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Historia de la Ley

Historia de la Ley

Nº 20.264

Modifica la denominación del Estadio Nacional por Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos.

Téngase presente

Esta Historia de Ley ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional a partir de la información disponible en sus archivos.

Se han incluido los distintos documentos de la tramitación legislativa, ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de formación de la ley.

Se han omitido documentos de mera o simple tramitación, que no proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley.

Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se incorpora un índice.

Al final del archivo se incorpora el texto de la norma aprobado conforme a la tramitación incluida en esta historia de ley.

1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados

1.1. Mensaje

Fecha 04 de enero, 2008. Mensaje en Sesión 124. Legislatura 355.

La Sala acuerda refundir los boletines 5695-06 y 5689-06 en este trámite constitucional.

MENSAJE DE S.E. LA PRESIDENTA DE LA REPUBLICA CON EL QUE INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA DENOMINACIÓN DEL ESTADIO NACIONAL POR ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRADANOS.

SANTIAGO, enero 04 de 2008.

MENSAJE Nº 1304-355/

A S.E. EL PRESIDENTE DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS.

_____________________________

Honorable Cámara de Diputados:

Vengo en someter a vuestra consideración un proyecto de ley, que tiene por objeto cambiar la actual denominación del Estadio Nacional por el nombre del destacado periodista deportivo don Julio Martínez Pradanos.

I. EL ESTADIO NACIONAL.

El recinto del Estadio Nacional fue inaugurado el 03 de diciembre de 1938, y constituye el más importante parque deportivo abierto a la comunidad de nuestro país. Su misión es ofrecer espacios y servicios de excelencia con el fin de realizar eventos deportivos, recreativos y culturales, contribuyendo al desarrollo del deporte chileno y a una mejor calidad de vida de las personas.

Dicho recinto ha albergado importantes eventos, siendo protagonista de hechos que han marcado la historia de Chile. En este sentido, fue sede del recordado mundial de fútbol de 1962, en que nuestro país obtuvo un importante tercer lugar. Por otra parte, constituyó uno de los mayores centros de detención tras el golpe militar del año 1973, llegando a albergar a más de 40 mil prisioneros.

El Estadio Nacional reconoce sus orígenes legales en la ley N° 5.799, de 1936, mediante la cual se destinaron fondos para la construcción de dicho recinto, autorizándose al Presidente de la República para invertir dineros en los trabajos de construcción.

Fue este cuerpo legal, el que le otorgó al principal coliseo del país, el nombre de Estadio Nacional. Luego, otros textos legales han reconocido dicho nombre, como la ley N° 17.276, entre otros. Por lo tanto, el cambio de denominación de este recinto, requiere ser aprobado por ley.

II. JULIO MARTÍNEZ PRADANOS.

Profundamente ligada a la historia de dicho recinto, se encuentra la figura del fallecido y destacado comentarista deportivo Julio Martínez Pradanos, quien fue testigo privilegiado de importantes momentos deportivos, entre los que destaca su virtuoso relato del gol con que Chile alcanzó el preciado tercer lugar en la cita futbolística del año 1962.

Julio Martínez, nació en Temuco el 23 de junio de 1923. Sus estudios los cursó en el Colegio San Pedro Nolasco, en Santiago.

En 1945, debutó en la radio, específicamente, en radio Prat, de la mano del programa Clínica Deportiva. Posteriormente, en abril de 1967 se inició como comentarista deportivo de Canal 13, participando, además, en los programas “A esta hora se improvisa” y "Almorzando en el Trece".

Del mismo modo, trabajó en la revista Estadio, en el diario Las Últimas Noticias y en La Hora.

En 1988, fruto de su larga trayectoria profesional, obtuvo el Premio Academia Chilena de la Lengua, por su correcto uso del idioma. Y, en forma unánime, el Premio Nacional de Periodismo, en el año 1995.

Julio Martínez, fue un hombre de enorme conciencia social. Por eso, su vocación trascendió al deporte, abordando con sus comentarios diversos ámbitos de la vida nacional. Además, fue un personaje transversal, que generó unidad entre los chilenos.

Por esto, su fallecimiento ha causado gran conmoción en toda nuestra sociedad, reuniéndose en torno a su figura distintos estamentos de la vida nacional, sin distinción de colores políticos o creencias de ningún tipo.

III. FUNDAMENTOS.

Considerando la gran calidad humana de Julio Martínez Pradanos, su enorme aporte al deporte, al periodismo y a la vida nacional, que encarna un mensaje de unidad, el presente proyecto de ley propone el cambio de nombre del Estadio Nacional por el de “Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos”, a fin de rendirle un homenaje, perpetuar su memoria y constituirlo en un símbolo permanente de la unidad de los chilenos.

IV. CONTENIDO DEL PROYECTO.

El proyecto de ley que someto a vuestra consideración consta de un artículo único, mediante el cual se modifica el nombre del principal recinto deportivo de nuestro país, de Estadio Nacional a Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos.

Se deja constancia que el presente proyecto de ley recoge una iniciativa de los diputados Ramón Barros, Manuel Rojas, Gastón Von Mulhenbrock, Juan Lobos, Marisol Turres, René Alinco, Iván Norambuena, Alejandra Sepúlveda, Ximena Vidal y Tucapel Jiménez.

En consecuencia, tengo el honor de someter a vuestra consideración, el siguiente

PROYECTO DE LEY:

"Artículo Único.- A contar de la publicación de la presente ley el “Estadio Nacional” pasará a denominarse “Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos”.

Para los efectos anteriores, reemplázase en todos los cuerpos legales que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por “Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos”.”.

Dios guarde a V.E.,

MICHELLE BACHELET JERIA

Presidenta de la República

FRANCISCO VIDAL SALINAS

Ministro Secretario General de Gobierno

1.2. Moción Parlamentaria

Fecha 08 de enero, 2008. Moción Parlamentaria en Sesión 124. Legislatura 355.

Moción refundida de los diputados, señores René Alinco Bustos , Ramón Barros Montero , Tucapel Jiménez Fuentes , Juan Lobos Krause , Iván Norambuena Farías , Manuel Rojas Molina , Gastón Von Mühlenbrock Zamora y las señoras Alejandra Sepúlveda Orbenes , Marisol Turres Figueroa y Ximena Valcarce Becerra.

Denomina al Estadio Nacional de Santiago de Chile, Estadio Julio Martínez Pradanos

Boletín N° 5689-06

Considerando:

Que, Julio Martínez Pradanos fue un periodista reconocido por su trayectoria en los medios de comunicación, de tal manera que su partida deja un hondo pesar en todos y cada una de las personas que de alguna manera, ya sea directa o indirectamente, se encuentran liadas al periodismo deportivo.

Junto con lo anterior, su especial manera de desarrollar el periodismo lo llevó no sólo a ser un referente en la profesión que desempeñó con tanta pasión, sino que también, fue un líder respetado por sus certeros comentarios y convicciones personales las que transmitió a muchas generaciones de chilenos. Dicha actitud ante la vida lo llevó a ser homenajeado en diversas etapas de su carrera profesional siendo, quizás la más importante, cuando obtuvo el premio nacional de periodismo en el año 1995.

Sin embargo no hay que olvidar que "JM" también fue distinguido con el Premio Nacional de la Historia del Fútbol; el Premio Amador Yarur del Club Palestino como el mejor periodista del Siglo XX; El Premio otorgado por ANATEL como la mejor figura televisiva en el año 2003.

Fueron innumerables los premios otorgados a este preclaro hombre de nuestra sociedad. Él marco un antes y un después en el periodismo nacional, es calificado por todos como el "El Maestro" pero en nuestro concepto no solo era un icono de las comunicaciones, "JM" era en barómetro de la sociedad chilena, su opinión cuerda y sensata en todas sus opiniones y columnas hacían repensar a miles de chilenos que lo admiran y lo admiraran por siempre.

Este proyecto de Ley tendrá la virtud, de ser un modesto homenaje a un CHILENO de tomo a lomo, pero que refleja el sentir de todo un país que ve con tristeza que una parte de su historia se ha ido físicamente, pero también verá con alegría que el legado de un hombre sencillo y común pero con una inteligencia intelectual y emocional que dejará un legado al muchos líderes de opinión de los tiempos actuales deberían seguida fin de construir una país más justo y solidario.

Pues bien, con el fallecimiento de don Julio Martínez Pradanos muere parte importante del periodismo deportivo nacional, y como gratitud a toda esa experiencia y emoción entregada en diversos ámbitos de la vida nacional es que se propone la presente moción con el único sentido de que su recuerdo y memoria se encuentre vigente siempre en el sentir colectivo de los chilenos amantes del deporte.

Qué más importante y significativo que el principal recinto deportivo de nuestro país lleve el nombre del principal y más importante periodista deportivo que ha tenido Chile, con lo anterior de alguna manera se gratifica y se agradece toda la labor, que a lo largo de su vida profesional, don Julio Martínez Pradanos ha brindado a todos los chilenos.

En consecuencia, y con ocasión del sensible fallecimiento del premio nacional de periodismo Julio Martínez Pradanos, y en virtud de su larga trayectoria en prensa, radio y televisión, más de 60 años trabajando en estos medios, es que se somete el presente proyecto de ley a la H. Cámara de Diputados a objeto de que se conozca y reconozca el nombre del principal recinto deportivo de nuestro país con aquel de uno de tos más importantes periodistas deportivos de Chile.

PROYECTO DE LEY:

Modifícase el nombre del Estadio Nacional de Santiago por el de Julio Martínez Pradanos

Artículo Único: Denomínese al Estadio Nacional de Santiago de Chile, Estadio Julio Martínez Pradanos.

1.3. Informe de Comisión de Gobierno

Cámara de Diputados. Fecha 08 de enero, 2008. Informe de Comisión de Gobierno en Sesión 126. Legislatura 355.

?INFORME DE LA COMISIÓN DE GOBIERNO INTERIOR, REGIONALIZACIÓN, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO SOCIAL, RECAÍDO EN EL PROYECTO DE LEY QUE CAMBIA LA DENOMINACIÓN DEL ESTADIO NACIONAL POR ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRADANOS.

BOLETINES Nºs. 5695-06-1 y 5689-06-1

___________________________________________________________________

HONORABLE CÁMARA:

La Comisión de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo Social pasa a informar el proyecto de ley referido en el epígrafe, de origen en mensaje, en primer trámite constitucional, y para cuyo despacho el Ejecutivo hizo presente la urgencia, con carácter de “discusión inmediata”, el día 8 de enero.

Cabe destacar que a esta Comisión ingresó con igual fecha otro proyecto de ley (boletín N°5689-06), de análogo alcance, de origen en una moción suscrita por las señoras Sepúlveda (doña Alejandra), Turres (doña Marisol) y Valcarce (doña Ximena), y por los señores Alinco, Barros, Jiménez, Lobos, Norambuena, Rojas y Von Mühlenbrock.

En virtud de un acuerdo de la Comisión, ambos proyectos fueron tratados en forma conjunta, tomando como texto base aquél contenido en el mensaje.

I.- CONSTANCIAS REGLAMENTARIAS.

En forma previa se hace constar, en lo sustancial, lo siguiente:

a) La idea matriz es cambiar el nombre del Estadio Nacional, ubicado en Santiago, por el de Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos.

b) El artículo único es de quórum simple.

c) No requiere ser conocido por la Comisión de Hacienda.

d) Fue aprobado, en general, por unanimidad, con los votos de los señores Becker, don Germán; De Urresti, don Alfonso; Duarte, don Gonzalo; Egaña, don Andrés; Ojeda, don Sergio; señora Pascal, doña Denise; señora Tohá, doña Carolina; Valenzuela, don Esteban; y Ward, don Felipe.

e) Se designó Diputado Informante al señor OJEDA, don Sergio.

II.- ANTECEDENTES.

A) El Mensaje.

Éste recuerda que el recinto del Estadio Nacional fue inaugurado el 3 de diciembre de 1938 y, desde entonces, constituye el más importante parque deportivo abierto a la comunidad de nuestro país. En él se realizan permanentemente eventos deportivos, recreativos y culturales, contribuyendo al desarrollo del deporte chileno y a una mejor calidad de vida de las personas.

Agrega que el Estadio Nacional ha sido sede de justas deportivas que han marcado la historia del país, como fue, por ejemplo, la realización del Mundial de Fútbol de 1962, en el que Chile obtuvo un importante tercer lugar. Por otra parte, también fue uno de los mayores centros de detención tras el golpe militar del año 1973, llegando a albergar a más de 40 mil prisioneros.

El Estadio Nacional reconoce sus orígenes en la ley N° 5.799, de 1936, mediante la cual se destinaron fondos para la construcción de dicho recinto, autorizándose al Presidente de la República para invertir dineros en los trabajos efectuados para tal objeto.

Fue ese mismo texto legal el que le otorgó al principal coliseo del país el nombre de Estadio Nacional, denominación que fue reconocida por diversos textos legales, entre ellos la ley N° 17.276.

A continuación, el mensaje se explaya sobre la figura y trayectoria del recientemente fallecido comentarista deportivo Julio Martínez Pradanos, quien fue testigo privilegiado de importantes momentos deportivos que tuvieron lugar en el Estadio Nacional, como por ejemplo el citado Campeonato Mundial de Fútbol.

Don Julio Martínez nació en Temuco en 1923. Tras cursar sus estudios en el Colegio San Pedro Nolasco, de Santiago, en 1945 debutó en la radio Prat en el programa Clínica Deportiva. Posteriormente, en abril de 1967 se inició como comentarista deportivo de Canal 13, participando, además, en los recordados programas “A esta hora se improvisa” y "Almorzando en el Trece". Del mismo modo, trabajó en la revista Estadio, en el diario Las Últimas Noticias y en La Hora.

En 1988, fruto de su larga trayectoria profesional, obtuvo el Premio Academia Chilena de la Lengua, por su correcto uso del idioma. Dicho galardón fue seguido en 1995 por el Premio Nacional de Periodismo, que le fue conferido unánimemente por el jurado.

El mensaje resalta, por otro lado, la enorme vocación social de don Julio Martínez, lo que lo llevó a abordar en sus comentarios diversas facetas de la vida nacional. Siempre fue una persona que concitó una amplia adhesión de todos los sectores, llegando a constituir un símbolo de unidad de los chilenos. Ello explica que su deceso, acaecido a principios de enero de 2008, haya provocado gran conmoción en la sociedad, reuniéndose en torno a su figura distintos estamentos, sin distinción de colores políticos o creencias de ningún tipo.

A la luz de lo expuesto, y considerando la gran calidad humana de don Julio Martínez Pradanos, su significativa contribución tanto al deporte como al periodismo y a la vida nacional, resulta justo rendirle un homenaje para perpetuar su memoria y subrayar su legado como factor de cohesión.

Por último, el mensaje señala que el presente proyecto recoge una iniciativa análoga presentada por varios señores parlamentarios, según queda consignado más arriba en este informe.

B) Normativa relacionada con el proyecto.

Resulta aplicable en la especie el artículo 63 N°5 de la Carta Fundamental, en la medida que el proyecto viene a rendir un indiscutido homenaje póstumo al señalado comunicador social.

III.- IDEA MATRIZ.

La idea matriz de la iniciativa legal es cambiar la denominación del Estadio Nacional por el de Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos.

IV.- DISCUSIÓN Y VOTACIÓN DEL PROYECTO.

A) En general.

Durante la discusión en general de la iniciativa legal en informe, los integrantes de la Comisión coincidieron en destacar las grandes cualidades profesionales y humanas de don Julio Martínez Pradanos, a quien con justo merecimiento el presente proyecto rinde un homenaje por su valiosa trayectoria en el periodismo deportivo y, en una perspectiva más amplia, por encarnar valores muy preciados del alma patria, que lo convirtieron en una de las personalidades más destacadas de la vida nacional.

Puesta en votación la idea de legislar, fue aprobada por unanimidad, según se señala en el capítulo de las constancias reglamentarias.

B) En Particular.

Por idéntica votación fue aprobado el artículo único de la iniciativa.

C) Artículos e indicaciones rechazados.

No hay.

D) Artículos e indicaciones declarados inadmisibles.

Tampoco hay normas que se encuentren en esta situación.

Concluida la discusión y votación particular, la Comisión somete a la consideración de la H. Cámara el siguiente

PROYECTO DE LEY

"Artículo Único.- Denomínese Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos” al actual Estado Nacional.

Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por “Estadio Nacional Julio Martínez Pradanos.”.

*************

Tratado y acordado, según consta en el acta correspondiente a la sesión del 8 de enero de 2008, con la asistencia de los señores Duarte, don Gonzalo (Presidente); Bauer, don Eugenio; Becker, don Germán; De Urresti, don Alfonso; Egaña, don Andrés; Ojeda, don Sergio; señora Pascal, doña Denise; señora Tohá, doña Carolina; Valenzuela, don Esteban; y Ward, don Felipe.

