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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

El sistema de inmunización australiano y su "Sin pinchazo no hay paga"

20 abril 2018

Australia en el 2015 generó una serie de medidas para elevar los niveles de inmunización de los ciudadanos, entre las que se destacan un cambio en el registro nacional de inmunizaciones y la controvertida ley federal llamada ‘No jab, No pay’, en español ‘Sin pinchazo, no hay paga’, para desincentivar la no vacunación.

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Australia es uno de los pocos países que según la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible ha logrado cumplir con su Objetivo de Desarrollo sostenible en materia de salud, en el que el ítem de inmunización, a través de su Programa Nacional de Inmunizaciones, ha tenido un rol fundamental. A continuación una revisión a este programa y como ha logrado desarrollarse y dar cobertura total a su ciudadanos.

El Programa Nacional de Inmunizaciones, en sus siglas en inglés NIP, fue establecido por la Mancomunidad de Naciones, Estados y Territorios de Australia en 1997. Su objetivo es incrementar la cobertura de inmunización y disminuir los casos de enfermedades prevenibles por medio de vacunas gratis y de calidad.

El calendario de vacunación australiano abarca desde la protección a recién nacidos con vacunas tales como la vacuna contra la hepatitis B, en la adolescencia con la vacuna contra el virus del papiloma humano, así también en la tercera edad con vacunas contra la neumonía y herpes zoster. Adicionalmente, cada año, se ofrecen vacunas contra la influenza de forma gratuita para los grupos de riesgo.

Asimismo, cuentan con vacunas libres de timerosal desde el año 2000.

En noviembre de 2015, el parlamento Australiano aprobó una normativa con la que se buscaba endurecer los deberes de los ciudadanos en torno al tema de la vacunación. Estas medidas contemplaban un aumento de presupuesto, un cambio en el registro nacional de inmunizaciones y la ley federal, con jurisdicción en todo el territorio australiano "Sin Pinchazo no hay paga", como contramedida a los padres que aún no hubiesen vacunado a sus hijos por diferentes motivos, especialmente apuntando a grupos anti-vacuna.

Según el Instituto Australiano de Salud y Bienestar, como respuesta a estas medidas, en el periodo 2016 – 2017, el nivel de inmunización en niños menores de 5 años en Australia fue de un 93,5%. Mientras, en el periodo 2011 – 2012, fue de 90%. Si bien estos valores los dejan como uno de los mejores a nivel mundial dentro de los países desarrollados, aún no logran el 95% que recomienda la OMS y que Australia se ha impuesto como meta.

Sin pinchazo no hay dinero ni juego

La estancación de los niveles de inmunización en el país motivaron al gobierno australiano a introducir una nueva ley a nivel federal (nacional) centrada en quitar beneficios a los ciudadanos que no tuvieran al día la vacunación de sus hijos. Lo anterior se materializa en la no obtención del:

  • Beneficio de Impuesto Parte A, es un pago realizado a los padres o tutores de menores hasta 19 años con ciertas condiciones, dependiente del ingreso y que se realiza de manera quincenal o anual al final del año financiero.
  • Beneficio de cuidado infantil: es un pago que el gobierno realiza para ayudar a las familias con el costo del cuidado infantil, depende de su ingreso y generalmente va de forma directa a los servicios de cuidado infantil para reducir el arancel.
  • Reembolso de cuidado infantil: no depende de los ingresos familiares, es adicional al beneficio de cuidado infantil y contribuye a pagar el costo por cuidado infantil.
  • Adicionalmente a esta ley federal, los estados australianos cuentan con otras normativas que regulan este tema, es así como en todos los estados se reservan el derecho de excluir eventualmente a todos los niños no inmunizados en caso de brote de alguna enfermedad. Existen normativas más específicas como las de New South Wales, Queensland y Victoria, estados en los que para poder acceder a servicios de cuidado infantil se debe contar con:

  • Calendario de vacunas al día.
  • Estar en un programa de actualización de vacunas aprobado, es decir inmunizar al niño o niña con todas las vacunas con las que no cuenta.
  • Tener un permiso válido por parte de un profesional médico que certifique que el niño o niña no puede ser vacunado por razones de salud.
  • En estos estados la objeción de conciencia o que los padres no autoricen su vacunación no es válida. Sin embargo, en otros estados como el territorio de la capital australiana, South Australia, Western Australia, Nothern Territory o incluso, el territorio auto gobernado de Tasmania, los niños no necesitan estar al día con el calendario de inmunización para el poder asistir a servicios de cuidado infantil.

