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Historia de la Ley

Historia de la Ley

Nº 20.029

Permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica.

Téngase presente

Esta Historia de Ley ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional a partir de la información disponible en sus archivos.

Se han incluido los distintos documentos de la tramitación legislativa, ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de formación de la ley.

Se han omitido documentos de mera o simple tramitación, que no proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley.

Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se incorpora un índice.

Al final del archivo se incorpora el texto de la norma aprobado conforme a la tramitación incluida en esta historia de ley.

1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados

1.1. Moción Parlamentaria

Moción de Pablo Prieto Lorca, Sergio Correa de la Cerda, Patricio Melero Abaroa, Carlos Recondo Lavanderos, Eugenio Bauer Jouanne, Ignacio Urrutia Bonilla, José Antonio Kast Rist, Marcelo Forni Lobos, Ramón Barros Montero y Julio Dittborn Cordua. Fecha 04 de abril, 2002. Moción Parlamentaria en Sesión 8. Legislatura 346.

La Sala acuerda refundir los boletines 2903-11 y 3310-11 en este trámite constitucional.

Moción de los diputados señores Prieto, Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Recondo y Urrutia.Permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

(boletín Nº 2903-11)

“1. La presbicia.

Uno de los problemas físicos que afecta con mayor frecuencia a las personas a partir de los 40 años son las dificultades para leer y ver con claridad objetos cercanos o muy pequeños. Este problema es conocido médicamente como presbicia, y dice relación con la dificultad de enfocar objetos cercanos, producto de la pérdida de elasticidad del lente del ojo, elasticidad requerida para cambiar el enfoque de objetos lejanos a cercanos.

La presbicia es parte natural del proceso de envejecimiento de las personas y no es considerada como una enfermedad ocular, sino sólo como una consecuencia del proceso natural de envejecimiento. Por decirlo en términos médicos, es una condición fisiológica y no patológica.

2. Elevado precio de los lentes.

La forma más usada para corregir los problemas causados por la presbicia es el uso de lentes con aumento o con fuerza dióptrica. El problema que se presenta, principalmente para las personas de más escasos recursos, es que, de acuerdo a la legislación vigente, sólo es posible adquirir dichos lentes bajo receta médica y en establecimientos de óptica, lo que hace que el precio de éstos sea muy elevado.

Dadas las características de la presbicia, en muchos países del mundo se permite la venta de lentes para corregirla sin receta médica -e incluso se permite su comercialización en establecimientos tales como supermercados-, dado que se trata sólo de lentes con aumento, sin que éstos sirvan para corregir otros posibles problemas visuales, como la miopía o astigmatismo.

3. Ausencia de efectos secundarios.

Dado que los lentes para corregir la presbicia son simplemente lentes con aumento, los efectos secundarios que pueden producirse por su uso sin receta médica son casi inexistentes. De hecho, el usar estos lentes con un aumento mayor o distinto al necesario o usarlos incorrectamente, sólo podría ocasionar problemas tales como dolores de cabeza o tensión visual, pero en ningún caso pueden provocar problemas más complejos a la vista o empeorar la condición de la presbicia u otra dolencia. En todo caso, la solución a los efectos mencionados es tan simple como el dejar de usar dichos lentes.

4. Disminución de costos.

De permitirse la venta de lentes para la presbicia sin receta médica, el precio de éstos disminuiría notoriamente, ya que podrían ser producidos en serie, aprovechando así las economías de escala que se generarían. Además, se produciría un ahorro importante al no requerir la visita al médico. De esta forma, se permitiría el acceso a este tipo de lentes a personas que necesitan usarlos pero que, por problemas económicos, actualmente no tienen acceso a ellos.

Otro de los costos asociados a la compra de este tipo de lentes, tiene relación con la obligación de venderlos sólo en establecimientos de óptica, lo que los hace menos asequibles especialmente a las personas de menores recursos, ya que deben recurrir a este tipo de establecimientos, que muchas veces no se ubican en lugares cercanos a aquellos donde viven o trabajan.

5. Propuesta.

Para solucionar los problemas antes mencionados, se propone liberalizar en cierta medida el sistema vigente en la materia, autorizándose a los establecimientos de óptica a fabricar estos lentes sin receta médica, lo que les permitirá fabricarlos en masa, disminuyendo sus costos y disminuyendo también su precio de venta a los particulares.

Asimismo, se propone autorizar la venta de dichos lentes en lugares distintos de los establecimientos de óptica y sin el requisito de la presentación previa de la receta médica, lo que hará más fácil el acceso a ellos por parte de los consultorios, quienes además podrán elegir el más adecuado según sus necesidades.

Por las razones expresadas es que vengo a proponer el siguiente:

PROYECTO DE LEY

Artículo único.- Introdúcese el siguiente inciso segundo al artículo 128 del decreto con fuerza de ley número 725, pasando el actual segundo a ser el tercero:

“Exceptúase del requisito de receta médica establecido en el inciso anterior, la fabricación de lentes con fuerza dióptrica destinados a corregir problemas de presbicia. Asimismo, autorícese la venta de dichos lentes en todo tipo de establecimientos, sin necesidad de presentación de receta médica”.

1.2. Moción Parlamentaria

Fecha 07 de agosto, 2003. Moción Parlamentaria en Sesión 27. Legislatura 349.

PROYECTO DE LEY QUE AUTORIZA A TODO TIPO DE ESTABLECIMIENTOS A VENDER LENTES ÓPTICOS CON FUERZA DIÓPTRICA, TRATÁNDOSE DE PERSONAS CON PRESBICIA.

BOLETÍN N°3310-11

1° : La Presbicia es una condición física de alta frecuencia en nuestra población que para algunos puede ser considerado una enfermedad y para otros una situación propia del envejecimiento del ser humano, y que consiste en la dificultad para ver correctamente objetos cercanos, afectando especialmente la capacidad de lectura, de escritura y cualquier otra actividad cercana.

2° La legislación actual faculta sólo a los establecimientos de óptica para fabricar y despachar, mediante receta médica cualquier tipo de lentes con fuerza dióptrica.

3° Es de conocimiento público el difícil acceso que existe hoy día en Chile a una consulta oftalmológica que permita obtener en definitiva una receta por lentes.

4° También es de público conocimiento la venta clandestina en ferias libres o en las calles de lentes con fuerza dióptrica, al igual que la entrega de estos dispositivos por personas que no están habilitados legalmente para hacerlo.

5° La utilización de lentes para la presbicia no requiere de receta médica y es de libre venta en varios países del mundo, EE.UU., Inglaterra, Alemania, etc.

Por todos estos argumentos es que venimos a proponer el siguiente:

Proyecto de Ley.

“Artículo Unico.- Para introducir un nuevo inciso primero al artículo 128 del decreto con Fuerza de Ley N° 725, pasando el actual primero a ser segundo y el actual segundo a ser tercero:

"Los lentes ópticos con fuerza dióptrica, sean éstos intraoculares, de contacto, anteojos comunes u otros, sólo podrán expenderse al público con receta médica, salvo aquellos destinados a corregir los problemas de presbicia, pudiendo éstos últimos venderse en todo tipo de establecimientos.".”.

1.3. Informe de Comisión de Salud

Cámara de Diputados. Fecha 09 de septiembre, 2003. Informe de Comisión de Salud en Sesión 5. Legislatura 350.

?INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD SOBRE EL PROYECTO QUE PERMITE LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA SIN RECETA MÉDICA.

BOLETÍNES Nºs 2903-11 y 3310-11.

HONORABLE CÁMARA:

Vuestra Comisión de Salud pasa a informaros sobre los proyectos del epígrafe, originados en mociones de los diputados señores Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Prieto, Recondo y Urrutia, el primero, y de los diputados señores Accorsi, Aguiló, Cornejo, Mora y Robles, el segundo, ambos en primer trámite constitucional y primero reglamentario.

Con fecha 26 de agosto de 2003, la Comisión acordó en su sesión Nº 56, refundir ambas iniciativas legales, por abordar la misma materia.

I.-FUNDAMENTOS.

La presbicia afecta generalmente a las personas a partir de los 40 años, y se manifiesta en dificultades para leer y ver con claridad objetos cercanos o muy pequeños. Este problema se produce por la pérdida de elasticidad del lente del ojo. No se considera que sea una enfermedad ocular, sino una consecuencia del proceso natural de envejecimiento.

Entre las consideraciones que motivaron la presentación de este proyecto, se pueden mencionar las siguientes:

-El elevado precio de los lentes.

La presbicia constituye un problema principalmente para las personas de escasos recursos, toda vez que de acuerdo con la legislación vigente, los lentes correctores sólo se pueden adquirir con receta médica y en establecimientos de óptica, lo cual resulta sumamente oneroso para ellas. Esto las obliga a menudo a recurrir a la venta clandestina que se ofrece en la vía pública y en ferias libres, por personas que no están habilitadas legalmente para hacerlo.

-La experiencia internacional.

Muchos países, entre ellos, Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, permiten la venta de estos lentes para corregir la presbicia, sin receta médica.

-La ausencia de efectos secundarios.

Los eventuales efectos secundarios derivados del uso de lentes no apropiados, sólo podrían generar dolor de cabeza o tensión visual, pero ningún otro problema de mayor complejidad.

-Disminución de costos.

Las ventas sin receta y en cualquier establecimiento podrían reducir los costos de los lentes.

En este sentido, se ahorraría el costo de la consulta médica como el valor de compra en un establecimiento de óptica.

II.- CONTENIDO DE LAS MOCIONES

Ambas constan de un artículo único, mediante el cual se cumple el objetivo ya reseñado, es decir:

-Derogar la exigencia de receta médica para la fabricación de lentes para la presbicia.

-Autorizar su venta en cualquier establecimiento, sin necesidad de receta médica.

III.- ANTECEDENTES LEGALES.

1.-El Código Sanitario, en el libro VI regula lo relativo a los laboratorios, farmacias y otros establecimientos.

Su artículo 128 señala que sólo en establecimientos de óptica podrán fabricarse lentes con fuerza dióptrica de acuerdo con las prescripciones que se ordenen en la receta médica correspondiente.

Los establecimientos de óptica podrán abrir locales destinados a la recepción y al despacho de recetas médicas en que se prescriban estos lentes, bajo la responsabilidad técnica de la óptica pertinente.

2.-El decreto supremo Nº 4 de 1985, del Ministerio de Salud, fijó el Reglamento de Establecimientos de Óptica.

Al respecto, el citado decreto regula todo lo concerniente a este tipo de establecimientos. Específicamente, su artículo 1º al definir que se entiende por establecimiento de óptica, señala que se trata de todo local donde se expendan anteojos o lentes con fuerza dióptrica, despacho que deberá efectuarse exclusivamente bajo receta médica.

3.-El artículo 60 Nº 3 de la Constitución Política, señala que las materias que son objeto de codificación deben ser reguladas por ley.

De acuerdo con lo anterior y por tratarse de una modificación al artículo 128 del Código Sanitario, sólo cabe concluir que ésta debe efectuarse por ley.

IV.- ANÁLISIS DE LA MOCIÓN

Durante la discusión del proyecto se contó con la participación de las siguientes personas:

En representación del Ministerio de Salud, el doctor Rodrigo Salinas; el señor Tomás Jordán, asesor jurídico, y el doctor Rodrigo Soto, Jefe del Departamento de Atención Primaria.

En representación de la Sociedad Chilena de Oftalmología; los doctores Rodrigo Donoso, Presidente; Patricio Meza, Vicepresidente; Gonzalo Vargas, Secretario; Fernando Barría y Rafael Arratia.

En representación del Colegio Nacional de Ópticos, los señores Romilio González, Presidente; Max Schilling, Vicepresidente; y el Director Uwe Koch.

En representación de la Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica de Chile, el señor Dalibor Razmilic, Presidente.

En representación del Colegio de Tecnólogos Médicos de Chile, la señora Rosa Oyarce, Presidenta; la señora Cecilia Zumarán, Vicepresidenta, el señor Gonzalo Jaque, la señora María Isabel Vermehren y Oscar Díaz, del Colectivo de Tecnólogos Médicos de la V Región y José Baeza, tecnólogo médico del Hospital Naval.

1.-El Doctor Rodrigo Salinas (Ministerio de Salud)

El objetivo primario de la moción es buscar un bien sanitario, en el sentido de aliviar la carga de enfermedades o de discapacidad de algunas personas, al facilitar el acceso a una exoprotésis como es el caso de los lentes para la presbicia, destacando eso sí el riesgo sanitario que implicaría su aprobación.

Sobre el particular, señaló que era difícil definir lo que era enfermedad, puesto que es un debate de larga data en que no ha habido consenso.

Existe una serie de síntomas, para los cuales las personas adoptan la decisión de automedicarse aun cuando implique un riesgo que, en definitiva, es admitido cuando es inferior a los beneficios que de él se derivan o bien de las dificultades que se le crean a la persona en caso de regular excesivamente la protección del riesgo. Por ejemplo, si una persona sufre de cefalea se toma una aspirina o un analgésico para evitarlo y puede hacerlo porque para su adquisición no requiere de receta médica.

El riesgo que se corre es que la persona al tomar ese medicamento esté enmascarando un tumor cerebral y dilatando el diagnóstico y tratamiento oportuno. El resguardo pasa por exigir que todo analgésico como la aspirina sea vendida previa receta médica, pero ese resultado no convence a nadie porque implica causar una carga inadmisible a una cantidad considerable de personas que están dispuestas a correr ese riesgo a través de una automedicación responsable.

En lo que dice relación con el proyecto cabe evaluar los riesgos que significaría la automedicación responsable de un lente para la presbicia. Sobre esta materia, los detractores de la libre compra de estos lentes señalan que ello implica dilatar la atención con un profesional calificado como un oftalmólogo que pudiera detectar la presencia de patologías adicionales, como la retinopatías o neuropatías o glaucomas, que de ser diagnosticadas precozmente podrían evitar una ceguera posterior.

A su juicio, debería ponderarse la evidencia científica sobre el aumento real del riesgo que existe de enmascarar patologías o de dilatar una consulta oftalmológica por la compra de lentes para la presbicia y a partir de ello decidir si se está dispuesto a aprobar una reglamentación que asuma ese riesgo como admisible en el entendido que la automedicación siempre implica un riesgo y que existe una cantidad de medicamentos que se expenden sin receta médica.

El Ministerio solicitó la elaboración de un informe sobre estos riesgos, a fin de poder emitir una opinión sobre el particular.

El uso de las analogías en medicina implica riesgos por lo que debe estar apoyada con evidencia científica. La automedicación se puede homologar con el hecho de que una persona se coloque anteojos, para solucionar sus problemas de vista. Para juzgar la conveniencia de liberar su venta, se debería contar con evidencia acerca de los riesgos que ello conlleva, tal como se ha hecho con algunos medicamentos, ya sea tanto para eximirlos de la prescripción médica como para controlar su venta.

Los riesgos y beneficios de una medida de este tipo surgen del ensayo científico aleatorio a un grupo de la población y es probable que no se cuente con estudios de este tipo en el país sino que, probablemente, exista un seguimiento de países o poblaciones en las cuales se ha autorizado este tipo de automedicación. Esa información científica externa debe ser insertada en la realidad nacional.

Sobre la falta del diagnóstico de la presbicia, señaló que más que la ausencia de un diagnóstico, existe un problema de subtratamiento ya que existe una gran población que no tiene acceso a un especialista.

En relación con las posibles querellas por ejercicio ilegal de la profesión, en el caso de la venta de lentes sin receta, ellas no se han materializado porque, no ha sido considerado un riesgo para la salud pública.

Respecto de la decisión final, se debería contemplar no sólo la evidencia científica sino que también los recursos disponibles y los valores de la sociedad en la cual se impone una medida sanitaria.

Sobre los efectos de la autorización de los lentes para la presbicia sin receta médica, señaló que requerirá una reglamentación adicional sobre la fiscalización del producto, el cual deberá ser homologable al de los otros dispositivos médicos en el cual se exige un testeo de la calidad de lo que se vende a la población.

2.- El doctor Rodrigo Soto (Ministerio de Salud)

Concordó con lo dicho respecto de que parte de la solución para facilitar el acceso a la atención de los problemas de refracción debe ser atendido en la atención primaria, pero ello pasa por aumentar el nivel de resolución.

La lista de espera más grande de la atención primaria es la oftalmológica aun cuando existen grandes avances en varios municipios del país en la resolución de las listas. Se ha estimado que cerca del 20% de la población requiere atención oftalmológica una vez al año por vicios de refracción. Si se consideran los inscritos en atención primaria, esta cifra asciende a 1 millón setecientas mil personas.

Al constatar estas cifras se ve que es imposible que se pueda tener oftalmólogos para entregar esa atención a nivel primario. Por eso, se manifestó a favor de la propuesta del Colegio de Tecnólogos Médicos ya que ello permitiría aumentar la resolución de estos problemas.

Estudios realizados en cada una de las comunas, indican que una persona demora 241 días promedio en acceder a una atención oftalmológica por vicios de refracción. Por ello se optó por desarrollar la compra de servicios en especialidades para la atención primaria. Es decir, se entregan recursos a las municipalidades para que compren servicios en el sector privado y adquieran lentes. Este programa ha tenido un buen resultado y los rendimientos siempre han sido superiores al ciento por ciento.

Actualmente, están entregando 83 mil lentes al año en atención primaria con un costo muy bajo. La aplicación de este programa, demostró que sólo uno de cada veinte personas requirió ir a una consulta oftalmológica al nivel secundario.

La mayoría de las personas que componen las listas de espera es por vicios de refracción. Sobre el particular, la presbicia constituye uno de los problemas de refracción por lo que la ley sólo beneficiaría a una parte de las personas que los padecen, ya que la presbicia se soluciona con un lente con aumento, pero si se le da el lente equivocado para un vicio de refracción ocasionará molestias a la persona que lo use aun cuando no le producirá mayor daño.

Señaló, además, que la única solución para resolver las listas de espera es ampliar la resolución de estas patologías en este nivel por lo que acoge con agrado la propuesta del Colegio de Tecnólogos Médicos por cuanto ella está en la misma línea de otras decisiones adoptadas anteriormente como fue la incorporación de las enfermeras, matronas, kinesiólogos y psicólogos para determinadas patologías.

Finalmente aclaró que existen listas de espera en la especialidad de oftalmología en atención primaria por cuanto desde 1998 se inició la atención en esta especialidad en este nivel se puso en marcha el programa de compra de servicios para vicios de refracción en atención primaria y ello implicó contar con información para formar las listas.

3-Los representantes de la Sociedad Chilena de Oftalmología, señalaron que a partir de los datos que arrojó el censo del año 2002:

-El 6 % de la población requiere el uso de lentes.

-El 0,28% de las personas se declararon ciegas, cifra que aumenta en la población mayor de 50 años, alcanzado el 50% de este porcentaje.

Otros antecedentes, señalan que:

-Nuestro país requiere de 19 mil consultas oftalmológicas al año por cada millón de habitantes, considerando solamente a los beneficiarios del sistema público de salud mayor de 50 años, sobre la base que cada persona efectúa una consulta, cada tres años.

En relación con la atención primaria, sostuvo que ella había aumentado en forma considerable. El aumento en las atenciones oftalmológicas alcanza un 15%, sin ningún programa especial de apoyo, con un total de 28 mil consultas por millón de habitantes. De ahí, que concluyeron en que la infraestructura, material y recursos humanos disponibles, podría dar cobertura a todo el problema refractivo, pero que no se tenían antecedentes sobre el estado de las patologías.

El diagnóstico del problema de la atención ocular indica que no hay una red asistencial, y se cree que la demanda que existe en los hospitales se debería a la falta de atención, motivo por el cual propusieron atender ese tipo de patologías en ese nivel.

También señalaron que la tasa óptima de oftalmólogos era de uno por cada treinta mil personas y en el país existe uno por cada veintiún mil personas. El problema se genera, por cuanto sólo el 26% trabaja en el sistema público de salud, cifra que comparativamente no es mala.

Respecto de la presbicia, precisaron que se reflejaba en la incapacidad para la lectura, originado en un proceso degenerativo ocular, descartando que se tratara de un proceso fisiológico. Comienza alrededor de los 45 años y sólo puede ser corregido con el uso de lentes. Estimaciones efectuadas señalan que la presbicia afecta entre el 90 y el 100% de la población mayor de 50 años.

En relación con la prescripción inadecuada, ésta no es inocua, por cuanto ella sobrecorrige el defecto y puede conllevar a una atrofia irreversible del músculo ciliar, descompensando ciertos estrabismos encubiertos y produciendo, además, algunos efectos secundarios, como hipermetropía, cefaleas y fatiga.

También, se refirieron al Programa de Salud Ocular, el cual pretende, entre otras cosas, posibilitar el acceso a los lentes a través de la entrega en las farmacias de los consultorios a bajo costo, previa presentación de una receta médica.

En lo que dice relación con la iniciativa legal, efectuaron consideraciones relativas a la necesidad de efectuar un diagnóstico de los requerimientos de lentes para presbicia de la gente que no puede acceder a una consulta ni a su adquisición, para lo cual se debe considerar a los beneficiarios del sistema público de salud calificados en los grupos A y B del Fonasa, que tienen entre 50 y 64 años, lo que asciende a un número de 782 mil personas. Se parte de este universo de personas ya que, objetivamente, es esta población la que necesita lentes. Entre los 45 y los 50 años pueden seguir leyendo si alejan el texto. El 60% de ellas es presbicia pura, es decir, no presentan otro vicio de refracción, de lo cual se concluye que un total de 469 mil personas podrían verse beneficiadas.

De este universo, sólo el 50% de las personas que tienen presbicia necesitan lentes para corregirla, ya sea porque tienen lentes o se trata de un control. De lo anterior, se infiriere que 264 mil personas requieren lentes, de los cuales sólo el 50% necesitan lentes para presbicia. El resto puede seguir desarrollando su vida en forma normal o se trata de una segunda o tercera consulta, por lo cual se puede sostener que 117.326 pacientes requieren una consulta oftalmológica y de lentes.

El sistema público entregará lentes a 80 mil personas, con un costo de 500 pesos cada uno, lo que se traduce en 20 millones de pesos.

Al permitir la venta sin receta médica, los efectos financieros podrían ser nefastos, ya que se podrían generar costos mayores, como sería el caso de una vitectromía compleja, patología asociada a la diabetes, que tiene un costo de 2 millones de pesos.

En el caso de los diabéticos es muy importante la prevención para detectar la aparición de patologías asociadas a esta enfermedad y en especial evitar que queden ciegas. En Chile la población diabética es el 15% de la población mayor de 40 años. En virtud de lo anterior, una detección precoz de la enfermedad resulta fundamental para que pueda ser tratada con otros medicamentos y no tenga secuelas. No obstante, el 0,5% de la población diabética requerirá de vitectromía retinal compleja.

En razón de lo anterior, se mostraron partidarios de establecer programas de control, ya que la prevención de estas patologías permitiría financiar la compra de lentes para presbicia para las personas de menores recursos.

En suma, manifestaron que los efectos del proyecto a futuro, serían, nefastos, especialmente, por el aumento de las patologías que requerirán procedimientos más complejos y onerosos por falta de prevención.

En otro orden de ideas, señalaron, además, que al liberar la venta de lentes para presbicia se dejará de diagnosticar o se hará tardíamente el 20% de las prevalencias de patologías sobre 40 años. Del 2 al 4% de la población sufre de glaucoma. Entre el 5 y el 46% padece de cataratas. El 1,5% sufre de degeneración macular relacionada con la edad y el 10 al 20% tiene rinopatía diabética, cifras que han podido ser constatadas en los distintos operativos ejecutados.

La iniciativa legal no beneficia a las personas de menores recursos, porque quedan indefensos, y con altas posibilidades de quedar ciegos, ya que el 78% de la población sobre 45 años concentra la mayor cantidad de personas con ceguera de acuerdo al último censo.

El Programa de Salud Ocular pone énfasis en la atención primaria de salud con lo cual sólo se atendería a nivel secundario y terciario sólo las patologías que requieran un tratamiento de mayor complejidad y no el simple examen para recetar lentes para presbicia.

El costo de este programa en la atención primaria es casi inexistente por cuanto sólo implica la realización de un examen muy simple para descartar el vicio de refracción el que puede ser realizado por cualquier auxiliar de enfermería, enfermera o, idealmente, por un tecnólogo médico.

En suma, se recalcó la importancia de la atención oftalmológica a nivel primario a fin de dar curso a la lista de espera de 150 mil personas, ya que la mayoría de las patologías serían resueltas en ese nivel y ello no necesariamente requiere de un médico especialista ya que se podría hacer con tecnólogos médicos oftalmológicos, bajo la supervisión del médico respectivo.

Sobre la experiencia de otros países, se señaló que la realidad nacional no era comparable con la de Estados Unidos, por ejemplo, por lo que se mostraron partidarios de facilitar el acceso y no liberar la venta de lentes.

4.-Los representantes del Colegio Nacional de Ópticos, se manifestaron favorables a la iniciativa legal, haciendo hincapié en la necesidad de perfeccionar el programa de salud visual integral de manera de incorporar la detección, prevención, promoción y educación de la población respecto de los problemas visuales.

En otro orden de materias, se aclaró que en Chile no existen estudios específicos respecto de los problemas de refracción, por lo que se han tomado los de Colombia, lo que se han aplicado a la población chilena. Entre el 42 y el 52% de la población debería usar lentes para corregir vicios de refracción, entre los que se incluye la presbicia.

De acuerdo con las cifras que maneja la Sociedad Chilena de Oftalmología, el 16% de la población usa lentes, de donde se podría concluir que existe una gran demanda insatisfecha. Haciendo una proyección al año 2010, está cifra aumentaría a 8 millones 150 mil chilenos, aproximadamente.

A vía ejemplar, se citó el caso del Hospital Roberto del Río de Santiago, donde existen 5 mil niños en lista de espera, con las obvias consecuencias que ello implica, y especialmente con efectos en su escolaridad por problemas de visión.

Por otro lado, la experiencia internacional señala que los defectos ópticos como la presbicia se corrigen en Estados Unidos, Australia, Inglaterra y otros países, desde principios del siglo pasado en las ópticas atendidos por optometristas. Actualmente, en toda Europa, a excepción de Francia, este defecto se soluciona con un examen óptico, muy simple, realizado por un optometrista.

En consideración a las largas listas de espera, los oftalmólogos deberían dedicarse a resolver las patologías más complejas dejando la realización de los exámenes de detección de los vicios de refracción a los técnicos como los optometristas o tecnólogos médicos.

Sobre el ámbito de aplicación del proyecto, se manifestaron partidarios de ampliarla a todos los vicios de refracción, ya que la aplicación de estas medidas no implicará mayores recursos para el sistema público de salud por cuanto el instrumental existe en casi todo el país. Para ello, bastaría que se autorizara a los ópticos o tecnólogos médicos a entregar lentes para subsanar vicios de refracción, haciendo presente eso si que no están facultados para realizar exámenes visuales que permitan detectar patologías asociadas a los vicios de refracción.

5.-Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica.

Precisaron que el tecnólogo médico con mención en oftalmología aplica sus conocimientos específicos en bioestructura, física oftalmológica, fisiología y fisiopatología ocular en el estudio y tratamiento morfofuncionales del sistema neurovisual y de las alteraciones visuales provocadas por enfermedades sistémicas, congénitas y alteraciones adquiridas.

El Colegio realizó un estudio sobre la distribución de los tecnólogos médicos por sector laboral y se constató que el 23% de ellos se desempeña en la atención privadas en el ámbito de la atención hospitalaria, se encuentra el 67%. Sin embargo, en el sistema público de salud los tecnólogos se desempeñan en forma mayoritaria en atención hospitalaria con el 77% y en la atención primaria de salud municipal se encuentra el 14%.

Estas cifras demuestran que el ámbito privado les entrega mayores responsabilidades en materia de prevención y por consiguiente en la atención primaria, situación diametralmente opuesta en el sector público.

Para cumplir con los objetivos de la Reforma se deberían priorizar las acciones que guardan relación con el fomento y promoción de la misma, utilizando la atención primaria como su estrategia principal.

