Partidos, movimientos y coaliciones

1891-1925




Durante el período del régimen parlamentario, que se extiende desde el fin de la Guerra Civil de 1891 hasta el año 1925, se amplió sustantivamente el sistema de partidos políticos hacia nuevos grupos sociales como los medios y populares.

Luego de la debacle provocada por el conflicto civil, las fuerzas políticas seguidoras del gobierno de José Manuel Balmaceda, se reorganizaron y fundador en 1893, el Partido Liberal Democrático.

Durante la primera década del siglo XX, los partidos políticos establecidos en nuestro sistema de partidos eran seis: conservadores, liberales, nacionales, radicales, demócratas y liberales democráticos, y desde 1891 hasta las elecciones presidenciales de 1920 canalizaron su acción en torno a dos grandes orientaciones: progresista o tradicionalista. En el contexto de las elecciones parlamentarias de 1894 y las presidenciales de 1896, los partidos se alinearon en torno a dos grandes pactos o combinaciones políticas: la Alianza Liberal y la Coalición Conservadora.

La Alianza Liberal se erigió como la fuerza de avanzada, progresista, y tuvo como principales actores al partido radical y al partido liberal, quienes propugnaban como bandera de lucha ideales basados en torno a la libertad individual, a la lucha en contra de la influencia de la Iglesia, y a su vez favoreció los intereses de la industria, el comercio y la minería. Mientras que la coalición conservadora, tuvo como eje principal al partido conservador, representando, por ende, los ideales más tradicionales de la oligarquía nacional, defendiendo los intereses del clero y de los terratenientes.

Durante la primera década del siglo XX otro conflicto logró posicionarse como coyuntura crítica y provocar movimientos al interior del sistema de partidos políticos chilenos. El conflicto clerical-anticlerical comenzó a perder su fuerza de atracción y el conflicto social o de clases irrumpió en la arena política para quedarse. Significativas transformaciones en la estructura social, provocadas en su mayoría por el fenómeno de la urbanización, además de la industrialización y la consecuente expansión comercial, provocaron la intensificación de las tensiones entre las elites y las emergentes capas sociales, tanto clases medias, como obreros y artesanos.

Las repercusiones que tuvo el desarrollo del capitalismo en el sector minero (salitrero y carbonífero), además del intensivo proceso migratorio del campo a la ciudad, conllevaron a la pauperización sistemática de la vida de los trabajadores y sus familias. Este período de la historia de Chile es conocido como el de la cuestión social.

El escenario de conflictividad e inestabilidad social estimuló la irrupción de los primeros movimientos obreros, y más tarde, el nacimiento de organizaciones que desencadenaron en partidos políticos de líneas ideológicas y programáticas basadas en la defensa exclusiva de los trabajadores (desde el reivindicacionismo y la revolución). En 1912 el tipógrafo Luis Emilio Recabarren fundó el Partido Obrero Socialista, que en 1922 se transformará en el Partido Comunista de Chile.

En síntesis, la explosión social sustentada por el conflicto de clases ocurrido en las primeras décadas del siglo XX, además de la incorporación política del movimiento obrero, provocarán la reestructuración de fuerzas del sistema de partidos político, que articuló antagónicamente a las colectividades políticas nacidas a mediados del siglo XIX y a las que emergían durante los comienzos del siglo: los radicales pasaron a formar parte del centro político; liberales, conservadores y nacionales quedaron a la derecha del centro; y comunistas y demócratas en el ala izquierda.

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