Reseña

Nació en Concepción, Chile, el 4 de mayo de 1767; hijo de Alejandro de Urrejola Peñaloza y María Isabel Leclerc de Bicourt y Yanze; hermano del diputado suplente don Luis de Urrejola y Leclerc de Bicourt.

Entró al Colegio en 1777 hasta 1791; durante esos años estudió gramática, filosofía y teología. A la edad de 19 años se ordenó de subdiácono; se educó en el Seminario de Concepción y fue profesor y vicerrector del mismo. A la edad de 23 años recibió el diaconado y predicó en la catedral y otras iglesias, antes de ser presbítero. Se ordenó en 1791.

Se fue a la cura de la Florida en 1791, donde estuvo dos años y ocho meses. Pasó a la cura de Villa de la Reina Luisa de Parral, donde estuvo tres años y mantuvo una escuela de primeras letras. En 1796 pasó a ser cura rector del Sagrario de la Catedral de Parral, puesto que sirvió durante ocho años; en ese tiempo fue promotor fiscal del obispado de Concepción. El 5 de marzo de 1805 fue colocado en la canonjía penitenciaria. A principios del siglo XIX fue nombrado canónigo magistral. En 1906 se le nombró subdelegado de cruzada.

Desde un principio fue partidario de la causa realista en la independencia, motivo por el que decidió irse a Perú en 1812, huyendo de la persecución de los patriotas; regresó en septiembre del mismo año a Concepción, porque la Asamblea Provincial le canceló sus poderes y desaprobó su conducta como diputado. No se entendió mucho su acción como realista.

Firmó el Reglamento para el arreglo de la Autoridad Ejecutiva Provisoria de Chile, sancionado el 14 de agosto de 1811.

Fue electo diputado propietario por Concepción, en el Primer Congreso Nacional de 1811, 4 de julio-2 de diciembre de 1811; ocupó la vicepresidencia desde el 20 de julio al 5 de agosto de 1811. Fue al Congreso para hacer la guerra a la Junta Nacional del 18 de septiembre de 1810. El 5 de septiembre de 1811, Concepción revocó los poderes a todos sus diputados y en su reemplazo acreditó a fray Antonio Orihuela Moreira, que juró su cargo el día 24; a Francisco De la Lastra de la Sotta y al presbítero don Joaquín Larraín Gandarillas.

En 1813 partió al exilio en Lima, Perú. Cuando la revolución arreció y comenzó también en Lima a perderse la estabilidad de la paz, en el año 1818, se fue a España, donde tenía familiares cercanos. Aquí hizo valer los servicios prestados a la causa del rey en América y nombrado obispo de Cebú, en las Islas Filipinas, pero nunca asumió probablemente por enfermedad.

El 16 de marzo de 1824 testó en Madrid, España, y el 26 de abril de 1824 el mismo escribano da copia autorizada de su testamento, por lo que se estima que su muerte fue entre esas fechas.