Recalcó que en el país existen desigualdades de acceso a algunas especialidades médicas, por lo que precisó que era muy difícil garantizar equidad cuando se requiere de la atención de especialidades médicas para el monitoreo y diagnóstico, como ocurre con algunas patologías del área oftalmológica, cuyos principales afectados son la población en edad escolar y el adulto mayor.

Si bien es cierto que este tipo de patologías no presenta riesgo de muerte, no es menos cierto que son altamente determinantes de la calidad de vida de las personas afectadas y de un costo social muy alto para nuestro país.

El Colegio ha efectuado algunas evaluaciones respecto de los efectos que implica el no contar con la atención oportuna de oftalmología en el sistema escolar, comprobándose que muchos de los problemas de aprendizaje detectados en los escolares en su primer ciclo de educación en el colegio, están relacionados con problemas de visión, los que debieran ser detectados precozmente, en la etapa preescolar, con lo cual se evitarían innumerables problemas de deserción escolar, entre otros, especialmente porque no tienen un buen rendimiento académico.

La tasa de retorno de una inversión como ésta es muy alta puesto que la calidad de la salud y de la educación son pilares fundamentales de las expectativas de vida de un niño.

Por ello, los profesionales expertos podrían desarrollar estrategias de monitoreo a toda la población que ingresa al sistema educacional, incluso en la etapa preescolar con mayor efectividad y cobertura que el que entrega la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, previniendo de esta forma los problemas no diagnosticados, que sin lugar a dudas constituyen un alto costo para nuestra sociedad.

El señor RAZMILIC, agregó que la Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica y el Colegio de la orden compartían los objetivos de las mociones, de otorgar acceso fluido de la población, a elementos que mejoren o devuelvan su calidad de vida.

Como especialista en oftalmología ratificó que el lente de presbicia no produce trastornos oculares y, por lo tanto, el facilitar su acceso constituye una buena iniciativa.

Precisó que la única fuente de datos que existe en estos momentos es un estudio realizado en Colombia por especialistas optométricos en un millón de personas y que ha sido extrapolado a la realidad chilena al año 2002.

El proyecto beneficiaría a 2 millones y medio de personas que correspondería a los eventuales présbitas contra 6 millones de personas que padecen defectos refractivos. Es decir, igualmente existirían 4 millones de personas que necesitan una solución a sus problemas de refracción. Si esta cifra se proyecta al año 2006, existirán 7 millones y medio de personas con vicios refractivos y casi 3 millones con problemas de presbicia.

Los informes de la Sociedad Chilena de Oftalmología indican que el 26,38% de sus afiliados se desempeñan en el sector público y que el 73,62% desarrolla funciones en el sector privado por lo que se puede concluir que la atención de estos profesionales es mínima con los consiguientes problemas de acceso a la atención oftalmológica.

Estudios realizados en España indican que existen más de 11 mil optometristas y 5 mil oftalmólogos, por lo que la relación de pacientes en optometristas es de uno cada 3.700 pacientes y de oftalmólogos es 1 cada 8 mil pacientes.

En Chile existe un oftalmólogo por cada de 67 mil pacientes en el área pública y uno cada 5 mil en el sector privado. Por lo tanto, si se incorpora otro profesional para la resolución de los problemas refractivos se bajaría la relación, para esta patología, de un profesional por cada 14 mil personas.

Solicitaron evaluar la posibilidad de facultar a los tecnólogos médicos de la especialidad de oftalmología, hacerse cargo de la promoción, prevención y pesquisa de la totalidad de los vicios de refracción, tomando en consideración su formación curricular.

El examen que realice un tecnólogo médico no sólo detecta problemas de presbicia sino que puede solucionar todos los problemas de refracción ya que está capacitado para resolver otras patologías oculares. Es decir, el examen no sólo permitirá entregar o recomendar el lente adecuado sino que también podrán derivar al oftalmólogo los casos que así lo requieran como cirugías o patologías de la visión.

La utilización de un lente présbita no presenta problemas si es que claramente se padece de presbicia, siempre y cuando no tenga adicionado algún vicio refractivo, y no sufrirá por ello ningún trastorno visual. Por el contrario, si tiene un defecto refractivo y se corrige con un lente de presbicia lo más probable es que sufra algún trastorno visual que será solucionado por el solo hecho de no usar ese lente pero si lo usa no le va a producir ninguna otra enfermedad ocular.

Por último señaló que la formación profesional de los ópticos especialistas o técnicos está más relacionada con el campo de la física y no están relacionados con el área de la salud, ni con fisiopatología ocular o fisiología o patología ocular, por lo que piensa que no están capacitados para detectar estas patologías aun cuando puedan entregar lentes ya que su función es hacer la refracción como el contactólogo.

El señor JAQUE (Abogado del Colegio de Tecnólogos Médicos) expresó que el Código Sanitario establece, con precisión, que la receta de lentes es un diagnóstico, es decir, es función privativa de los médicos, por lo que los tecnólogos están legalmente impedidos para extender recetas con potencia dióptrica.

Aclaró que el impedimento para realizar los exámenes correspondientes y determinar que tipo de lentes necesita una persona que padece vicios de refracción es de orden legal y no técnico, por cuanto los tecnólogos con mención en oftalmología están capacitados para realizarlos y determinar que tipo de patologías sufre y derivarlo al oftalmólogo cuando la patología sea distinta a un vicio de refracción.

Por otra parte, en relación con la propuesta de la Sociedad Científica de Oftalmología, Programa de Salud Ocular, hizo constar que la atención primaria comenzó a otorgar la atención oftalmológica, precisamente, porque acogió una proposición de esta Sociedad que ofrecieron atención en este nivel. En todo caso, precisó que dicho ofrecimiento se materializó durante un tiempo y que, posteriormente, dejaron de concurrir los especialistas dejando sin uso los equipos que se habían comprado para implementarla.

Es por ello, por lo que el Ministerio optó por la asignación de recursos para la compra de servicios, y si bien este programa ha sido exitoso aún es insuficiente. Informó que la lista de espera es tan grande y las cifras que se desconocen la podrían aumentar más. Aun cuando se destinara a todos los oftalmólogos a atender en atención primaria no se podría resolver. En razón de lo anterior, el Ministerio se encuentra estudiando la propuesta realizada por el Colegio de Tecnólogos Médicos para ampliar la resolución del problema. Asimismo, hizo presente que están estudiando la propuesta de la Sociedad Científica de Oftalmología.

En todo caso, anunció que para el próximo año se aumentarán los recursos para la solución de los vicios de refracción en atención primaria para todas las comunas del país y que se focalizarán en las personas de menores recursos.

Asimismo, expresó que la labor que cumplen actualmente los tecnólogos con mención en oftalmología no implica un ejercicio ilegal de la profesión de médico aun cuando reconoce que la línea divisoria es muy delgada.

En todo caso, expresó que cuando no existe el profesional especialista se ven enfrentados a una urgencia por aplicación del inciso segundo del artículo 112 del Código Sanitario están facultados para prestar la primera atención y resolver lo que pueda de acuerdo a sus conocimientos.

La labor del tecnólogo ante una urgencia es determinar si la patología presenta una urgencia y debe ser resuelto de inmediato o puede esperar hasta el día siguiente para que lo vea el médico especialista o, sencillamente, resuelve lo que sus conocimientos le indican, como puede ser la extracción de un cuerpo extraño del ojo que no presente perforación de la córnea.

La señora VERMEHREN (Ex Presidenta del Colegio de Tecnólogos Médicos) señaló que en casi todos los países de Europa los que recetan los lentes para problemas de refracción son los optometristas no los oftalmólogos. Acotó que la Sociedad de Oftalmología no ha reaccionado de manera expedita frente al problema y no ha permitido que se aumenten los cupos para la formación de especialistas ni menos que participen en ella otros profesionales.

Hizo hincapié en que los tecnólogos médicos con mención en oftalmología poseen los conocimientos y la capacitación para diagnósticar no sólo vicios de refracción sino que otras patologías y para su derivación a la consulta del especialista.

V.-DISCUSION Y VOTACIÓN GENERAL.

Como se señaló ambas iniciativas legales fueron refundidas. Puesta en votación la idea de legislar, fue aprobada por unanimidad, con el voto favorable de los diputados señora María Angélica Cristi, y señores Sergio Aguiló (Presidente accidental), Patricio Cornejo, Patricio Melero, Carlos Olivares, Alberto Robles. También participaron de la votación los diputados señores Eugenio Bauer, en reemplazo de Juan Masferrer; Felipe Letelier en reemplazo de Enrique Accorsi y Pablo Prieto en reemplazo de Marcelo Forni.

VI.-DISCUSIÓN PARTICULAR

Tras analizar todos las opiniones recibidas durante la discusión de la iniciativa, se presentó una indicación sustitutiva para agregar un artículo 128 bis al Código Sanitario, que fue aprobada en los mismos términos en que se propone a continuación:

PROYECTO DE LEY:

Artículo único.- Agrégase en el Código Sanitario el siguiente artículo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos.

Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica”.

VII.-Constancias reglamentarias.

1.-El proyecto no contiene materias de ley orgánica constitucional o de quórum calificado.

2.-Tampoco contiene normas que deban ser analizadas por la Comisión de Hacienda.

3.-El proyecto fue aprobado en general por unanimidad.

4.-Se designó diputado informante al señor Patricio Melero.

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Sala de la Comisión, a 9 de septiembre de 2003.

Tratado y acordado en sesiones de fechas 5 y 26 de agosto, 2 y 9 de septiembre de 2003, con asistencia de los Diputados señores Enrique Accorsi (Presidente), Sergio Aguiló, Patricio Cornejo, María Angélica Cristi, Marcelo Forni, Guido Girardi, Carmen Ibáñez, Juan Masferrer, Patricio Melero, Sergio Ojeda, Carlos Olivares, Osvaldo Palma y Alberto Robles.

Por la vía del reemplazo asistieron los Diputados señores Eugenio Bauer, Felipe Letelier, María Eugenia Mella y Pablo Prieto.

Asistieron, además, los Diputados señores Francisco Bayo y Fulvio Rossi.

Jacqueline Peillard García

Secretaria Accidental de la Comisión.

1.4. Discusión en Sala

Fecha 30 de octubre, 2003. Diario de Sesión en Sesión 13. Legislatura 350. Discusión General. Pendiente.

VENTA DE LENTES ÓPTICOS SIN RECETA MÉDICA. Primer trámite constitucional.

La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-

Corresponde conocer, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley, iniciado en moción, que permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

Diputado informante de la Comisión de Salud es el señor Patricio Melero.

Antecedentes:

-Moción, boletín Nº 2903-11, sesión 8ª, en 4 de abril de 2002. Documentos de la Cuenta Nº 13.

-Moción, boletín Nº 3310-11, sesión 27ª, en 7 de agosto de 2003. Documentos de la Cuenta Nº 8.

-Informe de la Comisión de Salud, boletines Nºs. 3310-11 y 2903-11, refundidos), sesión 5ª, en 8 de octubre de 2003. Documentos de la Cuenta Nº 1.

La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-

Ofrezco la palabra.

El señor FORNI.-

Pido la palabra.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Forni.

El señor FORNI.-

Señora Presidenta, informo sobre el proyecto de ley que tiene por objeto permitir la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

La presbicia afecta generalmente a las personas mayores de cuarenta años de edad, y se manifiesta en dificultades para leer y ver con claridad objetos cercanos o muy pequeños. No se considera que sea una enfermedad ocular, sino una consecuencia del proceso natural de envejecimiento. Por ello, junto con los diputados señores Barros, Bauer , Correa, Dittborn , Kast , Melero , Prieto , Recondo , Urrutia , Accorsi , Aguiló, Cornejo , Mora y Robles , presentamos un proyecto de ley a fin de autorizar la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

La presbicia constituye un problema principalmente para las personas de escasos recursos, toda vez que, de acuerdo con la legislación vigente, los lentes correctores sólo se pueden adquirir con receta médica y en las ópticas, lo cual resulta sumamente oneroso para ellas. Esto las obliga, a menudo, a recurrir a la venta clandestina ofrecida en la vía pública y en ferias libres por personas que no están habilitadas legalmente para hacerlo.

La experiencia internacional indica que muchos países, entre ellos Estados Unidos de América, Inglaterra y Alemania, permiten la venta sin receta médica de lentes para corregir la presbicia.

La aprobación de esta iniciativa significaría un importante efecto económico para los usuarios, porque, con la venta sin receta y en cualquier establecimiento, se podría reducir el costo de los lentes, ya que se ahorraría la consulta médica y el mayor valor que significa su compra en la óptica.

Durante la discusión de la iniciativa en la Comisión, se estableció la necesidad de modificar los siguientes cuerpos legales:

El Código Sanitario, ya que su artículo 128 señala que “sólo en establecimientos de óptica podrán fabricarse lentes con fuerza dióptrica de acuerdo con las prescripciones que se ordenen en la receta médica correspondiente.

“Los establecimientos de óptica podrán abrir locales destinados a la recepción y al despacho de recetas médicas en que se prescriban estos lentes, bajo la responsabilidad técnica de la óptica pertinente.”.

El decreto supremo Nº 4, de 1985, del Ministerio de Salud, que fijó el reglamento de establecimientos de óptica. Al definir qué se entiende por establecimiento de óptica, en su artículo 1º, señala que se trata de todo local donde se expendan anteojos o lentes con fuerza dióptrica, despacho que deberá efectuarse exclusivamente con receta médica.

El artículo 60, Nº 3), de la Constitución Política señala que las materias que son objeto de codificación deben ser reguladas por ley. Por tanto, por tratarse de una modificación del artículo 128 del Código Sanitario, cabe concluir que ésta debe efectuarse por ley.

Durante el estudio y la discusión del proyecto en la Comisión, se escuchó a representantes del Ministerio de Salud, de la Sociedad Chilena de Oftalmología, del Colegio Nacional de Ópticos, de la Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica de Chile y del Colegio de Tecnólogos Médicos de Chile.

El doctor Rodrigo Salinas , en representación del Ministerio de Salud, señaló que el objetivo primario de la iniciativa es buscar un bien sanitario, en el sentido de aliviar la carga de enfermedades o de discapacidad de algunas personas al facilitar el acceso a una exoprótesis, como es el caso de los lentes para la presbicia, pero destacó, eso sí, el riesgo sanitario que implicaría su aprobación.

A su juicio, debería ponderarse la evidencia científica sobre el aumento real del riesgo que existe de enmascarar patologías o de dilatar una consulta oftalmológica por la compra de lentes para la presbicia y, a partir de ello, decidir si se está dispuesto a aprobar una reglamentación que asuma ese riesgo como admisible, en el entendido de que la automedicación siempre implica un riesgo y que existe una cantidad de medicamentos que se expende sin receta médica.

Para el doctor Salinas, el uso de las analogías en medicina implica riesgos, por lo que debe estar apoyada con evidencia científica.

Sobre la falta de diagnóstico de la presbicia, señaló categóricamente que más que la ausencia de éste, existe un problema de subtratamiento, ya que hoy gran parte de la población no tiene acceso a un especialista.

En relación con las posibles querellas por ejercicio ilegal de la profesión por la venta de lentes sin receta, ellas no se han materializado, porque no ha sido considerado un riesgo para la salud pública.

Sobre los efectos de la autorización de los lentes para la presbicia sin receta médica, señaló que ese trámite requerirá una reglamentación adicional sobre la fiscalización del producto, el que deberá ser homologable al de otros dispositivos médicos, en los que se exige un testeo de la calidad de lo que se vende a la población.

El doctor Rodrigo Soto confirmó la aprensión de los autores de la moción y de los miembros de la Comisión en cuanto a que la lista de espera más grande de la atención primaria es la relacionada con la especialidad oftalmológica, aun cuando existen grandes avances en varios municipios en cuanto a la resolución de dichas listas.

Se ha estimado que cerca del 20 por ciento de la población requiere atención oftalmológica una vez al año por vicios de refracción. Si se consideran los inscritos en atención primaria, esta cifra asciende a un millón setecientas mil personas. Al constatar estas cifras, se concluye que es imposible que se pueda tener la cantidad necesaria de oftalmólogos para entregar esa atención a nivel primario.

Estudios realizados en cada una de las comunas indican que una persona demora, al menos, un promedio de doscientos cuarenta y un días para acceder a una atención oftalmológica por vicios de refracción. Se entregan recursos para que las municipalidades compren servicios en el sector privado y adquieran lentes. Si bien ese programa ha tenido un buen resultado, su cobertura sigue siendo escasa, pues -repito- la mayoría de las personas inscritas en las listas de espera padecen vicios de refracción.

Representantes de la Sociedad Chilena de Oftalmología señalaron que se requieren diecinueve mil consultas oftalmológicas al año por cada millón de habitantes, considerando solamente a los beneficiarios del sistema público de salud mayores de cincuenta años, sobre la base de que cada persona efectúa una consulta cada tres años.

En cuanto a la presbicia, señalaron que ella comienza alrededor de los cuarenta y cinco años y que sólo puede ser corregida con el uso de lentes. Estimaciones efectuadas señalan que la presbicia afecta entre el 90 y el ciento por ciento de la población mayor de cincuenta años

Manifestaron que, a futuro, los efectos del proyecto pueden resultar nefastos, en especial por el aumento de las patologías que requerirán procedimientos más complejos y onerosos por falta de prevención.

En otro orden de ideas, señalaron que el liberar la venta de lentes para presbicia, se dejará de diagnosticar, o se hará tardíamente, el 20 por ciento de las prevalencias de patologías sobre 40 años. Del 2 al 4 por ciento de la población sufre de glaucoma; entre el 5 y el 46 por ciento padece de cataratas; el 1,5 por ciento sufre de degeneración macular relacionada con la edad, y del 10 al 20 por ciento tiene rinopatía diabética, cifras que han podido ser constatadas en los distintos operativos ejecutados por la Sociedad Chilena de Oftalmología.

Según esa organización, la iniciativa legal no beneficiaría a las personas de menores recursos, porque quedarían indefensas y con altas posibilidades de quedar ciegos, ya que, de acuerdo con el último censo, el 78 por ciento de la población sobre cuarenta y cinco años concentra la mayor cantidad de personas con ceguera.

Los representantes del Colegio Nacional de Ópticos se manifestaron favorables a la iniciativa legal. Hicieron hincapié en la necesidad de perfeccionar el programa de salud visual integral, de modo de incorporar la detección, prevención, promoción y educación de la población respecto de los problemas visuales.

De acuerdo con las cifras que maneja la Sociedad Chilena de Oftalmología, el 16 por ciento de la población usa lentes, de lo que se puede concluir que existe una gran demanda insatisfecha. Si se hace una proyección al año 2010, esta cifra alcanzaría aproximadamente a ocho millones de chilenos.

A vía ejemplar, se citó el caso del hospital Roberto del Río, de Santiago, donde existen cinco mil niños en lista de espera, con las obvias consecuencias que ello implica, y, especialmente, con efectos en su escolaridad por problemas de visión.

En consideración a las largas listas de espera, los oftalmólogos deberían dedicarse a resolver las patologías más complejas, y dejar la realización de los exámenes de detección de los vicios de refracción a los técnicos, como los optometristas o tecnólogos médicos.

La Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica recalcó que en el país existen desigualdades de acceso a algunas especialidades médicas, por lo que precisó que es muy difícil garantizar equidad cuando se requiere de la atención de especialidades médicas para el monitoreo y diagnóstico, como ocurre con algunas patologías del área oftalmológica, cuyos principales afectados son la población en edad escolar y el adulto mayor.

Si bien es cierto que este tipo de patologías no presenta riesgo de muerte, no es menos cierto que son altamente determinantes de la calidad de vida de las personas afectadas, y de un costo social muy alto para el país.

El colegio de la orden ha efectuado algunas evaluaciones respecto de los efectos que implica no contar con la atención oportuna de oftalmología en el sistema escolar, comprobándose que muchos problemas de aprendizaje detectados en los escolares en su primer ciclo de educación en el colegio, están relacionados con problemas de visión, los que debieran ser detectados precozmente, en la etapa preescolar, con lo cual se evitarían innumerables problemas de deserción escolar, entre otros, especialmente porque muchos de esos estudiantes no tienen un buen rendimiento académico.

La Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica y el colegio de la orden compartieron los objetivos de las mociones que sirvieron de base para la presentación de este proyecto, en cuanto a otorgar acceso fluido de la población a elementos que mejoren o devuelvan su calidad de vida.

Como especialista en oftalmología, el señor Razmilic , representante de la Sociedad Científica de Tecnología Médica Oftalmológica, ratificó que el lente de presbicia no produce trastornos oculares y, por lo tanto, el facilitar su acceso constituye una buena iniciativa.

El proyecto beneficiaría a dos millones y medio de personas, que correspondería a los eventuales présbitas. Si esta cifra se proyecta al 2006, existirán siete millones y medio de personas con vicios refractivos y casi tres millones con problemas de presbicia.

Los informes de la Sociedad Chilena de Oftalmología indican que el 26 por ciento de sus afiliados se desempeñan en el sector público y que el 74 por ciento desarrolla funciones en el sector privado, por lo que se puede concluir que la atención de estos profesionales es mínima en el primero, con los consiguientes problemas de acceso a la atención oftalmológica.

En Chile existe un oftalmólogo por cada sesenta y siete mil pacientes en el área pública y uno cada cinco mil en el sector privado. Por eso, los representantes de la Sociedad Científica de Tecnología Médica solicitó evaluar la posibilidad de facultar a los tecnólogos médicos de la especialidad de oftalmología para hacerse cargo de la promoción, prevención y pesquisa de la totalidad de los vicios de refracción, tomando en consideración su formación curricular.

El señor Gonzalo Jaque , abogado del Colegio de Tecnólogos Médicos, señaló que el Código Sanitario establece, con precisión, que la receta de lentes es un diagnóstico, es decir, es función privativa de los médicos, por lo que los tecnólogos están legalmente impedidos para extender recetas con potencia dióptrica.

Aclaró que el impedimento para realizar los exámenes correspondientes y determinar qué tipo de lentes necesita una persona que padece vicios de refracción es de orden legal y no técnico, por cuanto los tecnólogos con mención en oftalmología están capacitados para realizarlos.

La señora Vermehren, ex presidenta del Colegio de Tecnólogos Médicos , dijo que en casi todos los países de Europa los que recetan lentes para problemas de refracción son los optometristas y no los oftalmólogos. Acotó que la Sociedad de Oftalmología no ha reaccionado de manera expedita frente al problema y no ha permitido que se aumenten los cupos para la formación de especialistas ni menos que participen en ella otros profesionales.

Puesta en votación la idea de legislar, fue aprobada por unanimidad, con el voto favorable de la diputada señora María Angélica Cristi y de los diputados señores Sergio Aguiló , Patricio Cornejo , Patricio Melero , Carlos Olivares , Alberto Robles , Eugenio Bauer , Juan Masferrer , Felipe Letelier , Enrique Accorsi , Pablo Prieto y de quien habla.

Durante la discusión en particular, se presentó una indicación sustitutiva para agregar un artículo 128 bis al Código Sanitario, que fue aprobada en los siguientes términos:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos.

“Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica”.

Constancias reglamentarias.

La Comisión deja establecido que el proyecto no contiene materias de ley orgánica constitucional o de quórum calificado, que tampoco contiene normas que deban ser estudiadas por la Comisión de Hacienda y que fue aprobado en general por unanimidad.

Se designó diputado informante al señor Patricio Melero , quien no pudo concurrir a la sesión, razón por la cual lo ha reemplazado quien habla.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado señor Carlos Recondo.

El señor RECONDO .-

Señora Presidenta , en primer lugar, quiero destacar que la iniciativa que hoy debatimos, presentada el 4 de abril de 2002, se originó en una moción del diputado Pablo Prieto , quien invitó a otros diputados a suscribirla. Lo destaco, porque el colega la presentó a los pocos días de haberse integrado a la Cámara. Asimismo, debo señalar que el 7 de agosto de 2003 -más de un año después- un grupo de parlamentarios, encabezado por el diputado Accorsi , presentó una moción prácticamente igual. Me parece que en estos casos deberíamos respetar la iniciativa y creatividad de los autores originales y no sumarse, como una forma de no quedarse atrás, presentando otra similar un año después.

Considero que la Comisión de Salud refundió en forma adecuada ambas mociones, pero lo más importante es que hoy tenemos un proyecto de ley que esperamos sea aprobado para que se convierta en ley lo antes posible.

Dicho eso, debo expresar que la razón que nos movió a presentar esta moción junto con el diputado Prieto , fue, fundamentalmente, abordar un problema real que afecta a los sectores más pobres y desposeídos de nuestra población, en particular, a los rurales. Quienes representamos a las zonas agrícolas, tenemos clara conciencia, porque lo constatamos día a día, que este es un problema permanente que afecta a las personas que viven en los sectores más apartados.

Como lo señaló el diputado informante , el proyecto apunta a resolver el problema de la presbicia, que, como bien se ha dicho, no es una enfermedad, sino una consecuencia del proceso natural de envejecimiento. Es decir, después de los 40 ó 45 años, todas las personas, cual más cual menos, empiezan a padecerla, lo que les impide enfocar correctamente la imagen y les crea dificultades para leer y ver objetos cercanos o muy pequeños.

Por lo tanto, como estamos ante una situación real que no constituye una enfermedad, a la que se suma la escasa posibilidad de muchas personas que presentan cierto grado de presbicia de acceder al sistema público de salud para conseguir atención con un oftalmólogo, consideramos que, de alguna manera, debíamos hacernos cargo de ella.

Actualmente, esto se produce, en primer lugar, por falta de especialistas: no contamos con un número suficiente de oftalmólogos que puedan responder a la demanda en este tipo de patologías. Mucho menor aún es el número de especialistas que prestan atención en el sistema público de salud. Imaginemos por un minuto qué sucede con un poblador de cualquier comuna del sector rural que presenta síntomas de presbicia. Sabemos que primero debe concurrir al consultorio más cercano, lo que le significa tiempo y dinero. Una vez en el consultorio, debe conseguir la derivación a un especialista, la que se otorga, en promedio, según datos entregados en la Comisión por representantes del Ministerio de Salud, para los próximos 241 días. Y puedo asegurar que en los sectores rurales de la Décima Región a los que represento, y en comunas y poblados de la Sexta y Séptima regiones que todos conocemos, ese tiempo de espera supera los 365 días; es decir, ese poblador debe esperar más de un año. Todos sabemos lo que eso puede significar.

La consecuencia de la presbicia es, entonces, que las personas no puedan leer y dejen de hacer una serie de actividades cotidianas, lo que limita su calidad de vida.

De la discusión habida en la Comisión y de los informes de los especialistas y del Ministerio de Salud, concluimos que la presbicia no es una enfermedad y que queda en evidencia que, en este caso, es muy importante determinar la relación riesgo-beneficio de la medida propuesta, la cual es muy baja.

¿Qué significa la relación riesgo-beneficio? Voy a dar el mismo ejemplo del médico representante del Ministerio de Salud. Hoy día, cuando las personas sufren una cefalea, es decir, un dolor de cabeza, acuden a analgésicos tradicionales, como la aspirina. A nadie se le ocurriría ir al médico para conseguir una receta para adquirirla en una farmacia. ¿Por qué? Porque el riesgo de automedicarse una aspirina o de estar ocultando una patología más grave es muy bajo. Las personas asumen ese riesgo porque es mínimo y, por lo mismo, no se exige receta médica para vender una aspirina.

Esa misma lógica es la que aplicamos en el proyecto, al establecer que no es necesario obtener una receta médica para adquirir lentes que solucionen el problema de la presbicia, porque la posibilidad de que exista una patología más grave es muy remota, y el daño que puede provocar en la visión futura de las personas el uso de lentes inadecuados es muy leve y fácil de corregir. En consecuencia, la relación riesgo-beneficio refuerza la posibilidad de permitir la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

Quiero hacerme cargo de un hecho real que constituye un problema de salud. Me refiere al escaso número de oftalmólogos existentes en el país, lo que constituye un verdadero círculo vicioso que afecta, fundamentalmente, a los más pobres, a quienes tienen menos recursos. El bajo número de especialistas, la reducida cantidad de becas que se otorgan para seguir la especialidad y las pocas horas que estos profesionales dedican a la atención en el sistema público, hacen que la mayor oferta se encuentre en la atención privada; pero como el costo de este servicio es muy elevado, las personas de menores ingresos no tienen posibilidad alguna de resolver su problema oftalmológico en forma particular.

