Sepa por qué Nueva Zelandia es el segundo país más pacífico del planeta

El Instituto para la Paz y la Economía, realiza anualmente el Índice de la Paz Global que estudia a todos los países del mundo según sus condiciones de paz, seguridad y conflictividad. En su versión 2017, Nueva Zelandia obtuvo el segundo lugar como el país más pacífico del mundo, antecedido por Islandia y precedido por Portugal. Las razones de por qué el país oceánico logró tan alta posición y los ejemplos que podrían extraer nuestro país, en la siguiente nota.

La paz como factor positivo en del desarrollo de los países

Nueva Zelandia es el segundo país más pacífico en el mundo, con este enunciado el Índice Global de Paz (GPI) 2017 muestra sus resultados sobre la región Asia Pacífico. Con una cobertura del 99,7 por ciento de la población mundial, analiza a los países según su comportamiento en seguridad, violencia, grado de militarización en la política, entre otros.

El estudio demostró que un total de 93 países estudiados presentaron avances, mientras que 68 retrocedieron por razones de disturbios políticos, cantidad de muertes extrajudiciales, actos de terrorismo, tortura, entre otras. Lo cierto es que el planeta se convirtió en un hábitat más pacífico, pese a que los ataques terroristas en Europa afectaron negativamente la posición de sus países en el ranking.

Los primeros tres lugares fueron para Islandia, con 1.111 puntos, Nueva Zelandia, con 1.241 y Portugal, con 1.258. En este ranking, Chile se ubica en el puesto 24 con 1.595 puntos, un puesto más abajo de España, aunque mejoró dos puntos en comparación con la medición anterior. Por su parte, Siria se mantiene como el país menos pacífico del mundo por segundo año consecutivo y se encuentra dentro de las cinco peores evaluaciones desde el comienzo de la guerra civil el año 2013.

Nueva Zelandia: una llama de paz en Asia Pacífico y el mundo

Asia Pacífico es la tercera región más segura detrás de Europa y Norteamérica, ya que la mayoría de los países han mejorados sus posiciones en relación a años anteriores. Nueva Zelandia ocupa el segundo lugar a nivel mundial, seguido por Japón en el lugar 10, Australia en el 12 y Singapur en el puesto 21.

Las razones para que el país oceánico sea el segundo país más pacífico del mundo se centran en el buen funcionamiento de su gobierno. La existencia de una amplia cultura democrática en las instituciones y la ciudadanía hacen que los neozelandeses participen plenamente de los procesos electorales y las libertades civiles. Asimismo, la independencia del Poder Judicial es destacada por el informe, ya que se mantiene alejada de las influencias, tanto del gobierno como de compañías privadas.

Una segunda valoración se relaciona con el ambiente de negocios, donde la categoría de facilidad para hacer negocios entendida como una regulación ambiental razonable, es la principal. Luego, las libertades individuales y la protección laboral y posibilidades de inversión destacan positivamente.

Asimismo, el país oceánico sobresale por sus niveles de capital humano, donde el Índice de Desarrollo Joven demuestra que la mayoría de los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y 29 años tienen altos estándares de educación, gozan de buena salud, consiguen una alta inserción en el mercado laboral y participan activamente de la vida civil y política.

Libertades y ausencia de discriminación

Otras de las categorías en las que Nueva Zelandia aparece con buena puntuación son la libertad de prensa, ya que existe una amplia variedad de colores políticos que participan en la entrega de información, además de tener una alta tasa de accesibilidad a Internet libre. El pluralismo e independencia de los medios de comunicación en relación con el gobierno es valorado por el informe, ya que existe un ambiente propicio para la operación de medios de comunicación.

En relación con la ausencia de conflictos, los neozelandeses destacan por tener una buena relación con sus vecinos y a la ausencia de hostilidad con los extranjeros. Esto se ve reflejado en el alto número de turistas que visitan el país anualmente y las perspectivas de integración regional con todos los países del Asia.

Por último, la aceptación de los derechos del otro es una característica de la población. La libertad de discurso, los derechos laborales y la libertad de culto son parte de la cultura neozelandesa. Asimismo, la discriminación política, étnica y sexual es un asunto que mejora año a año.

Lo que Chile puede aprender del caso neozelandés

El Índice de Paz Global muestra que Chile se ubica en el puesto 24 y es el país más seguro de América Latina junto con Uruguay y Argentina. Pese a que en la región hay países con mejoras sustantivas, como son la propia Argentina, Guyana o Perú, la situación de conflicto en Brasil, Colombia y Venezuela hacen que Sudamérica no escale lo suficiente en la tabla.

En este contexto la realidad chilena muestra que pese a ser la más óptima en la región por sus buenos niveles de estabilidad económica, política y social, la percepción de los ciudadanos sea negativa. Según el Informe de Victimización de Paz Ciudadana, un 38 por ciento de hogares han reconocido ser víctima de un robo o intento de robo. Durante 2016 se produjeron 232 mil delitos de connotación social y 60 mil detenciones por delitos violentos contra la propiedad privada.

Esta paradoja es explicada por Diego González Díaz, historiador y cientista político del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. En su opinión la comparación con países desarrollados siempre desfavorece a Chile, sobre todo en las categorías de bienestar y calidad de vida. “Los estudios de opinión pública muestran las percepciones de la ciudadanía y claramente si nos comparamos con Nueva Zelandia o los países europeos nuestra visión de la inseguridad va a ser mayor, lo que se va a ver reflejada en los resultados del estudio. Ahora bien, no podemos desconocer que en Chile existen conflictos, ya sea con nuestros vecinos en la región, específicamente con Bolivia. A esto se suma la situación en la Araucanía que está lejos de encontrar una solución en el corto plazo”, señaló.

Asimismo, el experto agregó que el estatus de país pacífico también puede observarse en su relación con las Fuerzas Armadas. “A diferencia de muchos países de la región, Chile no tiene un ejército deliberante o intervencionista en asuntos políticos. Hay períodos en la historia donde la presencia militar en los gobiernos ha sido gravitante, pero en las últimas décadas los militares se han mantenido al margen del gobierno y sus procesos. Esto se explica en el hecho que problemas como el narcotráfico o el contrabando humano se mantienen bajo jurisdicción policial”, sostuvo.

En relación a los aprendizajes que podríamos tomar de Nueva Zelandia, Diego González aludió a la cultura democrática y participativa de la ciudadanía. “Es importante que los segmentos más jóvenes de la población sientan que el bienestar está de su lado para que la participación en política sea propositiva y no reactiva. Es decir, que a mayor calidad de vida las posibilidades de un conflicto social son más bajas. Si a eso le sumamos instituciones receptivas a las demandas ciudadanas, las probabilidades de insatisfacción son menores”, explicó.