Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- PRESIDENTE ACCIDENTAL DE LA SESIÓN
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- SECRETARIO DE LA SESIÓN
- Carlos Loyola Opazo
- PRESIDENTE ACCIDENTAL DE LA SESIÓN
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. ACTAS
- IV. CUENTA
- PRÓRROGA DE PLAZO A COMISIÓN.
- PERMISO CONSTITUCIONAL
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- Edmundo Villouta Concha
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- V. TABLA
- ESTABLECIMIENTO DE SEGURO DE CESANTIA. Primer trámite constitucional.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Anibal Perez Lobos
- INTERVENCIÓN : Jose Miguel Ortiz Novoa
- INTERVENCIÓN : Dario Paya Mira
- INTERVENCIÓN : Maria Rozas Velasquez
- INTERVENCIÓN : Mario Bertolino Rendic
- INTERVENCIÓN : Enrique Jaramillo Becker
- INTERVENCIÓN : Julio Dittborn Cordua
- INTERVENCIÓN : Rodolfo Seguel Molina
- INTERVENCIÓN : Haroldo Fossa Rojas
- INTERVENCIÓN : Alejandro Navarro Brain
- INTERVENCIÓN : Jose Perez Arriagada
- INTERVENCIÓN : Adriana Munoz D'albora
- INTERVENCIÓN : Claudio Alvarado Andrade
- INTERVENCIÓN : Juan Masferrer Pellizzari
- INTERVENCIÓN : Osvaldo Palma Flores
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Dario Paya Mira
- Rodrigo Alvarez Zenteno
- Julio Dittborn Cordua
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jaime Naranjo Ortiz
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Adriana Munoz D'albora
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Ricardo Rincon Gonzalez
- Enrique Krauss Rusque
- Juan Jose Bustos Ramirez
- Juan Pablo Letelier Morel
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Javier Hernandez Hernandez
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Maria Rozas Velasquez
- Miguel Hernandez Saffirio
- Roberto Leon Ramirez
- Rodolfo Seguel Molina
- Jose Miguel Ortiz Novoa
- Anibal Perez Lobos
- INDICACIÓN
- ESTABLECIMIENTO DE SEGURO DE CESANTIA. Primer trámite constitucional.
- CIERRE DE LA SESIÓN
- PORTADA
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 341ª, EXTRAORDINARIA
Sesión 54ª, en miércoles 17 de mayo de 2000
(Especial, de 16.09 a 19.02 horas) Presidencia de los señores Jeame Barrueto, don Víctor; León Ramírez, don Roberto, y Mora Longa, don Waldo
Presidencia accidental del señor Ortiz Novoa, don José Miguel.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.
Prosecretario, el señor Zúñiga Opazo, don Alfonso.
ÍNDICE
I.- ASISTENCIA
II.- APERTURA DE LA SESIÓN
III.- ACTAS
IV.- CUENTA
V.- TABLA
VI.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
VII.- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
ÍNDICE GENERAL
I. Asistencia…5
II. Apertura de la sesión…9
III. Actas…9
IV. Cuenta…9
Prórroga de plazo a Comisión…9
Permiso constitucional…9
V. Tabla.
Establecimiento de seguro de cesantía. Primer trámite constitucional…9
VI. Documentos de la Cuenta.
1. Oficio de S.E. el Presidente de la República mediante el cual retira la urgencia que hiciera presente para el despacho del proyecto que establece un seguro de cesantía (boletín N° 2494-13)…50
2. Informe de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, recaído en el proyecto, con urgencia calificada de “suma”, que establece un seguro de cesantía (boletín N° 2494-13)…50
3. Certificado de la Comisión de Hacienda, recaído en el proyecto, con urgencia calificada de “suma”, que establece un seguro de cesantía (boletín N° 2494-13)…71
VII. Otros documentos de la Cuenta
1. Comunicación:
Del diputado señor Villouta, quien, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 57 de la Constitución Política de la República y 35 del Reglamento de la Corporación, solicita autorización para ausentarse del país por un plazo superior a 30 días, a contar del 17 de mayo en curso, para dirigirse a Buenos Aires.
2. Oficios:
De la Comisión de Salud mediante el cual solicita el acuerdo de la Sala de la Corporación para prorrogar en 30 días el plazo para evacuar el informe de la Comisión sobre el proyecto de acuerdo N° 318, relativo al funcionamiento de las instituciones de salud previsional.
De la Comisión Especial de Drogas por el cual solicita el acuerdo de la Sala de la Corporación para sesionar simultáneamente el día miércoles 17 de mayo en curso, de 18 a 21 horas, con el objeto de continuar con el despacho del proyecto que sustituye la ley N° 19.366, que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas (boletín N° 2439-20).
I.ASISTENCIA
Asistieron los siguientes señores diputados: (101)
--Acuña Cisternas, Mario
--Aguiló Melo, Sergio
--Alessandri Valdés, Gustavo
--Alvarado Andrade, Claudio
--Álvarez Zenteno, Rodrigo
--Allende Bussi, Isabel
--Ascencio Mansilla, Gabriel
--Ávila Contreras, Nelson
--Bartolucci Johnston, Francisco
--Bertolino Rendic, Mario
--Rozas Velásquez, María
--Bustos Ramírez, Juan
--Caminondo Sáez, Carlos
--Caraball Martínez, Eliana
--Cardemil Herrera, Alberto
--Ceroni Fuentes, Guillermo
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Cornejo González, Aldo
--Cornejo Vidaurrázaga, Patricio
--Correa De la Cerda, Sergio
--Cristi Marfil, María Angélica
--Delmastro Naso, Roberto
--Díaz Del Río, Eduardo
--Dittborn Cordua, Julio
--Elgueta Barrientos, Sergio
--Encina Moriamez, Francisco
--Espina Otero, Alberto
--Fossa Rojas, Haroldo
--Galilea Carrillo, Pablo
--García García, René Manuel
--García Ruminot, José
--García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
--Girardi Lavín, Guido
--González Román, Rosa
--Gutiérrez Román, Homero
--Hales Dib, Patricio
--Hernández Saffirio, Miguel
--Huenchumilla Jaramillo, Francisco
--Ibáñez Santa María, Gonzalo
--Jaramillo Becker, Enrique
--Jarpa Wevar, Carlos Abel
--Jeame Barrueto, Víctor
--Jiménez Villavicencio, Jaime
--Krauss Rusque, Enrique
--Kuschel Silva, Carlos Ignacio
--Leal Labrín, Antonio
--Leay Morán, Cristián
--León Ramírez, Roberto
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Letelier Norambuena, Felipe
--Longton Guerrero, Arturo
--Longueira Montes, Pablo
--Lorenzini Basso, Pablo
--Luksic Sandoval, Zarko
--Masferrer Pellizzari, Juan
--Melero Abaroa, Patricio
--Mesías Lehu, Iván
--Molina Sanhueza, Darío
--Monge Sánchez, Luis
--Montes Cisternas, Carlos
--Mora Longa, Waldo
--Moreira Barros, Iván
--Mulet Martínez, Jaime
--Muñoz Aburto, Pedro
--Muñoz D'Albora, Adriana
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Navarro Brain, Alejandro
--Núñez Valenzuela, Juan
--Ojeda Uribe, Sergio
--Olivares Zepeda, Carlos
--Orpis Bouchón, Jaime
--Ortiz Novoa, José Miguel
--Palma Flores, Osvaldo
--Palma Irarrázaval, Joaquín
--Pareto González, Luis
--Paya Mira, Darío
--Pérez Amagada, José
--Pérez Lobos, Aníbal
--Pérez Varela, Víctor
--Pollarolo Villa, Fanny
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Reyes Alvarado, Víctor
--Rincón González, Ricardo
--Rocha Manrique, Jaime
--Saa Díaz, María Antonieta
--Sánchez Grunert, Leopoldo
--Sciaraffia Estrada, Antonella
--Seguel Molina, Rodolfo
--Silva Ortiz, Exequiel
--Soria Macchiavello, Jorge
--Soto González, Laura
--Turna Zedan, Eugenio
--Valenzuela Herrera, Felipe
--Van Rysselberghe Varela, Enrique
--Vargas Lyng, Alfonso
--Vega Vera, Osvaldo
--Velasco De la Cerda, Sergio
--Venegas Rubio, Samuel
--Vilches Guzmán, Carlos
--Walker Prieto, Ignacio
--Walker Prieto, Patricio
Con permiso constitucional estuvieron ausentes los diputados señores Rafael Arratia y Edmundo Villouta.
Asistió, además, el ministro del Trabajo y Previsión Social, señor Ricardo Solari.
II.APERTURA DE LA SESIÓN
Se abrió la sesión a las 16.09 horas.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patriar se abre la sesión.
III.ACTAS
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
El acta de la sesión 49ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 50ª queda a disposición de los señores diputados y señoras diputadas.
IV.CUENTA
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Se va a dar lectura a la Cuenta.
El señor ZUÑIGA (Prosecretario) da lectura a los documentos recibidos en la Secretaría.
PRÓRROGA DE PLAZO A COMISIÓN.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se accederá a la petición de prórroga de plazo solicitada por la Comisión de Salud para evacuar el informe sobre el proyecto de acuerdo N° 318, relativo al funcionamiento de las instituciones de salud previsional.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Si le parece a la Sala, se accederá a la petición de la Comisión Especial de Drogas para sesionar hoy simultáneamente con la Sala, de 18 a 21 horas.
No hay acuerdo.
PERMISO CONSTITUCIONAL
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se concederá el permiso constitucional solicitado por el diputado señor Edmundo Villouta para ausentarse del país por un plazo superior a 30 días a contar del 17 de mayo en curso.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
V. TABLA
ESTABLECIMIENTO DE SEGURO DE CESANTIA. Primer trámite constitucional.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Corresponde conocer, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley que establece un seguro de cesantía.
Diputado informante de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social es el señor Aníbal Pérez.
Antecedentes:
-Mensaje, boletín N° 2494-13, sesión 44ª, en 2 de mayo de 2000. Documentos de la Cuenta N° 2.
-Informe de la Comisión de Trabajo y certificado de la Comisión de Hacienda. Documentos de la Cuenta N° 2 y 3 de esta sesión, respectivamente.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Informo a la Sala que llegó el retiro de la urgencia “suma” por parte del Presidente de la República, con lo cual la discusión y votación, según lo acordado por los Comités, se hará sólo en general.
Tiene la palabra el señor diputado informante.
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
Señor Presidente, antes de emitir el informe de la Comisión, solicito que recabe la anuencia de la Sala para que ingresen a ésta los asesores del ministro del Trabajo.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se accederá a lo solicitado.
No hay acuerdo.
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
Señor Presidente, en mi calidad de Presidente de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, informo sobre el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en mensaje, que establece un seguro de cesantía, originalmente calificado con urgencia de “suma”.
Aprovecho la oportunidad para agradecer al ministro la acogida de la petición de retirar la “suma” urgencia, que, por unanimidad, formuló la Comisión de Trabajo.
Asistieron a la discusión del proyecto el ministro del Trabajo, señor Ricardo Solari ; el subsecretario de la Cartera, señor Yerko Ljubetic , y representantes de la Central Unitaria de Trabajadores, de la Confederación de la Producción y el Comercio, de la Asociación Gremial de Abogados Laboralistas, del Consejo de la Pequeña y Mediana Empresa, de la Central Autónoma de Trabajadores y de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales.
Consideraciones previas.
El problema del desempleo, que tiene una dimensión universal, ha sido endémico en nuestra historia económica. Ha habido momentos en que incluso ha experimentado una acentuada agudización, alcanzando niveles de hasta dos dígitos.
El nuevo escenario económico internacional, caracterizado por una amplia apertura comercial y acentuados cambios tecnológicos, que abren paso a una creciente competencia, tanto interna como externa, exige a las empresas contar con instrumentos adecuados que les permitan enfrentar los consiguientes desafíos de competitividad y adaptabilidad.
Tales desafíos abarcan también el ámbito de los recursos humanos, de lo cual surge, como imperativo ineludible, hacer compatible nuestra legislación con la indispensable movilidad relativa de los empleos, por lo que es menester dotar a los trabajadores de una adecuada protección durante los lapsos de desempleo.
No obstante esa constatación, nuestra institucionalidad presenta, en materia de cobertura de cesantía, una actitud prácticamente prescindente, dado que el subsidio vigente resulta tan exiguo que sólo una pequeña proporción de los desempleados lo impetra normalmente.
El desempleo, en términos generales, puede ser descrito como la situación de quien, teniendo la intención de trabajar, no puede ejercerla por carecer de un trabajo.
Una política de pleno empleo siempre ha significado una planificación de todos los entes de la economía, tanto del sector público como del privado, en orden a crear las condiciones necesarias para establecer nuevas fuentes de trabajo. El pleno empleo, en consecuencia, es un objetivo que sobrepasa las finalidades específicas de la seguridad social, en atención a que es toda la sociedad la que interviene de diversas formas en su determinación.
En esta perspectiva, a partir del 11 de marzo, las nuevas autoridades de Gobierno han impulsado la decisión de abordar éste y otros temas laborales de importancia y trascendencia para el país, y lo han hecho conjuntamente con la participación efectiva de los actores sociales relevantes involucrados en estos temas. Así, se conformó la mesa de diálogo social, que contó y cuenta con la participación de la Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación de Pequeños Empresarios y la Confederación de la Producción y el Comercio.
Su trabajo dio origen a este proyecto de ley, que reemplaza al Programa de protección al trabajador cesante, Protrac. Si bien mantiene algunas semejanzas, incorpora algunas modificaciones sustanciales, como se irá viendo en el transcurso de este informe.
¿Qué ocurre en la actualidad con estas normas sobre desempleo?
En nuestro país, las fuentes legales de la protección al trabajador cesante tienen un antecedente inmediato en el decreto ley N° 603, de 1974, cuyo objeto era regular un sistema de subsidio de cesantía para los trabajadores de los sectores público y privado, que debía aplicarse a la espera de que se aprobara un sistema único de protección por desempleo.
En 1981, se dictó el DEL N° 150, actualmente vigente, según el cual son beneficiarios del subsidio de cesantía, en primer lugar, todos los trabajadores dependientes de los sectores público y privado, sea cual fuere su régimen previsional, y, en segundo lugar, los trabajadores independientes que, a la fecha de la publicación del decreto ley N° 603, tenían derecho a subsidio en el régimen anterior.
De todas las normas expuestas, puede observarse que el sistema de protección chileno de cesantía se establece mediante dos modalidades claramente definidas. Una de ellas está en el Código del Trabajo, y consagra un sistema de indemnización legal por años de servicio, financiada directamente por el empleador. La segunda modalidad consiste en el pago de una suma fija de dinero, de cargo del Estado, destinada a paliar durante un tiempo determinado la situación del trabajador cesante.
En este último supuesto, la legislación chilena establece un sistema de financiamiento de cargo exclusivamente estatal, mediante la creación de un fondo integrado con aportes fiscales que se fijan en la respectiva ley de Presupuestos y cuya administración corresponde a la Superintendencia de Seguridad Social.
Análisis del proyecto.
El proyecto de ley en informe, según se expresa en el mensaje, busca fundamentalmente que los trabajadores y empleadores puedan enfrentar las condiciones del desempleo con una mayor protección dirigida especialmente hacia aquellos sectores más vulnerables de la fuerza de trabajo.
En ese sentido, el mensaje señala algunos criterios básicos orientadores del proyecto.
El primero de ellos es la universalidad.
Se incorpora dicho principio, pues las normas de este seguro protegen a todos los trabajadores dependientes regidos por el Código del Trabajo, y sólo se excluye a los trabajadores de casa particular, en atención a que ya tienen un tratamiento especial en el Código del Trabajo.
El segundo aspecto fundamental es la solidaridad. Conforme a este principio, la seguridad social debe atender en forma común los estados de necesidad. Ello está recogido en el proyecto con la creación del Fondo de cesantía solidario, de financiamiento bipartito, con cotizaciones de los empleadores y aportes del Estado. Su finalidad es resguardar que los trabajadores de escasos ingresos tengan un régimen de prestaciones básicas si su cuenta individual no lo permite.
El tercer criterio es la uniformidad, respetada por el proyecto, dado que no se proponen normas de privilegio para algunos o de perjuicio para otros. Todos los trabajadores tendrán el mismo tratamiento jurídico frente a sus derechos o beneficios, pero se consultan normas diferenciadas para los contratados por obras y faena, atendidas las especiales características de esta forma de prestación de servicios.
El cuarto criterio que emplea el proyecto es la subsidiariedad. La iniciativa no prevé una administración estatal, sino que ella corresponde a una sociedad de derecho privado; ello, en el bien entendido de que el Estado conserva su facultad y derecho de regular y fiscalizar el cumplimiento de la normativa por parte del organismo administrativo; en este caso, por la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones.
Algunos efectos adicionales que genera el proyecto en discusión.
Conforme a la normativa vigente, el trabajador no tiene derecho a indemnización cuando su contrato se extingue por ciertas causales objetivas de terminación como cumplimiento del plazo o caso fortuito, ni en caso de renuncia o mutuo acuerdo. Asimismo, la familia sobreviviente no tiene derecho a prestación laboral alguna en caso de muerte del trabajador, pues ello no implica una situación de cesantía. Tampoco ésta existe cuando el trabajador es despedido por una causal de caducidad que le sea imputable, en circunstancias que muchas veces la causal es discutible. Sin embargo, habiéndose configurado o no dicha causal, el trabajador deberá enfrentar una situación de cesantía.
Por tal motivo, esta iniciativa establece el pago de una prestación a todo evento en beneficio del trabajador o de su familia, si fallece.
Se ha observado sostenidamente en las negociaciones colectivas una tendencia a pactar, bajo condiciones diferenciadas, indemnizaciones pagaderas a todo evento. El propósito del proyecto es generalizar, para los trabajadores dependientes, este esquema de indemnizaciones que existe en la actualidad en forma selectiva en algunas empresas donde se negocia colectivamente y se ha pactado sobre la materia.
Además de esta prestación a todo evento, cabe mencionar que con ella se favorece la movilidad del trabajador. En efecto, éste podrá acceder a un nuevo empleo que se le ofrezca o buscar un mejor trabajo, sin que esto implique la pérdida total de las indemnizaciones que le debería pagar su empleador. Con ello se logra también un mejoramiento de las relaciones laborales dentro de la empresa y una menor conflictividad.
En seguida, describiré someramente en qué consiste el proyecto, que consta de 58 artículos permanentes y 5 transitorios, agrupados en 2 títulos y 8 párrafos.
En primer lugar, me referiré a su párrafo 1°, que señala quiénes son las personas protegidas por la iniciativa. Estas serán obligatoriamente todos los trabajadores por cuenta ajena regidos por el Código del Trabajo. Sin embargo, se prevé un tratamiento específico, diferenciado, para los trabajadores contratados por obra, trabajo o servicio determinado, y se excluye del campo de aplicación subjetivo a los trabajadores de casa particular.
En este sentido, la unanimidad de los parlamentarios hizo presente en la Comisión de Trabajo que el proyecto no cubría a los empleados públicos o fiscales, básicamente a los empleados a contrata o a honorarios. Obviamente, allí se discrimina en contra de un sector importante de trabajadores, quienes no tendrían protección.
Financiamiento del proyecto.
El párrafo 2° trata sobre el financiamiento del sistema. Éste será tripartito: una cotización del 2,4 por ciento de las remuneraciones imponibles de cargo del empleador; otra del 0,6 por ciento de cargo de los trabajadores; y, por último, un aporte estatal que será fijado anualmente en la ley de Presupuestos.
El 0,6 por ciento de la remuneración imponible de cargo del trabajador, más el 1,6 por ciento como parte de la cotización del empleador, se abonarán en una cuenta personal de cada afiliado, que será su cuenta individual por cesantía.
Se contempla una cotización en cada cuenta individual de cesantía por un máximo de once años e indefinida al Fondo de cesantía solidario.
Las restantes normas de este párrafo se refieren básicamente al cobro de las cotizaciones por parte de la sociedad administradora.
Veamos qué pasa con las prestaciones que establece el proyecto.
El párrafo 3° trata de las prestaciones que se otorgarán con cargo a la cuenta individual por cesantía, conformada, atendido lo expresado, por la cotización del 1,6 por ciento y del 0,6 por ciento de las remuneraciones imponibles, de cargo del empleador y trabajador, respectivamente.
Si se pone término al contrato de trabajo por necesidades de la empresa o desahucio, el trabajador podrá hacer cinco giros de su cuenta individual. Conservará el derecho a la indemnización por años de servicio prevista en el Código del Trabajo, pero a su monto se imputará la parte del saldo de la cuenta individual por cesantía que sea el resultado de la cotización del empleador a dicha cuenta. Es decir, aquí se asegura el pago efectivo de la indemnización por años de servicio, mediante una parte de la cuenta individual que se complementa con el total de la indemnización por años de servicio.
Si el contrato termina por causales objetivas o de caducidad, el trabajador podrá retirar, también en forma de cuotas, lo acumulado en su cuenta individual. Si el trabajador fallece, los fondos de su cuenta individual se pagarán a la persona o a las personas que hubiere indicado al momento de afiliarse al respectivo seguro de desempleo.
Algunas normas especiales que contiene el proyecto.
El párrafo 4° trata de las normas especiales que regirán para los trabajadores contratados para una obra, trabajo o servicio determinado, como los temporeros, respecto de los que no se consulta la obligación de cotización del trabajador, ya que toda la cotización va por cuenta del empleador. Además, al término del trabajo podrán retirar, en un solo giro, el saldo acumulado en su cuenta individual por cesantía.
Es un régimen especial para trabajadores temporeros, por obra, trabajo o servicio determinado.
Fondo de cesantía solidario.
El párrafo 5° se refiere a las prestaciones de cargo del Fondo de cesantía solidario.
Este Fondo estará constituido por la otra parte de la cotización del empleador, esto es, el 0,8 por ciento de las remuneraciones imponibles que pague, más el aporte fiscal que haga el fisco anualmente a este Fondo.
Su objetivo es proporcionar a los trabajadores mayores de 18 años y menores de 65, que registren doce cotizaciones mensuales en el período inmediatamente anterior al despido cuando éste haya acaecido por las causales previstas en los artículos 159, N° 6; 161 y 171 del Código del Trabajo, una prestación de suficiencia básica, en caso de que los recursos de su cuenta individual por cesantía no lo permitan.
Se han fijado también los límites máximos de esta prestación, que serán 50 por ciento, 45 por ciento, 40 por ciento, 35 por ciento y 30 por ciento del promedio de las últimas doce remuneraciones imponibles devengadas en los meses primero a quinto de cesantía, respectivamente, con un tope máximo de 125 mil pesos en el primer mes y decreciente en los siguientes.
En relación con la administración del sistema, el proyecto opta en el párrafo 6° por la designación de un organismo administrador único un monooperador, recaudador de cotizaciones y pagador de las prestaciones, el que deberá constituirse como sociedad anónima, a la cual le serán aplicables las normas que el párrafo prevé y las del decreto ley N° 3.500, de 1980. Este organismo quedará sujeto a la fiscalización de la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones.
La administración del seguro se licitará, y quedan facultadas para presentar propuestas y formar la sociedad administradora, por ejemplo, las cajas de compensación, las administradoras de fondos fiscalizadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, las entidades bancarias, las compañías de seguros y, por cierto, las administradoras de fondos de pensiones y otras personas jurídicas nacionales y extranjeras que cumplan los requisitos establecidos en las bases de licitación que se dicten para este efecto. Es decir, habrá bastante competencia para establecer el organismo que administrará este fondo.
En cuanto a las normas generales, el párrafo 7° establece un conjunto de preceptos complementarios que interesa destacar en la discusión general, entre otros, el derecho de los beneficiarios del seguro a acceder a capacitación laboral; el derecho de éstos, de acuerdo con su empleador, a optar por la aplicación de un instrumento colectivo, y normas sobre inembargabilidad de los recursos que se depositen en sus cuentas individuales.
En el párrafo 8° se crea una figura nueva: la Comisión de Usuarios del Seguro, orientada a un adecuado nivel de control e información social respecto de su funcionamiento.
Además, hay normas transitorias, y los artículos finales del proyecto se refieren a la fecha de vigencia de la ley y a la mantención del derecho a indemnización, sin el límite de los 330 días, para quienes mantienen contrato de trabajo suscrito con anterioridad al 14 de agosto de 1981.
El proyecto fue aprobado en general por la unanimidad de la Comisión y no hubo artículos o indicaciones rechazados.
Termino señalando que el proyecto tiene enorme trascendencia para el porvenir económico y social del país, lo cual exige que su discusión, análisis y decisión estén a la altura de las circunstancias y de los desafíos que la gente espera de los parlamentarios. Estoy convencido de que, transformado en ley de la República, va a constituir un componente importante de la estabilidad social del país.
Por estas consideraciones, en nombre de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, solicito la aprobación en general del proyecto.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Ortiz, informante de la Comisión de Hacienda.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente, la Comisión de Hacienda sesionó hoy desde las 12 hasta, aproximadamente, las 14.30 horas, para examinar este proyecto, cuya urgencia ha sido calificada de “suma” y sobre la cual existía el compromiso así se planteó al Ejecutivo de retirarla de lo que se informó al comienzo de esta sesión, a fin de aprobar hoy sólo la idea de legislar.
En la Comisión de Hacienda no lo hicimos porque el Reglamento de la Corporación establece que un proyecto de ley se vota en general en la comisión técnica, en este caso, la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, y nuestra comisión es complementaria y considera sólo los temas de su incumbencia.
El informe de la Comisión técnica planteó que la Comisión de Hacienda debía conocer los artículos 1°, 2° y 4°, permanentes, y 3° y 5°, transitorios. Sin embargo, analizando el proyecto, que consta de 58 artículos permanentes y 5 transitorios, agrupados en dos títulos y ocho párrafos, llegamos a la conclusión de que, fuera de los artículos señalados por la Comisión de Trabajo, la Comisión de Hacienda estaba obligada a estudiar y votar en particular los artículos 9, incisos quinto y sexto; 22 al 28, permanentes, porque todos tienen relación con el aporte solidario, tema de nuestra competencia, además de los artículos 33, 37, 47, inciso segundo; 51 y 58.
Al momento de sesionar la Comisión de Hacienda a las 12.10 horas, ingresaron a la Oficina de Partes de la Corporación tres indicaciones, firmadas por el Presidente de la República y por los ministros de Hacienda, del Trabajo y Previsión Social y Secretario General de la Presidencia, que inciden, especialmente, en el aporte del Estado. Esas indicaciones no fueron vistas por la comisión técnica, por lo que es muy importante el segundo trámite reglamentario, para que sean tratadas en las Comisiones de Trabajo y Seguridad Social y también en la de Hacienda.
Concurrieron a esta sesión el señor ministro del Trabajo y Previsión Social y sus asesores; el director de Presupuestos, señor Mario Marcel, y los profesionales que lo asesoran en el tema.
Los artículos 1°, 2° y 9° tienen que ver con el seguro de cesantía, instrumento de seguridad social cuyo objetivo es financiar beneficios en el evento de la cesantía, establecen que su financiamiento es tripartito y que los beneficios monetarios que otorgan son complementarios con otros beneficios sociales.
La votación en particular del proyecto fue la siguiente:
Los artículos 1°, 2°, 9°, incisos quinto y sexto; 26, 28, 33, 37, 47, inciso segundo; 51, inciso segundo; 58, con la indicación del Ejecutivo; 3° transitorio, con la indicación del Ejecutivo que significa aumentar el aporte del Estado durante el primer año de operación del seguro a 32.256 unidades tributarias mensuales, y el 5o transitorio, fueron aprobados por la unanimidad de todos los diputados presentes en la Comisión de Hacienda.
El artículo 4° fue aprobado por 3 votos a favor y 4 abstenciones.
El artículo 22 fue aprobado por 5 votos a favor y 3 abstenciones.
El artículo 23 fue aprobado por 2 votos a favor, 3 votos en contra y 3 abstenciones, en segunda votación, interpretándose que el último inciso del artículo 198 del Reglamento de la Corporación plantea claramente que, en una segunda votación, las abstenciones se suman a la mayoría.
El artículo 24 fue aprobado con la indicación del Ejecutivo, por 5 votos a favor y 3 abstenciones.
El artículo 25 fue aprobado por 4 votos a favor y 4 abstenciones.
El artículo 27 fue aprobado por 5 votos a favor y 3 abstenciones.
Las indicaciones del Ejecutivo y que reitero no se vieron en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social porque solamente ingresaron hoy, consisten en sustituir el inciso primero del artículo 24, por el siguiente:
“El monto de la prestación por cesantía durante los meses que se indican en la primera columna, corresponderá al porcentaje del promedio de las remuneraciones devengadas por el trabajador en los doce meses anteriores al del despido, que se indica en la segunda columna. El beneficio estará afecto a los valores superiores e inferiores para cada mes, a que aluden las columnas tercera y cuarta, respectivamente:”.
Las columnas aparecen en el informe que tiene cada señor diputado y que alcanzó a hacer, entre las 15 y las 16 horas lo menciono como reconocimiento especial, el personal que labora en la Comisión de Hacienda.
En el artículo 58 se insertaron los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos, que establecen:
“El primer reajuste de los valores inferiores y superiores señalados en la tabla contenida en el inciso primero del artículo 24, se concederá a contar del 1° de febrero aquí se propone que el Ejecutivo especifique que ese día y mes son del año 2001 posterior a los primeros doce meses de operación del seguro de cesantía por la sociedad administradora, aplicándose para este efecto lo dispuesto en el inciso segundo del mencionado artículo 24”.
“Cualquier modificación que se introduzca a la normativa que regula el monto y cobertura de los beneficios que otorga el Fondo de Cesantía Solidario, así como a toda aquella que se refiera a las cotizaciones que financian el seguro, podrá ser acompañada de un estudio actuarial que será encargado por la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones y que será de cargo de la Sociedad Administradora”.
La indicación al artículo tercero transitorio, como ya lo expresé, eleva el aporte del Estado a 32.256 unidades tributarias mensuales, en circunstancias que en la Comisión del Trabajo, cuando ingresó este proyecto, sólo se aprobaron 22.285 unidades tributarias mensuales. El aumento es sustancial y revela que el Ejecutivo recogió las inquietudes de la Comisión técnica y de diferentes parlamentarios.
Por otro lado, se adjuntan dos informes financieros. Uno quedó sin efecto y el otro, recibido ayer, 16 de mayo, a las 18.05 horas, indica que el costo fiscal neto del proyecto para el próximo año porque este año no existe será de 1.901 millones de pesos; en el segundo año de funcionamiento del proceso será de 3.966 millones de pesos, y en el séptimo año, cuando esté funcionando absolutamente el sistema, alcanzará a 12.820 millones de pesos.
Recalco que este proyecto de ley beneficiará a trabajadores dependientes, regidos por el Código del Trabajo, que cumplan con los requisitos que en él se dan a conocer.
Quienes participamos hoy en la Comisión de Hacienda, queremos dar una señal al país de que, efectivamente, el consenso que se produjo en la última campaña presidencial entre el actual presidente y el candidato de la Oposición, en el sentido de reconocer todos la necesidad de crear un seguro de cesantía, lo empezaremos a concretar en esta sesión al votar favorablemente así lo hará nuestra bancada la idea de legislar sobre la materia, para que la iniciativa vuelva a las Comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Hacienda, en su segundo trámite reglamentario, a fin de perfeccionarla.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En discusión el proyecto.
Tiene la palabra el diputado Darío Paya.
El señor PAYA.-
Señor Presidente, la Unión Demócrata Independiente quiere que los trabajadores chilenos y sus familias dispongan de un sistema de protección frente al drama de la cesantía por el que, prácticamente, toda familia, todo trabajador, debe pasar en algún momento de su vida. Queremos que exista un procedimiento de protección al cesante, un seguro de cesantía, y mediante proyectos, desde 1996 lo hemos venido planteando abierta y públicamente.
En 1997, entregamos un proyecto al gobierno de la época, después de que fuera declarado inadmisible en esta Corporación.
Asimismo, el año pasado, cuando se discutió otra iniciativa respecto del tema, se avanzó muy rápido porque había grados enormes de consenso en un sistema, propuesto por el gobierno de Frei, muy semejante al que nosotros venimos sugiriendo desde hace ya bastantes años.
En consecuencia, desde luego que hoy la Unión Demócrata Independiente va a votar favorablemente la idea de legislar sobre la materia, pero seremos muy francos: no queremos hacemos cómplices de que se sigan inventando espejismos, sistemas de protección de papel, para los trabajadores que ya han sido engañados demasiadas veces. Si este proyecto no es modificado sustancialmente y nos atrevemos a anticiparlo, tiene un porvenir bastante limitado en su tramitación en el Congreso.
Es necesario y me permito hacer una digresión que la Sala se pregunte por qué estamos votándolo hoy. Me parece bastante notable que el señor diputado informante haya soslayado el punto lo digo de manera descriptiva en forma olímpica, lo que fue causa de profunda molestia al interior de la Comisión. El seguro de desempleo es un tema que se discutió durante semanas fuera del Congreso, con otros actores, lo que nos parece muy bien. Celebramos la disposición al diálogo, a escuchar a la gente, a buscar el acuerdo y el entendimiento, y, desde luego, a nadie se le habría ocurrido protestar por el hecho de que el proyecto se discutiera fuera del Congreso antes de su envío.
Pero sucede que la urgencia de esta iniciativa, que plantea un sistema extraño que no se parece a nada de lo vigente en nuestro país que reviste importancia social y económica evidente para cualquiera que le interese el tema, perla novedosa para el futuro de los trabajadores chilenos, fue calificada de “suma”, lo que significa que el Congreso debe escuchar y votarla “rapidito”, es decir, tiene que resolver y despacharla en forma apresurada, sin discutirla mucho, no obstante las falencias evidentes de su texto, como cualquier proyecto de envergadura, las cuales se van corrigiendo a través de indicaciones.
Esto produjo molestia unánime de todos los sectores en la Comisión. No fue sólo una reacción de la Oposición, sino de todos los parlamentarios que, muy indignados, manifestaron al Gobierno lo insólito de que la urgencia del proyecto fuera calificada de “suma”, un tranco forzado, punto de vista del cual nosotros participamos. Sin embargo, la urgencia no se retiró y sólo se hizo aquí, a la hora nona, hace cinco minutos. Se nos hizo llegar al ritmo impuesto por el Gobierno, que, permítanme decirlo, no es el de la eficiencia, del trabajo concienzudo, sino del ritmo apurado, propio de las necesidades comunicacionales de un gobierno al que se le ha enredado el camino en sus primeras semanas; propio de las necesidades de un equipo político que necesita presentar en pocos días más, el 21 de mayo, en este mismo edificio, el discurso del Presidente Lagos, pues necesitan exhibir algo. Desde luego, dirá, con orgullo, que unánimemente la Cámara de Diputados ha apoyado el proyecto de seguro de cesantía que enviara al Congreso. Desde luego, no nos opondremos; pero no nos engañemos. Al final, los diputados que con indignación protestaron porque se los obligaba a decidir a la rápida, terminaron votando igual, a pesar de que se formularon indicaciones que luego se retiraron y que, a lo mejor, hoy se presentan de nuevo. No nos parece la manera adecuada de abordar el tema.
Concretamente, en cuanto al proyecto, a mi modo de ver, tiene bastantes falencias. Me referiré sólo a las más palmarias. En primer lugar, a su carácter discriminatorio con los trabajadores del sector público, que no son pocos, cuestión no contradicha y respecto de la cual ni siquiera se ha intentado una defensa por parte del Gobierno.
Aquí se dijo que dichos trabajadores gozan de inamovilidad. Perdónenme, pero ¿qué porcentaje de trabajadores del sector público goza de verdadera inamovilidad? ¿Acaso una cantidad enorme, decenas de miles, no está a contrata? En la Administración Pública hay personas que llevan años y años sin un contrato de trabajo propiamente tal, sin ser parte formal de ella. Al carecer de inamovilidad, no tienen protección relativa, y cuando son despedidos, tampoco pueden hacer uso de los derechos que la legislación común establece para cualquier otro trabajador.
Es de toda justicia y lógica que esos funcionarios, bajo el régimen de contrata, que año a año deben firmar un contrato de trabajo, puedan tener derecho a los beneficios que este proyecto otorga a los demás trabajadores. No hay razón que justifique tal discriminación. Por ello, hoy presentaremos una indicación en tal sentido. La presentaremos en dos copias, y como la primera será declarada inadmisible, la segunda será dejada sin firmas en la Mesa. Esperamos que el Gobierno, en algo tan obvio y discriminatorio con los trabajadores del sector público, enmiende el camino y acoja la indicación.
De su análisis se desprende que, además de discriminatorio, quizás el reparo más profundo o general que se pueda hacer al proyecto es que los beneficios para los trabajadores son bastante pocos, muy limitados, tanto, que produce frustración constatarlo. La iniciativa es pobre, establece poquito y tiende a la nada.
Por si existiera alguna confusión por desgracia, esto hay que decirlo, basta recordar que cada vez que se menciona el tema del desempleo que afecta hoy a cientos de miles de chilenos, de inmediato surge la respuesta comunicacional del personero de gobierno, aludiendo al sistema de seguro de cesantía que se está mandando al Congreso, con amplio grado de consenso; pero esto no ayuda en nada a ningún cesante. Es lamentable tener que decirlo para sacar de la confusión a la que se quiere inducir a la ciudadanía. Tampoco beneficia en nada a los trabajadores con contrato vigente; es decir, no beneficia ni a los cesantes ni a los que tienen contrato vigente. El sistema operará respecto de los que suscriban nuevos contratos. O sea, a los actuales desempleados les servirá en varios años, después de que, habiendo encontrado trabajo, lo vuelvan a perder.
Sin embargo, lo más grave es que los beneficios son muy limitados. Con las cotizaciones que se establecen, la posibilidad de acumular fondos suficientes para paliar el problema de la cesantía requerirá muchos años de ahorro. La solución vendría es una hipótesis con el aporte que se haría desde el Fondo Solidario que establece el proyecto. Como la plata de la cuenta individual es poca, se iría echando mano a los recursos del Fondo Solidario.
En verdad, hay muchas maneras de hacer matemática. Hemos hecho el cálculo más de una vez y con gran generosidad hacia el sistema, tratando de descubrir para cuántos alcanza el monto solidario. Al ritmo con que se firman los nuevos contratos en Chile, contando el aporte del Gobierno al Fondo Solidario y las cotizaciones de los trabajadores incorporados al sistema, que irían a incrementarlo, en un buen año de funcionamiento del sistema, si fuera el primero, solucionaríamos el problema a no más de diez mil trabajadores y el Fondo Solidario se agotaría. Al respecto hay que tener presente que hoy en Chile existen quinientos mil cesantes.
Así de claro y de exiguo es el horizonte de esperanza que establece el sistema. De manera que se deben matizar mucho sus bondades. Si causa más o menos daño a la economía, si está mejor o peor pensado, son discusiones muy importantes; pero a la hora de sopesar los beneficios, el bienestar real que puede producir esto a los trabajadores, hay que reconocer que es poquito o poco.
Otra limitante más profunda pasa por la raíz de lo que ha sido nuestro planteamiento. Para acceder al fondo solidario un trabajador necesitará que su despido haya sido por una causa que le dé derecho a indemnización. El problema grave que ocurre en Chile es que muchos trabajadores son despedidos a la mala por empleadores inescrupulosos que no quieren pagar la indemnización. Para ello, inventan cosas: lo acusan de ladrón, es lo más simple.
Hay empleadores responsables que pagan su indemnización, y otros, no. Los últimos recurren al expediente de acusar al trabajador, de imputarle alguna culpa para no pagar la indemnización. Justamente ése es el problema que enfrentamos hoy, ése es el trabajador más desprotegido, porque se queda sin trabajo y sin indemnización.
La misma situación que deja al trabajador sin indemnización, también lo dejará sin la posibilidad de acceder al Fondo Solidario. El proyecto lo dice con todas sus letras. Se lo hicimos presente al ministro en la Comisión y vi un conjunto de indicaciones que se presentarían. Es decir, el problema no está corregido y al trabajador más desprotegido le estamos negando, por la realidad de los hechos, la posibilidad de acceder al Fondo Solidario.
En definitiva, nos hallamos ante una dramática realidad. Al respecto, los parlamentarios debemos hacemos cargo de la realidad: hoy, en materia de indemnización, la legislación establece derechos de papel, espejismos legales, ficciones de protección. En gran medida, las indemnizaciones por años de servicio no se pagan y no se van a pagar nunca, mientras contemos con un sistema que permita a inescrupulosos acusar al trabajador de esto o de aquello para no pagar.
Es un sistema que, además, produce múltiples conflictos laborales y tensión entre trabajadores con gran cantidad de años de servicio y que, por tanto, deberían ser considerados más valiosos para la empresa y para ellos mismos. Sucede que entran en una espiral en la que sólo si los echan tienen acceso a indemnización. Ello provoca conflictos, tensiones, juicios, en los que no gana el trabajador ni la empresa algo ganará algún abogado, pero se llega a un sistema de ficción, y las indemnizaciones, concebidas, según algunos, para castigar al empleador que despide mal desde mi perspectiva, para dar un colchón o piso de protección al que queda cesante, dan lo mismo. No se pagan, son música, espejismos legales.
Me temo que con el proyecto se cree otro espejismo, otro fantasma que no dé protección ni solución al problema de los trabajadores. Por eso, espero que en su discusión posterior sufra adiciones sustantivas que permitan decir, con seguridad y confianza, que en verdad hemos dado un nuevo derecho a los trabajadores y no un espejismo que sólo hará que sigan reclamando ante los tribunales por los derechos que no se cumplen.
Sin embargo, votaré a favor en general, a la espera de las mejoras necesarias en la discusión en particular del proyecto.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora María Rozas.
La señora ROZAS (doña María).-
Señor Presidente, a pesar de las dificultades que ha encontrado el proyecto, quiero valorar que se le haya retirado la “suma” urgencia, pues ello permitirá discutirlo a fondo y que nos pongamos de acuerdo.
Sobre el seguro de desempleo, desde hace años viene planteándose la necesidad de que exista un mecanismo que proteja a los trabajadores que quedan cesantes. Sin embargo, la gran dificultad en los últimos diez años ha sido encontrar el sistema capaz de conciliarlo con los derechos adquiridos.
En este tiempo, los distintos actores empresarios, trabajadores y autoridades han elaborado proposiciones y proyectos para sacar adelante la tarea. Finalmente, hace un par de años, se llegó al acuerdo de que el Ejecutivo enviara un proyecto al Parlamento, que se ha denominado “Protrac”, de protección al trabajador cesante.
La gran dificultad de fondo que planteaba el mensaje radica en que, en la actualidad, los cinco millones de trabajadores chilenos tienen establecido en el Código del Trabajo el derecho a pago de indemnizaciones por años de servicio, con un tope de once. Sin embargo, se agregaba que, dado que el cumplimiento de esa norma laboral sólo beneficia al diez por ciento, era necesario un mecanismo para superar la situación.
¿Por qué retrotraigo el Protrac? Porque se ha evitado enfrentar el problema de fondo y quiero, por lo menos, que se tenga presente este hecho en la discusión que sostendremos en los próximos días.
Además, hay un problema no menor. Algunos han entendido que la indemnización por años de servicio se paga al trabajador cuando se le despide; pero, si se recurre a la historia fidedigna de la ley, se concluye que su origen no sólo obedece a esa eventualidad, sino al aporte que el trabajador ha hecho a la empresa durante los años de servicio.
No olvidemos que hasta 1973, la indemnización por años de servicio no tenía tope, o sea, se entregaba por el desgaste que producía su aporte a la empresa.
Menciono esto, porque con motivo del Protrac se dijo a la opinión pública que se discutía un mecanismo de seguro de desempleo, en circunstancias que se trataba de cubrir el incumplimiento por parte de los empleadores de un derecho adquirido de los trabajadores.
Eso, obviamente, produjo una tremenda dificultad. El proyecto, que intentaba suplir el déficit en el Código del Trabajo, llegó al Parlamento sin el acuerdo de los empresarios ni de los trabajadores. Naturalmente, después de una larga discusión dos años y medio en las comisiones de Trabajo de ambas cámaras, no prosperó.
Del nuevo proyecto que se ha enviado, otra vez denominado “seguro de cesantía”, comparto toda su argumentación central, pues pretende subsanar lo que no cubría el Protrac. Sin embargo, tiene una diferencia sustancial que quiero destacar: ha sido concebido mediante una participación protagónica de los actores afectados. O sea, tiene la ventaja de que ha sido discutido por representantes del Gobierno, de los trabajadores y de los empresarios, lo cual significa que el diálogo social ha empezado a tomar forma, cuestión que hemos reclamado desde hace muchos años.
En la mesa de diálogo social se avanzó sustancialmente en los acuerdos, a diferencia del Protrac, lo que me parece bien. Cuanto más acuerdo, mejor para nosotros los parlamentarios, porque los afectados han discutido los problemas. Sin embargo, más allá de los acuerdos generales, hay dos aspectos que deben ser dimensionados por el Gobierno y por el Parlamento.
Cuando hablamos de diálogo social lo hemos planteado como una inversión social, pero tengo la impresión de que en el país todavía no se entiende su necesidad. Así, frente al esfuerzo enorme por parte del Ministerio del Trabajo para hacerlo realidad, actores intermedios metieron su cola y analizaron el proyecto sólo desde el punto de vista económico. O sea, midieron económicamente el diálogo social y no desde el punto de vista político, con lo que rebajaron su jerarquía.
De hecho, en la mesa tripartita se habló de que el Estado aportaría ocho mil millones de pesos anuales. Según el informe de la Comisión de Hacienda, sólo en el séptimo año se completará esa cantidad. También se cambió el monto de los subsidios acordado en esa instancia.
¿Qué significa esto? Aspiro a que en los próximos días se logre un mayor consenso y se dé el protagonismo, el control y la decisión al Ministerio del Trabajo, sin que intervengan los técnicos que no han participado en la discusión.
En este sentido, pretendo:
1° Que se elimine del proyecto de seguro de cesantía todo lo que tenga que ver con las normas de la indemnización por años de servicio, derecho adquirido, derecho que al movimiento sindical costó años homologar a nivel internacional. No puede rebajarse ni ser considerado como parte, aunque sea disimuladamente.
2° Que se rescate la universalidad del proyecto, pues no considera la situación de los trabajadores temporales.
En cuanto al sector público, como dijo el diputado informante de la comisión, no se trata sólo de los a honorarios o a contrata, sino de todos los trabajadores del sector público, es decir, de la salud, municipales, profesores, de la Anef, o sea, la universalidad.
Si estamos creando un mecanismo de cuenta individual con aportes del empresario, del trabajador y del Estado, todos los trabajadores tienen derecho a eso. Por lo tanto, también rescato el tema de la solidaridad.
Entonces, es necesario que a través del diálogo social entre estos tres actores podamos rescatar, primero, el aumento de los montos establecidos inicialmente, o sea, los 8 mil millones de pesos anuales, pues hasta hoy Hacienda no nos ha explicado cómo se haría en los dos primeros años; segundo, que no se toque la indemnización por años de servicio; tercero, que se respeten los derechos adquiridos y se busquen mecanismos para su cumplimiento sin que signifiquen cambiarlos por otros, y cuarto, la universalidad, es decir, que todos los trabajadores queden incluidos en el proyecto.
Chile puede mostrar que está modernizándose y creciendo. Para estar a la altura de ese crecimiento y desarrollo debe también crecer desde el punto de vista social.
Quiero terminar con un argumento que se ha venido haciendo valer durante años. Comparemos nuestra legislación laboral con la de otros países modernos y desarrollados. En España, por ejemplo, hace nueve años se inició un proceso de diálogo social donde empresarios, trabajadores y gobierno se pusieron de acuerdo. Los trabajadores aceptaron rebajar beneficios de su código laboral; los empresarios, contratar por años de servicio en forma indefinida y, el Estado, subsidiar esos empleos. Hace dos años se puso en práctica este mecanismo y en España se han logrado 1 millón 800 mil nuevos empleos, con estabilidad, con seguro de cesantía y con pago de indemnización por años de servicio. Si decimos que somos un país desarrollado económicamente o en vías de desarrollo, ¿por qué no podemos compararnos con otros países desde el punto de vista social?
Estoy colocando como ejemplo el país más cercano; pero también podemos comparamos con los japoneses, con los alemanes, y encontramos con que en esos países no es retrógrado decir que se puede tener la indemnización por años de servicio y un mecanismo de seguro de desempleo con aportes de los empresarios, de los trabajadores y del Estado.
Estamos hablando de una situación que puede ser complicada, pero el ministro ha iniciado hoy algo que valoro por sobre el proyecto: ha visto la necesidad de sentar a trabajadores, empresarios y gobierno a la mesa y que éstos sean capaces de ponerse de acuerdo; siempre y cuando el ministro de Hacienda y sus asesores se mantengan en sus oficinas, saquen los cálculos que correspondan y cumplan su papel sin intervenir políticamente en decisiones importantes para el país y que tienen un valor muy superior al económico.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Mario Bertolino.
El señor BERTOLINO.-
Señor Presidente, estamos analizando un proyecto de mucha trascendencia, respecto del cual quiero dejar en claro que la bancada de Renovación Nacional valora la decisión del Ejecutivo de retirarle la suma urgencia. Ello, porque nos preocupaba que no se diera fiel cumplimiento a lo que el Presidente Ricardo Lagos anunció al inicio de su mandato, en el sentido de que se respetaría la acción de cada uno de los Poderes del Estado.
En verdad, nos sentíamos atropellados al no tener el tiempo suficiente, dado que el proyecto estuvo más tiempo fuera que dentro de la Comisión de Trabajo de la Cámara discutiéndose, analizándose y tratando de lograr consensos, lo que no nos dio la oportunidad de compartir opiniones con distintos actores.
El hecho de ser éste el primer proyecto de significativa importancia enviado por la administración del Presidente Lagos, nos lleva a pensar que se han equivocado un poco las prioridades. Digo esto, porque en estos momentos el problema es de empleo. Tenemos todavía 500 mil cesantes y, si bien es cierto apoyaremos el proyecto para prevenir futuras crisis y mejorar la movilidad laboral y la búsqueda de nuevos trabajos, a mi juicio, viene a dar una señal de que no está bien claro lo que vamos a vivir a futuro en nuestro país.
Ello, porque se está dando mucha importancia al seguro de desempleo y no hemos visto capacidad para revertir la situación y favorecer la creación de nuevas fuentes de trabajo. Por otra parte, los análisis dicen que en los próximos tres, cuatro, cinco o seis años no vamos a tener las tasas de desempleo que nuestro país exhibió durante los últimos años, del orden del 5 al 6 por ciento. Si el diputado que me antecedió en el uso de la palabra dijo que podía ser una solución de papel, más grave se transforma aún la señal, pues estamos priorizando un proyecto que empezará a operar en prácticamente dos años más y, en verdad, no sabemos cómo.
A mi entender, el proyecto tiene algunas deficiencias. Por ejemplo, el artículo 23 dice que sólo podrán acogerse al beneficio las personas de entre 18 y 65 años de edad. Las de 65 años se pueden acoger a jubilación, pero en Chile hay menores de 18 años a los cuales el Código del Trabajo les permite trabajar con las respectivas autorizaciones.
¿Por qué los estamos discriminando y dejando fuera si en estos momentos el mayor índice de cesantía se presenta, justamente en los jóvenes?
También debemos tener presente que, por tratarse de un proyecto sobre seguridad social, como parlamentarios sólo podemos apoyar o rechazar sus normas, salvo que una de nuestras indicaciones sea patrocinada por el Ejecutivo. Si bien este aspecto ya está normado así y respetamos la ley, creemos que juega en contra del proyecto, que requiere ser analizado muy a fondo.
Es importante considerar que no se han analizado con el debido tiempo otras alternativas de brindar este tipo de seguro. Tengo mis reparos en cuanto al nombre de “seguro”, porque, en mi concepto, significa obtener una cantidad de dinero sobre la base del pago de una póliza. Esto no es así, sino un ahorro obligatorio que se presenta como una cuenta individual y un fondo solidario. Cuando se analiza el porcentaje con que se formarían tales fondos, podemos ver que con suerte un trabajador podrá tener derecho, una vez en su vida laboral, a obtener los mínimos o máximos que el proyecto contempla, porque en su cuenta individual jamás logrará tener recursos para solventar los meses que esté sin trabajar.
También es necesario considerar lo que señalaron otros colegas. ¿Por qué los empleados públicos no están incluidos? Puede haber varios motivos, entre ellos, porque tienen inamovilidad laboral, pero ¿no será que el ministro de Hacienda no está en condiciones de agregar a su planilla un 2,4 por ciento, que es lo que corresponde pagar al empleador? Y si el Estado de Chile lo considera caro o excesivo, ¿por qué para los privados, que dan el 80 por ciento del trabajo en nuestro país, no va a ser un costo alto?
Estas cosas nos inducen a pensar que nuestras decisiones no consisten sólo en aplicar un impuesto a quienes hoy más necesitamos: los creadores de fuentes de trabajo. Aunque den uno o muchos puestos de trabajo, el país los necesita para que nuestros compatriotas tengan la oportunidad de trabajar y así mantener en forma digna a su familia. Lo que estamos haciendo con el proyecto es aplicar un impuesto a la persona que está dispuesta a arriesgar y a crear. Es necesario tener en cuenta estos reparos, a fin de no desincentivar la creación de puestos de trabajo, que tanto se necesitan.
Además, el proyecto dice que el fondo solidario no se puede utilizar más allá de un 20 por ciento cada mes, del total de lo que exista en ese momento. Es obvio, porque se tiene que usar durante cinco meses; de lo contrario, desaparecería el fondo. Pero ¿qué pasará en situaciones de crisis puntuales si dicho porcentaje no alcanza para subsidiar las necesidades de todos los trabajadores desempleados? ¿Vamos a prorratear a cada trabajador una menor cantidad o sólo serán acreedores del beneficio los que lleguen primero?
Tengo aprensiones también respecto de por qué no se permite que un problema que es entre privados, empleado-empleador, pueda tener un camino de solución entre privados.
Renovación Nacional hizo llegar un planteamiento al ministro, quien con muy buena disposición ha dicho que lo analizará una vez que se vote en general el proyecto.
En la Comisión no tuvimos la oportunidad de analizar ésta es una opinión personal, por ejemplo, la posibilidad de contratar un real seguro de desempleo, en que las empresas aseguradoras ofrezcan pólizas de todo tipo a las empresas y éstas, con sus trabajadores, sobre la base de la planilla mensual y el cálculo del despido promedio histórico, contraten una póliza que les permita mantener el cincuenta, el sesenta o el ciento por ciento de las asignaciones a los trabajadores por cinco meses.
Digo esto, porque hay empresas afortunadamente existen muy permanentes en el tiempo y con baja siniestralidad, o sea, mantienen un nivel de empleo promedio. Obviamente, hay otras en que los vaivenes del mercado o la menor capacidad de administración o de recursos, hacen que tengan mayor variación. Por lo tanto, las con mayor estabilidad tendrán una prima menor, lo que les permitirá destinar esos recursos a crear nuevos empleos.
En verdad, no le hemos dado el tiempo necesario a un proyecto de esta naturaleza, que afectará el ámbito laboral del país para siempre.
Este seguro de desempleo es parte importante del Código del Trabajo y de las reformas laborales que el Gobierno del Presidente Lagos quiere impulsar. Por lo tanto, no procede tratarlo en forma separada, porque estaríamos actuando al igual que con el salame, comiéndolo por rodajas, y ésa puede no ser la mejor forma.
Hay otros reparos. Algunos colegas no están de acuerdo en usar como indemnización por años de servicio, para cumplir con la exigencia que la ley impone, el porcentaje que aporta el empleador al fondo de ahorro individual.
En la práctica, se trata de un proyecto que está fuera del contexto de las leyes laborales. A lo mejor, si se viesen en conjunto, sería más claro y daría una mejor señal de estabilidad para todos los actores que esperan una buena decisión de parte nuestra. En fin, todo esto se podría analizar con mayor profundidad, pero hemos sido convocados para tratar y votar el proyecto en general.
Nadie puede estar en contra de un seguro de desempleo, pero queremos que dicho instrumento realmente sirva y funcione y que no sea objeto de mal uso, ya que con nuestra idiosincrasia es muy común aprovechar todos los resquicios de la ley para transgredirla. De esta forma, aparte de desprestigiar el sistema legislativo, no cumpliremos con la función que nos hemos propuesto.
Las señales son importantes. Comprendo que el Gobierno, en su discurso del 21 de mayo, quiera anunciar la aprobación de un proyecto que beneficia a los trabajadores; pero no se puede abusar de todas las instancias comunicacionales, porque las personas que lo necesitan se imaginan que este sistema las favorecerá de inmediato, y ésa no es la realidad. A mi juicio, legislar para satisfacer aspiraciones y no darles cumplimiento, puede resultar peor que no legislar.
Por eso, con la misma seriedad con que ha actuado el Gobierno al quitarle la “suma” urgencia, pido que otorgue el tiempo que sea necesario para estudiar un proyecto del cual nos podamos sentir orgullosos, y tenga el efecto que esperan los trabajadores de Chile.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente, tal como lo han expresado los diputados informantes, señores Aníbal Pérez y José Miguel Ortiz, presidentes de las Comisiones de Trabajo y Seguridad Social, y de Hacienda, respectivamente resalto este detalle, por el profesionalismo y la calidad de sus informes, la iniciativa en discusión tiene por finalidad establecer un mecanismo que permita a los trabajadores que han perdido su empleo por cualquier causa, por hechos imputables a ellos o por decisión patronal, contar con los medios materiales mínimos para sostenerse él y a su familia, mientras se encuentre desempleado.
En esta línea de ideas, quiero recordar el compromiso de su Excelencia el Presidente de la República, don Ricardo Lagos, con los trabajadores del país. Envió un proyecto que reemplazó la iniciativa presentada por la administración anterior, que no concitó consenso hay que decirlo entre los sectores empresariales y las organizaciones sindicales y tampoco entre las bancadas parlamentarias de todo el espectro político.
A pesar de lo que se ha señalado, los estudios sobre seguro de desempleo en las Comisiones de Hacienda y de Trabajo datan, al menos, de 1998.
En Chile, la flexibilidad del mercado permite prescindir de los servicios de los trabajadores. Se nos dice a diario y con poco recato que poder despedir trabajadores es fundamental para una correcta administración de las empresas entre comillas “necesidad de la empresa”, de modo tal de adecuarse a las necesidades del mercado. Mucho dista este tipo de pensamiento del reinante en otros tiempos, en que la protección del trabajador y de su empleo era la idea matriz del desempeño empresarial y económico del país.
No entraré a discutir en esta Sala asuntos macroeconómicos ni mucho menos ideológicos, pero sí respecto del modelo económico y, en consecuencia, de los mercados laborales. Pregunto: ¿es más justo y más humano construir un país de esta forma, con este imperante sistema económico que algunos sustentan y que yo no comparto? Sólo quiero hacerme cargo de una promesa del Presidente Lagos y de su advertencia a los agentes económicos, oportuna y muy justa: si desean flexibilidad laboral, deben asumir, al menos, el establecimiento muy justo de un seguro de desempleo.
Las mejoras introducidas por el Gobierno del Presidente Lagos al modelo anterior presentado por la administración del Presidente Frei son plausibles era clara su necesidad; sin embargo, aún tengo dudas respecto de dos puntos. En primer lugar, en relación con la administración de los fondos por parte de entidades privadas y sobre sus posibilidades de negocios para acrecentarlos. En segundo lugar, respecto de los montos de los beneficios, que siguen siendo menores.
Por eso, me permito solicitar al ministro que me ilustre de mejor manera, para afianzar mi decisión, ya tomada, que es, por supuesto, favorable a la iniciativa del Ejecutivo.
He dicho.
El señor LEON (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn.
El señor DITTBORN.-
Señor Presidente, por primera vez en estos poco más de dos años en que he formado parte de esta Corporación, la discusión de este proyecto, que establece un seguro de cesantía, y la “suma” urgencia con que el Ejecutivo había calificado su tramitación, han hecho que me sienta utilizado y que, a pesar de haber sido elegido diputado por votación popular, he jugado un rol tremendamente disminuido e indigno. Hoy quiero levantar mi voz para protestar por este hecho.
Éste es el primer proyecto de ley que el Presidente Lagos remite a esta Corporación; por lo tanto, entiendo que reviste suma importancia para él. Recién enviado, declaró públicamente que, a su juicio, era prudente otorgar a cada cámara un plazo de 45 días para su discusión. Concuerdo con su apreciación de que 45 días era un tiempo razonable y prudente para discutir un proyecto tan complejo. Por lo mismo, he visto con mucha sorpresa que, a pocos días de que el proyecto empezó a discutirse en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, el Ejecutivo hizo presente la “suma” urgencia para el despacho de esta iniciativa, que establece un seguro de cesantía. Dicha calificación significa que la Cámara deberá despacharlo en diez días y que la comisión respectiva no dispondrá de más de cinco días para su discusión, período claramente insuficiente para tratar un proyecto complejo.
Tanto la UDI como Renovación Nacional plantearon proyectos alternativos y, por lo menos la primera, envió un resumen escrito al ministro del Trabajo.
¿Por qué este cambio del Ejecutivo, que, inicialmente, fijó un plazo de 45 días y que, luego, redujo a 10? Considero necesario preguntarse eso. Lo triste y lamentable es la respuesta que nos vemos obligados a damos: el Ejecutivo le fijó “suma” urgencia por un motivo absolutamente comunicacional, por una razón política con minúsculas, debido a lo cual los políticos también con minúsculas están tan desprestigiados en el país.
Ahora afirmo que es por una razón comunicacional, porque el Presidente Lagos quiere anunciar, el próximo domingo, en este mismo edificio, que su primer proyecto de ley fue aprobado por amplia mayoría en esta Corporación. Ésa es la razón por la cual el mismo Presidente Lagos se contradijo, reduciendo el período de análisis del proyecto, de 45 que había anunciado originalmente a sólo 10 días. Pero todo esto es falso, porque si bien es cierto que el proyecto hoy será aprobado por la Cámara, no lo es menos que no tendrá inmediatamente un efecto práctico en la sociedad chilena. Como el Ejecutivo acaba de retirar la “suma” urgencia, el proyecto deberá volver a la Comisión de Trabajo, se presentarán las indicaciones pertinentes y, probablemente, tendremos uno o dos meses de larga discusión.
De manera que estamos frente a lo que llamo una pirotecnia comunicacional: con el único objeto de anunciar la aprobación de este proyecto, el Presidente Lagos retiró la calificación de urgencia, lo que constituye una chacota, evidentemente, y una de las razones por las cuales...
Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor DITTBORN.-
“...esta Corporación aparece tan desprestigiada en cualquier encuesta de opinión pública que se efectúe.
El país quiere que en el Congreso Nacional se aprueben leyes que solucionen los problemas de verdad; que cuando decimos que un proyecto fue aprobado, que haya ocurrido efectivamente así, y que a las pocas semanas verá la luz pública y tendrá efectos prácticos. Pero nada de eso sucederá con este proyecto, porque recién estamos comenzando su discusión, y se miente a la gente al decirle que fue aprobado, en circunstancias que, en la práctica, está iniciando una larga tramitación en el Parlamento.
Esto me parece tremendamente negativo, y aunque no corresponde al fondo del proyecto, no podía dejar de desenmascarar este hecho en mi intervención; porque me parece lo digo sinceramente que no nos prestigia en absoluto como Cámara de Diputados. El Ejecutivo ha usado su facultad de fijar las urgencias efectivamente la tiene, para lograr un elemento comunicacional, efectista, que, en la práctica, nada significa, porque el proyecto -reitero- recién empieza su tramitación.
Sin embargo, a pesar de que este episodio me ha hecho sentirme indigno, tanto a mí como a mis colegas de la Comisión de Trabajo, al igual como lo anunció el diputado señor Paya , voy a votar favorablemente en general el proyecto que hoy se somete a nuestra consideración. Estimo que, a pesar de todas sus limitaciones y defectos que pasaré a enunciar a continuación, los trabajadores chilenos necesitan un seguro de cesantía más potente e importante que el que tenemos hoy, que, en verdad, es absolutamente insuficiente e insignificante. Por lo tanto, cualquier iniciativa que lo robustezca contará con nuestro apoyo.
Ahora bien, yendo al fondo de la iniciativa, considero que es tremendamente insuficiente y que defraudará las expectativas que se han forjado muchos chilenos. Quiero citar sólo algunas de las deficiencias o limitaciones que, a mi juicio, tiene el proyecto.
En primer lugar, los trabajadores chilenos deben tener claro que este proyecto no beneficia a ningún trabajador que hoy carezca de empleo; a ninguno. Es importante decirlo claramente; porque hay mucha gente que piensa que, en cuanto se apruebe este proyecto, podrá presentarse a alguna oficina pública y conseguir una ayuda mientras encuentra trabajo. Pero no es así; cero beneficio para los trabajadores que actualmente están cesantes.
En segundo lugar, los futuros cesantes, es decir, aquellos trabajadores que firmen contratos laborales, una vez aprobado el proyecto, deberán enterar, al menos, doce cotizaciones continuadas en su cuenta individual para tener acceso a un subsidio de cesantía, el cual, por ser claramente insuficiente, a mi juicio, defraudará las expectativas que los trabajadores chilenos tienen respecto del proyecto.
En tercer lugar, el proyecto como ya lo decía el diputado señor Paya es tremendamente discriminatorio con los empleados públicos, en especial con aquellos a contrata, asimilados a un grado de la escala única de remuneraciones. Esos trabajadores que hoy viven en la más grande de las inseguridades, porque firman contrato cada doce meses, y si no se les renueva, no reciben nada no tienen la indemnización por años de servicio de que gozan los trabajadores del sector privado. No tienen nada, ni tampoco percibirán nada con este proyecto de ley.
No puede dejar de llamar la atención que el empleador más grande del país, que es el Estado, no considere a sus empleados en el proyecto y que, sin embargo, obligue, por el solo ministerio de la ley, a todas las empresas privadas grandes y pequeñas, con problemas económicos o no, sin importar la situación en que se encuentren a pagar el 2,4 por ciento de las remuneraciones para este seguro de desempleo.
Llama la atención la inconsecuencia de esta conducta. Es evidente que si esto es beneficioso y creo que lo es, aunque insuficiente, el Estado, el más grande empleador del país, debiera considerar a sus propios empleados. Es una conducta claramente inexplicable, y el ministro deberá hacer arduos esfuerzos para explicar a la ciudadanía la ausencia de estos trabajadores en este proyecto.
Finalmente, el proyecto es tremendamente lento en otorgar beneficios a las personas que ha de favorecer. Nuestros cálculos nos indican que, después del primer año de vigencia del proyecto, alrededor de diez mil cesantes tendrán acceso a sus beneficios, cantidad que es insignificante frente al medio millón de desempleados que hoy tenemos. Quiero ilustrar con esto que deberán pasar muchos años, pero muchos años, antes de que el proyecto realmente sea una solución para todos los chilenos que pierdan su empleo. La aplicación del proyecto empieza muy lentamente a surtir efectos benéficos sobre los chilenos que pierdan su empleo, lo cual constituye otro problema del mismo.
Considerando todos estos problemas, en la UDI nos parece razonable enriquecer este debate con opciones. Se las planteamos al ministro tanto en su gabinete como a través de una propuesta escrita.
Como seguramente muchos colegas no la conocen, quiero explicar brevemente en qué consiste nuestra propuesta alternativa.
Hoy existe para los trabajadores del sector privado un régimen de indemnización por años de servicio, que establece que cada trabajador despedido, a excepción de ciertas causales, por necesidades de la empresa, recibe de su empleador una indemnización de un mes por año de servicio, con un tope de once años. Este sistema, según nuestro diagnóstico que en parte es compartido por el señor ministro, según nos informó en su gabinete, funciona razonablemente bien en las empresas grandes. De hecho, muchas de ellas tienen incorporada dicha indemnización en sus convenios colectivos; incluso algunas tienen regímenes de indemnización mucho más generosos que los que la ley establece. Sin embargo, en la pequeña y mediana empresa, que en Chile genera, de acuerdo con cifras oficiales, alrededor del 80 por ciento del empleo, este sistema no funciona bien, principalmente por culpa de los empleadores, quienes no tienen la obligación de cotizar para esta indemnización, sino que sólo anotan una especie de deuda, una provisión en sus balances. Cuando llegan los problemas económicos en la pequeña y mediana empresa, no está la plata para pagar la indemnización, y los trabajadores deben recurrir a los tribunales del trabajo, contratar abogados; tratar de cobrar parte de la indemnización; a veces cobran una parte contra un finiquito, y el abogado se lleva, muchas veces, otra parte importante.
Este diagnóstico es bastante compartido, independientemente de las posiciones políticas que tengamos; lo que no es compartido es la reacción frente a este hecho. Algunos colegas democratacristianos y socialistas sostienen que esto está mal, en lo cual concordamos. Entonces, hay que hacer que la ley se cumpla, que las indemnizaciones se paguen.
Todos estamos de acuerdo con ello; pero cómo hacerlo. Es una actitud voluntarista; pero, en la práctica, cómo vamos a lograr que las Pymes paguen efectivamente las indemnizaciones. No es fácil. Lo razonable es, en vez de esta actitud voluntarista, que probablemente no surtirá ningún efecto práctico, corregir el sistema de indemnizaciones para que, efectivamente, los trabajadores reciban este beneficio.
Somos partidarios es nuestra propuesta de corregir el actual sistema de indemnizaciones en el siguiente sentido: disminuir el mes por año de beneficio a medio mes por año, lo cual es evidentemente perjudicial para el trabajador hasta ahí, y lo quiero decir muy claramente. Pero para compensar esta menor indemnización existen tres elementos adicionales. En primer lugar, eliminar el tope de once años, es decir, hacerlo indefinido. Y lo más importante y aquí está el meollo y la médula de nuestra propuesta es hacer que este medio mes por año de servicio, sin tope, se pague a todo evento; es decir, se pague cuando el trabajador es despedido por razones de la empresa y se lleve con dignidad su indemnización cuando él quiera renunciar por cualquier razón: no le gusta el jefe, tiene otro trabajo, se cambia de un lugar de Chile a vivir en otro. Cualquiera que sea la razón, él se lleva el medio mes por año.
A nuestro juicio, esto tiene una tremenda ventaja. Un tercer elemento adicional: sugerimos que este medio mes por año sea puesto en una libreta, de manera que el empleador nunca pueda argumentar dificultades de la empresa para no cumplir con este compromiso. En tal sentido, rescatamos ese elemento del proyecto del Gobierno.
Estimamos que nuestra proposición tiene enormes ventajas. En primer lugar, hará que los tribunales se despejen de la inmensa cantidad de juicios que tratan de cobrar esta indemnización por años de servicio. En segundo lugar, mejorará las relaciones laborales al interior de la empresa. Muchos trabajadores sienten que éste es un capital, después que han trabajado un tiempo, y no quieren irse voluntariamente de la empresa, porque si lo hacen, pierden la indemnización. Entonces, tratan de ser echados, pero no por causales muy graves, porque si no, no la reciben. Se genera, entonces, una serie de dificultades al interior de la empresa.
Además, este sistema incentiva la movilidad social. Los trabajadores podrán irse dignamente de un trabajo a otro llevándose su medio mes por año, sin tope y a todo evento.
Dado que tampoco se trata de imponer nuestra idea, si los trabajadores no la aceptan, somos partidarios de que este sistema sea voluntario: que un grupo de trabajadores, un sindicato con su empleador, opten libremente por sustituir el actual régimen de indemnizaciones por el que planteamos, de manera que este sistema tampoco sea impuesto a todos los trabajadores. La diputada señora María Rozas , ante lo que digo, siempre argumenta que los trabajadores están perdiendo un derecho adquirido. Pregunto: ¿qué trabajadores pierden un derecho adquirido? Los trabajadores de los grandes sindicatos, de las grandes empresas, quienes, efectivamente, cobran la indemnización; pero vayan a las Pymes y pregunten a la gente si realmente están perdiendo un derecho adquirido. No lo están.
Mi colega Aníbal Pérez, en una sesión de la Comisión de Trabajo, se reía y me decía: “Pero esta propuesta tuya, Dittborn , los trabajadores jamás la aceptarían, porque tienen un mes por año”. Y yo le contesto, colega Pérez, que una minoría de trabajadores tiene un mes por año.
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
¡Todos la tienen!
El señor DITTBORN.-
Claro, todos tienen escrito el mes por año, pero cuántos lo cobran, le pregunto al colega.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Señor diputado, le quedan dos minutos de su segundo discurso.
El señor DITTBORN.-
Muchas gracias.
Le digo, colega Aníbal Pérez, y aprovecho de expresárselo también al ministro, con el mejor ánimo: ¿por qué esta Cámara no hace una encuesta entre los trabajadores chilenos y les preguntamos qué sistema prefieren? ¿Si prefieren el sistema que el Gobierno nos está planteando, que hoy vamos a votar y a aprobar todos, o el que nosotros estamos proponiendo?
Vamos a las empresas, a las pymes, expliquemos a los trabajadores ambos regímenes y hagamos una encuesta amplia, para tener el convencimiento de que estamos aprobando algo que ellos efectivamente desean.
Señor ministro, dado que con el colega Paya hemos hecho algunas encuestas en empresas pequeñas, creo que nuestra propuesta contaría con una tremenda adhesión de los trabajadores de empresas pequeñas y medianas, quienes, muchas veces, no tienen sindicatos y, la gran mayoría de las veces, no pueden, como ya les decía, cobrar indemnización.
Esa es nuestra propuesta y esperamos que en la discusión que tendremos en la comisión técnica realmente discutamos estos temas a fondo.
La maniobra política de calificar con “suma” urgencia el proyecto para que el Presidente pueda anunciar su aprobación el domingo, nos hace mal como Corporación. Es una mentira ante la ciudadanía. No tenemos el proyecto aprobado, y llamo al Gobierno, leal y abiertamente, a discutir una iniciativa que sea mejor para los trabajadores.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Rodolfo Seguel.
El señor SEGUEL.-
“Señor Presidente, en primer lugar, quiero referirme a cuestiones de orden formal suscitadas en el análisis de este proyecto. Me ha llamado mucho la atención que la Comisión de Hacienda discutiera temas que la Comisión de Trabajo no le requirió. Ésta le envió sólo un artículo, y la de Hacienda conoció de, aproximadamente, 10 disposiciones. Se trata de una intromisión indebida.
Por otro lado, me llama la atención que el informe del secretario de la Comisión de Trabajo sea un documento de apenas 16 páginas, en circunstancias que se trata de un proyecto de 58 artículos permanentes y 5 transitorios. En él no se consigna cómo se llevaron a cabo las votaciones ni la discusión del mismo. Hago presente esta situación, que no había ocurrido en la Comisión de Trabajo.
Tuve la suerte de participar en la discusión del proyecto y también en todo el debate realizado en tomo del llamado Protrac; por lo tanto, puedo hablar con pleno conocimiento de causa de lo que han sido estos dos temas.
Asimismo, en los 10 años que llevó como diputado, he integrado la Comisión de Trabajo, lo que me da el conocimiento necesario para referirme a algunos temas que han sido tocados por algunos parlamentarios.
Hablo también en nombre del diputado señor Riveros, miembro de la Comisión de Trabajo, porque hemos presentado, en conjunto, algunas indicaciones, que más adelante daré a conocer. Él se encuentra enfermo y esperamos su pronta mejoría.
La Comisión de Trabajo recibió a un grupo importante de entidades para que sus representantes nos entregaran información sobre el proyecto. La Confederación de la Producción y el Comercio estuvo el 8 de mayo y planteó 19 objeciones; la Central Unitaria de Trabajadores se presentó el mismo día y formuló 14 objeciones; la Asociación de Abogados Laboralistas estuvo el 9 de mayo y explicitó 14 objeciones; la Central Autónoma de Trabajadores concurrió el 10 de mayo y expuso 10 objeciones, más las observaciones planteadas por la Anef el lunes recién pasado, que dicen relación con el tema de los trabajadores del sector público. Tengo en mi poder toda la información para que la podamos analizar.
Teniendo en vista todas estas observaciones, un grupo de parlamentarios de la Comisión de Trabajo solicitó oficialmente al señor ministro que retirara la “suma” urgencia con que había sido calificado el proyecto.
Agradezco que el Gobierno se la haya retirado no porque la petición la formuló tal o cual persona, sino porque todos lo hicimos en razón de la documentación que obra en nuestro poder.
Desmiento categóricamente las afirmaciones de que se planteó la urgencia porque el Presidente quiere lucirse este domingo con la aprobación del proyecto. Si así fuera, estaría en su justo y legítimo derecho; por algo es el Presidente de la República, elegido para que gobierne este país y le explicite los fundamentos de los proyectos que lleva adelante.
Nosotros somos los parlamentarios de la Concertación. Vamos a trabajar con el Gobierno, apoyar todos sus proyectos y modificar, en la medida de lo posible, aquellos que corresponda.
Bienvenida sea la aprobación del proyecto y bienvenido el hecho de que el Presidente de la República, el próximo 21 de mayo, le diga al país que esta Cámara aprobó su primer proyecto de ley, referido a los trabajadores chilenos.
Muchas gracias, señor ministro, y mis felicitaciones al señor Presidente de la República por esta iniciativa.
Se han hecho críticas fuertes. Algunas las comparto, pero no la forma de expresarlas. Como diputado, no me siento disminuido en mi labor parlamentaria, porque todos tenemos oportunidades y espacios para hacemos valer; y si alguien se siente disminuido, lo lamento.
El diputado señor Dittborn ha tenido todo el tiempo necesario para expresar sus inquietudes respecto del proyecto, que consta de 58 artículos permanentes y 5 transitorios. Hemos tenido más de 20 horas de trabajo en la Comisión para discutir; de manera que no comparto sus expresiones lo voy a criticar con mucho respeto, porque quiero ayudar a ordenar el vocabulario de esta Corporación cuando habla de la “pirotecnia” de la legislación.
No comparto eso, porque es una falta de respeto hacia el trabajo realizado por el Ejecutivo. Yo le podría responder de otra forma. Él, efectivamente, entregó una propuesta, contenida en no más de media hoja, porque el último punto que tocó se lo expresé yo a los colegas de mi bancada. Solamente entrega tres ideas, que han sido recogidas; las hemos discutido, aun cuando ellas no tienen ninguna consistencia en la forma como ordena su propuesta.
Se lo dijimos: “Trabajemos, veamos la posibilidad”. El ministro lo recibió a él, junto al diputado Orpis y a un grupo de parlamentarios de la Concertación. Conversamos más de una hora sobre esta propuesta, la cual hemos mirado, en su punto primero, con bastante simpatía. El punto segundo no lo hemos acogido con la misma complacencia; pero era interesante y estábamos dispuestos a dialogar.
Por lo tanto, quiero pedirle, de verdad, que ese vocabulario de la “pirotecnia” lo deje de lado; porque si de eso se trata, podemos sacar varios documentos que tenemos a nuestro alcance. No es mi intención, porque mi deseo es seguir trabajando.
Tengo una propuesta alternativa presentada por Renovación Nacional, consignada en tres hojas. Personalmente les he dicho a sus parlamentarios que estamos en condiciones de conversar sobre los temas planteados.
No hablo por el Gobierno, sino como parlamentario de la Democracia Cristiana y con el respaldo de mi partido. Estamos dispuestos a dialogar sobre los temas laborales; a seguir conversando sobre el proyecto alternativo presentado por el diputado Fossa y otros parlamentarios de Renovación Nacional. La legislatura no concluye con un proyecto, sino que se termina en la medida en que vamos apoyando uno a uno los proyectos presentados.
Una vez aclarados los dichos de los honorables colegas, es sumamente importante referirse a los fundamentos del proyecto.
Debo reconocer que los gobiernos de la Concertación han tenido gran preocupación por el tema de la cesantía de los trabajadores. Es así como desde el gobierno del Presidente Aylwin, pasando por el del Presidente Frei y ahora en el del Presidente Lagos, se ha discutido el tema de la cesantía y cómo abordarla a través de un proyecto.
Es efectivo lo que dijo la diputada María Rozas, cuando manifestó que discutimos lata y exhaustivamente el proyecto del Protrac; y es cierto, también, que le propuse al Gobierno del Presidente Lagos que presentara una indicación sustitutiva en el Senado con respecto a este proyecto de seguro de cesantía.
Mi proposición no ha prosperado, pero la discusión se ha estado haciendo permanentemente. Durante estos 10 años, los gobiernos de la Concertación han estado permanentemente preocupados de los temas laborales y de cómo mejorar la situación de los trabajadores chilenos.
No hemos sido nosotros quienes hemos rechazado los proyectos. En la Cámara, siempre la Concertación ha aprobado todos los que ha mandado el Gobierno. Tampoco los senadores de la Concertación han rechazado o estancado las iniciativas que se envían al Senado. Hay proyectos que durante más de cuatro años no han sido discutidos o despachados, por ejemplo, las reformas laborales, las que finalmente fueron rechazadas por parlamentarios de la Oposición; otro caso, una iniciativa sus autores, entre los que me encuentro, pertenecen tanto a la Oposición como al Gobierno sobre la abolición del trabajo infantil, la que luego de cuatro años, sólo ayer fue aprobada. Nosotros y el Gobierno esto se lo digo al diputado señor Bertolino estamos decididamente en contra del trabajo infantil y no haremos nada para que los niños chilenos tengan espacios para trabajar. Creemos que ellos deben estudiar, descansar, recrearse y prepararse para el futuro. Insisto, consideramos que los menores no deben trabajar y no vamos a hacer nada que vaya en esa dirección.
Como bien decía la diputada señora María Rozas , hay varios temas que se vinculan con el Protrac. Sin embargo, no podemos desconocer que el proyecto considera materias que es necesario modificar, especialmente en los artículos 4° y 24, que incluyen temas económicos importantes para los trabajadores.
Los artículos 4° y 24, nuevos, crean la posibilidad de que los trabajadores tengan acceso a un seguro de cesantía, lo que no consideraba el Protrac. Si bien es cierto existen problemas respecto de esta materia, no lo es menos que las puertas están abiertas así lo planteó el ministro del Trabajo para discutir sus alcances. Por esa razón, reitero que los diputados de la Democracia Cristiana están por aprobar la idea de legislar el proyecto y por considerar detenidamente, ahora que el ministro y el Presidente de la República han retirado la “suma” urgencia de la iniciativa, las indicaciones que hemos presentado en conjunto con otros diputados de la Concertación. En esta materia, también tenemos intención de conversar con parlamentarios de la Oposición, pero no queremos que se festine esta situación.
Ahora tenemos la oportunidad de legislar a fin de crear los instrumentos necesarios para que en el futuro los trabajadores chilenos accedan a este seguro de cesantía. Nos preocupa hemos manifestado al ministro que queremos conversarlo en forma seria el tema de la indemnización por años de servicio. Creemos firmemente en que, a corto plazo, se perderá este beneficio. En la medida en que se sigan efectuando negociaciones colectivas en los grandes sindicatos a lo que se refirió muy bien el diputado señor Dittborn , no cabe duda de que luego de las próximas tres que se realicen, efectivamente se perderá. Cada empleador presionará de tal forma a su sindicato que en las futuras negociaciones ofrecerá un porcentaje mayor de regalías del que pidan los trabajadores, lo que se hará a cambio de que el sindicato opte por el seguro de cesantía. Como el sindicato, sus dirigentes o la asamblea considerarán que es difícil acceder a la indemnización por años de servicio, se optará por tener dinero en el bolsillo y tomar el seguro de cesantía.
Reitero, esa situación se producirá al cabo de la tercera negociación colectiva que se lleve a cabo en los sindicatos más poderosos del país. Ello quiere decir que en la primera que se efectúe, todos los sindicatos pequeños, en especial los de las Pymes, perderán la indemnización por años de servicio.
Señor ministro, debemos crear un instrumento que asegure la indemnización por años de servicio a los sindicatos que cuenten con ese beneficio, como los vinculados con el cobre, el petróleo y los bancos. Si la obtuvieron mediante convenio, nunca la perderán por el peso político y sindical que crean al interior de las empresas. Sin embargo, ¿qué ocurrirá con las Pymes que cuentan con 15 ó 20 trabajadores? El empleador les ofrecerá 5.000 pesos más a cambio de que todos quienes están en condiciones de optar por la indemnización por años de servicio no lo hagan y tomen el seguro de cesantía. Como señala el proyecto de ley, quien se sume voluntariamente al seguro, perderá la indemnización que, como se sabe, es un beneficio histórico.
Señor ministro, en esta línea comparto lo dicho por la diputada María Rozas. Como se lo he dicho en varias oportunidades, los diputados de la Democracia Cristiana no estamos dispuestos a aceptar que se pierda la indemnización por años de servicio, aunque ello sólo se refiera a los sindicatos más grandes. Por consiguiente, espero que se reflexione sobre esta materia. No nos parece correcta la manera en que se ha llevado adelante este tema. Se lo digo con la tranquilidad que nos da el hecho de que respaldamos el proyecto, al Gobierno y la gestión llevada a cabo por usted.
El artículo 24 conlleva un problema que nos interesa solucionar y que se relaciona con los montos máximos y mínimos que recibirá cada trabajador una vez que quede cesante, esto es, 125.000 pesos y 65.000 pesos para el primer mes, 112.500 pesos y 54.000 pesos para el segundo, 100.000 pesos y 46.000 pesos para el tercero, 87.500 pesos y 38.500 pesos para el cuarto y 75.000 pesos y 30.000 pesos para el quinto. Hemos hecho una petición formal al ministro para incrementar el valor superior a 150.000 pesos y bajar en 5.000 pesos los valores inferiores, tomando como base el monto considerado para el primer mes, esto es, 65.000 pesos. Sabemos que se trata de una petición difícil, pero como dijo la diputada señora María Rozas , ojalá el diablo cojuelo deje su cola algo afuera y podamos ordenar este artículo que nos preocupa.
Respecto de los trabajadores del sector público, diputados de distintas bancadas han estado de acuerdo en buscar alguna fórmula para que ellos sean considerados.
Otro tema que nos preocupa es el planteado por los abogados laboralistas. Cuando el trabajador queda cesante, se aseguran sus prestaciones de salud. Sin embargo, estos profesionales plantearon un tema que es importante considerar: la asignación familiar. Muchos trabajadores que quedan cesantes tienen tres, cuatro u ocho cargas familiares, por lo que es importante que ese beneficio se mantenga.
Por último, deseo señalar que lucharemos por las modificaciones que hemos planteado, y con la misma fuerza con que la Oposición ha formulado críticas, defenderemos el proyecto del Gobierno. Aplaudiremos el hecho de que el próximo domingo el Presidente de la República dirija un lindo mensaje al país y diga a Chile que la Cámara de Diputados, ojalá con todos sus parlamentarios, ha aprobado su primer proyecto de ley.
He dicho.
EL señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Informo a la Sala que se encuentra en las tribunas una delegación de funcionarios y funcionarías de Carabineros de Chile, pertenecientes a la promoción 1975-1976. Además, quiero destacar que también asiste la primera promoción de personal femenino de esa institución.
Aplausos.
EL señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el ministro del Trabajo, señor Ricardo Solari.
El señor SOLARI (Ministro del Trabajo y Previsión Social).-
Señor Presidente, mi intervención no tiene otro ánimo que, en primer lugar, agradecer la disposición de la Cámara de aprobar el proyecto en general y, por lo tanto, continuar su tramitación hasta que se convierta en ley de la República.
De ese modo, recogemos la voluntad expresada en el debate político que acompañó a las últimas elecciones presidenciales. El empleo y el desempleo fueron aspectos esenciales abordados en ese intenso período de la vida política del país.
La voluntad de todos para trabajar en la creación de instrumentos de seguridad social es algo que el país espera de nosotros; por eso, más que establecer en este debate un clima de calificación y de descalificación, lo que importa es el modo en que juntos logremos la construcción de un instrumento que, con el paso del tiempo, el dinamismo de la economía, el fortalecimiento de nuestra cohesión social, sea imprescindible en nuestro escenario de beneficios sociales disponibles.
Esta discusión, con la pasión con que se ha realizado, probablemente ha sido del mismo tipo de las que acompañaron el inicio de instrumentos de beneficio social cuyo establecimiento no fue fácil, tales como los salarios mínimos, los fueros maternales y otros de esa naturaleza, que benefician a millones de trabajadores.
Respecto del seguro de cesantía, recuerdo lo que señaló un alto dirigente de la Confederación de la Producción y el Comercio que ha seguido por muchos años los debates relacionados con temas laborales: éste es por lo menos el quinto intento en las últimas dos décadas por establecerlo. Eso justifica y valida plenamente el esfuerzo por dar un trámite rápido al proyecto, porque, como bien dice el mensaje, se entronca con discusiones anteriores habidas en esta Cámara en relación con asuntos de la misma naturaleza.
Bien ha recordado el diputado señor Seguel por eso quise intervenir después de él, porque es el mismo espíritu y la misma voluntad que hay aspectos del proyecto que están en la tradición de los debates anteriores en tomo al establecimiento de mecanismos de protección a los trabajadores desempleados. Ello es así porque tiene que ver con el mismo esfuerzo desplegado por el Parlamento y el Ejecutivo por recoger esta demanda ciudadana importante: establecer métodos universales y eficientes para entregar ingresos monetarios a quienes sufren la desgracia del desempleo.
Hemos querido hacer esto en un contexto donde, además, hemos entendido que debemos salvaguardar por lo menos dos bienes muy importantes. En primer lugar, estamos viviendo la salida de una crisis donde el esfuerzo por crear puestos de trabajo se transforma en un asunto esencial. Por lo tanto, el mecanismo que establezcamos no puede perturbar ese esfuerzo de la economía, especialmente el del sector privado, por crear puestos de trabajo.
En segundo lugar, debemos procurar que los beneficios que entregue el proyecto tampoco afecten derechos que los trabajadores consideran que les son propios, logrados después de una larga trayectoria de sus luchas.
En definitiva, debemos considerar ambos aspectos.
Estimamos también que estamos en un momento del ciclo económico en que es posible que los distintos instrumentos que define el proyecto, y que los parlamentarios conocen bien, como las cuentas individuales y estos fondos solidarios, puedan crecer, con el objeto de preparamos para aquello que ocurre en toda economía abierta: a los ciclos de crecimiento siguen ciclos de crisis, los que pueden ser atenuados si disponemos de instrumentos de esta naturaleza.
Por lo tanto, defiendo la legitimidad política de seguir adelante con el proyecto, originado en la preocupación expresada por los ciudadanos; defiendo la oportunidad, en el sentido de que estamos viviendo un período de expansión del ciclo económico; además, defiendo la prudencia con que el Gobierno ha tratado de preservar dos aspectos fundamentales: la creación de puestos de trabajo y el respeto de los derechos esenciales de los trabajadores.
Esta es una intervención general. No queremos hacemos cargo de cada tema mencionado. Entendemos que al retirar la “suma” urgencia del proyecto, se da lugar a una nueva etapa de discusión, en que las propuestas presentadas por el Ejecutivo y distintos diputados de la Concertación y de la Oposición deberán ser consideradas con el máximo de respeto y apertura por nosotros.
En relación a estos puntos, quiero decir dos cosas.
En primer lugar, estamos convencidos de que nuestro proyecto no afecta, sino que garantiza la vigencia y existencia del derecho a la indemnización por años de servicio; en lo sucesivo, vamos a trabajar en la idea de esclarecer aún más la convivencia de ambos beneficios en el mundo del trabajo. Para nosotros es un asunto esencial.
En segundo lugar, el mecanismo contemplado en el proyecto ofrecerá beneficios ciertos a un número significativo y creciente de trabajadores.
La única crítica de la que me voy a hacer cargo es la formulada por la UDI porque éste no es el espacio ni el momento para iniciar un debate, menos para calificaciones o descalificaciones y, además, no es nuestro espíritu. El proyecto tiene la tremenda virtud de caminar hacia la universalidad del beneficio del seguro de cesantía. Lo hacemos estableciendo claramente y sin ambigüedades la transición para los trabajadores nuevos o para aquellos que opten por este beneficio, por la sola razón de que entendemos que gravar el total de las planillas laborales de las empresas, particularmente de las pequeñas y medianas, podría significar algún costo agobiante para empresas que hoy atraviesan por dificultades.
Por ese motivo, haciéndonos cargo de una petición simultánea, tanto de empresarios como de trabajadores, hemos querido hacer una transición que permita que este sistema entre en vigencia ahora, para los contratos nuevos, y consecutivamente para aquellos que se vayan suscribiendo o para los trabajadores que opten por él. De ese modo, hacemos que para las empresas preocupación manifestada por distintos diputados esto tenga un costo menor.
Por otro lado, nos hacemos cargo de un asunto que ha sido mencionado reiteradamente por los dirigentes sindicales. Hay una serie de instrumentos, que podrían ser calificados como de seguridad social, que fueron impuestos a los trabajadores, los que no tuvieron la posibilidad de ser discutidos como lo hacemos hoy en el Congreso.
Por eso, la libertad de opción es muy importante. Hay trabajadores que entienden razonablemente que tienen beneficios que pueden ser iguales o superiores a éste. Para ellos, este mecanismo, sin ambigüedades, focalizado particularmente en los trabajadores más pobres, es decir, aquellos que no cuentan con la capacidad de generar sus recursos para enfrentar el desempleo, puede ser optativo. O sea, hacemos la transición que protege a las empresas que pueden tener mayores dificultades y que respeta la libertad de los trabajadores por optar.
Nos interesa que en la discusión de este proyecto se entienda que nuestra voluntad de ir hacia una cobertura universal está limitada sólo por otro objetivo importante, como es procurar que la iniciativa dé beneficios a la altura de nuestra economía. Es muy fácil decir que el seguro de desempleo otorgue los beneficios que se dan en muchos países desarrollados, pero, lamentablemente, como todos saben, no somos un país desarrollado. Sin embargo, hacemos convivir dos beneficios: las indemnizaciones por años de servicio con la instauración del seguro de cesantía, que dará beneficios que pueden ser considerados limitados con esto respondo la consulta del diputado señor Jaramillo , claro, pero no son insignificantes, ya que triplican el actual subsidio de cesantía que se entrega en las municipalidades. Además de ello, incentivará a muchos trabajadores que hoy están laborando de manera informal a tratar de ser trabajadores formales, dado que la firma de un contrato les va a permitir acceder a este beneficio.
En la actualidad, el subsidio de cesantía asciende a un monto pequeño, por lo que no estimula la formalización de los trabajadores.
En relación con la administración de estos recursos, aspecto que ha sido mencionado, debo señalar que lo que nos importa básicamente no es que el ente administrador sea público o privado, sino que entregue sus servicios al menor costo posible y garantice una rentabilidad al Fondo, que va a tener mayor exigencia de liquidez que los de las AFP, de las cajas y de las mutuales.
Estamos incorporando un instrumento nuevo de seguridad social. Creemos que hay plena coincidencia entre Oposición y Gobierno sobre la necesidad de establecer un seguro de cesantía en Chile. Además, estamos en un ciclo de activación económica, tal como lo ha señalado anteayer el Banco Central. Por lo tanto, me parece absurdo acusar al Gobierno de “pirotecnia”, sobre todo cuando tenemos el antecedente de que la discusión de un proyecto parecido se ha demorado tres años el Protrac, y su objetivo era proteger del mismo fenómeno, de la misma desgracia, de la misma catástrofe que afecta a los trabajadores: el desempleo.
El Ejecutivo quiere que este proyecto sea ley de la República cuanto antes.
Por otra parte, no deseaba hacer una intervención que tuviera, ni de lejos, un corte político; pero quiero decir lo siguiente: si insistimos en que se apruebe esta iniciativa pasado el 21 de mayo, lo más seguro es que nos acusarán de involucrar este proyecto con los debates que se generarán para las elecciones municipales. No es nuestra voluntad. Queremos que esta iniciativa sea pronto ley de la República para que no suceda lo que ocurrió en 1998 y 1999, que luego de casi 15 años de crecimiento sistemático de la economía, se produce una crisis por efectos externos y varios cientos de miles de trabajadores y de trabajadoras pierden sus empleos sin poder acceder a ninguna forma de protección. ¡Eso no puede volver a ocurrir!
Estamos en un momento económico en donde requerimos crear este mecanismo, pero con la mirada hacia delante, pues lo prioritario es la creación de empleos, para lo cual la política económica del Gobierno, que también ha sido explicitada por el ministro de Hacienda, es extremadamente rigurosa, con el objeto de no presionar las tasas de interés, favorecer una activación rápida de la economía y dar el máximo espacio al sector privado, a fin de que ahí se creen puestos de trabajo, manteniendo además, con un esfuerzo fiscal inmenso, programas de empleos municipales.
Estamos preocupados de enfrentar el tema del empleo y del desempleo. Por ello no me parece justo que se diga que se calificó con “suma” urgencia este proyecto por motivos circunstanciales, como que el Presidente tenga que rendir su mensaje al Congreso, labor que debe cumplir año tras año. Lo calificamos con “suma” urgencia, que hoy hemos retirado, porque creemos en la pertinencia de la oportunidad para hacerlo y en la absoluta urgencia ética que nos asiste para que exista un seguro de cesantía en Chile.
Por cierto, también creemos digo esto particularmente a los diputados de la Oposición que este proyecto, como todos los que envía el Ejecutivo al Parlamento, es perfectible, por lo que debo informar a la Mesa de la Corporación que estamos presentando nuevas indicaciones a la iniciativa.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el honorable diputado señor Haroldo Fossa.
El señor FOSSA.-
Señor Presidente, el señor ministro acaba de hablar de una transición y de que esto es perfectible y se puede llegar, por lo tanto, en algún momento a lo que todos idealmente queremos.
Esta misma premisa nos movió a estudiar a fondo el proyecto, con el objeto de presentar una propuesta alternativa, que también es perfectible, la cual no tiene por objeto destruir el proyecto del Gobierno, sino presentar algo que sea factible y que, dentro de esta etapa de transición, la consideramos más barata que la iniciativa del Gobierno. Incluso, el día de mañana pueden llegar a complementarse.
Echo de menos en el informe del colega Aníbal Pérez las variadas indicaciones que se hicieron al proyecto del Gobierno; incluso, hay muchas coincidentes. Tampoco se recogen en el informe las opiniones de quienes nos visitaron y fueron consultados. Todo ello indica que se requiere de más tiempo para estudiar el proyecto, por lo que agradezco al señor ministro que haya retirado la “suma” urgencia con la que lo calificó el Ejecutivo.
También quiero aprovechar esta instancia para decirle que en la mesa de diálogo social no han participado los trabajadores independientes. La CUT no representa a los trabajadores independientes, sino sólo al 9 por ciento de los trabajadores de este país, de los cuales el 92 por ciento de ese 9 por ciento son funcionarios públicos o de empresas del Estado. Consecuentemente, sería bueno consultar esa opinión ahora que se va a disponer de tiempo dado que la propuesta de Renovación Nacional está basada en forma importante en lo señalado por los representantes de los trabajadores independientes, que nos han dicho: “No nos toquen la indemnización por años de servicio”, por lo que la hemos dejado afuera.
Le comentaba al ministro que este tema de la indemnización por años de servicio deberíamos tratarlo durante el estudio de las reformas laborales y no mezclarlo con este seguro de desempleo.
En consecuencia, dejo planteada la petición que me formularon los representantes de los trabajadores independientes: poder asistir y dar sus puntos de vista en una nueva reunión de la mesa de diálogo social.
Lamentablemente, el proyecto presentado no establece un seguro de desempleo para todos, ya que figura como opcional para los actuales trabajadores y como obligatorio para quienes sean contratados con posterioridad a la vigencia de la ley.
¿Cuándo ese trabajador, que se siente protegido por este proyecto, podría recibir ese seguro de cesantía? Cuando sea despedido, mucho más adelante de que inicie su trabajo, al menos un año. Consecuentemente, y tenemos que decirlo, esta iniciativa no nos ayuda a resolver el actual problema de cesantía del país. Tampoco nos ayuda a resolver los problemas de quienes generan la mayor cantidad de puestos trabajo el 80 por ciento en este país, que son los micro, pequeños y medianos empresarios tema que vamos a tratar mañana en un encuentro que ha programado la Cámara, quienes tienen un endeudamiento tremendo. Muchas de estas empresas están colapsadas, no están en condiciones de generar nuevos empleos, ni menos de pagar uno adicional, porque al contratar gente por primera vez, con la obligación de ingresar al sistema, automáticamente les estamos agregando un costo que no todos los empleadores estarán en condiciones de pagar.
Insisto, entonces, que el proyecto es un buen sistema de protección para el trabajador a futuro; mezcla la indemnización por años de servicio porque hay malos empresarios, que no la pagan con un seguro de desempleo. A nosotros no nos corresponde redactar el articulado de nuestro proyecto, aunque está presentado en tres páginas, pues es bastante bueno el texto del Ejecutivo; pero están las bases para estudiar lo que estimamos como seguro de desempleo más barato, que a corto plazo puede dar frutos, ser perfectible, ágil, que refleje lo que todos queremos: si pierdo mi trabajo voy a una ventanilla que me entregará alguna remuneración que me permita subsistir mientras encuentro otro.
El problema de la indemnización por años de servicio, que se estima como derecho adquirido, radica en que no lo es, porque se paga bajo una determinada causal de despido: necesidades de la empresa. Por eso mismo la dejamos fuera. Creo que hay otros mecanismos que deben y pueden exigir el pago de la indemnización por años de servicio, cuando corresponda.
Las diferencias fundamentales entre el proyecto enviado por el Gobierno y el que presentamos para que lo tengan todos los colegas, para que se entregue a la mesa de diálogo, se destruya si se quiere aunque es un aporte positivo, adecuado y técnico, radican en que el nuestro es más barato, pues mientras aquel tiene un costo de 3 por ciento, para efectos del seguro nosotros planteamos un 1,7 por ciento. Además, el proyecto del Gobierno apunta solamente a la creación de un fondo solidario al que concurren empleadores, trabajadores y el Estado. Proponemos una proporción de 1,2 por ciento para el empleador, 0,2 por ciento para el trabajador y 0,3 por ciento para el Estado. Además, no contempla las cuentas individuales. Estimamos que los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas no están en condiciones de hacer ahorro ni de soportar una exigencia de esta naturaleza.
Reiteramos que no afecta la indemnización por años de servicio, capítulo que queda absolutamente aparte, e incorpora a todos los trabajadores. En el cálculo hemos considerado un universo de 2 millones 700 mil trabajadores; no hacemos diferencia entre el que se contrata hoy o el que tiene contrato vigente, e incluimos también a todos los trabajadores dependientes del Estado.
Hay que profundizar, en eso estamos de acuerdo, en la situación de los trabajadores temporeros, de la construcción, de las cosechas, de la vendimia, de las forestales.
Hemos señalado en eso concordamos con el ministro que debemos ser cuidadosos al buscar a los administradores del fondo solidario. Sugerimos las cajas de compensación, que han demostrado ser eficientes, sin fines de lucro. También estudiamos la posibilidad de trabajar, como decía mi colega señor Bertolino , con algunas pólizas de seguro, pero no nos gustan los deltas que agregarían al costo del fondo solidario, ya que no estamos por la idea economicista, dado que es un proyecto social, sino de hacerlo ahora más barato porque todavía la crisis persiste, aún tenemos una cesantía tremenda y problemas de endeudamiento y de capacidad de operación.
El proyecto nuestro lo tiene en sus manos el ministro y esperamos contar con el tiempo necesario para analizarlo, lo más rápido posible, en conjunto.
He dicho.
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
Pido la palabra por un asunto de Reglamento.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra su Señoría.
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
Señor Presidente, según la convocatoria, el Orden del Día termina a las 19 horas, o sea, restan 25 minutos y hay varios parlamentarios inscritos para usar de la palabra; de manera que solicito acortar los discursos a cinco minutos para tener la posibilidad de intervenir. De lo contrario, deberemos insertarlos en la versión de sesiones.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
El acuerdo unánime de los Comités fue que el Orden del Día termina a las 19 horas, de manera que van a quedar entre diez y doce señores parlamentarios sin intervenir. En su momento, la Sala debe acordar, por unanimidad, la prórroga del Orden del Día de no aprobarse, habrá que insertar los discursos y luego proceder a votar. Obviamente, dejamos al buen criterio de los señores diputados la extensión de sus discursos.
Tiene la palabra el diputado señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, sin duda, la discusión del proyecto ha estado marcada por un debate más político que técnico. Se ha criticado duramente la “suma” urgencia con que se ha calificado. El diputado señor Dittborn señaló que ha perdido la dignidad por el hecho de discutirlo con tanta urgencia, que se ha sentido usado.
En verdad, se ha argumentado fuertemente para retirar la “suma” urgencia al proyecto. En las comisiones se emplazó al Presidente Lagos, al ministro, pero cuando se accede a retirarla, se dice que ello obedece a que deseamos que el Presidente Lagos tenga listo el discurso del 21 de mayo y que ése era el gran objetivo. Es decir, palos porque bogas y palos porque no bogas.
La “suma” urgencia está consagrada en la Constitución de 1980, a la que he sido opositor, y si hay ánimo de la Derecha para ir a una reforma constitucional que brinde más prestigio, más presencia, más soberanía al Congreso, estamos disponibles, porque quedamos disminuidos con la Constitución de Pinochet y necesitamos recuperar la dignidad del Parlamento. Hoy, el Ejecutivo aplica las atribuciones que tiene.
Se critica que vamos muy rápido, pero los señores diputados han hecho una historia de las promesas de Ricardo Lagos. El diputado señor Prokurica enumeró 180 de sus promesas y, a menos de 60 días desde que asumió el nuevo Gobierno, señala que no se han cumplido o no se están cumpliendo, es decir, hay que apresurar su cumplimiento. Sin embargo, cuando el Presidente Lagos manda un proyecto con “suma” urgencia para que se cumpla la promesa de campaña sobre el seguro de desempleo, dicen que no vayamos tan rápido, que no nos apuremos, no nos precipitemos. Es decir, palos porque bogas y palos porque no bogas.
Nos apuramos, apretamos el acelerador para satisfacer una necesidad no del Presidente Lagos, sino de 500 mil cesantes. Queremos avanzar en el seguro de desempleo, porque no tendrá efecto inmediato, sino que necesitará doce cotizaciones y, a lo menos esto es un compromiso con el ministro, seis para los trabajadores eventuales, transitorios o de otras faenas. Sin embargo, queremos ir rápido porque queremos avanzar.
Dos años y medio estuvieron las reformas laborales en el Senado y allí nadie se sintió ofendido, ni a nadie se le afectó la dignidad, y fueron rechazadas. El proyecto sobre el Sence estuvo tres años y medio en esa cámara.
No queremos que el proyecto del seguro de desempleo tenga el mismo trámite que el del Protrac, que estuvo más de dos años en estudio. Queremos avanzar rápidamente en el tema del seguro de desempleo y poder enriquecerlo en el debate. A los diputados de Oposición que integran la Comisión de Trabajo les constan las múltiples observaciones que los diputados de las bancadas socialista, del PPD y de la DC hicimos al texto del proyecto, y los compromisos que el Gobierno, a través del ministro del Trabajo, puso sobre la mesa para abordarlo mediante indicaciones, porque hoy el proyecto volverá a las Comisiones.
Hay que señalar que la cesantía es un flagelo que nos golpea. En 1999 fue extremadamente alta, pasamos por situaciones difíciles, pero hemos tenido tiempos mejores. Hasta antes de 1998 la tasa promedio era de 6,2 por ciento y hemos llegado a una de 9,7 por ciento. Pero en el resto del país, en el distrito que represento, en Lota, alcanza a 15, 18 y 24 por ciento. Existe una cesantía disfrazada, porque el EME no la mide en forma exacta, razón por la cual hay que cambiar el factor de medición para sincerar el porcentaje de cesantes, porque eso ayuda a tomar medidas adecuadas y efectivas.
Este año ha presentado una tasa de 8,4 por ciento promedio, preocupante, superior en un punto a los trimestres de 1996, 1997 y 1998; pero lo importante es que existe un proyecto en debate sobre la materia. Lavín y Lagos prometieron, durante la campaña, el envío de una iniciativa, pero, en verdad, la propuesta de la UD1 son tres hojas con ideas generales que, como se ha dicho, todos compartimos. Efectivamente, deben discutirse, pero no es un proyecto.
Esperábamos mayor responsabilidad, porque se hablaba de un proyecto de ley. Reitero: no hay proyecto de la UDI, sino ideas generales, repetidas, manoseadas durante campañas presidenciales. En cambio, hoy estamos analizando una iniciativa con propuestas concretas, manejadas por el Ministerio de Hacienda, sobre las cuales podemos tener observaciones, pero que no permiten avanzar en el tema.
En Chile no hay seguro de desempleo. En términos muy simples, el seguro se contrata con un agente económico, de manera que ante la posibilidad de un evento inesperado, de un siniestro, de un robo o incendio, pueda haber una compensación. Por lo tanto, se paga una prima y se impone una condición para poder establecer que existe dicho seguro. Lo que tenemos en Chile hoy es un subsidio estatal de pequeña magnitud, absolutamente limitado. En cifras concretas, es un subsidio de cesantía que alcanza desde 1996 que no es reajustado a 17.338 pesos mensuales los tres primeros meses; a 11.560 pesos del cuarto al sexto mes, y a 8.669 pesos hasta completar un año. Muchos de los cesantes ni siquiera concurren a cobrarlo, porque, en verdad, eso sí que es indigno. Es indigno contar con un subsidio de cesantía que no cubre siquiera las necesidades básicas de las personas. Hemos dicho que, en su reemplazo, debemos apuntar hacia uno que establezca posibilidades de remuneraciones compatibles con la búsqueda tranquila de un nuevo empleo.
No tenemos seguro de desempleo en Chile, pero lo queremos crear y a eso estamos abocados.
Se ha planteado, de manera absolutamente legítima por la CUT, por la Oposición y por las bancadas de la Concertación, que es necesario discutir más la vinculación de indemnización por años de servicio con el seguro de desempleo. Hay elementos que deben revisarse; pero, lo concreto en eso todos concordamos es que hoy las indemnizaciones por años de servicio, que en teoría podrían ser un factor de resguardo para los eventos de desempleo, no se cumplen porque entre el 45 y el 54 por ciento de los trabajadores que terminan su contrato de trabajo reciben menos del 60 por ciento y, en algunos casos, hasta el 20 por ciento del total que les correspondería. Es decir, se han desempeñado durante seis años en un trabajo y se les paga un año y medio de indemnización. Como ellos no tienen abogado, no quieren ir a un juicio largo y requieren el dinero, pactan en el tribunal. Hay un acuerdo y, por lo tanto, no se pagan como corresponde las indemnizaciones por años de servicio. Por eso, es necesario revisar el sistema de manera consensuada con trabajadores y empleadores y convertirlo en un mecanismo que posibilite la mantención de ambos. Ese es nuestro compromiso y estamos dispuestos a discutirlo. No le vamos a dar carta blanca al Gobierno, porque necesitamos discutir el tema. Aquí estamos en el Parlamento, que es un Poder del Estado diferente del Ejecutivo.
Entre 1995 y 1997, el tiempo promedio de desempleo en el país se calculó en tres meses, es decir, la gente se demoraba tres meses en encontrar empleo. Lamentablemente, hoy ha aumentado ese promedio a cuatro y cinco meses, y el 22 por ciento de los trabajadores permanece desempleado más de seis meses. En casos como Alemania, Bélgica y España, supera el 77 por ciento; pero no podemos mirar hacia los sistemas de seguro europeos porque son de otra naturaleza y han demostrado ineficacia en forma reiterada y todos lo sabemos. Claramente, no hay posibilidades de establecer una comparación con los regímenes europeos, aun cuando contienen muchos elementos que hoy queremos introducir. Aquí no estamos innovando, no hay mucha inteligencia, sino un proceso de adaptación a las realidades locales, porque en los países de la Comunidad Económica Europea no se paga más del 50 por ciento de la remuneración y varían las posibilidades en cuanto al tiempo que el trabajador debe estar ocupado antes de acceder al seguro de desempleo.
Por tanto, nuestra alternativa es tener un seguro. Si como dice el diputado señor Paya las indemnizaciones por años de servicio no se pagan y no se pagarán nunca, hay que hacer un cambio. Si no en el seguro de desempleo, tendremos que introducirlo en el régimen de indemnizaciones, porque, lamentablemente, tiendo a creerle al diputado la UDI. En consecuencia, insisto, hay una sola alternativa: el seguro de desempleo. En ese sentido, la introducción de la cláusula de todo evento es un asunto que lo distingue de las indemnizaciones.
Asimismo, tenemos observaciones sobre el monooperador. No queremos que sean las AFP, no por desconfianza hacia el sector privado, sino porque en la licitación, quienes estén en mejores condiciones de recibir los 450 millones de pesos anuales con que contará de manera progresiva el sistema, van a hacer la mejor oferta. Es necesario introducir importantes modificaciones al sistema previsional de las AFP antes de otorgarle mayores condiciones.
Tampoco ha sido mencionada la comisión de usuarios. En este caso, al igual que las cotizaciones previsionales, la plata es de los trabajadores. Sin embargo, en las AFP no hay participación en el control del directorio. El proyecto incluye una comisión de usuarios: tres representantes de los trabajadores y tres de los empleadores, lo que posibilita una real participación en la administración de los fondos.
Apoyaremos la iniciativa en estudio, porque constituye una posibilidad para aquellos trabajadores que hoy nada tienen. Podemos perfeccionarla y discutirla abiertamente, en confianza, con franqueza, pero no queremos pasamos todo el año pendientes de ella, sino iniciar la discusión cuanto antes sin ningún tipo de voladores de luces o propuestas que después no sean defendidas.
Espero que la indemnización sin tope, que es atractiva e interesante, pueda ser recogida cuando discutamos la indemnización por años de servicio. Sin embargo, la trampita está en que sea voluntaria, porque la UDI ha dicho “rompamos con los once años y vamos a lo que sea”, pero sólo el 6 por ciento de los trabajadores permanece más de once años en un empleo y únicamente 10 por ciento está sindicalizado. La voluntariedad en Chile equivale a la imposición del empleador, porque no hay cómo organizarse para imponer la voluntad del trabajador por carecer de sindicatos. Por lo tanto, la trampita de la voluntariedad, en un sistema de desprotección absoluta del trabajador, no me parece.
Por último, hagamos la encuesta. Creo que en las elecciones de 1999 quedó claro lo que quiere la gente: reformas laborales y protección. Pregúntenselo a Lavín, porque él, sin duda, lo sabe muy bien.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado José Pérez.
El señor PÉREZ (don José).-
Señor Presidente, en virtud del escaso tiempo de que disponemos, acortaré mi intervención. Como diputado de la bancada radical, quiero manifestar nuestra satisfacción por haber recibido en esta Sala el proyecto que establece un seguro de cesantía, que representa el cumplimiento de un compromiso contraído por el Presidente Lagos con los trabajadores durante la campaña presidencial.
Podrá haber objeciones y puntos de desacuerdo es natural que así sea, porque, a nuestro juicio, todos los trabajadores de Chile debieran estar insertos en él, sean del sector privado, público o a contrata. Algunos renuevan sus contratos año a año y también tienen derecho a obtener este beneficio.
A pesar del notorio avance del país en los últimos años, había descuidado esta protección para con nuestros trabajadores. Quisiéramos que fuese mayor, pero en todo caso estamos legislando en una materia muy importante. El año pasado y el antepasado, millares de trabajadores quedaron sin un ingreso mínimo, después de perder sus fuentes laborales, lo que también afectó a sus familias. Este seguro de cesantía protege esas situaciones. Por consiguiente, respaldaremos con todas nuestras fuerzas el proyecto, sin perjuicio de que durante la discusión podamos seguir perfeccionándolo, a fin de que los trabajadores no queden en absoluto desamparo una vez terminada su fuente laboral.
En consecuencia, no nos queda otra cosa que felicitar al ministro, presente en la Sala, y al Ejecutivo, por la iniciativa. Pensamos que en su momento habrá mucho que conversar acerca de los distintos puntos y artículos de la misma. En materias tan importantes para Chile, para su pueblo, para los trabajadores es lamentable que no haya un diálogo más fructífero, delicado y consensuado entre los parlamentarios de la Oposición y de Gobierno. Debemos mejorar la forma de marcar nuestras discrepancias, con altura de miras y con mucho respeto, pues éste no es el único tema que preocupa al país, a la Derecha y al Gobierno. Hay otros mucho más delicados y, para ir creando el clima de entendimiento que necesita el país, debemos ser mucho más respetuosos entre nosotros.
Por lo expuesto, anuncio el voto favorable de nuestra bancada al proyecto.
He dicho.
El señor LEON (Vicepresidente).-
¿Habría unanimidad para prorrogar la discusión del proyecto?
No hay acuerdo.
Hago presente a la Sala que está pendiente la intervención de la bancada del PPD, la cual dispone de cinco minutos.
El resto de los diputados inscritos deberá insertar sus discursos.
Nuevamente solicito el asentimiento de la Sala para prorrogar la discusión del proyecto.
No hay acuerdo.
Tiene la palabra la diputada señora Adriana Muñoz.
La señora MUÑOZ (doña Adriana).-
Señor Presidente, por la escasez de tiempo, es prácticamente imposible desarrollar una argumentación. A mi juicio, los tiempos fueron mal distribuidos, con lo cual no hubo equilibrio en la intervención de las distintas bancadas.
En todo caso, anuncio el voto favorable de nuestra bancada al proyecto en su votación en general. También deseo reiterar al Ejecutivo mi enorme preocupación por la tramitación de iniciativas de esta naturaleza. No es por temor a innovar o explorar nuevas fórmulas de figuras jurídico-legislativas, pero tanto en el tratamiento de ésta como en la anterior, sobre el Protrac, hemos manifestado nuestra preocupación por la vinculación entre dos regímenes jurídicos tan distintos como son los del derecho laboral y de la seguridad social.
Respecto de este híbrido o engendro, como le hemos llamado en la Comisión de Trabajo, no podemos aventurar su desarrollo, en particular en lo que respecta al futuro del sistema de indemnizaciones por años de servicio. Insisto en lo señalado por los diputados señor Seguel y señora María Rozas , porque hoy en nuestra legislación existe la indemnización por años de servicio como mecanismo de protección a la estabilidad del trabajo. No es sólo un derecho adquirido por los trabajadores, que les da seguridad para protegerse de un despido arbitrario, sino que también es una señal de nuestra legislación en el sentido de que nos importa la estabilidad del empleo.
Temo que con este engendro estemos dando señales de una flexibilización extrema de nuestra normativa legal, que lleve a una precariedad muy profunda del empleo y a la desprotección absoluta de los trabajadores. Mi gran temor radica en que no podemos prever el futuro de este híbrido que hoy estamos consagrando en nuestra legislación, no sé si de seguridad social o de derecho laboral, pero es una muy mala señal. Hoy la causa de infelicidad de nuestra gente es no saber si mañana tendrá o no empleo.
Esta normativa me provoca un profundo llamado de conciencia como legisladora. Explorar este híbrido, que nace de juntar y vincular derechos laborales con derechos de seguridad social, e incluir dentro de la legislación laboral una figura de flexibilización extrema del empleo, podría dejar a los trabajadores a la deriva, sin una protección real.
A pesar de todo, el proyecto trae buenas noticias, le da mayor importancia al fondo de cesantía solidario, saca a las AFP de la administración de los fondos, todo lo cual es una buena señal. Sin embargo, me preocupa que la nueva administración sea licitada, incluso, por empresas extranjeras.
También me inquieta la cobertura mínima que tendrá el seguro de cesantía si se siguen exigiendo los doce meses de cotización previsional como requisito para postular. Si se disminuyera a seis meses ese requisito, sería una señal muy importante para enfatizar que el proyecto da seguridad social. En caso contrario, quedará una duda eterna sobre si es un beneficio real o a medias.
Con todas estas observaciones y temores que me asisten al establecer figuras extrañas en nuestra legislación, sobre todo por la desprotección que pueden significar para los trabajadores, espero que en la discusión en particular podamos profundizar estas materias.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Cerrado el debate.
Se insertarán los discursos de los diputados señores Claudio Alvarado , Enrique van Rysselberghe , Rodrigo Álvarez , Juan Masferrer , Carlos Vilches , Osvaldo Palma , Roberto León , Jaime Mulet , Aníbal Pérez , Leopoldo Sánchez, Juan Pablo Letelier , Pedro Muñoz y señorita Antonella Sciaraffia.
En conformidad al acuerdo anterior y al artículo 85 del Reglamento, se incluyen las siguientes intervenciones no pronunciadas en la Sala:
El señor ALVARADO.-
Señor Presidente, al discutir este proyecto de ley y al escuchar los distintos argumentos que se han dado sobre él, da la impresión de que estamos repitiendo la sesión del 24 de junio de 1999 sobre el Protrac.
Por qué señalo esto, señor Presidente.
¿Qué hemos escuchado hoy día? Este proyecto en la práctica no constituye un seguro de cesantía, sino que es más bien un cambio en la aplicación del actual sistema de indemnización por años de servicio.
También se ha dicho que este proyecto no entrega respuesta a las necesidades de los 500 mil cesantes actuales, sino que va a operar para aquellas personas que pierdan su empleo con posterioridad al 2005.
Por otra parte, se ha señalado que se debe tener cuidado con las expectativas que tienen los trabajadores con este proyecto. Se tiene la sensación de que el trabajador encuentra solución inmediata a su problema de cesantía y todos sabemos que eso no es así.
Otro planteamiento muy razonable es la discriminación del proyecto respecto de los trabajadores del sector público y empleados municipales, a los cuales no los protege ante la pérdida del trabajo; en otras palabras, se trata de un proyecto limitado sólo a aquellos que en adelante suscriban nuevos contratos de trabajo exclusivamente en el sector privado, es decir, su cobertura es reducida.
También nos damos cuenta de que el aporte del Fisco al fondo solidario es precario, apenas 12 millones de dólares, situación que atrasa la oportuna y adecuada operación del sistema.
En definitiva, señor Presidente, nos encontramos en este proyecto haciendo presente los mismos cuestionamientos que en la sesión de junio del ‘99 que todos nosotros le hacíamos al Protrac, proyecto que el gobierno desechó por no satisfacer los requerimientos de seguridad de los trabajadores ante su eventual cesantía; en consecuencia, me parece insólito que casi un año después el Gobierno nos lleve a discutir un proyecto de seguro de cesantía con las mismas debilidades que el anterior y que durante todo este período no haya tenido la capacidad para escuchar y atender propuestas de alternativa, como las planteadas por los parlamentarios de la UDI, en la Comisión de Trabajo, que dicen relación con un sistema de indemnización a todo evento de medio mes por año, sin tope para quienes dejen o pierdan su trabajo.
Cuesta entender por qué se insiste y se nos apura a discutir con “suma” urgencia algo tan relevante para los trabajadores del país cuando las propias autoridades gubernamentales señalan que esto es un paso adelante, pero que requiere perfeccionamiento.
Invito entonces, señor Presidente, a que el Gobierno cambie su actitud, brinde los espacios de discusión suficiente para una iniciativa relevante como ésta y ojalá, por el bien de los trabajadores, recoja los planteamientos de quienes proponemos alternativas diferentes como las ya expresadas.
De no ser así, de igual manera contribuiremos con nuestro voto favorable al proyecto, pero dejo en claro que la insuficiencia de los beneficios considerados para los cesantes del futuro, la escasa cobertura de los mismos, los costos de operación del sistema, la discriminación con los trabajadores públicos y municipales, entre otros, serán de exclusiva responsabilidad del Gobierno.
He dicho.
El señor MASFERRER.-
Señor Presidente, honorable Cámara:
En esta sesión le corresponde a esta Cámara analizar el primer proyecto enviado por el Gobierno en materia social. Su objetivo central consiste en establecer un seguro para el trabajador cesante.
El país debe estar consciente que habiendo transcurrido dos meses desde la asunción de Lagos como Presidente de Chile, el único proyecto de ley que en teoría va dirigido a la “solución” de los problemas concretos y reales de nuestra población es el que discutimos.
No hay ningún otro proyecto en este sentido. El ministro García , con mucha parafernalia, ha anunciado el ingreso de veinte iniciativas legales con este mismo objeto. Desde ese anuncio han transcurrido otras dos semanas y aún nada.
Los pobres deben seguir esperando. En el “ranking” de prioridades del Gobierno, los problemas de los chilenos descienden todos los días un lugar.
No nos llama la atención, en todo caso, que el proyecto enviado diga relación con los trabajadores. Cada vez que el Gobierno baja en popularidad o se ve enfrentado a una elección de cualquier tipo, trata de mejorar posición mediante campañas comunicacionales cuyos destinatarios son los trabajadores de este país.
Fuimos testigos de ello en la pasada elección presidencial. Cuando el candidato socialista estaba afligido ante la embestida del denominado “cosista”, desde el Gobierno se orquestó una campaña destinada a presionar a la oposición a aprobar una reforma laboral cuyos efectos hubieran sido devastadores para una gran mayoría de los trabajadores del país. Sin embargo, el “tiro les salió por la culata”. El proyecto fue rechazado por amplios sectores de la comunidad nacional y particularmente por parlamentarios del propio Gobierno, quienes no quisieron responder ante el país del desempleo que la aprobación de un proyecto como ése tendría.
Hoy, a días de iniciarse una nueva legislatura, el Gobierno pretende a costa nuestra tratar de mostrar algo al país.
Pero hay otro punto igualmente grave. Un trabajador de mi distrito, cuando supo de este proyecto, me hizo una pregunta que no fue fácil responder. Me dijo: “¿Pero don Juan , ustedes no llevan discutiendo mucho tiempo un proyecto que llaman Protrac ?”. Efectivamente. Tiene razón ese trabajador cuando me recuerda que en este Parlamento hay un proyecto cuyo fin último es similar. Entonces, yo me pregunto ¿qué pasó con ese proyecto? Debemos dar una explicación al país de lo ocurrido con él. ¿Quién les garantiza a nuestros trabajadores que pasada la ceremonia del 21 de mayo, el proyecto que discutimos no seguirá igual suerte? Debo ser muy claro: nadie.
El proyecto, como está concebido y como muy bien lo han expresado los diputados Dittborn y Paya, no soluciona en nada la situación de los cesantes de nuestro país. Esto lo deben saber nuestros trabajadores. Debemos advertir a quienes actualmente no tienen trabajo que los eventuales beneficios de este proyecto no se les aplican. El proyecto considera dentro de sus beneficiarios sólo a aquellos chilenos que pierdan su empleo a contar de la vigencia de la ley.
Por otra parte y debido a que el seguro se forma con aportes de empresarios, trabajadores y del Gobierno, los escasos trabajadores que puedan verse beneficiados recibirán sumas ínfimas, pues se requiere de muchos años de aporte para recibir durante un período limitado de tiempo sumas muy inferiores a su última remuneración.
En suma, el proyecto es la nada misma. Nada para los trabajadores, nada para los empresarios, nada para el país.
El Gobierno no ha valorado la propuesta alternativa presentada por la bancada de la Unión Demócrata Independiente y ha optado por continuar aceleradamente con la tramitación de esta iniciativa. Incluso la ha calificado con “suma” urgencia. Lo entendemos, forma parte del “show” comunicacional del Ejecutivo.
El Gobierno, apremiado por las últimas cifras de desempleo y en una medida exclusivamente propagandística, somete a consideración de este Parlamento un proyecto inútil que en nada solucionará la aflictiva situación de los cesantes y de miles de familias de nuestra patria.
La bancada de diputados de la Unión Demócrata Independiente votará a favor la idea de legislar, pues estamos conscientes de la necesidad de establecer un beneficio para los trabajadores que pierdan su trabajo; pero anunciamos que no estaremos dispuestos a aprobar en particular disposiciones que no sean efectivas en el logro de este objetivo y que por el contrario afecten la necesaria reactivación de nuestro país.
He dicho.
El señor PALMA (don Osvaldo).-
Señor Presidente, nadie podría estar en desacuerdo con proteger a los trabajadores, y además, creo que nadie se atrevería a hacerlo.
Es necesario, todos están de acuerdo, medido en las recientes elecciones presidenciales, en crear un seguro de desempleo, un seguro de cesantía. Todo Chile está de acuerdo.
El desempleo es un mal endémico, que camina permanentemente con nuestra sociedad, esto en todas las latitudes del planeta; hay que aceptar este mal, y hay que trabajar todos juntos para eliminarlo o disminuirlo.
El desempleo en Chile alcanza a cifras de cientos de miles de trabajadores, y peor aún, estas cifras no disminuirán, y más todavía, aumentarán en los meses siguientes; esto no se debe desconocer.
Los problemas de la economía chilena son mayores y más permanentes o menos reversibles de lo que muchos creen.
Se necesita mucho tiempo, fuerza y claridad mental para reconocer errores y más fuerza aún para enmendarlos.
Más lamentable aún es que ninguna medida de las que se proponen soluciona el problema actual, de ningún trabajador cesante, y tampoco ninguno en mucho tiempo.
Pero hay que legislar sobre esta tremenda falta o deuda con los trabajadores, y esto hay que decirlo: esta es una deuda legislativa histórica con un sector trascendente en la sociedad chilena, que urge reparar.
Y esto es, sin duda, culpa de todos y obligación también de todos hacer lo necesario para solucionarlo.
Creo, señor Presidente, que cualquier proyecto debe discutirse con tranquilidad, con seriedad, con transparencia, con acuciosidad, hasta lograr un buen proyecto y una buena ley.
Por esto considero un buen gesto del Gobierno retirar la urgencia; es un signo de seriedad para los trabajadores.
Creo, señor Presidente, que ningún proyecto debe tocar en nada el desahucio o la indemnización por años de servicio, por ser éste un derecho adquirido e intocable de los trabajadores que nada tiene que ver con la cesantía, son problemas diferentes, que no es bueno relacionar, pues relacionarlos es un error.
En otro punto, señor Presidente, creo que este seguro de cesantía no puede dejar a nadie fuera; todos tienen igual derecho a este beneficio básico ¿Cómo y por qué excluir a los trabajadores fiscales, por ejemplo?
Además, creo que en las condiciones actuales en que se encuentran los trabajadores, y lo más probable que siempre, el aporte debe ser del Estado y de los empleadores.
El aporte de los trabajadores debe ser cero, sus condiciones son menos que buenas para desmejorarlas aún más con este proyecto, por lo menos a los de ingresos menores.
Por último, señor Presidente, sin duda mi voto como el de toda Renovación Nacional será favorable para legislar sobre este proyecto, que considero necesario, imprescindible de tratar, de modificar y mejorar, lo que sin duda se logrará en su trámite, para hacer una buena ley que beneficie realmente a todos los trabajadores chilenos.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En votación general el proyecto.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 90 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 2 abstenciones.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Aprobado.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Acuña, Aguiló, Alessandri, Alvarado, Álvarez, Allende (doña Isabel), Ascencio, Ávila, Bartolucci, Bertolino , Rozas (doña María) , Bustos , Caraball ( doña Eliana) , Cardemil , Ceroni , Coloma , Cornejo (don Aldo) , Correa , Cristi ( doña María Angélica) , Delmastro , Díaz , Dittborn , Elgueta , Encina, Espina, Fossa , Galilea (don Pablo) , García (don René Manuel) , García (don José) , García-Huidobro , Girardi , González (doña Rosa) , Gutiérrez , Hales , Hernández , Huenchumilla , Jaramillo , Jarpa , Jeame Barrueto , Jiménez , Krauss , Leal , Leay, León , Letelier (don Felipe) , Longueira , Luksic , Masferrer , Melero , Mesías , Molina , Monge , Montes, Mora, Moreira , Mulet , Muñoz (don Pedro) , Muñoz (doña Adriana) , Naranjo , Navarro , Núñez , Ojeda , Orpis , Ortiz , Palma (don Osvaldo) , Palma (don Joaquín) , Pareto , Paya, Pérez (don José) , Pérez (don Aníbal) , Pérez (don Víctor) , Pollarolo (doña Fanny) , Prokurica , Reyes, Rocha , Saa (doña María Antonieta) , Sánchez , Seguel , Silva , Soria , Soto (doña Laura) , Turna , Valenzuela , Van Rysselberghe , Vargas , Vega , Velasco , Venegas , Vilches y Walker (don Patricio).
Se abstuvieron los diputados señores: Rincón y Sciaraffia ( doña Antonella ).
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En consecuencia, el proyecto volverá a Comisión para segundo informe.
El proyecto fue objeto de las siguientes indicaciones:
Al artículo 1°
1. De los diputados Paya, Álvarez y Dittborn para intercalar después de la coma (,) que sigue a la palabra “Trabajo”, la siguiente frase: “y a los trabajadores a contrata asimilados a un grado de la escala única de remuneraciones de la administración pública,”.
Al artículo 2° 2. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
3. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez para agregar el siguiente inciso final: “Este convenio afectará a todos los trabajadores, incluido el sector público y municipalizado.”.
Artículo nuevo 4. De las diputadas Rozas y Muñoz y de los diputados León, Seguel , Rincón , Krauss , Bustos , Juan Pablo Letelier y Ortiz“Artículo 4°.- Los derechos establecidos en esta ley son independientes y compatibles con los establecidos para los trabajadores en el Título V, artículos 159 a 171, inclusive, del Código del Trabajo.”.
Al artículo 4º 5. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández, León, Seguel, Ortiz y Aníbal Pérez “c) Un aporte del Estado que ascenderá anualmente a un total de 12 millones de dólares.”.
Al artículo 9° 6. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
7. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez para sustituir, en el inciso tercero, la frase final: “deberá declararlas en la sociedad administradora, dentro del plazo señalado en el inciso primero de este artículo” por “deberá ser multado por los organismos fiscalizadores correspondientes”.
Al artículo 12 8. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez “El empleador tendrá el deber de imputar la parte de la cuenta individual del trabajador que corresponda a sus aportes a la obligación que tenga conforme a las normas del Código del Trabajo de pagar la indemnización por años de servicios.”. 1 Indicación presentada al texto del Mensaje. 2 Indicación presentada al texto del Mensaje.
Al artículo 13 9. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 16 10. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 17 11. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
12. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez para sustituir en el inciso segundo las palabras “o el estado civil respectivo.” por “y/o cargas familiares respectivas cuando corresponda.”.
Al artículo 19 13. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 23 14. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez “a) Registrar 12 cotizaciones mensuales continuas y discontinuas dentro del bienio que precede al despido, de los cuales seis deberán corresponder al último semestre;”.
15. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez para sustituir la frase que figura a continuación del guarismo “159” por la siguiente: “del Código del Trabajo, la declaración judicial de injustificación del despido que el Código asimila a las causales del artículo 61 y la situación de despido indirecto que establece el artículo 171 del Código del Trabajo;”.
Al artículo 24
16. De la Comisión de Hacienda (formulada por el Ejecutivo) para sustituir el inciso primero, por el siguiente:
“Artículo 24.- El monto de la prestación por cesantía durante los meses que se indican en la primera columna, corresponderá al porcentaje del promedio de las remuneraciones devengadas por el trabajador en los doce meses anteriores al del despido, que se indica en la segunda columna. El beneficio estará afecto a los valores superiores e inferiores para cada mes, a que aluden las columnas tercera y cuarta, respectivamente:
01
17. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez 02
18. De la Comisión de Hacienda (formulada por el Ejecutivo) para intercalar el siguiente inciso segundo, nuevo, pasando los actuales segundo y tercero a ser tercero y cuarto, respectivamente:
“Los valores inferiores y superiores establecidos en el inciso anterior, se reajustarán el 1° de febrero de cada año, en el 100% de la variación que haya experimentado en el año calendario anterior el índice de Precios al Consumidor, determinado por el Instituto Nacional de Estadísticas o por el organismo que lo reemplace.”.
Al artículo 45 19. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández, León, Seguel, Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 48 20. De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 49 -De la diputada Rozas y de los diputados Hernández , León, Seguel , Ortiz y Aníbal Pérez
Al artículo 58
22. De la Comisión de Hacienda (formulada por el Ejecutivo) para insertar los siguientes incisos segundo y tercero, nuevos:
“El primer reajuste de los valores inferiores y superiores señalados en la tabla contenida en el inciso primero del artículo 24, se concederá a contar del 1° de febrero posterior a los primeros doce meses de operación del Seguro de Cesantía por la Sociedad Administradora, aplicándose para este efecto lo dispuesto en el inciso segundo del mencionado artículo 24. Cualquier modificación que se introduzca a la normativa que regula el monto y cobertura de los beneficios que otorga el Fondo de Cesantía Solidario, así como a toda aquella que se refiera a las cotizaciones que financian el Seguro, podrá ser acompañada de un estudio actuarial que será encargado por la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones y que será de cargo de la Sociedad Administradora.”.
Al artículo tercero transitorio
23. De la Comisión de Hacienda (formulada por el Ejecutivo) para sustituirlo por el siguiente:
“Artículo Tercero.- El aporte del Estado durante el primer año de operación del Seguro ascenderá a 32.256 Unidades Tributarias Mensuales. Esta cifra se ajustará anualmente en función de la cobertura de los cotizantes al Seguro que se registre en el año anterior.
Para los efectos de lo dispuesto en el inciso precedente, la cobertura se define como el porcentaje entre el total de cotizantes en el Seguro de Cesantía, reportado por la Sociedad Administradora al 31 de agosto de cada año, respecto del total de asalariados reportados por el Instituto Nacional de Estadísticas (ENE) para el trimestre julio-septiembre. El porcentaje obtenido se aplicará sobre el aporte total del Estado señalado en la letra c) del artículo 4°, para determinar el monto del aporte efectivo.
Este procedimiento se utilizará hasta el sexto año inclusive. A contar del séptimo año, se aportará el monto a que se refiere la letra c) del artículo 4°.
En todo caso, los recursos que anualmente el Estado destine al Fondo de Cesantía Solidario se completarán a razón de un doceavo por mes.”.
EL señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Se levanta la sesión.
Se levantó la sesión a las 19.02 horas.
JORGE VERDUGO NARANJO
Jefe de la Redacción de Sesiones.