Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
- IV. CUENTA
- DEBATE
-
NEGACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE CONSULTORÍAS EXTERNAS
- INTERVENCIÓN : Carlos Bombal Otaegui
- V.
FÁCIL DESPACHO
- SESIÓN SECRETA
- TITULARIDAD A DOCENTES "CONTRATADOS"
- ANTECEDENTE
- VI.
ORDEN DEL DÍA
-
PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Alejandro Foxley Rioseco
- INTERVENCIÓN : Rafael Adolfo Moreno Rojas
- INTERVENCIÓN : Jose Ruiz De Giorgio
- INTERVENCIÓN : Beltran Urenda Zegers
- INTERVENCIÓN : Sergio Bitar Chacra
- INTERVENCIÓN : Cesar Augusto Parra Munoz
- INTERVENCIÓN : Sergio Bitar Chacra
- INTERVENCIÓN : Ramon Vega Hidalgo
- INTERVENCIÓN : Evelyn Matthei Fornet
- INTERVENCIÓN : Carlos Bombal Otaegui
- INTERVENCIÓN : Julio Canessa Robert
- INTERVENCIÓN : Sergio Fernandez Fernandez
- INTERVENCIÓN : Antonio Horvath Kiss
- INTERVENCIÓN : Jorge Martinez Busch
- INTERVENCIÓN : Jose Ruiz De Giorgio
- INTERVENCIÓN : Sergio Mariano Ruiz Esquide Jara
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Carlos Cantero Ojeda
- DEBATE
-
PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD
- VII.
INCIDENTES
- PETICIONES DE OFICIOS
- PETICIÓN DE OFICIO : Carlos Cantero Ojeda
- PETICIÓN DE OFICIO : Juan Hamilton Depassier
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO
- Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIÓN DE OFICIO
- PETICIÓN DE OFICIO : Julio Lagos Cosgrove
- PETICIÓN DE OFICIO : Hernan Larrain Fernandez
- PETICIÓN DE OFICIO : Hernan Larrain Fernandez
- PETICIÓN DE OFICIO : Rafael Adolfo Moreno Rojas
- PETICIÓN DE OFICIO : Rafael Adolfo Moreno Rojas
- PETICIÓN DE OFICIO : Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIÓN DE OFICIO : Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIONES DE OFICIOS
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 340ª, ORDINARIA
Sesión 30ª, en miércoles 8 de septiembre de 1999
Ordinaria
(De 16:19 a 19:4)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR ANDRÉS ZALDÍVAR, PRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR JOSÉ LUIS LAGOS LÓPEZ, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
I. ASISTENCIA
II. APERTURA DE LA SESIÓN
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
IV. CUENTA
Negación de antecedentes sobre consultorías externas
V. FÁCIL DESPACHO:
Sesión secreta:
Se adopta resolución sobre solicitudes de rehabilitación de ciudadanía, boletines Nºs. S 415-04, S 419-04 y 428-04; y concesión, por especial gracia, de nacionalidad chilena, boletín Nº 2200-17
Proyecto de ley, en segundo trámite, que otorga titularidad en cargo a profesores contratados a plazo fijo por más de tres años (1934-04) (se aprueba en general y particular)
VI. ORDEN DEL DÍA:
Proyecto de ley, en segundo trámite, que perfecciona normas del área de salud (2132-11) (se aprueba en general)
VII. INCIDENTES:
Peticiones de oficios (se anuncia su envío)
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Aburto Ochoa, Marcos
--Bitar Chacra, Sergio
--Boeninger Kausel, Edgardo
--Bombal Otaegui, Carlos
--Canessa Robert, Julio
--Cantero Ojeda, Carlos
--Cordero Rusque, Fernando
--Chadwick Piñera, Andrés
--Fernández Fernández, Sergio
--Foxley Rioseco, Alejandro
--Frei Ruiz-Tagle, Carmen
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Hamilton Depassier, Juan
--Horvath Kiss, Antonio
--Lagos Cosgrove, Julio
--Larraín Fernández, Hernán
--Martínez Busch, Jorge
--Matta Aragay, Manuel Antonio
--Matthei Fornet, Evelyn
--Moreno Rojas, Rafael
--Muñoz Barra, Roberto
--Novoa Vásquez, Jovino
--Núñez Muñoz, Ricardo
--Ominami Pascual, Carlos
--Páez Verdugo, Sergio
--Parra Muñoz, Augusto
--Pérez Walker, Ignacio
--Pinochet Ugarte, Augusto
--Pizarro Soto, Jorge
--Prat Alemparte, Francisco
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz De Giorgio, José
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Silva Cimma, Enrique
--Stange Oelckers, Rodolfo
--Urenda Zegers, Beltrán
--Valdés Subercaseaux, Gabriel
--Vega Hidalgo, Ramón
--Viera-Gallo Quesney, José Antonio
--Zaldívar Larraín, Adolfo
--Zaldívar Larraín, Andrés
--Zurita Camps, Enrique
Concurrieron, además, los señores Ministros Secretario General de la Presidencia, de Salud y de Minería .
Actuó de Secretario el señor José Luis Lagos López, y de Prosecretario , el señor Carlos Hoffmann Contreras.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 16:19 en presencia de 24 señores Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).-
En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se da por aprobada el acta de la sesión 23ª, ordinaria, en 17 de agosto del presente año, que no ha sido observada.
El acta de la sesión 24ª, ordinaria, en sus partes pública y secreta, en 18 de agosto del año en curso, se encuentra en Secretaría a disposición de los señores Senadores, hasta la sesión próxima, para su aprobación.
IV. CUENTA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretaría.
El señor HOFFMANN ( Prosecretario ).-
Los siguientes son las asuntos recibidos:
Mensajes
Dos de Su Excelencia el Presidente de la República:
Con el primero inicia un proyecto de ley que modifica la ley Nº 18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, respecto de la elección de Presidente de la República (Boletín Nº 2.398-06), y con el segundo hace presente la urgencia, con el carácter de "suma", al mencionado proyecto.
--Pasa a la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización; se tiene presente la calificación, y se manda agregar el documento a sus antecedentes.
Oficio
De Su Excelencia el Presidente de la República , con el que comunica su ausencia del territorio nacional entre los días 9 y 14 de septiembre del año en curso, con el fin de participar en la Reunión de Líderes del Foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC), que se realizará en Auckland, Nueva Zelandia. Durante su ausencia, lo subrogará con el título de Vicepresidente de la República el señor Ministro del Interior , don Raúl Troncoso Castillo.
--Se toma conocimiento.
Informes
De la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, recaído en el proyecto de reforma constitucional iniciado en moción de los Senadores señores Aburto, Díez, Hamilton, Larraín y Viera-Gallo, que modifica el artículo 30 de la Carta Fundamental, con el fin de establecer el Estatuto de ex Presidente de la República . (Boletín Nº 2.397-07).
De las Comisiones de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, y de la de Salud, recaídos en el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, sobre discapacitados mentales. (Boletín Nº 2.192-11).
--Quedan para tabla.
Comunicación
De los Senadores señores Boeninger y Hamilton, con la que retiran de su tramitación legislativa los siguientes proyectos de reformas constitucionales, de los cuales son autores:
1) Moción de los Senadores señores Boeninger y Hamilton, con la que inician un proyecto de reforma constitucional que establece beneficios que indica en favor de los ex Presidentes de la República . (Boletín Nº 2.388-07).
2) Moción del Senador señor Hamilton, con la que inicia un proyecto de reforma constitucional que modifica el artículo 45 de la Carta Fundamental, con relación a los integrantes del Senado que hayan desempeñado el cargo de Presidente de la República . (Boletín Nº 2.122-07).
--Se toma conocimiento.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la Cuenta
El señor BOMBAL.- Pido la palabra, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Puede hacer uso de ella Su Señoría.
NEGACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE CONSULTORÍAS EXTERNAS
El señor BOMBAL.-
Señor Presidente , en la Cuenta de la sesión de ayer se anunció el recibo de un oficio de la Secretaría General de la Presidencia dirigido al Presidente del Senado , y de cuyo texto no tuve oportunidad de imponerme. Por eso, no formulé oportunamente los reparos pertinentes. Aprovecho esta ocasión para llamar la atención de la Sala al hecho de que en ese oficio, enviado en respuesta a una consulta formulada por 14 señores Senadores sobre los gastos en que ha incurrido el Gobierno en materia de consultorías externas, el señor Ministro Secretario General de la Presidencia señala, en uno de sus puntos, que este Poder Legislativo estaría alterando las normas sobre solicitud de antecedentes a otro órgano del Estado. Y agrega que, para recabar los antecedentes que solicitamos, es del caso dictar una ley de rango constitucional.
Quiero hacer presente al señor Ministro y a esta Corporación que el artículo 9º de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional precisamente obliga a todos los organismos de la Administración del Estado a "proporcionar los informes y antecedentes específicos que les sean solicitados por las Cámaras o por los organismos internos autorizados por sus respectivos reglamentos". Y ocurre que los referidos antecedentes, solicitados por intermedio de la Oficina de Informaciones del Senado, le fueron negados, circunstancia que motivó al Senador que habla a plantear esta situación en la Sala. Como nuevamente se adujo que no era pertinente la petición, ésta fue reforzada con las firmas de 14 señores Senadores.
No es admisible que un señor Ministro desconozca las atribuciones que nos otorga la Ley Orgánica mencionada para recabar antecedentes al Ejecutivo . El señor Ministro se excusa de proporcionarlos sosteniendo que no estaríamos facultados para requerirlos, en circunstancias de que dicho cuerpo legal es muy claro y de que actuamos conforme a sus disposiciones.
Finalmente, una última consideración. Cuando se le solicita la individualización de las personas que se han adjudicado los contratos de consultorías, los que en el año 1997 sumaron 150 millones de dólares, el señor Ministro expresa públicamente al señor Presidente de la Corporación que no puede entregar esta información porque ella afecta datos sensibles de terceras personas. Y agrega que sin el consentimiento de ellas, es decir, de aquellas con las cuales el Estado contrató estos servicios, no podría proporcionar estos antecedentes al Senado. Y finalmente añade algo que me parece sorprendente. Aduce que esta información está amparada por el artículo 19, número 4º, de la Constitución Política de la República; o sea, que aquí se podrían ver afectadas la "protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su familia", como si el hecho de contratar con el Estado pudiese perjudicar la honra de las personas y de sus familias.
Deseaba llamar la atención a este punto porque, a mi juicio, es extraordinariamente delicada dicha respuesta, especialmente porque, por una parte, se está desconociendo una facultad que la propia Ley Orgánica del Congreso consigna para recabar antecedentes de la autoridad, y por otra, porque, amparados en los mecanismos que la misma Constitución y reglamentos establecen, hemos hecho esta consulta.
Llamo la atención del Senado porque estamos hablando de 70 mil millones de pesos. Por lo tanto, solicito que, en razón del artículo 10 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, se ejerza el apercibimiento que ahí se establece, es decir, que sea el Senado el que mediante este requerimiento logre obtener la información que se recabó en su momento.
Es todo, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No puedo abrir debate con relación a la Cuenta. Pero agradezco a Su Señoría la información que nos ha entregado.
Como Presidente del Senado estudiaré el caso, veré los antecedentes y en su momento informaré a la Sala si se ha incurrido o no en algún acto de fiscalización que no corresponde al Senado.
El señor BOMBAL .-
Señor Presidente , le preciso que no es un acto de fiscalización, sino que sólo se ha ejercido lo que conforme al artículo 9º de la Ley Orgánica del Congreso se establece, que es petición de antecedentes.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Me gustaría estudiar este asunto, para evitar una rectificación que, tal vez, no tuviera todo el fundamento necesario. De todas maneras, solicito a Su Señoría que haga llegar a la Presidencia el texto enviado en respuesta a la consulta formulada, para poder resolver esta materia.
V. FÁCIL DESPACHO
SESIÓN SECRETA
--Se constituyó la Sala en sesión secreta a las 16:26 y adoptó resolución respecto de las solicitudes de rehabilitación de ciudadanía de los señores Atiliano Segundo Hernández Hernández, Luis Alberto Iribarra Carrasco y José Manuel Barreto Muena, al igual que con relación al proyecto de ley que concede, por especial gracia, la nacionalidad chilena al señor Adolfo Arata Andreani.
--Se reanudó la sesión pública a las 17:1.
TITULARIDAD A DOCENTES "CONTRATADOS"
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Corresponde ocuparse en el proyecto de ley de la Honorable Cámara de Diputados que otorga titularidad en el cargo a profesores contratados a plazo fijo por más de tres años, con informe de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
--Los antecedentes sobre el proyecto (1934-04) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 30ª, en 15 de septiembre de 1998.
Informe de Comisión:
Educación, sesión 28ª, en 7 de septiembre de 1999.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
En discusión general y particular a la vez.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Que la iniciativa sea acogida sin debate, señor Presidente .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se aprobará el proyecto.
--Se aprueba en general y en particular a la vez, y queda despachado en este trámite.
El señor BOENINGER.-
Con mi abstención, señor Presidente .
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Así se puntualizará, Su Señoría.
El señor HORVATH.-
Sería bueno precisar el resultado a favor.
El señor PRAT.-
Por mi parte, también me abstengo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Igualmente lo hace el Honorable señor Romero.
Se registran tres abstenciones.
El señor ROMERO.-
Me surgen dudas de constitucionalidad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Dejar establecida la votación podría prestarse para interrogantes acerca del rango del proyecto. La Cámara de Diputados no lo hizo.
El señor PRAT.-
Estimo que debe quedar expresada.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No tengo inconvenientes al respecto, si así se requiere.