Sala de la Comisión, a 8 de enero de 2008.

SERGIO MALAGAMBA STIGLICH

Abogado Secretario de la Comisión

1.4. Discusión en Sala

Fecha 10 de enero, 2008. Diario de Sesión en Sesión 129. Legislatura 355. Discusión General. Se aprueba en general y particular.

CAMBIO DEL NOMBRE DEL ESTADIO NACIONAL. Primer trámite constitucional.

El señor WALKER ( Presidente ).-

Corresponde tratar los proyectos de ley, refundidos, calificados con urgencia de “discusión inmediata” que cambian la denominación del Estadio Nacional por Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

Diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo Social es el señor Sergio Ojeda.

Antecedentes:

-Mensaje, boletín Nº 5689-06, (refundido), sesión 124ª, en 8 de enero de 2008. Documentos de la Cuenta Nº 13.

-Primer Informe de la Comisión de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo, sesión 126ª, en 9 de enero de 2008. Documentos de la Cuenta Nº 2.

El señor WALKER ( Presidente ).-

Hago presente a la Sala que, por tratarse de un proyecto de Fácil Despacho, contamos con 30 minutos para su discusión, pero con el objeto de que intervengan más señores diputados, se ha acordado que cada uno haga uso de la palabra hasta por cinco minutos.

Tiene la palabra el diputado don Sergio Ojeda.

El señor OJEDA .-

Señor Presidente , en nombre de la Comisión de Gobierno Interior, Regionalización, Planificación y Desarrollo Social, paso a informar sobre el proyecto de ley que cambia la denominación del Estadio Nacional por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”. El proyecto tuvo su origen en un mensaje. No obstante, con igual fecha ingresó a esta Comisión otro proyecto de ley, de similares alcances, de origen en una moción suscrita por las diputadas señoras Sepúlveda , doña Alejandra ; Turres , doña Marisol ; y Valcarce , doña Ximena , y por los señores Alinco , Barros , Jiménez , Lobos , Norambuena , Rojas y Von Mühlenbrock .

En virtud de un acuerdo de la Comisión, ambos proyectos fueron tratados en forma conjunta, tomando como texto base el contenido en el mensaje.

La idea matriz es cambiar el nombre del Estadio Nacional, ubicado en Santiago, por el de “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

El artículo único del proyecto es de quórum simple y no requiere ser conocido por la Comisión de Hacienda.

En los antecedentes se recuerda que el recinto del Estadio Nacional fue inaugurado el 3 de diciembre de 1938. Desde entonces, constituye el más importante parque deportivo abierto a la comunidad de nuestro país. En él se realizan permanentemente eventos deportivos, recreativos y culturales, contribuyendo al desarrollo del deporte chileno y a una mejor calidad de vida de las personas.

Ha sido sede de justas deportivas que han marcado la historia del país, como la realización del Mundial de Fútbol de 1962, en el que Chile obtuvo un importante tercer lugar. Por otra parte, también fue uno de los mayores centros de detención tras el golpe militar de 1973, llegando a albergar a más de cuarenta mil prisioneros.

Reconoce sus orígenes en la ley Nº 5.799, de 1936, mediante la cual se destinaron fondos para la construcción de dicho recinto, autorizándose al Presidente de la República para invertir dineros en los trabajos efectuados para tal objeto.

La denominación de Estadio Nacional fue reconocida por diversos textos legales, entre ellos, la ley Nº 17.276.

Don Julio Martínez nació en Temuco, en 1923. Tras cursar sus estudios en el colegio San Pedro Nolasco , de Santiago, en 1945 debutó en la radio Prat , en el programa “Clínica Deportiva”. Posteriormente, en abril de 1967, se inició como comentarista deportivo de Canal 13, participando, además, en los programas “A esta Hora se Improvisa” y “Almorzando en el Trece”. También trabajó en la revista “Estadio”, y en los diarios “Las Últimas Noticias” y “La Hora”.

En 1988, fruto de su larga trayectoria profesional, obtuvo el Premio Academia Chilena de la Lengua, por su correcto uso del idioma. En 1995, recibió el Premio Nacional de Periodismo, que le fue conferido en forma unánime por el jurado.

El mensaje resalta en la enorme vocación social de don Julio Martínez, lo que lo llevó a abordar en sus comentarios diversas facetas de la vida nacional. Fue una persona que concitó una amplia adhesión de todos los sectores, llegando a constituir un símbolo de unidad de los chilenos. Ello explica que su deceso, ocurrido a principios de enero de 2008, haya provocado gran conmoción en la sociedad, reuniéndose en torno a su figura distintos estamentos, sin distinción de colores políticos o creencias de ningún tipo.

Cabe destacar que también recibió el Premio Nacional de la Historia del Fútbol; el Premio Amador Yarur , del club deportivo Palestino, como el mejor deportista del siglo XX; el Premio Anatel , como la mejor figura televisiva de 2003, y la Medalla de Oro, otorgada por el Senado de la República.

A la luz de lo expuesto y considerando la gran calidad humana de don Julio Martínez Prádanos , su significativa contribución tanto al deporte como al periodismo y a la vida nacional, resulta justo rendirle un homenaje para perpetuar su memoria y subrayar su legado como factor de cohesión.

Como fundamento legal de estas normativas se hace valer el Nº 5 del artículo 63 de la Constitución, que regula los honores públicos a los grandes servidores.

El proyecto viene a rendir un indiscutido homenaje póstumo al señalado comunicador social, al cambiar la denominación del Estadio Nacional.

Durante la discusión en general, los integrantes de la Comisión coincidieron en destacar las grandes cualidades profesionales y humanas de don Julio Martínez Prádanos , a quien con justo merecimiento, el presente proyecto rinde un homenaje por su valiosa trayectoria en el periodismo deportivo y, en una perspectiva más amplia, por encarnar valores muy preciados del alma patria, que lo convirtieron en una de las personalidades más destacadas de la vida nacional.

Puesta en votación la idea de legislar, fue aprobada por unanimidad.

Durante la discusión en particular, el artículo único fue aprobado por idéntica votación.

El proyecto fue tratado y acordado, según consta en el acta correspondiente a la sesión del 8 de enero de 2008, con la asistencia de los señores Duarte, don Gonzalo , Presidente ; Bauer, don Eugenio ; Becker, don Germán ; De Urresti, don Alfonso ; Egaña, don Andrés ; Ojeda, don Sergio ; señoras Pascal, doña Denise ; y Tohá, doña Carolina ; señores Valenzuela, don Esteban ; y Ward, don Felipe .

En consideración a lo expuesto, la Comisión dio su aprobación al artículo único del proyecto, que establece:

“Artículo Único.- Denomínese Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos al actual Estadio Nacional”.

Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que corresponden, la expresión Estadio Nacional por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

En discusión.

Tiene la palabra el diputado señor Gastón Von Mühlenbrock.

El señor VON MÜHLENBROCK.-

Señor Presidente , estimados colegas, éste es un día muy especial porque hace precisamente una semana, el jueves pasado, los diputados Ramón Barros , Manuel Rojas, Juan Lobos , Iván Norambuena , las diputadas Marisol Turres , Ximena Valcarce , Alejandra Sepúlveda y los diputados Tucapel Jiménez y René Alinco me acompañaron en la presentación de este proyecto de ley, que tiene por objeto rendir un gran homenaje a Julio Martínez .

También agradezco a su excelencia la Presidenta de la República , señora Michelle Bachelet , que se haya sumado al proyecto y lo haya calificado de discusión inmediata. Todo esto prueba la unidad que generaba su persona. Por eso, a sólo 72 horas de haberse dado cuenta de la moción, hoy la estamos discutiendo y votando, a pocos días de haber fallecido don Julio Martínez Prádanos .

Es necesario que los chilenos comencemos a reivindicar a las grandes figuras del país; en este caso, a Julio Martínez. La idea es superar obstáculos y lograr que el Estadio Nacional lleve el nombre de Julio Martínez Prádanos, de manera que cuando nuestros jóvenes, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos concurran al Estadio Nacional pregunten por qué lleva su nombre. De esa forma, seguirá viva la leyenda de ese gran maestro de las comunicaciones.

Julio Martínez fue hijo del rigor, pero a pesar de ello, con esfuerzo, dedicación y brillantez, llegó a la cima, ganando todos los premios. Creo que la mejor señal que podemos dar es que hoy, cuando el dolor embarga no sólo a su familia, sino a todo el país, la Cámara de Diputados apruebe este proyecto que le hace un reconocimiento, y la mejor manera de hacerlo es que un símbolo deportivo del país, el Estadio Nacional, lleve su nombre.

Las palabras sobran en la discusión de esta iniciativa legal, porque la figura de Julio Martínez Prádanos hace evocar nobles conceptos a todos los que estamos aquí. En efecto, en el momento en que la sociedad chilena tomó conocimiento del fallecimiento de don Julio, se produjo el sentimiento de una pérdida irreparable. Y ello quedó demostrado con el gran afecto y aprecio que le prodigaron a su familia, desde las más altas autoridades del país hasta el más humilde de los trabajadores chilenos.

Chile perdió no sólo a un Premio Nacional de Periodismo , al principal periodista deportivo; perdió a un ícono de la clase media, a un ser humano, a un buen hombre respetado por todos, que unía a la gente y que nos acompañaba día a día.

Estoy muy contento de que la Presidenta Bachelet haya acogido la moción que presentamos los parlamentarios de distintas bancadas ya aludidos, para que el Estadio Nacional lleve el nombre de este hombre notable. Es un reconocimiento muy sencillo, pero creo que con ello damos una señal potente a todos los chilenos, de Arica a la Antártica, en cuanto a que don Julio representó el camino de vida correcto, el camino del diálogo, de la ponderación, de la ecuanimidad, de la justicia terrenal y de la justicia divina.

Por eso, le solicitamos a la Sala que apruebe en forma unánime esta iniciativa legal, porque así haremos justicia divina a don Julio Martínez .

He dicho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

Tiene la palabra el honorable diputado Ramón Farías .

El señor FARÍAS .-

Señor Presidente , voy a disentir del resultado de la votación registrada en la Comisión de Gobierno Interior, de la cual soy uno de sus integrantes. Desgraciadamente, no estuve presente en la sesión de ayer y, por lo tanto, no pude hacer valer mi punto de vista sobre la materia.

No estoy de acuerdo con la denominación que se le quiere dar al Estadio Nacional. Quiero ser muy claro: sentí gran respeto por don Julio Martínez ; lo conocí y conversé con él en los pasillos de Canal 13, donde trabajé durante muchos años. Se ha notado mucho el respeto que la gente sentía por él, y si pudiéramos establecer un sello para don Julio Martínez , sería el del hombre bueno, un hombre de consenso que, cuando hablaba, nos conquistaba y nos hechizaba con sus palabras. Los homenajes que hemos escuchado estos días confirman lo que estoy planteando.

Pero también tenemos que ser justos y claros respecto de lo que significan y cuáles son los símbolos que estamos intentando establecer dentro de nuestra sociedad. El Estadio Nacional tiene una connotación deportiva, pero también tiene otra muy negativa, que dice relación con torturas, detenidos desaparecidos e injusticias cometidas durante una etapa muy oscura de nuestro país.

Considero que concordar una denominación para el Estadio Nacional requeriría una discusión mucho más amplia. Tal vez, se le podría poner el nombre de Salvador Allende o de algún detenido desaparecido; pero tendríamos que llevar a cabo una discusión mucho más profunda sobre la materia.

Por otro lado, el equipo de corazón de Julio Martínez era Unión Española, institución deportiva que es dueña del Estadio Santa Laura. Pues bien, sus dirigentes han anunciado que le van a poner el nombre de Julio Martínez. Entonces, si ese estadio va a llevar su nombre, me parece un poco exagerado y redundante que dos estadios de Santiago tengan la misma denominación.

Estas reflexiones no son sólo mías. He recibido algunos mails al respecto. Aquí tengo uno que es verdadero, no como el que leyó hace algunos días un diputado de Oposición -no lo voy a nombrar-, que dijo que había recibido un mail que, al final, resultó ser falso. El correo que he recibido está firmado por Eloy Martínez , y me hizo reflexionar. Él habla, precisamente, del hombre bueno y de las cosas negativas del Estadio Nacional. Me da algunas ideas que, tal vez, podrían ser acogidas por la ANFP. Por ejemplo, ¿por qué no llamar Copa Julio Martínez a la que se disputa semestralmente? De esa forma, lo recordaríamos todo el tiempo, estaría presente en cada uno de los equipos de fútbol a los cuales alentó, criticó y alabó. Sería el mejor reconocimiento a su persona, sería algo real que trascendería por muchos y muchos años. También podríamos denominar con su nombre a la copa del campeonato de apertura o de clausura. Ésta no es idea mía, la he recibido por correos electrónicos dirigidos no sólo a mí, sino que también varios de mis colegas.

Por las razones expuestas, no estoy de acuerdo con el proyecto y lo votaré en contra. Todo mi reconocimiento para don Julio Martínez: el estadio Santa Laura llevará su nombre, porque la colonia española y el club Unión Española así lo quieren. Por lo tanto, el reconocimiento a don Julio estará en el equipo que él siempre quiso y que llevó en su corazón.

Una buena propuesta, reitero, sería que las copas de apertura o de clausura de los campeonatos de fútbol de nuestro país llevaran el nombre de Julio Martínez. De esa manera, vamos a trascender en el tiempo y no vamos a generar una discusión ni a ponerle nombre al Estadio Nacional, porque ese recinto tiene otras connotaciones que debiéramos discutir en profundidad, para que no necesariamente don Julio Martínez, que en paz descanse, lleve esa carga sobre sus hombros.

He dicho.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Gonzalo Duarte.

El señor DUARTE.-

Señor Presidente , tuve el honor de presidir la Comisión de Gobierno Interior, donde, por unanimidad, se acordó respaldar el proyecto. Parte de nuestro debate se reproduce en lo que se está sucediendo en la Sala.

Siempre es posible pensar más de un nombre para alguna cosa, con mayor razón para el Estadio Nacional. Se barajaron muchos nombres, por ejemplo, alguien dijo: Por qué no ponerle Estadio Víctor Jara , Gabriela Mistral al Edificio Diego Portales . En fin, se produjo mucha controversia.

Pero la reflexión que hice en la Comisión y que hoy reitero, es que si algo caracterizó a Julio Martínez fue ser un símbolo de unidad para nuestro país. Alguien dijo en un tono irónico: el día que muera Mario Kreutzberger, don Francisco , le cambiamos el nombre a la República de Chile.

No es así. Lo que intentamos hacer es emblematizar, a través de ciertos elementos, en este caso físicos, un anhelo de unidad nacional.

Este proyecto logra poner de acuerdo a la UDI -a través de la iniciativa parlamentaria- con Francisco Vidal . Al respecto, lo que sucedió ayer en la Sala con la interpelación me produjo vergüenza, no dignificó a nadie.

Sin embargo, ayer también, cuando se discutió este proyecto, logré ver de acuerdo al ministro secretario general de Gobierno con los parlamentarios de Oposición y de Gobierno, desde nuestro amigo y colega René Alinco , de quien nadie puede pensar que sea muy derechista, hasta Gastón Von Mühlenbrock , de quien tampoco nadie puede pensar que es muy izquierdista. Pero ayer ambos firmaron el mismo proyecto.

Creo que René Alinco y Tucapel Jiménez , quienes suscribieron el proyecto original, se han caracterizado en su comportamiento histórico por una defensa irrestricta de los derechos humanos y por una visión progresista de la realidad. Y quiero decir, con mucha franqueza, que Gastón Von Mühlenbrock , hasta donde lo conozco, ha sido bastante consecuente con su pensamiento de Derecha. Sin embargo, logran encontrar un punto de unión en torno a un gesto de homenaje a un ciudadano de la República, de quien todos creemos -al menos así ocurrió en la Comisión- que representó efectivamente lo que el chileno común y corriente desea para nuestro país: unidad, diálogo, tolerancia. En el fondo, un símbolo de humanidad y de generosidad.

En ese sentido, quiero pedir que hagamos un esfuerzo para disminuir los disensos y fortalecer e impulsar la búsqueda de acuerdos.

Anuncio que, como es obvio, respaldaré con mi voto este proyecto.

He dicho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

Tiene la palabra la diputada señora Ximena Valcarce.

La señora VALCARCE (doña Ximena).-

Señor Presidente , por su intermedio, agradezco al diputado Gastón Von Mühlenbrock haberme permitido suscribir la iniciativa en debate.

Represento a Arica y Parinacota. Para Arica, Julio Martínez significa mucho. Fue justamente en el Estadio Carlos Dittborn donde nació su famosa frase “justicia divina”. Para los ariqueños, al igual que para muchos chilenos, la figura de Julio Martínez no sólo se ve reflejada en el deporte, sino que también es un símbolo de unión, de relevar cosas y valores patrios que algunos comentaristas que figuran en la televisión y en otros medios de comunicación tienen muy olvidados.

