Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
- IV. CUENTA
- DEBATE
- V.
ORDEN DEL DÍA
- MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A OBTENCIÓN DE LICENCIAS DE CONDUCIR
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Antonio Horvath Kiss
- INTERVENCIÓN : Rafael Adolfo Moreno Rojas
- INTERVENCIÓN : Sergio Romero Pizarro
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Julio Lagos Cosgrove
- INTERVENCIÓN : Jovino Novoa Vasquez
- INTERVENCIÓN : Andres Zaldivar Larrain
- DEBATE
-
REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Roberto Munoz Barra
- INTERVENCIÓN : Ignacio Perez Walker
- INTERVENCIÓN : Francisco Prat Alemparte
- INTERVENCIÓN : Jovino Novoa Vasquez
- INTERVENCIÓN : Jose Ruiz De Giorgio
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Julio Lagos Cosgrove
- INTERVENCIÓN : Carmen Frei Ruiz Tagle
- INTERVENCIÓN : Rafael Adolfo Moreno Rojas
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Miguel Adolfo Zaldivar Larrain
- INTERVENCIÓN : Antonio Horvath Kiss
- INTERVENCIÓN : Jorge Exequiel Lavandero Illanes
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Cesar Augusto Parra Munoz
- INTERVENCIÓN : Jorge Pizarro Soto
- INTERVENCIÓN : Ramon Vega Hidalgo
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Marcos Aurelio Aburto Ochoa
- INTERVENCIÓN : Carlos Bombal Otaegui
- INTERVENCIÓN : Julio Canessa Robert
- INTERVENCIÓN : Carlos Cantero Ojeda
- INTERVENCIÓN : Marco Antonio Cariola Barroilhet
- INTERVENCIÓN : Andres Pio Bernardino Chadwick Pinera
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Andres Zaldivar Larrain
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Hernan Larrain Fernandez
- INTERVENCIÓN : Roberto Munoz Barra
- INTERVENCIÓN : Jovino Novoa Vasquez
- INTERVENCIÓN : Jorge Pizarro Soto
- INTERVENCIÓN : Beltran Urenda Zegers
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Carlos Cantero Ojeda
- INTERVENCIÓN : Marco Antonio Cariola Barroilhet
- DEBATE
- MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A OBTENCIÓN DE LICENCIAS DE CONDUCIR
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 343ª, EXTRAORDINARIA
Sesión 14ª, en miércoles 29 de noviembre de 2000
Ordinaria
(De 16:19 a 19:33)
PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES ANDRÉS ZALDÍVAR, PRESIDENTE,
Y MARIO RÍOS, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
Pág.
I. ASISTENCIA.........................................................................................................
II. APERTURA DE LA SESIÓN...............................................................................
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS..........................................................................¿.
IV. CUENTA...............................................................................................................
V. ORDEN DEL DÍA:
Proyecto de ley, en segundo trámite, que modifica la ley Nº 18.290, de Tránsito, en lo relativo a obtención de licencias de conducir (2504-15) (se aprueba en particular).......................................................................................
Proyecto de ley, en segundo trámite, que otorga un reajuste de remuneraciones a trabajadores del sector público, concede aguinaldos que señala, reajusta asignaciones familiar y maternal y el subsidio familiar, y concede otros beneficios que indica (2631-05) (se aprueba en general y particular).........................................................................................................
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Aburto Ochoa, Marcos
--Bombal Otaegui, Carlos
--Canessa Robert, Julio
--Cantero Ojeda, Carlos
--Cariola Barroilhet, Marco
--Cordero Rusque, Fernando
--Chadwick Piñera, Andrés
--Díez Urzúa, Sergio
--Fernández Fernández, Sergio
--Frei Ruiz-Tagle, Carmen
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Hamilton Depassier, Juan
--Horvath Kiss, Antonio
--Lagos Cosgrove, Julio
--Larraín Fernández, Hernán
--Lavandero Illanes, Jorge
--Martínez Busch, Jorge
--Matta Aragay, Manuel Antonio
--Moreno Rojas, Rafael
--Muñoz Barra, Roberto
--Novoa Vásquez, Jovino
--Páez Verdugo, Sergio
--Parra Muñoz, Augusto
--Pérez Walker, Ignacio
--Pizarro Soto, Jorge
--Prat Alemparte, Francisco
--Ríos Santander, Mario
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz De Giorgio, José
--Sabag Castillo, Hosaín
--Silva Cimma, Enrique
--Stange Oelckers, Rodolfo
--Urenda Zegers, Beltrán
--Vega Hidalgo, Ramón
--Viera-Gallo Quesney, José Antonio
--Zaldívar Larraín, Adolfo
--Zaldívar Larraín, Andrés
--Zurita Camps, Enrique
Concurrieron, además, los señores Ministros de Hacienda ; Secretario General de la Presidencia ; Secretario General de Gobierno; del Trabajo y Previsión Social y de Obras Públicas y Transportes y Telecomunicaciones, y señor Asesor Legislativo de la Subsecretaría de Transportes .
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras, y de Prosecretario, el señor Sergio Sepúlveda Gumucio.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 16:19, en presencia de 17 señores Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 10ª, ordinaria, y 11ª, extraordinaria, en 14 y 15 de noviembre del año en curso, respectivamente, que no han sido observadas.
IV. CUENTA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretaría.
El señor SEPÚLVEDA ( Prosecretario ).-
Las siguientes son las comunicaciones recibidas:
Oficios
Dos de la Cámara de Diputados:
Con el primero comunica que ha dado su aprobación al proyecto de ley que otorga un reajuste de remuneraciones a los trabajadores del sector público, concede aguinaldos que señala, reajusta las asignaciones familiar y maternal, el subsidio familiar y concede otros beneficios que indica, con urgencia calificada de "discusión inmediata". (Boletín Nº 2.631-05)
--Queda para tabla. (Por acuerdo de Comités este proyecto será informado verbalmente por la Comisión de Hacienda).
Con el segundo informa que aprobó las enmiendas propuestas por el Senado al proyecto que modifica la ley Nº 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades; el decreto ley Nº 3.063, de 1979, sobre Rentas Municipales, y la ley Nº 17.235, sobre Impuesto Territorial (Boletín Nº 2.339-06).
--Se toma conocimiento, y se manda archivar.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la Cuenta.
Correspondería iniciar el tratamiento del Orden del Día, en el que figura un proyecto que reviste gran interés para un sector importante de los ciudadanos.
En este momento, sin embargo, no contamos con el quórum de votación de ley orgánica constitucional, por lo que deberemos suspender la sesión por unos momentos, mientras se completa el número de señores Senadores que nos permitirá abordar el debate y luego la votación.
Se suspende la sesión por diez minutos.
)------------(
--Se suspendió a las 16:21.
--Se reanudó a las 16:24.
)------------------(
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Continúa la sesión.
V. ORDEN DEL DÍA
MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A OBTENCIÓN DE LICENCIAS DE CONDUCIR
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Corresponde continuar la discusión particular del proyecto, en segundo trámite constitucional y con urgencia califica de "simple", que modifica la ley Nº 18.290, de Tránsito, en lo relativo a la obtención de licencias de conducir. Esta iniciativa cuenta con informe de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones.
2504-15
Modificación de Ley de Tránsito en cuanto a obtención de licencias de conducir
--Los antecedentes sobre el proyecto (2504-15) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 6ª, en 21 de junio de 2000.
Informe de Comisión:
Transportes, sesión 19ª, en 29 de agosto de 2000.
Transportes (segundo), sesión 10ª, en 14 de noviembre de 2000.
Discusión:
Sesiones 21ª, en 5 de septiembre de 2000 (se aprueba en general); 13ª, en 28 de noviembre de 2000 (queda pendiente la votación particular).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En la sesión de ayer, de acuerdo con lo dispuesto en el inciso sexto del artículo 133 del Reglamento, fueron aprobadas las modificaciones propuestas unánimemente por la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones. En consecuencia, ahora deberán votarse los incisos segundo y tercero del artículo 19 propuesto, que está contenido en el Nº 5 del artículo 4º del texto. Estas normas tienen rango de ley orgánica constitucional.
Asimismo, deberemos emitir pronunciamiento sobre una indicación, formulada por diversos señores Senadores, en orden a suprimir el guarismo "2" en el inciso primero del artículo 19.
En primer lugar se someterán a votación los preceptos que requieren de quórum especial para ser aprobados.
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
Se trata de los incisos segundo y tercero del artículo 19 propuesto en el Nº 5 del artículo 4º del proyecto.
Según la Comisión, estas disposiciones tienen carácter de ley orgánica constitucional, y por consiguiente deben votarse conforme al quórum establecido, que en este caso es de 24 votos aprobatorios.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se aprobarán los preceptos en cuestión.
--Se aprueban los incisos segundo y tercero del artículo 19, dejándose constancia, para los efectos del quórum constitucional requerido, de que emitieron pronunciamiento favorable 25 señores Senadores.
El señor HORVATH.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Puede usar de ella Su Señoría.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , sería oportuno que se nos informara por el señor Presidente de la Comisión , o por el señor Subsecretario de Transportes , sobre la situación en que quedó el proyecto, o la indicación en paralelo con relación al requisito de enseñanza básica completa, y la alternativa de exigir un examen de octavo año básico aprobado para fines laborales. No sabemos en este momento si en ese punto corre por cuerda separada la versión de la Cámara de Diputados; o si se entiende incorporado al proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lagos , Presidente de la Comisión.
El señor LAGOS.-
Fue incorporado al proyecto, señor Presidente.
)--------------(
--Se autoriza el ingreso a la Sala del Asesor Legislativo de la Subsecretaría de Transportes, señor Patricio Bell Avello.
)--------------(
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Corresponde emitir pronunciamiento acerca de la indicación para modificar el inciso primero del artículo 19.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
La mencionada indicación tiene por objeto suprimir el guarismo "2" que figura en dicha norma. Dice el inciso primero:
"Todo conductor que posea licencia profesional deberá acreditar, cada cuatro años, que cumple los requisitos exigidos en los números 1, 2 y 4 del inciso primero del artículo 13.".
Su parte final quedaría redactada en los siguientes términos: "que cumple los requisitos exigidos en los números 1 y 4 del inciso primero del artículo 13.".
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión.
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Señor Presidente, hemos pedido separar la votación del artículo 19 sobre la base de una indicación presentada por once Senadores. Ello, porque actualmente es evidente que las personas que ya cuentan con una licencia de conducir antigua (ninguno de ellos tiene menos de cinco años de experiencia), al renovarla hoy no tienen que someterse al examen práctico. Y aquí se han introducido nuevamente los exámenes teórico y práctico.
Está claro que los que poseen licencia Clase B, cuando van a renovarla no tienen que rendir ni el examen teórico ni el práctico. Ello no quiere decir que se obvie el examen psicotécnico. Digo esto porque ayer algunos señores Senadores me plantearon su inquietud legítima en orden a que ello podría implicar no aplicar los controles de vista, de oído y de reacción.
Mediante la indicación en análisis estamos solicitando que a la gente antigua, a quienes se colocaría frente a un computador o algo similar, se les releve de someterse a tales procedimientos -que se encuentra normado para la inmensa mayoría de las personas que conducen vehículos- lo cual les daría tranquilidad. De lo contrario, en caso de no aprobar el examen teórico se les suspenderá la licencia y deberán volver en 30 días. Por lo tanto, quedarán cesantes a lo menos durante un mes.
El hecho de que once Senadores hayamos planteado esa indicación es una señal de que realmente nos interesa defender la fuente de trabajo de los conductores y facilitarles ganarse la vida.
En consecuencia, pido al Senado apoyar la eliminación del número 2, que se refiere a los requisitos mencionados.
El señor ROMERO.-
Pido la palabra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
La tiene, Su Señoría.
El señor ROMERO.-
Señor Presidente , al igual que el señor Senador que me antecedió, pienso que no debemos hacer más gravoso el trámite de renovación de licencia a quienes ejercen en Chile una profesión tan activa, dinámica y particularmente de gran responsabilidad. Dada la experiencia que tales trabajadores han adquirido durante muchos años, resulta absurdo hacerles una exigencia que sólo se justifica la primera vez, cuando se incorporan a la actividad.
Es menester hacer la distinción y ésta claramente debe obedecer a criterios de respeto hacia la trayectoria y responsabilidad de esos conductores. Todo trabajo es digno y el que ejercen las personas aludidas en la norma en cuestión merece ser respetado.
Solicito también acoger la indicación que hemos formulado varios Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente, en atención a que se mantiene el conjunto de exámenes teóricos y prácticos para quienes postulan a una licencia por primera vez, y a que los conductores que ya cuentan con ella tienen oficio y experiencia, me sumo a la propuesta planteada por diversos señores Senadores y sugiero aprobarla por unanimidad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.
El señor LAGOS.-
Señor Presidente, en la Comisión concordamos con el Ejecutivo en esta materia. Además, luego de analizar largamente el tema con los dirigentes de las organizaciones de choferes, concluimos que el hecho de haber sido aprobados una vez por el Departamento de Tránsito demuestra que realmente conocen toda la reglamentación.
Me parece que los conocimientos de una persona con cuatro, cinco o más años de ejercicio de esa profesión superan con creces lo que le puede enseñar una escuela de conductores.
Por eso, en mi calidad de Presidente de la Comisión técnica, pido a los señores Senadores aprobar la indicación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA.-
Señor Presidente, nuestra posición es favorable a la indicación, que ojalá se apruebe por unanimidad.
Al respecto, debo señalar que tenemos profundas dudas acerca del cúmulo de exigencias que se hacen, pues encarecen el trabajo de los conductores y no solucionan los problemas. Consideramos que se está yendo a una reglamentación excesiva y que toda esa burocracia podría reemplazarse por exámenes más rigurosos tomados en las municipalidades.
Reitero nuestra disposición a facilitar la obtención de las licencias de conducir, sobre todo a personas que solicitan renovarlas y que ya han demostrado tener los conocimientos del caso.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Así me parece.
Adicionalmente, cabe agregar que a los demás profesionales no se nos exige renovar o revalidar el título y dar exámenes teóricos cada 4 años. Por ello, estimo absolutamente lógica la indicación -que también suscribí- e invito a la Sala a aprobarla por unanimidad.
--Por unanimidad, se aprueba la indicación para suprimir el guarismo "2" en el inciso primero del texto sustitutivo del artículo 19, como asimismo los incisos cuarto y quinto propuestos en el Nº 5 del artículo 4º del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Queda despachada la iniciativa en este trámite.
REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que otorga un reajuste de remuneraciones a los trabajadores del sector público, concede los aguinaldos que señala, reajusta las asignaciones familiar y maternal y el subsidio familiar y concede otros beneficios que indica, con informe verbal de la Comisión de Hacienda.
2631-05
Reajuste para sector público
--Los antecedentes sobre el proyecto (2631-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 14ª, en 29 de noviembre de 2000.
Informe de Comisión:
Hacienda (verbal), sesión 14ª, en 29 de noviembre de 2000.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el señor Secretario .
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
El señor Presidente de la República hizo presente la urgencia de "discusión inmediata" para esta iniciativa.
Como los señores Senadores recordarán, ayer la Sala autorizó a la Comisión de Hacienda para presentar verbalmente su informe.
Dicho órgano técnico aprobó el proyecto en los mismos términos en que lo despachó la Cámara de Diputados. Votaron inicialmente por la afirmativa los Senadores señores Gazmuri y Sabag y se abstuvieron los Senadores señores Lavandero, Novoa y Prat. Repetida la votación dio el mismo resultado, por lo cual la normativa se aprobó conforme a lo dispuesto en el artículo 178 del Reglamento.
De acuerdo con el artículo 127 del mismo cuerpo reglamentario, el proyecto debe ser discutido en general y particular a la vez.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión general y particular.
Antes de conceder la palabra al señor Senador informante , advierto a las personas que nos acompañan en las tribunas que, en virtud de las normas reglamentarias del Senado y del Parlamento en general, no pueden realizar ningún tipo de manifestaciones a favor ni en contra. Frente a cualquier acción en tales sentidos el Presidente , o quien ejerza el cargo, se verá en la obligación de disponer el desalojo de quienes la promuevan.
Esperamos contar con la colaboración del público asistente para escuchar la discusión con el debido respeto.
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor DÍEZ.-
¿Me concede una interrupción, Honorable colega? Deseo plantear una petición reglamentaria atinente a una Comisión.
El señor GAZMURI.-
Con mucho gusto, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra el Honorable señor Díez.
)----------(
El señor DÍEZ.-
Señor Presidente , en mi calidad de Presidente de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, solicito que se la autorice para sesionar paralelamente con la Sala el martes 5 de diciembre, a partir de las 11:45, con el objeto de estudiar las modificaciones al Código Orgánico de Tribunales, que son indispensables para la entrada en vigencia del nuevo sistema procesal penal en las Regiones Cuarta y Novena.
Se trata del proyecto sobre normas adecuatorias del sistema legal chileno al Código Procesal Penal y a Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público.
Hago la petición porque no tenemos otra oportunidad para despacharlo a tiempo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Recuerdo a Su Señoría que en la sesión extraordinaria del 5 de diciembre se necesita de un quórum muy alto para resolver los asuntos de tabla.
