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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Los cambios demográficos en el Asia podrían ser una oportunidad para el bienestar a futuro

10 mayo 2016

Según informe del PNUD publicado en mayo de 2016, dicha región tiene a los países con mayor cantidad de jóvenes, pero también a los más longevos del mundo. Sin embargo, todas las naciones están en la cúspide de su crecimiento económico debido a que la mayoría de su población está en plena edad productiva. Esta condición los sitúa en una coyuntura favorable para aprovechar el bono demográfico y lograr avances importantes en el desarrollo humano a largo plazo.

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La gente es la verdadera riqueza de las naciones y las oportunidades que se les brindan determinan el curso del desarrollo humano. Este principio ha guiado la elaboración del informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llamado “De cara al futuro: cómo los cambios demográficos pueden fortalecer el desarrollo humano”, donde se demuestra cómo la población en los países de la región Asia Pacífico y su actual distribución demográfica pueden mejorar significativamente las condiciones actuales de bienestar. Un diagnóstico sobre la realidad demográfica de dicha región y las recomendaciones del organismo para hacer frente a eventuales problemas de la vejez en un futuro cercano, en la siguiente nota.

Aprovechar los cambios demográficos para fortalecer el Desarrollo Humano

Buenos sistemas de educación y salud son parte fundamental en el incremento del desarrollo humano, además de uno de los aceleradores más efectivos para el crecimiento demográfico. Es un hecho que en todas las regiones del mundo, el Índice de Desarrollo Humano ha ido mejorando en una gran cantidad de indicadores. Esto se puede comprobar en el hecho de que más de dos millones de personas entre 1990 y 2014 salieron de la pobreza extrema, la mayoría de ellas habitan en la región Asia Pacífico.

Según el informe del PNUD “De cara al futuro: cómo los cambios demográficos pueden fortalecer el desarrollo humano”, entre todas las regiones geográficas, el sur de Asia ha hecho que el progreso del desarrollo humano sea más rápido, seguido de Asia Oriental y el Pacífico. Estas subregiones del Asia registraron una tasa de crecimiento promedio anual en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 1,4 por ciento, en comparación con el 0,7 por ciento de promedio anual.

De los 36 países del Asia Pacífico que se registran en los estudios del PNUD, 18 obtienen un alto puntaje en el IDH, mientras que 12 logran puntuaciones medias y 6 países figuran con puntajes bajos. Entre estos últimos están Bangladesh, Camboya, Laos, Myanmar y Nepal, aunque presentaron un progreso más rápido en sus clases más bajas. Pese a lo anterior, todavía hay 19 países de la región Asia Pacífico que aún se encuentran con un IDH por debajo de la media mundial, lo que se explica en el informe como que "pese al milagro económico de la región, ésta aún no ha alcanzado un “milagro del desarrollo humano”", por lo tanto no se estaría aprovechando todo el potencial demográfico.

Teoría de la transición suave para estudiantes y jubilados

La región Asia Pacífico tiene a los países con la población más joven del planeta, pero también a los más viejos. Sin embargo, la mayoría de sus naciones está en un período cúspide en el que gran parte de la población está en edad productiva, lo que las sitúa en una coyuntura favorable para aprovechar el "bono demográfico", es decir, trabajadores jóvenes cuya producción de riquezas permitirán lograr avances en el desarrollo humano a futuro. Según el estudio del PNUD, estos avances deben ser consecuencia de cambios concretos, logrados con un ritmo más rápido a modo de aprovechar el crecimiento económico.

En ese sentido, agrega que el aumento de la inversión en las capacidades humanas es una necesidad primordial. “Las inversiones deben ser planificadas cuidadosamente durante esta etapa de transición demográfica, con el fin de iniciar y mantener el desarrollo humano de la sociedad y de esta manera aprovechar todo el potencial de los segmentos más jóvenes”, señala el estudio, además de especificar la necesidad de “universalizar los servicios esenciales para el bienestar humano”, como son la educación y la salud.

A este respecto, uno de los desafíos más importantes que plantea el aprovechamiento del cambio demográfico es lograr una transición suave de sus trabajadores, esto es, un cambio controlado hacia la edad adulta y luego hacia la jubilación. Muchos jóvenes en la actualidad se enfrentan a una etapa adulta marcada por la frustación, esto debido a que las plazas de empleo que existen no se condicen a sus expectativas, y las que hay no pueden ser accesibles por tener una preparación deficiente. Se estima que en toda la región Asia Pacífico hay alrededor de 220 millones de jóvenes que no forman parte del sistema educacional, ni tampoco del mercado de trabajo.

Esta situación lleva a que se sientan frustrados, lo que redunda en que entren en una fase de inactividad marcada por el derroche de energía y entusiasmo, que termina por debilitar la cohesión social y la estabilidad. De esta manera, la propuesta del PNUD de una transición suave plantea la ejecución de programas de inserción laboral que permitan pasar de la escuela al empleo, a modo de alivianar muchas de las barreras que impiden empezar a trabajar.

