Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- III.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- I. - PRESENTACION
- 2.- MOCION DE LOS SEÑORES RODRIGUEZ Y DIEZ
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Silvio Rodriguez Villalobos
- Sergio Eduardo De Praga Diez Urzua
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- 3.- MOCION DEL SEÑOR TUDELA
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Ricardo Fernando Tudela Barraza
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- 4.- MOCION DE LOS SEÑORES JARPA Y CABELLO
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Jorge Cabello Pizarro
- Abel Segundo Jarpa Vallejos
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- IV.- ASISTENCIA
- V.- TEXTO DEL DEBATE
- APERTURA DE LA SESIÓN
- DEBATE
- 1.- PRORROGA DEL PLAZO PARA INFORMAR UN PROYECTO
- 2.- RENEGOCIACION DE LA DEUDA EXTERNA.- DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DEL LUNES 24 DE JULIO
- INTERVENCIÓN : Eduardo Antonio Cerda Garcia
- INTERVENCIÓN : Claudio Humberto Huepe Garcia
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- INTERVENCIÓN : Claudio Humberto Huepe Garcia
- INTERVENCIÓN : Marino Penna Miranda
- INTERVENCIÓN : Patricio Phillips Penafiel
- INTERVENCIÓN : Eduardo Antonio Cerda Garcia
- INTERVENCIÓN : Patricio Phillips Penafiel
- INTERVENCIÓN : Jorge Exequiel Lavandero Illanes
- INTERVENCIÓN : Eduardo Antonio Cerda Garcia
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- INTERVENCIÓN : Eduardo Antonio Cerda Garcia
- INTERVENCIÓN : Claudio Humberto Huepe Garcia
- INTERVENCIÓN : Claudio Humberto Huepe Garcia
- INTERVENCIÓN : Jose Luis Cademartori Invernizzi
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPUBLICA DE CHILE
CAMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA ORDINARIA
Sesión 20ª, en miércoles 2 de agosto de 1972
(Especial: de 20.15 a 23.17 horas)
Presidencia del señor Fuentes, don César Raúl.
Secretario, el señor Guerrero, don Raúl.
Prosecretario, el señor Parga, don Fernando.
INDICE GENERAL DE LA SESION
I.- SUMARIO DEL DEBATE
II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS
Además, se dio cuenta de los siguientes documentos:
Un oficio
del señor Ministro del Interior, con el que contesta el que se le enviara en nombre del señor Fuentes Venegas, sobre instalación de servicio telefónico en el Villorrio Agrícola El Mono o Rivera del Ñuble (8875).
Dos oficios
del señor Ministro de Justicia, con los que responde los que se le dirigieron en nombre de los señores Diputados que se indican, acerca de las siguientes materias:
Del señor Fuentes Venegas, relativo a la creación del Juzgado de Letras de San Carlos (9197).
De los señores Carrasco y Laemmermann, referente a la instalación del Tribunal Agrario Provincial de Aisén (9056).
Un oficio
del señor Ministro de la Vivienda y Urbanismo, con el que se refiere el que se le remitiera en nombre del señor Sepúlveda sobre problemas que afectan a diversas Cooperativas de Viviendas de Valparaíso (8677).
Un oficio
del señor Presidente de la Excelentísima Corte Suprema, con el que contesta, el que se le enviara en nombre del señor Mercado relativo a los hechos en que resultó muerto el señor José Cristián Navarro (9251).
Una comunicación del señor Ministro de Hacienda, por la que se excusa de asistir a la sesión a que había sido invitado para el día de hoy, a las 20.15 horas.
III.-DOCUMENTOS DE LA CUENTA
I.- PRESENTACION
Señor Presidente:
En uso de la atribución que nos confiere el artículo 166 del Reglamento Interior de la Corporación, solicitamos de V. E., si lo tiene a bien, se sirva citar a sesión a la Cámara para el día 2 de agosto del año en curso, a las 20.15 horas, con el objeto de Conocer e informarse sobre la renegación de la deuda externa y analizar el discurso del Presidente de la República del lunes 24 de julio.
(Fdo.) : Lavandero, Valenzuela, Marín, don Oscar; Recabarren, Ramírez, don Gustavo; Salinas, don Anatolío; Torres, Retamal, doña Blanca; Cerda, Monares, Freí, don Arturo; Huepe, Merino, Saavedra, doña Wilna; Mosquera, Sepúlveda, Carrasco, Stark, Tudela, Lorenzini, Pareto, Argandoña, Koenig, Palza, Vergara, Toledo, doña Pabla; Garcés, Ruiz-Esquide, don Mariano; Iglesias, Pérez, Zaldívar, Del Fierro.
2.-MOCION DE LOS SEÑORES RODRIGUEZ Y DIEZ
Honorable Cámara:
Desde el Siglo XVI comenzaron a formarse en nuestro país numerosos pueblos y ciudades, de las cuales algunas, más tarde, volvieron a reefundarse en el mismo emplazamiento original. En la región central, casi todas se constituyeron en el Siglo XVIII. La voluntad humana de los habitantes ha permitido que se conserven en el terreno primitivo, superando contingencias geo-físicas, soportando incendios, terremotos, etcétera. Por lo general, los valles han sido los lugares más característicos en que se han creado pueblos o ciudades.
El tiempo transcurrido nos demuestra, sin embargo, que el trato natural y legislativo ha sido mucho más favorable para los pueblos o comunas pequeñas. La vida económica y social de ellas ha dejado huellas visibles en el paisaje. Y la transformación o el cambio armónico que debiera transmitirse de generación en generación como factor de progreso, ha quedado relegado en las comunas o pueblos pequeños, los que deben vivir una existencia realmente angustiosa.
A esta realidad descrita no escapan los pueblos o comunas de Talca (provincia), de las cuales, particularmente, deseo destacar a Pencahue, fundado el 15 de diciembre de 1772.
Pencahue comenzó a hacer historia desde los primeros años de la Conquista de Chile. En el año 1580, el ObispoMedellín comunicaba al Rey Felipe II, de España, el nombramiento del sacerdote don Juan de Oces, para atender varios pueblos, entre ellos Pencahue. Dada la importancia cada vez mayor de la Aldea o Pueblo mencionado, ya en 1772 se inicia la construcción de la Iglesia y el 15 de abril de 1794 es trasladada la sede parroquial desde Ruaquén a Pencahue. Este pueblo pasó a ser el centro de los caminos de Curepto y Tapihue a Talca, constituyéndose en el punto de descanso obligado de los viajeros.
Asimismo, conviene destacar, como dato histórico, que Pencahue fue el camino real de los conquistadores: desde Pedro de Valdivia, en 1550, hasta Alonso de Rivera, en 1617.
Sin embargo, su antigüedad no ha gravitado decidoramente en las autoridades a fin de alcanzar un mejor destino y escapar así a la tragedia que hoy viven la mayoría de las comunas del país, ante la carencia de recursos económicos que les permitan ejecutar obras elementales de adelanto.
La función agrícola ha sido determinante en la existencia de Pencahue, obteniéndose anualmente una producción de trigo que fluctúa entre los 55.000 y 110.000 quintales métricos. Empero, este rubro no es capaz de aportar todo lo que medianamente se pudiera precisar para adquirir un desarrollo mínimo. Sobre el particular, en conocimiento cabal de esta triste realidad, reiteradamente he patrocinado numerosas iniciativas que le beneficien a nivel legislativo, sin encontrar la acogida que los habitantes de esa localidad esperaban de parte de todos los sectores de la Honorable Cámara.
Se debe aumentar la superficie de hectáreas de regadío del valle de Pencahue, con el propósito de incrementar la producción, para cuyo efecto hay que destinar un aporte especial que permita el inicio de las obras. La comunidad requiere de un cementerio; la pavimentación de algunas calles y del camino público; la reparación de numerosas escuelas y puentes; construir algunos campos deportivos, etcétera. Hay que otorgar los créditos para construir una población, lo que a su vez sería un factor de incentivo para renovar las antiguas viviendas actuales. Es necesario poner en práctica la capacidad artesanal de sus habitantes, creando en Pencahue una fábrica de lanar para la región, etcétera.
Como se puede observar, es de toda justicia darle un pequeño impulso a este abandonado pueblo de Pencahue, aprobando una legislación en una fecha que está llena de significación para sus habitantes, al cumplirse el próximo 15 de diciembre su Bicentenario de vida ciudadana.
En consideración a lo anteriormente expuesto, vengo en someter a la consideración de la Honorable Cámara el siguiente
Proyecto de ley:
Artículo 1°.- El Presidente de la República destinará hasta la cantidad de E° 3.500.000, para obras en la comuna de Pencahue, en razón de conmemorarse dos siglos de existencia.
La inversión que demande el artículo precedente se imputará al 70% del remanente que se produzca en la Cuenta Especial F-48 de Impuestos Internos.
Artículo 2°.- La Municipalidad de Pencahue deberá convocar a una sesión especial para aprobar un Plan Extraordinario de obras de adelanto comunal, que se financiará con los recursos aportados por artículo 1º de esta ley, serán puestas a disacuerdo de los dos tercios de los Regidores en ejercicio.
Artículo 3°.- Los fondos que destina el artículo 1º de esta ley, serán puestos a disposición de la Municipalidad de Pencahue, la que llevará una cuenta especial en el Banco del Estado de Chile y una constancia detallada de su inversión.
Los fondos que se depositen en la referida Cuenta Especial no pasarán a Rentas Generales de la Nación al término del ejercicio presupuestario de cada año, debiendo invertirse íntegramente en el fin señalado y una vez cumplido éste, en los objetivos que acuerde la Municipalidad, con la venia de los dos tercios de sus miembros.
Artículo 4°.- Dentro del Plan Extraordinario de obras de adelanto comunal que apruebe la Municipalidad de Pencahue, se dará prioridad a las siguientes: Cementerio en Lo Figueroa; pavimentación de las calles Froilán Silva y Samuel Leppe; iniciación de obras de regadío del Valle de Pencahue; aportes para la reparación de puentes y caminos; creación de la Tenencia de Carabineros de Pencahue, con casa para el Jefe del Retén; ampliación de la garita de Carabineros en Puente Río Claro; construcción de campos deportivos en los sectores de Lo Figueroa, Corinto, Botalcura y Batuco; creación de una cancha múltiple en Pencahue.
Artículo 5º.- La Corporación de Fomento destinará los recursos necesarios para construir una Fábrica Artesanal en Pencahue, con el objeto de industrializar la lana.
Artículo 6º.- La Corporación de la Vivienda destinará los recursos necesarios para construir una población de 25 casas, en el sector urbano del pueblo de Pencahue, para paliar el déficit habitacional existente, debiendo ser incorporado en el Plan de Vivienda del año 1973.
Igualmente, la CORVI deberá incorporar en el mismo Plan de Viviendas a los damnificados de las inundaciones del mes de mayo último y que perdieron sus casas ubicadas en el sector poniente del Río Claro y que están incorporados a la Cooperativa Batuco Limitada, de Pencahue, sector Río Claro.
Artículo 7°.- La Caja Central de Ahorros y Préstamos facilitará ayuda financiera a la Asociación de Ahorro y Préstamos de Talca, para la construcción de casas en el sector urbano de Pencahue, rebajando, para tal efecto, el ahorro previo en la respectiva Asociación en un 50%. Asimismo, la Asociación regulará el tiempo de permanencia del ahorro previo.
La Caja Central dictará un Reglamento dentro de 30 días, contados desde la fecha de publicación de la presente ley en el Diario Oficial, para que regule este tipo de operaciones.
La presente disposición tendrá un año de vigencia.
Artículo 8°.- Si la Municipalidad lo acuerda con los dos tercios de sus Regidores en ejercicio, se podrá destinar un porcentaje de hasta un 10% de estos recursos al estudio de un plan de regadío para el Valle de Pencahue.
Artículo 9º.- La Municipalidad en ningún caso podrá invertir todo o parte de sus fondos entregados por esta ley en gastos propios de su Presupuesto Ordinario.
(Fdo.): Silvio Rodríguez Villalobos. - Sergio Diez Urzúa.
3.-MOCION DEL SEÑOR TUDELA
Honorable Cámara.
La solución al grave problema habitacional de nuestro país, ha requerido que muchos grupos familiares deban agruparse en Cooperativas de Viviendas, para encarar la urgente solución a la falta de un hogar digno para vivir.
En Rancagua, a raíz de este angustioso problema, un grupo importante de familias, que alcanzan a más de 400 socios, formó el 11 de noviembre de 1965, la Cooperativa de Viviendas y Servicios Habitacionales Los Alpes Ltda., de Rancagua, que tiene personería jurídica Nº 1043, del 11 de noviembre de 1965.
Los primeros trabajos que los socios de esta Cooperativa hicieron, sirvieron de ejemplo a muchas nuevas organizaciones que en la ciudad y a través de la provincia, se fundaron para alcanzar el mismo objetivo. En efecto, fueron los primeros que en grupos, dirigidos por ellos mismos y bajo el control de sus propios Comités de Directivos, iniciaron los trabajos comunitarios, que sirvieron para dar los impulsos iniciales de los que hoy se conoce como la Población Los Alpes.
En una unión de trabajo y esfuerzo levantaron sus primeras viviendas provisorias, luego, mediante un préstamo del Banco del Estado, adquirieron el terreno, que serviría para la construcción de las viviendas definitivas.
Luego de cancelar totalmente el terreno, convinieron con la Dirección de Agua Potable y Compañía de Electricidad para los trabajos respectivos de red general de agua potable y red general y arranques domiciliarios de energía eléctrica. En la actualidad están totalmente cancelados los compromisos adquiridos para la instalación de la luz eléctrica y arranque domiciliario, y han cancelado en un 80% el arranque domiciliario del agua potable, habiendo cancelado los trabajos correspondientes a la red general de agua potable.
Para completar los trabajos de urbanización de los terrenos, han convenido un estudio, planos y presupuestos de los trabajos de red general de alcantarillado por parte de la División de Servicios Sanitarios del Ministerio de la Vivienda, valor que alcanza a la suma de Eº 420.000.
Sin embargo, todo el esfuerzo que han debido efectuar en las diversas etapas señaladas de solución a sus problemas, y que los han abordado por su constante superación, requiere de la ayuda extraordinaria que se le pueda prestar a través de iniciativas parlamentarias, que lleven recursos a esta esforzada Cooperativa de Rancagua.
Es así que considero necesario aplicar los fondos que no han sido invertidos durante los años 1970-1971 y 1972 de la ley Nº 15.689, del 29 de septiembre de 1964, en la provincia de O'Higgins, y que están en la Corporación de Fomento de la Producción. Cabe hacer notar que con la aplicación de estos recursos se podrá solucionar íntegramente el problema del alcantarillado total para más de 400 familias, y que por sus modestos ingresos, y dado el gran esfuerzo realizado desde que están viviendo en su población, no alcanzan a cubrir en su totalidad.
Por esa circunstancia, y dada la exposición de motivos señalados, es que vengo en presentar a la consideración de la Honorable Cámara de Diputados, el siguiente
Proyecto de ley:
Artículo único.- La Corporación de Fomento de la Producción entregará los saldos no invertidos durante los años. 1970, 1971 y 1972 de la ley 15.689, del 29 de septiembre de 1964, para conexiones domiciliarias de alcantarillado y agua potable en la provincia de O'Higgins con cargo a los recursos correspondientes a dicha provincia, a la División de Servicios Sanitarios del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, con el fin de cancelar los aportes necesarios para la ejecución de las matrices y conexiones domiciliarias de la Cooperativa de Autoconstrucción y Servicios Habitacionales Los Alpes Limitada, de Rancagua.
(Fdo.): Ricardo Tudela, Barraza.
4.-MOCION DE LOS SEÑORES JARPA Y CABELLO
Honorable Cámara:
Los instaladores técnicos electricistas del país, agrupados gremialmente en la Junta Nacional de Instaladores Técnicos Electricistas de Chile, estudian, proyectan, planean, calculan, supervigilan y realizan todo el montaje eléctrico industrial, comercial, habitacional desde una modesta casa hasta el más grande de los edificios construidos en el país. Estos trabajadores son egresados de diversas Universidades, Escuelas Técnicas o Institutos de Perfeccionamiento, como INACAP, que gozan de merecido prestigio no sólo en el país, sino también en el resto de América Latina.
A través de más de 50 años han venido esforzándose para elevar su prestigio profesional, asistiendo a cursos y seminarios nacionales de perfeccionamiento, presionando positivamente ante las autoridades universitarias para obtener la creación y funcionamiento de la Cátedra de Instalador Técnico Electricista, absolutamente necesaria en esta época de avance tecnológico hacia las áreas rurales y suburbanas.
Han visto su lucha coronada con la creación del Colegio Profesional, por ley Nº 17.146, de fecha 6 de mayo de 1969, después de indescriptibles sacrificios colectivos y personales hechos por intermedio de la Junta Nacional de Técnicos Electricistas de Chile, augurándoles, cada día más éxitos en su delicada misión de satisfacer las necesidades de los chilenos, no exentos de permanente superación profesional e indomable espíritu de sacrificios.
Desgraciadamente, estos trabajadores, honestos a carta cabal, han venido sufriendo un trato indiscriminatorio, ajeno y obsoleto en la nueva sociedad que en estos momentos estamos creando, en el sentido de tener que esperar la revisión de planos y proyectos, la recepción de los trabajos terminados, a veces por períodos que van de dos a tres meses, con evidente perjuicio para los beneficiarios y los mismos profesionales. Es necesario reconocer hidalgamente, que muchas Veces son contralores de estos trabajadores, funcionarios sin la expedición ni experiencia por ellos demostrada. Sin duda, que ésta es una herencia burocrática muy conveniente de eliminar en estos tiempos.
Felizmente, las Universidades, Escuelas e Institutos, reconocidos por el Estado dictan la Cátedra de Técnicos Electricistas, profesionales de mandos medios idóneos para ejercer las actividades de instaladores a todo nivel, siendo innecesario que la Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones deba año tras año estar otorgando y renovando los carnets profesionales. Esta actitud paternalista y sobreprotectora angustia a los trabajadores instaladores y comete injusticias involuntarias que nacen de la tendencia a subjetivar y fabular de muchos de nuestros conciudadanos.
En Italia existe un organismo estatal que se denomina Departamento de Control Eléctrico, cuya labor exclusiva es fiscalizar el material eléctrico que producen las industrias del ramo y controlar a las empresas eléctricas. Estas últimas, fuera de entregar el suministro de energía, su trabajo se reduce a la instalación del medidor y tableros. El resto de las instalaciones interiores son hechas por el dueño de casa o por la persona que él estime conveniente, desde luego sin contar en ese país con un cuerpo de instaladores.
Al hacer esta exposición queremos demostrar que en nuestro país, considerado aún subdesarrollado en relación a los europeos, se cuenta con una agrupación de carácter nacional de más o menos 1.600 instaladores técnicos electricistas debidamente legalizada, responsable y de recocidos méritos profesionales, pero que sin embargo sus buenas disposiciones se ven afectados por una legislación que ha perdido vigencia, cual es la Ley General de Servicios Eléctricos D.F.L. Nº 4, de 24 de julio de 1959, texto refundido según decreto supremo Nº 2.060, publicado en el Diario Oficial Nº 25.421, de 19 de diciembre de 1962.
Para reparar esta anomalía venimos en presentar el siguiente
Proyecto de ley:
Artículo uno.- La Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones (SEGTEL), dejará de otorgar y visar carnet o permisos para ejercer las actividades de instaladores técnicos electricistas en alta y baja tensión.
Artículo dos.- Las instalaciones eléctricas serán ejecutadas por los actuales instaladores eléctricos inscritos en los Registros Oficiales de los Colegios Profesionales de Ingeniería, Técnicos y de Instaladores, cuyas obras serán proyectadas, calculadas, dirigidas y ejecutadas a su entera responsabilidad.
Artículos tres.- Las Compañías de Distribución Eléctrica conectarán a sus redes las instalaciones eléctricas que el técnico instalador electricista colegiado solicite, una vez estén éstas totalmente terminadas, y será de carácter transitorio por 60 días hasta cuando la Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones haya realizado las inspecciones correspondientes.
Artículo cuatro.- El instalador técnico electricista, colegiado, deberá cancelar los derechos vigentes a la Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones, por concepto de las revisiones de planos, tuberías y recepción final.
La Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones evacuará un informe técnico al Colegio respectivo dando a conocer el resultado de la inspección.
Artículo cinco.- Los Colegios Profesionales de Ingenieros, Técnicos y de Instaladores reglamentarán, en el curso de 60 días, las aplicaciones de sanciones a los colegiados que incurran en violación a las disposiciones vigentes que maneja la Superintendencia de Servicios Eléctricos, Gas y Telecomunicaciones.