A nadie se le puede olvidar que Julio Martínez se emocionaba cada vez que la gente de Arica entonaba el himno de Arica con una pasión que todavía perdura. Siempre nos enorgulleció escucharlo hablar de eso.

Me pregunto, si Julio Martínez tuviera la oportunidad de saber que al Estadio Nacional se le va a poner su nombre, dada la humildad que lo caracterizaba, ¿se sentiría tan halagado como nosotros pensamos?

Él fue, es y será un símbolo de unidad nacional, y la generación que yo represento -nací en 1973- quiere avanzar hacia eso, para que las futuras generaciones no olviden a los grandes hombres que han formado parte de nuestra patria en distintas oportunidades, como Julio Martínez, que era fanático de la Unión Española, pero nadie puede decir que no fue fanático de la selección chilena de fútbol, y es en el Estadio Nacional donde la selección juega de local.

El proyecto constituye un reconocimiento de todos los sectores políticos y, sin duda, de todo Chile. Por eso, tenemos que apoyarlo y sentirnos orgullosos de que cada vez que la selección chilena juegue en el Estadio Nacional, se diga: el Estadio Nacional Julio Martínez, y con eso demos al mundo una señal de aprecio hacia un hombre que entregó no sólo al deporte del balonpié, sino a todos los deportes, lo mejor de sí, que era su corazón.

Quizás tiene razón el diputado Gonzalo Duarte al decir que surgen muchos nombres para el Estadio Nacional. Podemos tener 120 opiniones distintas, pero muchos estudiamos periodismo con el ejemplo de Julio Martínez, que con sus 60 años de trayectoria ha inspirado a muchos grandes deportistas.

Uno de mis profesores, Enrique Ramírez Capello, lo definió como el Lucho Gatica de las canchas; el paisajista de La Serena, el penúltimo copihue de Temuco y el preservador de Arica.

Sin duda Julio Martínez , para los chilenos, significa mucho más que el Estadio Nacional.

El diputado Ramón Farías puede presentar una moción para que las copas de apertura y de clausura del campeonato de fútbol tengan el nombre de Julio Martínez. Si lo que abunda no daña.

Creo que este gran comunicador estaría muy honrado con cualquier reconocimiento. En respuesta a ello, seguiría trabajando en lo que mejor supo hacer: engrandecer el periodismo deportivo del país y, sobre todo, la unión de todos los chilenos desde Arica hasta la Antártica, de mar a cordillera. Eso ayudará a los fanáticos del fútbol a fomentar su admiración hacia él.

Anuncio mi voto favorable al proyecto, porque es de justicia divina hacia un hombre que dio todo en el ámbito del periodismo, en particular del deportivo.

He dicho.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Tiene la palabra la diputada señora Denise Pascal.

La señora PASCAL (doña Denise).-

Señor Presidente , creo que nadie conoce en profundidad la gran persona que fue Julio Martínez . Muchos crecimos escuchando su voz a través de los medios, con los comentarios deportivos. No cabe duda de que fue un gran comentarista y es una imagen del periodismo.

Aclaro que apoyé este proyecto en la Comisión -me lo pidieron, para que fuese aprobado por unanimidad- con grandes dudas e inquietudes, y aún persisten algunas.

No sé si Julio Martínez querría que el Estadio Nacional llevara su nombre. A lo mejor, habría preferido el Estadio Santa Laura, donde nació su amor por el Club Unión Española, que lo acompañó de por vida.

Se ha dicho que es un factor de unidad entre los chilenos y nos refugiamos en su persona para lograr ese fin, pero no puedo olvidar que cuando se trató una iniciativa para cambiar el nombre del aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez por el del poeta Pablo Neruda , período en el que todavía no era diputada, algunos parlamentarios de la Alianza por Chile votaron en contra, se opusieron a colocarle el nombre de una persona reconocida mundialmente, que obtuvo el Premio Nobel. Con su nombre, el aeropuerto podría haber sido la puerta de entrada a la cultura y al desarrollo, pero no dieron la unanimidad que hoy se nos solicita para aprobar este proyecto.

Espero que cuando ingrese de nuevo una iniciativa para cambiar el nombre del aeropuerto internacional, se reconozca ese gesto y nos apoyen en ese sentido, pues ese aeropuerto abre las puertas a nuestro país y a su cultura.

Sin duda, el Estadio Nacional nos recuerda muchas cosas, nos lleva a momentos muy tristes y dolorosos que vivimos muchos de nosotros. Pero también queremos dar la señal de que buscamos mirar hacia delante, sin olvidar el pasado; de crear un camino para las generaciones futuras que nos lleve a pensar en el Chile que todos queremos, que crece unido, que se desarrolla, que muestre lo que somos.

Que no pase lo que ocurrió ayer en la tarde. Hoy, recibí llamados de mucha gente de los sectores de la Alianza para decirme que dimos un triste espectáculo, con el que bajamos el perfil de lo que debe ser la Cámara de Diputados.

El proyecto en discusión no me convence. Con seguridad, tendrá el nombre a la entrada, pero seguirá siendo nominado Estadio Nacional, como pasa con el Maracaná, respecto del cual nadie conoce su nombre verdadero.

Tal vez sea importante dárselo en reconocimiento a Julio Martínez. Pero es muy buena la idea del diputado Ramón Farías . El mejor reconocimiento sería poner su nombre a la copa de apertura y de clausura del torneo de fútbol de cada año.

Votaré a favor, debido a que apoyé el proyecto en la Comisión. No cambio tan rápido de parecer, como algunos diputados que votan de una manera en las comisiones y de otra en la Sala, obedeciendo órdenes de partido.

A mi juicio, este voto tendrá su retribución cuando propongamos una iniciativa para que el aeropuerto internacional lleve el nombre de Pablo Neruda, de esa gran figura literaria que paseó el nombre de Chile por el mundo, como lo pidieron los diputados de la Concertación en el período pasado.

He dicho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

Ha llegado a su término Fácil Despacho.

Se acordó que hablara el diputado informante y por lo menos un diputado por bancada, con lo que prácticamente se completaron los 30 minutos destinados a su tratamiento.

Para la historia de la ley están inscritos los diputados señores Manuel Rojas, Jorge Burgos, Mario Venegas y Ximena Vidal.

El señor ROJAS.-

Presidente, el acuerdo fue que hablarían dos diputados por bancada.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

Señor diputado , concluyó el tiempo de 30 minutos acordados.

Sus señorías pueden hacer llegar sus intervenciones a la Mesa para agregarlas a la versión.

-Hablan varios señores diputados a la vez.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

El Presidente de la Cámara , en su momento, recordó que se destinarían 30 minutos a Fácil Despacho y que a cada bancada corresponderían 5 minutos, las que decidirían quien hablaría primero. Y hay dos proyectos más en tabla.

Por lo tanto, estoy dando cumplimiento al acuerdo que se planteó al comienzo de la sesión.

Tiene la palabra el diputado Manuel Rojas por un asunto reglamentario.

El señor ROJAS.-

Señor Presidente , el acuerdo era que hablarían dos diputados por bancada, con un máximo de 5 minutos por persona.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

De su bancada ya habló el diputado Gastón Von Mühlenbrock.

Tiene la palabra el diputado señor Mario Venegas por una cuestión de Reglamento.

El señor VENEGAS (don Mario).-

Señor Presidente , sólo para señalar que no basta colocar el discurso por escrito, porque la idea es intercambiar fundamentos respecto de un proyecto en el cual se busca convencer.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Eso no es Reglamento, señor diputado.

Tiene la palabra el diputado señor José Antonio Kast .

El señor KAST .-

Señor Presidente , se podría recabar la unanimidad de la Sala para que los diputados que están inscritos, que no son muchos, puedan hacer uso de la palabra al menos por tres minutos. Acto seguido, votar y dar por terminado el trámite.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Solicito la unanimidad de la Sala para que intervengan, por dos minutos, los cuatro diputados que están inscritos.

¿Habría acuerdo?

No hay acuerdo.

El señor NÚÑEZ .-

Señor Presidente , pido hacer efectivo el acuerdo de los Comités, cual es que hable un diputado por bancada, porque hay dos proyectos más que tratar.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Señor diputado, ya se dio cumplimiento a ese acuerdo.

Cerrado el debate.

El proyecto se votará al término del Orden del Día.

-Hablan varios señores diputados a la vez.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Para una cuestión de Reglamento, tiene la palabra el diputado José Antonio Kast.

El señor KAST .-

Señor Presidente , pido que se vote el proyecto de inmediato, como se acordó y corresponde según su orden.

El señor ROJAS.-

Señor Presidente , en la mañana se acordó votar el proyecto al término de Fácil Despacho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

El Secretario de la Cámara , nuestro ministro de fe, sostiene que se solicitó lo que ustedes afirman, pero no se tomó la decisión al respecto.

De todos modos, no habría problemas, pero debe llamarse a los señores diputados para que concurran a votar.

Se suspende la sesión por cinco minutos.

-Transcurrido el tiempo de suspensión:

El señor WALKER (Presidente).-

Continúa la sesión.

En votación general el proyecto de ley que modifica la denominación del Estadio Nacional por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 53 votos; por la negativa, 11 votos. Hubo 2 abstenciones.

El señor WALKER (Presidente).-

Aprobado.

Por no haber sido objeto de indicaciones, se declara aprobado también en particular.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Aedo Ormeño René; Allende Bussi Isabel; Álvarez-Salamanca Büchi Pedro; Álvarez Zenteno Rodrigo; Araya Guerrero Pedro; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bobadilla Muñoz Sergio; Cardemil Herrera Alberto; Cristi Marfil María Angélica; Chahuán Chahuán Francisco; De Urresti Longton Alfonso; Delmastro Naso Roberto; Dittborn Cordua Julio; Duarte Leiva Gonzalo; Egaña Respaldiza Andrés; Eluchans Urenda Edmundo; Encina Moriamez Francisco; Espinoza Sandoval Fidel; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Hales Dib Patricio; Hernández Hernández Javier; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Jaramillo Becker Enrique; Kast Rist José Antonio; Lobos Krause Juan; Martínez Labbé Rosauro; Melero Abaroa Patricio; Meza Moncada Fernando; Monsalve Benavides Manuel; Moreira Barros Iván; Norambuena Farías Iván; Ojeda Uribe Sergio; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Palma Flores Osvaldo; Pascal Allende Denise; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Saffirio Suárez Eduardo; Tarud Daccarett Jorge; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Urrutia Bonilla Ignacio; Valcarce Becerra Ximena; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Verdugo Soto Germán; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Walker Prieto Patricio; Ward Edwards Felipe.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Accorsi Opazo Enrique; Burgos Varela Jorge; Bustos Ramírez Juan; Díaz Del Río Eduardo; Farías Ponce Ramón; Girardi Briere Guido; Quintana Leal Jaime; Tuma Zedan Eugenio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Vidal Lázaro Ximena.

-Se abstuvieron los diputados señores:

Ceroni Fuentes Guillermo; Espinosa Monardes Marcos.

El señor WALKER (Presidente).-

Despachado el proyecto.

1.5. Oficio de Cámara Origen a Cámara Revisora

Oficio de Ley a Cámara Revisora. Fecha 10 de enero, 2008. Oficio en Sesión 82. Legislatura 355.

VALPARAÍSO, 10 de enero de 2008

Oficio Nº 7231

A S.E. EL PRESIDENTE DEL H. SENADO

Con motivo del Mensaje y Moción, Informe y demás antecedentes que tengo a honra pasar a manos de V.E., la Cámara de Diputados ha tenido a bien prestar su aprobación al siguiente

PROYECTO DE LEY:

"Artículo único.- Denomínase Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional.

Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos.”.".

Dios guarde a V.E.

PATRICIO WALKER PRIETO

Presidente de la Cámara de Diputados

CARLOS LOYOLA OPAZO

Secretario General de la Cámara de Diputados

2. Segundo Trámite Constitucional: Senado

2.1. Informe de Comisión de Gobierno

Senado. Fecha 15 de enero, 2008. Informe de Comisión de Gobierno en Sesión 84. Legislatura 355.

?INFORME DE LA COMISIÓN DE GOBIERNO, DESCENTRALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓN recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica la denominación del Estadio Nacional por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

BOLETINES Nºs. 5.695-06 y 5.689-06, refundidos.

____________________________________

HONORABLE SENADO:

La Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización tiene a honra emitir su informe acerca del proyecto señalado en el epígrafe, en segundo trámite constitucional, e iniciado en mensaje de S.E. la señora Presidenta de la República y en moción de las Honorables Diputadas señoras Alejandra Sepúlveda, Marisol Torres y Ximena Vidal y de los Honorables Diputados señores René Alinco, Ramón Barros, Tucapel Jiménez, Juan Lobos, Iván Norambuena, Manuel Rojas y Gastón Von Mühlenbrock, con urgencia calificada de “discusión inmediata”.

I. OBJETIVO DEL PROYECTO

Denominar “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional de Santiago.

II. ANTECEDENTES

2.1. De Derecho

1. Ley Nº 5.799, y

2. Ley Nº 17.276.

2.2. De Hecho

El mensaje con que S.E. la señora Presidenta de la República inició este proyecto de ley en la Honorable Cámara de Diputados expresa que desde su inauguración el 3 de diciembre del año 1938, el Estadio Nacional es el más importante parque deportivo del país. Ofrece espacios y servicios para eventos deportivos, recreativos y culturales contribuyendo al desarrollo del deporte chileno.

Recuerda, a continuación, los importantes eventos que han tenido lugar en ese recinto, como fue el campeonato mundial de fútbol de 1962. Por otra parte, menciona que éste fue uno de los mayores centros de detención en 1973, llegando a albergar más de cuarenta mil prisioneros.

Hace presente que el Estadio Nacional tuvo su origen en la ley Nº 5.799, que destinó fondos para su construcción y le dio su actual denominación; y que otros textos legales, como por ejemplo la ley Nº 17.276, han reconocido su actual nombre, por lo que el objetivo perseguido por este proyecto requiere de ley.

Seguidamente, el mensaje se ocupa de describir la figura del destacado comentarista deportivo, señor Julio Martínez Prádanos, a quien conceptúa como un privilegiado testigo de importantes momentos deportivos, entre los que destaca el triunfo de Chile en que alcanzó el tercer lugar en el mencionado campeonato mundial de fútbol del año 1962.

Formula también una reseña biográfica del señor Martínez Prádanos, expresando que nació en Temuco, en 1923 y cursó sus estudios en el Colegio San Pedro Nolasco, en Santiago. Posteriormente, en 1945, debutó en la radio y en 1967 se inició como comentarista de Canal 13 Televisión. Además, se desempeñó en la revista Estadio y en los diarios Las Ultimas Noticias y La Hora.

Agrega que el correcto empleo del idioma que exhibió como comunicador lo hizo merecedor al premio Academia Chilena de la Lengua, en 1988, y después, en el año 1995, en forma unánime fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo.

Comenta el mensaje que don Julio Martínez Prádanos se caracterizó por su enorme conciencia social y su vocación trascendió al deporte abordando diversos ámbitos del quehacer nacional. Su fallecimiento ha causado gran conmoción social, reuniéndose en torno a su figura toda clase de personas, sin distinción de colores políticos o creencias.

Estima el mensaje que la calidad humana de don Julio Martínez Prádanos y su notable aporte al deporte, al periodismo y a la vida nacional, encarnando un mensaje de unidad, justifica el cambio de denominación del Estadio Nacional asociándolo a su nombre, para perpetuar su memoria como símbolo permanente de la unión de los chilenos.

Finalmente, y junto con describir el proyecto, el mensaje advierte que la iniciativa recoge otra de las Honorables Diputadas señoras Alejandra Sepúlveda, Marisol Torres y Ximena Vidal y de los Honorables Diputados señores René Alinco, Ramón Barros, Tucapel Jiménez, Juan Lobos, Iván Norambuena, Manuel Rojas y Gastón Von Mühlenbrock.

A su turno, la moción que hemos mencionado en este informe reconoce en don Julio Martínez Prádanos a un periodista de trayectoria en los medios de comunicación, cuya partida deja un hondo pesar en las personas ligadas al periodismo deportivo.

Agrega que la manera cómo el señor Martínez Prádanos desarrolló el periodismo lo transformó no sólo en un referente como periodista deportivo sino, también, en un respetado líder social por sus certeros comentarios y convicciones personales, condiciones ambas que lo hicieron acreedor a diversos homenajes, siendo, quizás, el más importante, el Premio Nacional de Periodismo de 1995.

Recuerda la moción que don Julio Martínez fue también agraciado con el Premio Nacional de la Historia del Fútbol; el Premio Amador Yarur del Club Palestino (el mejor periodista el siglo XX); y el Premio de ANATEL, como la mejor figura televisiva del año 2003.

