En los últimos 50 años los hogares y las empresas han aumentado la recepción de crédito proveniente desde bancos y otros intermediarios financieros, tres veces más rápido que el crecimiento de la actividad económica. Puede interpretarse como una muy buena noticia. Sin embargo, la OCDE revela que este aumento excesivo puede ser un obstáculo para el crecimiento y al mismo tiempo agravar la desigualdad de ingresos. En su publicación “Finance and Inclusive Growth” se analizan los efectos de diferentes magnitudes y estructuras de financiamiento sobre la actividad económica, y su impacto en función del tipo de destinatario. Se indaga asimismo respecto a los efectos del monto y los componentes de diversas formas de financiar la actividad sobre la distribución del ingreso, utilizando para ello datos referidos a los países miembros, a través de los últimos 50 años.