Se sostiene que la crítica a la Ciencia Política como proceso de investigación tiene distintos puntos de partida. Se puede ejercer desde fuera, desde la sociedad y la política, o desde adentro, bajo la forma de crítica dirigida a los métodos, o a la teoría o a la ciencia. Se analizan las críticas que vienen desde afuera y que surgen, cuando las expectativas sobre la función de la disciplina se reducen a la asesoría política o cuando se plantean expectativas tan altas que escapan a la esencia y la capacidad de una disciplina como la analizada. La crítica interna cuestiona las dos posiciones extremas que existen al interior de la ciencia política. Por una parte, se objeta la anarquía metodológica del "anything goes" que lleva a una total arbitrariedad y, por otra, condena el rigoricismo metodológico en el cual la ciencia consistiría exclusivamente en el método.