Por todas estas razones, consideramos que la iniciativa en discusión es de la mayor importancia, pues permite resolver un problema que afecta a las personas de más escasos recursos.

Muchos diputados de la bancada de la UDI hemos desarrollado operativos en terreno con pobladores de los sectores rurales, en los cuales la gente ha tenido la posibilidad de acceder a lentes que resuelven su problema de presbicia, prácticamente sin costo. Es muy impactante vivir esos momentos, cuando, al ponerse los lentes, las personas prácticamente recuperan la visión y pueden leer nuevamente, las señoras recuperan la posibilidad de enhebrar una aguja, todo lo cual produce un cambio en su calidad de vida.

Reitero que el proyecto recoge una necesidad real de nuestra sociedad. Por lo demás, es una práctica que desde hace muchísimos años se realiza en Europa y en Estados Unidos de América, donde se pueden adquirir lentes para la presbicia en cualquier lugar, incluso en aeropuertos, supermercados y librerías. Estamos dando un importante paso para resolver un problema real de la gente, pues el uso de lentes adecuados mejora ostensiblemente su calidad de vida.

Por eso, esperamos que la Sala apruebe este proyecto, originado en una moción parlamentaria.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Sergio Ojeda.

El señor OJEDA.-

Señora Presidenta, estamos en presencia de un proyecto que, de aprobarse, podría traer consecuencias no deseadas.

La presbicia es un problema que quizás no todos conocen; es una condición visual que nos afecta a todos, a medida que transcurren nuestras vidas.

Por tratarse de un proyecto que afecta la salud y acarrea consecuencias sociales, técnicas y legales, no puedo dejar de intervenir esta mañana para analizar sus principales aspectos.

La iniciativa agrega un artículo 128 bis al Código Sanitario. El artículo 128 dispone: “Sólo en los establecimientos de óptica podrán fabricarse lentes con fuerza dióptrica, de acuerdo con las prescripciones que se ordenen en la receta médica correspondiente”.

Además, dispone que dichos establecimientos podrán abrir locales destinados a la recepción y al despacho de recetas médicas en que se prescriban estos lentes, bajo la responsabilidad técnica de la óptica pertinente.

El objetivo del proyecto -sus autores presentaron las mociones con muy buenas intenciones- es eximir la exigencia de la receta médica para la venta de lentes con fuerza dióptrica. Su artículo único señala: “Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos”.

Los argumentos que se entregan para avalar esa disposición son el elevado precio de los lentes, la experiencia internacional, la ausencia de efectos secundarios y la disminución de costos. Sin embargo, es absolutamente contraria a lo que establece la ley vigente, porque preceptúa una exclusión que tendrá consecuencias desde distintos puntos de vista.

El inciso segundo del artículo único señala: “Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica”.

Algo similar ocurrió a propósito de las restricciones al consumo del tabaco, en cuya discusión en la Comisión de Salud fuimos categóricos en señalar que para cautelar la salud de las personas que fuman, tanto en las cajetillas de cigarrillos como en la publicidad de las industrias tabacaleras, se debe agregar la advertencia de que el tabaco puede producir cáncer. Si bien todos sabemos que el tabaco es dañino para la salud, se debe señalar claramente que puede producir cáncer, para que la gente evite su consumo.

El proyecto autoriza la venta de lentes con fuerza dióptrica sin receta médica, pero, al mismo tiempo, advierte sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica periódica. Por tanto -como en el caso del tabaco-, uno se pregunta cuál es el objeto de establecer dicha autorización.

El proyecto contiene fundamentos económicos atendibles. No obstante, puede producir efectos no deseados por sus autores, quienes lo elaboraron con el objeto de favorecer a las personas de escasos recursos que prescinden de asistir al oftalmólogo por falta de dinero o debido a las largas listas de espera en los consultorios comunales. Sus efectos pueden ser más gravosos para las personas no sólo en términos económicos como en salud.

La presbicia, una condición física de alta frecuencia en la población, que comienza a afectar a las personas a partir de los cuarenta o cuarenta y cinco años, como consecuencia del proceso natural de envejecimiento, consiste en la dificultad para ver correctamente objetos cercanos. Afecta especialmente la capacidad de lectura, de escritura y cualquiera otra actividad similar. Por lo tanto, se trata de una condición previsible y natural.

Es discutible si se trata o no de una enfermedad. Si no es una enfermedad, es una condición natural propia del envejecimiento que suele asociarse a otras patologías, con consecuencias colaterales. La presbicia lleva implícitas otras afecciones que, de no ser detectadas a tiempo, pueden provocar un daño mayor.

La iniciativa va dirigida a personas de escasos recursos, porque las de mayores ingresos no tienen problemas para ir al oftalmólogo y comprar lentes con receta. Entonces, ¿podemos aceptar que un gran porcentaje de chilenos sean excluidos de la obligación legal de concurrir a un especialista antes de adquirir lentes? El hecho de que se puedan vender lentes sin receta médica, ¿no es acaso una excepción legal que perjudica y pone en riesgo la salud visual? ¿No se colocará en grave riesgo de salud a quien recurra a la automedicación o prescinda de la receta médica para adquirir lentes?

Las personas podrán autorrecetarse lentes para corregir momentáneamente su problema de presbicia, pero jamás consultarán a un especialista porque no estarán obligadas. Si no se las obliga, no lo harán. Debe haber un precepto imperativo, pues, de lo contrario, jamás consultarán a un facultativo y, en consecuencia, no se conocerán sus problemas subyacentes, con lo cual serán serios candidatos para engrosar las filas de ciegos, y sabemos de la importancia de la visión en el rendimiento laboral.

Si no se concurre a un especialista, el Estado deberá cargar con un fuerte incremento de gastos en la salud ocular de los chilenos, pues deberá tratar sus problemas en la fase terminal, y financiar operaciones y tratamientos más largos, complejos y costosos.

La autorización para la venta de lentes sin receta médica en establecimientos de cualquier tipo provocará gravísimos daños en la salud de la población y hará desaparecer las atenciones preventivas que toda persona de cierta edad debe recibir, sin perjuicio de que se extiendan las patologías de la visión por la adquisición indiscriminada de lentes, como está ocurriendo.

En resumen, más que autorizar la venta de lentes sin receta médica, deberían aplicarse verdaderos programas de salud ocular destinados a prevenir y corregir las patologías y vicios de refracción que se presentan en los chilenos, de manera de lograr una mejor calidad de vida de miles de compatriotas.

Mi preocupación apunta a señalar algunas situaciones o circunstancias que, aunque en apariencia sean positivas, pueden implicar riesgos para la salud de la gente común, de las familias chilenas.

He dicho.

La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-

Como todos saben, éste es el mes de la discapacidad, iniciativa en la que la Cámara de Diputados ha tenido una activa participación.

En este momento, la Comisión especial de discapacidad está en sesión, y me corresponde presidir el acto de clausura de todas sus actividades.

Tiene la palabra el diputado Francisco Bayo.

El señor BAYO .-

Señora Presidenta , lamento que mi posición sea absoluta y totalmente contraria al proyecto, porque tengo la convicción de que los parlamentarios que presentaron las mociones tuvieron la mejor intención del mundo. Sin embargo, como médico y miembro de la Comisión de Salud, con mucha experiencia en la materia, no puedo sino oponerme a él, por razones técnicas, éticas y jurídicas.

Desde el punto de vista técnico, permitir que una persona mayor de 40 años adquiera lentes ópticos en cualquier establecimiento comercial significa, lisa y llanamente, hacer realidad la automedicación, que ha sido cuestionada de modo sistemático por todos los profesionales de la salud y los colegios respectivos, criterio que comparto.

Los riesgos que conlleva la automedicación permitirían, en este caso y a guisa de ejemplo, en primer lugar, el uso de una fuerza dióptrica superior a la estrictamente necesaria para corregir problemas de visión. Una persona, sobre todo de escasos recursos, puede padecer, sin saberlo, de una catarata inicial. Si va a un supermercado u otro establecimiento cualquiera, puede comprar una lupa y ver mucho mejor. Entonces, se quedará tranquila y seguirá usando la lupa, mientras su catarata continuará aumentando de tamaño, con el consiguiente perjuicio que le producirá ignorar durante largo tiempo que padece una patología muy severa desde el punto de vista oftalmológico.

Voy a dar cifras: el 10 ó 20 por ciento de las personas mayores de 40 años que se beneficiarían, según el proyecto, padece de retinopatía diabética; entre el dos y el cuatro por ciento, de glaucoma; cerca del 40 por ciento, de catarata, y el 1,5 por ciento presenta degeneración macular relacionada con la edad. Si las personas desconocen sus enfermedades y acuden a un supermercado o a otro establecimiento cualquiera, incluso al boliche de la esquina, a fin de solucionar su problema, esas patologías graves podrían pasar inadvertidas y se podría producir un efecto contrario al deseado, en el mediano y largo plazo, mucho más grave de lo que se quiere corregir con el proyecto que analizamos.

Repito, si las personas se automedican, se corregirá momentáneamente su problema de visión, pero jamás consultarán para saber qué problema subyacente puede haber y, por lo tanto, son serias candidatas a engrosar las filas de ciegos. Por ello, una medida como la que se propone es un error de grueso calibre que puede acarrear nefastas consecuencias para la salud ocular de la población, ya que, según los datos que tenemos, la prevalencia de ceguera no es despreciable.

Además, las detecciones de los problemas de refracción son consecuencia de un acto exclusivamente médico, común y corriente. Por lo tanto, la contravención de ese acto significa un atentado a la ética y a todo principio de prevención presente en todos los quehaceres de la vida, incluyendo, por ejemplo, nuestras relaciones internacionales, o materias que tienen que ver con seguridad. Reitero, se vulneraría un principio de precaución indispensable si queremos mejor salud para los chilenos.

Desde el punto de vista jurídico, voy a recordar lo dicho por un representante del Colegio Médico, quien, en la parte pertinente, aseveró: Si además se concluyere que, técnicamente, es objetable para la salud de la población la prescripción de lentes con fuerza dióptrica por una tienda de venta de lentes, sin pasar por la consulta médica, cualquier iniciativa en tal sentido constituye una amenaza a las garantías constitucionales previstas en el artículo 19 de la Constitución Política del Estado, en sus números 1º, en relación con la integridad física de las personas, y 9º, inciso cuarto, toda vez que, de no mediar una modificación de todos los cuerpos normativos citados, entre ellos, el Código Sanitario, el Estado no estaría garantizando la ejecución de las acciones de la salud en la forma y condiciones que determina la ley”.

Pudiere también, en lo que concierne al médico especialista, verse vulnerado el número 16 de la norma citada, sobre libertad de trabajo y su protección, así como su numeral 21, referido al derecho a desarrollar cualquier actividad económica lícita, criterio estrictamente jurídico que recuerdo, sostengo y mantengo.

Por otro lado, ¿cuál es la situación actual en Chile? Según el Ministerio de Salud, la lista de espera sería de ochenta mil personas. Encuestas recientes de la Sociedad de Oftalmología, realizadas en los veintiocho servicios de salud, revelan que esta espera no supera las cuarenta mil personas. Los mismos estudios aseguran que el 75 por ciento de los oftalmólogos, es decir, tres de cada cuatro, están dispuestos a solucionar este problema trabajando en el sector público e, incluso, en el sector privado, en condiciones estrictamente favorables para aquellas personas con menos recursos. En este mismo contexto, se pueden llenar cargos que estén vacantes en la actualidad.

Hoy, en octubre de 2003, existen dos cargos vacantes de médicos oftalmólogos en Concepción y uno en el hospital del Salvador, y hay médicos dispuestos a llenarlos. Asimismo, en los próximos días se iniciará un plan nacional ocular que, con un mínimo aporte, ya sea del Ministerio, de los servicios de salud o de las municipalidades, puede terminar con las listas de espera.

También es necesario destacar que en algunos lugares de Chile, como Punta Arenas, por ejemplo, hay diez oftalmólogos. Pero ¿cuál es el problema? No es la falta de oftalmólogos ni de recetas, sino la lista de espera de pacientes, generalmente de escasos recursos, que tienen la receta, pero que llevan meses esperando obtener sus lentes, cuyo costo -todos lo sabemos- es bajísimo. Aquí hay un problema que es de responsabilidad del Estado, fácil de solucionar y que no necesita de una disposición como la que se propone. Insisto en que debe haber un esfuerzo compartido por parte del Ministerio de Salud, de los servicios de salud e, incluso, de las municipalidades, porque el plan nacional ocular que se pone en marcha, como plan piloto, la próxima semana, inédito en América Latina, permitirá satisfacer las demandas pendientes, sin los riesgos de la automedicación, idea contenida en el proyecto respecto de la cual lamento discrepar.

Por último, anuncio que voy a votar en contra del proyecto, porque todo lo que expresé, en forma sucinta -para no repetir lo que ya se dijo- se refleja en el texto mismo del inciso primero de su artículo único, que dice: “Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos”.

Pero ¿qué establece su inciso segundo?: “Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica”.

En el primer inciso se autoriza la venta sin receta médica, pero en el segundo se advierte: mucho cuidado, porque su salud ocular corre riesgos si no tiene una evaluación oftalmológica. Ello es total y absolutamente contradictorio.

Por esa razón y por los argumentos que esgrimí en la primera parte de mi intervención, me opongo con fuerza a este proyecto, sin perjuicio de respetar, sinceramente, la buena voluntad, el sacrificio y la preocupación que, por la salud de los chilenos, evidencian en su iniciativa los colegas firmantes de la materia en cuestión.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

En el tiempo del Comité Socialista y Radical, tiene la palabra el diputado Sergio Aguiló.

El señor AGUILÓ .-

Señor Presidente , en los tiempos que corren, esta iniciativa es una de las pocas que ha concitado, al menos en la Comisión de Salud, un alto nivel de consenso, no obstante las legítimas y ya conocidas opiniones del diputado Francisco Bayo , que también en su momento vertió en la Comisión.

Sin embargo, antes de hacer algunas reflexiones respecto de las objeciones que hay sobre el contenido del proyecto, no puedo evitar contestar las injustas palabras del diputado Recondo, jefe de Comité de la Unión Demócrata Independiente, quien se ha permitido decir, incluso en contra del informe presentado a la Sala por el diputado Forni, de su propia bancada, que la segunda iniciativa presentada fue un plagio de otra anterior, pensada y elaborada por miembros de la UDI.

Entiendo que no todos en la UDI tengan el privilegio de hablar con su líder, que está en los cielos, pero todos debieran tener, al menos, la capacidad de hablar entre ellos, porque tienen teléfonos -“arriba” no los hay-

(Aplausos).

Entre nosotros podemos utilizar teléfonos o emails. Así, por ejemplo, el diputado Recondo podría haberle preguntado al diputado Melero sobre esta iniciativa, que se viene trabajando en la Comisión desde 1997. El diputado Recondo fue parlamentario al inicio de la transición a la democracia; luego estuvo un tiempo fuera del Congreso -está en su derecho y, naturalmente, también es el derecho de sus electores-, por lo que no le correspondió participar en el período en el que más intensamente trabajamos acerca de la posibilidad de que nuestros compatriotas pudieran adquirir lentes para resolver su problema de presbicia en farmacias, librerías o supermercados, como ocurre actualmente en la mayoría de los países de Europa.

Esta iniciativa se presentó por primera vez en 1997 y, efectivamente, hubo un acuerdo inicial entre los parlamentarios de la Concertación y de la Oposición. En esa oportunidad -hay que decirlo-, calaron hondo los argumentos de los representantes del Colegio Médico de Chile y, particularmente, de la Sociedad de Oftalmología, quienes manifestaron a la Comisión los tremendos estragos que podría causar, sobre todo en la salud visual de los chilenos, una medida como la que hoy estudiamos. Al mismo tiempo, se comprometieron a hacer amplios operativos médicos en todo el país para que efectivamente los interesados pudieran conseguir lentes a través de las horas oftalmológicas disponibles en los hospitales y consultorios. Pasaron los años y dejamos pendiente, en 1997 ó 1998, la tramitación de la iniciativa, porque, no obstante la buena voluntad e intención que tuviéramos, consideramos muy grave afectar, de manera indirecta, la salud de la población a través de una medida como la que se proponía. Sobre todo, nos alentó la disposición del Colegio Médico y de la Sociedad de Oftalmología.

Señor Presidente , por su intermedio, quiero decirle al diputado señor Bayo, quien ha expuesto con toda legitimidad los argumentos del Colegio Médico, que el tiempo fue despejando, de manera muy poderosa, dos tipos de razones: por un lado, cada vez tuvimos más información, sistemática y seria, acerca de que la presbicia es un anomalía, una enfermedad, una patología -no soy médico- para quienes la sufren, entre los cuales me incluyo. Aquí tengo unos anteojos que no los compré en ninguna óptica, sino en un lugar común y corriente.

El señor ÁLVAREZ-SALAMANCA .-

¡Son rascas!

El señor AGUILÓ .-

Son rascas, como dice el diputado Álvarez-Salamanca . Los compré a un precio módico, al que debieran acceder todos nuestros compatriotas.

Como decía, la presbicia es una enfermedad que no significa ningún riesgo para quien se automedica. Es como si alguien padeciera de migraña o de cefalea y comprara en la farmacia -está autorizado por la ley- cualquier remedio contra ella, o si tuviera un resfrío o gripe y comprara los fármacos respectivos. Incluso, en relación con otras patologías -y para ello existen las farmacias-, no todos los medicamentos se expenden en la farmacia sin receta médica.

Por otro lado, pudimos constatar que en la actualidad, en la mayoría de los países de Europa se venden muy bien lentes para la presbicia. A esa realidad podría haber dedicado toda su intervención -fue muy buena- el diputado señor Recondo , ya que él mismo nos recordaba que este tipo de lentes se vende en los aeropuertos, en los supermercados, en las librerías y en muchos otros lugares; porque, efectivamente, la presbicia, según los médicos y los entendidos, es una limitación a la vista que afecta, en promedio, a los 45 años, cuando una persona ya no puede distinguir, a una distancia razonable, las letras del diario o los documentos que normalmente lee y, entonces, requiere de un par de lentes que dé un aumento a la visión de sus ojos.

Señor Presidente , consultamos a representantes del Ministerio de Salud acerca de las listas de espera, y la principal razón que nos lleva ahora a aprobar unánimemente este proyecto de ley es la siguiente constatación: de las listas de espera por especialistas que existen en todos los hospitales del país, que están por sobre las 150 mil o 200 mil personas -y digo que hay un rango allí, pues no todos los hospitales han hecho las pesquisas de identificación de sus listas de espera-, sobre el 50 por ciento es estrictamente de oftalmología.

Hay más de 30 especialidades médicas, pero no las nombraremos todas, ya que nos podemos imaginar a qué tipo de especialidades nos podemos estar refiriendo. De esas 30 especialidades médicas, con sus respectivos especialistas, la oftalmología retiene más del 50 por ciento de las listas de espera. Pues bien, en opinión de representantes del Fonasa y del Ministerio de Salud, dos tercios de dichas listas pertenecen a personas que deben esperar uno o dos años, y algunas veces más tiempo, para que un médico se digne recetarles un par de lentes para la presbicia. Ello no tiene que ver con glaucoma, con catarata ni con otras patologías más severas o complejas que, naturalmente, deben requerir la intervención de especialistas para su tratamiento. De tal manera que lo que ocurre, por lo menos en el sector público de salud, donde se atiende el 68 por ciento de los chilenos, es la falta absoluta de especialistas oftalmólogos. Además, existe un comportamiento muy responsable en esta materia, toda vez que hay un proyecto de ley, presentado en ese sentido también en la Comisión -otro distinto-, con el patrocino de diputados de la UDI, de Renovación Nacional y de todos los partidos de la Concertación. Hemos trabajado estos temas en la Comisión de Salud, la mayoría de las veces de manera técnica, a sabiendas de que el Colegio Médico y la Sociedad Oftalmológica se comportan como cartel.

¿Ustedes saben cuántos oftalmólogos al año autoriza la Sociedad Oftalmológica? ¡Uno o dos! ¿Saben que el Ministerio de Salud debe destinar recursos para que se formen sobre 15 especialistas en oftalmología en España, Perú, México y Cuba, con recursos del Estado Chileno, pues en las universidades chilenas no se pueden formar oftalmólogos, porque lo tiene prohibido la Sociedad Oftalmológica? No lo tiene prohibido en un dictamen con resoluciones, porque eso, naturalmente, llevaría este tema a la Comisión Antimonopólica, la cual debería hacer algo al respecto; pero, ciertamente, los oftalmólogos forman a los oftalmólogos -pues es muy difícil que un traumatólogo forme a un oftalmólogo; sólo pueden formarlos los pares-, y son ellos los que han impedido que se formen esos especialistas y que haya suficiente atención. De tal manera que las soluciones que nos propone el diputado señor Bayo -con la mejor de las intenciones- son imposibles, irrealizables y completamente fuera de la realidad de nuestro país.

Mientras no resolvamos el tema de las sociedades científicas y, en particular, de aquellas que actúan como carteles y que no forman más especialistas con el objeto de constreñir la oferta y elevar artificialmente los precios de las consultas a límites increíbles, no podremos resolver el problema de las consultas no atendidas, tanto oftalmológicas como de otras especialidades.

La Comisión de Salud analizó sistemáticamente el tema durante más de seis años, y a ella concurrieron parlamentarios de todas las bancadas. Otros países pueden tener culturas muy distintas, pero la presbicia afecta con la misma lógica y con los mismos principios físicos a un español, a un inglés o a un chileno. Por lo tanto, si los españoles o los ingleses pueden comprar sus anteojos para la presbicia en un supermercado, no veo por qué los chilenos no puedan comprarlos de la misma manera a dos mil pesos, en vez de pagar treinta mil o cuarenta mil pesos, luego de concurrir a la consulta médica respectiva.

Por las razones expuestas, hemos patrocinado este proyecto y sugerimos a la Sala su aprobación.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.

El señor JARAMILLO.-

Señor Presidente , con todo agrado concedo una interrupción al diputado señor René Manuel García.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

Señor Presidente , anuncio mi voto favorable a esta iniciativa por una sola razón, y la voy a dar, como se diría en el campo, con un ejemplo muy simple: pido a las personas que tienen presbicia y usan lentes, que se los saquen, los dejen sobre el velador y esperen dos años para que les den una hora para una consulta médica. Me gustaría saber cómo vivirán durante esos dos años, sin poder ver bien, sin poder leer, ni hacer cosas simples.

Considero de buena conducta y un acto de humanidad apoyar este proyecto. Una persona con presbicia y que no puede usar sus lentes es como si estuviera absolutamente ciega; no puede hacer cosas esenciales. Ésa es una de las razones que me llevan a votar a favor de esta iniciativa.

Segunda razón. Estuve en Estados Unidos de América. Si hay un país que protege la salud de sus habitantes es precisamente Estados Unidos de América. Allí, los lentes para la presbicia se pueden comprar en los supermercados. Sin embargo, los chilenos no tienen ninguna posibilidad de hacerlo porque “somos más papistas que el Papa” y nuestra oftalmología es una especialidad cerrada. Me parece increíble haber estado debatiendo este proyecto durante seis años y que no haya sido aprobado.

Para una persona con presbicia, el no poder comprar sus lentes es como si le sacaran los ojos. Por razones humanitarias y porque es fundamental para esas personas poder ver bien y tener un descanso, votaré favorablemente el proyecto.

Por su intermedio, señor Presidente , pido al diputado informante que me aclare por qué en Chile se ponen tantas trabas para la adquisición de esos lentes, en circunstancias de que -reitero- en Estados Unidos de América o en Europa se pueden comprar fácilmente. ¿No será que en Chile se están protegiendo intereses económicos?

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Aguiló.

El señor AGUILÓ .-

La razón es la misma por la que en Chile se viene discutiendo la ley de divorcio desde hace diez años: existen instituciones que tienen metida la cola en el Congreso Nacional.

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

La verdad es que llevo veinticinco años de matrimonio; he sido muy feliz y votaré en contra del divorcio.

Reitero que por razones humanitarias, votaré favorablemente el proyecto.

Agradezco al diputado Jaramillo la interrupción que me concedió.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Recupera la palabra el diputado señor Jaramillo.

El señor JARAMILLO .-

Señor Presidente , la regulación de esta materia se encuentra en una norma general del Código Sanitario, dentro de las atribuciones exclusivas que la ley reconoce y entrega a los médicos. Este proyecto es una iniciativa de expertos en medicina.

Me hace mucha fuerza el comentario del diputado señor Bayo. Me preocupa y me mueve a reflexión la aprobación del proyecto.

Recuerdo un reciente reclamo de la Sociedad de Oftalmólogos por la entrega masiva, sin ningún control, de lentes en mi región. Ello indudablemente nos oriente hacia lo que comentó un entendido en medicina, como es el doctor Bayo: no a la automedicación

La iniciativa está inspirada, a mi juicio, en principios muy elementales que hay que entender: que las personas mayores que sufren de una enfermedad propia de su edad y absolutamente natural, como es la presbicia, puedan adquirir lentes sin necesidad de contar con una receta médica. Ello se justificaría en el hecho de que la cobertura de atención oftalmológica en nuestro país es muy deficitaria. Por ello, ¿por qué no reconocer la fuerza que me hace también el comentario del diputado Sergio Aguiló?

En relación con el proyecto, cabe evaluar los riesgos que significaría la automedicación de un lente para la presbicia.

La Sociedad Oftalmológica dice, sobre esta materia, que los detractores de la libre compra de estos lentes señalan que ésta implica dilatar la atención con un profesional calificado, como un oftalmólogo, que pudiera detectar la presencia de patologías adicionales, como las retinopatías, las neuropatías o el glaucoma, que, de ser diagnosticadas precozmente, podrían evitar una ceguera posterior. Este riesgo aumentaría en las personas que sufren de diabetes, según comentaba el doctor Bayo.

En el debate en la Comisión, las posiciones han sido encontradas. La sociedad médica que agrupa a los oftalmólogos ha advertido de posibles efectos nocivos de la disposición al retardar la consulta precoz a los especialistas, con lo cual es probable que mucha gente se quede sin la posibilidad de ser diagnosticada de dolencias mayores que aparecen luego de los cincuenta años, edad en que, en promedio, se produce la presbicia.

Por otro lado, las autoridades del Ministerio de Salud nos dicen que el asunto no es tan alarmante, pues esto se autoriza en otros países, y que errar entre un lente y otro puede ocasionar, a lo más, dolores de cabeza y mala visión, efectos que no son permanentes en el tiempo.

Como representante de una zona vinculada al mundo rural, veo frecuentemente cómo miles de adultos mayores se ven impedidos de realizar actividades tan esenciales como leer, ver televisión o simplemente manipular objetos de cerca, por carecer de anteojos.

Esta iniciativa legal me causa dudas, pues, según señaló la Sociedad de Oftalmología, no beneficiará a las personas de menores recursos, quienes quedarán indefensas y con altas posibilidades de quedar ciegas, ya que, de acuerdo con el último censo, el 78 por ciento de la población de sobre 45 años concentra la mayor cantidad de personas con ceguera.

Por estos antecedentes, sin lugar a dudas, preocupa la aprobación de este proyecto, que está bien inspirado, pues llevaría tranquilidad a tantos que esperan horas, días y meses -como señalaba el diputado señor García - para lograr una cita con el oftalmólogo.

La bancada del PPD ha acordado patrocinar y aprobar el presente proyecto.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Pablo Prieto.

El señor PRIETO .-

Señor Presidente , como uno de los autores de esta iniciativa, celebro y agradezco la favorable acogida que ella ha tenido en el Congreso Nacional, especialmente en la Comisión de Salud especialmente en la Comisión de Salud, en la que se aprobó por unanimidad.

