La siguiente intervención fue pronunciada por el senador Rudecindo Ortega Mason, el 11 de diciembre de 1946, durante la 7ª Sesión extraordinaria en el Senado. A esa fecha, Ortega era miembro del Partido Radical, y representaba a la Octava Agrupación Provincial "Bío-Bío y Cautín". Esta intervención se enmarcó en el contexto de la aprobación de la Ley Nº 9.292, durante el gobierno del radical Gabriel González Videla (1946-1952), que modificó la ley general sobre inscripciones electorales.
Publicada el 14 de enero de 1949, luego de más de una década de intensos debates y luchas de organizaciones femeninas, ésta ley otorgó derecho a voto a la mujer en las elecciones parlamentarias y presidenciales, así como el derecho a presentarse a elección para ocupar esos cargos, consiguiendo la implementación definitiva del sufragio universal e igualitario en nuestro país. Con ello se concretó la incorporación plena de la mujer al sistema político y el fortalecimiento del sistema democrático en Chile.
En cuanto a su contenido, la intervención del senador Ortega aborda el progresivo avance de los derechos de la mujer durante los siglos XIX y XX, desde el punto de vista de la igualdad y la libertad, aunque de acuerdo a su análisis hace falta para conseguir la plenitud de derechos. Luego de eso, la intervención se centra en destacar el importante papel que les tocó jugar a las mujeres durante la Independencia de Chile, destacando las características de “heroísmo femenino”, refiriéndose a mujeres como Javiera Carrera, quien jugó un rol importante durante el Proceso de Independencia, y a Paula Jaraquemada, quien también se destacó en las luchas por la liberación colonial.
En otro acápite de su intervención, el senador Ortega realiza un repaso histórico por el avance de los derechos de la mujer luego de consolidada la República, destacando el Decreto Amunátegui de 1877, que autorizó el acceso de las mujeres a los estudios universitarios, y cuyo nombre hace alusión al Ministro de Educación que lo impulsó, Miguel Luis Amunátegui (1828-1888). Finalmente, el senador Ortega señala el cambio de criterio que pone los derechos políticos de la mujer en la primera línea pública desde las primeras décadas del siglo XX, apoyando así activamente el sufragio femenino como se propone en la ley de 1949.