Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- III.- ACTAS DE LAS SESIONES ANTERIORES
- IV.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA
- 1.- OFICIO DE LA COMISION ESPECIAL DE LA VIVIENDA
- 2.- OFICIO DE LA COMISIÓN ESPECIAL DE LA LA VIVIENDA
- 3.- MOCION DE VARIOS SEÑORES DIPUTADOS
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Gladys Del Carmen Marin Millie
- Manuel Segundo Cantero Prado
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- 4.- MOCION DE LOS SEÑORES WERNER Y RAMÍREZ
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Rodolfo Werner Inostroza
- Gustavo Ramirez Vergara
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- 5.- MOCION DEL SEÑOR MONTEDONICO
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Juan Montedonico Napoli
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- 6.- MOCIÓN DEL SEÑOR VALDES, DON ARTURO
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- Arturo Valdes Phillips
- AUTOR DE UN DOCUMENTO
- V.- TEXTO DEL DEBATE
- APERTURA DE LA SESIÓN
- DEBATE
- 1.- HOMENAJE A LA MEMORIA DEL EX OBISPO DIOCESANO DE TALCA, ILUSTRISIMO MONSEÑOR MANUEL LARRAIN ERRAZURIZ, FALLECIDO RECIENTEMENTE.- NOTAS DE CONDOLENCIA
- HOMENAJE : Jorge Cabello Pizarro
- HOMENAJE : Gustavo Monckeberg Barros
- HOMENAJE : Jorge Aravena Carrasco
- HOMENAJE : Luis Enrique Tejeda Oliva
- HOMENAJE : Juan Tuma Masso
- HOMENAJE : Emilio Lorenzini Gratwohl
- DEBATE
- DEBATE
- DEBATE
- 1.- HOMENAJE A LA MEMORIA DEL EX OBISPO DIOCESANO DE TALCA, ILUSTRISIMO MONSEÑOR MANUEL LARRAIN ERRAZURIZ, FALLECIDO RECIENTEMENTE.- NOTAS DE CONDOLENCIA
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPUBLICA DE CHILE
CAMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA ORDINARIA
Sesión 20ª, en miércoles 13 de julio de 1966
(Especial: de 11.15 a 12.29 horas)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR BALLESTEROS
SECRETARIO, EL SEÑOR CAÑAS IBAÑEZ
PROSECRETARIO, EL SEÑOR KAEMPEE
INDICE GENERAL DE LA SESION
I.- SUMARIO DEL DEBATE.
II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS
III.-ACTAS DE LAS SESIONES ANTERIORES
Las actas de las sesiones 13ª, 14ª, 15ª, 16?, 17? y 18?, ordinarias, se dieron por aprobadas por no haber merecido observaciones.
IV.-DOCUMENTOS DE LA CUENTA
1.-OFICIO DE LA COMISION ESPECIAL DE LA VIVIENDA
"Santiago, 1? de julio de 1966.
En cumplimiento de un acuerdo adoptado por la Comisión Especial de la Vivienda, tengo a honra dirigir oficio a V. E. con el objeto de que se sirva recabar el asentimiento de la Corporación en orden a que se dirija oficio a la Excelentísima Corte Suprema con el propósito de que, si lo tiene a bien y lo estima conveniente, se sirva impartir instrucciones para que se active la tramitación de los siguientes procesos relacionados con irregularidades cometidas en 1óteos de terrenos, incoados en los Juzgados que a continuación se indican :
Primer Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía, de Santiago
1.- Proceso Nº 79.403, contra José Cristóbal Núñez Vásquez, Santiago Leo-nart Marchant, Fernando de la Noi Ba-llacey y María Antonieta Turull Muñoz, representantes de Consba Sociedad Limitada.
2.- Proceso Nº 76.160, contra Carlos Maino Scappini y Guillermo Sotomayor Pérez-Cotapos.
3.- Procesos Nºs. 84.011 y 84.763, contra Eduardo Faúndez Cortés, José Elgue-ta y Zenobio Carvajal.
4.- Proceso Nº 60.703, contra Hilde-gard Riegel.
5.- Proceso Nº 87.839, contra Manuel Guzmán y Renato Sepúlveda.
6.- Proceso Nº 89.760, contra Sociedad Diego Portales Ltda.
Segundo Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de SantiagoProceso Nº 65.191, contra Manuel Bustos Cepeda.
Sexto Juzgado del Crimen de Mayor Cuantía de Santiago
1.- Proceso Nº 63.307, contra Sociedad Civil "Nueva Palena" y Sociedad Arrieta Pereira.
2.- Proceso N° 68.013, contra Enrique Bossay, Juan de Dios Acosta, Julio San Martín, Raúl Sarce y otros.
Juzgado del Crimen de San BernardoProceso Nº 34.530, contra Sociedad Zamora, Belmar y Compañía.
Dios guarde a V. E.- (Fdo.) : Fernando Sanhueza Herbage, Presidente.- Fernando Parga Santelices, Secretario."
2.-OFICIO DE LA COMISIÓN ESPECIAL DE LA LA VIVIENDA
"Nº 57.- Santiago, 1º de judio de 1966.
En cumplimiento a un acuerdo adoptado por la Comisión Especial de la Vivienda, tengo a honra dirigir oficio a V. E. con el objeto de que se sirva recabar el asentimiento de la Corporación en orden a que se dirija oficio al señor Contralor General de la República, con el propósito de que tenga a bien disponer la -readiza-ción de una investigación acerca de las irregularidades que existirían en la formación y organización de las poblaciones que a continuación se indican, ubicadas en las comunas que se señalan:
COMUNA DE CONCHALI
Población:
Lo Aránguiz Sur;
José Miguel Carrera;
Lo Aránguiz, Parcela Nº 6;
Villa Conchalí;
Villa Recoleta Norte;
Padre Undurraga, y
La Palmilla.
COMUNA DE LAS BARRANCAS
Población: Margarita Suárez;
Las Casas; Los Parrones; Carlos Dittborn, e Irene Belmar.
COMUNA DE RENCA Población:
El Cortijo de Balmaceda; Luis Emilio Recabarren, e Infante Errázuriz.
COMUNA DE ÑUÑO A (Sector Peñalolén) Población: Peñalolén; San Roque; San Judas Tadeo; 18 de Septiembre; PresidenteAlessandri; El Progreso, y Nueva Palena (3 sectores).
COMUNA DE LA GRANJA
Población: Primavera.
COMUNA DE SAN ANTONIO
Población:
San Juan de Llo-Lleo, y
Montemar.
Dios guarde a V. E.- (Fdo.) : Fernando Sanhueza Herbage, Presidente.- Fernando Parga Santelices, Secretario."
3.-MOCION DE VARIOS SEÑORES DIPUTADOS
"Honorable Cámara:
Mucho se ha insistido sobre las precarias condiciones económicas en que se desenvuelven los municipios del país. Igualmente se ha manifestado la inconveniencia de otorgar una legislación común a todos ellos para los efectos de proporcionarles mayores recursos, imponiéndose en cambio la norma de legislar en especial para las distintas Municipalidades, atendiendo a sus características, necesidades y las fuentes de recursos que en sus territorios existan.
La necesidad de nuevos recursos ha crecido en algunas comunas y consecuencialmente, la de sus respectivas Municipalidades con motivo de los sismos y temporales, cuyas consecuencias son sobradamente conocidas.
Partiendo de estas premisas y considerando en especial la situación en que se encuentran las comunas de Til-Til, La Calera y Talcahuano, afectadas por los sismos las dos primeras y por los temporales la última, es que estimamos de justicia gravar a las más importantes industrias existentes en las Comunas señaladas, que en el caso son Industrias Productoras de Cemento.
Dada la gran importancia del producto que elaboran, creemos que el tributo que proponemos no puede recargar el precio, sino que debe ser absorbido íntegramente por las Empresas.
Por las consideraciones expuestas, .proponemos a la Honorable Cámara el siguiente
Proyecto de ley:
Artículo 1°.- Establécese un impuesto de un uno por ciento que se calculará sobre el valor de facturación de ventas de cemento, vendido por las fábricas de este producto.
Artículo 2°.- El producto de este impuesto será de beneficio exclusivo de las Municipalidades en que se encuentren ubicadas las distintas fábricas de cemento, para cuyos efectos su monto deberá ser ingresado por las Industrias en la Tesorerías Comunales correspondientes dentro de los diez (primeros días del mes siguiente al que correspondan las facturas.
Artículo 3°.- Las Tesorerías Comunales respectivas, abrirán una cuenta especial en la que se depositará el rendimiento del impuesto a que se refiere la presente ley.
Artículo 4°.- El producto del impuesto establecido en el artículo lº de la presente ley, será destinado por los Municipios respectivos a la realización de planes extraordinarios de desarrollo Comunal, para cuyos efectos deberán acordar anualmente y con el voto conforme de los dos tercios de sus Regidores en ejercicio, las obras a ejecutar.
Artículo 5°.- Las Municipalidades beneficiadas consultarán en sus (presupuestos, en la partida de ingresos extraordinarios el rendimiento del Tributo y en la partida egresos extraordinarios el plan de obras acordado.