Resalta, enseguida, las personales condiciones del señor Martínez Prádanos, calificado como “El Maestro” en el periodismo nacional, y en el barómetro de la sociedad chilena por la sensatez de sus opiniones.

Agrega, también, que este proyecto de ley ha de ser un homenaje a un chileno auténtico, representativo del sentir nacional, que ha dejado un legado que muchos líderes de opinión debieran seguir para construir un país más justo y solidario.

Continúa señalando que con el fallecimiento de don Julio Martínez muere parte importante del periodismo deportivo nacional y que la presente moción, expresión de gratitud que tiene como único sentido que su recuerdo y memoria estén siempre vigentes en los chilenos amantes del deporte.

IV. ESTRUCTURA Y DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO

El proyecto de ley despachado por la Honorable Cámara de Diputado se estructura en un artículo único que, en su inciso primero, denomina “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional.

Su inciso segundo reemplaza en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por la denominación “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.

V. DEBATE EN GENERAL Y EN PARTICULAR

En sesión de hoy, 15 de enero del año 2008, esta Comisión se abocó al estudio de esta iniciativa con urgencia calificada de “discusión inmediata”.

La unanimidad de los miembros presentes de esta Comisión, Honorables Senadores señores Bianchi, Orpis, Pérez Varela y Sabag, compartió los comentarios y planteamientos, tanto del mensaje como de la moción, que destacan la figura y la trayectoria de don Julio Martínez, prestando su aprobación al proyecto, en general y en particular, en los mismos términos consignados en el acuerdo de la Honorable Cámara de Diputados.

Por tanto, esta Comisión somete a la consideración de la Sala de la Corporación el proyecto de ley en informe, cuyo texto es el siguiente:

PROYECTO DE LEY

"Artículo único.- Denomínase Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional.

Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos.”.

- - -

Acordado en sesión celebrada el día de hoy, 15 de enero de 2008, con asistencia de los Honorables Senadores señores Sabag (Presidente), Bianchi, Orpis y Pérez Varela.

Sala de la Comisión, a 15 de enero de 2008.

Mario Tapia Guerrero

Secretario de la Comisión

RESUMEN EJECUTIVO

INFORME DE LA COMISIÓN DE GOBIERNO, DESCENTRALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓN ACERCA DEL PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA DENOMINACIÓN DEL ESTADIO NACIONAL POR “ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS”.

(BOLETINES NºS. 5.695-06 y 5.689-06, REFUNDIDOS)

I. PRINCIPAL OBJETIVO DEL PROYECTO PROPUESTO POR LA COMISIÓN:

Denominar “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional de Santiago.

II. ACUERDOS: Proponer a la Sala de la Corporación la aprobación de este proyecto de ley en general y en particular (4x0).

III. ESTRUCTURA DEL PROYECTO APROBADO POR LA COMISIÓN:

Consta de un artículo único.

IV. NORMAS DE QUÓRUM ESPECIAL: No tiene.

V. URGENCIA: Discusión Inmediata.

VI. ORIGEN INICIATIVA: Mensaje de S.E. la señora Presidenta de la República y moción de las Honorables Diputadas señoras Alejandra Sepúlveda, Marisol Torres y Ximena Vidal y de los Honorables Diputados señores René Alinco, Ramón Barros, Tucapel Jiménez, Juan Lobos, Iván Norambuena, Manuel Rojas y Gastón Von Mühlenbrock

VII. TRAMITE CONSTITUCIONAL: Segundo trámite.

VIII. APROBACIÓN POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS: 10 de enero de 2008.

IX. INICIO TRAMITACIÓN EN EL SENADO: 15 de enero de 2008.

X. TRAMITE REGLAMENTARIO: Discusión en general y en particular.

XI. LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA MATERIA:

1. Ley Nº 5.799, y

2. Ley Nº 17.276.

Valparaíso, 15 de enero de 2008.

MARIO TAPIA GUERRERO

Secretario de Comisiones

2.2. Discusión en Sala

Fecha 22 de enero, 2008. Diario de Sesión en Sesión 85. Legislatura 355. Discusión General. Pendiente.

DENOMINACIÓN DE ESTADIO NACIONAL COMO "ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS"

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

A continuación, corresponde ocuparse del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que reemplaza la denominación del Estadio Nacional por "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos", con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización, y urgencia calificada de "simple".

--Los antecedentes sobre el proyecto (5695-06 y 5689-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley:

En segundo trámite, sesión 82ª, en 15 de enero de 2008.

Informe de Comisión:

Gobierno, sesión 84ª, en 16 de enero de 2008.

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

La iniciativa fue discutida tanto en general cuanto en particular por la Comisión, que la aprobó por la unanimidad de sus miembros presentes (Honorables señores Bianchi, Orpis, Pérez Varela y Sabag) en los mismos términos en que en su oportunidad la despachó la Cámara de Diputados.

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

En discusión general y particular.

Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.

El señor PIZARRO.-

Señor Presidente , el proyecto se encontraba incluido la semana pasada en el Orden del Día, con urgencia de "discusión inmediata". Y, tal como manifesté en la Sala, pedí al Gobierno que retirara dicha calificación, porque consideré que no era adecuado someter con tanta premura a la Corporación al debate de una iniciativa de esta naturaleza.

En primer lugar, dejo constancia de la simpatía que tenía y tengo por Julio Martínez, así como de mi reconocimiento a su persona. Sin duda, fue un gran periodista deportivo; un gran comentarista de fútbol; un gran comunicador social, a través de la televisión, la radio y la prensa escrita, y una gran persona, a la que tuve la suerte de conocer bastante. Resulta indiscutible que se merece todos los homenajes que le han brindado, y me sumo a ellos.

Pero, en mi opinión, lo que plantea el proyecto es algo completamente distinto de lo que fue la vida de Julio Martínez o de lo que este incluso podría haber sentido o pensado sobre una propuesta de este tipo.

Señor Presidente , voy a ser "políticamente incorrecto", como se dice, porque esta iniciativa, que en la Cámara de Diputados fue aprobada en forma expedita y por unanimidad, es producto de la emoción y simpatía que despierta Julio Martínez . Sin embargo, me parece que se trata de cuestiones diferentes.

Por mi parte, deseo hacer una reflexión tocante a lo que yo, al menos, modestamente, considero que es el Estadio Nacional. Este, que tiene una larga vida -si no me equivoco, fue construido en 1938- es el complejo deportivo más relevante del país. Y hablo de "complejo deportivo", no solo de la cancha de fútbol y del recinto donde caben 80 mil personas y se han realizado importantísimos torneos. Es un lugar que proporciona la posibilidad de practicar el deporte de una manera activa, recreativa y competitiva, y que cuenta con instalaciones para disciplinas tan diversas como tenis, ciclismo, béisbol -bastante desconocido en Chile-, atletismo, fútbol, etcétera.

Además, se ha transformado en un sitio de grandes encuentros de tipo cultural, religioso, musical, político.

Y, con toda franqueza, también fue un escenario de mucho dolor, sufrimiento y drama.

Por lo tanto, limitar el Estadio Nacional, en cuanto complejo deportivo, instalaciones, historia, a lo que puede ser su ligazón con el fútbol, por muy deporte competitivo y de multitudes que sea, me parece que es confundir su importancia.

El mensaje de la Presidenta de la República contiene una relación bastante somera de la vida de Julio Martínez, exposición que comparto, ya que es uno de los seres humanos dignos de imitar por su desarrollo personal. Cabe recordar que fue un periodista que no pasó por casas universitarias y se formó a sí mismo, con gran criterio y pasión.

Pero lo que el texto reconoce y utiliza como justificación para poner, mediante una ley, el nombre de Julio Martínez al Estadio Nacional es su desempeño profesional. Como fundamento se señala que fue testigo de competencias deportivas memorables, como, por ejemplo, el Mundial de 1962, y, sin duda, de una serie de acontecimientos de esa índole, especialmente relacionados con el fútbol, respecto de los cuales cumplía con su labor, sea en ese recinto o en cualquier otro donde se desarrollaran dichas actividades.

Por lo demás, fue básicamente un periodista vinculado con el deporte recién mencionado. En forma excepcional, comentó boxeo cuando este existió en el país. Pero de otras disciplinas prácticamente no sabía, y, como era muy criterioso y un hombre sabio, normalmente no opinaba de ellas ni "se metía en camisas de once varas", porque no eran su especialidad.

Y lo que tengo claro es que Julio Martínez no fue un deportista destacado. Es aquí, señor Presidente , donde quiero hacer la diferencia y justificar por qué no puedo votar a favor de la iniciativa, a pesar del respeto y cariño que le tuve: no fue un deportista, no fue un actor deportivo, sino un comentarista, un relator de fútbol, un periodista que cumplía con su trabajo.

No hace mucho tiempo se discutió en el Senado un proyecto que otorgaba la nacionalidad por gracia, con la velocidad de un rayo, a un profesional del tenis, por haber sido el entrenador de dos deportistas chilenos destacados que sí habían dado al país grandes honores y medallas. Y se expuso el argumento de que había aportado mucho a la formación de ambos jugadores. Pero, en verdad, no era cuestión de que se aportara nada: estaba haciendo su trabajo y se le pagaba por ello. No se trataba del gran actor deportivo a quien había que reconocer algo y rendir homenaje.

A mi juicio, si se quiere rendir tributo a alguien con un complejo deportivo como el Estadio Nacional, que efectivamente ha sido un lugar de encuentros, de desencuentros, de competencias, de dolor y de múltiples actividades, necesariamente esa persona debe ser un actor deportivo de primera línea o muy destacado. Y no me refiero solo a figuras o deportistas de alto nivel.

Me consta que algunos han tenido la suerte de competir en esas instalaciones, como en atletismo -tenemos a gente que ha sobresalido en esa disciplina- o en otros deportes. Por mi parte, también me tocó hacerlo, con orgullo y a mucha honra.

El señor ÁVILA .-

¡Y algunos también destacaron en torturas...!

El señor PIZARRO.-

Otras personas vivieron situaciones que lamentamos.

Pero, fundamentalmente, lo de Julio Martínez y colocar su nombre al Estadio Nacional tiene que ver con el hecho de si fue o no un actor deportivo destacado en el país. Y, sinceramente, no lo fue. Fue una gran persona, un gran periodista, un gran comentarista, un gran trabajador, un gran hombre, un gran tipo, pero no un actor deportivo destacado.

Quienes tuvieron la suerte de conocerlo o de seguir su trayectoria estarán de acuerdo conmigo en que lo más probable es que se hubiera opuesto tenazmente a una iniciativa de este tipo que lo involucrara a él mismo o a otro comentarista deportivo.

Porque si Julio Martínez tuvo una virtud fue la de que siempre trató de destacar al actor deportivo, al deportista, al competidor, al atleta, al futbolista, al equipo, al colectivo que participaba en una competencia. Y, a mi juicio, no estamos haciendo "justicia divina" en la iniciativa que nos ocupa.

Pienso que él hubiera preferido mil veces que al Estadio Nacional le pusieran el nombre de Marlene Ahrens , a quien alabó tanto, al punto de que en sus intervenciones hacía referencia a menudo a ella: o el de Mario Recordón , quien fue un actor deportivo y, además, un tremendo dirigente; o el de alguno de los dirigentes deportivos que posibilitaron la construcción de estadios, o incluso el de quienes generaron actividades o torneos, como Dittborn, Goñi y otros.

Me parece escuchar a Julio Martínez pronunciarse más bien en esa línea que en la de un homenaje que francamente él mismo habría reprochado. Porque si tenía una característica era el sentido común. Lo señala en parte el informe. Y a nosotros el sentido común nos debe llevar a decir -seguramente, Julio Martínez habría opinado lo mismo- que no corresponde, a la rápida, a la velocidad del rayo, con olfato de oportunidad o con cierto chovinismo, recurrir a lo primero que a uno se le ocurre -en este caso, denominar con su nombre al Estadio Nacional- con tal de rendirle un homenaje.

Francamente, con el sentido común que lo caracterizaba, "Don Julio" nos habría planteado la existencia de 100, 200, 500 actores deportivos mucho más importantes o con más merecimientos que él para dar su nombre a un recinto destinado a la práctica de deportes.

Tal vez uno podría pensar: "Guardemos las proporciones. ¿Por qué se debe cambiar la denominación de un estadio que forma parte de nuestra historia? Para destacar la personalidad de alguien. ¿De quién? ¿De un actor deportivo? ¡No! De un periodista que cumplía su trabajo ahí".

No creo que sea lo lógico ni lo justo. Quizás lo lógico y natural habría sido que a la sala de prensa de un estadio donde se juega fútbol -como se ha hecho en otros homenajes, incluso al propio Julio Martínez - se le pusiera su nombre. Todos estaríamos muy contentos. E imagino que él también lo hubiera estado, porque ahí se trataría de algo relacionado con lo que fue parte de su trabajo. ¡Pero qué tiene que ver el atletismo, qué tiene que ver el fútbol, qué tiene que ver el basquetbol, qué tiene que ver el tenis, qué tiene que ver el ciclismo, etcétera!

A mí, francamente, me parece que en nuestro país muchas veces pecamos, todos, en esto de subirnos demasiado rápido a cualquier carro, a cualquier micro que sintonice con la simpatía, con la opinión pública, con la emoción, con los sentimientos o con las buenas intenciones del momento. En este caso, eso no nos llevará, a la larga, a rendir el justo homenaje que se merece una persona como Julio Martínez , o a entender el papel que él jugó, o a hacer con el Estadio Nacional lo que a él le habría gustado.

Mucha más lógica tiene pensar, como nombre para nuestro principal campo de juego, en el de un deportista destacado, de un actor deportivo relevante, pero no en el de un periodista del área que ha tenido y seguramente seguirá teniendo muchos reconocimientos dentro de su ámbito.

Por todo lo anterior, señor Presidente , anuncio mi voto contrario al proyecto.

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Ávila.

El señor ÁVILA.-

Señor Presidente , estamos frente a uno de los casos más emblemáticos de oportunismo legislativo: se le quiere poner al Estadio Nacional el nombre de Julio Martínez.

Eso es una falta de respeto para quienes estamos en desacuerdo y no podemos silenciar nuestro punto de vista.

Ejemplos de "legislación al minuto" hay varios.

Durante el primer Gobierno de la Concertación, una "ley instantánea" creó los "carabineros Marmicoc" . Cuatro mil efectivos tuvieron una formación de solo seis meses. ¡Todo un fracaso! La mayoría fueron dados de baja a los dos años.

La llamada "ley de violencia en los estadios" nació a propósito de luctuosos acontecimientos, acaecidos en las proximidades del Estadio Nacional, que repercutieron estruendosamente en los medios. Una "moción relámpago", precisamente a la velocidad de la luz, fue ingresada al instante por un cultor de esta práctica parlamentaria.

Tras la obtención de las medallas de oro en Atenas por parte del equipo chileno, se propuso otorgar la nacionalidad por gracia al entrenador argentino Horacio de la Peña . La iniciativa fue aprobada por las Comisiones de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y del Senado. Sin embargo, luego de la campaña en contra de la denominada "familia del tenis" y del abandono del Ejecutivo, nuestra Corporación la rechazó por 23 votos contra 13 y 2 abstenciones. ¡Un fiasco!

¡Seguro que en Inglaterra algunos de nuestros "legisladores al minuto" habrían propuesto beatificar a "Lady Di" antes que a Sor Teresa de Calcuta, fallecida al día siguiente...! Ello, porque son surfistas emocionales, esto es, se deslizan hábilmente en la ola de la consternación pública.

Con este proyecto se le hace un flaco favor a la familia de Julio Martínez y se abren injustos cuestionamientos, no a la trayectoria de este periodista deportivo, pero sí a la entidad de sus méritos. Someterlo a la disputa de un laurel que jamás ambicionó para sí ahonda el duelo de sus familiares.

Se trata de un proyecto controversial; aun más, con altos niveles de rechazo en las consultas públicas, precisamente por su inocultable demagogia y oportunismo.

Aquí tengo los resultados obtenidos en dos portales que se ocuparon del tema. El de "Atina Chile" consultó: "¿Debe llamarse Julio Martínez el Estadio Nacional?". El 67 por ciento votó que no; solo el 19 por ciento opinó que sí. El sitio "Terra" preguntó: "¿Debe el Estadio Nacional bautizarse con el nombre de Julio Martínez?". El 50 por ciento dijo: "No, Julio Martínez no necesita un estadio para ser recordado". El 34 por ciento señaló: "Es mejor que el estadio Santa Laura sea el recinto escogido para el tributo". Solo el 16 por ciento estuvo de acuerdo con la medida.

Definitivamente, no es un honor que atenúe la pérdida. Por el contrario, instala una polémica innecesaria, incluso absurda, cuando aún sus seres queridos no terminan de enjugar sus lágrimas.

