Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
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Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESIÓN
- III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
- IV. CUENTA
- ACUERDOS DE COMITÉS
- V.
ORDEN DEL DÍA
-
SEGUNDO FONDO DE PENSIONES EN AFP
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Alejandro Foxley Rioseco
- INTERVENCIÓN : Jose Ruiz De Giorgio
- INTERVENCIÓN : Francisco Prat Alemparte
- INTERVENCIÓN : Francisco Prat Alemparte
- INTERVENCIÓN : Roberto Munoz Barra
- INTERVENCIÓN : Jorge Exequiel Lavandero Illanes
- INTERVENCIÓN : Evelyn Matthei Fornet
- INTERVENCIÓN : Hosain Sabag Castillo
- INTERVENCIÓN : Jaime Gazmuri Mujica
- INTERVENCIÓN : Beltran Urenda Zegers
- INTERVENCIÓN : Edgardo Boeninger Kausel
- INTERVENCIÓN : Ramon Vega Hidalgo
- DEBATE
-
SEGUNDO FONDO DE PENSIONES EN AFP
- DEBATE
- VI.
INCIDENTES
- PETICIONES DE OFICIOS
- PETICIÓN DE OFICIO : Antonio Horvath Kiss
- PETICIÓN DE OFICIO : Sergio Romero Pizarro
- PETICIÓN DE OFICIO : Sergio Romero Pizarro
- PETICIÓN DE OFICIO : Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIÓN DE OFICIO : Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIÓN DE OFICIO : Rodolfo Stange Oelckers
- PETICIONES DE OFICIOS
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 340ª, ORDINARIA
Sesión 5ª, en martes 15 de junio de 1999
Ordinaria
(De 16:17 a 18:48)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR MARIO RÍOS, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR JOSÉ LUIS LAGOS LÓPEZ, TITULAR
____________________
Í N D I C E
Versión Taquigráfica
I. ASISTENCIA
II. APERTURA DE LA SESIÓN
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
IV. CUENTA
Acuerdos de Comités
V. ORDEN DEL DÍA:
Proyecto de ley, en segundo trámite, que modifica el DL 3.500, de 1980, a fin de crear un segundo Fondo de Pensiones en las AFP y perfeccionar mecanismo de medición de rentabilidad mínima (2162-13) (se aprueba en general y particular)
VI. INCIDENTES:
Peticiones de oficios (se anuncia su envío)
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores:
--Aburto Ochoa, Marcos
--Bitar Chacra, Sergio
--Boeninger Kausel, Edgardo
--Bombal Otaegui, Carlos
--Canessa Robert, Julio
--Cantero Ojeda, Carlos
--Chadwick Piñera, Andrés
--Cordero Rusque, Fernando
--Díez Urzúa, Sergio
--Fernández Fernández, Sergio
--Foxley Rioseco, Alejandro
--Frei Ruiz-Tagle, Carmen
--Gazmuri Mujica, Jaime
--Hamilton Depassier, Juan
--Horvath Kiss, Antonio
--Lagos Cosgrove, Julio
--Larraín Fernández, Hernán
--Lavandero Illanes, Jorge
--Matta Aragay, Manuel Antonio
--Matthei Fornet, Evelyn
--Moreno Rojas, Rafael
--Muñoz Barra, Roberto
--Novoa Vásquez, Jovino
--Ominami Pascual, Carlos
--Páez Verdugo, Sergio
--Parra Muñoz, Augusto
--Pérez Walker, Ignacio
--Pizarro Soto, Jorge
--Prat Alemparte, Francisco
--Ríos Santander, Mario
--Romero Pizarro, Sergio
--Ruiz De Giorgio, José
--Ruiz-Esquide Jara, Mariano
--Sabag Castillo, Hosaín
--Silva Cimma, Enrique
--Stange Oelckers, Rodolfo
--Urenda Zegers, Beltrán
--Valdés Subercaseaux, Gabriel
--Vega Hidalgo, Ramón
--Viera-Gallo Quesney, José Antonio
--Zaldívar Larraín, Adolfo
--Zurita Camps, Enrique
Concurrieron, además, los señores Ministros del Trabajo y Previsión Social y de Vivienda y Urbanismo, y el señor Superintendente de Administradoras de Fondos de Pensiones .
Actuó de Secretario el señor José Luis Lagos López, y de Prosecretario, el señor Carlos Hoffmann Contreras.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 16:17, en presencia de 19 señores Senadores.
El señor RÍOS (Vicepresidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
III. TRAMITACIÓN DE ACTAS
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).- Se da por aprobada el acta de la sesión 41ª, ordinaria, en 19 de mayo del presente año, que no ha sido observada.
Las actas de las sesiones 1ª, en sus partes pública y secreta, y 2ª, ordinaria, en 1 y 2 de junio del año en curso, respectivamente, se encuentran en Secretaría a disposición de los señores Senadores, hasta la sesión próxima, para su aprobación.
(Véase en los Anexos el acta aprobada).
IV. CUENTA
El señor RÍOS (Vicepresidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretaría.
El señor HOFFMANN ( Prosecretario ).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas:
Mensajes
Dos de Su Excelencia el Presidente de la República:
Con el primero retira la urgencia y la hace presente nuevamente, con el carácter de "suma", respecto del proyecto de ley sobre securitización y depósito de valores. (Boletín Nº 2.216-05).
--Queda retirada la urgencia, se tiene presente la nueva calificación y se manda agregar el documento a sus antecedentes.
Con el segundo hace presente la urgencia, con el carácter de "simple", al proyecto de acuerdo relativo a la Convención sobre Protección del Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional. (Boletín Nº 1.569-10).
--Se tiene presente la calificación y se manda agregar el documento a sus antecedentes.
Oficios
De Su Excelencia el Presidente de la República , con el que comunica su ausencia del territorio nacional el día de hoy, con el objeto de participar en la XVI Reunión Cumbre de Presidentes del Mercado Común del Sur, MERCOSUR, en la ciudad de Asunción, República del Paraguay. Agrega que durante su ausencia lo subrogará, con el cargo de Vicepresidente de la República , el señor Ministro del Interior , don Raúl Troncoso Castillo.
--Se toma conocimiento.
De la Excelentísima Corte Suprema, con el que emite su opinión acerca del proyecto de ley que establece normas para la exploración y explotación de energía geotérmica. (Boletín Nº 571-08).
--Se toma conocimiento, y se manda agregar el documento a sus antecedentes.
Dos del señor Ministro del Interior , con los que contesta a oficios enviados en nombre del Senador señor Horvath, referidos al dragado del río Aysén, y a la pavimentación del camino Chaitén-Coyhaique, respectivamente.
Dos del señor Ministro de Economía , Fomento y Reconstrucción, con los que responde a oficios enviados en nombre del Senador señor Horvath, relativos a la publicación de guías de turismo, y a las cuotas de merluza asignadas a pescadores artesanales de la Undécima Región, respectivamente.
Seis del señor Ministro de Obras Públicas:
Con los dos primeros contesta a oficios enviados en nombre del Senador señor Horvath, referidos al dragado del río Aysén, y a la construcción de defensas fluviales en el río Avilés, respectivamente.
Con el tercero responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Chadwick, relativo a la instalación de agua potable en el sector de la Chipiadora.
Con el cuarto, contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Ruiz-Esquide, referido al proyecto de construcción del Puerto de Yana.
Con los dos restantes responde a oficios enviados en nombre del Senador señor Moreno, relativos a la instalación de agua potable en el sector de la Chipiadora, y a la construcción de alcantarillados para los sectores rurales de la comuna de El Olivar, respectivamente.
Del señor Ministro del Trabajo y Previsión Social, con el que remite informes elaborados por el Comité Interministerial del Empleo.
Dos del señor Ministro de Vivienda y Urbanismo:
Con el primero contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Lagos, referido al mejoramiento del acceso al puerto de Iquique.
Con el segundo responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Cariola, relativo a la pavimentación de la Avenida Pedro Montt, de la ciudad de Valdivia.
Del señor Subsecretario de Justicia, con el que contesta un oficio enviado en nombre de la Senadora señora Frei, referido al Centro de Detención Preventiva de Tocopilla.
Del señor Subsecretario de Economía , Fomento y Reconstrucción, con el que comunica que ha remitido a la Comisión Nacional de Energía, por ser materia de su competencia, un oficio enviado en nombre del Senador señor Horvath, relativo a la construcción de centrales hidroeléctricas en los ríos Pascua y Baker.
Del señor Director General de la Policía de Investigaciones de Chile , con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Muñoz Barra, referido a la solicitud de reapertura de la Comisaría de Collipulli.
Del señor Director General del Territorio Marítimo y Marina Mercante Nacional, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador señor Lagos, relativo a la contaminación de la bahía de Iquique.
Del señor Director del Servicio de Salud del Maule, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador señor Matta, referido a sumario sanitario que indica.
Del señor Director General de Obras Públicas , con el que remite un cuadro resumen de los oficios de respuesta dirigidos por el señor Ministro de Obras Públicas a las autoridades que indica.
Finalmente, hay uno del Superior Provincial de la Congregación de los Hermanos Maristas, con el que agradece el homenaje efectuado por la Corporación al Santo Fundador de esa Orden, Padre Marcelino Champagnat.
--Quedan a disposición de los señores Senadores.
Informes
De la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, recaído en el proyecto de acuerdo, en segundo trámite constitucional, sobre aprobación de la "Convención sobre Protección del Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional". (Boletín Nº 1.569-10) (Véase en los Anexos, documento 1).
Cuatro de la Comisión de Relaciones Exteriores, recaídos en los siguientes proyectos de acuerdo:
1) El que aprueba el Acuerdo entre las Repúblicas de Chile y El Salvador para la Promoción y Protección Recíprocas de las Inversiones y su Protocolo. (Boletín Nº 2.327-10) (Véase en los Anexos, documento 2).
2) El que aprueba el Acuerdo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de la República de Corea sobre la Promoción y Protección Recíprocas de las Inversiones y su Protocolo. (Boletín Nº 2.331-10) (Véase en los Anexos, documento 3).
3) El relativo al Acuerdo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de Australia para la Promoción y Protección Recíprocas de las Inversiones y su Protocolo. (Boletín Nº 2.328-10) (Véase en los Anexos, documento 4).
4) El referido al Acuerdo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de Australia sobre Empleo Remunerado de Personas Dependientes del Personal Diplomático y Consular. (Boletín Nº 2.330-10) (Véase en los Anexos, documento 5).
Nuevo informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, recaído en el proyecto de reforma constitucional, en segundo trámite, que establece el reconocimiento de la educación parvularia. (Boletín Nº 2.182-07) (Véase en los Anexos, documento 6).
Dos de la Comisión de Relaciones Exteriores, y otros dos, de la de Hacienda, recaídos en los siguientes proyectos de acuerdo, en segundo trámite constitucional:
1) El relativo al "Convenio sobre transporte aéreo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de los Estados Unidos de México". (Boletín Nº 2.256-10) (Véanse en los Anexos, documentos 7 y 8).
2) El que aprueba el Tratado de Libre Comercio entre la República de Chile y los Estados Unidos de México, y sus anexos. (Boletín Nº 2.257-10) (Véanse en los Anexos, documentos 9 y 10).
De la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, recaído en el proyecto de ley que dicta normas sobre protección y valoración del árbol. (Boletín Nº 2.238-12) (Véase en los Anexos, documento 11).
Finalmente, hay uno de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, recaído en el proyecto de reforma constitucional que introduce modificaciones a los artículos 26, 27 y 84 de la Constitución Política de la República, sobre calificación de la elección de Presidente de la República y Tribunal Calificador de Elecciones, con urgencia calificada de "simple". (Boletín Nº 2.314-07) (Véase en los Anexos, documento 12).
--Quedan para tabla.
Comunicaciones
De la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, con la que propone, de conformidad al inciso final del artículo 36 del Reglamento de la Corporación, el archivo del proyecto de ley, iniciado en moción del ex Senador señor Frei Bolívar, que dicta normas para el establecimiento de vertederos de residuos industriales en el subsuelo. (Boletín Nº 1.826-12)
--Se accede.
De la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, por medio de la cual solicita a la Sala disponer que, en su primer informe, dicha Comisión discuta en general y en particular la moción de los Honorables señores Boeninger, Hamilton, Larraín, Romero y Viera-Gallo, con la que inician un proyecto de ley sobre documentos electrónicos.
--Se accede a lo solicitado.
Solicitudes
De los señores Julio Enrique Martínez Pinto, Daniel Isaías Riffo Delgado, Iván Alejandro Ocampo Anabalón y Jaime Humberto Sánchez Galdames, con las que piden la rehabilitación de sus ciudadanías. (Boletines Nºs S 406-04, S 407-04, S 408-04 y S 409-04, respectivamente).
--Pasan a la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).- Terminada la Cuenta.
ACUERDOS DE COMITÉS
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).- El señor Secretario dará cuenta de los acuerdos de Comités.
El señor LAGOS (Secretario).- Los Comités del Senado, por unanimidad, resolvieron:
1.- Tratar en el Orden del Día de esta sesión el proyecto de ley de la Cámara de Diputados que modifica el decreto ley Nº 3.500, de 1980, a fin de crear un segundo Fondo de Pensiones en las AFP, y el proyecto de la Cámara de Diputados que modifica aspectos relativos al Fondo de Contingencia de las Mutualidades de Empleadores; y, si hubiera tiempo, continuar debatiendo el proyecto que modifica la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, con el objeto de establecer un sistema de elecciones separadas de alcaldes y de concejales.
2.- Tratar, en el primer lugar del Orden del Día de la sesión ordinaria de mañana miércoles, las observaciones del Presidente de la República al proyecto que modifica el Código Penal y otros cuerpos legales, en materias relativas al delito de violación; luego, el proyecto de acuerdo tocante a la Convención sobre Protección del Niño y Cooperación en Materia de Adopción Internacional; en seguida, el proyecto de acuerdo relativo al Convenio sobre transporte aéreo entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de los Estados Unidos de México; y, finalmente, el proyecto de reforma constitucional sobre calificación de la elección de Presidente de la República y Tribunal Calificador de Elecciones.
3.- Fijar las 13 como hora de término de la sesión especial de mañana miércoles.
El señor FOXLEY.- Pido la palabra.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor FOXLEY.- Señor Presidente , en la tabla anunciada para la sesión ordinaria de mañana se incluye el proyecto de acuerdo relativo al Convenio sobre transporte aéreo entre Chile y México, que es complementario del proyecto de acuerdo que aprueba un tratado de libre comercio con ese mismo país. No parece lógico tratar el complemento sin ver lo principal. Ambos proyectos de acuerdo se aprobaron unánimemente en la Comisión de Hacienda, de modo que no veo ninguna razón por la cual no puedan discutirse mañana ambas materias.
El señor RÍOS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , sólo quiero precisar un acuerdo de los Comités.
Si no se alcanza a tratar en esta sesión el proyecto signado con el número 2 del Orden del Día, su discusión y votación se llevaría a cabo la primera semana de julio.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).- Así es, señor Senador.
Respecto a lo planteado por el Honorable señor Foxley, debo hacer presente que se tuvo en consideración esta materia, pero la petición del Ejecutivo básicamente fue tratar el proyecto de acuerdo relativo al Convenio sobre transporte aéreo entre el Gobierno de Chile y el Gobierno de los Estados Unidos de México.
