Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- ASISTENCIA A SESIÓN DE SALA
- Sergio Paez Verdugo
- Jose Antonio Viera Gallo Quesney
- ASISTENCIA A SESIÓN DE SALA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. ACTAS
- IV. CUENTA
- PERMISO CONSTITUCIONAL
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- Maria Antonieta Saa Diaz
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- PERMISO CONSTITUCIONAL
- V. OBJETO DE LA SESIÓN
- PREVENCIÓN Y COMBATE DEL CONSUMO DE DROGAS. Proyectos de acuerdo.
- INTERVENCIÓN : Maria Angelica Cristi Marfil
- INTERVENCIÓN : Antonella Sciaraffia Estrada
- INTERVENCIÓN : Gustavo Alessandri Valdes
- INTERVENCIÓN : Laura Soto Gonzalez
- INTERVENCIÓN : Julio Dittborn Cordua
- INTERVENCIÓN : Ivan Mesias Lehu
- INTERVENCIÓN : Maria Victoria Ovalle Ovalle
- INTERVENCIÓN : Victor Reyes Alvarado
- INTERVENCIÓN : Jorge Ulloa Aguillon
- INTERVENCIÓN : Patricio Cornejo Vidaurrazaga
- INTERVENCIÓN : Roberto Delmastro Naso
- INTERVENCIÓN : Nelson Jaime Avila Contreras
- INTERVENCIÓN : Aldo Cornejo Gonzalez
- INTERVENCIÓN : Osvaldo Palma Flores
- INTERVENCIÓN : Fanny Pollarolo Villa
- INTERVENCIÓN : Ricardo Rincon Gonzalez
- INTERVENCIÓN : Maria Pia Guzman Mena
- INTERVENCIÓN : Alberto Espina Otero
- INTERVENCIÓN : Maria Victoria Ovalle Ovalle
- PROYECTOS DE ACUERDO
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Antonella Sciaraffia Estrada
- Maria Angelica Cristi Marfil
- Ricardo Rincon Gonzalez
- Edgardo Riveros Marin
- Eliana Caraball Martinez
- Aldo Cornejo Gonzalez
- Maria Antonieta Saa Diaz
- Laura Soto Gonzalez
- Aldo Cornejo Gonzalez
- Eduardo Salas Pereira
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- ANTECEDENTE
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Maria Angelica Cristi Marfil
- Ricardo Rincon Gonzalez
- Roberto Delmastro Naso
- Rene Manuel Garcia Garcia
- Laura Soto Gonzalez
- Gustavo Alessandri Valdes
- Lily Perez San Martin
- Alberto Espina Otero
- Antonella Sciaraffia Estrada
- Rafael Arratia Valdebenito
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- ANTECEDENTE
- PREVENCIÓN Y COMBATE DEL CONSUMO DE DROGAS. Proyectos de acuerdo.
- CIERRE DE LA SESIÓN
- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- DEBATE
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Dario Molina Sanhueza
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- DEBATE
Notas aclaratorias
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REPÚBLICA DE CHILE
CÁMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 342ª, ORDINARIA
Sesión 26ª, en miércoles 9 de agosto de 2000
(Especial, de 17.06 a 21.03 horas)
Presidencia de los señores Jeame Barrueto, don Víctor; León Ramírez, don Roberto, y Mora Longa, don Waldo.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.
Prosecretario accidental, el señor Álvarez Álvarez, don Adrián.
ÍNDICE
ÍNDICE GENERAL
Pág.
I. Asistencia4
II. Apertura de la sesión7
III.Actas7
IV.Cuenta7
Permiso constitucional7
V.Objeto de la sesión.
Prevención y combate del consumo de drogas. Proyectos de acuerdo8
VI.Documentos de la Cuenta.
1.Mensaje de su Excelencia el Presidente de la República, mediante el cual da inicio a la tramitación de un proyecto que modifica la ley Nº 19.677, referida al Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios (boletín Nº 2564-03)59
Oficios del Senado, por los cuales comunica que ha aprobado, en los mismos términos que la Cámara de Diputados, los siguientes proyectos de acuerdo:
2.Convenio entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de la República de Panamá para evitar la doble tributación por los ingresos que perciban las empresas de navegación aérea de Chile y de Panamá que operen en ambos países (boletín Nº 2255-10)60
3.Convenio de transporte aéreo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de la República de Panamá, y su Anexo, suscrito en Santiago, Chile, el 21 de octubre de 1997 (boletín Nº 2272-10)61
4.Moción del diputado señor Molina, que modifica el Reglamento de la Cámara de Diputados con el objeto de establecer la publicidad de las actas de las comisiones (boletín Nº 2562-16)61
VII.Otros documentos de la Cuenta.
1.Comunicación:
De la diputada señorita Saa, doña María Antonieta, quien, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 57 de la Constitución Política de la República y 35 del Reglamento de la Corporación, solicita autorización para ausentarse del país por un plazo superior a 30 días, a contar del 15 de agosto en curso, para dirigirse a Ecuador.
Informe del diputado señor Palma, don Osvaldo, acerca de la Reunión del Grupo de Enlace Parlamentario Regional sobre Control del Consumo de Tabaco, organizado por la OMS, OPS y Secretaría de Salud de México.
I.ASISTENCIA
Asistieron los siguientes señores diputados: (84)
--Acuña Cisternas, Mario
--Alessandri Valdés, Gustavo
--Alvarado Andrade, Claudio
--Álvarez Zenteno, Rodrigo
--Arratia Valdebenito, Rafael
--Ascencio Mansilla, Gabriel
--Ávila Contreras, Nelson
--Bartolucci Johnston, Francisco
--Bertolino Rendic, Mario
--Caminondo Sáez, Carlos
--Caraball Martínez, Eliana
--Cardemil Herrera, Alberto
--Ceroni Fuentes, Guillermo
--Coloma Correa, Juan Antonio
--Cornejo González, Aldo
--Cornejo Vidaurrazaga, Patricio
--Correa De la Cerda, Sergio
--Cristi Marfil, María Angélica
--Delmastro Naso, Roberto
--Díaz Del Río, Eduardo
--Dittborn Cordua, Julio
--Elgueta Barrientos, Sergio
--Encina Moriamez, Francisco
--Espina Otero, Alberto
--Fossa Rojas, Haroldo
--Galilea Carrillo, Pablo
--Galilea Vidaurre, José Antonio
--García García, René Manuel
--García Ruminot, José
--García-Huidobro Sanfuentes, Alejandro
--González Román, Rosa
--Gutiérrez Román, Homero
--Guzmán Mena, Pía
--Hales Dib, Patricio
--Hernández Saffirio, Miguel
--Huenchumilla Jaramillo, Francisco
--Ibáñez Santa María, Gonzalo
--Jaramillo Becker, Enrique
--Jarpa Wevar, Carlos Abel
--Jeame Barrueto, Víctor
--Jiménez Villavicencio, Jaime
--Jocelyn-Holt Letelier, Tomás
--Krauss Rusque, Enrique
--Kuschel Silva, Carlos Ignacio
--Leal Labrín, Antonio
--Leay Morán, Cristián
--León Ramírez, Roberto
--Letelier Morel, Juan Pablo
--Longton Guerrero, Arturo
--Longueira Montes, Pablo
--Lorenzini Basso, Pablo
--Martínez Labbé, Rosauro
--Martínez Ocamica, Gutenberg
--Masferrer Pellizzari, Juan
--Mesías Lehu, Iván
--Molina Sanhueza, Darío
--Monge Sánchez, Luis
--Montes Cisternas, Carlos
--Mora Longa, Waldo
--Mulet Martínez, Jaime
--Muñoz Aburto, Pedro
--Muñoz D'Albora, Adriana
--Naranjo Ortiz, Jaime
--Navarro Brain, Alejandro
--Núñez Valenzuela, Juan
--Ojeda Uribe, Sergio
--Olivares Zepeda, Carlos
--Ortiz Novoa, José Miguel
--Ovalle Ovalle, María Victoria
--Palma Flores, Osvaldo
--Palma Irarrázaval, Andrés
--Palma Irarrázaval, Joaquín
--Pareto González, Luis
--Paya Mira, Darío
--Pérez Arriagada, José
--Pérez Lobos, Aníbal
--Pérez San Martín, Lily
--Pérez Varela, Víctor
--Pollarolo Villa, Fanny
--Prochelle Aguilar, Marina
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Recondo Lavanderos, Carlos
--Reyes Alvarado, Víctor
--Rincón González, Ricardo
--Riveros Marín, Edgardo
--Rocha Manrique, Jaime
--Rojas Molina, Manuel
--Saa Díaz, María Antonieta
--Salas De la Fuente, Edmundo
--Sciaraffia Estrada, Antonella
--Seguel Molina, Rodolfo
--Silva Ortiz, Exequiel
--Soto González, Laura
--Tuma Zedan, Eugenio
--Ulloa Aguillón, Jorge
--Valenzuela Herrera, Felipe
--Van Rysselberghe Varela, Enrique
--Vargas Lyng, Alfonso
--Venegas Rubio, Samuel
--Villouta Concha, Edmundo
--Walker Prieto, Ignacio
Con permiso constitucional estuvieron ausentes los diputados señores Juan Bustos, Salvador Urrutia y Patricio Walker.
Asistieron, además, los ministros de Educación Pública, señora Mariana Aylwin; de salud, Michelle Bachelet; de la Secretaría General de la Presidencia, señor Claudio Huepe, y del Interior (S), señor Jorge Burgos. Concurrieron, también, los senadores señores Sergio Páez y José Antonio Viera-Gallo.
II.APERTURA DE LA SESIÓN
Se abrió la sesión a las 17.06 horas.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III.ACTAS
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
El acta de la sesión 20ª se declara aprobada.
El acta de la sesión 21ª queda a disposición de los señores diputados y de las señoras diputadas.
IV.CUENTA
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
El señor Prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.
El señor ÁLVAREZ (Prosecretario accidental) da lectura a los documentos recibidos en la Secretaría.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Sobre la Cuenta, tiene la palabra el diputado señor Núñez .
El señor NÚÑEZ .-
Señor Presidente, en la Cuenta, el señor Prosecretario accidental ha informado, en el número 1, sobre el ingreso a tramitación del proyecto de ley que modifica la ley Nº 19.677, que, a su vez, modificó el fondo de garantías para pequeños empresarios. La última reforma a dicho fondo estableció un plazo de 90 días para que los pequeños empresarios renegociaran sus deudas con la garantía del 20 por ciento que entrega dicho instrumento, plazo que vence el viernes 18 de agosto, o sea, la próxima semana.
Por tales razones, y como una manera de ayudar a los pequeños empresarios, solicito que se recabe el acuerdo unánime de los diputados presentes para discutir, sobre tabla, este proyecto en la sesión ordinaria de mañana jueves, 10 de agosto, omitiendo el trámite de estudio en la Comisión de Economía, por cuanto se trata del cambio de una sola frase: “dentro de los 90 días siguientes a la fecha de publicación de esta ley”, por “hasta el 30 de diciembre del año 2000”.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
¿Habría acuerdo para acceder a la petición del diputado señor Núñez , de tratar en la sesión de mañana, sobre tabla y sin informe de Comisión, el mensaje de su Excelencia el Presidente de la República a que se refiere el número 1 de la Cuenta?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra el diputado señor Masferrer .
El señor MASFERRER .-
Señor Presidente, estoy de acuerdo con que se vea, dada su importancia, ese proyecto; pero lo podemos tratar mañana jueves en la tarde.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Por segunda vez voy a plantear la solicitud del diputado señor Núñez .
¿Habría acuerdo de la Sala para tratar, sobre tabla y sin informe de Comisión, el proyecto que modifica la ley Nº 19.677, relativa al fondo de garantía para pequeños empresarios?
No hay acuerdo.
PERMISO CONSTITUCIONAL
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se concederá el permiso constitucional solicitado por la señora Saa, doña María Antonieta, para ausentarse del país por un plazo superior a 30 días, a contar desde el 15 de agosto en curso, para dirigirse a Ecuador.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
V. OBJETO DE LA SESIÓN
PREVENCIÓN Y COMBATE DEL CONSUMO DE DROGAS. Proyectos de acuerdo.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Me permito informar a la Sala que, por acuerdo de los Comités parlamentarios, el tiempo destinado a tratar el tema objeto de esta sesión se ha ampliado en media hora, distribuido entre los distintos Comités.
Tiene la palabra el diputado señor Aníbal Pérez .
El señor PÉREZ (don Aníbal).-
Señor Presidente, para que la información sea completa, sumada esa media hora, ¿cuánto le corresponde a cada Comité?
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Comité Demócrata Cristiano, 38 minutos; Comité de Renovación Nacional, 27 minutos; Comité Unión Demócrata Independiente, 23 minutos; Comité del Partido por la Democracia, 16 minutos; Comité Socialista, 11 minutos, y Comité Radical, 5 minutos.
En cuanto al tema que se tratará, recuerdo a los diputados y diputadas que, por acuerdo de los Comités parlamentarios, están invitados el señor subsecretario del Interior, la señora secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de Control de Estupefacientes, Conace; el señor general director de Carabineros de Chile y el señor director general de la Policía de Investigaciones de Chile.
Además, me permito solicitar a la Sala que se sirva autorizar el ingreso de la subsecretaria del Consejo Nacional de Control de Estupefacientes, señora María Luisa Sepúlveda , que acompaña a la señora secretaria ejecutiva de dicho organismo.
¿Habría acuerdo?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra el diputado señor Andrés Palma para plantear un punto de Reglamento.
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, en la citación que recibimos con antelación no figuran invitadas todas las personas que su Señoría mencionó; sólo dos son invitadas, y otras dos pueden venir cuando quieran.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Sí, diputado. Las otras invitaciones se envían al ministro de Defensa. Ese es el conducto regular.
El señor PALMA (don Andrés).-
Su Señoría dijo que los diputados fuimos informados, y no fue así.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Absolutamente informados, señor diputado: fue un acuerdo de los Comités dado a conocer a la Sala y que está en la Cuenta, si su Señoría la quiere revisar.
Tiene la palabra la señorita Sciaraffia para hacer presente un punto de Reglamento.
La señorita SCIARAFFIA (doña Antonella) .-
Señor Presidente, los integrantes de la Comisión de Familia, interesados en apurar el proyecto relacionado con la reforma integral de la infancia, solicitamos autorización para sesionar hoy simultáneamente con la Sala.
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No requiere autorización!
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Efectivamente. Como esta sesión es especial, la Comisión no requiere autorización de la Sala para funcionar.
¿Está citada la Comisión?
La señorita SCIARAFFIA (doña Antonella) .- La sesión está suspendida, señor Presidente.
Muchas gracias.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente, pido la palabra para plantear un punto de Reglamento.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra su Señoría.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente, esta sesión especial ha sido citada en forma muy precisa y con todas las autoridades pertinentes, y como su Señoría se lo expresó a la colega Sciaraffia , no es necesario solicitar autorización para que las Comisiones funcionen simultáneamente con la Sala; pero es bueno tener en consideración, a la hora de votar proyectos de acuerdo, que varias Comisiones están funcionando. Por ejemplo, la de Hacienda, con la Armada de Chile, está finalizando el estudio del proyecto “Tridente”. Estamos trabajando en forma coordinada.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Se agradece su información, señor diputado.
Tiene la palabra la diputada Cristi para plantear un asunto reglamentario.
La señora CRISTI (doña María Angélica).-
Señor Presidente, solicito que se recabe la unanimidad de la Sala para alargar esta sesión en media hora más, porque todos los diputados quieren participar.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Señora diputada, informé al comienzo que, en virtud del acuerdo de los Comités, la sesión ya se alargó en media hora.
La señora CRISTI (doña María Angélica).-
Me refiero a otra media hora, señor Presidente.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
No, señora diputada. No hay más acuerdos.
El tiempo previo de 15 minutos corresponde al Comité de Renovación Nacional.
Tiene la palabra la diputada señora María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica).-
Señor Presidente, señoras ministras de Educación y de Salud, señor subsecretario del Interior, señora directora del Conace:
Dadas las alarmantes cifras de consumo de substancias adictivas, especialmente entre los adolescentes y los niños, más de 50 diputados hemos solicitado esta sesión especial.
Hace diez años, el entonces diputado por Arica señor Carlos Valcarce , nos advertía con profunda preocupación respecto de la dramática realidad que afectaba su zona, con más de diez mil niños adictos, y de la urgencia de levantar un muro de contención para evitar que ese flagelo se extendiera hacia el centro y sur del país. Nos rogaba que sus palabras no cayeran en el vacío y que las autoridades actuaran para erradicar las drogas y proteger el patrimonio más valioso de la Patria: proteger a la juventud. Hoy, diez años después, hemos constatado que esas palabras, lamentablemente, cayeron en el vacío.
Según la última encuesta del Conace, el consumo de droga se extendió al resto del país, y aproximadamente 200 mil escolares, entre octavo y cuarto medio, han consumido droga. Hasta el momento, 1.274.000 niños estarían a salvo de ese flagelo.
Respecto de las encuestas realizadas desde 1994, se repiten dos constantes: primero, el aumento progresivo del número de menores que ha consumido drogas entre 1995 y 1999 subió de 16 a 23 por ciento, y segundo, la disminución de la edad de inicio de los 14 a los 12 años. El consumo se eleva al 37 por ciento entre los alumnos de cuarto medio, y la curva sigue subiendo hasta los 25 años.
En 1994, en esta misma Sala y con la unanimidad de los parlamentarios, presentamos un proyecto de acuerdo en el cual solicitábamos al Presidente de la República incluir una asignatura obligatoria destinada a enseñar a los niños hábitos de vida saludable, orientados principalmente a la prevención del consumo de alcohol, drogas y otras sustancias. Ya en esos años, 200 mil niños eran adictos al alcohol; hoy, 680 mil admiten haber consumido alcohol.
El ministro de la época nos respondió que parecía poco pertinente acoger nuestra solicitud, pues ya se estaba implementando una serie de programas para prevenir el consumo de sustancias tóxicas. Agregó que no era el momento conveniente de introducir modificaciones el currículo escolar. Todos los esfuerzos posteriores fueron en vano.
Si en 1994 se hubiese acogido la propuesta de la Cámara de Diputados, habríamos salvado de las drogas a alrededor de 100 mil niños si consideramos que el promedio de consumidores aumenta cada año en 12 mil. Pero sólo en 1999 se iniciaron 56 mil escolares en el consumo de marihuana; 157 mil han consumido marihuana, 32 mil cocaína y 33 mil pasta base, según la última encuesta del Conace.
Ante esta realidad, el Colegio Médico ha insistido en que “debe declararse estado de emergencia nacional y que el abordaje de las drogas debe ser la primera prioridad sanitaria”. Así de grave es el problema para el sector salud que, en la práctica, no cuenta con recursos para enfrentarlo ni para prevenir el consumo de alcohol y drogas y menos para rehabilitar.
Con el propósito de enfrentar el problema, en 1999 se creó el Consejo Nacional de Control de Estupefacientes, Conace , acerca del cual ha habido un debate público en los últimos días. El Ministerio del Interior dio al Conace carácter interministerial, a fin de lograr una acción coordinada entre todas las autoridades encargadas de la prevención y control del uso indebido y tráfico de estupefacientes. El artículo 1º del decreto que lo crea establece que tendrá responsabilidad en lo relativo a la prevención, rehabilitación e inserción social de las personas afectadas por la drogadicción. Además, el control del narcotráfico y lavado de dinero.
El presupuesto del Consejo ha ido aumentando con el paso de los años: partió con 12 millones de pesos y hoy supera los 6 mil millones de pesos. Sin embargo, el consumo de droga aumenta año a año. Por lo tanto, algo no está funcionando. Dado que el debate se ha centrado en estos días en lo relacionado con la prevención, deseo hacer las siguientes reflexiones:
1ºLa prevención se ha enfrentado principalmente con campañas comunicacionales, orientadas a la opinión pública en general y sin un sustento que apunte a resolver la raíz del problema.
2ºDesde 1994, se han implementado siete campañas de prevención distintas a través de los medios de comunicación: “Yo ni ahí con las drogas”, “Chile, un buen equipo sin droga”, “Soy bacán, yo no le hago”, “Ser jóvenes, sin drogas más libres”, “Juégatela por tus amigos, sin drogas más libres”, “Tú también juégatela por la vida, sin drogas más libres”, y ahora “La droga amenaza, conversemos”.
Estas campañas tampoco han logrado el efecto esperado, pues son una secuencia de mensajes discontinuados en el tiempo, en los que no hay repetición, expansión ni coordinación, elementos indispensables en una campaña que aspira a tener impacto en la población.
3ºLa política contra la droga ha obviado dos elementos claves: prevenir al menos desde cuarto básico, antes que los niños tomen contacto con los agentes de riesgo; e incluir la prevención del consumo excesivo de alcohol como el punto de partida del consumo de sustancias tóxicas. Alcohol y drogas se potencian; el primer consumo de drogas siempre es bajo la influencia del alcohol. La señora María Teresa Chadwick , secretaria ejecutiva del Conace, escuchó mi preocupación hace algunos días.
En materia de gestión, hemos observado que con los años se han privilegiado medidas de corto plazo; ha habido diseminación de recursos, descoordinación entre los organismos que deben enfrentar el problema, ausencia de sistemas de evaluación y de un ente coordinador que sea el hilo conductor de toda esta política que, hasta la fecha, ha costado a Chile más de 25 mil millones de pesos y miles de vidas arruinadas.
¿Cuáles deben ser los ejes de la política de prevención de droga en Chile? Primero, pasar de la emergencia a la normalización, del diagnóstico a la acción; levantar muros de contención, escudos protectores que protejan a los niños, adolescentes y jóvenes de este consumo.
El objetivo nos obliga a reevaluar la política de prevención, que debe ser consistente, en un plazo no inferior de diez a quince años, sin readecuaciones cada vez que cambien las autoridades de gobierno; que tenga criterios técnicos y no políticos, que se aprovechen los programas ya hechos y evaluados, que se incluya el trabajo de las universidades públicas y privadas. La política antidroga no puede convertirse en un fundo con un solo patrón.
Junto con pasar del diagnóstico a la acción, es impostergable que la entidad dependiente del Ministerio del Interior asuma la coordinación y la responsabilidad plena sobre los programas, recursos, evaluación y reeducación a que debe ser sometida en forma periódica la política de prevención de drogas.