Estimados colegas, me parece que el Senado, una vez más, debe poner freno a este tipo de impulsos, más bien emocionales. A la otra rama del Congreso Nacional suele denominársela "Cámara joven". Creo que más bien deberíamos llamarla "Cámara infantil", porque no razona con madurez las iniciativas. Ahora nos envía una que, ciertamente, no le hace honor al Parlamento. ¡Una vez más, se divorcia del sentimiento ciudadano y agravia a la propia familia de la persona a quien se pretende rendir un honor póstumo!

Tal como indicó el Senador señor Pizarro , todos estamos seguros de que, si de él hubiera dependido, ¡jamás Julio Martínez habría tolerado que este proyecto se convirtiera en ley! Era un hombre pudoroso y, como se manifestó, con sentido común, que es -nosotros de nuevo lo estamos demostrando- el menos común de los sentidos.

Ahora bien, señor Presidente , yo todavía confío en que pondremos las cosas en orden. Ya ha pasado un tiempo más que prudente para tener una mínima perspectiva y corregir algo que en ningún momento debió plantearse como iniciativa legal, básicamente porque se hizo a lomo de las circunstancias y de los hechos. Algunos andan enarbolando proyectos de ley cuando todavía no se disipan los efectos "lacrimógenos" de determinada manifestación, o bien, cuando no termina de enfriarse un cadáver.

¡Ya está bueno! ¡El Senado tiene hoy la oportunidad de corregir un absurdo y de poner las cosas en su sitio!

He dicho.

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Hago presente a la Sala que está por cumplirse la hora de término del Orden del Día.

En consecuencia, la discusión del proyecto se posterga hasta la sesión de mañana.

Quedan inscritos para intervenir los Senadores señores Coloma, Naranjo , Navarro , Larraín , Escalona y Núñez .

2.3. Discusión en Sala

Fecha 23 de enero, 2008. Diario de Sesión en Sesión 87. Legislatura 355. Discusión General. Pendiente.

DENOMINACIÓN DE ESTADIO NACIONAL COMO "ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS"

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Corresponde continuar la discusión general y particular del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que reemplaza la denominación del Estadio Nacional por la de "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos", con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización y urgencia calificada de "simple".

--Los antecedentes sobre el proyecto (5695-06 y 5689-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:

Proyecto de ley:

En segundo trámite, sesión 82ª, en 15 de enero de 2008.

Informe de Comisión:

Gobierno, sesión 84ª, en 16 de enero de 2008.

Discusión:

Sesión 85ª, en 22 de enero de 2008 (discusión general pendiente).

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

Cabe recordar que la Comisión aprobó esta iniciativa en general y en particular, por la unanimidad de sus miembros presentes (Senadores señores Bianchi, Orpis, Pérez Varela y Sabag), en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Continúa la discusión general y particular del proyecto.

Se encuentran inscritos para intervenir los Senadores señores Coloma, Naranjo, Navarro, Larraín, Escalona, Núñez y señora Alvear.

Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.

El señor COLOMA.-

Señor Presidente, efectivamente, este proyecto se comenzó a debatir en la sesión de ayer, oportunidad en que hubo intervenciones más bien contrarias a él.

Para ser franco, luego de una reflexión personal, yo soy partidario de aprobarlo, porque creo que la figura de Julio Martínez amerita el hecho de que el Estadio Nacional, que es un símbolo deportivo y de unidad, reciba un nombre tan significativo y especial como el de este destacado hombre público, cuyo fallecimiento ha remecido a la sociedad chilena.

Ante todo, quiero recordar a quienes me antecedieron en el uso de la palabra, y en particular al último de ellos -quien señaló que esta era una iniciativa esencialmente "oportunista", propia de la locura del momento; que los Diputados habían cometido, una vez más, una irresponsabilidad, y que el Senado tenía el deber de enmendarla- que este proyecto no nació en la Cámara. O sea, la "oportunista" -o la "irreflexiva", para otros- en este caso sería la Presidenta de la República . Porque, hasta donde yo entiendo, quien inició su tramitación fue el Ejecutivo ,...

El señor NAVARRO.-

¡Lo pidieron los Diputados...!

El señor COLOMA.-

...la Primera Mandataria , el Ministro Vidal, a petición -es cierto- de parlamentarios de distintas bancadas, aunque debo reconocer que quien más ha insistido en esto, el que ha llevado la discusión en cierta medida es el Diputado Gastón Von Mühlenbrock .

Entonces, primero pongámonos de acuerdo en este punto. Quien acuse de oportunismo, de falta de criterio o de irresponsabilidad en esta materia se está refiriendo, ni más ni menos, a la Presidenta de Chile, y eso no me parece menor.

En segundo lugar, señor Presidente, lo importante en este caso es rescatar la simbología de las cosas. Y yo creo que ahí está la clave del problema, lo que debemos reflexionar.

¿Qué dice el mensaje? Que el propósito del proyecto es "rendirle un homenaje," -a Julio Martínez , se entiende- "perpetuar su memoria y constituirlo en un símbolo permanente de la unidad de los chilenos.". Y a mi juicio, eso, sumado al impacto deportivo que generó su figura, constituye un fundamento real y suficiente como para dar este paso y bautizar con su nombre el principal coliseo deportivo de nuestro país.

Tenemos que despejar primero la cuestión de si el ser humano amerita ese honor. Y yo no he oído nada en contrario. Quienes no están de acuerdo con el proyecto -ni, menos, quienes sí lo están- no ponen en duda la calidad humana de don Julio Martínez. Al contrario, algunos de los que discrepan destacan la influencia que él ha tenido en la vida nacional, y no solo a partir de sus comentarios vinculados estrictamente con lo deportivo, sino también, de aquellos que tenían que ver con la sociedad chilena, el sentido común, la necesidad de enfrentar los grandes desafíos de solidaridad con fuerza, con ánimo, con esperanza; de los que decían relación a lo mejor de lo nuestro; de los que apelaban al hombre común. Y creo que, desde esa perspectiva, Julio Martínez es un hombre notable, que obviamente merece este homenaje.

Desde un punto de vista deportivo, este gesto me parece igualmente importante. Yo no creo, como un parlamentario que dio buenos argumentos, que el hecho de ejercer físicamente un deporte sea lo único significativo al momento de ponerles nombres a los estadios. El mejor ejemplo de ello es Carlos Dittborn. Él no era un deportista, pero, a pesar de ello, se bautizó con su nombre al Estadio de Arica , en reconocimiento a su acción en este ámbito, que fue muy relevante.

Y me parece que don Julio Martínez es un símbolo de unidad, de entrega, de desprendimiento, y el Senado chileno haría bien en decir "sí" a esos compatriotas que aspiran a que nuestro principal coliseo deportivo tenga un nombre de unidad, que nos identifique a todos, que no separe a nadie, que todos deseemos mantener con orgullo.

Por esas razones, yo soy firme partidario de aprobar el proyecto, e insto a mis colegas a hacerlo.

Por ello, señor Presidente , y porque queremos que él se despache hoy, el Comité Partido Unión Demócrata Independiente, en virtud del artículo 142 del Reglamento, solicita la clausura del debate. Recordemos que esta iniciativa se halla en discusión general y particular a la vez.

El señor GAZMURI.-

¡Pedimos segunda discusión, señor Presidente!

El señor NARANJO.-

¡Sí, señor Presidente!

El señor COLOMA.-

¡Se puede fundar el voto!

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

Señores Senadores, ha llegado a la Mesa una nota del Comité Partido Unión Demócrata Independiente en la que solicita la clausura del debate.

El señor NARANJO.-

¡Pedimos aplazamiento de la votación, entonces!

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Reglamentariamente, no procede, señor Senador.

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN (Secretario General).-

Hago presente a la Sala que este asunto, por ser de artículo único, se discute en general y en particular a la vez.

El artículo 144 del Reglamento dice: "Para la clausura del debate en los negocios que se discutan en general y particular a la vez, en el Orden del Día, y para la de las observaciones que formule el Presidente de la República a un proyecto, se estará a lo dispuesto en el artículo 142.".

Este señala: "Durante la discusión particular de un proyecto en cualquiera de los tres primeros trámites constitucionales, podrá pedirse la clausura para un artículo o para un título determinado, cuando su discusión haya ocupado media hora, en total, del Orden del Día de una o más sesiones.

"Formulada la petición de clausura, ésta se votará inmediatamente.

"Aceptada, se votará de inmediato el asunto, sin que proceda la segunda discusión, ni haya lugar al aplazamiento de la votación.".

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Corresponde poner en votación la solicitud de clausura del debate.

El señor NARANJO.-

¡Pero pedimos segunda discusión, señor Presidente!

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Reglamentariamente, ello no es posible, señor Senador. Ahora, como es natural, Sus Señorías tienen derecho a fundamentar el voto respecto de la solicitud en cuestión.

El señor ESCALONA.-

Pido la palabra para plantear un asunto de Reglamento.

El señor PIZARRO.-

Señor Presidente , ¿por qué no seguimos la discusión normal?

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

Porque se pidió clausurar el debate, señor Senador.

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Por eso mismo, lo único que cabe es someter a votación esa solicitud.

El señor ÁVILA.-

¡Se produjo un cortocircuito!

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

En votación la solicitud de clausura del debate.

--(Durante la votación).

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.

El señor ESCALONA.-

Señor Presidente , quiero recordar, a los efectos reglamentarios, que la nómina de inscritos viene de la sesión de ayer...

El señor NARANJO.-

¡No se puede eliminar...!

El señor ESCALONA.-

...Entonces, nosotros reclamamos nuestro derecho a hacer uso de la palabra...

El señor LARRAÍN.-

¡Y vamos a poder hablar, señor Senador!

El señor ESCALONA.-

...En la sesión de ayer se suspendió el debate con ese acuerdo. En consecuencia, yo no creo que esto sea materia de votación; tendría que haber unanimidad en la Sala para proceder en el sentido solicitado.

El señor COLOMA.-

¡Se puede fundamentar el voto!

El señor LARRAÍN.-

¡El debate se puede clausurar igual!

El señor ESCALONA.-

No, porque la sesión de ayer concluyó con una lista pendiente de oradores.

El señor COLOMA.-

¡En ese caso, nunca se podría clausurar el debate!

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?

El señor NARANJO.-

¿Qué estamos votando?

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

El señor Presidente puso en votación la petición del Comité Unión Demócrata Independiente.

El señor OMINAMI (Vicepresidente).-

Está en votación la solicitud de clausura del debate.

Debo recordar que, conforme al Reglamento, en cualquier momento, transcurridos treinta minutos de discusión, se puede pedir la clausura del debate.

Hago presente en todo caso que, tratándose de una votación, cada Senador tiene derecho a fundamentar su voto respecto de la materia en cuestión, que en este caso es la clausura del debate.

Prosigue la votación.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?

El señor OMINAMI ( Vicepresidente ).-

Terminada la votación.

El señor HOFFMANN (Secretario General).-

Resultado de la votación: 13 votos por clausurar el debate, 13 en contra y una abstención.

Votaron por la afirmativa la señora Matthei y los señores Allamand, Arancibia, Chadwick, Coloma, Espina, Frei, García, Kuschel, Larraín, Novoa, Orpis y Sabag.

Votaron por la negativa la señora Alvear y los señores Ávila, Bianchi, Escalona, Gazmuri, Girardi, Naranjo, Navarro, Núñez, Ominami, Pizarro, Ruiz-Esquide y Vásquez.

Se abstuvo el señor Cantero.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

Como la abstención influye en el resultado, debe repetirse la votación.

El señor NAVARRO.-

El indeciso es el Senador Cantero, quien "tiene la llave" nuevamente.

¡Háganle cariño...!

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

En votación la solicitud de clausura del debate.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?

El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-

Terminada la votación.

--Se rechaza la clausura del debate (14 votos contra 13).

Votaron por la negativa la señora Alvear y los señores Ávila, Bianchi, Cantero, Escalona, Gazmuri, Naranjo, Navarro, Núñez, Ominami, Pizarro, Ruiz-Esquide, Sabag y Vásquez.

Votaron por la afirmativa la señora Matthei y los señores Allamand, Arancibia, Chadwick, Coloma, Espina, Frei, García, Girardi, Kuschel, Larraín, Novoa y Orpis.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

Continúa el debate.

La señora MATTHEI.-

Pido la palabra para plantear una cuestión de Reglamento.

El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-

Puede hacerlo, Su Señoría.

La señora MATTHEI.-

Señor Presidente , parece muy poco acertado e ingrato el sistema de apagar automáticamente el micrófono apenas termina el tiempo asignado al Senador que está interviniendo; en el caso del fundamento de voto, a los cinco minutos exactos.

Solicito que este asunto sea revisado por la Comisión de Régimen Interior o por los Comités.

Porque, al final, todos confiamos en el buen criterio de quien esté presidiendo. A veces son necesarios 30 segundos adicionales; en otras oportunidades, un minuto. Y en muchas ocasiones existe unanimidad en la Sala para conceder tiempo extra.

El nuevo mecanismo que está operando, en forma absolutamente automática, me parece casi poco honroso.

Por lo expuesto, pido que se revise el punto.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

En la prosecución del debate, tiene la palabra el Honorable señor Naranjo.

El señor NARANJO.-

Señor Presidente , una vez más, al igual como ha sucedido con el otorgamiento de la nacionalidad chilena por gracia, esta Honorable Sala se ve enfrentada a una cuestión muy compleja, que además lleva aparejado muchas veces un elemento innecesario, como lo es el de exponer a los beneficiarios o a sus familiares a situaciones difíciles o, incluso, agraviantes. Pienso que, cuando hay que dar un nombre a un recinto o al conceder la nacionalidad chilena por gracia, debiera tenderse a buscar, en lo posible, la unanimidad de los miembros de esta Corporación.

Sé que ello es difícil, pero situaciones como esta, obviamente, indican que sería lo más sano y pertinente.

En tal sentido, traigo a colación lo que le tocó vivir, en otras circunstancias, a Horacio de la Peña con motivo de un proyecto que se presentó para otorgarle la nacionalidad chilena por gracia. A raíz de ello, inclusive se hicieron afirmaciones que iban mucho más allá de la realidad, exponiéndose a él y a su familia a una situación bastante delicada.

Por lo tanto, frente a hechos como esos, lo ideal sería buscar otros procedimientos.

Ahora, sobre Julio Martínez se pueden decir muchas cosas.

En el campo del periodismo deportivo, donde se especializó en fútbol, fue lejos uno de los mejores. Siempre hablaba de sus maestros, de Manuel Emilio Cossa y otros, quienes lo orientaron en su especialización.

Si uno debiera precisar en pocos términos lo que fue Julio Martínez, tendría que decir que se caracterizó por no tener adversarios; y enemigos, menos. Prácticamente, era "el amigo de todos".

En mi caso particular, compartí con él nuestro sueño y nuestro amor por la Unión Española. Entonces, ¡a quién más que a mí le encantaría que hoy el Senado tomara una decisión en el sentido de hacerle un reconocimiento como el que se plantea!

Empero, tengo serias dudas sobre si sería lo más apropiado y oportuno, sobre todo por haber sabido de su pensamiento en cuanto a que siempre debían prevalecer los primeros actores. Y se refería específicamente a los jugadores o deportistas. Siempre sostuvo que los árbitros y los comentaristas deportivos ocupaban un segundo plano. Y se incomodaba sobremanera con los árbitros que pretendían ser primeras figuras, en reemplazo de los propios jugadores o deportistas.

Por consiguiente, partiendo de la base -como bien se ha expresado aquí- de que el Estadio Nacional es un complejo deportivo que convoca a distintas disciplinas, me parecería un tanto parcial -por decir lo menos- que su nombre sirviera para rendir tributo a una persona que se caracterizó casi exclusivamente por su amor al fútbol.

En mi concepto, ante situaciones como esa, lo ideal sería buscar otra vía. Porque Julio Martínez , a no dudarlo, merece muchos reconocimientos. Como comentarista, fue muy atinado, muy mesurado; y en sus procedimientos, correctísimo. Desde esa perspectiva, entonces, quizás el sector del Estado Nacional donde cumplen su cometido los periodistas deportivos podría llevar su nombre.

Y permítame, señor Presidente , señalar un ejemplo.

El deportista más destacado que ha tenido nuestro país es, ¡lejos!, Nicolás Massú , quien obtuvo dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

¡Ningún otro deportista chileno ha recibido premios de ese nivel!

¿Qué homenaje se le va a rendir el día de mañana -tal vez cuando los que estamos hoy en esta Sala ya no seamos Senadores- a Nicolás Massú , lejos el deportista más sobresaliente que ha tenido Chile?

Estamos hablando de un tenista que obtuvo dos medallas olímpicas. Y quizás pasen muchos años antes de que tengamos otro deportista con esos méritos.

Entonces, perfectamente se podría pensar en los merecimientos sobrados de Nicolás Massú para dar su nombre al Estadio Nacional.

