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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Nueva Zelandia logra menos deserciones escolares en mujeres maoríes

04 marzo 2019

Flexibilidad en la realización de cursos en distintos niveles y en la evaluación mediante créditos, contribuye a que jóvenes vulnerables retomen los estudios sin perder el año escolar. Esa modalidad de educación inclusiva coincide con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5.c, orientado a promover la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas en todos los niveles.

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A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer a realizarse el 8 de marzo y los desafíos en materia de inclusión y no discriminación, buscamos en la región Asia Pacífico alguna iniciativa que contribuya a ese objetivo. En ese propósito encontramos el sistema de acreditación de estudios secundarios de Nueva Zelandia, que con su sistema multinivel permite que aquellas mujeres que debieron abandonar los estudios por embarazo regresen sin perder años de escolaridad. Más detalles, en la siguiente nota.

Certificación multinivel permite continuidad y mejores calificaciones

La inclusión de la mujer en el mercado laboral no solo alude a la necesidad de crear iguales condiciones en los accesos, oportunidades o igualdad salarial, sino también a la necesidad de tomar medidas de más largo aliento que promuevan mayor equidad. De tal manera el fortalecimiento de la participación de la mujer en el sistema educativo ha sido uno de los grandes desafíos para los gobiernos, más aún cuando las mujeres más vulnerables, ya sea por su condición étnica, socioeconómica o ambas, condicionan su calidad de vida a futuro.

Esta preocupación ha sido una constante para el gobierno neozelandés, que durante las últimas décadas ha logrado la inclusión de más mujeres jóvenes que hombres en la educación superior. Más aún, ha evitado que producto del embarazo adolescente se contribuya a engrosar los índices de deserción escolar. Estos avances se han logrado gracias a la implementación de la Certificación Nacional de Logros Educativos (NCEA), que con su sistema flexible de aprobación permite a estudiantes realizar estudios multinivel.

¿Qué significa esto? que las asignaturas se dividen en cursos más cortos, dentro de los cuales se desarrolla una amplia variedad de conocimientos homologables a nivel nacional. Esta modalidad permite que cada estudiante organice su tiempo y priorice los cursos que quiera realizar. Para ello, dentro de cada asignatura hay que lograr los llamados estándares, como por ejemplo para el caso de matemáticas “aplicar razonamiento numérico para resolver problemas”. Cada uno de estos estándares se refleja luego en una cantidad de créditos determinada, cuya sumatoria hasta llegar a 50 permite pasar de un nivel a otro.

La enseñanza secundaria en Nueva Zelandia tiene tres niveles: 1,2 y 3. Para el ingreso a la educación superior es necesaria la aprobación del 3, mientras que para la obtención de algunos trabajos, solo es necesario el nivel 2. Asimismo, la forma de medir los logros, estos se expresan en cuatro calificaciones: no logrado (N), logrado (A), mérito (M) y excelencia (E) -NAME por sus siglas en inglés- y solo se reprueba con la primera. No obstante lo anterior, la obtención de cualquiera de los logros meritorios, para la aprobación de un curso se requiere completar 14 o más créditos.

Más mujeres que hombres en la educación ¡y con mejores notas!

Este formato multinivel ha contribuido a que más mujeres, principalmente maoríes, permanezcan en el sistema educativo, esto gracias a que su formato flexible de evaluación contribuye a que dicho sector de la población pueda concluir sus estudios secundarios con más facilidad. Según el informe presentado por el Ministerio de la Mujer de Nueva Zelandia a la Comisión para lo discriminación de la mujer de Naciones Unidas (CEDAW) entre las mujeres del país oceánico, las de origen maorí, en zonas urbanas y con menor ingreso económico, son más vulnerables frente a la necesidad de mantener a sus hijos y, por lo tanto, tienen condiciones más adversas para continuar sus estudios.

Sin embargo, la posibilidad de contar con cursos más cortos y exámenes permanentes -además de exámenes nacionales para aprobar los tres niveles superiores de la enseñanza media- el NCEA establece la posibilidad de ser evaluado durante todos los meses del año en las llamada “evaluaciones internas”. Estas permiten la realización de exámenes prácticos, sobre todo en materias científicas que implican experimentos y trabajo de laboratorio.

Si bien el sistema de certificación neozelandés no explicita ninguna medida especial orientada a evitar la deserción escolar de mujeres adolescentes maoríes, la flexibilidad de este sistema de certificación en la educación secundaria ha permitido que más mujeres vulnerables ingresen a la educación superior, principalmente mujeres maoríes. Según cifras del Ministerio de Educación neozelandés, pues más mujeres maoríes que hombres han ingresado a la educación terciaria. Durante el año 2016 ingresaron 49.755 mujeres, mientras que solo 32.605 lo lograron

Educación y deserción escolar de la mujer en Chile

En Chile, según datos entregados por el Ministerio de Educación, aunque la cantidad de mujeres en el sistema educativo que se embarazan ha disminuido de 1769 casos en 2013 a 1030 en 2017, aún el 50 por ciento de las mujeres adolescentes que queda embarazadas no continúan sus estudios. Esta realidad fue analizada por Felipe Caro, magíster en pedagogía de la Universidad Mayor, para quien los embarazos no deseados, tanto en zonas urbanas como rurales, siguen siendo un factor principal de dificultad para continuar los estudios. “Además de la época de embarazo existe toda una etapa posterior que es de cuidado que dura por lo menos dos años y donde muchas veces las madres están solas, por lo tanto la cantidad de tiempo para estudiar es menor. Frente a eso nosotros tenemos un sistema calendarizado anual que es bastante rígido con temáticas de contenido que son estructurales en las que es difícil introducir criterios de flexibilidad”, comentó.

En la misma línea, cree que es posible desrigidizar el sistema de certificación de educación media. “A través del Convenio de Bologna se empezó a producir la idea de flexibilizar los currículo y la entrega de mini certificaciones. Esto lo que hace es que en las universidades se puedan alcanzar ciertos créditos y tener movilidad en universidades de otros países. Esto y el modelo desarrollado en Nueva Zelandia se podría aplicar en la enseñanza media en nuestro país, a modo que una materia se modularice en tres o cuatro y las estudiantes puedan avanzar de una manera no lineal. Esto genera una flexibilidad para que una adolescente embarazada antes de salir de prenatal pueda hacer un módulo y al regresar pueda hacer dos más y que al año pueda hacer lo siguiente de manera paralelamente a cursos posteriores, sin necesidad de perder el año completo”, agregó.

En relación a la forma de evaluación, valoró que se esté poniendo énfasis en el desarrollo de competencias. “Los currículos basados en competencias lo que buscan son justamente ir quemando etapas que van a ritmos distintos, ya sea por la naturaleza de las estudiantes como por las vicisitudes que deban enfrentar. Eso flexibiliza el aprendizaje, con entornos más dinámicos y, por lo tanto, facilita la absorción de conocimiento. Esto se logra con la modularización, porque cada quien se arma su carga de trabajo, con más autonomía y, en el caso de las mujeres adolescentes, sopesar un embarazo”, sentenció.


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