La iniciativa no ha sido declarada de quórum especial.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente , quizás sea más adecuado no dejar constancia alguna. ¿Para qué...?
El señor ROMERO.-
Existen dudas, justamente,...
El señor PRAT.-
Es preferible hacer las cosas bien, señor Presidente.
El señor VIERA-GALLO.-
¡Es mejor la duda que la certeza...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
De acuerdo con la interpretación del Reglamento a que debo proceder desde la Presidencia , sólo es necesario consignar las tres abstenciones si el proyecto no es de quórum especial y se efectúa una votación económica.
Reitero que la Cámara de Diputados no dejó constancia alguna.
El señor PRAT.-
Señor Presidente , me parece bueno al menos un registro. Cabe recordar que se despachó una reforma en virtud de la cual los municipios quedaron con autonomía para fijar sus plantas. Conforme a ello, el tema analizado ya no es materia de ley, sino que ha de regularse según lo que resuelva la normativa orgánica que ha de dictar el...
El señor MUÑOZ BARRA.-
¿No se aprobó el proyecto, señor Presidente ? ¿Por qué se discute otra vez?
El señor VIERA-GALLO.-
Ya fue acogido.
El señor HAMILTON.-
En efecto.
El señor VIERA-GALLO.-
¡El Honorable señor Prat puede escribir un artículo...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
La iniciativa fue despachada con tres abstenciones. Algunos señores Senadores han requerido una constancia.
El señor PRAT.-
¡Entonces, se podría decir que las abstenciones son semifundadas...!
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Por mi parte, repito que no es necesario consignar nada, porque la Comisión no envió el texto con la calificación de que demanda un quórum especial. Y la Cámara de Diputados nada dejó establecido.
Ése es mi criterio, sobre la base del Reglamento, pero hago la salvedad de que la mayoría de la Sala puede formular la solicitud respectiva.
El señor LARRAÍN.-
Estamos de acuerdo con usted, señor Presidente.
El señor ROMERO.-
Las abstenciones se fundan en dudas de constitucionalidad.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Quedará la constancia pertinente, entonces.
VI. ORDEN DEL DÍA
PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Proyecto de ley de la Honorable Cámara de Diputados que perfecciona normas del área de la salud, con informes de las Comisiones de Salud y de Hacienda y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (2132-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 12ª, en 16 de diciembre de 1998.
Informes de Comisión:
Salud, sesión 23ª, en 17 de agosto de 1999.
Hacienda, sesión 23ª, en 17 de agosto de 1999.
Discusión:
Sesiones 26ª y 28ª, en 31 de agosto y 7 de septiembre de 1999, (queda pendiente su discusión general).
El señor ZALDÍVAR, donAndrés ( Presidente ).-
Continúa la discusión general.
Hago presente a la Sala que la iniciativa comenzará a votarse a las 18:30, aun cuando no hayan intervenido todos los señores Senadores inscritos.
Tiene la palabra el Honorable señor Foxley.
El señor FOXLEY.-
Señor Presidente , si hay algún sector respecto del cual el país tiene plena conciencia que necesita reformarse a fondo, profunda e integralmente, es el de la salud. Pero esta tarea enfrenta un conjunto de dificultades que ha imposibilitado a los tres últimos Gobiernos -el militar, el del ex Presidente Aylwin y el actual- dar el paso requerido.
Si se pregunta por qué se requiere esta reforma, debería partirse reconociendo -como se ha dicho durante este debate- que a lo largo del tiempo el sistema de salud pública en Chile ha sido un aporte fundamental para que los sectores numéricamente más significativos de la población accedan a la atención médica. Y también registra a su haber resultados extraordinariamente positivos, como lo demuestran los indicadores de expectativa de vida, de mortalidad infantil y muchos otros. En síntesis, podría decirse que el sistema público de salud se desenvuelve bien tanto en cobertura, particularmente a los grupos de menores ingresos de la población, como en el costo de sus atenciones.
Por otra parte, en la medida en que el sistema ha ido evolucionando, los usuarios se han puesto más exigentes, lo que ha provocado el surgimiento de una serie de deficiencias relativas a la oportunidad y calidad de las prestaciones. Y como a lo mejor ha crecido demasiado o está siendo manejado mediante un mecanismo de toma de decisiones muy concentrado, lento y pesado, de hecho se ha burocratizado. Por lo anterior, si hay algún consenso en el país, éste apunta a que el sistema público de salud necesita una modernización fundamental.
Por otro lado, Chile inició una experiencia nueva en salud privada que lleva quince años de vigencia: las ISAPRES, que han sido capaces de instalar servicios de buena calidad, con libertad de elección, que asiste especialmente a quienes presentan más bien bajos -bajos o medios, pero en ningún caso altos- riesgos de quebranto de salud. Pero los problemas que ha ido mostrando también son variados. Por ejemplo, en cuanto a cobertura, el mecanismo de incentivos tiende a "descremar" el mercado; es decir, selecciona por riesgo y procura dar buena cobertura con costos razonables a los más jóvenes, a los menos proclives a las enfermedades; pero su servicio es malo o extremadamente caro para los de más edad y para los que sufren enfermedades serias o catastróficas. Por lo tanto, en términos de cobertura, no cabe duda de que el sistema público es mucho mejor que el privado.
En materia de costos, como al sistema privado lo anima el principio de la libre competencia, deberían reducirse, pero en la práctica ello no ocurre porque las ISAPRES han diseñado un complejo mecanismo de diferenciación de planes de salud, llegándose al absurdo de superar los 8 mil. Se señala que el usuario de estos servicios tiene libertad para escoger el mejor plan y al costo más bajo posible; es decir, el ideal del libre mercado; pero en la práctica no hay tal, por no estar el afiliado en condiciones de comparar su plan con otros, pues todos son distintos: sus denominaciones, coberturas, letra chica y costos son diferentes. Al final, el usuario -que se supone que es soberano en el mercado- se limita a recibir de la ISAPRE cada año una circular fotocopiada mediante la cual se le informa que, si desea renovar su plan -el mismo del año pasado- el costo subirá 8, 10 ó 15 por ciento. Si el afiliado tiene la mala suerte de hallarse cerca de los 60 años o supera esa edad, puede llevarse la sorpresa bastante ingrata de que el costo aumente en 15, 20 ó 25 por ciento, con lo cual se le está diciendo que debe volver al sistema público de salud.
Por lo tanto, no cabe duda de que la competencia no funciona bien en las ISAPRES, de que no se cumple el propósito de reducir los costos y de que en quince años de existencia no han sido capaces de operar sobre una base distinta del "descreme" del mercado, que permita promediar la forma de cobrar, facilitando la cobertura para personas de mayor edad o que sufren enfermedades catastróficas.
De la sola constatación de estos dos elementos en los sistemas público y privado se desprende el por qué resulta necesario reformar el área de la salud. Y me parece que en el país hay también bastante acuerdo en el sentido de que no se busca retrotraer la situación a la imperante en las primeras décadas de este siglo, ni de que tampoco se pretende avanzar hacia la privatización completa de este sector. Entonces, a futuro el problema consiste en cómo corregir, reformar o potenciar ambos sistemas, y así, finalmente, lograr mejores servicios y mayor cobertura, y prestar atención más oportuna y a costos promedio más bajos.
A menudo se repite este debate entre quienes en principio son favorables a la salud privada y no les gusta la pública, y viceversa. En una sesión anterior, un señor Senador de las bancadas de Oposición sostenía que cualquier iniciativa que tendiera a coartar la salud privada ahogaría lo que llamó "la energía" que desencadena la libertad de iniciativa en un sistema de libre mercado. Lo que no dijo es que en Chile el sistema público, en su historia o trayectoria, ha sido capaz -está demostrado- de desencadenar otro tipo de energía: la del servicio público, que es la que impulsa la vocación de sanar a los enfermos o de aliviarles los dolores, particularmente a los que carecen de medios económicos para pagar la atención por su cuenta; de compartir al interior de los hospitales públicos el conocimiento clínico que los especialistas van logrando en el tratamiento de los distintos casos, y no hacer de la profesión un ejercicio absolutamente individualista; de promover el desarrollo de facultativos de excelencia capaces de constituir cátedras a su alrededor, que son la fuente de formación para los médicos más jóvenes, o para las futuras generaciones de ellos. Es decir, una energía que consiste en creer que la ciudadanía también debe expresarse en el sentido de que todos tenemos derecho a ser bien atendidos por este servicio en una necesidad tan fundamental como la salud.
He palpado muy de cerca el asunto por tener un hermano médico que ha trabajado casi toda la vida en hospitales públicos. Por ello, puedo decir que esa energía, esa vocación de los facultativos, profesionales y trabajadores de la salud ha sido en Chile una realidad que ha hecho la diferencia para lograr, a veces con recursos muy insuficientes, los resultados que en el Senado hemos conocido en términos de indicadores, los cuales universalmente, desde el punto de vista comparativo entre países, son muy buenos para los chilenos.
Ahora, ¿qué representa el proyecto? En mi opinión, es un paso adelante en la dirección de una reforma que todavía no se dibuja; de un mosaico cuyas piezas aún no se completan. Con él se pone una de las piezas del mosaico y se resuelven algunos problemas, pero no otros. Y sería absurdo decir que soluciona lo tocante a la reforma del sistema público de salud. Por lo demás, el mismo señor Ministro así lo señaló.
¿Qué resuelve la iniciativa? ¿En qué sentido se mueve en la dirección adecuada?
En primer lugar, creo que fortalece el sistema público de salud y, con una concepción y un telón de fondo de sistema mixto, busca crear mejores condiciones para una sana competencia entre los sectores privado y público. En ese aspecto, procura levantar el nivel de calidad, la forma de funcionamiento, la flexibilidad y la capacidad del FONASA para operar a un nivel más semejante a lo que yo describí antes como los puntos fuertes del sistema privado de salud.
La concepción de sistema mixto se refleja como un primer paso -tal vez un poco tímido- en la propuesta del Gobierno en cuanto a si el sistema será mixto, y no híbrido. Este último implica la existencia de dos lógicas contrapuestas que permanentemente chocan entre sí, que se hacen la guerra y entre las cuales no hay una sinergia positiva. Y, al revés, si lo que se postula es un sistema mixto, donde un sector se potencia con el otro al permitir entre ambos la suscripción de convenios -o sea que el FONASA pueda contratar en el ámbito privado hasta el 10 por ciento de servicios que no pueda proporcionar oportunamente-, también es un paso en la dirección correcta. Y no hay razón alguna para que esto no sea al revés. Es factible ir construyendo un sistema de contratos recíprocos, en que cada sistema ofrezca su punto más fuerte y el otro utilice la capacidad instalada que el sistema alternativo tiene disponible en dicho punto, dejando atrás esa antigua disputa entre los partidarios del sector público y los del sector privado, que en definitiva es una lucha ideológica; es como pelear con las técnicas y las tácticas de la última guerra.
En segundo término, el proyecto avanza igualmente en la dirección correcta al plantear -quizá también de manera tímida, pero realista- un experimento en esta área. La idea es designar tres importantes establecimientos de salud y decir: "Con ellos me arriesgaré a innovar, a buscar mecanismos de gestión flexibles para dar a sus unidades de salud una real autonomía, que posibilite la descentralización de decisiones; crear incentivos en remuneraciones variables para mejorar la calidad del servicio". En fin, se pretende convertir a esas instituciones en centros de decisiones sobre salud más creativos, donde la innovación, los aportes individuales y de equipos tengan una retribución adecuada y exista un apropiado mecanismo de incentivos.
Reitero: la normativa avanza en esa dirección. Pero también contiene elementos débiles y a ellos pasaré a referirme.
Como expresó el señor Ministro , en el sistema de salud hay subsidios cruzados que es preciso ir limpiando, aclarando, poniendo encima de la mesa y determinando mejor a quiénes benefician y a quiénes no.
Con relación al subsidio de 2 por ciento, es obvio que a la larga tendremos que redefinirlo. Comparto la preocupación manifestada por el Senador señor Boeninger en el sentido de que si no se efectúa una completa revisión del sistema de subsidios se corre el riesgo de dar una señal que puede ser percibida como negativa por los sectores más modestos de clase media. Para esas personas el acceso a la salud privada es, en su interpretación (errónea o acertada), un progreso. Por lo tanto, el hecho de que se les devuelva bruscamente al FONASA, que todavía no está en condiciones de competir adecuadamente en calidad de servicio, puede tener un efecto negativo.
Dejo planteada esa inquietud, porque lo que aquí se requiere es revisar mucho más a fondo toda la estructura de subsidios y crear otros nuevos dirigidos a fines concretos y con montos específicos, como el mencionado a manera de ejemplo por el Honorable señor Boeninger.
En seguida haré rápidamente una consideración adicional.
La observación de que se halla pendiente una profunda reforma del sistema de salud, la cual obviamente no se aborda en el texto que nos ocupa, implica que además de lo señalado en éste es preciso modificar el sistema de ISAPRES. Estas instituciones deben abrirse a la creación de verdaderas condiciones de competencia en ese sector; a una cobertura de servicios más plena, en la que se incluyan los relativos a enfermedades de costo catastrófico y a las personas mayores; a productos más homogéneos; a planes que sean comparables, y, en general, a una estructura de costos que no signifique expulsar del sistema a gente de bajos ingresos ni a aquella con mayores riesgos de salud.
Como dije, mediante este proyecto se da un paso adecuado. Tal vez sea insuficiente en muchos aspectos, pero tiene la virtud de abrir la discusión respecto de lo que, en mi concepto, debería tener primera prioridad en el próximo Gobierno: atreverse a hacer de frente una reforma a fondo, aunque ella afecte intereses corporativos, gremiales o de otro tipo, o toque a grupos económicos poderosos que hoy están en el sector de las ISAPRES.
La población chilena merece tal reforma. Un verdadero sentido de la ciudadanía la exige con urgencia.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Señor Presidente , el proyecto en debate fija tres objetivos muy explícitos: primero, mejorar las condiciones de acceso a la oportunidad y calidad de las prestaciones que otorga el FONASA; segundo, resolver las injusticias existentes en los sistemas público y privado de salud; entre las Regiones y entre los Servicios de Salud del país; entre grupos etáreos, estratos socioeconómicos y asentamientos poblacionales cubiertos por el denominado subsistema público; y tercero, usar de modo más eficiente los recursos que los cotizantes aportan al Estado.
Para conseguir esos fines se propone suprimir gradualmente, en el plazo de cuatro años, la cotización adicional de 2 por ciento establecida en el artículo 8º de la ley Nº 18.566; crear establecimientos experimentales de salud; resolver los problemas originados por las atenciones de emergencia y particularmente los atinentes a la exigencia de un cheque en garantía, y otorgar ciertas facultades a la Subsecretaría de Salud para encarar esta materia.
Como se señaló, tanto en el presente debate como en el realizado en una sesión anterior y por el señor Senador que me precedió en intervenir, la línea del proyecto da pie para una modificación más profunda. Aunque por las circunstancias mismas de la iniciativa no es posible intentar ahora la reforma fundamental del sistema de salud, sí es necesario que quienes estamos dispuestos a votarla favorablemente dejemos constancia de las razones y fundamentos de nuestra posición.
Para el Senador que habla y para muchas personas que profesan el humanismo cristiano y otras ideologías, la salud es una cuestión de Estado. Por lo tanto, el rol de éste es asegurar la equidad en el acceso a ese derecho y cautelar la dignidad del ser humano en ello. Entendemos la equidad como el fin principal, el motor de las políticas sociales y el objetivo esencial para el desarrollo humano, y muy en particular en el sector de salud.
Planteado el asunto en estos términos, surge de inmediato la cuestión de la equidad. El Estado está obligado a hacer efectiva la equidad del sistema a través de establecer, entre otras medidas, la solidaridad en los mecanismos de financiamiento. La solidaridad en el financiamiento es probablemente el único instrumento disponible en manos del Estado para garantizar que el acceso a la salud, por la vía de la redistribución de algunos recursos, esté al alcance de los sectores de menores ingresos. Ello, sin ánimo de dañar el nivel de salud que puede alcanzar la población más acomodada.
Luego surge la necesidad de fijar el criterio con que se utilizarán los subsidios, quedando en manos del legislador y del Estado el resolver su orientación y ámbito para dirigirlo a los potenciales beneficiarios, así como establecer su monto y la proporción en que serán financiadas las necesidades; los mecanismos de asignación, y la forma de suministro de los recursos.
Como muy bien se ha señalado, históricamente Chile ha empleado un sistema mixto de salud. Eso debe mantenerse. Nadie está postulando que se lesione al 27 por ciento de la población cubierto por el sistema de ISAPRES. Pero quienes representamos a Regiones en donde la proporción de afiliados a esas instituciones es menor que el existente en las concentraciones poblacionales más urbanas, creemos que en este aspecto se ha producido una inequidad que es necesario rectificar buscando un sistema más solidario y universal en la asignación de los recursos.
Entendemos la salud como un bien social. Cada persona tiene el deber ético de comprometerse a cuidar la vida propia y la ajena, aumentando y promoviendo el bien de todos. En este sentido, es necesaria la mayor participación ciudadana para hacer posible que las metas que se fijen sean realmente asequibles.
El derecho a la salud se ha definido en la Democracia Cristiana por quienes han estudiado el tema, en un eje de cinco principios que sólo enumeraré, ya que la escasez de tiempo me impide desarrollarlos.
Tales principios son los de solidaridad, equidad, universalidad y la integralidad de atención, sumados a un último valor que es el de la calidad del servicio que se otorga. Esto resume lo que creemos que debe manejarse en un sistema combinado de salud.
En Chile, en distintas intervenciones, se ha dicho que existe incomunicación entre el sistema público de salud y el sistema privado de salud. Durante el debate se ha querido argumentar que la proposición de este proyecto pretende lesionar el sistema privado de salud. Ello, sobre la base de reasignar, siguiendo los criterios precedentes, los recursos que pudieran beneficiar primero a los sectores de menores ingresos, y luego a los que se encuentran en las Regiones del país.
Quiero hacer especial mención de este punto. Represento a una zona que cuenta sólo con un hospital regional. Es una vasta población del país. En el número de hospitales mayores que hay en Chile, la Sexta Región que represento recoge prácticamente no sólo su propia población, sino que es tributaria de atenciones que muchas veces son derivadas de otros sistemas, dada la inseguridad de carreteras, fenómeno que muchas veces recarga el hospital regional.
Por lo tanto, para el Senador que habla es indispensable una asignación de mayores recursos y más descentralización en el manejo de los mismos. Y quiero solicitar formalmente que se oficie, en mi nombre, al señor Ministro de Salud para que se den los pasos tendientes a dividir la Dirección Regional de Salud de la Sexta Región. El actual esquema no permite ni la asignación eficiente de los recursos, ni el manejo adecuado de lo que significa atender a una población que en su gran mayoría es de origen rural.
Por consiguiente, es aquí donde los fondos adicionales que se puedan recaudar sobre la base de la transferencia del subsidio del 2 por ciento al Servicio Nacional de Salud, o al FONASA en particular, significan, primero, descentralización efectiva; segundo, aumento de los recursos, que hoy día son insuficientes, y tercero, llegar con el servicio de salud a comunas más distantes, que tienen derecho a ser atendidas igual que las más centrales.
Es obvio que FONASA beneficia hoy a la mayoría del país, y muy en particular a la largamente mayoría de la población de la zona que represento. Por eso, vemos como síntomas positivos que en este proyecto se asignen a ese Fondo ingresos propios a través del sistema de cotizaciones de los afiliados, y que los recursos le lleguen por vía directa de transferencia; que no esté sometido a la discrecionalidad de autoridades centrales, las cuales muchas veces miran sobre indicadores que no necesariamente reflejan la calidad de salud que debería ser asequible en una zona o región.
Adicionalmente, se espera que exista una información más completa respecto de quiénes cotizan, y de quiénes recaban la prestación de servicios. Parecería casi una contradicción preguntar eso a esta altura. Pero aquí hay una zona gris, un área de desconocimiento, como hay un área de desconocimiento respecto de la evasión, que hoy día alcanza a sobre 400 mil cotizantes, y más del 10 por ciento del ingreso de lo que debería generarse está precisamente apoyado en esa evasión.
Queremos sumarnos a este criterio, y manifestar a aquellos señores Senadores que han expresado sus aprensiones o su oposición al proyecto, que éste apunta directamente a regionalizar aun más la salud, a dar acceso a ella a las zonas de menores ingresos, en una palabra, a hacer más equitativa la calidad de vida en nuestro país.
En virtud de estos antecedentes, anuncio mi voto favorable a la iniciativa en debate.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz.
El señor RUIZ (don José).-
Señor Presidente, antes de entrar al análisis del proyecto, me parece conveniente hacer algunas reflexiones sobre el sistema público de salud.
Este servicio ha enfrentado en las últimas décadas cambios de gran magnitud que no siempre han beneficiado a la población. El Gobierno militar intentó privatizar el sistema, lo que sólo logró parcialmente dejando parte de la salud pública en manos privadas, sin una adecuada protección de los sectores más vulnerables de la población, y a los servicios públicos en una suerte de etapa de extinción, carentes de recursos y de proyección.
Lamentablemente, durante casi diez años de democracia, el debate sobre la salud se ha reducido al problema económico. Se manejan con habilidad las cifras para demostrar mayor o menor eficiencia, y finalmente, como en muchos otros campos, caemos en el debate permanente de si es el Estado o el sector privado el que debe administrar los servicios de salud pública.
Éste es un tema relevante pero no el más importante, ya que Chile enfrenta, como la mayor parte de los países, las consecuencias de la modernidad y de los propios avances que ha logrado nuestra salud pública. Por un lado, los resultados de los programas especiales orientados a la mujer y a los niños menores, las campañas de vacunación, los controles medioambientales, los programas nacionales de alimentación, entre otros, han mejorado los índices históricos de salud en forma notable. Pero, por el otro, aparecen nuevos desafíos para el sistema, ya que las causas de mortalidad provienen de las enfermedades al corazón y al cerebro, de los cánceres de distinto tipo, de los accidentes, de los problemas de salud mental, del alcoholismo y de la drogadicción.
Enfrentar estos nuevos desafíos implica cuantiosos recursos, así como profesionales capacitados y suficientes para atender no sólo a los enfermos de mayores ingresos, sino también a los de clase media y a los más pobres.
El doctor Ruiz-Esquide y otros Senadores han destacado el importante rol cumplido por el sistema de salud pública, orientado en forma especial a los sectores más desprotegidos de la población, y que difícilmente habrían recibido atención del sector privado, por la única razón de no ser rentables.
Entre las críticas que se hacen al sistema público de salud, se menciona las colas que deben hacer los beneficiarios del FONASA para lograr ser atendidos en los consultorios u hospitales estatales, a lo cual se agrega la mala atención que reciben de parte de los funcionarios de los servicios correspondientes. Estas críticas, aunque no carecen de fundamento, no se pueden generalizar.
Sin embargo, lo que no se dice o se ignora es el drama que enfrentan los trabajadores de ingresos medios y bajos afiliados a una ISAPRE cuando tienen que atenderse o cuando alguna de sus cargas debe someterse a un tratamiento costoso que su contrato no cubre, de lo cual sólo se enteran en ese momento, pues, como suele ocurrir, los vendedores les pintan un cuadro en colores, generándose el mismo problema que sucede con las AFP.
El sistema público de salud nunca fue capaz de cubrir en plenitud las demandas de nuestra población, porque somos un país subdesarrollado y porque en determinadas épocas, como la del período del Gobierno militar, por ejemplo, la salud no tuvo prioridad y fue dramáticamente abandonada, con las consecuencias que debimos enfrentar durante los primeros años de la transición.
Algunos Senadores de Oposición han criticado el estado de la salud pública, a pesar de los cuantiosos recursos que se le han inyectado y que no se notan en la atención de los consultorios y hospitales. A ellos quiero recordarles que la mayor parte de esos recursos fueron invertidos en mejorar las pésimas remuneraciones del personal, que en democracia ha podido ejercer sus derechos. Además, hubo que invertir en equipos y elementos esenciales, de los cuales carecía la casi totalidad de los servicios públicos.
Así como en democracia es posible realizar crítica política al Gobierno de turno sin exponerse a la represión de la autoridad, una democracia no resiste por mucho tiempo la injusticia social sin la reacción natural y legítima de los afectados. Por eso, los Gobiernos de la Concertación debieron enfrentar movilizaciones y paralizaciones de los funcionarios de la salud, cuya situación era simplemente insostenible.
Aun cuando no es éste el momento, ni hay tiempo para ello, quiero dejar constancia de que, a mi juicio, el actual sistema dual de salud, impuesto durante el Gobierno militar, requiere reformas de fondo para que efectivamente proteja de manera adecuada a toda la población y no sólo a los sectores de mayores ingresos. En efecto, con éste y otros proyectos de ley aprobados en el Parlamento sólo estamos colocando parches a un sistema que no responde cabalmente a la realidad del país y que, desde luego, no resuelve los problemas de salud que enfrentan los sectores más vulnerables de nuestra población.
Pero, como dije al principio, los problemas de la salud pública en Chile no son sólo de orden económico. Su solución debe abordarse a través de un amplio y complejo conjunto de elementos, orientados, fundamentalmente, a elevar la calidad de la atención al público, lo que se traducirá en una mejor calidad de vida de la gente, en especial de aquella que cuenta con menores ingresos.
Ésta es otra de las materias pendientes de nuestra transición y que deberemos abordar en los próximos tiempos, con la participación no sólo de los expertos y de los políticos, sino a través de un debate nacional que recoja el sentir y las aspiraciones de la comunidad.
El proyecto de ley en discusión busca entregar nuevos instrumentos jurídicos al FONASA para mejorar las condiciones de acceso a las prestaciones de salud que esta institución entrega; resolver las injusticias que afectan a los grupos más vulnerables de la población y que se atienden en el sistema público de salud; utilizar en mejor forma los recursos aportados por el Estado.
Asimismo, la iniciativa suprime gradualmente el 2 por ciento de cotización adicional establecido en la ley 18.566, recursos que se destinarán a mejorar los programas de atención primaria y a la formación de especialistas en ramas de la medicina donde hay insuficiencia de profesionales.
Se busca también resolver los problemas originados por las atenciones de emergencia de los servicios públicos a beneficiarios de ISAPRES, a fin de obviar el cheque en garantía, que es una verdadera inmoralidad. No es éticamente aceptable que un centro de salud, sea público o privado, niegue una atención de urgencia a quien no tiene recursos para cumplir con aquella exigencia, arriesgándose con ello la vida del afectado.
Finalmente, el proyecto radica en la Subsecretaría del ramo la atribución de administrar los bienes de los servicios de salud pública.
Uno de los elementos que debemos tener presentes en el análisis de esta iniciativa es el rol de FONASA en el sistema de salud. Esta institución atiende a 8 millones y medio de personas. Están acogidos a ella el 85 por ciento de los mayores de 65 años, los indigentes y los trabajadores de menores ingresos. Mientras tanto, el sistema privado recibe a las personas de más altas rentas y, por las condiciones que impone, descarta a los sectores de más bajos ingresos.
