La distancia física y las múltiples diferencias que existen entre China y Chile, no han sido un impedimento para la amistad y cooperación entre ambas naciones a lo largo de 50 años. Este antecedente ha permitido no sólo que el gigante asiático se convierta en el primer socio comercial de nuestro país, sino también que su actuar -en diversos ámbitos- sea observado, analizado y, en muchos casos, se transforme en guía para la acción. En la segunda década del siglo XXI, China y Chile tienen desafíos comunes ante las crisis ambientales, sanitarias y económicas que afectan sus territorios. Si bien, nuestras realidades y tamaños resultan poco comparables, la visión de largo plazo de China siempre ha sido un ejemplo a la hora de atisbar las dificultades y oportunidades, que enfrentaremos en torno a temas tan diversos como el impacto de la tecnología en la construcción de una “nueva sociedad” y la emergencia climática. Es por este motivo, que a través del levantamiento bibliográfico y la entrevista a expertas y expertos, hemos analizado las políticas relativas a la televigilancia social y sanitaria; la robótica; y el e-commerce -tanto su impacto nacional como local- en China, materias que serán claves para enfrentar la llamada Cuarta Revolución Industrial. Así también observamos cómo las acciones en torno a la polución atmosférica; la restauración de ecosistemas; las energías renovables y el transporte cero emisiones están ayudando a la adaptación y resiliencia de China hacia el cambio climático, a la vez que responden a demandas provenientes de la ciudadanía por mejorar su calidad de vida y vivir en un ambiente limpio. Al mismo tiempo, hemos examinado cómo el rol de la diplomacia cultural y las industrias creativas está siendo clave para romper las preconcepciones y podrían contribuir a un entendimiento mutuo, que nos acerque a nuestros pueblos desde expresiones culturales del presente, que honran el pasado y se proyectan hacia el futuro. “50 años hacia el futuro: desafíos de Chile-China” es una ventana para la revisión de políticas públicas que no sólo enriquecerán el diálogo académico y ciudadano, sino también entregará nuevas perspectivas al debate legislativo contingente y a la diplomacia parlamentaria con el gigante asiático de cara a las próximas décadas.