Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III ACTAS
- IV CUENTA
- V. OBJETO DE LA SESIÓN
- CRITERIOS UTILIZADOS POR EL GOBIERNO EN EL NOMBRAMIENTO DE EMBAJADORES. Proyecto de acuerdo.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Pablo Galilea Carrillo
- INTERVENCIÓN : Gonzalo Ibanez Santa Maria
- INTERVENCIÓN : Rosa Gonzalez Roman
- INTERVENCIÓN : Jorge Burgos Varela
- INTERVENCIÓN : Lily Perez San Martin
- INTERVENCIÓN : Jorge Tarud Daccarett
- INTERVENCIÓN : Carlos Abel Jarpa Wevar
- INTERVENCIÓN : Rodrigo Alvarez Zenteno
- INTERVENCIÓN : Edgardo Riveros Marin
- INTERVENCIÓN : Francisco Leandro Bayo Veloso
- INTERVENCIÓN : Enrique Accorsi Opazo
- INTERVENCIÓN : Jorge Ivan Ulloa Aguillon
- INTERVENCIÓN : Waldo Mora Longa
- INTERVENCIÓN : Ivan Moreira Barros
- INTERVENCIÓN : Pedro Hector Munoz Aburto
- INTERVENCIÓN : Eugenio Tuma Zedan
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Carlos Montes Cisternas
- Edmundo Salas De La Fuente
- Eugenio Tuma Zedan
- Carlos Abel Jarpa Wevar
- Edgardo Riveros Marin
- Gabriel Ascencio Mansilla
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Pablo Lorenzini Basso
- Eliana Caraball Martinez
- Waldo Mora Longa
- Edmundo Villouta Concha
- Laura Soto Gonzalez
- Fernando Meza Moncada
- Jaime Quintana Leal
- Jorge Burgos Varela
- Antonio Leal Labrin
- Alberto Robles Pantoja
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Pablo Galilea Carrillo
- Ignacio Urrutia Bonilla
- Francisco Leandro Bayo Veloso
- Gonzalo Ibanez Santa Maria
- Nicolas Monckeberg Diaz
- Rosa Gonzalez Roman
- Lily Perez San Martin
- Rodrigo Alvarez Zenteno
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- DEBATE
- ANTECEDENTE
- CRITERIOS UTILIZADOS POR EL GOBIERNO EN EL NOMBRAMIENTO DE EMBAJADORES. Proyecto de acuerdo.
- CIERRE DE LA SESIÓN
- ANEXOS DE SESIÓN
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Maximiano Errazuriz Eguiguren
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Maximiano Errazuriz Eguiguren
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Fulvio Rossi Ciocca
- Juan Jose Bustos Ramirez
- Jorge Burgos Varela
- Antonio Leal Labrin
- Carlos Montes Cisternas
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 351ª, ORDINARIA
Sesión 40ª, en miércoles 8 de septiembre de 2004
(Especial, de 16.07 a 18.06 horas)
Presidencia de los señores Lorenzini Basso, don Pablo, y Leal Labrín, don Antonio.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.
Prosecretario, el señor Álvarez Álvarez, don Adrián.
ÍNDICE
ÍNDICE GENERAL
Pág.
I.Asistencia4
II.Apertura de la sesión7
III.Actas7
IV.Cuenta7
V.Objeto de la sesión.
-Criterios utilizados por el Gobierno en el nombramiento de embajadores. Proyecto de acuerdo7
VI.Documentos de la Cuenta.
1.Oficio del honorable Senado por el cual comunica que ha aprobado el proyecto, iniciado en moción, que interpreta el artículo 26 del decreto leyN° 3.063, de 1979, con el propósito de facilitar el funcionamiento de
microempresas familiares. (boletín N° 3577-03) (S)33
2.Moción del diputado señor Errázuriz que declara feriado el día 19 de
noviembre de 2004, para la Región Metropolitana. (boletín N° 3658-06)33
3.Moción del diputado señor Errázuriz que elimina la separación judicial
como un nuevo estado civil. (boletín N° 3659-18)34
4.Moción de los diputados señores Rossi; Bustos; Burgos; Leal, y Montes que autoriza la propaganda electoral desde el momento de la inscripción de las candidaturas y amplía el plazo de las excepciones que indica (boletín
N° 3664-06)34
I.ASISTENCIA
-Asistieron los siguientes señores diputados: (97)
--Accorsi Opazo, Enrique
--Alvarado Andrade, Claudio
--Álvarez-Salamanca Büchi, Pedro
--Álvarez Zenteno, Rodrigo
--Araya Guerrero, Pedro
--Ascencio Mansilla, Gabriel
--Barros Montero, Ramón
--Bauer Jouanne, Eugenio
--Bayo Veloso, Francisco
--Becker Alvear, Germán
--Bertolino Rendic, Mario
--Burgos Varela, Jorge
--Caraball Martínez, Eliana
--Cardemil Herrera, Alberto
--Correa De la Cerda, Sergio
--Cristi Marfil, María Angélica
--Cubillos Sigall, Marcela
--Delmastro Naso, Roberto
--Díaz Del Río, Eduardo
--Dittborn Cordua, Julio
--Egaña Respaldiza, Andrés
--Errázuriz Eguiguren, Maximiano
--Escalona Medina, Camilo
--Espinoza Sandoval, Fidel
--Forni Lobos, Marcelo
--Galilea Carrillo, Pablo
--García García, René Manuel
--García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
--Girardi Lavín, Guido
--González Román, Rosa
--González Torres, Rodrigo
--Guzmán Mena, Pía
--Hernández Hernández, Javier
--Ibáñez Santa María, Gonzalo
--Ibáñez Soto, Carmen
--Jaramillo Becker, Enrique
--Jarpa Wevar, Carlos Abel
--Kast Rist, José Antonio
--Kuschel Silva, Carlos Ignacio
--Leal Labrín, Antonio
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Letelier Norambuena, Felipe
--Longton Guerrero, Arturo
--Lorenzini Basso, Pablo
--Luksic Sandoval, Zarko
--Masferrer Pellizzari, Juan
--Melero Abaroa, Patricio
--Meza Moncada, Fernando
--Molina Sanhueza, Darío
--Monckeberg Díaz, Nicolás
--Montes Cisternas, Carlos
--Mora Longa, Waldo
--Moreira Barros, Iván
--Mulet Martínez, Jaime
--Muñoz Aburto, Pedro
--Muñoz D'Albora, Adriana
--Navarro Brain, Alejandro
--Norambuena Farías, Iván
--Ojeda Uribe, Sergio
--Olivares Zepeda, Carlos
--Ortiz Novoa, José Miguel
--Paya Mira, Darío
--Pérez Arriagada, José
--Pérez Lobos, Aníbal
--Pérez Opazo, Ramón
--Pérez San Martín, Lily
--Pérez Varela, Víctor
--Quintana Leal, Jaime
--Recondo Lavanderos, Carlos
--Riveros Marín, Edgardo
--Robles Pantoja, Alberto
--Rossi Ciocca, Fulvio
--Saa Díaz, María Antonieta
--Saffirio Suárez, Eduardo
--Salaberry Soto, Felipe
--Salas De la Fuente, Edmundo
--Sánchez Grunert, Leopoldo
--Seguel Molina, Rodolfo
--Sepúlveda Orbenes, Alejandra
--Silva Ortiz, Exequiel
--Soto González, Laura
--Tapia Martínez, Boris
--Tarud Daccarett, Jorge
--Tohá Morales, Carolina
--Tuma Zedan, Eugenio
--Ulloa Aguillón, Jorge
--Uriarte Herrera, Gonzalo
--Urrutia Bonilla, Ignacio
--Valenzuela Van Treek, Esteban
--Varela Herrera, Mario
--Vargas Lyng, Alfonso
--Venegas Rubio, Samuel
--Vidal Lázaro, Ximena
--Vilches Guzmán, Carlos
--Villouta Concha, Edmundo
--Von Mühlenbrock Zamora, Gastón
--Walker Prieto, Patricio
-Con permiso constitucional no estuvo presente la diputadadoña Isabel Allende.
Asistieron, además, los ministros del Interior, don José Miguel Insulza; de Relaciones Exteriores, doña Soledad Alvear, y de la Secretaría General de la Presidencia, don Eduardo Dockendorff.
II.APERTURA DE LA SESIÓN
-Se abrió la sesión a las 16.05 horas.
El señor LORENZINI (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III ACTAS
El señor LORENZINI (Presidente).-
El acta de la sesión 34ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 35ª queda a disposición de las señoras diputadas y de los señores diputados.
IV CUENTA
El señor LORENZINI (Presidente).-
El señor Prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.
-El señor ÁLVAREZ (Prosecretario) da lectura a la Cuenta.
V. OBJETO DE LA SESIÓN
CRITERIOS UTILIZADOS POR EL GOBIERNO EN EL NOMBRAMIENTO DE EMBAJADORES. Proyecto de acuerdo.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Esta sesión especial tiene por objeto debatir y analizar los criterios utilizados por el gobierno en el nombramiento de los embajadores de Chile en el extranjero.
En primer lugar, damos la bienvenida a la Ministra de Relaciones Exteriores, señora Soledad Alvear , y al ministro del Interior, señor José Miguel Insulza .
De acuerdo con el artículo 74 del Reglamento, el tiempo previo de 15 minutos será distribuido entre los diputados señores Pablo Galilea , por Renovación Nacional, y Gonzalo Ibáñez , por la UDI. En el intertanto, solicitamos a los jefes de Comité que nos hagan llegar, de acuerdo con la distribución horaria, el listado de quienes participarán por cada Comité en el debate.
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Galilea .
El señor GALILEA (don Pablo) .-
Señor Presidente, hemos impulsado esta sesión especial para analizar los criterios del gobierno en el nombramiento de embajadores y representantes chilenos ante organismos internacionales y, de esta manera, promover e incentivar, con altura de miras, la profesionalización de la carrera diplomática.
Nuestra Constitución Política consagra como una atribución especial del Presidente de la República la de designar a esos funcionarios. Recae sobre él la responsabilidad de conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos internacionales. Esta facultad, lamentablemente, ha sido asumida por los partidos de la Concertación, los que, al igual que en el resto de la administración pública, aplican los criterios del cuoteo político, muchas veces con prescindencia de las capacidades y la preparación de quienes desempeñan esos cargos. Desde hace décadas nuestros presidentes ceden frente a lo planteado y nuestra representación en el exterior es tomada como un botín a repartir entre los partidos que componen la coalición gobernante.
Los hechos recientemente acontecidos en nuestra representación en Costa Rica nos dejan un sabor amargo y una tristeza profunda. La acción desquiciada que significó la muerte de tres personas nada tiene que ver con los motivos de esta sesión, pero el contexto en que se produjeron los hechos ha dejado en evidencia el deficiente funcionamiento de algunas de nuestras sedes diplomáticas.
¿Mantiene la confianza del Presidente de la República el embajador que sigue oficialmente a la cabeza de la sede diplomática de Costa Rica?
Lo anteriormente descrito se agrava, contrariamente a lo que acontece con los nombramientos de cargos a desempeñarse en territorio nacional, por el simple hecho de que las misiones carecen de un control político y ciudadano directo, y las noticias que se tienen de ellas son muy esporádicas. Sólo acontecimientos especiales hacen que la opinión pública chilena preste atención a su funcionamiento.
Lo que podría esperarse del Ministerio de Relaciones Exteriores en cuanto a control y seguimiento del funcionamiento de nuestras misiones es una ilusión, desde el momento mismo en que las autoridades máximas de ese ministerio son nombradas con el mismo criterio de reparto político partidista.
Aunque no le guste al ministro del Interior, aquí también nos encontramos, lamentablemente, con una intrincada maquinaria enquistada en una de las principales carteras del gabinete. Como país, debemos revertir el hecho de que se siga entendiendo a la Cancillería como una hijuela pagadora de deudas y que su dirección sea puesta en la balanza de los mezquinos equilibrios acordados entre los partidos políticos, los que nunca faltan si de repartir se trata. Ese criterio resulta anacrónico con las nuevas realidades que el Gobierno dice impulsar en el terreno internacional, cuando todo señala la gran complejidad comercial que tienen y seguirán teniendo las relaciones comerciales de Chile.