Además, los proyectos se ubican en la tabla según la urgencia con que vienen calificados por el Ejecutivo , y la materia que interesa a Su Señoría no la tiene. Ése fue el motivo por el cual los Comités adoptaron sus acuerdos en la forma indicada.
V. ORDEN DEL DÍA
SEGUNDO FONDO DE PENSIONES EN AFP
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica el decreto ley Nº 3.500, de 1980, a fin de crear un segundo Fondo de Pensiones en las AFP y perfeccionar el mecanismo de medición de la rentabilidad mínima que deben obtener los Fondos de Pensiones, con informe de las Comisiones de Hacienda y de Trabajo y Previsión Social, unidas.
El señor Ministro ha solicitado que se permita ingresar a la Sala al Superintendente de Administradoras de Fondos de Pensiones , señor Julio Bustamante.
--Se accede.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2162-13) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 2ª, en 20 de octubre de 1998.
Informe de Comisión:
Hacienda y Trabajo, unidas, sesión 4ª, en 9 de junio de 1999.
El señor LAGOS ( Secretario ).-
El proyecto tiene urgencia calificada de "simple".
En el informe se deja constancia de que a las sesiones en que las Comisiones unidas analizaron el proyecto asistieron el señor Ministro del Trabajo y Previsión Social; el Subsecretario de Previsión Social; el Superintendente de Administradoras de Fondos de Pensiones ; el Superintendente de Administradoras de Fondos de Pensiones subrogante; el Gerente de Análisis Financiero del Banco Central de Chile; el Jefe del Departamento de Mercado de Capitales del Instituto Emisor ; el Jefe del Departamento Jurídico Bancario del Banco Central del Chile; el Jefe de la División de Estudios de la Superintendencia de AFP ; y otras autoridades y asesores que se indican.
La iniciativa pasó a las Comisiones unidas el 14 de octubre de 1998.
El proyecto contiene normas de ley orgánica constitucional y de quórum calificado; en consecuencia, su aprobación general requiere los cuatro séptimos de los Senadores en ejercicio.
Los objetivos fundamentales de la iniciativa -según señala el informe- son: crear un segundo Fondo de Pensiones, denominado "Fondo Tipo 2", el que será obligatorio para las AFP y cuyos recursos se invertirán en títulos de renta fija con un plazo promedio acotado; perfeccionar el mecanismo de medición de la rentabilidad mínima de los fondos de pensiones ampliando el período de medición de doce a treinta y seis meses, y establecer que la Reserva de Fluctuación de Rentabilidad se constituya sólo hasta el 1 por ciento del valor de cada Fondo y sea distribuida únicamente por efecto de la caída bajo la rentabilidad; y facultar a las AFP para constituir en el país sociedades anónimas filiales cuyo objeto exclusivo sea la administración de carteras de recursos previsionales.
Se deja constancia de que el proyecto fue estudiado por las Comisiones unidas en general y en particular, autorizadas para ello por acuerdo unánime de Comités de fecha 5 de enero del presente año.
Por las razones contenidas en el informe, las Comisiones unidas aprobaron la idea de legislar con siete votos a favor y dos abstenciones (votaron afirmativamente los Senadores señores Boeninger, Canessa, Foxley, Gazmuri, Ominami, Ruiz (don José) y Urenda; se abstuvieron de votar los Senadores señora Matthei y señor Prat).
En seguida, se hace una relación de cada uno de los artículos del proyecto, consignándose su discusión y los acuerdos adoptados.
En su parte resolutiva, se propone la aprobación del proyecto de la Cámara de Diputados, con las modificaciones que se indican.
La iniciativa consta de dos artículos permanentes y cuatro artículos transitorios.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Senador señor Foxley, Presidente de las Comisiones unidas, quien informará la iniciativa.
El señor FOXLEY .-
Señor Presidente, el proyecto se discutió largamente en las Comisiones de Hacienda y Trabajo y Previsión Social, unidas, que le prestaron su aprobación para su posterior presentación a la Sala.
El sistema de Fondos de Pensiones ha estado funcionando en el país ya por 18 años y, naturalmente, después de ese período -de puesta en marcha, de rodaje y, luego, de funcionamiento, por así decirlo, en régimen-, se hace necesario ajustarlo, tomando en consideración algunas de las demandas que plantean los grupos que van a ser beneficiarios de él, y también la necesidad de hacerlo más flexible, particularmente en un aspecto que se refiere al tipo de inversiones que con estos fondos puedan realizarse.
Es bien sabido que, cuando deben decidir en qué invertir sus ahorros con un objeto previsional, para asegurar su jubilación, algunos grupos de la población tienen preferencia por el riesgo y otros aversión a él. La gente más joven tiene tendencia a preferir una rentabilidad más alta, lo cual normalmente se obtiene con un porcentaje mayor de inversión en instrumentos de renta variable, en acciones. En cambio, las personas que se hallan más cercanas al momento de pensionarse se inclinan por la seguridad del monto, del valor de lo que van a obtener al momento de jubilar, y sienten gran desconfianza por las fluctuaciones o la variabilidad que se observa en el precio de las acciones y -por qué no agregarla también, dada la experiencia de los últimos 18 meses- la variabilidad de las tasas de interés, que tiene un efecto directo sobre el valor de los fondos acumulados en cada momento en el tiempo.
Se ha pensado, por lo tanto, que como enfoque de reorganización del sistema de fondos de pensiones para el futuro, éste debería avanzar hacia una mayor apertura de opciones de inversión, según las preferencias de los distintos grupos de la población. Uno podría estimar que en algunos años más, con el sistema ya bien asentado y en su etapa de madurez, las administradoras debieran ofrecer a los futuros pensionados diversos paquetes de inversión, con diferentes porcentajes de renta fija y renta variable, y adecuarse con mayor exactitud a las preferencias de las personas en relación al riesgo que están dispuestas a correr en cuanto al monto de sus fondos ahorrados en el momento de jubilar.
Dentro de este enfoque, se ha considerado conveniente por parte del Gobierno dar un primer paso, adicional a los fondos de inversión existentes en la actualidad y prácticamente constituidos por un solo paquete de inversiones, y crear un segundo fondo, destinado en lo fundamental a convertirse en una opción voluntaria para las personas que se hallan más cercanas a la jubilación, vale decir, a quienes les faltan 10 años o menos para hacerlo.
Por consiguiente, la idea matriz del proyecto en análisis consiste en modificar el decreto ley Nº 3.500, de 1980, a fin de crear un segundo fondo, radicado en las mismas administradoras actuales, y, al mismo tiempo, como idea complementaria, dar a éstas un incentivo mayor para que no registren un comportamiento tan conservador en términos de los instrumentos específicos en los cuales invierten. Para lograr este segundo propósito, se cambia el mecanismo de medición de la rentabilidad mínima exigida que deben obtener los fondos de pensiones.
Respecto del primer punto -crear un segundo fondo de pensiones-, la idea es hacerlo obligatorio para todas las AFP, y que lo ofrezcan como parte de los productos que ponen a disposición de cualquier persona que comienza a ahorrar para su jubilación, con el compromiso de invertir enteramente estos recursos en instrumentos de renta fija, con un plazo promedio acotado, que no se aleje demasiado del período que le resta a la persona para pensionarse. Lo que se pretende es proteger el valor de los montos de las pensiones de los afiliados que se encuentran próximos a jubilar, particularmente de fluctuaciones económicas como las que el país ha vivido en los últimos dos años, las que, como señalé anteriormente, han afectado tanto el precio de las acciones cuanto la tasa de interés y, en último término, el valor real mensual de los fondos.
La segunda idea es que los mecanismos de medición de la rentabilidad mínima, actualmente definidos como un período de 12 meses (ellos obligan a las administradoras a seguir una tendencia promedio, que es la que da la rentabilidad mensual del sistema en dicho lapso), se extiendan a 36 meses, manteniendo los actuales para constituir, con el exceso de rentabilidad sobre el mínimo, una reserva de fluctuación de ésta que permita compensar cuando el sistema caiga bajo el promedio de rentabilidad mínimo o garantizado.
Un aspecto adicional lo constituye la facultad para que las AFP organicen filiales, sociedades anónimas cuyo objeto exclusivo sería, precisamente, la administración de los fondos de inversión. Al especializarse en eso podrían participar en el manejo de los portafolios de inversiones previsionales. Y al hacerlo en forma profesional y especializada posibilitarían una reducción de costos. Cabe hacer notar que los gastos de administración de los fondos de inversión en el sistema chileno todavía son significativamente más altos que los de otros países, en particular de los desarrollados.
En lo específico, la iniciativa en análisis impone, primero, una obligación a las administradoras de fondos de pensiones, existiendo siempre para el imponente la posibilidad de escoger una AFP cualquiera. Y si se cambia a otra, la que lo reciba tendrá igualmente las dos opciones: el fondo actual y el de renta fija.
En segundo lugar, la adscripción al nuevo fondo que se crea será el resultado de la libre elección del afiliado, en la medida en que le resten 10 años o menos para alcanzar la edad legal de jubilación. Si un futuro pensionado decide invertir sus recursos en el fondo de renta fija, con una rentabilidad conocida y garantizada, y una vez tomada esa decisión, por cualquier razón, decide volver al de renta fija y variable, que es el existente en la actualidad, el proyecto establece que sólo podrá hacerlo si ha permanecido en él por lo menos 24 meses consecutivos y por una vez en su vida. Con ello se pretende evitar lo que hasta ahora ha sido una deformación del sistema de administradoras de fondos de pensiones, en el cual hasta el día de hoy compiten por "levantarse" clientes, por traspasar afiliados de una a otra ofreciendo "incentivos" -por ponerle un nombre elegante-, pagos bajo la mesa (otros los llaman coimas), estímulos para que las personas se cambien de una AFP a otra. Al final, ello redunda, por el costo de tales incentivos y la rotación de gente, en la ineficiencia del proceso y elevados gastos de administración y de operación del sistema de fondos de pensiones. Si, además, se agregara la competencia en forma indefinida por disputarse los clientes, para que se cambien del Fondo Tipo 1 al Tipo 2 y viceversa, se podría caer en la inoperancia y en un alto grado de ineficiencia.
Se agrega en el proyecto que los recursos del nuevo fondo podrán ser invertidos en instrumentos de renta fija nacional o extranjera, y que los límites de inversión para éstos se amplían en términos de instrumentos específicos, puesto que ahora el rango de los disponibles es menor que cuando un porcentaje importante de ellos se destinaba a inversión en acciones o en otros títulos de renta variable.
Además, se fija un plazo promedio máximo de inversión para los instrumentos de renta fija, con el fin de reducir el riesgo de la tasa de interés en este paquete de inversiones del Tipo 2.
Y, por otro lado, se establecen algunas normas para impedir que las administradoras realicen negocios falsos -por así decirlo-, transacciones artificiales entre el fondo de renta variable y el de renta fija. Por ejemplo, se trata de prohibir que las AFP puedan vender instrumentos de un fondo, comprarlos a través del otro fondo, generando pérdidas o ganancias para uno en detrimento del otro, y así originar efectos artificiales de rentabilidad en el fondo que la administradora está más interesada en desarrollar ya sea por razones de marketing u otras.
También se consagra en la iniciativa la necesidad de que todas las cuentas de un afiliado se mantengan en un mismo tipo de fondo, para no aumentar los costos de transacción.
Y, finalmente, se consignan algunas normas de transición. Resulta obvio que en caso de originarse de golpe un traspaso masivo de personas del Fondo Tipo 1 al del Tipo 2, se podría producir un impacto muy severo en el mercado de capitales, y particularmente en la bolsa de valores. Se estima que una vez que el sistema se encuentre en funcionamiento en el Fondo del Tipo 2 podría haber alrededor de 800 mil personas. Si todas se cambiaran al mismo tiempo, obligarían a las administradoras, por los límites impuestos, a vender bruscamente un volumen enorme de acciones y, con eso, impactar negativamente el valor de las acciones en la bolsa de comercio.
Por lo tanto, se instaura un régimen de transición paulatino mediante el cual durante el primer año se permitiría el traspaso sólo de aquellos afiliados que ya se encuentren acogidos a un retiro programado o a una renta temporal; de los que estén percibiendo una pensión de invalidez, o de aquellos a los que les resten tres años o menos para jubilar. En el segundo año podrían trasladarse los afiliados a quienes les falten siete años o menos, y en el tercer año sólo los que deban esperar diez años o menos para cumplir la edad legal para pensionarse.
Ésos son los elementos fundamentales del proyecto, que fue aprobado -si recuerdo bien- en general por unanimidad en las Comisiones de Hacienda y de Trabajo, unidas, las cuales proponen que se acoja de la misma manera por la Sala del Senado.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Hubo tres abstenciones en la votación de las Comisiones, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz.
El señor RUIZ (don José) .-
Señor Presidente , deseo iniciar esta exposición recordando algunas nociones básicas de seguridad social, revisar a continuación los elementos centrales del actual sistema, para finalmente abordar el tema de las reformas.
La seguridad social es una actividad de carácter público dirigida a atender los estados de necesidad que sufren todas las personas en una comunidad determinada desde su nacimiento hasta su muerte. Surge hace más o menos un siglo para atender las necesidades y riesgos sociales que sufren principalmente los trabajadores, y logra su mayor desarrollo durante la segunda mitad del presente siglo, cuando se proponen sistemas de carácter universal, es decir, que buscan proteger a todos los ciudadanos de todos los riesgos sociales.
Se trata de una función de carácter público en tanto interesa no sólo a cada uno de sus eventuales beneficiarios, sino a la sociedad en su conjunto. El Estado debe jugar un rol fundamental en su funcionamiento con el fin de que el sistema de seguridad social efectivamente privilegie la justicia y la solidaridad, y no funcione sólo en torno al lucro o al interés de algunos. Lo anterior no obsta a que entidades privadas sin fines de lucro puedan administrar y gestionar algunos organismos de seguridad social, en la medida que se mantenga su carácter solidario.
La seguridad social busca enfrentar y superar los estados de necesidad de las personas que no pueden enfrentarlos por sí mismas, asegurando, frente a la pérdida de ingresos, un cierto nivel de vida a quienes son cubiertos por ella y a sus familias, sea que dicha carencia se produzca en forma temporal, como sucede con la cesantía, una enfermedad o la maternidad, o en forma permanente, como ocurre con la invalidez, la vejez o la muerte. La cobertura de estos riesgos puede comprender prestaciones de largo tiempo, como las pensiones, o de corto tiempo, como los subsidios.
Además de lo anterior, la seguridad social busca una mejor distribución del ingreso, logrando mayores niveles de equidad social. Éste es un objetivo de la mayor importancia en los sistemas de seguridad social más avanzados. Para que efectivamente pueda operar esta redistribución del ingreso es necesario que lo que la persona cotiza o aporta al sistema no corresponda a lo que recibe de él. En este sentido, la asignación de los recursos económicos por parte del sistema no está directamente determinada en función de la participación de los individuos en el proceso de producción de bienes y servicios; sino, de modo más o menos directo, en función de los estados de necesidad que estos individuos padecen por causa de contingencias sociales. Esta redistribución del ingreso se produce por la solidaridad intra o intergeneracional.