El señor DÍEZ.-
Por eso citamos para las 11:45.
El señor HAMILTON.-
Señor Presidente , en el momento oportuno se podría llamar a votar a los miembros de la Comisión.
El señor DÍEZ.-
En efecto. No tendríamos inconveniente en suspender la sesión de la Comisión para acudir a la Sala a votar.
--Se autoriza a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento para funcionar simultáneamente con la Sala el martes 5 de diciembre, a partir de las 11:45.
El señor DÍEZ.-
Muchas gracias.
)----------(
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Recupera la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente, de acuerdo a lo resuelto ayer por los Comités, paso a informar brevemente el proyecto de manera oral.
Para los efectos del seguimiento del articulado, la Secretaría de la Comisión de Hacienda preparó la minuta que los señores Senadores tienen en sus bancas y que es bastante explícita y pedagógica.
La iniciativa en debate consta de 32 artículos y su objeto fundamental es reajustar las remuneraciones, asignaciones, beneficios y demás retribuciones de los funcionarios del sector público, de la Administración civil del Estado, Contraloría General de la República , instituciones fiscalizadoras, Congreso Nacional, Municipalidades, Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones y profesionales regidos por la ley Nº 15.076, los que suman un total de aproximadamente 500 mil trabajadores en todo el país.
Junto con el reajuste de las remuneraciones se establecen diversos aguinaldos y bonos que detallaré más adelante. También se conceden distintos beneficios no sólo a los servidores de la Administración sino fundamentalmente al sector pasivo, más el reajuste de las asignaciones familiares y de algunas otras.
El artículo 1º del proyecto otorga un reajuste general de 4,3 por ciento a las remuneraciones de todos los trabajadores antes señalados.
En materia de aguinaldos, uno de los principales se establece en el artículo 3º. Me refiero al de Navidad para el presente año a todos los trabajadores de planta o a contrata, separado en dos tramos: el primero, de 24 mil 122 pesos para todas las rentas líquidas inferiores a 258 mil 717 pesos; y el segundo, de 12 mil 798 pesos para todos aquellos trabajadores cuya remuneración líquida supere tal cantidad.
En el artículo 4° se hace extensivo el aguinaldo anterior a todos los trabajadores de las universidades que reciben aporte fiscal.
El artículo 9º determina el monto del aguinaldo de Fiestas Patrias del año 2001, que será de 31 mil 649 pesos para todos los trabajadores con ingreso líquido inferior a 271 mil pesos, y de 22 mil 046 pesos a aquellos cuya remuneración líquida sea superior a la cantidad antes señalada.
También se incorpora un bono de escolaridad (artículo 14) para todos los hijos entre 5 y 24 años de edad, que sean cargas familiares, de 31 mil 184 pesos, pagaderos en dos cuotas iguales, en marzo y en julio del año 2001.
Y se otorga una bonificación adicional de escolaridad (artículo 15) de 13 mil pesos a los trabajadores con ingresos líquidos inferiores a 258 mil 717 pesos.
Por último, se concede un bono especial no imponible (artículo 29) de 24 mil pesos a todos los trabajadores que tengan derecho a percibir el aguinaldo de Navidad y cuyo ingreso líquido sea inferior a 258 mil 717 pesos.
A mi juicio, ése es el conjunto de beneficios fundamentales que establece el proyecto para todos los trabajadores del sector público.
Se reajusta, además, el aguinaldo de Navidad de este año para el sector pasivo, que queda en 9 mil 952 pesos para cada pensionado, más 5 mil 618 pesos por cada carga acreditada ante el INP (Instituto de Normalización Previsional). También se le entrega un aguinaldo de Fiestas Patrias de 8 mil 677 pesos, con un adicional por carga de 4 mil 466 pesos.
Asimismo, en el proyecto se reajustan las asignaciones familiar y maternal, y el subsidio familiar.
El artículo 32 -norma que no venía en el proyecto original y que fue aprobada ayer por la Cámara de Diputados- establece que, si la inflación del año 2001 supera el 3 por ciento (previsión inflacionaria considerada en la Ley de Presupuestos de la Nación), habría un diferencial de reajuste de 0,3 por ciento a todos los trabajadores cubiertos por esta iniciativa.
Desde el punto de vista del análisis financiero -los señores Senadores disponen de las cifras respectivas tanto en el proyecto como en la minuta preparada por la Comisión de Hacienda-, básicamente el costo total de esta iniciativa es de 374 mil 673 millones de pesos, de los cuales 28 mil millones de pesos corresponden al costo fiscal del reajuste y aguinaldos del año 2000; 161 mil millones de pesos, al reajuste, aguinaldo y bonos del año 2001; y 185 mil 229 millones de pesos, a la asignación familiar y los aguinaldos y bonificaciones extraordinarias para el sector pasivo.
Señor Presidente , debo hacer presente que el debate en la Comisión se centró básicamente en la tasa de reajuste de 4,3 por ciento que se propone. Los señores Senadores podrán argumentar en el sentido de si estiman más razonable un mejoramiento por lo menos equivalente a la inflación esperada para este año, que sería del orden de 4,6 por ciento. Planteado el asunto al Gobierno, el Ministro de Hacienda -por razones que seguramente explicará en la Sala- indicó que no se modificaría en este trámite legislativo el porcentaje de reajuste acordado ayer en la Cámara de Diputados. Siendo así, como Presidente de la Comisión , sometí el proyecto a votación general y particular con los resultados que el señor Secretario ya informó.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Ofrezco la palabra.
Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.
El señor EYZAGUIRRE (Ministro de Hacienda).-
Señor Presidente, me corresponde por segundo día consecutivo hacer uso de la palabra e intentar dar a conocer las consideraciones del Gobierno para fundamentar el proyecto que hoy se discute.
Deseo -al igual que ayer- insistir en que el despacho de esta iniciativa ha sido extremadamente difícil, ha tensionado de modo excesivo al Parlamento, al propio Gobierno, a los trabajadores y a nuestra relación con estos últimos. Sin embargo, estamos convencidos de encontrarnos frente a una decisión que hoy puede parecer nimia, pero que reviste para el futuro implicaciones de profundísimo alcance en cuanto a la marcha de nuestra economía y, por lo mismo, a la capacidad de incrementar los ingresos de los trabajadores en forma sustentable y permanente.
Desde un tiempo a esta parte, en las conversaciones con las dos organizaciones gremiales del sector público se ha hecho presente la creciente necesidad de transitar hacia una visión de mayor alcance respecto de las negociaciones por servicios, habida cuenta de que la realidad de las distintas reparticiones públicas es profundamente diferente. Es así, por ejemplo, como se han planteado materias referidas a la carrera funcionaria y a la transparencia en los concursos. Y hemos logrado un avance relativo respecto del compromiso a mediano y largo plazo con los profesores y la ANEF.
Un conjunto de temas muy importantes no han podido ser resueltos de modo satisfactorio en esa instancia de discusión, como el de la discriminación de la mujer, dado que la proporción de mujeres que trabajan en los distintos servicios es muy diferente y, por tanto, es bastante difícil tratar el problema a nivel general.
Hemos sostenido conversaciones sobre materias de mucha relevancia, como la situación de los trabajadores del sector público que laboran en zonas apartadas. Después de algunas mejoras en los primeros años de los Gobiernos de la Concertación en cuanto a asignaciones de zonas, el asunto ha quedado rezagado y urge replantearnos la forma de ajustar a futuro, aunque de modo escalonado, dichos beneficios.
Muchos serían los planteamientos -y me extendería demasiado en el uso de la palabra-, señor Presidente , que justificarían y harían enteramente transparente para el conjunto de los trabajadores el por qué cada día más estamos utilizando esquemas con servicios que propendan tanto a una mejor remuneración para los funcionarios cuanto a una asignación más eficiente de los recursos públicos.
En ese sentido, es preciso que las señoras Senadoras y los señores Senadores comprendan cabalmente que ésta no es sino una de las múltiples negociaciones que el Gobierno realiza durante el año con los empleados del sector fiscal. La mera existencia o permanencia de esa Mesa se debe casi exclusivamente a que algunos servicios todavía carecen de una organización que les permita negociar por sí mismos. Por lo tanto, en la medida en que sólo se negociara sectorialmente o por servicio, quedarían en condición desmedrada.
Eso no debe nublar nuestra vista frente a un tema fundamental. A lo que hoy estemos negociando y legislando se sucederán -tal como ocurrió, hace un mes, en el caso de los profesores- negociaciones específicas con la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, con los trabajadores de la salud, en el marco de la reforma de ese sector, y con otras tantas organizaciones.
Con todo, y debido a que la Mesa del sector público permanece respecto de esas dos entidades, hemos debido enfrentar una nueva negociación y plantear en ella los criterios que en opinión del Gobierno deben ilustrarla.
Señores Senadores, el esquema que exitosamente ha sido ensayado durante los últimos 10 años, de una negociación basada en los criterios de inflación futura, productividad y equidad, nos ha jugado, por primera vez, una mala pasada. El criterio que en forma lúcida fijara el Presidente Aylwin en su primer año de gobierno -cuando enfrentó, producto de la guerra entre Irak y Kuwait, un enorme "shock" inflacionario provocado por el alza en el precio del petróleo-, que lo llevó, con muy buen juicio, a establecer que los reajustes de remuneraciones deben procurar compensar la inflación que sucederá al reajuste y no la que lo antecede, no fue obstáculo para que, no obstante que la inflación fuera decayendo en forma sistemática durante el decenio, los incrementos por productividad y equidad significaran -a partir de un punto extremadamente bajo y muy insatisfactorio, debemos reconocerlo- que los salarios del sector público crecieran, en 10 años, 72 por ciento real, duplicando el aumento logrado por los trabajadores del sector privado.
En esta oportunidad, digo, las circunstancias nos juegan una mala pasada, por cuanto la economía chilena ha debido soportar una enorme crisis petrolera que ha ocasionado 2 puntos completos de inflación en el marco de una economía golpeada por la recesión generada por la crisis asiática.
Así las cosas, si en el pasado fue siempre posible que los factores de productividad y equidad más que compensaran el descenso de la inflación y permitieran que el reajuste ofrecido fuera superior, en todos los casos, con la única excepción de 1997, a la inflación acumulada al momento de negociar, durante este año, dado que los ajustes por productividad sólo pueden ser muy pequeños debido a la situación de desempleo que vive la economía, y pese a que el Gobierno se ha allanado a entregar un 1,3 por ciento de productividad -monto muy superior al que están obteniendo hoy día los salarios del sector privado-, la regla normal no ha hecho posible llegar hasta el 4,6 por ciento.
Señores Senadores, el plantear arbitrariamente, en el aire, sin ningún basamento real en cuanto a los criterios que han informado los reajustes durante 10 años, un porcentaje de al menos 4,6 por ciento, significaría establecer, para el futuro de nuestra economía, que los salarios deben ser enteramente compensados por la inflación pasada, independientemente de cuál sea la causa de dicha inflación.
Somos una economía que opera con dignidad y con trabajo en una esquina del mundo. Somos una economía pequeña, que depende fundamentalmente del esfuerzo de su gente y del destino de sus productos para poder seguir creciendo. Hay una enorme cantidad de productos que no generamos y que probablemente nunca generaremos. Somos dependientes respecto de un conjunto de materiales, en particular del petróleo.
Señores Senadores, como Ministro de Hacienda , y plenamente consciente de la impopularidad de mis palabras, no puedo sino ser responsable con la patria que me permite estar en esta posición. El avenirme a compensar plenamente el "shock" inflacionario significaría introducir un verdadero cáncer en la economía, la cual, enfrentada a una situación adversa que no puede controlar -por ejemplo, una crisis internacional o un alza en el precio del petróleo-, debería iniciar un proceso de ajuste para compensar íntegramente a todos quienes viven de un salario en contra de dicho "shock" externo.
Muchos países lo han intentado, y los resultados se repiten en todas partes. Esos países, señores Senadores, se encuentran hoy con agudas recesiones, con salarios congelados por más de tres o cuatro años, en presencia de inflaciones galopantes, con tasas de desempleo que superan largamente a las que exhibe la economía chilena.
No tenemos las condiciones estructurales para poder garantizar a nuestra gente que, cada vez que el país se haga más pobre porque sube el precio de algún bien que importamos, iniciaremos un proceso compensando plenamente a todos los salarios de la economía por ese "shock". Esto haría que, indefectiblemente, termináramos con masivos despidos, tanto en empresas privadas como en el sector público, y con múltiples ajustes, que tan dolorosos han sido en otros países al igual que en nuestro pasado.
Muchos se preguntan, y con justicia, si el Gobierno ofrece un 4,3 por ciento, porcentaje separado del 4,6 en sólo 0,3 por ciento, que significa 10 mil millones de pesos -cifra que, no obstante ser alta, no es inabordable desde el punto de vista de las finanzas públicas-, por qué el Ministro insiste en que no puede ofrecer un 4,6 por ciento.
Éste no es un tema de millones más o de millones menos. Aquí el tema de fondo es ser responsables respecto de nosotros mismos, y entender que no tenemos las condiciones estructurales para librar a la mitad de la economía, representada por los trabajadores, de cualquier contingencia que nos venga desde el exterior. ¡Eso no lo podemos hacer! ¡No es un acto de deseo! Es una realidad impuesta por nuestra estructura económica.
Con todo, señor Presidente , y sensible frente a las enormes carencias de los trabajadores, hemos planteado un incremento significativo de los aguinaldos y del bono de solidaridad para todos aquellos que viven con un salario bruto inferior a los 320 mil pesos, lo que les significa lograr un incremento de 5,2 por ciento. Pero no podemos hacer lo mismo para las rentas altas del sector público. Y el sector privado, que conoce muy bien que esta negociación es un piso para la negociación privada, tampoco puede garantizar automáticamente siempre y en todo momento que podrá librar a los trabajadores de las crisis económicas.
Por eso, desde lo más profundo del corazón, pido vuestra confianza para la aprobación de un proyecto que espero que por única vez consulte un reajuste inferior a la inflación acumulada.
Con todo, señores Parlamentarios y compatriotas, en medio de una de las más grandes crisis conocidas en los dos últimos años, el paìs ha tenido la fuerza y la entereza moral para entregar a los trabajadores del sector público un reajuste que, en el caso de los menores ingresos, ha excedido en más de tres puntos porcentuales a la inflación acumulada en estos dos años. Cifra que contrasta marcadamente con el verdadero terror que se ha sembrado en los trabajadores del sector público de nuestros países vecinos.
Les pido un acto de comprensión y de apoyo, y espero por el bien de todos que el próximo año, como lo comprometí con la mesa del sector público, con la CUT y la ANEF, podamos celebrar un nuevo reajuste que compense al menos en dos puntos porcentuales por arriba de la inflación los justos merecimientos del sector público.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, desde 1990 el país ha recuperado una tradición social afín a todos los sistemas democráticos. En éstos, la expresión de los grupos de trabajadores en sus justificadas demandas y también los intereses de los sectores que generan trabajo se hacen presentes con la más absoluta libertad.
Hoy este Senado, como ayer la Cámara de Diputados, está recogiendo los planteamientos y las esperanzas del sector público, agrupación social de nuestro país que aglutina una cifra superior a las 200 mil personas. Estamos hablando de un millón de chilenos cuyo sustento deriva de esa fuente laboral.
Pienso que esta tarde vale la pena destacar -porque no siempre se hace- el papel importantísimo que la función pública y sus servidores aportan y entregan al desarrollo del país. Son personas que, reconozcámoslo, por la delicadeza de sus funciones requieren de un nivel de vida especial. Ellas viven y deben afrontar, incluso más que otras, los compromisos y obligaciones que sus propios trabajos les exigen en una sociedad de mercado donde todo está en vitrina, donde todo se vende y todo se compra.
El Estado -calificado de "protector" por algunos analistas del sistema neoliberal- cada día va entregando nuevas responsabilidades a la iniciativa privada -en buena hora en cuanto tiene de positivo- delegando más y más actividades económicas. Por ejemplo, la educación está en el mercado, aun aquella conocida como educación estatal; la salud, la administración de la previsión, la venta en el mercado del agua potable, y la electricidad, sólo por nombrar algunos servicios que los trabajadores y, por supuesto, los del sector público, deben costear, solventar y enfrentar.
El actual sistema -no quiero ser dogmático al respecto- posee indudablemente aspectos positivos, pero ha demostrado una falencia no menor, relacionada con el preocupante tema que hoy día analizamos. Ella no es otra que la de no haber podido distribuir la riqueza en forma equitativa. Los cordones de miseria en el Chile de hoy no sólo están estancados en porcentaje muy importante, sino que esta miseria se hace mucho más dolorosa y angustiante por la calidad de vida de un sector menor de la sociedad nacional.
Podemos advertir ¡que duda cabe! que quienes viven de un contrato de trabajo como los funcionarios públicos, salvo los que se desempeñan en áreas ejecutivas, enfrentan día tras día grandes dificultades en su sostenimiento. Este análisis no sólo es real hoy en este Gobierno, sino que siempre lo ha sido. Debo recordar esta tarde que las luchas sindicales, relacionadas con coyunturas como éstas, y los antagonismos entre sectores de trabajadores y diversos gobiernos han sido permanentes y más o menos traumáticos, y siempre se han producido a lo largo de los años. De manera que a nadie puede extrañar que durante esta Administración también lo hagan los sectores con quienes estamos tratando. Estoy diciendo que los trabajadores, ya sean del sector público o el privado, nunca han obtenido una conquista por el simple reconocimiento de una de las partes.
