Reseña

Manuel Íñiguez y Ceballos. Hijo del santiaguino Gregorio Íñiguez y Pérez de Aguilar y de Francisca de Paula Ceballos y Laciar Jofré. Nació en Mendoza, en 1796, tuvo el grado de teniente en el Ejército Libertador y estuvo en la batalla de Maipú.

Se casó en la parroquia de Santa Ana,  en Santiago, el 21 de mayo de 1821 con Mercedes Vial y Ceballos, con quien tuvo cuatro hijos: Manuel Enrique, Andrónico, Enriqueta y María Ester de la Concepción.

Fue electo diputado suplente por Colchagua, en el Congreso General de la Nación, entre el 10 de noviembre de 1824 y el 11 de mayo de 1825. Los diputados propietarios no se incorporaron, y sí fueron incorporados los diputados suplentes, como al diputado Manuel Íñiguez, entre otros. Integró la Comisión Permanente de Gobierno, de Relaciones Exteriores y Alta Policía.

Vivió en Santiago hasta el año 1828, luego fue administrador de las Aduanas de La Serena, Valdivia y Talcahuano. Fue ministro tesorero de Valdivia en 1849 pero Juan Miguel Riesco Droguett, Intendente de Valdivia, molesto con él por dedicarse a la actividad política y sugiere por carta a Antonio Varas, Ministro del Interior, “remitirlo al norte”.

El 13 de enero de 1856, se embarcó en Talcahuano con destino a Valparaíso, junto a su señora, sus hijas, un yerno y posiblemente una nieta, en el vapor de transporte “Cazador”, de la Armada Chile. El 30 de enero a las ocho de la noche, encalló en las rocas de punta Carranza, en las inmediaciones de Constitución. El parte oficial señaló que en el naufragio murieron ahogados, 166 mujeres, 86 soldados del Regimiento Segundo de línea, 4 oficiales del Regimiento Segundo de línea, 42 tripulantes y 9 pasajeros, totalizando 307 personas, omitiendo el número de niños y polizones que superaban los 150. Se ha señalado que este desastre marítimo ha sido una de las mayores tragedias que ha ocurrido en tiempos de paz en los mares de Chile y ha sido el mayor naufragio ocurrido en América Latina.

Un autor decimonónico señaló al respecto: “La distinguida familia Íñiguez, que iba a bordo, pereció por completa, incluso una de las niñas recién casada que, viendo perdida toda esperanza de salvación, se echó a los brazos de su marido y se hundieron juntos en el abismo…”.