El autor del artículo afirma que la nueva institucionalidad deberá sortear una serie de dificultades y abordar un conjunto de omisiones para mejorar la educación, pero tiene sin duda un gran potencial. Lo acordado es -en la práctica- un reconocimiento de que la simple dinámica del mercado no produce una educación competitiva ni equitativa. En el diseño del Sistema de Aseguramiento de la Calidad la cooperación Gobierno-Alianza rindió sus mejores frutos: el acuerdo configura un entramado institucional claramente superior al contenido de las propuestas originales de ambos sectores.