    A mediados del 2017 el gobierno federal de Australia buscó endurecer las medidas de la Ley ‘Sin pinchazo no hay dinero’ a raíz de que la meta de un 95% de vacunación aún no fuese alcanzada, tal endurecimiento de reglas lo realizó cambiando los tiempos de aplicación de recortes de dinero al Beneficio de impuesto parte A, por ello los recortes ya no serían de manera anual luego del año fiscal, sino quincenal, con esto el gobierno, proveería a los padres y tutores con un recordatorio continuo de la importancia de la inmunización de los niños.

    Para Claudio León Romero, médico y docente de la Universidad de Valparaíso, esta medida aunque sea arbitraria, protege a la población. “En la pediatría hemos pasado por plagas y por bastantes enfermedades epidemiológicas que han devastado al mundo y gracias a la llegada de la vacunación se disminuyó ampliamente la mortalidad infantil”, precisó.

    Movimientos anti vacuna y obligatoriedad

    Por otro lado, ante las medidas del gobierno australiano, especialmente aquellas establecidas por los estados para que los menores no puedan asistir a guarderías de no estar vacunados, los miembros de grupos anti-vacuna o padres que no desean vacunar a sus hijos se han abocado a generar contramedidas tales como la creación de guarderías propias para que asistan sus hijos e incluso educación en el hogar para niños mayores.

    Si bien este tipo de situaciones no se presenta como una amenaza concreta contra el sistema de inmunización australiano –tiene mayor incidencia el acceso limitado a vacunas- si puede transformarse en una conducta de riesgo para estas comunidades ante un eventual brote epidemiológico, como los ocurridos en otros países en el último tiempo.

    Programa de inmunización chileno y su comparación al australiano

    Una de las innovaciones que ofrece el sistema australiano de inmunización es que sus vacunas se encuentran libres de timerosal, lo que no ocurre en el programa chileno. Si bien, en 2010 se presentó una moción que buscaba eliminar las vacunas que contuviesen timerosal, el 2014 fue detenida por veto presidencial.

    El Programa Nacional de Inmunización chileno coincide con en el australiano en ser universal y gratuito. Cuenta a su haber con grandes victorias tales como erradicación de la viruela, la poliomielitis y la eliminación del sarampión. Este programa no solo se ocupa de controlar a la cantidad de personas inmunizadas en el país, sino a su vez de la calidad de todo el proceso de vacunación vista desde un enfoque integral. Su objetivo es prevenir la morbilidad, discapacidad y muertes secundarias a enfermedades inmunoprevenibles.

    Sumado a ello, Chile cuenta con un registro nacional de inmunización (RNI) –similar al registro de inmunización australiano, AIR en sus siglas en inglés- que permite registrar todas las vacunaciones tanto de campañas como programadas, ya sea en establecimientos públicos como privados, y es la fuente oficial de información para el cálculo de coberturas de dosis.

    Por otro lado el Programa Nacional de Inmunización australiano, a diferencia del chileno, ofrece gratis y obligatoriamente vacunas contra enfermedades como el rotavirus, que cada año se hace presente de forma importante en nuestro país, así como contra el herpes zoster en adultos mayores. La primera es recomendada especialmente por la OMS para evitar muertes de menores a causa de diarrea.

    Adicional a lo anterior, Claudio León, cree que Chile debería reforzar sus focos tanto en la difusión en materia de vacunación como en la regulación sanitaria para inmigrantes. “Es trascendental tener informada a las personas sobre los protocolos de inmunización, por lo que hay que generar procesos de información sobre los lugares y las vacunas que se tienen a su disposición”, enfatiza.

    Por otra parte afirma que el aumento de la población migrante en nuestro país cambia el escenario en temáticas de salud. “Por ello hay que poner suma urgencia a una ley que regule y genere un catastro epidemiológico de todos los migrantes y también de nuestra población y así tener una vigilancia epidemiológica para decidir la implementación de nuevas vacunas”, concluye.


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