La crisis actual provoca una exacerbación de la competencia a escala mundial. El dominio del saber ha devenido un factor primordial de competitividad. Las formas clásicas del oligopolio han sido cuestionadas. Las empresas, confrontadas a un medio turbulento y arriesgado, desarrollan estrategias basadas en la explotación del conocimiento, las cuales llevan a la recomposición de los oligopolios tecnológicos.