Iniciativas en China y Vietnam son destacadas como buenas prácticas para la implementación de la Agenda 2030

A modo de dar cuenta de las mejores prácticas para la implementación de la Agenda 2030 e inspirar a otros países a que impulsen proyectos similares, el informe se encuentra disponible en su primera edición publicada en diciembre de 2020. En la siguiente nota, además de dar cuenta de los avances destacados en China y Vietnam, entregamos una opinión sobre la manera de avanzar en distintos objetivos de desarrollo sostenible en el período post pandemia en nuestro país.

Iniciativas destacadas entre más de 700 provenientes de todo el mundo

El informe elaborado por el DES de la ONU, presenta distintas iniciativas vinculadas directamente con la Agenda 2030, que han sido recopiladas luego de un proceso de concurso público y donde participan cientos de proyectos, impulsados por actores públicos, privados o ambos. Para este reporte se recibieron más de 700 proyectos provenientes de todos los países miembros de Naciones Unidas, de los cuales 512 fueron identificados como Buenas Prácticas en los ODS.

Cabe destacar que el informe no se concentra en un ODS en específico, por el contrario, trabaja con los 17 y promueve aquellos proyectos que abordan más de un objetivo. De tal manera, las buenas prácticas deben tener entre sus características una perspectiva de largo plazo y una base de trabajo comunitario con grupos vulnerables que hayan modificado sus rutinas diarias en favor de alcanzar los desafíos que establece la agenda.

A continuación, mostraremos dos proyectos de desarrollo sostenible impulsados en la Región Asia Pacífico. Ambas iniciativas al estar contenidas en el reciente informe publicado en diciembre de 2020, toman en consideración las dificultades originadas por la pandemia y la relación que esta tiene en la implementación de medidas de apoyo a las comunidades.

Programa piloto para monitorear los ODS en Zhejiang, China

Uno de los proyectos reconocidos por el informe es el Piloto para el Monitoreo Local de los ODS. Impulsado por el Centro Nacional de Geomática de China (NGCC por sus siglas en inglés), una agencia gubernamental dedicada a construir, gestionar y distribuir datos que permitan planificar y ejecutar proyectos cartográficos a nivel nacional, en conjunto con el Ministerio de Recursos Naturales, el Gobierno de la Provincia de Zhejiang, la Oficina Nacional de Estadísticas y el gobierno del cantón de Deqing.

Este proyecto surgió con el objetivo de crear una serie de mediciones y recolectar datos que permitan monitorear los progresos en la implementación de la Agenda 2030 a nivel subnacional, pero a su vez que vaya en sintonía con los 17 ODS, los 169 metas y los 234 indicadores del marco global, acordados durante la sesión de la comisión estadística de la ONU en marzo de 2017.

El proyecto se enfoca principalmente en la implementación a nivel local, pues para aterrizar las metas e indicadores se necesita de la producción de datos desagregados con una gran cantidad de características estadísticas y geográficas. Este objetivo se sustenta en el hecho de que para que la medición integral de los logros sea exitosa, se requiere de la habilitación de tecnología geoespacial que permita la asociación de datos debidamente seleccionados.

Debido a las dificultades técnicas y logísticas de implementar un programa así en todo el territorio chino, el proyecto piloto se implementó en el condado de Deqing donde se hicieron compatibles los indicadores GIF con la información geoespacial con el fin de medir los progresos, pero también establecer métodos que puedan ser replicados en todo el mundo. Según el informe, este programa piloto no sólo ha permitido conocer problemas ambientales y sociales de dicha localidad con base científica, sino también establecer una guía para la creación de políticas públicas.

Asimismo, el reporte concluye que el condado de Deqing ha tenido importantes logros sociales en consonancia con un mayor equilibrio ecológico. De los 16 ODS que considera el proyecto, el informe reconoció logros importantes en ocho, mientras que en seis aún quedan algunos desafíos por superar, mientras otros dos aún se mantienen sin progresos.

Los clubes de ayuda intergeneracional en Vietnam

A pesar de que este proyecto comenzó a desarrollarse en 2006, adoptó la Agenda 2030 como una guía para potenciar sus alcances. El proyecto llamado ISHC por las siglas en inglés de Clubes de Autoayuda Intergeneracional, es un conjunto de organizaciones comunitarias cuyo fin es establecer espacios de inclusión y ayuda intergeneracional a grupos vulnerables.

En este proyecto participan diversos actores públicos y comunitarios como la red de de clubes HelpAge, la Asociación Vietnamita de la Vejez, La Unión de Mujeres Vietnamitas, entre otras agencias gubernamentales. Los ODS con los que trabajan son el 1, 2, 3, 4, 5, 8, 10, 11 y 13, pues beneficia a distintos grupos vulnerables como mujeres, personas de la tercera edad, con discapacidad, minorías étnicas o personas en situación de pobreza.

Se trata de espacios de encuentro o clubes donde las personas en situación de vulnerabilidad encuentran acceso a servicios estatales, legales, de salud, pero también donde se organizan encuentros recreativos, deportivos y capacitación sobre diversos temas relacionados con el autocuidado, estilos de vida saludable, medio ambiente, entre otros, liderados principalmente por voluntarios.

Desde sus primeras versiones hasta diciembre de 2020 se han establecido 2.985 organizaciones comunales de ayuda en 60 provincias. Según el reporte, el porcentaje de satisfacción de quienes participan en estos clubes de ayuda intergeneracional es de un 98,9 por ciento. Más aún, al menos 60 mil familias vulnerables han incrementado sus ingresos en más de un 40 por ciento en dos años. A esto se suma que un millón 500 mil personas han mejorado su salud gracias a los servicios de los ISHC.

