En las democracias la popularidad de los medios y periodistas es oscilante. El problema esencial del periodismo argentino, en la fase de transición democrática es determinar los límites donde termina su función y empieza la de fiscales, jueces, legisladores y dirigentes políticos y sociales. Las preguntas de La Nación a los panelistas fueron tales como ¿qué estamos haciendo para enfrentar el flagelo de la corrupción?, ¿cómo respondemos al clamor generalizado de los ciudadanos?, ¿cuáles deben ser nuestras relaciones con el poder? En realidad, los periodistas argentinos no pueden debatir sobre su profesión ni sobre su país. La situación es paradógica, el periodismo y la sociedad han conquistado la libertad, pero ésta es constamente amenazada. La libertad es el resultado de un lfuctuante y delicado equilibrio de funciones y responsabilidades políticas, sociales y culturales.