Ahora, parodiando al propio Julio Martínez , creo que, de haber estado con nosotros, nos habría dicho: "¡No me ayude, compadre...!". Porque estoy seguro de que, considerando la situación a que ha llevado el debate de este proyecto, sobre el cual ya algunos parlamentarios han manifestado su voluntad de votar en contra, a "Don Julio", dadas su sobriedad y mesura, tampoco le habría gustado esta forma de rendirle homenaje.

Julio Martínez siempre dijo que interpretaba al hombre común de la calle. Y evidenciaba su gran sabiduría popular cuando hacía comentarios deportivos o de otra naturaleza.

Desde tal perspectiva, pienso que, injustamente, estamos provocando una situación extraordinariamente incómoda, en particular para la familia de Julio Martínez.

Yo habría preferido -y estoy seguro de que "Don Julio" también- que este debate no hubiese existido en el Congreso.

Insisto: Julio Martínez merece todos los reconocimientos. Pero me parece que con esta iniciativa estamos cometiendo un tremendo error. Y no me cabe duda de que ni siquiera se les preguntó a sus familiares si la compartían. De habérseles consultado, seguramente habrían dicho: "Sabiendo como era, no le hubiese gustado este homenaje".

Como expresé, "Don Julio" siempre entendió que los reconocimientos no correspondían a los comentaristas deportivos, sino a los actores, a quienes actuaban en la cancha, a aquellos que -como él señalaba- empapaban la camiseta. O sea, a los deportistas.

En cuanto comentarista, Julio Martínez realizó una enorme contribución. Sus palabras fueron muy sabias, muy humanas.

Señor Presidente , me encantaría que el Estadio Nacional llevara el nombre de Julio Martínez. Sin embargo, por lo que he expuesto, ello me provoca un profundo incomodo (por decirlo de alguna manera).

Soy hincha de Unión Española, al igual que "Don Julio". Y pienso sinceramente que el Estadio Santa Laura, recinto del club de los amores de ambos, debería llamarse " Julio Martínez ".

No considero, pues, que este proyecto sea oportuno. Me parece una sobrerreacción propia de nuestra idiosincrasia, que nos lleva a actuar apresuradamente y sin meditación.

Pienso que Julio Martínez, al igual que muchos de nosotros, consideraría una ofensa a los propios deportistas que el Estadio Nacional llevara su nombre y no el de alguno de ellos que hubiera realizado en su actividad una enorme contribución al país.

Por eso, votaré que no. Y voy a hacerlo con mucho dolor, porque le tenía mucha simpatía a Julio Martínez . Empero, creo que él no habría compartido para nada este homenaje un poquito apresurado que se pretende tributarle, en circunstancias de que es merecedor de otros reconocimientos.

He dicho.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Navarro.

El señor NAVARRO.-

Señor Presidente , el debate ha tomado un rumbo que no hubiéramos querido. El reconocimiento nacional a Julio Martínez , transversal en lo político, en lo social, en lo deportivo, es amplio y unitario.

Siento que el resultado de esta discusión no le hará daño a su figura, por su trayectoria, por su trascendencia, por lo transversal de su accionar, por su espíritu humanitario, por su profesionalismo.

Sin embargo, se ha abierto una brecha en torno a una cuestión más de fondo. Y la pregunta es a quién le corresponde denominar los bienes nacionales de uso público, a quién le compete dar nombres a calles, colegios, teatros, puentes.

Siendo Diputado , presenté un proyecto de ley sobre la materia, porque pienso que aquello le corresponde a la ciudadanía. Si hay que ponerle nombre a un colegio, debe consultarse a padres, apoderados y alumnos; si hay que denominar un puente, pregúntenles a los habitantes de la comuna; si hay que colocarle nombre a un espacio público, hagamos un esfuerzo y consultemos a la gente. Porque la legitimidad del nombre está dada por el reconocimiento cultural, por la transmisión verbal. Las palabras crean realidades. Por eso el aeropuerto Arturo Merino Benítez sigue siendo "aeropuerto Pudahuel" en el mundo entero. Porque, en definitiva, no se logra cambiar la percepción de la ciudadanía por medio de un decreto ley.

A los municipios, conforme a la ley orgánica que los regula, les corresponde lo concerniente a la denominación de calles, de plazas; y existe al respecto una disposición que establece que debe consultarse a los concejales -se requieren dos tercios de ellos- y al CESCO (Consejo Económico y Social) en cuanto a los nombres de poblaciones, barrios y conjuntos habitacionales bajo su administración.

Hay un decreto, de 1974, que otorga al Ministro de Educación la facultad de, mediante decreto fundado, poner nombre de chilenos o extranjeros a bibliotecas, museos, etcétera.

En tal sentido, considero legítima la consulta a la gente. No me gusta que se fijen por ley los nombres de los bienes nacionales de uso público. He propiciado que sobre el particular haya consulta ciudadana, única manera, en mi concepto, de otorgar legitimidad a las actuaciones en ese ámbito.

El ex intendente Jaime Tohá -escúchenme bien- hizo un concurso para cambiar la denominación del aeropuerto Carriel Sur, que lleva el nombre del dueño del fundo donde se construyó. ¿Méritos? Ninguno. Solo era el dueño de las tierras.

Felicitamos aquella idea y dijimos que había que consultar a los ciudadanos. Ganó un escolar de la comuna de San Carlos, y el nombre elegido fue "Toqui Lautaro".

Sin embargo, muchos sectores de la oligarquía de la zona se sintieron afectados. ¡Cómo el aeropuerto de la Región del Biobío se iba a llamar " Toqui Lautaro "! Su idea era que conservara el nombre del dueño del fundo. Y se suscitó un debate donde lo único que quedó claro fue que la resistencia, por los resabios feudales, a aceptar la diversidad sigue viva en la Octava Región.

Pero hubo debate ciudadano.

En tal sentido, he propiciado un proyecto de ley que posibilite la existencia de mecanismos para que exista participación ciudadana en todas las ocasiones.

Por ejemplo, en el caso del Estadio Nacional, que se encuentra ubicado en Ñuñoa, ¿por qué no consultar a los habitantes de esta comuna, quienes padecen todos los fines de semana los embates de las llamadas "barras bravas"?

Ahora, teniendo dicho coliseo deportivo carácter nacional, pienso que habría que preguntar al país sobre su denominación. Porque ese estadio es patrimonio de todos los chilenos, de todas las regiones, no solo de la comuna de Ñuñoa, ni tampoco de los santiaguinos.

Entonces, reafirmo la voluntad de avanzar en la reforma de la actual legislación para establecer que en esas materias haya consulta ciudadana.

Existe un conjunto de proyectos de ley, especialmente en la Cámara de Diputados, tendientes a cambiar el nombre a aeropuertos, en particular, a plazas, en fin. Uno de ellos propone que el Parque Metropolitano pase a llamarse " Gabriela Mistral ". Y ya tendría esa denominación si hubiera existido consulta ciudadana. El aniversario de su nacimiento o de su deceso habría sido propicio para preguntar a los habitantes de Santiago sobre la viabilidad de la idea de rendir homenaje a nuestra insigne poetisa dando su nombre al principal parque de la ciudad.

De otro lado, tengo la sensación -puedo equivocarme- de que la denominación propuesta mediante el proyecto en debate da cuenta de una parte de la historia del Estadio Nacional, no de toda.

Lamentablemente, dicho recinto tiene dos historias.

Una, la de los triunfos, de la alegría y del llanto en el deporte, de la competencia, del encuentro colectivo, especialmente en torno del fútbol.

Pero también está la historia negra, que yo no quiero olvidar, porque -ya lo he dicho- soy de aquellos que perdonan pero no olvidan.

Esa es también parte de la historia del Estadio Nacional, quiéranlo o no. Parte de ella son los detenidos en ese recinto deportivo, los torturados, los desaparecidos, todos los que padecieron allí la acción de la dictadura.

Por lo tanto, el inconsciente colectivo del país no solo alberga al Estadio Nacional con relación al deporte, pues para una generación de chilenos ese recinto significó terror, dolor y muerte.

Desde esa perspectiva, no me parece correcto que la figura de un hombre que en sí representó la transversalidad, el profesionalismo, sea asociada a un estadio que guarda esa parte de nuestra historia, que es muy relevante y de ningún modo puede ser borrada. Y Julio Martínez estuvo al margen de ella. Por el contrario, fue una persona que generó confianzas, que interpretó -como se ha reiterado aquí hasta el cansancio- a muchos chilenos.

A mi entender, el nombre del Estadio Nacional tiene que dar cuenta de toda su historia: la deportiva y la correspondiente a la parte negra de la vida de nuestro país.

No creo, entonces, que este sea un buen proyecto. Y le aclaro al Senador Coloma -lamentablemente, no se encuentra presente- que la idea fue impulsada por un Diputado de la Oposición, si bien la iniciativa original fue de Diputados de diversos sectores.

Ahora, considero que hubo apresuramiento para hacer la propuesta de ley, que el Ejecutivo recogió rápidamente.

¡Ojalá algunas de las iniciativas de los Senadores oficialistas fueran acogidas y traídas tan velozmente al Parlamento como esta! No sé qué debe hacerse para conseguirlo. ¿Hay que tratar bien al Gobierno? ¿Hay que tratarlo mal? ¿Hay que hacerle cariño? ¿Hay que criticarlo? He probado todo, y todavía no descubro la fórmula, no logro que pongan atención a nuestros proyectos.

¿Cómo conseguirlo?

La señora MATTHEI.-

¡Copy paste...!

El señor NAVARRO.-

No hay copy paste, Senadora. Por el contrario. Seguiremos utilizando Internet como fuente inagotable de conocimientos, solo que vamos a hacer que la red sea libre, no manejada por grupos económicos o por un solo poder.

Pienso que el presente debate es oportuno, necesario; pero, al igual que el Senador señor Naranjo, únicamente lamento que se encuentre cruzado por el nombre de una persona que cuenta con todo nuestro reconocimiento.

Hubiéramos querido no abocarnos a esta discusión, pero estimo que no nos corresponde denominar a los bienes nacionales sin consultar a los ciudadanos.

Si insistiéramos, por ejemplo, en la moción que cambia el nombre del aeropuerto internacional de Chacalluta, en Arica, por el de "Alcalde Santiago Arata"; o en la que denomina "Aeropuerto Presidente Eduardo Frei Montalva " al aeródromo Presidente Balmaceda , en la comuna de Coihaique; o en la designación "Aeropuerto Carriel Sur de Talcahuano", iríamos en una línea contraria al sentido común, cual es que si se trata de bienes nacionales de uso público y estos claramente se hallan al servicio de la comunidad y son parte de lo público, el bautizo pertinente se debiera hacer por parte de quienes los usan, no discrecionalmente por un grupo de parlamentarios.

No sé si el Congreso refleja hoy, en enero de 2008, la voluntad popular, social; ni tampoco si logramos interpretar el sentimiento de los deportistas a nivel nacional. Diría que, por el contrario, se ha venido distanciando de la ciudadanía y que sus integrantes somos objeto de una fuerte crítica.

Entonces, abogo por una mayor cercanía a la ciudadanía. Y creo que el intentar reemplazarla mediante este mecanismo -hay muchos otros- constituye un mal camino.

Abogo por contar con una legislación que permita que para consultas como esta, que pueden ser materia de ley, existan mecanismos ciertos, claros, de participación ciudadana. Y, para eso, debería tener cabida la iniciativa popular de ley -proyecto que presenté hace siete años y que, afortunadamente, el Gobierno recogió hace pocos meses-, con el objeto de desarrollar un debate más estructurado.

Por mi parte, voy a votar en contra del texto que nos ocupa, no en contra de Julio Martínez, cuya figura todos tuvimos presente desde muy niños y acompañó a generaciones de deportistas y de chilenos, en general, a través de la radio o la televisión.

Lo haré con mucho respeto por su persona y sumándome al reconocimiento que le ha tributado el país entero, pero señalando que la mejor manera de perpetuarlo no es la de cambiar la denominación del Estadio Nacional. Habrá otras y será preciso estudiarlas.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.

El señor LARRAÍN.-

Señor Presidente , la verdad es que me ha sorprendido el giro que ha experimentado el debate, porque a ratos se plantean consideraciones muy ajenas al tema en cuestión, como la que acabamos de oír al Senador señor Navarro .

Entiendo la inquietud que representó Su Señoría a propósito de la situación vivida después del "golpe" por muchas personas que fueron víctimas de distintos tipos de agravios o violaciones a los derechos humanos. Pero me parece que el hecho de que eso haya ocurrido en nada impide que una iniciativa de esta naturaleza prospere, porque no debemos tener una mirada unidimensional de la historia, como si la única posible, válida y legítima fuera esa. Hay otras miradas.

El Estadio Nacional se halla cruzado por muchas cosas extraordinariamente importantes en la vida deportiva del país. Además, estamos hablando de don Julio Martínez Prádanos , quien poseía ciertas características que quizás vale la pena subrayar y reconocer a través de algún tipo de homenaje público. Podría haber sido otro, pero a algunos se les ocurrió rendirle el que nos ocupa. ¿Y por qué no?

Me pregunto si acaso el debate no es transversal. Porque pareciera que para algunos solo determinadas figuras, pertenecientes a áreas específicas y con cierta jerarquía, definida no sé por quién -¿por un círculo de iniciados?, ¿por una visión elitista?-, fueran las encargadas de administrar a quiénes se les pueden efectuar reconocimientos públicos.

¿No es aceptable pensar que una persona que estuvo vinculada al ámbito deportivo desde la perspectiva periodística puede ser objeto de uno de ellos?

¿Se considera que esa es una actividad menor?

¿Se entiende que se trata de alguien de segunda categoría, de quien solo cabe conceder que era un buen tipo, que a todos les caía bien?

Pero ¿no es acreedor a tributo un hombre sencillo, un hombre común, que a lo largo de su vida dignificó su profesión y el deporte?

No puedo entenderlo.

Fue una persona agraciada con el Premio Nacional de Periodismo; que ha sido reconocida en ese ámbito, en todos los medios, como un profesional destacado. En efecto, sobresalió en diversos géneros periodísticos -ello no es fácil para quienes se desenvuelven en tal actividad-, desempeñándose en televisión, radio y prensa escrita, esta última donde se inició y a la que prácticamente no abandonó a lo largo de su vida.

¿No cabe un reconocimiento a alguien cuya característica más relevante fue ser una persona común y sencilla, que creía en el respeto y la solidaridad; que cada vez que intervenía -y lo hizo no solo en el área periodística, sino también en distintos escenarios y momentos de la historia nacional- aportaba una nota positiva y creaba un ambiente de calidez y humanidad?

¿No cabe, para un ser humano con tales peculiaridades, un reconocimiento por ciertas virtudes que también lo destacaban en lo profesional, como el culto del lenguaje, el manejo del idioma, la preocupación por desempeñarse realmente en forma profesional en cada una de sus actuaciones? Y cuando escucho argumentar que ello no corresponde por haber transcurrido muy poco tiempo desde el deceso, me pregunto cuánto debe transcurrir desde ese momento -¿tres meses?, ¿seis meses?, ¿un año?- para rendir homenaje a alguien que, poseyendo virtudes humanas y cualidades profesionales, puede simbolizar como nadie al chileno, al hombre común y corriente, a la persona sencilla que, sin embargo, hace las cosas bien y destaca. Desde luego, sobresalió, no en el campo de las grandes políticas nacionales, ni en el de las bellas artes consagradas universalmente -¡no!-, sino como profesional en el del periodismo deportivo.

Por mi parte, pienso distinto. Reconozco lo acontecido en el Estadio Nacional. Es un dato de la causa. ¡Pero eso no es lo único que sucedió allí! Han transcurrido demasiados años; han pasado muchas cosas. Y el identificar a ese recinto deportivo con una persona de las características indicadas realza, no solo al Estadio Nacional y al mundo deportivo, sino también a Julio Martínez .

En situaciones como esta, a diferencia de otros señores Senadores, creo que, como un homenaje al deporte y a la importancia que reviste y, muy especialmente, como un reconocimiento a personas que, como Julio Martínez , nos regalaron durante muchos años un ejemplo de generosidad, de optimismo, de profesionalismo, de humanidad, bien podemos hacer algo tan simple como ponerle su nombre a un recinto deportivo emblemático.

Creo que eso hablaría bien de Chile.

No será "justicia divina", como decía él, pero es justicia al fin.

Votaré que sí.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.

El señor ESCALONA.-

Señor Presidente, estoy revisando la nómina de las Diputadas y Diputados que, junto con el Ejecutivo, iniciaron el proyecto. Pertenecen a diferentes partidos y algunos se hallan vinculados muy directa y personalmente con el tema de los derechos humanos.

Suscribieron la moción, entre otros, el Diputado Tucapel Jiménez , hijo del dirigente sindical del mismo nombre asesinado por la dictadura en 1982; el Diputado René Alinco , muy relacionado con el mundo sindical; Diputados de Oposición , con diferentes matices en su manera de asumir el compromiso político desde distintos ángulos.