Artículo seis.- Los Consejos Regionales de los Colegios Profesionales de Ingenieros, Técnicos y de Instaladores Electricistas otorgarán, en el plazo de 60 días, los certificados definitivos de inspección de las obras, que deberán a su vez ser presentados a las empresas eléctricas de distribución y a las municipalidades del país.
Artículos transitorios
Transitorio uno.- Para ejercer las actividades de Instalador Técnico Electricista bastará ser egresado y titulado como Ingeniero o Técnico Electricista de alguna Universidad del país o extranjera reconocida por el Estado.
En el caso específico de los instaladores técnicos electricistas no universitarios que estén inscritos en los Registros de su Colegio Profesional podrán seguir como tales y tendrán los mismos derechos y deberes que los universitarios.
Transitorio dos.- Elimínase la palabra Instalador del inciso 4º del artículo 159 y del artículo 161 del D.F.L. Nº 4, de 24 de julio de 1959, texto refundido según decreto supremo Nº 2.060.
Elimínase la disposición contenida en el inciso trece de la citada ley, que ha sido reemplazada por lo señalado en los artículos 3º y 6º.
Transitorio tres.- En el plazo de 180 días de la publicación de la presente ley, podrán solicitar su inscripción al Colegio de Instaladores Técnicos Electricistas todos los instaladores autorizados de Tercera Categoría y aquellos que fueron eliminados de la Dirección General de Servicios Eléctricos por causas de renovación de sus carnets o por razones que no afecten a su ética profesional o a los intereses de los beneficiarios.
Transitorio cuatro.- Modifícase el artículo 125, en sus incisos uno y dos, de la Ley General de Servicios Eléctricos, en vigencia, por la siguiente redacción: Cualquiera que sea la ubicación de poblaciones populares, entendiéndose como tal a las operaciones sitio, campamentos, poblaciones de emergencia y erradicaciones, que se construyan por organismos estatales, dentro del territorio de concesión de una empresa eléctrica, ésta estará obligada a extender sus redes de distribución a estas poblaciones cualquiera sea su potencia.
Con respecto a otro tipo de poblaciones que sean construidas por un organismo estatal, en el territorio de concesión de una empresa eléctrica, ésta quedará obligada a hacer un aporte del 50% del costo de extensión de redes de distribución a estas poblaciones. Este aporte se incorporará al capital inmovilizado de la empresa, pero el resto se tomará en cuenta para los gastos de conservación y depreciación.
El aporte aludido en el párrafo anterior debe ser rebajado de los presupuestos respectivos antes de ser presentados al organismo estatal correspondiente, disposición que deberá fiscalizar la Dirección de Servicios Eléctricos.
(Fdo.): Jorge Cabello Pizarro. - Abel Jarpa Vallejos.
IV.-ASISTENCIA
Sesión 20ª, Ordinaria, en miércoles 2 de agosto de 1972. Presidencia del señor Fuentes, don César Raúl.
Se abrió a las 20.15 horas, y asistieron los señores:
Acevedo Pavez, Juan Acuña Méndez, Agustín Alamos Vásquez, Hugo Alessandri de Calvo, Silvia Alvarado Páez, Pedro Allende Gossens, Laura Amunátegui Johnson, Miguel Luis Andrade Vera, Carlos Arnello Romo, Mario Aylwin Azócar, Andrés Barahona Ceballos, Mario Barrionuevo Barrionuevo, Raúl Basso Carvajal, Osvaldo Cademártori Invernizzi, José Carmine Zúñiga, Víctor Carrasco Muñoz, Baldemar Castilla Hernández, Guido Cerda García, Eduardo Clavel Amión, Eduardo Concha Barañao, Jaime De la Fuente Cortés, Gabriel
Del Fierro Demartini, OrlandoDíez Urzúa, SergioFrei Bolívar, ArturoFuentes Andrades, SamuelFuentes Venegas, CésarGarcés Fernández, CarlosGiannini Iñíguez, OsvaldoGodoy Matte, DomingoGonzález Jaksic, CarlosGuastavino Córdova, LuisGuerra Cofré, BernardinoHuepe García, ClaudioIbáñez Vergara, JorgeIglesias Cortés, ErnestoIrribarra de la Torre, TomásKlein Doerner, EvaldoLavandero Illanes, JorgeLorenzini Gratwohl, EmilioMaira Aguirre, LuisMaturana Erbetta, FernandoMercado Illanes, JulioMonckeberg Barros, GustavoMuñoz Barra, RobertoNaudon Abarca, AlbertoOrtega Rodríguez, LeopoldoPáez Verdugo, SergioPenna Miranda, MarinoPérez Soto, TolentinoPhillips Peñafiel, PatricioRamírez Vergara, GustavoRetamal Contreras, BlancaRiesco Zañartu, GermánRíos Santander, MarioRodríguez Villalobos, SilvioRuiz-Esquide Jara, MarianoSaavedra Cortés, WilnaSchnake Silva, ErichSeñoret Lapsley, RafaelSilva Solar, JulioSolís Nova, Tomás EnriqueTagle Valdés, ManuelTavolari Vásquez, AntonioTejeda Oliva, LuisToledo Obando, PablaTudela Barraza, RicardoUndurraga Correa, LuisValdés Rodríguez, JuanValenzuela Valderrama, HéctorVergara Osorio, LautaroZaldívar Larraín, Alberto
El Secretario, señor Guerrero Guerrero, don Raúl, y el Prosecretario, señor Parga Santelices, don Fernando. Se levantó la sesión a las 23 horas 17 minutos.
Además, asistió el Ministro de Relaciones Exteriores e interino de Interior, señor Clodomiro Almeyda M.
V.-TEXTO DEL DEBATE
Se abrió la sesión a las 20 horas 15 minutos.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
Se va a dar lectura a la Cuenta.
El señor Parga (Prosecretario), da cuenta de los asuntos recibidos en la Secretaría.
1.-PRORROGA DEL PLAZO PARA INFORMAR UN PROYECTO
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Solicito el acuerdo de la Sala para prorrogar hasta el vencimiento del término constitucional el plazo de que dispone la Comisión de Hacienda para informar el proyecto de ley que establece un Fondo Nacional de Prestaciones Familiares.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
Acordado.
2.-RENEGOCIACION DE LA DEUDA EXTERNA.- DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DEL LUNES 24 DE JULIO
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
La presente sesión ha sido solicitada por 32 señores Diputados, con el objeto de conocer e informarse sobre la renegociación de la deuda externa y analizar el discurso del Presidente de la República del lunes 24 de julio, con invitación a los señores Ministros de Hacienda y de Relaciones Exteriores.
Ha llegado una excusa del señor Ministro de Hacienda, a la que el señor Secretario dará lectura.
El señor GUERRERO, don Raúl (Secretario).-
Dice como sigue;
Señor
Fernando Sanhueza,
Presidente de la Cámara
de Diputados.
Señor Presidente:
He recibido hoy el oficio suscrito por el Sr. Secretario de la Cámara en que tiene a bien informarme que esta noche se efectuará una sesión, a la que se solicitó fuese invitado, con el objeto de conocer e informarse sobre la renegociación de la deuda externa y analizar el discurso del Presidente de la República del lunes 24 de julio.
Lamento que compromisos anteriores me impidan estar presente en esa sesión. Es mi propósito invariable atender toda consulta formulada en esa Corporación e informar a ella.
Reitero que haré los mayores esfuerzos para concurrir en cualquiera otra oportunidad en que la Cámara lo estime conveniente.
Lo saluda atentamente.
(Fdo.): Orlando Millas Correa, Ministro de Hacienda.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El tiempo previo de 15 minutos corresponde al Comité Demócrata Cristiano.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Señor Presidente, lamento que el señor Ministro de Hacienda no haya concurrido a esta sesión; pero comprendemos sus explicaciones, por cuanto dejamos constancia de que siempre que ha sido requerida por nosotros alguna información, él la ha hecho llegar prontamente.
Lamento que no haya sido así de parte de algunos altos ejecutivos del Banco Central, de lo cual quiero dejar constancia esta noche, quienes han sido invitados reiteradamente a la Comisión que investiga las actividades del Banco Central, sin que haya sido posible la presencia de su presidente, de su vicepresidente o de su gerente general.
Me alegro, eso sí, que contemos, esta noche, con la presencia del señor Ministro de Relaciones Exteriores, por cuanto nos parece que con la materia que se tratará tiene esencialmente que ver el señor Ministro.
Señor Presidente, quisiera, en esta ocasión, aprovechar esta reunión para expresar, por parte de los Diputados democratacristianos, que ante los reiterados ataques que se han hecho permanentemente a nuestro colectividad y, en especial, al ex Presidente de la República señor Frei, por parte de un sector del Partido Socialista, particularmente, en forma reiterada, lo repito, por parte de su Secretario General, señor Altamirano, quien, en diferentes ocasiones, ha tratado de vende patrias a personeros de este Partido y a quienes no concuerdan con sus posiciones, y ha hecho acusaciones en el sentido de que el Gobierno anterior habría aceptado, algunas veces, condiciones que no eran convenientes para Chile, miradas desde su punto de vista; que nosotros debemos observar que, sin duda, no hay que decir nunca: de esta agua no beberé.
Respecto de la renegociación del Club de París, que analizamos, en algunos aspectos, en la sesión del 5 de julio, nosotros hemos declarado, como en esa ocasión indiqué y como indico ahora, que los parlamentarios democratacristianos siempre hicimos lo posible para que esa renegociación se efectuara, porque creíamos que era conveniente para Chile, ante la grave escasez de divisas porque atraviesa nuestra Patria, en estos instantes.
Posteriormente, en algunos documentos en los cuales se han concretado los acuerdos del Club de París, hemos podido comprobar hechos, como, por ejemplo, aquél dado a conocer en noticia publicada el día domingo pasado y que ha sido confirmado directamente como efectivo, en el sentido de que en la renegociación entre 27 bancos comerciales privados de Estados Unidos con el Banco Central, Chile consintió en someterse a la jurisdicción de cualquier tribunal civil de los Estados Unidos en caso de incumplimiento de los compromisos contraídos con sus acreedores. Y dentro de estos acuerdos, el relativo a la forma de pago, lo que significa que alrededor de 57 millones de dólares negociados con estos 27 bancos, se cancelan en un período que va desde el 15 de junio de 1972 hasta el 15 de diciembre de 1976. Pero llama la atención que en todas las cuotas semestrales hasta el 15 de junio de 1976, sólo se paga el 45% de la deuda; en tanto que entre el 15 de junio de 1976 y el 15 de diciembre de 1976, el Gobierno que siga al actual debe cancelar, en esa sola fecha, el 55% del saldo de la deuda.
Se ha manifestado también, señor Presidente, que en estas ocasiones no ha habido otras conversaciones. Quiero agregar a esto, con documentos absolutamente fidedignos que obran en nuestro poder, que también dentro de las conversaciones del Club de París, con notas claras, explicamos lo que aquí comenta una persona que ha estado directamente allá (después voy a dar la fuente), en el sentido de que el resultado textual que pocos aun entre los más optimistas de los participantes habrían osado prever, se debió en parte a las habilidosas negociaciones, que algunos dirían tácticas de presión, del Presidente del Club de París, señor Nébot. Pero principalmente el éxito se debió a la actitud de las delegaciones americana y chilena, respectivamente, que fueron mucho más flexibles que en las reuniones previas y posiblemente en alguna medida al cansancio de los delegados; la sesión del 18 de abril fue levantada a la 1.30 en la mañana del 19 de abril y los acuerdos finales fueron fechados el 19 de abril y firmados eventualmente media hora pasada la medianoche en la mañana del 20 de abril.
En un resumen de la situación que existía al comienzo de esta nueva rueda de negociaciones, el Presidente comenzó por decir que desde su punto de vista (y probó eventualmente estar en lo cierto) un acuerdo solamente podría ser logrado a través de la discusión de tres puntos que dijera relación con:
1) La nacionalización y el problema de la justa compensación, conjuntamente con lo que se veía como la materia en directa relación con la implícita amenaza del rechazo de ciertas deudas específicas.
2) La política de las empresas chilenas en el campo económico y financiero, tanto interno como externo, cuya garantía constituía alternativas para el otorgamiento de un préstamo stand-by a Chile.
3) Los términos reales de la consolidación de la deuda.
La primera sorpresa fue la pronta aceptación por parte de la delegación chilena, después de una larga llamada telefónica con el Gobierno, de una moción para reconocer formalmente la validez y la necesidad de discusiones bilaterales sobre la indemnización de las empresas nacionalizadas, incluyendo las minas de cobre.
Despachado este punto, continúa los acreedores no presionaron a Chile tan fuertemente sobre declaraciones en materia de su política económica, y Chile aceptó agregar a su primera declaración del 29 de marzo una nueva declaración puntualizando, en términos aceptablemente vagos, el objetivo de su política interna. Ambos textos fueron agregados como anexos al Memorándum de Acuerdos.
Aún quedaban por discutirse los términos de la consolidación y sobre esta materia las posiciones de las dos partes estaban todavía lejanas. Cuando Chile aceptó, con poco entusiasmo, que en la renegociación de la deuda sólo sería considerado el período comprendido entre el l° de noviembre de 1971 y el 31 de diciembre de 1972, las diferencias se centraron esencialmente en el monto que debería renegociarse durante este lapso. En la sesión del 29 al 30 de marzo, Chile había solicitado a sus acreedores la renegociación del 85% de la deuda total, el capital e intereses, mientras la contraoferta de los acreedores cubría el 70% del capital y nada de los intereses. Pero para el período ahora en debate (noviembre de 1971 a diciembre de 1972), el servicio de la deuda chilena frente a los países representados en el Club de París era dos tercios de capital y un tercio en intereses. La delegación chilena señaló que la proposición de los países acreedores ascendía a un alivio de menos del 50% del servicio de la deuda respecto de ellos mismos o menos de cien millones de dólares, en tanto que para obtener los objetivos desde el punto de vista de la balanza de pagos que se habían señalado en la misma reunión, juzgados como razonables y aceptables por los países acreedores y el Fondo Monetario Internacional, Chile necesitaría un alivio del orden de los 130 millones de dólares. Esto ubicaría la cifra que debería ser renegociada en el ámbito del 70 al 75% del servicio de la deuda.
El argumento antes señalado demostró ser decisivo y, finalmente los países acreedores aceptaron renegociar un 70% del servicio de la deuda que Chile sostenía con ellos, es decir, los pagos de créditos del sector público o avalados por el sector público debidos al 31 de diciembre de 1972.
Y continúa el documento con todos los antecedentes de la renegociación de la deuda externa, a los cuales no me voy a referir, porque fueron oportunamente publicados, me parece que, directamente por el Gobierno, con los términos y anexos que vienen comprendidos.
Pero deseo reiterar lo que dice este párrafo: La primera sorpresa fue la pronta aceptación por parte de la delegación chilena, después de una larga llamada telefónica con el Gobierno, de una moción para reconocer formalmente la validez y la necesidad de discusiones bilaterales sobre la indemnización de las empresas nacionalizadas, incluyendo las minas de cobre.
Esta información es del señor Henri Bretaudeau, presente en las reuniones del Club de París, como representante observador del Banco Interamericano para Reconstrucción y Desarrollo, cuyo documento original, en inglés, está aquí presente, por lo cual no puede inferirse que este documento no existe. Esta parte no había sido dada a conocer hasta el día de hoy.
¿Y qué significa conversaciones bilaterales? El señor Ministro, más adelante, nos podrá agregar mayores antecedentes, de que éstas tendrán que llevarse a cabo con conversaciones, con acuerdos, entre ambos países o directamente entre las partes interesadas; porque, de otra manera, como aquí se indica, se habría llegado o se habría continuado con las reuniones dentro del Club de París. Por lo tanto, las palabras del señor Altamirano, tantas veces dichas, hoy día se vuelven en su contra.
El señor PHILLIPS.-
¡Así es!
El señor CERDA (don Eduardo).-
No creo que ningún gobernante de este país, ni el anterior ni el actual vaya a cometer ningún acto contra su patria, sino que, por el contrario, siempre estará tratando de velar, como Presidente de Chile, por lo que más convenga a su patria en un momento determinado; y, por lo tanto, aquéllos que tanto han injuriado, especialmente al ex PresidenteFrei, deben hoy día reconocer que, verdaderamente, no se estaba entregando ni el patrimonio ni la independencia nacional; porque la independencia de un país, esencialmente, está en que, junto con afirmar su soberanía, pueda contar con recursos suficientes, con una Balanza de Pagos favorable, con una disposición de divisas que no lo obligue a tener que andar con sumo apuro, estirando muchas veces la mano con gran rapidez, para llegar con los alimentos y con otras materias que están faltando en el mercado nacional. Y por estas circunstancias, reflejadas en lo que he indicado, me parece que, después de mucho tiempo, las cosas se vienen aclarando como realmente existen.
Dentro de esta negociación del Club de París, las cifras entregadas por Chile, y avaladas y comprobadas por otros organismos internacionales, respecto a la deuda externa que tenía este país al 31 de diciembre de 1970, eran del orden de los 2.500 millones de dólares y no de 1.000 millones, como se ha venido sosteniendo. La cifra concreta fue de 2.368 millones de dólares. Y en las sesiones de la Comisión Especial del Banco Central, cuyas actas tengo aquí a la mano, funcionarios de Gobierno, requeridos por nosotros, han manifestado que, efectivamente, lo plantéalo en el Club de París, a esa fecha, era de alrededor de 2.500 millones de dólares. Se llegó a los 4 mil millones de dólares, como lo hemos dicho en varias ocasiones, porque se agregaron empréstitos contratados que no habían sido usados y los intereses a largo plazo por estas mismas deudas.
En la Comisión del Banco Central, el Gerente de Comercio Exterior de esa institución, señor Marcos Colodro, a quien, aunque tenemos diferencias políticas, re conocemos su capacidad como economista, requerido anoche sobre esto mismo, planteó que la deuda externa de un país, para poderla medir en un momento preciso, se limita a los préstamos que han sido verdaderamente utilizados. Al ser consultado el señor Gerente sobre si Chile había aumentado sus líneas de créditos en el exterior, las líneas de crédito a corto plazo ascienden, en estos instantes, a la suma de alrededor de 290 millones de dólares, contra 240 millones de dólares que existían en el año 1970 indicó que no se había recibido la totalidad de estos créditos y, por lo tanto, no se podían contabilizar como deudas de Chile. Concordamos con él, porque, en esta materia, la discusión ya es larga: las cifras, para expresarlas, deben ser ponderadas con la misma vara que siempre se usa para medir. Sobre la base de los 4 mil millones de dólares que el Gobierno indicó como deuda externa de Chile, cuando recibió su mandato, tendríamos que, hasta la fecha, con los nuevos créditos otorgados a nuestro país, más los intereses de las renegociaciones y otros, este Gobierno se habría endeudado ya, en un año y diez meses de su mandato, en una suma superior a los mil millones de dólares y, por lo tanto, las cifras que ellos mismos habían dado se darían vuelta en su contra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Diputado?
Ha terminado el tiempo previo de 15 minutos. Su Señoría puede continuar en el tiempo del Comité de la Democracia Cristiana.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Se ha indicado, por otra parte, que los problemas económicos de Chile, en estos instantes, se deberían a que nuestro país tendría que pagar esta alta suma de 400 millones de dólares. Puedo señalar que cifras similares fueron canceladas por el Gobierno anterior durante los años 1969 y 1970. Concretamente, en 1969 se canceló, por Chile, por concepto de deuda externa, más intereses y amortizaciones, alrededor de 432 millones de dólares; y, en 1970, la suma de 367 millones de dólares, lo que, en conjunto, da un promedio, para esos dos años, en pagos por Chile, de alrededor de los 400 millones de dólares de deuda externa, sin que jamás le fuera protestado un documento y sin que, en ningún instante, a esta situación se le hubiera echado la culpa de lo que estaba sucediendo dentro del país; porque, sin duda alguna, lo que Chile necesita es aumentar sus ingresos en divisas y disminuir su deuda externa, porque esos dineros se necesitan para importar maquinarias, bienes de capital y desarrollar nuestra economía.
Con esta realidad, lo fundamental que deseo expresar esta noche es que no se puede seguir jugando, por parte del Gobierno y personeros de los partidos de la Unidad Popular, con la afirmación de que todo el problema interno del país se debe al endeudamiento que se tenía de antes, porque con esa misma vara les podemos contestar que la cifra que dieron no era la que verdaderamente se ha entregado a los organismos internacionales; y les podemos indicar que gobiernos anteriores pagaron anualmente, por deuda externa, fuertes sumas.
Hay que reconocer que el problema económico de Chile radica en un mal manejo de la política económica del gobierno, que está repercutiendo muy fuertemente, en estos días, en la población.