La presbiopía, más conocida como presbicia, es uno de los problemas físicos que afecta con mayor frecuencia a las persona mayores de 40 años, por lo que no es considerada enfermedad, sino una consecuencia del proceso natural de envejecimiento. Por regla general, los síntomas se presentan a partir de los cuarenta y cinco años, cuando es necesario alejar los textos para tener una mejor visión, problema que se hace progresivo y alcanza su máximo nivel entre los cincuenta y cinco y 60 años. Para corregir el problema, basta el uso de lentes de aumento con fuerza dióptrica.

En nuestros distritos rurales, vemos cómo personas adultas, especialmente mujeres, necesitan utilizar lupas para enhebrar agujas y coser. Los efectos secundarios por utilizar lentes de aumento para subsanar este tipo de problemas sin receta médica de por medio son casi inexistentes. De hecho, el uso de lentes con aumento mayor o distinto al necesario, así como su incorrecta utilización, solo podría ocasionar dolores de cabeza o tensión visual, pero en ningún caso problemas más complejos o un empeoramiento de la presbicia.

Por lo tanto, autorizar la venta de este tipo de lentes para el tratamiento de la presbicia sin necesidad de presentar receta médica disminuirá considerablemente su costo, lo que significará un importante ahorro en salud para las personas, especialmente para aquellas de escasos recursos. Si se considera que una persona recibe una pensión asistencial que bordea los 37 mil pesos, es fácil comprender que jamás podrá llegar a la consulta oftalmológica, cuyo costo, al menos en provincia, es de entre 15 mil a 20 mil pesos. Si a eso se suma el costo de los lentes, que alcanza los 12 mil o 13 mil pesos, menores serán las posibilidades de acceder a una solución inmediata a su problema visual. Es decir, el proyecto da una solución real a las personas más necesitadas.

Durante la campaña electoral fui criticado por entregar este tipo de lentes a personas de escasos de recursos. Ello obedeció al deseconocimiento del tema y por la falsa creencia de que el mal ocular que se pretende sanar podría empeorar con una solución equivocada. Estos lentes, reitero sólo aumentan el tamaño de las imágenes, pero no corrigen el problema visual, que deriva de la edad y del normal proceso de envejecimiento.

De allí la importancia de la iniciativa legal en estudio, ya que son miles los chilenos que necesitan simplemente lentes con aumento que les permitan ver la vida con más optimismo.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Edmundo Villouta.

El señor VILLOUTA.-

Señor Presidente , en la última campaña parlamentaria -uno lo dijo el diputado Prieto - fue una práctica generalizada entre los candidatos la distribución gratuita de esos lentes para congraciarse con el electorado. A raíz de eso, el ex diputado Arratia me comentó los peligros que implicaba el uso indiscriminado de lentes sin receta médica y sin una consulta médica especializada.

En mi opinión, el proyecto no precave este peligro para la visión de las personas, porque no es suficiente que señale: “Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica.”

Por otra parte, su inciso primero establece: “Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos.” O sea, queda abierta la posibilidad de que se entreguen estos lentes en cualquier negocio de barrio, sin querer desprestigiarlos. Entonces, ¿quién puede garantizar que una persona mayor de cuarenta años que los compre está procediendo bien? No hay seguridad de ello. Puede ser que algunas personas tengan la precaución de consultar cuando les duele la cabeza por el empleo de lentes. Los especialistas han señalado que es muy peligroso y dañino el uso de lentes inadecuados.

Creo que la salud pública merece cuidados y una mayor preocupación.

Volviendo a lo dicho anteriormente, debo decirles que traté de adquirir esos lentes, que en ese tiempo eran sumamente baratos, para entregarlos en la campaña electoral; pero, al final, desistí, porque no quise jugar con la vista y con la salud de los electores de mi distrito.

Por lo tanto, votaré en contra y espero que el proyecto sea rechazado, porque su aplicación será un peligro para la salud de las personas.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Alberto Robles.

El señor ROBLES.-

Señor Presidente, el tema que hoy nos convoca es altamente importante para la población, sobre todo para los adultos mayores.

Como se ha dicho, casi todos necesitaremos usar lentes por la presbicia alguna vez. Con el aumento de las expectativas de vida, una persona puede vivir hasta los 75 o más años; pero después de los 45 años, la afectará la presbicia y deberá usar lentes. Esa es una realidad que la vida nos depara por el hecho de vivir más años. Por lo tanto, es absolutamente necesario para los adultos mayores usar lentes que les permitan ver y mejorar su calidad de vida. Por muy pobre o adinerada que sea la persona, de todos modos los necesitará.

En ese sentido, el proyecto busca corregir un elemento distorsionador en nuestra sociedad. Cuando una persona tiene la capacidad económica suficiente acude a la consulta privada de un oftalmólogo, quien lo examina y le entrega una receta médica para que el paciente vaya a la óptica y compre los lentes que requiere. No le cuesta mayor tiempo ni esfuerzo. Pero, si se trata de una persona de escasos recursos económicos -como es muy frecuente en zonas rurales-, no puede ir a una consulta oftalmológica. Debe esperar a que lo deriven a un hospital desde la atención primaria, donde existen muy pocos oftalmólogos que le solucionen su problema. Es la realidad de los adultos mayores de escasos recursos.

El proyecto entrega una solución que si bien no es óptima, a nuestro juicio es la que el país requiere. Hay restricciones y elementos que se deben considerar. El Estado quiere entregar a sus adultos mayores que requieren de lentes un producto de calidad que realmente solucione su problema y no lo agrave. Por eso, la iniciativa no cambia ni modifica el artículo 128 del Código Sanitario que señala: “Sólo en establecimientos de óptica podrán fabricarse lentes con fuerza dióptrica de acuerdo con las prescripciones que se ordenen en la receta médica correspondiente.” Es decir, el Código Sanitario resguarda que la fabricación de los lentes se realice sólo por instituciones con capacidad tecnológica. Ese importante elemento también lo hemos resguardado en el proyecto y, por lo tanto, debemos ser capaces de mantener el control al respecto.

En ese sentido, si bien nos parece importante liberalizar la venta de lentes, formulamos un planteamiento respecto de la necesidad de que estos establecimientos sean regulados, con el objeto de que reúnan condiciones mínimas para entregar lentes ópticos.

En Europa se venden lentes en supermercados, aeropuertos y otros establecimientos, pero ello está regulado para que la calidad del producto sea beneficiosa para la gente. Por ejemplo, en algunos establecimientos europeos se cuenta con un muestrario de lentes y unas tablas especiales que permiten determinar cuál es el adecuado para solucionar el problema de la presbicia.

Me parece importante disponer que los establecimientos deben ser autorizados por la autoridad competente. En nuestro país, el organismo que autoriza a los establecimientos a vender alimentos y otros productos es el Servicio Nacional de Salud, SNS y la autoridad sanitaria. Aunque algunos señores diputados no concuerden conmigo, creo que los establecimientos que vendan lentes deben ser autorizados por el SNS, organismo que debe cautelar el cumplimiento de los requisitos sanitarios.

En segundo lugar, existen elementos tecnológicos que permiten obtener un diagnóstico adecuado, en forma rápida y efectiva. Por ejemplo, el autorrefractómetro entrega la receta del lente requerido para la presbicia del paciente en un minuto. Ese instrumento cuesta aproximadamente 10 millones de pesos, por lo que si se implementase una política adecuada, lo podríamos tener en los consultorios de atención primaria, para, a través de ella, solucionar el problema de las personas de menores recursos, otorgándoles una receta rápida y adecuada a su tratamiento para que puedan despacharla en un establecimiento autorizado para tal efecto.

Por las razones expuestas, considero importante incorporar algunas indicaciones al proyecto.

He dicho.

La señora ALLENDE (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn.

El señor DITTBORN .-

Señora Presidenta , muchos colegas podrán pensar que éste es un tema pequeño. Sin embargo, estoy muy orgulloso de ser uno de los diputados que firmaron la moción, porque para muchos compatriotas, especialmente los más modestos, ésta es una materia de gran importancia.

No voy a repetir los argumentos entregados por el diputado Recondo y otros respecto de la importancia de que lentes, cuyo costo es elevado, después de aprobado el proyecto, estén disponibles para aquellos que no pueden acceder a un especialista para someterse a un examen completo ante una posible patología ocular.

Quiero hacerme cargo de un argumento dado por el diputado Bayo, que me parece importante. Él dijo que adquirir lentes en forma muy económica de alguna manera hará impedir que las personas no se preocupen de practicarse exámenes oftalmológicos tengan una revisión más más completos, mediante los cuales se pueden descubrir otras patologías, como cataratas, glaucoma y otras.

Si en Chile hubiera suficientes oftalmólogos, especialmente en regiones y en las zonas agrícolas, y la gente pudiera acceder en forma expedita a sus consultas para obtener exámenes cuidadosos y recetas apropiadas, obviamente, el proyecto sería mucho más irrelevante. Todos quisiéramos que eso ocurriera. Lamentablemente, ésa no es nuestra realidad. Probablemente, pasarán años o décadas hasta que los chilenos más modestos puedan recibir atención oftalmológica adecuada.

Podemos discutir las responsabilidades. ¿Es responsabilidad de los servicios de salud estatales o, como decía el diputado Bayo, no de la carencia de oftalmólogos, sino que de la falta de lentes? No sé. Pero el hecho concreto es que cuando uno va a los sectores rurales y entrega los lentes a las personas, ellas lloran de emoción. Porque la gente más modesta, cuando va perdiendo la vista, cree que es algo cultural, que eso es como que aparezcan canas, que es casi irremediable. Y dejan de leer; las mujeres dejan de cocinar, de coser, y creen que son cosas que no podrán hacer nuevamente. Decirle a una persona que está perdiendo la vista, que no podrá volver a ver porque puede tener glaucoma o catarata y que ponerle anteojos de 500 pesos es peligroso porque no tiene posibilidad de hacerse un examen más profundo, es simplemente una tontería.

Desafortunadamente, no estamos en un país ideal y, por lo tanto, hay que preferir el mal menor que, en este caso, es solucionar a la gente un problema concreto, como es el no poder leer, cocinar, coser, antes de esperar -ojalá- que las personas más humildes puedan hacerse exámenes más rigurosos a la vista, que les permitan descubrir otros tipos de posibles patologías. En ese sentido, tenemos un problema de fondo que no es materia de la iniciativa y que, a mi juicio, lo mencionaba muy bien el diputado Aguiló. En general, el de los cupos que se establecen para la formación en las distintas especialidades médicas es un tema que nos debe preocupar, porque, evidentemente, no es razonable que el Ministerio de Salud gaste recursos en especializar a médicos en oftalmología fuera del país.

El diputado señor Bayo dice que no es así, pero el diputado Sergio Aguiló acaba de informar que hay 15 médicos que se están especializando en oftalmología en el extranjero, en tanto que sólo dos por año lo hacen en el país. No sé si la información será correcta, pero es lo que se acaba de informar en esta Sala.

Considero que se trata de un muy buen proyecto, pero no soluciona todos los problemas. Chile es un país pobre y los servicios de salud estatales no cuentan con los recursos suficientes. Por lo tanto, solucionar éste me parece un paso positivo. Sin embargo, eso no debe desviar nuestra atención sobre el problema de fondo: la necesidad de contar con más oftalmólogos en el país.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Osvaldo Palma.

El señor PALMA .-

Señora Presidenta , si bien esta iniciativa es importante para muchos, por cuanto pone al alcance de gente de escasos recursos lentes que les permitirán volver a leer, a trabajar, a cocer quizás, no estamos haciendo nada nuevo. Ya se hace en muchos países, sin que se produzcan los problemas que, según se dice, podrían derivar de tal medida.

La presbicia es una enfermedad que afecta al 90 por ciento o más de las personas sobre los 40 ó 50 años. El problema radica en que el obtener lentes a bajo costo podría ocultar alguna enfermedad importante, como las ocasionadas por la diabetes. Me refiero al glaucoma o las cataratas.

Por lo tanto, junto con poner al alcance de toda la población de escasos recursos lentes que les permitan ver en mejores condiciones, también se les debe otorgar la posibilidad de concurrir a una consulta oftalmológica, para lo cual es necesario programas adecuados y difundirlos. De esta manera, se podrían diagnosticar y tratar enfermedades, como las que he mencionado, que ocasionan daños que pueden ser irreversibles y quedan ocultas con la mejoría pasajera que brindan lentes a bajo costo.

No podemos negar la ventaja que supone para mucha gente la aprobación de la iniciativa en discusión, pero debemos exigir al Gobierno, a los servicios de salud, que pongan al alcance de todos una consulta oftalmológica, porque así se evitarán los problemas más graves e irreversibles.

La solución no es votar en contra del proyecto, sino crear conciencia y una cultura de prevención. En consecuencia, debemos votar a favor de la iniciativa y no negar esta satisfacción a miles de personas que no ven adecuadamente por la falta de lentes.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Enrique Accorsi.

El señor ACCORSI.-

Señora Presidenta , el tema en debate suscitó polémica y una importante discusión en el seno de la Comisión de Salud, a partir de la cual se perfilaron dos posiciones muy claras: una, que abogaba por un acceso sin restricción a los lentes que combaten la presbicia, y otra que defendía la posibilidad de que fueran prescritos por médicos generales, médicos oftalmólogos y tecnólogos con mención en oftalmología que cumplieran labores en los centros de atención primaria de salud.

También se subrayó la importancia de que los centros que despachen este tipo lentes cuenten con alguna acreditación de carácter sanitario, tal como ocurre con otros locales que expenden insumos médicos. De esa forma, se asegura que quienes los reciban cuenten con toda la información relativa a su uso. En el evento de que su despacho sea libre, se corre el riesgo de no cumplir con ese objetivo.

Por otra parte, es importante que a futuro se aumente la dotación de médicos oftalmólogos en el servicio público. En la década de los años 70 existía un departamento de oftalmología en el servicio de urgencia de la Posta Central de Santiago, lugar que, debido a su excelencia, sirvió como centro de formación de gran cantidad de especialistas provenientes de toda Latinoamérica. Lamentablemente, hoy no se cuenta con ese servicio de urgencia en ninguna de las grandes ciudades del país, incluida la Región Metropolitana, problema que ha encontrado solución con la implementación de una red de oftalmólogos de llamada.

Por tal razón, hago un llamado para que, tal como dimos una solución al tema en debate, seamos capaces de hacer lo propio con los servicios de urgencia oftalmológica.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Ignacio Urrutia.

El señor URRUTIA .-

Señora Presidenta , como bien se ha señalado, se trata de proyecto muy importante, sobre todo para las personas de más escasos recursos.

Con todo, no me referiré puntualmente a la iniciativa, sino a algunas aseveraciones hechas por el diputado Aguiló. En efecto, tal como señaló su Señoría, este tema fue estudiado en 1997, pero eso no invalida el hecho de que parlamentarios de la Concertación no se hayan “colgado” a esta iniciativa, que fue presentada en abril del año pasado por diputados de la UDI, encabezados por Pablo Prieto . Y no sólo se colgaron de este proyecto, sino que lo clonaron para presentar uno propio. Al parecer, esto se ha ido transformando en una costumbre. Lo mismo ocurrió con el proyecto relativo a las ferias libres.

Se trata -repito- de una muy mala costumbre y espero que en el futuro no siga sucediendo. El mérito del proyecto en discusión es de Pablo Prieto, pues él fue quien presentó la moción que le dio origen. Quienes aparecemos suscribiéndola sólo le prestamos nuestro apoyo. Él es su verdadero autor y a él deben darle las gracias las miles de personas que se verán beneficiadas.

He dicho.

La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-

Tiene la palabra el diputado Francisco Bayo.

El señor BAYO .-

Señora Presidenta , en primer lugar, quiero aprovechar la presencia de los parlamentarios que no estaban en la Sala en el momento en que intervinimos en la primera parte de la sesión para llamar la atención acerca de la importancia de este proyecto.

Valorizamos la intención de sus autores pero en un tema tan serio como la salud, primero, hay que tener una evaluación técnica y, después, adoptar una decisión política concordante. Y para que ello sea así, hay que contar con toda la información.

Aquí se han hecho comparaciones con otros países, como Estados Unidos o Australia. No sé si algunos de los presentes, antes de casarse, consultó previamente al andrólogo y su novia al ginecólogo. Nadie en Chile hace eso, pero sí en Estados Unidos, donde también acuden al oftalmólogo, al igual que en Australia.

Entonces, es perfectamente lógico que en esos países puedan expenderse lentes en la forma que lo hacen, de tal manera que seamos serios en nuestro debate. Los que han ido al andrólogo y su novia al ginecólogo, antes de casarse, podrían tener justificación en el argumento que hoy se esgrime. En situaciones tan disímiles como las que he mencionado, no hay posibilidad de comparar la cultura de la salud.

Aparentemente, también hay poca información sobre los especialistas. Un honorable diputado se refería a su escasez. Eso no es verdad. En Chile existen entre seiscientos y setecientos oftalmólogos. No se forman dos oftalmólogos al año, como aquí se ha dicho, sino que veinte, quince en Santiago -tengo el antecedente oficial- tres en Concepción y dos en Valparaíso, y existe un promedio anual de diez que regularizan sus títulos en el país. Por lo tanto, no digamos, porque distorsiona la realidad de una discusión sería, que en Chile se forman sólo dos o tres oftalmólogos al año. Eso es falso.

Lamentablemente, no se escuchó nuestra proposición. La realidad del país, y lo repito para quienes no lo escucharon y para quienes deben decidir cómo votarán, es que hoy hay cargos de oftalmólogos sin ser ocupados: dos en Concepción y uno en el hospital El Salvador.

Además, existe un plan de salud ocular, que se iniciará la próxima semana, con un mínimo aporte del Ministerio y de los servicios de salud y con una predisposición favorable de los municipios para la atención primaria, que debería terminar con las listas de espera que aquí aparecen infladas en exceso, porque no corresponden a las cifras oficiales.

No es tontería oponerse a este proyecto, pero sí lo es que un diputado exhiba un par de lentes de poco valor para demostrar que podría estar al alcance de todos, aun cuando tengo la certeza absoluta de que ese honorable diputado fue primero a un oftalmólogo.

Lo que pedimos es que no exista contradicción entre lo que establece el inciso primero del artículo, que autoriza la venta de lentes sin receta médica, con lo que dispone el inciso segundo al señalar que un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia “sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica”. Pero, ¡por favor! Se supone que estamos en un medio en el cual la lógica elemental debe imperar. Lo que solicitamos es que la venta de lentes en establecimientos autorizados por los servicios de Salud se realice previa evaluación oftalmológica; aunque sea una sola.

Quiero señalar que hay una sola especialidad médica que está en condiciones de hacer la evaluación desde el punto de vista de la refractometría: la oftalmología. Ninguna otra.

Las disposiciones que permitan la actuación de los optometristas y de los tecnológos en oftalmología exigen decisión previa del oftalmólogo, como sucede en otros países -me lo acaba de recordar el diputado señor Tarud -, como es el caso de Australia, por ejemplo.

Termino reiterando lo que dije al comienzo de mi primera intervención: ojalá tomemos una decisión que vaya en beneficio de la salud de los chilenos y no en su perjuicio.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Carlos Abel Jarpa.

El señor JARPA .-

Señora Presidenta , en mi condición de oftalmólogo doy a conocer a la Sala mi inhabilitación en este proyecto. Sin embargo, me parece importante señalar algunas situaciones que deben ser aclaradas.

En cuanto a uno de los motivos de los autores de la moción, que son las largas listas de espera para una atención oftalmológica, el doctor Rodrigo Salinas señaló en la Comisión los riesgos que podría significar la automedicación y adquisición de lentes para la presbicia en cualquier tipo de establecimiento.

Cuando se inicia la presbicia, entre los 40 y 45 años, es importante realizarse un examen oftalmológico, que permite detectar patologías adicionales, como el glaucoma o una retinopatía, que podrían terminar en una ceguera.

En ese sentido el doctor Salinas señala que en nuestro país no se han efectuado los estudios técnicos que compatibilicen el problema que se quiere solucionar con los riesgos a los cuales podemos exponer a nuestra población que, como bien sabemos, gracias a que existen mejores expectativas de vida, aumenta en forma importante entre los mayores de 40 años.

El Colegio Médico y la Sociedad Oftalmológica propusieron al Ministerio de Salud la formación de más oftalmólogos con la posibilidad de que posteriormente fueran contratados. Sin embargo, esa cartera no dispuso de financiamiento para ello.

Actualmente en los servicios médicos de salud de las diferentes regiones ejercen como oftalmólogos médicos formados en nuestro país pero cuya especialidad la han hecho en el extranjero.

Aquí lo más importante, y que en este momento figura en la reforma sanitaria, es cómo damos mayor resolución a los problemas de salud. En este caso, habría que entregar un porcentaje mayor del Presupuesto al nivel primario de salud a fin de que los resuelvan en forma más integral.

Por otro lado, quiero recordar que en el informe se dice que al liberar la venta de lentes para presbicia un 20 por ciento de pacientes terminarán con otras patologías, como son las retinopatías, glaucomas y cataratas, que requerirán procedimientos más complejos y costosos.

Hoy hemos visto que con los esfuerzos mancomunados del Ministerio de Salud y los municipios, a través de los planes especiales, se ha solucionado en parte la larga lista de espera para la atención de pacientes con presbicia; sin embargo, ha aumentado la lista de espera, por ejemplo, en cirugía ocular.

Junto con expresar que me he inhabilitado en la votación del proyecto, y en consideración a lo señalado por el doctor Salinas , representante del Ministerio de Salud, en el sentido de que no existen en el país los estudios técnicos que permitan avalar lo que los autores del proyecto desean solucionar, cual es disminuir las listas de espera en oftalmología, hago presente a mis colegas los riesgos a que podríamos exponer a nuestra población. A mi juicio, no contamos con los elementos técnicos para tomar una determinación al respecto, sobre todo por las consecuencias que podría acarrear la iniciativa.

He dicho.

La señora ALLENDE , doña Isabel ( Presidenta ).-

Tiene la palabra el diputado señor Sergio Aguiló .

El señor AGUILÓ .-

Señora Presidenta , mi intención no era intervenir por segunda vez, pero ello sólo es explicable por los últimos acontecimientos ocurridos, que se dan de vez en cuando.

El diputado señor Urrutia ha vuelto a insistir en una descalificación e infamia, que no vamos a aceptar, cual es que los parlamentarios de la Concertación habríamos copiado un proyecto de ley que ellos habrían presentado originalmente.

Aquí llegaron, incluso diputados de la UDI a pedir excusas y a dar explicaciones por dichos del señor diputado . Al insistir en el tema en la misma sesión da la impresión de que los diputados de la UDI, a pesar de tener una buena conexión con el más allá, entre ellos están con problemas de comunicación. Sería bueno que nos entendiéramos.

El diputado Urrutia lleva poco tiempo en el Congreso y tal vez no sepa que aquí no solemos descalificarnos entre nosotros, ni incurrimos en ignorancia, menos aún si es contumaz.

Espero que sea la última vez que alguien, de manera gratuita, descalifique a colegas que vienen trabajando -insistimos- por más de siete años en esta iniciativa, con distintos actores, porque el tema nos interesa mucho, seria y responsablemente.

Como el debate continuará el próximo martes, si hay unanimidad y a propósito de la intervención del diputado señor Bayo, sugiero consultar al ministro de Salud para que, en forma complementaria a los antecedentes que entregó en su momento en la Comisión, nos informe cuál es el tamaño de la lista de espera en oftalmología, cuál es la magnitud de la presbicia, materia objeto del proyecto; cuántos médicos con especialidad oftalmológica se están formando en la actualidad. Al respecto, el diputado señor Bayo dijo que son más de veinte al año. Esa información es distinta de la que se entregó oficialmente en la Comisión. Si todos los chilenos pudiéramos disponer de una hora oftalmológica no en un año ni en dos, como ocurre hoy, sino en dos semanas, nadie habría presentado un proyecto como el que estamos analizando. Tanto los diputados de la UDI como de la Concertación lo patrocinaron porque en la mayoría de las provincias no es posible conseguir una hora oftalmológica antes de dos años y, no hay más médicos oftalmólogos en el sector público para que atienden todas las patologías y necesidades de la población.

Esa información sería muy ilustrativa para continuar la discusión del proyecto el próximo martes.

La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-

La Mesa está de acuerdo con la proposición del diputado señor Aguiló, puesto que constituirá un elemento más de información sobre el tema. Por lo tanto, recabo la unanimidad de la Sala para hacer esta consulta, que nos permitiría tener más elemento de información y, además, enriquecería el debate.

Tiene la palabra el diputado señor Bayo.

El señor BAYO .-

Señora Presidenta , quisiera hacer una proposición para respaldar la petición del diputado señor Aguiló y complementar los antecedentes que ya obran en nuestro poder.

Sugiero que en esa información el ministerio especifique si hay cargos vacantes de oftalmólogos en el sector público y si existe algún plan para terminar con la lista de espera.

La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-

Me parece razonable lo que ha agregado el señor diputado .

Tiene la palabra el diputado señor Melero.

El señor MELERO .-

Señora Presidenta , sería también muy interesante invitar a la sesión del próximo martes al ministro de Salud . De esa manera podría responder de inmediato muchas de las inquietudes surgidas durante la discusión del proyecto. Sé que normalmente se invita a los ministros, pero dado el interés que este tema ha despertado, pido a la Mesa hacer un esfuerzo especial para invitarlo en una fecha próxima.

He dicho.

La señora ALLENDE, doña Isabel ( Presidenta ).-

No hemos dicho que la próxima discusión se hará el martes siguiente, sino sólo que continuará la discusión. Por cierto, se procurará que en esa ocasión esté presente el ministro de Salud .

Debo señalar que hay una larga lista de señores diputados inscritos para continuar el debate la próxima semana.

Ha terminado el Orden del Día.

Queda pendiente la discusión del proyecto.

1.5. Discusión en Sala

Fecha 12 de noviembre, 2003. Diario de Sesión en Sesión 19. Legislatura 350. Discusión General. Se aprueba en general y particular.

AUTORIZACIÓN DE VENTA DE LENTES ÓPTICOS SIN RECETA MÉDICA. Primer trámite constitucional. (Continuación).

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Corresponde continuar con la discusión del proyecto que permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

Tiene la palabra el diputado Francisco Bayo

El señor BAYO .- Señor Presidente , este proyecto fue analizado hace unos diez días en esta Sala, en una sesión que duró más de dos horas. En esa oportunidad, quedaron en evidencia una serie de divergencias respecto de los antecedentes técnicos y de la forma de presentación del informe.

Por eso, he conversado con diputados de las distintas bancadas para que, por la vía de la presentación de una indicación, el proyecto vuelva a la Comisión de Salud, a fin de replantear o mantener su posición. El debate en profundidad debe realizarse con posterioridad al nuevo informe de dicha Comisión.

La indicación al artículo único del proyecto tiene por objeto salvar las grandes diferencias existentes respecto de la información entregada en la sesión anterior y, a la vez, subsanar los serios defectos de forma que se advierten en la elaboración del informe, en el cual no aparecen, por ejemplo, las ideas matrices del proyecto, que, de acuerdo con el Reglamento de la Cámara de Diputados, debieran haberse incorporado.

Nuestra intención es legislar con responsabilidad. Por eso, solicito el acuerdo de la Sala para que el proyecto vuelva a la Comisión de Salud con la indicación.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Patricio Cornejo.

El señor CORNEJO.-

Señor Presidente , no comparto la posición del diputado Bayo. Si bien la vez pasada una gran cantidad de diputados no se refirieron al tema, tuvimos la oportunidad de escuchar diversas opiniones.

La iniciativa nace de la fusión de dos proyectos de ley, uno, presentado por diputados de la Unión Demócrata Independiente, y el otro, por diputados de la Concertación.

En el informe y en los fundamentos del proyecto están contenidas las ideas matrices. En efecto, se señala que la presbicia afecta generalmente a las personas a partir de los cuarenta años, y se manifiesta en dificultades para leer y ver con claridad objetos cercanos o muy pequeños. Según el informe, este problema se produce por la pérdida de la elasticidad del lente del ojo. En ese punto hay un error que se debe corregir, porque la presbicia se produce por la pérdida de la función del músculo que acomoda el cristalino. Ello, como consecuencia del proceso natural de envejecimiento de la persona y, por consiguiente, del ojo; pero también se la considera una enfermedad.