Por eso, no me parece válido intentar establecer una línea demarcatoria respecto del origen del proyecto, o sea, prejuzgar sobre su génesis. No lo creo posible si se atiende a los nombres de quienes lo suscriben.

Entonces, parto del hecho de que la iniciativa está motivada por la buena fe. No deseo descalificar a sus autores y, por ello, no suscribo las palabras del Senador señor Ávila en el sentido de que esta es una muestra de que la Cámara de Diputados es infantil. Quiero dejarlo consignado así, porque se trata de un terreno sumamente delicado: tendríamos que entrar a discutir qué es lo maduro o inmaduro, lo adulto y lo no adulto. Es una cuestión muy opinable.

Pero se debe prevenir, sobre todo, la presunción mesiánica de que el juicio propio vale más que el ajeno. ¡Todas las opiniones son válidas y legítimas!

Además, señor Presidente , el argumento de que un recinto como el Estadio Nacional está destinado a "grandes hombres", entre comillas, me lleva a rebelarme: ¿Quiénes son los "grandes hombres"? ¿Cuáles son los predestinados a ostentar esa dignidad? ¿Y cuál es el tribunal que puede otorgarla?

Me parece una pretensión profundamente autoritaria que alguien pueda decir: "Este es un gran hombre y este otro no lo es".

Para ser franco, tenía dudas, pero los argumentos entregados me hacen votar a favor de la designación propuesta, precisamente por la naturaleza de lo que se ha dicho en contra.

Pienso que Julio Martínez revistió la calidad de gran hombre...

La señora MATTHEI.-

¡Yo también lo creo!

El señor ESCALONA.-

... por lo que fue: un comentarista deportivo.

¿Qué descalifica a una persona por ser comentarista deportivo? ¿Qué tiene de malo serlo? Si además desempeñó esa labor con honradez, con rectitud, creyendo en lo que hacía, desde 1945, esto es, por más de 60 años. Fue un gran hombre, en consecuencia, desempeñándose en una actividad que, además, lo llevó a ser reconocido, a que se le otorgara el Premio Nacional de Periodismo.

De otro modo, entraríamos en un terreno muy delicado. En efecto, no sé cómo se podría determinar cuáles son los grandes hombres y cuáles no. Lo que define a las personas es su historia, su trayectoria, su experiencia, su vida. Y la verdad es que estimo, al mirar las cosas con realismo, que la vida de Julio Martínez es admirable, es la de una persona que con pasión, con amor, se dedicó a cultivar aquello que amaba muy profundamente: el deporte, en particular el fútbol.

Hoy se puede ver que muchas actividades humanas son realizadas sin ningún tipo de cariño, sino porque, simplemente, hay que hacerlas; pero aquí tenemos a alguien diferente. Eso marca un distingo y hace que esta persona sea singular, pues presenta algo que la identifica y la caracteriza: supo convertir el periodismo deportivo en una pasión.

A mi juicio, ese mérito lo destaca. Muchísimas otros seres humanos no lo poseen.

Ahora bien, surge otro hecho de las pocas líneas del proyecto. Este no tiene 40 ó 50 páginas relativas a un filósofo, un economista o un literato. No. Es una iniciativa que refleja la vida de un hombre sencillo que surgió desde abajo; de un hombre que, de aficionado, llegó a transformarse en una de las principales voces del periodismo deportivo del país. Y creo que eso es sumamente válido en la sociedad actual, a modo de ejemplo para los jóvenes, de promoción de una manera de comprender la vida social. Julio Martínez no pertenecía a la elite. A lo mejor llegó a ser parte de ella, pero fue el curso de su vida el que lo transformó en un referente como comentarista deportivo.

No quiero latear más, señor Presidente. El curso que tomó la discusión me ha hecho tomar partido en ella y voto a favor de que el Estadio Nacional se llame Julio Martínez .

El señor FREI, don Eduardo ( Presidente ).-

Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.

El señor NÚÑEZ.-

Señor Presidente , la discusión sobre la materia se torna cada vez más compleja.

Algunos empezamos a escuchar a don Julio Martínez desde muy jóvenes, y, coincidiendo o no, por cierto, con muchas de sus apreciaciones deportivas, nadie puede negar que nos entretuvo; que le dio una dimensión distinta al deporte; que entregó conocimientos que van más allá del juego propiamente tal, en particular del fútbol. Todos entienden muy bien que hablamos de una persona que siempre fue excepcional, no solo al momento de su fallecimiento.

Soy uno de los que estuvieron detenidos en el Estadio Nacional y, por ende, viví lo que sucedió allí. Pero no es esa la razón por la cual tengo un pensamiento distinto, sino porque desde hace mucho tiempo me parece lamentable el hecho de que esta clase de decisiones las tome el Parlamento y no el organismo correspondiente.

¿Qué tiene que ver el Parlamento en la proposición del nombre de un estadio nacional o de uno cualquiera, en circunstancias de que existen los CORE, los gobiernos regionales y los municipios?

A nadie se le ha ocurrido consultar al alcalde de Ñuñoa si está o no de acuerdo con el nombre del recinto deportivo situado en su comuna. ¿Qué dicen los concejales al respecto?

¿Cómo íbamos a seguir poniéndoles el nombre a las calles si hace mucho que el Parlamento dejó de bautizar las de Curanilahue, como hacía antes? Ello era un absurdo.

Hasta hace algunos años, el Congreso tenía la posibilidad de ponerles nombre a las calles, a los hospitales, a las plazas. Es algo que no tiene ningún sentido.

¿Para qué hacemos leyes? ¿Para qué creamos gobiernos regionales?

Entiendo que ahora existe acuerdo para que los consejeros regionales sean elegidos. Ojalá que sea así. Son ellos los que conocen mucho mejor sus realidades.

El Estadio Nacional debiera dejar de llamarse en esa forma y cambiar su nombre por el de Estadio Metropolitano de Ñuñoa. Eso es lo lógico.

Solo algunos estadios llevan el nombre de una persona, como el " David Arellano ", por razones muy emotivas, pues ese jugador murió en medio de un partido de fútbol en España y el club Colo Colo bautizó así al recinto. Ello me parece superatendible, sin ser colocolino, por cierto.

El señor ÁVILA.-

Debería llamarse " Ricardo Núñez".

El señor NÚÑEZ.-

En ese caso, sería una cancha muy pequeña, modesta,...

El señor ALLAMAND.-

¡Pero con mucha jerarquía...!

El señor NÚÑEZ.-

... porque nunca fui bueno para jugar fútbol.

¡Quizás pude hacerlo mejor y haber intentado ser Presidente de algún club,...

El señor CANTERO.-

¡Hubiera sido un gran aporte...!

El señor GAZMURI.-

¡En realidad, la idea es elegirlo Presidente del Senado...!

El señor NÚÑEZ.-

... ya que surgen algunas dificultades con relación a otros ámbitos...!

En fin, jugué fútbol y no lo hice muy bien. Y no habría absolutamente ninguna posibilidad de que ese estadio donde alguna vez jugué -nadie creería que lo hice por Universidad Católica- llevara mi nombre. ¡Sería muy injusto!

Existen varias personas que se han dedicado al deporte y a ejercer como comentaristas radiales o televisivos de esa práctica. No voy a mencionarlas, porque todas están vivas y poseen la característica de la calidad en las dos actividades.

El señor PIZARRO.-

¡Vamos a tener que inventar un estadio para el "Sapo" Livingstone...!

El señor NÚÑEZ.-

El señor Senador se refiere a alguien a quien yo admiré desde muy pequeño, por su calidad. Por cierto -por favor que él no lea esto-, ha sido el mejor arquero que ha habido en Chile. Difícilmente encontraremos otro de la calidad del "Sapo" Livingstone.

Además, es un gran comentarista. Yo por lo menos me entretengo con él tanto como lo hacía con Julio Martínez. Puede que no posea las virtudes que indicó el Senador señor Larraín en el sentido de que no tiene tanto manejo lingüístico. A lo mejor no usa las tres mil ochocientas veinticuatro palabras que deben utilizarse bien en el castellano. Pero, en mi opinión, es un muy buen comentarista. A pesar de ser de la Universidad Católica, ha demostrado ecuanimidad. Y de igual modo se ha referido a otros temas.

No voy a mencionar a otros comentaristas que también fueron estupendos deportistas y que hacen un gran aporte al desarrollo del deporte chileno.

Se trata de que los estadios se vinculen con las historias vitales de sus respectivas Regiones. El nombre del Estadio El Cobre se debe a razones obvias. Ojalá que al Senador señor Chadwick no se le ocurra reemplazarlo por el de una persona, porque así suena muy bien: "Estadio El Cobre"; "de El Teniente", más encima. Por eso, ruego a los parlamentarios de la zona que no le cambien su denominación, que, también por razones obvias, se encuentra muy relacionado con mi historia vital.

También tenemos el caso del Estadio Chinquihue. A nadie -ojalá que tampoco a los Senadores señores Escalona y Kuschel - se le ocurriría cambiarle el nombre. Lleva uno precioso, que habla de la raíz indígena de nuestro país, y está ubicado en un lugar bastante hermoso denominado de la misma forma.

¿Por qué el estadio de Arica se llama " Carlos Dittborn "? Porque este fue uno de los "tres mosqueteros" que hicieron posible que Chile tuviera un mundial de fútbol en 1962. Recibimos en Los Cerrillos -yo también lo hice- a esos "tres mosqueteros", entre ellos, el papá de la Senadora señora Alvear , quienes venían llegando de Europa nada menos que con un mundial de fútbol. Fueron héroes. Y, sin embargo, no fue al Estadio Nacional al que se le puso " Carlos Dittborn ", sino al de Arica.

Entonces, debemos tener mucho cuidado.

A lo que voy, básicamente -y con esto termino-, es a que ojalá sean los consejos regionales y los municipios respectivos los que tomen la decisión de poner nombres a los estadios, a las calles, a las plazas, etcétera, y no el Parlamento, porque creo que nosotros estamos llamados a legislar y no a estar otorgando denominaciones a los bienes de uso público. Ya dejamos de hacerlo con las calles, como ocurría en el pasado. Parece que antes era más fome ser parlamentario, pues nuestros antecesores se dedicaban a ponerle nombre a las calles y a las plazas. De repente algunos que no tenían idea de dónde quedaba Curanilahue le colocaban nombre a su plaza. Era absurdo.

Por las razones expuestas, señor Presidente, votaré en contra de la iniciativa.

El señor FREI, don Eduardo (Presidente).-

Ha terminado el tiempo destinado al Orden del Día.

Quedan inscritos para intervenir en la próxima sesión los Senadores señor Letelier , señora Alvear y señores Sabag , Gazmuri , Ávila , Allamand y Arancibia .

Pasamos al Tiempo de Votaciones .

2.4. Discusión en Sala

Fecha 30 de abril, 2008. Diario de Sesión en Sesión 16. Legislatura 356. Discusión General. Se aprueba en general y particular sin modificaciones.

DENOMINACIÓN DE ESTADIO NACIONAL COMO "ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS"

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-

Corresponde proseguir la discusión del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que reemplaza la denominación del Estadio Nacional por "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos", con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.

--Los antecedentes sobre el proyecto (5695-06 y 5689-06) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:

Proyecto de ley:

En segundo trámite, sesión 82ª, en 15 de enero de 2008.

Informe de Comisión:

Gobierno, sesión 84ª, en 16 de enero de 2008.

Discusión:

Sesiones 85ª y 87ª, en 22 y 23 de enero de 2008 (queda pendiente su discusión).

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

La discusión de la iniciativa se inició en sesión de 22 de enero del año en curso y prosiguió en la sesión del día siguiente, es decir, del miércoles 23, oportunidad en que quedó pendiente.

Se encontraban en esa ocasión inscritos para hacer uso de la palabra -en este orden- el Honorable señor Letelier y los Senadores señora Alvear y señores Sabag, Gazmuri, Ávila, Allamand y Arancibia.

Cabe recordar que la Comisión aprobó el proyecto en general y en particular por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores señores Bianchi, Orpis, Pérez Varela y Sabag, en los mismos términos en que lo hizo en su oportunidad la Honorable Cámara de Diputados.

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-

Continúa la discusión en general y particular.

Tiene la palabra la Senadora señora Alvear.

La señora ALVEAR .-

Señor Presidente, en primer término, quiero recordar que el Estadio Nacional fue inaugurado en el país el 3 de diciembre de 1938 con el propósito de ser el centro de expresión de una de las actividades, creo yo, más nobles que practica el ser humano: el deporte.

El gigante de Ñuñoa, en sus casi 70 años de existencia, ha sido sede de trascendentales encuentros deportivos, pero también testigo de extraordinarios eventos culturales, sociales, religiosos y políticos que significaron alegrías inolvidables a miles y miles de familias que han ocupado sus instalaciones. ¡Cómo no recordar la visita del Papa Juan Pablo II , o el Mundial de Fútbol de 1962!

Así, también, el Estadio Nacional marcó una época -la más dura de nuestra existencia como nación- cuando lamentablemente fue sede de hechos dolorosos que nos avergüenzan, y que espero que el país haya aprendido para decir "Nunca más".

Por eso, comprendo muy bien a quienes temen que ese recinto deje de ser un memorial que nos señale que tales historias no pueden repetirse.

Sin embargo, señor Presidente , considero que, como indica el mensaje de la iniciativa legal que hoy nos convoca, las cualidades de don Julio Martínez -a quien tuve el honor de conocer, pues compartió con mi padre, Ernesto Alvear , tantas y tantas jornadas- se asocian con la unidad de los chilenos, que es principalmente el propósito que se tuvo en vista cuando se construyó dicho Estadio.

Julio Martínez es una de esas figuras notables que se ha generado de parte de los más diversos sectores. Y, especialmente -debo decirlo, interpretando el sentir popular de los chilenos y chilenas-, él fue capaz de subrayar el espíritu solidario nacional, de ensalzar la amistad que busca en la actividad física colectiva también una expresión de dicha solidaridad.

Julio Martínez fue un testigo privilegiado de la historia deportiva que se concentra en nuestro principal coliseo. Y estoy segura de que una inmensa mayoría de los ciudadanos -en particular, las personas vinculadas al deporte- asocia a Julio Martínez con el recinto ñuñoíno y lo recuerda caminando con su inconfundible figura hacia la tribuna de prensa para relatar o comentar un partido.

Señor Presidente , Naciones Unidas ha instado a los Gobiernos a tomar seriamente en consideración que el deporte puede ser sistemáticamente incorporado a los proyectos para mejorar los niveles de vida de las personas, en especial, de los más jóvenes que viven en situación de pobreza, de enfermedad o de conflicto.

Se ha indicado que el respeto por el rival, el desarrollo organizacional, la disciplina que se requiere en el trabajo en equipo y el juego limpio son elementos principales de la práctica deportiva y constituyen, igualmente, valores esenciales de nuestra vida.

Creo que siempre que leímos, escuchamos o vimos a Julio Martínez pudimos apreciar que su mensaje buscó precisamente resaltar esos fines. Lo hizo no solo con calidad y entusiasmo, sino además con un ejemplar respeto por las personas.

Fueron virtudes como las que quisiéramos ver en forma permanente en los campos de juegos las que se destacaron cuando fue distinguido innumerables veces, entre otros galardones con el Premio Nacional de Periodismo o con su incorporación a la Academia Chilena de la Lengua.

Por ello, porque "Jota Eme" -como se le conocía popularmente-, era un fiel intérprete del aficionado que se une al vecino de asiento -a quien tal vez nunca vio antes- para gritar juntos un "ceacheí", apoyo la idea de legislar planteada inicialmente por Honorables Diputados y que fue recogida por una iniciativa del Ejecutivo, cuyos propósitos están señalados en el mensaje de la Presidenta de la República .

En virtud de lo anterior, señor Presidente, doy mi respaldo a este proyecto de ley, para que el imponente Estadio Nacional lleve el nombre "Julio Martínez Prádanos".

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.

El señor SABAG.-

Señor Presidente, deseo recordar, en primer término, que esta iniciativa proviene de un mensaje de Su Excelencia la Presidenta de la República , quien acogió la moción presentada por los Honorables Diputados señoras Alejandra Sepúlveda , Marisol Turres y Ximena Vidal y señores René Alinco , Ramón Barros , Tucapel Jiménez , Juan Lobos , Iván Norambuena , Manuel Rojas y Gastón Von Mühlenbrock . En su oportunidad, la Primera Mandataria calificó su urgencia de "discusión inmediata".

Don Julio Martínez Prádanos , desde temprana edad, alcanzó un perfil de comunicador social elocuente y creativo que entretenía a su público auditor no solo por sus relatos deportivos, sino también porque su oratoria alcanzaba ribetes casi literarios, que estimulaban la imaginación de muchos.