En esta nueva economía y en el nuevo lenguaje utilizado, a veces uno tiene la sensación de que es un objetivo válido disminuir la categoría y la importancia del servicio público y sus funcionarios. Estos 200 mil trabajadores tienen en promedio rentas inferiores a 300 mil pesos. Un par de hijos inteligentes con cercanías de edad, significan en la vida real para este trabajador más que una bendición, una dificultad un tanto ingrata. Dos hijos estudiando en una universidad, incluso estatal, terminan absorbiendo en la sociedad de hoy casi el 70 por ciento del sueldo de un servidor público, que siempre ha tenido en vista para sus hijos mejores horizontes y perspectivas.
Hoy, estos funcionarios públicos solicitan un reconocimiento salarial con toda justicia. Ellos, en comparación con la ética de sus homólogos de otros países del continente latinoamericano, son ejemplos de probidad y de corrección.
Existe un porcentaje económico menor, pero porcentaje al fin, que no concita acuerdo con el Gobierno, una diferencia que incide en forma importante en el financiamiento y en la utilización por las partes. Lamentablemente, en este caso no se siguió la metodología de otros gremios, que han solucionado sin traumatismos sus procesos de reconocimiento, al pactar en procesos graduales. Así lo hizo, por ejemplo, el numeroso gremio de los profesores, un sector al que se le está haciendo justicia en forma paulatina.
En estos diez años, casi en forma mayoritaria, ha habido acuerdo entre trabajadores y Gobierno. Este reajuste, desafortunadamente, se ha apartado de esta sana realidad. El alza sostenida del precio del petróleo -como señaló el señor Ministro - y aristas que aún quedan de la crisis asiática, como nos lo han manifestado los representantes de los órganos técnicos del Gobierno, han conspirado en contra de los recursos públicos destinados para estos efectos.
El país sabe -aquí hay un elemento que también debilita la posibilidad del otorgamiento de un beneficio mayor- de la existencia de cerca de 500 mil cesantes, herida abierta que no logramos curar, pese a los esfuerzos y a los equilibrios macroeconómicos que el Gobierno ha desarrollado durante este tiempo.
El Gobierno ha asumido con recursos públicos esta situación que golpea a miles de hogares. Aquí ha faltado -lo señalo sin pretender incurrir en confrontaciones pequeñas- mayor decisión del sector empresarial, que aún mantiene actitudes de observancia, pese a que el Gobierno ha dado en forma concreta muestras absolutas de condiciones auspiciosas para la inversión. Si los privados se sumaran con mayor audacia, como los empresarios de otras naciones, sin duda que habríamos podido enfrentar las demandas de estos trabajadores en el caso puntual de hoy. No cabe duda -y creo que todos estamos de acuerdo- de que para alcanzar una sociedad verdaderamente moderna se requiere de un reconocimiento salarial competitivo. Tan real es este análisis que debemos aceptar hechos reales de la causa: durante los tres Gobiernos de la Concertación ha habido aumentos de remuneraciones y, con un sentido de justicia, se han creado beneficios parciales; pero, aún así, también debe reconocerse sin temor que los trabajadores en general continúan con rentas bajas. En el caso de los municipales, son miles los funcionarios que ganan un promedio de rentas inferiores a los 165 mil pesos.
Por las características del actual gobernante, el Presidente Ricardo Lagos, considero que está sinceramente en la disposición del Mandatario el nivelar la renta justa de estos funcionarios en un tiempo prudencial, a fin de respaldar en lo económico las delicadas funciones de los servidores públicos. Pero me preocupa que en materia de remuneraciones el crecimiento del salario de estos funcionarios, dc ninguna manera, ha ido de la mano con el crecimiento del Producto Interno Bruto del país.
La voluntad que unos y otros planteemos aquí respecto de la aprobación o rechazo de este proyecto salarial tiene que aceptar con honestidad y transparencia que hay que comenzar a generar estructuras tributarias más justas, en donde los que más ganan también tributen lo que les corresponde. La preocupación del Gobierno respecto a la evasión tributaria debe concitar -¡qué duda cabe!- el apoyo de todas las bancadas. La evasión tributaria por parte de la Gran Minería, que en reiteradas oportunidades se ha denunciado en el Congreso, es un ejemplo concreto y real de que aquélla es sustantiva.
La discusión de esta tarde marca la diferencia entre 4,3 por ciento y 4,6 por ciento. La diferencia es de 9 mil millones. Mantengo la esperanza -aun en esta misma reunión- de que durante el debate el Gobierno, a través de sus representantes aquí presentes, pudiera hacer un esfuerzo final.
Para analizar el problema que genera esa diferencia, es bueno señalar que, si el reajuste no llega al 4,6 por ciento, un trabajador que gana 200 mil pesos mensuales dejaría de percibir una suma cercana a los 600 pesos mensuales.
Es una señal positiva el compromiso del Gobierno de dejar abierta la puerta de par en par para un reajuste automático, en el caso de que la inflación sea superior a la calculada. Es una lástima -y lo digo yo que siempre he estado en estas bancadas- que estemos discutiendo este reajuste en una tan mala coyuntura económica del país. Y eso lo saben los señores Senadores de Oposición. Al calor de ello, incluso quiero recordar que no hace mucho tiempo, sólo unos meses atrás, parlamentarios de ese sector plantearon que para bajar la cesantía debía disminuirse el monto del salario mínimo.
¿A qué se enfrenta el Gobierno actual? A una deuda histórica respecto de la cual es necesario reconocer que en estos diez años no hemos podido saldar; pero es una deuda en la que otros también tienen responsabilidades.
Tienen razón los trabajadores de la ANEF cuando argumentan que el desempleo a que me he referido y la reactivación económica no debieran recaer sobre los hombros de los funcionarios públicos, porque también hay que colocarlos en los de los sectores productivos importantes del país, ya que han obtenido en justicia ganancias importantísimas con el modelo económico imperante.
Chile crecerá a un ritmo de 5,2 por ciento, al cual incuestionablemente colaboran los funcionarios públicos. Ellos han logrado en los últimos diez años mejorar los servicios en línea con nuevas tecnologías de atención, con un gran profesionalismo y responsabilidad. Que no quede, entonces, la sensación de que el Gobierno, los empresarios y la sociedad en general desconocen el aporte de esos trabajadores.
En algunos aspectos de la iniciativa -por ejemplo, lo referente al bienestar-, los funcionarios de la ANEF tienen razón cuando demandan que los beneficios se hagan extensivos a toda la Administración del Estado y no sólo a algunos sectores.
También me quiero referir a un punto que pudo haber sido considerado en el proyecto, como se ha hecho en leyes similares, y dice relación a los miles de funcionarios que, en edad de jubilar, no quieren pasar al sector pasivo, dada la jibarización que sufrirían de sus sueldos. Por ello, habría sido aconsejable que la modalidad de cálculo sea ampliada a toda la Administración Pública, con un sentido más real. Curiosamente, a pesar de todo el marketing y de cuanto se dice en Chile, hay una inmensa cantidad de trabajadores que, al acogerse a retiro por el sistema de las AFP, verían disminuidas sus remuneraciones en 40 por ciento, mientras que aquellos que jubilan por el INP reciben un porcentaje superior.
Otro anhelo de los trabajadores que conviene tener en cuenta es el de que -aunque sea por una vez y sólo para el efecto jubilatorio- los funcionarios que pertenecieron al INP puedan retornar a él. Los Senadores que representamos a las diferentes regiones del país, nos hemos impuesto que ése es un clamor dramático de muchos trabajadores.
Además, señor Presidente , considero de toda justicia que se nivelen los valores de la asignación de zona, de modo que sea equivalente a la aplicada al personal de las Fuerzas Armadas y al del Poder Judicial . Para eso sería necesario tomar como base la remuneración bruta del trabajador. No puede haber dos varas para medir el esfuerzo de los trabajadores.
En honor al tiempo que se nos confiere, quiero decir que mucho lamentaré si no se hacen, hasta última hora de la presente sesión, los esfuerzos para conceder, al menos, el reajuste correspondiente al IPC. Un IPC que, digámoslo con toda franqueza, en su forma, en su estructura y en su naturaleza no goza de la simpatía de los trabajadores y, mucho menos, de las dueñas de casa que ven que con el sueldo de sus maridos, curiosamente, cada vez compran menos cosas.
Señor Presidente , entregaré mi voto al final de la sesión, con la esperanza de que haya un cambio en la muñeca administrativa para la entrega de los recursos públicos por parte del señor Ministro de Hacienda .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Conforme a lo resuelto por los Comités, la votación quedó abierta a contar de las cinco de la tarde.
Tiene la palabra el señor Pérez.
El señor PÉREZ .-
Señor Presidente, deseo referirme a las últimas palabras planteadas por el señor Ministro de Hacienda , así como a la diferente suerte que corren los países que mantienen orden en las cuentas internas y externas de la economía y aquellos que no lo hacen. Desde ese ángulo, uno puede ver cómo las experiencias de estos últimos son desastrosas y cómo la economía al final pasa la cuenta.
No hay bienes más preciados en un país que el orden en las cuentas internas y externas de la economía, que la armonía macroeconómica y que el equilibrio fiscal. Siendo así, lo que hemos vivido en los últimos años ha sido una sucesión de errores, al haberse hecho un ajuste económico solamente vía tasa de interés y no a través de una disminución del gasto público. Lamento que en las últimas Leyes de Presupuestos las autoridades no hayan tenido una apertura para tratar de recortar ciertos gastos que, en nuestro concepto, han sido superfluos o innecesarios. Con todo, en un país como Chile -donde la tasa de ahorro interno, que llegó a ser cerca del 30 por ciento, hoy día bordea el 20 por ciento-, en mi opinión, es muy importante que demos señales que vayan en la línea de mantener un equilibrio fiscal y orden en las cuentas internas y externas de la economía. No nos olvidemos de que la tasa de ahorro interno es la otra cara de la medalla de la tasa de inversión, que es la que financia el crecimiento. Desde ese punto de vista, los agentes económicos ponen especial atención en cómo son las señales que da la autoridad en materia de equilibrios fiscales, de equilibrio en las finanzas públicas y del orden de las cuentas internas y externas de la economía.
Con relación al futuro, todos sabemos que para mantener ese bien tan preciado, como es la armonía económica y el orden que Chile ha tenido en los últimos años, no se puede dar un reajuste mayor para el sector público, aunque todos quisiéramos que fuera el doble o el triple. Y creo que en el país nada conviene más a los trabajadores en general y a los del sector público en particular que la economía vigente muestre las señales de sanidad que en términos macroeconómicos ha demostrado en el último tiempo.
Por tales razones, señor Presidente, y rescatando las palabras del señor Ministro de Hacienda, voy a votar a favor del proyecto de ley sobre reajuste para el sector público.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Prat.
El señor PRAT.-
Señor Presidente , al tratar en la Comisión de Hacienda el proyecto en discusión, recibimos la información de parte de los señores Ministros de Hacienda y del Trabajo, aquí presentes, acerca de cómo se llegó a la fórmula propuesta por el Gobierno sobre la materia y cómo se llevaron a cabo las negociaciones con los representantes de los distintos sectores de los trabajadores de la Administración Pública, negociaciones respecto de las cuales, por desgracia, no se llegó al grado de acuerdo que todo el país deseaba.
Llama la atención -y he tenido la oportunidad de señalarlo a los señores Ministros- y mueve a análisis la señal de unidad y de descontento expresada a través de la paralización de actividades llevada a cabo por los funcionarios de la Administración Pública a lo largo del país. No puede dejar de analizarse con detención el hecho de que en forma masiva y unánime se hayan paralizado las labores de distintas reparticiones del sector público, inclusive las de los más recónditos lugares de la geografía nacional.
Cuando se discute acerca de márgenes que no son tan altos ni significativos, quiere decir que hay un movimiento de ánimo contenido en la protesta que tanto las autoridades de Gobierno como quienes integramos esta Corporación no podemos dejar de atender.
Temo que parte importante de lo que está sucediendo, de alguna manera, es alimentado por dos hechos. En primer término, que el sistema de la Administración Pública se encuentra de algún modo agotado y que las formas en que se promueven los cargos, se reconoce el esfuerzo de las personas y se establecen las remuneraciones de alguna manera no responden a los requerimientos de la actualidad. Y tenemos que ser capaces de analizar este hecho.
En segundo lugar, estamos frente a una coyuntura respecto de la cual vemos a la autoridad pidiendo sacrificios a los funcionarios de la Administración Pública quizás sin contar con la solvencia necesaria para hacerlo.
En un análisis desapasionado sobre el tema, no puede quedar al margen un hecho tan lamentable como el relativo a las indemnizaciones pagadas en algunas empresas públicas con cargo al Erario, lo que genera una discriminación odiosa, al crear con ello un tipo de funcionarios de clase dorada, frente al grueso de la Administración Pública, donde hay sistemas de promoción durísimos y fórmulas de mejoramiento de remuneraciones muy ligadas a lo que pasa con prácticamente 400 ó 500 mil personas. Los cambios que ello genera tienen efectos tan grandes sobre las finanzas fiscales que llevan a que el señor Ministro de Hacienda difícilmente pueda acceder a lo que se solicita.
Los grupos de personas que ocupan cargos más bien por merecimientos políticos que por méritos propios generan un cuadro en el cual resulta muy difícil pedir al gran conglomerado de trabajadores de la Administración Pública que acepte los sacrificios a que la realidad económica del país los obliga.
Por eso, creo que aquí debiera haber por parte de las esferas de Gobierno -así lo manifesté en la Comisión de Hacienda a las autoridades presentes- señales de austeridad y de aplicación de mucho rigor en cuanto a cómo se administran estas materias. Ello, a fin de dar seguridades a quienes se les están pidiendo sacrificios de que éstos son justos; de que son compartidos por todos, y de que dentro de la Administración no hay grupos al margen de ellos.
Por lo anterior, estimo que los temas que durante estos años hemos estados discutiendo -como los contratos a honorarios, que crean una segunda Administración Pública, paralela, con parámetros mucho más generosos respecto de las remuneraciones; o lo que sucede con las empresas públicas que han originado los escándalos conocidos durante este año- deben ser debidamente resueltos.
Felizmente, la Contraloría finalmente tomó cartas en el asunto, definiendo criterios muy rigurosos respecto de lo que deben ser y lo que no deben ser los contratos a honorarios. Pero queda mucho más que avanzar sobre la materia.
Creo que en esta oportunidad también el Gobierno, con ocasión de estar pidiendo este grado de sacrificio a los trabajadores de la Administración Pública, debiera dar señales de ser capaz de revisar el Presupuesto -ello siempre es posible-, aquel que aprobamos hace veinte días, a fin de reasignar recursos.
Aquí se ha estado discutiendo acerca de montos que no son tan significativos. Por lo tanto, debe ponerse atención en cuanto a que sin necesidad de aumentar el gasto público -lo que no compartiríamos- siempre es posible reasignar fondos y atender ciertas situaciones en búsqueda de un acuerdo.
Tal manifestación de voluntad y señales concretas de austeridad, de probidad y de un riguroso celo por que esos principios rectores primen a lo largo de la Administración -particularmente en los sectores más políticos de ella- contribuirían a generar una adecuada armonía y una mejor comprensión de los sacrificios económicos a que se está llamando a prácticamente 500 mil chilenos.
Por eso, señor Presidente , y en consideración a todos los elementos que están en juego, creo que este asunto debiera ameritar señales más claras de parte de la autoridad, que se pueden dar a propósito del debate que se está llevando a cabo, tanto en cuanto a que dentro del Presupuesto podemos revisar la asignación de recursos y atender las situaciones que afectan a personas que puedan estar quedando atrás respecto de las remuneraciones de la Administración Pública, como en cuanto a dar seguridades de que los sacrificios que se piden van a tener el aval correspondiente sobre las conductas que emanan de la propia autoridad respecto del rigor con que se administran los recursos del Estado.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA .-
Señor Presidente , al explicar las razones por las cuales el proyecto del Gobierno se limita a ofrecer un reajuste de 4,3 por ciento, el señor Ministro señaló dos conceptos que deseo recoger.
En primer término, mencionó que el 4,6 por ciento podía ser una cifra arbitraria; que se había planteado algo sin hacer los estudios del caso. Al mismo tiempo, manifestó que no resultaba conveniente alterar una conducta y una política de establecer reajustes en función de la inflación esperada.
Pues bien, yo quiero referirme inicialmente a esos dos conceptos. El 4,6 por ciento no me parece arbitrario. El referido porcentaje se basa en un 3 por ciento de inflación esperada y en una cifra adicional, por aumento de productividad, de 1,6 por ciento (3 por ciento más 1,6 por ciento suma 4,6 por ciento). Dicho 1,6 por ciento no es muy distinto al 1,3 por ciento propuesto por el señor Ministro y tampoco lo es respecto del 1,5 por ciento que se incorporó en el reajuste del año pasado.