Junto a todo lo señalado, es oportuno afirmar que los sistemas de seguridad social deben cumplir con una función de integración social de las personas marginadas, a través de diversos mecanismos de asistencia. La sociedad organizada debe procurar una vida digna a todas las personas, incluso a las que carecen de posibilidades para aportar al sistema. En este ámbito, la seguridad social busca proteger a aquellos que están por debajo de un nivel mínimo de subsistencia y que carecen de otros ingresos, y ello se traduce en programas de satisfacción de necesidades básicas, a cargo de diversos organismos estatales.
Un sistema de pensiones es verdaderamente de seguridad social cuando es capaz de conciliar la seguridad de las personas otorgando prestaciones suficientes, con la eficiente administración de los recursos que pertenecen a los trabajadores y con la consecución de grados crecientes de justicia social, mediante la efectiva redistribución solidaria del ingreso.
El antiguo sistema de pensiones funcionaba mal en variados aspectos y requería de serias modificaciones. Ello dio lugar a que el Régimen militar creara, a comienzos de la década del 80, el sistema de pensiones, el cual se configuró desde una perspectiva neoliberal y con carácter profundamente individualista. En él se desconocen los más fundamentales principios y funciones de la seguridad social; la solidaridad no se presenta en ninguno de sus elementos, y, lejos de contribuir a una redistribución del ingreso, no sólo tiende a mantener las injustas desigualdades, sino que las aumenta.
El mecanismo de protección o seguro de este sistema es obligatorio para todos los trabajadores dependientes, salvo el personal de Fuerzas Armadas y Carabineros, y voluntario para los independientes. Los primeros están obligados a incorporarse al sistema de AFP sin que existan alternativas distintas, excepto para quienes ya se encontraban afiliados al antiguo sistema y optaron por permanecer en él.
En lo que se refiere a la cobertura, ésta es restringida en tanto protege exclusivamente a quienes cotizan en el sistema. Una vez producida la afiliación al sistema no se autoriza la desafiliación.
El número de afiliados activos a las administradoras de fondos de pensiones alcanzó a 5 millones 966 mil 143 trabajadores en diciembre de 1998, lo que constituye un muy alto porcentaje de la fuerza de trabajo del país. No obstante, en este ámbito, la cifra que nos preocupa es la del número de cotizantes existentes en ese mismo mes, puesto que éstos sólo eran 3 millones 149 mil 755. Ello significa que hay más de dos millones ochocientas mil personas que, afiliadas a una AFP, no pagan sus cotizaciones de previsión. Las causas de esto son variadas y las consecuencias que a futuro pudiere traer son preocupantes, ya que eventualmente esos trabajadores no podrán disponer de una pensión mínima que les permita vivir adecuadamente.
En lo que respecta al financiamiento del sistema, los propios interesados lo financian a través de sus cotizaciones, y en cuanto a la relación entre cotización y beneficios, éstos en principio son estrictamente iguales a las contribuciones, debidamente capitalizadas, viéndose beneficiada la administradora con las rentas producto de su inversión. Éste es un régimen de capitalización individual de los afiliados. Al ser tal, cada trabajador individualmente debe realizar su ahorro previsional, con el cual financiará su pensión y, por ello, el monto que ésta alcance dependerá de lo que haya logrado capitalizar durante su vida laboral.
En cuanto a la administración del sistema, ésta es privada; se efectúa a través de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), que son sociedades anónimas privadas, personas jurídicas de derecho privado con fines de lucro. Mientras que el Estado tiene un rol contralor, fiscalizando su funcionamiento a través de la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones. En cuanto a las prestaciones y beneficios juega un rol subsidiario.
Respecto de los costos de la administración de la previsión por parte de las AFP, se sostuvo que el nuevo sistema, por ser privado y competitivo, sería mucho más eficiente y menos costoso. Pero es necesario considerar la duplicidad resultante de establecer este nuevo sistema al lado del antiguo. Junto a esos gastos habría que considerar el enorme aumento de costos a nivel de las empresas como resultado de la multiplicidad de instituciones en operación.
Luego de observar las estadísticas de la Superintendencia de AFP, podemos concluir que el nuevo sistema es más oneroso que el antiguo y mucho más todavía que otros en el mundo. Así, los sistemas de reparto tienen costos de administración de entre 5 y 10 por ciento de los aportes. El costo del sistema previsional de AFP alcanza un promedio de 24,5 por ciento de los aportes. Ello refleja un altísimo costo de administración, siendo éste en definitiva de cargo del trabajador.
Se sostenía que la competencia bajaría los costos del sistema de pensiones y, paradójicamente, resultan más caros para los trabajadores porque la competencia tiene un costo. "Prácticamente, un 30 por ciento de los gastos de operación de las AFP son gastos de comercialización y ventas, lo cual explica que los costos de operación sean más altos en este sistema que en el sistema antiguo, donde estos gastos no existían.".
En cuanto a la rentabilidad y el nivel de las prestaciones, el breve período transcurrido desde que comenzó a funcionar el sistema no permite todavía hacer un análisis completo. Por una parte, nos encontramos en un período de transición, donde coexisten dos sistemas -con elementos como el bono de reconocimiento-, que influyen sustancialmente en los beneficios hasta ahora otorgados.
No obstante, si se comparan, los beneficios que ha otorgado el nuevo sistema son en promedio mejores que los del antiguo. Sin embargo, debe señalarse que ello ha sido producto de que las rentabilidades financieras obtenidas por las AFP en los primeros años de operación fueron extraordinariamente altas. Además, la alta rentabilidad inicial que se muestra como gran éxito se debió, entre otras causas, a las favorables condiciones en que se privatizaron las empresas estatales del sector eléctrico, donde se invirtieron mayoritariamente los fondos.
El promedio anual acumulado de la rentabilidad real del Sistema de Fondos de Pensiones entre julio de 1981 y diciembre de 1998 alcanza al 11 por ciento, según la Superintendencia de AFP. Tan altas tasas de rentabilidad no son sostenibles en el largo plazo. De hecho, la rentabilidad de los fondos previsionales ha disminuido peligrosamente, llegando a ser negativa en 1995 (-2,5 por ciento), siendo el año recién pasado de 1,1 por ciento. Ello ha ocasionado grave perjuicio para los imponentes que debieron acogerse a jubilación.
Es necesario tener en cuenta, además, que respecto del antiguo sistema las pensiones durante el Régimen militar se vieron drásticamente reducidas en su poder de compra, producto de la política de reajustes que se les aplicó. Incluso, hubo períodos en que simplemente se congelaron las pensiones. Los pensionados del antiguo sistema sufrieron el rigor de las políticas económicas.
En el actual sistema "sólo pueden aspirar a pensiones suficientes aquellos trabajadores que tengan buenos salarios y cuyos trabajos sean estables, ya que sólo ellos pueden acumular un ahorro previsional que les permita financiar una pensión que reúna las cualidades descritas. Aquellos trabajadores que no tengan las posibilidades anteriormente señaladas, desde luego enfrentarán graves problemas con sus pensiones y será el Estado, y no el sistema de administración privado, el que contribuya a paliar esta situación.".
El sistema previsional chileno de AFP cumplió en mayo recién pasado 18 años de funcionamiento, generando recursos que alcanzan a varios miles de millones de dólares. Los partidarios de este sistema celebran la acumulación de estos fondos, pues ello significa gran capacidad de ahorro y de inversión. Pero desde otra perspectiva "sólo se ha desvestido un santo, para vestir a otro"; no es que exista un mayor ahorro, sino que se cambió al encargado de estos fondos, pasando del sector público a manos privadas. El funcionamiento del nuevo sistema significó un grave déficit fiscal.
Por otra parte, el manejo de este enorme caudal de dinero ha permitido que las AFP jueguen un rol protagónico en la economía del país y ha aumentado la concentración del capital en manos de unos pocos grupos económicos. En definitiva, este sistema permite el lucro de algunos particulares con los recursos de todos los trabajadores, mientras que ellos, es decir los dueños de los recursos, carecen de poder para influir en el destino de los mismos.
La concentración de los recursos previsionales queda demostrada por el hecho de que las tres AFP más grandes concentran el 60,4 por ciento de los fondos y las seis más grandes, el 89,7 por ciento del total. La economía de escala terminará con un monopolio en un sistema que ya tiene recursos equivalentes al 40 por ciento del Producto Interno Bruto y que en 2004 representará un 60 por ciento del mismo.
El espectacular desarrollo del mercado de capitales chileno se explica -en buena medida- por la presencia de las Administradoras de Fondos de Pensiones. Es tal el volumen de fondos manejados por el sistema, que ha permitido su inversión en el extranjero. Es realmente absurdo que los fondos de los trabajadores sean invertidos -e incluso, que se especule con ellos- fuera del país, cuando es tan necesaria la inversión en Chile para generar nuevas fuentes de trabajo. Hoy, se da la paradoja de que, mientras trabajadores quedan cesantes en Chile sin protección social, sus fondos sirven para que personas en otros países tengan empleo.
Como lo he denunciado reiteradamente, la principal preocupación de las AFP es la inversión de los recursos que captan. Éste, no es un sistema de seguridad social; no tiene como objetivo fundamental la protección del trabajador, sino el afán de lucro.
La baja del precio de las acciones en que las AFP habían invertido los fondos de los trabajadores, generó una fuerte preocupación en el mundo sindical. Ésta, asumida por el Gobierno, se tradujo en el presente proyecto de ley destinado a dar mayor estabilidad y garantía a los ahorros de los trabajadores próximos a jubilarse.
Esta reforma es absolutamente insuficiente para abordar los graves problemas que afectan al sistema previsional privado; llega tarde y su discusión ha sido excesivamente lenta y equivocada, ya que se ha orientado, fundamentalmente, a analizar los efectos que los traspasos provocarán en los mercados de capitales más que los beneficios que podría aportar a los trabajadores, que es el objetivo del proyecto.
Es insuficiente, porque limita su acceso sólo a un pequeño sector de los afiliados, impidiendo el ejercicio de la libre elección para cualquier trabajador que prefiera una menor expectativa de rentabilidad pero una mayor seguridad de los ahorros de toda su vida. Como sostuvieran los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores en la Cámara de Diputados, "el proyecto contiene una contradicción muy profunda, ya que se reconoce la necesidad de proteger a los que están por jubilar y los jubilados y, por otro lado, se deja en la inseguridad más absoluta a los que tienen 10, 20 ó 30 años de cotizaciones y a quienes ingresan al sistema.".
Por lo anterior, me parece oportuno -al menos- considerar la posibilidad de permitir a quienes recién ingresan al sistema, realizar dicha opción. Esto permitiría un cambio gradual y no afectaría las actuales inversiones de las AFP. Además, deberíamos estudiar la factibilidad de incorporar en este proyecto la ampliación de la opción al resto de los trabajadores, de manera gradual y luego de transcurridos los tres años que contempla esta normativa como período de transición para un traspaso gradual de afiliados considerados hasta ahora en la iniciativa.
También es tardía, porque, aparentemente, los efectos de la crisis están pasando, por lo que sus repercusiones inmediatas serán menores y sólo darán mayores garantías a quienes puedan asegurar sus fondos en instrumentos de renta fija.
Este proyecto deja al descubierto la fragilidad de un sistema que debería ser de seguridad social y que por sus características es más un mecanismo de ahorro interno en manos de un grupo económico cada vez más concentrado, cuya gravitación en la economía nacional es cada vez mayor. Y lo más grave es que actúan ejerciendo un poder con recursos ajenos, respecto de los cuales sus titulares nada pueden decir.
Se deben introducir cambios más profundos, tendientes a retomar el sentido básico de un sistema de seguridad social en materia de pensiones.
Se tiene que asegurar su adecuada administración. Considero que el sistema previsional podría ser administrado por entes privados sin fines de lucro, con la participación de los imponentes en la orientación general de dichos organismos.
En el futuro, los fondos de los trabajadores deberán ser cautelados de mejor manera y no verse tan expuestos a los vaivenes del mercado de capitales. No parece razonable que los fondos se inviertan en la bolsa de valores, cuyos resultados pueden dañar los ahorros de toda una vida de los trabajadores, perdiendo el sentido de lo que constituye un sistema de seguridad social, el cual, no puede confundirse con un simple mecanismo de formación de capitales. Éstos no debieran ser invertidos fuera del país, sino que orientados a inversiones en Chile. Algunos ámbitos interesantes para ello podrían ser los siguientes: la realización de obras públicas, la ampliación de operaciones de las empresas del Estado, como CODELCO y ENAP, o el financiamiento de planes de viviendas para trabajadores. En relación con esto último, existiendo en Chile un déficit habitacional, los organismos administradores de pensiones que operan en el largo plazo podrían financiar créditos para la vivienda en condiciones más favorables que las actuales.
Por esto, reafirmo que no es bueno que la seguridad social y concretamente los sistemas previsionales se entreguen a órganos del sector privado con fines de lucro, porque éstos privilegian este afán por sobre la justicia y la solidaridad.
Los trabajadores chilenos merecen un sistema de seguridad que les otorgue pensiones dignas al momento en que dejen de laborar. Ello requiere un sistema que tenga su mirada puesta en las personas y no en el lucro, y que esté estructurado de una manera tal, que permita una más justa distribución del ingreso. Esto se hace urgente hoy, pues nuestro sistema es en América Latina uno de los que tiene índices negativos en esta materia. Será responsabilidad de quienes ejercemos cargos de representación popular llevar a cabo estas transformaciones, escuchando a los interesados, particularmente, a las organizaciones de los trabajadores.
Con la conciencia de los límites de la presente iniciativa, pero con la claridad de que, al menos, significa un avance -aunque pequeño- en la protección de los fondos previsionales de los trabajadores, anuncio mi voto favorable a ella.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Prat.
El señor PRAT.-
Señor Presidente, hubiese querido dedicar toda mi intervención al análisis del proyecto; pero las palabras que hemos oído en la Sala me obligan a detenerme brevemente en ellas.
Aquí se ha hecho una suerte de panegírico del antiguo sistema de pensiones. Es sintomático que el actual Presidente del Senado -en este momento no se encuentra en la testera-, en agosto de 1970, concurriera a la Cámara Alta como Ministro de Hacienda del Gobierno del ex Presidente Frei , con motivo de la discusión de la Ley de Presupuestos de ese año, y declarase enfáticamente que el sistema estaba real y definitivamente quebrado. Sin embargo, ahora podemos observar que éste es alabado en la forma señalada.
La razón de que aquél estuviese colapsado hoy día tendría mucho más validez que en ese entonces.
El sistema de reparto se funda en que el aporte lo hacen los activos y el gasto lo realizan los pasivos. Cuando cambia la composición etaria de un país y la base de los trabajadores activos se estrecha, el mecanismo tiende a no ser capaz de sostenerse. Fue precisamente lo que ocurrió en Chile cuando el sistema de reparto maduró; y la nueva composición etaria del país, que conocimos precisamente la semana pasada, significa que, no obstante que debiera ser una pirámide con una base conformada globalmente por jóvenes, tendemos a aparecer como una columna, donde el número de aquéllos es prácticamente similar a los mayores. Un sistema de reparto, en estas condiciones, está absolutamente quebrado.
Por eso, las naciones desarrolladas del mundo buscan modificar sus sistemas previsionales y acercarlos a los de capitalización individual, como el vigente en Chile, el cual ha sido un ejemplo.