Martínez Prádanos , durante su larga y fecunda trayectoria, constituyó un referente de la opinión pública nacional. Además de sus evidentes condiciones de periodista deportivo, supo también incursionar en otros ámbitos de la vida colectiva. Así, cuando el país se debatía en la difícil dinámica de posturas ideológicas encontradas, él ponía una nota de sensatez y de unidad.

Exhibió en su vida profesional diversas habilidades. Conocedor del idioma, luchaba por su pureza y por despojarlo de términos vulgares o expresiones que lo desvirtuaran.

Era un celoso de Chile, de su historia y de sus costumbres.

En sus comentarios radiales no era extraño que intercalara, entre las notas deportivas, algún hecho que marcara nuestra nacionalidad.

Como hombre de clase media, de educación normal y sin otra elocuencia que la sinceridad con que expresaba su pensamiento, se acercó al pabellón de los notables. Prueba de ello son las muestras de pesar que provocó su fallecimiento y su multitudinario funeral.

Julio Martínez amó el deporte y proyectó este sentimiento especialmente hacia los jóvenes, que son el capital social más valioso que puede exhibir el país.

Su aporte a Chile es innegable, y bien merece que nuestro principal campo deportivo lleve su nombre, para ejemplo de futuras generaciones.

En su vida recibió numerosos reconocimientos y homenajes, siendo quizás el más importante el Premio Nacional de Periodismo, que obtuvo en 1995. También recibió el Premio Nacional de la Historia del Fútbol; el Premio Amador Yarur del Club Deportivo Palestino, como el mejor periodista chileno del siglo XX, y el Premio Anatel , como mejor figura televisiva del año 2003.

Este hombre, por sus dones y calidad humana, une a la gran mayoría de los chilenos.

Por eso considero muy digno que el Estadio Nacional lleve su nombre.

Votaré a favor del proyecto.

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-

Tiene la palabra el Honorable señor Ávila.

El señor ÁVILA.-

Señor Presidente, voy a votar en contra de la iniciativa en debate.

Lejos estoy de intentar inferir con ello un agravio a la figura de don Julio Martínez, muchos menos a su familia.

Lo que intento con este rechazo es elevar una protesta simbólica por lo que denomino "la legislación al minuto". Este no es el primer caso: tenemos varios ejemplos en el pasado. Vale decir, sobre los acontecimientos, a alguien se le ocurre conseguir un aprovechamiento de cualquier índole para exaltar la figura de una personalidad que deja este mundo.

¡Pero así no se logra aquel propósito!

Aun más, poner "Julio Martínez Prádanos" al Estadio Nacional significa condenar a la desaparición el nombre de una persona señera en las comunicaciones. Porque nadie acudirá a presenciar un partido de fútbol al "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos", sino que simplemente irá al Estado Nacional. ¡El apellido nunca más volverá a pronunciarse!

Por la sola fuerza de la costumbre, la gente durante décadas ha denominado de cierta manera a ese recinto deportivo y seguirá haciéndolo así, independiente de que el Congreso le asigne ahora un nombre determinado.

¡Vean lo que pasa con el principal aeropuerto de Santiago! La gente, por supuesto, vuela desde Pudahuel y no desde el Aeropuerto Comodoro no sé cuánto.

¡En realidad no recuerdo cómo se llama...!

El señor NÚÑEZ .-

¡ Arturo Merino Benítez!

El señor ÁVILA.-

¿Cuánto tiempo lleva ese nombre? Varios años. Pero " Arturo Merino Benítez " sencillamente desapareció. La gente lo ignora, no porque desee agraviarlo. ¡No! Lo que pasa es que ya había un nombre y lo otro pasa a ser un apéndice sin significación alguna.

Entonces, lejos de rendir tributo a don Julio Martínez, pienso que se le está condenando a que desaparezca de la memoria de los ciudadanos al poner su nombre a un recinto que carga mucha historia, de todo tipo, y que partió llamándose "Estadio Nacional". Y seguirá siendo conocido así por muchos años. No digo por siglos, porque tengo entendido que ya está llegando el momento de su extremaunción. Si no se renueva pronto, vamos a tener muchas dificultades, según explicó no hace mucho gente experta en la materia.

Concluyo, señor Presidente, y lo reitero. Mi voto en contra del proyecto nadie lo puede interpretar como un agravio a don Julio Martínez, a quien tuve el gusto de conocer. Y, por cierto, participo de todos los buenos recuerdos que se han hecho de su persona.

Lo que hago con este voto es rechazar una forma oportunista de legislar, que no honra al Congreso y tampoco ayuda a exaltar el nombre de aquellos a quienes se intenta favorecer.

He dicho.

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Allamand.

El señor ALLAMAND.-

Señor Presidente, haré unas breves reflexiones con relación al tema objeto del debate.

En general, uno podría considerar que las objeciones que se han formulado a este proyecto apuntan a que Julio Martínez no habría sido un deportista y también -digámoslo sin que pueda resultar ofensivo para nadie que haya expresado su punto de vista en tal sentido- a que no tendría el mérito suficiente como para que su nombre se viera, en cierto modo, permanentemente vinculado a nuestro principal coliseo deportivo.

De alguna manera -así lo expresó hace varias semanas el Senador señor Escalona -, se aduce subliminalmente que Julio Martínez no sería un gran hombre, de aquellos que tendrían derecho a que su nombre se identificara con un recinto deportivo de estas características.

Y, en verdad, yo tengo la impresión exactamente inversa.

Creo que Julio Martínez, más allá de haber sido una persona ligada al deporte, refleja muchos de los valores con que -en mi apreciación personal- la opinión pública, la ciudadanía, los jóvenes y, en particular, aquellos que nos sentimos muy cerca del deporte, debieran identificar a un recinto de esa índole.

Las justas deportivas son un momento de unidad de los chilenos. Quien alguna vez en su vida haya tenido la oportunidad de vestir la camiseta nacional y de representar a Chile en un evento deportivo, nunca lo va a olvidar. Constituye uno de los orgullos más grandes que una persona puede experimentar. Representar al país en un evento deportivo verdaderamente implica una enorme satisfacción. Y, en ese minuto, ello se junta con la idea de cohesión.

¡Pocas cosas unen más a los chilenos que una representación deportiva!

Y mi impresión es que Julio Martínez refleja cabalmente esa noción de unidad. Pero no irradia solo eso, sino también otros conceptos que debieran ser muy preciados en la convivencia nacional, como el de la amistad, la tolerancia, el mérito de la conversación distendida, la austeridad, el amor por el trabajo y el apego a la familia.

En resumen, la persona de Julio Martínez representa mucho más que una identificación con la importancia del deporte. Él encarna muchos de los valores que nosotros quisiéramos que permanentemente impregnaran la vida nacional.

Y creo que hay pocas maneras mejores de expresar o reflejar esos sentimientos que la de dar el nombre de Julio Martínez a nuestro Estadio Nacional.

Por eso, voy a votar a favor de este proyecto.

El señor PROKURICA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.

El señor MUÑOZ BARRA.-

Señor Presidente, como ha señalado muy bien aquí, en la Sala, un señor Senador que me antecedió en el uso de la palabra, no es fácil tomar posición frente a una personalidad respecto de la cual nadie discute los méritos que logró reunir en vida en su especialidad de comentarista deportivo y como hombre de gran sensibilidad humana en diferentes materias.

Nadie olvidará, por ejemplo, las intervenciones de Julio Martínez en la cadena de solidaridad conocida como la "Teletón", a través de la cual, con su verba brillante, logró conmover a todo un país en momentos difíciles.

Tan exuberante era la personalidad de Julio Martínez que, tal como un señor Senador lo describió, recibió una larga lista de premios en su vida producto de sus capacidades en una disciplina tan importante como el deporte.

La sociedad chilena no fue egoísta con él, muy por el contrario, se le entregaron diversas distinciones a nivel nacional, partiendo por mencionar el Premio Nacional de Periodismo.

Entonces, Chile ha cumplido con Julio Martínez .

Por eso, subrayo que no se me pasaría por la mente decir una sola palabra que desmereciera lo que Julio Martínez hizo por nuestra sociedad en lo deportivo y en otras actividades.

Sin embargo, considero también que esta iniciativa exagera el reconocimiento en la forma en que está planteado. El Estadio Nacional, desde el 3 de diciembre de 1938, viene escribiendo la historia deportiva del país. Diferentes generaciones han sido testigos de lo que hombres y mujeres lograron para prestigio de Chile en competencias mundiales y continentales de diferentes disciplinas deportivas.

Entonces, hay una historia del Estadio Nacional, así conocido, así entendido, así aceptado, así querido desde el 3 de diciembre de 1938.

De tal manera que no le podemos negar la identidad a ese campo deportivo.

Yo me pregunto: ¿Por qué no le colocamos a la Biblioteca Nacional, por ejemplo, "Biblioteca Nacional Pablo Neruda"? ¿O es que Pablo Neruda no merecería que su nombre estuviese ligado a ella? ¿Y por qué no podría ser "Biblioteca Nacional Gabriela Mistral"? ¿O el nombre de otras personalidades, de otros intelectuales de nuestro país?

Sin embargo, Chile la conoce como Biblioteca Nacional, a secas.

El señor ÁVILA .-

¡Buen punto, señor Senador!

El señor MUÑOZ BARRA.-

Y yendo a otros aspectos. Tenemos un Teatro Municipal en Santiago. ¿Por qué no podría llamarse "Teatro Municipal Claudio Arrau"? Sin embargo, se llama solo Teatro Municipal . Y la historia artística de este país, en general, y de Santiago, en particular, lo identifica con esa denominación, la cual ya lleva muchas décadas.

Por eso, señor Presidente, yo tampoco voy a dar -lo digo con el mayor respeto- mi voto favorable a esta iniciativa parlamentaria, porque creo que hay miles o cientos de miles de personas que, reconociendo la capacidad de Julio Martínez, percibirán que su sensibilidad sobre el conocimiento de la historia deportiva de Chile va a ser, en alguna medida, herida.

Nos han colocado entre la espada y la pared al proponer este proyecto para reconocer lo que ese hombre fue en el historial deportivo de nuestro país. Pero hay símbolos nacionales que también debemos considerar y respetar.

No quiero alargar más esta difícil intervención, señor Presidente .

Al igual que otros señores Senadores, siento respeto y admiración por Julio Martínez . Pero creo que, en vez de conferirle un honor, será al revés -como aquí se ha señalado-, pues Chile va a seguir llamando "Estadio Nacional" a nuestro principal coliseo deportivo y, así, el nombre del homenajeado constituirá un apéndice que va a disminuir lo que en este instante se quiere subrayar.

Por eso, reitero -y pido la comprensión de los familiares de Julio Martínez- que el voto de este Senador no se sumará a esta iniciativa de ley.

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-

Se ha solicitado abrir la votación.

¿Les parece a Sus Señorías?

Acordado.

En votación.

--(Durante la votación).

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Espina.

El señor ESPINA.-

Señor Presidente, voy a votar a favor este proyecto de ley, que busca incorporar al nombre del Estadio Nacional el de Julio Martínez. Y lo haré basado en lo siguiente.

En primer lugar, porque Julio Martínez fue una persona vinculada siempre al mundo del deporte. Y ello es innegable.

No parece correcto sostener que una persona deba ser deportista para que el principal coliseo deportivo del país lleve su nombre.

Lo importante, a mi entender, es hallarse vinculado al deporte. Y Julio Martínez , a no dudarlo, se mantuvo ligado a él directa y estrechamente durante toda su vida.

Se puede estar vinculado al deporte difundiéndolo o practicando alguna de sus disciplinas. Y quizás lo primero tiene más valor, porque Julio Martínez difundió el deporte en Chile a lo largo de toda su existencia.

Pero tan importante como difundir el deporte es propagar los valores insertos en él. Por ejemplo, el respeto a las reglas del juego; el juego correcto o fair play. Asimismo, el deporte como factor de unidad y no como elemento de división; el deporte al margen de las consideraciones políticas, raciales, sociales. También, los valores claros que involucra ser deportista: la responsabilidad, la honestidad, el respeto al adversario.

A mi juicio, Julio Martínez reunía todas esas condiciones, por su trayectoria; por los valores que representó; por su vinculación con el deporte y por la forma como difundió sus diversas disciplinas; por haber sido factor permanente de unidad en una actividad que desata tantas pasiones y que puede ser, a veces, utilizada políticamente.

Por consiguiente, no veo ninguna razón para que a una persona de esa trayectoria intachable y brillante no se la reconozca colocando su nombre al Estadio Nacional.

No considero válido el argumento de que nuestro principal recinto deportivo va a seguir siendo conocido como "Estadio Nacional", porque, en definitiva, lo que estamos haciendo aquí es un reconocimiento a una persona que dedicó su vida al deporte en forma noble y correcta.

Si hay alguien que tiene merecimientos en tal sentido, es precisamente Julio Martínez.

Por tales consideraciones, voto que sí.

El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-

¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?

El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-

Terminada la votación.

--Se aprueba en general el proyecto (19 votos a favor, 5 en contra y una abstención) y, por no haberse formulado indicaciones, queda aprobado también en particular.

Votaron por la afirmativa las señoras Alvear y Matthei y los señores Chadwick, Coloma, Escalona, Espina, Frei, García, Horvath, Larraín, Longueira, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica, Romero, Ruiz-Esquide, Sabag y Zaldívar.

Votaron por la negativa los señores Ávila, Girardi, Muñoz Barra, Núñez y Ominami.

Se abstuvo el señor Bianchi.

2.5. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen

Oficio Aprobación sin Modificaciones . Fecha 30 de abril, 2008. Oficio en Sesión 24. Legislatura 356.

Valparaíso, 30 de abril de 2008.

Nº 425/SEC/08

A S.E. El Presidente de la Honorable Cámara de Diputados

Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el Senado ha aprobado, en los mismos términos en que lo hizo esa Honorable Cámara, el proyecto de ley que reemplaza la denominación del Estadio Nacional por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”, correspondiente a los Boletines N°s. 5.695-06 y 5.689-06, refundidos.

Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a su oficio Nº 7.231, de 10 de enero de 2008.

Devuelvo los antecedentes respectivos.

Dios guarde a Vuestra Excelencia.

ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍN

Presidente del Senado

CARLOS HOFFMANN CONTRERAS

Secretario General del Senado

3. Trámite Finalización: Cámara de Diputados

3.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo

Oficio Ley a S.E. La Presidenta de la República. Fecha 06 de mayo, 2008. Oficio

?VALPARAÍSO, 6 de mayo de 2008

Oficio Nº 7423

A S. E. LA PRESIDENTA DE LA REPUBLICA

Tengo a honra comunicar a V.E. que el Congreso Nacional ha dado su aprobación al siguiente proyecto de ley, iniciado en Mensaje y en Moción de los Diputados señores Gastón Von Mühlenbrock, Manuel Rojas, René Alinco, Ramón Barros, Tucapel Jiménez, Juan Lobos, Iván Norambuena y de las Diputadas señoras Alejandra Sepúlveda, Marisol Turres y Ximena Valcarce

PROYECTO DE LEY:

"Artículo único.- Denomínase "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos” al actual Estadio Nacional.

Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión “Estadio Nacional” por “Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos”.".

Dios guarde a V.E.

JUAN BUSTOS RAMÍREZ

Presidente de la Cámara de Diputados

CARLOS LOYOLA OPAZO

Secretario General de la Cámara de Diputados

4. Publicación de Ley en Diario Oficial

4.1. Ley Nº 20.264

Tipo Norma
:
Ley 20264
URL
:
https://www.bcn.cl/leychile/N?i=273588&t=0
Fecha Promulgación
:
02-06-2008
URL Corta
:
http://bcn.cl/2ce5z
Organismo
:
MINISTERIO SECRETARÍA GENERAL DE GOBIERNO
Título
:
MODIFICA LA DENOMINACIÓN DEL ESTADIO NACIONAL POR ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS
Fecha Publicación
:
05-07-2008

LEY NÚM. 20.264

MODIFICA LA DENOMINACIÓN DEL ESTADIO NACIONAL POR ESTADIO NACIONAL JULIO MARTÍNEZ PRÁDANOS

    Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al siguiente proyecto de ley, iniciado en Mensaje y en Moción de los Diputados señores Gastón Von Mühlenbrock, Manuel Rojas, René Alinco, Ramón Barros, Tucapel Jiménez, Juan Lobos, Iván Norambuena y de las Diputadas señoras Alejandra Sepúlveda, Marisol Turres y Ximena Valcarce,

    Proyecto de ley:

    Artículo único.- Denomínase "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos", al actual Estadio Nacional.

    Reemplázase en las leyes, reglamentos y demás textos que correspondan, la expresión "Estadio Nacional" por "Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos".

    Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como ley de la República.

    Santiago, 2 de junio de 2008.- MICHELLE BACHELET JERIA, Presidenta de la República.- Francisco Vidal Salinas, Ministro Secretario General de Gobierno.

    Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento, Augusto Prado Sánchez, Subsecretario General de Gobierno.