Ante los graves problemas económicos, sociales, políticos y ambientales del actual mundo globalizado, este artículo examina el significado, pertinencia y relevancia del llamado a construir, como modo de hacer frente a esos problemas, una "economía de la solidaridad". En esta perspectiva, se busca justificar la necesidad de asumir un concepto suficientemente comprensivo y científicamente fundado, dirigido a impulsar una transformación radical y profunda de la sociedad, no sólo a escala nacional sino también mundial. Se argumenta que el establecimiento de una economía de la solidaridad permitirá establecer un nuevo orden social basado en la justicia, capaz de reconocer y respetar efectivamente los derechos de las personas.