Los vínculos entre Chile y la Unión Europea (UE) se desarrollan en el contexto de una “privilegiada asociación” que comienza a construirse tras el restablecimiento de las relaciones políticas con la Comunidad en 1990 y se formaliza en 1996, mediante la firma del Acuerdo Marco de Cooperación, que sirvió de base para establecer en definitiva el Acuerdo de Asociación Política, Económica y de Cooperación entre Chile y la UE en el año 2002. Dicho Acuerdo entró en vigencia el 1 de febrero del año 2003 para Chile, incorporando aspectos innovadores, más allá de lo comercial, en asuntos políticos, económicos y de cooperación, incluida una cláusula evolutiva (Artículos 51°, 74° y 201°) que faculta respectivamente a explorar las posibilidades prácticas de cooperación, otorgar mayores concesiones en la eliminación de derechos de aduana del sector agrícola, y sugerir la extensión de la cooperación en todos los ámbitos, elementos que en conjunto sirven de marco para extender e intensificar la relación bilateral “con objetivos y mecanismos que aseguran el cumplimiento de los compromisos”.