Los gobiernos de la Concertación siguen atrapados en el criterio político partidista para dirigir la Cancillería. El cuoteo de las misiones diplomáticas debe terminar, porque si bien es cierto que un buen embajador no siempre debe ser un conocedor científico de los asuntos que trata, está claro que la inmensa mayoría de los operadores políticos carecen de la preparación y los conocimientos indispensables para desarrollar con éxito dichas misiones.
Recuerdo lo ocurrido en ProChile, en que no importó la capacidad de una persona para que fuera nombrada en un cargo. Simplemente se hizo caso omiso de la exigencia legal de poseer un título profesional para ejercerlo y se nombró a una persona que carecía de él. Se da la situación absurda de que el nombre del mismo militante circula para ser embajador en países tan disímiles como Gran Bretaña o República Dominicana.
Los ministros presentes dirán que no todos los provenientes de la Academia Diplomáticas son los exclusivos entendidos en política exterior, pero habría que precisar que lo anterior vale también como argumento a la inversa; es decir, que son muy escasos los militantes de partidos que conocen de materias internacionales.
En Chile, cualquier ministro que sale del gabinete o cualquier candidato que es derrotado en una elección se transforma en un conocedor de materias internacionales. ¡Por favor! Con el criterio del Gobierno, mejor cerremos la Academia Diplomática y omitamos el estudio del derecho internacional en las universidades, pues cada elección parlamentaria le deja el país más de 180 expertos en asuntos internacionales.
Señora canciller, me permito reproducir la siguiente intervención realizada en el Senado, en agosto de 1961, hace más de cuarenta años:
“En una proporción inaceptable, dicho Servicio... -refiriéndose al Ministerio de Relaciones Exteriores- ...se ha usado, y se sigue usando, para pagar favores electorales, para permitir que se rehagan fortunas, para quedar bien con los amigos y hasta para alejar de Chile a gente políticamente incómoda. Esto disminuye de modo inevitable la naturaleza de la función diplomática ante la opinión pública, en primer término; ante los Poderes del Estado, en segundo lugar, y lleva a la pérdida de prestigio y hasta de la propia estimación de la misión que se cumple.”
Esta descripción, que conserva plena validez, la realizó el senador Radomiro Tomic , en la fecha que señalé.
Ministra, ¿no será ya el momento de recoger la inquietud del senador Tomic? ¿Puede usted informar a esta Cámara cómo se define a los embajadores? ¿Qué se pondera? ¿Se miden capacidades? ¿Quién coloca los decretos en el escritorio del Presidente? ¿Usted realiza consultas previas a las directivas de los partidos políticos para proponer una designación? ¿Por qué el embajador de España es, invariablemente, un democratacristiano, y el de Suecia, un PPD?
La verdad es que solicitamos esta sesión para conocer las explicaciones de la señora canciller, que esperamos recibir, y para solicitar a su excelencia el Presidente de la República que, a la espera de la reforma que en esta materia estudia y discute el Senado, no se someta al reparto que imponen los partidos de los cargos diplomáticos y realice los nombramientos fundando su decisión y publicándolos, como lo vamos a proponer en nuestro proyecto de acuerdo.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Ibáñez .
El señor IBÁÑEZ .-
Señor Presidente, las relaciones internacionales en un mundo tan globalizado como el nuestro ciertamente difieren de las que existían antaño y que en su momento dieron origen a la tradición diplomática de muchos países; entre otros, del nuestro.
La diplomacia en un mundo globalizado enfrenta problemas nuevos y extraordinariamente complejos.
El mundo que nos toca vivir es globalizado por el número de países en que está dividido y, por lo tanto, por el número de países con los cuales se relaciona Chile: cerca de doscientos, o más. Si bien es cierto no tenemos relaciones con todos, en cualquier momento podemos formalizarlas con cualquiera de ellos.
Es globalizado, precisamente, por la variedad de estas relaciones. Ya no sólo son políticas a alto nivel, sino también culturales, económicas, deportivas, militares. Por ejemplo, nuestras Fuerzas Armadas asisten a ejercicios multilaterales con una cantidad enorme de países.
Es globalizado, por la intensidad de estas relaciones, que son permanentes, continuas, profundas, y están marcadas por la enorme cantidad de actores involucrados y, muchas veces, por la independencia que tienen estos actores entre sí, lo que hace que la diferencia esté en los objetivos que cada uno de ellos persigue: en el campo económico, unos; en el cultural, otros, en el deportivo, los de más allá; en el artístico, otros; en el de las relaciones militares, otros.
En esta realidad, ¿cuál es el interés del país?, ¿quién representa en definitiva a nuestro país frente a otro? De todas estas relaciones que se dan constantemente, ¿cuáles son aquellas que marcan la pauta y que definen las relaciones de un país con otro?
Señalo lo anterior, para poner de relieve la complejidad del papel del embajador en este escenario. De hecho, si analizamos las relaciones entre un país y otro, veremos que hay varios embajadores que a veces actúan independientemente unos de otros. En este escenario, ¿cuál es el papel de quien ostenta el título oficial de embajador? Por supuesto, uno más simple. Muchas de las funciones que antes cumplía un embajador tradicional ahora son desempeñadas por un sinnúmero de personas, funcionarios públicos y privados, quienes, de alguna manera, ejercen la representatividad del país en otra nación. Sin embargo, el papel del embajador es más complicado, porque, de alguna manera, debe hacer suyo los intereses representados por las otras personas y poseer la capacidad de hacer primar el interés nacional por sobre una gran cantidad de intereses particulares.
Las relaciones exteriores chilenas están en manos del Presidente de la República, como corresponde a un país bien organizado. Por eso, le corresponde el nombramiento de los embajadores, pero ellos no sólo lo representan a él, sino a todo el país.
Frente a ese hecho y a las nuevas características de las relaciones internacionales, corresponde preguntarse cómo asegurar la idoneidad del funcionario que debe realizar funciones tan complejas, exhaustivas y, a veces, tan extenuantes como las de los embajadores. Ante esos problemas, la tradicional pregunta de si son embajadores políticos o de carrera a veces queda pequeña. Desde luego, los embajadores deben ser políticos en el buen sentido de la palabra. La política nos dice que los embajadores deben ser las personas más idóneas y eficaces para cumplir ese tipo de funciones. Entonces, cabe preguntarse cuáles son los embajadores más eficientes, los menos eficientes y los ineficientes.
Está claro que la función diplomática no se improvisa en ninguno de sus estamentos. Es una carrera extraordinariamente profesional, en cuya preparación se combinan los conocimientos teóricos y la experiencia práctica. Como en todos los ámbitos de la vida, un funcionario eficiente no se improvisa, sino que se va haciendo de a poco, en el cual se combinan las aptitudes naturales, los conocimientos teóricos y la experiencia práctica.
En el caso de un embajador que está en la cúspide de una representación diplomática, se deben dar todos estos factores, pero no necesariamente debemos pensar que provendrán de manera exclusiva de los rangos de la carrera diplomática propiamente tal. Sin embargo, es natural estimar -no nos equivocamos al hacerlo- que de dicha carrera debe provenir, por lo menos, la mayoría de quienes ejercerán la representación del país. De lo contrario, habría un salto cualitativo que carecería de explicación. ¿De qué serviría tanta preparación, formación o exclusividad, si al final quien ejercerá el cargo más importante dentro de esa carrera no es una persona que proviene de ella?.
Por eso, sin perjuicio de afirmar la plena autonomía del Presidente de la República para nombrar a los embajadores, no podemos dejar de advertir que el semillero de embajadores está en la carrera diplomática.
Como lo manifestó el diputado señor Galilea , en Chile la costumbre ha sido -tal vez nos juzgamos en forma demasiado severa- creer que el Presidente de la República tiene la facultad de pagar servicios electorales enviando al extranjero a los amigos respecto de los cuales tiene mucha estima, o falta de estima y los quiere separar y mantener lejos. Ha habido épocas en nuestra patria en que estos rasgos se han acentuado de manera muy peligrosa para nuestras relaciones internacionales. Esta situación siempre ha sido así. El diputado señor Galilea mencionó una cita del año 1961. Es decir, desde hace 43 años o más hemos tenido tal problema.
No debemos creer tampoco que los embajadores de carrera son siempre los mejores, pues hemos tenido ejemplos en el sentido contrario. El lamentable hecho ocurrido en nuestra embajada en Costa Rica demostró falta de idoneidad en el manejo administrativo de esa sede diplomática y, por lo tanto, hay responsabilidad del embajador. En Inglaterra, nuestro embajador, con una larga tradición de servicio diplomático, cometió el error de asistir a los festejos por la derrota de nuestros vecinos argentinos en la guerra de Las Malvinas.
Por lo tanto, no hay una fórmula que nos permita una solución ideal para encontrar a las personas más idóneas.
Sin embargo, hay ciertos criterios generales que debemos tener a la vista: el embajador es el representante del país y las relaciones internacionales las dirige el Presidente de la República, pero no de manera completamente autónoma, sino teniendo muy presente la realidad nacional.
Por eso, es posible pensar en volver a un sistema donde el Senado otorgue el pase para el nombramiento del funcionario, recibiendo en audiencias a los interesados. Es posible pensar en decretos fundados, con publicación en el Diario Oficial; en una clasificación de las embajadas de acuerdo a su grado de importancia; en fin, hay muchas soluciones para este problema, pero encontrar la más adecuada no es fácil.
Sin perjuicio de lo anterior, tal como lo hemos visto en el último tiempo, es extraordinariamente importante el nombramiento de los embajadores en nuestro entorno latinoamericano. Donde más diplomacia profesional necesitamos es en la relación con nuestros vecinos.
Todo lo que he señalado sirve para introducir el debate, presentar el problema y las dificultades que hay para resolverlo.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Rosa González .
La señora GONZÁLEZ (doña Rosa) .-
Señor Presidente, los últimos hechos mencionados por el diputado señor Ibáñez y las necesidades de modernización del servicio exterior y del Ministerio de Relaciones Exteriores han llevado a los diversos sectores de nuestro país a hacer una serie de planteamientos frente a estos temas.
En este sentido, en las últimas semanas la Cancillería ha enviado a la Cámara de Diputados el proyecto sobre normas relativas al mejoramiento de la gestión institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores, el que a juicio de la autoridad pretende responder a una serie de necesidades de una Cancillería moderna. En realidad, lamentablemente, esto no es así, porque se trata de un proyecto que se hace cargo de manera muy parcial de las reales necesidades de la Cancillería.
En efecto, en dicho proyecto se consagra de alguna manera la percepción que han mostrado los gobiernos de la Concertación sobre el papel que debe cumplir el Ministerio de Relaciones Exteriores, esto es, contribuir a pagar los favores que deben a sus amigos que han colaborado con los gobiernos de turno.
Esta y no otra es la realidad que enciende hoy nuevamente el debate relativo a la necesidad de que los embajadores sean designados por el Presidente de la República, previa aprobación del honorable Senado de la República.
Si los gobiernos de la Concertación no hubiesen abusado de la facultad que la Constitución consagra para designar a los embajadores de Chile en el exterior, en este momento no estaríamos debatiendo el tema. Por el contrario, contaríamos con un grupo de profesionales altamente capacitados para cumplir con la misión de velar por los intereses de nuestro país en el exterior.
En este sentido, sería interesante conocer las razones que tuvieron las autoridades de turno para designar como embajadores a los señores Álvaro Zúñiga y Fernando Pardo en las regiones Primera y Segunda, respectivamente, pues estamos hablando de embajadores que actúan y funcionan en Chile.
¿Cómo se justifica la designación de embajadores regionales? ¿Qué funciones cumplen? ¿Cómo se eligen las regiones en que se radican?
Ni yo ni la gente de Arica podemos entender que se nombre un embajador adjunto en Linares, Séptima Región. Nos resulta incomprensible.