Decir que el antiguo sistema propendía de mejor manera a la redistribución del ingreso significa, a mi juicio, apartarse absolutamente de la realidad. Basta apreciar cuál era la estructura de jubilaciones que existía al término de aquél, donde había jubilaciones doradas; por ejemplo, la de los Parlamentarios, quienes, con doce años de ejercicio en el cargo, se hacían beneficiarios de la "perseguidora". En el otro extremo de la pirámide estaban los trabajadores que recibían una pensión carente de reajuste, la cual se incrementaba sólo legalmente y su monto se calculaba de acuerdo con el sueldo obtenido en los tres últimos años de labor. Como en ese entonces la inflación promedio era de 30 por ciento, hay que ver lo que ello significaba.
Por lo tanto, la afirmación de que dicho sistema propendía a la redistribución del ingreso es profundamente equivocada, pues él resultaba muy injusto, aun cuando su intención original tendiera a lo solidario. Justamente, las distorsiones derivadas de las presiones políticas, que motivaron legislaciones especiales para cada grupo, hicieron que el carácter distributivo inicial del sistema, a la postre, no lo fuera.
En la intervención que acabamos de oír, se manifestó que el mercado de capitales sería casi uno de los males provenientes de la nueva ley. Sobre el particular, conviene identificar el tremendo efecto beneficioso que él ha significado para el desarrollo del país, para las posibilidades de las personas de acceder al bienestar y para la equidad que, en definitiva, produce. Cabe recordar que en el sistema antiguo, cuando no existía dicho mercado de capitales, la obtención de créditos era una prebenda política, y ellos se otorgaban por los partidos de Gobierno a través de una banca absolutamente dependiente de las distintas Administraciones de turno.
Por lo tanto, el sentido democratizador de introducir equidad e igualdad de oportunidades en el país que conlleva el mercado de capitales, el cual es hijo de la reforma previsional, no puede dejar de ser identificado.
Creo que las palabras escuchadas ahora, en el umbral del siglo XXI, deben hacernos meditar acerca de cuánto hemos avanzado en socializar el progreso de Chile en el último tiempo, sobre todo cuando estamos discutiendo los sacrificios que se han debido realizar para tal efecto.
En lo que respecta al proyecto mismo, me parece que es necesario indentificarlo en su fondo y conforme a las circunstancias en que ha sido tratado.
Señor Presidente , el Senador señor Pérez me está solicitando una interrupción, y se la concedo, con la venia de la Mesa.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor PÉREZ .-
Señor Presidente, mi interrupción apunta a las expresiones formuladas por el Honorable señor Ruiz De Giorgio. Como estamos terminando con este capítulo; en razón de que dicho señor Senador ha sido Presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social por muchos años e integrante de la misma durante todo su período parlamentario, y dado que la materia dice relación a las administradoras de fondos de pensiones y al mercado de capitales, me gustaría que su intervención -la cual además fue leída- fuera enviada mediante oficio, en su nombre -no sé si Su Señoría está de acuerdo con ello-, a las instituciones involucradas en el tema: las administradoras de fondos de pensiones, la Bolsa de Comercio y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, con el objeto de que tomen conocimiento de esas expresiones. Pienso que sería interesante.
El señor RUIZ (don José ).-
Agradezco la sugerencia. Ojalá, ellas pudieran también ser publicadas in extenso.
El señor PÉREZ.-
Accedo a que sean publicadas en esa forma.
El señor PRAT.-
Aparecen en la página Web.
El señor PÉREZ .-
En todo caso, pido que se oficie a las entidades mencionadas en la forma que señalé.
El señor RUIZ (don José ).-
Sería de mi agrado que también leyeran la intervención esos caballeros. ¡No hay problema!
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Puede continuar el Honorable señor Prat.
El señor PRAT.-
Señor Presidente, como decía, considero que el proyecto debe ser analizado en cuanto a su contenido y a las circunstancias.
Respecto de lo primero, es deseable que exista más de un fondo, como ocurría hasta ahora, pues hay que promediar la situación de los distintos imponentes del sistema. Es bueno que se avance para diferenciar la situación particular de los diferentes grupos de cotizantes.
Los imponentes, según su edad, tienen diversos perfiles de necesidades y de propensión al riesgo, tanto por su conformación etaria como por el distinto efecto que en cada uno de ellos generan las circunstancias que se den. Por ejemplo, en el caso de un joven recién ingresado al sistema, el incurrir en inversiones de mayor riesgo es más dable en función de su edad pero sus efectos, si son adversos dado que hay mayor riesgo- no son tan determinantes como ocurre con la persona que está a punto de jubilar, respecto de la cual la propensión es más bien a la seguridad.
En consecuencia, es conveniente que haya diferentes fondos para atender esa realidad. El que se viene creando mediante el proyecto es bueno en sí; pero su sola existencia, que es de renta fija, tiende a desequilibrar el sistema, el cual, si lo miramos en su conjunto -vale decir, el ya existente, más el nuevo-, generará un promedio más cargado a la renta fija en comparación a lo que sucede en la actualidad. Por tal motivo, la rentabilidad global debería ser inferior, pues la renta fija, si bien implica una menor ganancia, otorga mayor seguridad.
Por lo tanto, con el objeto de romper tal desequilibrio y volver al que tenía anteriormente el sistema, se hace urgente la creación de un tercer fondo de renta de mayor riesgo para los sectores que se encuentran en esa condición.
Por eso, señor Presidente , en una primera instancia, me abstuve de votar la idea de legislar mientras no tuviera la seguridad, a lo largo de la discusión del proyecto, de que existe voluntad para la formación de un tercer fondo, la cual ha quedado manifestada. Incluso se pensó dejarla incluida en la ley; no obstante, se estimó que, desde el punto de vista legislativo, era más bien impropio hacerlo así. Sin embargo, como quedó claramente establecida la intención del Gobierno en orden a avanzar en la creación de un tercer fondo, he levantado mi objeción y votaré a favor de la iniciativa.
En cuanto a las circunstancias que dieron origen al proyecto en análisis, es preciso señalar que fue presentado el año pasado durante un período en que las rentabilidades fueron muy negativas y originaron una gran aprensión ciudadana sobre la materia. Sin embargo, pese a que fue promovido y formulado para resolver esa situación, en nada se acerca a solucionarla.
La caída de la rentabilidad de los Fondos de Pensiones el año pasado, estuvo determinada principalmente por el alza de la tasa de interés, que produce un valor actualizado de las inversiones a largo plazo en renta fija más baja y, por lo tanto, origina una pérdida. Sin embargo, la iniciativa se presentó como una forma de resolver esa situación. La realidad es totalmente opuesta. En efecto, si la ley en proyecto hubiera entrado a regir el año pasado, habría provocado una fuerte frustración en los imponentes adscritos al sistema, porque la subida de la tasa de interés habría ocasionado una grave pérdida en los Fondos de Pensiones. Por el contrario, la alta rentabilidad que en éstos se está produciendo en los últimos meses, se debe principalmente a la baja de la tasa de interés. En tal sentido, los imponentes que hubieren estado afiliados a dichos Fondos el año pasado, hoy día habrían sido reivindicados por la gran rentabilidad que han alcanzado a partir de las sucesivas bajas que ha experimentado la tasa de interés.
Por eso, hay que identificar cuáles son los alcances del proyecto y no generar falsas expectativas. Un Fondo, aun cuando sus recursos se inviertan en títulos de renta fija, va a tener fluctuaciones dependientes de la tasa de interés. Por lo tanto, no podemos pretender que sea la panacea de la estabilidad. Es un Fondo más, para una particularidad específica, y debe ser compensado con otro Fondo de característica equilibrante.
A pesar de que el nuevo Fondo constituye un cierto progreso en cuanto a cambiar los sistemas de medición, a fin de exigir rentabilidad, dentro de un rango promedio, a las Administradoras de Fondos de Pensiones, el debate que hoy llevamos a cabo es una oportunidad para establecer la forma de avanzar con mucho más audacia en esa materia. Porque actualmente se está produciendo un efecto concentración basado en elementos de la regulación existente que propenden a ello. Y como no es deseable la concentración, hay que examinar aquellas regulaciones que están originando una concentración inconveniente del sistema, a fin de dar mayor facilidad de entrada a esa actividad, esto es, para que puedan ingresar quienes hoy día no participan en ella y para evitar esta concentración que se ha ido manifestando a través de la salida o la fusión de distintas Administradoras.
Hechas estas consideraciones, desde ya anuncio mi voto favorable a la iniciativa.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Hay una petición formulada por el Senador señor Pérez. La Mesa desea saber si Su Señoría solicita que la comunicación se envíe en su nombre o en el de la Sala.
El señor PÉREZ.-
Señor Presidente , en verdad, no podría, literalmente, adjudicarme la autoría intelectual de la exposición hecha por el Senador señor Ruiz De Giorgio.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
No me refiero a eso, Su Señoría.
El señor PÉREZ.-
Lo ideal sería que se oficiara en nombre del Senador señor Ruiz De Giorgio, o en el de la Corporación, para que las instituciones involucradas conozcan la opinión del señor Senador acerca del sistema previsional chileno.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento de la Sala para enviar, en nombre del Senado,...
El señor MUÑOZ BARRA.-
¿Me permite hacer una consulta reglamentaria, señor Presidente?
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente , ¿puede un Senador prácticamente imponer una gestión que no ha sido solicitada por el Senador autor de la intervención correspondiente? Excúseme que carezca de claridad para entender la insistencia al respecto, porque yo no he escuchado al Senador señor Ruiz De Giorgio formular tal petición. Sin embargo, en el Honorable señor Pérez he apreciado una insistencia que no ha emergido del autor...
El señor PÉREZ.-
El señor Presidente me está consultando.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
El Senador señor Pérez, reglamentariamente, no tiene facultad para adoptar esa resolución. Por eso, estoy pidiendo la autorización de la Sala, Su Señoría.
El señor VALDÉS.-
No hay acuerdo.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
No existe acuerdo acerca de la petición formulada por el Senador señor Pérez. Por lo tanto, si el Honorable señor Ruiz De Giorgio desea enviar, en su nombre, su intervención a los organismos antes señalados, puede solicitarlo en el momento en que él lo estime conveniente. Hasta ahora, no hay petición en tal sentido.
Tiene la palabra el Honorable señor Foxley.
El señor FOXLEY.-
Señor Presidente , me interesó la última observación que hizo el Senador señor Prat. Por lo tanto, solicito a Su Señoría que nos ilustre, en relación con el tema de la rentabilidad, acerca de cuáles serían los cambios que se podrían hacer, desde el punto de vista regulatorio, para no inducir a una concentración excesiva en las Administradoras de Fondos de Pensiones.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Puede hacer uso de la palabra Senador señor Prat, pues aún dispone de tiempo.
El señor PRAT.-
Entiendo que la Senadora señora Matthei se a va a referir a esta materia en profundidad. Sin embargo, puedo contestar brevemente a Su Señoría. Actualmente las Administradoras tienen la obligación de mantener una rentabilidad promedio de todos los Fondos, y las más grandes son las que marcan el promedio. Por lo tanto, el riesgo que corren las pequeñas es tan alto que prefieren no estar en dicha actividad.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, en mi intervención deseo abocarme a algunas sensibilidades que he ido recogiendo en el contacto permanente con la gente que se halla adscrita al sistema.
Pienso que tratar puntualmente el tema de las Administradoras de Fondos de Pensiones conforme a lo que el proyecto en sí mismo contempla, es perder una gran oportunidad para hacer un análisis del sistema en general o de la forma como lo siente la gente que está en él.
Evidentemente, hay cientos de miles de chilenos que examinan la administración de las AFP y, por supuesto, no pueden dejar de evaluar sus resultados. Por lo tanto, constituye una materia de gran sensibilidad. Sin embargo -debo señalarlo-, a pesar de esta importancia tan masiva, tan latente, las Administradoras de Fondos de Pensiones dan la sensación de que son verdaderos búnker impenetrables, auténticas fortalezas -muy elegantes- en cuanto a la comunicación, a la comprensión de lo que sus efectos y sus beneficios significan para los trabajadores del país.
Reitero: la comunicación no es clara, no es entendible, lo cual, evidentemente, se agrava mucho más, porque, cuando se informa al país, se hace en forma casi algebraica, lo que determina que sean muy pocos los chilenos que puedan entender si efectivamente el sistema es bueno o es malo, si le sirve o no le sirve, si se está administrando bien o se está administrando mal. Ésa es una realidad -la que vive el país-, por sobre cualquier discusión que pretendamos hacer desde un punto de vista muy técnico sobre esta materia.
Sabemos que quienes viven de un sueldo deben entregar, por ley, deseen o no, de sus bolsillos salariales, recursos a las Administradoras de Fondos de Pensiones. En el sistema arcaico, efectivamente -como señaló un señor Senador-, había opciones a las cuales se podía recurrir: Caja de Empleados Particulares, Municipales, Fiscales, Bancarios , etcétera.
Por lo tanto, aquí existe una obligación que centraliza esta materia tan importante.
Por otra parte, soy un convencido -y lo digo más por sensibilidad que por una convicción muy documentada- de que la historia de las AFP se podrá leer en cinco años más.
¿Qué pasa en este minuto? Hay una calle que lleva los recursos a las AFP, y otra que los trae de regreso a muy pocos trabajadores chilenos que han logrado jubilar. Y se calcula que en el 2005 la cantidad de chilenos que estará en condiciones de jubilar será más grande y masiva. Por lo tanto, ahí veremos si el actual sistema es mejor que el anterior.
No me cabe ninguna duda de que este proyecto es el primero de muchos más que vendrán y que tratarán de corregir experiencias del sistema previsional, como las que hoy analizamos, respecto del cual ya escuchamos por allá en 1980 que nacía perfecto, que aseguraba todo y que no generaría problemas. Es claro que eso se decía, como recordarán Sus Señorías, cuando había una gran especulación de acciones que determinaba que las AFP tuvieran un crecimiento muy importante, lo que hoy no acontece en un país sin riesgos, donde las especulaciones en esta materia ya no existen.
Para bien o para mal, Chile es el país, como muy bien lo señalaba un señor Senador, donde este sistema de previsión lleva mayor tiempo en su aplicación y desarrollo: dieciocho años. Y también afirmaba que sería mejor una vez que madure. Lamento que en dicho lapso el sistema todavía no haya madurado.
Sin embargo, ese período de dieciocho años nos ha mostrado una realidad que ha tenido mucho de agraz, de amargo, de cicuta en los resultados del sistema. Y me estoy refiriendo, aunque se explique de mil maneras, a lo que el país sabe: la rentabilidad del sistema ha sido decreciente.
Quiero recordar que en un boletín del año pasado la propia Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones señaló que desde enero hasta diciembre de 1998 los fondos de los afiliados obtuvieron una rentabilidad negativa de 1,14 por ciento. O sea, los trabajadores chilenos perdieron el año pasado 1,14 por ciento.
La señora MATTHEI .-
¡Nueve por ciento!
El señor MUÑOZ BARRA.-
He escuchado en la Sala que este año el promedio de rentabilidad de las AFP ha sido fantástico, exitoso. ¡No es cierto que ese porcentaje sea maravilloso, tal como se ha planteado!
Ahora bien, deseo manifestar que existe inquietud en gran parte de los trabajadores chilenos, a diferencia de la tranquilidad positiva -y lo digo sin molestar, pero los hechos son así- que tienen las cajas por las cuales se rigen los miembros de la Fuerzas Armadas.
