El mar ha cumplido funciones de apoyo logístico, de ruta de comunicación y transporte, de vía de exploración sistemática y de funcionalidad militar. La Declaración de 1947 (que reivindica el espacio marítimo de 200 millas náuticas en los mares adyacentes a todas las costas del territorio del Estado) y la Declaración de Santiago sobre Zona Marítima, suscrita en 1952 entre Perú, Ecuador y Chile se proclama la soberanía y jurisdicción exclusivas de cada Estado sobre el mar que baña sus respectivas costas y se acuerda proteger y controlar los recursos naturales de aguas, lecho oceánico y subsuelo. La Convención de Derecho del Mar plantea un desafío al delimitar las concepciones de mar territorial, zona contigua, alta mar y, añadir la moderna noción de Zona Económica Exclusiva. Ello representa una evolución de los conceptos de Territorialidad.