresidente ; don José Zabala de la Fuente, Segundo Vicepresidente ; don Pablo Egenau , Director de Programas Sociales ; don Claudio Lobos, Gerente ; doña Jeanette Flores , Presidenta del Sindicato ; doña Alejandra Mujica , Directora de Recursos ; don Alvaro Morales , Coordinador del Área de la Salud ; don Julio Viveros, Apoderado General ; doña Mónica Espósito , Directora de Desarrollo y Proyectos Sociales; don Pablo Fuenzalida , Coordinador de Filiales; doña Verónica Monroy , Coordinadora del Voluntariado. Asimismo, se encuentran presentes miembros de hogares de ancianos, de menores y de niñas de la Quinta Región. Todos nos honran con su presencia en este día en que el Senado desea adherir, en forma institucional, al Mes de la Solidaridad .
Queremos subrayar este valor para que se haga carne dentro de Chile y adquiera cada vez mayor fuerza en nuestra cultura. Por eso, deseamos destacar esta adhesión con hechos concretos: en pocos minutos más, en forma directa y personal, entregaremos al Hogar de Cristo algunos presentes, financiados con un aporte de todos y cada uno de los Senadores, a fin de contribuir a la labor que desarrolla y en el deseo de que continúe su noble misión social centrada en la solidaridad.
Aprovechamos la ocasión para manifestar nuestro reconocimiento hacia la obra de esa institución en sus sesenta años de existencia. En verdad, desde una acción que probablemente surgió ligada a lo asistencial, ha ido cobrando fuerza un concepto de ayuda social completa. Las cifras que han dado a conocer muchos Honorables colegas son impresionantes: atención brindada diariamente a más de 32 mil personas; apoyo a 20 por ciento de quienes viven en condiciones de indigencia; entrega de un millón de canastas de alimentos anualmente.
El Hogar de Cristo también está promoviendo otras iniciativas que incursionan en un concepto más profundo del apoyo solidario, social, como la de proporcionar anualmente alrededor de 20 mil soluciones habitacionales, lo que cuenta con un apoyo juvenil importante, y otorgar 4 mil 500 microcréditos, que permiten a gente en situación de extrema pobreza desarrollar su vocación emprendedora y superar su condición. Cabe agregar que 72 por ciento de los niños y jóvenes no escolarizados acogidos por el Hogar de Cristo logran terminar sus estudios. Reitero que estamos frente a una labor realmente impresionante.
Es excepcional que el Senado rinda homenajes de esta naturaleza a instituciones como el Hogar de Cristo o a personalidades como el Padre Renato Poblete, pero lo sobresaliente de la obra de éstos lo justifica.
Por lo mismo, deseamos subrayar el relevante trabajo desarrollado por el Padre Poblete . Ya se recordaba su tremenda tarea transformadora en los más de veinte años en que se desempeñó en la Capellanía General, aumentando de 15 mil socios a 600 mil; de seis filiales a 47, lo que ha llevado a la institución a tener presencia en más de cien ciudades -con 813 obras, entre hogares y centros de atención expresivos de la actividad que se realiza-, y de 216 funcionarios a más de 2 mil. Y, como observó un señor Senador, elevándose la recaudación de 600 millones de pesos a más de 21 mil millones, lo que se traduce en la concreción de una obra social de inmensa envergadura.
Junto con expresar, en nombre del Senado, un profundo reconocimiento y gratitud por tanto logro e instándolos a que prosiga esa labor -la que no puede cesar y debe expandirse en el más hondo sentido de la solidaridad que ambos encarnan-, entregaré al Padre Agustín Moreira una bandeja de plata, en agradecimiento de esta Corporación al Hogar de Cristo, y al Padre Renato Poblete la medalla que ella otorga a las personas que han servido de manera descollante a nuestro país.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
--El señor LARRAÍN (Presidente) hace entrega de una bandeja de plata al Padre Agustín Moreira, como reconocimiento del Senado al Hogar de Cristo.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
--El señor LARRAÍN ( Presidente ) impone al Padre Renato Poblete la condecoración Orden al Mérito del Senado de la República de Chile.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).
El señor LARRAÍN ( Presidente ).-
Habiéndose cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 16:20.
Manuel Ocaña Vergara
Jefe de la Redacción