Artículo 6°.- Autorízase a las Municipalidades beneficiadas con la presente ley, para contratar, con cargo al tributo señalado en el artículo lº, préstamos con el Banco del Estado de Chile u otras instituciones de crédito, con una amortización que extinga la deuda en un plazo máximo de diez años. El servicio de la deuda no podrá comprometer en ningún caso, más del 75% del rendimiento estimado del tributo. Facúltase al Banco del Estado de Chile y demás instituciones de crédito o bancarias para tomar los préstamos en la forma autorizada ¡por esta (ley, para cuyo efecto no regirán las disposiciones restrictivas de sus respectivas leyes orgánicas o reglamentos.
Artículo 1°.- El impuesto a que se refiere la presente ley, no podrá ser cargado en el precio de venta al consumidor y deberá ser absorbido íntegramente por las Industrias Productoras. El Ministerio de Economía establecerá las normas para un estricto control del cumplimiento de esta disposición.
Artículo 8°.- Esta ley comenzará a regir desde la fecha de su publicación en El Diario Oficial.
(Fdo.) : Gladys Marín.- Manuel Cantero."
4.-MOCION DE LOS SEÑORES WERNER Y RAMÍREZ
"Proyecto de ley:
"Artículo único.- A partir de la promulgación de la presente ley, la Avenida Dos Sur de Talca, tomará el nombre de Dos Sur-Obispo Manuel Larraín".
(Fdo.) : Rodolfo Werner.- Gustavo Ramírez."
5.-MOCION DEL SEÑOR MONTEDONICO
"Proyecto de ley: "Artículo único.- Concédese, por gracia, a don Felipe Romano Squadrito, Capitán de Carabineros en retiro, el derecho a acogerse a lo dispuesto en el artículo 36 de la ley Nº 11.595, de 3 de septiembre de 1954 y artículo 1º, letra a) de la ley Nº 11.852 de 29 de agosto de 1955, otorgándosele todos los derechos y beneficios, incluso quinquenios, que habrían correspondido al no mediar su ilegal eliminación".
(Fdo.) : Juan Montedónico Nápoli".
6.-MOCIÓN DEL SEÑOR VALDES, DON ARTURO
"Proyecto de ley:
"Artículo único.- Reconócense, por gracia, para todos los efectos legales, incluso para el goce de trienios de que goza el personal dependiente del Ministerio de Educación, al Profesordon Héctor Amado Díaz Barraza, los cinco años y 16 días servidos como Inspector ad-hoc en el Instituto Nacional, desde el 15 de marzo de 1956 al 1º de abril de 1961.
Será de cargo del beneficiario el pago de las imposiciones correspondientes al tiempo que se reconoce en el inciso anterior y la Caja de Previsión de Empleados Públicos y Periodistas estará obligada a recibir las imposiciones aludidas con los intereses correspondientes".
(Fdo.) : Arturo Valdés Phillips."
V.-TEXTO DEL DEBATE
-Se abrió la sesión a las 11 horas 15 minutos.
El señor BALLESTEROS (Presidente.-
En el nombre de Dios, se abre la sesión.
Las Actas de las sesiones 13ª a 18ª inclusive, se declaran aprobadas por no haber merecido observaciones.
Se va a dar lectura a la Cuenta.
-El señor Prosecretario da cuenta de los asuntos recibidos en la Secretaría.
El señor BALLESTEROS (Presidente).- Terminada la Cuenta.
1.-HOMENAJE A LA MEMORIA DEL EX OBISPO DIOCESANO DE TALCA, ILUSTRISIMO MONSEÑOR MANUEL LARRAIN ERRAZURIZ, FALLECIDO RECIENTEMENTE.- NOTAS DE CONDOLENCIA
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
De conformidad con el objeto de lapresente sesión, corresponde rendir homenaje a la memoria del ex Obispo Diocesano de Talca, Ilustrísimo Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, fallecido recientemente.
Tiene la palabra el Honorable señor Cabello.
El señor CABELLO (de pie).-
Señor Presidente, una ley inexorable que nos lleva a lo desconocido, a los límites del pensamiento, al paso de la luz a la obscuridad, ha tronchado en los caminos de Chile la vida del Obispo de Talca, don Manuel Larraín Errázuriz. Todos, sin distinciones, se acongojaron y se oprimieron, aumentando la frialdad invernal, al perder al hombre íntegro a quien conocieron por sus dotes de humildad, abnegación, compañerismo y hondo sentido social. De inteligencia y espíritu de sacrificio ilimitados, supo con calor poner estos atributos al servicio permanente de los más necesitados, de los pobres que durante siglos no han conocido otra cosa que el sufrimiento, el hambre, la miseria y la explotación.
Como sacerdote, se preocupaba de todos, pero en forma especial de los desamparados, de aquellos que viven en el mundo sin esperanzas y que necesitan apoyo.
Fiel reflejo de sus conocimientos en esta materia son sus frases, que se han hecho famosas al reflejar por entero su pensamiento:
"No se puede predicar el evangelio cuando hay estómagos vacíos"; y
"Las grandes obras se hacen con ideas de los ricos y plata de los pobres".
Ellas nos dan la pauta de su preocupación, la que se materializó en el gran impulso que dio a la reforma agraria de la
Iglesia, entregando a los campesinos el fundo "Los Silos", de propiedad del Obispado, teniendo la plena seguridad que contribuía así a mejorar el nivel de vida de éstos, dándoles esperanzas, enseñándoles a construir su futuro.
Creó un sinnúmero de colegios de enseñanza básica, humanística y, especialmente, rural, con la convicción de que la educación es la palanca de triunfo en la solución agraria de nuestro país.
Talca manifestó su dolor ante la sensible pérdida; las mentes se identificaron en el sufrimiento, y las lágrimas enturbiaron muchas visiones. Pero quedará el concepto eterno del hombre progresista, del idealista excelso, del católico fervoroso, a quien conocí en toda su magnitud al ser su médico tratante en un accidente anterior que lo postró por varios días, y a quien dos Diputados radicales le tributamos hoy nuestro sentido recuerdo.
He dicho.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (de pie).-
Señor Presidente, la muerte de Monseñor Manuel Larraín Errázuriz ha estremecido de dolor a todo el pueblo de Chile, y .no podía ser de otra manera, porque su vida fue un permanente testimonio de fe, de abnegación, de amor y de esperanza para todos.
Como auténtico Apóstol, habló siempre de las cosas del espíritu más que de las contingentes, porque sabía como nadie que no se puede "atar con lazos de carne la palabra de Dios".
La dignidad del hombre la defendió con caridad y con talento, dándole a cada cual el valor que le correspondía y procurando que todos alcanzaran la plenitud de sus legítimos derechos y el más absoluto respeto a sus conciencias, porque ése era, a su juicio, el mejor camino para que todos encontraran a Dios.
Consagrado Obispo de Talca en 1938, después de ejercer su ministerio en la Universidad Católica y en el Seminario Pontificio de Santiago, se entregó a sus tareas de Pastor con una ejemplar abnegación.
Se preocupaba personalmente de la construcción de parroquias, capillas, escuelas y liceos en los vastos campos de su Diócesis, entregándose al mismo tiempo, como celoso sacerdote, a la atención de sus fieles, dándoles siempre a todos la paz espiritual que buscaban.
Su talento extraordinario, su sentido del apostolado, su cultura, su admirable actividad y su prestigio sacerdotal, lo llevaron a recorrer el mundo entero e hicieron que su palabra y su juicio fueran considerados por la jerarquía universal de la Iglesia.
Amigo personal del Santo Padre, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, asombroso conferencista, sus trabajos acerca de la Espiritualidad del Laico no sólo son conocidos en el mundo católico, sino que también en el mundo universal del pensamiento.
Fue, sin duda, la figura más sobresaliente de la Iglesia de América Latina; pero todo esto no alteró nunca su modestia ni su generosa misión pastoral.
Aristócrata, no sólo de la sangre, sino que principalmente del espíritu y de las ideas, esculpió en su propia vida la imagen de la verdad y de la justicia.
Sin vanidad, pero con prudente valor, supo señalar las rutas del verdadero cristianismo, estremeciendo conciencias adormecidas y voluntades abandonadas, logrando establecer el amor como piedra fundamental de todo entendimiento entre los hombres.
Monseñor Manuel Larraín Errázuriz reiteró siempre la independencia de la Iglesia frente a la política partidista, señalando con su palabra y con su ejemplo las proyecciones sociables del Evangelio, y destacando la obligación de los cristianos de vencer ambiciones materiales desmedidas, en favor de los sectores más pobres y postergados.
Su muerte ha sellado un ejemplo que debe perdurar indeleble en la conciencia de todos los chilenos.
Nos enseñó a todos a amar en cristiano; y amar en cristiano es alcanzar todas las dimensiones de la generosidad humana.
He dicho.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable Diputado señor Aravena, don Jorge.
El señor ARAVENA, don Jorge (de pie).-
Señor Presidente, La Bruyere, en uno de sus profundos pensamientos, dice: "Aparecen de vez en cuando sobre la faz de la tierra, hombres singulares, exquisitos, que briillan por su virtud, y cuyas cualidades eminentes derraman un resplandor prodigioso. Semejantes a esas estrellas cuyas causas se ignoran y de las que menos aún se sabe lo que llegan a ser después de haber desaparecido".