Formulamos las siguientes preguntas al Conace: ¿Por qué los Ministerios de Salud y de Educación, donde deben constituirse los escudos protectores, no han contado con los programas necesarios para cumplir los roles en una campaña antidroga de prevención y rehabilitación? ¿Por qué si el Conace dispone de 6.450 millones de pesos, el Ministerio de Salud cuenta sólo con 153 millones de pesos para centros de prevención de salud mental y programas de prevención de alcoholismo no hemos encontrado centros contra la droga, y el de Educación, con 209 millones para sus programas de prevención, los que han sido reducidos en los últimos años? ¿Qué programas ha realizado el Conace con Salud y Educación? ¿Se evalúan los distintos programas que se implementan con los fondos concursables del Conace? ¿Qué pasa con las iniciativas exitosas, pero de corta duración y, por el contrario, las que tienen una experiencia negativa? ¿Por qué se privilegió una campaña de opinión pública y no programas de prevención orientados a la modificación radical de conductas? ¿Por qué se desecharon programas de prevención que ya habían sido evaluados y que se encuentran a disposición para ser implementados de inmediato? ¿Por qué no se incluye en las campañas masivas mensajes que alerten sobre la influencia del consumo excesivo del alcohol en el consumo de drogas? ¿Está en conocimiento del Conace que el primer consumo de droga se hace siempre bajo la influencia del alcohol? ¿Es el Conace capaz de ser el hilo conductor de la política de prevención y rehabilitación del consumo de drogas? Si no lo es, ¿quién debe asumir este rol?
Por otra parte, es urgente poner en marcha un programa de prevención que contemple, al menos, el plano de la salud, la educación y los medios de comunicación. La acción en el plano educacional debe tener los efectos de una vacuna psicosocial, al decir de los expertos, que al inducir anticuerpos protejan de la aparición de daños específicos, tal como se ha hecho contra otros males, como la poliomielitis, la viruela, etcétera. El programa de prevención debe ser parte del currículo permanente de los escolares, por lo menos desde los 9 años.
No creemos necesario invertir en nuevos recursos para el diseño de este programa. Ya hay modelos probados en Chile. Tuve la oportunidad de conocer el programa “Mírame”, de la Universidad Católica, que induce a los niños a adoptar hábitos y conductas positivas, desarrolla habilidades personales para defenderse de la presión del medio y de sus pares, eleva la autoestima, de manera que los infantes tomen el control de sus vidas y aprendan a decir “no” a los amigos, a la publicidad y al medio ambiente. El escolar es un protagonista y no un simple receptor de conocimientos.
Cuando se interviene el desarrollo educacional de los niños mayores de doce años, que constituyen el grupo de mayor riesgo, hay grandes posibilidades de hacerlos capaces de prevenir por sí solos los conflictos a los cuales se ven enfrentados.
Hoy, tenemos la obligación de rehabilitar alrededor de doscientos mil niños que se han acercado a las drogas y de salvar, al menos, a un millón de menores que están sanos, pero que son igualmente vulnerables.
Si bien el inicio de la modificación de las conductas está en la enseñanza básica, no puede abandonarse a los otros niños. Para ello, se requiere un plan de acción urgente, que contemple políticas de apoyo a los adolescentes y jóvenes, que parta por reforzar la capacitación laboral desde la educación media, que dé oportunidades de incorporarse al mundo del trabajo y termine con la frustración que significa egresar de cuarto medio sin un futuro, sumidos en el ocio y sin esperanza; que haga realidad las becas de la enseñanza superior, incluida la educación técnico-profesional; que cree espacios para el encuentro, la recreación y el deporte; que implemente programas culturales, artísticos y de ayuda a la comunidad a través de talleres de capacitación; que abra y utilice la infraestructura comunal ociosa. En resumen, que brinde una oportunidad a los jóvenes para que se sientan queridos, respetados y considerados.
En cuanto al plano de Salud, al cual corresponde principalmente la rehabilitación y atención en los centros de salud mental, es urgente dotarlos de los medios y de las atribuciones necesarias para que respondan a los requerimientos de miles de familias que hoy no tienen dónde acudir para mejorar a sus enfermos.
No puede ser que el Ministerio del Interior entregue un documento en el cual incluye como centros rehabilitadores a todos los consultorios de atención primaria, en circunstancias de que no es así. Incluso, figuran algunas organizaciones que ni siquiera contestan el teléfono. ¿A quién se quiere engañar?
La rehabilitación es de la mayor urgencia. No podemos abandonar a quienes, por falta de políticas públicas, han caído en el consumo de drogas, con todos los daños que ello significa. ¿Qué sentido tiene incluir en la ley de drogas la obligación de rehabilitarse de quienes son sorprendidos consumiendo, si no existen los lugares donde hacerlo? Si el gobierno no entrega los fondos necesarios, una vez más sus disposiciones no podrían cumplirse.
Creemos que los programas comunicacionales son muy importantes. Nosotros hemos usado y repartido lo que ha hecho el Conace, pero debe complementarse con planes de prevención y rehabilitación.
Incluir a las municipalidades es absolutamente urgente. Hagámoslo como en España, donde se junta toda la comunidad boys scouts, autoridades comunales, políticos, empresarios, representantes de la iglesia y entrega un mensaje común, en procura del mismo objetivo. Así lo podemos hacer en cada comuna.
Pensamos que los fondos concursables deben ser distribuidos por los municipios: a las iglesias, a las organizaciones comunitarias, a todos quienes presenten programas de valía y positivos para evitar el consumo de alcohol.
Creemos también que la familia, como siempre, es un ente absolutamente fundamental, y los padres deben tener cabida en toda política de prevención de drogas.
En conclusión, solicitamos al Gobierno que instruya al ministro del Interior de manera que el organismo coordinador de la política antidrogas asuma su responsabilidad en todas las acciones que conduzcan a disminuir el consumo de drogas, en especial en los más jóvenes, e implemente, a la brevedad, un programa eficiente de prevención que involucre la educación, la salud, a la familia, a la comunidad, a las iglesias, al mundo privado; que utilice los programas que han probado su efectividad para intervenir la generación de conductas saludables, complementado por las campañas comunicacionales.
Esta tarea debe constituir una verdadera alianza entre los expertos, los técnicos, el ente coordinador y los líderes de opinión que generan impacto. Más allá y lejos de buscar dividendos políticos, debe considerarse que estamos frente a una emergencia nacional en materia de consumo de drogas, especialmente por parte de los jóvenes y adolescentes.
He dicho.
El Presidente informa que se encuentran en tribunas los dirigentes máximos de la Asociación de Guías y Scouts de Chile, señores Rolando Fuentes Riquelme , presidente nacional; Julio Robles Cameratti , director nacional; Patricio Hasbún Nazar , tesorero nacional, y Daniel Oyarzún Valdivia , director de servicios de apoyo.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el subsecretario del Interior, señor Jorge Burgos .
El señor BURGOS (Subsecretario del Interior).-
Señor Presidente, apreciamos en todo su valor esta sesión especial de la honorable Cámara de Diputados, pues nos permitirá abordar un problema grave que preocupa a la opinión pública.
Entendemos la sesión como un aporte especial de esta Corporación frente a la realidad de la droga en Chile y, en particular, respecto de la prevención de su consumo.
No es la primera vez que esta Sala se aboca al análisis del asunto ni tampoco es nueva la expectación que rodea la jornada. Sin embargo, constituye una novedad centrar el enfoque del análisis en las tareas de prevención del consumo de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, y de ello hablaremos.
Antes de analizar el aspecto que nos convoca, parece necesario contextualizar los tiempos que se han vivido en esta materia. Al inicio de los noventa, el narcotráfico constituía una realidad de menor envergadura, pero en franco aumento. La investigación policial tenía fuertes caracteres simbólicos y el consumo de drogas era un asunto privado, en todo el sentido de la palabra. Privativo del hacer individual, tanto el consumo como la prevención de su uso y abuso.
Poco o nada se hizo en la década de los setenta y de los ochenta en materia de prevención. No se conocen encuestas ni cifras objetivas respecto de lo que pasó. Sin embargo, quienes fuimos jóvenes entonces, sabemos muy bien que se consumía. Tal vez, por ese silencio o falta de preocupación estamos pagando las consecuencias hoy.
Los noventa sirvieron para iniciar la articulación de la respuesta estatal frente al fenómeno. En primer lugar, se reactivó la lucha contra el narcotráfico por parte de las policías, a las cuales se les otorgó la legitimidad necesaria y suficiente para acometer la investigación de las redes criminales con pleno respaldo. Hoy, la ciudadanía reconoce ampliamente esta función y se han ganado el respeto para consolidar su presencia en este ámbito.
En segundo lugar, también se articuló una línea de coordinación de las instituciones públicas, tanto en el ámbito de la prevención como del control de los esfuerzos públicos. La institucionalidad está en el actual Consejo Nacional de Control de Estupefacientes, Conace , creado por decreto supremo del Presidente Patricio Aylwin y de su ministro del Interior, don Enrique Krauss .
Asimismo, en 1995, se promulgó la ley Nº 19.366, que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes e incorpora una serie de novedades para la represión más eficaz del delito.
¿Qué duda cabe de que estamos en una etapa de evaluación de la respuesta estatal? A fines del gobierno del Presidente Frei Ruiz-Tagle , se presentó un proyecto con el objeto de sustituir la legislación de drogas, el que se ha constituido en una oportunidad para poner al día una respuesta moderna y más eficaz contra el narcotráfico y microtráfico.
Deseo aprovechar la oportunidad para reconocer que en medio de un contexto no siempre favorable por la presión mediática, se ha trabajado en la Comisión Especial de Drogas de la Cámara con profundidad, compromiso y serenidad. Bajo las presidencia de las diputadas señoras Antonella Sciaraffia y Laura Soto y con la permanente asistencia de los diputados señores Claudio Alvarado , Patricio Cornejo , Roberto Delmastro , Alejandro García-Huidobro , Carlos Abel Jarpa, Juan Pablo Letelier , Jaime Orpis , señora Fanny Pollarolo , señores Víctor Reyes , Ricardo Rincón , señora María Antonieta Saa y señor Felipe Valenzuela , se ha podido avanzar sustantivamente en todos los aspectos y se han alcanzado importantes niveles de acuerdo.
Sigue siendo este espacio un lugar privilegiado para definir la política criminal en materia de drogas y ciertos aspectos de la política de prevención, tratamiento y rehabilitación. Esperamos que la Comisión concluya prontamente el estudio en particular de este importante proyecto.
El eje de la sesión no es el análisis de la ley que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, sino la reflexión en torno al sistema de prevención del consumo de drogas en Chile.
Marco general.
Entendemos por prevención, en forma genérica, el conjunto de esfuerzos y acciones encaminados a disuadir de iniciar el consumo de drogas, así como evitar el paso progresivo a un consumo más frecuente o habitual en los sectores de población vulnerable.
El actual conocimiento sobre el fenómeno del consumo de drogas posibilita identificar factores de riesgo de tipo genérico, entre otros, la pobreza, la marginalidad, la exclusión, la soledad, el fracaso, el abandono, la violencia, los problemas de salud mental. También otros, más específicos y contradictorios, como el uso funcional de drogas para sobrellevar el fracaso o responder adecuadamente a las exigencias empresariales, laborales, educativas, deportivas, emocionales o familiares.
Desde 1993, el Estado chileno está llevando a cabo una estrategia integral y equilibrada para abordar el problema de las drogas, la cual se sustenta en dos ejes principales. El primero, reducción de la demanda mediante programas de prevención del uso indebido de drogas, y tratamiento, rehabilitación y reinserción social de los afectados; y el segundo, control de la oferta y sanción de los delitos conexos.
Lo anterior se ha materializado en la política y plan nacional de prevención y control de drogas, vigente desde 1993; en la creación del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace , con su Secretaría Ejecutiva como órgano de coordinación nacional, y en la promulgación de la ley Nº 19.366, que sanciona el consumo y tráfico de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, actualmente en revisión, como ya lo señalamos.
Los tres estudios nacionales realizados por el Conace, en 1994, 1996 y 1998, muestran un aumento en el consumo de drogas ilícitas: marihuana, pasta base y clorhidrato de cocaína.
De acuerdo con el tercer estudio nacional de consumo de drogas, de 1998, 17 de cada 100 personas entre los 12 y los 64 años reconocen haber consumido alguna vez lo que se denomina prevalencia de vida una de aquellas tres drogas. Según el último estudio en escolares, en 1999, la prevalencia de vida del consumo de cualquier droga ilícita llegaba a 47,3 por ciento en los cuartos medios de la Región Metropolitana, y a 37,1 por ciento en los cuartos medios a nivel nacional.
La percepción de las personas es que el consumo y tráfico de drogas son un problema grave y una amenaza constante que las afecta en su entorno más cercano. La comunidad, digámoslo claramente, cree que la droga amenaza su entorno, su familia, su dignidad, la libertad. También exige, entonces, de sus autoridades estatales, claridad y voluntad en el tratamiento del problema, tanto desde el punto de vista de la prevención como del control.
Política preventiva del Estado.
El plan general de prevención, que forma parte de la política y plan de prevención y control de drogas, considera el conocimiento y la experiencia existente que, con diversos grados de éxito, se ha desarrollado tanto a nivel nacional como internacional. De acuerdo con ello, el plan general de prevención favorece aquellas acciones que se apoyan en la participación activa y creciente de la comunidad, considerando la necesidad de que la población haga suyo el problema y se movilice en su prevención.
El trabajo de prevención debe tender a lograr la promoción social de los sectores afectados, es decir, que a través del aprovechamiento y el desarrollo de la propia capacidad organizativa de la comunidad en todos sus estamentos, organizaciones, grupos líderes y autoridades, y con la movilización de sus propios recursos, se puedan promover actitudes, conductas y valores acordes con una vida libre de drogas.
La política de prevención se basa también en una visión sistemática e integral. Se reconoce, por tanto, que el fenómeno no se agota en los individuos o en los grupos afectados, sino que es un problema que tiene su origen en los distintos niveles de la estructura social, esto es, de la organización económica, de las pautas culturales que prevalecen y que se difunden a través de los medios de comunicación; la falta de acceso de importantes sectores a los bienes y estilos de vida propuestos por ellos; la falta de oportunidades, la laxitud en las pautas de conducta, la legitimación de modelos de referencia inadecuados y el individualismo, entre otros factores.
El conjunto de programas y proyectos que se mencionan a continuación constituyen los componentes de la estrategia de la intervención preventiva, sustentada en la participación activa de la comunidad y en el objetivo de sensibilizar y transmitir conocimiento preventivo.
Sistemas comunales de prevención.
La experiencia acumulada indica que el campo natural de enfrentamiento de las drogas es el espacio local. El sistema comunal de prevención, Siscop , es, en esencia, una red social cuya unidad territorial de operación es la comuna y cuyo centro estratégico está en el municipio.
Se basa en la participación activa y conjunta de la administración local municipio, de la comunidad y de los sectores de salud, educación, justicia género, infancia, juventud, recreación, deporte, religión; en la formulación e implementación de una política comunal de promoción de la salud mental y de prevención del consumo de drogas, que fortalezca las capacidades locales para la toma de decisiones y control de los recursos, que proporcione oportunidades estructurales a las personas para integrarse activamente en las decisiones públicas que les conciernen, en relación con su familia y su comunidad.
El plan comunal de drogas poseerá la legitimación necesaria en el ámbito social, que asegure una respuesta integrada y comprensiva del fenómeno. Acercará a la prevención y tratamiento a los grupos que más lo requieren; facilitará y dará consistencia a la necesaria participación y diálogo ciudadano respecto del fenómeno; permitirá mayor coordinación entre lo interinstitucional y lo intersectorial y complementará formas específicas de control social del microtráfico.
En la actualidad, el proceso de administración se está llevando a cabo en 58 municipios. Durante el segundo semestre del año 2000 se llevará a cabo una evaluación de resultados para medir efectos del proceso de instalación en curso.
Fondo nacional de proyectos.
En 1996 se creó el programa nacional para la prevención del consumo de drogas, instrumento de inversión social que opera como mecanismo de asistencia técnica y financiera y permite dar cumplimiento a los objetivos que estructuran la misión del Conace.
Los propósitos que persigue el programa nacional, en esencia, son los siguientes: apoyar técnica y financieramente los programas, proyectos y acciones que permiten prevenir el consumo indebido de drogas; fomentar y apoyar el diseño de elaboración y aplicación de sistemas, métodos y técnicas en materia preventiva; apoyar el desarrollo de programas sistemáticos de tratamiento y rehabilitación por parte de instituciones públicas y privadas; fomentar la sensibilización y participación de diferentes actores sociales y de la comunidad en general en actividades vinculadas a la prevención, tratamiento y rehabilitación del consumo indebido de drogas; promover el desarrollo de investigaciones acerca de los factores que influyen en el fenómeno del uso indebido de drogas en las adicciones; fomentar el diseño de métodos y técnicas de evaluación de programas en el ámbito de la prevención, el tratamiento y rehabilitación de consumidores de drogas.
Subprograma de prevención y desarrollo comunitario.
Este constituye el esfuerzo que realizan las organizaciones sociales por mejorar la calidad de vida en poblaciones de alto riesgo de consumo de droga. Mediante concurso nacional, está financiando iniciativas de prevención, tales como proyectos de difusión e información, de formación de agentes comunitarios de prevención, de desarrollo de actitudes positivas y de recuperación de espacios comunitarios.
En la versión 1999 de este subprograma, postularon a la convocatoria l.200 proyectos. Luego de un proceso descentralizado de decisión, se seleccionaron 683 propuestas con un costo promedio aproximado de 2.200.000 pesos por proyecto y un período de ejecución que va desde los seis a los ocho meses. Los proyectos, en su mayoría, iniciaron sus actividades en marzo del presente año.
Subprograma de prevención escolar.
Este subprograma se diseñó en coordinación con el Ministerio de Educación a partir de las necesidades y orientaciones de política que tiene dicho sector. Su objetivo es brindar asistencia técnica y financiera que permita ampliar la oferta de programas vinculados a la prevención del consumo de droga al interior de las unidades educativas del país.
Durante 1999 este subprograma ha permitido beneficiar un ciento por ciento de la matrícula escolar municipal en 45 comunas del país, cuya cobertura alcanzará a 445 mil alumnos y a 15 mil docentes, con una inversión total a nivel nacional de 430 millones de pesos.
Con el presupuesto del presente año para el subprograma, esto es, 537 millones de pesos, la cobertura alcanzará al ciento por ciento de la matrícula escolar municipalizada y particular subvencionada, de cuarto básico a cuarto medio, de 55 comunas, y al ciento por ciento de la matrícula escolar municipalizada y particular subvencionada, de primero básico a cuarto básico, en diez comunas, lo que en total significa 868 mil alumnos beneficiarios del subprograma en comento.
Subprograma de tratamiento y rehabilitación.
El subprograma se generó en coordinación con el Ministerio de Salud y tiene por objeto ampliar la cobertura de programas terapéuticos destinados al tratamiento y rehabilitación de personas afectadas por el consumo y abuso de droga a nivel nacional, como asimismo a mejorar la calidad y oportunidades de atención de las personas que requieren dichas terapias. Opera mediante la compra de cupos asistenciales, a través de la suscripción de convenios con entidades privadas o públicas que cuenten con capacidad técnica y dispongan de programas en materia de tratamiento y rehabilitación.
En 1999, se suscribieron 109 convenios con entidades privadas y públicas, financiando 229 cupos de modalidad ambulatoria y 86 cupos de modalidad residencial, por un período de seis meses, renovable.
Durante el año 2000, Conace ha dispuesto de un presupuesto de 600 millones para el subprograma, los que se han invertido en dos líneas.
Continuidad de los convenios de compra de servicios a los centros de tratamiento.
El financiamiento dispuesto para esta modalidad es de 400 millones de pesos, lo que permitirá dar continuidad a los convenios que, de acuerdo a evaluaciones realizadas por el Consejo Regional para el Control de Estupefacientes, Corece , y el Servicio de Salud correspondiente, se estima pertinente, y, en caso de la liberación de algunos fondos, establecer convenios con nuevos centros.
Programa de fortalecimiento para la atención de personas que consultan por problemas derivados del consumo de alcohol y droga en la red local del Servicio de Salud.
Para esta modalidad se ha dispuesto de un financiamiento de 200 millones de pesos, a través del cual se dispondrá de nuevas horas de atención directa a personas en centros de atención primaria, Cosam , consultorios, etcétera, de manera de ofrecer servicios de información, orientación, diagnóstico temprano y derivación oportuna a través de la agilización de la red asistencial de los Servicios de Salud.
Durante el segundo semestre del presente año el subprograma estará sujeto a una evaluación de procesos y de resultados para medir sus efectos en la población beneficiaria.
Conviene señalar que de acuerdo con el último estudio sobre el consumo de drogas en población general, 1998, llevado a cabo por Conace, se determinó que el número de adictos existentes en el país alcanza aproximadamente a 68.045 personas. De ese total, según estudios internacionales, sólo el 25 por ciento pide apoyo, lo cual significa, en nuestra realidad, aproximadamente 17 mil personas, la mayoría de ellos de escasos recursos económicos y sociales.
La capacidad instalada en servicios de salud y comunidades terapéuticas no supera en la actualidad los 4.100 cupos. Por lo tanto, existe la necesidad de seguir aumentando la cobertura de los cupos asistenciales y mejorar la calidad de la atención a las personas que presentan problemas derivados del uso de drogas.
Subprograma de prevención con organizaciones intermediarias.
Este subprograma opera mediante la suscripción de convenios con instituciones sin fines de lucro: fundaciones, corporaciones y organismos no gubernamentales que disponen de programas o intervenciones especializadas, orientadas a superar las condiciones de alta vulnerabilidad social de grupos objetivos, por la vía de prevenir o modificar variables y factores que favorecen, entre otros fenómenos, problemas sociales tales como el consumo y el abuso de droga, especialmente sus formas más perjudiciales la violencia urbana, la violencia intrafamiliar, entre otros temas, y cuentan estas corporaciones, además, con capacidad técnica y experiencia en el desarrollo de los mismos.
De esta forma, se han suscrito treinta convenios que pretenden apoyar programas y procesos permanentes de intervención de estas instituciones, con una inversión aproximada de 180 millones de pesos, con un costo promedio de 6 millones de pesos por proyecto y un período de ejecución que va de los seis a los doce meses. Este subprograma se está llevando a cabo por primera vez y tiene por inicio el segundo semestre del presente año.
