Frente a una larga tradición de interpretación de Hume que toma como eje sus tesis epistemológicas, Donald W. Livingston plantea que la clave de su pensamiento está en sus escritos políticos e históricos. Desde esta perspectiva, sostiene también que fue Hume el primero en desarrollar a fondo las premisas filosóficas del conservadurismo al denunciar las devastadoras consecuencias políticas que tendría la metafísica especulativa moderna. Esta última, ya sea como sistema filosófico o como movimiento religioso, habiéndose emancipado conceptualmente de los marcos de racionalidad basados en el orden imaginario y narrativo de la vida cotidiana, inspira movimientos políticos que no buscan sólo un cambio de régimen o la promoción de intereses particulares, sino la transformación total de la vida social y moral. La historia política de la era moderna, desde la "gloriosa" revolución inglesa de 1688 en adelante, atestiguaría este fenómeno. De ahí que para Hume -sostiene D. Livingston en este artículo-la tarea de la "verdadera filosofía" sea, antes bien, restringir o moderar esta tendencia anclando metodológicamente la reflexión filosófica y sus efectos reformistas en el tejido de juicios y máximas históricamente establecidas que orientan la interacción cotidiana.