Fruto de tales avances, el país ha adoptado dos políticas que incluyen a los ISHC como objetivo: el Plan Nacional de Acción sobre la Vejez 2012-2020, y Ampliación Nacional de los ISHC. De tal manera, el informe reconoce en estos espacios la posibilidad de construir capacidades comunitarias de autocuidado más que la entrega directa de asistencia estatal. Esto no solo ha permitido una demostración de eficiencia presupuestaria, sino también la posibilidad de empoderar a grupos vulnerables en cuanto a su calidad de vida.

Avances en la implementación de la Agenda 2030 y los desafíos post pandemia en Chile

El informe del DES no da cuenta de ninguna iniciativa impulsada en nuestro país que apunte a la implementación de la Agenda 2030, o que se vincule a ella para el logro de varios ODS. No obstante, durante diciembre de 2020 el Ministerio de Relaciones Exteriores encabezó la VII Sesión del Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030, donde también participan el Ministerio de Medioambiente y Desarrollo Social.

En la oportunidad, el canciller señaló que se encuentran trabajando en la Estrategia Nacional de Implementación como una solución sostenible para el período de recuperación económica post-Covid-19.

Precisamente sobre la necesidad de acercar la Agenda 2030 a las medidas económicas post pandemia, período que coincide además con el proceso constituyente en nuestro país, Ezio Costa, abogado académico de la Universidad de Chile y director ejecutivo de la ONG FIMA, afirmó que estamos en una coyuntura donde el proceso de implementación de medidas basadas en el desarrollo sostenible, puede ser favorable.

A este respecto expresó que la coyuntura económica provocada por la pandemia detuvo la actividad productiva de ciertos sectores y crea hoy las condiciones para cambiar su trayectoria de hacer las cosas. “En el caso chileno hablamos de una economía principalmente basada en la extracción de recursos naturales y su exportación. Podríamos -a propósito de esta posibilidad y de que el Estado en este minuto tiene más cancha para decidir ciertas variables económicas- cambiar esa trayectoria hacia algún modelo de desarrollo que no se base solamente en la extracción, sino que avance en lógicas, por ejemplo, de industrias sostenibles que puedan servir a futuro como un motor del desarrollo del país, no solo del crecimiento económico”, declaró.

En relación a la posibilidad de impulsar iniciativas donde la ciudadanía pueda participar y contribuir en ciudades sostenibles, el fortalecimiento de las instituciones o en una mayor variedad de acciones por el clima, comentó que existen las condiciones para fomentar la participación, pues existe preocupación por la crisis climática. “Las personas necesitamos tener opciones viables para poder desarrollar nuestras vidas y, a la vez, hacer esta protección ambiental, ahí es donde no solo está la regulación, sino el liderazgo que puede tener el Estado y también algunas empresas si así lo quisieran, se hace muy fundamental. Creo que las personas están dispuestas a cambiar ciertos hábitos, ciertas formas de vida. Estamos todos muy dispuestos a hacer eso, pero tenemos que tener esas alternativas”, agregó.

Asimismo, insistió que se pueden impulsar iniciativas concretas que van desde actividades pequeñas como el manejo sostenible de residuos o de reciclaje, hasta la creación de una política industrial. “Hay cosas que pueden ser relevantes como los cambios en la matriz de desarrollo, que finalmente significan mejores posibilidades de empleo para las personas. Todos trabajamos porque necesitamos generar ingresos para poder mantener nuestras vidas y, en general, vamos a tender a trabajar en las cosas que están disponibles y eso tiene que ver con la política industrial o la falta de política industrial en el país. Entonces, cambiar los estilos de vida y cambiar las posibilidades, dar algún nivel de libertad de elección a las personas, requiere de políticas industriales que nos muevan hacia otra matriz de desarrollo”, sostuvo.

Acerca de la posibilidad de mejorar la capacidad de datos e información sobre los indicadores que permitirían adoptar mejores políticas para mitigar los efectos del cambio climático, se refirió a la necesidad de contar con buena información, es decir, que sea clara y accesible. “Es trascendental para el control que los ciudadanos pueden hacer del uso del poder público y privado. Entonces, que haya información, que sea fácil de obtener, de alguna manera permite que la democracia por una parte y los mercados por la otra, funcionen mejor. La democracia y los mercados tienen dentro de sus bases esenciales el hecho de que las personas que participan, ya sea de lo público o el mercado, tienen una base de información que si no es perfecta, al menos es buena”, opinó.

Por último, en relación a la ciudadanía organizada, sociedad civil, ONG, fundaciones, corporaciones, entre otras, como una manera de lograr instituciones sólidas, señaló que son trascendentales para el buen funcionamiento de las instituciones. “Lo que hacen las ONG es concentrar intereses que están difusos, pero que son públicos. Por ejemplo, a todos nos interesa que los proveedores de ciertos servicios, de ciertos bienes, lo hagan de manera adecuada, cobren lo que tengan que cobrar, respondan cuando tienen que responder. Por eso necesitamos que existan organizaciones de consumidores que le hagan un contrapeso a la industria que va a prestar ese servicio o que va a vender ese bien. Si bien el Estado lo hace a través de sus instituciones, siempre corre el riesgo de ser capturado o de no tener la capacidad suficiente para realizarlo y ahí es donde la representación de los ciudadanos a través de organizaciones de la sociedad civil se hace totalmente trascendental para poder contrapesar estos dos otros poderes”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl