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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Guillermo Donoso y el ODS 6: “Tenemos un gran desafío en la cobertura rural”

22 marzo 2022

Académico e investigador del Centro de Derecho y Gestión de Aguas de la Universidad Católica, se refirió a la escasez y sequía que debemos enfrentar en nuestro país. Además comentó los avances y problemas a superar para lograr las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de “Agua Limpia y Saneamiento”.

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Profesor del Departamento de Economía Agraria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, comentó algunas de las características que hacen conveniente para nuestro país la gestión comunitaria del agua. Guillermo Donoso es además director de la International Water Resources Association (IWRA) y miembro de Stockholm’s World Water Week’s Scientific Programme Committee. Sus opiniones, en la siguiente entrevista.

Grandes desafíos en el corto plazo

”En términos de desafíos, como es ya conocido, tenemos una escasez relativa de agua creciente a través del tiempo -y un grave problema cultural- que ha sido más largo de lo típico, que es la sequía. Separaría ambos temas porque los desafíos de una escasez estructural que vivimos y cómo enfrentarlo es distinto a cómo enfrentar una sequía, que es un evento temporal, probabilístico, pero que puede ser muy intenso y muy largo como el de ahora.

En relación a la escasez, lo que hemos vivido en el tiempo es, junto con una disminución en la disponibilidad del agua, evidencia de una tendencia de largo plazo a una reducción, lo que se asocia principalmente al cambio climático, pero se junta con una demanda creciente. Se da lo que llamamos un acople, entre crecimiento poblacional y desarrollo del país con consumo de agua. Si uno analiza las tasas de aumento de crecimiento y el consumo de agua, el consumo de agua tiende a ser igual o hasta más alto. Lo que eso indica es que vamos a tener, o ya tenemos, una limitación importante porque para seguir creciendo necesito más disponibilidad de agua, ese es el problema que enfrentamos hoy.

Aquí han habido, en la mayoría de los países, dos enfoques de política pública. Uno es hacer una gestión de oferta, que es la aproximación más común, versus una gestión de demanda. En nuestro caso el foco ha sido gestión de oferta, en buscar más fuentes de agua. Si uno mira la política que desarrolló el delegado presidencial de recursos hídricos en el gobierno de Bachelet, que hoy ha sido replanteado, es básicamente un plan de incorporar la desalación, aprovechar más las aguas tratadas como reuso, lo cual a mi me parece una aproximación adecuada, pero esto tiene que ir amarrada a una gestión de demanda.

En términos de esa aproximación, el problema que tenemos es que es muy de mediano y largo plazo, si empezamos a invertir en embalses hoy, la maduración es 15 años después, la desaladora también. En el reuso de agua ya tenemos mucha agua tratada y está disponible, pero necesitamos generar las condiciones para poder hacerlo.

Nuestra gestión de oferta está bien, pero es más a mediano y largo plazo. Lo que echo de menos es un desafío para abordarlo con una planificación que tiene que ser nacional. Una cosa es decir “voy a construir un embalse'', la pregunta es dónde, en qué momento, y la desaladora cuando entra. Echo de menos todas estas reflexiones, porque hace falta una planificación de la gestión de oferta importante, cosa que no hemos visto. Esto tiene que ir amarrado a una gestión de la demanda. Si aumento la disponibilidad de agua, lo que va a pasar es un aumento en el consumo y, por ende, lo único que estoy logrando es mitigar el problema hoy, pero lo voy a enfrentar en el futuro.

Por ejemplo, Israel tiene una cultura de cuidado del agua, de consumo eficiente. Cuando instalaron la primera desaladora grande el consumo se disparó porque la gente dijo "el agua ya no es escasa". La gestión de oferta necesita una gestión de demanda. Por gestión de demanda, lo que necesitamos es aumentar la eficiencia, y por eficiencia pienso más bien en productividad del agua, mayor producción por el mismo metro cúbico y menos consumo de agua a nivel de agua potable, tanto rural como urbana, pero el problema central está en lo urbano. Eso requiere de políticas delicadas y focalizadas para incentivar en el sector productivo un aumento en la eficiencia, pero con una política integral bien diseñada y otra política a nivel del consumo de agua potable.

El desafío que planteo es una planificación de la gestión de oferta y una generación de políticas públicas para una gestión de demanda efectiva como una manera de generar conciencia. Una cosa que siempre he dicho, somos un país árido que tiene cultura de abundancia”.

Gestión ciudadana de la demanda para enfrentar la sequía

”Efectivamente, la gestión de demanda debe ser el foco en forma preventiva, porque nosotros en sequía tenemos una gestión de riesgo, es decir que tenemos la sequía y reaccionamos. Para enfrentar bien las sequías -que van a ser más frecuentes- necesitamos una gestión de riesgo, en cómo nos preparamos. Una vez que sea mejor abordable y nuestra vulnerabilidad sea más baja, de todas maneras seguiremos siendo vulnerables por lo que necesitamos de una política efectiva.