Otra consideración importante es el elevado precio de los lentes ópticos. En el informe se señala que la presbicia constituye un problema principalmente para las personas de escasos recursos, toda vez que, de acuerdo con la legislación vigente, los lentes correctores sólo se pueden adquirir con receta médica. Eso es efectivo. El Código Sanitario establece que todos los lentes con fuerza dióptrica deben ser vendidos con receta médica, lo que obliga a algunas personas de pocos recursos a recurrir a la venta clandestina que se realiza en la vía pública o en ferias libres. Esta venta ilegal de lentes ópticos en la vía pública, sin receta médica, por personas que no están habilitadas para ello, es bastante común. Se puede decir que algo similar ocurrió cuando algunos candidatos a diputados y senadores entregaron lentes ópticos durante la última campaña. Por eso he intervenido en favor del proyecto.

La experiencia internacional nos demuestra que en muchos países, como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, se permite la venta de estos lentes sin receta médica, en diferentes establecimientos comerciales de muy fácil acceso para las personas.

En cuanto a la ausencia de efectos secundarios, quisiera hacer una corrección. En el informe se señala que los eventuales efectos secundarios derivados del uso de lentes no apropiados, sólo podrían traducirse un dolor de cabeza o tensión visual, pero ningún otro problema de mayor complejidad. Eso no es cierto, ya que el dolor de cabeza no se produce por la utilización de este tipo de lentes, sino por el mayor esfuerzo que deben hacer quienes no los utilizan, todo lo contrario de lo que se plantea en el informe.

Por último, en cuanto a la disminución de costos en la compra de lentes, en el informe se señala que las ventas sin receta y en cualquier establecimiento podrían reducirlos. En ese sentido, se ahorraría tanto el costo de la consulta médica como el valor de compra en una óptica.

Al respecto, es importante aclarar que hoy existe una tremenda dificultad para acceder a una consulta oftalmológica, tanto en el sector público como en el privado. Pero ello se resuelve con el proyecto.

Por último, la compra directa de lentes para la presbicia sin receta médica entra en lo que hemos denominado la automedicación responsable, que consiste en la utilización, por la propia persona, de una gran cantidad de procedimientos, equipos e instrumentos para el control médico necesario. En ella se inscriben algunos medicamentos -hemos contribuido a ello- que son vendidos sin receta médica. En efecto, la aspirina, el paracetamol, los jarabes para la tos y algunos antiinflamatorios como el ibuprofeno y el naproxeno, hoy se venden en las farmacias sin receta médica y pueden ser utilizados responsablemente por la gente, porque existe una cultura adecuada para ello. Otro ejemplo se da con los diabéticos en la utilización de elementos de diagnóstico, como las cintas, a través de las cuales ellos mismos se pueden medir los niveles de glicemia y, posteriormente, administrarse las dosis que necesitan, ya sea de hipoglicemiantes orales o de insulina.

Por último, los lentes para la presbicia no son otra cosa que lupas montadas en un marco. Las lupas se venden en el comercio sin receta médica; por lo tanto, este tipo de lentes tampoco debieran requerirla para su comercialización.

He dicho.

El señor JARPA (Vicepresidente).-

Para una cuestión de Reglamento, tiene la palabra el diputado Ojeda.

El señor OJEDA .-

Señor Presidente , el diputado Francisco Bayo formuló una petición que su señoría no respondió.

Por otra parte, tengo entendido que hay una lista de diputados inscritos para intervenir. Por eso, le pido que ella se respete y que se nos aclare qué procedimiento se utilizará para la votación del proyecto.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Señor diputado , es precisamente lo que estamos haciendo. De acuerdo con esa lista, le correspondía intervenir al diputado señor Cornejo , quien se inscribió en la sesión pasada.

En cuanto a la votación, corresponde votar el proyecto en general, y para que no vuelva a Comisión se requiere el acuerdo de los dos tercios de los diputados presentes.

Tiene la palabra el diputado señor Aguiló para plantear una cuestión de Reglamento.

El señor AGUILÓ .-

Señor Presidente , está muy clara la parte reglamentaria, pero falta precisar a qué hora se votará. Es importante hacerlo, porque hay comisiones que están funcionando. Entonces, lo votaremos en general y, en su momento, algunos diputados solicitaremos que se vote también en particular, para lo cual se requiere el acuerdo de los dos tercios de los diputados presentes.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Si le parece a la Sala, se votará al término del Orden del Día.

Acordado.

El señor BAYO .-

Señor Presidente , se presentó una indicación.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Ya me referí a eso, señor diputado . Cuando votemos se resolverá su preocupación.

Tiene la palabra el diputado Jorge Burgos para plantear una cuestión de Reglamento.

El señor BURGOS .-

Señor Presidente , el miércoles pasado, cuando los Comités acordaron por unanimidad suspender la sesión del jueves 6 para permitir la asistencia masiva de diputados a la actividad programada con el Secretario general de las Naciones Unidas , Kofi Annan , acordaron también adoptar medidas para despachar los proyectos incluidos en la Tabla de esta sesión.

No sé si los Comités se han reunido para tomar acuerdos en tal sentido; por ejemplo, suspender Incidentes y Proyectos de Acuerdo o citar a una sesión especial para la tarde destinada a tratar los proyectos en Tabla. Algunos pensamos que se procedería de esa forma y, por eso, preparé el informe sobre el proyecto que figura en el número 3 de la Tabla. Sin embargo, veo que avanza la hora y que será imposible despachar todos los proyectos si no se toman las medidas del caso.

He dicho.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Señor diputado , le puedo informar que no se ha adoptado ningún acuerdo al respecto; simplemente estamos continuado con la discusión de este proyecto, que se votará al término del Orden del Día.

Tiene la palabra el diputado Juan Masferrer.

El señor MASFERRER .-

Señor Presidente , esta iniciativa, originada en mociones de diputados de distintas bancadas, especialmente de la UDI, viene a dar solución a un problema que afecta a muchos ciudadanos modestos, especialmente de los sectores rurales, que, al no tener acceso a la consulta de un oftalmólogo, incluso, han llegado a perder la visión.

Como señalan los entendidos en la materia, a partir de los 40 ó 45 años las personas empiezan a tener problemas a la vista. En muchos países se autoriza la venta de lentes sin receta, situación que hoy día también se produce en nuestro país, pero que no está regulada. Por eso, me parece que la forma más correcta de hacerlo es a través de una ley.

Durante el análisis del proyecto en la Comisión de Salud, nos dimos el tiempo necesario para escuchar a distintos especialistas, después de lo cual lo votamos favorablemente la idea de legislar.

La gente de regiones está feliz, porque nos estamos preocupando de los problemas reales. Eso es lo que quiere la ciudadanía.

Su señoría ha señalado que el proyecto se votará al término del Orden del Día, y yo invito a los colegas a que lo voten favorablemente, por cuanto la gente está ansiosa de que solucionemos problemas como éste, que afecta la salud de importantes sectores del país.

He dicho.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el honorable diputado Fulvio Rossi.

El señor ROSSI.-

Señor Presidente , entiendo la buena intención que ha motivado a parlamentarios de distintas bancadas a presentar este proyecto, que permite la venta sin receta médica de lentes para la presbicia, grave problema de salud pública que afecta en especial a los mayores de cuarenta años. Sin embargo, creo que no es la solución más adecuada.

La discusión generada a partir del proyecto ha sido motivada, en gran parte, por la existencia de una sociedad científica de oftalmólogos extraordinariamente cerrada, que se ha negado en forma sistemática a que se aumente el número de cupos para esa especialidad en los centros de estudios superiores existentes en el país. Además, los oftalmólogos que ejercen en la actualidad se niegan, en su gran mayoría a trabajar en el sistema público de salud, ya sea en la atención primaria, secundaria o terciaria. De hecho, del total de especialistas, sólo el 26 por ciento ejerce en el sistema público de salud.

A pesar de que se argumenta que el número de estos especialistas es el recomendado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, es decir, uno por cada 30 mil habitantes, el hecho de que se concentren en el sistema privado produce grandes problemas de atención sobre todo para los adultos mayores. Eso es lo que motivó la presentación de esta iniciativa de parlamentarios de distintas bancadas.

Pero siento que es mi deber de hacer algunas precisiones. Por ejemplo, aquí se ha dicho que la presbicia, defecto de refracción, no es una enfermedad, sino un proceso degenerativo consecuencia del envejecimiento. Con ese mismo razonamiento, se podría plantear que una dolencia osteoarticular, como la artrosis, tan común en los adultos mayores, o algunas patologías cardíacas degenerativas, no tendrían el carácter de enfermedades.

Se ha dicho que el elevado precio de los lentes sería otro argumento válido para promover esta iniciativa. Con el mismo predicamento, también podríamos decir que se encuentran en ese caso las prótesis cardíacas o de reemplazo articular, las cuales tienen un costo 20 ó 30 veces superior.

También se ha argumentado que el uso de estos lentes no tiene efectos secundarios. Entonces, podríamos autorizar la automedicación o autoprescripción de inmovilizaciones físicas o de fármacos “inocuos”. Sin embargo, la literatura médica señala que, en este caso, la prescripción inadecuada no es inocua, por cuanto la sobrecorrección puede provocar una atrofia irreversible del músculo ciliar, que trae aparejados efectos secundarios, como hipermetropía, cefalea y fatiga.

El ser humano está conformado por un conjunto de órganos que funcionan en forma integral y coordinada. Con esto quiero decir que no existen órganos que funcionen en forma aislada y sin depender de otros. Si fuera así, bastaría con tomar la presión arterial o con un examen de glicemia, en el caso de los diabéticos, para prescribir un medicamento antihipertensivo u otro a fin de bajar la glicemia, sin considerar que existen otros factores y que el paciente puede tener otras enfermedades asociadas o concomitantes que también es necesario tratar.

Por eso, considero que la solución de este grave problema de salud pública -debemos saber que el 20 por ciento de la población inscrita en consultorios requiere, al menos, una atención oftalmológica al año; es decir, necesitamos atender a 1 millón 700 mil personas, y sabemos que el tiempo de espera es, en promedio, de 241 días, lo que resulta inadmisible- va por otro lado, y se ha planteado muchas veces en el Ministerio de Salud: la formación de oftalmólogos en otros países -por ejemplo, en Perú, en cuya capital, Lima, existen excelentes centros formadores de especialistas-, debido a que la sociedad científica de oftalmólogos chilena se ha negado sistemáticamente a que se haga en nuestro país.

Por último, quiero señalar que la presbicia pura sólo se da en el 60 por ciento de los casos; en el 40 por ciento restante ésta va acompañada de otras enfermedades, como la retinopatía o el glaucoma, que es necesario detectar a tiempo para evitar procedimientos que, lejos de ser inocuos, pueden complicarse y agravarse.

Por eso, me sumo a la indicación presentada, en orden a exigir, por lo menos, una atención oftalmológica que permita hacer una evaluación integral del paciente, antes de autorizar la prescripción indiscriminada de lentes en cualquier lugar y no en los establecimientos habilitados para ello.

He dicho.

El señor JARPA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el diputado Gabriel Ascencio .

El señor ASCENCIO.-

Señor Presidente, en esta oportunidad, voy a estar en contra de la Comisión, desde mi perspectiva, pensando fundamentalmente en las personas.

En verdad, no deberíamos sorprendernos por las discusiones que tenemos en la Sala; sin embargo, ésta sí me sorprende.

Estamos analizando un proyecto muy simple, cuya única finalidad -no importa quiénes sean sus autores- es ayudar a las personas comunes y corrientes para que su calidad de vida sea mejor; fundamentalmente, a las de 40, 50, 60 ó 70 años que tienen problemas graves a la vista, ocasionados por el proceso degenerativo propio de la vejez. La posibilidad del proyecto es permitir la venta de lentes para la presbicia sin receta médica, en cualquier establecimiento; es decir, en supermercados u otro lugar y, además, a un bajo costo para la gente.

Pero, a mi juicio, nos encontramos con una defensa cerrada de intereses por parte de los oftalmólogos y de los dueños de ópticas. Ése es el problema que tenemos aquí, y, en realidad, es lo que estamos discutiendo, aunque no lo queramos reconocer. Algunos colegas defienden a los oftalmólogos y a los dueños de las ópticas, y otros, a la gente. Eso es, a mi juicio, lo que está ocurriendo.

Se trata de una cuestión muy simple. Los lentes con receta pueden constar 70 mil pesos y, seguramente, las personas con recursos pueden comprarlos sin ningún problema. Nosotros podemos comprar lentes de 70 mil, 80 mil o 150 mil pesos, y pagar 20 mil, 25 mil o 30 mil pesos por una consulta al oftalmólogo. Estoy seguro de que mi colega y amigo Claudio Alvarado , quien también representa a Chiloé, está de acuerdo conmigo en que la gente de Apiao, de Cahuach, de Alao, de Quellón, de Cailín y de Dalcahue no tiene plata para viajar a Puerto Montt a ver a un especialista -porque en Chiloé no los hay-, ni para ir a una óptica para que le despachen la receta. La solución está a la mano. Dos mil pesos valen estos lentes y se encuentran en cualquier parte. No producen daño y mejoran la calidad de vida de todas las personas comunes y corrientes, como nosotros, que los usan.

¿Eso es lo que se quiere impedir? ¿Se han presentado indicaciones para prolongar la discusión del proyecto y no aprobarlo hoy? ¿Por qué no se dice la verdad? Y la verdad, al parecer, es que importan más los intereses de la Sociedad de Oftalmólogos de Chile y de los dueños de las ópticas. Sin embargo, debiéramos votar por la gente común y corriente que nos eligió, en mi caso, por la de Chiloé, porque a ella le sirven estos lentes.

Algunos sacan cuentas. Recomiendan, primero, una atención del oftalmólogo antes de autorizar la venta de los lentes en los supermercados. Expresan que debe haber uno de estos profesionales por cada 25 mil o 30 mil habitantes; pero si ni siquiera existen en la cantidad suficiente.

Chiloé, hasta hace dos o tres meses, contaba únicamente con un oftalmólogo para 160 mil personas. ¿Cuántas viven en Palena? Casi 30 mil. En total, alrededor de 190 mil habitantes.

¿Qué debe hacer esa gente? ¿Viajar hasta Puerto Montt , Valdivia o Santiago para conseguir los lentes? ¡Por Dios! Pensemos en hacerle más fácil la vida, lo que se logra, por ejemplo, con estos lentes, pues no le ocasionarán nada malo. Sin duda, los casos graves los atenderá un oftalmólogo u otro médico.

Había pensado en que, quizás, la solución podría ser autorizar que los tecnólogos médicos hicieran la “pega”; pero tampoco se quiere eso.

Por ello, prefiero que se vote y se apruebe el proyecto de una vez por todas, aunque esté en contra de los intereses de la Sociedad de Oftalmólogos de Chile y de los dueños de las ópticas, pues apunta a favorecer a la gente común y corriente. Por dos mil pesos, le podemos ayudar a vivir mejor, que es lo que todos queremos.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Se ha solicitado la clausura del debate, a fin de tratar todos los proyectos que figuran en la Tabla.

Recuerdo que se puede tomar esta determinación, según el Reglamento, a solicitud de un Comité.

Tiene la palabra el diputado señor Patricio Walker por un asunto reglamentario.

El señor WALKER.-

Señor Presidente , en la Comisión de Régimen Interno acordamos despachar los proyectos que figuran en la Tabla. Sin embargo, si seguimos alargando el debate, ni siquiera se tratará el que restablece la facultad del Servicio Nacional de Menores para hacerse parte en procesos por pedofilia, que figura en segundo lugar.

A mi juicio, cada uno tiene su posición y va a ser difícil cambiarla. Por ello, propongo insertar el discurso de los diputados que no alcancen a hacer uso de la palabra y cerrar el debate, de manera de tratar los otros proyectos.

He dicho.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

Señor Presidente , así es. Pero resulta que esta mañana han hablado dos diputados demecratacristianos, uno de la Unión Demócrata Independiente, uno del Partido Socialista y ninguno de Renovación Nacional. Por lo menos, que se le conceda la palabra a un parlamentario de cada partido, antes de cerrar el debate.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Señores diputados, no corresponde proseguir con esta discusión. El debate del proyecto comenzó la semana pasada y han intervenido todos los Comités. Tengo entendido que han hablado dieciocho señores parlamentarios.

Ahora, según el Reglamento, corresponde, a solicitud de un Comité, votar el cierre del debate.

Tiene la palabra el diputado señor Aguiló por un asunto reglamentario.

El señor AGUILÓ .-

Señor Presidente , estoy completamente de acuerdo con su proposición, pero pido llamar a los diputados a votar, por cinco minutos, porque hay cuatro comisiones sesionando en forma simultánea con la Sala.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Se está llamando, señor diputado.

El señor BAYO .-

Señor Presidente , ojalá que quienes no hayan leído el informe, lo hagan antes de votar, para no hacerlo en forma irresponsable y con falta de información, como aparentemente va a ocurrir.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Recuerdo al diputado señor Bayo que se debe solicitar la palabra antes de hacer uso de ella.

En votación el cierre del debate.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 41 votos; por la negativa, 5 votos. No hubo abstenciones.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Aprobado.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Accorsi, Aguiló, Álvarez-Salamanca, Araya, Ascencio, Barros, Bertolino, Burgos, Ceroni, Cornejo, Delmastro, Díaz, Dittborn, Espinoza, Galilea (don Pablo), Hidalgo Ibáñez (doña Carmen), Jaramillo, Jarpa, Letelier (don Juan Pablo), Lorenzini, Luksic, Masferrer, Mella ( doña María Eugenia), Montes, Muñoz (don Pedro), Norambuena, Ojeda, Ortiz, Paredes, Pérez (don Ramón), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Rossi, Salaberry, Sepúlveda ( doña Alejandra), Silva, Urrutia y Walker.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Alvarado, Errázuriz, García (don René Manuel), Robles y Vilches.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

¿Habría acuerdo para votar el proyecto al término del Orden del Día?

No hay acuerdo.

-Hablan varios diputados a la vez.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

En votación general el proyecto.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 48 votos; por la negativa, 9 votos. Hubo 1 abstención.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Aprobado.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Alvarado, Álvarez-Salamanca, Ascencio, Barros, Bauer, Bertolino, Ceroni, Cornejo, Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Hernández, Hidalgo, Jarpa, Kuschel, Luksic, Masferrer, Mella ( doña María Eugenia), Meza, Montes, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Norambuena, Ortiz, Paredes, Pérez (don Ramón), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Robles, Salaberry, Seguel, Sepúlveda ( doña Alejandra), Tapia, Ulloa, Uriarte, Urrutia, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Accorsi, Araya, Bayo, Burgos, Ibáñez (doña Carmen), Jaramillo, Ojeda, Rossi y Villouta.

-Se abstuvo el diputado señor Lorenzini.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

En virtud del artículo 130 del Reglamento, se ha pedido realizar la votación en particular, para lo que se requieren los dos tercios de los diputados presentes.

Tiene la palabra el diputado Alberto Robles.

El señor ROBLES .-

Señor Presidente , con anterioridad, se acordó votar el proyecto al término del Orden del Día, con la finalidad de que estuvieran en la Sala los diputados que se encuentran en comisiones.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

El proyecto se votó en general.

A continuación, se votará la proposición de omitir el segundo informe de la Comisión y proceder de inmediato a la discusión par-ticular.

El señor ROBLES .-

Señor Presidente , se requiere que la presentación sea hecha por dos Comités.

El señor BAYO.-

Así es: por dos Comités.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

La UDI tiene cuatro Comités, por lo que su solicitud cumple con lo establecido.

En votación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 52 votos; por la negativa, 8 votos. Hubo 3 abstenciones.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Aprobada.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Alvarado, Ascencio, Barros, Bauer, Bertolino, Ceroni, Cornejo, Cristi ( doña María Angélica), Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Hernández, Hidalgo, Jaramillo, Jarpa, Kuschel, Letelier (don Juan Pablo), Letelier (don Felipe), Luksic, Mella ( doña María Eugenia), Meza, Montes, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Muñoz (doña Adriana), Norambuena, Ortiz, Palma, Paredes, Pérez (don Ramón), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Salaberry, Seguel, Sepúlveda ( doña Alejandra), Tapia, Tarud, Ulloa, Uriarte, Urrutia, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Accorsi, Araya, Burgos, Ojeda, Rossi, Silva, Valenzuela y Villouta.

-Se abstuvieron los diputados señores:

Álvarez-Salamanca, Bayo y Lorenzini.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

El señor Secretario va a dar lectura a la primera indicación.

El señor LOYOLA ( Secretario ).-

Indicación de los diputados señores Robles, Accorsi, González, don Rodrigo, y Venegas, para reemplazar, en el inciso primero del artículo 128 bis que se agregaría al Código Sanitario, la frase “en todo tipo de establecimientos” por “en aquellos establecimientos que sean autorizados por el servicio de salud respectivo”.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Robles.

El señor ROBLES .-

Señor Presidente , lo que dice relación con el ámbito de la salud debe ser controlado por el Código Sanitario. Si una persona quiere vender o comprar alimentos, incluso si desea adquirir un carro manicero, debe contar con la autorización del servicio de salud respectivo.

La indicación tiene por objeto que los lentes para la presbicia puedan venderse en cualquier establecimiento que cuente con dicha autorización, a fin de velar que éste cuente con las debidas condiciones sanitarias para que la gente reciba un buen producto. Por lo tanto, no habría problema en venderlos en una feria, siempre y cuando el servicio de salud lo autorizara.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Aguiló.

El señor AGUILÓ.-

Señor Presidente, ya aprobamos la idea de legislar.

El objeto de la indicación es que los lentes para la presbicia puedan venderse en supermercados, aeropuertos y otros establecimientos, todos los días del año, tal como ocurre en otros países. En la actualidad, ellos se venden cada cuatro años, en los meses previos a las campañas parlamentarias, a un precio subsidiado. Sin embargo, lo lógico es que se comercialicen a un precio módico, en cualquier establecimiento autorizado, para acceder a ellos sin dificultad.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Fulvio Rossi.

El señor ROSSI.-

Señor Presidente , esta indicación es muy importante para poder testear la calidad de los lentes que se vendan y, de ese modo, beneficiar a los adultos mayores de escasos recursos que viven en localidades como Quellón y otras que mencionó el diputado señor Ascencio . Es un acto serio y responsable en materia de salud. Los lentes no pueden ser vendidos en las ferias o en cualquier lugar.

He dicho.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

En votación la indicación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 14 votos; por la negativa, 57 votos. No hubo abstenciones.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Rechazada.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputadfos:

Accorsi, Araya, Burgos, Jaramillo, Letelier (don Felipe), Meza, Ojeda, Olivares, Quintana, Riveros, Robles, Rossi, Seguel y Villouta.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Alvarado, Álvarez-Salamanca, Ascencio, Barros, Bauer, Bayo, Becker, Bertolino, Ceroni, Cornejo, Cristi ( doña María Angélica), Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Escalona, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Guzmán (doña Pía), Hernández, Hidalgo, Ibáñez (don Gonzalo), Jarpa, Kast, Kuschel, Letelier (don Juan Pablo), Longton, Lorenzini, Luksic, Martínez, Masferrer, Molina, Montes, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Norambuena, Ortiz, Palma, Pérez (don Ramón), Pérez ( doña Lily), Prieto, Recondo, Rojas, Salaberry, Salas, Tapia, Tohá (doña Carolina), Ulloa, Uriarte, Urrutia, Valenzuela, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

El señor Secretario va a dar lectura a la siguiente indicación.

El señor LOYOLA ( Secretario ).-

La indicación, de los mismos señores diputados, es para agregar, en el inciso segundo, antes del punto (.), precedida por una coma (,), la siguiente frase: “como asimismo las condiciones para realizar dicha venta”.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Robles.

El señor ROBLES .-

Señor Presidente , si un reglamento no regula la forma en que se venderán estos lentes, podrán venderse, por ejemplo, cristales. Su señoría comprenderá que alguien debe controlar lo que se vende en el país, de manera que si alguien desea efectivamente comprar lupas -como decía el diputado Cornejo -, adquiera eso, y no cristales. Si no hay nada sobre la materia, aquí rápidamente van a vender cualquier cosa en vez de lentes. Reitero que alguien, desde el punto de vista sanitario, debe preocuparse de que la gente obtenga lentes y no cristales.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Vilches.

El señor VILCHES.-

Señor Presidente, esta indicación debe ser rechazada, porque la venta de este tipo de lentes es antigua y se realiza en todos los supermercados del mundo.

La posición egoísta de los médicos, de querer impedir que la gente modesta pueda adquirir estos lentes, nos parece absolutamente irrisoria. Por eso, hay que rechazar la indicación.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Tiene la palabra la diputada María Angélica Cristi .

La señora CRISTI (doña María Angélica) .-

Señor Presidente , queremos reafirmar nuestra posición sobre esta indicación.

Podría preguntarse a las personas que no pueden ver bien y que en ningún caso tendrán la posibilidad de consultar a un médico, si sería un aliciente en su vida poder hacerlo a través de las distintas opciones de anteojos que les puedan vender, porque, de lo contrario, igual van a quedar ciegas. Si, al final, es lo uno o lo otro.

Por lo tanto, estamos en contra de la indicación.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Bayo.

El señor BAYO .-

Señor Presidente , ya se han dicho los argumentos de fondo. Sólo quiero agregar que esta indicación ratificaría la contradicción flagrante e inaceptable que existe entre los incisos primero y segundo del artículo único. En el primero se habla de venta sin receta médica, y en el segundo, de que “Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica.”

Por eso, la indicación presentada no modifica el problema, sino, por el contrario, lo aumenta. Por lo tanto, estamos en contra de ella.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

En votación la indicación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 18 votos; por la negativa, 58 votos. Hubo 2 abstenciones.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Rechazada.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Accorsi, Araya, Burgos, Ceroni, Jarpa, Letelier (don Juan Pablo), Luksic, Mella ( doña María Eugenia), Meza, Muñoz ( doña Adriana), Ojeda, Riveros, Robles, Rossi, Saa (doña María Antonieta), Seguel, Sepúlveda ( doña Alejandra) y Villouta.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Alvarado, Álvarez-Salamanca, Ascencio, Barros, Bauer, Bayo, Becker, Bertolino, Caraball ( doña Eliana), Cornejo, Correa, Cristi ( doña María Eugenia), Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Escalona, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Guzmán (doña Pía), Hernández, Hidalgo, Ibáñez (don Gonzalo), Jaramillo, Kast, Kuschel, Longton, Lorenzini, Martínez, Masferrer, Molina, Monckeberg, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Navarro, Norambuena, Ortiz, Palma, Paredes, Pérez (don Ramón), Pérez ( doña Lily), Prieto, Quintana, Recondo, Rojas, Salaberry, Tapia, Tohá (doña Carolina), Ulloa, Uriarte, Urrutia, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

-Se abstuvieron los diputados señores:

Letelier ( don Felipe) y Montes.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

El señor Secretario va a dar lectura a la siguiente indicación.

El señor LOYOLA ( Secretario ).-

La indicación, de los diputados señores Bayo, Ojeda, Rossi y Accorsi, es para reemplazar el inciso segundo del artículo único del proyecto, por el siguiente:

“Lo anterior estará condicionado a una evaluación oftalmológica previa que descarte otras patologías.”

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Bayo.

El señor BAYO .-

Señor Presidente , esta indicación fue suscrita también por algunos patrocinantes del proyecto, confirma lo que acabamos de expresar en el sentido de que el inciso segundo debe ser coincidente y no contradictorio con el inciso primero.

Si mediante el inciso primero se autoriza la compra de lentes sin receta médica, se deja entregado al libre albedrío de la persona demandante la posibilidad de padecer por tiempo indeterminado, de una patología que pase inadvertida.

Los antecedentes de que disponemos nos llaman a meditar sobre algunas cifras, que daré a conocer para que los honorables colegas juzguen en consecuencia, y, de esa manera, podamos despachar un buen proyecto de ley; no uno que deba ser corregido en el Senado, como lamentablemente pasa con mayor frecuencia de la que desearíamos.

