La presente propuesta establece una reflexión en materia del fortalecimiento de las habilidades y cualidades que poseen los jóvenes para la inserción del mundo laboral. Este proceso tiene una formación actual en establecimientos educacionales por Técnicos profesionales y desde la perspectiva académica profesional Humanista Científica, dejando un espacio en los oficios que requieren capacitaciones y se encargan organismos estatales/municipales. Se propone una revisión y modificar de la actual ley número 19.518 (promulgada en el diario oficial en octubre de 1997), con la finalidad de afianzar lazos entre instituciones SENCE con establecimientos educacionales, formando ciudadanos con aptitudes y capacitados en oficios prestos a trabajos presentes en la sociedad.
El contexto laboral de Chile, es un espacio que demuestra cambios recurrentes y, por lo mismo, es un desafío para expertos y políticos, que buscan a diario soluciones e ideas a implementar, visualizando un futuro que in vita a todos los actores de nuestra sociedad. Bajo el rol de estudiantes y jóvenes de este país, se nos ha mencionado en numerosas ocasiones que somos personas claves para el desarrollo, sujetos de derecho y que la edad no define nuestras aspiraciones. Sin embargo, persisten dificultades en una transición al mundo laboral.
El pase al escenario laboral es visualizada con lejanía, barreras personales y familiares, e incluso temor desde algunos enfoques por estudiantes que cursan cuarto medio, ya que implica asumir un orden diferente en nuestras vidas, una adultez que podemos confrontar con estudios y sus continuidades por instituciones de estudios superiores (como Universidades y centros de formaciones técnicas), dejándonos ver los futuros aportes que seremos para nuestro país.

Reconocido fundamentalmente a partir de la condición de semidependencia que caracteriza la vida de los sujetos, el período juvenil no es autocontenido ni se explica por sí mismo; sociológicamente representa una categoría de edad que define sus límites en relación al conjunto del orden social y de la delimitación histórica de lo que se
entiende por adultez. (Sepúlveda, L. 2013: 13)

Actualmente no todos los estudiantes manifiestan interés para la continuidad de estudios en la educación técnica superior o profesional, respondiendo a diversas variables socioeconómicas del/la joven. Generando un efecto de carencia en herramientas para el futuro laboral que postula dicha persona, y que en la mayoría de los casos se ve obligado a experimentar. Lo que nos lleva a preguntar ¿Cómo podemos fortalecer el perfil del estudiante de enseñanza media para su inserción laboral?

Nuestra propuesta señala que se deben fortalecer las aptitudes y cualidades de los estudiantes que cursan cuarto medio, por medio de jornadas de talleres extraprogramáticos con el establecimiento de cursos gratuitos otorgados por organismos municipales competentes, tales como Conducción de vehículos motorizados livianos (Licencia clase B), Gasfitería, Guardia de seguridad, Carpintería, Cajero y Registro de bodegas, entre otros.
Las aspiraciones laborales se verán acompañadas de un mayor conocimiento en técnicas y manejo de tecnologías por profesionales indicados por cursos de capacitación, y es que nuestros liceos y colegios son espacios que representan mucho más que una entrega de conocimientos curriculares, ya que nos confieren las visiones e intereses para ser ciudadanos.
Se suele olvidar que la escuela no es sólo un lugar donde se aprenden cosas, ciencias, técnicas, etcétera, sino también una institución que otorga títulos, es decir, derechos, y que con ellos confiere aspiraciones. (Bourdieu, 1990:167)

Por su parte, el Estado de Chile, cuenta con principios de capacitaciones y procesos de certificaciones en las competencias laborales, potenciados con la promulgación de la ley 20.267 publicada en el Diario Oficial el 25 de junio del 2008: Uno de los principales avances en este aspecto es la Ley 20.267 que crea el Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, ya que constituye una pieza clave para desarrollar un sistema de formación permanente, debido a que facilitará las articulaciones requeridas para que un trabajador planifique sus caminos formativos y laborales. (SENCE 2009)
Estos caminos formativos han sido operados por oficinas municipales normadas en la ley 19.518 (promulgada en octubre de 1997), ofreciendo una intermediación laboral y con ello, una mayor inserción en las plazas laborales locales de las comunas. No obstante, y desde el mismo SENCE (2009), se establecen diagnósticos que señalan como insuficientes el manejo de programas de empleo y formación.

Por otra parte, nos encontramos con la deserción que toman evidencia en los cursos para adultos. Dentro de las principales causas de deserción según señala SENCE (2014), se encuentran los deberes de familias que poseen los adultos participantes, como también, horarios no compatibles en las actividades que desempeñan, como el cuidado de hijos/as en salas cunas o instancias similares, problemas que por lo demás no suelen tener estudiantes de cuartos medios (en su mayoría, ya que es posible encontrar inconvenientes en menor número).
Nuestra justificación no sólo se basa en falencias diagnosticadas desde el mismo SENCE, y que se encuentran visibles en sus reportes, sino que también podemos señalar que, otorgar la responsabilidad de planes de perfeccionamiento de oficios en establecimientos educacionales, en común alianza con las oficinas municipales competentes, implementará una red de construcción de conocimiento en las cualidades que poseen los estudiantes, las que en muchas ocasiones se invisibiliza por los estándares de estudios superiores.
El aprendizaje en el trabajo recorre caminos muy distintos en los modos de aprender a los sugeridos por la enseñanza impartida. Las escuelas ganarían mucho si consiguieran, a partir de las experiencias de sus alumnos trabajadores, utilizar estrategias de aprendizaje cooperativo que caracterizan la construcción de conocimiento en situaciones laboréales. Eso es un gran desafío, ya que en la tradición escolar predomina la idea de aprender como tarea individual. (Jarbas N. 2016:141)
El uso de este modelo, no implica necesariamente cambiar de gran manera nuestros horarios de enseñanza, sino que implementar talleres a elección de los estudiantes – y previamente sean acordados entre el establecimiento y el organismo estatal correspondiente-, en las jornadas de la tarde instando a nuestras habilidades prácticas.

- Bourdieu, P. (1990). La juventud no es más que una palabra. México: Grijalbo/CNCA.

- Jarbas, N. (2016). Trabajo, conocimiento y formación profesional. Montevideo: OIT/Cintefor.

- Rodríguez, E (2004). Políticas y estrategias de inserción laboral y empresarial de jóvenes en América Latina: el desafío de la empleabilidad. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Vol 2, (1), 49-83.

- SENCE (2009). La capacitación y formación para el empleo en Chile: Desafíos y tareas pendientes. Sub Unidad de Estudios de SENCE. Recuperado de https://www.sence.cl

- SENCE (2014). Principales razones de la deserción de alumnos del programa Formación para el Trabajo2013. Sub Unidad de Estudios de SENCE. Recuperado de https://www.sence.cl
- Sepúlveda, L. (2013). Juventud como transición: elementos conceptuales y perspectivas de investigación en el tiempo actual. Ultima Década, 39, 11-39.