Deseo recordar que la normativa legal que rige el sistema previsional chileno -el decreto ley Nº 3.500, dictado en 1980- excluyó a esos sectores. Y sin afán de molestar, me gustaría saber -y veo interés en algunos Parlamentarios de las bancadas de Oposición por darme una respuesta- por qué razón los autores de la ley que rige a todos los trabajadores chilenos se quedaron afuera de ella. Y perdónenme que mencione la anécdota del Capitán Araya , quien embarcó a todos sus marineros y se quedó en la playa, porque en este sistema los gestores de la ley incorporaron a todos los empleados chilenos y ellos se quedaron abajo. Por lo tanto, con mucho agrado escucharé las fundamentaciones e informaciones que se puedan dar en este aspecto.
El proyecto crea un Fondo Tipo 2 para hacer posible, según se sostiene, que los afiliados a quienes les falta un par de años para jubilar puedan sacar sus fondos de estas maravillosas AFP y liberarlos, tal como señalan las mismas fundamentaciones de la iniciativa, de los riesgos que entrañan las bolsas de valores. O sea, se está creando -en buena hora; no lo discuto- un sistema similar a los depósitos a plazo.
La pregunta que me hago respecto al "Fondo Tipo 2", en lo atinente a los fondos a plazo, es: ¿bajarán las AFP los costos que cobran a los trabajadores por implementar este nuevo sistema, o seguirán manteniéndolos?
En la discusión de esta tarde estamos reconociendo que deben adoptarse medidas en relación con este sistema que no resultó perfecto como se planteaba en sus inicios. Hay que recordar que en septiembre del año pasado estas instituciones habían perdido 6 puntos. O sea, el dinero de los trabajadores, que ni siquiera tienen derecho a voz para cuestionar la forma en que se administran sus fondos, había perdido un 6 por ciento a esa fecha, y, en el año, arrojó una rentabilidad negativa final -reconocida por la propia Superintendencia de AFP- de 1,14 por ciento.
Dentro de este sistema, tan científico y especial, el único derecho que tienen los dueños de los recursos dice relación con recibir unas frías cartolas, creadas en computadores, en donde van observando que sus platas han perdido intereses.
En cuanto al "Fondo Tipo 2", espero que los trabajadores a quienes falta poco tiempo para jubilar, toda vez que lo vayan asumiendo, cuenten con la orientación necesaria para entender si efectivamente el paso que van a dar es positivo o negativo.
En consecuencia, votaré a favor del proyecto, pues la génesis del mismo señala que pretende favorecer a aquellos trabajadores a quienes queda poco tiempo para escapar de lo que las propias AFP les han ido diciendo en los últimos años: "No jubilen todavía. No jubilen, porque está mala la cosa, porque sus platas no han ganado plata.". Y ellas se los dicen directamente: "Esperen un tiempo más.". Y como ya no pueden esperar un tiempo más, se creó -en buena hora, por supuesto- esta posibilidad de tipo legislativo.
En esta historia inconclusa de las AFP hay quienes tienen cierta visión -y los felicito, porque carezco de ella- para verlas absolutamente positivas, fortalecidas y exitosas hacia el futuro, por lo cual yo hago votos. Y en esta historia, que para mí es impenetrable, ocurren cosas que son difíciles de digerir, porque mientras los trabajadores, que son los dueños del dinero, pierden plata, eso no les sucede a los empresarios que administran las AFP. Ningún señor Senador puede discutir esto. Hay sombras en el sistema y a nadie le puede molestar el hecho de que uno, haciendo uso de la potestad que le confiere el cargo, lo plantee democráticamente en el Hemiciclo.
Durante mucho tiempo, como lo señalaba un señor Senador , de entre todas las pirotecnias que tienen las AFP, supimos del traspaso de afiliados de una institución a otra, para lo cual el propio sistema permitía que los vendedores hicieran regalos, sobre todo a gente de un nivel cultural muy modesto, y al final resultaban ser cambios que no significaban ninguna mejoría. Y ¿por qué ello era posible? Lo era porque el imponente, tanto ayer como hoy, no tiene una conciencia real, verdadera, de cómo es el sistema y de cómo funciona el mismo.
Por otra parte, el sistema es administrado -no cabe ninguna discusión al respecto- por privados, y el Estado tiene un rol de superintendente.
Hay preocupaciones que son casi un común denominador en los imponentes del país. ¿Cuáles son ellas? En primer lugar, lo que respecta a las rentabilidades, y nadie puede señalar en la Sala que dicho punto no se encuentre en discusión. ¿Cuál es el otro tema que preocupa a los trabajadores? El costo del sistema que se deja recaer en ellos. ¿Cuál es la última preocupación? La que dice referencia a lo que ya he manifestado en el transcurso de mi intervención: la poca transparencia de la información que las AFP transmiten a sus imponentes, a los usuarios del sistema.
Con respecto a la rentabilidad, no me explico cómo no ha salido a colación esta tarde en el Senado lo que algunos administradores señalaban: que la crisis asiática había causado la baja rentabilidad. Porque la verdad es que la crisis ha servido para muchas cosas. Me parece que esa afirmación (hecha ante al país en más de una oportunidad) es producto de un análisis erróneo. Este sistema previsional, con baja rentabilidad, se ha manejado mal durante cuatro años, en forma deficitaria.
Daré un antecedente para mostrar las debilidades en ese ámbito. En Chile, por ejemplo, durante 1996 y 1997 se observó un proceso de crecimiento notable en lo económico. Pero en ese mismo período las AFP ofrecieron ínfimos resultados. El país crecía, se desarrollaba bien; sin embargo, el dinero de los trabajadores, administrado por esas entidades, no crecía. Ésa es una verdad.
La señora MATTHEI .-
¡Por qué no estudia un poco más, señor Senador ! Es cosa de informarse.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Estas AFP son una caja de Pandora para el mañana. Por ejemplo, se registran gastos inmensos en comercialización y publicidad. Los señores Senadores deben saber que prácticamente 40 por ciento del total de gastos operacionales se destina a esas actividades. Y todo ello es irritante, porque los resultados no pueden ser menos halagüeños.
Finalmente, en estos cortos minutos expondré una inquietud. Los onerosos costos de administrar los recursos son una realidad en nuestro país. En Alemania, sistemas similares cobran a los trabajadores 7 por ciento de las cotizaciones. En Brasil, aquí cerquita, al lado nuestro, se cobra entre 7 y 8 por ciento. Sin embargo, en Chile estamos por sobre 20 por ciento en las cotizaciones.
Son hechos reales. Por mi parte, no me pongo histérico al hacer mis planteamientos sobre la materia, y creo que nadie debería ponerse histérico para responder. Porque estamos abocados al análisis de un asunto que interesa a todos los chilenos y no somos representantes de las Administradoras de Fondos de Pensiones ni de institución alguna. De tal manera que la sobriedad y la tranquilidad con que intervengan en el debate los que más saben tienen que constituir, por supuesto, las características que afiancen las relaciones en un Senado democrático como es éste.
He dicho.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lavandero.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente, aquí hemos podido apreciar que el sistema que nos ocupa muestra una cantidad importante de aspectos que conspiran contra la obtención de rentabilidad y contra la seguridad previsional de los trabajadores que imponen obligatoriamente cada mes.
Hemos escuchado con claridad que las Fuerzas Armadas y Carabineros se mantienen al margen del esquema. ¿Por qué? Lo ha dicho el Senador señor Muñoz Barra .
Hemos escuchado, también, lo que ocurre con los promedios de las rentabilidades que arrojan las AFP, que las obligan a tener determinado curso. Ése es otro problema.
Y otro lo constituye el fenómeno de concentración de cotizantes en pocas entidades previsionales.
La rentabilidad exagerada pagada por los imponentes, además, es un hecho grave y no una cosa simple. Se trata de un ahorro obligatorio y monopólico. No hay libertad para ir a cotizar en una institución distinta de las monopólicas.
Todos ellos son problemas delicados. Y se debe agregar que los administradores de estas empresas privadas que manejan los fondos de pensiones, en especial sus presidentes, gerentes, directores, son unos caballeros que tienen aseguradas sus rentas, suculentos honorarios que reciben sea que ganen o pierdan los cotizantes. Cuando tales empresas obtienen lo que eufemísticamente llaman "rentabilidad negativa", para significar las pérdidas -porque es lo que son-, esos caballeros que administran mal no se ven afectados por las pérdidas: sólo participan de las utilidades.
Esos son problemas. No es sólo uno el que cabe considerar al crear un segundo o un tercer fondo de ahorrantes. Pienso que los hay de mucho mayor envergadura. La solución que se nos presenta aquí no es de fondo: es apenas un "parche curita". Hay que darse cuenta de las dificultades que enfrenta el país en este aspecto y que afectan a millones de trabajadores. Y aun más graves son las que amenazan a los jubilados con relación a los fondos previsionales colocados en las AFP. Esto es cierto, y nadie puede negar el hecho.
Los trabajadores y empleados cotizan en una AFP obligadamente 13 por ciento de sus sueldos; pero sólo 10 por ciento queda como ahorro previsional en el Fondo. El 3 por ciento restante va a la administradora privada. Ésta contrata un seguro del trabajador con un costo que fluctúa entre aproximadamente 0,5 y 0,8 por ciento. El resto son gastos operacionales por administrar y las utilidades del sector privado.
Tal como lo ha señalado el Senador señor Muñoz Barra , el costo para los trabajadores y empleados alcanza a 20,46 por ciento. ¿Qué empresario no se mostraría gustoso de tener asegurada una utilidad como ésa, tanto si gana como si pierde; si conduce bien la empresa o si lo hace mal; si ésta quiebra o no? De todas maneras gana 20,46 por ciento si está administrando una AFP. ¿Es esto libre mercado? ¿Se trata de garantizar utilidades a todo evento, inclusive cuando se registren pérdidas? ¿Eso es lo que queremos? ¿Eso es lo que hacemos? ¿Eso es lo que sostenemos?
En 1997, las administradoras de fondos de pensiones privadas, con las utilidades que les reportó el 3 por ciento que deducen del 13 por ciento mensual, obtuvieron 85 mil millones de pesos. El año pasado, en medio de la crisis, esa cifra alcanzó a 76 mil millones de pesos. Ganaron estas sumas colosales a través de un monopolio obligatorio. Los trabajadores han perdido, sin embargo, buena parte de sus ahorros.
Las pérdidas sufridas el año pasado en los fondos previsionales aún no se recuperan. Han dejado al descubierto una situación bastante grave causada por la ineficiencia con que se han manejado los recursos previsionales de trabajadores y empleados. Éste es un sistema -repito- monopólico, en el que la persona está obligada a cotizar y a perder plata.
La rentabilidad del sistema ha caído de tal manera que en los últimos dos años todos los depósitos perdieron entre uno y dos millones de pesos. Ello ha afectado a todos los cotizantes, sin excepción. Algunos perdieron hasta cuatro millones. Y todavía no se han recuperado.
La aseveración de la Superintendencia de AFP en el sentido de que el Fondo de Pensiones tiene una rentabilidad promedio de 11 por ciento a lo largo de su historia es absolutamente inexacta; es equivocada. En el primer año de formación del Fondo, éste era de 350 millones de dólares y su rentabilidad llegaba hasta 17 por ciento. Hoy maneja casi 30 mil millones de dólares y registró una pérdida -para no usar eufemísticamente la expresión "rentabilidad negativa"- de 12 por ciento.
Entonces, es absolutamente falsa una rentabilidad histórica superior a 11 por ciento. No se pueden sumar peras con manzanas. Las rentabilidades tienen que sumarse de manera ponderada, de acuerdo con la cantidad de recursos de que dispone el Fondo. Y la rentabilidad ponderada de las administradoras, tomando en cuenta que en el primer año tenían alrededor de 350 millones de dólares y que hoy disponen de casi 30 mil millones de dólares, no sube de 5,5 a 6,5 por ciento: la mitad de lo que han afirmado esas entidades, con el respaldo de la Superintendencia. ¡Esto es un engaño público! ¡Y no es una cuestión menor!
Los administradores privados de estos fondos, a su vez, invirtieron teniendo otras alternativas. Estos caballeros, dueños de las empresas, contaban con muchas posibilidades. Pero invirtieron en valores especulativos, al punto de que las acciones llegaron a constituir casi 30 por ciento del Fondo. Y hoy la caída del valor de las acciones es la responsable de la fuerte baja en la rentabilidad del sistema.
Por supuesto, ellos no solamente miraron el bien público, el bien previsional de los trabajadores y los empleados; miraron otra cosa: cómo podían ser directores de otras empresas y tener jugosos honorarios. Tenían la posibilidad de invertir en el extranjero, lo que ha ido aumentando con el tiempo, pero nunca se han decidido ni siquiera a invertir un tercio de lo que se les ha autorizado, porque, naturalmente, les interesaba ser directores de empresas en Chile, a costa de los trabajadores y empleados.
El costo administrativo de manejar los 30 mil millones de dólares del Fondo de Pensiones ha sido casi de 5 mil millones de dólares. ¡Miren ustedes la utilidad jugosa obtenida por manejar los fondos de los trabajadores y empleados! ¿Qué ha significado esto? Que, merced a esta poco profesional administración, el costo que le significa a cada trabajador esa mala gestión profesional alcanza al 20,46 por ciento de sus cotizaciones, y ésas son las utilidades que se lleva el sector privado, administrador del Fondo, gane o pierda.
Éste es un costo absolutamente excesivo. Se explica por los abusos en los sistemas de captación, en virtud de los cuales se han regalado viajes, software u otras cosas al trabajador que se traspasa de una AFP a otra. Pues bien, todo eso sale del bolsillo del contribuyente previsional.
El Senador señor Muñoz Barra -me excuso por aludirlo, pero lo hago para bien- indicaba que este costo de 20,46 por ciento que debe soportar cada cotizante y empleado en Chile es muy superior al de otros países. Él señalaba el caso de Brasil. Yo agregaría el de Singapur, donde existe un sistema igual, con un costo operativo diez veces inferior. ¿Son magos en esos países o son ineficientes nuestros administradores? Veamos, además, el caso de Estados Unidos: tiene un costo operacional ocho veces más barato que en Chile.
El problema es grave y de principios, ya que las AFP se crearon para dar una solución en materia previsional. No obstante, se han convertido en instrumentos para que los grupos económicos puedan realizar negocios propios y personales. Se perdió, así, su objetivo, que era asegurar una buena previsión a sus cotizantes. Ahora, en cambio, el tema es que estos fondos se aprovechan con el objeto de hacer inversiones rentables para quienes, por cuenta propia o de terceros, manejan las inversiones de los fondos o, en el mejor de los casos, para manejar las políticas macroeconómicas del país. ¿Por qué es responsabilidad prioritaria de los trabajadores y empleados asegurar las políticas macroeconómicas y no de otros sectores, como el 20 por ciento más rico, que se lleva 62 por ciento de lo que el país produce?
En Chile hay, más o menos, 5 millones 800 mil trabajadores. Sólo 25 por ciento de ellos va a poder jubilar realmente por una AFP. Otro 25 por ciento, para decirlo con claridad y para que nadie venga a engañar -que alguien se atreva a decir lo contrario-, es candidato sólo a una pensión mínima de cargo del Estado. El 50 por ciento restante de trabajadores chilenos sólo tiene como perspectiva recibir una pensión asistencial.