La propuesta de tener instituciones que logren una transición suave entre la etapa de estudiante y el trabajo, fue valorada por Carolina Von Hausen, socióloga de la Universidad Católica e investigadora de la Facultad de Educación en dicha universidad. “El cambio de la vida de estudiante al mundo laboral es muy brusco, por lo tanto un programa de profesionalización es útil, sobre todo para incorporar habilidades en tecnologías, redes sociales y otras plataformas que son necesarias en los trabajos de hoy y que muchas veces las universidades no dan”, señaló.

Por este motivo, el PNUD propone programas enfocados a los empleadores para que contraten a más trabajadores jóvenes, y centros de orientación profesional destinados a proporcionar empleos paralelos, pero también acceso al financiamiento para emprendimientos. Para César Galleguillos, cientista político y experto en temas previsionales del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, esta medida es muy necesaria para la vejez de los trabajadores, ya que en la medida que se mejoran las condiciones laborales y la vida material cuando jóvenes, las necesidades en la jubilación son menores.

En consecuencia, el especialista concordó con el planteamiento del organismo internacional de fomentar la contratación de personal joven. “Si se disminuyen las horas de trabajo, se crean más empleos para los jóvenes, pero también para los adultos mayores que estén en búsqueda de un trabajo de medio tiempo, principalmente a las mujeres. Esto produce mayor cantidad de trabajadores cotizando, pero también más personas consumiendo actividades de ocio y recreación, lo cual impacta directamente en la economía y en la salud a largo plazo”, agregó.

Ajuste en el sistema de pensiones para una mayor cobertura

“"Las tasas de pobreza son más altas en donde hay personas con más edad"”. Esta es una de las premisas con las que el mencionado informe de Naciones Unidas justifica su propuesta de cambiar los planes de pensiones. Los cambios en las estructuras familiares hacen que las tradiciones y costumbres cambien, por lo tanto los adultos mayores comienzan a estar más solos y dependientes de sus propios medios.

Esta premisa no es solo una teoría, sino que ha sido evidenciada. Según cifras del PNUD, menos de la mitad de las personas en el Asia Pacífico tienen acceso a las pensiones y gran parte de las que sí tienen no puede cumplir con sus gastos básicos. De esta manera, el PNUD propone que los sistemas de pensiones crezcan rápidamente con el fin de equilibrar las prioridades y generar mecanismos de apoyo para contener los gastos.

Para ello, el organismo señala que en los países se desarrolle un consenso social respecto a generar una división justa de los recursos limitados. Esta idea es respaldada por Carolina Von Hausen, pues cuando se produce una mayoría de personas en edad de jubilación se ven afectados los sistemas de salud, específicamente en las necesidades de cuidado geriátrico. “Cuando las redes familiares no existen, todo el peso del cuidado recae en la seguridad social, esto hace que las probabilidades de caer en la pobreza aumenten, por eso es necesario que se amplíen las opciones de inversión a largo plazo y se adecúen a todos los niveles de ingreso. Ahora, para lograr esto también es necesario que desde que se comienza la edad laboral exista una formación adecuada en estos temas, que oriente a las personas tomar las precauciones desde que son jóvenes”, sostuvo.

Esta idea es reforzada por Galleguillos, para quien además, es importante que se aliente a las personas a ahorrar, pese a que muchas veces lo acumulado no sea suficiente atender las necesidades de la vejez. “Entre los vaivenes laborales y lagunas previsionales, el ahorro y la cotización se quedan cortos. De tal manera son necesarios los incentivos del Estado, donde contribuye cierta cantidad en el porcentaje total”, añadió.

Recomendaciones del PNUD al Asia aplicables a nuestro país

En opinión de ambos expertos, los desafíos de la región Asia Pacífico para enfrentar los cambios demográficos son perfectamente aplicables a América Latina, pero particularmente en Chile, donde existe una tendencia creciente de envejecimiento de la población. “Estamos atravesando un período donde económicamente hemos estado muy bien, con pleno empleo durante casi una década y altos niveles de consumo, como nunca antes se había visto en nuestra historia. Sin embargo estos altos estándares económicos no se han traducido en un bienestar a largo plazo”, sostuvo Galleguillos.

Esta idea fue respaldada por la socióloga de la UC, en cuanto a que en nuestro país no existen instituciones sólidas para sostener a los ciudadanos durante su etapa de vejez. “En Chile los ancianos descansan casi exclusivamente en sus redes familiares, porque la ayuda del Senama es marginal debido a su bajo presupuesto. Por eso es importante la recomendación de fortalecer el apoyo de la seguridad social y las pensiones, esto alivianaría la carga en salud”, opinó.

En consonancia con el reporte del PNUD sobre la realidad demográfica en Asia Pacífico y las medidas que se sugieren para alivianar la carga económica de los adultos mayores, Galleguillos compartió la idea de realizar los cambios de etapa mediante una transición lenta. “En la medida que se estimula el egreso paulatino de jóvenes hacia el mercado laboral, y de los adultos mayores hacia su jubilación, son mejores las condiciones de salud, por tanto las demandas hacia el sistema son menores”, recalcó.

Vea a continuación una pequeña muestra de las entrevistas realizadas en Vietnam para el informe del PNUD, en el siguiente video.


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