Se logró, efectivamente, una redistribución de la renta y un mejoramiento económico para importantes sectores de menores ingresos. Somos los primeros en reconocerlo. Pero, en estos instantes, y desde hace unos meses, este mejoramiento lo están perdiendo ostensiblemente los trabajadores por la inflación que aflige al país y por el desabastecimiento cada día mayor que existe en Chile. En efecto, el desabastecimiento obliga a la población a comprar productos muchas veces más caros que los que figuran en el índice y, por lo tanto, la inflación y el alza de precios golpean mucho más fuertemente a los hogares chilenos que lo que, en realidad, indican las cifras.
Jamás se puede afirmar que un índice de precios funciona correctamente, cuando existe paralelamente un desabastecimiento. No culpamos a ningún funcionario, porque creemos que, tanto antes como ahora, quienes han trabajado con el índice de precios lo han hecho correctamente y en forma técnica; pero este aspecto del desabastecimiento desfigura cualesquiera cifras que se hayan dado.
Vemos que, aquí, está el señor Cademártori, quien participó en la reunión efectuada en París. Nos alegramos de verlo esta noche aquí. Hacía tiempo que no contábamos con su presencia. ¡Cuántos discursos del señor Cademártori podríamos traer a colación sobre el Fondo Monetario Internacional, sobre los convenios que firmaba Chile! Y, en estos instantes, en los términos de la renegociación de la deuda externa, está claramente explicitado que Chile tendrá, también, que entregar un informe trimestral a los miembros del Club de París... y entregarlo a través del Fondo Monetario Internacional.
En relación con estas bases de los acuerdos de renegociación de la deuda externa, nosotros planteamos, como democratacristianos, que si no hay una rectificación real de la política económica del Gobierno, sin duda que los efectos los sufrirá muy fuertemente la gran mayoría de los chilenos, como ya se está palpando en este instante. Acabamos de ver, hoy día, cómo el alza del dólar en el mercado de corredores lo ha llevado a una suma cercana a los 130 escudos, es decir, aproximadamente a diez veces el valor que tenía en 1970, lo que significa un alza del orden de un mil por ciento en menos de dos años. Las emisiones que, verdaderamente, se han realizado en este último tiempo, han traído, como resultado, todas estas consecuencias gravísimas para la economía nacional.
Para poder corregir, para poder adecuar la economía interna del país, tendremos que presenciar, dentro de poco, un aumento del precio del dólar para las importaciones de diferentes mercaderías o materias primas para, Chile. No espero que el señor Ministro, ni nadie, pueda decirme que así es; porque no podría ni siquiera solicitarles que me lo confirmen, porque tienen que rechazarlo; pero, seguramente, tal alza tendrá que llegar a suceder. Así vamos incrementando aún más la inflación de Chile, la que se agudiza con un problema de disminución de producción, que no es del caso analizar en esta ocasión, porque vamos a tener una sesión especial, por acuerdo de esta Sala, para tratar todo el problema económico. Eso fue acordado cuando estuvo aquí el señor Ministro de Hacienda. Ahí tendremos oportunidad de demostrar, como podría dar ahora un botón de muestra, lo que está sucediendo hoy día en la pequeña y mediana minería en Chile, que es productora de cobre y, por lo tanto, de divisas.
La producción de esta actividad ha disminuido en este último tiempo. Aquí están presentes parlamentarios de Gobierno y, concretamente, del Partido Comunista. Sé que están preocupados por lo que está sucediendo en la pequeña y mediana minería; sé de su inquietud por los problemas de la gran minería. Pero esta situación aún es posible corregirla, aunque se haya perdido mucho tiempo por decisiones sectarias que han hecho que Chile no pudiera aumentar su producción de cobre en cerca de 200 mil toneladas, necesarias para paliar los efectos, siquiera, de la disminución del precio del cobre en el mercado internacional. Ese aumento de producción nos habría significado, en este instante, un alivio del orden de los 200 millones de dólares más cada año, por concepto de nuestras exportaciones.
Terminamos esta parte de nuestra intervención, reiterando que, hoy más que nunca, se puede apreciar el error de una política económica sostenida, especialmente, en lo referente a comercio exterior. Y ocurre que la desvalorización del escudo en forma más o menos periódica, criticada durante mucho tiempo, pudo proporcionar directamente a Chile una base para aumentar realmente sus exportaciones, mejorar la Balanza de Pagos y entregar el Gobierno pasado, al término de su mandato, una reserva cercana a los 400 millones de dólares, los que hay que decir la verdad se han farreado durante los meses del actual Gobierno.
Si la política económica exterior no es corregida, cada día será más grave el problema de las divisas, y cada día más grave el problema de la producción interna, y cada día más grave el problema de la alimentación. Por eso, nuestros planteamientos los formulamos en tono elevado, para que estas rectificaciones se efectúen; porque nos interesa que nuestra Patria progrese, en lugar de irse deteriorando por esta política; y que, en estas condiciones, los chilenos pueden obtener con seguridad, y en forma especial la gran mayoría de ellos, un constante avance, y no tener una efímera redistribución que los favorece, para perderla después violentamente a los pocos meses, por una política económica equivocada, como está sucediendo en la actualidad.
Nada más.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Dentro del tiempo del Comité Demócrata Cristiano, ofrezco la palabra.
El señor HUEPE.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor HUEPE.-
No sé si el señor Ministro desea hacer uso de la palabra en este momento.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El señor Ministro, en la oportunidad que estime conveniente, puede solicitar la palabra y goza de preferencia constitucional para hacer uso de ella.
Puede continuar Su Señoría.
El señor HUEPE.-
Señor Presidente, después de largas semanas de vacilaciones, el Presidente Allende, el día lunes de la semana pasada, pronunció un discurso, en el cual hace un análisis global de la situación económica del país. Y en él se centra en tres aspectos fundamentales: primero, se refiere a los objetivos globales que, a su juicio, estarían cumplidos por parte del Gobierno; analiza las dificultades básicas que ha encontrado en su cometido; y enuncia algunas tareas para el futuro.
Desde un aspecto general, el Presidente Allende pronuncia su discurso como si viniera haciéndose cargo del Gobierno en el momento actual; para él no existen los veinte meses de su Administración para él, todos los problemas económicos actuales o son típicos del subdesarrollo, o son herencia del pasado, o son de responsabilidad de gobiernos anteriores, o son debidos a causas externas. Pero la responsabilidad fundamental, que el Gobierno soslaya, aunque sabe que no la puede eludir, es que la situación económica que está viviendo nuestro país se deriva, fundamentalmente, de las medidas económicas adoptadas por el propio Gobierno.
Dentro de los objetivos cumplidos por el Gobierno, indica dos centrales: el rápido crecimiento de la economía y la redistribución de ingresos, como dice textualmente, la generalización de este crecimiento a las grandes mayorías del pueblo. Plantea que la producción interna se expandió en 1971 en 8,5% y que en 1972 lo hará en un 6%.
Con estas mismas cifras que el Gobierno señala, yo creo que hay varias observaciones que podemos plantear. En primer lugar, la tasa de 8,5% ha sido cuestionada por informaciones económicas serias y responsables. Hace pocos días, salió a la luz pública un informe de Coyuntura, del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, en el cual se expresa, en primer lugar, usando las mismas estadísticas oficiales, que el crecimiento en el año anterior sería del orden del 7,3%, y suponiendo que se cumpla la tasa para 1972, del 6%, que el propio Gobierno plantea y que resulta altamente optimista, daría un promedio entre el año anterior y este del orden del 6,5%. En los dos primeros años del Gobierno anterior se obtuvieron tasas del 5% y del 7%, respectivamente; vale decir, un 6% de promedio para los dos años. Por lo tanto, incluso aceptando las cifras del Gobierno, que han sido cuestionadas, no se producirían diferencias sustanciales a este respecto entre ambos períodos.
Otro elemento que tenemos que analizar es el costo que el país ha pagado para poder obtener este crecimiento, logrado a través de comerse todas las reservas del país y de hipotecar su futuro. En efecto, este desarrollo económico, o este crecimiento que el Gobierno plantea como gran éxito, ¿qué significó para el país? Primero, un crecimiento del gasto fiscal del orden del 65%. Por primera vez en largos años, el Gobierno desahorra, generando un déficit en cuenta corriente del orden de los dos mil quinientos millones de escudos, situación que tiende a repetirse en 1972. Segundo, más que se duplica la cantidad de dinero: se aumentó en un 113,8%, lo que ha producido un desabastecimiento generalizado y una fuerte presión inflacionaria, que se está manifestando en estos días y que ha obligado al Gobierno a anunciar el proyecto de reajustes. Tercero, se han utilizado prácticamente todas nuestras reservas disponibles, que eran del orden de los 400 millones de dólares. El déficit en la balanza de pagos en 1971 fue del orden, ese solo año, de 320 millones de dólares. En cuarto lugar, se utilizaron intensivamente los equipos y maquinarias, logrando efectivamente usar la capacidad ociosa que existía en esos momentos, pero con dificultades crecientes para repararla y reponerla, como las está sufriendo hoy día todo el sector productivo chileno que, ante los problemas que se le presentan para renovar sus maquinarias y traer repuestos, debido al agotamiento de las divisas, prácticamente le resulta imposible mantener los niveles productivos que existían. En quinto lugar, una caída de la inversión geográfica bruta del orden del 11%, situación que también tiende a repetirse en 1972. En 1965 y 1966, se lograron tasas similares de crecimiento, pero con una caída en la inflación, sin desabastecimiento y con aumento de la inversión y mejoramiento de nuestra situación de comercio exterior. Esa sola comparación habla por sí sola.
Con respecto a la redistribución de ingresos, que se muestra como un logro importante, el aumento de la participación de los asalariados en el producto nacional llegó del 53,7% al 58,6%. Aun aceptando este indicador, me merece muchos reparos, cabe señalar que en el primer año del Gobierno anterior, dicha participación subió de 47% al 51% y, posteriormente, llegó al 53%, en 1970.
Pero lo importante es qué permanencia tiene realmente un proceso de redistribución de ingresos. ¡Cuán efímero ha resultado este proceso, cuando ya, en estos momentos, la redistribución de ingresos empieza a mostrar signos negativos! Porque si comparamos el aumento del índice de sueldos y salarios con el aumento del índice de precios, hasta abril de este año prácticamente existía realmente una tendencia positiva a dicha redistribución, en que los sueldos y salarios aumentaban en una tasa más alta. En el último trimestre, se ha producido una reversión del proceso de redistribución, y los precios han empezado a subir cada vez más y el proceso de redistribución de ingresos corre el riesgo de desaparecer con la inflación que se ha desatado.
Si se considera el índice oficial, la inflación entre diciembre de 1970 y junio de 1972, alcanza al 55,8%, lo que en sí el índice oficial, como hemos expresado en otras oportunidades, es bastante bajo, porque no refleja el efecto del desabastecimiento y del mercado negro, realidades que nadie desconoce en el día de hoy.
En el primer aspecto que plantea el Presidente Allende, sobre el éxito de los veinte meses de Gobierno, sale otra consecuencia clara. Usando incluso la vara de medida del Gobierno, puede concluirse que lo mostrado hasta ahora no puede ser calificado de éxito, fundamentalmente por el costo social y la crisis económica que ha generado.
El Gobierno plantea, en seguida, las dificultades básicas que ha tenido en este proceso y las tareas que enfrenta en su nueva etapa. Y entre las dificultades básicas menciona la escasez de divisas, responsabilizando de dicha escasez al promedio del precio del cobre, a la desvalorización internacional del dólar, al pago de la deuda externa, a pesar de la renegociación, a la disminución deliberada de líneas de crédito a corto plazo de Estados Unidos, a las dificultades puestas por organismos multinacionales para financiar proyectos y a las compras en el exterior en condiciones menos favorables, porque han exigido al país menos plazos, mayores cuotas al contado, etcétera. Nada dice lo que es la tónica general de su intervención de la responsabilidad directa que le cabe a la política económica del Gobierno en algunos de estos factores.
Es cierto que hay un factor internacional que pesa fuerte, como es el precio del cobre; pero también es cierto, y ha sido anunciado en reiteradas oportunidades, el incumplimiento de las metas programadas para la producción de cobre, una política de desincentivación permanente a las exportaciones, ya que en casi todos los rubros distintos del cobre las exportaciones han tenido una fuerte caída, debido fundamentalmente a una tasa artificial del dólar.
Por otra parte y realmente para uno es difícil entenderlo nos presenta la renegociación como un éxito alcanzado por el Gobierno de Chile y ahora, posteriormente, nos dice que dicha renegociación no alcanzó todos los términos favorables que eran necesarios. Además, no es primer año, y Chile históricamente ha pagado cifras mayores en los últimos años del Gobierno anterior, del orden de los 300 o 400 millones de dólares como amortización de la deuda externa. Sin embargo, este año se llega a esta crisis del comercio exterior, a pesar de los pagos muy inferiores en las amortizaciones de la deuda externa.
Posteriormente, entre las dificultades, plantea el agotamiento de la capacidad ociosa de producción, ciertos factores intrínsecos al subdesarrollo y las presiones inflacionistas, pero esquiva, también, la responsabilidad de la política del Gobierno.
La caída de la inversión, hecho reconocido por todos los ejecutivos del Gobierno que se han referido a materias económicas, precisamente es una de las razones importantes por las que, a pesar de la fuerte demanda, a pesar de la emisión indiscriminada, a pesar de la presión del mercado para el aumento de determinados productos, el sector productivo ha sido incapaz de responder.
Y en las presiones inflacionarias no se menciona la política irresponsable de la emisión. Yo recuerdo aquí está el Diputado Cademártori que a fines de 1970, cuando recién asumió el Gobierno de Allende, se presentó el proyecto Ley de Presupuestos para 1971 y se planteó el monto de la emisión que en ese Presupuesto el Ejecutivo contemplaba, desde estas bancas, en reiteradas oportunidades, se hizo ver el peligro que significaba una política indiscriminada de la emisión. Y el señor Cademártori, en esa época, hablaba de que esas eran teorías añejas, teorías monetaristas, que no tenían ningún sentido, que la emisión no iba a tener influencia en la inflación. Podríamos revisar las actas para ver lo que él decía en esa oportunidad. Han pasado ya dos años y vemos qué ha sido de esas teorías monetaristas o teorías añejas. Es cierto que no hay relación directa entre el porcentaje de aumento de la emisión y el porcentaje de aumento de precios; pero, también es innegable que cuando se aumenta la cantidad de dinero en forma indiscriminada, no hay país se demuestra históricamente que haya sido capaz de resistir un proceso inflacionario.
El señor CADEMARTORI.-
¿Me permite una interrupción?
El señor HUEPE.-
Si es con cargo a su tiempo...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El señor Cademártori puede hacer uso de una interrupción con cargo al tiempo del Comité Comunista.
El señor CADEMARTORI.-
En vista de la preocupación tan grande que tiene el DiputadoHuepe, como también el señor Cerda, por las cosas que yo he dicho antes, me veo en la necesidad de contestarles.
El señor PHILLIPS.-
¡Todos la tenemos! ¡Todos!
El señor CADEMARTORI.-
Recuerda bien el señor Diputado. Efectivamente, el debate se suscitó a fines de 1970, es decir, en diciembre de ese año, cuando recientemente se hacía cargo del Gobierno el Presidente Allende y se discutía el Presupuesto para el año 71. Es importante fijar la fecha y examinar lo que ocurrió en el transcurso del año 1971.
Un parlamentario de su Partido, de los que hablan mucho de economía, pero que saben poco, como el Senador Musalem, por ejemplo, que fue el que más escándalo armó...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
¡Tiene título igual que usted!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Diputado señor Phillips!
El señor CADEMARTORI.-
Eso realmente hay que discutirlo.
El señor Musalem, como dije, hizo unas predicciones para 1971, según las cuales ese año el índice de precios y la inflación serían muy grandes, serían muy fuertes y superarían...
Hablan vemos señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
...completamente los niveles que hasta ese momento existían.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Diputado señor Lavandero!
El señor CADEMARTORI.-
Calma, señor Diputado.
Recordemos, entonces, lo que pasó el año 1971.
En 1971 el índice de precios fue de 22%, medido de la misma manera como había sido medido en los años anteriores. En el año 1970, en cambio, fue de 34,9%. De manera tal que la inflación en vez de aumentar en el año 1971, disminuyó del 34% al 22%. Y esto se produjo, precisamente, a pesar de que hubo un aumento muy grande del volumen de dinero es efectivo que aumentó el dinero en la proporción que ha dicho el señor Diputado lo que demuestra, entonces, que teníamos razón nosotros y no, desde ningún punto de vista, el señor Musalem y los que anunciaban esos resultados, en base a una teoría que efectivamente es añeja; de que a equis porcentaje de aumento en dinero, en el período correspondiente, tiene que producirse, forzosamente, un aumento de precios de igual proporción. Esa teoría quedó deshecha, precisamente, por los hechos, quedó refutada por los hechos durante el año 1971.
Y hay que recordar...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Diputado señor Godoy! ¡Diputado señor Amunátegui!
El señor CADEMARTORI.-
... que, justamente, a mediados de año, en el mes de agosto, el diario El Mercurio publicó un editorial en donde reconocía, francamente, que todas sus predicciones habían fracasado. Y decía ¿qué es lo que ha pasado con la economía?, ¿cómo es posible? Ha aumentado el volumen de dinero, pero, en cambio, no han aumentado los precios en la proporción que nosotros anunciábamos. De manera que El Mercurio tuvo que reconocer que sus predicciones que eran las mismas del señor Musalem habían resultado un completo fracaso.
De manera que el año 1971, señor Diputado, fue un año en que, precisamente, pese al aumento del volumen de circulante, la inflación fue menor que en el año 1970, porque, precisamente, la capacidad instalada de la economía del país tenía menores márgenes de excedentes, cosa que los parlamentarios de la Democracia Cristiana negaban en aquella época, y podemos revisar las actas. De manera que los hechos, repito, nos dieron toda la razón en ese año.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el Diputado señor Huepe.
El señor HUEPE.-
Yo realmente admiro el desparpajo del señor Cademártori para insistir en tesis y planteamientos ante realidades tan evidentes para todo el país, como es el proceso de inflación que estamos viviendo, y pretende todavía defender lo que defendía hace dos años cuando anunciaba que llegaríamos a una inflación nula en este país, como no había existido nunca. Así lo anunciaron.
Por otra parte, el señor Cademártori sabe también que en economía existe lo que se llaman rezagos, que determinadas medidas económicas tienen efectos, no en el curso de los seis o diez meses restantes, sino que se van acumulando en el tiempo ciertos efectos y llega un momento en que explotan con características incontrolables. Eso es lo que planteábamos cuando decíamos que la política económica del Gobierno equivalía a una bomba de tiempo que tranquilamente ellos iban colocando en la economía y que ha estallado en este momento. Esto ha provocado dos o tres reuniones de la Unidad Popular para hacer autocrítica y autoanálisis, de las cuales, desgraciadamente, salen repitiendo e insistiendo en los errores,...
El señor CADEMARTORI.-
¿Me permite una interrupción?
El señor HUEPE.-
...como lo acaba de hacer aquí el señor Cademártori. Desgraciadamente, el tiempo que nos queda es muy escaso.
El Presidente Allende anuncia nuevas medidas hacia el futuro. Ha anunciado, por ejemplo, las tareas para una nueva etapa; habla de definir los derechos y deberes de los trabajadores, de los pequeños y medianos empresarios, de producir y de avanzar. Y fruto de esta 'definición, son los proyectos que han enviado, según ellos, a la Comisión de Economía de la Cámara y que, desgraciadamente, algunos de ellos definen muy poco. En lo relativo a la pequeña y mediana propiedad, por ejemplo, la garantía que allí se plantea, a pesar de los convenios suscritos públicamente por el Presidente Allende con la Asociación de pequeños y Medianos Industriales de Chile, donde les da una garantía de inexpropiabilidad bajo determinado monto de capital y determinado número de empleados, este tipo de garantías no se traducen en una legislación adecuada y la inestabilidad sigue para todo este sector. Y anuncian una serie de mecanismos especiales para gastar liquidez, o sea, tratan de matar el monstruo que engendraron y de recuperar algo de este dinero que emitieron. Lo dijo ya el Partido Comunista, hace algunos meses, y ahora anuncian algunas medidas concretas como, por ejemplo, un sistema de estanco de suntuarios, hacer más intenso el sistema de peaje, el establecimiento de un seguro obligatorio para autos, para bienes raíces, de vida y unos planes de veraneo popular que, según ellos, les va a permitir captar todo el excedente líquido que existiría en la economía.
El señor PHILLIPS.-
Todos van a salir de vacaciones.
El señor HUEPE.-
La verdad de las cosas que esto no es sino una confirmación más de que, aunque tardíamente, intentan una rectificación; pero por un lado la intentan con una mano y la borran con la otra, porque mientras hablan de esta especie de ahorro obligatorio, a través de un seguro obligatorio de vida o para autos y de incremento del ahorro, el proceso de emisión sigue prácticamente igual.