Para avanzar hacia una gestión comunitaria, primero debemos tener un diagnóstico compartido, porque uno de los problemas que enfrentamos son la falta de información y los distintos diagnósticos sobre la situación actual. En una gestión comunitaria acercamos las visiones a un diagnóstico común y abordamos opciones sobre cómo enfrentamos esto. No es una imposición de una política donde defino lo que debes hacer o te restrinjo, sino que entre todos nos ponemos de acuerdo y eso ha sido muy efectivo. Un buen ejemplo es Melbourne y esa es un poco la filosofía de la gestión comunitaria, que en otros países se hace muy efectiva, por ejemplo, en la agricultura. En mi opinión, eso nos hace falta acá en nuestro país”.

(Quizás te interese leer: “El plan municipal de Melbourne para gestionar integralmente el agua”)

Capacidad de los ciudadanos para participar en labores técnicas

”En algunos casos las tecnologías existen para ello, en otros habría que adaptarlas y por supuesto investigar. Aquí lo importante es que si tenemos una gestión comunitaria y sabemos hacia dónde queremos ir, la pregunta es cómo llegamos. Aquí es donde llegamos a las acciones factibles.

Incorporamos aquí lo técnico sobre cuáles son las posibilidades y cuáles son los costos. Esa decisión requiere conocimiento sobre las alternativas. En esa gestión no solo cuentan las definiciones sino también en la implementación, donde necesito la incorporación de toda la parte técnico-científica.

Un ejemplo de ello es que hoy se está construyendo la desaladora para alimentar de agua a Copiapó, una solución que ha sido valorada por la comunidad, pero aquí tengo una reflexión: Copiapó -como muchas de nuestras sanitarias- tiene fugas de 35 por ciento, entonces ¿es realmente óptimo gastar en desalar, bombear, cuando se va a perder poco más de una tercera parte de ello? Ese es el análisis que todos tenemos que hacer”.

Desafíos legislativos para enfrentar escasez y sequía

”Mirando la reforma al código, en mi opinión apunta en la dirección correcta. Es decir, básicamente mira los derechos de aprovechamiento, pero aumenta la autoridad del Estado para imponer restricciones o limitaciones al ejercicio y al derecho. Eso lo necesito para un problema de escasez estructural, por ejemplo donde todos tenemos que bajar la extracción y para eso necesito un Estado que tenga las atribuciones y la posibilidad de hacerlo.

La reforma apunta en esa dirección y creo que hay que evaluar si es suficiente para ser efectiva. Mi visión es que se requiere amarrar a eso la reforma institucional que está recién ingresada, porque le doy más mandatos, pero si no tengo una institucionalidad o gobernanza efectiva, no se va a lograr.

Uno de los desafíos es el diseño e implementación de una institucionalidad efectiva que me permita ejercer todas las atribuciones que tengo y ahí hay un déficit muy importante. En otro aspecto algo se mejoró, pero lo que echo de menos es una política de gestión de sequía, sobre qué vamos a hacer en forma preventiva para bajar la exposición, qué vamos a hacer durante la sequía y eso requiere de una definición de políticas públicas e instrumentos que me permita enfrentarlo.

Hoy día la dirección general de agua tiene uno solo, que es el decreto de escasez que básicamente es reactivo. Uno de los desafíos importantes es una política de sequía con atribuciones, instrumentos y políticas públicas”.

Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la Agenda 2030: ¿Como va encaminado Chile?

”En el ODS 6 separaría el análisis: en lo urbano está muy bien, diría que está logrado -con excepción de algunas áreas fuera de la concesión como campamentos- satisfacer el nivel de acceso a agua potable de calidad y saneamiento. En ese sentido, en el sector urbano diría que estamos muy bien.

En el sector rural tenemos una cobertura de entre el 52 y 58 por ciento. Por lo tanto ahí tenemos una deuda y un gran desafío que es el avance en la cobertura rural ha sido en localidades concentradas y semiconcentradas, y pueblos, y hoy día la localidad concentrada está casi universal. Pero ahí no está el tema, en la semiconcentrada faltan 400 localidades, por lo tanto, en la estrategia lo vamos a lograr.

El tema es en las casas dispersas, el modelo de redes no sirve porque es demasiado caro, ahí necesitamos aclarar muy bien el cómo lo vamos a hacer para tener una política efectiva y eso nos está faltando. Los desafíos para esa agenda es definir muy bien cómo vamos a abordar el aumento en la cobertura rural, principalmente dispersa.

Un segundo elemento en la ruralidad es la continuidad y la seguridad, porque una cosa es la cobertura, pero si en un periodo de sequía me quedo sin agua no tengo cobertura y en el sector rural hay un riesgo alto durante sequías o escasez extrema, por eso hemos visto aumento de camiones aljibe.

Un tercer desafío muy importante de lograr, es aumentar la seguridad del suministro en las zonas rurales. Una cosa es la infraestructura que falta en el sector disperso, pero otra es una gestión que de acceso seguro o una mayor seguridad. Ahí hay que hincarle el diente a gestión, a las operaciones, a la inversión y a la mantención que hay que hacer de forma anticipada y donde hemos tenido problemas. Diría que los desafíos para la agenda son: cobertura en zonas dispersas, confiabilidad y seguridad del suministro en el sector rural”.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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