Existe disparidad de opinión, y tal vez también algún desconocimiento, sobre que se ha hecho en el sector de la defensa en Chile desde la reanudación de la democracia, en marzo de 1990, a la fecha. Para analizar procesos de semejante naturaleza, Narcis Serra, quien fuera ministro de Defensa de España durante nueve años a partir de 1982, ha propuesto recientemente un modelo construido en torno a tres variables: la tensión entre civiles y militares, el carácter institucional (vocacional) versus el carácter ocupacional de las instituciones militares, y la contradicción entre el control militar de la política y el control civil de los militares. Puede haber otras variables a considerar en el modelo, pero las mencionadas son las variables que definen un régimen político como democrático o no democrático. La interacción de esas tres variables genera el espacio -o el "ambiente"- en que se desenvuelve el proceso de la política militar. En un sentido amplio, que es el que Serra utiliza, la política militar es el conjunto de acciones y medidas con las que el gobierno dirige a las Fuerzas Armadas dentro de la administración del Estado y en sus relaciones con la sociedad. Podría denominársela "conducción política de la defensa", pero lo importante es no confundirla con el concepto de política militar en sentido restringido, es decir, definida como la política de desarrollo de la fuerza.