El gasto público, a pesar de los intentos de reducción, está muy lejos de racionalizarse. Se ha publicado en los diarios de Chile lo que no ha sido desmentido por la Unidad Popular un balance según el cual el déficit de caja de las empresas estatizadas alcanza a la suma de 23 mil millones de escudos, cifra prácticamente equivalente al 5% del Presupuesto Nacional.
Con esa realidad, creemos que todas estas medidas son de parche. Es como pretender tapar un colador cubriendo primero un hoyo, pero se sale por otro. Prácticamente, esta es la situación económica del país en este momento.
Reiteramos, como lo recordaba el Diputado Cerda, que existe el compromiso de celebrar una sesión especial para hacer un análisis económico global, donde el Gobierno pueda plantear todas sus predicciones para el próximo año, todo su programa para el año venidero, porque creemos que de no haber una rectificación profunda y no medidas de parche, de no entender que la economía, les guste o no, tiene ciertas leyes que hacen necesario abrirse a la realidad y no pretender empecinarse en errores, tratando de mostrar una situación boyante, en circunstancias que la situación en todos los sectores de nuestro país está deteriorada cada vez más en el aspecto económico.
Nada más, señor Presidente.
El señor PENNA.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría, advirtiéndole que le resta un minuto y medio a su Comité.
El señor PENNA.-
Señor Presidente, voy a contestar al señor Cademártori acerca de los resultados de la gestión económica, en cuanto a si el aumento de más del 100% del circulante produjo inflación o no.
La verdad es que la economía tiene que reventar por algún lado y generalmente lo hace por la parte más débil. Había 400 millones de dólares de reserva. Importaron alimentos que se vendieron baratos en Chile. El año pasado mantuvieron la inflación baja, pero artificialmente. Por eso nosotros decimos que el año pasado obligaron a los chilenos a pegarse la gran farra y hoy día no les queda un dólar para importar alimentos, para venderlos baratos, a 15,80 o a E° 12. Importan trigo a seis y medio centavos de dólar, cuyo costo real es de Eº 5 el kilo y que se paga a Eº 1,50 a los campesinos chilenos en vez de darles Eº 5 por kilo y ahorrar divisas. Este gasto de divisas les permitió mantener, el año pasado, bajo el índice de alza del costo de la vida.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite señor Diputado?
El señor PENNA.-
Pero esa farra ya se acabó y los chilenos hoy día deben afrontar la cruda realidad de tener que importar 400 millones de dólares en alimentos, sin tenerlos.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El turno siguiente corresponde al Comité Nacional.
El señor PHILLIPS.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, me extraña, que recién terminadas las conversaciones en el Club de París, el Gobierno no haya dado una información al país, citando al Senado y a la Cámara de Diputados para informar en detalle lo ocurrido en esta renegociación en el Club de París.
Hoy día, lo normal habría sido que el señor Ministro hiciera primero una exposición de la forma en que se llevó a cabo esta renegociación y, después, los distintos sectores podríamos haber hecho consultas para aclarar ciertos aspectos; pero no se ha seguido este procedimiento habitual. Entiendo que el señor Ministro ha preferido que los diversos Diputados hicieran sus observaciones para después replicar. Pero los textos de los convenios firmados no van a cambiar ni van a variar lo ocurrido en el Club de París. No creo que sea la oportunidad para venir a hacernos recriminaciones de lo que antes se adoró y lo que hoy se quema. Porque podríamos sacar infinitos discursos en cuanto a endeudamiento del país, cuando se firmaban por Gobiernos anteriores cartas de intención con el Fondo Monetario Internacional y lo que ocurre hoy. Se han hecho grandes objeciones también porque Chile se somete a la jurisdicción de Tribunales extranjeros, pero nosotros estamos conscientes de que esta es una norma habitual en esta clase de tratados de renegociación. Asimismo, todos los días, y lo han hecho durante veinte y tantos años, en los diarios de extrema izquierda se ha vapuleado y hecho gran escándalo por determinadas alzas, porque se decía que con ellas esos gobiernos favorecían a los empresarios. Hoy día, en el Gobierno, pueden ver que las cosas son distintas cuando se es gobierno que cuando se es oposición.
Creo que este no es un problema de las personas que están en el Gobierno, no es un problema de la Unidad Popular; es un problema que afecta a todos los chilenos. El problema de la balanza de pagos va a determinar el futuro de las inversiones en Chile, va a determinar el número de dólares disponibles, la cantidad de alimentos que se puede traer, por el déficit que tiene el país debido a la aplicación de determinadas políticas erróneas del Gobierno en el sector agrario y en el campo industrial, por la forma como han sido tomadas las empresas, lo que, indiscutiblemente, va a repercutir en la vida ciudadana de todos los chilenos.
En consecuencia, quien quiera llevar la discusión al terreno polémico partidista, con bastante demagogia, podría traer a colación todo lo ocurrido anteriormente. Pero creo que el problema es de tal gravedad que es conveniente abocarse a él con seriedad, para ver qué va a ocurrir en el país y qué medidas va a tomar el Gobierno a fin de poder salir adelante frente a esta emergencia que se ha planteado.
Las negociaciones del Club de París, que se llevaron a efecto un año después de la ascensión al Gobierno del señor Allende, fueron planteadas por el Diputado que habla y por otros señores Diputados, en la Comisión de Hacienda cuando recientemente asumió este Gobierno, previendo lo que se avecinaba, porque, si bien es cierto había una cantidad de dólares en el Banco Central, para ser objetivamente claro y honrado, había compromisos por valores superiores a las sumas indicadas. En verdad, yo no sé si debido a la negociación del cobre, fue que el Gobierno no reconoció antes la necesidad de proceder a la renegociación de la deuda externa. Podría ser una explicación, que yo acepto; pero la verdad de las cosas es que se llegó al Club de París con documentos vencidos, cuando se debió haber llegado antes que ellos vencieran. Es distinto llegar a una institución de crédito con documentos vencidos, que llegar cuando están por vencer.
Dentro de estas negociaciones, hubo reuniones del 2 al 4 de febrero, del 16 al 17 de febrero, el 20 y el 30 de marzo, y en abril, el 17, 18 y 19, y el 20 se firmó el acuerdo.
¿Qué es lo que se puso en las exigencias del Club de París?:
1º.- Se pidió aclarar la política de nacionalización e indemnizaciones; la no discriminación por parte del Gobierno de Chile en el reconocimiento de las deudas;
2º.- El compromiso de Chile de formular una política económica y financiera tanto en el campo externo como interno, como alternativa si se hubiere hecho con el Fondo Stand-By, lo que el Gobierno siempre se negó a firmar.
3º.- Condiciones de la consolidación misma. Chile, como dijo el señor Cerda, aceptó después de una llamada telefónica al Gobierno, la validez y necesidad de discusión bilateral en lo relativo al pago de indemnizaciones por las empresas nacionalizadas, incluyendo las minas del cobre.
El señor RAMIREZ (don Gustavo).-
¿Cómo es eso?
El señor PHILLIPS.-
En seguida, el punto dos se refiere a la política externa e interna. El Club de París no presionó mayormente, pero Chile hizo una declaración suplementaria a la ya propuesta el 29 de mayo de 1972 y a la cual me referiré más adelante.
A continuación, se renegociaron las deudas que vencían entre el 1º de noviembre de 1971 y el 31 de diciembre de 1972.
Chile pidió el refinanciamiento del 85% del capital e intereses de las deudas que vencían entre las fechas mencionadas. El Club de París ofreció el 70% del capital, pero exigió el pago total de los intereses. A mi modo de ver, las negociaciones llevadas por el señor Ministro de Relaciones Exteriores fueron atinadas y a través de ellas se demostró que Chile no podría cumplir este tipo de compromisos llegándose el acuerdo de renegociar el 70% del capital e intereses, a ocho años plazo, con dos años de gracia.
¿Cuáles fueron los memorandos de acuerdo?
Chile debe pagar el total con intereses, y después le devuelven el 70% de las sumas pagadas. Cada país al que se le debe tiene el derecho de aplicar el pago hecho por Chile, ya sea capital o a intereses.
Aquí observo una mala política. Sabemos que el capital eran dos tercios y los intereses un tercio y que los pagos pueden aplicarse indiscriminadamente. Los intereses no van a devengar nuevos intereses, pero el capital sí, aunque el señor Cademártori diga que no, esto aparece en el documento que tengo en mis manos. Por eso, consideraba que el señor Ministro debió hacer una exposición, para confrontar los antecedentes que tienen ustedes y los que poseemos nosotros. Eso está claro. Ahora, de ser así, es una mala política, un mal negocio, como otro que hizo el Banco Central antes, cuando convirtió moneda dura de otros países a dólares, y se devaluó el dólar al día siguiente, perdiéndose dos millones y medio de dólares. Estas cosas nunca se han aclarado. Pero estamos hablando de esta materia en el terreno internacional, estamos hablando únicamente de problemas económicos, por lo cual debemos dejar la política a un lado y desterrarla por unos momentos.
En seguida, se establece que el monto de los intereses será determinado por cada país con Chile, en acuerdos o convenios bilaterales. El pago se hará en 13 cuotas semestrales, a partir de enero de 1975.
El Gobierno de Chile se compromete a dar a todos los países participantes un tratamiento no menos favorable que el que acuerde con cada uno de ellos. Esta cláusula no se aplicará a los países a los cuales se les adeude menos de un millón de dólares. Eso está claro.
Lo interesante es el párrafo 4º: El Gobierno de Chile declara que, en conformidad con su política, es una decisión de él:
a) Reconocer la validez de todas las deudas que hayan sido contratadas o garantizadas por el Gobierno de Chile, por entidades públicas, por empresas mixtas y privadas con la garantía del Estado; contratadas éstas con empresas privadas, entidades públicas o agencias del Gobierno de los países participantes, cualquiera que sea la naturaleza de estas deudas o el sector de actividad a que ellas se refieran.
b) Pagar las deudas descritas en la letra anterior como ha sido convenido por las partes, tomando en cuenta la Balanza de Pagos de Chile.
c) En el caso de nacionalización, pagar una justa compensación de acuerdo con la legislación chilena y las leyes internacionales, reflejadas en los principios de la Resolución 1.803 de las Naciones Unidas.
Párrafo 5º: Los países acreedores llaman la atención al Gobierno de Chile, a la importancia que le atribuyen a esta declaración, desde que ella se aplica a cualquiera nacionalización ya hecha o futura.
Párrafo 6º: Obliga al Gobierno de Chile a dar informaciones trimestrales a través del Fondo Monetario a los países pactantes sobre el mejoramiento de su Balanza de Pagos y el cumplimiento de la política económica interna y externa, que ellos se han comprometido a seguir según la declaración que forma parte del Convenio.
Párrafo 7°: El Gobierno de Chile desea que la misma negociación que se ha aprobado en esta fecha, se aplique a las deudas que vencen en 1973.
Los delegados dicen aceptar, proponer - a sus países que esta petición sea examinada en diciembre de 1972, tomando en cuenta la situación de Chile en ese momento y agregan que también será examinado el cumplimiento de todos los compromisos contenidos en este acuerdo.
Párrafo 8º: Los países pactantes y Chile están de acuerdo en que esta solución alternativa a un acuerdo stand-by no significa ni constituye precedente para futura negociación.
Señor Presidente, frente a esto existe la declaración suplementaria de la delegación chilena, de fecha 13 de abril de 1972.
¿Cuántos minutos me restan, señor Presidente?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Diez minutos, señor Diputado.
El señor PHILLIPS.-
La Delegación Chilena, a requerimiento de los miembros del Club de París, y en relación a la información proporcionada en reuniones anteriores hace la siguiente declaración suplementaria:
De acuerdo a la política económica planeada para 1972, es el propósito del Gobierno de Chile, como se reconoce en el informe del F. M. I. reducir el ritmo de expansión de las variantes económicas internas, teniendo presente que los diferentes constituyentes de estas variantes deben ser consistentes con los niveles propuestos para las variantes de financiamiento externo.
En 1971 el balance fiscal mostró un déficit equivalente a 83 % del total de gasto de capital corriente. En 1972 el plan prevé un déficit equivalente al 24% del total de este gasto. El Gobierno ha adoptado una serie de medidas destinadas a mantener el resultado final del presupuesto para 1972 dentro de este límite de déficit previsto. Hacia este objetivo se están haciendo importantes esfuerzos para reducir la evasión tributaria; se tramitan proyectos de ley para asegurar mayores entradas tributarias y no emisiones, señor Cademártori, y se están tomando medidas para racionalizar el sistema impositivo. Con este mismo fin se están desarrollando periódicas revisiones de los gastos públicos.
Referente a política monetaria, el Gobierno se propone reducir significativamente el ritmo de expansión del crédito interno alcanzado en 1971 que fue de 114%. Consecuentemente, las autoridades monetarias han tomado las medidas necesarias para regular todas las operaciones crediticias de los entes públicos y compañías privadas.
Dado que en 1971 se realizó un progreso importante hacia el objetivo de alcanzar un ingreso más equitativo en la distribución del ingreso nacional, para 1972 las autoridades esperan que el ritmo promedio de aumento de los salarios reales sea menor. El ritmo promedio de reajuste de los salarios en dinero para 1972, tanto en el sector público como en el privado, es menor que el observado en los años previos, que fue mayor del 50%.
En cuanto a precios, la política del Gobierno es de reajustes a diversos ritmos, lo que puede resultar en un ritmo anual de inflación mayor que el de 1971, que fue de 22.1%. En la práctica, los precios se están reajustando selectivamente, tendiendo por un lado, a permitir a los servicios y entes públicos mejorar su posición financiera y, por otro lado, a mantener, por lo menos, los logros obtenidos en 1971 en la distribución de la venta.
En cuanto a las políticas de cambio internacional (mercado cambiario), el Gobierno reafirma su intención de mantenerlas bajo revisión permanente y hacer cualquiera modificación necesaria para conservar las reservas de monedas extranjeras a un nivel adecuado, el que ha sido ya indicado. Como parte de esto, ellos tienen la intención de aplicar una política de paridades de cambio flexibles, es decir, reajustar las paridades de acuerdo a las circunstancias.
El Gobierno de Chile, de acuerdo a su política tendiente a dar información de las organizaciones internacionales, proporcionará trimestralmente estadísticas sobre las variantes mencionadas anteriormente al Secretario del Club, a través del F.M.I..
Señor Presidente, respecto de la renegociación con los bancos norteamericanos, existe un memorando hecho por el Banco Central, y yo pediría a la Mesa que recabara el asentimiento para insertarlo en la versión de la presente sesión.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para insertar en la versión ese documento?
El señor CADEMARTORI.-
No hay acuerdo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo, señor Diputado.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, a mí me extraña que un parlamentario con los años que tiene el señor Cademártori se oponga a esta petición. Es lo mismo que si yo dudara de la autenticidad de su nombre que figura en la renegociación del Club de París. Creo que es una ofensa al Congreso. Su actitud es poco seria, salvo que no quiera que se conozca el documento. Eso no es serio, sobre todo dada la forma en que estoy planteando el problema.
El señor AMUNATEGUI.-
Falta de seriedad.
El señor PHILLIPS.-
Es una falta de seriedad absoluta.
Bien, ¿por qué no quiere que el país conozca ese documento, para que pueda opinar?
El señor CADEMARTORI.-
.Léalo
El señor PHILLIPS.-
Usted sabe que no tengo tiempo. Es un documento de tres hojas; Su Señoría lo sabe, lo conoce perfectamente.
Es conveniente dejar en claro, porque en su discurso el Presidente ha dicho que existe presión del imperialismo, que este documento viene a demostrar lo contrario. Los bancos norteamericanos han dado facilidades para pagar, han ampliado los plazos y han bajado las cuotas de interés.
Es conveniente que nos entendamos alguna vez; pero no tendamos a esconder la gallina, como está pasando con el señor Cademártori.
En seguida, a las empresas estatizadas se les ha dado un tipo de dólar para devolver los aportes de capital al extranjero. Con el cambio de hoy día, el dólar que se da al sector privado que tiene deuda con aportes de capital corresponde a la mitad de su valor real. Esta es una nueva manera de favorecer a las empresas estatizadas; no representa el valor real de lo que está costando su producción. No quiere que esto se conozca.
A mí me gustaría saber en qué están los acuerdos bilaterales con cada uno de los países, cuál es el monto de la renegociación con cada país y con quiénes se ha firmado; y si está incluido en la renegociación con Estados Unidos el 51% de las compañías del cobre.
Estas cosas el país debe conocerlas.
El convenio con el Club de París está firmado por representantes chilenos, entre los cuales figura un colega mío, cuya firma no voy a negar. En esto, el señor Cademártori parece que hoy día fue más allá. Yo no voy a dejar de reconocer la firma no voy a negar. En esto, el señor en otro partido y en otras bancas.
El señor CADEMARTORI.-
Creo que no.
El señor PHILLIPS.-
¿Cómo qué no? Usted estuvo en París en todas las reuniones...
El señor CADEMARTORI.-
Pero yo no firmé eso.
El señor PHILLIPS.-
En todas las Comisiones oficiales sale un señor Cademártori. Supongo que será usted.
Es conveniente que el país conozca esta renegociación. Este problema no es sólo de los que fueron a París o están en determinado partido de Gobierno; es un problema muchísimo más profundo y tiene repercusión nacional.
Los antecedentes que he dado a conocer fueron extraídos del Convenio firmado por la delegación de Chile; en ningún momento han sido dados a la opinión pública por las autoridades responsables. Han salido en los diarios en forma parcial, no tota), lo cual ha hecho llamar a escándalo y a rebato.
Lo mismo ocurrió en el caso de la deuda externa, al hacer aparecer a Chile con una deuda que no tenía. De esta manera, a lo mejor, se incitó a ciertos países a no otorgarle crédito. Se dijo que teníamos 4 mil millones de dólares de deuda y sólo tenemos 2 mil 500 millones de dólares, según el informe de coyuntura hecho por la Universidad de Chile, por la Escuela de Economía, a la cual no podrá negarle paternidad el señor Cademártori, porque entiendo que hace muchos años fue profesor en ella.
El señor ACEVEDO.-
Sobre todo, que usted tiene un hijo que es muy capaz.
El señor PHILLIPS.-
Sí, pero lo van a echar.
Deuda total, 2.499 millones; aporte de capital, 111 millones; intereses a devengar, 955 millones.
De ahí viene todo el embrollo de cifras, que ayer reconoció el propio señor Colodro.
Al Gobierno actual, como he manifestado, en virtud de antecedentes parciales, se le ha imputado una deuda de 4 mil millones de dólares. Yo creo que deben considerarse a medida que usen; antes, es imposible sumarlos. Antiguamente, se quiso aplicar esa teoría. Por eso, llegaron con un globo de deuda de 4 mil millones de dólares, cosa que no era efectiva.
Los antecedentes llevados por la Comisión al Club de París son los mismos que estoy señalando, aunque el DiputadoCademártori diga que no. El informe de la Universidad de Chile señala que ese documento fue el que presentó la delegación de Chile, a no ser que Su Señoría se haya fondeado en París. Esa es la duda que tengo; no quiero pensarlo. Claro, usted no oye ahora; yo.lo entiendo. Voy a arreglar la versión para que no lo molesten. A no ser que Su Señoría no estuviera en París, éstos son los antecedentes entregados por la Comisión. Así es.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Diputado?
Ha terminado el tiempo del Comité Nacional.
El señor PHILLIPS.-
Bien, en unos minutos más podré decir otras cosas.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Comunista.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro, quien goza de preferencia constitucional.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Señor Presidente, Honorable Cámara, me voy a permitir hacer una exposición, en lo posible sumaria, sobre los aspectos más relevantes de la renegociación de la deuda externa chilena en el Club de París.
Primero, brevemente, aludiré al desarrollo mismo de esta renegociación; enseguida me referiré a un punto que ha sido bastante controvertido en esta sesión, cual es el monto de la deuda; en tercer lugar, informaré sobre el resultado obtenido en esta renegociación; en cuarto lugar, haré una alusión a dos aspectos que se han tocado aquí, referentes al procedimiento alternativo, al stand-by, que se efectuó en París y a la situación de las deudas provenientes de la nacionalización del cobre; después explicaré el estado actual de las negociaciones bilaterales con los países comprometidos en el Club de París; y, por último, aclararé algunos aspectos que se han tocado aquí, relativos a la renegociación con los bancos privados norteamericanos.
Los resultados obtenidos en la renegociación de la deuda externa chilena, alcanzados en el Club de París en el mes de abril, fueron la culminación de un proceso que se inició el 9 de noviembre del año pasado. En esa oportunidad, el Presidente de la República formuló una declaración pública en la que señaló que Chile se encontraba en la necesidad de suspender el pago de su deuda externa; pero que era decisión de su Gobierno reconocer y pagar todas las deudas contraídas por administraciones anteriores.
Dada la estructura del servicio de las deudas contraídas, la balanza de pagos se vería severamente afectada, porque era necesario destinar porcentajes muy elevados de sus ingresos a dicho servicio, porque el cobre en el mercado internacional había experimentado una baja considerable. En consecuencia, la decisión de renegociar la deuda externa fue adoptada como una manera o forma de garantizar el normal funcionamiento de la economía del país, y, al mismo tiempo, para asegurar a los acreedores el pago oportuno de sus créditos, dentro de un esquema de servicio más ajustado a las condiciones presentadas y eventualmente probables de la balanza de pagos de Chile.
Previo a la iniciación de la renegociación de su deuda, Chile preparó un informe completo y detallado de la estructura y monto de dicha deuda, por países, que entregó a todos sus acreedores durante la primera semana del mes de enero del presente año. Además, y simultáneamente, requirió, como costumbre en estos casos, del Fondo Monetario Internacional el envío de una misión a fin de que elaborara un documento sobre la situación de la balanza de pagos de Chile y sus perspectivas, así como de las principales características del desarrollo de su economía durante el año 1971 y sus lineamientos para el año 1972. Se solicitó este informe del Fondo Monetario Internacional porque éste es como la secretaría técnica, como el organismo asesor del Club de París. Los países que integran el Club recurren al Fondo Monetario Internacional para conocer su opinión sobre la situación del país que está solicitando la renegociación de sus deudas. Ese informe fue presentado al Club de París y constituyó un antecedente valioso en la discusión ahí sostenida, por los conceptos que contiene acerca de la situación económica de Chile.
Durante los días 3 y 4 de febrero se inició la primera rueda de las conversaciones entre Chile y los catorce países acreedores. En esta reunión me correspondió, como Ministro de Relaciones Exteriores, hacer una extensa exposición acerca de la política económica chilena, que es un trámite de rigor en estos casos y que sirve de telón de fondo para las posteriores discusiones entre el país deudor y sus acreedores.
En esa intervención, como digo, se explicó la situación general económica del país, el programa económico-financiero del Gobierno, los logros alcanzados durante el año 1971 y los objetivos fundamentales de su política para 1972. Se destacaron los propósitos del Gobierno de la Nación, de proseguir, en forma vigorosa, el desarrollo económico-social, el fortalecimiento de la capacidad de pago de su deuda externa y su decisión inquebrantable de adoptar una política que fuera paulatinamente resolviendo el problema de nuestro endeudamiento externo.
Una segunda reunión en el Club de París se llevó a efecto reunión de carácter eminentemente técnico a mediados de febrero, para analizar los diversos antecedentes presentados por el Gobierno de Chile y por el Fondo Monetario Internacional que, felizmente, resultaron coincidentes y consistentes entre sí, lo que naturalmente significó, como señalaba denantes, una valiosa ayuda para obtener los propósitos que queríamos conseguir en esa renegociación.
Finalmente, en la tercera rueda de sesiones, se llegó a un acuerdo respecto de la renegociación de la deuda externa de Chile, tercera rueda que se efectuó en dos series sucesivas de días: una a fines de marzo y otra a comienzos de abril, como acaba de recordar el Honorable Diputado señor Phillips.
Los debates, en este sistema multilateral que es el Club de París, estuvieron presididos, como el Gobierno reconoció en su oportunidad, de un auténtico espíritu de amplitud y elevación, constituyéndose en una auténtica mesa de negociación entre Chile, por una parte, y los países acreedores, por la otra, que plantearon sus respectivas posturas dentro de un marco técnico y con el más absoluto respeto mutuo.
Quiero ahora, antes de referirme a los resultados de la renegociación, aludir al problema del monto efectivo de la deuda del país, mencionado por los honorables Diputados que han hecho uso de la palabra.
La verdad es que se han dado, hasta ahora, en términos generales, tres cifras sobre el monto total de la deuda externa de nuestro país.
La primera cifra corresponde a un cálculo efectuado por la anterior Administración, cálculo que señalaba como deuda para fines del año 1970 la cantidad de 2.034 millones de dólares. Pero en este guarismo no se incluían los siguientes conceptos: los créditos contratados y no utilizados, tampoco los intereses, tampoco las deudas a las empresas del cobre, provenientes del proceso llamado de chilenización; tampoco los aportes de capital que debían devolverse en virtud de los artículos 14 y 15 de una ley equis. Por último, también se excluían las líneas de crédito de los bancos.
Evidentemente, esta apreciación de la deuda no era ajustada a la realidad, porque si bien desde cierto punto de vista pudiera considerarse aceptable excluir del monto de la deuda de un país aquellos créditos no utilizados, reitero que nada más que desde cierto punto de vista, no me parece afortunado excluir también de la misma los intereses, las deudas a empresas como las del cobre, que en este caso comprometen el patrimonio nacional; los aportes de capital, que prácticamente había que devolver en condiciones muy apremiantes para la balanza de pagos de Chile, y las líneas de crédito de los bancos de carácter comercial.
Ahora,...
El señor CERDA (don Eduardo).-
Solicito una interrupción.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Con todo gusto, señor Diputado.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Cerda.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Señor Presidente, indiqué denantes en mi intervención una cifra de 2.368 millones de dólares, en la cual, sin duda, están los 2.034 millones de dólares que menciona el señor Ministro, a los cuales agregué el endeudamiento de los bancos nacionales en el exterior, es decir, las líneas de crédito, lo que me parece lógico, las operaciones pendientes de cobertura y los aportes de capital. Esta cifra es muy similar a la que la CORFO indicó en sus publicaciones oficiales, que era de 2.275 millones de dólares, y ambas incluyen la totalidad de las deudas de la gran minería del cobre.
Los antecedentes que di denantes se relacionaban con la interpretación que daba el Gerente de Comercio Exterior del Banco Central, señor Marcos Colodro, a las deudas contratadas, aunque fueran líneas de crédito. Porque él planteó en la Comisión que las líneas de crédito que tenía Chile en el exterior, que llegaban más o menos a 290 millones de dólares, no se podían considerar como endeudamiento, por cuanto con muchos de los países que se estaban contratando esas líneas de crédito no existían, en ese instante, los conductos normales de comercio que permitieran aprovechar la totalidad de ellas. Por lo tanto, al mencionar denantes el señor Ministro a este funcionario, me parece que, más que a nadie, a él debe merecerle fe un economista como el señor Colodro, cuyo planteamiento, basado en la explicación que nos dio, nos parece también correcto.
La cifra que di, repito, incluía también la deuda de la gran minería del cobre. No incluye, y ahí es donde está la discusión, las deudas contratadas con otros países, no a corto plazo, no en líneas de crédito, ni tampoco los intereses de lo adeudado, porque esa era la norma que siempre se aplicó al considerar la deuda externa, en la discusión de la Ley de Presupuestos.
Agradezco al señor Ministro la interrupción.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Creo que queda claro que en el guarismo al cual se refiere el Honorable señor Cerda, quedan excluidos los intereses correspondientes a las deudas a largo y mediano plazo.
La verdad es que para los efectos de renegociar una deuda en base al compromiso que significa servirla, naturalmente me parece lícito incluir el monto de los intereses, porque éstos se pagan, hay tanta obligación de pagarlos como el crédito principal.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Lo que se adeuda a la fecha.
El señor PENNA.-
Una pregunta, para aclarar.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, el señor Penna le solicita una interrupción. ¿Se la concede?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Sí.
El señor PENNA.-
¿El señor Ministro se refiere a los intereses que devengará en el futuro la deuda? ¿A los intereses que habría que pagar por una deuda contratada a 20 años? ¿Está acumulando los intereses que hay que pagar en veinte años como deuda actual?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
A todos los intereses, algunos próximos...
El señor PENNA.-
No se trata, entonces, de los intereses que se están debiendo en este momento, sino de los que se deberán en el futuro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
No sólo eso.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, el señor Phillips le pide una interrupción.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Yo desearía que los alcances a mi intervención se formularan al terminarla, porque, si no, corremos el riesgo de no tener una visión conjunta del problema, que es lo que más interesa a los señores Diputados.
El señor PHILLIPS.-
¿Me permite una aclaración final?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).
¿Concede la interrupción, señor Ministro?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Como aclaración final, con todo gusto.
El señor PHILLIPS.-
Muchas gracias, señor Ministro.
El problema planteado no incluye los 223 millones de la deuda en dólares contraída por el actual Gobierno en 1971.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
No.
El señor PHILLIPS.-
Ahora, yo le hago esta observación, señor Ministro: hallo que es mal negocio como lo plantea el Gobierno. Lo he dicho siempre. ¿Por qué? Porque usted está sosteniendo lo que sostuvo el MinistroZorrilla, y, después, personeros, economistas del Banco Central sostuvieron lo contrario.
¿Cuál es el propósito de Chile de aparecer con una deuda en dólares sumamente abultada? No le veo ninguna conveniencia. En seguida, agregar a la deuda los intereses que se van a pagar en el futuro significa cargarle 900 y tantos millones de dólares, de acuerdo con el cuadro que presentó Chile, 955 millones de dólares para ser exacto.
Ahora, señor Ministro, si usted renegocia y la misma política que tuvo éxito en París en 1972 quiere aplicarla en 1973, y así sucesivamente, resulta que este Gobierno, al prorrogar las deudas sin contraer nuevas con estos mismos países, está aumentando en una forma descomunal los intereses por pagar, que serán de cargo del Gobierno del señor Allende, sin haber hecho uso de ningún dólar. Entonces, yo hallo que la cuenta está mal sacada en ese punto. Esa es mi opinión, porque creo que los intereses van a ser cargados a medida que se vaya pagando.
Si el Gobierno del señor Allende está prorrogando el pago de deudas, de cuyos dólares no hizo uso, no se le pueden cargar los intereses de esas deudas porque, de lo contrario, al término del sexenio, de su Administración, aparecerá con una deuda en dólares inmensamente mayor que la de cualquier gobierno anterior, dado este nuevo procedimiento revolucionario que quieren aplicar.
Lo digo por el Gobierno; no por mí, señor Ministro.
Muchas gracias.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar, señor Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Respecto de la observación formulada por el señor Phillips, debo hacerle presente que en una renegociación, en la cual hay que usar determinada táctica, por decirlo así, como en cualquier negociación, es evidente que el país deudor tiene que presentar un cuadro que, en realidad, traduzca el total de los compromisos, presentes y futuros, determinados, de ese país, para dar una idea de la magnitud de su endeudamiento y, en consecuencia, de la necesidad de renegociar la deuda.
Por lo demás, en el caso concreto de los intereses, me parece obvio que era necesario incluirlos para estos efectos, porque, precisamente, esos intereses había que pagarlos en parte, al menos, durante el período para el cual se solicitaba en un comienzo la renegociación de los servicios.
Bien, hechas las agregaciones a las que aludí denantes, la deuda externa se eleva a la cantidad de 8.800 y tantos millones de dólares al 31 de diciembre del año 1970, que fue, más o menos, la cifra que incluí en la exposición que hice en el Club de París. Ahora, con posterioridad a esa fecha, de los resultados del trabajo de cotejo que ha habido que hacer especialmente con cada uno de los países acerca de las deudas existentes con ellos, el monto de los compromisos externos de Chile ha aumentado en 400 millones de dólares más, de manera que la cifra actual, en este momento, practicado ya un cotejo no definitivo, pero casi definitivo, con las deudas con cada uno de los acreedores, alcanza a una cifra de 4.226 millones de dólares, incluyendo en ella todos los conceptos anteriormente aludidos.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Menos los intereses de la renegociación.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Menos los de la renegociación.
Ahora, precisada, más o menos, la razón por la cual han aparecido ante el público diferentes evaluaciones de la deuda, debo señalar que ellas son bastante explicables, a mi juicio, y tienen su origen en un criterio convencional que puede haber para adoptar uno u otro criterio. No hay en ninguna patre establecida una denominación del concepto de deuda externa lo suficientemente precisa como para que pueda decirse que tal rubro debe quedar excluido o no; es algo convencional que depende, en buenas cuentas, del criterio que tiene quien está exponiendo o aludiendo a esa deuda. De manera que creo que ya se está en condiciones de poder precisar, con cierta nitidez, cuáles han sido las razones que han motivado que los diferentes sectores, Ministros o técnicos, aludan a diferentes magnitudes de la deuda.
Precisado este concepto, me voy a referir a las conclusiones a las cuales se arribó en esta negociación de París. Los términos específicos en que Chile renegoció finalmente su deuda pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
1º) Chile obtiene una refinación del 70% de los pagos, tanto de capital como de intereses, correspondientes a los servicios de la deuda comprendidos entre el 1º de noviembre de 1971 y el 31 de diciembre de 1972. O sea, se renegocian los servicios, por un período de 14 meses, por concepto de créditos de proveedores garantizados por organismos aseguradores oficiales y créditos de gobiernos o agencias gubernamentales. De manera que quedan excluidos en esta negociación los créditos de proveedores no garantizados por organismos gubernamentales y créditos de agencias internacionales de crédito. Se excluyen de la renegociación aludida, también, los créditos a plazos superiores a 40 años, con una tasa de interés muy reducida, como asimismo los préstamos acordados a Chile cuyo capital e interés fueran a la fecha inferiores a un millón de dólares.
2º.- El monto de esta refinanciación, o sea el monto del servicio renegociado, será cancelado en 13 cuotas semestrales a partir del 1º de enero de 1975 y cuyo último vencimiento será el 1º de enero de 1981. Es decir, Chile obtuvo un plazo de gracia para iniciar el pago de la primera cuota de los créditos de la refinanciación otorgada por los países acreedores, que se extiende desde el 1º de noviembre de 1971 hasta el 1º de enero de 1975, fecha en la cual, reitero, comenzaría a pagarse el servicio de la deuda por el monto que se renegocia.
El señor CERDA (don Eduardo).-
El 70%.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Exacto.
3º.- La tasa de interés que deberá pagarse por los créditos de la refinanciación será determinada entre Chile y cada uno de los países acreedores e incorporada en los acuerdos bilaterales que se adoptan dentro del marco de las condiciones generales fijadas por los acuerdos del Club de París.
4º.- El Gobierno de Chile se compromete a conceder a cada uno de los países acreedores un trato no menos favorable al que se concede a cualquier otro país acreedor para la consolidación de deudas de naturaleza similar, o sea la tradicional cláusula de la nación más favorecida, que es de estilo en este tipo de renegociación y que tiene un origen muy explicable: el que cada país no desea contribuir con una mayor carga que otro a la solución del problema financiero del país al cual se le renegocia su deuda.
5º.- Los países expresaron, finalmente, su acuerdo para estudiar, en diciembre de 1972, la refinanciación de los vencimientos de la deuda externa chilena correspondiente al año 1973, tomando en consideración la situación financiera de nuestro país a la fecha.
La fórmula de refinanciación que acabo de sintetizar, comprende los servicios entre noviembre de 1971 y diciembre de 1972, es decir, 14 meses, y representa un alivio para nuestra balanza de pagos de aproximadamente 165 millones de dólares para el presente año. Si todavía le agregamos a esta suma el alivio representado por la negociación con los bancos norteamericanos privados, que asciende, más o menos, a unos 80 millones de dólares, la renegociación de la deuda con los bancos privados europeos, que asciende, más o menos, a 20 millones de dólares, se tiene un total de alivio, con estas negociaciones ya realizadas, parte de ellas en curso, por un total de 265 millones de dólares para la balanza de pagos de 1972.
Ahora, ya explicados cuáles son los aspectos sustantivos de la renegociación financiera propiamente dicha, quiero referirme a algunos otros, aspectos a los cuales se ha aludido en esta sesión, como lo son los relativos al problema del stand- by el problema de las deudas provenientes de las indemnizaciones por la nacionalización de la industria del cobre.
Sobre lo primero, como aquí se ha dicho y recordado, la posición inicial de los países acreedores fue, como ha sido costumbre tradicional en el Club de París, subordinar, condicionar la renegociación a la suscripción de un compromiso, denominado stand-by entre Chile, el país deudor, y el Fondo Monetario Internacional, compromiso que importa, como ustedes saben, la obligación contractual del Gobierno, de la cual queda constancia en las llamadas cartas de intención, de seguir una determinada política económica no sólo en los aspectos directamente relativos al sector externo, sino también incluso a aspectos de política económica interna, fundamentalmente los referentes a precios y salarios.
Como aquí se ha recordado también, la delegación chilena se opuso tajantemente, desde el comienzo, a suscribir un convenio de esta naturaleza con el Fondo Monetario Internacional, por razones que me parece ocioso rememorar en este momento, oposición que fue cosa curiosa en cierto modo avalada por el propio Fondo Monetario Internacional, que se percató de la imposibilidad, de la no viabilidad de que el Gobierno chileno actual pudiera concertar un compromiso de esa naturaleza.
Y en sustitución de ese compromiso, como se dijo en París, como fórmula alternativa a ese compromiso, el Gobierno chileno aceptó qué se dejara constancia de sus propias declaraciones, formuladas por mi intermedio al exponer la política económica chilena, declaraciones en las que se precisaba el propósito del Gobierno, en primer lugar, de intentar reducir el desequilibrio de la balanza de pagos; de utilizar, para ese efecto, todos los instrumentos de política económica que fueran necesarios; de limitar su endeudamiento futuro, sobre todo lo correspondiente al lapso entre un año y ocho años con posterioridad a la negociación; y, por último, el propósito del Gobierno de mantener al día el pago de sus obligaciones.
El Gobierno chileno reiteró, al finalizar las reuniones del Club de París, los propósitos que unilateralmente y por su propia voluntad había expresado en la declaración, o, más bien dicho, en la exposición inicial que el Ministro que habla leyó al comenzar las reuniones del Club de París.
El señor LAVANDERO.-
¿Me permite una pequeña interrupción, señor Ministro?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, el señor Lavandero le solicita una interrupción.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Señor Diputado, de acuerdo con la sugerencia que hice anteriormente, quisiera insistir en la conveniencia, para el buen curso del debate, de que las observaciones se hagan al final, a fin de poder contestarlas de manera más sistemática.
El señor LAVANDERO.-
Es muy corto, Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Bueno, si Su Señoría insiste...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Con la venia del señor Ministro, puede usar de la interrupción el señor Lavandero.
El señor LAVANDERO.-
Señor Presidente, quiero agradecer la deferencia del señor Ministro.
El señor Ministro mencionó algunos acuerdos con relación a la política externa en materia económica. Pero tengo entendido que también se mencionaron algunos aspectos de orden interno, entre ellos, por ejemplo, una emisión controlada de no más de 36 mil millones de escudos. Le agradecería, señor Ministro, si sobre este asunto pudiera profundizar su exposición.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
En esto quiero afirmar, responsablemente, que las alusiones a la política económica chilena, de las cuales se dejó constancia al finalizar las reuniones del Club de París, sólo se referían a la política externa. Incluso creo que tampoco, en la exposición inicial que hice, se aludió a aquel supuesto propósito del Gobierno en materia de política de emisiones internas.
El señor PHILLIPS.-
Exacto.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Eso que quede claramente establecido. No hubo ninguna alusión de esa naturaleza en la exposición inicial que hice, ni menos aún en la constancia final que se hizo en el Club de París de aquellos aspectos de mi exposición que se estimó que tenían alguna significación directa con la política de crédito externo del país.
Vale la pena dejar constancia de que, aunque los miembros del Club de París estaban interesados en que esta negociación, tan singular, no tuviera precedente, la verdad es que, salvo una renegociación anterior con la República Argentina, en condiciones muy distintas, no existe precedente en el Club de París de una renegociación de deuda en la que no se haya condicionado la celebración de ese acuerdo a la suscripción de un convenio stand- by.
En segundo lugar, quiero referirme al problema relativo a la situación en que quedarían como resultado de este acuerdo en relación con la deuda las obligaciones chilenas provenientes de la indemnización por la nacionalización de las minas de cobre. Sobre esta materia, el Gobierno chileno reiteró en París, en primer lugar, lo que ya había afirmado el Presidente de la República al informar al país de su propósito de renegociar la deuda: cumplir con todas sus obligaciones y compromisos internacionales. Eso, digamos, es la regla general.
Pero, en seguida, en lo relativo a las deudas provenientes de las negociaciones del cobre, el Gobierno de Chile y sus acreedores convinieron en algo de lo cual se dejó constancia pública en un documento emitido por el propio Club de París, en el cual se señala que los representantes chilenos confirmaron su política de reconocimiento y pago de todas las deudas extranjeras: regla general, y su aceptación de los principios de pago de una compensación justa para todas las nacionalizaciones, de acuerdo con la ley chilena y con el Derecho Internacional, aludiéndose expresamente a la Resolución 1803 de Naciones Unidas.
