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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario
Emilio Méndez, un chileno enamorado de China
17 abril 2015
Mientras trabajaba como asesor en la Dirección Asia Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Emilio tuvo una idea que cambiaría de forma radical su futuro y su concepción de mundo: estudiar chino mandarín en China. En las siguientes líneas, este joven penquista relata su experiencia en el gigante asiático.
Emilio Méndez es un joven penquista que tras estudiar Ciencias Políticas y Administrativas en la Universidad de Concepción y trabajar cinco años en Cancillería como asesor de la Dirección Asia Pacífico se aventuró a estudiar chino mandarín en China, específicamente en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing.
Fue justamente en DIRAPAC donde Emilio tuvo la idea de estudiar chino. "Si tuviera que entregar alguna experiencia del aprendizaje del chino mandarín y de estudiar en China, aconsejaría conocer desde antes lo básico del idioma para no llegar tan perdido. Al llegar y darse cuenta que el idioma no tiene ninguna relación con el hispano hablante es terrible".
A pesar de lo anterior, Emilio asegura que la adaptación es relativamente rápida. "Pero creo que un factor importante tiene que ver con el área de estudio que desempeñaste en tu país. Si tiene relación con aquel lenguaje o con el idioma, siempre va a ser más fácil", añade.
Otro cambio importante fue lo relativo a las clases y la exigencia de estudio. "En Chile tenemos una práctica de estudio muy diferente a la china. Acá estudias prácticamente todo el día para preparar tu clase del otro día, mientras en Chile tú das un repaso y estudias para el examen. En China estudias los caracteres, repasas, porque sabes que la profesora te va a preguntar. Es importante saber que el nivel de tus compañeros es alto, especialmente los que vienen del Sudeste Asiático y de Rusia, que por la cercanía tienen un chino mandarín más avanzado. Al latino se le hace un poco más difícil, pero en dos o tres meses vas tomando el ritmo y respondiendo".
Además, este penquista aconseja a los chilenos sobre la relación entre idioma y el intercambio con estudiantes que no sean oriundos de china. "El intercambio con otros estudiantes a nivel internacional es rico en conocimiento, en experiencia, en cultura. Ahora, el chino mandarín requiere la práctica diaria y si bien tener amigos de habla hispana o europeos no te perjudica, sí hace que la continuidad del idioma no sea tan potente. Hay ciudades chinas que nos dan la posibilidad de hablar todos los días chinos y eso es un plus importantísimo, y hay universidades que están esperando estudiantes extranjeros pero la mayoría postula a Beijing, Shanghai y ahora se está poniendo un poco de moda Guangdong".
Por último, se refirió a la Red Chile-China de la que forma parte. “Tener una red en China nos va a potenciar y nos va a permitir hacer las cosas más fáciles. Tener un apoyo de experiencia que tú puedes consultar es tremendamente útil no solo por lo que representa tener una representación de chilenos en China, sino también porque nosotros muchas veces sentimos que tenemos un conocimiento y una experiencia para entregar, pero no sabemos a quién ", finalizó.
Fue justamente en DIRAPAC donde Emilio tuvo la idea de estudiar chino. "Si tuviera que entregar alguna experiencia del aprendizaje del chino mandarín y de estudiar en China, aconsejaría conocer desde antes lo básico del idioma para no llegar tan perdido. Al llegar y darse cuenta que el idioma no tiene ninguna relación con el hispano hablante es terrible".
A pesar de lo anterior, Emilio asegura que la adaptación es relativamente rápida. "Pero creo que un factor importante tiene que ver con el área de estudio que desempeñaste en tu país. Si tiene relación con aquel lenguaje o con el idioma, siempre va a ser más fácil", añade.
Otro cambio importante fue lo relativo a las clases y la exigencia de estudio. "En Chile tenemos una práctica de estudio muy diferente a la china. Acá estudias prácticamente todo el día para preparar tu clase del otro día, mientras en Chile tú das un repaso y estudias para el examen. En China estudias los caracteres, repasas, porque sabes que la profesora te va a preguntar. Es importante saber que el nivel de tus compañeros es alto, especialmente los que vienen del Sudeste Asiático y de Rusia, que por la cercanía tienen un chino mandarín más avanzado. Al latino se le hace un poco más difícil, pero en dos o tres meses vas tomando el ritmo y respondiendo".
La comida y las condiciones de vida
"Acá el problema es el picante. Tú vas a un restaurant y todo puede ser picante. Lo otro son las condiciones de vida del estudiante. Cuando es becado tiene derecho a vivir dentro de la universidad y los espacios no siempre reúnen todas las condiciones a las que uno puede estar acostumbrado en Chile. Por ejemplo, los baños son distintos, las camas son distintas, duras, con colchones de 8 centímetros", ejemplifica Emilio.Además, este penquista aconseja a los chilenos sobre la relación entre idioma y el intercambio con estudiantes que no sean oriundos de china. "El intercambio con otros estudiantes a nivel internacional es rico en conocimiento, en experiencia, en cultura. Ahora, el chino mandarín requiere la práctica diaria y si bien tener amigos de habla hispana o europeos no te perjudica, sí hace que la continuidad del idioma no sea tan potente. Hay ciudades chinas que nos dan la posibilidad de hablar todos los días chinos y eso es un plus importantísimo, y hay universidades que están esperando estudiantes extranjeros pero la mayoría postula a Beijing, Shanghai y ahora se está poniendo un poco de moda Guangdong".
Por último, se refirió a la Red Chile-China de la que forma parte. “Tener una red en China nos va a potenciar y nos va a permitir hacer las cosas más fáciles. Tener un apoyo de experiencia que tú puedes consultar es tremendamente útil no solo por lo que representa tener una representación de chilenos en China, sino también porque nosotros muchas veces sentimos que tenemos un conocimiento y una experiencia para entregar, pero no sabemos a quién ", finalizó.