Yo creo que se podría agregar una frase más que diga: "¡Qué fugaz resulta la vida de estos seres, y qué grietas tan profundas nos dejan en su raudo vuelo hacia la eternidad!"
Don Manuel Larraín Errázuriz, nuestro Obispo diocesano, pastor de nuestras almas, sucumbió en la brecha de un camino al caer la tarde de uno de estos días fríos y nebulosos, en pleno desempeño de su misión pastoral.
Tanto Talca, como nuestro país, y tal vez el mundo entero, ha perdido a uno de los más altos valores espirituales de nuestros tiempos y, a la vez, a un insigne sembrador de ideales de justicia y amor en favor de los que nada son o nada tienen.
Es por eso que aquel pueblo, redimido y ferviente, dobló sus rodillas y dejó correr las lágrimas de sus acongojadas almas en el triste y lento recorrido, que hicieron sus despojos mortales hasta la cripta en que se guardará para siempre el recuerdo de este hombre que supo amar a su prójimo, entregando todo su maravilloso talento y ejemplos que perdurarán a través del tiempo y de la historia.
Cuando los pueblos vibran al calor de
un sentimiento de amor a la virtudes de los hombres, se rompen todas las barreras que puedan sustraerlo. Así lo demostró mi querido pueblo de Talca. Se unió en el dolor y se abrazó a un solo sentimiento de aprecio y cariño al Obispo de los pobres, a esa figura universal que atravesara mares y recorriera continentes, esparciendo su fe y atesorando virtudes y experiencias, para entregarlas a manos llenas a las juventudes de su patria, a los campesinos y desamparados de su Diócesis, a la cual sabía amar con la intensidad y dulzura del Divino Maestro, hecho hombre y a nuestra semejanza.
Talca, que era su morada, lo despidió de rodillas, con los ojos húmedos, pero fijamente puestos en sus nobles ejemplos y sabias enseñanzas y pensando que nada será perdido ni olvidado; que aquella reforma agraria que él iniciara con el alma henchida de esperanzas, pronto dará el fruto de sus aspiraciones de solidaridad social, y que los colegios rurales y urbanos, los centros de enseñanzas y -cultura superiores, las obras realizadas en favor de los humildes y de ciertos grupos sociales a los que en silencioso secreto tendía sus generosas manos, seguirán vibrando en lo más sensible de su alma. Así también tantas obras y gestos de este insigne pastor, destinadas igualmente a la unión y fraternidad de la vida familiar, no podrán ser olvidadas ni aún a través de generaciones, por cuanto la semilla esparcida era fecunda y germinó en el corazón de su pueblo en donde el amor perdura eternamente.
Perpetuar en el bronce su memoria será tarea que, sin duda, con satisfacción inmensa, se impondrá el pueblo de Talca, a través de todas las organizaciones. Seguramente, nuestro diario talquino "La Mañana", que sabe interpretar en sus paginas, con gran sensibilidad, los sentimientos que conmueven a la comunidad, junto a las emisoras de la región, impulsarán la idea, a fin de responder con un hecho significativo a esa Catedral que él nos dejara y que, imponente y magestuosa, se eleva como una evocación de paz y tranquilidad de los espíritus en el centro de la capital de nuestra provincia.
Plutarco manifestaba en cierta ocasión: "El amar a uno que ha muerto, no consiste en afligirse, sino en hacerse grato a aquél a quien se ama; y el modo de hacerse grato a dos que han pasado a otra vida es honrar su buena memoria, -porque los virtuosos no merecen lamentos, sino elogios y alabanzas."
Talca y todos los pueblos que constituían su Diócesis responderán al pensamiento del historiador y moralista griego: "Honrarán su memoria, siguiendo los caminos de justicia, de paz, de amor y de solidaridad social que nos dejara marcados en el trayecto de su fecunda y virtuosa vida".
¡Qué hermosas expresiones hemos tenido oportunidad de escuchar y leer, con motivo de este viaje sin retorno de nuestro Pastor espiritual! La verdad es que, a pesar de nuestro dolor, hemos podido deleitarnos ante el torrente de armoniosas voces venidas de todos los sectores de nuestra ciudadanía para brindarle el postrer homenaje al apóstol de los pobres. ¡Qué maravilloso ejemplo de solidaridad humana en una hora tan turbulenta y azarosa! Da la sensación de un destello de paz y de amor en medio de una tormenta de pasiones. ¡ Qué tonificantes y alentadoras son estas demostraciones de un pueblo que, en medio de sus profundas diferencias filosóficas, doctrinarias y sociales, sabe unir sus sentimientos ante la virtud, el talento o la bondad!
Cicerón, uno de los más elocuentes oradores de todos los tiempos, refiriéndose a la gloria de los hombres, expresaba: "Gloria es la alabanza patente de alguna cosa magnífica o algún arte bueno que se presta a grandiosos comentarios."
Así es como en esta ocasión, la gloria engalana la figura de un hombre que, lleno de bondad y renunciamientos, cumplió
su vocación sacerdotal y amó a su Iglesia,
a través de obras de profundo sentido social, y entregó su talento y elocuencia a la propagación de la fe, de la verdad y de la justicia.
El Honorable Senador don Patricio Aylwin, en el brillante homenaje que rindiera a don Manuel Larraín Errázuriz, en el Senado de la República, hizo una reseña histórica de muchas de las paginas que escribiera o expresara, a través del desempeño de su misión apostólica. Para quienes hemos seguido más de cerca la vida de nuestro Prelado, este compendio fragmentado de su pensamiento nos ha causado una profunda satisfacción espiritual, y nos dará los fundamentos para escribir, más tarde, los alcances de una vida proyectada hacia la construcción de una humanidad más justa, hacia una civilización más digna y respetuosa del hombre, y hacia la libertad y la justicia de nuestro pueblo.
Quisiera seguir expresando todo cuanto debiéramos decir de don Manuel Larraín Errázuriz. Sin embargo, prefiero que el tiempo destaque, aún más, los relieves de un Pastor que tenía su pensamiento en el cielo, pero que obraba como uno de los mejores luchadores por el bienestar humano.
Señor Presidente, hace algunos días, tuve oportunidad de presentar un proyecto de ley, tendiente a erigir un monumento a la memoria del gran ciudadano, al que, en estos instantes, rendimos nuestro más cálido y sincero homenaje.
Con el objeto de hacer pronta realidad ese anhelo, solicito que, al término de esta sesión, se despache, sin discusión, el proyecto mencionado, ya que no requiere el trámite de la Comisión de Hacienda. Sería una manera de rendir un homenaje más a tan ilustre extinto.
He dicho.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa recabará oportunamente el asentimiento de la Sala, con el objeto indicado por Su Señoría.
Tiene la palabra el Honorable señor Tejeda.
El señor TEJEDA (de pie).-
Señor Presidente, el 7 de julio de 1949, el Tribunal del Santo Oficio denunció al comunismo como "intrínsecamente perverso".
Los Diputados de estos bancos que han abrazado esta doctrina, a la que hemos entregado lo mejor de nuestras vidas, me han conferido el alto honor de adherir, en su nombre, al homenaje que esta mañana se rinde a la memoria de uno de los más altos y esclarecidos dignatarios de la Iglesia Católica: el Obispo de Talca, Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, fallecido trágicamente al anochecer del 22 de junio recién pasado. Y lo hago con el más profundo respeto.
Para nosotros, marxistas, lo que caracteriza a un gran hombre es la clara conciencia de los movimientos profundos y de las necesidades de su tiempo. Y es en esta dimensión donde queremos destacar la figura del Obispo Larraín.
"La Iglesia, por su enorme influencia en las masas populares -afirmaba Maurice Thorez en el Noveno Congreso del Partido Comunista francés- se ha visto siempre sacudida por los grandes acontecimientos sociales".
Y, en verdad, la historia de los países americanos aparece tan ligada a la Iglesia, que su influencia fue, muchas veces, decisiva en el curso de su destino, y conserva todavía un papel preponderante en la vida de nuestros pueblos. De ahí que sus transformaciones, sus cambios, su adecuación a las nuevas circunstancias, su ubicación más a la Izquierda o más a la Derecha tengan, necesariamente, profundas repercusiones. Por eso vale la pena observar, en una mirada retrospectiva, su evolución a través de los siglos.
Si tomamos la institución de la esclavitud, encontramos que algunos Padres de la Iglesia la defendieron, y que uno de sus más grandes filósofos, Santo Tomás de Aquino, escribe en la Summa Teológica:
"La esclavitud es natural entre los hombres".
"El esclavo, respecto a su dueño, es un instrumento...".
"Entre un dueño y su esclavo existe un derecho especial de dominio".
Y más cerca de nosotros, nos encontramos con que, sólo a raíz de una Bula del Papa Paulo III, se reconoció por la Iglesia que nuestros indios pertenecían a la especie humana.
Excusadme, señores Diputados, si estos recuerdos pudieran lastimar vuestros sentimientos, pues no está en nuestro ánimo inferir a nadie agravio alguno. Es que cuando se trata de enunciar la obra de un hombre eminente, de seguir su paso por la vida; cuando se valoriza lo que hizo por la sociedad, es necesario ubicarlo en el momento en que le correspondió actuar.