Quiero explicar un poco. Esto significa que, si bien el Gobierno chileno aceptó como no podía menos de hacerlo su propósito de cumplir todas sus obligaciones provenientes de la nacionalización de las minas del cobre, expresa que se va a atener a ese respecto a la ley chilena y al Derecho Internacional; y todavía, para que no quedara duda, se aludió expresamente, a insinuación nuestra, a la Resolución 1803 de Naciones Unidas.
En cuanto a la interpretación que pueda dársele a esta Resolución, porque es lícito que las exista diferentes, desde luego, el Gobierno de los Estados Unidos no la interpreta como la interpretamos nosotros. Y esto quedó, yo diría, bien claro, incluso en las discusiones que allí se suscitaron.
Pero, para los efectos de llegar a un acuerdo en materia de negociación, se aceptaron estas expresiones que, a nuestro juicio, cautelan ampliamente los derechos de Chile, porque si la ley chilena, en este caso la reforma constitucional que reguló la nacionalización del cobre, estableció un determinado régimen de acuerdo con la Resolución 1803 de Naciones Unidas, le corresponde precisamente a cada país determinar, de acuerdo con su propia legislación, la forma y condiciones cómo indemnizar aquellas propiedades que nacionalice.
De manera que, y quiera que quede bien en claro, en las resoluciones del Club de París el Gobierno de Chile mantuvo incólume el principio de que las indemnizaciones provenientes de las nacionalizaciones se ajustarán a las leyes chilenas y al Derecho Internacional, que establece la soberanía del país que nacionaliza para determinar la forma como procede a indemnizar las propiedades que adquiere.
Fuera de la Resolución 1.803 de las Naciones Unidas, sólo hay una práctica del Derecho Internacional que a este respecto tiene vigencia indiscutible y que se refiere al carácter no discriminatorio entre nacionales y extranjeros cuando se procede a nacionalizar un sector determinado de la economía. Y como en este caso no ha habido discriminación entre nacionales y extranjeros por cuanto lo que se ha nacionalizado es la Gran Minería del Cobre sin hacer distingos al respecto, también el Gobierno de Chile está en condiciones de sostener que ha respetado el Derecho Internacional al haber nacionalizado las minas de cobre en la forma que lo hizo y, en consecuencia, tiene derecho a indemnizarlas en la forma que su propio régimen internó así lo determine.
De manera que queda claramente establecido, que no hubo en el Club de París ningún compromiso que pueda haber afectado de manera alguna el proceso de nacionalización de las minas de cobre, que se está llevando a cabo todavía, porque, como es del conocimiento de los señores Diputados, el proceso interno para determinar la nacionalización todavía no ha culminado, ya que están pendientes algunas resoluciones por parte del Tribunal Especial del Cobre.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, el señor Cerda le solicita una interrupción.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Muy bien.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el Diputado señor Cerda.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Agradezco al señor Ministro su deferencia.
Precisamente este es uno de los puntos de mayor discusión y en el que puse más énfasis en mi intervención primera, por cuanto este documento, como lo indiqué, era de una persona que estaba presente en el Club de París, como representante del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo. En las reuniones finales no estuvo el señor Ministro, pero sí el señor Cademártori, aquí presente, y en esos momentos presidía la delegación chilena el señor Inostroza.
Y él afirma, concretamente: La primera sorpresa fue la pronta aceptación por parte de la delegación chilena, después de una larga llamada telefónica con el Gobierno, de una moción para reconocer formalmente la validez y la necesidad de discusiones bilaterales sobre la indemnización de las empresas nacionalizadas, incluyendo las minas del cobre (Párrafo IV del Memorando sobre Acuerdos), que es el que ha leído el señor Ministro, referente a la legislación chilena internacional.
Pero, continúa: Despachado este punto, los acreedores no presionaron a Chile tan fuertemente sobre declaraciones en materia de su política económica, y Chile aceptó agregar a su primera declaración del 29 de marzo una nueva declaración, puntualizando, en términos aceptablemente vagos, el objetivo de su política interna.
Yo planteé denantes, al hablar de esto, que no estaba haciendo cargos; que no estaba diciendo que este gobierno estuviera entregando el país al imperialismo extranjero, ni mucho menos, porque como lo indiqué, creo que ningún Presidente de Chile está en esa posición. Cada Presidente de Chile, y el actual por supuesto también, tiene que actuar de acuerdo con las condiciones y necesidades que más convengan al país. Y así cuando lo resuelve, es porque así lo estima conveniente.
El señor PHILLIPS.-
Pero no éste.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Sí, señor Phillips, porque en esta posición, cuando actúa como Presidente, sin duda alguna que tiene que ver lo que más conviene para Chile.
Pero en la misma forma planteé, y por eso que inicié mi intervención, y creo que el señor Ministro ha sido también bastante claro, que esta intervención con los antecedentes que hemos entregado, la hacíamos en forma especial por los ataques permanentes, por una parte, del Comité Central de su Partido y, en especial, del Secretario General de su Partido, el Senador Altamirano, frente a actuaciones del Gobierno anterior y de personeros de nuestro Partido; que esta aceptación de la jurisdicción de los tribunales de los Estados Unidos, la aceptación de que tiene que entrar en conversaciones dentro de estas normas, porque incluso es lo que indica el Párrafo IV: la legislación chilena y los convenios internacionales, y las normas internacionales la Resolución 1.803 de Naciones Unidas.
Por eso, señor Ministro, en este punto hay algo bien concreto, bien claro. Este documento es efectivo. Indiqué denantes la, fuente de origen, la versión original en inglés. Y esto directamente: la forma en que aquí se está comprobando que en esa ocasión se produjo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Yo creo que queda perfectamente claro que la situación de los compromisos chilenos internacionales, provenientes de esta negociación, se sintetizan en dos principios básicos: el reconocimiento de Chile de sus compromisos internacionales, en consecuencia, de los compromisos válidos. El señor Diputado se ha referido a la validez. Evidentemente, tienen que ser los compromisos válidos, no los inválidos. Ese reconocimiento general, es obvio; desde luego, reitero, el Presidente de la República, lo expuso al país en el momento que anunció que iba a renegociar la deuda. Y me parece absolutamente indiscutible e indiscutido de que si se va a renegociar una deuda, se parte del supuesto de que el país deudor va a cumplir sus compromisos. Pero en el caso específico de aquellas deudas provenientes, insisto, de las indemnizaciones por las minas de cobre, en el Club de París se dejó claramente establecido por nuestros representantes, con aceptación de los países acreedores, que al respecto nos atendríamos a lo dispuesto por la ley chilena y el Derecho Internacional, que está fundamentalmente sintetizado en esta materia en dos acápites de la Resolución 1803 de Naciones Unidas, que me voy a permitir leer en esta ocasión.
El número 1) de la parte declarativa de esta Resolución dispone que el derecho de los pueblos y de las naciones a la soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales, debe ejercerse en interés del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado. Y en su número 4) que se refiere a las nacionalizaciones, expresa que la nacionalización, la expropiación o la requisición deberán fundarse en razones o motivos de utilidad pública, de seguridad o interés nacional, los cuales se reconocen como superiores al mero interés particular o privado, tanto nacional como extranjero. Y en este caso, se pagará al dueño la indemnización correspondiente con arreglo a las normas en vigor en el Estado que adopte estas medidas en ejercicio de su soberanía y en conformidad alude a su vez con el Derecho Internacional, Derecho Internacional que a este respecto sólo significa, el que no se haya procedido de manera discriminatoria entre las partes extranjeras. De manera que el Gobierno de Chile fue escrupulosamente cauteloso en garantizar la plena vigencia de la delegación chilena en un asunto tan importante como es el asunto de la nacionalización de las minas de cobre.
El señor CADEMARTORI.-
¿Me permite, señor Ministro?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Bien.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Cademártori.
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, yo quisiera también, como testigo de las negociaciones que el Gobierno chileno llevó en el Club de París agregar un comentario a lo que ya señaló el señor Ministro, aun cuando no creo que sea necesario hablar mucho al respecto, porque la exposición que ha hecho ha sido amplia, clara y categórica; y, en verdad, no necesitaría mayores comentarios. Sin embargo, el documento que ha leído el señor Cerda y que ha tenido la gentileza de facilitármelo, porque no lo conocía, es un informe interno, al parecer, de un funcionario del Banco Internacional al propio Banco, en que hace un análisis, un comentario, desde su punto de vista, de lo que fueron las negociaciones en el Club de París, y del que es interesante destacar algunos de sus párrafos.
El señor CERDA (don Eduardo).-
¿Estaba el señor Henri Bretandeau en el Club de París?
El señor CADEMARTORI.-
No lo recuerdo.
El señor CERDA (don Eduardo).-
No lo recuerda.
El señor CADEMARTORI.-
Realmente no recuerdo a este señor, porque no lo oí figurar por su nombre; por lo menos, no lo tengo en la memoria.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Está entre los documentos oficiales como asistente.
El señor CADEMARTORI.-
Sí recuerdo a los funcionarios representantes del Banco Interamericano y del Fondo Monetario Internacional.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Entre ellos el señor Bretandeau.
El señor CADEMARTORI.-
Lo más probable es que haya estado, porque todos estos organismos participaron.
Ahora, lo que dice el comentario de este señor es que el resultado a que llegaron los países acreedores y Chile en el Club de París fue ampliamente satisfactorio para los intereses de ambas partes, es decir, para los acreedores y para Chile como deudor, a pesar...
El señor CERDA (don Eduardo).-
Lo leí así.
El señor CADEMARTORI.-
... de que muchos optimistas pensaban que no iba a haber resultado favorable. O sea, reconoce que la renegociación fue difícil. Y efectivamente fue difícil, porque se conocía la posición de la delegación norteamericana de bloquear estas negociaciones, anteponiendo su conflicto, el de las compañías norteamericanas Anaconda y Kennecott con el Gobierno chileno, por encima de los intereses del resto de los países acreedores. De ahí nació la dificultad fundamental del porqué estas negociaciones fueron difíciles. Pero como lo ha dicho el señor Ministro y como consta en los acuerdos públicos a que se llegó en esta materia en todo momento la posición de Chile se mantuvo tal como había sido expuesta antes de comenzar estas negociaciones por los personeros de Gobierno de Chile, y por el propio Canciller en su exposición inicial al comenzar las negociaciones. Es decir, en otras palabras, el asunto de las indemnizaciones era, en primer lugar, bilateral, y, en segundo lugar, bilateral entre el Gobierno de Chile y las compañías norteamericanas que habían sido expropiadas, y no un asunto de Gobierno a Gobierno, ni tampoco del Gobierno de Chile con el conjunto de los países acreedores del Club de París, posición que fue compartida y comprendida por la totalidad de las delegaciones, que a la larga se sintieron bastante molestas por la insistencia norteamericana en introducir una materia extraña a las negociaciones del Club de París, que son exclusivamente para tratar problemas generales de deuda. Esa misma insistencia norteamericana, insólita para una negociación de esta especie, a la larga llevó a que el Gobierno norteamericano se desistiera de su propósito inicial, cual era el de presionar, a través del Club de París, para obtener un pronunciamiento favorable a sus tesis, a las tesis de las compañías norteamericanas.
El Gobierno chileno mantuvo siempre la opinión de que, además de lo dicho, esta materia de las indemnizaciones y del conjunto del problema estaba en un proceso todavía no afinado, es decir, se encontraba en un tribunal, un tribunal especial, creado por la Constitución, avalado, por lo tanto, por el Congreso Nacional; que este proceso tampoco había culminado y que, por lo tanto, el Gobierno no podía interferir la decisión de un tribunal chileno, legítimamente establecido por la Constitución. En otras palabras, nos negamos en todo instante a que este problema fuera tratado, por los motivos señalados. El acta final, el resultado mismo de la negociación, está demostrando que, desde este punto de vista, la posición norteamericana era insostenible, como a la larga quedó demostrado.
De manera que este aspecto creo que ha sido un extraordinario triunfo, que de debe, simplemente, al hecho de mantener una línea, una consecuencia, basada en una resolución que no sólo la ha tomado el Gobierno de Chile en materia de cobre, sino también el Congreso Nacional, como reiteradamente se hizo presente en el Club de París. Por lo demás, estaba en conocimiento de todas las delegaciones que la nacionalización del cobre había sido una decisión, una resolución tomada al más alto nivel, vale decir, por el Congreso Nacional y en la Carta Constitucional del país.
Todo esto contribuyó a que la posición de Chile fuera muy sólida, muy firme, y no pudiera prosperar este intento de entorpecer las negociaciones.
En segundo término, creo que el resultado de las negociaciones también fue ampliamente favorable, porque se rompió un precedente...
El señor CERDA (don Eduardo).-
¿Me permite una consulta no más?
El señor CADEMARTORI.-
Estoy haciendo uso de una interrupción...
El señor CERDA (don Eduardo).-
Es nada más que para consultarle si este criterio de defensa del Parlamento chileno lo comparten todos sus aliados de la Unidad Popular.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Cerda, el señor Cademártori no desea ser interrumpido.
Puede terminar el señor Cademártori.
El señor CERDA (don Eduardo).-
La defensa del Parlamento chileno, ¿la comparten todos sus aliados de la Unidad Popular?
El señor CADEMARTORI.-
Es un hecho indiscutible que la nacionalización fue aprobada por unanimidad. Todo el mundo sabe que la nacionalización fue establecida en la Carta Constitucional. Ese es un hecho que pesó, como tenía que pesar.
En segundo lugar, señor Presidente, creo que también el éxito de estas negociaciones está enmarcado por el hecho de que se rompió un precedente, un precedente de muy larga vigencia en el Club de París, aceptado por todos los países que habían negociado anteriormente, incluso por el Gobierno de Chile en el año 1965. Se trata de que el Club de París planteaba, como cuestión previa, la firma del acuerdo de stand-by con el Fondo Monetario Internacional.
Al margen de la opinión que se tuviera o se tenga sobre el Fondo Monetario Internacional y sobre este instrumento preciso del stand-by, no hay duda de que acatar, como cosa previa, un sometimiento de esta naturaleza, para negociar una deuda externa, era inaceptable para el Gobierno de Chile. Esta posición se mantuvo desde el primer día, sabiendo que se chocaba, repito, contra una norma establecida a lo largo de veinte años, desde que el Club de París existe, y solamente violada, por así decirlo, en una sola oportunidad, en el caso de Argentina. En ningún otro caso, ni siquiera en el de la negociación que hizo el Gobierno del señor Frei, se pudo romper el precedente que era la exigencia del stand-by. De manera que la posición, para el Gobierno de Chile, era muy difícil. Era muy difícil romper el precedente.
Al margen de la opinión que se tenga sobre el sistema del stand-by, repito, aceptarlo como exigencia previa, para el Gobierno de Chile, era una cosa imposible. De ahí, entonces, los vaticinios de la prensa internacional, de la prensa financiera, y los comentarios como el que hace aquí el señor Bretandeau, de que era muy difícil augurar éxito en la negociación. Esa prensa siempre sostuvo, al tenor de estos comentarios, que la negociación se rompería, que no se llegaría a acuerdo. En realidad, costó bastante, puesto que, como se sabe, hubo una serie de cuatro ruedas antes de llegar a acuerdo.
Ahora, indudablemente, es una gran satisfacción para Chile, como país, haber roto este precedente de la exigencia del stand-by, porque al final no se aceptó. Los países acreedores hicieron fe en que era una posición justa, entendieron que era una cuestión de política interna de Chile, una cuestión de concepción del proceso de renegociación de la deuda y que, por lo tanto, era legítimo que el Gobierno de Chile tuviera esta posición.
No era una posición anti Fondo Monetario Internacional porque sí. Desde el primer momento, y antes de asumir incluso el Gobierno, el Presidente Allende siempre sostuvo que Chile no dejaría de ser miembro del Fondo Monetario, como tampoco se saldría de la Organización de Estados Americanos, porque una cosa era criticar determinadas políticas o determinadas resoluciones de estos organismos y otra era la conveniencia o inconveniencia de estar dentro o fuera de ellos. De manera que el Gobierno de Chile ha sostenido, la tesis de permanecer dentro del Fondo Monetario Internacional, pero repudiamos determinados procedimientos que se usaron en el pasado y que en el día de hoy, evidentemente, se usan menos. La prueba de ello es que el Fondo Monetario Internacional, en estas negociaciones, jugó un papel importante y positivo para Chile.
Risas.
El señor CADEMARTORI.-
Es extraño y curioso que eso haya sucedido, pero ellos avalaron en todo momento la posición del Gobierno chileno en cuanto a los planteamientos hechos allí.
El señor RAMIREZ.-
¡Es muy bueno el Fondo Monetario!
El señor CADEMARTORI.-
Los hechos, señor Ramírez, son ésos. Si usted considera que la política del Gobierno chileno es buena, entonces también estará de acuerdo con que la posición del Fondo Monetario es buena.
El señor RAMIREZ.-
Buena para el Fondo.
El señor CADEMARTORI.-
Lo concreto, señor Ramírez, es que, habiendo sido en el pasado el Gobierno de Chile objeto de presiones para que fijara una política en favor de los capitales extranjeros, para darles garantías a las utilidades, al envío de remesas de esos capitales al extranjero, hoy por hoy, ante una posición de un Gobierno que sostiene una determinada política, el Fondo Monetario Internacional reconoce la soberanía del Gobierno y no hace cuestión de esa política. Por eso, en definitiva, esta posición de no haber aceptado, como cuestión previa, la firma de un convenio de stand-by, es un triunfo de Chile.
El señor TUDELA.-
Le cambiaron nombre.
El señor CADEMARTORI.-
Esto, repito, nunca antes, salvo en un solo caso, en el del Gobierno argentino, había sido aceptado. Al Gobierno de Frei se le exigió el stand-by, y el Gobierno de Frei, como condición previa lo firmó. Esa es una realidad.
En seguida, señor Presidente, también quiero destacar los términos en que se logró la negociación. Hasta el año 1965, también había sido norma...
El señor CERDA (don Eduardo).-
¿Me permite una interrupción?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El señor Cademártori está haciendo uso de una interrupción, señor Diputado.
El señor CERDA (don Eduardo).-
El señor Almeyda me la puede conceder.
El señor CADEMARTORI.-
Perdoneme, señor Diputado. Usted ha hecho uso de la palabra largamente. Por lo menos, permítanos aclarar algunos aspectos de las afirmaciones que usted ha hecho.
El señor CARRASCO.-
¡Esta sesión es para aclarar las cosas!
El señor CADEMARTORI.-
Estoy completando la información qué ha dado el señor Ministro.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Es muy corto, sobre lo que acaba de decir.
El señor CADEMARTORI.-
Decía que, normalmente, los términos de la negociación eran que los países acreedores aceptaban renegociar el capital de la deuda, y no los intereses.
El señor PHILLIPS.-
¡Ya lo dijo el Ministro!
El señor CADEMARTORI.-
Este fue un planteamiento reiterado a lo largo de las negociaciones, y que en 1965 el Gobierno del señor Frei se vio obligado a aceptar, porque la renegociación de ese año solamente fue una renegociación del capital, y no de los intereses. En ese sentido, hemos tenido también un resultado más favorable para el país, al lograr que se renegociaran los intereses. Este es un hecho importante, porque es la ruptura de otro precedente, lo que hasta este instante no se había logrado en el Club de París.
El señor PHILLIPS.-
¿Me da una interrupción, señor Ministro?
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, hay que destacar esto. El triunfo que se ha logrado, en primer lugar, es un triunfo para el país.
El señor RAMIREZ.-
¡Para el Fondo Monetario!
El señor CADEMARTORI.-
Porque las deudas que dejó el Gobierno anterior, y las que dejaron los Gobiernos anteriores, tienen que pagarlas todos los chilenos.
El señor TUDELA.-
¿Y las deudas de ahora?
El señor CADEMARTORI.-
En consecuencia, los chilenos se han visto beneficiados, todo Chile se ha visto beneficiado. Si no se hubiera renegociado la deuda, se habrían tenido que pagar, este año, más de 400 millones de dólares. Sin embargo, sólo con la renegociación, se ha logrado evitar el pago de 260 millones de dólares. Es natural y comprensible que cualquier chileno que vea las cosas desapasionadamente, estará de acuerdo en que esto es beneficioso para Chile, es positivo.
El señor RAMIREZ.-
¡Con el visto bueno del Fondo Monetario!
El señor CADEMARTORI.-
De tal manera que no hay razón alguna para no estar conforme con este resultado.
Además es importante también destacar que, para tratar de disminuir la deuda, nosotros no podemos hacer operaciones como las que aquí han señalado algunos Diputados.