Hoy, el problema reside, especialmente, en que la gente no cuenta con lentes, pero no por falta de receta. Antecedentes demuestran que, por ejemplo, en Concepción y Santiago, los interesados deben esperar seis, ocho o diez meses, porque aunque dispongan de receta oftalmológica, no existen medios para entregarles sus lentes.

Por eso, no es consistente la comparación de lo que sucede en Chile respecto de la situación de otros países, como España, Estados Unidos de América y Australia, donde todos quienes demandan este instrumento han estado sujetos, previamente, a una evaluación oftalmológica, y el optometrista que los atiende después -pido que los honorables colegas confirmen mis palabras- también está bajo la tuición y fiscalización de un oftalmólogo.

La indicación no apunta a defender intereses de algunos grupos, como aquí se ha dicho, porque existen antecedentes técnicos que permiten asegurar que si el proyecto se aprueba en la forma como está, se atentará gravemente contra la salud ocular de los más pobres -porque no está en juego la salud ocular de ninguno de los diputados ni la de las personas con recursos-.

Esta indicación, suscrita por los diputados Accorsi , Rossi , Ojeda y por el diputado que habla, quienes hemos trabajado largo tiempo en la Comisión de Salud de la Cámara, tiene por objeto permitir que la gente pobre acceda a lentes ópticos, previa evaluación oftalmológica. Y es responsabilidad nuestra y del Ministerio de Salud que esto se materialice con costo cero para la gente pobre.

Hace cuatro días se inició, en Santiago, el plan nacional ocular, tarea en la cual el Ministerio está empeñado para satisfacer la demanda de atención en un ciento por ciento.

Recojo con gratitud el apoyo de los diputados señores Rossi y Accorsi a la indicación en comento, y llamo a los demás colegas a aprobarla, por cuanto perfecciona el proyecto en cuestión.

He dicho.

El señor MEZA.-

Señor Presidente , en mi condición de médico, quiero manifestar públicamente mi opinión al respecto.

Siempre he pensado que los colegas oftalmólogos han actuado de manera absolutamente egoísta e, incluso, hasta abusadora. La mayoría de quienes estamos aquí sabemos cómo se maneja el tema de la presbicia en el mundo, y, por tanto, quisiéramos que aquí se hiciera de la misma manera. Como alguien dijo hace un rato -estoy de acuerdo en eso-, hay que dar facilidades para que la gente adquiera esos lentes en cualquier lugar y pueda seguir viendo, leyendo, disfrutando de la vida.

Mi colega Alberto Robles está absolutamente de acuerdo conmigo, pero hemos sido incomprendidos. Voté a favor de que existiera un reglamento mínimo, porque, sin ir más lejos, en la campaña eleccionaria pasada constaté cómo candidatos, hoy diputados, y también un senador de mi zona, entregaban libremente, e, incluso -diría-, desordenada e irresponsablemente, lentes que llegaban en contendores desde China y no tenían la calidad adecuada. Repito, se entregaban lentes de manera insólita. Incluso, testigos me comentaron que se llamaba, por ejemplo, a Juanito y le decían: “Pruébese estos lentes. ¿Ve bien con ellos? ¿No? Entonces, pruébese estos otros, y chao”. Pero esa persona seguía viendo mal. Eso es lo que queremos evitar con la indicación. Debe existir un reglamento mínimo; si no, vamos a tener un sinnúmero de quejas en el Sernac, porque la “picardía” nacional hará que muchas personas se enriquezcan vendiendo cristales en las ferias libres en lugar de lentes ópticos.

Era sólo eso. Nada más. Que alguien se haga responsable de la calidad de lo que vende. Ahora, el Sernac deberá aumentar su planta de funcionarios por culpa de esta irresponsabilidad en la que también hemos incurrido esta mañana.

Por lo tanto, no estoy de acuerdo con esta indicación.

Perdone, señor Presidente , que haya aprovechado para hablar también sobre otra indicación, por cuanto no fue suficientemente comprendida.

En suma, nuestra posición puede sintetizarse de la siguiente manera: no al monopolio de los oftalmólogos; sí a que la gente pueda adquirir sus lentes en cualquier lugar, pero con la responsabilidad de que el producto que se entregue sea el que realmente se necesita.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Cornejo.

El señor CORNEJO.- 

Señor Presidente , estoy absolutamente en contra de esta indicación; estoy en desacuerdo con la opinión del colega Bayo, y de acuerdo con lo que dice mi colega Fernando Meza .

Yo también soy médico cirujano, y tengo treinta y dos años de profesión. Fui director de un servicio de salud y soy especialista en salud pública. En consecuencia, apoyo fuertemente este proyecto, porque significa liberalizar la venta de lentes para la presbicia, lo que es adecuado para nuestra población.

Anteriormente, me referí a la automedicación responsable. Hoy, la población tiene suficiente educación al respecto. Asimismo, existen los medios para enseñarle cómo debe utilizar este recurso, que debe ser de libre disposición; es decir, que se venda en los establecimientos que se señalan. Con toda seguridad se venderán en supermercados y farmacias, pero no en verdulerías o carnicerías, porque en Chile no ocurre que, por ejemplo, zapatos se vendan en carnicerías. Seguramente, los lentes se venderán en farmacias, donde la gente podrá tener acceso a instrucción e información. El Ministerio de Salud y los organismos pertinentes le informarán sobre la materia.

Por último, rechazo absolutamente las palabras del diputado Bayo, en el sentido de que en otros países los optometristas dependan de los oftalmólogos. Eso no es efectivo. En Estados Unidos estos lentes se venden en forma libre en todo tipo de establecimientos; los optometristas solamente prescriben lentes para la hipermetropía, el astigmatismo y la miopía, lo cual es una cuestión muy distinta.

Rechazo absolutamente esta indicación.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Señor diputado, ése no es tema de reglamento.

Tiene la palabra el diputado Carlos Montes .

El señor MONTES .-

Señor Presidente , la salud de los pobres se ve afectada, en este caso, por el precio y el uso monopólico de la profesión. Ése es el problema principal.

La tecnología actual permite abrir y masificar un instrumento como los lentes. Sin embargo, creo que el tema se está exagerando mucho, porque existen el Código Sanitario y la potestad reglamentaria del ministerio del ramo. Por lo tanto, la cartera de Salud puede elaborar un reglamento y, así, dejar fuera ciertos instrumentos que estén afectando la salud. Por ejemplo, algunos dicen que los lentes que regaló la UDI para sus campañas electorales eran de mala calidad. Si no estaban dentro del estándar básico, efectivamente, no debían usarse. La ley no tiene por qué explicitar necesariamente un tema de reglamento, porque ello está dentro de la potestad reglamentaria del Ejecutivo.

Éste es un muy buen proyecto. Sin embargo, con la indicación estamos dando una mala señal, porque ella significa volver atrás. Repito: que el Ejecutivo cuenta con dicha facultad y debe ejercerla, para asegurar que no se afecte la salud de las personas.

He dicho.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Señores diputados, todos los Comités han hecho uso de la palabra y ya se entregaron los argumentos en pro y en contra.

En votación la indicación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 10 votos; por la negativa, 68 votos. Hubo 2 abstenciones.

El señor SILVA ( Vicepresidente ).-

Rechazada.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Accorsi, Araya, Bayo, Longton, Ojeda, Olivares, Rossi, Salas, Seguel y Villouta. Alvarado, Álvarez-Salamanca, Ascencio, Barros, Bauer, Becker, Bertolino, Bustos, Caraball ( doña Eliana), Ceroni, Cornejo, Correa, Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Escalona, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Guzmán (doña Pía), Hernández, Ibáñez (don Gonzalo), Jaramillo, Kast, Kuschel, Letelier (don Juan Pablo), Lorenzini, Luksic, Martínez, Masferrer, Melero, Mella ( doña María Eugenia), Meza, Molina, Monckeberg, Montes, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Navarro, Norambuena, Ortiz, Palma, Paredes, Pérez ( don Aníbal), Pérez (don Ramón), Pérez ( doña Lily), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Robles, Saa (doña María Antonieta), Salaberry, Sepúlveda ( doña Alejandra), Silva, Tapia, Tarud, Tohá (doña Carolina), Ulloa, Uriarte, Urrutia, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

-Se abstuvieron los diputados señores:

Galilea (don José Antonio) y Muñoz ( doña Adriana).

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Meza.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Señores diputados, la idea de pedir el cierre del debate era para agilizar la discusión. Ya se han dado argumentos a favor y en contra.

Para un asunto de reglamento, tiene la palabra el diputado García.

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

Señor Presidente , pido formalmente que los discursos de los diputados médicos se borren de la versión taquigráfica, porque han confundido a la población, al opinar unos a favor y otros en contra. Incluso, con ello los demás parlamentarios no tenemos ninguna claridad al respecto.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

En votación particular el proyecto.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 64 votos; por la negativa, 7 votos. Hubo 2 abstenciones.

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Aprobado en general y en particular.

Despachado el proyecto.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Aguiló, Alvarado, Ascencio, Barros, Bauer, Becker, Bertolino, Bustos, Caraball ( doña Eliana), Ceroni, Cornejo, Correa, Delmastro, Díaz, Dittborn, Egaña, Escalona, Espinoza, Forni, Galilea (don Pablo), García (don René Manuel), Guzmán (doña Pía), Hernández, Ibáñez (don Gonzalo), Jaramillo, Kuschel, Letelier (don Juan Pablo), Luksic, Martínez, Masferrer, Melero, Mella ( doña María Eugenia), Meza, Molina, Montes, Mora, Moreira, Muñoz (don Pedro), Navarro, Norambuena, Olivares, Ortiz, Palma, Paredes, Pérez ( don Aníbal), Pérez (don Ramón), Pérez ( doña Lily), Prieto, Quintana, Recondo, Riveros, Salaberry, Salas, Seguel, Silva, Tapia, Tarud, Tohá (doña Carolina), Ulloa, Uriarte, Urrutia, Vilches, Von Mühlenbrock y Walker.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Accorsi, Araya, Bayo, Longton, Ojeda, Rossi y Villouta.

-Se abstuvieron los diputados señores:

Muñoz ( doña Adriana) y Robles.

1.6. Oficio de Cámara Origen a Cámara Revisora

Oficio de Ley a Cámara Revisora. Fecha 12 de noviembre, 2003. Oficio en Sesión 13. Legislatura 350.

VALPARAISO, 12 de noviembre de 2003

Oficio Nº 4625

A S.E. EL PRESIDENTE DEL H. SENADO

Con motivo de las Mociones, Informe y demás antecedentes que tengo a honra pasar a manos de V.E., la Cámara de Diputados ha tenido a bien prestar su aprobación al siguiente

PROYECTO DE LEY:

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128, bis:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la venta de lentes con fuerza dióptrica, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, sin receta médica, en todo tipo de establecimientos.

Un reglamento determinará en forma clara y precisa una advertencia sobre los riesgos que, para la salud ocular, puede ocasionar la no concurrencia a una evaluación oftalmológica, en forma periódica”.”.

Dios guarde a V.E.

EXEQUIEL SILVA ORTIZ

Primer Vicepresidente de la Cámara de Diputados

CARLOS LOYOLA OPAZO

Secretario de la Cámara de Diputados

2. Segundo Trámite Constitucional: Senado

2.1. Primer Informe de Comisión de Salud

Senado. Fecha 29 de marzo, 2005. Informe de Comisión de Salud en Sesión 42. Legislatura 352.

?INFORME DE LA COMISION DE SALUD, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica.

BOLETINES Nº 2.903-11 y 3.310-11.

HONORABLE SENADO:

Vuestra Comisión de Salud tiene el honor de informar acerca del proyecto de la referencia, iniciado en dos mociones. Una de los Honorables Diputados señores Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Prieto, Recondo y Urrutia, y otra de los Honorables Diputados señores Accorsi, Aguiló, Cornejo, Mora y Robles.

La primera de dichas iniciativas ingresó a trámite legislativo el 4 de abril de 2002 y la segunda el 7 de agosto de 2003. Con fecha 26 de agosto de 2003, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados acordó refundir ambas iniciativas legales, porque abordan la misma materia.

El proyecto refundido fue aprobado por la Cámara de Diputados, con fecha 8 de octubre de 2003, por 48 votos a favor, 9 en contra y 1 abstención, iniciándose su tramitación en el Senado el 19 de noviembre del mismo año y encomendándose su análisis a esta Comisión de Salud.

A las sesiones en que se estudió este asunto asistió, además de los integrantes de la Comisión, el Honorable Diputado señor Francisco Bayo.

Asimismo, del Ministerio de Salud concurrieron el señor Ministro, don Pedro García; el Jefe (S) de la División de Prevención y Control de Enfermedades, don Rodrigo Salinas y los abogados señores Tomás Jordán, Sebastián Pavlovic y Eduardo Díaz.

En representación de la Sociedad Chilena de Oftalmología asistieron el Presidente, Dr. Rodrigo Donoso; los Vicepresidentes, Dres. Patricio Meza y Jaime Stuardo; el Secretario, Dr. Gonzalo Vargas; el Director del Departamento de Salud Visual, Dr. Fernando Barría y don Rafael Arratia.

Por el Colegio Nacional de Ópticos A.G. acudieron el Presidente, señor Max Shilling; el Vicepresidente, señor Uwe Koch, y el Presidente del Departamento Óptico, señor Romilio González.

Los invitados acompañaron sus exposiciones con diversos documentos, que fueron debidamente considerados por los integrantes de la Comisión y fueron agregados al expediente, quedando a disposición de los Senadores.

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Considerando que el proyecto en informe es de artículo único, y visto lo dispuesto por el artículo 127 del Reglamento de la Corporación, la Comisión acordó proponer al Senado su discusión en general y en particular a la vez.

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OBJETIVO FUNDAMENTAL Y ESTRUCTURA DEL PROYECTO

El proyecto de ley en informe tiene como objetivo fundamental autorizar la venta de lentes para la presbicia, permitiendo el expendio de los mismos en lugares distintos a los establecimientos de óptica, sin el requisito de presentación previa de receta médica.

La iniciativa consta de un artículo único, mediante el cual se cumple el propósito antes reseñado incorporando un precepto nuevo en el Código Sanitario.

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ANTECEDENTES

I. ANTECEDENTES LEGALES: El proyecto en informe se vincula con los siguientes cuerpos normativos:

1.- Código Sanitario. En el marco de su libro VI, “De los laboratorios, farmacias y otros establecimientos”, el artículo 128 entrega en forma privativa la autorización para fabricar lentes con fuerza dióptrica a los establecimientos de óptica, precisando que éstos deben ejecutarla conforme a las prescripciones de la respectiva receta médica.

2.- Decreto supremo Nº 4, del Ministerio de Salud, de 1985, que aprueba el Reglamento de Establecimientos de Óptica y regula lo concerniente a este tipo de establecimientos.

II. ANTECEDENTES DE HECHO:

La presbicia es una condición fisiológica que surge como consecuencia del proceso natural de envejecimiento, alrededor de los cuarenta años, y que consiste en la pérdida gradual de elasticidad del cristalino, lo que provoca una disminución de la capacidad del ojo para enfocar los objetos que se encuentran a poca distancia.

Los problemas derivados de la presbicia se corrigen mediante lentes con aumento o fuerza dióptrica, los que, conforme a la legislación vigente, sólo pueden ser adquiridos con receta médica y en establecimientos de óptica.

Considerando los elementos anteriores, las mociones que han dado lugar al proyecto de ley en informe intentan liberalizar las actuales condiciones de fabricación y comercialización de lentes para la presbicia, permitiendo que los mismos sean fabricados y vendidos por los establecimientos de óptica, sin receta médica y que su venta se pueda efectuar también en lugares distintos de los referidos establecimientos de óptica.

Fundan la proposición en las siguientes consideraciones:

1.- El alto precio de los lentes. Sostienen que el hecho de que los lentes con aumento o fuerza dióptrica sólo puedan adquirirse con receta médica y en establecimientos de óptica eleva el precio de los mismos. Agregan que el mayor impacto de estas exigencias redunda en perjuicio de las personas de menos recursos, quienes generalmente recurrirán al mercado clandestino de lentes que se realiza en la vía pública, por personas que no están legalmente autorizadas para ello y que evaden los impuestos.

2.- La experiencia internacional. Considerando que se trata sólo de lentes con aumento, países tales como los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, permiten la venta de lentes para corregir la presbicia, sin receta médica, e incluso facultan su comercialización en establecimientos tales como supermercados.

3.- La ausencia de efectos secundarios. Indican que los eventuales efectos secundarios derivados del uso de lentes de aumento inadecuados son prácticamente inexistentes, limitándose a dolor de cabeza o tensión visual, sin que puedan provocar problemas mayores o empeorar la condición de la presbicia o de otra dolencia.

Los autores de las mociones sostienen que el proyecto reduciría el costo de los lentes, al ahorrarse tanto el valor de la consulta médica como el de compra en un establecimiento de óptica, lo que permitiría el acceso a este tipo de lentes a personas que necesitan usarlos pero que, por consideraciones de índole económica, actualmente no tienen acceso a ellos.

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DISCUSION EN GENERAL Y EN PARTICULAR

La discusión general del proyecto se inició con una serie de audiencias, en las que se escuchó el parecer del Ejecutivo y de las organizaciones invitadas, acerca del proyecto en informe.

Los representantes del Colegio Nacional de Ópticos A.G. manifestaron su apoyo a la iniciativa de ley en informe.

Expresaron que en el país faltan especialistas en oftalmología y que los que hay muestran escaso interés por desempeñarse en los establecimientos del sector público. Al mismo tiempo, el modelo adoptado por la legislación chilena impide la actuación de los optometristas, que están cabalmente capacitados para recetar lentes para la presbicia, tal como lo hacen en muchos otros países.

Agregaron que el envejecimiento de la población acrecentará la magnitud del problema.

Especificaron que debiera autorizarse también la fabricación de estos lentes, porque el entendimiento que se ha dado al artículo 128 del Código Sanitario es que tanto la fabricación como la venta requieren receta médica.

Por último, señalaron que debiera autorizarse la venta tanto en las ópticas como en otros establecimientos que autorice el Ministerio de Salud.

Por su parte, los personeros de la Sociedad Chilena de Oftalmología replicaron que en el país no hay escasez de oftalmólogos, sino una mala asignación de recursos en el sector público. En efecto, subrayaron que en los servicios y en la atención primaria no hay cargos disponibles para estos especialistas ni equipamiento.

Añadieron que en el presupuesto del sector público hay numerosas asignaciones dispersas que financian planes de salud ocular y que un tercio de esos fondos bastaría para el Plan Nacional que propusieron al Subsecretario de Salud. Especificaron que el costo de dicho plan es del orden de $ 5 millones mensuales por consultorio, con especialistas, equipamiento, medicamentos y lentes, y que con él se eliminarían las listas de espera en dos años.

Expresaron su aspiración en el sentido de que iniciativas como la presente no entraben la ejecución de un necesario plan de salud ocular para todo el país, ni haga perder de vista la imperiosa necesidad de educar a la población en el auto cuidado de la salud visual.

Respecto del texto mismo, aconsejaron definir en el Código las siguientes características del lente: esférico, positivo, de igual fuerza dióptrica y entre 1 y 3 dioptrías de aumento. Recomendaron que los fabricantes de dichos lentes estén acreditados ante el Instituto de Salud Pública y que los lentes se entreguen con una advertencia sanitaria en e sentido de que el examen médico permite detectar a tiempo otras dolencias.

Ambas entidades entregaron abundante documentación en sustento de sus posiciones, la que se incorporó al expediente y queda a disposición de quienes deseen consultarla.

Loas funcionarios del Ministerio de Salud reconocieron la colaboración prestada por la Sociedad Chilena de Oftalmología.

Con todo, se mostraron partidarios de entregar al reglamento la fijación de las condiciones de calidad de los lentes y no definirlas en la ley. Acompañaron una indicación del Presidente de la República en tal sentido.

En otro orden de cosas, hicieron presente que en toda actividad sanitaria hay riesgos que se evalúan y se confrontan con los beneficios posibles. Practicado ese análisis, la conclusión es favorable a liberalizar la venta, y a permitir también la entrega gratuita, en su caso, de lentes para la presbicia, sin receta médica.

El Honorable Diputado señor Bayo declaró estar convencido de la inconveniencia del proyecto, porque el acceso a lentes sin examen médico hace posible enmascarar otras dolencias. Informó que dos de los autores de la moción, médicos, cambiaron de parecer y no la votaron favorablemente en la Cámara de Diputados.

El Honorable Senador señor Viera-Gallo llamó a no dilatar ni entorpecer una solución como la que propone el proyecto en informe, que beneficia a los más pobres.

Expresó que cualquier elemento que se introduzca en sus disposiciones, que diga relación con las personas y no con los lentes, lo haría inoperante, porque obviamente se requeriría la intervención de un facultativo que certificara el punto en cuestión.

Propuso autorizar, además de la venta, la entrega gratuita de estos lentes en consultorios de atención primaria y su comercialización en farmacias.

El Honorable Senador señor Espina declaró que la escasez de oftalmólogos en el nivel primario demora el diagnóstico y agrava los problemas de la gente.

Destacó que el lente para la presbicia no corrige los defectos de visión causados por otras enfermedades, lo que atenúa el riesgo que advierten los médicos.

Llamó a no mezclar dos temas: de una parte, la limitada prevención y control en este ámbito de la salud por insuficiencia de medios y, de la otra, el problema real que experimentan sectores modestos de la población que ven complicarse su vida por la dificultad de visión que provoca la presbicia. Este último es el que aborda el proyecto y a él hay que abocarse y resolverlo, concluyó.

El Honorable Senador señor Ruiz-Esquide expresó que entiende que los oftalmólogos aspiren a que exista un plan nacional que permita un control preventivo de la salud ocular de la población.

Advirtió que el proyecto apunta a resolver el problema de un grupo específico de personas, las de escasos recursos y que se atienden en el sector público.

Es efectivo, dijo, que hay otras enfermedades oculares pueden pasar desapercibidas y agravarse, incluso hasta producir ceguera, si no hay un examen médico preventivo.

En su opinión, la solución de fondo pasa por establecer en el nivel primario del sector público un modelo de atención que asegure que no haya una patología coexistente con la presbicia, de modo que la venta o entrega de estos lentes no ponga a las personas en riesgo de caer en una discapacidad. En este sentido, a su juicio la mera advertencia no es suficiente. Hay patologías en mayores de 40 años, agregó, que pasan desapercibidas sin un examen oftalmológico; la detección tardía resulta más cara y puede conducir a la ceguera.

Informó que el rango de 1 a 3 dioptrías se justifica porque resuelve el problema de visión de quienes sólo tienen presbicia.

La Honorable Senador señora Matthei hizo presente que la reasignación de recursos para un eventual plan nacional de salud ocular, como el que ha propuesto la Sociedad Chilena de Oftalmología, es una materia que podrá ser analizada en la Tercera Subcomisión Especial Mixta de Presupuestos, particularmente con ocasión de las sesiones que se lleven a cabo para hacer el seguimiento de la ejecución presupuestaria.

Sometido a votación el proyecto en informe, fue aprobado en general, con el voto favorable de los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina y Viera-Gallo y el voto en contra del Honorable Senador señor Ruiz-Esquide .

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La Comisión se abocó enseguida a la discusión y votación de diversas indicaciones formuladas para modificar el artículo único del proyecto.

Primero se resolvió la propuesta de autorizar, además de la venta, la fabricación y la entrega gratuita de lentes para la presbicia, sin receta médica.

- Se aprobó por la unanimidad de los miembros de la Comisión, los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina, Ruiz-Esquide y Viera Gallo.

Acto seguido, se votó la idea de señalar en la norma algunas características básicas que deben reunir los lentes en cuestión, como su fuerza dióptrica, ser iguales para ambos ojos y no corregir el astigmatismo.

- Se aprobó por cuatro votos a favor, de los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina y Viera Gallo, y uno en contra, del Honorable Senador señor Ruiz-Esquide.

Luego se zanjó la cuestión de los establecimientos que podrán expender los lentes para la presbicia.

La idea de autorizar su expendio en cualquier tipo de establecimiento fue rechazada por mayoría.

- Por la aprobación de la misma se pronunciaron los Honorables Senadores señora Matthei y señor Espina, y lo hicieron por el rechazo los Honorables Senadores señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera Gallo.

A continuación se votó la posibilidad de permitir la venta en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros que estén registrados ante la autoridad sanitaria. Se dejó constancia de que el requisito consiste en el mero registro, que se practicará conforme a las reglas generales.

- La disposición fue aprobada por mayoría. A favor estuvieron los Honorables Senadores señores Boeninger, Ruiz-Esquide y Viera Gallo y se abstuvieron los Honorables Senadores señora Matthei y señor Espina.

La Comisión resolvió después sobre la advertencia que debe acompañar a la entrega de los lentes para la presbicia sin receta médica.

- Se aprobó, como inciso segundo, por mayoría. Votaron a favor los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina y Viera Gallo, y lo hizo en contra el Honorable Senador señor Ruiz-Esquide.

El Honorable Senador señor Ruiz-Esquide formuló indicación para que a la entrega de estos lentes preceda, al menos, una evaluación oftalmológica practicada por un especialista.

- Se rechazó por mayoría. Votaron en contra los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina y Viera Gallo, y lo hizo a favor el Honorable Senador señor Ruiz-Esquide.

Finalmente, la Comisión rechazó por unanimidad una indicación del Presidente de la República, que entregaba al reglamento contemplado en el inciso segundo del texto, la determinación de las condiciones de calidad que deberían reunir los lentes a que se refiere el proyecto. El rechazo se basó en que el precepto que propone la Comisión no alude ya al reglamento, porque es innecesario, desde que reglamentar las leyes es inherente a la potestad del Jefe del estado, porque el punto ya fue incluido en el primer inciso del artículo aprobado.

- Concurrieron al rechazo los Honorables Senadores señora Matthei y señores Boeninger, Espina, Ruiz-Esquide y Viera Gallo.

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MODIFICACION

En mérito de los acuerdos precedentemente expuestos, vuestra Comisión de Salud tiene el honor de proponeros la aprobación del proyecto de ley aprobado por la Honorable Cámara de Diputados durante el primer trámite constitucional, con la siguiente modificación:

- Sustituir el artículo único, por el siguiente:

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

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Como consecuencia de la modificación anterior, el proyecto de ley queda como sigue:

PROYECTO DE LEY:

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

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Acordado en sesiones de 20 de julio de 2004 y 15 y 22 de marzo de 2005, con asistencia de los Honorables Senadores señores Mariano Ruiz-Esquide Jara (Presidente), Edgardo Boeninger Kausel, Alberto Espina Otero, Evelyn Matthei Fornet y José Antonio Viera-Gallo Quesney.

Valparaíso, 29 de marzo de 2005.

FERNANDO SOFFIA CONTRERAS

Secretario de la Comisión

RESUMEN EJECUTIVO

INFORME DE LA COMISION DE SALUD, ACERCA DEL PROYECTO DE LEY, EN SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL, QUE PERMITE LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA, SIN RECETA MÉDICA. (Boletines Nº 2.903-11 y 3.310-11).

I. PRINCIPAL OBJETIVO DEL PROYECTO PROPUESTO

POR LA COMISION: autorizar la fabricación, venta y entrega gratuita de lentes para la presbicia, sin el requisito de presentación de receta médica, en los establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

II. ACUERDOS: Aprobado en general por 4 votos contra 1. Aprobado en particular con modificaciones, con distintas votaciones.

III. ESTRUCTURA DEL PROYECTO APROBADO POR LA COMISION: artículo único.

IV. NORMAS DE QUORUM ESPECIAL: no hay.

V. URGENCIA: no tiene.

VI. ORIGEN INICIATIVA: mociones de los Honorables Diputados señores Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Prieto, Recondo y Urrutia y de los Honorables Diputados señores Accorsi, Aguiló, Cornejo, Mora y Robles.

