Una opción de vida radical por los más necesitados ha significado para este sacerdote peregrino trabajar con ellos, codo a codo, buscando su suerte, pero transmitiendo siempre que el llamado a habitar el Reino de Dios es para todos. La celebración de sus cinco décadas de ministerio sacerdotal fue un festejo que congregó a obreros, pintores, estudiantes, pobladores y decenas de católicos que acompañaron su andar evangelizador en la Parroquia Universitaria, poblaciones de Santiago y localidades de Chiloé. Lo que se hace cierto -reflexiona el autor de este artículo- y muy actual es que para las personas que han acumulado riquezas este llamado se torna más complejo y difícil de asumir, pues las riquezas generan dependencias y ataduras, y con ellas a cuestas no es posible transmitir el Reino de Dios en la tierra.