Cuando los Gobiernos se reciben de los compromisos contraídos, esos compromisos pueden estar en diferentes etapas. Cuando un compromiso ha sido consolidado y ha sido convertido en un crédito, firmado con un organismo internacional, y sobre la base de ese crédito se ha empezado a construir una obra, esa obra tiene un plazo determinado de construcción, de tal manera que no se puede usar el crédito en forma inmediata. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, pongamos por caso, con dos obras que inició el Gobierno anterior y que continúa este Gobierno: el Metropolitano y la industria de celulosa de Constitución.
El señor TUDELA.-
¡Y la nacionalización del cobre también!
El señor CADEMARTORI.-
¿Cómo podríamos decir que la deuda de Chile, con respecto a estas obras, es exclusivamente por la parte utilizada de esos créditos, y no por el monto total del crédito con que se ha contraído la deuda? Esas obras se tienen que realizar por partes. En el caso del Metropolitano, después de un año y medio de Gobierno, todavía quedan maquinarias y elementos que tendrán que ser importados con cargo al crédito. Pero esa deuda hay que computarla completa, con todo el crédito que ella representa. Lo mismo ocurre en el caso de la industria de celulosa de Constitución.
De manera que pretender disminuir la deuda de esa manera es solamente un subterfugio. No se puede decir que solamente se debe lo que al 31 de diciembre se había utilizado. Se ha firmado un compromiso lo ha firmado el Gobierno anterior, se ha contratado el crédito, está el contrato hecho, y en consecuencia, habrá que pagarlo.
Del mismo modo, también resulta completamente absurdo no computar, para los efectos del cálculo de la deuda, los intereses que corresponden al crédito, porque, si bien es cierto que los intereses se devengan, generalmente, con posterioridad al período en que se comienza a utilizar el crédito y con posterioridad al inicio de las obras o de la construcción del proyecto, no es menos cierto que, para los efectos de calcular lo que el país tendrá que destinar al pago de su deuda, se tienen que computar, obligatoriamente, los intereses, porque esos intereses se van a devengar de todas maneras.
Ocurre, además, que muchas veces, incluso en los contratos se pactan los intereses de manera tal que se empiezan a pagar aun antes de haberse terminado la obra. Es el caso de muchos proyectos en que se tienen que pagar incluso antes de haber comenzado a hacerse la obra.
De manera tal que, en verdad, la deuda es la cifra que ha dado el Gobierno; cercana a los 4 mil millones de dólares, y el calificativo en el sentido de si esta deuda es mucha o es poca puede quedar a juicio de cada persona. Por ejemplo, el señor Tomic, el año 1970, durante el Gobierno del señor Frei, como candidato a la Presidencia de la República dijo, en una Junta Nacional de su partido, que la deuda externa de Chile frase textual de él era una de las más elevadas del mundo; que solamente la de Israel era más alta.
Un señor DIPUTADO.-
¿Y Cuba?
El señor CADEMARTORI.-
No mencionó a Cuba; eso dijo el señor Tomic; mencionó solamente a Israel, y dijo que después de Israel, Chile tenía la deuda más grande por habitante.
El señor ARNELLO.-
¡Es que Cuba no paga!
El señor CADEMARTORI.-
Esa fue una opinión, un juicio del señor Tomic el año 1970, durante el Gobierno del señor Frei.
El señor PHILLIPS.-
¿Qué más dijo?
El señor CADEMARTORI.-
Para los efectos de determinar la renegociación no interesa si la deuda es mucha o es poca; lo que interesa es determinar en forma exacta cuánto es lo que hay que pagar. Por eso, el cálculo que ha hecho el Gobierno es exacto, es preciso, y ha sido necesario hacerlo para los efectos de determinar la renegociación que se requería.
Esto es, señor Presidente, lo que quería esclarecer para completar la información que ha dado el señor Ministro.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Ministro.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Señor Presidente, ahora yo solicito una interrupción muy breve al señor Ministro.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, el señor Cerda le solicita una interrupción.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Señores Diputados, la exposición del Diputado señor Cademártori ha tenido por objeto, como ustedes lo habrán visto, complementar la exposición que hice yo, situación que no es igual a la de las interrupciones anteriores, y quiero reiterar que las interrupciones de los demás Diputados me gustaría que las hicieran al final de mi intervención que será, por lo demás, breve.
Señor Presidente, quiero ahora aludir al estado de las renegociaciones bilaterales de las deudas, tema que le interesaba al señor Phillips. Ya se ha llegado a acuerdos bilaterales con España, con Francia, con Bélgica, con Holanda, con Suiza y con, Dinamarca. Se encuentran iniciadas las negociaciones, y bastante avanzadas, con Inglaterra...
El señor PHILLIPS.-
¿Me puede dar los montos con esos países?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Podría, señor Diputado...
El señor PHILLIPS.-
Si no es molestia para Su Señoría.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Puedo buscar los antecedentes, en el momento oportuno, en el transcurso de la sesión.
En seguida, se encuentran iniciadas y bastante avanzadas las negociaciones con Inglaterra. Se encuentran iniciadas con Japón y con Estados Unidos, con el que se ha llegado a un acuerdo en relación con la deuda militar con ese país. Se hallan retrasadas las negociaciones con Alemania. Este es el estado general de las renegociaciones bilaterales. En casi todas ellas se han conseguido condiciones favorables, sobre todo en lo relativo a intereses. Un interés del 5%, por regla general. Esa tasa, para estos casos, se valora como positiva.
En el caso de España, se ha logrado renegociar el 30% no renegociado de la deuda con un conjunto de bancos españoles. De manera que en el caso de España, concretamente, la renegociación bilateral, unida a ese acuerdo con el conjunto de bancos españoles, significa para nuestro país la negociación del ciento por ciento del servicio durante el período que se ha renegociado.
En cuanto a Italia, la renegociación no ha sido del 70% de la masa renegociable, sino del 85%, condición bastante favorable.
Sólo en el caso de Dinamarca el interés ha sido del 6%, hasta ahora.
La renegociación con Canadá se encuentra bastante avanzada y se está discutiendo el tipo de interés.
Este es, en términos generales, señor Presidente, el estado actual de las negociaciones bilaterales de Chile con sus acreedores.
Por último, quisiera referirme a dos aspectos relativos a las renegociaciones que se han llevado a cabo entre las autoridades financieras chilenas y los bancos privados norteamericanos, por aquellas deuudas no garantizadas que no han quedado comprendidas, en consecuencia, en los acuerdos del Club de París.
Se ha aludido, en primer lugar, por el Diputado señor Cerda a la circunstancia de que Chile se habría comprometido, en este caso, a entregar la jurisdicción de los asuntos que pudieran generarse con motivo de estos acuerdos, a tribunales extranjeros. Debo recordar que en este caso se trata de la renegociación de una deuda preexistente, cuyas condiciones generales fueron acordadas en el momento que ellas se contrajeron, durante otros Gobiernos y que Chile, al solicitar renegociar la deuda, sólo pidió que se alterara la forma de servirla, pero de ninguna manera que se modificara el marco general en que esa deuda fue contraída, en su oportunidad. Para que quedase constancia expresa de esta situación, en los acuerdos a que se llegó con los bancos privados americanos se estableció, allí precisamente, lo siguiente: Que debido a que estos préstamos constituyen el refinanciamiento de deudas existentes y no la concesión de nuevos créditos, estas disposiciones, que son comunes a los instrumentos existentes, debieran ser incorporados a ellos. De manera que la situación no es la que se ha publicado por la prensa y que ha recordado en esta oportunidad el Honorable señor Cerda, y no tienen ninguna semejanza, por ejemplo, con la circunstancia de que se haya aceptado someter a conocimiento de tribunales extranjeros los asuntos que provengan, digamos, de la nacionalización de las compañías del cobre. Son situaciones absolutamente diferentes. En este caso se trata de sustituir la mañera de servir una deuda ya contraída, cuyas modalidades generales prevalecen. En el otro caso se trataba de establecer una jurisdicción especial para una negociación nueva para empresas establecidas en Chile y no de la renegociación de deudas que están en poder de acreedores extranjeros.
Por último, quiero referirme a la otra alusión del señor Cerda, sobre la renegociación con los bancos privados americanos, consistente en que, a su juicio, esta negociación habría significado que el 55% de esta deuda debería pagarse de inmediato, después de terminado el período presidencial del actual Primer Mandatario del país. Eso no es así. Porque si bien al 16 de diciembre de 1976 va a quedar subsistente el 55% de esa deuda, de acuerdo con los convenios suscritos con los bancos privados norteamericanos, entre el 15 de septiembre de 1974 y el 15 de noviembre del mismo año, el Banco Central podrá solicitar el refinanciamiento del saldo final del capital renegociado, con vencimiento el 15 de diciembre de 1976. De modo que se reprograman estos pagos en siete cuotas semestrales, comprendidas entre el 15 de diciembre de 1976 y el 15 de diciembre de 1979. Al optarse por este criterio, se firmaron pagarés bajo los términos de nuevos plazos de pago.
De este modo, se distribuyó el 55% en la siguiente forma: la cuota del 15 de diciembre de 1976 será del 10% solamente; y las seis restantes, del 7,5% sobre el saldo; con esto se entera el 55 %.
De manera que la interpretación que ha hecho el Diputado señor Cerda, de este acuerdo con los bancos privados norteamericanos, no aparece ajustada a la realidad.
Señor Presidente, el Honorable señor Cademártori me ha pedido una interrupción.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el Diputado señor Cademártori.
El señor CERDA (don Eduardo).-
¿Me permite una interrupción antes, señor Ministro?
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, quiero también agregar algo a lo ya dicho por el señor Ministro en relación al problema de la jurisdicción de los tribunales extranjeros.
Al respecto, hay que decir que antes del 4 de noviembre de 1970, el Gobierno del señor Frei firmó muchos contratos...
El señor TUDELA.-
Intervienen ellos, no más.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CARRASCO.-
¡Este es un monólogo!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Tudela! ¡Señor Carrasco!
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, ¿me permite hacer uso de la palabra o no?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de su derecho, señor Diputado.
La señora ALLENDE.-
Piden sesión especial y no quieren escuchar.
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, decía que en relación con los tribunales extranjeros. Cada vez que no sobre determinados aspectos de los bienes chilenos, o bienes situados en el territorio nacional, siempre la derecha mantuvo la tesis de que era absolutamente normal que tales contratos se firmaran de manera que sobre ellos tuvieran jurisdicción tribunales extranjeros. C cada vez que nosotros hacíamos la crítica correspondiente en el caso de negociaciones como la ocurrida en el cobre, se nos respondía que era un asunto en el que forzosamente se tenía que operar de ese modo. Si bien es cierto que ésta es la posición que mantuvo permanentemente la derecha y también el Gobierno del señor Frei, resulta que ahora les llama profusamente la atención el hecho de que en el curso de esta negociación con bancos privados norteamericanos se haya mantenido la jurisdicción de estos tribunales.
La verdad es que el Gobierno no ha contraído una deuda nueva con estos bancos norteamericanos. Lo que ha hecho es renegociar su pago en condiciones financieras más favorables que las primitivas, pero sobre la base de contratos entre los deudores y los acreedores, entre los bancos extranjeros y el Banco Central de Chile, que estaban estipulados con anterioridad a la llegada de este Gobierno. Y si hoy, al renegociar, se ha tenido que mantener esa jurisdicción es porque, simple y sencillamente, esta renegociación es la continuación de una deuda preexistente. De manera que la crítica que pueda hacerse por el hecho de que intervengan estos tribunales extranjeros recae sobre los gobiernos anteriores, que aceptaron, justamente, firmar estos convenios, estas deudas...
Un señor DIPUTADO.-
Están tomando las malas costumbres.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
...bajo la jurisdicción de esos tribunales extranjeros. En el caso del Gobierno de Chile, cuando se ha tratado de negociaciones, en lo que se relaciona con los bienes que están situados dentro del país, como es el caso de la nacionalización del cobre, esto ha sido rechazado permanentemente.
Cuando se hizo la negociación con el First National City Bank para la adquisición de la propiedad, de los inmuebles de ese banco dentro del país, el First National City Bank había pedido que la jurisdicción de ese contrato se fijara en Estados Unidos.
Hablan varios señores Diputados a lo, vez.
El señor CADEMARTORI.-
Esto el Gobierno lo rechazó y, finalmente...
El señor PHILLIPS.-
¿Cuánto le pagaron?
El señor CADEMARTORI.-
... el First National City Bank desistió de esta exigencia. De manera que el Gobierno de Chile hizo prevalecer...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Arturo Frei!
¡Señor Phillips!
El señor CADEMARTORI.-
... su tesis de que cualquier conflicto de tipo judicial tenía que ventilarse en los tribunales chilenos. De manera que, en lo que ha dependido del Gobierno de Chile, en el sentido de establecer el lugar donde deben dirimirse estas contiendas judiciales, siempre se ha tratado de mantener este principio de que sean los tribunales chilenos los que resuelvan estas contiendas.
El señor ARNELLO.-
Pero, que no son tan malos los tribunales chilenos.
El señor CADEMARTORI.-
Eso mismo es lo que se ha logrado con el cobre; porque, en materia del cobre, podrán reclamar las compañías norteamericanas todo lo que quieran y plantear sus tesis de tribunales internacionales...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
... pero la tesis que ha impuesto el Gobierno de Chile ha sido la de que estos asuntos deben ser dirimidos por tribunales chilenos...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
¡Nos vamos a ir todos y lo vamos a dejar solo!
El señor CADEMARTORI.-
Y, para este efecto, existe un tribunal especial, que es el Tribunal del Cobre, establecido en la propia Constitución. De manera que las compañías han acatado este pronunciamiento y han hecho sus reclamaciones ante este tribunal, establecido dentro de las fronteras del país. Por consiguiente, que está claro, entonces, que una política que se mantuvo en el pasado...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
... una política en que tuvieron responsabilidad...
El señor FREI.-
¿Qué es lo que está claro?
El señor CADEMARTORI.-
... la Derecha y la Democracia Cristiana...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señores Diputados! ¡Señor Phillips!
¡Señor Frei, llamo al orden a Su Señoría!
El señor CADEMARTORI.-
... ahora se ha rectificado.
Un señor DIPUTADO.-
¡Hicieron lo mismo!
El señor CADEMARTORI.-
¡No, señor!
El señor PHILLIPS.-
¡Mucho peor es lo que está haciendo este Gobierno!
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Phillips, llamo al orden a Su Señoría!
¡Señor Frei!
El señor CADEMARTORI.-
¡No, señor. Lo que hizo la Derecha y lo que usted señor Frei, está defendiendo...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Frei!
¡Señor Phillips!
El señor CADEMARTORI.-
... porque usted está defendiendo lo que hizo la Derecha.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FREI.-
¡Lo que dice no me...!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Frei!
El señor CADEMARTORI.-
¡Exactamente! Está defendiendo la política de la Derecha.
Es una política...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
¡No! ¡Si ya sé que no, porque, evidentemente, usted se siente bien al estar al lado de la Derecha. Yo sé que para usted no es ninguna ofensa. Yo sé que se siente bien...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señores Diputados, ruego guardar silencio!
El señor CADEMARTORI.-
Eso que usted defiende, lo que hizo la Derecha, le ha costado mucho al país. Le costó graves imposiciones al interés nacional...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Tudela!
¡Señor Cerda!
El señor CADEMARTORI.-
... como el caso, por ejemplo, de la propia Compañía de Acero del Pacífico, en la que se establecieron exigencias absolutamente lesivas para el país...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Phillips!
El señor CADEMARTORI.-
Cada vez que se requería un crédito en un banco norteamericano, como es el Banco de Exportación e Importación, estos banqueros imponían condiciones lesivas para el país, imponían la exigencia de la entrega de acciones de las industrias que se establecían con esos préstamos, en favor de determinados intereses extranjeros, como ocurrió...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Diputado señor Frei!
El señor CADEMARTORI.-
... como ocurrió en el caso de Huachipato; como ocurrió en negociaciones durante el Gobierno del señor Frei, como ocurrió en negociaciones durante el Gobierno del señor Alessandri. Permanente y sistemáticamente ocurría esto. Y defendían esta política los parlamentarios de la Derecha; porque, para ellos, era lógico y natural que las industrias que se establecían con estos préstamos, tenían que ser de propiedad extranjera; que tenían que tener el 51%, por lo menos, del capital los monopolios internacionales. Esta era la política lógica y normal que seguía la Derecha y que defiende, ahora también, el señor Frei...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Frei! ¡Señor Phillips!
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor CADEMARTORI.-
...porque es la política de someterse al capital extranjero.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Frei, llamo al orden a Su Señoría!
El señor CADEMARTORI.-
Pero, desde el momento en que el Gobierno de Chile reivindica sus riquezas nacionales, reivindica el interés del país, entonces, evidentemente que ellos tienen que criticar esta política, porque no es...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Ramírez!
El señor CADEMARTORI.-
... la que se hacía en el pasado. Y tienen que justificar lo que hicieron en el pasado.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FREI (don Arturo).-
¡Nadie ha justificado!
El señor CADEMARTORI.-
Es lo mismo que pasó con la evaluación de las acciones de El Teniente; lo mismo que pasó con la negociación del salitre, de SOQUIMICH, cuando el señor Carmona era Ministro y la Democracia Cristiana avaluó en cerca de 70 millones de dólares las inversiones que tenía la Anglo Lautaro en el norte, en circunstancias de que en el acuerdo obtenido por el Gobierno de Chile, esas instalaciones no tuvieron un valor superior a los 7 millones de dólares. ¡Qué tremenda diferencia y qué acusación para la historia, es este hecho de que mientras la Democracia Cristiana aceptó evaluar esas instalaciones de la Anglo Lautaro, en el norte, en 70 millones de dólares, al final esta firma se allanó a aceptar una evaluación de 7 millones de dólares! ¡Diez veces menos! ¡La décima parte de lo que habían aceptado en el gobierno democratacristiano!
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
Por eso perdóneme, señor Presidente, que me vea obligado a tener que decir estas cosas, para refrescar la memoria de algunos señores Diputados.
Nada más.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Ministro, puede continuar en el uso de la palabra.
El señor Cerda le solicita una interrupción, señor Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Para terminar, señor Presidente...
Varios señores DIPUTADOS.-
¡Ah!
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Perdónenme, señores Diputados. A mí se me ha invitado aquí, para hacer una exposición, lo más completa posible, dentro de lo que podemos hacer, sobre esta materia. Y no acepto...
Hablan, varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señores Diputados! Señor Ministro, si usted me excusa. El señor Ministro está haciendo uso de su derecho.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
...y no acepto, en consecuencia, que se coarte mi derecho, cuando vengo aquí por petición de ustedes.
Quiero dar alguna información que me pidió el señor Phillips.
Quiero expresar, Honorable Cámara...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señores Diputados!
Puede continuar el señor Ministro en el uso de la palabra. Su Señoría es dueño de su tiempo.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
El Honorable señor Phillips me solicitó denantes una información relativa al monto de las deudas con cada uno de los países del Club de París. Y yo me voy a permitir darla ahora, en lo relativo sólo al capital. Esa deuda, con Alemania Occidental es de 199.000.000 de dólares; con Japón, 85 millones de dólares; con Francia, 145.000.000 de dólares; con Italia, 41.000.000 de dólares; con Canadá, 15.000.000 de dólares; con Dinamarca, 6.000.000 de dólares; con Holanda, 19.000.000' de dólares; con Bélgica, 14.000.000 de dólares; con España, 96.000.000 de dólares; con Suiza, 13 millones de dólares; con Suecia, 4.000.000 de dólares; con Escocia, 7.000.000 de dólares; con varios, 19.000.000 de dólares.
Eso, en relación con la deuda de los países del Club de París. A lo que habría que agregar algunas deudas con otros países, que no quedan comprendidas, en razón de que quedaron excluidos de la negociación; pero que también son deudas chilenas, correspondientes a algunos países europeos de pequeña cuantía, y a los países que no son miembros del Club de París, como los latinoamericanos y algunos países socialistas:
Con Noruega, una deuda de 3.000.000 de dólares; con Austria, 3.000.000 de dólares; con Checoslovaquia, 19.000.000; con la Unión Soviética, 57.000.000 de dólares; con Argentina, 24.000.000 de dólares; con otros países, 1.000.000 de dólares.
La negociación con los bancos privados norteamericanos es de 175.000.000 de dólares, de acuerdo con esta estadística.
Bien, eso es todo, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Ha terminado, señor Ministro?
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Sí, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Muy bien, el turno siguiente corresponde al Comité Comunista.
El señor CADEMARTORI.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Cademártori...
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
Ya habló.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señores Diputados, ruego a los señores Diputados que le permitan a la Mesa dirigir el debate.
Corresponde el uso de la palabra al Comité Comunista.
Puede hacer uso de la palabra el Diputado señor Cademártori.
El señor CADEMARTORI.-
Señor Presidente, ¿puedo hacer uso de la palabra a continuación del otro turno?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Perdón, señor Diputado?
