En la actualidad, la salud mental de las personas es un problema creciente a nivel global. En este aspecto, debemos tener presente que la definición de sanidad psíquica incluye el bienestar emocional, psicológico y social; afectando la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida (Medline, 2021).

En el contexto nacional, las cifras sobre la salud mental son alarmantes. De acuerdo al estudio Termómetro de la salud mental en Chile, realizado por la Pontificia Universidad Católica (PUC) y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) en el año 2021, la tasa de enfermedades mentales en la población chilena es​ de un 23,6%. Con estos indicadores, el costo tanto para el fisco como para el sector privado en el tratamiento de las consecuencias de las enfermedades y dolencias en materia de salud mental, es enorme. Un país cuya población presenta altos índices de problemas de salud mental, ve afectada su productividad y ello degrada de manera importante no solo el bienestar emocional de los ciudadanos, sino que genera un impacto macroeconómico significativo, debilitando la competitividad del país. Por ello, la salud mental es un problema de salud pública que debe ser abordado desde una óptica preventiva, y no meramente reactiva como ha ocurrido históricamente.

Desde esta perspectiva, la evidencia científica muestra que es mucho más efectivo generar planes de prevención, más que destinar recursos en la reacción ante los problemas de salud mental de la población. Y en este sentido, la educación en salud mental desde temprana edad, constituye una herramienta muy eficiente en el mediano y largo plazo. En el ámbito educacional de niños y jóvenes, una investigación de la Universidad de Chile constató que a nivel global, un 5% de los niños tienen ansiedad y depresión, mientras en Chile el porcentaje asciende a un rango de entre 12 y el 16%. Es decir, los niños chilenos presentan una salud mental y emocional 3 veces más deteriorada que la situación de los niños a nivel mundial. Esta golpeadora realidad, deja en evidencia la responsabilidad que tiene el Estado con los niños y jóvenes en la garantía de una salud digna, la cual continúa siendo una batalla ardua y sin fecha de fin. Asimismo, para los colegios, la Superintendencia de Educación imparte circulares en las que obliga a los establecimientos educacionales a que consideren la ejecución de acciones que fomenten la salud mental y de prevención de conductas suicidas y otras auto-lesivas. Estas medidas y las cifras anteriormente mencionadas, dejan de manifiesto que las circulares no han presentado beneficios en los estudiantes. Lo establecido por la Superintendencia de Educación, es un requerimiento apreciado, pero que debe replantearse, pues es necesario considerar la instalación de un programa preventivo, que vaya mucho más allá de simplemente intentar mitigar los efectos del bullying y otros episodios de convivencia escolar. Héctor Montenegro, quien se desempeña como Senior District Consultant en CASEL (Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning), en EducarChile (2023), destaca la importancia del aprendizaje socioemocional, que se refiere a cómo "los niños y adultos comprenden y manejan sus emociones, establecen y alcanzan metas positivas, sienten y demuestran empatía por otros, establecen y mantienen relaciones positivas y toman decisiones responsables". Los beneficios de la educación socioemocional son significativos e incluyen hasta un 11% de mejora en el rendimiento académico; mejoramiento de actitudes y comportamientos, mayor compromiso con la escuela; más conexiones positivas con la escuela y entusiasmo por el aprendizaje; aumento de la autoestima y responsabilidad hacia los demás; menos problemas de comportamiento y estrés emocional; y el desarrollo de un buen carácter y conducta cívica.

Respecto del impacto de la educación socioemocional en los programas escolares, hay abundante evidencia que demuestra que los programas realizados en las escuelas, ya sea en escuelas primarias, medias o secundarias, pueden influir sobre la salud mental positiva y reducir los factores de riesgo y los problemas emocionales y de conducta a través de un aprendizaje socioemocional e intervenciones ecológicas (refiérase a la revisión realizada por Domitrovitch y otros, 2005).

La realidad muestra que la escolaridad enfrenta la problemática de la salud mental con mayor fuerza que nunca. Para abordarla se requiere establecer programas educacionales obligatorios en el currículum nacional que potencien efectivamente el crecimiento y desarrollo personal de niños y jóvenes, integrando la educación socioemocional en aquellos, con el fin de entregar a nuestros niños, herramientas para que crezcan en un espacio de bienestar mental. Ello constituye un imperativo ético y moral del Estado, pero por sobre todo, un asunto de salud pública, que debe ser abordado desde la educación.

Objetivo del proyecto:

Este proyecto busca integrar al currículum educacional de niños y jóvenes, la educación socioemocional desde la enseñanza básica, con el objeto de entregarles desde temprana edad, conocimientos y herramientas que les permitan crecer y desarrollarse personalmente en un espacio de bienestar emocional y con adecuados niveles de salud mental.

Con ello, se pretende que la educación socioemocional sea una herramienta efectiva que permita en el largo plazo, que las generaciones venideras cuenten con mejores capacidades y competencias personales para enfrentar la vida académica, profesional y laboral, sean personas más equilibradas y emocionalmente maduras.

Contenido del proyecto:

El proyecto incorpora la obligatoriedad legal de que en las bases curriculares para la educación básica y media que establezca el Presidente de la República, mediante Decreto Supremo de Educación, deba incluirse una asignatura relativa a educación socioemocional, cuyo objetivo será fomentar el bienestar emocional y el desarrollo de una adecuada salud mental de las y los estudiantes.

Junto con ello, se establece como un derecho de las y los estudiantes, tener acceso a una educación socioemocional de calidad, durante la educación básica y media. Asimismo, se incorpora la salud mental como uno de los objetivos que deben cumplir ambos niveles de educación, básica y media.


Proyecto de Ley

Artículo 1°.- En las bases curriculares para la educación básica y media que establezca el Presidente de la República mediante Decreto Supremo, deberá incluirse la obligación de incorporar una asignatura relativa a educación socioemocional, cuyo objetivo será fomentar el bienestar emocional y el desarrollo de una adecuada salud mental de las y los estudiantes.

Artículo 2°.- Introdúcense las siguientes modificaciones en el Decreto con Fuerza de Ley N° 2, de 2009, del Ministerio de Educación, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley Nº 20.370 con las normas no derogadas del Decreto con Fuerza de Ley Nº 1, de 2005:

En el artículo 3°, agrégase la siguiente letra o), a continuación de la letra ñ):
o) Bienestar emocional y Salud Mental. El sistema educativo deberá contribuir al bienestar emocional y el desarrollo de una adecuada salud mental de las personas.

En el artículo 5°, incorpórase el siguiente inciso 2°:
Es asimismo, deber del Estado, fomentar el bienestar emocional y el desarrollo de una adecuada salud mental de las personas. Dicho objetivo deberá formar parte de las bases curriculares de la educación básica y media del sistema educativo..

En el artículo 10 letra a), reemplázase la frase a) Los alumnos y alumnas tienen derecho a recibir una educación que les ofrezca oportunidades para su formación y desarrollo integral;, por la siguiente:
a) Los alumnos y alumnas tienen derecho a recibir una educación que les ofrezca oportunidades para su formación y desarrollo integral y que fomente su bienestar emocional y una buena salud mental;.

Sustitúyese el artículo 19, por el siguiente:
Art. 19. La educación básica es el nivel educacional que se orienta hacia la formación integral de los alumnos, en sus dimensiones física, emocional, afectiva, cognitiva, social, cultural, moral y espiritual, desarrollando sus capacidades de acuerdo a los conocimientos, habilidades y actitudes definidos en las bases curriculares que se determinen en conformidad a esta ley, y que les permiten continuar el proceso educativo formal..

En el artículo 29 número 1, reemplazar la letra b), por la siguiente:
b) Desarrollar una autoestima positiva y confianza en sí mismos, como también, fomentar el bienestar emocional y una buena salud mental..

En el artículo 30 número 1, sustituir la letra a), por la siguiente:
a) Alcanzar el desarrollo moral, espiritual, intelectual, afectivo, socioemocional y físico que los faculte para conducir su propia vida en forma autónoma, plena, equilibrada, libre y responsable..

Salud mental. (2021, Agosto 11). MedlinePlus.
Jiménez, Juan Pablo, y Marcia Olhaberry. Salud mental en Chile: urgencias, desafíos y silencios - CIPER Chile. - CIPER Chile, 8 Noviembre 2021.
CNN Chile, 21 Junio 2019.
Desarrollando habilidades emocionales. (2022, Mayo 5). EducarChile.
(Domitrovitch y otros, 2005)