VII. TRAMITE CONSTITUCIONAL: segundo.

VIII. APROBACION POR LA CAMARA DE DIPUTADOS: sesión de fecha 8 de octubre de 2003, con 48 votos a favor, 9 en contra y 1 abstención.

IX. INICIO TRAMITACION EN EL SENADO: 19 de noviembre de 2003.

X. TRAMITE REGLAMENTARIO: primer informe. Se propone su discusión en general y en particular a la vez, por tratarse de una iniciativa de artículo único.

XI. LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA MATERIA:

1.- Código Sanitario. En el marco de su libro VI, “De los laboratorios, farmacias y otros establecimientos”, el artículo 128 entrega en forma privativa la fabricación de lentes con fuerza dióptrica a los establecimientos de óptica, precisando que éstos deben ejecutarla conforme a las prescripciones de la respectiva receta médica.

2.- Decreto supremo Nº 4, de 1985, del Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento de Establecimientos de Óptica y regula lo concerniente a este tipo de establecimientos.

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Valparaíso, 29 de marzo de 2004.

FERNANDO SOFFIA CONTRERAS

Secretario de la Comisión

INDICE

Constancias...2

Objetivo fundamental y estructura del proyecto...2

Antecedentes...2

Discusión y votación...4

Modificación...8

Texto del proyecto aprobado 9

Resumen Ejecutivo...11

Índice...13

2.2. Boletín de Indicaciones

Fecha 16 de mayo, 2005. Boletín de Indicaciones

INDICACIONES FORMULADAS DURANTE LA DISCUSIÓN GENERAL DEL PROYECTO DE LEY QUE PERMITE LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA, SIN RECETA MÉDICA.

16.05.05

BOLETINES Nºs. 2.903-11 y 3.310-11

INDICACIONES

ARTÍCULO ÚNICO

Del Honorable Senador señor Larraín, para eliminar, en el inciso primero del artículo 128 bis propuesto, la frase final “registrados ante la autoridad sanitaria”.

2.3. Segundo Informe de Comisión de Salud

Senado. Fecha 18 de mayo, 2005. Informe de Comisión de Salud en Sesión 54. Legislatura 352.

?SEGUNDO INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD, recaído en el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica.

BOLETINES Nº 2.903-11 y 3.310-11.

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HONORABLE SENADO:

Vuestra Comisión de Salud tiene el honor de presentaros su segundo informe acerca del proyecto de la referencia, iniciado en dos mociones. La primera, de los Honorables Diputados señores Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Prieto, Recondo y Urrutia, y, la otra, de los Honorables Diputados señores Accorsi, Aguiló, Cornejo, Mora y Robles.

La primera de dichas iniciativas ingresó a trámite legislativo el 4 de abril de 2002 y la segunda el 7 de agosto de 2003. Con fecha 26 de agosto de 2003, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados acordó refundir ambas iniciativas legales, porque abordan la misma materia.

El proyecto refundido fue aprobado por la Cámara de Diputados, con fecha 8 de octubre de 2003, por 48 votos a favor, 9 en contra y 1 abstención, iniciándose su tramitación en el Senado el 19 de noviembre del mismo año y encomendándose su análisis a esta Comisión de Salud.

Por su parte, el Senado aprobó el proyecto en general en sesión del día 3 de mayo de 2005 y, en esa misma oportunidad, acordó abrir un plazo para presentar indicaciones hasta las 12 horas del día 9 del mismo mes. Con fecha 10 del mes en curso, la Sala acordó abrir un nuevo plazo para presentar indicaciones, hasta las 12 horas del día 16 de mayo de 2005.

- - -

Para los efectos de lo dispuesto en el artículo 124 del Reglamento del Senado, dejamos constancia de las siguientes materias:

I.- Artículos que no fueron objeto de indicaciones ni modificaciones: Ninguno.

II.- Indicaciones aprobadas: Ninguna.

III.- Indicaciones aprobadas con modificaciones: Ninguna.

IV.- Indicaciones rechazadas: Nº 1.

V.- Indicaciones retiradas: Ninguna.

VI.- Indicaciones declaradas inadmisibles: Ninguna.

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DISCUSIÓN EN PARTICULAR

Artículo único

El artículo único del proyecto de ley aprobado en general por el Senado agrega, a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

- - -

Respecto del artículo único del proyecto, el Honorable Senador señor Larraín presentó una indicación para eliminar, en el inciso primero del artículo 128 bis propuesto, la frase final “registrados ante la autoridad sanitaria”.

--En votación, la indicación fue rechazada por dos votos en contra y uno a favor. Votaron en contra los Honorables Senadores señores Ruiz-Esquide y Viera-Gallo, y, a favor, la Honorable Senadora señora Matthei.

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PROPOSICIÓN DE LA COMISIÓN DE SALUD

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, vuestra Comisión de Salud tiene el honor de proponeros la aprobación en particular del proyecto en los mismos términos en que fue aprobado en general por el Senado, cuyo tenor es el siguiente:

PROYECTO DE LEY:

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años, en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

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Acordado en sesión celebrada el día 17 de mayo de 2005, con asistencia de los Honorables Senadores señor José Antonio Viera-Gallo Quesney (Presidente), señora Evelyn Matthei Fornet y señor Mariano Ruiz-Esquide Jara.

Sala de la Comisión, a 18 de mayo de 2005.

PEDRO FADIC RUIZ

Secretario de la Comisión

RESUMEN EJECUTIVO

SEGUNDO INFORME DE LA COMISIÓN DE SALUD RECAÍDO EN EL PROYECTO DE LEY, EN SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL, QUE PERMITE LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA, SIN RECETA MÉDICA.

(Boletines Nº 2.903-11 y 3.310-11).

I. PRINCIPAL OBJETIVO DEL PROYECTO PROPUESTO POR LA COMISION: Autorizar la fabricación, venta y entrega gratuita de lentes para la presbicia, sin el requisito de presentación de receta médica, en los establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.

II. ACUERDOS:

Rechazar la única indicación presentada al proyecto (2X1).

III. ESTRUCTURA DEL PROYECTO APROBADO POR LA COMISION: Artículo único.

IV. NORMAS DE QUORUM ESPECIAL: No hay.

V. URGENCIA: No tiene.

VI. ORIGEN INICIATIVA: Mociones de los Honorables Diputados señores Barros, Bauer, Correa, Dittborn, Forni, Kast, Melero, Prieto, Recondo y Urrutia y de los Honorables Diputados señores Accorsi, Aguiló, Cornejo, Mora y Robles.

VII. TRAMITE CONSTITUCIONAL: Segundo.

VIII. APROBACION POR LA CAMARA DE DIPUTADOS: Sesión de fecha 8 de octubre de 2003, con 48 votos a favor, 9 en contra y 1 abstención.

IX. INICIO TRAMITACION EN EL SENADO: 19 de noviembre de 2003.

X. TRAMITE REGLAMENTARIO: Segundo informe.

XI.LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA MATERIA:

1.-Código Sanitario. En el marco de su libro VI, “De los laboratorios, farmacias y otros establecimientos”, el artículo 128 entrega en forma privativa la fabricación de lentes con fuerza dióptrica a los establecimientos de óptica, precisando que éstos deben ejecutarla conforme a las prescripciones de la respectiva receta médica.

2.-Decreto supremo Nº 4, de 1985, del Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento de Establecimientos de Óptica y regula lo concerniente a este tipo de establecimientos.

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Valparaíso, 18 de mayo de 2005

PEDRO FADIC RUIZ

Secretario de la Comisión

INDICE

Constancias...1

Discusión y votación...2

Proposición de la Comisión...3

Resumen Ejecutivo...5

Índice...7

2.4. Discusión en Sala

Fecha 07 de junio, 2005. Diario de Sesión en Sesión 1. Legislatura 353. Discusión Particular. Se aprueba en particular con modificaciones.

AUTORIZACIÓN PARA ADQUISICIÓN SIN RECETA MÉDICA DE LENTES CONTRA PRESBICIA

El señor ROMERO ( Presidente ).-

Proyecto de ley de la Honorable Cámara de Diputados que permite la venta sin receta médica de lentes contra la presbicia, con segundo informe de la Comisión de Salud.

2903-11 y 3310-11 refundidos

--Los antecedentes sobre el proyecto (2903-11 y 3310-11 refundidos) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:

Proyecto de ley:

En segundo trámite, sesión 13ª, en 19 de noviembre de 2003.

Informes de Comisión:

Salud, sesión 42ª, en 6 de abril de 2005.

Salud (segundo), sesión 54ª, en 18 de mayo de 2005.

Discusión:

Sesión 48ª, en 3 de mayo de 2005 (se aprueba en general).

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el señor Secretario.

El señor HOFFMANN ( Secretario ).-

La iniciativa fue aprobada en general en sesión de 3 de mayo del año en curso.

La Comisión de Salud deja constancia en su segundo informe, para los efectos reglamentarios, de que se rechazó la única indicación presentada.

En efecto, el Honorable señor Larraín propuso eliminar, en el inciso primero del artículo 128 bis, nuevo, sugerido para el Código Sanitario, la frase final, que exige el registro ante la autoridad sanitaria de los establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros que fabriquen, vendan o entreguen sin receta médica lentes contra la presbicia. La indicación pertinente fue rechazada por 2 votos en contra (Honorables señores Ruiz-Esquide y Viera-Gallo) y 1 a favor ( Senadora señora Matthei).

Sus Señorías tienen a la vista un boletín comparado, que transcribe el texto aprobado en general por el Senado, la indicación que formulara el Honorable señor Larraín, la resolución adoptada por la Comisión de Salud y el texto final que resultaría de aprobarse la proposición del segundo informe.

El señor ROMERO (Presidente).-

En discusión particular.

Ofrezco la palabra.

La señora MATTHEI.-

Señor Presidente.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra, Su Señoría.

La señora MATTHEI.-

Señor Presidente , pido que en el primer inciso del artículo 128 bis que se propone se vote por separado la frase "en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria.".

El señor ROMERO ( Presidente ).-

Si le parece a la Sala, se dará por aprobado el resto del proyecto y se accederá a la solicitud de la Honorable señora Matthei .

--Así se acuerda.

El señor ROMERO ( Presidente ).-

En discusión la frase señalada.

Ofrezco la palabra.

El señor VIERA-GALLO.-

¿Me permite, señor Presidente?

El señor ROMERO ( Presidente ).-

Tiene la palabra el Senador señor Larraín, quien la había pedido antes, y luego el Honorable señor Viera-Gallo.

El señor LARRAÍN.-

Señor Presidente , durante el debate en general tuve la ocasión de fundamentar mi apoyo a la iniciativa, pero en la forma como se plantea con la indicación que presenté.

No es necesario volver sobre los antecedentes que en esta materia se han recogido, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, en el sentido de que los lentes contra la presbicia finalmente logran corregir un defecto producido por la edad y no por una enfermedad. Por lo tanto, ayudar a solucionarlo a la gente que por mil razones no tiene acceso a dichos anteojos realmente representa una labor social de la mayor importancia. Tampoco es preciso repetir que los informes médicos acreditan que estos lentes no generan dificultad alguna en sí mismos o que la experiencia internacional da cuenta de que en ninguna parte se exige algún tipo de requisito o se aplica cierta restricción para su entrega. En consecuencia, este proyecto debería aprobarse en su integridad.

En tal sentido, el artículo 128 bis, al obligar a registrarse ante la autoridad sanitaria, dispone un control que resulta innecesario si el objetivo es permitir, sobre todo a la gente de bajos ingresos, el acceso a estos lentes con toda facilidad.

Establecer una restricción como ésta significa que estaremos de nuevo sometidos al control de la autoridad sanitaria, con lo cual se verá seriamente comprometida la finalidad de esta normativa, que no es otra que autorizar el acceso fácil y expedito a estos anteojos a miles de personas que después de los cuarenta años se enfrentan a esta situación. Volveremos a la misma inquietud que hemos manifestado quienes defendemos y apoyamos esta iniciativa, que, por lo demás, es una moción suscrita por Diputados provenientes de los más distintos sectores políticos, pues todos han convenido, frente a una realidad social clara, en la necesidad de liberalizar el procedimiento, siguiendo la tendencia moderna, de la manera más amplia posible.

Por consiguiente, me parece que no tiene ninguna justificación la exigencia de la autoridad sanitaria, porque, si se aprobara así, se originaría una limitación al acceso de la gente más humilde a este tipo de beneficio, que realmente les resuelve un problema de forma bastante definitiva.

Por lo tanto, quiero apoyar la idea que planteé en la indicación. Ella no fue aceptada, pero, por lo menos al votar la frase por separado, es posible eliminar la expresión "registrados ante la autoridad sanitaria". Con ello se logra un efecto social real y no sólo al alcance de quienes posean niveles culturales y económicos elevados.

He dicho.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Viera-Gallo.

El señor VIERA-GALLO .-

Señor Presidente , como ha dicho el Senador señor Larraín , este proyecto tiene una enorme importancia social, pues son miles quienes necesitan anteojos para la presbicia y que, desgraciadamente, no cuentan con la posibilidad de una consulta oftalmológica, sino hasta dentro de meses o, incluso, más de un año.

Esta iniciativa es fundamental, pues exige que la entrega de este tipo de lentes debe acompañarse de la evaluación de un oftalmólogo, aunque sea fijada para dentro de seis meses, con el propósito de detectar eventuales enfermedades, como glaucoma u otras, que podrían conducir a la ceguera.

Como se ha mencionado, el problema no afecta a la clase media, y obviamente tampoco a la clase alta, sino que se concentra en el sector popular, sobre todo en el más indigente, porque si no cualquiera podría hoy comprar los anteojos donde quisiera. Estamos hablando de quienes no pueden adquirirlos, porque no tienen plata para hacerlo. Frente a eso, se autoriza su entrega gratuita en los consultorios a quien los necesite, o bien su compra a precios muy módicos. Básicamente, lo que se busca es que el Gobierno pueda poner en práctica en los consultorios de atención primaria un sistema de entrega gratuita de anteojos. Ojalá la persona pasara por un optometrista. Pero, si ello no es posible, simplemente que se pruebe los lentes, como hace cualquiera de nosotros cuando los adquiere.

Como resguardo, en el inciso segundo se dispone que deberá haber una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica. Y me imagino que en el consultorio, junto con entregar los anteojos, se fijará una consulta con determinado oftalmólogo dentro de ocho meses, diez meses o un año más, para ver si padece glaucoma, catarata u otra enfermedad.

La única discrepancia con la indicación que se planteó radica en si este procedimiento se lleva a cabo simplemente sin ningún control o, como se dispone en el proyecto, si la venta y entrega de este tipo de lentes se hace en establecimientos de salud, ópticas, farmacias -se supone que son establecimientos responsables- y en "otros registrados ante la autoridad sanitaria". Esto último sería muy fácil. Bastaría que el Parque Arauco , Falabella , etcétera, se registrara. Y este registro requiere un mínimo esfuerzo. Se trata de que, por lo menos, exista capacidad de la autoridad sanitaria para controlar que la entrega de los anteojos se acompañe, como señala el inciso segundo, de una advertencia sobre la conveniencia de fijar una consulta con el oculista.

Ahora bien, el Senador señor Larraín argumenta que, si esto hoy se hace sin control alguno en los sectores altos, por qué no ocurre lo mismo en toda la población. La única diferencia es que, por mayor cultura y, sobre todo, por mayor capacidad económica, aquéllos pueden ir a un oculista y pagar. En el nivel popular tal vez no haya el mismo interés por ir a un oftalmólogo, porque no se tiene conciencia y, obviamente, se carece del dinero para hacerlo. Y no hay ninguna posibilidad para que esto se haga en Chile de manera masiva en un plazo razonable. Sería ideal que, por medio de una reforma legal, se permitiera actuar a tecnólogos especializados en oftalmología, que es una carrera intermedia, y que tuvieran una participación mucho mayor. Pero no sabemos cuándo sucederá eso.

Lo que nos interesa es que hoy día no se tiene ni cita con el oculista ni anteojos. Por lo menos mediante la ley en proyecto se tendrá lentes. Es la única diferencia.

Si esto se hace con un poco de control o sin ningún control, queda a criterio de los señores Senadores, por cierto. Pero es una discrepancia menor. Yo preferiría que fuera como lo establece el proyecto, por eso voté en contra de la indicación.

He dicho.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Muñoz Barra.

El señor MUÑOZ BARRA.-

Señor Presidente , creo que la solución de este tema reviste una connotación social bastante importante e interesante. Y, a pesar de que no es nuestra especialidad, los Parlamentarios lo comprobamos y lo corroboramos en terreno cada vez que visitamos sectores sociales de niveles económicos modestos, sectores rurales, sectores poblacionales.

Y esto obedece a varias circunstancias.

En primer lugar, la oftalmología es una especialidad muy restringida. No todas las ciudades, inclusive las de cierta importancia, disponen de un especialista, porque todos sabemos que, de una forma u otra, se ha conseguido hacer de ellos un grupo con características muy particulares. Tan así es que en la Región de la Araucanía no hay más de una o dos becas para que los médicos se especialicen en oftalmología. Muchas veces, en el mismo Parlamento, se ha tratado de ampliar las circunstancias que hagan factible considerar una mayor cantidad de becas orientadas a ese objetivo, pero, por razones que no es del caso señalar en esta oportunidad, ello ha resultado totalmente imposible.

Quiero destacar, señor Presidente , que los lentes para la presbicia, si no corresponden a la necesidad física de la persona, son por completo inservibles. Parten de 0,25 y llegan al número 4, con una graduación de 25 en 25. Es muy fácil que alguien, probándoselos, encuentre los que se ajusten a su deficiencia y le sirvan precisamente para leer, escribir o realizar determinados trabajos a cierta distancia. Nadie va a caer en el error de dañarse la vista con un par de lentes que no le correspondan. Si no son los adecuados, las personas se marean. Es imposible que los puedan utilizar.

Por esta razón, señor Presidente, creo que el proyecto recoge una latencia social bastante importante.

Ahora, me hace fuerza lo expresado por el Senador señor Viera-Gallo en el sentido de que al colocarse la frase "y otros registrados ante la autoridad sanitaria" se abre el camino para que consultorios y hospitales entreguen lentes para la presbicia a un precio muy bajo o en forma gratuita. Ojalá fuera así, pero la experiencia señala que cuando un oftalmólogo de hospital receta algún tipo de lentes ópticos para otras dolencias de la vista, el número de anteojos que se proporciona es sumamente bajo, y el porcentaje de favorecidos, bastante pequeño.

Mirado desde ese punto de vista, el proyecto no hace daño y tampoco crea problemas. Y, en los términos en que se halla redactado, está bien. Por eso, a pesar de que la proposición del Senador señor Larraín también apunta a una situación real, considero que la frase "y otros registrados ante la autoridad sanitaria" no es perjudicial y permite que algunas personas, aunque sean pocas, obtengan lentes en forma gratuita.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz-Esquide, y luego, los Senadores señores Boeninger y Sabag.

El señor RUIZ-ESQUIDE .-

Señor Presidente , conforme al artículo 57 de la Constitución y el artículo 8º del Reglamento de la Corporación, puedo referirme aquí a esta iniciativa sin que se me reclame connivencia, porque no soy oculista. Lo dejo establecido para los efectos pertinentes.

El señor ROMERO ( Presidente ).-

¿Oftalmólogo u oculista?

El señor RUIZ-ESQUIDE .-

En verdad, prefiero hablar de "oftalmólogo", para salvar interpretaciones inadecuadamente perversas.

El señor CORDERO .-

¡Pero Su Señoría usa lentes...!

El señor RUIZ-ESQUIDE .-

Efectivamente.

El señor LARRAÍN .-

¡Comprados en un kiosco...!

El señor RUIZ-ESQUIDE .-

¡En una frutería...!

Señor Presidente, el Senado sabe muy bien que voté en contra de este proyecto. No hubiera querido intervenir de nuevo, pero, ya que se han repetido las argumentaciones, voy a precisar un par de cosas.

En materia de salud -en ese sentido, reconozco mi formación, distinta de la de otros Honorables colegas-, creo que no se deben correr riesgos. Y aquí, aunque se diga que sólo se trata de corregir un problema de la vejez y no de una enfermedad, detrás de la presbicia -la verdad sea dicha- también, cuando no es controlada a lo largo del tiempo, puede encontrarse una enfermedad oculta. Por eso, no me parece recomendable otorgar una libertad tan grande para que se pueda comprar los anteojos en cualquier parte.

En segundo lugar, señor Presidente , como país hemos hecho un esfuerzo por mejorar las condiciones de salud de las personas. Toda la reforma, en definitiva, significa mayor cobertura, mayor eficiencia, mayor rapidez, mayor igualdad, para que nadie se quede sin un control adecuado. Me parece inconveniente y contrario a los tiempos y a la imagen que hemos forjado en el Senado al apoyar los cuatro proyectos de salud, que ahora, por un afán de terminar pronto los problemas, éstos sean resueltos de mala manera. Además, ello es contrario a lo que debe entenderse como desarrollo creciente de las características de la salud chilena.

En tercer término, señor Presidente , me parece que frente a un tema médico nunca debe recurrirse a la solución fácil, como en este caso sería la de autorizar anteojos para la presbicia sin ningún control. Lo lógico y natural, como consecuencia de los dos primeros puntos que he señalado, sería crear un programa, con un costo bastante menor que el que se piensa -no más allá de 10 mil millones de pesos al año-, más cargos de tecnólogos médicos especializados en oftalmología y contrataciones en atención primaria. Incluso, se podrían utilizar los últimos cursos de Medicina relacionados con este ámbito, y a lo mejor hasta contratar a los ópticos que hoy venden los anteojos en sus negocios para que fueran ellos mismos los que efectuaran al menos un control médico antes de autorizar una cosa como la que plantea el proyecto.

Se dice, señor Presidente , incluso por algunos colegas, que se podrá reclamar la venta en cualquier parte. Eso está bien y es razonable, pero debemos entender que la gente que compra estos lentes, si posee recursos, siempre se ha hecho un control permanente de sus ojos y ha sabido cuáles son sus anteojos anteriores. Entonces, ocasionalmente va a algún lugar y los compran.

Por eso voté en contra, señor Presidente.

Ahora, en cuanto a la proposición de suprimir una determinada parte de la disposición, también la voy a rechazar, por las mismas razones anteriores. Si el proyecto ya es malo en sí mismo, peor aún lo es el que se quiera eliminar todo control. Me parece una exageración que no sólo no revela preocupación por que haya atención, sino que además puede generar algún problema. Basta que una persona pierda la vista por un control no realizado -quien venda los anteojos no va a efectuar diagnósticos- para estimar inadecuada la iniciativa.

Por lo tanto, estaría de acuerdo en hacer una petición expresa, junto a los que desearan sumarse, conminando al Gobierno a que, dentro de las reformas a la salud, se consignara una pequeña cantidad de dinero para resolver el problema de una manera más racional.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el Honorable señor Boeninger.

El señor BOENINGER.-

Señor Presidente , a propósito de algo que dijo el Senador señor Ruiz-Esquide , estoy llegando a la conclusión de que en realidad la vejez es una enfermedad en sí misma.

Respecto al tema de fondo, pienso que el problema es de riesgos. Pero, en este caso, encontrando legítimos los razonamientos del Honorable señor Ruiz-Esquide , considero que los riesgos son suficientemente bajos, y que la resolución del problema social que implica la distribución gratuita y fácil de los anteojos es mayor que el inconveniente de mantener una seguridad médica plena.

Por eso soy partidario del proyecto.

Ahora, en cuanto a la indicación, me convence la argumentación del Senador señor Viera-Gallo . Sólo agregaría un par de cosas que tienen que ver con los razonamientos del Honorable señor Ruiz-Esquide , pero con un menor grado de seguridad.

Con todo, pienso que la idea de suprimir la frase final del inciso primero contradice en cierto sentido el encabezado del artículo, que dice: "Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo". O sea, se les pone una cierta condición o restricción. Y en el segundo inciso se expresa, a mayor abundamiento del mismo raciocinio del Honorable señor Ruiz-Esquide , que la venta o entrega deberá ir acompañada "de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica". De manera que nuevamente se insinúa -porque ello se plantea en ambos casos- que existe una limitación y que resulta conveniente, si es posible, someterse a algún examen.

Creo, en consecuencia, que la restricción en el inciso primero y, en cierta forma, una aproximación a la conveniencia insinuada en el inciso segundo se garantizan plenamente con la intervención de establecimientos de salud, ópticas y farmacias. En cuanto a los otros -cualquiera: el quiosco de la esquina, por ejemplo-, me parece que, desde ese punto de vista, sería bueno contar con el registro amplio de la autoridad sanitaria, porque, sin menoscabo de la solución social que fundamentalmente se materializará a través de consultorios, postas, etcétera, ello permite evitar entregas irresponsables de lentes en cualquier parte.

Por consiguiente, votaré en contra de la indicación.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra el Senador señor Sabag.

El señor SABAG.-

Señor Presidente , desde luego, el artículo 128 bis ya se encuentra aprobado en su parte esencial y nos hallamos solamente discutiendo la indicación de mi Honorable colega Larraín . Entiendo que ella se ha ampliado ahora un poco, pues apunta no tan sólo a eliminar la frase "registrados ante la autoridad sanitaria", sino también a dejar el inciso primero únicamente hasta las palabras "cuarenta años" y suprimir la frase "en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros".

Desde luego, soy ampliamente partidario del proyecto de ley, porque favorece a la gente más modesta. Y es claro que a una persona que padezca una enfermedad que no sea la presbicia -que no reviste ese carácter- no le servirá cualquier tipo de lentes y sólo deberá consultar a un médico oftalmólogo para que le prescriba los que realmente requiere.

Pero aquí estamos proporcionando una solución a las familias de menos recursos. Y el ideal sería que a esas personas los consultorios pudieran darles gratis el tipo de lentes de que se trata. Con ello resolveríamos toda la dificultad. Pero, como no lo hacen, muchos los llevan básicamente a los sectores rurales. Y es algo que reporta un gran beneficio.

Por tales consideraciones, votaré favorablemente la indicación. Pero ojalá el inciso primero quede hasta las palabras "cuarenta años" y se elimine de ahí para adelante, y no tan solo lo planteado por la indicación primitiva del Senador señor Larraín , que únicamente hacía referencia a suprimir las palabras "registrados ante la autoridad sanitaria". Es algo que ya sugirió la Honorable señora Matthei y estoy totalmente de acuerdo con su proposición.

He dicho.

El señor ROMERO (Presidente).-

Tiene la palabra la Senadora señora Matthei.

La señora MATTHEI.-

Señor Presidente , los síntomas pueden significar enfermedades graves o, sencillamente, estrés, malestar, demasiado trabajo, cansancio, etcétera. Cuando una persona sufre de dolor de cabeza, diría que probablemente en 95 por ciento de los casos debe de ser por fatiga, por dormir poco, por tener preocupaciones, etcétera.

Si cada vez que se vende una aspirina se debe dar una indicación para que ojalá se consulte al neurólogo por si se trata de un cáncer al cerebro, es una tontera. Porque, en el fondo, lo que pasa es que la gente toma varias aspirinas y recién va al neurólogo o al médico especialista si la molestia no se quita.

En la situación que nos ocupa ocurre lo mismo, señor Presidente . Cuando no se puede ver de cerca por tener más de 40 años y haberse cansado los músculos oculares, presentándose la presbicia, las personas se prueban varios de estos anteojos, y si igualmente no ven, consultan al oculista. Porque la verdad es que los lentes no enmascaran las dificultades más serias que alguien podría enfrentar. Si sufre de glaucoma o de cataratas -o sea, de males más graves-, no mejorará al usarlos, de la misma manera que un cáncer al cerebro tampoco sanará con una aspirina.

A mi juicio, toda la discusión es superexagerada. En realidad, los lentes para la presbicia no son otra cosa que dos lupas a las cuales sencillamente se les pone un marco para su empleo como anteojos. Pero no se trata más que de eso, pues no corrigen nada: ni el astigmatismo ni ninguna de las enfermedades más graves que pueden afectar al ojo.

