Reseña

Nació en Freirina, Chile, el 9 de febrero de 1875; su padre, don José Hilarión Poblete Barros, fue nombrado administrador de las minas de don Pedro Enrique Palazuelos en el Mineral de Caracoles, motivo por el cual, junto a su madre, Carolina Cortés Rojas, se establecieron en Antofagasta.

Inició sus estudios, en el Liceo de Hombres que entonces, estaba dando sus primeros pasos en Antofagasta. Posteriormente, con su familia se trasladó a Santiago, terminando sus humanidades en el Colegio San Agustín y luego ingresó a estudiar medicina a la Universidad de Chile. Convertido en médico cirujano en 1898, decidió volver al norte de su niñez, radicándose en Antofagasta, donde conoció a quien fue su mujer, Estela Barh Mandiola y donde nacieron sus hijos, Maximiliano, María Adriana, María del Divino Corazón (religiosa del Buen Pastor), Edgardo, Jorge, Gabriela, Raúl e Inés.

En el ámbito político, integró las filas del Partido Radical, compartiendo su ideología, el modelo de sociedad, solidarizando también con esta nueva clase proletaria que se consolidaba al fragor de la industria salitrera. Conoció y compartió con su ciudad los problemas que ella tenía y que, a pesar de la deslumbrante riqueza que el salitre producía, muy poco de ella era invertido en el desarrollo de la zona. Entonces también, gran parte de esa riqueza se quedaba en la capital o en las principales ciudades europeas. Intentando revertir esta situación, pronto se convirtió en regidor, en 1909, cargo desde donde luchó por mejores días. Su intensa dedicación convenció a los ciudadanos, quienes lo convirtieron en alcalde de la ciudad; asumió la dirección del municipio en 1912.

Su vocación de servicio público no implicó el abandono de su profesión; desde el Seguro Obligatorio, donde ejerció la medicina, se preocupó incansablemente por el trabajador pampino. Desde el municipio inició un gigantesco plan de obras que permitieron un cambio sustantivo en la ciudad. Su labor alcaldicia obtuvo el reconocimiento pleno de sus conciudadanos y fue reelegido por varios períodos consecutivos, totalizando 18 años; abandonó la alcaldía en 1930. Se le otorgó el título de "Ciudadano Honorario".

En 1926 fue candidato a senador por "Tarapacá y Antofagasta", período 1926- 1934, pero no obtuvo el éxito esperado. Por oficio del 1° marzo de 1926, el Tribunal Calificador comunicó haber proclamado con carácter presuntivo, senadores por esta Agrupación, a los señores Hidalgo, Alessandri, Núñez, Viel, y Maximiliano Poblete Cortés, éste último, que funcionó presuntivamente hasta el 26 de abril de 1926, fecha de la proclamación definitiva, en que entró en su lugar el señor Oscar Viel Cavero. Alcanzó a integrar la Comisión Permanente de Higiene y Asistencia Pública.

Posterior al alejamiento de su cargo alcaldicio, se radicó en Santiago, donde ocupó cargos como consejero de la Caja Nacional de Empleados Públicos, consejero de la Sociedad Nacional de Minería, SONAMI. Fue delegado del Colegio Médico de Antofagasta, ante el Colegio de la orden a nivel nacional y vicepresidente de la Asociación Médica a nivel nacional.

Falleció en Santiago, Chile, a la edad de 71 años.