No creo que sea necesario insistir en lo que representa esta realidad y en la necesidad de que los organismos del Estado orienten su acción hacia los grupos más vulnerables, cuya calidad de vida depende, en gran medida, de la atención y la oportunidad que les puedan brindar los servicios públicos de salud.
Otro elemento que debe considerarse es la desprotección que afecta a los propios beneficiarios de las ISAPRES cuando estas instituciones quiebran o cierran, dejándolos en manos del Estado, que en definitiva debe asumir la responsabilidad de los privados. Es decir, se privatizan las utilidades y los derechos, y se estatizan las pérdidas y las responsabilidades.
El copago que debe efectuar el usuario de una ISAPRE para el tratamiento de algunas enfermedades que llega a tener un costo catastrófico, lo deja fuera de la posibilidad de cubrirlo con su escasa renta. Aparece aquí una preocupación legítima del Estado por proteger a los cotizantes de las instituciones privadas de salud, cuyos derechos no están debidamente resguardados. Se requiere un marco regulatorio más eficiente, que permita a la Superintendencia establecer un plan mínimo básico obligatorio, independiente del aporte del usuario.
El mercado no puede ser el elemento regulador de la salud pública. Ésta es otra distorsión del modelo vigente, que permite que el "dios mercado" invada el área social, marginando a los más necesitados de los beneficios del progreso y aumentando la brecha que separa a los ricos de los pobres.
Éste no es un debate ideologizado, sino la constatación de una realidad que viven miles de chilenos diariamente.
Me parece una iniciativa loable la supresión del subsidio del 2 por ciento y de la orientación de dichos recursos a mejorar la atención primaria de salud y a preparar profesionales especialistas.
Son los consultorios y los servicios primarios de salud los que requieren de una atención preferencial y, por lo mismo, considero pertinente la propuesta del Ejecutivo. Aquí tiene plena validez la crítica que diferentes sectores han hecho a la salud pública: siguen las colas para lograr atención, especialmente en los lugares apartados.
Quiero aprovechar de plantear un problema que se da en muchísimas poblaciones de las regiones australes y que me planteaban hace unos días los jubilados en Puerto Natales. En invierno, a veces con nieve, deben concurrir en horas tempranas de la mañana al hospital, para luego encontrarse con que, después de ese sacrificio, no logran una ficha para ser atendidos, o que, para dializarse, deben viajar en bus a Punta Arenas -recorriendo una distancia de 250 kilómetros, la cual se eleva al doble si se considera el regreso-, y aun así tienen que esperar.
Además, existe falta de especialistas, quienes, desgraciadamente, más motivados por el dinero que por la vocación de servicio, se niegan a ir a las poblaciones apartadas, porque los ingresos en el sector público están muy por debajo de las expectativas que ofrece el área privada. Pero lo más grave es que en determinadas especialidades existe una suerte de monopolio que impide que nuevos médicos accedan a ellas y puedan cubrir en mejor forma las necesidades de la población.
Se necesita recuperar el sentido original del servicio de la salud como una responsabilidad ineludible del Estado y de la profesión médica, cuya vocación se ha ido perdiendo en esta sociedad mercantilizada, que todo lo reduce a dinero y eficiencia, dejando de lado lo principal que es el servicio público y el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores marginados por el mercado y por una sociedad insensible.
Finalmente, quiero rendir un homenaje a los médicos, profesionales y trabajadores de la salud que, a pesar de las señales negativas de los tiempos actuales, han sido capaces de mantener una conducta ética, entregando su esfuerzo por mantener en pie los servicios públicos de salud, renunciando a mejorar sus expectativas económicas, para ser fieles a su vocación y a su compromiso con la sociedad.
Por lo anterior, votaré a favor del proyecto, insistiendo en que no es la solución de fondo que requiere la salud pública, pero es un avance dentro de las posibilidades que hoy en día tenemos de aprobar una norma de este tipo en este Parlamento.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Urenda.
El señor URENDA.-
Señor Presidente , no obstante la importancia de la materia a que se refiere el proyecto que analizamos y la necesidad de desvirtuar ciertas afirmaciones hechas a lo largo del debate, sólo me será posible efectuar algunas observaciones.
Lamentablemente, debo empezar haciendo referencia a las expresiones vertidas por el señor Ministro de Salud en los medios de comunicación y que escuché, con estupor y dolor, por cuanto planteaba que el proyecto sólo sería objetado por los Senadores de Oposición más interesados en defender los intereses económicos de las ISAPRES que a la salud misma.
Yo debo expresar mi formal protesta por esas expresiones que lindan en la injuria y que confirman cómo la obcecación puede conducir no sólo a ofender, sino, lo que es peor, a que el Gobierno pierda la oportunidad de introducir mejoras reales al sistema de salud.
Se equivoca el señor Ministro al atribuirnos intereses bastardos, porque quienes objetamos algunas normas de la iniciativa estamos sólo inspirados en rechazar medidas que estimamos dañinas para el país y para el sistema de salud, ya que muchas de ellas afectan, precisamente, a esa clase media que se dice defender, pero que se deja de lado a la primera de cambio.
No tengo más vinculación con las ISAPRES que estar afiliado a una de ellas, al igual que cerca de dos millones de chilenos; y ni siquiera he conversado con alguno de sus personeros.
Para opinar me valdré exclusivamente de los antecedentes allegados al proyecto y de la experiencia que puedo tener como ciudadano corriente.
Estimo que el proyecto implica, como he dicho, perder una gran oportunidad de mejorar los sistemas de salud y contiene aspectos manifiestamente inconvenientes, injustos y aun, como se ha señalado, inconstitucionales.
Nadie puede oponerse a medidas que, aprovechando la experiencia, perfeccionen lo que existe; pero obviamente que resulta demasiado claro que lo que se propone a este respecto es muy poco y, en cambio, se aprecia un verdadero propósito de dar un paso más en combatir los sistemas privados de salud y procurar eliminar las ISAPRES.
Así, curiosamente, algunas de las medidas concretas que se proponen, nada tienen que ver con los fundamentos del mensaje, pero sí afectan la vida de aquéllas.
Es indudable la enorme importancia que tiene la salud para el país, como también ¿y los hechos lo han demostrado- que las políticas adoptadas por el Gobierno militar y recogidas en la Constitución Política -ella establece el deber preferente del Estado de garantizar la ejecución de las acciones de salud y que cada persona tendrá derecho a elegir el sistema de salud al que desea acogerse, sea estatal o privado- han sido adecuadas para atender en mejor forma las necesidades de la gente.
De allí la dictación de la ley 18.469 y el establecimiento de un sistema mixto. Mucho hemos escuchado lo que algunos llaman el desmantelamiento del sistema de salud antiguo; pero curiosamente ¿como las estadísticas lo confirman-, no obstante que los recursos que el Estado aparecería destinando directamente a la salud eran menores ¿a los cuales obviamente cabe agregar los derivados de las imposiciones de los trabajadores-, el hecho es que todos los índices respectivos tuvieron mejorías muy sustanciales durante aquel Gobierno, demostrando que la existencia de dos sistemas, complementados por un conjunto de otras medidas vinculadas con la salubridad, la educación, los hábitos, la atención a las madres embarazadas, a los niños, etcétera, resultó extraordinariamente eficaz, apreciándose una mejoría en la calidad de vida y en todos los principales índices vinculados a la salud.
La razón de establecer dos sistemas reside en que, por una parte, el Estado no puede sustraerse a su obligación de velar por la salud de los habitantes y, al mismo tiempo, de que el sector privado debidamente organizado puede representar una opción adicional que, como se ha probado en los hechos, en general ha prestado servicios muy eficaces a la cantidad creciente de imponentes ¿con sus familias- que fueron adhiriendo a las ISAPRES hasta alcanzar un porcentaje muy importante. Cabe señalar que ese aumento se ha detenido, en parte, por el sistemático combate a las ISAPRES llevado a cabo por este Gobierno y por no haberse continuado profundizando y mejorando la adopción de medidas, como las del artículo 8º de la ley 18.566, para facilitar precisamente el derecho a elegir de todos los chilenos.
Es necesario hacer presente que por su propia naturaleza los sistemas tienen diferencias. En el sistema público, en el que teóricamente existe la obligación de cubrir la totalidad de las necesidades de salud de sus afiliados, la prestación de los servicios que se ofrecen está limitada sólo por la posibilidad de ejecutarlos, lo que deriva o puede derivar en largas colas y esperas. En cambio, en el sector privado, hay una determinación más precisa y real de los compromisos que respectivamente se asumen, las cuales implican que hay un límite predeterminado de ellos, lo que, si bien impide pactar siempre lo óptimo, deja muy en claro las obligaciones que se adquieren y, lo que es más importante, las consecuentes responsabilidades.
Ahora bien ¿y esto se ha olvidado en el debate-, el sistema público de salud se financia también con los aportes de los imponentes, pero adicional y mayoritariamente con aportes del Estado: 500 mil millones de pesos. En cambio, el sistema de ISAPRES se financia, como norma general, sólo con los aportes de los imponentes y muy excepcionalmente con el 2 por ciento establecido por el artículo 8º de la ley 18.566, que beneficia a los imponentes de clase media para facilitar su opción y que no representa ni siquiera el 2,5 por ciento de los recursos.
Lo anterior se traduce en que cada vez que un imponente se acoge a una ISAPRE, si bien se lleva su imposición del 7 por ciento, permite que el aporte mayoritario del Estado a FONASA pueda rendir más, pues tiene menos personas que atender.
Por ello, el crecimiento de las ISAPRES no debiera perjudicar a FONASA y tendría que contribuir a mejorar el sistema global, el que, mientras mejor se complemente, será más eficaz. Y no es mi ánimo atacar la gestión pública o remarcar todas las deficiencias que pueda tener FONASA.
Yo no quiero hacer mías en esta oportunidad las palabras de un distinguido hombre público, que dijo: "Nuestra administración pública se desenvuelve en el marco de una cultura institucional que pone su acento en los procedimientos y en los métodos y no en los resultados, lo que se ve reforzado por una acumulación histórica de controles, normas y procedimientos que entraban el cumplimiento de funciones crecientemente complejas. De esta manera, las instituciones públicas terminan siendo organismos cerrados que existen no para satisfacer las demandas de la gente sino para cumplir las normas que las rigen.". Me refiero al ex Ministro Secretario General de la Presidencia , don Genaro Arriagada Herrera , dirigiéndose a los empresarios en ENADE.
No, yo quiero partir del supuesto de que ambos servicios están empeñados en ser eficientes, pero quiero destacar que la cooperación del sector privado es beneficiosa ¿porque puede hacerlo mejor en muchos aspectos- y que, además, se traduce en que los cuantiosos aportes fiscales ¿del orden de los 500 mil millones de pesos al año- se focalicen mejor.
De allí también que yo rechazo la norma que se pretende establecer, apartándose del contenido original del proyecto, para obligar a las ISAPRES a responder más allá de los términos de sus contratos, lo que no debe formar parte de sus riesgos, como se sostiene en el folleto que nos ha entregado el Ministerio de Salud, porque, obviamente, nadie debe estar obligado a más de aquello a que se obligó, ni existe en este caso el compromiso, como el que tiene el Estado, de velar por la salud pública.
La norma que se pretende resulta, además, negativamente discriminatoria con respecto a FONASA y, en definitiva, atenta contra la libertad de elección.
Quiero referirme a lo que aparece en el fondo como el propósito principal del proyecto, cual es la eliminación del subsidio del 2 por ciento a determinados cotizantes de rentas medias y bajas, y no a las ISAPRES, como impropiamente se ha denominado a este beneficio.
En efecto, es definido, por el artículo 8º de la ley 18.566, como un derecho de los trabajadores dependientes de baja renta a solicitar a sus empleadores una cotización adicional de hasta 2 por ciento de las remuneraciones imponibles, que debe enterarse en la institución de salud previsional en que esté afiliado o se vaya a afiliar, con límites muy estrictos en la cuantía del subsidio que, dicho sea de paso, es tal en cuanto el empleador puede deducir esta cantidad del Impuesto a la Renta.
¿Cuál es entonces el subsidio a las ISAPRES? ¿Qué es lo que se está subsidiando? ¿A quién se concede el beneficio? La respuesta a la primera pregunta no se encuentra en esta cotización adicional de 2 por ciento. Si existe algún beneficio concedido por el Estado a las instituciones de salud previsional, no es el que ahora comentamos
¿Cuál es, entonces, el objeto del subsidio? Sin duda, la prestación eficiente y oportuna de un servicio de salud. Y quisiera recalcar que esta afirmación no supone un juicio, en ningún sentido, a los subsistemas público y privado. Es simplemente lo que se deduce de la norma que establece el beneficio. Quien elige a qué sistema se acoge es el cotizante, en este caso, el trabajador dependiente. La cotización adicional depende exclusivamente de su decisión. Cabe preguntarse, tal vez, si el trabajador ejercería este derecho si el sistema público le ofreciera un mejor servicio.
Pero, sin duda, más importante que el objeto del subsidio es el sujeto del mismo, es decir, a quienes beneficia. Se ha repetido hasta el cansancio que éste sería un subsidio regresivo que favorece los más altos ingresos dentro del rango que puede acogerse a él, y que no apunta a los sectores más desfavorecidos.
Debo recalcar que ésta es, probablemente, la razón principal que se esgrime para su eliminación, llegando a sostenerse, incluso, que por esto no es comparable a los subsidios en materia de vivienda, los que sí estarían, directa y exclusivamente, focalizados a la población más necesitada.
Pues bien, se trata de trabajadores de un ingreso medio mensual de entre 200 mil y 250 mil pesos, los que se verían privados de él. ¿Hay alguien en el Senado que considere que un trabajador dependiente, con un ingreso de 200 mil pesos -que sólo puede llegar hasta 800 mil pesos si tiene siete cargas familiares-, pertenece al sector de trabajadores mejor remunerado?
Más bien podemos decir que forma parte de la tan maltratada clase media chilena, que, con la iniciativa en análisis, ve esfumarse una de las pocas normas que apuntan directamente a su beneficio. Y digo esto, porque si el hecho de favorecer a ese estrato es la principal razón esgrimida para justificar su eliminación, pronto seremos testigos de iniciativas que pongan fin a subvenciones en otras materias, como la vivienda.
Señores Senadores: ¿Existe algún subsidio más regresivo que el establecido para la adquisición de viviendas que con pompa proclamara el Gobierno a los cuatro vientos y aprobáramos en esta misma Sala no hace mucho tiempo? ¿No se dijo, entonces, que su principal virtud era beneficiar a la clase media?
En efecto, el beneficio de que se trata es cero para los trabajadores que ganan menos de 261 mil 790 pesos; alcanza a cinco por ciento del dividendo para quienes perciben hasta 785 mil 370 pesos y, en cambio, llega a 45 por ciento para los que gozan de una remuneración de más de 3 millones 141 mil 480 pesos. ¿Cuál de los beneficios favorece a la clase media y cuál no la favorece?
Pero eso no es todo. También se ha dicho que esta cotización adicional "distorsiona el mercado de la salud e incita a los usuarios a tomar decisiones incorrectas". Como la cotización es un derecho y se entera en una institución de salud previsional, hemos de deducir que la "decisión incorrecta" del trabajador es acogerse al sistema privado de salud.
Así las cosas, ¿dónde quedan las declaraciones de buena voluntad del señor Ministro de estar dispuesto a considerar los aspectos controvertidos de la iniciativa y a modificar alguno de ellos? Probablemente, quedarán en el mismo lugar donde permanecerá su "esperanza de que se apruebe por voluntad unánime la idea de legislar".
Asimismo, se ha esgrimido que se trata de un subsidio a la demanda que "paradójicamente no exige ninguna condición a la oferta en cuanto a la cantidad, calidad y oportunidad de los servicios". ¿No es acaso el cotizante, que opta por esta cotización adicional y por atenderse en el sistema privado, quien mejor puede calificar la calidad de la prestación?
Concordamos, sin embargo, con el Senador señor Boeninger y con los propios trabajadores beneficiados, en cuanto a que la solución no va por el camino de la eliminación de este tipo de subsidio, sino por corregir sus deficiencias y extenderlo a otros sectores de bajos ingresos y aumentar las posibilidades de opción y de mejor focalización, lo cual -como he mencionado- no afecta los recursos per cápita del FONASA.
Pero no todas las cuestiones tratadas en el proyecto son desechables. La aplicación de un nuevo modelo para la gestión de los hospitales públicos es una iniciativa interesante, aunque insuficiente en la forma planteada por el proyecto. Sin embargo, no parece razonable sostener que este modelo, basado en modernos criterios de eficiencia y calificación, no se aplique a todo el sistema hospitalario público, porque "resultaría un caos", como sostiene el Ministerio de Salud, especialmente si se dice que la razón de ese caos es que "la auténtica capacidad de gestión se encuentra, en realidad, en los servicios de salud". Si ésta es la convicción de la autoridad, ¿por qué se propone este nuevo modelo y por qué, además, se le otorga el carácter de "experimental", lo que supone que, tarde o temprano, se le dará una aplicación general?
Más bien, parece una concesión frente a presiones de algunos sectores que impidieron la presentación de una iniciativa de mayor envergadura, que abordara efectiva y seriamente el problema de las prestaciones de salud en Chile.
Después de no muchas cavilaciones, casi se llega al convencimiento de que el proyecto contradice su propia denominación. ¿Perfecciona las normas de la salud?
Por ello, el proyecto no merece ser aprobado en sus actuales términos, porque es evidente que causa más daño que beneficios y, en tal virtud, ha merecido un rechazo muy fuerte de amplios sectores de la población, especialmente de la clase media, como consta en los informes.
Ojalá, el Gobierno y el señor Ministro aprecien debidamente los argumentos que se han dado y, dejando de lado su obsesión de terminar con las ISAPRES, eliminen los errores, mejoren los aspectos positivos, introduciendo los cambios estimados necesarios por los mejores especialistas chilenos en la materia y que hasta el momento no han sido considerados.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Bitar.
El señor BITAR.-
Señor Presidente , hemos recorrido un largo camino para dotar a nuestro país de un sistema de salud más eficaz, más rápido, más justo y con más igualdad.
Considero que el proyecto que nos ocupa, que vamos a votar favorablemente, es un paso importante en esa dirección.
¿Por qué es bueno? En primer lugar, mejora la gestión del FONASA mediante mecanismos que permiten recibir directamente los fondos y efectuar el cobro directamente a las ISAPRES. Sin duda, es un servicio clave. Baste tomar en cuenta las siguientes cifras. El FONASA atiende a indigentes, que cuentan con subsidio familiar o pensión asistencial, que no pagan cotizaciones y carecen de libre elección (son 3 millones de personas); a quienes ganan menos de un salario mínimo, que pagan 7 por ciento en lo que respecta a cotización y cero por concepto de copago (son tres millones de personas); a los que ganan entre 90 mil quinientos pesos y 110 mil quinientos pesos, que pagan 7 por ciento de cotización y 10 por ciento de copago (son casi un millón de chilenos), y, por último, a quienes ganan más de 110 mil quinientos pesos, que pagan 20 por ciento de copago, según el arancel del FONASA (son dos millones de personas). En total, son nueve millones de personas.
Por lo tanto, toda gestión que signifique mejorar la forma de atención a esos nueve millones de chilenos y tener más recursos, es bienvenida.
En seguida, mejora la gestión hospitalaria, conforme a la experiencia llevada a cabo en tres nuevos establecimientos. Ésta constituye una razón importante y el proyecto avanza en esa dirección.
En segundo lugar, reasigna recursos. En cuanto a la supresión del subsidio de 2 por ciento, que es el punto que ha generado más tensión con los Senadores de la Derecha, la fórmula que se ha buscado permite, por la gradualidad del proceso, mantener en buena medida la posibilidad de elegir a quienes se hallan en el sistema y están justamente en el borde de que el 2 por ciento haga la diferencia. ¿Cuánta gente se encuentra en estas condiciones? Son 225 mil cotizantes, que con sus grupos familiares forman un conjunto de 680 mil personas. ¿A cuánto asciende el subsidio en promedio? A 4 mil 400 pesos. Considero que la gradualidad del proceso de eliminación del subsidio, y en la medida en que la economía va aumentando las remuneraciones, va a permitir que esas personas arreglen su situación y puedan, si así lo desean, permanecer en las ISAPRES. Sin embargo, ello nos da 12 mil millones de pesos adicionales, a fin de mejorar la atención primaria, oportunidad de atención y seguros catastrófico.
En ese sentido, la supresión del subsidio de 2 por ciento me parece fundamental, como, asimismo, la reasignación de recursos por reducción de la evasión. Hay alrededor de 2 mil millones de pesos en cobros directos a las ISAPRES, que se pueden hacer efectivo esta vez; si no, estarían perdidos.
El señor PARRA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor BITAR.-
Con mucho gusto, con la venia de la Mesa.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Con cargo al tiempo del señor Senador que está interviniendo, tiene la palabra el Honorable señor Parra.
El señor PARRA.-
Señor Presidente , deseo enfatizar lo que señala el Senador señor Bitar en cuanto a la supresión del subsidio de 2 por ciento, introduciendo un argumento que hasta ahora no se ha utilizado.
El subsidio que establece la ley Nº 18.566 en su artículo 8º, desde mi punto de vista es doblemente inconstitucional. En primer lugar, vulnera el número 20º del artículo 19 de la Constitución, que impide el establecimiento de los llamados "tributos calzados o de destino específico". Evidentemente, por la vía indirecta de permitir que el contribuyente destine parte de los impuestos a un fin determinado, se puede llegar a vulnerar íntegramente la prohibición constitucional a que hice referencia.
En segundo término, vulnera el número 22º del artículo 19 de la Carta Fundamental, que establece la obligación de no discriminar arbitrariamente en el trato que deben dar el Estado y sus organismos en materia económica. El inciso segundo de ese número permite, de manera excepcional, algunas discriminaciones; pero éstas no operan a favor de personas, como ocurre con el subsidio, sino que necesariamente a favor de algún sector, actividad o zona geográfica. Aquí, al introducir este subsidio, se está haciendo una discriminación a favor de personas, lo cual atenta contra la norma constitucional. Ese numerando exige además que, cuando se otorga este tipo de subsidios indirectos, en la Ley de Presupuestos quede cuantificado el fiscal. Eso se hizo en la Ley de Presupuestos de este año, que cuantifica el costo en 36 mil millones de pesos.
Permanentemente se ha sostenido ¿así consta en el informe- que el costo fiscal sería del orden de los 14 mil 500 millones de pesos. Desconozco cuál es la cifra efectiva y final. Lo cierto es que en el Presupuesto de este año se establece, para estos efectos, un costo fiscal de 36 mil millones de pesos.
La reasignación, en consecuencia, tiene mucha importancia. Personalmente, soy de los que no suscriben la tendencia que se ha ido abriendo hacia la mal llamada "soberanía del contribuyente", que debilita todavía más al Estado, impidiéndole efectuar una asignación de recursos con sentido social.
En particular, celebro que el señor Ministro haya anunciado, con ocasión de la discusión del proyecto, que se privilegiará, con cargo a estos fondos, la atención de sectores de la tercera edad. Me parece que ello tiene un sentido que justifica sobradamente la aprobación de la iniciativa.
Muchas gracias, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Recupera el uso de la palabra el Honorable señor Bitar.
El señor BITAR.-
Señor Presidente , los planteamientos del Senador señor Parra van en la dirección de lo que estamos argumentando.
El punto adicional que quiero hacer presente para justificar mi voto a favor, es que toda la salud moderna evoluciona en la línea de que cada vez más ella depende de medidas globales: calidad del medio ambiente, agua, aire, alimentación, alcantarillado, vacunación, programas nacionales de alimentación. El Estado debe responder por estas cuestiones de carácter general, y para eso está destinando alrededor de 70 mil millones de pesos.
Por lo tanto, mientras mejor sea la calidad de vida, habrá menos enfermos. Y ésa también es una función del sector público. Debemos ir en esa dirección, porque ella apunta en la línea del desarrollo tecnológico y de la calidad de la salud. No olvidemos que los propios emperadores chinos pagaban a sus médicos cuando estaban sanos, pero no cuando se enfermaban.
Por consiguiente, el esfuerzo que podemos hacer para enfrentar la enfermedad está bien dirigido, evitando las que requieren mayor esfuerzo social a través del sector público, en materias como las que he mencionado.
También respaldamos el proyecto, porque elimina el llamado cheque en garantía en condiciones de urgencia.
En conversaciones con directivos de las ISAPRES, he notado un efecto positivo, de incentivo, en cuanto a que el sólo riesgo o inquietud de que el proyecto está avanzando, ha movido a estos organismos -felizmente se logró- a estudiar e, incluso, a proponer nuevas fórmulas para resolver el problema del cheque en garantía en casos de urgencia. Por ejemplo, se habla de ampliar la cobertura a enfermedades catastróficas. Entiendo que las ISAPRES harán sugerencias sobre esta materia cuando entremos a estudiarla en detalle.
¿Cuál es, a mi juicio, lo importante? En mi intervención en el Senado quiero dejar constancia de la lección que extraigo de toda la experiencia del sistema: el mercado no funciona para lograr una ampliación automática de las coberturas, bajar los costos, avanzar en la dirección de la salud como concepto general de calidad de vida.
Por eso, a través de la mera competencia no se apunta a mejorar la salud. Debemos entender que la salud requiere una planificación global con un concepto de red complementario, de unas partes con otras, por lo que no puede dejarse sólo al mercado operando en este sector.
Hoy día tenemos una prueba más de que, con motivo del debate sobre la eliminación del cheque en garantía, se desata todo un interés por resolver esta situación, incluso directamente por las ISAPRES a través de propuestas específicas. Ésta es la clave.
Cabe señalar que debe efectuarse una gran y profunda reforma del sector salud. Debemos atraer médicos al sistema público -actualmente hay pocos- y tenemos que elevar el número de especialistas. En este sentido, quiero aprovechar la presencia del señor Ministro para hacer una observación específica en relación con la Región de Tarapacá, que represento en el Senado.
Como resulta muy difícil que haya médicos que deseen trabajar en zonas alejadas, algunos expertos me han planteado que una modalidad para corregir esta situación es dotar de mayor puntaje a médicos jóvenes que sean traslados a zonas extremas. De esa manera podremos equilibrar la situación que hoy día nos afecta. Al respecto, solicito concretamente al señor Ministro que tome nota de este punto para considerarlo.
Por otra parte, debemos fortalecer la atención primaria. Ese debate está pendiente. A mi juicio, según concluyo de la experiencia reciente, tal vez conviene mantener la descentralización administrativa, pero, además, hay que establecer una centralización o coordinación técnica de la atención primaria con los hospitales para lograr una eficiencia mayor y evitar el tremendo desplazamiento de gente a los recintos hospitalarios, porque la atención primaria no funciona como corresponde. Debemos, entonces, rediseñar el vínculo del sistema de salud respecto de la atención primaria.
Por último, no puedo dejar de mencionar nuestra inclinación por avanzar, en futuras reformas, a un fondo más solidario, a fin de que una parte de lo que impone cada trabajador se destine a un fondo personal, y otra, a un fondo colectivo, por causa de -como señalé antes- la naturaleza misma del avance de la medicina, que requiere medidas de carácter general para atacar la enfermedad.
Por todas esas razones, señor Presidente, votaré a favor de la iniciativa, reiterando que camina en la dirección correcta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Vega.
El señor VEGA.-
Señor Presidente , me parece que el debate de esta materia es de alta prioridad en todas las sociedades del mundo, porque la salud es un problema de todos, y el nivel de salud depende del desarrollo económico. Sus dificultades de fondo y de origen son la educación y el nivel económico de cada sociedad.
Por esa razón, estimo que el proyecto es importante y busca perfeccionar nuestro sistema de salud, racionalizando sus recursos humanos y técnicos.
Sin embargo, estimo que nuestro sistema nacional de salud tiene limitaciones propias de un Estado subdesarrollado.
En todos los países del mundo, incluso en los industrializados, existen conflictos de salud. Estados Unidos mismo tiene millones de ciudadanos debilitados y alejados de un sistema de salud apropiado. Lo mismo ocurre en numerosas naciones europeas.
El problema radica en que los grandes científicos del mundo están realizando investigaciones realmente espectaculares y han llegado a grandes conclusiones. Tenemos naves que viajan al espacio y se ha penetrado al interior del cuerpo humano. Todos los días se descubren nuevas enfermedades, y cada una de ellas trae consigo la creación de nuevos instrumentos, nuevos laboratorios, nuevos sistemas y numerosos nuevos remedios, pero todo ello se obtiene, por supuesto, a un alto costo.
Ya no existe el antiguo médico que atiende en una consulta en forma acelerada, con un estetoscopio y recetando píldoras. Ahora el examen médico viene precedido por innumerables documentos y certificados que representan un alto precio. Y todos tienen derecho a acceder a estos complejos sistemas de salud. Así podemos ver la multiplicación de las farmacias y el desarrollo de la actual infraestructura de los sistemas hospitalarios.
Afortunadamente, la calidad de nuestros médicos, la calidad intelectual de nuestra medicina, ha estado a la altura de estas circunstancias, y nuestras escuelas de medicina han logrado mantener los niveles de calidad compatibles con el presente, lo que nos ha permitido disminuir la grave crisis por la cual atraviesan los sistemas de salud del mundo.
El proyecto en debate pretende modernizar el sistema independientemente de la capacidad económica. Los números 1, 2 y 3 del artículo 1º otorgan mayor flexibilidad y más atribuciones. Además, reordenan a los beneficiarios en diversos tramos, según su ingreso personal o nivel social. Y uno de los grandes problemas estriba en que el FONASA atiende a una cantidad muy importante de usuarios.
Aquí no se trata, señor Presidente , del enfrentamiento entre el sistema privado y el estatal. La verdad es que el ingreso del sector privado a la salud constituyó un gran acierto. Ese sector ha desarrollado una inmensa labor. Pero, por motivos de costos, por la complejidad del problema que estamos enfrentando, se requiere un largo tiempo. El sistema todavía es nuevo y, obviamente, adquirirá su verdadera dimensión en el futuro.
Ahora bien, estamos hablando de los segmentos A, B, C y D, que suman cerca de ocho millones y medio de personas, entre las cuales hay más de dos millones de indigentes, quienes no tienen ninguna posibilidad de acceder a un nivel adecuado de salud.
Cualquier esfuerzo que el país -y el Ministerio en particular- pueda realizar en esta materia, de costosa y compleja tecnología, será muy positivo, aunque no suficiente.
Al parecer, los números 4 y 5 son los más conflictivos. Considero que esto requiere una revisión. Numerosos trabajadores y representantes de sindicatos han concurrido a mi oficina -y creo que a las de todos los señores Senadores- para expresar su preocupación respecto de este punto. En todo caso, es un beneficio muy positivo que el Estado otorga al empleado, pues se mejoran su nivel y su posibilidad de acceder a prestaciones de salud más adecuadas.
Señor Presidente , el Fondo de Salud ya está hecho. Y estimo que sería difícil reconstituirlo de otra manera en el futuro, a menos que se consideraran algunas de las muy buenas alternativas que han propuesto aquí diversos señores Senadores.
Por eso, insisto en que este punto debiera ser revisado en forma muy acuciosa durante la discusión particular del proyecto.
Como se ha expresado aquí reiteradamente, éste es un tema de fundamental relevancia para todos nosotros. Pienso que el proyecto apunta a la modernización y el perfeccionamiento administrativo de nuestro sistema. Por tanto, votaré favorablemente la idea de legislar.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , he escuchado a diversos señores Senadores manifestar su alegría por el hecho de que habrá mayor cantidad de dinero para el FONASA, que es la institución que en general atiende a las personas de menores recursos.
Según el principio de la subsidiariedad, que todos consideramos fundamental para la acción del Estado, es deber de éste -y de todos nosotros- procurar que con fondos fiscales se ayude a quienes, por sus escasos medios, no pueden proveerse de ciertos servicios.
Eso se hace, por ejemplo, en el sector vivienda. Allí, con dinero fiscal se subsidia la adquisición de vivienda o, a veces, sólo de casetas sanitarias para personas de muy bajos ingresos; ellas únicamente aportan 10 a 20 por ciento del ahorro estipulado y el resto lo proporciona el Estado.
Se procede de igual manera en educación. En el caso de la enseñanza básica y media, el Estado provee el subsidio para alumnos que asisten a escuelas gratuitas. Sucede lo mismo, aunque de mala forma, con la educación universitaria. Y digo de mala forma porque la medida es insuficiente y sólo favorece a algunas universidades; tampoco se considera a los institutos profesionales y técnicos, contrariamente a lo que debiera ser.
El principio de subsidiariedad se aplica también en el sistema de pensiones, donde, si las personas no logran un monto razonable por lo exiguo de sus contribuciones, el Estado entera la diferencia para darles acceso a una jubilación mínima. Y similar procedimiento se utiliza tratándose de las pensiones asistenciales, caso en el cual personas que no tienen derecho a pensión reciben de parte del Estado una de carácter gratuito; en el fondo, un regalo.
Y otro tanto sucede en salud, naturalmente, como debe ser. Recordemos que, en este momento, 60 por ciento de los gastos del FONASA se pagan con un subsidio estatal, no con el aporte de los beneficiarios.
Estimo que todos concordamos con el principio de subsidiariedad, conforme al cual el Estado debe subsidiar a las personas que, por sus bajos ingresos, no pueden proveerse de ciertos servicios mínimos, como vivienda, educación, pensiones y salud.
Hasta ahí, todos estamos de acuerdo.
Sin embargo, no estamos de acuerdo cuando se sostiene que el Estado también debe administrar. No necesariamente. En educación ha dado muy buenos resultados cuando aquél financia pero los padres deciden si ponen a sus niños en un colegio particular subvencionado o en uno municipalizado. El Estado financia en ambos casos al menor de escasos recursos, pero los padres deciden dónde lo van a educar.
En el caso de la vivienda ocurre lo mismo: el Fisco subsidia, pero la gente resuelve dónde va a vivir. El Estado no puede decir: "Yo le construí esta casa y aquí debe vivir". No. Las personas pueden elegir el barrio, una casa en bloques, una casa grande, una más chica, en fin. Tienen incluso la posibilidad de escoger la empresa constructora.
Y eso es lo que reclamo también en salud, señor Presidente. ¿Por qué en educación permitimos a los padres elegir? ¿Por qué en vivienda creemos que las personas son suficientemente maduras como para optar? Sin embargo, en salud, no. Ahí tiene que ser el Estado el que provee.
Desgraciadamente, hasta ahora hemos tenido Ministros que quieren a las ISAPRES y no gustan del sector público, y otros que aborrecen a dichas Instituciones, como el actual Ministro , que lo único que hace es defender al sector público y hablar pestes contra aquéllas.
Yo pido, señor Presidente , Ministros que no aborrezcan a nadie y que no favorezcan más que a los afiliados, a la persona, al ser humano. Aquí no se trata de defender sistemas, ni privados ni públicos, sino a las personas, para proporcionarles mayor bienestar, lo que sea mejor para ellas. Y eso es lo que reclamo aquí.
El drama es que la administración privada puede ser mala o buena. Y lo propio ocurre con la administración pública. Hay colegios particulares subvencionados que dan estupendos resultados y otros que lo único que hacen es enriquecer a los sostenedores. Tenemos, asimismo, colegios municipalizados que exhiben excelentes resultados y otros -he conocido algunos- que han sido beneficiados con el Proyecto Montegrande y donde el director sólo está preocupado de ver cuándo y cómo se jubila, sin interesarse para nada en los niños. Porque, en realidad, el ser humano puede actuar positivamente en un sistema privado o en uno público. Muchas veces, ello depende del director y de quien administra, y no de si el sistema es bueno o malo.
Veamos el caso de las mutualidades, señor Presidente. Quienes tienen accidentes del trabajo o sufren enfermedades profesionales sólo quieren atenderse en una mutualidad y no en el FONASA, porque saben que en ella el servicio es mil veces superior. Las mutualidades son administradas por entes privados sin fines de lucro.
Por lo tanto, también en salud puede actuar con éxito el sector privado.
La verdad es que en el sector salud hay problemas muy graves que no han sido abordados. Y la Concertación ha dispuesto de diez años para enfrentarlos, pero no lo ha hecho.
Yo pregunto si este proyecto contribuirá realmente a solucionar el problema de las personas que tienen cáncer, o el de las que deben someterse a un trasplante, o el de las que sufren un accidente grave, o el de aquellas a quienes se les complica una operación y tienen que permanecer en la UCI treinta o cuarenta días.
¡No soluciona nada, señor Presidente!
Se ha hablado hasta el cansancio, por ejemplo, de un seguro para enfermedades catastróficas. ¿Y qué se ha hecho al respecto? ¡Nada! Es obvio que en cuanto a ese tipo de males hay que introducir un seguro social solidario -como el de invalidez y sobrevivencia-, donde todo el mundo -joven o viejo, mujer u hombre- aporte cierta cantidad mensual a un fondo que se reparta para tratar justamente a las pobres personas a quienes les toca la desgracia de enfermar de cáncer, necesitar un trasplante o tener una urgencia o sufrir un accidente de grandes proporciones.
¡Eso es lo que hay que hacer, señor Presidente! Pero de ello, nada.
Se ha hablado hasta la saciedad del tema, pero todavía no hay ninguna solución. Y perfectamente se puede lograr; es bastante fácil diseñarla. Por ejemplo, respecto del cáncer, es posible determinar qué tratamientos se van a pagar y licitarlos. Porque para atacar este mal existen tratamientos normales; pero también hay tratamientos experimentales, que cuestan demasiado y que muchas veces, en su desesperación, la gente sigue, quedando endeudada por generaciones. Evidentemente, un sistema básico no puede cubrir los tratamientos experimentales, pero sí los normales. Y una vez cada dos o tres años puede licitarse quién va a tratar.
¿Por qué no podría, por ejemplo, la Clínica Alemana atender a la gente pobre que sufre de cáncer, con los mejores equipos? ¿O por qué no podríamos las personas afiliadas a una ISAPRE irnos a la Fundación López Pérez , si es ésta la que asegura el mejor resultado?
Señor Presidente , insisto: esto perfectamente puede implementarse y diseñarse.
Pero de eso, nada. ¡Es mucho más fácil denostar a las ISAPRES por la prensa!
Si, por ejemplo, tuviéramos licitados centros especializados en cáncer, podría avanzarse bastante: contaríamos con médicos mucho más experimentados; habría los mejores equipos, e incluso, ayuda psicológica para el paciente y sus familiares, que harto la necesitan.
Pero de esto, nada. ¡Sólo demagogia!
¿Qué otros problemas tienen las ISAPRES? Muchos, obviamente.
A mi padre, por ejemplo ¿qué ISAPRE lo va a recibir? ¡Ninguna! ¿Y esto porque las ISAPRES son malas? ¿Son todas una tropa de ladronas?
Señor Presidente , si mi padre quisiera obtener un crédito en el banco, no se lo concederían. Y si deseara contratar un seguro de vida, tampoco lo conseguiría.
Días atrás mi madre me contó que quiso sacar una tarjeta de crédito y no se la dieron.
Entonces, señor Presidente , no es cuestión de maldad. Se trata de que una persona que ha cumplido 70 ó 75 años tiene mayor probabilidad de morir. Y ése es un problema biológico y no de maldad.
Acá, en la Cámara Alta, tratamos de contratar un seguro que cubriera a los señores Senadores y a los funcionarios, y todas las compañías excluyeron a las personas mayores de 70 ó 74 años. Ninguna las aceptó.
¿Significa eso que el problema no tiene solución? ¡Claro que la tiene, señor Presidente!
Por ejemplo, en el caso de los seguros de vida, lo que se hace es tomar uno a temprana edad con una tasa estable por el resto de la vida; la tasa se mantiene para siempre.
Pero son las propias autoridades las que no permiten eso en las ISAPRES al posibilitar que los afiliados se cambien todos los años. Al existir dicha opción, ya no es factible lograr contratos de largo plazo con tasa fija. Por lo tanto, nuevamente se trata de un problema de las reglas del juego dictadas por la autoridad y no de la maldad de esos entes privados.
Se ha dicho que la ley en proyecto va a mejorar la atención en el FONASA.
¿Es eso verdad? ¿Han hecho los cálculos?
Fíjense, Honorables colegas, que en este minuto el FONASA recibe el 60 por ciento de sus recursos del Fisco. Los ingresos ascienden a más de 600 mil millones de pesos. Y aquí estamos hablando de 12 mil a 15 mil millones; es decir, 2 por ciento.
¿Creen Sus Señorías que realmente se va a mejorar la atención de salud a la señora de Illapel que debe esperar cinco meses para que la atienda un especialista en Coquimbo? ¿Piensan que de verdad se va a solucionar el problema en el FONASA?
¡Este traspaso de fondos no soluciona nada en el FONASA! Nuevamente, es pura demagogia. Porque los fondos, si se traspasan todos, son mínimos: no representan más que 2 por ciento de lo que se recibe hoy día.
También se ha hablado de las colas en el FONASA. ¡Claro que las hay! Y muchas de mis gestiones tienen que ver, por ejemplo, con la posibilidad de atender antes en una interconsulta a gente de Salamanca que se encuentra angustiosamente enferma.
¿Pero cuál es el problema ahí? ¿Es un problema del FONASA? No. ¿Es un problema del Ministro ? Tampoco. El problema estriba en que existen monopolios -¡y digámoslo claramente!- dentro de ciertas especialidades médicas.
¿Saben, señores Senadores, cuántos oftalmólogos se forman al año en Chile? Dos. ¿Y creen que con dos oftalmólogos nuevos alcanza para atender a 15 millones de personas? Ciertamente, no. A veces especializan a 3 ó 4, pero sólo dos son chilenos. Los extranjeros, además, después no pueden ejercer en nuestro país y se tienen que ir. ¿Por qué? Porque para la Sociedad de Oftalmólogos es muy cómodo ser "poquitos". Ellos se cierran. Y no quieren formar más gente, porque así se pueden regodear: dónde trabajan, cuánto ganan (¡y harto que ganan!), en fin.
En la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados pedimos hasta el cansancio al actual Ministro -y también a sus antecesores- el envío a España, por ejemplo, de 30 ó 40 médicos jóvenes para especializarse en oftalmología. Porque obviamente, después, de vuelta en Chile, hay que romper el monopolio de la Sociedad Oftalmológica. Y por eso necesitamos un número suficiente -30 ó 40, como indiqué- que salga de una sola vez y forme, si es necesario, una sociedad paralela.
Señor Presidente, ninguno de los problemas de fondo que existen en salud se aborda en este proyecto.
Así como entre los oftalmólogos, también existe monopolio en muchas otras especialidades médicas.
No es muy popular decir esto, porque, al final, algún día todos tenemos que ir al oftalmólogo. Y creo que muy pronto deberé hacerlo. ¡Me queda poco¿!
Quiero terminar expresando mi protesta, asimismo, por la forma en que, sin discusión a fondo, se traspasa la administración de tres hospitales públicos.
Los señores Senadores se preguntarán por qué, si soy partidaria de la administración privada. No, señor Presidente : yo estoy a favor de lo que sea mejor para los pacientes.
Por ejemplo, cuando se traspasó Ferrocarriles, nos preocupamos de que los funcionarios exonerados tuvieran protección adecuada; lo mismo ocurrió cuando traspasamos puertos; cuando se cerraron las minas de Lota, se crearon mecanismos al efecto. Pero aquí no se establece absolutamente ningún resguardo para los afiliados. Y los trabajadores dicen, con razón, que el día de mañana los despedirán o contratarán, no por ser o no eficientes, sino por consideraciones políticas. Y tienen razón -reitero- cuando lo afirman.
Entonces, no es admisible llegar y traspasar tres hospitales (a lo mejor después se amplía la medida a otros) sin haber establecido un sistema de protección y sin que medie una discusión a fondo.
Por lo tanto, me voy a abstener en este proyecto -no votaré en contra, pues espero que se pueda mejorar-, porque no plantea ninguna solución.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Señores Senadores, a las 18:30 debe votarse esta iniciativa. El señor Ministro solicitó intervenir. Automáticamente, eso me provoca un problema con la votación. Porque luego tenemos una sesión especial destinada a examinar la situación que afecta a la pequeña y mediana minerías.
El señor VEGA.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VEGA.-
Señor Presidente , quiero pedir autorización para que la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales sesione simultáneamente con la Sala a partir de las 18:30.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No tengo inconveniente en que ese organismo se constituya y suspenda de inmediato la sesión, para no entorpecer la votación de este proyecto.
El señor VEGA.-
Ése es el sentido de mi petición, señor Presidente.
La señora FREI (doña Carmen).-
En igual forma, deseo solicitar autorización para que la Comisión de Gobierno sesione simultáneamente con la Sala.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente , ¿por qué no votamos primero, para despachar esta materia hoy día?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Una vez terminada la votación requeriré las autorizaciones respectivas.
En votación.
--(Durante la votación).
El señor BOMBAL.-
Señor Presidente , seré muy breve.
Junto con reiterar lo que señalé en mi discurso, en orden a que me abstendría por las razones indicadas, ahora agrego las que dio la Senadora señora Matthei , cuyo discurso hago mío.
Sin embargo, no deseo dejar pasar la oportunidad para lamentar las expresiones que en su momento hizo públicas el señor Ministro , al manifestar que habría un grupo de Senadores que defendían intereses económicos de las ISAPRES y que, por eso, entendía que estuviesen votando en contra. En vista de estos términos tan desafortunados -pongo por testigo a los miembros de la propia Comisión de Salud, que presido-, afirmo que se dieron al señor Ministro las máximas garantías de un tratamiento ecuánime, justo, armonioso y muy leal durante toda la discusión del proyecto, que se despachó en un tercio del tiempo en que lo hizo la Cámara de Diputados, y se trabajó en la forma más generosa y amplia posible, recogiendo todas las opiniones. De manera que nada es más injusto e, incluso, injurioso que señalar que un grupo de Senadores, que no se precisa, iban a actuar movidos por intereses económicos en el tratamiento de esta iniciativa. Se lo representé tal cual al señor Ministro , cuya reflexión fue: "Para qué se ponen el sayo". En verdad, en mi calidad de Presidente de la Comisión de Salud , no puedo aceptar que se viertan expresiones de esa naturaleza, que no son, ni con mucho, las que corresponden a una leal relación de trabajo entre el Ejecutivo y el Legislativo en el despacho de una normativa de esta índole.
Por tal motivo, como Senador, represento mi malestar, no porque debamos ponernos sayo alguno, sino porque esas declaraciones no corresponden a un tratamiento leal y franco, como el que se ha tenido en la Comisión respecto de esta iniciativa, y a la relación que debe existir entre las autoridades de los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Lo hago en este momento, porque esas expresiones han sido extremadamente desafortunadas, y son muchas las personas que han comentado lo ingrato del comportamiento del representante del Ejecutivo.
Me abstengo.
El señor CANESSA.-
Señor Presidente , el proyecto en estudio me parece inconveniente desde al menos tres puntos de vista. El primero de ellos es que se está implicando al Senado en una acción cuyo objetivo, al parecer, consiste en tranquilizar a la opinión pública frente a los innegables síntomas de incompetencia e ineficacia que muestra la Administración Pública en el área de la salud.
En el país existe una opinión mayoritaria acerca de la calidad del servicio que está ofreciendo el Estado. Pocos son, a mi modo de ver, quienes desean estar en el FONASA, si pueden evitarlo. El factor que impide a la mayoría de la población ingresar a una ISAPRE radica en su escaso nivel de remuneraciones; no en disquisiciones ideológicas o de otro tipo. Me pregunto si algún señor Senador cotiza en el FONASA.
El señor RUIZ (don José ).-
Yo, Honorable colega.
El señor CANESSA.-
Bueno, uno.
Así las cosas, siendo a todas luces evidente que duplicar el gasto público en la última década no ha logrado otorgar a los usuarios un mejor servicio, lo que corresponde es una reforma completa, global, con un sentido y una dirección muy distinto de los actuales.
En efecto, ha llegado la hora de crear las condiciones que permitan a cada persona disponer libremente de un subsidio y con él escoger la atención de salud que le parezca más conveniente. En pocas palabras, el Estado debiera contribuir al financiamiento de la demanda, en vez de continuar potenciando la oferta.
En este sentido, el proyecto está fuera de lugar, por insuficiente. El actual orden de cosas no admite modificaciones menores. Por el contrario -insisto-, exige una rectificación profunda, y tal propósito no está recogido aquí.
Considerando ahora los aspectos de fondo, surge una segunda objeción. El proyecto tal cual está concebido refleja una mentalidad estatista que estoy muy lejos de compartir. La tendencia debiera encaminarse hacia la atención privada, apoyada y cofinanciada, sin complejos, por parte del Estado. Con medidas como la derogación del aporte de 2 por ciento adicional, que hace posible a los trabajadores de bajos ingresos afiliarse a una ISAPRE, se está condenando a 600 mil compatriotas a regresar a un sistema que, objetivamente, no les conviene, y al que, por motivos psicológicos, también muy dignos de tener en cuenta, tampoco quieren regresar. En lugar de ayudarles a permanecer en un sistema de salud deseable, a pesar de sus imperfecciones -porque efectivamente las tiene y debemos tratar de superarlas-, se les expulsa y rebaja, sobrecargando de paso una red que ni siquiera es capaz de prestar un servicio satisfactorio a sus actuales afiliados.
En tercer término, uniendo los aspectos ya indicados con las disposiciones sobre materias propias de ley, se debe reconocer que orientar la iniciativa hacia la dirección correcta es una tarea que únicamente puede ser abordada por el Ejecutivo. Y en este momento ello no es factible, porque simplemente no cuenta con suficiente tiempo de gestión ni existe el consenso doctrinario indispensable para tener éxito.
Por las razones expuestas, aunque aspiro a un mejoramiento sustancial de las prestaciones de salud que reciben quienes dependen del sistema público, no me resulta posible votar favorablemente el proyecto.
Voto que no.
El señor FERNÁNDEZ.-
Señor Presidente , la iniciativa en estudio presenta numerosas deficiencias, a saber: no soluciona los grandes problemas de la salud; miles de personas actualmente con acceso a determinado sistema tendrán que cambiarse a otro que no es mejor; ensaya algunas normas que, en definitiva, no tienen posibilidad alguna de éxito, y crea una ilusión respecto de recursos que eventualmente beneficiarán a las ISAPRES, pero que pertenecen al imponente y que, en último término, irán a un Fondo que no permitirá ningún mejoramiento real.
Por lo tanto, hago mías las expresiones vertidas por el Honorable señor Urenda y la Senadora señora Matthei. Sin embargo, votaré a favor, por tener la esperanza de que las observaciones formuladas por ellos y otros Honorables colegas en esta Sala puedan ser recogidas en el segundo informe, porque realmente estamos en presencia de un proyecto defectuoso.
Voto que sí.
El señor HORVATH.-
En primer lugar, deseo señalar que se requieren mayores antecedentes que los analizados aquí respecto del aporte del 2 por ciento a las ISAPRES. Pienso que incluso es más atractivo hacer un esfuerzo para que las personas con menores ingresos reciban un aporte adicional, de modo que también puedan elegir libremente entre los dos sistemas: público o privado.
En segundo término, estimo que entregar un cheque en blanco es indigno y, por cierto, ello debe ser suprimido.
Tercero, dentro de los elementos de fondo de la iniciativa figura el establecimiento de algunos recintos de atención de salud con normas de administración más flexibles. No vaya a suceder lo que le pasó al doctor Artaza , por ejemplo, quien, por tratar de hacer las cosas, se metió en líos. En la Administración Pública es habitual que quien intenta realizar mucho se enfrente con la Contraloría en forma permanente, aunque esté cumpliendo con superávit los objetivos para los cuales fue nombrado.
Por estas razones generales, voto a favor.
El señor MARTÍNEZ.-
Señor Presidente , me parece que el problema más grave del proyecto es que no busca flexibilizar la administración de los sistemas hospitalarios en los cuales interviene FONASA, sino sencillamente suprime el subsidio del 2 por ciento a las ISAPRES. Cuando uno ha conversado con obreros y técnicos, reunidos en sindicatos, y que con criterio moderno, no político, sino realmente de gremio profesional -insisto en esta palabra- plantean que, con dicho subsidio y sobre la base del mecanismo previsto por el sistema, llaman a concurso a las ISAPRES para acceder a mejores servicios por la cantidad que aportan, se comprueba que, si se elimina este beneficio, perderán la posibilidad de recibirlos para sí mismos y sus familias. Es decir, esto representa un progreso evidente, y lo lógico es que el Estado sólo administre la atención de los chilenos que, por diferentes razones y por su condición de desarrollo personal y económico, no han podido o no podrán afiliarse a sistemas como las ISAPRES. En verdad, luego de escuchar a estas personas, uno se da cuenta de cómo una administración inteligente y un fuerte deseo de superarse y de avanzar, permiten que este subsidio entregue los beneficios esperados. Por eso, en repetidas oportunidades se ha planteado que no hay que suprimirlo, sino reformularlo.
He centrado mis palabras en este tema porque lo considero clave. Me gustaría que el Estado, en vez de rebajar el subsidio de 2 por ciento, lo subiera a 3 por ciento, y estableciera reglas, sanciones o controles más estrictos para las ISAPRES cuyos planes no respondan a los que son capaces de otorgar con dicho porcentaje aumentado.
Es evidente que cuando se ejerce una buena administración, el grupo que pide ser atendido a través de este subsidio logra el objetivo de subir su calidad de vida.
Por otra parte, es evidente que el sistema debe ser mejorado. Aquí se ha hablado del reaseguro para los postulantes y de situaciones de este tipo, que -a mi juicio- están dentro de las posibilidades del Estado. La verdad es que sólo por este hecho, el proyecto debe ser rechazado.