Bien comprendemos, por lo demás, que los tiempos eran otros. Y el tiempo no pasa en vano. La historia no se detiene, y hasta las instituciones milenarias, como la Iglesia Católica, crujen hasta sus cimientos en un afán de renovación y de cambio, como resultado de los grandes acontecimientos, impulsados, siempre, por las luchas del pueblo.
No podía la Iglesia permanecer indiferente a hechos de tanta riqueza histórica, como el feudalismo, la Revolución Francesa, la guerra de la Independencia de los países americanos, las dos guerras mundiales, la Revolución Rusa, la presencia del socialismo, las luchas liberadoras de los pueblos de Africa y de Asia, la Revolución Cubana, las multitudes hambrientas, la explosión demográfica y las armas nucleares.
Basta para apreciar la profundidad de sus cambios, comparar las frases de Santo Tomás, y aun aquel decreto que declaró "intrínsecamente perversa" nuestra doctrina, con el "Documento Verde", redactado por los curas obreros de París, y sometido a la consideración de Su Eminencia el Cardenal Feltin, a comienzos de 1954, resumiendo su experiencia.
Escuchad, señores Diputados; son los curas obreros quienes hablan!
"Hemos aprendido -dicen- que la acción organizada y consciente de la clase obrera, es necesaria para que surja un poco de libertad allí donde la libertad individual, a causa de las condiciones de explotación, no es más que un engaño.
"Ahora sabemos que el proletariado, dejado a sus propias fuerzas, sin conciencia de clase, sin organización, no podrá vencer jamás a un enemigo que lo ataca por todas partes, y que es cien veces superior, si no en número y en calidad, al menos, en los medios de opresión y de represión que van, desde la lucha abierta y brutal, hasta la benevolencia hipócrita y el narcótico religioso. Y pensamos que es nuestro deber participar en esta conciencia de clase y en esta acción organizada, que es una muestra de caridad tan necesaria e imperativa, como la atención individual.
"Hemos aprendido que la lucha de clase no es una concepción moral que se puede aceptar o rechazar, puesto que es un hecho brutal que se le impone a la clase obrera. Es la lucha tremenda contra la clase obrera por el partido único de los poseedores, ayudados en todas partes, pollos que manejan las piezas claves, entre las cuales, por el momento, figura la Iglesia, a los ojos de los trabajadores. Y hemos aprendido que es un deber alzarse contra esta violencia de los opresores, a través de una lucha semejante, tan inteligente, apasionada y fuerte como la que ellos ejercen. Que debemos estar, por consiguiente, por la liberación, tanto espiritual como material del trabajador.
"Hemos aprendido que la política no tiene el mismo significado para un burgués y un obrero. De hecho, para un burgués, que tiene asegurado el pan y el porvenir, ella no es sino un arte liberal. Para el obrero, es la defensa misma de su pan, de su vida, de su porvenir, y, en consecuencia, nosotros debemos hacer la política de la clase obrera, si queremos seguir siendo obreros honestos.
"Hemos aprendido, al revés de lo que se afirma, que toda esta lucha proviene tanto de una búsqueda de la dignidad humana, como de una necesidad de reivindicación puramente material, puesto que la clase obrera combate, al mismo tiempo, por relaciones humanas nuevas, por una transformación de las condiciones de existencia y del ser humano, e, igualmente, por una nueva promoción de la humanidad.
"Nosotros hemos aprendido que querer estar por encima de la lucha, o como se nos dice, "los hombres de todos", no tiene para nosotros ningún sentido, ni lo tiene para nadie, ya que está, a pesar de las palabras, de un lado o de otro, como en la resistencia o en la guerra,"
Señor Presidente, el Obispo Larraín tenía, tal vez, la pasta de estos curas obreros.
Llega al Obispado en 1938, cuando importantes hechos se producen en la historia política de Chile. Del viejo tronco conservador se desgaja la Falange Nacional, a cuya acción aparece ligado, casi como un Padre espiritual, el Obispo Larraín.
Sube al Poder el Frente Popular, con don Pedro Aguirre Cerda como Presidente de la República.
La clase asalariada reclama mayores derechos, mejores salarios, algo siquiera de bienestar. Los campesinos toman mayor conciencia de sus derechos, y en las zonas donde son más vilmente explotados, los latifundistas invocan para perseguirlos el anticomunismo y se cobijan bajo el ala protectora de la Iglesia que, hasta ese momento, aparece tan vinculada al Partido Conservador.
Años más tarde se producen grandes huelgas de campesinos en la Diócesis del Obispo de Talca, especialmente en Molina. Y allí, ante la sorpresa y, más que eso, ante el verdadero escándalo de los sectores derechistas, el Obispo Larraín no sólo tiende su mano a miles de perseguidos por sus patrones, sino que toma parte activa en su organización y en sus luchas.
Abogado, profesor, Vicerrector de la Universidad Católica, escritor y publicista, pone toda su capacidad y su inteligencia al servicio de los trabajadores. No reza con él aquello de que para oprimir a los campesinos basta con motejarlos de comunistas.
3u línea social y política quedó de manifiesto cuando la jerarquía eclesiástica estuvo a punto de excomulgar a los dirigentes de la Falange Nacional, en días cruciales de 1947, época en que "El DiarioIlustrado" los denuncia, editorialmente, como "los enemigos de Cristo".
Monseñor Larraín se jugó entero para impedir que la anatema cayera sobre estos jóvenes dirigentes, muchos de los cuales son hoy miembros destacados del actual Gobierno.
No fue fácil su lucha, ya que la Derecha económica de Chile se autoproclamaba como la propia voz de la Iglesia, y el Partido Conservador, tradicionalmente al servicio de la oligarquía, era mirado como su órgano de expresión política.
Es un hecho histórico que la Carta Pastoral de los Obispos, del año 1962, sobre "El Deber Social y Político", fue inspirada por el Obispo de Talca. Esta Pastora! representa un notable cambio, ya que la Iglesia entra en diálogo no sólo con sus adeptos, sino, siguiendo las aguas de Juan XXIII, con todos los hombres de buena voluntad.
Es en esta Pastoral donde la Iglesia señala lo que ocurre en el campo, donde "una parte considerable de nuestro pueblo vive allí oprimida por la miseria y en condiciones indignas", denuncia que gran número de familias carecen de casa digna y que cerca de un tercio de nuestra población no tiene habitación donde puedan desarrollar, en forma normal, las virtudes familiares, que son la base insustituible de las virtudes sociales; acusa la existencia de decenas de miles de cesantes ; expresa que una décima parte de la población chilena recibe cerca de la mitad de la renta nacional, mientras que las nueve décimas restantes deben subsistir con la otra mitad; esto quiere decir que gran parte de la clase trabajadora no recibe un salario de acuerdo con las normas de la justicia social; denuncia, igualmente, que, de cada tres niños chilenos, uno abandona la escuela después del primer año y otro antes de terminar los estudios primarios, quedando, así, una gran parte de la población chilena marginada de la cultura. Luego, en frase lapidaria, dice que la mala distribución de la riqueza en Chile "se paga con la subalimentación del pueblo". Finalmente, se refiere a la "frecuentísima burla de las leyes sociales", que afecta a una innumerable cantidad de obreros y empleados, que se encuentran, de hecho, indefensos y que deben soportar el hambre y la miseria, fruto de la injusticia de que son víctimas.
No creemos que vaya en mengua de este homenaje decir en esta oportunidad que no compartimos otros aspectos de esa Pastoral, en la que se reviven algunos conceptos anticomunistas ya en desuso.
Bien comprendemos que, en esos aspectos, la Pastoral representa el juicio colectivo de la mayoría de los Obispos y no el personal de Monseñor Larraín.
Señor Presidente, yo ignoro cuál fue el lema episcopal del Obispo de Talca; pero quiero decir en su homenaje, en nombre de los Diputados de estos bancos, que trató de escuchar a los trabajadores y que bien pudo escoger como su divisa la vieja frase latina, no por conocida menos elocuente: "Vox Populi, Vox Dei". ¡La Voz del Pueblo es la voz de Dios!
Así lo sintió y practicó don Manuel Larraín Errázuriz.
He dicho.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Turna.
El señor TUMA (de pie).-
Señor Presidente, el Comité del Partido Socialista, con honda emoción solidaria, participa en el justo homenaje que se rinde esta mañana en esta Alta Corporación a la memoria del que fuera Excelentísimo y Reverendísimo ObispoDiocesano de Talca, Monseñor Larraín Errázuriz, cuyo trágico fallecimiento consternó los corazones de todos los chilenos y llevó aflicción a los de la grey católica. Su prematuro y lamentable desaparecimiento repercutió profundamente en los medios eclasiásticos de los países de nuestra América y Europa, donde fueron grandes su prestigio y la consideración de sus excelsas virtudes humanas; y ello porque fueron altísimas las calidades de Pastor y de hombre que adornaron la personalidad de este chileno representativo.
Formado espiritualmente en la institución secular que fundara Paulo para difundir las doctrinas morales y sociales del Mártir de Galilea, ejerció el ministerio sacerdotal católico desde muy joven. Vehemente predicador y fiel intérprete del mensaje de humanidad y fraternidad que comportan esas doctrinas, Monseñor Larraín marcó en nuestra patria un jalón de vigorosa justificación histórica para los principios de la Iglesia Católica, en la proyección reformista de León XIII y de Juan XXIII.
Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, descendiente de familias de significación en el desarrollo de nuestra nacionalidad, supo ser un condigno continuador de la tradición de señorío y prestancia intelectual de sus antepasados y lo fue .dando a los actos de su vida una fuerte espiritualidad renovadora acorde con los problemas y las angustias del tiempo en que vivió. Después de estudios brillantes en el Seminario, se doctoró en Filosofía y Teología, ordenándose en Roma en 1927. Fue Vice-Rector de la Universidad Católica y recibió la dignidad de Obispo de Talca en 1938. Participó en los estudios del último Concilio Ecuménico y fue Presidente de su Comisión Episcopal para la América Latina. Tuvo descollante actuación en el planteamiento de las nuevas posiciones de la Iglesia Católica frente a los problemas sociales del mundo actual.
La huella fecunda de su actuación en nuestro país se caracteriza por el coraje para defender sus ideas y por la claridad con que supo afrontar y resolver problemas concretos que se planteaban en el cumplimiento de su deber, de hombre de bien y de conductor de almas. ¡ Cómo no recordar sus admoniciones severas dirigidas a los egoístas satisfechos, a los soberbios implacables con la debilidad del humilde, a los tercos poseedores de tierras mal habidas y a los que diariamente negaban las sublimes doctrinas que decían profesar! Se necesitaba coraje moral para mantenerse en esa actitud de crítica frente al medio y desentenderse de los ataques que, como primaria reacción, le inferían los descarriados.
Monseñor Larraín comprendió, pues, visionariamente, los deberes que, en el desorden y el caos del mundo actual, aprisionado por la injusticia y la irresponsabilidad social de los poderosos, le correspondían. Todo ello entroncaba su espíritu con las mejores palabras de los profetas bíblicos y de los Padres de la Iglesia. Y, al bosquejar la semblanza de este Prelado cristiano, surge también entre nosotros la figura ilustre y aleccionadora de Juan XXIII, tan bien interpretada en su proyección social por las palabras y los hechos de Monseñor Larraín. ¡Quién mejor que el Obispo de Talca, hermano del inquilino esclavo' de nuestros campos, del pobre despreciado y marginado por la urbe cruel, podría suscribir con la propia sangre de sus hechos las paginas del "Diario del Alma" de Juan XXIII!
Señor Presidente, el Partido Socialista no podía estar ajeno al justo homenaje que esta Alta Corporación rinde hoy al gran Prelado y Obispo de Talca. Por eso, junto con expresar nuestro sentimiento por su fallecimiento, deseo solicitar que se envíe una nota de condolencia, si fuera posible en nombre de la Cámara, a la Iglesia chilena, a los familiares de Monseñor Larrín y, muy especialmente, a su distinguido hermano, alto funcionario de esta Corporación, nuestro amigo señor José Luis Larraín Errázuriz.
He dicho.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lorenzini.
El señor LORENZINI (de pie).-
Señor Presidente.
Vivir en medio del mundo
sin desear sus placeres;
ser un miembro de cada familia,
aun sin pertenecer a ninguna;
compartir todos los sufrimientos;
penetrar todos los secretos;
curar todas las heridas ;
ir de los hombres a Dios
y ofrecerle sus plegarias;
volver de Dios a los hombres
y traerles el perdón y la esperanza;
enseñar y perdonar, consolar y
bendecir siempre...
¡ Oh Dios mío, qué vida!
¡ Y esa es la vida del
Sacerdote de Jesucristo!
Genialmente, Lacordaire condensó, en breves palabras, el ideal de vida de un sacerdote. Don Manuel Larraín fue eminentemente un sacerdote; y porque lo fue en grado sumo, su personalidad se agigantó; encumbrándose sobre sus limitaciones y debilidades humanas, alcanzó cumbres insospechadas.
Sólo podemos evocar algunos rasgos; tan múltiple fue su fuerza creadora, la profundidad de su fe en los hombres.
Haber recibido la inspiración de un hombre de la calidad del PadreAlberto Hurtado, cuando cursaba humanidades en el Colegio de San Ignacio y haber entrado de lleno en la vida bajo la dirección de otro hombre, de la calidad de don Manuel Larraín, son dones que imprimen carácter a la propia existencia.
¡ Qué trágica es la incapacidad de expresar las propias vivencias; los sentimientos íntimos que bullen en el corazón; las respuestas profundas del alma ante los ejemplos de seres capaces de abarcar con un mismo y real sentimiento de amor a la humanidad toda, y a cada una de las personas que la providencia coloca en su camino!
Terrible limitación, que nos impide comunicar a los seres humanos la plenitud de los ideales que uno lleva en su conciencia; que nos impide entregar a nuestros hermanos, sean quienes fueren, el profundo y sincero amor que es el distintivo del cristiano.
Monseñor Larraín recibió, de lo Alto, la gracia de penetrar los corazones, aun los más doloridos y amargados. Su secreto era simple: compartir auténticamente el dolor o la amargura. Pero también sabía alegrarse con los que reían; y, en una ocasión, con dolorosa angustia anidada en su espíritu por el fallecimiento de su amada madre, bebió solo, en su intimidad, el terrible cáliz, y acudió a incrementar con su presencia la alegría de un hermano en el sacerdocio, que era ungido Obispo, no dejando traslucir la tormenta que estremecía todas sus fibras sensibles y apasionadas.
Singular fenómeno ocurría a quienes le vieran y trataran aunque fuera una sola vez. Sentían que el Obispo era su particular amigo. Desde ese instante aquella persona expresaba: "Don Manuel es amigo mío; me tiene un gran cariño". Y lo asombroso es que decía la verdad. Tal era la intensidad de su afecto, que causaba impacto indeleble.
En esta Sala, en esta sesión extraordinariamente solemne, en que están presentes muchos de los que le conocieron en vida, quiero hablar, como parlamentario, de un hombre que, sin ser político, influyó en la historia política; más aún, cambió el curso de la Historia de Chile al evitar que la Falange Nacional fuera proscrita. Todavía, por lo próximo, no podemos tener una visión justa de su tremenda influencia en América Latina, en su calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal de este continente que "entra en escena", al decir de Tibor Mende; y podemos agregar que entra tumultuosamente.
Y Manuel Larraín fue un hombre de Iglesia. Por eso, siguió la tradición de la Iglesia Católica, depositaría del mensaje de Cristo, mensaje de amor al extremo de amar incluso a los enemigos. Contadas veces, en trágicos instantes de la historia, no supo encontrar la justa expresión de la justicia que forja la libertad.
La Iglesia, desde su nacimiento, fue el baluarte y, muchas veces, al través de los siglos, el único escudo, el solitario adalid de los desvalidos.
Los dos mil años de historia posterior a Cristo son un largo bregar del catolicismo para obtener el respeto a la dignidad del hombre, cualquiera fuese su estado o condición social, riqueza o pobreza, ignorancia o cultura.
Héroe, sacerdote, profeta, revolucionario y amigo. Eso fue Monseñor Larraín.
Los antiguos decían: "Es dulce morir por la patria". Más meritorio es vivir para ella; construir minuto a minuto un país en su dimensión humana, con la oración, el verbo y la acción, entregando la existencia toda, sin reservas, sin dejarse nada para sí.
Este héroe, sin oropeles ni trompetas, fue don Manuel.
Porque amó a Dios, amó a su patria. Porque amó a su patria, se sacrificó amorosamente por su pueblo. Su voz viril se alzó proclamando la justicia; defendiendo los derechos de los obreros, de los campesinos ; exigiendo trato humano y civilizado para los pobladores; trazando un camino de vida para la juventud.
Con energía incansable, buscaba la defensa y el desarrollo del hogar, para que la mujer desempeñara su papel maravilloso, incomparable, pero duro, de abnegación total, que exige el ser madre.
Epoca la nuestra de placeres, comodidades y cobardías, no es propicia a la generosidad. Y la vergüenza que siente en lo íntimo la mujer que huyó de su misión de formar el alma de sus hijos se traduce, impúdicamente, en gesto de suficiencia frente a las madres, a las pocas madres que tienen el coraje, la inteligencia, la decisión y el amor para ir cotidianamente, en el silencio y en el anonimato, forjando ios héroes y santos que América necesita.
Un solo gesto retrata a la mujer admirable que fue la madre de Monseñor. ¡ Con cáncer en la garganta se sometió al calvario de aceptar que traspasaran su lengua con agujas conteniendo radium, con el solo objeto de conservar la vida para sus hijos! ¡Sacrificio laudable! Sus retoños transformáronse en frondosos árboles que fructificaron en virtud y patriotismo, en bien para todos.
Con cuánta razón Monseñor, en su testamento, con acentos apremiantes, nos dice: "Defended la Iglesia, defendiendo la familia. "Todo conspira contra ella. Guardad la fidelidad del amor cristiano. Apreciad el don de los hijos. Educadlos cristianamente. Haced de vuestros hogares un templo y una escuela".
Ideario que completa, al decir en sus consejos póstumos: "No os dejéis vencer por el mal, sino que venced al mal con el bien. Que el paganismo del ambiente no os contamine. Cerrad la puerta a las lecturas, los grabados, las conversaciones, los espectáculos o las modas que degradan vuestra dignidad cristiana".
No sólo recibió el aliento vivificante de su inteligencia agorera, el hombre y la familia. Los cuerpos intermedios y la sociedad fueron objeto de sus intensas meditaciones.