Ésa es la realidad: sólo 25 por ciento de los trabajadores tiene asegurada su jubilación a través de una AFP. Otro 25 por ciento -repito- puede aspirar sólo a la pensión mínima. Si se acaban sus fondos, tiene que responder el Estado. ¿Y los demás? Si hay fondos en las municipalidades, sólo pueden pretender una pensión asistencial. Y hay que esperar que se muera un viejo para que quede un número que pueda ser ocupado por otro viejo. ¡Éste es el sistema de que nos jactamos por el mundo calificándolo de maravilloso, de fantástico!
El señor PÉREZ .-
¿Por qué no lo cambian, señor Senador ?
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , no quiero excederme de mi tiempo, aun cuando tendría mucho más que hablar en torno a este tema.
Honestamente, pienso que es necesario buscar algunas soluciones mejores, alternativas, dado que el sistema está destinado sólo a que ganen unos pocos, para lo cual deben contribuir todos los trabajadores, los empleados, los profesionales. Ya que se ha cacareado tanto en esta materia, cabe consignar que el costo operativo del sistema es superior al de las antiguas cajas de previsión. Estoy de acuerdo con que a lo mejor eran muchas, con que había gastos excesivos. Por eso se trató de modificarlas. Pero el que ahora tengamos un gasto operativo superior a esas -según han hecho ver algunos- "malas" cajas de previsión habla muy mal del sistema, en cuanto a los trabajadores y empleados se refiere. Éste no es para los trabajadores. ¿Por qué no somos honestos? Es para que otros utilicen los fondos con miras a obtener determinadas rentabilidades e inversiones. ¡Digámoslo así, con franqueza!
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Hago presente al señor Senador que ha concluido su tiempo.
El señor LAVANDERO .-
Por último, señor Presidente , creo que hay tres o cuatro sistemas que se podrían proponer. Uno de ellos es que los bancos abran una cuenta de ahorro previsional. ¡El Banco del Estado paga una mayor rentabilidad a sus ahorrantes que las AFP a sus cotizantes!
El señor MUÑOZ BARRA .-
Y no les cobra.
El señor LAVANDERO .-
Efectivamente, no les cobra nada.
¿Por qué el Instituto de Normalización Previsional no se abre una cuenta, por ejemplo, para que personas con 40 ó 45 años de servicios -habría que hacer los cálculos actuariales- obtengan su previsión? Así habría competencia real. ¿Por qué el sistema tiene que ser monopólico, porque de las cinco AFP sólo van a quedar tres? ¿Por qué se exige a la gente a depositar en ellas recursos obligados? Se gane o se pierda, esas instituciones siempre van a salir ganando.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Ha terminado su tiempo, señor Senador.
El señor LAVANDERO .-
Señor Presidente , lo que se está proponiendo -del "buey un pelo", dicen en el campo- es un parche curita. ¡Peor sería si no existiera el parche curita! Pero no es una solución de fondo. ¡En lo absoluto!
En mi opinión, la Superintendencia -está presente el Superintendente- durante mucho tiempo no ha informado a la gente sobre la verdadera rentabilidad obtenida por cada cotizante.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Ha terminado su tiempo, señor Senador.
El señor LAVANDERO .-
Ése es un hecho grave que debemos corregir. Por eso, es necesario buscar una solución mucho más de fondo que la que aquí se ha señalado.
Nada más, señor Presidente .
El señor RUIZ (don José).-
¡Otra intervención para sus amigos, Honorable señor Pérez!
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
El señor DÍEZ.-
Veo que se ha producido acuerdo en la Concertación entre la DC y el PPD-PS,...
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¡Honorable señor Díez!
El señor DÍEZ.-
...para derogar el D.L. 3.500. Sería bueno que lo hicieran y lo dieran a conocer al país, porque éste es un problema real que interesa a la gente.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente,...
El señor BITAR.-
No involucre a otro Partido, señor Senador. Creo que se está excediendo en sus generalizaciones.
El señor DÍEZ.-
Su Señoría no estaba en la Sala.
El señor BITAR.-
Con mayor razón, entonces.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Ruego a los señores Senadores respetar el derecho a hacer uso de la palabra de la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , invito a los señores Senadores que me han antecedido en el uso de la palabra a leer un trabajo del economista Jorge Rodríguez Grossi , que no es de Derecha -creo que es democratacristiano-, en el que se demuestra cómo el sistema solidario antiguo hacía más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Y a causa de esto, que con cifras registra dicho economista, en diversas oportunidades durante el Gobierno del ex Presidente Frei Montalva se hizo presente la necesidad de reformar el sistema antiguo, porque se caracterizaba por su inequidad: en el Servicio de Seguro Social se jubilaba con 65 años; en la Caja de Empleados Particulares, con 35 años de servicios (es decir, podía ser a los 55 años de edad); los empleados públicos, con 30 años de servicios; los bancarios, con 25 años; los hípicos, con 15 años; y los Parlamentarios, con tres períodos, es decir, con 12 años. Ése era el sistema antiguo.
El señor LAVANDERO .-
¡Eso es falso!
El señor MUÑOZ BARRA.-
Los Parlamentarios jubilaban con 15 años.
La señora MATTHEI.-
Perdón, me equivoqué: con 15 años.
El señor LAVANDERO .-
¡Me permite, señora Senadora!
La señora MATTHEI.-
¡No, señor Senador !
El señor LAVANDERO.-
¡Pero es que está diciendo algo que es falso!
La señora MATTHEI.-
Ya dije 15 años, señor Senador.
El señor LAVANDERO .-
Tampoco con 15 años.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¡Por favor, Senador señor Lavandero!
El señor PÉREZ .-
Según el Honorable señor Muñoz Barra eran 15 años. Pónganse de acuerdo.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¡Honorable señor Pérez, por favor!
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente, permítame hacer uso de la palabra.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Está con la palabra la Honorable señora Matthei.
El señor LAVANDERO.-
Por eso nos desprestigiamos, porque decimos de nosotros mismos cosas falsas.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¡Honorable señor Lavandero!
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente, me tocó estar presente -en esa época era estudiante- cuando el equipo liderado por el entonces Ministro Miguel Kast analizaba cómo modificar el antiguo sistema previsional. En un principio se pensó en reformar el antiguo sistema previsional, manteniendo el sistema de reparto, pero se encontraron con la siguiente dificultad. Cuando la población tiene cierta edad, se puede saber más o menos, por ejemplo, cuánta gente se va a invalidar y cuánta se va a morir antes de haber alcanzado la edad para jubilar. Pero nunca se sabe quiénes serán los inválidos o los muertos. Por lo tanto, las pensiones de invalidez y de sobrevivencia perfectamente pueden financiarse mediante sistemas de seguridad social, pero nadie sabe quién será el que se morirá o el que se va a invalidar en edad activa. Por consiguiente, es perfectamente posible cobrar a cada participante cierta prima y pagar con ella la pensión de quienes tienen la mala suerte de morirse o de invalidarse en edad activa. Y así se financia el nuevo sistema previsional. Cuando se dice que el sistema previsional no es solidario, debo declarar que ello es falso, porque justamente todo el sistema de pensiones de invalidez y de sobrevivencia en edad activa son financiados mediante un sistema de seguridad social. Todos aportamos. Aquellos que tienen la mala suerte de invalidarse o de morirse reciben recursos que han aportado los demás.
La vejez, en cambio, es un evento predecible. Yo sé qué día voy a cumplir 60 años o 65 años.
El señor VALDÉS .-
¡Falta mucho!
La señora MATTHEI.-
El 11 de noviembre del 2013, señor Senador.
Entonces, como en los sistemas de reparto típicamente se tiende a considerar la renta de los últimos tres o cinco años para el cálculo de la pensión, invariablemente se produce un engaño colectivo, pues los trabajadores se ponen de acuerdo con los empleadores para subcotizar, para subdeclarar en los tiempos en que están aportando y, después, en los últimos tres o cinco años, se les hace un favor: se les suben artificialmente los sueldos, con el objeto de que obtengan una pensión mayor a la que les correspondería según lo que han aportado. Esto es lo que hace quebrar o desfinanciarse a los sistemas colectivos referidos a la vejez: como ésta es predecible, yo subdeclaro mientras estoy aportando y me subo el sueldo cuando empieza a considerarse el período sobre el cual se me va a calcular la pensión. Por eso, por ejemplo, en el antiguo sistema se empezó a no actualizar las últimas rentas según el IPC, sino dos o tres de las últimas cinco. En fin, era una forma de tratar de financiar algo que partía desfinanciado.
Por eso, el equipo liderado por Miguel Kast llegó a la conclusión de que desgraciadamente en el sistema de reparto había un elemento que conducía a una conducta socialmente negativa, en la que finalmente los más poderosos siempre se aprovechaban de los menos poderosos. Entonces, se estableció un sistema que, si bien es cierto es absolutamente egoísta desde el punto de vista de las pensiones de vejez -cada uno obtiene según lo que cada uno ha aportado-, incorpora elementos de solidaridad, como son las pensiones de invalidez y de sobrevivencia, y sobre todo en el sistema de pensiones mínimas. El rol del Estado, entonces, es asegurar el financiamiento de pensiones de quienes no han podido hacerlo con su propio esfuerzo.
Lo mismo sucede, por ejemplo, en el ámbito de la vivienda. Es perfectamente posible que la empresa privada construya las casas, pero el subsidio lo otorga el Estado a aquellos que no poseen dinero suficiente para comprarlas. Otro tanto ocurre con la educación, donde hay sostenedores privados. Pero quien financia -una cosa es administrar y otra financiar- la educación gratuita, el subsidio para la vivienda y la pensión mínima para los más pobres es el Estado, aunque los administren los privados.
Cuando se critican los enormes gastos en publicidad en que incurre el nuevo sistema previsional, recuerdo, por ejemplo, que en Estados Unidos y Europa se gasta mucho en publicidad y comercialización y que, en cambio, las economías soviética y china no destinaban nada a publicidad. Quisiera saber si la aplicación de recursos a la publicidad ha llevado finalmente a que los sistemas previsionales sean más efectivos o no. En realidad, el dedicado a publicidad no es un gasto perdido; permite informar al público para que, ojalá, tome buenas decisiones. Desgraciadamente, en nuestro sistema previsional no se están tomando buenas decisiones en materia de traspasos. Y la gente se está cambiando de una AFP a otra por razones equivocadas, básicamente por hacer un favor a un amigo vendedor que necesita cumplir una cuota para que no lo echen del trabajo. Además, están haciendo regalos, lo que es absolutamente ilegal e intolerable. Al respecto, debo señalar que trabajé cinco años en la Superintendencia de AFP. En esa época, no se permitía ni siquiera un llavero de regalo. Y si alguien se hubiese atrevido a hacerlo, habría sido borrado para siempre del registro de vendedores y nunca más hubiera podido ejercer su actividad en una AFP. En esta materia, realmente creo que la Superintendencia de AFP no ha adoptado una actitud firme en contra de los regalos. ¡Se trata de algo inaceptable y, además, ilícito!
Asimismo, debo añadir que en nuestra época obligábamos a quienes querían cambiarse de una AFP a otra no a incurrir en un gasto financiero, pero sí en una molestia. Exigíamos que quien deseaba hacer ese traslado fuera a firmar a la oficina de la AFP a la cual quería afiliarse. Porque, en realidad, se está dispuesto a hacer un favor a un amigo cuando no cuesta nada; pero muchos no se tomarán la molestia de ir a una oficina a firmar, sobre todo cuando los motivos del cambio no son reales. Todo esto lo podría regular la Superintendencia mediante una simple circular.
En seguida, deseo referirme a la rentabilidad.
Se ha dicho que las Administradoras de Pensiones han perdido mucho dinero por reducción de la rentabilidad. A lo mejor este tema puede interesar al Honorable señor Muñoz Barra , quien dijo que le cuesta entender este sistema. Cuando suben los valores bursátiles, la cuota aumenta; pero cuando se incrementa la tasa de interés, baja. ¿Por qué? Porque pueden invertirse 100 pesos en la Bolsa, por ejemplo, a 10 por ciento, pero otros papeles se compraron a 6 por ciento, entonces se produce una pérdida, pero ella es aparente, no real. En el mismo minuto en que baja la tasa de interés, se recupera todo lo que se contabilizaba como pérdida, pero que nunca se realizó, pues el papel nunca se vendió. Por eso, este año, cuando ya se ha reducido la tasa de interés, la rentabilidad del sistema supera el 9 por ciento. Es decir, sobradamente se recuperó toda la pérdida del año pasado, e incluso más que eso. La verdad es que el mal rendimiento del año anterior no es culpa de las malas inversiones de las AFP, sino del Banco Central que fijó tasas de interés de locos, las cuales, de hecho, tienen prácticamente quebrada la economía. Esa subida bestial de las tasas de interés del año pasado fue la culpable de las bajas rentabilidades. Pero -como señalé- en el mismo minuto en que empiezan a disminuir las tasas de interés, se recuperan las rentabilidades.
Las AFP fueron muy conscientes al advertir a la gente que no jubilara el año pasado. Cuando una persona jubila y vende sus títulos a mal precio, la pérdida ya no es aparente, sino que la afectará por el resto de la vida. Por eso, me alegro que en 1998 las Administradoras de Fondos de Pensiones hayan recomendado a sus afiliados postergar su decisión de jubilar. Ésa fue, efectivamente, una actitud razonable, pero no lo es la de muchas personas que, desgraciadamente, desconocen el sistema y lo único que han hecho es azuzar a todo el mundo en contra de las AFP, cuando éstas no eran culpables, sino el Banco Central.
En cuanto al tema de las Fuerzas Armadas, estimo que éstas deben entrar -y lo he dicho así desde el primer día- a un sistema de AFP. No es admisible jubilar a los 20 años de servicios. No importa cuánto se pague, porque no podrá seguirse financiando -lo digo públicamente y lo he sostenido toda mi vida- jubilaciones con 20 años de servicios ni a los miembros de las Fuerzas Armadas ni a nadie en Chile, ni en ningún país del mundo. No es posible que se jubilen a los 40 años, porque a esa edad lo mejor sería que las instituciones armadas financiaran cursos, pero no pensiones, pues sus miembros se hallan en condiciones de seguir trabajando. Por ello, estimo que hay que buscar una solución.
Pero en esta materia la distorsión es peor. A los integrantes de las Fuerzas Armadas se les pagan sueldos miserables -¡miserables!- que son compensados con hospitales institucionales, con jubilaciones a los 20 años de servicios y con otro tipo de cosas. Deberían subirles los ingresos e incorporarlos en un sistema de AFP como todos los chilenos, porque eso es lo razonable. De hecho, hoy día el sistema previsional del sector castrense cuesta a Chile un dineral, y no podrá seguir financiándose durante mucho tiempo más.
Cuando se habla de que 25 por ciento de los afiliados al actual sistema previsional es candidato a la pensión mínima, creo que ello es posible. Yo solamente quiero recordar que en el Servicio de Seguro Social, donde cotizaba la mayor cantidad de chilenos, el 90 por ciento de las pensiones eran mínimas. En verdad, éste no es un problema del sistema de pensiones, sino de nuestro mercado laboral. Quien no alcanza a recibir una pensión razonable es porque, en realidad, tuvo una mala vida laboral, con bajos sueldos, baja productividad y muchas lagunas previsionales derivadas de períodos sin cotizar. Eso es lo que lleva a pensiones mínimas, no las AFP; ni tampoco, en su época, el Servicio de Seguro Social.