A juicio de la Cancillería, la misión que cumplen estos personeros es sumamente relevante, ya que realizan la función de delegados regionales, velando por las relaciones exteriores en dichos lugares. ¿Qué papel cumplen entonces en esta materia los intendentes y los gobernadores?
La designación de estos embajadores no tiene ningún sentido. De hecho, difícilmente puede justificarse su existencia en la Primera Región, y en la Segunda es absolutamente innecesaria.
A pesar de ello, resulta lamentable, y a la vez evidente, constatar que el Gobierno no toma sus decisiones, en materia de designación de representantes de nuestro país en el exterior velando por los intereses de Chile, ni mucho menos intentando cumplir con los postulados mínimos de la política exterior chilena, sino que, por el contrario, adopta esas decisiones pensando a quién corresponde beneficiar ahora o a quién debe pagarle tal o cual favor.
Es interesante revisar las cifras a la hora de los nombramientos. Para el caso de los embajadores, el Presidente de la República tiene la posibilidad de designar a 93 de ellos, de los cuales 78 tienen sede en el extranjero. En este sentido, es interesante analizar cómo se han realizado dichas designaciones.
De los 78 embajadores en el exterior, 36 corresponden a nombramientos políticos, es decir, el 46 por ciento de los embajadores chilenos en el exterior son amigos de las autoridades de turno.
Los ejemplos de esta realidad son muchos y los hemos presenciado regularmente durante los últimos años. El pago de favores ha sido la tónica de las motivaciones a la hora de designar a los representantes en el exterior. Y esto no se ha limitado sólo a los embajadores, también se ha extendido a los agregados culturales, comerciales, agrícolas, etcétera. Al respecto, el Presidente de la República tiene la facultad de nombrar 33 agregados de su exclusiva confianza, y es el propio Jefe de Estado quien determina las necesidades de las embajadas.
De la revisión de los antecedentes de los embajadores en ejercicio, me he encontrado con sorpresas tremendas. Por ejemplo, no me explico cómo una misma persona pude ser embajador, cónsul y embajador concurrente a la vez. ¿Es posible cumplir adecuadamente todas esas funciones simultáneamente?
El tema de las agregadurías durante las últimas administraciones no ha sido enfocado desde el punto de vista de la gestión. A modo de ejemplo, podemos señalar que nombrar a artistas en estos cargos no contribuye necesariamente a la difusión de la actividad cultural fuera de nuestro país, ya que muchas veces estas personas no cuentan ni siquiera con nociones básicas de gestión diplomática. Por otro lado, esta práctica tiene como inconveniente el hecho de que al nombrar en este cargo, por ejemplo, a algún artista plástico, éste puede caer en la tentación de difundir sólo ese tipo de actividades culturales, ya que, evidentemente, las conoce muy bien, con lo cual puede descuidar la difusión de otras actividades culturales que se realizan en el país.
Lo óptimo para nuestro servicio exterior sería que las designaciones se realizaran con la debida seriedad, para el efecto de cuidar los recursos de nuestro país, así como para velar que los objetivos de la política exterior chilena se cumplan a cabalidad.
En este sentido, antes de debatir sobre la necesidad de contar con la aprobación del Senado para designar a los embajadores de Chile en el exterior, sería interesante revisar los criterios que utiliza el Gobierno para efectuar los nombramientos.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por cinco minutos, el diputado Jorge Burgos .
El señor BURGOS .-
Señor Presidente, hace aproximadamente un mes se empezó a fraguar esta sesión, ello se desprende de las declaraciones que hizo a la prensa el secretario general de Renovación Nacional, don Cristián Monckeberg , para impugnar -lo que podría ser legítimo- el nombramiento de don Álvaro García como embajador de Chile en Suecia.
La causal señalada en la impugnación no parece legítima, porque a partir de una determinada situación procesal que afectó al señor García en el caso Inverlink, que fue corregida -desde el punto de vista judicial- por la Corte Suprema, el señor Monckeberg sigue presumiendo que tiene algún grado de participación o culpabilidad. Eso me parece muy injusto, sobre todo cuando estamos luchando por terminar con las sentencias mediáticas.
Ahora, tal vez la escasa presencia de los diputados de Oposición demuestra el poco interés que hay en una sesión de esta naturaleza. Si el objetivo es volver al sistema de la Constitución de 1925, presenten una reforma constitucional. Tienen pleno derecho de hacerlo. Es más, tengo entendido que senadores de la Concertación la presentaron en el paquete de reformas. Les ha ido mal porque no han conseguido los votos de la Alianza y algunos de la Concertación.
Realmente, lo encuentro poco serio. Perdónenme, pero ¿cuál es el interés real de esto? Además, no hay elementos objetivos que justifiquen esta sesión, porque si uno toma cualquier cifra, por ejemplo, año 1987, el 36 por ciento de los embajadores era de carrera, y el 63,9, políticos. En 2004, año que motiva esta preocupación, 63,5 por ciento de los embajadores son de carrera -exactamente al revés-, y 36,5, políticos. O sea, nunca como ahora en los últimos veinticinco o treinta años hubo menos embajadores políticos.
No me voy a referir a determinados embajadores políticos, algunas de cuyas misiones todos conocemos. Aquí se trata de hablar en grande.
Me parece realmente increíble, a partir de una mala declaración de un secretario de un partido -muy mala-, se termine pidiendo una sesión especial. ¿Con qué fin? ¿Traer a la ministra de Relaciones Exteriores en función de cómo aparece en las encuestas políticas? ¡Por favor! Esto desprestigia al Congreso Nacional.
En consecuencia, si alguien cree que hay que volver a la Constitución del 25 y que haya embajadores sólo aprobados por el Senado, que presente una reforma constitucional.
En todo caso, los embajadores, los de carrera y los políticos, van a seguir siendo de exclusiva confianza del Presidente. No podría ser de otra forma. Pero, para ir concretando, porque el tema que nos convoca no amerita mucho más tiempo, me parece que hemos dado un ejemplo de una sesión que no tiene objetivo, salvo que sea el de molestar.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por siete minutos y medio, la diputada señora Lily Pérez .
La señora PÉREZ (doña Lily) .-
Señor Presidente, también lamento que durante la discusión de un asunto que debería convocar mayor interés, porque se trata de algo serio, estén ausentes diputados de la Alianza y de la Concertación, porque es un tema que tenemos que debatir con mayor profundidad y altura de miras, no sólo en base a la crítica pequeña.
Mi bancada me ha pedido hacer un diagnóstico de cómo vemos hoy, como partido de Oposición, el panorama internacional con respecto a la representación en el exterior.
Por lo tanto, quiero comenzar este diagnóstico señalando lo siguiente: En América del Norte, de los cinco embajadores que nos representan, uno es de carrera y cuatro políticos; en América Central y El Caribe, de un total de diez, dos son de carrera y ocho políticos; en América del Sur, de un total de diez, cuatro son de carrera y seis políticos.
En África y el Medio Oriente es distinto: siete de carrera y tres políticos; en Asia y Oceanía , ocho de carrera y tres políticos.
Por último, en Europa, 13 de carrera y 13 políticos.
El total con misiones en el exterior asciende a 72.
En la actualidad, con misiones en el exterior en embajadas y misiones internacionales tenemos un 49 por ciento de embajadores de carrera y un 51 por ciento de embajadores políticos.
Del análisis anterior podemos desprender que más del 50 por ciento de quienes nos representan en el exterior son personas que no han hecho carrera en el mundo de la diplomacia, sino más bien en el mundo de la política.
Esto no sería realmente negativo si tuviesen al menos, a nuestro juicio, una mínima preparación y formación en materia de relaciones internacionales.
A partir de estas cifras uno puede observar que la gran mayoría de las embajadas en los países considerados más importantes para Chile está a cargo de embajadores políticos. También que en América del Norte, sólo en Canadá el diplomático que la encabeza es un funcionario de carrera; que América Central está totalmente copada por embajadores políticos; lo mismo sucede en América del Sur, que, sin duda, es la que acusa los mayores problemas en materia de política exterior. Similar situación ocurre en Europa, donde las embajadas en los países más importantes también están a cargo de políticos. Solamente en Asia, África y Medio Oriente, que son zonas alejadas, potencialmente conflictivas y en las cuales se requiere necesariamente el manejo de idiomas, prevalecen los embajadores de carrera.
Si revisamos la experiencia de otros países cercanos, como Argentina, Perú y Brasil, la situación es absolutamente distinta. Por ejemplo, Perú tiene un 90 por ciento de embajadores de carrera y Brasil, un 96 por ciento. En los países nórdicos, integrantes de la Unión Europea, esta cifra sube a un 99 por ciento; algo parecido ocurre con los países asiáticos.
En síntesis, la visión moderna de la diplomacia está enfocada a profesionalizar cada día más la representación internacional.
El Presidente de la República ha señalado hace algunos días, en el contexto de las elecciones municipales, que no da lo mismo quien gobierne una municipalidad. Nosotros estamos absolutamente de acuerdo, y en el contexto de las relaciones internacionales pensamos que no da lo mismo quien ocupe el cargo de embajador. En ambos casos deben ser personas sin cuestionamientos, como también que representen algo mucho mayor y más profundo que una mera opción ideológica.
Desgraciadamente, en algunos casos -porque en esto tampoco hay que generalizar, ya que hemos tenido grandes embajadores políticos- su designación ha sido una especie de premio de consuelo para quienes han perdido un cargo de representación popular o no han salido electos. Y siendo el Presidente de la República quien nomina a los embajadores, tanto políticos como de carrera -ya se ha dicho, son todas personas de confianza-, lamentablemente hemos visto un cuoteo político que ha ido creciendo cada día más. Una muestra, que incluye un total de 30 embajadas importantes, indica que 18 están en manos de un partido político de la Concertación y 12 en manos de otro. O sea, hay claramente cuoteo político.
Por tanto, hoy tenemos una oportunidad importante de mirar con atención y hacer un diagnóstico objetivo de cómo está nuestra representación en el exterior.
Por cierto, existen sugerencias. Por ejemplo, que el Senado apruebe la designación final de estos diplomáticos propuestos por el Presidente de la República, o bien, vía ternas presentadas a la Cámara Alta y, por último, que éstos puedan ser removidos con un alto quórum.
Gracias a este debate se ha reactivado, incluso, una reforma constitucional sobre la materia, porque debo recordar que esta atribución fue perdida en la Constitución de 1980, y por considerar que es un tema discutible resulta interesante que nuevamente esté en el debate público.
En todo caso, es lógico que hoy la conducción de las relaciones políticas con las potencias extranjeras sean de competencia del Presidente de la República. No obstante, su decisión se debe reforzar con la ratificación del Congreso Nacional. Y me voy a detener un minuto en este punto.
Creo que mientras mayor representatividad tienen las misiones exteriores, mayor legitimidad tienen las acciones que emprenden nuestros representantes en el exterior. Digo esto, porque aquí se ha mencionado mucho el caso de Costa Rica. Hemos analizado el tema en la Comisión de Relaciones Exteriores, y si la designación hubiese sido de carrera o política, la tragedia hubiese pasado exactamente igual. Era una situación impredecible, rara, criminal.
¿A qué voy con la mayor representatividad y legitimidad? En que, como era un embajador de designación política, finalmente las críticas se centraron en que su actuación estaba influida porque no era una persona de carrera.
Sinceramente, dificulto que una persona, aun cuando hubiese sido un funcionario de carrera, pudiese haber tomado una decisión distinta. El tema era demasiado poco predecible y difícil de enfrentar.
Ése es nuestro punto: la legitimidad; cómo se legitiman en el exterior las decisiones que adopten, para bien o para mal, quienes nos representan.
En materia de política exterior -en este caso en particular el nombramiento de los embajadores-, a nuestro juicio, debiesen existir criterios más permanentes que los meros cambios de gobierno. Es decir, ello debe ir mucho más allá de la ideología de quienes nos gobiernan hoy y que, seguramente, puede ser distinta de las del mañana.
Esta sesión especial es muy positiva, ya que nos da la oportunidad de confrontar las diversas opiniones y visiones de los distintos diputados que integramos la Alianza respecto de los diputados de la Concertación. En el futuro, siempre debe primar que nuestros embajadores sean lo más representativos, eficientes y transparentes en su designación, por el bien de nuestro país.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Tarud .
El señor TARUD .-
Señor Presidente, considero este tema de mucho interés, por formación y por haberlo seguido durante veinte años de vida en el exterior, la mitad de los cuales he servido al país. Por ello, he escuchado con mucho interés a los colegas que me precedieron, y comparto la idea de establecer un sistema que nos permita encauzar con profesionalismo la política exterior de Chile.
Los desafíos que hemos asumido como país son enormes. Comparto que las relaciones las hacen las personas. En consecuencia, la designación de embajadores es algo que debe importarnos a todos. Las relaciones entre Estados las hacemos las personas, y también los parlamentarios cuando hacemos diplomacia parlamentaria.
En ese sentido, por su intermedio, señor Presidente, quiero recordarle al colega Burgos -quien fue presidente de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia- que varios diputados presentamos un proyecto de reforma constitucional, que permite restituir al Congreso Nacional las atribuciones establecidas en las Constituciones de 1833 y de 1925, en las cuales se consignaba que los embajadores debían ser ratificados por el Senado.
El proyecto fue patrocinado por varios colegas, entre ellos, Isabel Allende, Juan Pablo Letelier , Laura Soto , Adriana Muñoz , Rodrigo Álvarez , Carmen Ibáñez , etcétera, personas de diferentes tendencias políticas, porque comprendemos que la política exterior nos atañe a todos y, por lo tanto, queremos que siempre estén los mejores.
No se puede olvidar que aquí hay personas que apoyaron con mucha fuerza al gobierno militar y lo que fueron las designaciones de embajadores. En un momento dado, el 90 ciento de los embajadores eran generales y almirantes, unos por premio y otros porque, a lo mejor, tenían mucha capacidad y el general Pinochet los quería muy lejos porque podían hacerle sombra en Chile. Eso no puede volver a suceder.
Durante los gobiernos de la Concertación se hicieron esfuerzos para revertir esa situación, y hoy, el volumen mayor de embajadores proviene de la planta del Servicio Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde también hay que hacer mejoras -entiendo que se han hecho-, en cuanto a la necesidad de pasar por la Academia Diplomática.
De acuerdo con mi experiencia en este campo, ya que estuve en dos misiones diplomáticas donde el inglés era absolutamente esencial, tuve diplomáticos de carrera que no hablaban dicho idioma y, como comprenderán, eso no le puede suceder a un país como el nuestro que tiene tantos desafíos.
Necesitamos de la mejor gente, vengan de donde vengan. Tenemos y hemos tenido buenos embajadores provenientes de las áreas política, empresarial y académica y, también, buena gente en nuestra Cancillería con capacidad para representar a la nación chilena.
Pero dicha representación debería tener el apoyo del Congreso Nacional. Así ocurre en toda América, porque ello significa tener también el respaldo de la ciudadanía, porque aquí están los representantes de la soberanía nacional.
El proyecto de reforma constitucional que presentamos varios diputados, plantea la posibilidad de conformar una comisión bicameral de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y de la Cámara de Diputados, para que el embajador designado concurra a exponer cuáles son sus instrucciones, sus proyectos y cuál va a ser su labor en representación del país.
Como se comprenderá, la persona que quiera ser embajador en Estados Unidos o en Inglaterra y no sabe inglés o carece de las necesarias capacidades de acción internacional queda descartado desde el principio. Para Chile esto es muy importante, porque las buenas relaciones exteriores significan mucho trabajo para chilenas y chilenos. Los acuerdos comerciales implican tener siempre a los mejores.
Creo que la crítica es positiva. Me gusta que en una democracia haya un gobierno sólido y una oposición sólida. Eso nos da equilibrio. Pero no sólo deben hacerse planteamientos para criticar al gobierno de turno, sino que también deben formularse para cambiar las cosas; para permitir que el nombramiento de nuestros representantes diplomáticos sea aprobado por el Congreso Nacional.
Señor Presidente, por su intermedio, aprovecho la oportunidad de pedir al Gobierno, a través de los dos ministros presentes, que copatrocinen el proyecto de reforma constitucional que hemos presentado. Creo que sería positivo para el país. La ratificación de los embajadores designados permitirá a los chilenos sentirnos bien representados en el exterior.
Las personas designadas, que no pertenezcan a la planta del Servicio Exterior, deben cumplir con los mismos requisitos exigidos a los funcionarios de carrera. Deben tener conocimiento en acción internacional, sobre todo, cuando son embajadores de primera embajada. Se puede ser embajador de primera embajada en países que no tienen una enorme relevancia en la relación bilateral, pero hay misiones que son claves e importantes, sobre todo en Europa y en Asia, nuestros primeros socios comerciales. Por ello, no se puede improvisar nominando a personas que no tengan esa capacidad, no sepan idiomas o no posean conocimiento en acción internacional.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Abel Jarpa .
El señor JARPA .-
Señor Presidente, me da la impresión de estar asistiendo al teatro del absurdo, porque, como médico, no puedo proyectar en los demás lo que yo piense. O dicho en forma popular: todo ladrón cree a otro de la misma condición.
Al iniciarse esta sesión, un diputado preguntaba por los criterios que tendría en cuenta el Presidente de la República para nombrar a los embajadores.
Como lo señalaron los diputados señores Burgos y Tarud , la Constitución de 1925 establecía que los embajadores, al igual que los altos oficiales de Carabineros y de las Fuerzas Armadas, debían ser ratificados por el Senado, disposición que con posterioridad fue derogada. La reforma constitucional que se propuso para restituir esa facultad fue votada en contra por la Unión Demócrata Independiente. Eso constituye un contrasentido, porque por una parte se critica al Presidente de la República por el criterio que utiliza para nombrar a los embajadores, pero, por otra, no se otorga al Senado la facultad de ratificar dichos nombramientos.
Por otra parte, se planteó que los embajadores políticos se nombran en pago de diferentes situaciones. Al respecto, los diputados señores Burgos y Tarud recordaron que en 1989 había 28 embajadores de carrera y 46 embajadores políticos. Hoy sucede lo contrario: hay 54 funcionarios de carrera y sólo 31 embajadores políticos.
Asimismo, el diputado señor Tarud mencionó que durante el gobierno militar un gran número de altos oficiales de las Fuerzas Armadas representaron a nuestro país en el extranjero. No obstante, dichos cargos no sólo fueron ocupados por oficiales, sino también por civiles, como Sergio Díez , quien fue embajador ante las Naciones Unidas.
Lo anterior demuestra la inconsistencia de quienes hoy acusan al Gobierno y dudan del criterio del Presidente de la República para nombrar embajadores. La diferencia entre embajadores políticos y de carrera que hay en la actualidad constituye una demostración de lo errado de dichas afirmaciones.
En las oportunidades en que me correspondió cumplir, en representación de la Cámara de Diputados, misiones parlamentarias durante el año 2000, tuve la ocasión de observar las excelentes relaciones que tenían con el mundo político de Costa Rica y Nicaragua los embajadores señores Guillermo Yunge y Carlos Dupré , respectivamente. Este aspecto tiene especial importancia en el mundo globalizado en que vivimos, en que se habla de una diplomacia parlamentaria. Del mismo modo, junto a los diputados señores Kuschel y Masferrer , pudimos comprobar las excelentes relaciones que mantenían los embajadores Mario Fernández y José Goñi en Alemania e Italia, respectivamente, que nos permitieron celebrar importantes reuniones con las más altas autoridades y jefes políticos de esas naciones. Ésa es una demostración de la importante labor que hoy cumplen estos funcionarios.
Por último, quiero informar al diputado señor Pablo Galilea que el señor Carlos Parra , primer embajador que tuvo nuestro país en Suecia luego del retorno a la democracia, no era militante del Partido por la Democracia, sino del Partido Radical Social Demócrata.
Por todo lo señalado, en esta sesión ha quedado demostrada, una vez más, la inconsecuencia de algunas acciones de la Oposición.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Rodrigo Álvarez .
El señor ÁLVAREZ .-
Señor Presidente, sin duda, siempre es discutible la conducción de la política de las relaciones exteriores de un país, en cuanto a quiénes deben entregarse las representaciones diplomáticas y cuál es el rol que le cabe a cada uno de los Poderes del Estado en la misma.
La Alianza por Chile tiene una justificada preocupación por numerosas designaciones que han tenido una naturaleza política.
Consideramos necesario que el Presidente de la República profundice sus decisiones en política exterior, a través de personas de su confianza. La inmensa mayoría de los diputados de la Alianza por Chile participa de la idea de que, respecto de los embajadores en países de mayor sensibilidad política, desde el punto de vista de nuestras relaciones internacionales, estratégicas o de defensa, el Presidente de la República debe tener libertad para designar a quienes puedan transmitir adecuadamente su política exterior.
Nuestra preocupación -esperamos una respuesta del Gobierno al respecto- radica en que en muchos casos no se trata de países que sean relevantes desde el punto de vista de nuestras relaciones internacionales o que requieran una presencia efectiva de personas de la confianza del Presidente, sino de países con los cuales tenemos relaciones normales u ordinarias. Por lo tanto, esa labor debería ser entregada a embajadores de carrera que están mejor preparados.
Esperamos una mejor explicación del Ejecutivo sobre esas designaciones de naturaleza política, las cuales se han visto complementadas en el último año y medio de la actual Administración con el activo cambio de embajadores que hemos visto. Asimismo, queremos tener una respuesta del Ejecutivo sobre el costo que representa para el erario la designación de esos embajadores que sólo estarán en sus cargos no más allá de un año y medio.
Es una de las materias respecto de las cuales la Alianza por Chile tiene legítimas dudas y cuestionamientos.
En otro ámbito de materias, en representación de mi distrito, Magallanes y Antártica Chilena, quiero resaltar que a través de la ministra de Relaciones Exteriores hemos pedido que se nos informe sobre el sumario que afecta a una de estas personas designadas más bien con criterio político. Me refiero al caso del encargado de negocios en España, señor Milenko Mihovilovic . A través de un semanario nos enteramos de graves problemas que dieron origen a una serie de sumarios.
Por eso, pedimos una explicación al respecto y sobre la principal gestión de esta persona, que estuvo relacionada con un proyecto portuario importante para España y para Magallanes , donde todavía tenemos dudas sobre la veracidad del mismo. La Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara pidió, por la unanimidad de sus integrantes, que se aclare esa materia.
La Alianza por Chile entiende que, en materia de embajadores, debe haber cargos de la exclusiva confianza del Presidente de la República. Sin embargo, en estos últimos años, ha habido problemas con muchos de ellos, y se debe dar una explicación al país, porque no se consideró el aspecto técnico ni la experiencia, sino que sencillamente han sido designaciones políticas que no nos parecen adecuadas.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por ocho minutos, el diputado señor Edgardo Riveros .
El señor RIVEROS .-
Señor Presidente, concuerdo con el hecho de que una sesión especial de esta naturaleza carece de una motivación que pueda ajustarse a los niveles institucionales de la Cámara de Diputados, toda vez que estamos hablando, nada más y nada menos, que de facultades especiales del Presidente de la República otorgadas por el artículo 32, números 10 y 17, de la Constitución Política. Por lo tanto, en virtud de este parámetro constitucional, bastaría un oficio o un elemento de similar naturaleza para obtener la debida respuesta a lo que aquí se demanda.
Quiero decirle a la canciller, señora Soledad Alvear -ya se lo manifestamos en otra sesión especial- que se encuentra acá exclusivamente porque la conducción de la política exterior del país, bajo el mandato del Presidente Lagos, ha sido brillante, una política exterior que prestigia a nuestro país y que ha situado a nuestra Canciller como una de sus principales figuras políticas.
Lo que está detrás de esta sesión no es un objetivo institucional, sino la intención de causar daño por alguna vía, provocar debilitamiento, generar un cuadro político que no corresponde a la conducción de la Cancillería y de nuestra política exterior, bajo el mandato del Presidente Ricardo Lagos . Por lo demás, ha sido la realidad de la Concertación, desde el gobierno del Presidente Aylwin, pasando por el del Presidente Frei Ruiz-Tagle y ahora por el del Presidente Lagos .
Digamos las cosas como son y no busquemos subterfugios. La situación real es tan débil que podemos constatarla en este momento. Quienes no pedimos esta sesión no tenemos la misma responsabilidad de quienes la solicitaron. Y aquí vemos cuán huérfanas han quedado las bancadas de la Oposición al momento de debatir el tema por el cual fuimos convocados. ¿Por qué? Porque ha quedado de manifiesto que existe falta de argumentos reales.
Aquí, lo que está en discusión no es la naturaleza de los embajadores, sino la misión que cumplen. La política exterior de nuestro país en democracia se basa en principios sólidos, en la defensa de los derechos humanos y en la lucha por su vigencia en el plano internacional. Y nuestro país no es sancionado porque aquí son respetados tales derechos.
Embajador político en Naciones Unidas durante la dictadura, versus embajador político en Naciones Unidas en democracia. Actores políticos vigentes: uno, presidente de un partido de Oposición. No hubiese querido referirme a este tema porque no era necesario, pero esta sesión especial me obliga a hablar de estas cosas. ¿Cómo es posible que expongan al propio presidente de su partido con una sesión de esta naturaleza? Sergio Diez tuvo que ir a Naciones Unidas a decir cosas que no eran verdaderas, precisamente sobre uno de los temas más sensibles: los derechos humanos. Embajador político, nombrado para una misión política, que no dijo cuál era la realidad existente en nuestro país.
Heraldo Muñoz y, antes, Juan Gabriel Valdés , ambos nombrados embajadores políticos en Naciones Unidas para plantear principios, para decir que Chile no estaba de acuerdo con la principal potencia mundial. Con personalidad, con espaldas anchas y con el respeto de la comunidad internacional.
¡Ésa es la verdadera política exterior y no si el embajador tiene tales o cuales características! Lo que importa es la misión a cumplir y, por eso, he confrontado la de dos embajadores políticos. Porque nadie me podría decir que don Sergio Diez no fue un embajador político con una misión política y con trayectoria política, puesto que había sido diputado y luego senador.
¿Dónde está hoy Juan Gabriel Valdés ? Es representante del Secretario General de Naciones Unidas en Haití, en una misión de paz. Ésa es la realidad de nuestra política exterior bajo dos prismas distintos; por un lado, tuvo como protagonistas a políticos de Derecha y, por otro, a políticos con valores y principios democráticos, que han defendido a lo largo de su trayectoria y de su vida.
Éstos son los elementos de fondo; lo demás, francamente, es pirotecnia; es ver las cosas con un criterio coyuntural, sin una perspectiva determinada.
¿Vamos a abordar las reformas constitucionales? Sí, estoy de acuerdo. Es más; soy uno de los patrocinantes de la idea de volver a la Constitución de 1925 y de reponer las facultades del Congreso Nacional, incluso reforzadas, dándole también una tarea a la Cámara de Diputados, a través de la Comisión de Relaciones Exteriores. Pero, esta reforma constitucional debe ir acompañada de otras: mayor representatividad del Senado que, por cierto, es muy importante; resolver problemas que provocan debilitamiento de nuestra política exterior, de lo cual no somos responsables el Gobierno ni nosotros; resolver la situación de muchos niños chilenos que son apátridas, simplemente porque no ha existido la posibilidad de concitar mayoría en el Senado para resolver el problema de nacionalidad de los hijos de chilenos nacidos en el extranjero que, al no avecindarse durante un año en Chile, sus hijos no pueden tener nacionalidad chilena ni la del país en que nacieron, porque allá no existe el jus solis. Y todo esto porque una norma de la Constitución de 1980 se lo impide.
Éstas son las cosas de fondo que se deben discutir. Si queremos debatir en serio una política exterior -reitero- exitosa, que ha permitido al país insertarse en materia económica, comercial, en particular, y política, con plena personería, gracias a la estabilidad de nuestra democracia, al valor de nuestros diplomáticos de carrera y de quienes han tenido una formación especial para ocupar estos cargos, no cometamos el error de mirar nosotros nuestras relaciones exteriores como si fueran de distintos niveles, dependiendo del país en el cual se aplican. Todas las relaciones políticas y diplomáticas tienen potencialidad, cualquiera que sea el país con el cual se desarrollen y cualquiera institución multilateral en la cual estemos insertos; forman parte de un todo, y eso es lo que nos ha permitido avanzar e insertarnos y trabajar con plena personalidad en el plano internacional.
Así como hubo una sesión especial para tratar el tema de Bolivia, en su oportunidad, que bueno hubiera sido tener una sesión especial para que la ministra de Relaciones Exteriores informara sobre el resultado de su participación en la Organización de Estados Americanos, que generó tanta tensión, expectativas y opiniones, pero con un criterio coyuntural, y no con una visión de mediano y largo plazo con el cual deben dirigirse las relaciones exteriores de un país.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por siete minutos, el diputado señor Francisco Bayo .
El señor BAYO .-
Señor Presidente, pocas veces me ha tocado hablar en situaciones más difíciles que ésta, porque el hecho de tener que empezar rechazando categóricamente las aseveraciones de mi querido amigo, diputado Edgardo Riveros , en relación con las motivaciones de esta sesión, por supuesto, no es el inicio que tenía pensado para mi discurso.
Hoy estamos tratando este tema por las situaciones irregulares conocidas, alguna de ellas relacionadas con España. Además, porque hay un proyecto de ley, que ayer fue aprobado por todos nosotros, tendiente precisamente a perfeccionar el quehacer del Ministerio de Relaciones Exteriores. De manera que no es posible confundir esto con la aseveración de que hay intereses electorales, porque no es así.
Por mi formación humanista, tampoco me gusta hacer comparaciones odiosas. No quiero comparar los casos mencionados con eventuales acciones de embajadores, bajo cuya tuición se contrata a parientes en la planta de la embajada o se adjudican autos pertenecientes a ella. Incluso, se ha cuestionado la intromisión de determinado embajador en política interna del país huésped. Sin embargo, reitero que, debido a mi formación, no voy a dar nombres; sólo menciono hechos.
En este minuto, como Alianza, nos interesa mejorar el futuro, reconocer lo del presente y proyectarnos hacia el futuro. Si consideramos lo globalizado que es, Chile enfrenta un gran desafío, y tiene que estar a la altura de éste. Para hacerlo, necesita una diplomacia moderna, profesionalizada, especializada, con vasta preparación humanística y -como decía el ex embajador y actual diputado señor Tarud - con conocimientos, al menos, en dos o tres idiomas. Ésa es la verdad; éste es el mundo de hoy y el del futuro.
Como una forma de enfrentar ese desafío, estamos tramitando una iniciativa que establece normas para mejorar la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores. Dicha iniciativa fue aprobada ayer en la comisión técnica, cuyos integrantes, en forma casi unánime, contribuyeron a mejorarla.
Hasta aquí pareciera que todo va bien encaminado; que se tratara de un quehacer que todos compartimos; que todos quisiéramos ser bien representados. Pero lo que no está bien son las situaciones que motivan la convocatoria a esta sesión, las cuales ya hemos mencionado.
Ser embajador es un muy buen antecedente para ingresar a una sociedad que, en su conjunto, es muy especial, pues no cualquiera ingresa a ella. Pero lo más importante, lo realmente importante, es que ser embajador tiene un plus muy grande, porque, como tal, se tiene la obligación de responder a la visión que, de su país, se tiene en el extranjero; de un país que, como el nuestro, es el que más crece en América Latina, y también si se lo compara con los de otros continentes, y que incluso está por sobre la media de nuestros actuales socios de Europa.
En concordancia con lo que acabo de expresar, es decir, de la importancia que representa el cargo de embajador, resulta indispensable que nuestra imagen en el exterior, como ya lo dijo un honorable diputado que me antecedió en el uso de la palabra, sea representada por el mejor de los mejores. Pero a la hora de valorar la imagen que de esa persona se proyecta hacia el exterior, es obvio, también, hacerlo respecto de la que de ella se debe tener al interior del país.
Ser un funcionario de carrera es un antecedente positivo. Las dudas aparecen ante la designación de embajadores políticos, presentes, hoy -y en esto discrepo de lo dicho por el colega señor Burgos ; tengo las cifras totalmente actualizadas-, en más del 46 por ciento de las embajadas bilaterales y, ¡ojo!, en el 66.7 por ciento de los organismos internacionales.
Creemos que este concepto de imagen pública no ha sido considerado en algunos casos. Las lamentables situaciones e irregularidades que han afectado la imagen de nuestro país están ligadas a la presencia de embajadores políticos.
Comparto lo que se dijo en esta Sala en cuanto a que debieran modificarse los criterios actuales. Pareciera conveniente dar mayor importancia a los diplomáticos de carrera en la designación como embajadores, en los mismos términos en que se hace en la actualidad. Pero, asimismo, pareciera conveniente tener otra actitud ante la eventual designación de personajes públicos o no públicos, sin antecedentes previos que garanticen una adecuada representación del país. Pareciera aconsejable la participación del Senado en dichas nominaciones, como se hacía en el pasado, o bien una alternativa como la planteada por el diputado señor Tarud , que es digna de ser considerada. Probablemente si alguna de dichas opciones fuese tenida en cuenta, y si, en su actuar, el Ejecutivo estuviese en concordancia con ellas, varios de los problemas no se habrían producido o su responsabilidad habría sido compartida. Ese es nuestro interés: ser bien representados en el extranjero.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por cuatro minutos, el diputado señor Enrique Accorsi .
El señor ACCORSI .-
Señor Presidente, desde hace un tiempo se traen a colación temas de la coyuntura política. Me pregunto si realmente es necesario que se haga un debate de Sala sobre esta materia, pues perfectamente se pudo tratar en la Comisión de Relaciones Exteriores, incluso con el Gobierno. A mi juicio, tiene que ver nada más que con el clima que se está viviendo por la proximidad de las elecciones y por la exposición del tema en los medios de comunicación.
¿Cuándo nuestro servicio exterior había sido más exitoso? Se ha firmado una serie de tratados de libre comercio, jamás vista en la historia del país. ¿Cuándo? ¿En qué época? En la actualidad, Chile es reconocido internacionalmente como exitoso. Tenemos los mejores índices económicos e independencia. ¡Qué orgullo cuando en las Naciones Unidas se dijo un no como principio! La Cámara lo apoyó. ¿El Presidente de la República ha transgredido alguna normativa? No ha infringido absolutamente nada y ha actuado dentro del marco del derecho.
Si se quiere hacer cambios en la política exterior y hay ambiente para hacerlos, bien, pero no creo que sea ésta la manera de proceder, pues siento realmente que no apunta a lo que la gente quiere. En definitiva, este debate no tiene sentido.
En consecuencia, hago un llamado a que temas como éste, que son transversales porque interesan a todos, se traten fuera de la coyuntura política.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Ulloa .
El señor ULLOA .-
Señor Presidente, el propósito de esta sesión es manifestar una inquietud que no necesariamente dice relación con una crisis o con algún evento distinto del que efectivamente se ha expuesto. Las relaciones exteriores y la defensa son funciones indelegables del Estado, de carácter absoluto. En consecuencia, deben ser de interés no sólo de quienes gobiernan, sino que también de la Oposición.
Digo esto porque si se revisa el por qué algunos señores diputados solicitaron esta sesión especial -todos sabemos a lo que me refiero-, se compartirá que es perfectamente legítimo pedir al Ejecutivo, sin entrar en descalificaciones, que tenga particular cuidado al respecto, porque la imagen con que Chile se proyecta al mundo es la que llevan los representantes del Estado, quienes deben ser nombrados por el Presidente de la República. Estoy en total acuerdo; esto no está en discusión, sino lo cuidadosa que debe ser la selección de las personas que van a desempeñar una función tan delicada como la de embajador. En esa perspectiva se debe entender esta conversación, esta discusión, este intercambio de opiniones.
No parece del todo razonable que personas que, con o sin razón, han estado demasiado en el ojo del huracán y sometidas a una crítica que, incluso, atraviesa el arco partidario, sean nombradas para cargos como ése. Para un simple observador, tal nombramiento viene a constituir un premio a la amistad, a la perseverancia o a la lealtad. Puede ser y lo entiendo. Pero también debe darse la debida dimensión al resultado de ese nombramiento.
Tengo la sensación de que algunos nombramientos no sólo han sido cuestionados por la Oposición -tal vez la Oposición ha hecho el cuestionamiento en público-, sino también por las propias filas de la coalición de Gobierno. Ha habido críticas soterradas, que si bien no han sido dadas a conocer a la opinión pública, sí son conocidas en el ambiente político.
Por esa razón, me parece completamente atingente y válido que intercambiemos puntos de vista y hagamos notar al Ejecutivo que hay mucha inquietud al respecto.
Estas decisiones tienen que ver con la imagen país. Por lo tanto, sin perjuicio de que los representantes del Estado de Chile deban ser nombrados por el Presidente de la República, le pedimos al Ejecutivo que aplique un criterio de mayor amplitud en relación con esos nombramientos, a fin de que la representación tenga el menor rechazo posible. No tengo dudas de que hay nombramientos que han provocado dificultades en distintos sectores del país, incluso al interior de la propia coalición gobernante.
Por ello -reitero-, no sólo justifico esta sesión, sino que considero que nos sirve. Las relaciones exteriores y la defensa son elementos indispensables del Estado, para cuya administración no deben aplicarse criterios partidistas.
He dicho.
El señor LEAL (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, por cinco minutos y medio, el diputado señor Waldo Mora .
El señor MORA .-
Señor Presidente, ¿cuál ha sido el sentido de esta sesión? Mientras escuchaba a la diputada Rosa González , sentí lástima de verla solitaria en la Sala. Escuché atentamente a Lily Pérez , a quien felicito por la altura de miras con que hizo sus planteamientos, aunque no comparto muchos de ellos. El papel de la Oposición es hacer oposición, no es cogobernar.
Sin embargo, en el análisis de la política exterior, cuya responsabilidad es del Presidente de la República, a veces es necesario hacer comparaciones. Aquí se han dado cifras. La diputada Lily Pérez las dio. También lo hizo el diputado Gonzalo Ibáñez . Comparto que la carrera funcionaria es importante en la administración pública en general, no sólo en la política exterior. Pero creo que eso no deslegitima a los políticos de participar de la política exterior por la experiencia, por el manejo político, por el tipo de relaciones que tienen, que, de alguna manera, les otorgan un grado mayor de capacidad respecto del funcionario de carrera.
Aquí se dieron cifras al respecto.
¿Acaso hoy no hay una gran diferencia con la política del gobierno militar? En ese gobierno estábamos aislados. ¿Y quiénes eran embajadores? Daré algunos nombres: don Sergio Badiola Broberg, don Alfredo Canales, don Washington Carrasco, don Jaime Estrada, don Rolando Garay, don Enrique Morel, don Luis Ramírez Pineda, don Horacio Salas Bensen, don Agustín Toro Dávila, don Sergio Cotroneo Concha, don Roberto Aguilar.
La Derecha, durante todo este período, ha negado al gobierno militar que apoyó sistemáticamente. Hoy, muchos se quieren lavar las manos, cuando lo lógico es asumir las responsabilidades y jugar el rol que debemos en plena democracia.
¿Alguien puede contradecir el éxito de la política exterior de la Concertación? ¿Han visto los éxitos que se han obtenido en materia comercial, diplomática e internacional?
Es cierto -como dijo la diputada Lily Pérez , es posible que haya cuoteos políticos. ¡Pero, por Dios!, sería absurdo negar a los partidos que sustentan al gobierno el derecho a participar en la política exterior, destinando a sus mejores hombres, como en los cargos de ministros de Estado. ¿Alguien podrá cuestionar a don Luis Maira , hoy embajador en Argentina, quien se desempeñó cuatro o cinco años en México con una actuación política brillante? ¿Alguien podrá cuestionar a don Máximo Pacheco Gómez , ex ministro de Estado, y hoy embajador de lujo? Es cierto que algunos se han equivocado. ¡Pero si somos seres humanos! Lo que denunciaba Rodrigo Álvarez recién, “una golondrina no hace verano” ¿O acaso se olvidan del cónsul, funcionario de carrera, nombrado en el gobierno militar, que vendía visas a ciudadanos chinos que venían a Chile? ¿Van a culpar al gobierno militar por haber contratado a un funcionario que no tenía la idoneidad para desempeñar ese cargo? ¡Por favor! ¡De qué estamos hablando!
Creo que la razón es otra. Hablemos con la verdad.
Corresponde hacer críticas. Me parece legítimo hacer oposición. La política es bonita cuando se enfrentan las ideas. Pero estamos en plena campaña electoral y resulta que quien encabeza la política exterior del Presidente de la República es una mujer joven, brillante, la primera que asume un ministerio durante el gobierno del Presidente Aylwin; después, en el gobierno del Presidente Frei, lleva a cabo una transformación judicial histórica en el país, y hoy maneja nuestra política exterior. Además
-digámoslo con sinceridad-, en sus distintos cargos ha demostrado su versatilidad y capacidad para conducir o dirigir. ¿No será que se está tratando de dañar la imagen de una mujer que tiene una real opción presidencial? Porque, a lo mejor, a la Derecha le conviene dañarla, a través de la crítica y la oposición, para que la Concertación presente un candidato mucho más propicio para ellos que el que realmente debe llevar.
Creo que esta sesión tiene una finalidad distinta a la manifestada.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
En el tiempo de la Unión Demócrata Independiente, tiene la palabra el diputado Iván Moreira .
El señor MOREIRA .-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero decirle al diputado Mora , a través de su señoría, que ésta no es una buena ocasión para proclamar la candidatura a la Presidencia de la República de la ministra de Relaciones Exteriores, porque la veo muy sola; no está la Concertación a su lado. Creo que su candidata merece un marco de público un poco más adecuado. Además, el diputado Mora está usando una ventaja política, porque en la bancada de enfrente hay otro candidato a la presidencia, cual es el ministro Insulza . Entonces, no es justo que, no habiendo nadie del Partido Socialista presente en la Sala en este momento, el diputado Mora use este tiempo para otras cosas.
(Hablan varios señores diputados a la vez).
¡Qué bueno que los socialistas apoyen al Gobierno!
El señor MONTES.-
Diputado Moreira , lo estoy oyendo desde las tribunas.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Recuerdo a los asistentes en tribunas que no pueden intervenir en el debate.
El señor MOREIRA .-
Señor Presidente, el diputado Montes no estaba en la Sala, pero ahora se encuentra en las tribunas acompañado por un importante grupo de gente de La Florida.
¿Cuál fue el objeto de esta sesión? Entiendo que para analizar exclusivamente los criterios utilizados por el Gobierno en el nombramiento de los embajadores de Chile en el extranjero. Por lo tanto, no mezclemos peras con manzanas, porque son dos cuestiones distintas. Aquí no hemos venido a analizar la política exterior, porque, si así fuera, esta sesión especial no se habría realizado en forma simultánea con las reuniones de comisiones, porque, lamentablemente, habemos muy pocos diputados en la Sala. Me hubiera gustado que, para tratar este tema, el Presidente de la Cámara hubiese adoptado un acuerdo en el sentido de que no sesionaran las comisiones.
Nadie ha discutido sobre los aciertos o no del Gobierno en relación con el tratado de libre comercio con Estados Unidos, que votamos a favor. Tengan la seguridad de que en el futuro gobierno de la Alianza por Chile sabremos valorar, en su verdadera dimensión, estos aportes al país; pero ellos no explican las razones por las cuales hoy hemos concurrido y que dicen relación, exclusivamente, con los criterios de la Concertación para designar a los embajadores.
A lo largo de catorce años, hemos visto implementar una política sobre la materia. Y en esto hago un paréntesis. Los diputados Riveros y Mora han hecho mención al gobierno militar. Pero, ¡hasta cuándo! ¡Ya pasó el gobierno militar! Durante estos años, la Concertación ha tenido y tiene la oportunidad de corregir, de mejorar, el sistema de nombramiento de los embajadores.
Sin ánimo de criticar a la canciller y en el entendido que muchas personas han ocupado ese cargo durante los gobiernos de la Concertación yo pregunto ¿cuál es hoy la sensación térmica en el mundo político y en la opinión pública? Que, cuando se trata de la Cancillería, los distintos partidos políticos de la Concertación se pelean el botín. ¿Cuántos son los cargos por repartir? Ciertamente, parece una bolsa de trabajo. Aquí no ha habido un intento por mejorar y profesionalizar los nombramientos de los embajadores. Entonces, evidentemente, son cargos políticos. ¿Qué ha sucedido en estos catorce años? Absolutamente nada. Ni siquiera ha habido un intento por nombrar a los mejores, porque, si se tratara de ellos, obviamente no podría hacer una crítica. ¡Los mejores sí; pero no los peores!
Hemos tratado de entender las situaciones ocurridas en el servicio exterior en el último tiempo. Por lo tanto insisto, no mezclemos las cosas, no confundamos a la gente. En esta sesión especial, solicitada por diputados de Renovación Nacional, acompañados por los de la UDI, no nos hemos reunido para analizar políticas de Estado, sino, exclusivamente, porque queremos transparencia, criterios y mayor pluralismo en la designación de los embajadores. La única crítica que uno puede hacer a esta reunión es que estamos en los últimos meses de los gobiernos de la Concertación y no sé si tendrá capacidad para poder reformular sus políticas y criterios en los referidos nombramientos. Pero, cuando estemos en el gobierno no vamos a hacer persecución alguna ni ver de qué color político son los embajadores para cambiar a quienes llevan años en el servicio exterior. Sí estamos seguros de que en el gobierno de Lavín vamos a colocar a los mejores embajadores; pero no de un color político determinado, sino a profesionales, a gente capaz. Es la única fórmula para mejorar no sólo nuestro prestigio internacional, sino también nuestro servicio exterior.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
En el tiempo del partido Socialista, tiene la palabra el diputado Pedro Muñoz .
El señor MUÑOZ (don Pedro) .-
Señor Presidente, ésta es una sesión inaudita, por decir lo menos, ya que no se reconocen los méritos de una política exterior que ha sido brillantemente dirigida por la ministra Soledad Alvear .
Pero lo más insólito es que los diputados que solicitaron esta sesión especial pertenecen al partido político presidido por don Sergio Díez , ex embajador ante las Naciones Unidas, durante la dictadura, quien desconoció en esa época las violaciones a los derechos humanos que se cometían en el país. Es una prueba más de que en dictadura no se nombraban precisamente a funcionarios de carrera. Podría señalar, por ejemplo, que, en 1984, sólo el 45 por ciento de los nombrados en cargos diplomáticos eran funcionarios de carrera. En el año 2004, esa cifra alcanza al 63,5 por ciento. Eso demuestra una tremenda diferencia en nuestras relaciones exteriores y en nuestro respeto a la carrera funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, se ha querido festinar y cuestionar todo el accionar de la Cancillería y, en particular, de la ministra Soledad Alvear.
Es claro que la Derecha, hace tiempo, abandonó un principio sano de nuestra vida republicana: que la política exterior es un asunto de Estado, que depende del Presidente de la República y está al margen de la contingencia política. Este abandono es tan latente que el señor Lavín , durante la crisis del gas y las relaciones con Bolivia, se involucró en un asunto que es de exclusiva competencia del Presidente de la República.
Asimismo, los parlamentarios de Oposición han generado debates públicos, mediáticos, cuya única finalidad es cuestionar a quien en estos momentos aparece con la mejor opción para ser la candidata de la Concertación en las elecciones presidenciales próximas.
