La política de defensa de la competencia constituye una piedra angular en las normas del mercado interior, en general, y del mercado interior europeo en el sector asegurador, en particular. Pese a la lentitud del proceso de "europeización" de la competencia en materia de seguros, la necesidad de evitar que los operadores económicos impidan la entrada en el mercado hace que la aplicación del derecho comunitario de la competencia al sector de los seguros esté plenamente aceptada.