Finalmente, deseo referirme brevemente al proyecto en debate, al cual prácticamente no me he referido, dado que encontré necesario explicar el sistema de las administradoras de fondos de pensiones. Es muy fácil hablar para la galería en contra del sistema, cuando, en realidad, se desconoce su funcionamiento. Pienso que a la Superintendencia y tal vez también al Ministerio del ramo les corresponde dar a conocer los aspectos reales de este nuevo sistema. Se dice que tiene aspectos malos. Ningún sistema es perfecto; no existe ninguno que sea perfectamente bueno, sobre todo cuando se aplica en un país como Chile, donde todavía hay una enorme desigualdad en los ingresos de las personas.
Cuando se dispone de fondos previsionales acumulados de la magnitud de los actuales, no se puede separar a las AFP de lo que sucede en el resto de la economía. Si ésta anda mal, a aquéllas también les irá mal. Por lo tanto, la única forma de estabilizar el riesgo-país -por ser Chile pequeño, por afectarlo distintos tipos de crisis, como la asiática- es diversificar este riesgo-país. Para ello, es imprescindible que parte de los recursos acumulados se inviertan en el extranjero, porque, sencillamente, es la mejor forma de estabilizarlos. Puede que en algún minuto a nuestro país le vaya mal y, a lo mejor, a Europa bien, y si en algún momento la economía de ésta cae, bueno, la de Asia puede estar mejor. Por consiguiente, es muy importante diversificar el riesgo-país, siendo para ello imprescindible invertir en instrumentos en el extranjero.
Señor Presidente , sostengo un criterio reticente acerca del proyecto. En la Comisión me abstuve y volveré a hacerlo aquí en la Sala, a pesar de que se ha realizado un buen esfuerzo.
La gente, en general, no está pendiente de cuándo va a jubilar, ni de qué pasa con sus fondos. Pero el día en que baja demasiado el valor de la cuota, siempre aparecen algunos diciendo: "Las AFP están haciendo perder plata a la gente". Entonces, los cotizantes se asustarán y se van a cambiar del Fondo Tipo 1 al Fondo Tipo 2, vendiendo sus títulos en el momento en que obtendrán el peor precio posible. Y al recuperarse el valor de la cuota -porque todo finalmente se recupera-, no pueden rescatar lo que aparentemente han perdido, y que sería de ellos si hubiesen permanecido en el primer fondo. Me preocupa que mucha gente, azuzada por algunos que siempre desean hacer cuestión política de esta materia, será inducida a vender sus títulos y a cambiarse de Fondo en el peor momento posible. Es como si se compra caro, y todo el mundo está feliz porque la Bolsa está en alza, pero si los valores bursátiles se vienen abajo, hay pánico y todos quieren vender, haciendo el peor negocio posible, pues los títulos nunca deben enajenarse cuando el valor de la cuota es baja.
Por eso, si bien comparto muchas de las materias aquí mencionadas, no votaré en contra, pero me abstendré.
Estimo que el funcionamiento de este nuevo sistema previsional -que por algo está siendo copiado en todo el mundo- pasa, básicamente, por que se entienda y se estudie en forma seria, y se brinde asesoría a los trabajadores a fin de que tomen las mejores decisiones.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Recuerdo a los señores Senadores que el Orden del Día termina a las 18:30.
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , en 1980, hace ya 19 años, por medio del decreto ley Nº 3.500, se creó el sistema privado de pensiones, el que se puso en funcionamiento por parte de las empresas administradoras de fondos de pensiones. Durante este largo período, los trabajadores chilenos depositaron los fondos destinados a su pensión, es decir, al financiamiento de su vejez. Este sistema se caracteriza, entre otros aspectos, porque transmite directamente a los depósitos los resultados de la economía del país. Por lo tanto, el valor de los fondos aportados por los trabajadores, ineludiblemente, está afecto a los cambios -buenos o malos- de índices del sistema económico global.
Por ello, en un régimen de reparto, como el que consulta el sistema aplicado, el deterioro de los salarios y empleo de los trabajadores activos disminuye inmediatamente la disponibilidad de fondos para pagar mejores jubilaciones.
Aun cuando los afiliados estuvieren preocupados permanentemente de la rentabilidad de las inversiones en el país, se encuentran absolutamente ajenos a la posibilidad de influir en dichos resultados, ya que éstos pertenecen a la esfera de la macroeconomía. A modo de ejemplo apuntamos que el año pasado las AFP arrojaron un resultado negativo para sus asociados del orden de menos 6,8 por ciento. En realidad, los trabajadores perdieron cientos de millones de pesos por los resultados negativos. (Afortunadamente, este año se percibe una recuperación de esta situación). En efecto, nos encontramos en medio de una crisis que, entre otros rasgos, se caracteriza por la pérdida de valor que han experimentado las inversiones en Chile y en otras partes del mundo.
Me imagino a un trabajador que en su hogar, tras una larga y agotadora jornada de trabajo, en vez de mirar en la televisión un partido de fútbol, las noticias o una película de su agrado, se dedique todos los días a ver las fluctuaciones de la bolsa mundial. Como resultado, su merecido descanso caería bajo los signos de la incertidumbre y el temor a su futuro y al de su familia. Se preguntaría ¿qué pasará con mi pensión? Otra pregunta: ¿dónde estarán mis ahorros? Es ésta una preocupación legítima, y ello amerita revisar o corregir, a lo menos en parte, el funcionamiento del sistema. Éste es, a mi entender, el fundamento de la reforma que se nos propone.
Durante la discusión del proyecto en la Comisión de Hacienda del Senado se manifestaron dos tendencias. Por una parte, aquellos que postulan una libertad sin cortapisas para la administración del sistema, sin consideración de los resultados, y que estiman que basta con la presentación de los balances, ya que, como se sabe, las sociedades pueden arrojar indistintamente ganancias o pérdidas. Y, por otra parte, en la misma Comisión, los que postularon con fuerza por el desarrollo del rol subsidiario del Estado. En el caso específico, no podemos olvidar que se trata de la administración de dineros de los trabajadores y que de una buena administración depende el futuro de miles de chilenos que depositaron su confianza en el sistema, bajo obligación.
También se dejó constancia de una posición que aboga por mayor transparencia y adecuada información. En éstas y otras cuestiones deberían reforzarse los mecanismos de control de la Superintendencia de AFP. Además, estas últimas no han evaluado adecuadamente la rentabilidad del sistema, pese a que están obligadas por ley, ya que según los números 2, 9 y 10 del artículo 94 del decreto con fuerza de ley Nº 3.500, tienen la obligación de efectuar este tipo de estudios.
En realidad, se manifiesta mayor preocupación por la publicidad, el marketing y el traspaso permanente de los usuarios de una AFP a otra, lo que ha derivado en un auténtico mercadeo. Como se ha señalado, la gran cantidad de traspasos que se presentan, y los síntomas de corrupción que los rodean son, de cualquier manera, tendencias preocupantes. Los afiliados no tienen elementos muy nítidos para valorar a una AFP más que a otra, de modo que la decisión de cambio puede ser inducida por regalos o cualquier otra vía que "adelante" los beneficios. Todo ello nos lleva a reflexionar que la Superintendencia deberá actuar con mayor energía.
Otro aspecto, que suscribo y apoyo, en el trabajo de la Comisión es el que se refiere a la escasa competitividad del sistema, lo que también amerita un estudio oficial del Ministerio del ramo, el que seguramente encuentra su fundamento en la fuerte concentración del sistema.
El proyecto que ahora nos ocupa modifica el decreto con fuerza de ley Nº 3.500 en tres aspectos fundamentales:
Primero, crea un segundo fondo de pensiones, que será de menor riesgo, ya que sólo se autoriza a invertir en títulos de renta fija de plazo acotado. Éste se denominaría "Fondo de Pensión Tipo 2" o "Fondo Tipo 2". Estará constituido por las cuentas individuales de los afiliados que estén próximos a pensionarse por vejez. Se refiere a los hombres que tengan sesenta años o más y a las mujeres con cincuenta y cinco años o más, como a aquellos a los que les falten tres años o menos para cumplir la edad legal para jubilar por vejez. Además, se beneficiarán los declarados inválidos mediante primer dictamen y los pensionados con las modalidades de retiro programado o renta temporal.
Segundo, otro objetivo del proyecto es perfeccionar la normativa sobre rentabilidad mínima, ampliando el período de medición de doce a treinta y seis meses. Para ello se sustituye el concepto de "rentabilidad nominal de los últimos doce meses de un Fondo" por el de "rentabilidad nominal mensual del Fondo". Se pretende modificar la fórmula de cálculo de la rentabilidad mínima garantizada, acentuando la responsabilidad de las AFP.
Tercero, la iniciativa crea la "reserva de fluctuación de rentabilidad" con la finalidad de garantizar la rentabilidad mínima de cada fondo y es parte de cada uno de ellos. El Banco Central fijaría los límites máximos de las inversiones de los Fondos Tipo 2 y determinará los instrumentos en que se puede invertir.
Uno de los temas preocupantes frente al sistema de AFP en general se refiere a su costo, el que es muy alto. Aquí se manifiesta un vacío de la ley, pues, como se puntualizara en la Comisión, faltan normas de funcionamiento, ajustes y perfeccionamiento que permitan a los afiliados conocer de verdad el costo de la administración. Normalmente, los afiliados contemplan con estupor las liquidaciones que, a modo de información, se les entregan. Con este proyecto, la Superintendencia se obligará a un estudio anual de los costos de administración de las AFP, el que tendrá carácter público.
Las actuaciones de las administradoras de fondos de pensiones deben estar dotadas de la máxima transparencia, ya que si ello no se manifiesta se pone en peligro la fe pública, dada la obligatoriedad del sistema. No obstante el respeto a la libertad de los mercados, y precisamente por ello, el Estado deberá seguir cautelando los derechos fundamentales de los ciudadanos, tales como los de educación, salud, vivienda, y, tras una larga vida de aporte y dedicación al trabajo, el derecho de la vejez al justo descanso.
El proyecto en debate representa un perfeccionamiento del sistema de las AFP y un beneficio a un mayoritario número de imponentes, garantizándoles un tratamiento mejor en la obtención de los beneficios a los que tienen derecho.
He dicho.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Señores Senadores, faltan ocho minutos para el término del Orden del Día, y de los señores Senadores inscritos quedan aún dos por intervenir. Sin embargo, debo advertir que los Comités configuraron la tabla de la sesión de mañana, y esta iniciativa no fue considerada en ella. En el caso de que dichos señores Senadores hicieren uso de la palabra, tendríamos que recabar el acuerdo de la Sala para que los proyectos que figuran en primer término cedan su lugar a éste en la sesión de mañana. Debo recordar...
El señor DÍEZ.-
Solicite el acuerdo de la Sala, señor Presidente.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
...que se acordó despachar los proyectos que figuran en la tabla de la sesión de mañana.
Si le parece a la Sala, podríamos iniciar inmediatamente la votación con las intervenciones de los Honorables señores Gazmuri y Urenda, para que fundamenten su voto.
¿Les parece bien?
El señor DÍEZ.-
Nos parece bien.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Y despachamos el proyecto ahora.
¿Está de acuerdo, Honorable señor Gazmuri?
El señor GAZMURI.-
No lo escuché bien, señor Presidente.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Decía que podríamos iniciar la votación con la exposición de Su Señoría. De esa manera, despacharíamos la iniciativa en esta sesión y en la de mañana nos dedicaríamos solamente a tratar las incluidas en la tabla respectiva.
El señor URENDA.-
Señor Presidente , ¿no vamos a tener oportunidad de escuchar al señor Superintendente?
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
El señor Ministro no ha hecho uso de la palabra porque, aparentemente, ha estado representado por algunos señores Senadores. Por lo demás, él no la ha pedido. No es obligación que los señores Ministros intervengan.
El señor URENDA.-
Como ha habido cargos directos, incluso a la Superintendencia, no sería razonable no brindarles la oportunidad de contestarlos antes del debate. Incluso prefiero renunciar a mi derecho a usar de la palabra, pero escuchar la voz de la Superintendencia, la voz del Gobierno.
El señor GAZMURI.-
No es necesario, señor Presidente .
El señor URENDA.-
Y, si no, dejarlo para mañana.
El señor GAZMURI.-
No vamos a obligar a hablar al señor Ministro .
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , estimo conveniente prorrogar el Orden del Día para que quienes se encuentran inscritos puedan hablar, para que el señor Ministro y el Superintendente puedan formular sus descargos y para que los señores Senadores emitan su voto. Creo que no hay apuro en terminar la sesión, sobre todo si este proyecto está a punto de ser resuelto por la Sala.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
En ese caso, solamente intervendrían los dos señores Senadores mencionados- salvo que el señor Ministro desee también hacerlo-, y los demás se limitarían a fundar su voto.
En votación el proyecto.
--(Durante la votación).
El señor GAZMURI .-
Señor Presidente , seré muy breve.
Anuncio mi voto favorable al proyecto que nos ocupa. Entiendo que hay un debate posible y, a mi juicio, necesario sobre la evaluación del sistema de pensiones en el país, después ya de un tiempo largo de su funcionamiento, sin perjuicio de que no hemos llegado al punto de la prueba real, que se verificará cuando comience a trabajar el sistema en su conjunto, vale decir, cuando haya una cantidad importante de gente que entre a la edad para pensionarse. Y, sobre eso, existen muchas incertidumbres en el país. Hasta ahora, como fondo de ahorro sin duda que el sistema ha funcionado. Pero queda la prueba de fuego. Y respecto de ello incluso hay algunos pronósticos complejos.
Temo que existen aquí varios temas que han estado presentes en la discusión, pero que no tienen que ver con el proyecto. Comparto algunas de las observaciones hechas al sistema; otras no. Creo que, efectivamente, hay que distinguir lo relativo a la administración de los fondos y lo tocante al sistema, el que descansa sólo en la cotización individual, y en función de esas cotizaciones son las pensiones, además, con un seguro del Estado en cuanto a las pensiones mínimas (no sabemos a cuánto ascenderá cuando deba operar).
En ese sentido -tiene razón la Senadora señora Matthei -, cuenta con muy pocos elementos solidarios. Hay algunos, como las pensiones de invalidez y otros, donde existe tal componente; pero, básicamente, el sistema no es solidario. Todos los sistemas previsionales del mundo tienen un elemento solidario.
Existe, además, un segundo problema, y dice relación con la inmensa cantidad de trabajadores chilenos que quedan fuera del sistema. Y eso tiene que ver con las características del mercado laboral, y constituye un problema muy serio. He leído estadísticas que señalan que habría un 30 ó 40 por ciento de trabajadores que no se encuentran dentro del sistema. Y, entonces, ahí se registra un problema previsional mayor.
Asimismo, está lo referente al costo del funcionamiento. Hay muchas opiniones con respecto a esta materia. Yo comparto la opinión de que el costo del sistema es excesivamente alto.