Esta forma de proceder no le hace bien al país, a la política exterior chilena ni a lo que han planteado algunos diputados, cual es el hecho de valorar todos los acuerdos internacionales que nuestro gobierno ha suscrito en los últimos años, cuya principal artífice ha sido la ministra de Relaciones Exteriores.
También la Derecha parece olvidar que, en la década de los 90, en este Congreso Nacional se tuvo que aprobar una ley para poder reincorporar a todos aquellos funcionarios diplomáticos o embajadores exonerados después del 11 de septiembre de 1973.
Por eso le pido consecuencia a la Derecha. No cuestionemos los nombramientos que son de exclusiva facultad y competencia del Presidente de la República. Cuando éste defiende la carrera diplomática, defiende también la carrera funcionaria y, en la actualidad, el porcentaje de embajadores que no son funcionarios de carrera es mínimo.
Por último, durante la dictadura, sistemáticamente, no se respetó la carrera funcionaria. Ese hecho, precisamente, se registra en los cuadros estadísticos entregados por el Ministerio del Interior, que sólo tiene información desde 1984 a la fecha. Si tuviéramos la información de lo sucedido entre 1979 y 1984, seguramente nos encontraríamos con la sorpresa de que varios de los embajadores que en esos tiempos representaban a nuestro país en el extranjero no eran funcionarios con carrera diplomática.
Pido mesura y altura en el debate a todos lo diputados presentes; asimismo, que en lugar de estar cuestionando los nombramientos que en conformidad a la ley hace el Presidente de la República de quienes lo van a representar en el extranjero, valoremos todo lo que han hecho los gobiernos de la Concertación por la inserción de nuestro país en el mundo y para que Chile alcance el prestigio que hoy tiene en la comunidad internacional, no como antes, cuando, lamentablemente, sólo éramos conocidos por las violaciones a los derechos humanos y no por nuestros logros en educación, salud y obras públicas, como ocurre hoy.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Eugenio Tuma .
El señor TUMA .-
Señor Presidente, en el transcurso de los últimos dos años la actividad publica ha vivido lo que, probablemente, han sido sus horas más difíciles desde el restablecimiento de las instituciones democráticas. Los motivos de aquello son muchos, pero, quizás, el más importante sea aquella disposición a generar aprovechamientos menores y egoístas a partir de sucesos o hechos graves, algunos reales y otros ficticios.
La clase política, en especial los miembros del Congreso han visto cómo principios esenciales para la convivencia respetuosa entre las personas han sido pisoteados con la finalidad de alcanzar exposición publica y obtener beneficios o adhesiones políticas que, probablemente, no se conseguirían por vías ajustadas a la ética pública y a la ley.
Si digo la anterior es porque, sincerando el debate, asumo y entiendo que el objetivo perseguido por los diputados que solicitaron la presente sesión, que en su mayoría han estado ausentes, es criticar soterradamente la designación de embajadores hecha por el Presidente de la República en uso de sus facultades constitucionales y legales.
Es curioso, por decir lo menos, que quienes durante casi un año han hecho una profesión de la defensa del principio de la presunción de inocencia, pidiendo serenidad y calma ante las cámaras de televisión para que no se aventuraran juicios sobre gente decente, hoy actúen de esta manera, borrando con el codo lo que, según entiendo, han escrito con tanto dolor los últimos nueve meses.
Esta sesión sólo ha servido para distraer el tiempo precioso de los diputados, que deberían estar trabajando en sus respectivas comisiones.
La crítica que se hace al nombramiento de algunos embajadores, quienes han tenido un comportamiento público y privado intachable y que cuentan con currículos que incluyen estudios en las mejores universidades y en prestigiadas casas de estudios, tanto nacionales como extranjeras, sólo se explica como un ataque político al Presidente de la República, al Gobierno y a la ministra de Relaciones Exteriores por haber nombrado a este grupo selecto de profesionales talentosos, que ha sido pilar fundamental en la obra realizada durante los catorce años de gobierno decente y exitoso de la Concertación.
Fueron otros los tiempos en los que el servicio exterior era servido por cualquiera persona, pues el gobernante de ese entonces nombraba a quien quería para que representara a Chile en el exterior. Seguramente no le debe haber importado mucho, pues se encontraba más preocupado de asegurar sus relaciones económicas personales en el extranjero que los intereses de la República.
En 1990, al asumir la Concertación, sólo el 38 por ciento del personal diplomático era de carrera; hoy lo es el 62 por ciento, y se ha preparado en la Academia Diplomática.
Aún se recuerdan los años en que esa Academia era reemplazada por la Escuela Militar. Era más importante ser hijo del general o del coronel tal o cual en lugar de tener la formación profesional necesaria para enfrentar los desafíos de relaciones económicas internacionales complejas y en permanente proceso de cambio.
Pero aquí hay una inconsecuencia que no tiene límite. Los mentores intelectuales y los soportes políticos de la Carta Fundamental de 1980, que terminó con la larga tradición constitucional de contar con ratificaciones parlamentarias para las designaciones de embajadores, hoy critican al Presidente de la República por hacer uso legítimo de sus atribuciones.
En política hay que ser consecuente con lo que se es, con lo que se ha sido; con lo que se dice y con lo que se hace.
Terminamos tranquilos esta sesión, porque tenemos la certeza de que hoy, a diferencia de lo que ocurría hace quince años, nuestro cuerpo diplomático es profesional, de alto nivel técnico, ya que en él pesan más los currículos académicos que otros antecedentes obtenidos en tribunales, para que quienes nos representan lo hagan con dignidad en el concierto de las naciones.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
Tiene la palabra la señora canciller Soledad Alvear .
La señora ALVEAR, doña Soledad (ministra de Relaciones Exteriores).-
Señor Presidente, he aceptado la invitación para concurrir a esta honorable Cámara de Diputados, dispuesta a entregar la información que sea requerida por el Congreso. Así lo he hecho en todos estos años en los que he tenido la responsabilidad de ser ministra de Estado.
Sin perjuicio de lo anterior, creo importante examinar el marco jurídico institucional que aquí se ha mencionado y que rige el nombramiento de funcionarios públicos. Me refiero al artículo 24 de la Constitución Política del Estado, que señala lo siguiente: “El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la República, quien es el Jefe del Estado. Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo con la Constitución y las leyes”.
Adicionalmente, el artículo 32, número 10, señala: “Son atribuciones especiales del Presidente de la República:
“10º.- Designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y a los representantes ante organismos internacionales. Tanto estos funcionarios como los señalados en el Nº 9º precedente -se refiere a los ministros de Estado, a los subsecretarios, a los intendentes y a los gobernadores-, serán de la confianza exclusiva del Presidente de la República y se mantendrán en sus puestos mientras cuenten con ella;”.
Cito estos artículos para recordar que, de acuerdo con nuestra Constitución, la cual todos debemos respetar, las facultades contenidas en esas normas tienen algunas características especiales: son propias y específicas del Presidente de la República en su condición de Jefe de Estado, y no están sujetas a la intervención de otros órganos del Estado.
Se trata de características contempladas en la Constitución de 1980. De manera tal que la facultad de designar embajadores es una atribución exclusiva del Presidente de la República que, por disposición constitucional, no puede estar sometida a control de mérito por parte de ningún otro órgano del Estado. Así lo contempla nuestra Constitución.
En consecuencia, juzgar o pretender juzgar en una sesión formal de esta Cámara la oportunidad o prudencia con que el Presidente ejerce su función, importaría abandonar las normas constitucionales respecto de las cuales tengo la obligación de respetar de acuerdo con el juramento que hice cuando asumí como ministra de Estado.
Por supuesto que el Ejecutivo mantiene el más amplio espíritu de colaboración en todo aquello que signifique modificar las normas constitucionales. De hecho, en el Senado está pendiente la reforma constitucional a un conjunto de instituciones.
Al respecto, debo informar que en el Senado de la República se dio la discusión tendiente a estudiar una modificación a la Constitución de 1980, con el objeto de reponer aquella norma de la Carta Fundamental de 1925, que disponía que los nombramientos de embajadores debían ser ratificados por el Senado. Les recuerdo que en la de 1980 se eliminó aquella facultad.
Fueron algunos senadores de la Concertación los que presentaron dicha propuesta, la que finalmente se rechazó. En su oportunidad, se vertieron una serie de argumentos, ya que es una materia opinable.
El primer fundamento reflejó la posición de los partidarios de mantener el sistema vigente. Por esa postura estuvieron los senadores Sergio Fernández , Hernán Larraín , Andrés Chadwick , Marcos Aburto , Jorge Martínez Busch y José Antonio Viera Gallo . Avalan su posición en que es el Presidente de la República, como conductor de las relaciones internacionales, quien debe disponer de todos los medios para el cumplimiento de dicha misión.
Asimismo, estimaron que no era conveniente hacer responsable al Senado de las designaciones puesto que, efectuado el nombramiento, no existe posibilidad alguna de cautelar que el funcionario desempeñe en forma debida sus tareas.
Agregaron que se oponían porque, en el pasado, el mecanismo se prestó para pasar cuentas políticas ya que, bajo el imperio de la Constitución de 1925, era frecuente que la facultad que le competía al Senado en estos nombramientos se utilizara para contradecir la voluntad del Presidente de la República.
Señalaron que el Primer Mandatario debe contar con la facultad de efectuar estos nombramientos ante situaciones que, por su naturaleza, requieran la adopción de decisiones con celeridad y que el análisis de esta materia debe ser preponderantemente técnico.
Por último, argumentaron que en un régimen presidencialista como el nuestro, es coherente que los agentes internacionales sean de confianza del Jefe del Estado y compartan su visión y su criterio.
Quienes estuvieron en la posición contraria, es decir, de acuerdo con que interviniera el Senado en el proceso de nombramiento de los embajadores -postura que se perdió- estuvieron, entre otros, los senadores Rafael Moreno , Enrique Silva Cimma , Gabriel Valdés y Sergio Romero .
Ellos argumentaron que la participación del Senado se justificaba por cuanto era menester contar con un servicio exterior altamente profesionalizado.
El segundo argumento fue que el Senado, al ejercer las atribuciones que actualmente tiene en cuanto a la designación de los distintos cargos públicos, actúa de manera imparcial midiendo, antes que todo, la idoneidad del candidato.
Por último, agregaron que el sistema de conombramiento favorecería el grado de consenso y de equilibrio que debería existir entre los Poderes del Estado.
Doy a conocer esta información por cuanto ya se produjo el debate, que fue bastante extenso y que culminó con el rechazo de la propuesta por la Sala del Senado.
Señor Presidente, espero que pronto termine la tramitación de las reformas constitucionales en el Senado, para que cuando se envíen a la Cámara de Diputados sea el momento propicio para volver a tener esta discusión.
Reitero: este debate ya se dio en el Senado y la iniciativa fue rechazada mayoritariamente por senadores de la Oposición, sin perjuicio de que participaron de los mismos criterios senadores de la Concertación.
Con esto quiero decir que es un tema muy discutible, que hay argumentos en una y otra dirección. Cuando ingrese a las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Constitución, Legislación y Justicia será el momento adecuado para debatirlo.
En todo caso, el promedio de embajadores de carrera durante nuestra gestión es el más alto de los últimos veinte años, ya que asciende al 63,5 por ciento, a diferencia de lo que ocurría en 1989, en que sólo alcanzaba al 38,9 por ciento, es decir, el porcentaje se ha invertido. Algunos dicen que habrá que avanzar en otra dirección; habrá que verlo.
Sin embargo, según la actual Constitución, dictada en 1980, no hay posibilidad alguna de que otro Poder del Estado intervenga en una facultad privativa del Presidente de la República. De manera que para cambiar esta situación, deberán discutirse y votarse en su momento las reformas constitucionales, para ver el criterio que adoptará la Cámara de Diputados sobre el particular.
De darse esa discusión, con el mayor gusto participaremos en ella y entregaremos los antecedentes respectivos.
He dicho.
El señor LORENZINI (Presidente).-
El señor Secretario va a dar lectura al primer proyecto de acuerdo, según el orden de ingreso.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Proyecto de acuerdo Nº 491, suscrito por los señores Montes, Salas, Tuma , Jarpa , Riveros , Ascencio , Ortiz , Lorenzini ; Caraball , doña Eliana ; Mora , Villouta , Soto , doña Laura ; Meza , Quintana , Burgos , Leal y Robles.
“Considerando:
Que la Constitución Política de la República, en el número 17º del artículo 32, señala que es atribución especial de S.E. el Presidente de la República ‘conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos internacionales, y llevar a cabo las negociaciones; concluir, firmar y ratificar los tratados que estime convenientes para los intereses del país, los que deberán ser sometidos a la aprobación del Congreso, conforme a lo prescrito en el artículo 50, Nº 1’.
Que, asimismo, el número 10º del mismo artículo consagra como una de aquellas materias que son de atribución especial de S.E. el Presidente de la República ‘designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y a los representantes ante organismos internacionales’, precisando, además, que dichos funcionarios son de su confianza exclusiva y que se mantienen en sus puestos mientras cuentan con ella.
La Cámara de Diputados acuerda:
1.Respaldar la forma en que S.E. el Presidente de la República ha conducido las relaciones exteriores del país, las que han posibilitado la suscripción de importantes acuerdos internacionales -de carácter comercial, cultural y político-, con enormes beneficios para Chile y sus habitantes.
2.Apoyar la política exterior llevada a cabo por el Gobierno del Presidente de la República y ejecutada a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, que le ha permitido a Chile una efectiva y prestigiosa inserción en el mundo globalizado, superando el aislamiento internacional al que lo había conducido la dictadura.
3.Manifestar, en el contexto anterior, su pleno reconocimiento a S.E. el Presidente de la República por la forma en que ha ejercido su facultad especial respecto del nombramiento de los embajadores, ministros diplomáticos y representantes ante organismos internacionales.”
El señor LORENZINI (Presidente).-
En votación el proyecto de acuerdo.
El señor LORENZINI (Presidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
-Se abstuvo el diputado señor
El señor LORENZINI (Presidente).-
El señor Secretario va a dar lectura al segundo proyecto de acuerdo.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Proyecto de acuerdo Nº 492, de los señores Galilea, don Pablo ; Urrutia, don Ignacio ; Bayo, don Francisco ; Ibáñez, don Gonzalo ; Monckeberg, don Nicolás ; de las señoras González , doña Rosa y Pérez , doña Lily , y el señor Álvarez, don Rodrigo .
“Considerando:
Que a S.E. el Presidente de la República le corresponde, en virtud de lo establecido en el artículo 32, Nº 10, de la Constitución Política de la República, designar a los embajadores y ministros diplomáticos, así como también a los representantes ante los organismos internacionales.
Que los nombramientos se realizan mediante decretos que no son fundados y que no requieren de publicación ni difusión.
Que el Gobierno, en sus iniciativas de modernización del Servicio Exterior, no contempla definiciones respecto a la forma de efectuar los nombramientos ni tampoco acerca de los criterios básicos para llevarlos a cabo.
Que, no obstante recaer en S.E. el Presidente de la República la responsabilidad de conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y los organismos internacionales, sus decisiones pueden y deben ser evaluadas por la ciudadanía y ser dadas a conocer públicamente.
Que, en los últimos años, se ha tornado evidente que dichos nombramientos no se materializan según una pauta que recoja las verdaderas necesidades del Servicio Exterior, sino que son parte de un mecanismo de reparto entre los distintos partidos políticos que componen la coalición de gobierno.
Que, en el marco de las reformas constitucionales, el Senado de la República estudia establecer mayor control y publicidad de esos nombramientos y que, mientras ello no ocurra, no existiría manera alguna de verificar la competencia e idoneidad de las personas nominadas.
La Cámara de Diputados acuerda:
Solicitar a S.E. el Presidente de la República que tenga a bien impulsar las modificaciones legales para establecer que el nombramiento de los embajadores se realice mediante la dictación de un decreto fundado y publicado en el Diario Oficial.”
El señor LORENZINI (Presidente).-
En votación el proyecto de acuerdo.
El señor LORENZINI (Presidente).-
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
El señor LORENZINI (Presidente).-
Cito a reunión de Comité.
Por haber cumplido con el objeto, se levanta la sesión.
-Se levantó la sesión a las 18.06 horas.
JORGE VERDUGO NARANJO ,
Jefe de la Redacción de Sesiones.
ANEXOS DE SESIÓN
Moción del diputado señor Errázuriz.
Declara feriado el 19 de noviembre de 2004 para la región metropolitana. (boletín
N° 3658-06)
“Considerando:
1) Que el 19 de noviembre tendrá lugar en Santiago la reunión de la APEC, lo que hace necesario que se produzca un tráfico fluido de vehículos, considerando la presencia de los mandatarios extranjeros que nos visitarán;
2) Que el problema de congestión vehicular sólo se producirá en la Región Metropolitana y únicamente ese día, vengo en proponer el siguiente
PROYECTO DE LEY
“ARTÍCULO ÚNICO: Declárase feriado el día 19 de noviembre de 2004 para la Región Metropolitana.”.
Moción del diputado señor Errázuriz.
Elimina la separación judicial como un nuevo estado civil. (boletín N° 3659-18)
“Considerando:
1) Que la separación judicial es una regulación de la ruptura matrimonial que no pone fin al matrimonio;
2) Que decretada la separación judicial por los tribunales, termina la sociedad conyugal y formaliza la vida separada de los cónyuges, pero no disuelve el matrimonio y mantiene los deberes de solidaridad entre los separados, sin descartar la posibilidad de una reconciliación;
3) Que, no cabe duda, la separación judicial es una institución diferente del divorcio, pero no constituye un nuevo estado civil que deba añadirse a los de soltero, casado, viudo y divorciado, pues los cónyuges separados judicialmente continúan manteniendo el estado civil de casados;
4) Que la separación judicial debe considerarse, como lo señala el profesor Hernán Corral Talciani, como “una modalidad de la vida marital y no un nuevo estado civil”, como lo confirma el texto reformado del Art.130 del Código Orgánico de Tribunales, que distingue entre cuestiones de estado civil y procesos de separación;
5) Que la finalidad del legislador de conferir a la separación un régimen independiente del divorcio queda de manifiesto desde el momento que la sentencia que da lugar a dicha separación no puede convertirse en divorcio y la fecha en que se pide la separación no constituye fecha cierta para computar los plazos exigidos para divorciarse, vengo en presentar el siguiente
PROYECTO DE LEY:
“Artículo Primero: Elimínase la expresión “separado judicialmente” en el inciso primero del artículo 305 del Código Civil, agregada por el número 22) del artículo tercero de la ley N° 19.947 sobre Matrimonio Civil, de 2004.
Artículo Segundo: Sustitúyese el artículo 6° transitorio de la ley N° 19.947, de 2004 por el siguiente:
“Artículo 6°.- Las personas que con anterioridad a la vigencia de la presente ley se hayan divorciado, temporal o perpetuamente, por sentencia ejecutoriada, se regirán por lo dispuesto en ella para los separados judicialmente respecto del ejercicio de derechos y demás efectos anexos que tengan lugar después de su entrada en vigencia.”.
Moción de los diputados señores Rossi, Bustos, Burgos, Leal y Montes.
Proyecto de ley que autoriza la propaganda electoral desde el momento de la inscripción de las candidaturas y amplía el plazo de las excepciones que indica. (boletín N° 3664-06).
1. Fundamentos e ideas matrices de la iniciativa. Necesidad de ampliación del plazo para efectuar propaganda electoral durante la campaña.
La legislación vigente es producto de una larga evolución que recoge el continuo avance hacia la libertad e independencia del sufragio. Para que las decisiones del cuerpo electoral correspondan de manera efectiva a una expresión de la voluntad de sus integrantes, al decir de Silva Bascuñan, resulta indispensable “que estos actúen ilustrados previamente a través de las informaciones que la colectividad haya estado en condiciones de proporcionarles acerca del sentido y alcance de las alternativas que se juegan en la consulta y de la idoneidad que revisten las personas de los candidatos, para ejercer con preparación y dignidad, las tareas que habrán de enfrentar en el ejercicio de las atribuciones del órgano de origen popular” [1].
De conformidad a lo establecido en el artículo 18 de la llamada Constitución Política de 1980, el sistema electoral público, se encuentra regulado por una ley orgánica que determina su organización y funcionamiento así como la forma en que se realizarán las elecciones y plebiscitos, garantizando la plena igualdad entre los independientes y los miembros de los partidos políticos en la presentación de sus candidaturas como en los referidos procesos.
Frente al debate surgido en relación con el significado de “propaganda electoral”, “campaña electoral” y los “límites al gasto”, así como aquellas limitaciones y prohibiciones en relación al periodo de tiempo en que se permite desarrollar las propagandas, creemos necesario realizar los siguientes planteamientos, a objeto de sentar las reglas generales en la materia:
1. Una cuestión esencial de las elecciones en el sistema democrático, es el derecho de los electores a conocer las distintas propuestas de los diferentes candidatos; más específicamente posibilitar, -especialmente a los candidatos que se presentan por vez primera-, dar a conocer y difundir sus ideas, convicciones y programa entre sus electores. De lo contrario se produce una discriminación en favor de las autoridades en ejercicio, lo cual no fomenta la participación ciudadana y la igualdad de oportunidades a que la Constitución Política hace referencia;
2. Desde otro punto de vista, no es posible seguir engañando a la población utilizando subterfugios para justificar lo injustificable. Un cartel o un rayado con el nombre del candidato en la calle es propaganda electoral, efectuada en un período en que legalmente está prohibido.
Es por esto que proponemos modificar la actual ley 18.700 adecuando sus preceptos sistemáticamente a la nueva ley Nº 19.884 sobre límites al gasto y financiamiento electoral. En esta última (art. 3°) se establece que las campañas electorales comienzan en el momento en que vence el plazo para la declaración de las candidaturas. En relación a esto, es necesario ajustar sus preceptos a la ley orgánica en el sentido de autorizar la propaganda desde el momento en que se inicia la campaña conforme a la citada norma. Por otra parte, en lo referente a la propaganda electoral por medio de la prensa, radio emisoras y canales de televisión, creemos que esta no puede exceder de cuarenta días. Esto último, con el objetivo de limitar el gasto y democratizar el sistema electoral, como por lo demás lo establece nuestro sistema electoral.
El elemento a considerar es que tal como se ha sostenido “el propósito de efectuar presentaciones de candidaturas da mayor seriedad al proceso electoral, a fin de permitir un plazo prudente de propaganda para candidatos y partidos, y de reflexión y análisis para el elector”. [2]
De esta forma se favorece la transparencia, el voto informado y una mayor equidad en el acceso de los candidatos y sus propuestas programáticas a los electores.
Finalmente cabe tener presente, que es un desperdicio de recursos humanos y materiales, el destinar a funcionarios de Carabineros de Chile a la fiscalización y requisar material de propaganda, conforme a lo que establece la ley en su lógica de prohibiciones, toda vez que se desvían dichos recursos de las tareas esenciales, que emanan de sus obligaciones legales y Constitucionales.
Es por eso, que sobre la base de tales consideraciones venimos en proponer el siguiente proyecto de ley:
1° Agregase el siguiente inciso segundo nuevo, al artículo 30 de la ley 18.700:
“Para los efectos del artículo anterior, se entenderá que el periodo de propaganda electoral es aquél comprendido entre el día que venza el plazo para declarar candidaturas hasta el tercer día anterior al de la elección o plebiscito”.
2° Sustitúyase, los incisos cuarto y quinto actuales del artículo 30 de la ley Nº 18.700 por los siguientes:
“La propaganda electoral por medio de la prensa, radioemisoras y canales de televisión podrá efectuarse desde el cuadragésimo hasta el tercer día anterior al de la elección o plebiscito, ambos días inclusive.
Con todo, tratándose del caso previsto en el inciso segundo del artículo 26 de la Constitución Política, la propaganda electoral podrá efectuarse desde el trigésimo y hasta el tercer día anterior al de la votación, ambos días inclusive”.