Diarios de Sesiones del Congreso Nacional

Intervenciones en leyes emblemáticas



María de la Cruz Toledo: Intervención sobre la Petición de Inhabilidad.

María De la Cruz Toledo

La siguiente intervención fue pronunciada por la senadora María de la Cruz Toledo, el 29 de julio de 1953, en la Sesión 15ª ordinaria del Senado. A esa fecha, la senadora De la Cruz era miembro del Partido Femenino de Chile y representaba a Cuarta Agrupación Provincial "Santiago”.

Desde el punto de vista histórico, la intervención de la senadora De la Cruz tiene una relevancia fundamental, al tratarse de la primera mujer senadora de la historia de Chile, ingresando al Senado en febrero de 1953, ejerciendo su cargo hasta agosto de ese año, fecha en la cual fue desaforada. El contexto general del período, está marcado por el auge del populismo en América Latina y en Chile, movimientos políticos caracterizados por su discurso antioligárquico, su conducción a través de líderes carismáticos, y por su intención de proponer una “tercera vía” de desarrollo, ubicada entre el capitalismo y el socialismo. En América Latina, sus máximos exponentes fueron las administraciones de Juan Domingo Perón en Argentina (1946-1955), Getulio Vargas en Brasil (1930-1945 y 1951-1954) y Lázaro Cárdenas en México (1934-1940). En Chile, el segundo mandato del general Carlos Ibáñez del Campo, entre 1952 y 1958, se considera influenciado por concepciones y prácticas de naturaleza populista.

En cuanto a su contenido, la intervención de la senadora De la Cruz expone los argumentos para rechazar la solicitud de inhabilidad de su cargo, propuesta por algunos senadores. Comienza su intervención señalando la confianza depositada en el entonces Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo, y en sus profundos “sentimientos justicialistas” (haciendo relación al movimiento creado por Perón), lo cual define como una “doctrina que señala una tercera posición entre los extremos del sistema capitalista liberal y del sistema marxista del socialismo de Estado”. Ingresando al análisis de la acusación, señala la senadora que no conoce a quienes la patrocinaron, excepto a una de ellas, ex militante del Partido Femenino chileno, y que su interés no era acusarla a ella sino que “atacar al Justicialismo” y su apoyo al gobierno argentino de Perón. Señala también que se enteró de un negocio de tráfico de relojes, que les había reportado ganancias económicas a dos dirigentas del Partido Femenino, dinero que se señalaba estaba destinado a financiar la organización. Luego agrega que había un plan “preconcebido” para perjudicar a la propia senadora, que terminaron con la renuncia a su partido. Sostiene que el fondo de todo es una cuestión política e ideológica: “han actuado tres personas que quieren eliminarle porque yo soy justicialista en mis ideales y ellas consideran que hay que definirse entre el régimen capitalista o el comunista marxista. Ellas no admiten la tercera posición, en la cual yo estoy”. En su intervención, señala la senadora De la Cruz que no hay pruebas de que ella haya recibido dinero o participado en los casos que se le acusan, señalando que el mandato que ella recibió pretendía luchar por la independencia policía de los obreros, hablar en nombre de las madres y sus hijos, además de dejar en alto el atributo moral y espiritual de la mujer chilena.


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