Así que pienso que toda la frase se encuentra absolutamente de más. Y también el inciso segundo. Porque las personas, de por sí, cuando se prueben los anteojos y se den cuenta de que igual siguen sin ver, irán al especialista. Y ello, si pueden, porque en la Región que represento es preciso esperar dos años y medio para que les den hora con un oftalmólogo. ¿Y por qué? Porque en este minuto se debe consultar a uno de esos profesionales hasta para algo tan sencillo como son los lentes contra la presbicia.

Si le parece, señor Presidente , podríamos pronunciarnos. Estimo que lo más razonable es, lisa y llanamente, dejar fuera todo lo que sigue a las palabras "cuarenta años".

Gracias.

El señor ROMERO ( Presidente ).-

En votación electrónica la eliminación o no de la frase final del inciso primero del artículo 128 bis, nuevo: "en establecimientos de salud, ópticas, farmacias y otros registrados ante la autoridad sanitaria".

El señor HOFFMANN ( Secretario ).-

Los señores Senadores que estén pareados sólo deben registrarse como presentes y no votar. Así quedará consignada su situación.

¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?

El señor ROMERO ( Presidente ).-

Terminada la votación.

2.5. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen

Oficio Aprobación con Modificaciones . Fecha 08 de junio, 2005. Oficio en Sesión 4. Legislatura 353.

Valparaíso, 8 de junio de 2005.

Nº 25.334

A S. E. El Presidente de la Honorable Cámara de Diputados

Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el Senado ha dado su aprobación al proyecto de ley, de esa Honorable Cámara, que permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica, correspondiente a los Boletines Nºs. 2.903-11 y 3.310 -11, refundidos, con la siguiente modificación:

Artículo único

Lo ha reemplazado por el siguiente :

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

- - -

Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a su oficio Nº 4625, de 12 de Noviembre de 2003.

Devuelvo la totalidad de los antecedentes.

Dios guarde a Vuestra Excelencia.

SERGIO ROMERO PIZARRO

Presidente del Senado

CARLOS HOFFMANN CONTRERAS

Secretario General del Senado

3. Tercer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados

3.1. Discusión en Sala

Fecha 15 de junio, 2005. Diario de Sesión en Sesión 5. Legislatura 353. Discusión única. Se aprueban modificaciones.

AUTORIZACIÓN DE VENTA DE LENTES ÓPTICOS SIN RECETA MÉDICA. Tercer trámite constitucional.

El señor ASCENCIO ( Presidente ).-

A continuación, corresponde ocuparse de las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley, originado en moción, que permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

Antecedentes:

-Modificaciones del Senado, boletines Nºs 2903-11 y 3310-11, sesión 4ª, en 8 de junio de 2005. Documentos de la Cuenta Nº 2.

El señor ASCENCIO (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado Edgardo Riveros.

El señor RIVEROS.-

Señor Presidente, confieso que en este proyecto he tenido bastantes dudas en cuanto a sus objetivos y su pertinencia. Incluso, mis aprensiones se acrecientan con las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto despachado por la Cámara.

En el inciso primero del artículo 128 del Código Sanitario, el Senado propone agregar el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años.”.

Entonces, aun cuando en el inciso segundo de dicho artículo se recomienda la conveniencia de una evaluación oftalmológica, se llega a la conclusión de que hay riesgos para la salud inherentes al uso de ese tipo de lentes, toda vez que una persona podría no tener la misma dificultad en ambos ojos, lo cual sólo puede conocerse si tiene acceso a una consulta profesional. Hay diputados que por su condición de médicos tienen mayores conocimientos para referirse a este tema.

Hace unos días fuimos sorprendidos -hubo una crítica transversal- por la acción de un candidato presidencial que, junto a su cónyuge, llegaba a sus actos de proclamación política con sacos de harina para entregarlos a los asistentes. He recibido denuncias que la entrega de lentes sin receta médica también se ha transformado en un acto de campaña y de proselitismo político, de candidatos que utilizan este medio para llegar al electorado. Entonces, la crítica al candidato presidencial de Renovación Nacional, también hecha por el abanderado de la Unión Demócrata Independiente, es coherente.

La entrega de lentes tiene un efecto residual en la salud de la persona: evita el lumbago del candidato y de su señora, porque los lentes son más livianos que los sacos de harina, pero el hecho es el mismo.

Con ocasión de este debate no puedo dejar de referirme a esa situación. Todos debemos hacer un esfuerzo para mejorar la calidad de la política y procurar que prevalezca el debate, la presentación de ideas, la trayectoria y la capacidad para mirar al país con visión de futuro, es decir lo realmente importante para elegir un candidato, y no elementos adicionales muy cercanos al cohecho.

Por lo tanto, este proyecto, originado en moción, genera dudas muy profundas acerca de su origen y objetivo, debido al riesgo que significa entregar lentes sin previa evaluación médica.

He dicho.

El señor ASCENCIO (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Pablo Prieto.

El señor PRIETO .-

Señor Presidente , sin ahondar en lo dicho por el señor diputado que me antecedió en el uso de la palabra, sería bueno saber cuántas veces el señor diputado ha entregado cheques del Fondo Social Presidente de la República . Sabido es que hay distintos actores políticos que acostumbran entregar ayuda con fines proselitistas; y no es solamente de un sector. Nosotros estamos para legislar en beneficio de toda la gente.

Esta intervención es especial para mí, en primer lugar, porque la dedico a la memoria de un gran amigo y diputado , don Ramón Pérez Opazo , que nos acaba de dejar, pero cuyo espíritu nos acompañará por mucho tiempo, y, en segundo lugar, porque ésta fue la primera iniciativa legal que presenté.

Como todos saben, esta moción, que ha sido largamente discutida en el Congreso Nacional y durante su tramitación hemos contado con las opiniones de diversos especialistas, busca beneficiar primordialmente a personas de escasos recursos, las que podrán obtener lentes sin tener que esperar largo tiempo para recibir la atención de un oftalmólogo en el sistema público de salud, ya que es sabido que pueden pasar meses antes de que la consigan. Por otra parte, también pueden pasar meses antes de que logren reunir el dinero para comprar los lentes. Tanto es así, que en el distrito 37 -Talca y Talca rural-, que represento en esta Corporación, hay personas que llevan más de diez años esperando obtener lentes para la presbicia y así, por ejemplo, poder enhebrar la aguja. Quienes trabajamos en terreno hemos constatado la alegría que esas personas sienten cuando obtienen solución a su problema.

Por cierto, esta iniciativa será especialmente beneficiosa para quienes perciben la pensión asistencial, que alcanza sólo a 40 mil pesos, considerando que la consulta de un oftalmólogo cuesta alrededor de 20 mil pesos, al menos en mi zona. Además, la compra de lentes en una óptica cuesta más de 20 mil pesos. Entonces suelen pasar años sin que puedan adquirir los lentes que les recetan, ya que para ello deberían dejar de comer o de satisfacer otras necesidades básicas.

Me hago cargo de las críticas que han hecho varios profesionales a esta iniciativa, que la ven “con malos ojos”. A ellos les digo que en diversos países, incluido Estados Unidos -país desarrollado-, esta práctica está autorizada. Esas críticas son demasiado sofisticadas u obedecen a razones meramente económicas.

Por otra parte, considero que las modificaciones introducidas por el Senado son adecuadas y que se condicen plenamente con el espíritu del proyecto, ya que van en beneficio directo de los más humildes.

La iniciativa no tiene por finalidad transformarse en una pieza jurídica ejemplar ni cambiar los destinos del país. Sin embargo, de aprobarse cambiará la vida de miles de personas que por años han tenido problemas de visión por razones meramente económicas. Solicito a todos los colegas que la apoyen, porque con ello demostraremos a la ciudadanía que el Congreso también se preocupa de los problemas reales de la gente.

He dicho.

-Aplausos.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado señor Patricio Cornejo.

El señor CORNEJO.-

Señor Presidente , el proyecto en debate, originado en dos mociones que se refundieron, una de diputados de la Unión Demócrata Independiente y otra de diputados de la Concertación de Partidos por la Democracia, recoge una necesidad y un hecho que se viene presentando en muchos países del mundo: que la gente pueda acceder en forma directa, sin necesidad de receta médica, a lentes con fuerza dióptrica tendientes a corregir la presbicia, los que, en el fondo, son verdaderas lupas montadas en un marco.

Esto, de una u otra manera, avala el concepto de la automedicación responsable y va en la misma línea de aquellos medicamentos que se pueden vender en farmacias sin receta médica. Desde ese punto de vista, el proyecto me parece absolutamente razonable.

Pero también es importante destacar -en esto comparto lo señalado por mi colega y camarada Edgardo Riveros -, que al existir dificultades en el acceso a la consulta oftalmológica y en la compra de los lentes debido a su alto precio, se ha utilizado este mecanismo en forma ilegal durante muchos años por algunas personas que los entregan o venden en forma indiscriminada. Al menos desde hace seis años hemos venido observando que un sector político los entrega contraviniendo absolutamente el artículo 128 del Código Sanitario, que señala lo siguiente: “Sólo en los establecimientos de óptica podrán fabricarse lentes con fuerza dióptrica de acuerdo con las prescripciones que se ordenen en la receta médica correspondiente.

“Los establecimientos de óptica podrán abrir locales destinados a la recepción y al despacho de recetas médicas en que se prescriban estos lentes, bajo la responsabilidad técnica de la óptica pertinente.”.

Esto quiere decir que todos los lentes con fuerza dióptrica necesitan de una receta médica y que sólo deben ser despachados en establecimientos de óptica.

Quiero hacer hincapié en que el proyecto, aprobado por la Cámara de Diputados, al cual el Senado le introdujo algunas modificaciones que no son fundamentales y que pido aprobar, pretende blanquear una situación absolutamente ilegal. Ninguna persona, mientras no se promulgue esta modificación al Código Sanitario, puede recetar lentes si no es médico cirujano, ni fabricarlos a menos que se trate de un establecimiento de óptica, porque estaría contraviniendo la ley. Me parece muy bien que quienes estaban haciéndolo contribuyan a blanquear esta irregularidad y que las personas que necesitan lentes para la presbicia tengan mayores facilidades de acceso a ellos, ya que en su mayoría son fabricados por países del sudeste asiático y vendidos a precios muy bajos.

Pido a la Sala aprobar el proyecto, pues facilitará la adquisición de este tipo de lentes especialmente a los adultos mayores, que tienen grandes dificultades para acceder a una consulta oftalmológica.

He dicho.

El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-

Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

Señor Presidente , cuando un proyecto aprobado por la Cámara va al Senado y vuelve mejorado, significa que va por buen camino.

Lo que me parece increíble es la mezcla que hizo el diputado Riveros . Es una falta de respeto que se dirija en forma tan despectiva a las personas que están prestando ayuda. Nosotros no nos quejamos cuando diez días antes de una elección la gente del Indap entrega bonos de 100 mil pesos o cheques del Fondo Social Presidente de la República . Por último, son las reglas del juego. Creo que regalar tres quintales de harina a gente que la necesita no merece mayores comentarios, es mucho más lamentable no darlos y ponerse aquí a vociferar lo que han hecho toda la vida.

De lo que tiene que preocuparse es de las casas que se están cayendo. Ahora van a decir que se debe a que el terremoto que azotó la zona norte es el más fuerte de los últimos treinta años; o sea, siempre van a buscar un pretexto. A lo mejor, el diputado Riveros tiene más “pitutos”, porque como fue subsecretario sabe cómo se manejan las platas del Gobierno sin que se sepa y las puede entregar con mayores facilidades.

Por otra parte, me parece un buen proyecto el que estamos viendo, porque sería contradictorio decir que no se quiere entregar lentes a la gente. Todos los parlamentarios que se encuentran en la Sala pueden ir al oculista, pagar la consulta y mandar a hacer sus lentes. Pero, ¡por Dios que es complicado cuando uno llega a los campos o a las poblaciones, le pasan un papel y le piden: “Léalo usted, señor diputado , porque no tengo lentes y no puedo hacerlo”! Aquí se trata de dar una ayuda.

Tal vez, en el inciso segundo del texto del Senado hay una pequeña contradicción cuando habla de la conveniencia de una evaluación oftalmológica, lo que implica tener receta.

Tengo entendido que existe un plan piloto en Concepción y Huechuraba que ha dado excelentes resultados, ya que cuentan con oftalmólogos para atender a la gente. Ese plan piloto podría extenderse a todo Chile y llegar a las mismas conclusiones que estamos viendo.

Es preocupante lo que pasa con los oftalmólogos, pues para esta especialidad sólo se otorgan 10 ó 12 becas en todo el país. Entonces, la gente tampoco quiere ir a un oftalmólogo porque la consulta le va a costar, con suerte, 25 mil pesos. Si a ello agregamos el valor de los lentes, resulta que el 90 por ciento de los chilenos que los necesita no puede acceder a ellos.

Si un parlamentario considera que esto puede complementarse mejor e incluirse dentro del plan piloto, estamos de acuerdo, pero no podemos criticar el hecho de entregar lentes a las personas que realmente los necesitan. Aquí no se trata de dar un color político al proyecto, sino que, por el contrario, debemos agradecer a quienes lo presentaron.

Por lo demás, con o sin proyecto se están vendiendo igual estos lentes en las calles, en el Alto Las Condes, en el Parque Arauco, en todos los mall; incluso, en el aeropuerto. Entonces, nada sacamos con dictar una ley para prohibir su venta si la gente los está comprando igual. Es mejor que haya una ley, porque se puede controlar mejor su calidad, ya que a veces los que venden en el calle son simples lupas que echan a perder más la vista. Al contar con una ley protegeremos mejor a las personas, porque aumentará la calidad de los lentes.

En Europa y Estados Unidos está permitida esta venta. Entonces, ¿por qué en Chile vamos a poner trabas y perjudicar a la gente más pobre? Sería muy distinto si existiera un plan de Gobierno que regalara o vendiera lentes a un precio módico y hubiese operativos en todas las ciudades para que la gente pudiera acceder a ellos. Estoy absolutamente de acuerdo con el proyecto y lo votaré a favor, porque beneficia a miles y miles de chilenos que están esperando la oportunidad de tener sus lentes para conectarse a la vida. Las personas que necesitan lentes para leer y no los tienen se sienten igual que ciegos, pues pierden la conexión con el mundo exterior, andan a “tentonas”, como se dice en el campo.

Felicito a los diputados que presentaron la moción, porque apunta en la dirección correcta: que la gente tenga la oportunidad de acceder a un par de lentes y de ver y leer como corresponde.

Anuncio que votaré a favor el proyecto para así ayudar a las miles de personas que padecen esta enfermedad y no pueden ir a un especialista para obtener su receta, debido al alto costo de la consulta.

Una vez más felicito a los autores de la moción y hago un llamado para que todos nos unamos a fin de que este proyecto sea aprobado y la ley empiece a regir lo más pronto posible.

He dicho.

El señor ASCENCIO (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza.

El señor ESPINOZA .-

Señor Presidente , el proyecto en debate puede ser una solución principalmente para la gente de los sectores rurales, que es la que tiene más dificultades para acceder a los servicios médicos. Coincido con lo que se ha planteado en ese sentido.

Efectivamente, cuando la gente del campo llega al consultorio o al hospital tipo 3 o tipo 4 con problemas de esta naturaleza, muchas veces por la falta de profesionales son derivados a centros especializados más grandes, lo que demora de manera ostensible su atención. A menudo, la atención inadecuada o no oportuno en esta materia provoca otras dificultades de salud.

Desde ese punto de vista, valoro mucho la iniciativa. Como representante de un distrito eminentemente rural, un proyecto de este tipo permitirá generar campañas desde los municipios y de las mismas oficinas parlamentarias, ojalá de manera permanente, en lugares donde se carece de acceso a la salud en esta materia.

Me imagino a la gente de mi zona, de Huellusca, Manquemapu, Tegualda, Río Blanco, El Encanto, Mantilhue y de tantas zonas apartadísimas, que no puede llegar a los servicios médicos, pero que una vez que empiece a regir la ley, tendrán la posibilidad de una atención adecuada, lo que constituye una alternativa importante, pues los municipios no pueden contratar oftalmólogos por la carencia de recursos.

En cuanto a lo planteado por el diputado señor Riveros , coincido con parte de su intervención, cuando señala que muchas veces esto ha sido utilizado para fines electorales. Me gustaría que no fuese así, que se desarrollara un trabajo permanente. Es feo llegar con los lentes cada cuatro años cuando se acerca la elección.

No estoy criticando a los diputados, pero me gustaría que ese trabajo fuese permanente, como lo hace el diputado Prieto , de la UDI, quien durante los cuatro años de su gestión ha realizado operativos de esta naturaleza en su zona. Pero hacerlo cada cuatro años es un despropósito, una falta de respeto a la gente y habla muy mal de la labor parlamentaria. Ir a buscar un voto con la entrega de un lente y el cobro de 500 pesos no es adecuado.

Valoro la iniciativa, porque, de convertirse en ley, disminuirá en forma importante el déficit que existe en esta materia. Para ser justos hay que decir que la carencia de especialistas hace que las dificultades en la atención oftalmológica sean notorias, deficientes y provoquen serios problemas en la población.

Mientras sea un trabajo permanente, desarrollado por un diputado , alcalde, por la Cruz Roja o por cualquier otra autoridad, le daré un gran valor.

Como el proyecto es positivo y contribuye al país, no queda más que apoyarlo.

He dicho.

El señor ASCENCIO ( Presidente ).-

Como el Orden del Día finaliza a las 13.10, aproximadamente, y se encuentran inscritos el diputado señor Egaña, la diputada señora Ximena Vidal y los diputados señores Longueira, Urrutia, Molina, Bayo, Accorsi, Jarpa y Navarro, solicito el acuerdo de los señores diputados para cerrar las inscripciones y otorgar tres minutos a cada diputado inscrito para hacer uso de la palabra. De lo contrario, pondremos fin al tiempo del Orden del Día a las 13.10 con los diputados que hayan alcanzado a intervenir.

¿Habría acuerdo?

(Hablan varios señores diputados a la vez).

No hay acuerdo.

Tiene la palabra el diputado señor Andrés Egaña.

El señor EGAÑA .-

Señor Presidente , ya se han destacado las virtudes y ventajas del proyecto. Las críticas, aunque sean pequeñas sólo tienen por objeto sacar un dividendo político electoral. Existe consenso de que estamos frente a un buen proyecto que beneficia a adultos de más de cuarenta años de edad, que han perdido paulatinamente la visión.

Los diputados, al visitar los clubes de adultos mayores de sus distritos, escuchamos decir a las abuelitas y a los abuelitos que en el consultorio les dieron hora de atención para sesenta días más, o que en tanto tiempo más deben ir al establecimiento de salud correspondiente para saber si les entregarán su par de anteojos. ¿Qué mayor felicidad para el abuelito que tener la posibilidad de leer nuevamente o para la abuelita retomar el tejido o el bordado?

Estamos frente a un gran proyecto que soluciona un problema que el Estado o el Gobierno no ha sido capaz de resolver.

Permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica. La presbicia es un problema que surge con los años.

Como bien dijo el diputado señor Espinoza , muchas personas llegan a nuestras oficinas a pedir soluciones para sus problemas. Yo siempre estoy dispuesto a buscarles alguna fórmula de ayuda. En este caso, con el proyecto, que no es una gran obra legal, llevaremos felicidad a mucha gente mayor.

Digamos las cosas como son. Si uno de nosotros tiene algún problema a la vista, consulta al oftalmólogo y, si le recetan algún par de anteojos, lo compra; pero ¿cuántos miles de personas mayores que viven en los sectores más desposeídos, no solamente rurales, no pueden leer, tejer o bordar porque no dispone de lentes?

Por estas razones, apoyaremos en forma entusiasta las modificaciones del Senado al proyecto que permite la venta de lentes para la presbicia, sin receta médica.

He dicho.

El señor ASCENCIO (Presidente).-

Tiene la palabra la diputada señora Ximena Vidal.

La señora VIDAL ( doña Ximena).-

Señor Presidente , me ha llamado la atención que en el debate no se haya señalado el peligro que conlleva la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

La debida atención de salud no se puede transar, de manera que me parece riesgoso una iniciativa como esta. La desigualdad, que tanto preocupa al Congreso, al Gobierno y a la sociedad, no puede dejar de lado este aspecto.

Según se ha señalado, la iniciativa favorecerá a las personas de escasos recursos, en especial de los sectores rurales. Pregunto a los colegas que defienden con énfasis el proyecto si estarían dispuestos a usar lentes sin prescripción médica. Sabemos que la presbicia es una deficiencia a la vista que comienza a manifestarse en todas las personas después de los cuarenta años de edad y que son los oftalmólogos los que deben extender una receta para la adquisición de lentes ópticos, según el grado o el avance de la dolencia. Muchos de los presentes han estado en esta situación y han consultado a un especialista. Si se autoriza la venta de lentes para la presbicia sin receta se está negando la posibilidad a miles de personas de escasos recursos de acceder a una consulta profesional.

Si bien el objetivo del proyecto es facilitar a la gente modesta la obtención de lentes, no por ello debemos desatender la necesidad de mejorar la atención médica a quienes más la necesitan. La mala calidad de la atención de la salud o la falta de especialistas no se solucionará con este tipo de medidas, de manera que debemos procurar avanzar en estos aspectos, como lo hizo la Cámara cuando aprobó el proyecto que creó el plan Auge, cuya finalidad es lograr una atención más digna y de mejor calidad para todas las personas. En definitiva, todos los proyectos en materia de salud tienen que responder adecuadamente al clamor de la gente de menos recursos.

En consecuencia, estoy en contra del proyecto, pues no propone la solución que requieren los más pobres y espero que no avance en su tramitación sin tener un fundamento médico sobre el tema.

Señor Presidente , con su venia, concedo una interrupción al diputado señor Francisco Bayo , a fin de que nos explique, desde el punto de vista médico, cómo se puede modificar este proyecto, para hacerlo más acorde con nuestro sistema de salud.

He dicho.

El señor ASCENCIO ( Presidente ).-

Lamentablemente, no podré acceder a la interrupción solicitada por su señoría, porque ha concluido el Orden del Día.

Estaban inscritos para hacer uso de la palabra los diputados señores Longueira, Urrutia, Molina, Bayo, Accorsi, Jarpa y Navarro, quienes podrán insertar sus discursos en la versión de esta sesión.

En votación las modificaciones del Senado al proyecto, originado en moción, que permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 77 votos; por la negativa, 10 votos. Hubo 1 abstención.

El señor ASCENCIO ( Presidente ).-

Aprobadas.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:

Aguiló Melo Sergio; Álvarez Zenteno Rodrigo; Ascencio Mansilla Gabriel; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Bustos Ramírez Juan; Caraball Martínez Eliana; Cardemil Herrera Alberto; Cornejo Vidaurrázaga Patricio; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Cubillos Sigall Marcela; Delmastro Naso Roberto; Dittborn Cordua Julio; Egaña Respaldiza Andrés; Encina Moriamez Francisco; Escalona Medina Camilo; Espinoza Sandoval Fidel; Forni Lobos Marcelo; Galilea Vidaurre José Antonio; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; González Román Rosa; González Torres Rodrigo; Hales Dib Patricio; Hernández Hernández Javier; Ibáñez Santa María Gonzalo; Kast Rist José Antonio; Kuschel Silva Carlos Ignacio; Leal Labrín Antonio; Leay Morán Cristián; Letelier Morel Juan Pablo; Longueira Montes Pablo; Lorenzini Basso Pablo; Luksic Sandoval Zarko; Masferrer Pellizzari Juan; Melero Abaroa Patricio; Mella Gajardo María Eugenia; Meza Moncada Fernando; Molina Sanhueza Darío; Montes Cisternas Carlos; Mora Longa Waldo; Mulet Martínez Jaime; Muñoz Aburto Pedro; Navarro Brain Alejandro; Norambuena Farías Iván; Ortiz Novoa José Miguel; Palma Flores Osvaldo; Paya Mira Darío; Pérez Arriagada José; Pérez Lobos Aníbal; Pérez San Martín Lily; Pérez Varela Víctor; Prieto Lorca Pablo; Recondo Lavanderos Carlos; Saffirio Suárez Eduardo; Salaberry Soto Felipe; Salas De La Fuente Edmundo; Seguel Molina Rodolfo; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Soto González Laura; Tapia Martínez Boris; Tarud Daccarett Jorge; Tohá Morales Carolina; Tuma Zedan Eugenio; Ulloa Aguillón Jorge; Uriarte Herrera Gonzalo; Urrutia Bonilla Ignacio; Valenzuela Van Treek Esteban; Varela Herrera Mario; Vargas Lyng Alfonso; Venegas Rubio Samuel; Vilches Guzmán Carlos; Von Muhlenbrock Zamora Gastón; Walker Prieto Patricio.

-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:

Accorsi Opazo Enrique; Bayo Veloso Francisco; Hidalgo González Carlos; Ibáñez Soto Carmen; Longton Guerrero Arturo; Quintana Leal Jaime; Riveros Marín Edgardo; Saa Díaz María Antonieta; Vidal Lázaro Ximena; Villouta Concha Edmundo.

-Se abstuvo la diputada señora Guzmán Mena María Pía.

3.2. Oficio de Cámara Origen a Cámara Revisora

Oficio Aprobación de Modificaciones. Fecha 15 de junio, 2005. Oficio en Sesión 8. Legislatura 353.

VALPARAISO, 15 de junio de 2005

Oficio Nº 5624

A S. E. EL PRESIDENTE DEL H. SENADO

La Cámara de Diputados, en sesión de esta fecha, ha tenido a bien prestar su aprobación a las enmiendas propuestas por ese H. Senado, al proyecto que permite la venta de lentes para la presbicia sin receta médica, boletines N° 2903-11 y Nº 3310-11 (refundidos).

Lo que tengo a honra decir a V.E., en respuesta a vuestro oficio N° 25.334, de 8 de junio de 2005.

Devuelvo los antecedentes respectivos.

Dios guarde a V.E.

GABRIEL ASCENCIO MANSILLA

Presidente de la Cámara de Diputados

CARLOS LOYOLA OPAZO

Secretario General de la Cámara de Diputados

4. Trámite Finalización: Cámara de Diputados

4.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo

Oficio Ley a S. E. El Presidente de la República. Fecha 15 de junio, 2005. Oficio

VALPARAISO, 15 de junio de 2005

Oficio Nº 5627

A A S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Tengo a honra comunicar a V.E., que el Congreso Nacional ha dado su aprobación al siguiente

PROYECTO DE LEY:

“Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

“Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años.

La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.”.”.

Dios guarde a V.E.

GABRIEL ASCENCIO MANSILLA

Presidente de la Cámara de Diputados

CARLOS LOYOLA OPAZO

Secretario General de la Cámara de Diputados

5. Publicación de Ley en Diario Oficial

5.1. Ley Nº 20.029

Tipo Norma
:
Ley 20029
URL
:
https://www.bcn.cl/leychile/N?i=240002&t=0
Fecha Promulgación
:
23-06-2005
URL Corta
:
http://bcn.cl/2czs8
Organismo
:
MINISTERIO DE SALUD
Título
:
AUTORIZA LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA, SIN RECETA MEDICA
Fecha Publicación
:
13-07-2005

LEY NUM. 20.029

AUTORIZA LA VENTA DE LENTES PARA LA PRESBICIA, SIN RECETA MEDICA

    Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su aprobación al siguiente

    Proyecto de ley:

    "Artículo único.- Agrégase a continuación del artículo 128 del Código Sanitario, el siguiente artículo 128 bis, nuevo:

    "Artículo 128 bis.- Autorízase la fabricación, venta y entrega, sin receta médica, de lentes con fuerza dióptrica sólo esférica e igual en ambos ojos, sin rectificación de astigmatismo, destinados a corregir problemas de presbicia en personas mayores de cuarenta años.

    La venta o entrega de dichos lentes deberá acompañarse de una advertencia sobre la conveniencia de una evaluación oftalmológica que permita prevenir riesgos para la salud ocular.".".

    Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo; por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la República.

    Santiago, 23 de junio de 2005.- RICARDO LAGOS ESCOBAR, Presidente de la República.- Pedro García Aspillaga, Ministro de Salud.

    Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda a Ud., Cecilia Villavicencio Rosas, Subsecretaria de Salud.