La pandemia de COVID-19 ha provocado el cierre generalizado de escuelas y la interrupción de los sistemas educativos en todo el mundo, lo que requiere una adaptación sin precedentes para garantizar la continuidad del aprendizaje de los estudiantes. En lugar del aprendizaje en el aula, se han adoptado tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para apoyar el aprendizaje a distancia en línea, con resultados mixtos. Si bien los gobiernos del Caribe han puesto a prueba una serie de modalidades de aprendizaje en línea, muchos niños de la subregión, especialmente los de hogares pobres y rurales, no pudieron aprovechar esas instalaciones. Como resultado de la falta de acceso a Internet y los dispositivos que permiten el aprendizaje en línea, perdieron casi un año de educación. Estas desigualdades han puesto al descubierto las barreras preexistentes para acceder a la educación en todos los niveles en la subregión.