Chileno auténtico, "chilenazo", al decir de sus campesinos, no pudo limitarse a predicar. Su palabra, a la que juntó impaciente su acción, ha repercutido hondamente en este medio siglo de nuestro Chile, y sus intervenciones más decisivas enderezaron el acontecer de la historia.
El profeta Isaías lo cautiva cuando dice: "Y como el centinela apostado en las torres de la ciudad, escrutaba la lejanía, anunciando él nuevo día"; sentencia que pronunciaba continuamente don Manuel ; y en sus labios tenía un sentido peyorativo. Monseñor Larraín es el resultado de la definición del hombre prudente, no del cobarde, que Santo Tomás describiera al decir: "Prudente significa el que ve de lejos, que es perspicaz y prevé con certeza a través de las incertidumbres de los sucesos".
Monseñor contestaba con el vigía de la ciudad, a la pregunta de "¿Qué ves en la noche?" "¡Amanece!".
Vivió en el presente y señaló los caminos por donde la historia tendría que caminar.
Fue un profeta que se anticipó largamente a los acontecimientos y, con visión clara, fue erigiendo los hitos que hoy tenemos que ubicar para comprender el sentido profundo de su mensaje, el transcurrir del pasado, los problemas del presente y las soluciones que el futuro nos entregará.
En agosto de 1946, escribía una carta a su amigo y gran maestro de juventudes, Monseñor Francisco Vives, en la que, adelantándose a los tiempos, expresaba ideas que hoy forman patrimonio de la comunidad, pero que otrora eran novedades, por algunos rechazadas, perseguidas por los más; y sólo comprendidas y anheladas por espíritus de selección.
Bebió su doctrina en los grandes visionarios de los tiempos modernos, como él mismo lo dice en su coloquio con Monseñor Vives: "El Cardenal Mercier, junto con Maritain, Clerissac y Guardini, nos han dado en sus diversos aspectos el sentido del Cristianismo y la misión del Cristiano. En nuestra pequeñez, hemos logrado entrever, en esta vocación de nuestra generación, que lo que Cristo necesita son "testigos y no demostradores", como decía León Bloy".
Agrega más adelante: "Creo que sin esperar tanto, el mundo está propicio para que la Democracia Cristiana lo salve...". (Aún no existía el Partido Demócrata Cristiano; referíase, en consecuencia, al sistema doctrinario). Continuaba: "...a condición de que ésta lo sea de verdad".
"Por eso, mirando el futuro, quiero decirte, en esta carta, que más que tal es conversación en alta voz conmigo mismo, cómo comprendo y siento la Democracia Cristiana.
"Las notas características que veo en ella son las siguientes: ruptura con el régimen capitalista y su sustitución por un régimen humano; democracia económica, como complemento indispensable a la democracia política; la función social de la propiedad realizada no sólo como un deber del que posee, sino como un derecho, hecho realidad al alcanzar su posesión; reconocimiento práctico de la ascensión del pueblo al poder y normas constantes de justicia social y caridad cristiana para enfrentar y resolver los problemas sociales y económicos que se presentan.".
Más adelante completa su pensamiento: "El primer punto, pues, de una democracia cristiana auténtica es ir a la creación de un régimen no capitalista y a la instauración de otro, donde el factor hombre, sus derechos, el respeto a su personalidad, su justo progreso y elevación, sean plena y totalmente amparados y promovidos, no sólo por leyes..., sino por realizaciones efectivas.
"Consecuencia inmediata de esta idea es la orientación de la economía, no hacia el lucro como actualmente lo es, sino hacia el consumo, o sea, hacia la satisfacción de las necesidades del hombre".
En esta oportunidad, don Manuel Larraín expone su concepto de la propiedad y posesión de la tierra, que en años posteriores lo llevará a iniciar la reforma agraria en Chile.
Siguiendo con los conceptos vertidos en esta carta, debemos destacar aquellos párrafos en los que se refiere a la democracia económica: "Nada se saca con arrojarle al pueblo los oropeles de un poder político que no disfruta, o llamarlo "pueblo soberano", cuando la única soberanía que sobre él se cierne es la de la miseria. La igualdad política es ilusión si no existe la económica, no en el sentido de poseer igual, que es algo imposible, sino el de hallarse en condiciones iguales para adquirir la posesión de los bienes".
¡Qué claras ideas tenía el Obispo de Talca sobre el sindicalismo! Oigamos sus frases precisas, hoy con pleno valor para Chile y América: "La Democracia Cristiana, como tú bien sabes, reposa como pilar básico sobre la organización gremial. El sindicato puede constituir un peligro, pero es un derecho innegable, más aún, es el medio que el obrero tiene para su triunfo. El contacto con la clase obrera se realiza hoy a través del sindicato. La Democracia Cristiana debe ser de base sindical, sin más limitaciones que las que la ley moral y el bien común le impone".
Monseñor deja claramente establecido cuáles son los posibles errores de la Democracia Cristiana, cuáles son sus riesgos de extraviar el camino, al decir -y estas son sus palabras: "La Democracia Cristiana es algo más que subir los salarios en un tanto por ciento o hacer viviendas higiénicas: es mezclarse con el pueblo, con sus dolores y, sobre todo, con sus justas ansias de redención. La "redención del proletariado" -la frase es de Pío XI- es comprender las ansias de liberación y justicia del pueblo y servirlas sin claudicaciones ni distingos.
'"La Democracia Cristiana no puede ser emplasto para adormecer heridas, pues es la continuación en el siglo XX del movimiento renovador del primero. El cristianismo está hecho a base de inconformismo et nolite conforman huic saeculo".
"La Democracia Cristiana tiene que situarse en lo que va a redimir: el pueblo. No se dicta desde cátedras. Se la vive en la lucha angustiosa y dura donde la clase obrera combate".
En la misma idea se inspira el padre Lebret en "Dimensiones de la caridad", al afirmar: "El experto desdeñoso no suscita el agradecimiento ni el afecto".
Este hombre lleno de virtudes, pero no por eso ajeno a los, defectos y debilidades humanas, nos lleva a recordar, con tremenda emoción, aquellos rasgos que, a través de la anécdota, cobran hoy vitalidad y gracejo. Había un anciano sacerdote, a quien le gustaba una determinada marca de coñac, que le traía recuerdo de su tierra. Y Monseñor Manuel Larraín, Obispo de Talca, Presidente del CELAM, comprometido en sesudos y profundos estudios que, a través del Concilio, podían afectar a toda la cristiandad, tenía el tiempo necesario para encontrar la botella de coñac, que llevaría personalmente, con ternura de padre, al anciano sacerdote de su diócesis.
El Obispo conocía a cada una de las personas que trabajaban con él; las conocía y amaba profundamente. Si el portero, en quien nadie reparaba, tenía un problema, aunque fueran las primeras ilusiones que la juventud levanta en el corazón, Monseñor se preocupaba en detalle de cómo marchaba, y estaba siempre dispuesto a prestar la ayuda de un consuelo, de un consejo y de otras de carácter más material.
Nunca desdeñó el diario vivir. Y tuvo muy presente que el destino eterno comienza en este tiempo, y que es necesario comprometerse para conquistarlo. Sólo los que hacen fuerza consiguen el cielo.
Al orgulloso egoísta, que, pagado de sí mismo, se contempla en su aparente perfección, le aplicaba aquello, referente a las Monjas de Port Royal:
"Puras como ángeles, soberbias como demonios. Tienen las manos puras, pero no tienen manos."
Tenía, como todos los seres humanos, sus pequeñas manías, como aquélla de sacarse el calzado, disimuladamente, debajo del escritorio, mientras conversaba. Es curioso cuanto más lo admirábamos porque conocíamos sus defectos.
Su Secretario particular, Gustavo Saball, que convivió junto a él, enterándose de todas sus grandezas, pero también de sus fallas, no sólo siente por él una admiración extraordinaria, sino que el más profundo y sincero afecto lo liga al que fuera un verdadero padre, con lazos tan estrechos que el tiempo no podrá desatar.
Chileno, vastago de una familia de agricultores, llevaba el huaso ladino y cazurro en la sangre. Al respecto, quiero recordar, digamos en campesino, "un chascarro" que le ocurrió con un sacerdote de sangre árabe, hombre tesonero, trabajador, incansable, que, por donde ha pasado, ha ido construyendo obras para el bien de la comunidad, y que, por ese entusiasmo suyo, urgía a Monseñor por dineros para una labor que calificaba de "cruzada". El Obispo, sin medios económicos para satisfacer sus deseos, resignadamente ponía atención al requerimiento y la palabra "cruzada" lo perseguía con la obstinación de un tábano en verano, hasta que, brotándole el huaso, le dijo: "No olvide, Padre, que la primera cruzada fue contra los turcos".
Y éste fue un chileno en quien el sacerdocio purificó las cualidades y las desarrolló hasta convertirlo en "La Voz de América Latina" ; en amigo de los Obispos franceses, que le enviaban todas sus resoluciones. Respetado en Estados Unidos, en Roma fue un hijo predilecto. El Santo Padre lo distinguía con singular afecto.
Es preciso señalar que don Manuel fue un revolucionario. Era un cristiano y afirmaba: "El Cristianismo está hecho a base de inconformismo".
No sólo predicó la revolución, sino que la inició, al efectuar la reforma agraria en tierras del Obispado de Talca.
Campeó, con verbo y presencia propios, en lo social, no porque fuera un sociólogo ni un especialista, ni un técnico ni un experto, sino porque su calidad de hombre y de chileno lo llevaba a comprobar la grave realidad social de nuestro país. Muchas veces, asumió él las responsabilidades, en defecto de otros que debieron haberlo hecho, pero que fueron inhibidos por temor a las consecuencias.
Sus lecciones en materia social abarcan lo académico y discursivo, como asimismo, el testimonio de su propia vida, plena de ejemplificadores actos de justicia y caridad. Entre los primeros, son notables sus discursos en la "Semana Social" del Uruguay, que, con el título de "Una posición, un programa y un espíritu", exponen con prístina pureza el mensaje social del Cristianismo.
Qué claro fue al decir, en una época en que los más audaces apenas incursionaban en el campo de las declaraciones: "No basta con proclamar nuestra doctrina social. Debemos enfrentarla con los hechos modernos. El Cristianismo se desarrolla en el tiempo. Las doctrinas sociales han de enfrentarse con la historia. Nuestra posición social sería vaga y amorfa si no la colocáramos ante las condiciones actuales del mundo y no diéramos ante ella, en forma precisa, nuestro juicio. Y ese juicio nos hace afirmar:
"1°.- No queremos la permanencia del actual estado económico y social, porque el aceptarlo nos significaría traicionar el mensaje cristiano.
"Nada hay tan lejano del espíritu cristiano como la actitud meramente conformista, con un orden social viciado, actitud que lleva fatalmente a esa esclerosis de la vida, signo seguro de vejez.
"2°.- Ese sistema que se opone al orden divino y contra el cual el obrero quiere mejorar su condición de estrella.
"El capitalismo podemos definirlo así: "Un régimen económico y social caracterizado por la fecundidad de las especies monetarias, por el primado del capital-dinero en la economía, por la separación entre los trabajadores y los instrumentos de producción, en fin, por la división de la sociedad en clases cuyas diferencias provienen de los modos diferentes, según los cuales participan de la propiedad de los capitales y en la distribución de los intereses".
"A su vez, la realidad histórica del capitalismo se llama primado del lucro, concepción materialista del trabajo, inseguridad y servidumbre de la vida obrera; proletariado".
Conforme con sus planteamientos y por fidelidad a la doctrina que encarnaba, don Manuel habló, intervino y se comprometió, también, con los sujetos de la injusticia, salió en su defensa y no temió las críticas, ni las calumnias, algunas intensamente crueles.
A los maledicientes, contumaces en la conservación de sus privilegios, sublimando la naturaleza humana, les perdonó sus ofensas e intencionados rumores que echaban a correr protegidos en el anonimato, olvidándose que en "pueblo chico, todo termina por saberse."
Los nombres son conocidos de muchos. Grande es la tentación de manifestarlos; pero Monseñor, en varias oportunidades, me recriminó, porque en el entusiasmo que la lucha enciende, he faltado a la caridad.
Don Manuel no se dejó vencer ni por la amenaza ni por el halago; ni, pusilánime, se retiró con las manos limpias a la vera del camino; ni dejó jamás que su temperamento apasionado borrara la dulzura de sus palabras. La gracia obraba maravillas en él.
Supo distinguir, con toda precisión, la caridad, que es amor, del gesto humillante del que muchas veces da la limosna, sin haber cumplido previamente con los mandatos de la justicia. Monseñor solía repetir :
"El señor don Juan de Robles de caridad sin igual por amor hacia los pobres quiso hacer este hospital, pero antes hizo a los pobres."
Entre las múltiples ocasiones en que jugó en defensa de los trabajadores, recordaré una, relacionada con una huelga de más de 20 fundos; otra, que afectó a los empleados del Banco de Talca; y, por último, sin señalar detalles, por ser demasiado reciente, otra, de un sindicato de obreros industriales.
En la primera huelga de campesinos que hubo en Chile y que afectó simultáneamente a varios fundos, producida en Molina, en 1953, su actitud fue la del Pastor: llamó, habló, persuadió. Como no obtuviera resultado, conminó y amenazó. Ordenó que la colecta del día domingo en todas las iglesias de su Diócesis se destinara a socorrer a los huelguistas y sus familias.
Ante la inminencia del encarcelamiento de un sacerdote que atendía a los campesinos, amenazó con aplicar una medida canónica de tal gravedad, el entredicho, que priva a la zona afectada de tocios los recursos religiosos y de los sacerdotes, salvo para una persona en peligro de fallecer. La autoridad reconsideró la medida, y el sacerdote conservó su libertad.
No terminó ahí su actuación. Con el respaldo del Cardenal Monseñor Caro, obtuvo del Presidente de la República, don Carlos Ibáñez, la libertad de los que estábamos presos en Talca en virtud de la Ley de Defensa de la Democracia. En esa oportunidad, Ramón Venegas y Williams Thayer actuaron junto al Primado de la Iglesia en nuestra defensa.
La Ley de Defensa de la Democracia le dio una nueva oportunidad de mostrar la amplitud de su criterio y la sinceridad de su catolicismo. Llegaron a Talca relegados dirigentes comunistas, y Monseñor de inmediato se puso a su entera disposición y prestó su desinteresada ayuda. Le inquietaba seriamente el problema de aquellos hogares cuyos padres se encontraban lejos. Sobre las diferencias ideológicas él tendía el manto del amor: todos tenemos un padre común: somos verdaderamente hermanos.
Al producirse el conflicto laboral del Banco de Talca, en 1959, el Obispado era uno de los accionistas más fuertes de esa empresa, pero estaba muy lejos de tener su control. Monseñor, desde el primer momento, intervino en favor de los empleados en huelga, contando con su entera confianza, fundada en el conocimiento de una limpia trayectoria al servicio de la justicia. Fue designado arbitro y falló con firme ecuanimidad, reconociendo los derechos de los empleados. Desgraciadamente, fue anulado el fallo. Al resultar infructuosas sus gestiones, volcó entonces todo su esfuerzo en ayudar con alimentos y otros medios a los empleados y sus familias.
Don Manuel no concebía, una vez presente en un problema, abandonarlo o dejarlo a medio camino. Llegaba hasta las últimas consecuencias.
Pasaron los años y don Manuel seguía pendiente de la situación personal del dirigente de los empleados bancarios, Marcos Rojas Cancino, hasta que obtuvo que se le pagara una indemnización. Así terminó este triste triunfo del capitalismo talquino.
Los obreros industriales de Talca cada vez que presentaron pliegos de peticiones y que tuvieron que declararse en huelga, siempre encontraron presente y alerta a don Manuel, no sólo para entregarles ayuda material o respaldo moral, sino para hacer causa común con las peticiones justas que ellos planteaban.
Lorenzo Corvalán, dirigente obrero industrial, encontró en Monseñor decidido apoyo cada vez que, representando los diversos sindicatos o grupos de obreros industriales, acudió a él.
Cuando la reforma agraria era sólo un deseo y para muchos una amenaza disolvente del orden que pretendían mantener, Monseñor Larraín, como siempre, anticipándose, impulsado por su hambre y sed de justicia al imperativo de la Historia, realiza la parcelación de la propiedad más importante del Obispado de Talca: los Silos de Pirque.
Es indispensable y aleccionador rememorar sus palabras al inaugurarse la Cooperativa Los Silos: "No puedo ocultarles mi emoción al hablarles. Hoy, en esta propiedad pequeña, ante un grupo también pequeño de campesinos y de amigos que nos acompañan, se está haciendo algo grande para el futuro de Chile. Hoy se termina en esta propiedad el sistema de inquilinaje. Hoy comienza una nueva forma de trabajo más conforme con las necesidades actuales. Hoy se abre a un grupo de campesinos la posibilidad de ser propietarios agrícolas. Hoy se está dando un paso más para hacer realidad las enseñanzas de Cristo y las Doctrinas sociales de la Iglesia.
"La tierra no está bien repartida en Chile y en América Latina. Es una llaga abierta en las entrañas de este continente,
que es de urgencia sanar. Pero para remediar este mal no hay que caer en el error de decir: "que no haya propietarios", sino todo lo contrario, "que haya muchos propietarios". Porque si el hombre necesita la propiedad para poder viva-una vida realmente humana, son igualmente absurdas las soluciones de los que quieren suprimirla o de los que quieren concentrarla en manos de unos pocos.
"El Papa ha hablado recientemente en su encíclica "Mater et Magistra" y ha dicho que el obrero campesino "es un sector que está deprimido". Los Obispos de Chile hemos hablado hace tres meses "sobre el problema del Campesinado Chileno" y hemos dicho: "A menudo comprobamos la injusta situación de vida y de trabajo y la consiguiente carencia de porvenir de quienes trabajan hoy la tierra en Chile".
En estos últimos años, su gran preocupación, entre otras, era el desarrollo. Tenía clara conciencia del problema y no encontró mejor forma de manifestar su presencia y su lección, que escribiendo una Pastoral que lleva por título "Desarrollo, éxito o fracaso en América Latina".
En su introducción comienza "¿Por qué escribo?". Y se responde: "Con el escritor de la antigua Cristiandad confieso que nada de lo que es humano lo reputo extraño a mí". Y agrega: "El tema del desarrollo toca al hombre, a su vida terrena y a su destino eterno. En él, se juegan sus valores fundamentales: dignidad de la persona, familia, educación, etc. En él se juega sobre el problema de la Paz. No puedo en consecuencia, permanecer indiferente".
Tenía muy clara la proporción exacta de su deber y la magnitud precisa de su misión. Así lo expresó: "Sufrid con la Iglesia. La Iglesia tiene hoy un sufrimiento especial: el alejamiento de la clase obrera de ella. Hay que hacer que retorne. La Iglesia tiene su doctrina social.
Debe enseñarse con valentía; debe aplicarse con decisión."
"Muchos no me han comprendido en esta posición. Han creído que hacía política o demagogia."
"Ante la majestad de la muerte, afirmo que no he hecho ni lo uno ni lo otro. He cumplido con un deber de Iglesia; trabajar porque cese "el gran escándalo del siglo XX". Porque la clase obrera retorne al seno de su madre que les aguarda."
Amaba profundamente a su pueblo, y con él, y para él vivía y la medida de ese amor se manifestaba en hechos innumerables que ocurren en su vida, acontecimientos a los que les salía al encuentro sin rehuir jamás su responsabilidad.
Era un hombre de su tiempo. Se sucedían los años, pero él siempre estaba alerta, indefectiblemente en la primera línea, oteando el porvenir, para en el presente marcar los rumbos adecuados para irrumpir con éxito en el futuro.
Extraño hombre, don Manuel detentó el poder en grado extraordinario y jamás lo usó en beneficio personal. Su vida fue un claro mentís al refrán popular de que: "Autoridad que no abusa se desprestigia". Concibió y realizó la autoridad como servicio. El mando lo ejerció con tacto extraordinario para respetar la dignidad de las personas que debían obedecer. Las órdenes, en su rostro, sin perder la fuerza, tomaban el cariz de un consejo.
Aunó la energía indomable con la ternura exquisita del padre. Fue obedecido, respetado y amado por cuantos le conocieron.
Hoy, hasta quienes vieron amenazados sus privilegios por su acción y sus prédicas, lloran a un amigo que cruzó su existencia, y al cual no supieron comprender cuando recorría los caminos de Chile y el mundo, portando la luz de una nueva aurora
Para él fueron dichas las palabras del castizo poeta Felipe León, que gustaba recitar con frecuencia:
"Que no te hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
No acostumbrarse al tablado de la farsa ni a la losa de los templos."
Fue en un atardecer de invierno, el miércoles 22 de junio, cuando se tendió a descansar junto al camino de Chile. Y su último encuentro fue con los campesinos.
La Patria se estremeció. Increíble. Los ojos del pueblo se agrandaron de sorpresa y se nublaron de pena. El corazón de la patria se apretó y un sollozo contenido gimió a lo largo de Chile. Desde su Presidente hasta el campesino de la costa o de la Cordillera lloraron al amigo, al revolucionario, al pastor y al profeta.
El día del último adiós, la ciudad de Talca, su ciudad amada, fue testigo del amor de todo un pueblo, de todo un país, por don Manuel. Allí estaba el Gobierno, representando a la Patria que lloraba a su hijo con ardiente corazón de patriota. Allí estaba la Iglesia Católica con su Cardenal, Obispos, sacerdotes y fieles, llorando al Buen Pastor, al jefe valiente, al amigo de toda una vida. Allí estaban los campesinos y sus modestos letreros de la Unión de Campesinos de Chile, Asociación Nacional de Obreros Campesinos y del Movimiento de Campesinos Independientes, que, con la mirada perdida, lloraban al que siempre los defendió. Allí estaban los pobladores que le decían "Adiós, señor Obispo, padre de los pobres."
¿Por qué esa muchacha liceana tiene llanto en sus ojos jóvenes? ¿Por qué el arriero de Vilches esconde su cabeza? ¿Por qué Juan Rebolledo llevó nervioso la manga al rostro? ¿Por qué los sacerdotes, los adultos, la juventud, los pobres y los obreros tienen el corazón herido? Porque se fue un amigo que tuvo un corazón como una puerta abierta para todos... porque se fue un pastor que orientó las inquietudes y señaló caminos para todos... porque se fue un profeta cuya voz llenó Talca, Chile y América...
En Talca vi el dolor, vi la amargura de la ausencia, pero también divisé la esperanza y la antorcha que encendió don Manuel y que esa tarde pasaba a nuevas manos; porque la antorcha de la justicia y la dignidad humanas, la antorcha de la lucha por los derechos de los pobres, la antorcha de la verdad y la fraternidad, en esa tarde seguía ardiendo con fuerza tremenda y pasaba a las manos de otras generaciones, a nuestras manos.
su luz es aurora por los caminos de la Patria y América Latina.
su fuego hace arder los corazones de las generaciones formadas por él y una nueva falange se lanza a la conquista de la justicia, de la fraternidad, de la verdad, la dignidad y la paz.
Un hombre pasó fulgurante como una estrella y su luz ha quedado.
Un revolucionario pasó como una esperanza y ella se está encarnando.
Un sacerdote pasó como un pastor y el camino queda señalado.
Un Obispo pasó como un amigo y el amor ha quedado sembrado.
En lo material, sólo tenía de su propiedad una radiola y una cama.
La historia sigue y nosotros, tras sus huellas, llevando en nuestro corazón los versos aplicados a los peregrinos, que tantas veces citó y que son un resumen de su vida, un programa para la nuestra:
"Sólo tres cosas tenía para su viaje el romero; los ojos fijos en la lejanía, atento el oído y el paso ligero."
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Si le parece a la Honorable Cámara, se enviarán notas de condolencia a la familia de Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, a la Diócesis de Talca, de la que fue titular, y al Episcopado chileno, del cual formó parte.
Acordado.
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para considerar proyectos de ley que tienen atingencia con el homenaje rendido.
Si le parece a la Cámara, así se acordará.
Acordado.
La Mesa advierte que todos aquellos proyectos que por mandato reglamentario tengan un trámite que no pueda obviarse ni aun por asentimiento unánime de la Sala, no serán considerados en la presente sesión.
Si le parece a la Honorable Cámara, todos los proyectos que se lean serán eximidos del trámite de Comisión y votados de inmediato, sin debate.
Acordado.
El señor Secretario va a leer el primer proyecto.
El señor CAÑAS (Secretario).-
Los señores Werner y Ramírez han presentado el siguiente proyecto:
"Artículo único.- A partir de la publicación de la presente ley, la avenida 2 Sur de Talca, tomará el nombre de Avenida 2 Sur - Obispo Manuel Larraín".
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará el proyecto.
Aprobado.
Gomo no ha sido objeto de indicaciones, queda también aprobado en particular.
El señor CAÑAS (Secretario).-
El señor Garcés ha presentado el siguiente proyecto:
"Artículo único.- Desígnase con el nombre de "Obispo Manuel Larraín", a la Población Mataquito, de Curicó".
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará el proyecto.
Aprobado.
Como no ha sido objeto de indicaciones, queda también aprobado en particular.
El señor CAÑAS (Secretario).-
El señor Jorge Aravena ha presentado el siguiente proyecto:
"Artículo 1°.- Autorízase la erección de un monumento, por erogación pública, en el centro de la ciudad de Talca a la memoria del Obispo Monseñor Manuel La-rraín Errázuriz.
Artículo 2°.- Autorízase al Presidente de la República para que disponga una emisión de estampillas postales y aéreas recordatorias de la vida y obra de Monseñor Larraín.
Artículo 3°.- Créase una Comisión, ad honorem, encargada de determinar la ubicación, características del monumento y su recepción definitiva, la que estará integrada por las siguientes personas:
1.- El Intendente de la provincia de Talca;
2.- Los Rectores de la Universidad Católica de Santiago y la Universidad de Chile, los que podrán delegar sus funciones en los Decanos de las Facultades de Arquitectura de ambas Universidades, o en los Directores de los Colegios Regionales dependientes de la Universidad de Chile;
3.- El Alcalde de Talca; y
4.- La autoridad máxima de la Iglesia chilena.
Artículo 4°.- El producto de la emisión de las estampillas autorizadas por el artículo 2º, se destinará a financiar el monumento a que se refiere el artículo 1°.
Artículo 5°.- La Dirección de Especies Valoradas determinará las características de la emisión que autoriza la presente ley de sellos de acuerdo con la Comisión a que se refiere el artículo 3º.
Artículo 6°.- Autorízase realizar anualmente una colecta pública en las provincias de Talca, Curicó y Linares que se denominará "Pro Monumento Obispo, Monseñor Manuel Larraín Errázuriz".
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
En votación general el proyecto.
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará.
Aprobado.
Como no ha sido objeto de indicaciones, queda también aprobado en particular. En todo caso, la Mesa solicita que se la faculte para redactar el artículo 3º.
Acordado.
Habiéndose cumplido el objeto de la presente sesión, se levanta.
-Se levantó la sesión a las 12 lloras 29 minutos.
Roberto Guerrero Guerrero, Subjefe de la Redacción de Sesiones.
0 T. 2202 - Instituto Geográfico Militar - 1966