El señor CADEMARTORI.-
¿Puedo hacer uso de la palabra a continuación del turno que viene?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Perdón, señor Diputado.
Corresponde seguir haciendo uso de la palabra de acuerdo con el orden de los turnos: primero, el Comité Comunista, según lo que queda; después, el Comité Radical Democrático, que le cedió su tiempo al Comité Demócrata Cristiano; en seguida, el Comité Socialista; a continuación, el Comité de Izquierda Cristiana; después, el Comité Radical.
Al completarse esos turnos, se terminaría, por cierto, la sesión. No habría segunda vuelta.
El señor CADEMARTORI.-
¿Cuántos minutos me quedan?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Seis minutos, señor Diputado.
El señor CADEMARTORI.-
Gracias, señor Presidente.
Señor Presidente, en vista de que gracias a la interrupción que me dio el señor Ministro, yo solamente pude aclarar algunos aspectos del tema por el cual ha sido citada la Cámara...
El señor CERDA (don Eduardo).-
Pero no me ha dejado responder.
El señor CADEMARTORI.-
Ya tendrá tiempo otra vez Su Señoría, para hacer uso de la palabra, todo el tiempo que quiera. Es lamentable. Yo siento la molestia, comprendo la molestia que pueden sentir Sus Señorías, porque les gusta hablar; pero que nadie les conteste.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CADEMARTORI.-
Como ustedes citaron a la sesión, tienen la mayor parte del tiempo. Permítannos, por lo menos, contestar las aseveraciones que han hecho.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Pero si usted no nos permite contestar.
El señor CADEMARTORI.-
Pero si ustedes hablaron. Además, va a tener más tiempo todavía, puede hablar hasta que les dé hipo.
Señor Presidente, yo quiero destacar que, realmente, el resultado de la negociación del Club de París fue positivo, gracias a diversas circunstancias.
En primer lugar, señor Presidente, quiero señalar que la negociación del Club de París se realizó en un momento en que, en el mundo entero, entró en debate la situación de los países subdesarrollados en relación con sus deudas externas. Chile no es una excepción, por supuesto, al problema de la deuda externa. Es el caso de muchos otros países latinoamericanos, incluso de países de Europa, de Asia, de África, países en general en vías de desarrollo. Se han publicado estudios por personeros destacados del mundo capitalista, como es el caso del Informe Pearson, de un ex Primer Ministro de Canadá, en el que reconoce que la forma como hasta ahora se han cobrado los créditos a los países subdesarrollados, los plazos, los intereses, las modalidades de cobro, son incompatibles con el proceso de crecimiento de esos países.
Tuvo lugar la circunstancia, feliz también, de que la negociación del Club de París se hubiera realizado en el período en que se preparaba y se llevaba a efecto la Tercera Conferencia de la UNCTAD, en donde uno de los temas en discusión fue también el del financiamiento del desarrollo y el de la deuda externa de los países atrasados. De manera que esta circunstancia hizo que Chile tuviera un respaldo moral de numerosos países. Lo prueba el hecho de que el Canciller de Chile hubiera recibido una carta de respaldo a la negociación, que se realizaba, por nuestra parte, en París, de parte de los Cancilleres de los países del Pacto Andino. Esta demostración de solidaridad, por cierto no tiene nada que ver desde el punto de vista ideológico; pero sí tiene que ver desde el punto de vista del interés común que, para esos países del Pacto Andino, significaba la negociación y el éxito que ella tuviera.
Por lo demás, el hecho de que nuestro país haya tenido mejores términos de negociación que los que se lograron en el pasado para otros países, es un precedente favorable para los que vienen a continuación, para los gobiernos de diferentes partes del mundo que han tenido o tienen que renegociar sus deudas por problemas similares a los problemas que tiene Chile. De manera que, señor Presidente, sería absurdo pretender que los resultados de la renegociación fueron producto de la mayor o menor habilidad de los que participaron en la negociación por parte de Chile; sino que ellos fueron producto de estas circunstancias que estoy señalando: del hecho de que Chile haya tomado en sus manos una bandera, que es la bandera de muchas otras naciones subdesarrolladas del mundo; que haya roto un sistema de renegociaciones lesivas para muchos países; y haya abierto la puerta para un nuevo tipo de renegociación, que estamos seguros se va a lograr, cualesquiera sean los gobiernos que vengan, para nosotros o para otros países subdesarrollados, en los próximos años. Porque es un imperativo de las relaciones económicas internacionales, de las relaciones entre los países subdesarrollados y los países capitalistas desarrollados. De manera que, por eso, señor Presidente, la negociación de París...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Diputado?
El señor CADEMARTORI.-
... tiene una importancia extraordinaria para el desarrollo de nuestro país.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo correspondiente al Comité Comunista.
El turno siguiente corresponde al Comité Radical Democrático, que ha cedido su tiempo al Comité Demócrata Cristiano.
Tiene la palabra el señor Cerda.
El señor ACEVEDO.-
¡Otra vez!
El señor CERDA (don Eduardo).-
Muy breve y muy concreto, aunque le moleste a la señora Allende.
Yo he estado escuchando directa y largamente al señor Cademártori. En primer lugar, señor Presidente, se habló aquí de que, por primera vez no se ha hecho un stand-by...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Diputado señor Acevedo!
El señor CERDA (don Eduardo).-
En realidad, lo que ha sucedido es que antes jamás se hacían estos acuerdos anexos a las aclaraciones, como aquí se están contemplando, como hoy son conocidas respecto de una renegociación de la deuda externa. Chile, a través de ella, ¿qué es lo que indica en las declaraciones suplementarias? Es el propósito del Gobierno chileno. Después, más adelante, dice: Revela que en 1971 el presupuesto fiscal mostró un déficit equivalente al 83% del total de los gastos de capital. En el año 1972, se propone bajar al 24%. En cuanto a la expansión monetaria, el Gobierno se propone reducir significativamente la tasa de expansión del crédito interno, a que se llegó en 1971, de 114%. Desde que en 1971 se logró una más equitativa redistribución del ingreso, en 1972 se espera que el incremento real de sueldos y salarios en 1972 sea menor. En cuanto a los precios, prevé una inflación del 22,1%, que después se va a bajar. Y, finalmente, ¿qué es lo que dice? El Gobierno de Chile proporcionará trimestralmente informaciones sobre la política económica descrita en el Club de París...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Es la misma cosa con distinto nombre. Es igual que suprimir el Grupo Móvil y, luego, crear el Cuerpo de Servicios Especiales de Carabineros de Chile. Es la misma cosa.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA (don Eduardo).-
En segundo lugar, lo dicho respecto de la nota. El señor Cademártori no me concedió una interrupción; pero cuando me pidió lo que yo había indicado de este informe de París, le envié la copia del documento para que él la tuviera presente. Sobre esa base, Su Señoría dice que es efectivo lo que aquí se planteó, en cuanto a que el acuerdo fue ampliamente satisfactorio para los intereses de cada país, pese a que la negociación era difícil. Con la misma razón, podemos agregar que también fue efectivo lo que aquí se indica, es decir, que se llegó a un buen arreglo después de una larga llamada telefónica con el Gobierno, de una moción para reconocer formalmente la validez y la necesidad de discusiones bilaterales sobre la indemnización de las empresas nacionalizadas, incluyendo las minas del cobre.
Se planteó que el haber aceptado la jurisdicción de los tribunales norteamericanos es culpa del Gobierno anterior. Con este criterio, vamos a llegar a culpar hasta el Gobierno de O'Higgins por lo que, directamente, se ha estado haciendo en materia de deuda externa chilena.
El señor Altamirano, a quien me he referido concretamente, jamás planteó que el llevar la jurisdicción a un Gobierno extranjero era malo para Chile, si se trataba de deudas anteriores, de nuevos compromisos, o lo que fuere. Manifestó, sí, que el aceptar la jurisdicción de tribunales extranjeros para cualquier problema interno de Chile, era estar renunciando a nuestra soberanía. Discrepamos con él; y, en eso, afirmamos que el Gobierno del señor Allende, si ha sometido estos asuntos a tribunales foráneos, lo reitero, no ha lesionado a la soberanía chilena en este aspecto; y si algunos proyectan su crítica hacia el pasado, nosotros, en este sentido, respaldamos también al Gobierno anterior ante quienes, internamente, lo están atacando, porque precisamente, sé que lo están haciendo y, con ello, dañando al país.
En tercer lugar, el señor Tomic planteó, en su discurso que la deuda externa era muy grande y pesada para Chile. Nadie podría sostener lo contrario. Siempre hemos afirmado que el problema de la deuda externa es un grave problema para Chile. Pero el problema radica en que la deuda externa, el endeudamiento neto del país ha sido superior, en los veinte meses de este Gobierno, al contraído durante los seis años de la Administración del Presidente Frei, pues, en la actualidad, alcanza a una cifra de 2 mil 500 millones de dólares y así, en estas condiciones, se planteó en París. Esto lo atestigua la versión taquigráfica de lo dicho por el Fiscal del Banco Central.
Al plantearse la renegociación en la Comisión Especial Investigadora, se afirmó que la deuda de Chile era sólo inferior a la de Israel. Hice presente, y tengo la versión taquigráfica de lo dicho durante la sesión especial del día 5 de junio, que esto es falso. En efecto, Cuba, por lo menos, presenta una mayor deuda por persona y aún más concentrada, ya que, en su casi totalidad, tiene por único acreedor a la Unión Soviética.
Se han criticado los esfuerzos de Chile por concentrar esta deuda. El caso de Cuba, quizás, es muchos peor en este sentido.
Finalmente, el señor Cademártori sostiene que todo esto debe quedar radicado en la justicia chilena, en resguardo de la soberanía nacional. Qué distinta es la apreciación que ayer formuló el señor Altamirano, al decir que la Corte Suprema es el departamento legal del Partido Nacional. Para el señor Cademártori, en consecuencia, lo fundamental está en que este asunto lo resuelva el departamento legal del Partido Nacional. Sería interesante saber si su colega del Partido Socialista piensa lo mismo. Porque ésta es la realidad, y ésas las inconsecuencias de Sus Señorías.
Por eso, nosotros reafirmamos y reiteramos,...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señora Allende!
El señor CERDA (don Eduardo).-
... uno por uno, todos los puntos que, con mucha elevación hemos planteado. Aunque podamos discrepar, no hemos formulado nuestros criterios para alargar innecesariamente el debate. Reafirmamos cuanto hemos dicho, que la realidad comprueba en forma fehaciente.
Concedo una interrupción al señor Huepe.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la palabra, previamente, el señor Ministro, quien tiene preferencia constitucional.
Restan tres minutos del tiempo del Comité Radical Democrático, durante los cuales, después, el señor Huepe podrá hacer uso de la palabra.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Debo expresar a la Honorable Cámara que, no obstante lo mencionado en no sé qué documento por el señor Cerda, no hay ninguna declaración, en los anexos ni en mi exposición inicial, en que me haya referido al tema aludido por el señor Diputado. Debo decir responsablemente que no hay ninguna alusión de esa naturaleza en mi exposición inicial, cuyo texto fue conocido por todo el país. En esa declaración, se toca la política del Gobierno para el año 1972; o sea, son algunas alusiones a la política de precios y salarios, con un contenido parecido, quizás, a lo que se refirió el Honorable señor Cerda; pero eso fue público. Tampoco figura en ningún anexo.
El señor CERDA (don Eduardo).-
El punto aludido está en el anexo.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones).-
No es auténtico.
El señor CERDA (don Eduardo).-
Es una declaración que hizo el Gobierno el 18 de junio.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Es un documento que no corresponde a ningún documento o declaración del Gobierno de Chile.
El señor TUDELA.-
Envíennos el documento verdadero...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Huepe.
El señor HUEPE.-
En primer lugar, yo le solicitaría al señor Ministro que nos hiciera llegar el documento verdadero; porque, aunque se dice que no corresponde a la realidad, este asunto se ha publicado en todos los diarios del país y no ha sido desmentido por el Gobierno. Por eso, es importante que el señor Ministro haga llegar a la Cámara el documento auténtico.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Solicito una interrupción, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El señor Ministro le solicita una interrupción para hacer una aclaración.
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Señor Presidente, quiero hacer presente que la prensa publica muchas cosas. Por ejemplo, ayer o anteayer, El Mercurio publicó el texto del presunto acuerdo entre los bancos privados norteamericanos y el Banco Central de Chile, y que, desde luego, no es el acuerdo que se suscribió. Eso corresponde a una proposición que, en un momento determinado, hicieron los bancos norteamericanos. Por ello, no hay que hacer fe de todo lo que publica la prensa en esta materia.
El señor HUEPE.-
Señor Presidente, bastaría con que el señor Ministro enviara la información solicitada para esclarecer este aspecto, lo que está en sus manos.
Aquí, uno no sabe cuándo se dice la verdad o cuándo se oculta la verdadera dimensión de los hechos: si cuando el señor Cademártori viene a la Sala a expresar satisfacción por los términos en que culminó la renegociación y por la gran comprensión para la posición de Chile, o cuando el Presidente Allende manifiesta que las dificultades que está señalando forman parte del virtual bloqueo económico que la población no alcanza a percibir en toda su magnitud. En estos casos, el señor Cademártori justifica, ante la opinión pública, una crisis económica, aduciendo que la situación ha sido provocada por otros países. Sin embargo, el señor Cademártori expresa luego su satisfacción por una solución que, jamás, antes había sido alcanzada en los términos de la renegociación mencionada.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor HUEPE.-
Por otra parte, Su Señoría habla de que los bancos intérnales han renegociado la deuda con un 5% de interés, y el señor Ministro ha dado también una serie de antecedentes que nos permiten hablar de esa misma tasa. Sin embargo, no sé si Chile defiende sus intereses cuando aceptó que el gobierno ruso depositara fondos, aquí, en bancos nacionales, pagándole un interés cercano al 8%, en circunstancias que se reconoce, por los mercados internacionales, que se ha estado pagando un interés de un 5%. Por ello es conveniente que la opinión pública conozca estos hechos en toda su magnitud.
Nada más.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Socialista.
La señora ALLENDE.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la señora Laura Allende, quien ha concedido una interrupción al señor Cademártori.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
La señora ALLENDE.-
Yo le he dado una interrupción al compañero Cademártori.
El señor CERDA (don Eduardo).-
No tiene tiempo.
La señora ALLENDE.-
Yo pedí la palabra, él me solicitó una interrupción y se la doy.
El señor CADEMARTORI.-
Deseo dejar aclarada una cosa.
El hecho de que se pretenda desvirtuar sobre la base de documentos de dudosa calidad moral, de una renegociación calificada como ampliamente favorable para los intereses, no de este Gobierno, entendamos bien, sino del país entero, que es el que debe pagar las deudas contraídas por los Gobiernos anteriores, refleja la desesperación de algunas personas por utilizar cualquier medio, con el objeto de enturbiar un asunto que ha sido completamente claro ante todo el país.
Quiero llamar la atención acerca de cómo El Mercurio publicó, en días pasados, en primera página, un borrador de un documento presentado por los bancos norteamericanos como proposición, la que no fue aceptada por el Gobierno chileno; es decir, hay una colusión directa entre esos banqueros norteamericanos y el diario El Mercurio, porque no hay otra forma de obtener dicho documento. Esa proposición fue suministrada, entonces, por elementos vinculados a los banqueros norteamericanos.
Ahora, el señor Cerda se ha valido de cierto documento; es muy curioso que éste haya llegado a sus manos. Naturalmente, Su Señoría no va a decir cómo llegó a su poder. Pero es un documento de un funcionario del Banco Internacional, quien estaba en París, y que informó a su oficina, en Washington, sobre la renegociación de la deuda externa de Chile.
En otras palabras, dicho documento, que, según he leído, está destinado al archivo del Banco Internacional, en vez de ir al archivo llega a manos de un Diputado del Parlamento chileno.
Quiero preguntar cómo el Diputado Cerda u otra persona obtuvo ese documento del Banco Internacional. ¿Se lo pasó el funcionario correspondiente? Esto es muy grave, porque, en Estados Unidos, hay un funcionario en el cual este Gobierno ha hecho fe: Carlos Massad, de la Democracia Cristiana, que está representando al Gobierno chileno ante el organismo internacional.
El señor HUEPE.-
¡Su Señoría no tiene derecho a hacer imputaciones!
El señor CADEMARTORI.-
¡Claro! ¡Ustedes no tienen derecho!
Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor CADEMARTORI.-
¡Efectivamente, ustedes no tienen derecho...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente.-
¡Señor Huepe! ¡Señor Iglesias!
El señor CADEMARTORI.-
... a poner en tela de juicio al señor Massad,...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Tudela, llamo al orden a Su Señoría!
El señor CADEMARTORI.-
... porque Sus Señorías se basan en un papel, en el cual cierto funcionario subalterno del Banco Internacional se permite opinar de una manera despectiva sobre un Gobierno que es miembro del Banco Internacional. Empleando expresiones tales como por sorpresa, por un llamado telefónico de larga distancia o fundado en una serie de suposiciones más, ese funcionario subalterno del Banco Internacional hace comentarios que no le corresponde formular, y los ha hecho pasando por encima del carácter privado de ese documento, el que debía llegar al archivo del Banco, que no podía salir de ahí; porque lo dice el papel: Destinado al archivo. Sin embargo, resulta que ha sido enviado, al país, desde los Estados Unidos.
Con esta actitud repito la Democracia Cristiana pone en tela de juicio a un funcionario de sus filas, al cual, por cierto, el Gobierno de Chile lo ha designado para representarlo, por su calidad de funcionario técnico. Pero quienes lo ponen en tela de juicio son los parlamentarios de la Democracia Cristiana, a menos que confiesen que otros sacaron el documento del Banco Internacional y alguien lo mandó a Chile.
Entonces, se pide la presente sesión especial de la Cámara de Diputados para leer este documento, dándole un tremendo valor, en circunstancias que es una opinión que no corresponde a los hechos ni a los resultados de la renegociación, ni a la posición que ha mantenido, pública y permanentemente, el Gobierno de Chile. Todo esto demuestra realmente la pobreza de argumentos en que caen...
Risas.
El señor CADEMARTORI.-
... ciertos sectores; demuestra la incapacidad de discutir algo que es realmente positivo para el Gobierno de Chile.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Penna!
El señor CADEMARTORI.-
Quiero señalar esto, porque es increíble, realmente, que se haya llamado a sesión especial a la Cámara de Diputados; se le haya pedido al Canciller que asista; se hayan perdido tres horas, solamente para hacer comentarios en torno a lo que dijo un funcionario subalterno, privadamente, a sus mandantes del Banco Internacional, de Washington.
Realmente, esto me parece de una pobreza tremenda, la que rebaja la calidad del Parlamento chileno; porque los parlamentarios tienen acceso a toda la documentación y, sobre esa base, podían haber dado su opinión y haber hecho un análisis,...
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Carrasco! ¡Señor Tudela!
El señor CADEMARTORI.-
... con todo derecho, respecto del juicio que les merece la renegociación; pero no haberse valido de un documento que no tiene ningún valor. Es natural que el diario El Mercurio utilice esos procedimientos que están de acuerdo con su propia moral, que el diario El Mercurio tenga que ir a los bancos norteamericanos para pedirles la copia de un documento que no es el documento de acuerdo con el Gobierno de Chile, que es falso, para engañar a la opinión pública, como lo ha hecho con el que publicó, que era simplemente una proposición de bancos norteamericanos y que fue rechazada rotundamente por el Gobierno de Chile. Y al país se le dice que esto es a lo que Chile se comprometió. Entonces, de esa manera se engaña, de esa manera se miente y, desgraciadamente, algunos parlamentarios se hacen eco de ello.
Por eso, termino señalando que espero que en el futuro, cuando se convoque a debates con el deseo que ha manifestado el Diputado señor Cerda, de hacerlos con altura, realmente se hagan de esa manera, porque no hay duda de que el país saldrá ganando con un debate sobrio, con un debate basado en los hechos, sin calificativos, para analizar la conveniencia o inconveniencia de determinados actos del Gobierno, ante lo cual, por cierto, nuestro Gobierno está llano como lo ha demostrado el señor Canciller al venir a la Corporación a exponer todos los hechos, todos los antecedentes, para conocimiento de la Cámara de Diputados. De manera que no tenemos, en absoluto, el debate, al contrario, nos interesa el debate, pero sobre la base de la capacidad de proporcionar juicios que tengan los señores parlamentarios y no sobre la base de documentos apócrifos como los que publicó el diario El Mercurio en días pasados.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Ha terminado, señora Allende?
La señora ALLENDE.-
Si, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité de Izquierda Cristiana.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
El turno siguiente corresponde al Comité Radical.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Por haber llegado la hora de término, se levanta la sesión.
Se levantó la sesión a las 23 horas 17 minutos.
Roberto Guerrero Guerrero, Jefe de la Redacción de Sesiones.