Diputada Francisca Bello: “Los trastornos de conducta alimentaria son mortales”

La diputada María Francisca Bello Campos entregó detalles del proyecto de ley que busca la prevención y tratamiento de los TCA. El proyecto contempla, entre varias propuestas, que el Estado vele para que los contenidos publicitarios ofrezcan una imagen más plural de las personas, además de capacitar a profesionales de la salud, la educación y educar a las familias. Más detalles de esta moción, en la siguiente entrevista.

Cómo nace la idea de este proyecto

”Nace de una deuda que estamos tratando de saldar como Congreso, como diputadas, respecto de los Trastornos de la Conducta Alimentaria, en particular de la anorexia y la bulimia. Los últimos registros del Minsal nos indican que existen alrededor de 500 mil jóvenes que padecen algún TCA, pero que luego de la pandemia estos deben haber aumentado en un 30 por ciento.

Actualmente nuestro país no posee un mecanismo legal para prevenir estos trastornos y tampoco para tratarlos adecuadamente. Es por eso que este proyecto de ley busca hacerse cargo al menos en tres ámbitos. El primero tiene que ver con la prevención en los colegios para cuidar a nuestros jóvenes y adolescentes. En segundo lugar, lo más importante, regulación de nuestra publicidad, sobre todo para que no generen expectativas irreales y que no perpetúen cánones de belleza que no son saludables. Por último, que la garantía sea realmente una garantía y que la salud pública y privada puedan atender los TCA, ya sea en su diagnóstico o en su tratamiento.

Es muy importante entender que los TCA son mortales, o pueden ser mortales. Es por eso que como Estado tenemos que hacernos cargo y este proyecto de ley va en esa vía. Creo que es importante mencionar que los TCA no necesariamente tiene que ver con algo médico, tiene que ver con algo cultural y este proyecto quiere hacerse parte de una cultura que perpetúa la anorexia y la gordofobia.

Efectivamente creemos y tengo la certeza, de que ninguna niña o adolescente nace odiando su cuerpo. Creemos que es necesario vivir y sobre todo legislar para que la cultura no siga insistiendo en cánones de belleza que son irreales y poco saludables”.

Anuncios publicitarios y su importancia para evitar la violencia simbólica

”Porque la publicidad es parte importante de nuestra vida diaria, incluso la consumimos sin ser conscientes de ella. La vemos en televisión, redes sociales y hasta en la calle. Pero además de informar sobre algún producto, la publicidad también instala un conjunto de pautas, símbolos y valores que se asocian a cierto sector, o en este caso, a un cánon de belleza.

Y es que la publicidad tiene mucha responsabilidad en cuanto a cómo se forman los estándares de cómo debemos vernos y la manera en que se auto perciben hombres y mujeres. Los estudios científicos han sido muy enfáticos al respecto, y es materia de regulación en algunas partes. Un ejemplo es Pinterest, que ya no permite subir contenido respecto a cómo bajar de peso.

Esto es especialmente duro con nosotras, pues las exigencias de cómo debemos vernos, vestirnos y hasta cómo sentirnos se hace muy difícil de alcanzar y mantener. Se produce esta dualidad. Las mujeres son el objetivo de la publicidad, pero a la vez son objetos publicitarios.

Este concepto de belleza que se impone es especialmente duro en la adolescencia, época donde se viven muchos cambios físicos, psíquicos y emocionales. Es cuando más vulnerable podemos estar a ser bombardeadas con estos estándares, que se muestran como sinónimos felicidad, y no cuestionarnos realmente si lo que hacemos para alcanzar estas supuestas metas nos puede perjudicar a corto y largo plazo. Por algo quienes más sufren de estos trastornos son precisamente mujeres adolescentes.

Es por eso que el proyecto de ley también lo menciona y pretende regular, de manera de proteger y buscar que no sigamos reproduciendo estas formas dañinas de vernos y sentirnos”.

Capacitaciones y psicoeducación sobre los TCA

”Son muy importantes porque a pesar de los esfuerzos de activistas y profesionales, que han dado la batalla en contra de estos trastornos, los TCA aún no son reconocidos como lo que son, es decir, enfermedades que pueden ser potencialmente mortales y afectan a todo el núcleo familiar, no solo a quien la padece.

La capacidad de reconocimiento de los primeros signos de padecimiento de un TCA son importantísimos para avanzar en el tratamiento. Necesitamos que todos los centros de salud, ya sea de atención primaria o secundaria, cuenten con estos profesionales capacitados.

También la necesidad de la psicoeducación a familiares y el núcleo cercano de quienes tengan el diagnóstico se debe a que estos son agentes terapéuticos para la recuperación, siendo un pilar fundamental para el tratamiento. Además, porque también ellos se ven afectados por estas enfermedades. Con una familia y entorno capacitado, es más probable que no existan recaídas, que haya una mayor adhesión al tratamiento y que, a fin de cuentas, haya una recuperación total.

Por último, también se contemplan programas de capacitación para las escuelas. Entendiendo que la mayoría de quienes son propensas a enfermarse de un TCA son adolescentes, el colegio o liceo es el espacio en el que pasan más tiempo luego de su familia, por lo que intervenir ahí también es una buena forma de prevención y de detección temprana”.

ODS 3 y los desafíos para garantizar una vida sana y promover el bienestar de todas las personas

”Varios de los avances en los que tenemos que poner nuestros esfuerzos son materia de quienes legislamos. En primer lugar, consagrar los derechos sexuales y reproductivos, junto a una educación sexual integral. La evidencia en todos los países que la incluyen en el currículum demuestra que un contexto educativo que hable sobre sexualidad de manera respetuosa e informativa tiene mayor posibilidad de prevenir ITS y embarazos adolescentes, como también la detección de abusos sexuales en la infancia.

Pero también debemos hablar de la interrupción voluntaria del embarazo. Es nuevamente la evidencia científica y el análisis de casos internacionales lo que indican que legalizar el aborto disminuye la mortalidad materna, uno de los objetivos de la Agenda 2030. El aborto existe y es materia de salud pública, del que hay que legislar.

Otro punto que aquí compete mucho más que al mismo Congreso, está en el acceso universal a los servicios de salud. La misma ONU la recomienda como una meta que, si bien ambiciosa, es una forma de mejorar los resultados en materia de salud. Una población que cuente con servicios de salud, independiente de sus condiciones económicas, es una población que será sana, que podrá permitirse desarrollar su bienestar.

Por último, quizás tan importante -y que aún no se toma el peso- es el derecho a una vida libre de contaminación. Esto toca especialmente una fibra sensible en mi distrito, que tiene una de las zonas de sacrificio más reconocidas en Chile: Quintero y Puchuncaví.

Los habitantes del sector sufren serios problemas de salud y de bienestar físico y mental al verse constantemente amenazados con la posibilidad de intoxicarse por las faenas de las empresas. Como legisladores, debemos poner todos los esfuerzos en mejorar estas condiciones de vida. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, el futuro es más incierto. Yo ahí pongo el énfasis”.