Campañas comunicacionales.
Desde 1995 se ha venido desarrollando por primera vez en la historia de nuestro país una estrategia de prevención de largo plazo sobre el tema del consumo de droga, a través de los medios de comunicación.
El 3 de julio se dio inicio a la campaña denominada “La droga amenaza, conversemos”. La campaña fue definida como de sensibilización de la opinión pública, generalizando respecto de sus receptores y planificando su segmentación como tarea para la fase siguiente. Prevenir es, en definitiva, comunicar en todos los niveles.
Los objetivos de la campaña son los siguientes:
Sensibilizar a la opinión pública sobre la gravedad del problema de la droga.
Dar a conocer la firme decisión gubernamental de combatir el consumo y tráfico de drogas en el país.
Colocar el tema sobre la mesa de conversación en los ámbitos educacionales, laborales, vecinales e institucionales, pero especialmente en el ámbito familiar.
Informar que el Conace ha implementado un servicio telefónico y una página web para acoger las necesidades de orientación e información que la comunidad nacional tiene.
Se ha planificado llevar a cabo una evaluación de los resultados de la campaña para conocer la percepción y evaluación general respecto de la misma, indagando en sus aspectos positivos y críticos, claridad del mensaje, credibilidad de la campaña, planteamiento del tema, contribución a disminuir el consumo, identificación con los personajes, etcétera. También posibilitará determinar el nivel de comprensión de los mensajes implicados en la campaña, junto con detectar necesidades de información y comunicación respecto de la prevención del consumo de droga.
Prevención temprana.
Conace se encuentra desarrollando un proceso que tiene como objetivo, a mediano plazo, la formulación de una política de prevención temprana del consumo de droga, en la perspectiva de intervenciones oportunas y pertinentes para niños menores de doce años. Esta necesidad se funda en el rol decisivo que juegan los primeros años de vida en el desarrollo de habilidades sociales, actitudes, construcción de autoestima, formación del propio juicio, entre otras características que actúan como freno o inhibidoras del desarrollo de conductas adictivas.
Durante el año 2000 se están desarrollando, entre los meses de mayo y diciembre, seis experiencias en comunas de Tierra Amarilla, San Antonio , Temuco, El Bosque, Lo Prado y Peñalolén, con una inversión total de 44 millones de pesos.
Estudios Nacionales.
Cuarto estudio nacional de consumo de droga.
En la necesidad de ir evaluando la tendencia que presenta el consumo de droga en nuestro país, durante el presente año se llevará a efecto el cuarto estudio nacional. Éste permitirá describir la magnitud del consumo de drogas lícitas e ilícitas y su distribución geográfica, de acuerdo a variables psicosociales del individuo, de su familia y su entorno, en la población de 12 a 64 años de edad, que reside en los sectores urbanos de 86 comunas del país, todas con más de 30 mil habitantes urbanos. Ello posibilitará evaluar la tendencia del consumo de drogas a nivel nacional, entre los estudios de los años 94, 96, 98 y 2000, los únicos que se conocen. Asimismo, evaluar la tendencia al consumo en el ámbito comunal, comparando los estudios de los años 98 y 2000.
Vigilancia epidemiológica en consultantes de los servicios de urgencia.
Este tipo de estudio posibilita establecer niveles de consumo de drogas ilícitas y los efectos producidos sobre las personas, lo que permite hacer un diagnóstico continuo.
De evaluación y seguimiento.
Los estudios llevados a cabo muestran que el consumo de drogas mantiene una tendencia en alza en nuestra sociedad. Ello, en alguna medida, cuestiona la efectividad de los programas, proyectos y acciones que se han venido realizando a la luz de la política del plan vigente.
Lo anterior es sin perjuicio de la constatación empírica y del impacto como consecuencia del enfrentamiento de fenómenos, lo que sólo es posible evaluar en un mediano y largo plazo, más todavía si no existía experiencia alguna al respecto.
Como se ha señalado en los acápites anteriores, existe y se tiene la firme voluntad del Gobierno de someter a evaluaciones el conjunto de sus programas y proyectos en que se despliega la estrategia del Conace.
En esta materia los impactos de los programas están vinculados con prevenir y evitar el consumo y reducir la demanda, con disminuir significativamente el tráfico ilícito y con mejorar la efectividad de la oferta de tratamiento y rehabilitación, todo ello con el propósito definitivo de construir una sociedad cada vez más libre de la droga.
Evaluación de la política y plan nacional de prevención y control de drogas.
En la sesión del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, Conace , realizada el pasado 14 de abril de 2000, el Presidente de la República anunció que en un plazo de seis a ocho meses se deberá evacuar un exhaustivo informe, en el cual se determinen los logros y falencias de la política antidrogas, aplicada en el país desde 1993, y se señalen las medidas conducentes a mejorar la eficacia de los actuales planes de prevención, control, tratamiento, rehabilitación y reinserción social. Se está trabajando en ello.
De acuerdo con lo manifestado por el Presidente de la República, dicho informe deberá contener los logros y las deudas de la política nacional de prevención y control de drogas, con claridad y honestidad, y una definición de una política de prevención, en la que concurran transversalmente todos los ministerios.
La política y planes reformulados, junto con las modificaciones de la ley penal en curso y el necesario avance en la institucionalización de un sistema nacional de prevención, con atribuciones y capacidad de gestión para ejercer un rol definitivamente coordinador, constituyen potentes instrumentos para enfrentar con eficacia un fenómeno que ha pasado a ser parte integrante de las anomalías que afectan a las sociedades actuales, del cual, por cierto, nuestra comunidad no está libre. Este desafío es de aquellos que no atañen sólo al Gobierno y a la Oposición, sino que constituye una tarea nacional de la que nadie tiene derecho a restarse.
Muchas gracias.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señorita Antonella Sciaraffia.
La señorita SCIARAFFIA (doña Antonella) .-
Señor Presidente, sin duda, esta sesión es muy importante considero que corresponde a una convicción de todos los presentes y seguramente de toda la comunidad que nos escucha, porque el problema del narcotráfico y del consumo de drogas en nuestro país son temas que nos preocupan a todos, sobre todo, cuando vemos que los estudios serios hechos por el Ejecutivo demuestran un sustantivo aumento del consumo, en especial por parte de niños, jóvenes y mujeres, ante lo cual no podemos permanecer indiferentes.
Enfrentados a esta delicada situación, estamos convencidos, como bancada, de que se requiere una política global para abordar el tema; que no basta con los esfuerzos aislados que realizan los distintos servicios públicos. Es cierto que se han hecho grandes esfuerzos, pero en forma aislada y sin una orgánica que les dé una lógica.
Estamos conscientes de que en las tres áreas: control, prevención y rehabilitación, queda mucho por hacer. Debemos reconocer que, gracias a la promulgación de la ley Nº 19.366, se produjo un importante avance en la lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero en nuestro país. Hoy día, a través de un trabajo consensuado de todos los sectores de la Comisión de Drogas, hicimos una evaluación de dicha ley y descubrimos sus falencias que transmitimos al Ejecutivo, el cual las acogió y envió un proyecto, que hoy estamos discutiendo en la Comisión de Drogas, a fin de mejorar varios aspectos de la normativa. Es necesario mejorar la tipificación de los delitos, tener en cuenta el microtráfico, problema que nos preocupa y que afecta a muchas poblaciones de nuestro país. También se aborda en forma mucho más amplia el tema relacionado con el lavado de dinero, para lo cual se crea la Unidad de Inteligencia Financiera y se establece la obligación de las instituciones financieras de informar, a fin de detectar las operaciones sospechosas.
Sin embargo, todos estos esfuerzos no son suficientes. Debemos reconocer que en 1990, con la creación del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, durante el gobierno del Presidente Patricio Aylwin , y el establecimiento en 1993 de una Política y Plan Nacional de Prevención y Control de Drogas, por primera vez se hizo un intento serio para abordar este problema, por sincerarse y trabajar en él. Pero debemos ser objetivos al analizarlo y opinar de acuerdo con lo detectado en la Comisión de Drogas.
Respecto de la prevención, materia que nos convoca hoy día, estamos convencidos de que ha existido excesiva dispersión de recursos, muchos planes piloto y experimentos. Creemos necesario que todos los intentos serios realizados sean coherentes y tengan mayor cobertura a nivel nacional. Sabemos, además, que el Conace se supone que debe ser un ente articulador, tal vez no ha tenido las facultades ni las fuerzas suficientes para ordenar los servicios, a fin de que exista la real coordinación que debe haber entre ellos. Además, en cuanto a los importantes esfuerzos hechos con los fondos concursables, respecto de los cuales conocemos experiencias muy exitosas, es cierto que no se ha efectuado una verdadera fiscalización y un seguimiento de algunos proyectos, en particular, no se ha hecho una evaluación de sus resultados. Sería conveniente que los Siscop sistemas comunales de prevención, que son como el cable a tierra que contacta todas estas políticas y la capacidad del Estado de generar planes de prevención, se pudieran desarrollar en todas las comunas. Hoy día, funcionan sólo en 58 comunas, y existen aprensiones en cuanto a que el próximo año no se destinarán recursos para que sigan funcionando. El Conace y las municipalidades necesitan que sigan funcionando no sólo en esas 58 comunas, sino en todas las comunas de Chile o, por lo menos, en todas aquellas en que los estudios demuestren que existen problemas de consumo de drogas.
De manera que sabemos que el Estado hace esfuerzos, pero estamos convencidos de que eso no es suficiente, porque estamos frente a un problema que atañe a toda la sociedad, en especial a la familia. Por eso, sería muy conveniente incorporar de manera creciente a la familia al tema de la prevención; ya que no es suficiente el esfuerzo que desarrolla el Ministerio de Educación; también es necesario que los padres se involucren con la forma de educar mejor a sus hijos, a fin de evitar este flagelo.
Nosotros hemos formulado algunas propuestas, las cuales están incluidas en un proyecto de acuerdo que seguramente se leerá al finalizar la sesión. A modo de reseña, solicitamos el Ministerio de Educación piensa hacer lo mismo que se destinen los recursos suficientes para que se imparta un curso general en las enseñanzas básica y media, relacionado con la prevención temprana del consumo de drogas; que existan comités de prevención en los colegios aquí es necesario incorporar a la familia, que deben ser una instancia permanente. Así como los centros de padres se reúnen para fijar cuotas para una determinada fiesta, también deben involucrarse en este tema tan importante para sus hijos. Por eso, deben existir comités permanentes de prevención. Asimismo, solicitamos que los colegios y los liceos funcionen en horarios extracurriculares, medida que demanda muchos recursos. Hoy día, el Ministerio de Educación y el Conace están haciendo esfuerzos por abrir 50 colegios, pero consideramos que no es suficiente; el Estado debe tomar en serio este problema y destinar los recursos necesarios para abrir, ojalá, todos los establecimientos educacionales, en lo cual también deben involucrarse los municipios. Tenemos que incorporar a la comunidad organizada y, de alguna manera, fiscalizar la forma en que se está cumpliendo con los fondos concursables, que son muy positivos; sin embargo, falta una evaluación posterior de sus resultados.
En concreto, pedimos que se asignen recursos, a fin de que los Siscop sigan funcionando. Sobre esta materia y nuestras propuestas hicimos una exposición concordada con otros colegas de nuestra bancada. A continuación, harán uso de la palabra los diputados Ricardo Rincón , Víctor Reyes , Patricio Cornejo y Aldo Cornejo . Consideramos que para salvar a nuestros niños y jóvenes y evitar que más familias se vean afectadas por este problema, es necesario, precisamente, fortalecer el seno de la familia, destinar los recursos necesarios y no bajarle el perfil ni esperar que el problema continúe sobrepasándonos; por el contrario, hay que sincerarse respecto de lo que está ocurriendo. Nos parece bien que el Conace diga las cosas por su nombre y que hoy día se esté abordando el problema como debe ser. Estamos en situación de alerta y preocupados por la familia chilena, porque no podemos permitir que este problema se siga postergando y que se tome como un asunto banal. Existe una situación grave que está afectando a la familia y, como bancada, queremos pedir que el Gobierno se haga cargo de ella.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alessandri .
El señor ALESSANDRI.-
Señor Presidente, en el brevísimo tiempo de cuatro minutos que me ha concedido mi Partido, quiero exponer una teoría personal sobre la materia que se debate.
El mundo contemporáneo se encuentra golpeado por el consumo de alcaloides y su secuela de invalidación mental y moral de los adictos con la consiguiente destrucción de la familia y la proliferación del crimen.
Hasta ahora, ¿cuál es el resultado que arrojan los planes de defensa contra esta nociva agresión? La verdad es aterradora: derrota total y absoluta. Cada vez hay más consumidores y el área de adictos ocupa mayor espacio en el espectro social; ya ha llegado a todos los estratos de nuestro país y en las poblaciones de Santiago, donde vive gente de bajos ingresos, la droga campea por sus fueros insolente y agresivamente; hasta ha llegado a ser una fuente de ingreso normal en una cantidad de hogares modestos, cuyos integrantes actúan como activos distribuidores. Lo mismo sucede en los grupos de mayores ingresos. La única diferencia es la calidad de la droga que consumen, pero esta adicción no respeta ni edad, ni sexo, ni condición económica o social.
Frente a este descomunal fracaso de las políticas hasta ahora implementadas, principalmente la acción represivo-policial, nos vemos impelidos a buscar otros cursos de acción, que sean innovadores y que conduzcan a lograr cambios de hábitos, a la vez que desincentiven a distribuidores y demás agentes de este comercio hormiga, que hoy se esmeran por abrir mercado en todo el ámbito social, en especial entre la juventud. En los Estados Unidos se ha comprobado que a mayor gasto en ataque policial a la droga, su consumo aumenta en igual proporción.
Estamos ciertos de que ha llegado la hora de enmendar rumbos, porque perseverar en el fracaso sólo nos va a traer más fracaso.
Creo que hay que mejorar las campañas de prevención y, ciertamente, aumentar y perfeccionar el ataque policial a la droga en sus diferentes formas, integrando ciertamente a toda la sociedad, como lo está haciendo con éxito el grupo que encabeza nuestro colega Alberto Espina .
Pero, además de esto, deberíamos explorar una vía mixta, que no signifique sólo la persecución policial ni tampoco la legalización indiscriminada del comercio de la droga. Deberíamos explorar su expendio con receta médica, con un control esmerado y sumamente eficiente, previo aleccionamiento y control de la lista de facultativos que podrían otorgar estas recetas. Con ello, obtendríamos varios beneficios: uno, establecer una suerte de catastro de los drogadictos; dos, que los médicos con responsabilidad fueran educando al paciente para ir disminuyendo la dosis hasta lograr el restablecimiento total del enfermo; tres, crear una campaña de solidaridad hacia el adicto para que se sienta realmente como un enfermo y no necesariamente como un delincuente.
Por lo tanto, ¡cárcel, no! ¡Hospital, sí! La solución no es más policías; la solución va por algo mucho más profundo, que está siempre presente en el discurso público, pero que se olvida en la vida diaria: la familia.
Involucrar a las comunidades es clave y el dejar de delegar este asunto en manos de terceros es el primer gran paso para salir de este gran mal que nos queja.
En comunidades sanas no hay cabida para estos excesos. Reconozco que no soy el primero ni seré el último en sentir en la piel el fracaso de la lucha contra los estupefacientes. Por tanto, hay que ser inagotable en buscar nuevas soluciones.
En el pasado, la humanidad fue capaz de combatir con éxito las pestes y epidemias que diezmaron su población. Ahora, estamos enfrentados a dos pestes más nocivas que la peste negra, que despobló la Europa de la Edad Media: el Sida y la droga. En consecuencia, mucho hay que hacer, y pronto.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Laura Soto .
La señora SOTO (doña Laura).-
Señor Presidente, las cifras que entregó la Conace tuvieron una virtud muy grande: hacer un debate nacional sobre el tema que nos preocupa; hacer que la sociedad entera se involucre, algunos dando recetas con resabios imperiales; otros, hablando de una emergencia. Pero, con honestidad, nos tenemos que preguntar si lo que hemos hecho ha sido eficaz o no.
Me pareció bueno el aporte del diputado que me antecedió en el uso de la palabra, porque lo peor que podemos hacer hoy no quiero quitar nada de lo que se está haciendo, es realizar una segregación o una discriminación.
En la mañana de hoy conversábamos con la intendenta Bilbao , quien reconoció, por ejemplo, que en el tema de Villa Alemana, que aparece como una luz de alarma, se ha hecho una lectura casi interesada o distorsionada sin querer, diciendo que los niños son adictos, en circunstancias de que han señalado que han consumido una vez. Eso es bastante malo, como lo es también que algunas ciudades aparezcan hoy como que son el reinado de la droga. Creo que las cuestiones hay que dejarlas en su justo término.
Hoy estamos preocupados de la droga, pero nos olvidamos de que el alcohol es la primera droga y la antesala de las drogas más fuertes. Sin embargo, su expendio es lícito y nadie dice nada. Desde hace años se encuentra en el Senado un proyecto para mejorar la ley de alcoholes, pero no ocurre absolutamente nada. Si mal no recuerdo, fue despachado por la Cámara de Diputados en 1997.
En una serie de gráficos que tenemos, producto de un estudio bastante riguroso del asunto, el tabaco figura con un 40 por ciento y es una droga lícita. No obstante, debemos reconocer que, al menos en la publicidad, se ha tomado alguna precaución para señalar que es dañino para la salud.
El alcohol dobla ese porcentaje y, sin embargo, nadie dice nada. Al contrario, se da “chipe libre” en este tema. No obstante, acaba de ocurrir una situación muy seria con unos niños a los que se les ocurrió, en algún momento determinado, seguramente de “choreza”, probar el alcohol, razón por la cual fueron expulsados de su colegio.
Creo que no queremos eso. Lo que ha dicho el diputado señor Alessandri me parece muy bien. Aquí debemos tener prevención, más prevención, más prevención, tratamiento y rehabilitación.
Y aunque con sonrisas y flores no se combate la droga, tenemos que separar muy claramente al consumidor que es un enfermo a quien debemos tratar como tal, acogerlo y darle toda nuestra consideración y solidaridad, de la asociación ilícita, del crimen organizado. Contra eso debiéramos tener tolerancia cero, pero no hacer estigmas ni segregación, particularmente de los jóvenes que ven hoy, con espanto, algunas campañas en que ellos son estigmatizados, segregados y discriminados.
Quiero decir, en términos muy generales porque el tema del alcohol nos ha preocupado mucho, que el consumo de drogas constituye un problema de salud pública muy importante. Los costos que el Estado debe asumir por los daños que provoca la ingesta de alcohol, según datos del Ministerio de Salud, ascienden anualmente a tres mil millones de dólares.
Para qué decir la unidad que existe entre la ingesta de alcohol y algunos temas de violencia que preocupan y deben preocupar al Estado. Con esto no le quito el pie al acelerador respecto de la droga ilícita. Lo que quiero decir es que en este momento estamos dando una mirada demasiado focalizada al asunto.
Los estados depresivos, las enfermedades mentales y particularmente la ingesta de alcohol destilado tienen una incidencia muy alta y muy fuerte, y no hemos tomado ninguna precaución al respecto.
Según el doctor Trucco , de la Asociación Chilena de Seguridad, el abuso del alcohol y las drogas en los trabajadores causa una baja en la producción e incrementa la accidentabilidad, lo que cuesta al país 42 mil millones de pesos anuales, es decir, 84 millones de dólares. Lo tremendo es que, a diferencia de las sustancias psicotrópicas y estupefacientes, la ingesta de alcohol es considerada lícita, cuenta con gran aceptación social y tenemos un enorme trabajo de disuasión, con los jóvenes particularmente, que señalan que ellos no consideran el alcohol una droga; al revés, creen que es parte del éxito y de la belleza; por lo demás, así se publicita. De manera que deberíamos preocuparnos, en especial cuando se trata de las embarazadas; porque si hay accidentes con la ingesta inmoderada de alcohol, en el caso de las embarazadas es imperdonable, porque pueden nacer niños con retardo mental.
En cuanto a la droga, sé que estamos en una situación delicada; pero no quiero calificarla de emergencia ni de alarmante ni preguntar si se ha encendido la luz roja en todos los lugares, porque creo que estamos muy influenciados por la política de Estados Unidos; y se admite, respecto de eso, como único paradigma científico y hegemónica doctrina, interpretar el uso indebido de drogas y sus consecuencias desde aquella concepción que postula como meta una sociedad absolutamente libre de drogas, doctrina que además las Naciones Unidas han universalizado por medio de los tratados multilaterales para el control de drogas.
Muchos estados, principalmente europeos, se han salido de este tema, porque se han dado cuenta de que es un combate que no tiene ninguna realidad. Ellos, a pesar de que han aprobado los mismos tratados, mantienen en sus sistemas legales las normas administrativas y penales de control de drogas, y han desarrollado nuevos paradigmas y prácticas de control sanitario y políticas criminales que no se proponen una sociedad libre de drogas. Tantos haberes y prácticas criminales para el control de droga han hecho, en general, disminuir los riesgos y daños que ello causa a la salud de los usuarios, cuestión que va en la misma dirección propuesta por el diputado señor Alessandri .
En el campo sanitario y criminal, se ha entregado este problema hago hincapié en esto a la administración municipal, y creo que ahí debe focalizarse este tema, absoluta y totalmente, porque somos un país austero, no tenemos mucho dinero. Entonces, debemos focalizarlo en los factores de mayores riesgos, y también en los organismos horizontales de la comuna: la alcaldía y la municipalidad, que conocen a la vecindad.
Estamos muy preocupados de que se focalicen los fondos; pero eso no significa que el Estado deje su acción preferente. Entendemos que el Conace ha hecho un esfuerzo, pero no es suficiente. Esto debería ser materia y responsabilidad del Ministerio del Interior, que coordine y vea que los dineros no se pierdan; porque, como ha dicho la diputada Antonella Sciaraffia , nadie realiza seguimiento alguno de los fondos concursables, nadie los evalúa. Entonces, hay una dilapidación de fondos y a lo mejor también un fracaso en esta batalla que enfrentamos.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn .
El señor DITTBORN.-
Señor Presidente, en esta oportunidad voy a leer algunas reflexiones elaboradas por el diputado señor Jaime Orpis , quien, como todos sabemos, dedica gran parte de su tiempo a la rehabilitación de drogadictos, y que por razones de fuerza mayor no ha podido estar presente en esta sesión, muy a su pesar.
El diputado señor Orpis nos quiere hacer saber lo siguiente: “hace unas semanas el Conace entregó los resultados de la tercera encuesta nacional sobre consumo de droga en escolares. Sin duda han impactado a todo el país. Entre ellos se constata el alto consumo entre los cuartos medios, en donde uno de cada tres alumnos, a nivel nacional, reconoce haber consumido droga. Tratándose de la Región Metropolitana, uno de cada dos.
“Se reconoce que la mujer, definitivamente, se incorporó al consumo de drogas prácticamente en igualdad de condiciones que el hombre, hecho que no ocurría en el país de acuerdo con los dos estudios anteriores.
“Se reconoce cómo ya en octavo básico el consumo supera el diez por ciento de los alumnos. En las conclusiones también se reconoce que en aquellos lugares donde existe bajo consumo, este fenómeno no tiende a expandirse; al revés, donde existen mayores niveles de consumo, tiende a multiplicarse con mucha rapidez.
“A mi juicio, lo más delicado radica en que se han destruido factores protectores fundamentales, que hacen tremendamente más difícil mantener los niveles de consumo en niveles moderados. Dicho de otra manera, permiten un crecimiento del consumo casi sin control. Para demostrarlo, coloquémonos en la siguiente situación: en los estudios anteriores, a nivel escolar, la diferencia entre el consumo del hombre y de la mujer era de tres a uno o de cuatro a uno. Esta diferencia en sí misma constituía un factor protector. Si una pareja adolescente hace tres años concurría a una discoteca y el hombre quería consumir drogas, lo más probable era que la mujer adolescente hiciera esfuerzos por impedirlo. A partir de este estudio, nos informamos de que, ahora, las parejas de adolescentes lo más probable es que cuando concurren a una discoteca terminan consumiendo juntos. En la práctica, el consumo ha tenido una mucha mayor legitimación social.
“El tema del consumo se agrava adicionalmente por otras razones. La marihuana es la droga que más se consume, especialmente a nivel escolar. Mucha gente aún cree que se trata de una droga que no causa gran daño; seguramente tiene la visión de la marihuana de la década del 60 o del 70. Pero no nos equivoquemos; la marihuana que hoy se consume en Chile es paraguaya; su nivel de PHC no guarda ninguna relación con la de aquel entonces; al revés, la actual produce adicción y serios daños a la salud.
“El peligro de la masificación de la marihuana se genera porque a partir de ella se inicia la escalada de la droga. Quien prueba marihuana está a un paso de acceder a otras drogas más fuertes que terminan destruyendo a la persona.
“En el centro de rehabilitación de drogadictos, casa de acogida La Esperanza que junto a mi esposa, pobladores y empresarios fundamos hace cinco años, un 90 por ciento de aquéllos llegan a rehabilitarse siendo adictos a la pasta base. Esta droga provoca un poder adictivo casi instantáneo, en un período muy corto, con efectos devastadores. Un solo mes de consumo relativamente periódico es suficiente para la adicción. Siempre la he calificado como una verdadera bomba atómica: no deja absolutamente nada; sin embargo, prácticamente todos iniciaron su consumo a través de la marihuana.
“Revertir la adicción es un camino penoso y difícil. Llegan a la casa de acogida La Esperanza convertidos en verdaderos harapos humanos; han perdido sus familias, el trabajo y están con una salud muy deteriorada. Por lo tanto, el proceso de rehabilitación no consiste en rehabilitarlos de la droga, sino en, paso a paso, reconstruir un ser humano a partir de la nada.
“En los sectores más modestos el consumo se da aún con mucho mayor dramatismo. Normalmente, los pobladores tienen una doble condición: son consumidores y microtraficantes. Las organizaciones de traficantes normalmente pagan con droga, lo que significa que no existe por parte de ellos ningún interés por restringir el consumo. Al revés, mientras más consumidores existen, más aumenta el número de traficantes, y al suceder eso, el negocio se convierte en uno aún más lucrativo.
“Sin duda, el panorama es desolador y, a mi juicio, tiene seriamente hipotecado el futuro de nuestro país. A raíz de los resultados de la encuesta en escolares, el país y las autoridades sólo ahora están tomando conciencia; sin embargo, el fenómeno se viene incubando desde hace mucho tiempo. Siempre se quiso minimizar, entregar una señal según la cual el problema no era tan grave y estaba controlado. Al menos en términos personales, tengo la conciencia tranquila: hace cinco años advertí que Chile estaba perdiendo la batalla contra la droga y esa fue precisamente la única motivación para formar la casa de acogida La Esperanza. Lamentablemente, hoy se reacciona cuando ya existen demasiadas víctimas inocentes.
“En la actividad política, sobre todo cuando se gobierna un país, es fundamental tener buenos diagnósticos y asumirlos, por crudos o negativos que sean sus resultados. Como en este caso, eludirlos puede traer consecuencias desastrosas. Tanto las personas como los gobiernos tienen derecho de equivocarse, pero también deben enmendar sus errores.
“Para terminar este diagnóstico formularé un comentario final.
“Chile no está preparado para rescatar a las víctimas. La cobertura en materia de rehabilitación es insignificante: ni siquiera alcanza al 1 por ciento de los adictos. Para enfrentar con éxito el tema de la droga, conceptualmente existe una trilogía inseparable: prevención, represión y rehabilitación. En la medida en que se aborde cada uno de estos temas con igual intensidad, en forma paralela y coordinada, se irá provocando un vuelco.
“Hoy tenemos una oferta y demanda sin control y una rehabilitación con una cobertura muy baja. Es fundamental abordar oferta y demanda en forma paralela, por cuanto se ha demostrado que por eficientes que sean las policías, nunca se llega a decomisar más allá de un 15 ó 20 por ciento de la droga. Es decir, en el mejor de los casos, el 80 por ciento de la droga sigue llegando al consumidor final. Por esta razón, resulta fundamental la prevención para incidir fuertemente en bajar la demanda.
“En materia de oferta, se cometió un error garrafal. Si se analiza la estrategia utilizada por los organismos encargados, el combate al narcotráfico se concentró en las grandes organizaciones criminales y no en todas las formas de distribución, que incluye también a las medianas y pequeñas. Al margen de no tener éxito en combatir a las grandes organizaciones, no tengo la menor duda de que éstas advirtieron que existía un eslabón en la cadena de distribución que gozaba de impunidad, las medianas o pequeñas, porque no existía voluntad política de enfrentarlas, investigarlas y sancionarlas. En la práctica, esta estrategia facilitó la masificación de la distribución y, lo que es más grave, su consolidación a través del microtráfico. Por muchos años, traficar en este país ha resultado prácticamente gratis.
“En cuanto a cómo reducir la demanda, lo que es sinónimo de prevención, poco o nada se ha hecho. En materia educacional, desde el primer estudio realizado por el Conace, el Ministerio de Salud y la Fundación Paz Ciudadana, las cifras ya eran muy altas. Resultaba fundamental, tal como lo señalé en forma reiterada, abordar la prevención en lo que se ha llamado prevención temprana en los colegios, es decir, a partir de la enseñanza básica y aun antes. ¿Qué ocurrió? El Ministerio de Educación no tenía más presupuesto que para hacer programas piloto de escaso impacto y cobertura restringida. Los pocos colegios, si es que hacían algo, se contentaban con un par de charlas. Pero tal como señalé, el problema del consumo se centra no sólo en la etapa educacional, sino también en la laboral. Concurrí a conversar con muchos empresarios, y casi en forma unánime me señalaron que no tenían problemas de droga en su empresa. En síntesis, ni los organismos públicos ni los privados asumieron este tema en su real dimensión.
“Para reducir la demanda en los colegios es esencial partir con la prevención en la enseñanza básica. Es en esa edad cuando los niños son más permeables al mensaje de los padres y profesores. Tampoco basta con charlas aisladas. La prevención de droga debe incorporarse a la malla curricular.
“Finalmente, la prevención de droga debe hacerse en las empresas, no como un mecanismo para poner término a los contratos de trabajo, sino como una política destinada a tener un lugar de trabajo libre de droga, basada en dar una sola oportunidad a quien es detectado consumiendo al interior de ellas. Con todo, el mensaje final es establecer la incompatibilidad entre ser consumidor y trabajador.
“El actual Gobierno tiene gran responsabilidad y una gran oportunidad. Está comenzando su gestión y ya cuenta a su haber con un hecho positivo: reconocer la magnitud del problema. Sin embargo, ya ha terminado la etapa de filosofar y ha llegado la de actuar con mucha decisión. Es tal la gravedad del problema que si el Gobierno del Presidente Lagos no coloca este tema en el primer lugar de su agenda, me temo que el proceso continuará agravándose.
“Pero la responsabilidad no sólo la tiene el Gobierno. Los actores políticos tenemos un rol fundamental, no sólo como un tema de campaña, sino con mucho mayor énfasis cuando ejercemos el poder, porque precisamente lo tenemos para influir en que las cosas cambien. La sociedad civil tiene algo muy importante que decir a través de las municipalidades. A pesar de que este drama se está viviendo en sus territorios, han tenido un papel prácticamente irrelevante, tanto en la prevención como en el combate del narcotráfico. Hoy, administran la educación. De acuerdo con los antecedentes de que dispongo, son muy pocas las municipalidades que están haciendo prevención y que cuentan con fiscalías para recibir las denuncias y defender a los vecinos de los narcotraficantes. Para actuar, los colegios ya no esperan que el Conace o el Ministerio de Educación los llamen para entregarles programas. Ya existen muchas instituciones en el campo de la prevención y la rehabilitación especializada. Recurran a ellas. Los padres y apoderados no pueden estar al margen. Infórmense y, a cualquier precio, eviten que su hijo termine en la droga; de lo contrario, acabarán perdiéndolo irremediablemente.
He dicho”.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la ministra Michelle Bachelet .
La señora BACHELET, doña Michelle (Ministra de Salud).-
Señor Presidente, sin duda que el tema de la droga rebasa el campo de la salud y tiene directa relación, como la mayoría de los problemas de esa área, con factores determinantes relacionados con los ámbitos social, educacional, laboral, de la vivienda, etcétera.
Existe evidencia nacional e internacional de que adolescentes con problemas emocionales, conductuales, sociales y familiares, tienen mayor riesgo de presentar problemas de drogas y alcohol. También es sabido que los programas masivos de información son necesarios, pero no suficientes, y que deben ser complementados con la participación activa, tanto en programas de prevención primaria, esto es, en la población general, como en prevención secundaria, focalizada en grupos de riesgo, con intervenciones sicosociales adecuadas a sus necesidades particulares y orientadas a resolver o a aminorar los problemas emocionales, conductuales y de aprendizaje, a fin de disminuir la incidencia de problemas de drogas y alcohol en esta población. Estos programas han demostrado contribuir a la prevención de otros problemas de salud mental, como trastornos depresivos, ansiosos, violencias, conductas suicidas, embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual, VIH Sida, entre otros.
Por eso, desde 1991, en el marco del Plan Nacional de Salud Mental, el Ministerio definió como área prioritaria el beber-problema y el consumo indebido de drogas, y se inició un trabajo con adolescentes. En 1992, en todos los servicios de salud del país, se inició el trabajo de “Quiero mi vida sin droga”, en términos de promover la salud mental, la movilización comunitaria y el aprovechamiento del tiempo libre, en adolescentes entre 10 y 14 años. En conjunto con el Ministerio de Educación, se implementó el programa “Juégate por la vida”, a partir del cual se capacitaron agentes multiplicadores en la idea de educar pares en la enseñanza media.
Desde 1995, este esfuerzo ha fomentado la descentralización y se trabaja en el marco de las comunas, con el objetivo de dar mayor autonomía a la comunidad en la lucha contra la droga. Es así como se seleccionaron comunas de acuerdo con los niveles de pobreza, capacidad de gestión, diagnóstico local, interés de lucha contra la droga, y todas aquellas con las que ya se había concordado, articulando a todos los actores, un plan comunal de alcohol y drogas. Se han hecho proyectos comunitarios de prevención, tratando de estimular el protagonismo juvenil, y desde 1996 además esto se ha reforzado a través de la conformación de comisiones intersectoriales de promoción y prevención, donde se intenta trabajar en salud, educación y comunidad.
Desde 1998, para el Ministerio de Salud esto se transformó en una de las grandes prioridades de país, lo cual, en la parte estructural, se manifestó en la creación de la unidad de tabaco, alcohol y drogas, que ha enfrentado el tema desde tres ópticas centrales: desde la promoción, a través del plan nacional de promoción de salud, que pretende estimular estilos de vida saludables en los chilenos, y toma los siguientes aspectos: temas alimentarios el tema de la obesidad también es importante en el país; el problema del alcohol, la droga y el tabaco; todos los temas referidos al medio ambiente y la actividad física. Estas unidades se han implementado en lugares de trabajo, escuelas y municipios. A nivel regional hay gran cantidad de proyectos. También se trabaja con las comunas y escuelas saludables y en el programa de salud con la gente.
A nivel de prevención, se continúa con los programas de “Quiero mi vida sin drogas”, “Sin drogas somos más libres”, y a nivel normativo estamos evaluando el impacto de todas las intervenciones realizadas y reactualizando la política nacional de prevención de consumo de drogas del Ministerio. Estamos desarrollando un manual de procedimiento para orientación de intervención de adolescentes de alto riesgo y sus familiares en la atención primaria. Además, tenemos proyectos de acogida y manejo de problemas relacionados con el consumo de drogas para alumnos de tercero y cuarto medio en comunas de las regiones II, IV, VI, VII y Metropolitana.
En el área de tratamiento de rehabilitación, el subsecretario señor Burgos ya ha señalado los montos destinados a la compra de servicios a comunidades terapéuticas acreditadas, centros de salud mental municipales, Cosam , Hogar de Cristo y otras ONGs, además del tratamiento que se realiza en los cuatro hospitales psiquiátricos del país y todos los servicios de psiquiatría de los hospitales de alta complejidad nivel 1, donde se atienden las adicciones de las personas consultantes.
En este año tenemos el plan de promoción, en que se trabaja con 67 comunas que han priorizado como tarea bajar la tasa de prevalencia del tabaco, alcohol y drogas.
A nivel de las escuelas saludables, tenemos un programa conjunto con la Junaeb en 257 comunas, mil establecimientos en que se trabaja con preescolares, jardines infantiles, escuelas básicas y educación media. Para los años 2000 y 2001, en el Consejo Nacional Vida Chile, cuyo objetivo central es la promoción de un estilo de vida saludable, estamos poniendo como metas fundamentales bajar las prevalencias en consumo de alcohol y tabaco, dado que sabemos que el tabaco es probablemente la primera puerta de entrada a la droga para los escolares.
La tarea es compleja para todos. Sin duda, es un desafío a la salud, pero también a todos nosotros y al conjunto de la sociedad. Ojalá tuviéramos un antibiótico que pudiera resolver el problema como si fuera una infección. Ojalá tuviéramos niños y jóvenes estables y felices, sanos, con estilos de vida saludables y familias también saludables. Ojalá no existiera la droga en el país.
La solución no es fácil. De muestra, un botón: un país tan poderoso como Estados Unidos, que ha destinado recursos gigantescos en esta lucha, no ha tenido resultados satisfactorios; por el contrario, los últimos datos demuestran un aumento del consumo.
Sin duda, debemos hacer muchas más cosas. Debemos mantener y continuar la prevención temprana, prevención primaria; pero también debemos seguir trabajando en prevención secundaria en grupos de riesgo. Debemos hacer vigilancia epidemiológica; más tratamiento y rehabilitación. Como Ministerio, estamos en el marco de la expansión y vamos a solicitar más recursos para esta lucha, y esperamos contar con el apoyo del Parlamento en ese sentido.
Queremos seguir trabajando en la comuna como base. Ése es el lugar central, dado que atiende al conjunto de los factores determinantes del problema de las drogas.
Finalmente, siento que es fundamental insistir en una política coordinada y responsable del conjunto de la sociedad chilena, articulando territorio, escuela, lugar de trabajo, intentando hacer un país con mejor salud mental y social.
Muchas gracias.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Iván Mesías .
El señor MESÍAS.-
Señor Presidente, la entrada de Chile en el mundo globalizado ha traído consigo muchas cosas positivas y algunas negativas. Entre las últimas se destaca con gran fuerza el tema del narcotráfico.
Hasta no hace muchos años este fenómeno no se conocía en el país; sin embargo, hoy ha tomado alarmantes dimensiones. Por una parte, constatamos la gran variedad de drogas disponibles en el mercado: marihuana, cocaína, pasta base y algunas nuevas formas de drogas combinadas, como quien dijera un cóctel de drogas.
También es necesario hacer resaltar la amplia gama de consumidores: en los hechos cubre todos los estratos sociales y, desgraciadamente, hoy, no respeta ni siquiera las edades.
La situación amerita no sólo crear una legislación, sino estar atentos a su constante perfeccionamiento, dado que los narcotraficantes se mueven con gran rapidez, generando nuevas situaciones y cubriendo nuevos escenarios y formas de distribución que rayan en la ciencia ficción.
Por eso, el problema del narcotráfico, dada la gravedad de sus consecuencias, constituye una cuestión de Estado. Así lo han entendido los grandes países, que se han visto forzados a firmar acuerdos internacionales para atrapar a estos delincuentes. Es necesario combatir el narcotráfico y para ello es menester capturar a los narcotraficantes. Se debe partir por la cabeza, por los peces gordos, que son los que generan el negocio con las grandes cantidades de droga que manejan y que, a su vez, provocan la redistribución mediante distintas formas hacia el resto de la sociedad.
A esos señores se les debe aplicar las penas más duras. Ni la ley ni los jueces deben transar en aceptar fianzas, por millonarias que sean, ya que, como todos sabemos, a esos señores no les hace ningún daño pecuniario pagar una fianza, porque cuentan con enormes recursos materiales que provienen de sus sucios negocios.
Luego viene la cadena de distribuidores, que, como buen fenómeno económico, se va diversificando y complicando hasta llegar a los niveles más pequeños; algo así como microtraficantes. Todos ellos deben ser sancionados con distintas penas, pero siempre bajo un signo de ejemplarización. La sociedad estará más tranquila cuando perciba por parte de la autoridad mayor firmeza en la aplicación de estas medidas.
El narcotráfico genera un grave delito en contra de la salud de las personas. Al final, la drogadicción encarcela a las personas hasta llevarlas a su propia destrucción. En la actualidad, este delito reviste aún más gravedad en Chile, ya que involucra a nuestra juventud y a nuestros niños en edad escolar.
Debemos dotar a Carabineros, Investigaciones y fuerzas de seguridad de todos los medios para combatir a estos delincuentes de igual a igual. No olvidemos una vez más que ellos cuentan con todos los medios que les proporciona su negocio.
Por otra parte, es necesaria una actitud renovada por parte de los jueces ante este tipo de delitos, de tal modo de endurecer su actitud a la hora en que se les solicite el acceso a la libertad bajo fianza.
También es necesario destinar más recursos a la prevención del consumo de droga, entregando, especialmente a los jóvenes, una información pormenorizada de los distintos tipos de droga y sus dramáticas consecuencias.
Además, esta información debe ser compartida por los padres en sus respectivas familias.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora María Victoria Ovalle .
La señora OVALLE (doña María Victoria).-
Señor Presidente, me referiré al aumento del consumo de drogas en los colegios. En consecuencia, voy a enfocar esto en un sector muy importante: la juventud.
Debemos tener la valentía y claridad para enfrentar este grave problema, que hoy nos aqueja, yendo de verdad al fondo y viendo las verdaderas causas; porque la droga y su consumo son un síntoma de una problemática mucho más profunda y global, lo que debe llevar a un severo análisis a la sociedad entera. Que se despierte conciencia de país y que evitemos todas las discusiones vanas, que lógicamente desconciertan en vez de ayudar.
Por alguna razón, cada vez más jóvenes y a más temprana edad, acuden a diversos tipos de ofertas alienantes y destructoras que les ayuden a compensar una serie de carencias y necesidades, cuya satisfacción puede ser fundamental para un desarrollo pleno de la persona, como asimismo, a la obtención de momentos de felicidad, bienestar o euforia, con el fin de olvidar hondas frustraciones que provocan dolor y sufrimiento, lo que desarrolla sentimientos de culpabilidad, baja autoestima y desvalorización, que pueden impedir asumirlos adecuadamente.
Si analizamos lo anterior, pareciera ser que un significativo porcentaje de estas frustraciones estaría relacionado de algún modo con dos grandes ámbitos: el sistema escolar, que es muy importante, y la familia.
En el primero, preocupa fundamentalmente el tema de las causas y consecuencias de la deserción escolar, que se transforma en una hipoteca y condicionamiento de todo el futuro de los jóvenes en cuestión. En el segundo, la honda huella que a nivel afectivo deja el problema de padres ausentes, ya sea por razones de trabajo o compromisos sociales, o la falta permanente o definitiva de alguno de ellos; la destrucción del matrimonio y, por ende, del núcleo familiar básico; la violencia intrafamiliar, y el sentimiento de sentirse abandonados, solos, no queridos.
De algún modo, todo ello contribuye al desarrollo y manifestación de conductas de riesgo, que pueden ir desde situaciones de tipo depresivo, resentimiento y desadaptación social, hasta particular agresividad y conductas autodestructivas que, obviamente, terminan en el consumo de drogas.
Los adolescentes y jóvenes encarnan el cambio civilizatorio, la reestructuración cultural y la nueva subjetividad. Por ser los grupos más vulnerables, a causa de la etapa del desarrollo por la que atraviesan, se convierten en víctimas y, a la vez, en señal de alarma. Es bueno recordar que la cuerda siempre se corta por la parte más débil.
¿Qué pasaría si esta investigación se hiciera en otro ámbito, en otro nivel de la población? ¿Sería en el sector de estos niños y jóvenes en donde más ha crecido el consumo de la droga? Planteo mis dudas.
Para prevenir, hay que institucionalizar una red intersectorial de apoyo, con medios adecuados de funcionamiento permanente y capacidad de integrar y coordinar la gran cantidad de organizaciones sociales, religiosas y de iniciativa privada que actualmente están dedicadas tanto al tema de la prevención como al de la rehabilitación. Hay que unir toda la ayuda que ya está funcionando, no dejar que se actúe en forma autónoma y se desperdigue el esfuerzo, sino en conjunto, con la participación de todos.
Una mayor comunión en este sentido fortalecería en gran medida la reflexión acerca de los desafíos y de los diversos ámbitos donde se han venido dando estas experiencias. Asimismo, se lograría un mejor discernimiento a la hora de establecer líneas de acción, sobre la base de políticas y estrategias más adecuadas.
A nivel político y legislativo, debemos dictar normas claras y exigentes para el amplio espectro de la prevención y rehabilitación; otorgar especiales facultades en el tema de la investigación y aplicar severas sanciones a la elaboración y tráfico de drogas, y actuar en contra de la corrupción, que según publicaciones de medios de prensa, pareciera comenzarse a generar, incluso, en algunos miembros de la policía.
Investigar, de acuerdo con decisiones legislativas, el creciente fenómeno del cambio de rostro de la droga, en cuanto a que, al parecer, se estaría expandiendo, silenciosamente, también hacia profesionales vinculados con el mundo de la banca, de los medios de producción y servicios, como un estímulo necesario para responder en forma adecuada a las altas exigencias de eficiencia y responsabilidad en los cargos que ejercen en un medio tan competitivo como aquel en el que se desenvuelven. De este modo, la droga se va transformando lentamente en un fenómeno cultural.
Hay que centrar los esfuerzos en la elaboración de una ley de familia, con el fin de crear un marco jurídico capaz de favorecer su fortalecimiento como núcleo básico y fundamental para el desarrollo pleno de las personas y, por ende, de una sociedad sana, en donde los derechos y deberes fundamentales de esposos, padres e hijos queden suficientemente salvaguardados.
Creo que todos estos pobres niños están en la droga debido a que provienen de familias con problemas, por lo que no reciben el cariño y afecto necesarios.
A nivel educacional, el aporte que se puede hacer para solucionar el problema del consumo de drogas es a través de una enseñanza basada en valores, con una sólida formación moral y un énfasis especial en la educación de la voluntad, aspecto que la tradición academicista de nuestro currículo no ha considerado, para formar jóvenes con dominio de sí mismos, capaces de autocontrol y de renunciar a situaciones como el consumo de drogas y de superar las circunstancias que inducen a su uso.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
¿Me permite, señora diputada? Su bancada le otorgó 5 minutos, pero ya ha usado 7. En consecuencia, este tiempo se sumará al asignado a la bancada de Renovación Nacional.
La señora OVALLE (doña María Victoria).-
Gracias, señor Presidente.
La educación de la voluntad se hace hoy día cada vez más urgente e importante, dada la nueva cultura de pluralidad, diversidad, autonomía y acceso a mayores grados de libertad que reclaman los distintos actores sociales.
En definitiva, debemos formar niños contentos, que no asistan al colegio con la idea de que lo que les enseñan no les sirve para su vida; tenemos que enseñarles cosas útiles y que ellos logren demostrar que son capaces de obtener logros por sí mismos.
Eso es básico para evitar el consumo de droga que nos está afectando.
Señor Presidente, deseo aclarar que mi intervención no fue con cargo al tiempo de Renovación Nacional, sino al de la UDI.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Solicito el acuerdo unánime para que ingrese a la Sala el teniente coronel Walter Morales, del OS7 de Carabineros.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado señor Víctor Reyes .
El señor REYES.-
Señor Presidente, solicito que recabe la unanimidad de la Sala para que también ingrese la subdirectora del Conace, a quien se le negó dicha autorización al comienzo de la sesión.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene razón, señor diputado.
Después de autorizar el ingreso del teniente coronel de Carabineros, lo lógico es que hagamos lo mismo con la subdirectora del Conace.
¿Habría acuerdo?
No hay acuerdo.
Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Diputado señor Reyes, puede iniciar su intervención.
El señor REYES.-
Señor Presidente, lamento la situación producida, pues habría sido muy útil la presencia de la subdirectora del Conace en este debate.
La discusión en que estamos participando es, sin duda, muy oportuna, toda vez que existe una fundada certeza respecto del importante incremento que el consumo de drogas ha experimentado en el último tiempo, como lo demuestran las conclusiones del tercer estudio nacional sobre consumo de drogas en Chile, que recientemente el Conace entregó a conocimiento público y que es necesario destacar, por cuanto ha sido ampliamente difundido, lo que implica dar transparencia a la información, hacer público lo bueno y lo malo, para así consolidar lo primero y mejorar lo segundo. Lo importante es que, además de ser oportuno, el debate sea positivo y nos permita no sólo constatar la realidad existente, sino también revisar lo que se ha hecho y llegar a acuerdos, proposiciones o sugerencias, en torno de lo que debemos hacer.
La diputada señorita Sciaraffia , que intervino en nombre de la bancada democratacristiana, ha señalado y comparto ese juicio que para abordar el problema de la droga en Chile se requiere de una verdadera política de Estado que comprometa a la nación en su conjunto, cree las condiciones y permita contar con los instrumentos necesarios para abordarlo en su triple dimensión: prevención, control y tratamiento o rehabilitación.
Sin embargo, para que esa política tenga validez y eficacia, es necesario que cumpla con algunos requisitos esenciales para su legitimidad: que sea democrática, esto es, debatida, informada, no impuesta; participativa, que incorpore a los ciudadanos y a sus organizaciones; solidaria, que considere a las víctimas del consumo como personas, como seres humanos que requieren comprensión, acogida y apoyo; y sustentable, que se proyecte en el tiempo y se estructure sobre la base del compromiso del Estado, del sector privado y de toda la comunidad nacional. Además, debe ser permanentemente actualizada y evaluada; preservar el estado de derecho, equilibrando la demanda de seguridad ciudadana con la minimización del uso de la coacción, y procurar que sus acciones incidan en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
En el ámbito específico de la prevención, es claro que se requiere del mayor esfuerzo de todos; distinguir los consumidores ocasionales de los crónicos; privilegiar a los sectores más postergados y a los grupos más vulnerables, sobre todo cuando las investigaciones nos demuestran que la población joven, de escasos ingresos y carente de perspectivas, pasa a ser un campo propicio para caer en el consumo y, luego, en la adicción.
Pienso que, al menos, hay cuatro ámbitos que deben jugar un rol relevante en la materia. En primer lugar, la familia, como núcleo fundamental en la formación y transmisión de valores. Por su naturaleza y características tiene una responsabilidad ineludible. En segundo lugar, la escuela, pues constituye un espacio privilegiado para intervenir de manera sistémica en la prevención del consumo. En tercer lugar, el ámbito laboral, que es donde la persona se desenvuelve en la vida adulta, se gana el pan de cada día, lugar en que debe encontrar también las condiciones que lo alejen del consumo de las sustancias prohibidas. En cuarto lugar, el ámbito local y comunitario, que involucra al municipio, al barrio, a la vecindad, a las organizaciones sociales, a las iglesias, que, sin duda, tienen un rol que jugar como puntos de encuentro y de convivencia cotidiana de las personas.
En la medida en que la familia, la escuela, el lugar de trabajo y la comunidad se comprometan en participar activamente en programas y acciones de prevención, creo que será posible sentar las bases para que una política en tal sentido pueda tener eficacia y resultados positivos.
En esa línea es importante crear instrumentos que no sólo den cuenta de los efectos negativos del consumo de drogas, sino que también incentiven a los diversos actores a asumir sus respectivos roles. Se debe tener presente que mientras más temprano se desarrollen programas o actividades de prevención, mejor será el resultado.
Aquí tiene un papel decisivo la formación escolar, ya que la escuela constituye, junto con la familia, uno de los principales espacios de encuentro, convivencia y sociabilización de los jóvenes. Por lo mismo, es necesario impulsar la incorporación de programas que permitan habilitar los establecimientos educacionales como espacios y unidades preventivas; hacer del profesor un verdadero agente preventivo, y a los padres y apoderados, colaboradores comprometidos. Incluso, somos partidarios de iniciar programas de prevención a nivel de formación preescolar para que desde la más temprana edad podamos desarrollar hábitos saludables, promover el autocuidado y, en general, procurar el desarrollo integral del niño. La prevención en la escuela, además de anticiparse a los primeros acercamientos a las drogas, debe procurar alternativas de atención o derivación de aquellos escolares que ya se han iniciado en el consumo.
Estas ideas y otras se encuentran incluidas en los proyectos de acuerdo que votaremos más tarde.
Quiero reafirmar nuestra convicción de que es necesario afinar y mejorar constantemente los esfuerzos que se están haciendo por lograr un adecuado control del consumo de drogas. Tenemos claro que se trata de una tarea nacional, que debe poner especial énfasis en la prevención y contar, además de la voluntad política, con los recursos que sean necesarios para su concreción. Sólo así podremos dar respuestas eficientes al desafío que tenemos por delante.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Ulloa .
El señor ULLOA.-
Señor Presidente, en breves minutos resulta difícil hacer un esbozo serio sobre el tema. Creo que estamos frente a un problema que dice relación con un aspecto que todos han señalado: el rol de la educación en materia de prevención. Pero ningún programa, ninguna acción preventiva tendrá resultado alguno, en la medida en que esto siga siendo un buen negocio. En verdad, la droga es un buen negocio, porque los legisladores así lo hemos aprobado al no sancionar el consumo.
No es mi intención instar por que se castigue con cárcel a quienes consumen droga, pero resulta evidente que cualquier gestión, para que resulte eficiente, necesita atacar de manera frontal y central el consumo de la misma.
No hay una cantidad suficiente de funcionarios de Investigaciones ni de Carabineros de Chile para controlar o hacer eficiente la acción preventiva en materia de consumo de droga si no existe algún tipo de sanción para el que consume, la cual debe ser estudiada y puesta en la mesa para su discusión. No podemos pensar en una alternativa de solución al problema si en la práctica no hay un enfoque que ponga la atención en el consumo.
Con esto no quiero señalar que no tengamos presente que el consumo es una condición previa a la adicción y que ésta, finalmente, es una enfermedad. Sí debemos poner algún tipo de sanción, como multa u otra, que no necesariamente desemboque en penas privativas de libertad. Pero, insisto, no hay manera de que tengamos éxito en la prevención, ni siquiera con amplísimos y millonarios programas de educación, si no enfrentamos el problema del consumo. Los esfuerzos de los servidores públicos que nos acompañan, ministros de Estado y jefes de las policías, no rendirán frutos si no enfrentamos este tema como una realidad crucial, para evitar que nuestro país se convierta en lo que no queremos: un centro productor y distribuidor de amplio dominio y manejo de la gente que está en la droga.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Cornejo .
El señor CORNEJO (don Patricio).-
Señor Presidente, quiero poner el acento en el tema de la droga vinculado a la salud. Mis colegas Laura Soto y Gustavo Alessandri ya lo han dicho: “Antes que delincuentes, los que consumen drogas son enfermos”.
El Conace ha hecho estudios sobre prevalencia en escolares, que demuestran que, en el tiempo, ellos han aumentado el consumo de estas sustancias. Pero, sobre la base de lo que he dicho, quiero agregar que éste es un problema de salud mental.
Por desgracia, los estudios de prevalencia de enfermedades mentales en Chile son escasos. En la década del 50, el doctor José Horwitz señalaba que había cerca de un 19 por ciento de prevalencia de dichas enfermedades; en la década del 60, el doctor Juan Marconi hablaba de un 19,8 por ciento; en la década de los 90, el profesor Benjamín Vicente , de la Universidad de Concepción, en estudios realizados en esa ciudad el 90, en Santiago el 92 y en Iquique el 98, demuestra una prevalencia cercana al 40 por ciento de patología mental.
Esto también se ve reflejado en el otorgamiento de las licencias médicas, tan en boga en el último tiempo, de las cuales el 16 por ciento corresponde a desórdenes mentales.
Tenemos un estudio que entregó el Ministerio de Salud el año pasado y que es el único sobre prevalencia de enfermedades mentales en Chile. Allí se señala que, en materia de patología mental infantil, al menos un 24 por ciento de los niños de primero básico, que asisten a escuelas municipalizadas de sectores urbanos con alto índice de vulnerabilidad biosocial, presenta trastornos siquiátricos, o sea, uno de cada cuatro niños; el 40 por ciento manifiesta conductas desadaptativas y, probablemente, una cifra cercana al 25 por ciento está sufriendo algún grado de maltrato.
Con esto quiero señalar que el problema de salud mental es muy importante.
El Ministerio de Salud está desarrollando los programas que ha mencionado la ministra señora Bachelet ; pero, sin lugar a dudas, existe un vacío de cobertura extraordinariamente grande en materia de salud mental. Entiendo que el tema ha sido asumido como un problema intersectorial, pues el Conace agrupa a los ministerios de Salud, del Interior, de Educación, a Carabineros, a Investigaciones y a otras instituciones. Sin embargo, en mi opinión, el asunto es esencialmente sanitario y todas esas instituciones deben trabajar muy directamente para apoyar al sector salud, de manera que la salud mental sea fortalecida como la raíz básica y esencial para enfrentar el uso y abuso de sustancias.
Es fundamental desarrollar el método epidemiológico que maneja el sector salud, para lo cual contamos con herramientas esenciales destinadas a orientar la prevención. La forma es salud, método epidemiológico y prevención.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Roberto Delmastro .
El señor DELMASTRO.-
Señor Presidente, estimadas ministras, jefes de los servicios de Investigaciones y de Carabineros, señora subdirectora del Conace, estimados colegas:
Es un hecho que el consumo de drogas ha experimentado un notorio y preocupante aumento en los últimos años en nuestro país, el cual se ha observado en todos los aspectos, en las diferentes edades, sexo y niveles socioeconómicos. El consumo de drogas es un mal silencioso, constante en el tiempo, solapado, y su comportamiento es homólogo a lo que sucede con un iceberg, esto es, lo que vemos aflorar sobre la superficie es la mínima parte del fenómeno total. Tal comportamiento se refleja especialmente en los decomisos de drogas, pues lo que se detecta es una pequeña parte del total traficado. Los consumidores son más que los encuestados y señalados por los estudios, y los traficantes son muchos más que los detenidos, con la agravante de que por cada detenido nacen varios traficantes nuevos, debido al atractivo económico del negocio, sobre todo en épocas de crisis económica como la que estamos sufriendo.
En otras palabras, mi reflexión apunta a que debemos pensar en que estamos frente a un fenómeno mucho más grave de lo que podemos imaginar o percibir de la información que nos entregan la prensa e instituciones especializadas. Frente a este mal no debemos temer sobreactuar y hacer todos los esfuerzos para detener su avance y tener el firme propósito de hacerlo retro ceder.
Desde hace algunos meses en la Comisión Especial de Drogas estamos discutiendo el proyecto que sustituye la ley Nº 19.366, de drogas, que recoge en gran medida la experiencia que se ha tenido desde su aplicación, en 1995. La iniciativa demandará un especial esfuerzo de esta Cámara para su tramitación y la posterior aprobación en la ley de Presupuestos de los recursos que necesita para su aplicación.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Nelson Ávila .
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente, en lo que se relaciona con el narcotráfico, Chile, con matices, se inscribe en la estrategia diseñada por Estados Unidos. Allá se encuentra el comando central de la llamada “guerra contra las drogas”. Hemos sido testigos de una sucesión de estrepitosos fracasos que suelen exhibir logros aislados, con los cuales se tiende a tranquilizar a la población. Estados Unidos nos ha impuesto el costo social de esta lucha particular que lleva a cabo a nivel planetario. Recientemente, hemos leído en informaciones de prensa que procederán a bombardear la selva colombiana para perseguir a quienes tienen plantaciones de coca. Entonces, vamos a reeditar un nuevo Vietnam en nuestro continente. Pese a todos los enormes recursos que se han dispuesto para este propósito, tanto en Estados Unidos como en cada uno de nuestros países, el consumo ha venido experimentando un crecimiento sostenido.
En lo que atañe a Chile, prevalece la represión, como en todas partes. Allí es donde se canalizan todos los recursos. Es cierto que se habla de prevención y de su importancia, pero las campañas acerca de esta materia no rinden frutos y son ineficaces, porque eluden de alguna manera enfrentar los temas de fondo y, sobre todo, se suelen emplear frases equívocas, lo que hice presente en su oportunidad.
En verdad, se hicieron algunos cambios en lo que se pensaba en el comienzo, pero igualmente estamos experimentando una peligrosa distorsión de la realidad y de los hechos. Se dice: “La droga amenaza”. ¡No, señores! La amenaza no es la droga, sino la disolución de la familia; las condiciones miserables en que un alto porcentaje de nuestra población lleva a cabo su vida; las gravísimas injusticias que aún permanecen intocadas en nuestra sociedad, pese a los inmensos esfuerzos de los gobiernos de la Concertación, todos ellos prisioneros de un modelo que ha sido salvaguardado constitucional e institucionalmente.
Por desgracia, no alcanzaré a desarrollar todos los puntos que quisiera, pero debemos parar este dispendio absurdo de recursos, dilapidados en una batalla que no tiene posibilidad alguna de ser ganada. Basta sólo un ejemplo. Tiempo atrás, en un periódico de nuestra capital se publicó, sin que hubiese aclaración posterior alguna, lo siguiente: “El colombiano refiriéndose a quien dio testimonio en Estados Unidos declaró que entregó 350 mil dólares a Luis Bustos para los gastos de sobornos en aduanas y en policía internacional”. Eso es una pelusa al lado de las inmensas cantidades que el narcotráfico internacional destina en forma exclusiva para ablandar las instituciones llamadas a perseguirlo.
Por eso, de una vez por todas debemos sincerar esta situación, poner término a la pretensión de que el Estado controle lo que cada persona mete en su boca. Debemos trasladar esa responsabilidad al individuo, a fin de que cada cual resuelva lo que le hace bien o mal. Por último, el problema no es la droga en sí, sino la forma en que las personas se relacionan con ella. Cualquiera que abuse, incluso del agua, se enfermará de la vejiga o de cualquier cosa, pues todo en exceso hace daño. Sin embargo, ya es hora de empezar a confiar en el individuo para vencer en esta guerra que los Estados están llamados a perderla definitivamente.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Aldo Cornejo .
El señor CORNEJO (don Aldo).-
Señor Presidente, en el corto tiempo de que dispongo, pretendo hacer un aporte sobre este debate que no es nada nuevo.
Si revisamos la discusión habida en el último tiempo sobre la materia en la Corporación y en el país, nos daremos cuenta de que el debate está centrado en dos o tres temas fundamentales y legítimos. Unos colocan el acento sólo en que el país debe contar con una fuerte ley de drogas, como la existente, y, por tanto, pareciera ser que el problema sólo se resuelve con la aplicación de una legislación penal, ojalá lo más dura posible. Nadie pretende debilitar el ordenamiento jurídico penal.
Otros colocan el acento en que nuestros tribunales de justicia son incapaces de dar una respuesta adecuada, fluida y rápida a quienes cometen delitos vinculados con el tráfico de drogas, básicamente. Asimismo, hay gente que cree que el tema sólo se resuelve ojalá pudiera ser realidad con instituciones policiales que cuenten con más recursos y más personal dedicado a la represión.
Compartimos la idea de reforzar esos tres ámbitos. Ojalá tengamos una estupenda y bien dotada policía de Investigaciones, de Carabineros, un adecuado sistema judicial penal, como el que tendremos con la reforma procesal, y también un buen ordenamiento jurídico, desde el punto de vista penal.
Sin embargo, si tuviéramos que concluir ahí el debate, tendríamos que decir que en esos tres ámbitos pareciera ser que la solución al tema de la droga es sólo responsabilidad de instituciones del Estado. Por ello, cada vez que se discute el problema le habrá ocurrido a muchos parlamentarios, en una población, en una reunión de junta de vecinos, en distintos lugares, el reclamo de reivindicación es más vigilancia policial, más represión, mayores penalidades, más rigurosidad; en definitiva, más cárcel.
Hasta ahí, los democratacristianos estimamos que un elemento sustantivo y fundamental de la sociedad chilena no ha tenido la debida atención en el combate a la droga: la familia, institución fundamental de cualquier sociedad, en particular de la nuestra.
Por esa razón, junto a su Señoría, al diputado Exequiel Silva y a la bancada democratacristiana en general, planteamos formalmente al Gobierno del cual tuvimos buena acogida que para prevenir y combatir con éxito la drogadicción en el mediano y largo plazo es necesario que el Estado ayude a la familia a jugar el rol que le corresponde. A nuestro juicio, no hay otra institución capaz de entregar formación, valores, de crear hábitos, de reforzar conductas y, por último, lo que no es menor, de entregar y recibir afecto.
En consecuencia, pensamos que nada sacaríamos con tener estupendos programas de prevención en materia educacional, si un estudiante, que podría recibir una buena y adecuada formación para prevenir el consumo de droga, llegara a su casa y no encontrara en la familia una buena y adecuada recepción de valores y de formación de conducta. En consecuencia, junto con privilegiar el trabajo con la familia, está la labor, indisolublemente vinculada, que podamos realizar en el sistema educacional y en la comunidad en general, en particular en sus organizaciones de base.
Sin perjuicio de discutir el asunto, en la tarea de reforzar la familia, de modo que juegue un rol relevante, que no puede sustituirlo el Estado, pensamos que las iglesias, todas, sin excepción, pueden hacer su contribución, sobre todo después que el Parlamento ha aprobado la ley de culto.
Todas las iglesias podrían trabajar algunas lo hacen sin recursos en el fortalecimiento de las familias, lugar natural en que el niño, el párvulo, el joven, el adolescente encuentre lo que no le proporcionará la policía, por razones obvias y por definición, ni la acción de los tribunales ni tampoco un código o una ley penal en particular.
No puede haber tanta contradicción. De repente, hay acalorados y largos debates para determinar subsidios en la zona franca, en el sector forestal y otros que se vinculan con la actividad económica. Se echa de menos, en el buen sentido de la palabra y de cargo del Estado, de todos nosotros, el subsidio a la familia, a la acción y rol que puede jugar en la sociedad, no sólo en cuanto a la drogadicción, sino, en general, en la formación de una generación de buenos hábitos y de buenas conductas, en que el diálogo y el afecto sean permanentes.
Por último, pido que la idea que he planteado, que, como dije al comienzo, ha tenido buena aceptación de parte del Gobierno, sea considerada por las autoridades encargadas de la materia, a fin de explorar un camino que, a lo mejor, no va a rendir los frutos esperados en el corto plazo, pero es el mejor para el fortalecimiento de la familia y su rol en la sociedad.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Osvaldo Palma , por dos minutos.
El señor PALMA (don Osvaldo).-
Señor Presidente, hoy, se han escuchado muy buenos discursos, de muy buenos oradores. La ocasión lo amerita y es una buena oportunidad.
Las culpas serán de muchos: del gobierno de turno, del pasado. En general, sobrarán culpables; pero la verdad es que, en mayor o menor medida, todos somos culpables. Lo más grave es que continuamos haciendo lo mismo: lindos discursos, pero con muy pocas o ninguna solución real.
Necesitamos más que buenos discursos. Primero, asumir el problema y reconocer que estamos sobrepasados, en mucho, por la droga y por las mafias que la comercializan, las cuales se están adueñando de las calles e infiltrando los diferentes estamentos de nuestra sociedad: policías, poderes ejecutivo, judicial, legislativo.
Se debe exigir un test antidrogas como requisito para ingresar y mantenerse en la Administración Pública, en todos sus estamentos, incluso en el Gobierno, hasta sus más altos funcionarios, y, por supuesto en el Parlamento, como parte importante de los requerimientos, para así dejar fuera las malas influencias que pudiera significar la adicción de algún funcionario. Esto, aunque duela, no se puede desconocer, y en la medida en que se asuma como una triste realidad, podremos encaminarnos a soluciones verdaderas.
Sin cambios importantes, serán muchos los discursos, montones las medidas de parche, bastante cosmética para aparentar que estamos preocupados y que algo se está haciendo; pero de fondo, poco, pues la verdad es que hay muchas más drogas en las calles de todo Chile y que las mafias son mucho más poderosas que ayer, lo que significa debemos aceptarlo un gran fracaso en las leyes y políticas antidrogas de nuestro país, en general.
Contrariamente a la opinión del Gobierno y de muchos más, creo que se debe penalizar todo consumo y tratar a los consumidores como corresponde, como enfermos, es decir, médicamente a los drogadictos, y a los traficantes, como delincuentes.
Pilar y base fundamental de todo son la prevención y los valores familia y educación. Cerramos las puertas por un lado, pero, por otro, mantenemos ampliamente abiertas las ventanas, dando todas las facilidades legales, con la ingenuidad de nuestros códigos, que facilitan la impunidad de su comercio.
Los traficantes se burlan permanentemente del sistema cuando son apresados, ya que, antes de media hora, con sus hábiles y bien contactados abogados, salen en libertad y continúan con su microtráfico en todo Chile.
En nombre y en defensa de la libertad personal, se está protegiendo a los delincuentes y acabando con la libertad de todos. Se está destruyendo la sociedad.
Creo que el todo siempre es más importante que las partes, y cuando se trata de cuidar la sociedad se puede limitar la libertad individual para defender al conjunto de ella.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Fanny Pollarolo .
La señora POLLAROLO (doña Fanny).-
Señor Presidente, tengo la sensación de que la preocupación es común. Más allá de las diferencias, evaluaciones y énfasis, creo que esta sesión responde a una preocupación que compartimos.
Desde ya, no comparto la mirada del colega Ávila , porque el ejercicio de la libertad individual debe mirarse desde la perspectiva de un adulto que tuvo la oportunidad de un sano desarrollo; pero el problema se ha enfocado cuando el hábito se adquiere en la infancia, en el mundo de la pobreza, circunstancia en que la persona queda dañada e imposibilitada de hacer un ejercicio de libertad.
Compartimos la preocupación, repito, pero hace falta reconocer la complejidad del problema que afecta al mundo, no sólo a nosotros, como dijo la ministra Bachelet . En este sentido, el caso de Estados Unidos es ilustrativo. Entonces, primero, mirémonos como sociedad.
En un artículo, el padre Fernando Montes decía que hay una intrínseca relación entre la forma en que se define la sociedad su marco valórico y el aumento del consumo de drogas; pero, si se habla de valores, hay un tremendo ámbito, que se refleja en los discursos.
Los valores no se inculcan a través de discursos o clases magistrales, ni menos mediante talleres específicos de valores. Se trasmiten con la práctica, con el ejemplo de los adultos, en especial de los adultos significativos, y con el clima global de la sociedad.
Esto tiene importancia en cuestiones concretas. Por ejemplo, ¿qué sucede con el niño de una escuela que ha sido encontrado bebiendo alcohol? Es decir, el problema se refiere a la expulsión, que se está tratando en una mesa de diálogo en el Ministerio de Educación, por iniciativa de la ministra.
Sin duda, en ese caso se está entregando una señal de autoritarismo, de no comprensión, de no recoger, de no vivir una crisis muy seria colectiva y constructivamente. Pero el problema también tiene que ver con el clima de la sociedad a que me referí. Voy a dar un ejemplo constructivo.
La apertura de La Moneda, que puede parecer algo meramente simbólico, es tremendamente expresiva de señales societales, de experiencias, que son muy importantes. Todos los días hay niños sonrientes y con sus sonrisas dicen muchas cosas. Hay una cuestión de dignidad, de autoimagen, de integración, de ser parte, de ser valorado, de ser reconocido, además de que La Moneda es un parque de la cultura.
Debemos recoger ese tipo de cosas, que son muy amplias, muy vastas, pero indispensables.
La segunda idea tiene que ver con la diferencia tajante y radical que debemos hacer entre la represión al narcotraficante, a la empresa delictual, y la mirada compresiva, afectiva, de naturaleza absolutamente distinta, que orienta a la prevención del consumo.
Digo esto porque hay un problema que psicólogos y sociólogos han estudiado hace bastante tiempo: el estigma. Existe la tendencia de manejar el problema de la represión policial en forma, diría, un poco descuidada. Se tiende a estigmatizar cuando se habla de una ciudad o de una población de la droga. Eso es extraordinariamente peligroso, porque con ello se está desvalorizando y empujando a la gente a refugiarse en el grupo estigmatizado. Se colocan rótulos y, de esa manera, en el fondo, se empuja a las personas hacia una identidad, en circunstancia que estamos tratando de rescatarlas de ese círculo y de disminuir su número.
La tercera idea que quiero exponer ya la han abordado varios colegas se refiere al gran logro que se ha ido conquistando en el trabajo de Conace, en el sentido que la política de prevención debe comenzar desde las primeras etapas de la vida y concebirse como parte del proceso de desarrollo y formación de niños y adolescentes.
Esta idea central hay que implementarla. El fundamento es bastante claro. Saberse reconocido en su individualidad, aceptado, querido, aprender a enfrentar el mundo, tolerar sus acciones y aceptar límites al mismo tiempo que asumir la confianza en sus propias capacidades para vencer obstáculos, es esencial para un sano desarrollo.
Pero, ¿cómo hacemos esto con los recursos del Estado? Hay iniciativas y propuestas al respecto, pero agregaría otras ideas. Primero, en talleres se han elaborado materiales y recogido experiencias extraordinariamente importantes. Tengo en mi poder las del Ministerio de Salud y del Ministerio de Educación, en las cuales se avanza en una línea significativa, como es el hecho de que no se debe separar de manera tajante lo que llamaríamos las acciones generales inespecíficas de las específicas. Por ejemplo, cuando ofrecemos a un adolescente usar su tiempo libre en deportes, lo estamos protegiendo de las presiones de la calle y entregándole experiencias de participación grupal. Además, podemos lograr su inclusión y mejorar en conversaciones, en talleres, en elementos más específicos.
Los dos aspectos, probablemente los más complejos, implican avanzar en el tema de la gestión, que muy adecuadamente se ha colocado a nivel local. Primero, debemos determinar cómo se supera la dispersión sectorial, asunto que deseo subrayar. Mientras no tengamos un plan nacional y una institucionalidad para la infancia, será muy difícil lograr ese objetivo. Tenemos los proyectos del Fosis, de la Digeder, de la DGO, de Salud, de Educación y del Fondo de Conace, pero ¿cómo los articulamos?, ¿cómo les damos continuidad? y ¿cómo sabemos que llegan a los sectores más necesitados? En este punto, quiero destacar la gran reforma a la institucionalidad de la infancia que nos ha anunciado el Presidente Lagos, y el Plan nacional en favor de la infancia y de la adolescencia elaborado por Mideplan. Esto debería servirnos de articulador en esta etapa de transición, porque la reforma de la institucionalidad de la infancia, que es básica, demorará algún tiempo.
Segundo, la intervención focalizada es indispensable. Eso significa detectar los factores de riesgo evidentes en los niños y en las familias donde los padres beben de manera anormal, en especial las madres, las cuales constituyen un alto factor de riesgo, como lo es también la madre adolescente. Un niño que enfrenta dificultades escolares tiene cinco veces más posibilidades de hacerse consumidor de marihuana y ocho veces más de convertirse en consumidor de cocaína.
En síntesis, estoy convencida de que en esta década hemos avanzado. No hemos resuelto el problema, porque es extraordinariamente complejo y tiene que ver con cuestiones muy de fondo de nuestra sociedad, pero estamos en la línea correcta: perfeccionando lo que corresponde, dando continuidad a lo que debe proseguirse, colocando más recursos y sabiendo que con esto no sólo lograremos detener un problema, sino que incorporaremos una visión humanista y solidaria en nuestra sociedad.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Ricardo Rincón .
El señor RINCÓN.-
Señor Presidente, es bueno destacar que ésta es una sesión importante con una participación también relevante, y asimismo señalar los logros obtenidos en esta década para resolver el problema. Ha habido un plan nacional que antes no existía; una ley que a partir de 1995 claramente potencia lo que había en estas materias; se ha desarrollado una institucionalidad y destinado recursos y elaborado programas. Tampoco podemos dejar de resaltar, por ejemplo, que la Comisión Especial de Drogas, la cual trabaja con una muy buena participación de todos los partidos políticos representados en la Cámara, ha recibido la colaboración permanente del subsecretario del Interior, señor Burgos , con el objeto de avanzar en el análisis del proyecto que actualiza la ley Nº 19.366, de Drogas.
Después de diez años hay que decirlo surge en forma natural una necesaria revisión de las políticas de drogas, del plan nacional y de lo que está sucediendo en el país, porque el sistema de medición desarrollado por el Gobierno, que permite tener parámetros serios, científicos, permanentes y periódicos sobre estas materias, indica que, al menos, en algún grupo etario o en ciertos niveles relacionados con drogas lícitas e ilícitas, hay aumento. Una natural revisión del tema no puede llamar ni a celo ni menos a enojo, puesto que este tema debe ser abordado transversalmente como política de Estado, la cual ha sido definida desde el gobierno del Presidente Aylwin.
Por lo demás, muchos de los que estamos acá en alguna época trabajamos en el tema. El diputado Krauss , como ministro del Interior; el subsecretario Burgos y quien habla en algún rol al interior de dicha cartera. Es decir, sabemos que esta materia se ha estado trabajando transversalmente desde hace mucho tiempo, lo que reconocemos, pero, no obstante, surge una evaluación natural.
En estas últimas semanas, uno siente que se ha perdido un poco la política de Estado, lo cual hay que decirlo y reconocerlo. En este último tiempo, de una u otra forma, el concepto de política de Estado se ha debilitado, entendida ésta como la que hacemos todos, participativa, sin hacer distinción de ningún tipo, no sólo ideológica, de credo, sino que también en términos de posiciones sobre el particular, porque interesa consensuar para tener respaldos masivos frente a un problema de primer orden en la sociedad. Eso lo hemos perdido y, a lo mejor, responsable y seriamente, entre todos hemos contribuido a que así sea.
Algunos hemos señalado en esta última semana que, si bien las campañas comunicacionales pueden ser una contribución, no atacan el problema de fondo. El propio Conace ha dicho que esa campaña nunca ha pretendido reducir el consumo de drogas, pero claramente, es bueno decirlo, ése es hoy un problema prioritario en nuestra sociedad. Las campañas comunicacionales pueden reforzar el estímulo a la participación, a la discusión, etcétera, pero no resuelven, no lo resolverán ni nunca han resuelto este problema.
Ése es el aporte que honesta y decididamente pretende hacer la Democracia Cristiana, en orden a disminuir el consumo de drogas en nuestro país; obviamente, en el ámbito de una política de prevención y de una trilogía básica siempre definida sobre la base del control, del tratamiento y de la rehabilitación. Ese es el centro de nuestra motivación y lo que nos ha llevado a sumarnos a discutir el tema.
¿Cuál es esa política de prevención? No dudamos de que existe; sin embargo, después de diez años y vuelvo a la primera idea planteada, creo necesario revisarla, como también replantear el problema real de las drogas ilícitas, porque si bien es cierto que está en aumento y estudios del Conace así lo demuestran, no lo es menos que las cifras respecto del consumo de las denominadas drogas lícitas son claramente impresionantes. Las propias encuestas del Conace lo demuestran. Incluso, puedo citar textualmente lo que se señala en la página 176 del estudio, que dice que la cifra referida al aumento del consumo de alcohol es considerable si se piensa que se está hablando de personas menores de edad, a las cuales por ley les está prohibida la venta de alcohol. Me refiero al grupo etario entre 12 y 18 años.
En consecuencia, también es necesario revisar la problemática de las drogas mal llamadas lícitas, porque en términos jurídicos y legales lo son y constituyen factores de riesgo fundamentales. Por eso, es necesario evitar la primera entrada al consumo de drogas lícitas o bajar la edad del primer consumo de nuestra población.
Pero el problema no se limita a eso. Si uno analiza los cambios que la sociedad chilena ha vivido en términos de, por ejemplo, sus enfermedades, en nuestro país claramente ha habido un fuerte aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles, más comunes en las edades adulta y senescente, motivado por estilos de vida no saludables, a los cuales se vinculan el tabaquismo, el alcohol, la violencia, determinados tipos de relaciones sexuales muy prematuras en algunos jóvenes, etcétera.
En consecuencia, el tema debe tener un enfoque sistémico global, poniendo el acento en la prevención y en elementos como los señalados por la diputada señora Fanny Pollarolo , que son sumamente rescatables, poniendo el acento en la prevención y diseñando y aplicando programas a todo nivel en nuestra población infantil, escolar y preadolescente, que constituyan por ahí lo dijo una diputada o diputado una especie de vacuna que vaya quebrando la curva en esta materia.
Nuestro país cuenta con científicos y académicos que pueden aportar al tema con comprobación y validación científica y muestral, para abordarlo integralmente. Hay que reconstituir una política de Estado y dotar de más recursos a los organismos correspondientes, lo que debe ser prioritario en el tema droga; porque si uno analiza temáticamente la distribución de nuestro presupuesto y creo que esta discusión es un adelanto respecto de lo que será la ley de Presupuestos para el 2001, no hay gran cantidad de recursos destinados a este importante tema.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Pía Guzmán .
La señora GUZMÁN (doña Pía).-
¿Cuánto tiempo tengo?
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Su bancada le asignó 8 minutos a usted, y 8 minutos al diputado señor Espina.
La señora GUZMÁN (doña Pía).-
Señor Presidente, hace dos semanas, envié varios oficios al Gobierno, solicitando los presupuestos totales del Estado de Chile para la prevención en el año 2000. Me contestó el Conace y los Ministerios de Educación, Salud y Justicia. Estos cuatro organismos públicos tienen un total de 3.898 millones de pesos para prevención en el año 2000.
Conjuntamente con dichos oficios, solicité también al Conace que me señalara en qué consistía la campaña, bien desagregada, de prevención y el costo de la misma. Me la dieron a conocer, pero, como dispongo de poco tiempo, no quiero reproducirla.
La señora directora me señala que el costo total de esta campaña de tres meses es de 470 millones de pesos. Es decir, en una campaña de tres meses se está gastando más del 15 por ciento del presupuesto total de prevención del Conace y más de todo el presupuesto de prevención del Estado de Chile para la prevención en escolares.
Si uno observa las acciones de esta campaña, se dará cuenta de que quizás lo único realmente valedero son 300 videos que se distribuyeron en el país y que motivan la discusión del tema, y 400 mil cartillas instructivas, algunas de las cuales tenemos a la vista. Pero el problema es que esto no está enmarcado en un principio rector unívoco que tenga que ver con una intervención preventiva que fortalezca los grandes escudos protectores en torno del niño.
Hace meses conversé con la señora directora del Conace. Le hice presente que, muchas veces, estas campañas no tenían el impacto que se esperaba de ellas, además del alto costo que significaban. Por lo tanto, esto estaba prevenido, se había dicho.
No pretendo formular un cargo directo a la directora del Conace, porque ella está iniciando un período y ha heredado de anteriores administraciones una política deficiente en programas de prevención. Sin embargo, es importante que esta sesión se haya celebrado hoy, al inicio de sus funciones, porque podremos consensuar un punto en común, un principio rector unívoco, orientador de lo que realmente debe ser una campaña de prevención de droga; incluso, más que de una campaña, se debe hablar de lo que corresponde, en orden a llevar a cabo programas de intervención preventiva a nivel escolar.
Me referiré a algunos datos duros de la encuesta del Conace que me llamaron mucho la atención, porque es importante que esta Cámara los conozca.
De partida, se ha publicitado que en octavo año básico uno de cada diez niños ya ha consumido alguna droga. Esto significa que todos aquellos programas dirigidos a la educación media, como charlas, monitores, capacitación de profesores, simplemente es plata perdida. Lo que se requiere es que dichos programas empiecen cuando el niño es pequeño, cuando todavía es una esponja para asumir la información de aquello que le hace daño. Pero más importante es asumir que una verdadera intervención preventiva debe considerar la participación de padres y profesores, quienes, en conjunto y como unidad educativa, han de generar aquellas acciones que permitan proteger a los niños y ayudarlos a desarrollar sus habilidades y potencialidades para rechazar aquello que les hace daño.
Otro dato duro de la encuesta que realmente me llamó la atención es que el gran incremento del consumo está dado fuertemente en las mujeres.
Según los datos comparados, entre los años 95 y 99 el consumo de marihuana y de cocaína se duplicó en las mujeres. No me refiero a los datos brutos de la encuesta tal como aparecieron en Internet, sino a un estudio que, al respecto, realizó la Fundación Paz Ciudadana, que homologó las cifras. En concreto, en el caso de mujeres, en cinco años se ha duplicado el consumo de marihuana y cocaína, acercándose al consumo masculino.
Hace seis años se dijo lo mismo respecto del alcohol: que el gran problema estaba en que las mujeres habían empezado a consumir igual que los hombres. Por lo tanto, ello hacía que el alcohol fuera tan socialmente aceptado, por lo cual era muy difícil poner un límite. Sin embargo, en las mujeres el consumo de drogas como la marihuana y la cocaína está masificándose entre las mujeres, aunque en un rango menor; pero éstas están consumiendo por igual. Quienes se dedican a la rehabilitación saben perfectamente que rehabilitar a una mujer es mucho más difícil que rehabilitar a un hombre, debido a una serie de problemas fisiológicos.
Pero hay otra conclusión que fluye de la encuesta y que debe preocuparnos. Al analizar los gráficos relativos a los factores de riesgo específicamente el que tiene que ver con la participación de los compañeros en el consumo de drogas, podemos comprobar que cuando el niño encuestado no tiene a su alrededor a ningún compañero que consume marihuana, sólo el 3,7 por ciento acepta que la ha consumido. Pero al terminar la encuesta, después de cinco preguntas relacionadas con los compañeros que consumen droga, se puede apreciar que si todo su entorno participa en el consumo de marihuana, el 52,8 por ciento de los niños también consume.
Entonces, tenemos aquí dos elementos graves: incremento del número de mujeres que consumen drogas igual que el hombre y masificación, a partir de los pares que las consumen. Esto es realmente muy preocupante, y corresponde a los datos desagregados que deben ayudarnos a programar efectivamente una intervención preventiva.
Otro punto que me produce alarma es el relacionado con la población de alto riesgo. La encuesta señala que el 11,9 por ciento de niños entre 14 y 18 años reconoce haber consumido droga durante el último mes. A nivel internacional, es el rango de más alto riesgo. Es cierto que hay que desagregarlo, según la frecuencia del consumo en el último mes, y dependerá de si la frecuencia es diaria, dos o tres veces por semana, etcétera, aspecto que no incluyen los datos que nos han entregado hasta ahora. Espero que nos hagan llegar esos antecedentes, porque me interesa conocerlos. Si medimos el grueso como población de alto riesgo, tenemos 86 mil niños con alto riesgo de caer en la adicción; sin embargo, no tenemos cómo rehabilitarlos.
En resumen, los datos de la última encuesta realizada por el Conace nos indican que, hasta ahora, todos los programas preventivos han fracasado.
Si en 1995 teníamos 6,4 estudiantes de 8º básico que reconocían haber consumido marihuana, y en 1999, 10,6 es decir, en cinco años casi hemos duplicado el número de alumnos de 14 años que reconocen haber consumido marihuana, es porque los programas han fracasado.
Entonces, ¿qué se debe hacer? Iniciar programas preventivos que vayan efectivamente al núcleo del problema, que pongan el acento en los colegios, en las comunidades educativas. Primera tarea: ojalá que con todos estos recursos dispersos en los distintos ministerios se forme un gran fondo destinado al concurso de proyectos de colegios, municipios, de las iglesias evangélicas, etcétera, en los cuales el enfoque sea la prevención, fortaleciendo la familia y los colegios. Pero, además, es necesario que sean programas de largo plazo, por lo menos, de cinco años. También se requiere una evaluación del impacto de dichos programas, porque si no se hace una evaluación de ellos, no se sabrá si han surtido efecto.
Termino solicitando a la secretaria ejecutiva del Conace que me envíe la siguiente información, relacionada con todos los programas preventivos de los últimos cinco años: población objetivo a la cual estaban destinados, quién los ha administrado, acciones que desarrollan, plazo de intervención preventiva, quién los evalúa y, por último, su impacto o evaluación final en el público objetivo.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el honorable diputado señor Alberto Espina.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, intervengo en el ánimo de colaborar con las autoridades de Gobierno, con el Conace y con las policías, porque tengo la más absoluta convicción de que, más allá de diagnósticos y estadísticas, este tema debe ser abordado como política de Estado.
Quiero contar mi experiencia, adquirida después de trabajar con dieciséis municipalidades de gran parte de la Región Metropolitana y de otras regiones, tales como las comunas de La Reina, Las Condes, Lo Barnechea , Vitacura , Ñuñoa , Peñalolén , Los Cerrillos , Estación Central, Macul , Cerro Navia , Quilpué , Quilicura , La Serena, Curacaví , Melipilla e Independencia. Y lo hago luego de haber recibido más de 700 denuncias, en el ámbito del convenio municipal suscrito por ellas, que comprenden 42 comunas de la Región Metropolitana y otras tantas de regiones, en particular de la Cuarta y Quinta. Gran parte de las personas que nos llaman por teléfono casi el 66 por ciento para denunciar casos de narcotráfico están vinculadas por lazos familiares o de amistad con personas que son dependientes de la droga en cualquiera de las tres fases en que se encuentren. Ahora bien, esas personas regularmente los denuncian ante el drama y la desesperación que sienten al ver la forma en que un familiar o un amigo adicto no logra salir de las redes de las bandas de narcotraficantes, con lo cual está destruyendo su vida.
Deseo manifestar una idea muy general sobre tres puntos expresados aquí. Comparto plenamente lo manifestado por el diputado Patricio Cornejo , y lamento que no podamos enfocar más a fondo el tema de la salud mental. A las sociedades modernas les sería difícil imaginar que una isapre de nuestro país no preste atención a la salud mental de las familias y de las personas que viven el drama de la dependencia de las drogas y de la adicción, y que los planes que ofrecen sean absolutamente insuficientes. Asimismo, comparto lo señalado con mucha fuerza por el diputado Aldo Cornejo , relacionado básicamente con el rol de la familia en todo lo que signifique la prevención.
¿Cuál es mi experiencia práctica en las villas y poblaciones es decir, en el terreno, no en teoría, cuando recibimos llamados? En estos pocos minutos de que dispongo me resulta difícil sintetizar lo que nos dice la gente; pero puedo ejemplificarlo citando a un famoso psiquiatra chileno, que dice textualmente lo siguiente:
“La sociedad moderna, la sociedad actual, ha sido una apología del tener y del placer, que son los nuevos valores de nuestra sociedad. Se ha olvidado conjugar el verbo ser frente al tener, haciendo resonar a este último en reemplazo del primero, como si fuera realmente éste. Valgo por lo que tengo; el tener me hace ser más.
“No se valora que la dignidad de la persona humana reposa en el ser y no en el tener. Los valores personales y espirituales de la familia y de la sociedad se han sacrificado al tener. Con esto, se ha acabado con la conciencia moral, con el sentido del deber, con aspiraciones de realización personal distintas del poseer, con los controles morales y sociales.
“En esta carrera por el tener y el placer no es de extrañar que pululen las dependencias; son su caldo de cultivo. Una política eficaz de prevención de las dependencias de drogas no puede estar ajena al mundo de los valores; éstos deben ser promovidos con la necesaria pluralidad y respeto a la diversidad de las posiciones”.
Cito este párrafo porque me parece que es un enfoque quizás distinto de las buenas ideas que aquí se han dado, o complementario del tema relativo a la prevención.
Siento que en nuestra sociedad los controles sociales han ido cediendo terreno; percibo que la clara distinción en el mundo de los jóvenes entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo razonable y lo ilógico, entre el bien y el mal, ha entrado en un ambiente de permisividad, de relativización, debido a factores como los medios de comunicación, el mundo del trabajo, la familia, la distancia con los niños, que objetivamente va haciendo que la juventud sea más permeable a una sociedad en la cual, al parecer, el ánimo de obtener riqueza y lucro justifica cualquiera acción, lo que lleva a muchos jóvenes, incluso, a vincularse con el tráfico de drogas, precisamente por estar más dispuestos a mirar la sociedad desde el punto de vista del tener que del ser una persona.
Considero que los esfuerzos del Gobierno y las políticas públicas deben centrarse, básicamente, en fortalecer los controles sociales de la comunidad, que son ejercidos por los amigos, en la familia, en el barrio, en los establecimientos educacionales, por los compañeros de trabajo, por los directores de los colegios, que se llevan a cabo mancomunadamente con la labor de la policía, con los mensajes de los tribunales de justicia, con las autoridades nacionales. Es decir, hay una política que debe centrarse, sin lugar a dudas, en revitalizar y fortalecer los controles sociales, que son aquellos en que las sociedades modernas y democráticas ponen fundamentalmente el acento, olvidándose que éste es un tema que va a resolver el gobierno de turno. Ningún gobierno que no reciba la colaboración de la sociedad civil, podrá abordar con probabilidades de éxito la prevención y el tráfico de drogas.
La segunda tarea de las autoridades, a mi juicio, es colaborar en la organización civil. El subsecretario señor Burgos ha dicho lo he conversado en varias oportunidades que el Gobierno está trabajando en una iniciativa que ayude y fomente la organización de la sociedad civil.
Es fundamental que en cada lugar, en cada punto en que tengamos la percepción de que hay tráfico o consumo de drogas, se realice realmente un esfuerzo por organizar a esa comunidad para que pierda el temor y, a veces, la desidia y la costumbre de que es el Estado el que debe darle los instrumentos para superar los problemas que sufren las sociedades modernas de manera agobiante. La sociedad civil es la que se debe acostumbrar a organizarse y recibir orientaciones de las autoridades públicas para saber cómo hacerlo.
Tengo también la percepción de que falta una política nacional en educar para la prevención. Cada vez que en la Oficina de Fiscalización recurrimos a los convenios del Conace, o a los que tenemos con la Dirección de Organizaciones Sociales de la Secretaría General de Gobierno o al trabajo o apoyo de la Subsecretaría del Interior, no percibo una campaña suficientemente diseñada en todos sus componentes, en que la sociedad se haya involucrado para determinar objetivamente cómo enseñar a prevenir.
No basta con sostener que es necesario mejorar los alumbrados públicos, los paseos peatonales, las vigilancias policiales. Hay una cuestión de saber educar para prevenir el consumo de drogas y, por cierto, para tener el coraje y la valentía de denunciar su tráfico.
Desde esa perspectiva, las sociedades modernas avanzarán en el terreno de actuar con enorme drasticidad con las bandas de narcotraficantes.
Cada vez que denunciamos que en una villa o población el tráfico es generalizado, lo que estamos diciendo es que la gente de esos lugares nos llama para rescatar esos espacios públicos, de manera que pueda comportarse adecuadamente y vivir tranquila.
El camino hacia el futuro debe tener claridad en los controles de la sociedad. Los padres hemos de ser capaces de tener mayor claridad en el rayado de la cancha que debemos hacer a nuestros hijos; no tener temor en eso, y hagámoslo sin autoritarismo. Seamos capaces de fijar patrones de vida sin vociferar, sin tener una posición de superioridad.
Es muy interesante lo que decía la diputada Pollarolo . Un niño o un joven no puede tener la libertad de determinar si en su vida va a consumir o no drogas, porque no está formado para hacerlo. Son los padres, la familia, el colegio los que tienen que otorgar esas posibilidades, y el gobierno, incentivar la organización de la comunidad. Cuando lo hace, logra profundos éxitos; cuando lo ha abandonado, la sociedad se desarticula, pierde su vertebración y nos transformamos en una sociedad llena de edificios altos, pero con muy poca humanidad en su organización. Obviamente, lo que corresponde a estos poderes del Estado es colaborar en la organización de la sociedad.
Quiero terminar diciendo que he tenido la experiencia de trabajar con las autoridades del actual Gobierno, y tengo que ser honesto, porque nobleza obliga, que he recibido toda la colaboración de ellas. La he recibido de los alcaldes de todos los partidos políticos y pienso que ese ejemplo, pequeño, que no pretende marcar un camino definitivo, ha ido prendiendo en cada una de esas comunas, en donde cada vez más la gente ha ido percibiendo que este no es un problema del Gobierno. Es un problema de la sociedad chilena; es un problema de todos, y en la medida en que así lo enfrentemos, en la medida en que gastemos tiempo en señalar camino en esa dirección, pienso que esta situación aún se puede revertir.
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la secretaria ejecutiva del Conace, doña Teresa Chadwick.
La señora CHADWICK, doña Teresa (Secretaria ejecutiva del Conace).-
Señor Presidente, quiero referirme sólo a lo que se ha hablado durante esta sesión con respecto a las campañas comunicacionales, ya que el vicepresidente del Conace, el subsecretario del Interior, ha expuesto cuáles son las políticas y los programas de prevención que estamos desarrollando en todo el país.
Cada uno de los señores diputados tiene en sus escritorios un documento sobre lo que estamos haciendo y cómo estamos invirtiendo el presupuesto del Conace.
Nos ha extrañado el revuelo que se ha suscitado con motivo de las campañas comunicacionales que está desarrollando el Gobierno con respecto a la droga. Hoy existe un mundo mediatizado, y eso lo saben mejor que nadie los políticos, porque ese conocimiento es muy importante en las campañas electorales.
El desarrollo de acciones preventivas, concretas, focalizadas, tiene que ir acompañado también de una sensibilización de la opinión pública sobre la dimensión y tipo de problema.
La campaña contra el tabaco y la campaña de prevención del Sida en el mundo, que han sido fundamentalmente comunicacionales, han tenido éxito por la globalización y la característica de sociedad mediática de que estamos hablando.
La campaña del Conace es sólo, y no hay que darle más importancia, una sensibilización para que crezcan con mayor fuerza los programas que a nivel local, en las escuelas y en las familias se están realizando.
A raíz de lanzamiento de la campaña, el Conace cuenta con una línea telefónica especial y una página web, de las cuales hemos concluido que la población, en general, no opina lo mismo que las personas que hacen más teoría sobre los distintos fenómenos sociales.
Hemos recibido más de 4.500 intervenciones en la página web que preguntan por capacitaciones específicas en empresas, en escuelas, en comunidades, en juntas de vecinos. Si eso no es prevención, ¿qué es prevención entonces?
A través de la línea telefónica, recibimos más de 100 llamadas al día de personas que están en el consumo de drogas y que necesitan orientación para someterse al tratamiento; de jóvenes que todavía no están en el consumo, pero desean información sobre el daño que produce cada una de las drogas.
Veamos un poco objetivamente la realidad. Esa campaña que se critica por el gasto las campañas comunicacionales no son exitosas en el mundo, obviamente tiene respuestas concretas, como es la que estamos recibiendo en el Conace por parte de la población, que no hace las mismas consideraciones que realizan los grupos más especializados.
También quiero responder a la diputada señora Pía Guzmán que el costo de la campaña del Conace equivale al 7 por ciento de los 6 mil millones de pesos, que es el presupuesto total del Consejo, y no el 15 por ciento.
Aprovecho la oportunidad de agradecer a los 5 canales de televisión, que han exhibido en forma gratuita la campaña del Conace. Si se tuviera que pagar sólo un espacio de televisión, por Dios que estaríamos hablando de un mayor gasto.
Esto es lo que quería plantear, dado que cada uno de ustedes tiene en sus manos la información con respecto a los programas específicos.
Muchas gracias.
La señora GUZMÁN (doña Pía).-
¿Podría hacer una precisión?
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra su Señoría.
La señora GUZMÁN (doña Pía).-
El cálculo del 15 por ciento se obtiene del total gastado en prevención, que es, aproximadamente, de 3.100 millones de pesos, de acuerdo con lo que el Conace ha informado.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la señora ministra de Educación.
La señora AYLWIN, doña Mariana (Ministra de Educación).-
Señor Presidente, en esta sesión especial, que valoramos mucho, ha quedado en evidencia la complejidad del tema que hemos discutido.
Como varios señoras y señores parlamentarios lo han señalado, aquí se requieren esfuerzos integrados muy diversos, y una sociedad dispuesta a movilizarse para decir no a la droga, y combatir este flagelo, que no afecta sólo a los jóvenes, como bien lo señaló la diputada señora María Victoria Ovalle . En los jóvenes es más evidente, pues si les preguntan en una encuesta dicen la verdad, pero me parece un riesgo estigmatizarlos vinculándolos a la droga.
Este problema afecta también a las escuelas y liceos. En otras ocasiones, he dicho que no tienen las paredes tan altas como para que no entren en ellas los problemas que afectan a la sociedad.
Quiero manifestar mi aprensión sobre el riesgo que puede constituir generar expectativas tan altas en lo que las escuelas pueden abordar. Sin duda, la familia cumple un rol clave y todo lo que se haga para apoyar a las organizaciones vinculadas a ella, como centros de padres podríamos decir centros de madres, iglesias, e involucrar más a la sociedad, como lo han señalado varios parlamentarios, es muy importante.
Me referiré a lo que estamos haciendo en el ámbito de la educación desde hace varios años. En primer lugar, uno de los aspectos centrales por implementar en el currículo escolar es la prevención del consumo de drogas y de alcohol, aun cuando tenemos un currículo que a partir de los objetivos fundamentales y contenidos mínimos establece muchas oportunidades para trabajar el tema de la droga. Ahora queremos implementar el currículo transversal, que no es una asignatura, sino una oportunidad de aprendizaje en muchas áreas: formar para la vida, entregar herramientas básicas para enfrentar los riesgos sociales, formación moral que permita discernir en una sociedad abierta aquí se ha hablado de discernir entre el bien y el mal, desarrollar actitudes, valores, habilidades que permitan tomar opciones responsables, regular las conductas, o sea, desarrollar una personalidad integrada. Todo ello es posible en nuestro currículo; también hay muchas opciones para trabajar en torno al tema de la droga en forma explícita en distintos sectores de aprendizaje.
Por ejemplo, en una experiencia piloto en prevención temprana, efectuada en seis comunas, a través del currículo de primero a cuarto básico, se trabaja en temas como formar para la identidad, integralidad del ser, afectividad, autocuidado, extensión de sí mismo. Nuestra intención es, con un buen material, extender esa experiencia el próximo año a treinta comunas, las de más problemas.
En orientación, de quinto a octavo básico se trata explícitamente en varias unidades el tema del alcohol y las drogas. En educación física, en la formación de hábitos para una vida activa y saludable, también está explícito lo relativo a la prevención del consumo de alcohol y drogas. En comprensión del medio natural antes, ciencias naturales en séptimo básico, y en biología en primero medio, el tema se trata en detalle, especialmente lo relativo al alcohol; en tercero medio se aborda lo relacionado con la salud mental, y explícitamente se reflexiona con los jóvenes acerca de la magnitud y evolución del problema de la droga, estrategias de prevención y efectos del consumo.
Por lo tanto, para el ministerio el tema es cómo apoyar a nuestros profesores para abordar el nuevo currículo que se está implementando desde 1997 en la educación básica y desde 1999 en la enseñanza media, con todas las oportunidades que da para trabajar.
Sin embargo, hemos recibido la petición de poner el tema en forma más explícita en los objetivos transversales. Estamos dispuestos a ello y pronto haremos una presentación al Consejo Superior de Educación, con el propósito de modificar los decretos Nºs 40 y 220, que establecen los currículos.
¿Cómo apoyamos a nuestros profesores? En todos los departamentos provinciales del país existe una red de capacitadores. Con la Facultad de Psicología de la Universidad Católica se ha capacitado, en especial, a profesores jefes, para que trabajen el tema. En el transcurso de estos años se ha licitado un excelente material, elaborado por distintas instituciones, no por el Ministerio, sobre todo por la Fundación Áncora, el que está disponible para todos los establecimientos que lo requieran y el cual se puede usar de primero a cuarto, de quinto a sexto, de séptimo a octavo básico, de primero a segundo medio y de tercero a cuarto medio. Se trata de un material validado en experiencias probadas desde primero básico hasta cuarto medio.
Un aspecto clave es el trabajo que realiza la escuela y el liceo con los padres. En los programas de prevención temprana se ha llevado a cabo una experiencia muy importante de apoyo a la familia. También se elaboró un material que se distribuyó a todos los centros de padres, y estamos elaborando videos con el objeto de que los profesores trabajen en las reuniones de padres y apoderados con la familia y aborden en conjunto la prevención de la drogadicción.
Se ha mencionado la ocupación del tiempo libre de los jóvenes. Este año iniciamos experiencias en esa línea. No todo lo que se hace se impulsa desde el Ministerio de Educación: también recogemos experiencias exitosas que se llevan a cabo en algunos establecimientos para ponerlas a disposición de los que tienen problemas.
Este semestre y el próximo vamos a abrir cincuenta liceos en las comunas más vulnerables uno por comuna para probar experiencias de ocupación del tiempo libre ligado a prevención de consumo de alcohol y drogas y que puedan replicarse con posterioridad.
Como se ha señalado, los factores de riesgo son clarísimos: padres consumidores, problemas escolares. Por eso es tan importante mejorar los aprendizajes en el sistema escolar, poner más exigencias, retener a los alumnos en el establecimiento y trabajar con los que tienen problemas escolares, sin actuar como sucede hoy, en que se expulsa al niño con problemas y nadie se hace cargo de él. Todos nuestros esfuerzos hemos sido criticados por ello apuntan a trabajar con los niños que tienen problemas, porque son los están más expuestos a factores de riesgo. Eso significa, también, apoyar a los profesores.
Familias con problemas, conductas agresivas son los principales factores de riesgo que demuestran las encuestas.
¿Cuáles son los factores protectores? Primero, percepción del daño. En este sentido, la campaña que se está llevando a cabo es interesante. Segundo, preocupación familiar. Por eso, queremos incentivar más el apoyo a la familia y trabajar en conjunto. Tercero, el acceso a acciones de prevención.
Tengo la impresión de que hay un acuerdo fundamental entre el Gobierno y los parlamentarios en cuanto a que debemos abordar el tema con mucha seriedad. De la discusión habida se desprende que existe mucho acuerdo sobre lo que hay que hacer, que esta tarea no compete sólo al Gobierno o a una política pública, sino que, en conjunto, debemos integrar los distintos esfuerzos para tener una sociedad potente y capaz de decir no a la droga.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el general director de Carabineros, señor Manuel Ugarte .
El señor UGARTE (General director de Carabineros).-
Señor Presidente, en primer lugar quiero agradecer que me hayan invitado a esta importante sesión.
La exposición de Carabineros ha sido estructurada de la siguiente forma: primero, haré una descripción, en términos muy generales, del plan nacional de prevención y control de drogas, elaborado por el Conace el año 1993, que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de todos los chilenos. Ese plan contempla, a su vez, tres planes generales con sus respectivos planes específicos.
Daré una breve explicación de lo que estamos haciendo en cada uno de ellos, tanto en el área operativa como en la preventiva, otorgando mayor énfasis a esta última. Luego, daré a conocer la labor del denominado Fonodrogas durante el presente año e información estadística de todas las actividades preventivas ejecutadas. Por último, haré un resumen de las metas por alcanzar en el área preventiva durante el segundo semestre del año en curso.
Como se puede ver en pantalla, existen tres planes generales que ha establecido la política y el plan nacional de prevención y control de drogas del supremo gobierno. Carabineros de Chile participa activamente en dos de ellos a través de tres planes: en el control de la oferta y eliminación del tráfico, en el área de la represión, y en el plan de prevención, que denominamos área preventiva.
En la estrategia de control integral operativa por excelencia, específicamente de la oferta, demanda y reducción de las drogas, existen tres controles. El primero es desarrollado por todas las unidades y destacamentos fronterizos; el segundo, por las tenencias de carreteras y los controles fitosanitarios, y el tercero, por las unidades operativas urbanas y rurales las comisarías focalizado al control del microtráfico.
En el área preventiva, hemos estructurado los niveles más importantes. El primero, relativo a la familia. Parece haber unanimidad respecto de la importancia del núcleo familiar en la prevención del consumo de drogas. Hace algunos años, se hizo un trabajo con un grupo de jóvenes que había caído en el consumo de drogas. En el ciento por ciento de los casos concurrían tres factores: hogares desechos, entendiendo por esto un hogar donde faltaba uno de los cónyuges o, estando ambos, la vida familiar se hacía intolerable; carencia de espacios para ocupar el tiempo libre, y las malas juntas. Esto demuestra la importancia del núcleo familiar en cualquier programa o plan preventivo.
En el plano individual, hay que fortalecer en menores y adolescentes sus atributos personales y autoestima. En esos puntos estamos enfocando nuestra acción.
En las escuelas, nuestra tarea está centrada en dictar cursos y preparar monitores educativos en materia de droga a fin de internalizar en el niño los peligros que conlleva su consumo. La labor que desarrollan los profesores más adelante lo veremos con ocasión del análisis de algunos programas específicos es inapreciable. Creemos que cada profesor debiera ser un monitor en la prevención de drogas. En el entorno social, se deben controlar los distintos grupos de presión que existen sobre el niño, sobre todo los externos, como las pandillas o grupos en los cuales participan los menores. Tal como se puede apreciar en películas provenientes del extranjero, si no usan determinadas prendas, son estigmatizados y expulsados del grupo.
Existe, además, el plan preventivo denominado “Carabineros en la escuela”, que comprende 17 lecciones dictadas por funcionarios de Carabineros especializados a los niños de quinto y sexto básico, preferentemente de colegios municipalizados. En la pantalla se puede apreciar que participan 16 colegios con 2.992 alumnos. Duración: cuatro meses.
También tenemos cuatro lecciones orientadas a los niños desde kínder hasta cuarto básico. Hay 14 colegios, con 420 niños, que participan en esto durante de cuatro meses.
Formación y capacitación de monitores en la enseñanza media, tanto para profesores como para líderes naturales positivos, entendiéndose como tales aquellos alumnos que se destacan por su carisma y personalidad entre sus pares. Son 2.527 profesores y 4.480 alumnos que participan en este plan. Duración: 35 horas pedagógicas.
Sensibilización a nivel universitario, a través de talleres interactivos de dos horas por jornada. Estos oficiales son solicitados por las diferentes universidades para participar en conversaciones con los alumnos universitarios. Tenemos bastantes requerimientos para este plan.
En la pantalla se puede ver la labor hasta el 31 de julio de este año de lo que denominamos el Fonodrogas. Se han efectuado 108.587 llamadas, las que aparecen especificadas en pantalla.
Hemos tenido que disponer de un grupo de telefonistas que derivan las llamadas a personal especializado del departamento OS7 de la Dirección de Drogas, porque para nosotros ha sido una sorpresa la cantidad de consultas que se hacen, en especial y es lo más importante sobre los efectos de la droga.
En la pantalla figuran las actividades preventivas del año 2000: tipo de actividades, número de actividades, asistentes adultos y menores y el total de asistentes. Se trata de cantidades importantes.