También se halla la gran cuestión pendiente de que los titulares de los fondos carecen por entero de injerencia en la administración, lo que también es altamente discutible, suponiendo que sea una administración privada, no estatal, para no volver a los viejos sistemas. Pero, sin duda, el hecho de que los titulares del capital no posean ninguna tuición sobre éste es una situación que en las sociedades de mercado no opera. Normalmente, los titulares del capital algo tienen que ver con la gestión de sus intereses. En las sociedades anónimas, los accionistas por lo menos pueden concurrir formalmente a los directorios, etcétera. Acá no hay ningún sistema de control por parte de los titulares de los bienes que se administran.
Entonces, la discusión sobre algunas de las deficiencias del sistema efectivamente no es una cuestión inconducente. Pero, en fin, todavía no se han dado las condiciones políticas en el país para realizar este debate sobre temas que son siempre delicados, porque, además, se encuentran involucrados ya recursos muy cuantiosos, con otros efectos económicos, etcétera.
Por tanto, sólo deseo comentar que resulta indispensable una discusión más a fondo sobre algunos de los problemas del sistema. Me oriento en el sentido de que se trata de un sistema transformable, esto es, creo que pueden írsele introduciendo reformas sucesivas que vayan eliminando algunos de estos inconvenientes. No considero que el país esté en condiciones de efectuar una revisión radical de un sistema que -como señalé- compromete muchos intereses y presenta muchas complejidades.
Lo que estamos aprobando y lo que yo apruebo hoy día es, en el marco de una limitación de una reforma parcial, dar mejores condiciones para -según se dice- diversificar la cartera, para establecer dos fondos. (Incluso, en la Comisión se habló de que el día de mañana podría haber otros fondos, de diferentes características, asunto que también queda abierto.). Y en ese sentido creo que mejora el sistema; da mejores condiciones a los que están próximos a jubilarse; permite un fondo que presenta más certeza (la certeza en una economía de mercado nunca es total) que el Fondo Tipo 1. De modo que, a mi juicio, se trata de una reforma que va en sentido positivo, sin perjuicio de que no resuelve un conjunto de asuntos planteados aquí, y que quedan como temas pendientes.
Voto a favor.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Urenda.
El señor URENDA.-
Señor Presidente, en aras del tiempo y de la posibilidad de que el proyecto sea votado hoy, mi intervención será más breve de lo que tenía pensado.
El debate, que debió realizarse sobre el proyecto específico que nos ocupa, respecto a medidas concretas para mejorar el sistema de AFP a fin de introducir el Fondo Tipo 2, evitar el efecto "manada" y de alguna manera facilitar la competitividad dentro de las AFP, se convirtió en una discusión tocante al sistema mismo, sobre la forma como ha sido administrado y controlado.
Lo expresado por la Senadora señora Matthei me economiza la necesidad de referirme en demasía a los fundamentos de la gran reforma previsional, que -tal como se expresó aquí- lleva ya 18 años.
Hace muchos años, fui abogado de una de las innumerables instituciones de previsión que existían. Tengo entendido que había del orden de 45 ó 50 cajas, cada una con un sistema distinto, donde se producían las injusticias más atroces, como, por ejemplo, que los obreros (porque existía la división entre obreros y empleados) sólo podían jubilar por edad y con un conjunto de imposiciones mínimas, lo que en la práctica se traducía en que sus pensiones eran difíciles de obtener, muy complicadas y extraordinariamente bajas, hasta el extremo -que aquí se ha señalado- de una serie de regímenes donde se jubilaba con 30, 25, 20 ó 15 años de servicio. Y, además, se producía otro tipo de injusticia: en algunos sistemas se suponía que el financiamiento (siempre el de los activos indirectos, para pagar el pasivo) era de cargo de los imponentes o de sus empleadores; sin embargo, había otros regímenes que contaban con ingresos adicionales, o impuestos específicos que los beneficiaban.
Entonces, para quienes vivimos intensamente el sistema, la verdad es que todo ello condujo a un verdadero caos.
Recordemos que también dentro del sector fiscal existía un pequeño número de pensiones con "perseguidoras", más o menos equivalentes a la reajustabilidad. Pero el grueso de las pensiones era en valores nominales, por lo cual, a veces, se hacía necesaria la dictación de leyes especiales para reajustarlas frente al alza del costo de la vida.
En consecuencia, la reforma constituyó una necesidad, frente, además, a la circunstancia de que de alguna u otra manera el Fisco se había apoderado de gran parte de los recursos que los imponentes y sus empleadores tenían depositados, y, simplemente, el sistema se encontraba absolutamente colapsado, como todo el mundo lo reconoce.
Ahora, pensemos en el sistema actual. Estoy cierto de que es perfectible. Pero, indudablemente, ha tenido una enorme trascendencia para el país porque ha cumplido, primero, el objetivo -aunque se diga lo contrario- de mejorar las pensiones existentes antes, de hacerlo en forma más razonable y equitativa y de mantener, de todas maneras, por la vía del seguro, los casos de orden de riesgo. Pero, además, ha tenido una importancia indirecta, que ha favorecido a todo el país y a los trabajadores: se estableció la fuente de ahorro a largo plazo, que en Chile no existía y que, a mi juicio, ha facilitado y hecho posible el desarrollo económico que hemos experimentado en los últimos años.
Y tan trascendente y efectivo es el sistema que, a pesar de los defectos que aquí se han pregonado, cada vez son más los países en el mundo que procuran implantarlo. Hay varios en Latinoamérica que lo han hecho; en otros es objeto de estudio, como sucede hasta en los Estados Unidos de Norteamérica. Y en una nación como la nuestra -ésta es quizás materia de otro debate, tanto o más importante que el actual-, como consecuencia de que las políticas demográficas están conduciendo a una disminución de la tasa de nacimientos y de que existe mayor expectativa de vida, la relación entre trabajadores activos y el sector pasivo cambia brutalmente. Por eso, de no existir un sistema como el actual, sin duda que el régimen previsional simplemente colapsaría en corto tiempo.
Por ello, en mi concepto, no deben tomarse como pretexto algunas fallas -que pueden existir-, o ciertas posibilidades de perfeccionamiento para atacar un sistema que, junto con ser muy eficaz para Chile, ha permitido ahorrar recursos en el largo plazo -alrededor de 30 mil o 40 mil millones de dólares-, lo que constituye una fuente de crédito para el desarrollo de innumerables actividades y de certeza a los trabajadores respecto de sus fondos.
Lamentablemente, tal vez por falta de publicidad o porque la experiencia se impone poco a poco, no todos tienen conciencia de que para la mayoría de los trabajadores chilenos el grueso de su capital está compuesto por el sistema previsional, cuya cuantía, por lo demás, conocen periódicamente.
Entonces, frente a una situación como la descrita, tomar como pretexto algunos errores o que como consecuencia de la crisis y de la forma de contabilizar las inversiones aparezca una disminución de los valores previsionales, no debe ser motivo para destruir un sistema que ha sido exitoso y que es un verdadero pilar para el desarrollo del país.
º Se expresó que la merma de los fondos previsionales se ha revertido durante un tiempo, y que en lo que va corrido del año se estima que han aumentado en 11 por ciento. Y no es porque haya ocurrido una gran recuperación de la economía, sino porque hubo una rebaja de la tasa interés decretada por el Banco Central -elevada previamente en forma desmesurada-, lo que produjo cambios sustanciales en la forma de contabilizar las inversiones de las AFP.
Por lo anterior, quizás el debate pueda servir de aliciente para que la superintendencia del ramo siga estudiando los perfeccionamientos propios del sistema. Y aprovechando la presencia de su titular, debo señalar que echo de menos el proyecto que hace unos cuatro años aprobamos para disminuir la irracionalidad de los traspasos, que produce un costo excesivo e, indirectamente, afecta a todos los trabajadores chilenos. Ojalá que con esa iniciativa o con otras medidas se evite el absurdo de que por favorecer a un amigo o recibir un pequeño premio un trabajador sacrifique su porvenir y encarezca el sistema, como ocurre en la actualidad.
Concretamente, creo que las reformas aprobadas por las Comisiones unidas -tuve oportunidad de participar en su estudio- implican un perfeccionamiento. Existe el riesgo de mal uso de ellas o de una interpretación defectuosa, pero estimo que siempre es bueno dar mayores opciones a la gente.
En consecuencia, no obstante los pequeños reparos que puedan hacerse del proyecto, él constituye un avance. En las Comisiones unidas se trabajó bien para perfeccionarlo, y se justifica su aprobación por el Senado.
Por tales circunstancias, apruebo en general la iniciativa que se somete a conocimiento de la Sala.
El señor BOENINGER.-
Señor Presidente , votaré afirmativamente, y deseo expresar, primero, que el sistema de AFP presenta problemas que es necesario resolver; pero es perfectible y evidentemente superior al antiguo régimen de reparto, que efectivamente estaba quebrado y, además, producía enormes distorsiones entre distintos sectores sociales.
En segundo término, coincido con la Senadora señora Matthei en cuanto a que no se justifica en modo alguno un sistema previsional distinto para las Fuerzas Armadas, y menos aún que se pueda jubilar en ellas con 20 años de servicio.
En tercer lugar, el proyecto en sí, en mi concepto, constituye un positivo aporte, aunque también comparto la inquietud expresada en el sentido de que la gente venda sus valores en momentos de nerviosismo y en malas condiciones. Es algo que habrá que seguir examinando en el futuro.
Voto que sí.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , en mi intervención anuncié que me abstendría; pero, como la iniciativa requiere quórum especial para aprobarse, esperaré hasta el final para pronunciarme, y ver si cuenta o no cuenta con los votos suficientes.
El señor VEGA .-
Señor Presidente, en cuanto al problema previsional suscitado en las Fuerzas Armadas, debo recordar que, en su momento, se hizo un estudio en profundidad sobre la materia. Ocurre que la carrera militar no coincide con el sistema general. Surgieron algunas dificultades entre los oficiales y suboficiales que, como Sus Señorías comprenderán, no les permitían esperar hasta los 60 ó 65 años de edad para retirarse. El personal militar puede jubilar, y no por propia voluntad, con 20 años de servicio, mediante un sistema que es obligatorio. Pero se ignora qué sucede con él después y durante el tiempo en que queda sin empleo. Algunos se inician en la empresa privada o buscan otras alternativas; pero no se asegura la continuidad en su previsión. Tal fue la razón de que se generara un desfase muy grande en la edad de retiro del personal militar- de más o menos 50 años-, principalmente entre oficiales y suboficiales. Entonces, quedaba un tramo de l5 años aproximadamente que se debía cubrir. Como en esa época no se encontró una solución adecuada -debía hacerlo el Estado-, quedó pendiente el diseño de un sistema previsional para el personal de las Fuerzas Armadas al estilo de las AFP. Es decir, "no se quedaron en la playa" porque sí; "no se embarcaron" porque no hubo una solución adecuada en su momento.
Se trata de un asunto complejo. El actual sistema previsional de las Fuerzas Armadas se encuentra en una situación en extremo crítica.
No recuerdo exactamente el porcentaje que cubre la cotización del personal en servicio activo; pero no debe ser más del 20 por ciento. El resto del aporte es del Estado. Tal situación se ha incrementado en los últimos años, lo cual representa un serio problema para las Fuerzas Armadas y, obviamente, para la economía nacional.
Ésa es, en términos globales -no recuerdo con precisión las cifras-, la razón por la cual las Fuerzas Armadas no están adscritas en este momento a las AFP. Pero debieran estarlo. Debe buscarse una solución para que este importante segmento de la sociedad chilena se incluya en el sistema.
Respecto al proyecto mismo, a mi juicio, otorga una mayor madurez, un mayor reposo, una mayor seguridad, una mayor flexibilidad; por lo tanto, voto a favor.
El señor ZURITA.-
Señor Presidente , si la discusión se hubiese ceñido al objetivo de la iniciativa, que es agregar o no agregar un nuevo fondo al decreto ley Nº 3.500, en lugar de transformarla en una crítica al mismo - lo que no estaba en discusión-, habría sido mucho más tranquilo y pacífico el debate y mucho más rápida y efectiva la aprobación del proyecto.
Voto que sí.
La señora MATTHEI.-
¿Se alcanza el quórum, señor Presidente?
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Sí, señora Senadora.
La señora MATTHEI.-
Entonces, me abstengo.
El señor LAGOS ( Secretario ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Terminada la votación.
El señor LAGOS ( Secretario ).-
Resultado de la votación: 36 votos favorables y una abstención.
Votaron por la afirmativa los Senadores Bitar, Boeninger, Bombal, Canessa, Cantero, Cordero, Chadwick, Díez, Fernández, Foxley, Frei (doña Carmen), Gazmuri, Horvath, Larraín, Lavandero, Matta, Moreno, Muñoz Barra, Novoa, Ominami, Páez, Parra, Pérez, Pizarro, Prat, Ríos, Romero, Ruiz (don José), Sabag, Silva, Stange, Urenda, Valdés, Vega, Viera-Gallo y Zurita.
Se abstuvo la señora Matthei.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Aprobado en general el proyecto.
¿Algún miembro de las Comisiones desea proponer plazo para presentar indicaciones?
Tiene la palabra el Honorable señor Foxley.
El señor FOXLEY.-
Señor Presidente , me referiré a otro tema.
Quiero pedir autorización para que la Comisión de Hacienda pueda sesionar paralelamente con la Sala.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Veamos primero el asunto del plazo para indicaciones, señor Senador.
El señor LARRAÍN.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor LARRAÍN.-
Señor Presidente , si la Sala así lo resuelve, podríamos aprobar la iniciativa también en particular, pues no ha sido objeto de indicaciones ni de modificaciones.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
¿Habría acuerdo para dar por aprobado en particular el proyecto?
Acordado.
VI. INCIDENTES
PETICIONES DE OFICIOS
El señor LAGOS ( Secretario ).-
Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios.
El señor RÍOS (Vicepresidente).-
Se les dará curso en la forma reglamentaria.
___________
--Los oficios cuyo envío se anuncia son los siguientes:
Del señor HORVATH:
Al señor Vicepresidente de CORFO , acerca de PROYECTOS ESPECÍFICOS DE FOMENTO PRODUCTIVO Y DE SERVICIOS APOYADOS POR CORFO EN UNDÉCIMA REGIÓN.
Del señor ROMERO:
Al señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones , sobre NUEVO DECRETO TARIFARIO TELEFÓNICO EN SAN FELIPE, LOS ANDES, PETORCA Y QUILLOTA (QUINTA REGIÓN).
Al señor Director Nacional del SAG , respecto de MANEJO DE PLAGUICIDAS POR PARTE DE SERVICIO AGRÍCOLA Y GANADERO.
Del señor STANGE:
Al señor Ministro de Educación , referente a NUEVO INMUEBLE PARA ESCUELA "EULOGIA BÓRQUEZ PÉREZ" DE QUELLÓN (DÉCIMA REGIÓN).
A los señores Ministros de Obras Públicas y de Salud , acerca de CASETAS SANITARIAS Y PAVIMENTACIÓN EN POBLACIÓN "CARACOLES" DE ANCUD (DÉCIMA REGIÓN).
Al señor Ministro de Transportes y Telecomunicaciones , en relación con SISTEMA DE TELEFONÍA EN COCHRANE (UNDÉCIMA REGIÓN).
___________
--En Incidentes, ofrecida sucesivamente la palabra a los diferentes Comités, ninguno hace uso de ella.
El señor RÍOS ( Vicepresidente ).-
No habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 18:48.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción.