El creciente poderío militar del régimen de Kim Jong-Un pareciera estar inspirado en motivaciones de disuasión más que en eventuales planes de ataque, pero aún así representa un complejo reto para la estabilidad internacional. Una de las consecuencias que podría tener un mal manejo de esta tensión es que se vulneren los esfuerzos en contra de la proliferación de armamento nuclear. China sin simpatizar con las posturas de Kim Jong-Un, en especial en cuanto a sus programas bélicos, lo ve como una alternativa mejor que la caída del régimen y una reunificación de la península bajo la influencia de Washington.