También se pueden ver las metas que nos hemos propuesto como institución en el orden preventivo para el segundo semestre del año 2000. Hay una serie de programas, las metas por alcanzar y el resultado esperado. Quizás, el más notable es el que desarrollaremos en 150 colegios de la Región Metropolitana, beneficiando a 7.500 alumnos, en conjunto con el Ministerio de Educación y el Conace. Ya están seleccionados los colegios incluidos en este programa que consideramos tremendamente interesante.
Si hay alguna consulta, estoy dispuesto a contestar las inquietudes de los honorables parlamentarios.
Muchas gracias.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora María Victoria Ovalle .
La señora OVALLE (doña María Victoria).-
Señor Presidente, quiero agradecer públicamente al general director de Carabineros y a la representante del Conace, porque en el distrito que represento fue posible dictar charlas sobre drogadicción con la colaboración del OS7, del Conace, que me prestó mucha información, y del diputado señor Orpis , que no se encuentra en la Sala por un motivo distinto del que se dijo por ahí: que estaba visitando al general Pinochet. En verdad, está ausente por un motivo mucho más noble: acaba de adoptar a un niño y, creo, lo recibió ayer. A él quiero agradecer en forma muy especial la gran labor que está realizando en contra de la droga.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Laura Soto .
La señora SOTO (doña Laura).-
Señor Presidente, quiero preguntar al general director de Carabineros acerca de las 66 mil llamadas me puedo equivocar en la cantidad que entorpecen la labor policial, o sea, casi la mitad del total. ¿Entorpece el trabajo el hecho de que sea casi la mitad de los llamados o eso se puede superar?
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el general director de Carabineros.
El señor UGARTE (General director de Carabineros).-
Señor Presidente, ese asunto encierra un mal endémico nacional. Quiero informar que, diariamente, en el fono 133, Carabineros recibe en la central de comunicaciones alrededor de 16.000 llamadas, de los cuales más del 40 por ciento no tiene nada que ver con una urgencia. Preguntan, incluso, sobre dónde vacunar al perro.
Sin embargo, hay algo muy interesante que quiero señalar, pues todos los llamados quedan grabados. A partir de las 12 de la noche empiezan las llamadas de personas solas, que piden ser escuchadas y conversar. Como estamos cambiando el sistema del Cenco, de tecnología analógica a digital, hemos tenido que escuchar todas las grabaciones, y es realmente sorprendente lo enferma de soledad que está gran parte de la sociedad chilena, mujeres y hombres.
En cuanto a la pregunta de la diputada señora Laura Soto , debo señalar que hay un tremendo caudal de llamadas que llega al Fonodrogas que nada tiene que ver con el consumo de drogas. Por ejemplo, preguntan por la restricción vehicular o por la farmacia de turno. O sea, muy similar a lo que ocurre con el 133.
Por desgracia, en nuestro país la sociedad está desinformada. Hemos realizado campañas, con un alto costo, para que los teléfonos de urgencia se utilicen bien, y la verdad es que hemos fracasado. Lamentablemente, las llamadas que nada tienen que ver con información sobre drogas son de una cantidad impresionante.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el director general de Investigaciones, señor Nelson Mery .
El señor MERY (Director general de Investigaciones).-
Señor Presidente, honorables señoras diputadas y señores diputados:
Es conveniente recordar que la Policía de Investigaciones de Chile, por mandato constitucional y de su propia ley orgánica, es fundamentalmente investigadora de delitos.
Sin embargo, dentro del marco del Plan nacional de prevención y control de drogas que impulsa el Gobierno a través del Conace, la Policía de Investigaciones diseñó un plan estratégico de control y prevención de drogas, para lo cual readecuó su ley orgánica institucional, creó una Jefatura Nacional Antinarcóticos y aumentó las brigadas antinarcóticos de 5, en 1990, a 19 en la actualidad.
Para cumplir la tarea del Plan nacional de prevención del Conace, esta Jefatura Antinarcóticos, con jurisdicción nacional, cuenta con un Departamento de Educación Antinarcóticos, el cual es responsable, a nivel nacional, de todo lo que diga relación con la prevención. Por eso, impulsa e implementa siete programas específicos de prevención, de carácter permanente y continuo. Por lo mismo, se evalúa anualmente, se corrige y mejora.
Para realizar esta tarea encomendada por el Conace, lo primero que hicimos fue capacitar a nuestro propio personal. Así, se creó un programa que permitió capacitar a 183 detectives en todo el país para que actuaran como oficiales coordinadores antinarcóticos con la comunidad, sin perjuicio de cumplir su labor operativa. En cada jurisdicción operan dos de estos oficiales.
Los siete programas a que me he referido son los siguientes:
1.Capacitación antidroga para agentes multiplicadores, Procam , dirigido a actores con responsabilidad en la educación: profesores, inspectores de colegios y de liceos, consejeros de establecimientos educacionales, líderes religiosos; es decir, personas que trabajan directamente con niños, adolescentes y jóvenes.
Su objetivo es crear conciencia de la realidad que preocupa al mundo y de qué manera nos afecta como país.
Su metodología es expositiva y participativa, con fundamentos teóricos y prácticos. Al finalizar el curso, a estos agentes multiplicadores se les otorga un certificado y se les entrega un maletín con cintas de video, transparencias, fichas, un manual y todo lo que necesita para su trabajo de sensibilización. El costo de los materiales es financiado por las instituciones o empresas privadas que auspician el programa.
El programa permitió capacitar, como se ve en la pantalla, a 1.677 personas en 1999, de las cuales 843 corresponden a profesionales docentes, y 834, a líderes religiosos.
Al 31 de julio de 2000, este programa ha capacitado a 673 personas, de las cuales 311 son socios de la Cooperativa de Empleados de la Universidad de Chile, Coopeuch , y 362, líderes religiosos.
2.Campaña antinarcóticos de verano, CAV.
Este programa está dirigido a toda la familia y utiliza una metodología participativa e integradora entre padres e hijos. Tiene como objetivos prevenir el consumo de drogas y fortalecer las relaciones entre la familia. La idea es que los jóvenes que ya son consumidores de drogas se alejen del vicio.
Los recursos para su implementación provienen del presupuesto institucional, de los gobiernos regionales, de las municipalidades y de la participación de empresas privadas.
Durante 1999, el programa se realizó en las ciudades de La Serena y en el litoral central, lo que abarcó las playas de El Tabo, Las Cruces y El Quisco, y llegó a un total de 30 mil personas.
En el presente año, la actividad se extendió a las ciudades de Iquique y Viña del Mar, abarcando un total de cien mil personas.
3.Programa de sensibilización antinarcóticos, Prosena .
Está dirigido a docentes y al personal que trabaja con alumnos, como también a los padres y apoderados, y a la empresa privada, ejecutivos y trabajadores.
Su objetivo es sensibilizar a estos grupos mediante una metodología expositiva, en la cual se da a conocer la realidad del problema y sus consecuencias.
A diferencia del anterior, orientado a jóvenes consumidores, este programa está dirigido a agentes multiplicadores que coadyuven a que los niños, adolescentes y jóvenes no ingresen nunca a la curva de demanda.
Asistió a 7.059 personas en 1999, y en lo corrido del año, hasta el 31 de julio, a 7.130 personas.
4.Programa de difusión antinarcótico, Prodan .
Su objetivo es fortalecer los programas anteriores, para lo cual, a través de los diferentes medios de comunicación, como televisión, programas radiales y prensa escrita, entrega a la comunidad información relacionada con el problema de las drogas, su consumo y daños sociales.
Utiliza una metodología expositiva participativa, que busca interactuar con el medio social.
Aquí se debe destacar el programa radial de prevención integral de consumo de drogas, presentado al fondo concursable del Conace por la Policía de Investigaciones de Chile.
Se realizaron 34 programas radiales durante 1999, y en lo que va corrido del año, hasta el 31 de julio, 12 participaciones radiales.
5.Programa de asesoría antinarcóticos, Proasa .
Consiste en asesorar a instituciones públicas y privadas en la implementación de trabajos y políticas antinarcóticos. Da a conocer el Plan Nacional Antinarcótico que impulsa el Gobierno a través del Conace y cómo prevenir el consumo de drogas.
Está dirigido principalmente a las ramas de la defensa nacional, justicia, municipios, empresas e instituciones preocupadas por el tema.
Cabe destacar aquí que la mayor cantidad de consultas se relacionan con los test antidrogas, que se podrían institucionalizar en las empresas privadas o en los organismos que asesoramos.
Durante 1999, se asesoró a un total de 3.100 miembros de las Fuerzas Armadas, específicamente a oficiales, suboficiales y personal administrativo del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Gendarmería de Chile.
Durante el 2000, se ha asesorado a 1.738 personas hasta el 31 de julio.
6.Programa recreativo multicancha del Complejo antinarcótico en Santiago.
El Complejo antinarcótico en Santiago está dotado de una multicancha, la cual fue abierta a la comunidad, lo que permitió otorgar un espacio de sano esparcimiento y una alternativa de vida válida a jóvenes deportistas.
Ha permitido apreciar como positivas las relaciones entre jóvenes, ya que parece ser la estrategia más eficiente en el tema de la prevención.
Este programa ha permitido que en 2.050 oportunidades actúen detectives y deportistas, y deportistas entre sí, lo que ha motivado que los muchachos dejen la drogan o no caigan en la curva de demanda.
7.Programa de información preventiva antinarcóticos.
Tiene como finalidad satisfacer los requerimientos de quienes acuden personalmente o se contactan por vía telefónica con el Departamento de Educación Antinarcóticos para solicitar información relacionada con la prevención y el uso indebido de drogas. Durante 1999 se apersonaron 3.600 individuos, y hasta el 31 de julio de este año, 2.400.
Esos son los siete programas.
Una reflexión. Como Policía de Investigaciones de Chile, pensamos que en materia de prevención debe haber un discurso unívoco respecto del consumo de drogas y del daño que provoca, no permitiendo una eventual lectura permisiva del consumo.
Toda droga es mala. Dividirlas entre blandas y duras puede distraer a la juventud: las drogas son malas.
Por otra parte, al dividirlas entre lícitas e ilícitas, no hay que olvidar que siendo lícito el alcohol, es lejos la droga que causa más daño a la salud y a la actividad económica, y la que más contribuye al ausentismo laboral.
Pensamos también que el esfuerzo prioritario en la estrategia de drogas está en la prevención más que en el control y mucho más que en la rehabilitación. El esfuerzo debe hacerse en la prevención.
Consideramos que una campaña permanente de prevención destinada a la población en general, niños y jóvenes, debe hacerse con mensajes inequívocos sobre los daños a la salud y al grupo social.
En el caso de niños y jóvenes, la Policía de Investigaciones cree que hay que incorporar el tema desde kindergarten en los establecimientos educacionales, sea como ramo o parte de una asignatura.
Estamos de acuerdo también en que haya acciones preventivas para los menores de edad, a fin de evitar que lleguen vulnerables al inevitable impacto de la droga en la adolescencia. Lo anterior, mediante mensajes lúdicos, evitando toda connotación represiva.
Es todo.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Informo a la Sala que se han presentado dos proyectos de acuerdo, firmados por diputados de distintas bancadas, por lo cual se va a dar lectura a ambos para ver si la Corporación los aprueba por unanimidad.
PROYECTOS DE ACUERDO
El señor ÁLVAREZ (Prosecretario accidental).-
Proyecto de acuerdo Nº 452, de la señorita Sciaraffia , doña Antonella; señora Cristi , doña María Angélica; señores Rincón y Riveros, señora Caraball , doña Eliana; señor Cornejo, don Aldo; señora Saa, doña María Antonieta; señora Soto, doña Laura; señor Cornejo, don Patricio, y señor Salas.
“Considerando:
Que el problema del narcotráfico y consumo de drogas en nuestro país es un tema que se hace cada vez más preocupante, particularmente porque a través de estudios realizados por el Gobierno se ha detectado un significativo aumento en el consumo de drogas, situación que afecta especialmente a escolares, jóvenes y mujeres.
.Que frente a esta delicada situación se requiere una política global de Estado que vaya más allá de la actividad individual de los servicios públicos, tanto en materia de control a través del fortalecimiento de las policías, como de la asignación de mayores recursos para la rehabilitación, y particularmente centrar los esfuerzos en la prevención del uso y consumo de drogas por parte de los jóvenes y niños que aún no están afectados por este flagelo.
.Que en materia legislativa, la ley Nº 19.366 significó un importante avance en materia de control y represión del tráfico de drogas. No obstante ello, esta ley fue evaluada y analizada por la Comisión Especial de Drogas de esta Corporación, fruto de lo cual el Ejecutivo presentó a fines del año 1999 un proyecto de ley que la sustituye. La aprobación de esta iniciativa debe lograrse en el menor tiempo posible, ya que contempla grandes avances, entre los cuales cabe destacar:
Perfeccionamiento en la tipificación de delitos creando la figura del microtráfico.
Mejoramiento de las técnicas de investigación.
Creación de la Unidad de Inteligencia Financiera, estableciéndose para bancos e instituciones financieras el deber de informar de las operaciones sospechosas que se realicen en nuestro país con el objeto de mejorar el control y sanción del lavado de dinero.
Que si bien la creación del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) en 1990, bajo el Gobierno de don Patricio Aylwin, y el establecimiento en 1993 de una “Política y plan nacional de prevención y control de drogas” constituyeron el primer esfuerzo en la lucha contra el narcotráfico en Chile, debemos reconocer ciertas falencias que han tenido los planes de prevención aplicados hasta el momento.
En primer lugar, ha existido una dispersión de recursos a través de campañas aisladas impulsadas por parte del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) y los Ministerios de Educación y Salud, no existiendo un trabajo orgánico ni sistemático.
En segundo lugar, ha existido una evidente falta de coordinación de los servicios públicos sin que Conace haya logrado cumplir el rol de ente articulador que le corresponde en esta materia a través de su secretaría ejecutiva.
Dos aspectos claves que deben estar en programas ya existentes y que deben ser mejorados son:
a)Fondo Nacional Concursable de Proyectos: Si bien a través del subprograma de desarrollo comunitario el año 1999 fueron seleccionados 683 con una asignación por proyecto equivalente a $ 2.200.000, desafortunadamente no se han establecido mecanismos de fiscalización y evaluación para el cumplimiento de los objetivos perseguidos por cada proyecto.
b)Sistemas Comunales de Prevención (Siscop): A la fecha éstos se han aplicado sólo en 58 municipalidades de un total de 350 existentes en el país, con excelentes resultados. Sin embargo, de acuerdo a información proporcionada por la Asociación Nacional de Municipalidades para el año 2001 los municipios donde se ejecutan estos programas no contarán con los recursos necesarios para continuar con su desarrollo.
Que es necesario determinar un plan de prevención en que el Estado cumpla un rol preponderante, pero siempre en paralelo a la familia y los educadores.
Es necesario que la familia se fortalezca como institución y se capacite, no sólo en relación a las consecuencias de la drogadicción, sino que también respecto a conductas tales como violencia al interior de la familia, que pueden llevar a futuro a los niños y jóvenes al consumo de estupefacientes.
En razón de los antecedentes expuestos venimos en presentar el siguiente
Proyecto de acuerdo:
La Cámara de Diputados acuerda establecer como prioritarias las siguientes medidas concretas en la prevención del consumo y tráfico de drogas en nuestro país:
Impartir capacitación del alumnado desde la educación básica basado en estudios epidemiológicos que apunten a precaver conductas psicosociales asociadas al futuro consumo de drogas, tabaco y alcohol.
Crear instancias de prevención donde exista una importante participación de los padres, por ejemplo a través de los centros de apoderados.
Permitir la apertura de todos los colegios y liceos del país en horarios extracurriculares para que los niños tengan un espacio para ocupar su tiempo libre en forma positiva. Esta medida requiere una acción coordinada del Ministerio de Educación y la Asociación Chilena de Municipalidades para obtener los fondos necesarios para su concreción.
En la selección de proyectos del Fondo Nacional Concursable del Conace dar prioridad a los presentados por las iglesias, con el objeto de promover planes de prevención en el consumo de drogas, destinados a jóvenes y niños.
En relación al Fondo Nacional Concursable de Proyectos del Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes, deben establecerse mecanismos de fiscalización y evaluación para el cumplimiento de los objetivos perseguidos por los proyectos beneficiados.
Asignación de recursos a municipalidades para la implementación y puesta en marcha de Sistemas Comunales de Prevención (Siscop)”.
El señor ÁLVAREZ (Prosecretario accidental).-
Proyecto de acuerdo Nº 453, de la señora Cristi, doña María Angélica; de los señores Rincón,Delmastro y García, don René Manuel; de la señora Soto, doña Laura; del señor Alessandri, de la señora Pérez, doña Lily; del señor Espina, de la señorita Sciaraffia , doña Antonella, y del señor Arratia:
“Considerando:
Que se ha conocido, en días recientes, la última encuesta realizada en todo el país por el Consejo Nacional de Control de Estupefacientes (Conace) para medir el consumo de drogas en los escolares entre octavo básico y cuarto medio.
Que el informe señala que aproximadamente el 23%, alrededor de 170 mil escolares, entre octavo y cuarto medio, han consumido drogas. Más de 150 mil niños han consumido marihuana, 32 mil cocaína y 33 mil pasta base.
Que el mismo estudio establece que el 7,8 por ciento de los escolares declara haber consumido marihuana en los últimos doce meses anteriores a la encuesta. Esta cifra representa a 56.315 estudiantes que se iniciaron en el consumo de esta sustancia en 1999.
Que, respecto de las encuestas realizadas en años anteriores, dos son las constantes que se repiten, el aumento progresivo del número de menores que han consumido drogas, que entre 1995 y 1999 subió de 16% a 23%, y la disminución de la edad de inicio de consumo de sustancias ilícitas, de los catorce a los doce años.
Que, de acuerdo a la última encuesta en hogares, que data de 1998, entre 1994 y 1998 el consumo de drogas ilícitas se elevó del 4,26% al 5,31% de la población, porcentaje que equivale a unas 780 mil personas.
Que el dramático impacto del consumo de drogas afecta a nuestro país:
a)En la salud física y síquica de los consumidores y sus familias.
b)En la seguridad ciudadana, puesto que el consumo de sustancias ilícitas es hoy el factor detonante de la delincuencia, incluyendo los asaltos a mano armada, robos, homicidios, violaciones y abusos sexuales, la violencia en las calles, en los estadios e incluso al interior del hogar.
c)En la productividad nacional, puesto que, de acuerdo con la información proporcionada en un encuentro organizado por la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) y el Ministerio del Interior, nuestro país ha perdido cerca de nueve mil millones de dólares por problemas vinculados al alcohol y las drogas, pasta base y cocaína. La adicción a estas sustancias ilegales golpea con más fuerza a los trabajadores y profesionales jóvenes, ya que el 70% de los consumidores tiene entre dieciocho y treinta y cuatro años.
d)En la convivencia social.
e)En las relaciones entre los organismos institucionales y la ciudadanía.
f)En la probidad.
Que en los últimos diez años el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes ha implementado siete campañas nacionales de prevención del consumo de drogas, invirtiéndose en ellas cuantiosos recursos públicos.
Que a pesar de que la ley concede al Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes la responsabilidad de liderar el combate contra la droga, en coordinación con los Ministerios de Educación, Salud y la Subsecretaría del Interior, es evidente la descoordinación entre esos organismos y la implementación de acciones aisladas, centralizadas y carentes de criterios de evaluación que permitan medir su impacto.
Que sumados los presupuestos de Conace, del Ministerio de Salud y de Educación, se han invertido más de 25 mil millones de pesos desde 1990 para la prevención y la rehabilitación del consumo de drogas y alcohol.
Que el presupuesto de Conace asciende a seis mil cuatrocientos millones de pesos, en circunstancias que el Ministerio de Salud cuenta sólo con ciento cincuenta y tres millones para centros de prevención del alcoholismo y la salud mental; y el Ministerio de Educación con doscientos nueve millones para programas de prevención del alcoholismo y la drogadicción.
Que se ha privilegiado el impacto comunicacional en la generación de campañas de prevención, en desmedro de los efectos disuasivos especialmente con respecto a la población más joven.
Que la experiencia indica que, básicamente, el combate contra la droga debe estar centrado en la acción simultánea sobre el tráfico y también sobre el consumo. En los Estados Unidos, durante muchos años se dio una fuerte lucha para impedir que la droga llegara a sus costas, en circunstancias que proliferaban el hábito y la voluntad por consumir.
Que como nación latinoamericana debemos aprender de la experiencia de los países desarrollados en esta materia, diseñar programas eficaces e invertir en la infraestructura social necesaria para asegurar la salud física y síquica de los chilenos.
La Cámara de Diputados acuerda:
Solicitar a V.E. que en todas las tareas de prevención y rehabilitación se involucre a la educación, a la salud, a las municipalidades, a la familia, a la comunidad, a las iglesias, al mundo privado, y que se utilicen programas que han probado su efectividad para intervenir en la generación de conductas saludables en la población, complementando esa intervención con campañas comunicacionales”.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Si le parece a la Sala, se aprobarán los dos proyectos de acuerdo.
Por haberse cumplido con su objeto, se levanta la sesión.
Se levantó la sesión a las 21.03 horas.
JORGE VERDUGO NARANJO ,
Jefe de la Redacción de Sesiones.
DOCUMENTOS DE LA CUENTA
Moción del diputado señor Molina.
Modifica el Reglamento de la Cámara de Diputados a fin de establecer la publicidad de las actas de las comisiones. (boletín Nº 2562-16)
1. Que hace algunos meses el Congreso Nacional aprobó una ley sobre probidad administrativa, que establece como premisa fundamental que la función pública debe ejercerse con transparencia.
2. Que esta transparencia, entre otros aspectos, se traduce en la necesidad de permitir y promover el conocimiento de los procedimientos, contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten en el ejercicio de la función pública.
3. Que además esta ley establece expresa y claramente que deben ser públicos los actos administrativos de los órganos de la Administración del Estado y los documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial.
4. Que no obstante no ser aplicable alguna de estas normas a la actividad de este Poder del Estado, la necesidad de transparencia y publicidad en nuestras actividades resulta imperiosa.
Ejercemos un cargo de representación popular y es fundamental que los electores conozcan las distintas posiciones en las discusiones que se llevan a efecto al interior de este Parlamento, con el objeto de que puedan evaluar adecuadamente nuestra labor.