Por lo tanto, yo no hablaría de una cifra arbitraria. Dentro de lo que podría considerarse razonable, conforme a las posibilidades actuales, dicho porcentaje calza perfectamente.
En segundo término, por lo menos desde el punto de vista de los Senadores de Oposición que participamos en la Comisión de Hacienda, no se trata de compensar la inflación pasada -nuestro sistema de reajuste se basa en compensar las inflaciones futuras-, sino de aprobar un incremento por productividad de 1,6 por ciento, considerando que el aumento correspondiente al año anterior fue anulado por la mayor inflación. No nos parece que sea una cuestión fuera de lugar el hacerlo.
No se trata de revisar ahora criterios que se han estado aplicando durante muchos años -obviamente, siempre podemos revisarlos-, sino de llegar a una cifra que puede generar un mayor grado de consenso. Y aun cuando no es sustancialmente superior a la consignada en el proyecto del Gobierno -en realidad, entre 4,3 por ciento y 4,6 por ciento no hay gran diferencia; al respecto, un señor Senador recién señaló que para un empleado público que gana 200 mil pesos tal diferencia le significa seiscientos pesos mensuales-, por lo menos da una señal positiva en cuanto a que se hacen los máximos esfuerzos para recompensar de la mejor manera posible, dentro de las restricciones existentes, el trabajo de los funcionarios públicos.
A nuestro juicio, existe la posibilidad dentro del actual presupuesto de llegar al 4,6 por ciento. El Presupuesto de la Nación, si bien es cierto está ajustado, tiene la posibilidad de absorber la diferencia entre 4,3 por ciento y 4,6 por ciento. No pudimos establecerla con precisión en la Comisión de Hacienda, pero no representa más de 5 por ciento de la provisión para financiamientos comprometidos.
Por otra parte, el Presupuesto, si bien es ajustado, contempla un aumento de 9 por ciento de los ingresos tributarios y un incremento en general de los ingresos de sobre 5 por ciento. Por lo tanto, no estamos frente a una situación en que, por efecto de la crisis económica, se estén reduciendo los ingresos al sector público y aumentando los gastos. Los ingresos del sector público están aumentando en el Presupuesto del próximo año y lo están haciendo en un porcentaje superior al reajuste.
Siempre hemos sido partidarios de mantener en orden las cuentas fiscales. Hemos criticado en el pasado el aumento del gasto público. Sin embargo, deseo señalar que no hay contradicción entre esas posturas y nuestra posición actual. Por el contrario, si se hubiesen acogido nuestros planteamientos en el pasado, quizás no estaríamos tan ajustados; posiblemente el actual Ministro de Hacienda no habría recibido un Presupuesto con déficit fiscal, y tal vez podríamos estar discutiendo con más libertad y con mayor margen de maniobra un reajuste superior para el sector público.
A este respecto, quiero recordar que la Concertación no aprobó ninguna de las proposiciones formuladas por la Oposición para reducir algunos gastos que estimábamos superfluos o de dudoso beneficio social, o que aparecían injustificados, o que correspondían a programas duplicados. Nunca se han aceptado las proposiciones de la Oposición para rebajar ciertos gastos que no aparecen justificados. Y si no hubo disposición para efectuar ahorros en determinados programas que evidentemente carecían de una justificación clara, resulta muy difícil aceptar que ahora se diga que no hay posibilidad alguna de acceder a un reajuste de 4,6 por ciento.
Por esas razones, no puedo concurrir a aprobar el proyecto presentado por el Gobierno. En la Comisión de Hacienda me abstuve y aquí en la Sala voy a reservar mi voto hasta oír la discusión completa del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz.
El señor RUIZ (don José) .-
Señor Presidente, deseo iniciar mi intervención haciendo una breve relación acerca de cómo ha evolucionado la situación de los funcionarios públicos durante los últimos años.
El señor Ministro mencionó al pasar que la situación en que se hallaba el personal de la Administración Pública al inicio de los Gobiernos democráticos era francamente lamentable. Me parece que aún no hemos sido capaces de compensar en estos últimos 10 años la forma en que los funcionarios públicos fueron tratados durante el Gobierno militar (no sólo en materia de remuneraciones, sino también en cuanto a dignidad), como tampoco los sacrificios que hicieron durante ese tiempo.
Los Gobiernos de la Concertación -como se señaló aquí- han entregado reajustes por sobre el I.P.C.. Eso es cierto. Asimismo, se han hecho esfuerzos en mejorar algunos beneficios como la asignación de zona, que estaba absolutamente diferenciada de otros segmentos de la Administración Pública -como también se manifestó aquí- tanto de las Fuerzas Armadas como del Poder Judicial . Sin embargo, deseo recordar que durante el Gobierno del Presidente Aylwin la ANEF suscribió un compromiso con el Ministro Alejandro Foxley para que en dos etapas se igualara dicha asignación con los funcionarios del Poder Judicial . No obstante, durante la referida Administración se entregó el primer aporte, pero no se materializó posteriormente el segundo aporte, que se encuentra pendiente. Ésta es una materia que nadie puede dejar de reconocer.
Por otra parte, se alude normalmente a la productividad como una manera de enfrentar los procesos de reajuste de salarios anuales, para lo cual se considera la inflación estimada. Sin embargo, no se tiene presente el crecimiento del país. A dónde ha ido a parar el crecimiento que ha experimentado el país en estos años, reconociendo incluso los problemas de la crisis por la cual atravesamos en los dos años recién pasados. Éste ha sido otro problema histórico. El país crece, pero ese desarrollo no llega a los trabajadores y, por cierto, a los del sector público.
Necesitamos modernizar nuestro Estado. Se ha planteado aquí la obligación imperiosa de avanzar en tal sentido. Yo comparto plenamente la tesis de la modernización del Estado. Sin embargo, éste lo componen los funcionarios públicos que trabajan en él. Y si no somos capaces de capacitarlos debidamente y de incentivarlos por la vía de reconocerles el esfuerzo que hacen diariamente para que funcione nuestro país y de entregarles las remuneraciones que realmente les corresponde conforme a las labores que desempeñan, no podemos hablar de modernización del Estado. No podemos hacerlo atendiendo sólo a que vamos a aplicar la tecnología moderna en las oficinas públicas, sino porque estamos también mejorando el capital más valioso de que dispone el Estado: los funcionarios públicos.
Hay un segundo elemento que me interesa destacar hoy: ¿por qué estamos en este conflicto ahora? Porque desde hace 10 años hemos venido planteando -yo soy uno de ellos- la necesidad de que se establezca el beneficio de la negociación colectiva para los funcionarios públicos, a fin de no tener que abocarnos a adoptar medidas de fuerza o paros ilegales, esto es, situaciones conflictivas que al país no le convienen y que, ciertamente, no son buscadas por los funcionarios públicos. Deberíamos entregar a través de la ley la posibilidad de que éstos puedan negociar colectivamente en forma regulada, de tal manera que conozcan sus derechos y puedan ejercerlos en plenitud en un país esencialmente democrático como debe ser el nuestro.
Por lo tanto, estamos hoy enfrentando consecuencias de un conflicto que se ha venido arrastrando durante mucho tiempo. Hemos estado permanentemente postergando soluciones a los problemas existentes especialmente en la Administración Pública.
Escuché la intervención del señor Ministro y me parece muy razonable lo que plantea. Como responsable de la administración de las finanzas públicas sostiene que no se puede dar más reajuste.
No me corresponde iniciar un debate sobre esta materia, porque no domino todos los antecedentes técnicos y financieros de la Administración Pública, pero no me cabe duda de que el mejor camino para resolver estos problemas es a través del diálogo y la negociación. Desgraciadamente, no ha habido capacidad para llegar a un acuerdo, en circunstancias de que, como las cifras así lo atestiguan, el planteamiento de los trabajadores y lo ofrecido como última postura por el Gobierno están tan cerca, que no se justifica el conflicto que hoy los enfrenta.
Por mi parte, derechamente deseo señalar que por razones de solidaridad con el movimiento sindical, de responsabilidad como Parlamentario y porque pienso que es la única manera que tenemos de presionar al Gobierno para que busque una solución al problema, anuncio mi voto en contra del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, no obstante las tensiones y presiones que en estos días han rodeado la discusión del proyecto tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, cabe destacar la seriedad y responsabilidad con que se ha estado trabajando.
Sin lugar a dudas, no podemos menos que destacar el planteamiento del señor Ministro de Hacienda , precisamente por su honradez, su seriedad y su sentido de responsabilidad. Comprendo que para una autoridad es ingrato tomar medidas impopulares. Por eso mismo, valoro muy especialmente el pronunciamiento del señor Ministro , pues lo hace a pesar de lo que ello puede representar. Esa austeridad es la que hemos reclamado durante muchos años, cuando el incremento del gasto público fue superior al crecimiento del país. Y como ya se decía, probablemente allí radica el origen principal de la estrechez fiscal por la que hoy atravesamos.
Pero, al mismo tiempo, así como hay seriedad y responsabilidad en el planteamiento del señor Ministro , también hay moderación en el de los trabajadores, porque no estamos frente a peticiones exacerbadas, exageradas ni lejanas a la realidad de lo que ellos desean recibir como reconocimiento a su labor. No están pidiendo 15 ó 20 por ciento de reajuste de sueldo, aunque posiblemente lo merecerían, y -como ya lo indicaron varios señores Senadores-, la diferencia de posturas está entre 4,3 y 4,6 por ciento.
Sin que la proposición del Ejecutivo sea la aspiración de los trabajadores -que es cercana al doble, probablemente-, luego de haber conversado con algunos dirigentes, 4,6 por ciento sería un piso mínimo con el cual se sentirían tranquilos.
En consecuencia, estamos ante un situación absurda, porque parece que hay un clima de guerra cuando en realidad la diferencia es de 0,3 por ciento. No nos hallamos frente a un problema inabordable para el Presupuesto del país. Aprobar 4,6 por ciento de reajuste no causará el quiebre de las finanzas públicas.
En tal sentido, me sumo a lo que han sostenido otros señores Senadores, en el sentido de hacer un esfuerzo por llegar a ese porcentaje. No es forzozo resolver hoy el problema. Como el reajuste rige a partir del 1º de diciembre, y el sueldo se paga a fines de mes, tenemos tiempo para llegar a un acuerdo.
Estoy seguro de que el señor Ministro con la Comisión de Hacienda del Senado -integrada mayoritariamente por Senadores de Gobierno- pueden trabajar para buscar el financiamiento que aquí falta.
Deseo entregar dos antecedentes que, a mi juicio, avalan lo que estoy planteando, al igual como ya lo hicieron otros señores Senadores.
El primero se refiere a lo ocurrido en la discusión de la Ley de Presupuestos. En todos los debates en que he participado, diría que ella ha sido de lejos la más aliviada para el Gobierno, debido a que no hubo realmente una oposición, un ánimo de recortar partidas, sino que el Presupuesto que se aprobó fue básicamente el mismo que propuso el Gobierno. Es decir, los esfuerzos por reducir algunas partidas -ciertamente lo intentamos- no llegaron a las últimas consecuencias. Por lo tanto, aquí no hubo un esfuerzo real de reducción presupuestaria, que siempre se puede hacer.
En un Presupuesto como el nuestro, que involucra importantes recursos, ciertamente hay holguras que por aquí y por allá permiten, no digo financiar enteramente los 10 mil millones que cuesta el 0,3 por ciento de diferencia, pero sí efectuar esfuerzos para estrechar la citada brecha.
En consecuencia, por la actitud de los sectores de Oposición de apoyar el proyecto de Ley de Presupuestos, y por la seriedad con que el señor Ministro y su equipo (en general el Gobierno) han enfrentado el proceso, me parece que podemos pedirle que realice un esfuerzo adicional.
El segundo antecedente, a mi juicio, resulta más poderoso desde el punto de vista global.
El señor Ministro manifestó en su exposición que el crecimiento de remuneraciones del sector público, durante la década de los 90, fue de 72 por ciento, lo cual demostraría -y ello es efectivo- un esfuerzo serio por mejorar la muy mala situación en que se encontraban los funcionarios públicos en esa época.
Sin embargo, es justo referirse a otro antecedente de lo ocurrido durante esa misma década: el incremento de los ingresos fiscales. Durante ese período, debido al crecimiento económico del país, sumado al efecto de los mayores ingresos en las arcas del Estado producto de la reforma tributaria, el Fisco chileno dispuso no sólo de 72 por ciento adicional, sino de más de 100 por ciento en términos reales. Así, por ejemplo, según las prioridades establecidas por el Gobierno de la Concertación, el sector educación creció 160 por ciento, y el sector salud, 140 por ciento, ambos en términos reales.
Sin embargo, cuando uno se pregunta: ¿por qué para los trabajadores fiscales, municipales e incorporados a este régimen sólo hubo 72 por ciento? La respuesta que surge es que existen prioridades.
Señor Presidente , como las proyecciones económicas para este año resultaron equivocadas, pues se predecía 3 por ciento de inflación más 1,4 ó 1,5 por ciento de productividad, rendimiento o equidad, lo que ha sido socavado por la inflación, y considerando los antecedentes tenidos a la vista, se debe hacer el esfuerzo que falta.
Si el Fisco ha tenido un incremento superior al 100 por ciento en los ingresos reales y esto no ha sido transferido enteramente a los trabajadores, debemos mantener, al menos, el ritmo de crecimiento de la economía en ese ámbito. Por eso, estimo perfectamente posible hacer el esfuerzo mencionado.
Reitero la voluntad de la Oposición de apoyar el trabajo que el señor Ministro, junto a la Comisión de Hacienda, puedan realizar para efectuar los ajustes del gasto fiscal en todos los sectores donde sea posible.
Estamos seguros de que la diferencia de 0,3 por ciento, correspondiente a 10 mil millones de pesos -que no es una cifra menor, sino que son recursos bastante elevados equivalentes a varias partidas presupuestarias-, al final constituye una brecha pequeña que, teniendo presentes la responsabilidad del Gobierno y la moderación de los trabajadores, justifica hacer este esfuerzo final. Eso es lo que solicito.
Reservo mi votación hasta conocer la respuesta a esta petición.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.
El señor LAGOS .-
Señor Presidente, estamos asistiendo a un gran debate en el que el señor Ministro de Hacienda ha hecho una completa exposición sobre la materia, concluyendo que al Gobierno le resulta imposible superar el porcentaje propuesto en el proyecto, el cual es rechazado por los trabajadores del sector público.
En las reuniones permanentes sostenidas con dirigentes de las asociaciones fiscales de la Primera Región de Tarapacá , he observado el alto grado de deterioro que afecta sus rentas. A la crisis económica del país se suman, para los trabajadores de mi Región, los altos costos del agua, de la vivienda y de la educación de sus hijos. Incluso, se llega al agravante de que los funcionarios que lograron en alguna oportunidad comprar una vivienda medianamente digna, hoy día deben arrendar sus casas para lograr su sustento y así poder subsistir. Ésa es la verdad de los empleados fiscales, y soy hijo de uno de ellos.
Por lo tanto, pienso que el Gobierno puede y debe hacer un esfuerzo, porque este sector -todos concluimos lo mismo- desde hace años viene arrastrando un deterioro.
A mi juicio, hoy día nuestro país posee más riqueza, donde el Estado mismo recauda cada vez más y, por ello, todos deberíamos prestar nuestro apoyo para que el Gobierno supere el señalado porcentaje.
En función de las peticiones que me han formulado las asociaciones de funcionarios fiscales de mi Región y como testigo de la situación que señalo, anuncio que votaré en contra de este proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra la Senadora señora Carmen Frei.
La señora FREI (doña Carmen) .-
Señor Presidente, muchos estudiosos en los últimos años observan efectos no esperados con las recetas neoliberales que prometían el desarrollo y el bienestar. Y el primero en dar la voz de alarma entre los que en su momento lanzaron el llamado "Consenso de Washington", que dio luz verde a las políticas de ajuste basadas en criterios economicistas, fue Michael Camdessus . En 1992, afirmó: "Las agencias internacionales, entre éstas el Fondo Monetario Internacional, no han puesto atención suficiente en los costos humanos de corto plazo que están involucrados en el ajuste o en la transición a una economía de mercado. El componente social de las intervenciones ha sido esporádico, financieramente inadecuado y desorganizado.".
Más aún, en el 2000, Camdessus señala: "El neoliberalismo no es mi religión. Sólo ve la mano invisible del mercado. Mi concepción de la economía incluye la mano invisible del mercado, pero también la mano de la solidaridad y lo que llamamos en francés la "mano de la justicia", la cual es el símbolo del Estado como regulador, proporcionando una estructura de mercado que maximiza el potencial de la sociedad para la prosperidad y el bienestar.".
Las citas anteriores son el resultado de una revisión crítica a la hegemonía del mercado globalizado que no logra cumplir sus promesas fundantes como son la integración social y el bienestar para todos. Sin ello se aumenta la pobreza y se pone en cuestión la sustentabilidad de la democracia y del propio modelo económico surgido de la tecnocracia que no se percató de que las recetas económicas por sí solas no resuelven todas las demandas de la sociedad. Algo similar comienza a suceder en Chile.
Mi experiencia diaria nos da señales de que la sociedad no se conforma con los resultados y ofertas que la economía globalizada entrega a la población. La clase media, los trabajadores, no se ven favorecidos con los índices de crecimiento de nuestro país y, más aún, la brecha entre quienes más tienen y los más pobres se agranda, produciendo día a día desencanto y desilusión.
Por estas razones, no puedo acompañar hoy a mi Gobierno, al de la Concertación, en la aprobación de este reajuste, que me parece insuficiente y que, además, está por debajo del IPC.
Votaré que no.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO .-
Señor Presidente, a mi juicio, el debate toca puntos que, probablemente, van mucho más allá del aspirado reajuste que los trabajadores del sector público y las áreas derivadas requieren para enfrentar la vida.
Tanto en la Comisión de Hacienda como en la Sala hemos escuchado opiniones sobre lo que debería ser este reajuste. Al respecto, quisiera esbozar tres o cuatro ideas que considero indispensable dejar expuestas sin ambigüedades.
La primera de ellas se refiere al hecho de que durante un largo período de nuestra historia, en particular en el del Gobierno militar, el decrecimiento de las remuneraciones de los empleados públicos fue más que evidente. Y en ese arco de tiempo (prácticamente 18 ó 19 años), las remuneraciones reales de estos trabajadores decrecieron en 44,4 por ciento. Vale decir -para que nos entendamos en términos claros-, quedaron peor que como habían estado al comienzo.
A partir de 1990, se inicia la recuperación a través de un sistema democrático. Y -como lo señaló hoy el señor Ministro de Hacienda en la Comisión-, medidos los diez años, desde 1990 hasta el 2000, la recuperación promedio de los empleados públicos alcanzó la cifra de 76 por ciento; y cualquiera que sabe un mínimo de economía entiende que eso es insuficiente, porque si habían caído al negativo pozo de 44 por ciento, no es que ahora hayan recuperado un nivel de satisfacción, sino que han salido de ese pozo, pero aún se hallan en un estado de insuficiencia.
Es un elemento aritmético y físico visible.
Asimismo, existe un tercer elemento que quisiera resaltar.
Aquí hablamos de 500 mil trabajadores y sus familias, de modo que se trata de un sector no menor de la vida de nuestro país. Ese sector cumple una función que, por la circunstancia en que hoy nos encontramos, ha ido perdiendo fuerza y apoyo, a raíz de la privatización masiva o de la delegación de actividades que realizaba el Estado y que hoy día se subcontratan con empresas privadas mediante el denominado "outsourcing".
Por lo tanto, nos hallamos ante la necesidad de mantener un Estado; remunerar a nuestros trabajadores en forma adecuada; darles la dignidad que se merecen y una orientación respecto del cuadro económico en el cual nos movemos.
El señor Ministro de Hacienda nos ha explicado las restricciones que se oponen a la posibilidad de entregar el reajuste mínimamente pedido: 4,6 por ciento, adicional a las negociaciones sectoriales que, de acuerdo con leyes específicas, deben seguir a la aprobación del Presupuesto.
Pero esta tarde los Senadores debemos pronunciarnos respecto del proyecto, el que votó la Cámara de Diputados; las circunstancias en las cuales nos movemos. Y aquí es donde quisiera plantear un cuarto elemento.
Lamento que no esté presente el Senador señor Prat , con el cual conversé esta mañana en la Comisión. Digo esto porque escuché un argumento que repetiré en la Sala.
Su Señoría criticó que el Gobierno no escuchase el clamor de los que estaban en huelga.
Señor Presidente , a quienes siempre hemos defendido el derecho a la huelga, de toda una vida, nos parece una afirmación cuando menos interesante porque muestra un cambio de posición muy profundo de una legítima postura que en la vida se ha defendido exactamente con el prisma y criterio contrarios.
Por consiguiente, quiero dejar establecido que cuando nos pronunciamos sobre este proyecto, lo hacemos mirando el interés de nuestro país y, también, el bienestar de las familias que lo conforman.
Señor Presidente , eso es lo que esta tarde deja en nosotros un sentimiento de no satisfacción: la no satisfacción de ver que, a raíz de todo un modelo económico (donde hay una crisis que no se puede desconocer, donde el problema del petróleo ha provocado situaciones probablemente imprevistas), la inflación, que esperamos se mantenga en rangos bajos, está superando, aunque no en forma grave, las expectativas. Y en estas circunstancias se propone conservar un mecanismo de reajuste de remuneraciones para el sector público sobre la base de entregar una parte de él, y ofrecer una conversación posterior que se realizaría después que, en 2001, haya terminado de implementarse aquel mecanismo y veamos en qué condiciones se habrá desempeñado para entonces la economía.
La gente que vive de un sueldo, de un salario, como los empleados públicos, no está en situación de contratar a un economista para que haga ese cálculo; y, además, su economía cotidiana es distinta.
Por muy importantes que sean los bonos, los mecanismos de incentivos y las negociaciones de tipo sectorial, que respaldamos, lo que los trabajadores quieren entender es en cuánto aumentará su cheque mensual a partir de diciembre.
Quienes hemos sido funcionarios en una larga e importante etapa de nuestra vida, y que sólo hemos vivido de ese cheque, sin colgajos, sin indemnizaciones y sin ninguna otra cosa que lo acompañe, entendemos lo que significa la psicología y la forma de vivir de un empleado público, que tiene que presentarse adecuadamente; trabajar con eficiencia; soportar muchas veces presiones innobles e ilícitas para desorientar su funcionamiento; sostener una familia a la cual debe educación mejor que la que él recibió y dar satisfacción acorde con los medios que la sociedad ofrece.
Por eso, hemos dicho -y lo mencionó la Honorable señora Carmen Frei - que el reajuste de 4,6 por ciento no viene a satisfacer una aspiración política, sino que obedece a la psicología de los chilenos, conforme a un mecanismo establecido hace nueve o diez años, que ha generado una forma de entendimiento.
Por tal razón muchos Senadores hemos expresado que nos es muy difícil no aprobar este reajuste, pero no estamos dispuestos a hacerlo en las circunstancias en que ha sido presentado. No estoy jugando con las palabras, señor Presidente , pues éstas quedan grabadas y forman parte del contexto que uno enfrenta ante lo que representa.
En consecuencia, solicito formalmente al Gobierno que haga el esfuerzo de aumentar el 4,3 por ciento de reajuste. ¡Eso es lo que pido! Sin embargo, como reconozco -por cuanto he hablado con los Ministros- que no está en condiciones de hacerlo, no votaré a favor del proyecto, sino que me abstendré.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, hemos sostenido un debate muy interesante sobre lo que debiera ser el reajuste de remuneraciones para el sector público.
Sin embargo, deseo plantear otro aspecto que dice relación a este reajuste, y que no proviene de una elucubración económica, sino más bien del ejercicio de mi función parlamentaria y senatorial.
Advierto que la iniciativa en estudio -al igual que otras presentadas en años anteriores por los Gobiernos de la Concertación- sigue manteniendo una diferencia muy notoria entre los bonos de Navidad y de Fiestas Patrias que percibe el sector activo, por un lado, respecto del pasivo, por otro. A saber, para este último el costo de la asignación de Fiestas Patrias alcanza los 13 mil millones, en tanto que el de Navidad llega a los 15 mil millones.
Deseo preguntar al señor Ministro de Hacienda cuánto costaría -si ello es posible- revertir una práctica de los Gobiernos anteriores de la Concertación, que no es justa, por cuanto los bonos han sido muy superiores para el sector activo en comparación a los otorgados al sector pasivo, como si este último no fuera precisamente el más pobre.
¿Por qué en Navidad recibirá más quien tiene más (aun cuando se trate de una persona que todavía necesita) y percibirá menos quien gana menos? Lo lógico en una redistribución que no ponga en crisis los equilibrios macroeconómicos de una economía sana es que quien tiene menos reciba más, y que el que tenga más reciba menos en lo referente a los bonos de Navidad y de Fiestas Patrias.
Las cifras contenidas en el proyecto indican que el aguinaldo de Navidad será aproximadamente de 24 mil pesos para el sector activo y de alrededor de 10 mil pesos para el pasivo. ¿Por qué se concede menos de la mitad a este último? Tal vez, el señor Ministro de Hacienda podría decir que el hecho de equiparar esos montos significaría poner en crisis las finanzas ordenadas del Estado.
Lo que quiero saber es a cuánto ascendería el costo de igualar los bonos de Fiestas Patrias y de Navidad para ambos sectores de la población.
Ésa es mi consulta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Adolfo Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente, la iniciativa legal en debate no es fácil de sacar adelante, ni para el señor Ministro de Hacienda , ni -digámoslo francamente- para todos los trabajadores del sector público que aspiran a obtener al menos una compensación razonable que no signifique una disminución, de año en año, de sus ingresos.
No comparto, por cierto, la opinión de que la diferencia de sólo tres décimas es de importancia menor. A mi juicio, ese porcentaje es importante tanto desde el punto de vista de los trabajadores, como desde el enfoque expuesto por el señor Ministro . Considero que debió haberse otorgado un reajuste que al menos resultara compensatorio del poder adquisitivo perdido a causa de la inflación.
Se ha dicho que los criterios han variado. Desde el punto de vista económico, hay razones para ello, y también las hubo durante diez años para mantener una determinada fórmula. Con todo, pienso que hubiese sido mejor conservar la equivalencia entre ambos factores: inflación y reajuste.
El señor Ministro de Hacienda , en su exposición de hoy y en los planteamientos que ha venido haciendo desde antes, muestra las estrecheces de la caja fiscal, sobre todo cuando funda sus planteamientos en la responsabilidad de un cargo que es vital para la conducción económica del país.
Aquí hay dos situaciones encontradas. Como Senador de una Región aislada, donde con el correr de los años ha ido sintiendo un deterioro muy significativo en las remuneraciones y en las asignaciones de zona, hoy no puedo sino hacer mías las palabras del señor Ministro cuando dice que está dispuesto a reconsiderar la situación que afecta a las regiones extremas en lo referente a esas asignaciones.
Sin duda, para los trabajadores de la Undécima Región es más importante, es vital la recuperación en plenitud de esas asignaciones de zona, más que las tres décimas en torno a las cuales ha girado el debate, si bien son significativas para el resto de los funcionarios del país.
Al respecto, quiero dejar constancia en el Senado de que un Ministro de Economía de la Concertación , al momento de votar la Ley Austral, se comprometió a revisar, entre otras cosas, esta materia, que todavía se encuentra pendiente.
Al inicio de los Gobiernos de la Concertación los Ministros señores Boeninger y Foxley , considerando que la asignación de zona de los funcionarios públicos de la Undécima Región alcanzaba sólo al 30 por ciento, fijaron un criterio tendiente a restablecer la que percibían años atrás, que llegaba a 105 por ciento. Eso se haría en forma escalonada, como expresó hace algunos momentos el Senador señor Ruiz . Sin embargo, tal compromiso se cumplió sólo por parte del Ministro señor Foxley y significó incrementar dicho beneficio a 47 ó 52 por ciento, dependiendo del nivel de remuneraciones.
Durante todo el mandato del Presidente señor Frei Ruiz-Tagle y bajo la conducción económica del Ministro de Hacienda señor Aninat se mantuvo inalterable esa asignación. A los Senadores de las zonas extremas se nos expresó que el mejoramiento de ella se incluiría en el proyecto de ley austral. Transcurrieron varios años y cuando se envió al Congreso la iniciativa mencionada el Ministro de Economía de la época, señor Jorge Leiva , al percatarse de que votaríamos en contra nos aseguró que se revisaría el punto, lo que no aconteció.
En consecuencia, los servidores fiscales de la Undécima Región vieron lesionadas sus legítimas aspiraciones. Por eso, ahora no puedo dejar de recoger las palabras del señor Ministro de Hacienda . Sé de su capacidad, de su honorabilidad y no me cabe duda de que dará cumplimiento al anhelo de esos trabajadores.
No puedo dejar pasar desapercibido el planteamiento que él hizo porque implicará hacer justicia al personal que labora en zonas apartadas, a quienes afectan doblemente los problemas que enfrenta el resto de los funcionarios del sector público porque en ellas todo es más caro. Respaldo plenamente lo sostenido esta tarde en cuanto a la necesidad de que esos trabajadores obtengan una remuneración acorde con sus funciones. Por ejemplo, en la Undécima Región el valor de todas las cosas es mucho más alto, a tal punto que los miembros de las Fuerzas Armadas perciben una asignación de zona del orden de 105 por ciento; los del Poder Judicial , del 83 por ciento. Y la de los trabajadores del Banco del Estado también es superior.
Por eso, en nuestra definición acerca del presente proyecto de ley de reajustes debemos tener en cuenta lo manifestado por el titular de Hacienda en el sentido de que se estudiará con la seriedad que corresponde este problema, que se arrastra desde hace varios años. Durante el Régimen anterior no hubo respuesta y lo prometido no sólo fue insuficiente sino que no se cumplió la palabra empeñada por el propio señor Ministro de Economía .
Lo expuesto podría ser una razón para dudar del planteamiento formulado hoy aquí por el señor Ministro de Hacienda , pero conociendo su rectitud no puedo sino adelantar que mi voto será favorable a la iniciativa en debate, porque mi primera prioridad son los servidores públicos de la Región que represento en esta Alta Cámara, que por mucho tiempo no han recibido un estímulo acorde con las delicadas funciones que desempeñan en lugares tan apartados como la Región de Aisén, donde muchas veces las privaciones son mayores.
Si bien entiendo la importancia que revisten las tres décimas que faltan para alcanzar el porcentaje de incremento solicitado por los funcionarios del Estado, me pronunciaré en forma favorable para que este reajuste sirva al menos como una compensación general, en la esperanza de que él redunde próximamente en una mejora de la economía y porque creo que debo votar con responsabilidad, pensando en los trabajadores de la Undécima Región que por mucho tiempo han venido reclamando algo de tanta justicia como el aumento de la asignación de zona.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Hago presente que el Orden del Día concluye a las 18:20. Como el proyecto tiene urgencia calificada de "discusión inmediata", tenemos la obligación de despacharlo hoy. Para ello, se ha abierto ya el proceso de votación.
Sería conveniente prorrogar el Orden del Día hasta el término del debate y de la consiguiente votación. Para ello, es necesario eliminar la hora de Incidentes.
--Se deja sin efecto la hora de Incidentes de esta sesión.
El señor HORVATH.-
Votemos de inmediato.
El señor CHADWICK.-
Sí. Los oradores pendientes pueden fundamentar su posición.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Restan dos señores Senadores inscritos.
El señor HORVATH.-
Que fundamenten el voto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se iniciará de inmediato la instancia de fundamentación de voto, comenzando con los oradores pendientes, y luego lo harán los señores Senadores que no se han pronunciado, en el orden reglamentario.
--Así se acuerda.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En votación.
Para fundamentar el voto, tiene la palabra el Honorable señor Horvath.
--(Durante la votación).
El señor HORVATH.-
Señor Presidente, el desmedro económico en que se encuentran los funcionarios del sector público es ampliamente conocido por la ciudadanía y lo puedo corroborar por mi experiencia personal ya que trabajé en el Ministerio de Obras Públicas, en el proyecto nacional Chile-Futuro, durante muchos años.
Existen casos concretos de servicios del Estado cuyos trabajadores figuran en las fichas de caracterización social en condición de pobres y marginales, lo que constituye una situación vergonzosa. Así ocurre, por ejemplo, con personas que laboran en la Corporación Nacional Forestal.
Con referencia a la asignación de zona a que aludió el señor Senador que me precedió, la verdad es que el 105 por ciento para la Región de Aisén se aplica sobre el sueldo base. Por lo tanto, los funcionarios reciben entre 20 y 30 por ciento por tal concepto.
Todos queremos contar con una Administración Pública digna, eficiente y que se dedique a desarrollar sus funciones al margen de consideraciones políticas. Sabemos que para ingresar a un organismo fiscal -esto ocurre no sólo en el actual Gobierno sino que también sucedía en el pasado- hay fuertes presiones políticas. Y si los funcionarios se encuentran sometidos a este tipo de parámetros de evaluación, ciertamente se ven imposibilitados de ejercer su vocación de servicio público.
Si logramos dar a los servidores del Estado dignidad económica y, además, independencia para cumplir su cometido al margen del Gobierno o del partido de turno, tendremos una Administración ejemplar. Por lo demás, así ha sido la trayectoria del país como Estado.
Hay una gran diferencia entre los ingresos de los trabajadores fiscales y los que perciben los del sector privado (obviamente, en condiciones de mayor riesgo). Y si se los compara con los de otros países, la realidad chilena no resiste análisis. Es preciso mejorarlos sustancialmente.
Los fondos para realizar esas mejoras existen. Hemos visto con escándalo los altos montos de las indemnizaciones pagadas a ex ejecutivos de empresas del Estado. Hemos visto con escándalo y con datos muy concretos el caso de los honorarios. No sería justo atribuir esto al actual Gobierno porque está recién partiendo, pero hay un rezago en tal sentido.
Reitero: los fondos para mejorar la situación del sector público en forma transparente existen. Y si a ello se suma una necesaria austeridad (que también ha caracterizado históricamente al servicio público nacional), se concluye que nos hallamos frente a una realidad que permite una negociación entre los funcionarios fiscales y el Gobierno para obtener un reajuste, lejos, más digno que el contemplado en la normativa en debate, que apenas cubre -y hasta por ahí no más- el IPC.
De otro lado y haciéndome eco del discurso del señor Senador que me antecedió, debo manifestar que no pongo en duda en absoluto la honorabilidad y capacidad del señor Ministro de Hacienda . Eso no se encuentra en juego aquí. Lo que pretendemos es que haya una instancia previa al envío del proyecto -que es de iniciativa del Ejecutivo- destinado a resolver el problema.
Reconocemos que se ha hecho un trabajo importante en cada servicio público al introducir elementos de eficiencia, de responsabilidad, para la obtención de metas e ir mejorando, de acuerdo con eso, cada sector.
Sin embargo, la realidad nos impide estar en condiciones de aprobar un proyecto como el que se nos presenta en esta ocasión. Yo, más que apostar a una esperanza -como lo hemos hecho tantas veces en este Senado-, deseo tener la oportunidad de pronunciarme sobre una iniciativa que incorpore ofertas (no hay que olvidar que el próximo será un año electoral) que logren concretarse en esta instancia.
En demanda de eso, obviamente que en esta oportunidad voto negativamente el proyecto.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lavandero.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente, quiero señalar algunas cifras muy reveladoras respecto del modelo neoliberal que hemos heredado.
En 1964, el 20 por ciento más pobre de nuestro país tenía una participación del Producto Interno Bruto de 7,9 por ciento, y el 20 por ciento de más altos ingresos, de 46 por ciento.
Después de muchos años y de un largo batallar, hoy el 20 por ciento del estrato más rico alcanza 63 por ciento del Producto, y el 20 por ciento más pobre tiene como ingreso directo sólo 3,3 por ciento del Producto.
Es cierto que ahora la "torta" ha crecido, pero la participación en ella de los sectores de más bajos ingresos ha quedado, lejos, muy atrás. Durante los años de los Gobiernos de la Concertación el ingreso de los más pobres ha subido por una escalera, mientras que el de los más ricos lo ha hecho por un ascensor.
Esos elementos son reveladores de que tal crecimiento no favorece a los estratos medios y bajos, ni al hombre de trabajo, ni a los pobladores, ni tampoco a los campesinos. Aquí existe un problema central: el éxito de las políticas macroeconómicas no se traduce en beneficios para los sectores que, especialmente la Democracia Cristiana, representa. Siempre deberíamos tener como objetivo central el mejoramiento de los ingresos de los trabajadores, los campesinos y la clase media. Y queda claramente comprobado que ni aun durante los diez años de Gobiernos de la Concertación se ha avanzando en esta materia. Por el contrario. Es cierto que la tajada que recibe el sector más pobre es un poco más grande, pero la brecha entre éste y el de más altos ingresos se ha multiplicado.
El tercer elemento que deseo considerar esta tarde se refiere a que las cifras de distribución de los ingresos entre los años 1964 y 2000 demuestran que la clase media es la que ha sido netamente perjudicada. A los trabajadores hemos logrado darles cierta protección; a los sectores de más altos ingresos les hemos entregado el crecimiento, pero a quienes conforman la clase media los hemos convertidos en pobres con corbata. Y hoy día nos encontramos frente a un proyecto de reajuste de remuneraciones donde tal vez tres décimas no sean significativas, pero sí son simbólicos de la voluntad política de defender a la clase media.
En virtud del modelo neoliberal, se ha entregado a los sectores de más altos ingresos el garrote del crecimiento, las privatizaciones y la globalización de la economía, que ha implicado el traspasar las empresas de todos los chilenos a las multinacionales extranjeras, produciendo un reguero de cesantía, de marginación y de no participación en el crecimiento del país. Y reitero: el precio lo han pagado fundamentalmente las Regiones, la clase media y el hombre de trabajo.
Recibí -como muchos otros señores Senadores- una carta abierta de los dirigentes de la ANEF y de la CUT, Jorge Consales y Juan Díaz Berríos , donde nos señalan con mucha fuerza: "Resulta altamente incomprensible para la mayoría de los trabajadores que siendo ellos uno de los principales pilares en que se ha sustentado nuestra coalición, verse enfrentados a una dura y amarga realidad, esto es, que el gobierno de la Concertación no haya sido capaz de aumentar las demandas salariales en un porcentaje suficiente al menos para satisfacer el alza del costo de la vida.".
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Señor Senador, lamentablemente ha concluido su tiempo.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , quiero finalizar diciendo que en este país, donde los economistas han brindado tanto apoyo al modelo económico vigente, el sector público chileno tiene uno de los más bajos ingresos del mundo con relación a su Producto Bruto.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Debo pedir a Su Señoría que vote.
El señor LAVANDERO .-
Por lo tanto, se observa que el país crece y, sin embargo, su sector público tiene uno de los porcentajes más bajos de ingresos con relación a su Producto,...
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¿Cómo vota Su Señoría?
El señor LAVANDERO .-
En esta oportunidad, porque de alguna manera soy solidario con el Gobierno y no deseo causar un perjuicio votando en contra, me abstengo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Corresponde que el señor Secretario tome la votación en orden reglamentario.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, esperaba una respuesta al planteamiento que hicimos. No veo ninguna urgencia para aprobar hoy la iniciativa, a sabiendas de que existen posibilidades de trabajar en la búsqueda de financiamiento en otras instancias, y que el Senado está disponible para eso. Pero al parecer éste no ha sido argumento suficiente.
Por lo tanto, me abstengo.
El señor PARRA .-
Señor Presidente, el Ministro de Hacienda ha apelado dramáticamente a nuestra confianza, ha hablado asumiendo razones patrióticas y de responsabilidad superior.
Yo soy integrante de un partido político de la Concertación y sigo creyendo que ella representa un proyecto válido y constituye la esperanza en Chile de poder avanzar en el camino de la justicia social.
Sólo por esa razón concurro con mi voto favorable a este proyecto, entregando al señor Ministro y al Presidente Lagos la confianza que reclaman, pero asumiendo, también responsablemente, desde el interior de la Concertación, una actitud vigilante y proactiva para que nuestro conglomerado responda, de una vez, a las expectativas de justicia del pueblo de Chile.
Voto a favor.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente, voy a decir algo extraño, que no se ha dicho hasta el momento y que seguramente no va a ser del gusto de las tribunas.
Voy a apoyar al Gobierno en esta propuesta, y lo voy a hacer por responsabilidad política y porque formo parte de una coalición que ha sido capaz de dar progreso, libertad y democracia al país y que ha restablecido para los trabajadores la posibilidad de estar sentados en las tribunas reclamando lo que consideran justo, a diferencia de lo que ocurría cuando algunos Honorables colegas que se hallan en las bancas de la Oposición eran Gobierno durante la dictadura militar, en que los trabajadores lisa y llanamente no tenían "chance" alguna, ni a la estabilidad en el empleo, ni a la seguridad del trabajo, ni al respeto de sus derechos más elementales,
Quiero dejar constancia de que la cifra planteada por el Gobierno representa un esfuerzo responsable, que tiene que ver con la buena marcha del país, la cual, a su vez, tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de vida de la gente, entre la cual, por supuesto, están los funcionarios públicos.
Sé que el reajuste no es suficiente, pero a veces lo ideal es enemigo de lo bueno. Creo que la peor señal que podríamos entregar en el Senado es rechazar el proyecto. Y lo digo más allá del tema de los porcentajes o de los beneficios establecidos en la iniciativa para los trabajadores públicos. Pienso que es necesario compatibilizar lo que son sus justas aspiraciones con lo que el país entero también está anhelando en términos de una reactivación económica y de la necesidad de generar condiciones objetivas para que se cree más empleo para todos los chilenos y no sólo para algunos. Desde ese punto de vista, considero que el planteamiento hecho por el Gobierno se inscribe dentro de tales objetivos, que siempre debieran ser primarios para nosotros.
Aun siendo insuficiente el reajuste, aun tratándose de un proyecto que no ha sido debidamente consensuado con las organizaciones del sector público y que tal vez no alcanza para dejar tranquilos o contentos a los funcionarios estatales, creo que de todas maneras, por el bien de nuestro país, es conveniente aprobarlo en los términos en que viene propuesto.
El Gobierno ha sido claro en decir que no hay más posibilidades de obtener nuevos recursos para otorgar un reajuste mayor o para aumentar lo planteado en el proyecto.
En ese sentido, hago fe -como lo he hecho en otras oportunidades y como espero seguir haciéndolo por mucho tiempo más- en nuestro Gobierno, que es el Gobierno de la Concertación, en el Presidente Lagos , en sus Ministros y en quienes forman parte de los equipos técnicos que han decidido que los límites para el Estado, para la buena marcha de la economía del país y para el bien de la sociedad chilena, son los que se hallan establecidos en este proyecto.
Voto que sí.
El señor VEGA .-
Señor Presidente, esta dinámica de cambios está generando numerosos nuevos niveles técnicos en la administración y operación de los variados sistemas que integran la organización de un Estado moderno.
El servidor público, con estos cambios, está forzado a perfeccionarse, lo que le implica un esfuerzo intelectual y personal que se le debe reconocer e incentivar, por cuanto de este esforzado servidor público depende, en gran medida, un desarrollo nacional armónico. Históricamente, sus remuneraciones han estado muy por debajo de las que se ofrecen en el sector privado y muy por debajo de sus legítimos niveles profesionales y sus grandes responsabilidades en el desarrollo de sectores vitales, como la administración de los distintos Ministerios, el desarrollo de la infraestructura nacional, el desarrollo y la definición de los grandes objetivos del país, el control y sustentabilidad de nuestros recursos básicos, la educación, la administración interna y externa, las instituciones de la Defensa, etcétera.
A propósito de esto, señor Presidente , el año pasado recordé -y se discutió en detalle- que de las instituciones técnicas se habían retirado en los últimos años miles de especialistas -entre ellos, más de 200 ó 300 pilotos-, con cientos de millones de pérdida para el Presupuesto de la Nación, que deja de contar con ese personal, el cual, legítimamente, emigra hacia mejores intereses. Lo mismo sucede en numerosas instituciones tecnológicas del Estado.
Recientemente aprobamos el Presupuesto de la Nación. Las prioridades, obviamente, las define el Gobierno en función de sus programas. Pero pienso que el apoyo económico y social al históricamente abnegado servidor público debería estar entre las primeras prioridades, por cuanto de ellos depende, en gran medida, la racionalidad en el empleo de nuestros limitados recursos.
Por lo expresado el año pasado, porque éste es un problema que se ha venido arrastrando paulatinamente en el tiempo, y porque falta una adecuada política de reajustes para el sector público, en esta ocasión me abstendré de votar.
El señor VIERA-GALLO .-
Señor Presidente, también quiero decir algo que quizás suene un poco paradójico.
Me parece que no resulta del todo racional estar discutiendo un 0,3 por ciento para llegar a un acuerdo y que a eso se atribuya una trascendencia que a mi juicio no tiene.
Vengo de pasar algunos días en países que se hallan en situaciones muy lamentables. Sin embargo, a diferencia del Honorable señor Lavandero , aprecio mucho el orden de la economía chilena y pienso que el buen orden de las finanzas públicas ha ayudado no sólo al crecimiento de nuestra economía, sino también al crecimiento del desarrollo humano de los chilenos. Considero que los Gobiernos de la Concertación han jugado un importante papel en materia de justicia social, que nosotros debemos ampliar y profundizar. Y no creo que el actual modelo económico, dirigido por los Gobiernos de la Concertación, haya ido en contra de los trabajadores o de los sectores más pobres del país.
Pero -insisto- me parece absurda esta situación de extremado conflicto en el país, en el Parlamento y en la propia Concertación, por un 0,3 por ciento.
Además, como ya dije, opino que esta iniciativa de nuevo establece una discriminación en lo referente a los bonos de Navidad y de Fiestas Patrias entre el sector activo y el pasivo. Comprendo que podría costar mucho dinero, pero estimo que deberíamos ir propendiendo, como tendencia al menos, a que el sector pasivo reciba luego un bono equivalente al que se otorga al sector activo.
Entiendo que al señor Ministro de Hacienda le preocupe la señal económica que se manda al país en el sentido de fijar una cifra que viene a ser, como él señaló, el piso desde el cual se vaya a negociar también en el sector privado, y que eso pudiera generar una presión inflacionaria desmedida. Tal vez el señor Ministro se equivoca, porque estamos hablando de un 0,3 por ciento, y tal vez el equipo de Gobierno es extremadamente inflexible en esa materia.
Igualmente, aquí hay que considerar un problema político que no es menor. El hecho de que se produzca en esta Sala una votación dividida de la Concertación es ya un signo político grave para el Gobierno, pues eso indica que la coalición que respalda al Gobierno del Presidente Lagos se encuentra divida en sus criterios en relación con este punto.
En segundo lugar, eso demuestra que no ha habido una suficiente conversación o fluidez de información con los distintos Senadores como para haber aunado un criterio común. -Qué pasaría, señor Presidente -me lo pregunto-, si debido a nuestras votaciones, abstenciones o discrepancias termináramos con un proyecto rechazado en una Sala en la cual la Concertación tiene mayoría? Es decir, que los Parlamentarios oficialistas rechacen el proyecto de reajuste del Gobierno. ¿Cuál sería la consecuencia política de esto en el país, considerando los términos en que el señor Ministro de Hacienda planteó la necesidad de aprobar la iniciativa?
Para evitarlo, por responsabilidad y por haber vivido circunstancias muy diferentes, pero en las cuales hubo coaliciones desordenadas e incapacidad gubernamental para dirigir a sus partidarios, yo por lo menos, al igual que el Senador señor Parra , hago confianza en lo que el señor Ministro ha señalado, y voto que sí.
El señor ABURTO .-
Señor Presidente, debo expresar ante todo que este proyecto de reajuste al sector público impone realmente una pesada carga a sus servidores, porque hace recaer en ellos una parte presuntamente dirigida a solucionar problemas económicos, al otorgarles un reajuste menor que el que habitualmente percibían cada año.
Mi preocupación apunta a que la carga que en este momento ellos deben soportar se distribuya en el futuro equitativamente en todos los sectores activos de nuestra ciudadanía, especialmente en los dependientes de las empresas privadas, a todos los sectores de la ciudadanía que deban soportar esta política nueva, orientada -como señalé- a solucionar algunos problemas económicos, particularmente la cesantía. Sé que a ello se debe el haber redactado un proyecto de reajuste menor al que realmente se merecen los funcionarios estatales.
En este sentido, confío plenamente en que las autoridades de Gobierno se preocuparán de realizar una equitativa redistribución de estas cargas en todos los sectores activos de la población.
Voto a favor.
El señor BOMBAL.-
Señor Presidente, a comienzos de este mes el Honorable señor Foxley me comunicó que se encontraría fuera del país en esta semana y me pidió el pareo que quedó debidamente inscrito en esa ocasión. En consecuencia, no puedo votar en esta oportunidad, pero deseo expresar que, si pudiera hacerlo, me pronunciaría en contra del proyecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
La Mesa autoriza a Su Señoría para intervenir como si estuviera fundando su voto, aunque no pueda hacerlo por estar pareado.
El señor BOMBAL.-
Agradezco su deferencia, señor Presidente .
Esta Administración se encontró en sus comienzos con un déficit fiscal originado, como todos sabemos, en un gasto excesivo del Gobierno anterior, especialmente durante el último año de su gestión.
Hace algunos años, denunciamos aquí que había un gasto desorbitado en todo lo que tenía que ver con las asesorías y los pagos duplicados de honorarios que se estaban efectuando en la Administración Pública. ¿Quiénes resultan más perjudicados con estos millonarios contratos que se venían realizando en forma paralela? Los funcionarios de planta, para los cuales nunca existe algún estímulo y siempre se llevan la peor parte de la administración permanente del Estado.
Sabido es que en todos los servicios públicos se genera duplicidad absoluta en todas las altas funciones y en las no tan altas. Si hay un director, existen dos o tres que se desempeñan en forma paralela. Esta situación es conocida y se planteó en su oportunidad y, al igual que ahora, se dijeron una y mil cosas respecto de quienes la expusimos.
Se ha difundido el tema de las indemnizaciones, aunque no es del caso abordarlo ahora, pues existe clara conciencia sobre lo acontecido. No hay ningún control en la gestión de las municipalidades, donde también proliferan los contratos a honorarios y las plantas paralelas. ¿Quién resulta perjudicado y sufre las consecuencias? El funcionario que por años integra la planta y que, después de cada cambio de Gobierno, observa cómo irrumpen en la Administración del Estado quienes, por turno, provienen de éste, de aquél, o del Gobierno que sea.
Existen problemas graves en materia de probidad, que se han planteado y que inciden en la cantidad de recursos que se malgastan en la Administración Pública. Qué duda cabe de que falta austeridad. Tal vez a todos nos falta en la Administración Pública, incluso al Congreso Nacional, estudiar mecanismos de mayor restricción para poder solucionar los problemas actuales del país.
Por consiguiente, señor Presidente , este conflicto no se origina en la carencia de recursos del país para enfrentar los graves problemas existentes como el que se ha producido hoy día, que incluso ha provocado una seria dificultad a la coalición gobernante.
Pienso que todo apunta a la urgente modernización del Estado, lo que no significa ni reducciones, ni privatizaciones -como se señala o estigmatiza-, sino que a una mejor adecuación del aparato estatal, para que sus integrantes, con buenas y objetivas evaluaciones y de acuerdo a sus capacidades, tengan la posibilidad de asumir la responsabilidad que el Estado les confía al otorgarles un cargo o una función.
Eso significa que los gobiernos que se sucedan no lleguen con aparatos políticos a la Administración Pública, porque naturalmente, frente al poder político, el funcionario permanente no tiene nada que hacer y, si no cuenta con su favor, debe esperar cuatro, cinco seis, o los años que sean hasta que llegue un Gobierno afín, o colocarse del lado del que venga, si éste cambia. Así, uno observa la tragedia de los funcionarios públicos, que deben estar merced del Gobierno que asume, sea A, B, C o D, por veinte, diez, treinta, cinco, seis, o por los años que sean.
Señor Presidente , mientras esto no se logre, siempre estaremos cargando con la responsabilidad de repartir migajas a la Administración Pública, porque finalmente sabemos que aquélla debe aceptar lo que se le otorgue. Pero simultáneamente con aceptar esa realidad, también sabemos que contamos con todos los mecanismos del aparato fiscal para generar toda una planta paralela. Como consecuencia de ello, no existe en la actualidad el dinero suficiente para reajustar las remuneraciones de quienes desempeñan de manera permanente la función pública, pero sí lo hay para todos los que no pertenecen a la estructura de planta e ingresaron gracias a los aparatos políticos. Para ellos sí hubo, y en exceso, mucho dinero.
Por consiguiente, habría votado en contra de la iniciativa.
El señor CANESSA.-
Señor Presidente, el mensaje de este proyecto señala que la definición de reajuste y de aguinaldos que propone fue antecedida por un intenso diálogo con los gremios del sector público. Pues bien, ocurre que dichos gremios están en huelga, lo que no deja de ser significativo.
Cito esta circunstancia, porque parece caracterizar un estilo de conducta.
En efecto, durante los últimos años, el Gobierno, más allá de los principios de administración financiera que dice sustentar, en la práctica ha reaccionado de acuerdo al grado de presión, muchas veces ilegal, que han sido capaces de aplicar diversos gremios. No hay una línea uniforme, destinada a distribuir el gasto fiscal conforme a la equidad. Por ejemplo, se ha discriminado abiertamente a las Fuerzas Armadas y, al mismo tiempo, se han aceptado generosamente las pretensiones de otros servidores públicos y, en muchos casos, ha habido privilegios para muy contadas personas.
En el tema que nos ocupa se está actuando conforme a esa lógica, ya que se busca disminuir, en términos reales, las remuneraciones de uno de los grupos más débiles del sector laboral de nuestro país. Nadie puede ignorar que en la Administración Pública coinciden los más bajos ingresos de la clase media con la prácticamente nula capacidad de presión que ella posee.
No me parece correcto hacer economía a costa de disminuir el poder adquisitivo de esas personas, mientras al mismo tiempo se gasta el dinero fiscal en muchas actividades que en momentos de estrechez son prescindibles.
Alabo la intención del señor Ministro de Hacienda en cuanto creo que él quiere reimponer disciplina fiscal, indispensable para frenar el grave deterioro que desde hace un par de años sufre la economía chilena. Sin embargo, no me parece justo alcanzar ese objetivo haciendo caer el mayor peso del sacrificio sobre un sector que, a pesar de no representar una especial fuerza política, debiera ser tratado con el respeto que merece la función que cumple en la administración del Estado.
En consecuencia, voto negativamente el proyecto.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, se habla de un reajuste de 4,3 por ciento y las expectativas razonables son de 4,6 por ciento. Esta pequeña diferencia da cuenta de la precaria situación en que se encuentra la situación económica del país. El señor Ministro ha pedido confianza y, en realidad, yo tengo confianza en su persona y en su seriedad. Él ha hecho un llamado emotivo que yo valoro. Sin embargo, me parece una mala señal el que se entregue un reajuste menor a lo que ha sido la inflación real, menor al IPC. Y me parece que esta situación debe ser revisada. La diferencia es muy pequeña y, en consecuencia, con una voluntad razonable se puede despejar el problema.
Es imprescindible establecer criterios para modernizar el Estado chileno. No creo sensato exigir a todo el resto de la fuerza laboral que se someta a los mecanismos de mercado para efectos de sueldo y que, sin embargo, el Estado resulte incapaz de llegar a los mínimos niveles razonables en materia de remuneraciones. Es una inequidad; esto es anormal. Lo señalo, porque me pareció interpretar de algunas palabras de señores Senadores que me antecedieron que esto era normal. No es así; es anormal que el Estado tenga un sueldo tan miserable para muchos de sus funcionarios.
Tengo también una opinión respecto de la austeridad del gasto público. En mi opinión, los esfuerzos deben ser compartidos. La Administración del Estado distingue claramente entre dos tipos de funcionarios públicos: los de carrera, que han cargado una mochila muy pesada durante muchos años; y los que ostentan cargos de confianza política y a contrata, que también son de confianza política, los cuales tienen sueldos realmente privilegiados, que se encuentran en situaciones muy ventajosas y que están completamente diferenciados de aquellos adscritos a la carrera funcionaria. De tal manera que en ese sentido se debe hacer un esfuerzo mayor.
Hay una gran carga en los sectores laborales. Se dice que la razón para este esfuerzo tiene que ver con la crisis del precio del petróleo, pero en verdad a quienes más golpea ésta es, precisamente, a la clase media, a los sectores trabajadores, a los que tienen mínimas remuneraciones y, por esa razón, no me parece adecuada esta actitud de darles un reajuste menor al IPC.
Quiero también hacerme cargo de algunas de las afirmaciones hechas esta tarde, o reflexionar sobre ellas. Porque me parece inadecuado seguir echándole la culpa a la dictadura de aquellas situaciones que hace diez años podrían haberse remediado. No es razonable. Creo que eso solamente enrarece la discusión, la politiza innecesariamente; me parece inadecuado.
Otro Honorable Senador emprende una embestida contra el modelo neoliberal que, en su opinión, explota a los sectores laborales. Le vengo escuchando ese discurso desde que llegué al Senado y, sin embargo, hasta el día de hoy no he escuchado jamás una proposición alternativa a tal modelo. Está bien que sigamos denunciando la problemática, pero ya es tiempo de buscar una "solucionática" y de dar a conocer cuál es el pensamiento que se tiene en torno de esta materia. Porque resulta majadero y casi demagógico insistir semana tras semana en el tema, sin jamás dar una alternativa o una salida sobre el punto. La economía social de mercado se ha impuesto en todo el mundo. Puede ser muy buena y muy útil, como ha resultado en diversos lugares, en diversas latitudes del mundo, cuando se maneja bien; y puede ser muy ineficiente y generar mucha inequidad cuando se maneja mal. Y, por consiguiente, de lo que se trata es efectivamente de hacer un manejo con equidad.
Respecto de este tema, señor Presidente , y atendido el hecho de que se me acaba el tiempo, quiero decir que debemos apuntar hacia lo que han pedido las Naciones Unidas: hacer un desarrollo más humano. Y yo estimo esencial dar mejores remuneraciones al sector público, que está en condiciones muy precarias.
No puedo responder positivamente a la petición del Gobierno y, en consecuencia, en un gesto de buena voluntad, me voy a abstener de apoyar el proyecto.
El señor CARIOLA.-
Señor Presidente, las aspiraciones del sector público son más que justificadas. En mi opinión, todos hubiéramos querido aprobar un reajuste mucho mayor. Posiblemente, si el señor Ministro hubiera accedido a los planteamientos que se hicieron en la Comisión de Hacienda durante la discusión del Presupuesto, de rebajar algunos gastos, hubieran existido los recursos para hacerlo. Pero eso ya no ocurrió y estamos enfrentados a este proyecto en que con mucha seriedad el señor Ministro ha planteado sus fundamentos y las razones por las cuales ha llegado al monto que él ha sugerido. A mi juicio, el señor Ministro no lo ha hecho por escatimar un 0,3 por ciento; creo que no es su voluntad ni su deseo, ni tampoco el de nosotros. Pero, en todo caso, estimo que las demostraciones que ha dado de un manejo técnico, serio, responsable de las cuentas fiscales, en un año económico difícil, de estrechez, como éste, y enfrentando Chile todos los problemas que tiene en este momento, voy a contribuir con mi voto a favor del proyecto.
El señor CHADWICK .-
Señor Presidente, he escuchado íntegramente el debate de esta tarde. No llegué a él con ninguna idea preconcebida ni ningún compromiso previo, sino que a formarme una opinión, una convicción para poder votar. Desde esa perspectiva, resulta poco pertinente pronunciarse a favor o en contra de un proyecto de esta naturaleza, no por su mérito, sino por razones de compromisos partidarios o de solidaridades políticas.
Es bueno recordar en estas oportunidades que, más allá de los discursos, se nos elige para buscar el bien común, el bien del país y representar a nuestra gente. No se nos elige para perseguir el interés partidario ni los compromisos con los Gobiernos de turno.
Después de escuchar al señor Ministro , valoro la seriedad y el coraje con que ha asumido este problema. Así se ha señalado reiteradamente. Pero a lo largo del debate he llegado a una convicción: no puedo aprobar un proyecto de ley de esta naturaleza cuando no se advierten posibilidades de intentar un esfuerzo para alcanzar algo más. Esto es lo que se ha estado expresando a lo largo de la discusión con seriedad, responsabilidad y sin demagogia; pero existe -hay tiempo para hacer las rectificaciones del caso- la voluntad de hacer un esfuerzo adicional. Y eso es lo que se pide hoy día al Senado, y debemos responder por ello.
¿Y por qué existe tal posibilidad? Se ha recordado que durante la discusión del Presupuesto existieron distintas iniciativas tendientes a rebajar gastos, considerados en ese momento innecesarios, superfluos o no prioritarios. Y en esta ocasión todos hemos escuchado -nadie ha dicho lo contrario- que la necesidad y la justicia de dar un reajuste total y completo es indispensable, a la luz del esfuerzo hecho por los empleados públicos chilenos.
Y si eso es así de verídico, por qué entonces no podemos hacer el esfuerzo hoy día de darle la prioridad que todos hemos señalado en nuestros discursos, y replantearnos y revisar esos gastos aprobados hace pocas semanas y que ante esa prioridad sí pueden ser modificados, con un esfuerzo adicional. Hay tiempo para hacerlo.
Se ha recordado además -lo ha dicho el Honorable señor Bombal - que hoy en día existen millones de dólares y grandes cantidades de recursos destinados al financiamiento de labores que se desarrollan dentro del ámbito público, a contrata o a honorario.
Si tan sólo se redujeran esos recursos destinados a contratos y a honorarios en una cifra no superior al 10 ó 12 por ciento, se podría financiar el diferencial de 0,3 que estamos discutiendo hoy día. Estoy seguro de que los empleados públicos gustosos aceptarían el desafío de reemplazar esa reducción de los trabajos a honorarios a cambio de poder recibir un reajuste íntegro. Y cumplirían su labor con mucha más eficiencia o eficacia de la existente hoy día. Estoy seguro de que aceptarían el desafío.
Se ha recordado por parte de los Honorables señores Novoa y Larraín -y ello no ha sido refutado- que la magnitud de lo requerido no involucraría ni siquiera el 5 por ciento de los recursos que la actual Ley de Presupuestos destina a financiamientos futuros comprometidos. ¡Ni aun el 5 por ciento! ¡Ni siquiera el 5 por ciento!
Entonces, a la luz de tales antecedentes -que no han sido refutados en todo el debate- y sobre la base de lo que todos hemos expresado, en el sentido de que es justo, necesario y merecido hacer el esfuerzo de dar ese reajuste en forma completa, la pregunta es la siguiente: ¿Existe o no existe la voluntad política en el Senado y en el Gobierno, más allá de los discursos, de hacer un esfuerzo adicional? Hay tiempo para hacerlo. Con ello se podría demostrar a los empleados públicos que sí es efectivo lo que decimos en nuestros discursos: que es justo, meritorio y prioritario hoy en día para el país dar un reajuste completo. Es un problema de voluntad política, de prioridades, el cual debe ser abordado por el Senado y el Gobierno, con la seriedad exhibida esta tarde. Podemos hacer ese esfuerzo adicional.
Señor Presidente , me abstendré, para dar la oportunidad de generar ese esfuerzo adicional, actuando con seriedad y responsabilidad en lo que he señalado.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI .-
Señor Presidente, voy a reiterar brevemente lo que planteé en la Comisión.
Yo no comparto en general los criterios con que fue elaborado el proyecto en debate, ni me han convencido suficientemente las razones dadas por el señor Ministro en cuanto a que no podríamos entregar un reajuste que, por lo menos, estuviera en línea con el alza del costo de la vida, en virtud de la disposición del Gobierno de no cambiar el texto original.
Y en la circunstancia de tener que resolver un voto, voy a votar favorablemente. Básicamente por lo que aquí se ha tratado de denigrar: que ello obedece a un compromiso político. Pero yo estimo que los Gobiernos requieren solidez, que las coaliciones necesitan disciplina y que el orden político es fundamental. Y yo no sólo creo profundamente en esos valores, sino también en la capacidad de rectificación del Gobierno y del Presidente Lagos .
Por lo tanto -sin perjuicio de las opiniones que he dado públicamente y de las que iremos dando con mayor amplitud en nuestro debate interno-, por un elemento de responsabilidad política, quiero decir al Honorable señor Chadwick que éste es un elemento muy importante. Todos aquí fuimos elegidos por el pueblo; también fuimos elegidos políticamente. Yo figuré como candidato en una lista de la llamaba Concertación de Partidos por la Democracia. No lo hice como Senador independiente elegido por dos períodos. Y en una nómina perteneciente al Partido Socialista. Y respondemos por la responsabilidad política de dar Gobierno a Chile.
Yo no voy a hacer un discurso sobre la dictadura, porque respecto de las responsabilidades nuestras después de diez años -estoy de acuerdo con el Honorable señor Cantero - tenemos que responder nosotros. Pero también me indigna un poco cuando representantes de la dictadura vienen a rasgar vestiduras por los trabajadores a los que persiguieron durante 17 años. ¡Hay que decir las cosas como son!
Quiero por lo menos manifestar esa indignación en esta Sala, no para justificar este proyecto, con el que no estoy de acuerdo; pero sí por lo menos para que podamos entendernos realmente cuando decimos las cosas. Y creo que eso el país y sus trabajadores lo saben.
Yo sé que no es un buen día para la Concertación ni para nosotros. Quiero reiterar mi voto favorable por las razones antedichas, confiando en nuestra capacidad como coalición y como Gobierno de rectificación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si la Sala lo permite, deseo dejar constancia desde la testera de mi posición.
Estoy de acuerdo con la mayoría de los señores Senadores y de las muchas otras personas que han criticado el nivel de reajuste de las remuneraciones. Pienso que siempre los reajustes han sido interiores a las expectativas que se puedan tener.
Por otra parte, creo importante advertir que esta Corporación y los Senadores que la integran no tenemos capacidad para rectificar las políticas para el sector público en materia de remuneraciones. Sólo podemos representarlas.
El señor Ministro de Hacienda nos ha hecho una exposición acerca de los planteamientos del Gobierno. Podemos analizarlos; y el mismo ha reconocido que son discutibles. Creo que, efectivamente, es discutible el hecho de que la diferencia entre 4,3 y 4,6 por ciento, en términos monetarios, no debiera ser una barrera imposible de solucionar. Pero el planteamiento de él va en otro sentido: no es sólo el tema de dar un 0,3 por ciento más o menos, sino que, más bien, se enmarca en una línea política global en cuanto a lo que debe ser el manejo de la economía en el próximo tiempo.
Además, pienso que, si uno forma parte de una coalición, tiene la obligación de respaldar a su Administración. Yo creo que el Gobierno de la Concertación, desde el punto de vista de política de remuneraciones del sector público, ha sido más eficiente si lo comparamos con el de otros períodos.
Nadie puede negar que durante los últimos diez años las remuneraciones del sector público han experimentado una modificación positiva para los trabajadores; pero, por otro lado, también debemos reconocer que la votación negativa de un proyecto de reajuste implica consecuencias políticas graves.
Con la experiencia que uno tiene -después del largo tiempo de labor participando tanto en el Gobierno como en el Parlamento-, sabe que una votación negativa trae como consecuencia un problema grave para el Gobierno en el cual uno participa. Y, desde ese punto de vista, la obligación de uno es respaldar a la actual Administración, si tiene confianza en ella. En ese aspecto, entonces, uno no puede provocar daño político. Porque, si lo hacemos y causamos un daño político al Gobierno y a la Concertación, los efectos van a ser negativos no sólo en términos políticos, sino también económicos.
Estoy seguro de que más de alguno de los que hoy en día no participan en el Gobierno de la Concertación desean ver el fracaso del mismo. Yo no quisiera eso. Nosotros aspiramos a que el Gobierno tenga éxito, precisamente para seguir trabajando en mejorar la condición de todos los chilenos y chilenas y, por supuesto, en forma muy especial la del sector público.
Por otra parte, hago confianza en lo que ha señalado el señor Ministro de Hacienda en las conversaciones que hemos sostenido, en el sentido de que no sólo el reajuste general de remuneraciones es importante para los efectos de mejorar las rentas de los diferentes trabajadores del sector público, sino que también vienen las negociaciones sectoriales, que van en beneficio de determinados sectores de la Administración Pública que se encuentran más deteriorados en cuanto a sus remuneraciones. Espero que esto último se concrete en el año 2001 y que, en lo que resta del año en curso, se lleve a cabo con los profesores y otros sectores.
Por todas esas razones, por respaldar al Gobierno, por apoyar a la Concertación y para que realmente podamos seguir trabajando en los términos en que he señalado, voto que sí.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la votación.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
Resultado de la votación: 14 votos por la afirmativa, 9 votos por la negativa, 13 abstenciones y 2 pareos.
Votaron por la afirmativa: los señores Aburto , Cariola , Gazmuri , Muñoz Barra , Páez , Parra , Pérez , Pizarro , Sabag , Silva , Viera-Gallo , Zaldívar (don Adolfo) , Zaldívar (don Andrés ) y Zurita .
Votaron por la negativa: los señores Canessa , Cordero, Frei ( doña Carmen) , Hamilton , Horvath , Lagos, Martínez , Ruiz (don José ) y Stange .
Se abstuvieron los señores Cantero , Chadwick , Díez , Fernández , Larraín , Lavandero , Matta , Moreno , Novoa , Prat , Romero , Urenda y Vega .
No votaron, por estar pareados, los señores Bombal y Ríos.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se procederá a repetir la votación, pues, conforme al Reglamento, las abstenciones influyen en el resultado.
El señor HAMILTON.-
Se podría dar por repetida la votación con el mismo resultado.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se dará por repetida.
El señor LARRAÍN.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, deseo señalar que muchos de nosotros nos hemos abstenido de votar por cuanto consideramos que es posible hacer el esfuerzo para buscar la forma como juntar los recursos.
En consecuencia, en este caso no hagamos la segunda votación, a fin de que pueda estudiarse una solución entre el señor Ministro -a quien reitero mi solicitud en este sentido- y la Comisión de Hacienda. Ahora, si esto no ocurre, desde ya anuncio mi voto en contra.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Conforme al Reglamento, no puedo dejar de repetir la votación, señor Senador, porque se trata de un proyecto cuya urgencia ha sido calificada de "discusión inmediata".
El señor LARRAÍN.-
El señor Ministro tiene la palabra al respecto.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No tengo inconveniente en darle la palabra para que responda su planteamiento, Su Señoría. Sin embargo, debo aplicar el Reglamento en forma estricta.
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor EYZAGUIRRE ( Ministro de Hacienda ).-
Honorable señor Larraín, me parece que el tema desgraciadamente muchas veces corre en contra de la intuición o del sentido común, y por eso nos encontramos en esta situación, tan difícil para todos los señores Senadores.
La oferta primitiva del Gobierno fue de 3,5 por ciento, que consideraba la inflación futura de 3 por ciento y 0,5 por ciento, que es, conforme a la información de salarios generales de la economía, la cifra con la cual efectivamente hoy día se está remunerando. Su Señoría podrá observar, por ejemplo, que en el gremio del plástico se ha cerrado una negociación por tres años sin reajuste real, sin coeficiente de productividad, lo cual se ha dado a conocer vastamente en la prensa.
Precisamente, con el objeto de lograr un incremento salarial que fuera mínimo en términos del costo que deben pagar los trabajadores, hemos revisado sucesivamente la productividad hasta 1 por ciento y 1,3 por ciento. Por eso llegamos a 4,3 por ciento.
Con el aumento de la cifra inicial de 3,5 por ciento en un 0,8 por ciento, que implica recursos por 24 mil millones de pesos, hicimos y continuaremos efectuando todos los ajustes posibles. Esa cantidad no estaba adecuadamente provisionada en el Tesoro Público.
Sin embargo, tal como los señores Senadores me han preguntado, con toda razón, cómo puedo oponerme a algo que va a representar 300 pesos para un trabajador que percibe un monto determinado, yo, a su vez, les consulto, ¿por qué han de ser tan importante para ese trabajador esos 300 pesos? Porque la discusión de fondo aquí, Honorable señor Larraín , no radica en 0,3 por ciento más ó 0,3 por ciento menos, sino en que los trabajadores nos han planteado que, en lugar de negociar (método que fue tan propicio para todos) sobre la base de la inflación futura y de productividad -en el único año en que les ha sido desfavorable-, alteremos esa negociación y lo hagamos sobre la base de la inflación pasada, estableciendo el 4,6 por ciento de reajuste. Por eso no pudimos llegar a acuerdo con la ANEF y la CUT.
El Ministro que habla no ha escatimado recursos en términos de otorgar, como saben Sus Señorías, a todos los trabajadores cuyo sueldo sea inferior a 320 mil pesos, un reajuste neto de 5,2 por ciento, que excede la inflación.
El hecho de volver a una práctica desterrada desde hace 12 años de la economía, como es la de que cualquier alza de inflación, aun cuando proviniere de elementos que no podemos controlar, debe automáticamente traspasarse a todos los salarios de la economía, es una irresponsabilidad política.
Lo que está en discusión acá es si cedemos a un nivel de reajuste que deje por sentado que cada vez que haya una inflación de determinado monto el reajuste debe ser exactamente igual a éste.
Yo, como conductor de la economía, no puedo hacer eso responsablemente, aun cuando me gane toda la impopularidad y el repudio de muchos. Mi responsabilidad, en definitiva, es con Chile y no con ser popular.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente , ¿me permite una moción de orden?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.-
Señor Presidente, propongo que aplique el Reglamento y se proceda a la segunda votación.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En votación.
--(Durante la votación).
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente, entiendo y respeto al señor Ministro , incluso manifiesto mi admiración por la forma como ha planteado este debate. Sin embargo, deseo manifestar que si el Senado rechaza el proyecto en discusión, conforme al Reglamento procede la formación de una Comisión Mixta, porque la Cámara de Diputados lo votó favorablemente. Y esa Comisión, que hemos estado buscando a través de la de Hacienda, se formaría automáticamente entre ambas ramas del Parlamento y, por cierto, con el Ejecutivo . Ello permitiría crear espacio para la negociación y el diálogo, a fin de ver qué esfuerzos adicionales podemos hacer con el objeto de superar esta brecha.
Por ese motivo, voto que no.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, la verdad es que no puedo ocultar el bochorno que siento como Parlamentario que apoya sincera y honestamente al Gobierno. Escuché a un señor Senador decir que admiraba la forma en que se ha expresado y ha hecho los planteamientos el señor Ministro de Hacienda . No me sumo a esa concepción, porque aquí se ha cometido una "gaffe" política que tendrá costos para quienes estamos en estas bancadas. Y ésa es una verdad.
Deseo manifestar públicamente que este porcentaje exiguo realmente no justifica lo que está sucediendo en el Senado. Es un hecho que lamento. A Parlamentarios que somos leales a un Gobierno -que es leal con los trabajadores-, nos están colocando en una posición amarga y triste. Comprendo y lamento la situación, y me llegan por supuesto las voces negativas de los trabajadores presentes en las tribunas. Sin embargo, estoy confundido, porque en esta misma Sala ha habido voces -que ustedes deben haber escuchado hace años- formulando planteamientos contrarios a los trabajadores. ¡Son las mismas voces que en el pasad!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Pido a Su Señoría dirigirse a la Mesa.
El señor MUÑOZ BARRA.-
¡Exoneraron a cientos de miles de trabajadores! ¡No pueden decirnos a nosotros, a los Senadores de la Concertación!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
¡Reitero a Su Señoría que debe dirigirse a la presidencia!
El señor MUÑOZ BARRA.-
¡Que estamos en contra de los trabajadores, de los funcionarios públicos!
Por eso, lamento mucho esta situación. Y así se lo plantearé al señor Presidente de la República .
Deseo asumir el costo, afrontaré los riesgos, porque no quiero ser Parlamentario a cualquier costo. No quiero que repitamos los errores del pasado por apresurar las cosas.
El Presidente Ricardo Lagos lleva nueve meses desarrollando su política de gobierno, y en lealtad al Primer Mandatario , yo, con voz entera, sin temor, sin ninguna ofuscación, sin decir que no siento el impacto del rechazo de los trabajadores leales al Presidente Lagos , voto a favor del proyecto.
--(Manifestaciones en las tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Está prohibido efectuar manifestaciones a quienes se encuentran en las tribunas.
El señor NOVOA.-
Señor Presidente, mantengo mi posición en cuanto a abstenerme de votar, porque no estoy en condiciones de aprobar el proyecto.
La responsabilidad en cuanto a proponer reajustes y a elaborar la Ley de Presupuestos corresponde al Ejecutivo . Por otra parte, a los Parlamentarios de la Oposición no se nos puede responsabilizar por llegar a esta situación, en circunstancias de que no hemos tenido ninguna posibilidad de negociar anticipadamente para dar una solución más favorable a los trabajadores del sector público.
Ante la negativa del Gobierno en cuanto a cambiar su postura, a quienes no deseamos crear un conflicto -como se ha señalado- no nos queda otra alternativa que mantener nuestra abstención, a fin de que, en definitiva, el Ejecutivo y la Concertación asuman su responsabilidad por conservar invariable el proyecto y, de esa forma, provocar una Comisión Mixta donde puedan revisar su posición.
Me abstengo.
El señor PIZARRO .-
Señor Presidente, en la primera votación señalé que apoyaba el proyecto en el entendido de que quien dirige la Hacienda y los recursos del país manifestó claramente que se encuentra en la situación límite. Sin embargo, aquí se ha escuchado: votemos en contra, porque así discutiremos esta materia nuevamente y entonces veremos de dónde se obtienen los recursos que faltan. Yo estaría dispuesto a ello, siempre y cuando éstos procedan -me imagino- por el lado de una reforma tributaria que signifique mayores ingresos para el Fisco.
Con los representantes de la Oposición no ha habido acuerdos para aumentar impuestos que permitan contar con más dinero para incrementar las remuneraciones de los trabajadores del sector público. Y ello no ha sido por culpa de la Concertación.
Si hay ánimo -como ha señalado el Senador señor Larraín- de buscar fórmulas distintas y se nos plantea que aquí se pueden realizar una reforma tributaria completa y reformas laborales que permitan negociaciones colectivas efectivas, estaría dispuesto a discutirlas. Pero la verdad es que ello forma parte de una actitud un poco demagógica, por decir lo menos.
Lo que corresponde -como también dijo claramente el Honorable señor Novoa , de la Oposición- es hacer fe en quien tiene la responsabilidad de destinar o de manejar los recursos fiscales, y esa persona es el Ministro de Hacienda . En eso comparto lo sostenido por Su Señoría, de que efectivamente al Gobierno le cabe esa responsabilidad.
Reitero que soy Senador de Gobierno, y tengo como obligación también hacer fe en quienes manejan la economía del país. Porque aquí no está sólo en juego el reajuste al sector público, sino también las señales económicas que se dan a toda la nación. El sector público y las empresas fiscales no son más del 20 por ciento de la economía del país, y nos interesa entregar señales positivas también al 80 por ciento restante y tener claridad respecto de lo que pasa con la reactivación y el desempleo. Si la señal que aquí damos es negativa, pues va en contra de los miles de trabajadores cesantes, prefiero acompañar al Gobierno en esta materia, aunque sea doloroso.
Por esa razón, voto que sí.
El señor URENDA.-
Señor Presidente, tal como expresó el Senador señor Novoa , ni siquiera hemos tenido la posibilidad de iniciar un debate sobre la mayor o menor justeza del reajuste, pues el Gobierno y la Concertación tienen la responsabilidad de decidir sobre esta materia.
Personalmente, me gustaría proponer diversos cambios en este tipo de proyectos; pero jurídicamente resulta imposible hacerlo, pues se trata de un reajuste masivo para todo el país.
En estas circunstancias, mantengo mi abstención para dejar que quienes tienen la responsabilidad en esta materia decidan el camino a seguir.
Me abstengo.
El señor VIERA-GALLO .-
Señor Presidente, no cabe la menor duda de que en la Concertación hoy día tenemos ideas divergentes. Pero lo que no logro entender es la lógica de la Oposición, sobre todo, si aspira a ser gobierno. No la entiendo, porque los editoriales del diario "El Mercurio", los informes del Instituto Libertad y Desarrollo, las opiniones del señor Büchi y la de todos los técnicos de la economía de la Derecha apoyan al Ministro de Hacienda . Han señalado que se trata de un Secretario de Estado serio, responsable, riguroso en el manejo de las finanzas públicas, y que quienes le ponemos problemas al señor Ministro somos algunas personas de la Concertación, especialmente de la Izquierda de ella. Eso es lo que se lee a diario.
Sin embargo, hoy ocurre aquí justamente lo contrario. La Oposición le ha colocado al Ministro de Hacienda una traba muy grande para el desempeño de su gestión. No hay que engañarse, porque si el proyecto es enviado a una Comisión Mixta, habrá que recordar las declaraciones del Secretario de Estado y se sabrá que allí no se llegará a ningún acuerdo, pues el señor Ministro no puede entregar en ella lo que no ha cedido en el Senado. Entonces, tal posición no tiene lógica, considerando que la autoridad ha declarado que está en el límite del manejo riguroso de las finanzas públicas.
Lo que la Derecha ha efectuado hoy en la tarde es colocar al borde de una crisis de Gabinete al Gobierno del Presidente Lagos, en la persona del Ministro que curiosamente recibe más elogios de parte de la Derecha.
Pienso que la Oposición difícilmente podrá aspirar a gobernar con rigor, con legitimidad y con responsabilidad.
Quisiera ver si los editoriales de "El Mercurio" de mañana elogiarán las actitudes que los señores Senadores de la Derecha han tenido esta tarde, salvo la del Honorable señor Cariola , quien votó a favor del proyecto.
Voto que sí.
--(Manifestaciones en las tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
La sesión se ha desarrollado con normalidad. Pido que las tribunas mantengan la tranquilidad.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, en esta segunda votación, la abstención significa, en definitiva, dejar que otros decidan por uno. Además, la abstención se suma a los votos de la mayoría. En consecuencia, la actuación de un señor Senador pasa a ser absolutamente neutra.
No quiero que otros resuelvan lo que a mí me corresponde. Debo tomar una decisión. Y me parece que no es traumático buscar un espacio más de diálogo y de entendimiento para legislar y parlamentar en el Senado.
Me parece que tenemos posibilidades de llegar a un acuerdo, porque existen partidas donde ajustar el Presupuesto. Hay excesivos recursos en materia de cargos de confianza política en toda la estructura de la Administración del Estado de la Administración del Estado. Considero, además, que se destinan excesivos recursos para financiar cargos a contrata, que no son otra cosa que la degeneración del concepto, porque han servido sin más para pagar favores políticos y mantener dos plantas de trabajadores: la de los que perciben estos sueldos francamente paupérrimos, y aquéllos que, por la confianza política depositada en ellos, se encuentran en una planta paralela que les ofrece muy buenas condiciones.
Señor Presidente, simplemente quiero que se tome la decisión de abrir ese espacio de diálogo.
En consecuencia, voto que no.
El señor CARIOLA.-
Señor Presidente, tengo la impresión de que no se entendió bien la explicación del señor Ministro de Hacienda acerca de las razones por las cuales el proyecto viene en la forma como se ha planteado.
A mi juicio, no se trata de recursos más o de recursos menos, sino del método de cálculo. Si éste se cambia según sean las circunstancias, entiendo que para este personero se sentará un precedente muy negativo.
La seriedad y responsabilidad del señor Ministro en el manejo de los recursos fiscales merecen nuestro pleno apoyo y respaldo.
Voto a favor.
El señor CHADWICK.-
Señor Presidente , reitero mi abstención.
El señor DÍEZ.-
Señor Presidente , por las razones expuestas por el Honorable señor Cariola, voto que sí.
El señor FERNÁNDEZ.-
Señor Presidente , mantengo mi abstención.
El señor HOFFMANN ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor MATTA.-
Me abstengo, señor Presidente .
El señor LAGOS.-
¿Algún otro señor Senador no ha emitido su voto?
El señor MORENO.-
Mantengo mi abstención, señor Presidente .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general y particular el proyecto (12 votos contra 9, 7 abstenciones y un pareo), y queda despachado en este trámite.
Votaron por la afirmativa los señores Cariola, Díez, Gazmuri, Muñoz Barra, Páez, Parra, Pizarro, Sabag, Viera-Gallo, Zaldívar (don Adolfo), Zaldívar (don Andrés) y Zurita.
Votaron por la negativa los señores Canessa, Cantero, Frei (doña Carmen), Hamilton, Horvath, Lagos, Larraín, Ruiz (don José) y Vega.
Se abstuvieron de votar los señores Chadwick, Fernández, Lavandero, Matta, Moreno, Novoa y Urenda.
No votó por estar pareado el señor Ríos.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
No habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 19:33.
Osvaldo Palominos Tolosa,
Jefe de la Redacción subrogante