El modelo democrático representativo que rige a Chile, requiere de ciudadanos
informados que puedan participar activamente de la política nacional, no solo
como agentes pasivos que sufragan en un proceso electivo, sino en un escenario
más amplio, donde puedan expresar sus ideas, imaginar un proyecto país, debatir
de las tareas apremiantes y de las de largo plazo, donde su voz se transforme en
acción vinculante y deber del Estado.
En este contexto, una de las dificultades que se reconoce es la existencia en Chile
de una concentración de los medios de comunicación. A modo de referencia, y de
acuerdo a lo planteado por NOAM, en el texto “National media concentrations
compared" (2016, p. 10), es posible reconocer para la prensa escrita en el país un
índice de concentración del sector cercano al 90%, mientras que, en el caso de las
radioemisoras, según informe del experto Luis Adolfo Breull (2016), el índice de
concentración alcanza al 78% de la audiencia y al 84% de la inversión publicitaria.
Las cifras resultan extremadamente significativas y nos motivan a intentar
revertirlas en consideración a su efecto negativo en el desarrollo del modelo
democrático. En este sentido, nos hacemos parte de las palabras de Allen et al.
(2017), quienes reconocen el problema y anotan que la Comisión Europea ha
considerado que el pluralismo medial es un pilar esencial, tanto del derecho a la
información, como de la libertad de expresión, bajo la idea de que una ciudadanía
informada es condición de funcionamiento de la democracia.
En concordancia con lo expuesto, nuestra propuesta busca la “Diversificación de
los medios de información”, a través de la modificación de la Ley N° 18.838,
referida al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y sus atribuciones. En este
sentido, la propuesta legislativa busca ampliar las facultades del CNTV,
contribuyendo a diversificar los medios de difusión de información; en
consecuencia, ampliado la competitividad de la industria, y por supuesto, evitando
la concentración de medios de comunicación en el país.

De acuerdo con lo señalado previamente, se reconoce en Chile, la presencia de
una concentración de medios informáticos, NOAM (2016, p. 10) y Breull, Luis
Adolfo (2016), lo que a juicio de Allen et al. (2017) es nocivo para el
funcionamiento de la democracia.
Revisada la legislación vigente en el país referida a medios de comunicación, se
determinó que el espíritu de la Ley N°18.838, en sus aspectos referidos al fomento
y concesiones de radiodifusión televisiva de libre recepción, interpreta nuestra
intención legislativa. Sin embargo, al solo referirse a materias de televisión, hace
necesario ampliar sus facultades hacia los restantes medios de información:
prensa escrita, digital y medios audiovisuales.
En consecuencia, proponemos una moción que modifique la Ley N°18.838, a
través de un artículo único, detallado a continuación:
"Artículo único.- Introducen las siguientes modificaciones a la Ley N°18.838: a)
Reemplácese a lo largo de la Ley en cuestión, (consejo nacional de televisión), por
consejo nacional de medios informativos. Asimismo, reemplácese dentro del
artículo 1) (los servicios de televisión), por los servicios de difusión informativa. b)
Agréguese en el Artículo 1, Inciso 8, posteriormente a […] cultural o de interés
nacional, asimismo, se considera buen funcionamiento, la promoción de la
diversificación de medios, mediante la promoción de medios independientes. c)
Reemplácese el artículo 12, número 1), letra a) (los servicios de radiodifusión
televisiva de libre recepción y los servicios limitados de televisión), por servicios de
comunicación informativa. d) Reemplácese el artículo 12, número 1), letra b)
(contenidos televisivos), por contenidos informativos. Asimismo, reemplácese
(radiodifusión televisiva), por comunicación informativa. e) Agréguese en el
artículo 12, número 1), letra b), inciso primero) posteriormente a, […] transmisión,
(añadir) y difusión. f) Reemplácese a lo largo de la Ley, (radiodifusión televisiva)
por, comunicación informativa, así como (televisión), por informativos.

Las referencias a la concentración de los medios de comunicación son prolíficas,
por ejemplo, el informe proporcionado por el experto Luis Adolfo Breull para el
Consejo Nacional de Televisión (CNTV) a fines de 2015 señala que:
“[...] los cuatro principales operadores en cada sector de medios de Chile concentran más
del 90% del mercado, cuando en América Latina el promedio es 80%. En la TV abierta y
de pago, el índice de concentración en la TV también llega al 91% y al 87% en audiencia e
ingresos publicitarios, respectivamente”.
“En otros sectores se destaca el cuasi duopolio en el mercado de la prensa (El Mercurio y
la Tercera) con un índice de concentración del sector de 98%, mientras que en radio el
84% de la facturación publicitaria se la quedan los cuatro primeros operadores (liderados
por el grupo español PRISA). Además, la situación de los mercados de medios refleja una
alta concentración de la propiedad, formas de concentración horizontal, integrada y
multimedia, con una fuerte centralidad de la producción de contenidos en la ciudad de
Santiago, y una alta participación del capital extranjero.”
“El grupo El Mercurio es liderado por Agustín Edwards Eastman, y el Grupo Copesa
(Consorcio Periodístico de Chile S.A.), está bajo el mando de Álvaro Saieh Bendeck.
Ambos grupos también tienen intereses directos en la propiedad de empresas vinculadas
con inversiones en mercados inmobiliario, financiero, alimentos, agrícola y agroindustrial,
de distribución, servicio al cliente y editorial. De esta forma, los principales grupos de
prensa chilena son parte de grupos empresariales de matriz diversificada, donde los
medios de comunicación cumplen un rol tanto político como económico. Estos grupos han
logrado extender su dominio al mercado de los medios digitales.”
Como se expuso previamente, un modelo democrático representativo requiere de
ciudadanos informados que puedan participar activamente de la política nacional.
Esta afirmación es incompatible con la realidad de la