Votaré en contra, porque considero que la iniciativa afectará a muchos chilenos, rebajando sus posibilidades de recibir mejores prestaciones de salud, en circunstancias de que ellos, cuando inteligentemente se han organizado, han podido acceder a condiciones mucho más favorables.
Pienso que la solución no consiste en reducir el monto del subsidio, sino en subirlo a 3 por ciento.
Voto que no.
El señor PÉREZ.-
Señor Presidente , desgraciadamente el Senador señor Parra no es muy bueno para negociar políticamente, pues acaba de levantarme el pareo hace 20 minutos y se retiró de la Sala antes de la votación. Pero en todo caso, se lo voy a respetar.
El señor PIZARRO.-
¿No estaba pareado conmigo, señor Senador?
El señor PÉREZ.-
Si estuviera pareado con Su Señoría -espero hacerlo de aquí en adelante- podría votar, ya que se encuentra presente en la Sala.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Refiérase al proyecto, señor Senador.
El señor PÉREZ.-
Excúseme, señor Presidente.
A mi juicio, el subsidio de 2 por ciento, entre otras cosas, permite a las personas escoger libremente entre los distintos sistemas de salud. Por algo medio millón de personas en los últimos años se han cambiado del sistema público al privado.
Hago mías las palabras de la Senadora señora Matthei y de los Honorables señores Bombal y Urenda expresadas durante sus fundamentaciones de voto.
En todo caso, respetaré el pareo que tenía hasta hace una hora con el Honorable señor Parra , y aunque no esté registrado en el libro respectivo, igual no votaré, por considerar que todavía se encuentra vigente. Esta es la última vez que suscribo un pareo con el señor Senador, ya que en adelante lo haré con el Honorable señor Pizarro.
El señor LAGOS (Secretario).-
Se le levantó el pareo, señor Senador.
El señor HAMILTON.-
Entonces, puede votar.
El señor PÉREZ.-
El Senador señor Parra levantó el pareo, pero se lo respetaré por encontrarse ausente.
El señor HAMILTON.-
Pero puede votar.
El señor PÉREZ.-
Respetaré el pareo.
El señor HAMILTON.-
Si no quiere votar, nadie lo puede obligar, señor Senador.
El señor PÉREZ.-
El pareo no sólo rige cuando está inscrito en el libro correspondiente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Puede abstenerse.
El señor PÉREZ.-
Estoy pareado.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No, señor Senador. Pero igual respetamos su decisión.
El señor RUIZ (don José) .-
Señor Presidente , voto a favor, porque, además, estoy en FONASA.
El señor RUIZ-ESQUIDE .-
Señor Presidente , votaré favorablemente. Mi fundamentación será muy breve.
Durante el debate de esta iniciativa se han hecho presentes dos importantes errores de apreciación que no se pueden dejar pasar. Primero, se ha hablado de una persecución a las ISAPRES. Jamás se las ha perseguido. El problema es que el mecanismo que dichas instituciones operan es de tal manera perverso que se están persiguiendo a sí mismas, las que, como señalé, van a terminar destruyéndose. Y, segundo, se pretende dejar la sensación de que no abordamos los temas de fondo relativos a la salud. Lo que estamos haciendo es precisamente mejorar las condiciones para ofrecer una prestación de salud mixta y no dual, como la existente hoy.
Pero continuaremos el debate en el segundo informe.
Voto a favor.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente , cuando uno revisa las cifras, no puede sino tener una noción bastante clara de lo que se discute. Mientras FONASA atiende a más de 8 millones 800 mil personas, las ISAPRES atienden a 3 millones 500 mil. Es decir, un sistema acoge a 62 por ciento de la población, y el otro, sólo al 25 por ciento.
Los beneficiarios de FONASA se concentran en los tres quintiles cuyas rentas, según la encuesta CASEN de 1996, van desde 62 mil pesos a 119 mil pesos mensuales. Ello significa que FONASA se perfila en el sector salud como uno de los organismos públicos mejor focalizados respecto de los segmentos más pobres de la población.
Del total de afiliados a FONASA, más de 52 por ciento pertenece a los sectores de menores ingresos.
Por lo tanto, en nuestro país existen dos tipos de salud según el nivel de ingreso de la gente. A mi juicio, lo lógico sería que las personas con más recursos ayuden a financiar la salud de las que tienen menos ingresos.
Todos han alabado un informe reciente del Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza que plantea, como un requisito fundamental del combate a esta última, que se garanticen ciertos estándares mínimos de protección social a todos los habitantes de la República, independientemente de sus ingresos. Y ello vale, sobre todo, para la salud.
Por lo tanto, sería necesario comenzar la discusión en cómo perfeccionar cada vez más FONASA, al cual accede la inmensa mayoría de las personas, en especial los más pobres.
Ahora bien, si aquellos con más medios desean recibir mejores prestaciones, aparte de FONASA, que las paguen. Pero lo que parece absurdo es que del sector público, que atiende a los más necesitados, se traspasen recursos a los que cuentan con más plata. Creo que en ese aspecto media una diferencia muy clara entre las bancadas de la Derecha y de la Concertación. Se trata de visiones distintas de cómo enfocar el tema social.
En seguida, el proyecto también es importante por determinar innovaciones interesantes en la modernización de la gestión del sistema de salud y establecer, en forma experimental, un tipo de mayor autonomía para tres hospitales, en el manejo de sí mismos. Y ello es muy relevante, a mi juicio, para que no tenga lugar una dirección burocrática de los servicios públicos y, al final, los fondos no lleguen a sus beneficiarios.
Voto que sí por los motivos que he consignado.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
Señor Presidente, se necesitan tantos recursos para el sector público de salud -pienso que nadie duda de ello-, que por esa sola razón, a mi juicio definitiva, me pronuncio a favor, a fin de que obtenga los que requiere.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, si bien la iniciativa me merece algunos reparos y observaciones, juzgo del todo atendibles los objetivos y fundamentos básicos que la inspiran.
Por ello, aun cuando me reservo para la discusión en profundidad de los distintos temas, algunos de los cuales no comparto, voto a favor por estimar muy positivo el articulado que nos ocupa.
El señor LAGOS ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto (26 votos contra 3, 7 abstenciones y un pareo).
Votaron a favor los señores Bitar, Boeninger, Cantero, Cordero, Fernández, Foxley, Frei (doña Carmen), Gazmuri, Hamilton, Horvath, Matta, Moreno, Muñoz Barra, Núñez, Páez, Parra, Pizarro, Ruiz, Ruiz-Esquide, Sabag, Silva, Valdés, Vega, Viera-Gallo, Zaldívar (don Adolfo) y Zaldívar (don Andrés).
Votaron en contra los señores Canessa, Martínez y Prat.
Se abstuvieron de votar los señores Bombal, Lagos, Matthei, Pérez, Romero, Stange y Urenda.
No votó, por estar pareado, el señor Larraín.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se enviará al señor Ministro de Salud el oficio relativo a la división del Servicio de Salud de la Sexta Región, solicitado por el Honorable señor Moreno al usar de la palabra.
Acordado.
Por otra parte, propongo fijar el lunes 4 de octubre próximo como plazo para presentar indicaciones al proyecto que se acaba de aprobar.
Acordado.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Cinco señores Senadores han pedido, sobre la base del artículo 36 del Reglamento, que sea tratado en general y en particular en la Comisión el proyecto que modifica la ley Nº 18.700, Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios, en cuanto a la elección de Presidente de la República , del cual se dio cuenta hoy.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
Acordado.
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El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Anuncio, conforme al artículo 85 del Reglamento, que para la próxima semana se incluirán en la tabla de Fácil Despacho los proyectos de acuerdo signados en el Orden del Día de la presente sesión con los números 4, 13, 14, 15, 16 y 17. Todos ellos, informados por la Comisión de Relaciones Exteriores, vienen acogidos por unanimidad y aprueban convenios.
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El señor BOMBAL.- Señor Presidente,...
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
El señor Ministro ha pedido intervenir. Después se abrirá la sesión especial citada para examinar la situación que afecta a la pequeña y mediana minería.
El señor BOMBAL.-
Como se exponían asuntos administrativos, señor Presidente , iba a formular una consulta.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
No revisten ese carácter, Su Señoría. Se relacionan con peticiones planteadas en la presente sesión.
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor FIGUEROA ( Ministro de Salud ).-
Señor Presidente , en forma consecuente con lo que ha sido su conducción, simplemente me limitaré a agradecer al Senado la aprobación del proyecto que perfecciona normas del área de la salud, por tres razones fundamentales.
La primera de ellas obedece a que la iniciativa, a pesar de todo lo que se diga, beneficia a la gente, a seres humanos de carne y hueso, a los afiliados a FONASA o a las ISAPRES. Pero, por sobre todo, significa una señal muy clara y potente para más de un millón de personas que hoy carecen de previsión alguna por no confiar ni en FONASA ni en las ISAPRES. En efecto, ahora se proporciona mayor seguridad para optar por uno de los dos sistemas.
En segundo término, todos los que votaron a favor están apostando, en definitiva, por el sector público de salud, por FONASA, por todas las instituciones, por los hospitales públicos y por algo que a algunos se les olvida: por la fe y convicción que hemos puesto en los hospitales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, que efectúan adecuadamente su labor.
Y, en tercer lugar, señor Presidente , agradezco que ahora se abra la posibilidad de que antes de fin de año sea despachado un proyecto que permitirá, por ejemplo, concretar dos cosas muy sencillas. Una de ellas es contar con más recursos para que, en lugar de los 20 médicos que hoy despedimos en su viaje a España a fin de formarse en oftalmología, dermatología, otorrinolaringología, con el apoyo del Colegio de la Orden, puedan ser centenares los que lo hagan, o bien, se formen en Chile, de modo de contar con especialistas de Arica a Magallanes.
La otra es que también se dispondrá de más recursos para materializar algo de efectos tan poderosos como lo que hoy se realizó en un hospital público: el Del Salvador, que presenta muchas deficiencias económicas. Allí se acaba de operar y de practicar un trasplante a un joven nicaragüense, en forma gratuita, con donaciones que la propia familia consiguió. Y ese mismo establecimiento hará posible que en América Central y otros países del Continente desarrollemos un programa de trasplantes, para que puedan resolver sus propias dificultades, que sus sectores privados no son capaces de resolver por un factor económico, dado que no es negocio. Aquí, en cambio -seamos claros-, la situación se enfrenta fundamentalmente con financiamiento de FONASA, de los hospitales públicos o de los hospitales institucionales. Dicho programa podrá disponer en el futuro de más recursos -repito-, y también significa un faro que ilumina al resto de América Latina.
Muchas gracias al Senado de la República.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Terminado el Orden del Día.
VII. INCIDENTES
PETICIONES DE OFICIOS
El señor LAGOS ( Secretario ).-
Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Se les dará curso en la forma reglamentaria.
--Los oficios cuyo envío se anuncia son los siguientes:
Del señor CANTERO:
Al señor Ministro de Minería , sobre TRASPASO DE PERTENENCIAS MINERAS DE CODELCO-CHILE A ENAMI.
Del señor HAMILTON:
Al señor Ministro de Salud , acerca de SCANNER PARA HOSPITAL DE SAN ANTONIO e IMPLEMENTACIÓN DE POLICLÍNICO DE FUNDACIÓN "LAS ROSAS" EN COMUNA DE CASABLANCA (QUINTA REGIÓN).
Del señor HORVATH:
A los señores Ministro de Obras Públicas , Comandante en Jefe del Ejército y Comandante del Comando de Ingenieros del Ejército, referente a FELICITACIONES POR CONSTRUCCIÓN DE CAMINO VILLA O¿HIGGINS-RÍO BRAVO y FINANCIAMIENTO DE BARCAZA PARA TRANSBORDO ENTRE PUERTO YUNGAY Y RÍO BRAVO. (UNDÉCIMA REGIÓN).
De los señores HORVATH y STANGE:
A los señores Ministros de Relaciones Exteriores, Secretario General de la Presidencia y de Economía y Subsecretario de Pesca, tocante a MEDIDAS ANTE CRISIS DE SECTOR PESQUERO VINCULADO AL JUREL.
Del señor LAGOS:
Al señor Ministro de Bienes Nacionales, relativo a PROPIEDADES FISCALES DE PRIMERA REGIÓN ENAJENADAS ENTRE 1990 Y 1999.
Del señor LARRAÍN:
A los señores Ministro de Salud y Secretario Regional Ministerial de Salud , acerca de CONSTRUCCIÓN DE NUEVA POSTA RURAL EN LINARES, y
al señor Ministro de Vivienda y Urbanismo, referente a ACLARACIÓN DE SUBSIDIO HABITACIONAL PARA POBLADORES DE "VILLA LISONJERAS", YERBAS BUENAS (SÉPTIMA REGIÓN).
Del señor MORENO:
A los señores Ministro del Interior y Alcalde de Rancagua, respecto de ANTECEDENTES DE PADRE ANTONIO CASARIN MANZAN, y
al señor Contralor General de la República, en cuanto a ANOMALÍAS EN PESAJE MÓVIL DE CAMINO RANCAGUA-LO MIRANDA (SEXTA REGIÓN).
Del señor STANGE:
Al señor Ministro de Economía, concerniente a DIFERENCIAS EN FIJACIÓN DE TARIFAS DE AGUA POTABLE, y
al señor Ministro de Obras Públicas, respecto de INSTALACIÓN DE LUMINARIAS EN RUTA DE CHILOÉ (DÉCIMA REGIÓN).
El señor ZALDÍVAR, don Andrés ( Presidente ).-
Habiéndose cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 19:4.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción