Labor Parlamentaria
Diario de sesiones
- Alto contraste
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Índice
- DOCUMENTO
- PORTADA
- I. ASISTENCIA
- II. APERTURA DE LA SESION
- III. ACTAS
- IV. CUENTA
- REPLICA A ALUSIONES PERSONALES. APLICACION DEL ARTÍCULO 33 DEL REGLAMENTO.
- INTERVENCIÓN : Luis Valentin Ferrada Valenzuela
- PERMISO CONSTITUCIONAL
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- Jorge Soria Macchiavello
- PERMISO CONSTITUCIONAL PARA INASISTENCIA
- ALCANCE SOBRE ACUERDO DE COMITES
- INTERVENCIÓN : Teodoro Ribera Neumann
- NOTAS DE CONDOLENCIAS POR ASESINATO DE CANDIDATO PRESIDENCIAL EN MEXICO
- REPLICA A ALUSIONES PERSONALES. APLICACION DEL ARTÍCULO 33 DEL REGLAMENTO.
- V. ORDEN DEL DIA
- COMPLEMENTACION A LA REFORMA DEL MERCADO DE CAPITALES. Primer trámite constitucional.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Andres Palma Irarrazaval
- INTERVENCIÓN : Francisco Huenchumilla Jaramillo
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Francisco Huenchumilla Jaramillo
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Jaime Orpis Bouchon
- INTERVENCIÓN : Francisco Huenchumilla Jaramillo
- INTERVENCIÓN : Jaime Orpis Bouchon
- INTERVENCIÓN : Jaime Estevez Valencia
- INTERVENCIÓN : Jose Garcia Ruminot
- INTERVENCIÓN : Teodoro Ribera Neumann
- INTERVENCIÓN : Jorge Schaulsohn Brodsky
- INTERVENCIÓN : Jose Antonio Viera-gallo Quesney
- INTERVENCIÓN : Alberto Espina Otero
- INTERVENCIÓN : Sergio Benedicto Elgueta Barrientos
- INTERVENCIÓN : Teodoro Ribera Neumann
- DEBATE
- MODIFICACION DE LA LEY N° 18.696, SOBRE TRANSPORTE DE PASAJEROS, EN LA EVALUACION DEL IMPACTO AMBIENTAL DEL TRANSPORTE. Primer trámite constitucional.
- ANTECEDENTE
- INTERVENCIÓN : Hosain Sabag Castillo
- INTERVENCIÓN : Pedro Pablo Alvarez Salamanca Buchi
- INTERVENCIÓN : Jose Miguel Ortiz Novoa
- INTERVENCIÓN : Guido Girardi Lavin
- INTERVENCIÓN : Jose Miguel Ortiz Novoa
- INTERVENCIÓN : Rene Manuel Garcia Garcia
- INTERVENCIÓN : Guido Girardi Lavin
- INTERVENCIÓN : Zarko Luksic Sandoval
- INTERVENCIÓN : Alejandro Navarro Brain
- INTERVENCIÓN : Edmundo Salas De La Fuente
- INTERVENCIÓN : Hosain Sabag Castillo
- DEBATE
- DEBATE
- INDICACIÓN
- Guido Girardi Lavin
- INDICACIÓN
- CONDOLENCIAS POR ASESINATO DE LUIS DONALDO COLOSIO, CANDIDATO PRESIDENCIAL EN MEXICO.
- COMPLEMENTACION A LA REFORMA DEL MERCADO DE CAPITALES. Primer trámite constitucional.
- VI. PROYECTO DE ACUERDO
- PLAZO DE FUNCIONAMIENTO DE COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE CODELCO
- ANTECEDENTE
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- Andres Palma Irarrazaval
- Ignacio Balbontin Arteaga
- Sergio Benedicto Elgueta Barrientos
- Sergio Ojeda Uribe
- Anibal Perez Lobos
- Felipe Valenzuela Herrera
- PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
- INTERVENCIÓN : Andres Palma Irarrazaval
- INTERVENCIÓN : Raul Urrutia Avila
- ANTECEDENTE
- PLAZO DE FUNCIONAMIENTO DE COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE CODELCO
- VII .INCIDENTES
- PROBIDAD ADMINISTRATIVA
- INTERVENCIÓN : Gutenberg Martinez Ocamica
- INTERVENCIÓN : Alberto Eugenio Cardemil Herrera
- INTERVENCIÓN : Isidoro Toha Gonzalez
- INTERVENCIÓN : Carlos Bombal Otaegui
- INTERVENCIÓN : Fanny Pollarolo Villa
- INTERVENCIÓN : Mariana Aylwin Oyarzun
- INTERVENCIÓN : Andres Allamand Zavala
- INTERVENCIÓN : Victor Barrueto
- INTERVENCIÓN : Jaime Orpis Bouchon
- INTERVENCIÓN : Zarko Luksic Sandoval
- 2. RETENCION DE CAMIONES CHILENOS EN ARGENTINA. Oficios.
- PROBIDAD ADMINISTRATIVA
- CIERRE DE LA SESIÓN
Notas aclaratorias
- Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
- Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.
REPÚBLICA DE CHILE
CAMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA 328ª, EXTRAORDINARIA
Sesión 5ª, en jueves 24 de marzo de 1994.
(Ordinaria, de 10.30 a 14.15 horas)
Presidencia de los señores Schaulsohn Brodsky, don Jorge, y Latorre Carmona, don Juan Carlos.
Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos. Prosecretario accidental, el señor Alvarez, don Adrián.
ÍNDICE
I.ASISTENCIA
II.APERTURA DE LA SESION
III.ACTAS
IV.CUENTA
V.ORDEN DEL DIA
VI.PROYECTO DE ACUERDO
VII.INCIDENTES
VIII.DOCUMENTOS DE LA CUENTA
IX.OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
INDICE GENERAL
Pág.
I.Asistencia 305
II.Apertura de la sesión 307
III.Actas 307
IV.Cuenta 307
1.Réplica a alusiones personales. Aplicación del artículo 33 del Reglamento 307
2.Permiso constitucional 310
3.Alcance sobre acuerdo de Comités 310
4.Notas de condolencias por asesinato de candidato presidencial en México 311
V.Orden del Día
1.Complementación a la reforma del mercado de capitales. Primer trámite constitucional 311
2.Modificación de la ley N° 18.696, sobre transporte de pasajeros, en la evaluación del impacto ambiental del transporte. Primer trámite constitucional 329
3.Condolencias por asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial en México 338
VI.Proyecto de acuerdo
Plazo de funcionamiento de Comisión Especial Investigadora de Codelco 339
VII.Incidentes
1.Probidad administrativa 340
2.Retención de camiones chilenos en Argentina. Oficios 356
VIII.Documentos de la Cuenta
1.Oficio de S.E. el Presidente de la República, mediante el cual retira de la actual convocatoria a legislatura extraordinaria, el proyecto que modifica normas de la ley N° 12.856 sobre materia de salud de las Fuerzas Armadas (boletín N° 1136-02) 357
2.Oficio de S.E. el Presidente de la República, por el que retira la urgencia hecha presente para el despacho del proyecto que modifica las normas sobre pensión anticipada por vejez y regula la edad para pensionarse por vejez, considerando el desempeño de trabajos pesados (boletín N° 599-13) 357
3.Oficio del Presidente de la Corporación, por el cual informa acuerdo de la Comisión Bicameral de Modernización del Congreso Nacional de designar como director general del referido proyecto al señor Carlos Smok Ubeda, a contar del 25 del presente 357
4.Informe de la Comisión de Hacienda, recaído en el proyecto que modifica el decreto ley N° 3.500 en materia de administración de fondos de pensiones y otras normas en materia de mercado de capitales (boletín N° 1170-05) 358
IX.Otros documentos de la Cuenta
1.Comunicaciones
De la Diputada señora Rebolledo, por la que adhiere a la moción que autoriza el establecimiento de un casino de juegos en Constitución (boletín N° 1173-06).
Del Diputado señor Makluf, por las que adhiere a las siguientes mociones:
a)Dispone que los contratos de promesa de compraventa de inmuebles destinados a acogerse a la ley N° 6.071, sobre pisos y departamentos (propiedad horizontal), deberán celebrarse por escritura pública, inscrita en el Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de Bienes Raíces respectivo (boletín N° 28214).
b)Modifica la ley N° 6.071, sobre ventas de pisos y departamentos (propiedad horizontal) para facilitar la administración de los grandes conjuntos habitacionales (boletín N° 1074-14).
Del Diputado señor Soria, con la que solicita permiso constitucional para ausentarse del país, por un lapso superior a 30 días, a contar del 11 de abril próximo.
2.Oficios:
De la Comisión de Agricultura, Desarrollo Rural y Marítimo, por el que informa acuerdo de dicha Comisión, en orden a constituirse en la base aérea "El Bosque" el jueves 24 del presente, con el objeto de fiscalizar en terreno fumigaciones que está efectuando el Servicio Agrícola y Ganadero en comunas de la Región Metropolitana.
Del Ministerio del Interior, referente a señal internacional de Televisión Nacional de Chile y saneamiento de títulos de dominio establecido en el decreto ley N° 2.695.
Del Ministerio de Defensa Nacional, relativo a reposición de retén de carabineros en localidad de Sotaquí.
Del Ministerio de Salud, por el cual responde el enviado en nombre del Diputado señor Latorre, sobre destinación de auxiliar de enfermería para estación médico rural del sector Los Tricahues, comuna de Lolol.
I.ASISTENCIA
Asistieron los siguientes señores Diputados: (98)
--Aguiló Meló, Sergio
--Alvarado Andrade, Claudio
--Alvarez-Salamanca Büchi, Pedro
--Allamand Zavala, Andrés
--Allende Bussi, Isabel
--Arancibia Calderón, Armando
--Ascencio Mansilla, Gabriel
--Avila Contreras, Nelson
--Aylwin Azócar, Andrés
--Aylwin Oyarzún, Mariana
--Balbontín Arteaga, Ignacio
--Bartolucci Johnston, Francisco
--Bombal Otaegui, Carlos
--Cantero Ojeda, Carlos
--Cardemil Herrera, Alberto
--Ceroni Fuentes, Guillermo
--Cornejo González, Aldo
--Cristi Marfil, María Angélica
--Chadwick Piñera, Andrés
--De la Maza Maillet, Iván
--Elgueta Barrientos, Sergio
--Elizalde Hevia, Ramón
--Encina Moriamez, Francisco
--Espina Otero, Alberto
--Estévez Valencia, Jaime
--Fantuzzi Hernández, Angel
--Ferrada Valenzuela, Luis Valentín
--Fuentealba Vildósola, Renán
--Gajardo Chacón, Rubén
--Galilea Vidaurre, José Antonio
--García García, René Manuel
--García Ruminot, José
--Girardi Lavín, Guido
--González Rodríguez, José Luis
--Gutiérrez Román, Homero
--Hamuy Berr, Mario
--Hernández Saffirio, Miguel
--Huenchumilla Jaramillo, Francisco
--Jeame Barrueto, Víctor
--Jocelyn-Holt Letelier, Tomás
--Jürgensen Caesar, Harry
--Karelovic Vrandecic, Vicente
--Kuschel Silva, Carlos Ignacio
--Latorre Carmona, Juan Carlos
--Leay Morán, Cristian
--León Ramírez, Roberto
--Letelier Norambuena, Felipe
--Longton Guerrero, Arturo
--Longueira Montes, Pablo
--Luksic Sandoval, Zarko
--Makluf Campos, José
--Martínez Labbé, Rosauro
--Martínez Ocamica, Gutenberg
--Masferrer Pellizzari, Juan
--Matthei Fomet, Evelyn
--Melero Abaroa, Patricio
--Montes Cisternas, Carlos
--Morales Morales, Sergio
--Muñoz Aburto, Pedro
--Navarro Brain, Alejandro
--Ojeda Uribe, Sergio
--Orpis Bouchon, Jaime
--Ortiz Novoa, José Miguel
--Palma Irarrázaval, Andrés
--Palma Irarrázaval, Joaquín
--Paya Mira, Darío
--Pérez Lobos, Aníbal
--Pérez Opazo, Ramón
--Pollarolo Villa, Fanny
--Prochelle Aguilar, Marina
--Prokurica Prokurica, Baldo
--Rebolledo Leyton, Romy
--Reyes Alvarado, Víctor
--Ribera Neumann, Teodoro
--Rodríguez Cataldo, Claudio
--Saa Díaz, María Antonieta
--Sabag Castillo, Hosain
--Salas de la Fuente, Edmundo
--Schaulsohn Brodsky, Jorge
--Seguel Molina, Rodolfo
--Solís Cabezas, Valentín
--Soria Macchiavello, Jorge
--Sota Barros, Vicente
--Tohá González, Isidoro
--Tuma Zedan, Eugenio
--Ulloa Aguillón, Jorge
--Urrutia Avila, Raúl
--Urrutia Cárdenas, Salvador
--Valcarce Medina, Carlos
--Valenzuela Herrera, Felipe
--Venegas Rubio, Samuel
--Viera-Gallo Quesney, José Antonio
--Vilchez Guzmán, Carlos
--Villegas González, Erick
--Villouta Concha, Edmundo
--Walker Prieto, Ignacio
--Wörner Tapia, Martita
--Zambrano Opazo, Héctor
Con permiso constitucional estuvieron ausentes los Diputados señores Camilo Escalona y Jaime Rocha.
II.APERTURA DE LA SESION
Se abrió la sesión a las 10.30.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.
III.ACTAS
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Las actas de las sesiones 3ª y 4ª quedan a disposición de los señores Diputados.
IV.CUENTA
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
E1 señor Prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.
El señor ALVAREZ (Prosecretario accidental) da lectura a los documentos recibidos en la Secretaría.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Terminada la lectura de la Cuenta.
El señor VILCHES.-
Pido la palabra sobre la Cuenta.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VILCHES.- Señor Presidente, escuché que el señor Secretario leyó el punto 7 de la siguiente manera: "Comunicación de la Diputada señora Rebolledo por la que adhiere a la moción que autoriza el establecimiento de un casino de juegos en Concepción". En realidad, debió decir en "Constitución".
He dicho.
El señor LEAY.-
Pido la palabra sobre la Cuenta.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Leay.
El señor LEAY.-
Señor Presidente, no entendí bien en qué cargo habían nombrado al señor Carlos Smok.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
El señor Prosecretario dará lectura al párrafo pertinente.
El señor ALVAREZ (Prosecretario accidental).-
"Oficio del Presidente de la Corporación que informa acuerdo de la Comisión Bicameral de Modernización del Congreso Nacional de designar como Director General del referido proyecto al señor Carlos Smok Ubeda, a contar del 25 del presente".
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
¿Satisfecha su inquietud, señor Diputado?
El señor LEAY.-
Sí, señor Presidente.
REPLICA A ALUSIONES PERSONALES. APLICACION DEL ARTÍCULO 33 DEL REGLAMENTO.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
E1 artículo 33 del Reglamento señala lo siguiente: "El Diputado cuya reputación o corrección de procedimientos se dañe por cargos formulados en algún medio de publicidad o por observaciones de otro Diputado, podrá, para vindicarse, usar de la palabra durante cinco minutos como máximo, inmediatamente después de la Cuenta o al término de la respectiva sesión".
El Honorable Diputado señor Valentín Ferrada ha solicitado hacer uso de ese derecho. Ruego encarecidamente a Su Señoría ajustarse al tiempo establecido en el Reglamento.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor FERRADA.-
Señor Presidente, desde que el jueves 17 de los corrientes presenté en la Comisión Especial encargada de analizar la situación que afecta a Codelco algunos antecedentes relativos a una red de conexiones indebidas o ilegítimas en la comercialización del cobre, diversos medios de comunicación han hecho de esto una noticia llamativa.
A esta misma materia se han referido los Diputados señores Jaime Estévez y Andrés Aylwin en la hora de Incidentes de las sesiones pasada y antepasada, respectivamente. En particular, el Diputado don Andrés Aylwin lo hizo en términos extremadamente duros respecto a mi persona.
Debo declarar formalmente y con toda la sinceridad que corresponde que he estado en esto por una razón moral. Se lo he explicado a muchos parlamentarios y amigos. Les he dicho que en materias tan delicadas como ésta no reconozco diferencias entre Oposición y Gobierno. Cuando se ejerce el derecho de fiscalización en situaciones tan graves como ésta no enfrentamos un problema propiamente político que pudiera dividimos en parlamentarios de Oposición y de Gobierno. La fiscalización de personas que actúan al margen o contrariamente a la ley no es un problema de Gobierno o de Oposición.
En más de una oportunidad he expresado que tengo el más alto respeto y estimación por el ex Presidente Aylwin. Siento por él -muy particularmente por su honestidad ejemplar, propia de todos los Jefes de Estado de Chile, y por su condición de profesor de Derecho- una admiración que durante su Gobierno no sólo manifesté verbalmente, sino también por escrito, como lo hice muchas veces.
Esta no es para mí una causa propiamente política. Aquí se ha ejercido el derecho de fiscalización mediante un procedimiento que afecta a todas las fiscalizaciones que hace esta Honorable Cámara, que, efectivamente, puede prestarse para que personas que en definitiva resultaran inocentes, puedan sentirse ofendidas de algún modo; verdaderamente, lo lamento mucho. Sin embargo, por las mismas razones morales que avalan mi intervención, no tendría inconvenientes en pedirles excusas si fuere necesario. Pero los hechos que han afectado a Codelco son demasiado graves, y hay que investigarlo todo.
Hoy día voy a presentar un nuevo antecedente a la Comisión. La sociedad Refimet, por ejemplo, publica una extensa declaración en que trata de negar hechos que a estas alturas son indesmentibles. Pregunto: ¿Qué sociedad Refimet me replica? ¿Refimet Limitada? ¿Refinadores de Metales Limitada? ¿Agrícola y Ganadera Refimet Limitada? ¿Fundición Refimet Sociedad Anónima? o ¿Inversiones Refimet Limitada?
Me dicen: "Usted ha involucrado a muchas personas". Pido los antecedentes comerciales y jurídicos. Se revisan los Diarios Oficiales. Como estos antecedentes fueron extraídos de ellos, no pueden ser puestos en duda; los he tomado de los extractos de las publicaciones de constitución de sociedades. Por ejemplo, tengo la lista de las personas relacionadas con don Owen Albert Guerrini, quien es objeto de la investigación de la Comisión Especial de Codelco. Como se ha dicho que uno debe ser muy cuidadoso al mencionar personas, me salto la lista. Pero aparece la Sociedad Comercial Souval Limitada, de los señores Souper y Valdés. Aparece don Roberto Souper. Figuran las personas que yo he mencionado. Reviso la lista respecto de las relaciones de don Paulino Noemi, de don Alejandro Noemi. No es fácil, porque, sin duda, por casualidad, todos ellos se llaman de la misma manera. Uno se llama Alejandro Paulino y el otro Paulino Alejandro. Se da la casualidad de que tienen los mismos nombres.
Señor Presidente, prometo solemnemente que, al revés de lo que señaló el Diputado señor Aylwin, y con toda la imperfección de los procedimientos fiscalizadores de esta Cámara, estoy sinceramente empeñado en una causa moral.
Los Diputados que formamos parte de la Comisión Especial sobre Codelco hemos escuchado ayer las declaraciones del ex Contralor de ese organismo, durante seis horas, y hemos salido francamente compungidos.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Honorable Diputado, terminó su tiempo.
El señor FERRADA.-
Concluyo de inmediato, señor Presidente.
Para mí, el problema constituye un tema moral.
A raíz de la intervención del Diputado señor Aylwin, reitero que tengo el más alto respeto por el ex Presidente Aylwin, persona honesta -a quien admiro- que ha sido víctima de esta situación.
Como no creo que éste sea un problema de tipo Oposición-Gobierno, vamos a seguir investigando, a pesar de las presiones.
Muchas gracias, señor Presidente.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Diversos señores Diputados han solicitado dirigir un oficio a Su Excelencia el Presidente de la República, con el objeto de que dé respuesta a la brevedad a las consultas de una eventual ilegalidad en la tramitación del decreto supremo N° 95, del 9 de marzo, en el cual se fijan las tarifas telefónicas a la CTC para el quinquenio que comprende los años 1994 a 1998. En esa forma, insistiría en la Contraloría General de la República para la pronta promulgación del mencionado decreto.
Solicito la unanimidad de la sala para tratar este tema en este minuto y oficiar a Su Excelencia el Presidente de la República.
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Dado que he solicitado la unanimidad de la Sala para tratar el tema y no hay acuerdo, no hay más discusión sobre este punto.
El señor ULLOA.-
Pido la palabra por un asunto reglamentario.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ULLOA.-
Señor Presidente, le agradezco que me haya dado la palabra para precisar lo que acaba de mencionar.
Hemos solicitado la unanimidad de la Sala no para tratar ahora esta materia, sino para que ingrese como proyecto de acuerdo, de tal manera que los colegas tengan la posibilidad de estudiarlo durante el lapso comprendido entre este momento y el instante en que se trate en la Sala.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
En verdad, lo que Su Señoría pide es otra cosa.
Solicito la unanimidad de la Sala para incluir este asunto en la discusión de los proyectos de acuerdo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, ¿podría repetir de qué se trata?
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señor Diputado, se solicita la unanimidad de la Sala para someter a discusión, al término del Orden del Día, como corresponde y en el orden pertinente, un proyecto de acuerdo para “oficiar a Su Excelencia el Presidente de la República, con el objeto de que dé respuesta a la brevedad a las consultas de una eventual ilegalidad en la tramitación del decreto supremo N° 95, de 9 de marzo, en el quinquenio que comprenden los años 1994 a 1998, pudiendo, de esta forma, insistir en la Contraloría General de la República para la pronta promulgación del mencionado decreto.”
Varios señores.-
DIPUTADOS ¡No!
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
No hay acuerdo.
PERMISO CONSTITUCIONAL
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-Solicito el asentimiento de la Sala para conceder el permiso constitucional pedido por el Diputado señor SoriaAcordado.
ALCANCE SOBRE ACUERDO DE COMITES
El señor RIBERA.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor RIBERA.-
Señor Presidente, en la tabla de hoy aparece el acuerdo de la Sala de destinar la hora de Incidentes de esta sesión a tratar un tema de importancia nacional. Aunque participo de ello, debo expresar públicamente mi más profunda disconformidad por la forma como se ha procedido.
Asistí a la reunión de los Comités citada por usted el martes pasado, en la cual se me dio a entender que había poco menos que un acuerdo de los mismos para tratar el tema. Ese acuerdo no fue adoptado jamás en forma previa por los Comités; más bien, había sido tomado en una reunión informal, en su casa, con la participación de algunos señores Diputados. Pero Su Señoría lo dio por hecho para incluirlo en la tabla de hoy.
Me parece que es bueno para los procedimientos de la Corporación que los acuerdos se adopten como tales en la Cámara de Diputados y con conocimiento de ella.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Lamento disentir de lo que afirma Su Señoría. Ese es un acuerdo formal de los Comités, que fue comunicado oportunamente a la Sala. Se trata de la reunión de Comités efectuada el 22 de marzo de 1994, y el acuerdo se ratificó en la sesión 3ª, cuya acta está a su disposición.
Tiene la palabra el Diputado señor Jocelyn-Holt.
El señor JOCELYN-HOLT.-
Señor Presidente, ¿cuál es el alcance del acuerdo? ¿Significa que todos los jueves, en forma definitiva y permanente, vamos a suspender Incidentes, o es un acuerdo por unanimidad que procede solo en este caso y para esta sesión?
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señor Diputado, el acuerdo de los Comités es del siguiente tenor: "Destinar la hora de Incidentes de los días jueves de cada semana a tratar un tema de interés general, avisándose con la debida anticipación la materia por debatir. Los señores Diputados podrán hacer uso de la palabra alternadamente, es decir, sin sujeción a un determinado orden, pero por el tiempo que a cada bancada corresponda.
"Iniciar el mecanismo propuesto el próximo jueves 24 del mes en curso con el tema "probidad administrativa". El jueves 7 de abril se considerará "la Cumbre Social y temas de pobreza".
Varios señores Diputados, de distintas bancadas, han planteado que sería bueno perfeccionar el acuerdo, de modo que no interfiera con el tiempo de Incidentes. Por lo tanto, vamos a tratar el tema en la reunión de Comités que se sostendrá luego de la semana distrital.
Tiene la palabra el Diputado señor Jocelyn-Holt sobre el Reglamento.
El señor JOCELYN-HOLT.-
Señor Presidente, a menos que me equivoque, tengo entendido que, de conformidad con el artículo 23 del Reglamento, los acuerdos de Comités adoptados por unanimidad pueden suspender su aplicación sólo para la sesión y el caso puntual de que se trate. Me parece, entonces, que por esta vía, al establecerse, en la práctica, un Orden del Día distinto del preceptuado por el Reglamento, éste se modifica.
No tengo inconveniente en que un acuerdo de esta naturaleza se adopte en un caso puntual, pero que no se haga costumbre reformar el Reglamento mediante acuerdos adoptados por unanimidad.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señor Diputado, no es el momento de entrar en esa discusión. Evidentemente, es un punto que hay que considerar. La Mesa tiene una interpretación; pero debatiremos la materia en la reunión de Comités del martes en que se reanude el trabajo de Sala.
NOTAS DE CONDOLENCIAS POR ASESINATO DE CANDIDATO PRESIDENCIAL EN MEXICO
La señora ALLENDE.-
Pido la palabra por un asunto reglamentario.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
La señora ALLENDE.-
Señor Presidente, en vista de que, por esta vez, en la hora de Incidentes se debatirá otra materia, solicito que recabe la unanimidad de la Sala para enviar un mensaje de condolencias, manifestando nuestro repudio por el asesinato, en México, de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para cumplir con el propósito expresado por la Diputada señora Allende.
Acordado.
V.ORDEN DEL DIA
COMPLEMENTACION A LA REFORMA DEL MERCADO DE CAPITALES. Primer trámite constitucional.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde tratar, en primer trámite constitucional, el informe de la Comisión de Hacienda recaído en el proyecto de ley que modifica el decreto ley N° 3.500, de 1980; el decreto ley N° 1.328, de 1976; la ley N° 18.045; el decreto con fuerza de ley N° 251, de 1931, del Ministerio de Hacienda, y la ley N° 18.815.
El proyecto aparece en el número 2 de la Tabla, pero debido a que su urgencia ha sido calificada de "suma" debe ser discutido en primer lugar.
Diputado informante de la Comisión de Hacienda es el señor Andrés Palma.
Antecedentes:
Mensaje del Ejecutivo, boletín N° 1170-05, sesión 1ª, en 16 de marzo de 1994. Documentos de la Cuenta N° 6.
Informe de la Comisión de Hacienda. Documentos de la Cuenta N° 4 de esta sesión.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable Diputado señor Andrés Palma.
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, en el debate del proyecto de ley en la Comisión de Hacienda, participaron los señores Julio Bustamante, Superintendente de Administradoras de Fondos de Pensiones, y Alvaro Contreras, abogado de la Fiscalía de la Superintendencia de AFP.
La iniciativa tiene por objeto resolver un problema de procedimiento suscitado con esta misma normativa, tal como fue conocida por la Cámara de Diputados en enero, revisada por el Tribunal Constitucional en enero, febrero y primeros días de marzo, y promulgada por el Presidente de la República en los últimos días de la administración anterior.
En este proceso, el texto que conoceremos a continuación ya había sido aprobado por unanimidad por ambas ramas legislativas, con excepción de leves modificaciones, particularmente en el artículo 1°, números 1, 2 y 3, que han sido objeto de correcciones de redacción no observadas por la Cámara ni por el Senado en el análisis anterior de la materia, y en el artículo 6°, que suspende la vigencia de lo dispuesto en el artículo 168, e inciso final del 169 de la ley N° 18.045, por un plazo de 90 días a contar de la publicación de la ley.
El Tribunal Constitucional conoció de oficio las materias en discusión, sin que hubiesen sido puestas en su conocimiento por la Cámara, como procede, de acuerdo con la interpretación que tiene esta Corporación de la legislación que regula a ese Tribunal. Esa es la razón por la cual no se certificó en el despacho de la ley el quorum con el cual fueron aprobadas. El Tribunal Constitucional cercenó, entonces, estas disposiciones del proyecto aprobado por el Congreso Nacional, lo que impidió su despacho correcto.
Por lo expuesto, esta iniciativa viene a resolver el problema formal suscitado, y lo que el Ejecutivo solicita a la Cámara y al Senado es que la despachemos tal cual la ha enviado, salvo los problemas de redacción a los cuales hice alusión al comienzo, lo que equivale a aprobar el mismo texto que ya había despachado el Congreso Nacional por la unanimidad de sus miembros.
En este sentido, como informante de la Comisión de Hacienda, propongo que no entremos al fondo del tema, sino que procedamos a resolver el diferendo entre la Cámara de Diputados, como Cámara de origen, y el Tribunal Constitucional, respecto de las materias que éste debe o no conocer. Todas ellas -salvo una- ya fueron consideradas por esta Corporación.
Lo que no fue conocido y respecto de lo cual creo necesario dar una información adicional es justamente el artículo sexto, al cual ya hice alusión, por el que se suspende "la vigencia de lo dispuesto en los artículos 168, e inciso final del artículo 169 de la ley N° 18.045, por un plazo de 90 días, a contar de la publicación de la presente ley."
Ello corresponde a una indicación aprobada por la Comisión de Hacienda y formulada por parlamentarios de Renovación Nacional y de la UDI, a la cual adhirieron parlamentarios de la Concertación.
De acuerdo con las normas ya promulgadas de reforma del sistema del mercado de capitales, las funciones de muchos directores de sociedades anónimas y de instituciones de intermediación financiera -entre las cuales no se incluyen las administradoras de fondos de pensiones, porque esa situación ya estaba regulada en la ley- deben cesar en una de las dos entidades. De esta manera, un corredor o un director de bolsa de comercio, que además es director en una sociedad anónima, debe renunciar a uno de los cargos, para lo cual se establece un plazo de noventa días, a contar de la publicación de la ley -que esperamos sea pronto-, para que ejerza la opción.
La situación afecta aproximadamente a 30 personas que participan en un número significativo de directorios y, por lo tanto, para el ordenamiento de estas sociedades parece razonable fijar un plazo, salvo en las administradoras de fondos de pensiones, situación que no fue considerada en el despacho original del proyecto.
Este elemento de fondo es el iónico que no había sido conocido por la Cámara, por cuanto el resto del articulado o son enmiendas de redacción necesarias para una correcta aplicación de la ley, o reposición de aquellas materias que el Tribunal Constitucional consideró que debían ser despachadas con quorum especial y que la Cámara no había considerado en tal calidad.
Por esa razón, y en vista de los antecedentes expuestos, la Comisión de Hacienda solicita el despacho de este proyecto, que ha aprobado, tal cual ha sido enviado por el Ejecutivo.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Los Honorables Diputados Huenchumilla y Orpis han solicitado el uso de la palabra.
Primeramente, tiene la palabra el Diputado señor Huenchumilla.
El señor HUENCHUMILLA.-
Señor Presidente, quiero comentar el proyecto informado por el Diputado señor Palma, en relación con el reciente fallo del Tribunal Constitucional, respecto del proyecto sobre mercado de capitales que en su oportunidad despachara la Cámara de Diputados, lo que ha obligado al Ejecutivo a enviar esta iniciativa para subsanar los reparos hechos presentes.
En esta materia están involucrados dos tipos de cuestiones. En primer lugar, una formal, que se refiere a un problema de constitucionalidad de forma, en cuanto el Tribunal Constitucional señaló que una de las disposiciones que nosotros remitimos como propia de ley orgánica constitucional no era tal, sino simplemente de ley común, y la excluyó, calificándola como de ley simple.
En segundo lugar, al interpretar sentencias anteriores, el Tribunal Constitucional, de oficio, estimó necesario conocer de otras disposiciones que la Cámara de Diputados no había puesto en su conocimiento, por estimar que no eran normas de leyes orgánicas constitucionales, sino que revestían otro carácter.
El Tribunal Constitucional, al reiterar la doctrina que sentó en dos fallos anteriores, esta vez se abocó a conocer algunos artículos que nosotros no habíamos aprobado con los quorum respectivos.
En rigor, no obstante el predicamento de la Cámara de Diputados de que el organismo llamado a precisar la naturaleza jurídica de las normas que se remiten a ese Tribunal es precisamente esta Cámara, el Tribunal Constitucional ya había puntualizado que eran normas de ley orgánica constitucional los artículos 44 y 45 del decreto ley N° 3.500, en el proceso rol 101, del año 1990, que modificaban la Ley Orgánica del Banco Central. De manera que existía un precedente en sentencias del Tribunal Constitucional en orden a calificar como de ley orgánica artículos que fueron remitidos no en esa calidad, sino simplemente como de ley común.
Por otro lado, y analizando rigurosamente la materia, el Tribunal señala que se aboca de oficio a conocer algunos incisos o algunos artículos relacionados con los que la Cámara de origen pone en su conocimiento, para los efectos de una interpretación rigurosa y sistemática y para extraer el verdadero sentido de la norma.
Adhiriéndome a la tesis que tradicionalmente ha sostenido la Cámara; de que a nosotros nos corresponde calificar la naturaleza de la norma, la verdad es que en esta oportunidad el Tribunal siguió la doctrina sentada en 1990, y los artículos y los incisos a que se abocó de oficio decían directa relación con otras normas que había que considerar para su adecuada interpretación. Sin embargo, creo que hay una materia más importante que el Tribunal conoció al declarar inconstitucional, esta vez por razones de fondo, una norma que le permitía a la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones nombrar un administrador delegado en las AFP mediante resolución fundada y en casos graves. El Tribunal estimó que esta norma vulneraba la Constitución al transgredir el derecho de propiedad de los dueños de las administradoras a administrar sus propios negocios; el derecho de asociación; el de los cuerpos intermedios a regularse y manejarse en forma autónoma y que, por lo tanto, el Estado, o el Gobierno, al tener la posibilidad de nombrar un administrador delegado, estaba conculcando el derecho de propiedad que tenían, o que tienen, las administradoras sobre las sociedades que administran fondos ajenos.
Nos parece sumamente grave la doctrina sustentada por el Tribunal Constitucional, y compartimos plenamente el voto disidente que se expresa en su sentencia, suscrito por el Ministro señor Juan Colombo. El considera que la norma es constitucional, porque los dueños de los fondos de pensiones son los trabajadores, y las AFP, sociedades que administran fondos ajenos. En consecuencia, frente a una situación grave de infracción de la ley, en que se pudiere afectar o dañar al fondo de pensiones, el Estado, por mandato incluso de la propia Constitución, artículo 19, N° 18, tiene la obligación de supervigilar el funcionamiento de los derechos de la seguridad social en beneficio de la gente que en forma obligada está colocando sus fondos, mayoritariamente, en el nuevo sistema de pensiones, en sociedades que administran fondos ajenos.
Por lo tanto, hoy el Estado -entiéndase la Superintendencia-, quedará privada de la posibilidad de nombrar un administrador delegado frente a una situación grave. Dicho nombramiento, en el artículo declarado inconstitucional, no era caprichoso, dado que aquél debía hacerse por resolución fundada, previo acuerdo del Banco Central, por infracción grave de la ley o por otras causales muy fundamentadas; además, estaba sujeto a un plazo de tres meses, y se podía reclamar de él ante los tribunales de justicia. En consecuencia, el derecho de las AFP estaba muy acotado en la norma que el Tribunal declaró inconstitucional.
Quiero hacer otra reflexión en relación con el tema.
La Comisión de Hacienda está conociendo otro proyecto de ley muy importante para el país: el tratamiento de la deuda subordinada de los bancos, materia compleja que la Sala ya trató en general, en el primer informe, y que esperamos que en las próximas semanas pueda conocer en particular el acuerdo a que se llegue respecto del tema. Sabemos que dentro del nacimiento y del procedimiento a que dio lugar esta obligación subordinada de los bancos, bajo la vigencia de la Constitución de 1980, en el pasado se hicieron nombramientos de delegados o de interventores en los bancos que estaban sufriendo la crisis financiera de los años 82 y 83, precisamente al amparo de la Ley de Bancos, que permite el nombramiento de este tipo de administradores delegados, sin que nadie, hasta la fecha, dijera que ese nombramiento adolecía de inconstitucionalidad, como el Tribunal lo ha declarado en el caso de la norma incluida en el proyecto que aprobó la Cámara.
Creemos que tratándose de los fondos de la inmensa mayoría de los chilenos, administrados por estas sociedades, es deber del Estado, como lo prescribe la propia Constitución, establecer todos los mecanismos que permitan una supervigilancia adecuada. A propósito del tema de los controles de las empresas públicas, estimamos pertinente insistir en que el Estado tiene la obligación de establecer la supervigilancia en el marco de la Constitución y de la ley.
A mi juicio, el proyecto tenía esas características.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
¿Me permite, señor Diputado? Terminó el tiempo de su primer discurso.
El señor HUENCHUMILLA.-
Concluyo en un minuto señor Presidente.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Puede continuar Su Señoría.
El señor HUENCHUMILLA.-
Como se ha dicho en numerosas tribunas, tendremos que ver en la práctica, en el transcurso del tiempo, cómo opera el nuevo sistema de pensiones, de acuerdo con sus disposiciones y una vez que empiece a dar las prestaciones que está obligado a entregar por ley.
Por lo tanto, la manera de corregir este punto, que ya ha resuelto el Tribunal Constitucional -a mi juicio, de una manera equivocada y sentando la doctrina correcta el voto disidente-, ni siquiera sería por ley orgánica constitucional, sino por medio de una reforma constitucional. A nosotros esto nos parece de la mayor gravedad, y quise hacerlo presente en esta ocasión para la historia de la ley.
He dicho.
El señor VIERA-GALLO.-
Pido la palabra.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
¿Por un asunto reglamentario, señor Diputado?
El señor VIERA-GALLO.-
No, señor Presidente. Por su intermedio quiero formular una consulta al Diputado señor Huenchumilla.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, de lo expuesto por el Diputado señor Huenchumilla entendí que el Tribunal Constitucional habría anulado de oficio una disposición de un proyecto de ley. O sea, nadie le solicitó tal actuación, sino que, al revisar un proyecto, entró a conocer del fondo del artículo al cual él se ha referido, y habría adoptado tal decisión.
Quiero que me aclare bien ese punto, porque es importante.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Huenchumilla.
El señor HUENCHUMILLA.-
Señor Presidente, efectivamente, el Tribunal Constitucional conoció de oficio algunos incisos y artículos, y los declaró inconstitucionales, pero por una cuestión formal: porque los calificó de ley orgánica, en circunstancias de que la Cámara los había votado como de ley simple. Ese es un punto.
El artículo por el cual la Superintendencia podía nombrar un administrador delegado en las AFP, fue una disposición que la Cámara de origen -nuestra Cámara- puso en conocimiento del Tribunal. Por lo tanto, en este caso, no actuó de oficio, pero lo declaró inconstitucional, no por una cuestión formal de quórum, sino porque contravenía normas determinadas de la Constitución, es decir, por inconstitucionalidad de fondo.
No sé si queda claro, señor Presidente.
El señor VIERA-GALLO.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, solicito que se oficie a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia o que se arbitre alguna medida tendiente a aclarar el punto. Es evidente que la Cámara de origen tiene la obligación de remitir al Tribunal Constitucional aquellos proyectos que contienen normas de un quórum determinado; pero no me parece evidente, salvo que esté equivocado, que el Tribunal pueda actuar de oficio para conocer del fondo de la disposición. Lo que puede hacer, como ha sucedido muchas veces, es decir que no se reunió el quórum necesario y la norma cae por un problema de procedimiento formal; pero sólo puede entrar a conocer una materia de fondo a requerimiento de parte. Para eso se establece en la Constitución una serie de mecanismos. Si fuera así, quiere decir que el Tribunal, en este caso, habría actuado ultra petita.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).- Señor Diputado, no quiero coartar su derecho a usar de la palabra, pero hay otros señores Diputados inscritos. A usted se la concedí sólo para los efectos de hacer una consulta.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, solicito que se arbitren las medidas que sean del caso para enfrentar esta dificultad.
Muchas gracias.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Orpis.
El señor ORPIS Señor Presidente, hace pocos meses la Cámara despachó un proyecto de gran relevancia, que apunta a modernizar el mercado de capitales, excluyendo todo el sistema financiero o los bancos, como muy bien lo ha señalado el Diputado señor Huenchumilla.
Son varios los cuerpos legales que se modifican en virtud de estas disposiciones: las leyes de Mercado de Valores, de Administración de Fondos Mutuos, de Fondos de Inversión, de Fondos de Pensiones, de Compañías de Seguros, y otras materias.
Esta Cámara está abocada al conocimiento de la situación producida a raíz de una resolución del Tribunal Constitucional, por la cual ha objetado dos tipos de materias, tanto de carácter formal como de fondo; concretamente, en lo relativo al administrador delegado. Las formales se refieren básicamente a los límites de inversión.
Desde mi punto de vista, ello se debió a una omisión, tanto de la Cámara como del Senado, al no haberles dado tal carácter a dichas disposiciones. Respecto de los límites de inversión, como no existían los quórum en esta Honorable Cámara, se tuvo que llegar a una negociación política para alcanzarlos. Por esa razón, no se despachó todo al Senado. Además, esas materias son absolutamente formales y existía unanimidad para resolverlas.
La Comisión de Constitución, Legislación y Justicia y esta Cámara tendrán que analizar el tema relativo al administrador delegado, sobre el cual el Ejecutivo no ha insistido, de manera que no es una materia que hoy esté en votación, independientemente de las consideraciones que se tengan respecto del fallo.
Sin embargo, aun cuando el Ejecutivo no haya insistido en ese tema, no me gustaría dejar la sensación de que la Superintendencia carece de facultades para fiscalizar, ya que, de acuerdo con las actuales disposiciones, podría proceder a la liquidación de una administradora de fondos de pensiones cuando se cometen graves infracciones a la ley.
Era otra la norma planteada por el Ejecutivo para que ella ejerciera su función fiscalizadora; pero no es que hoy no tenga la facultad. La Superintendencia la tiene desde el momento en que puede liquidar una administradora de fondos de pensiones.
Señor Presidente, el Diputado señor Huenchumilla me ha solicitado una interrupción y, por su intermedio, se la concedo.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Huenchumilla.
El señor HUENCHUMILLA.-
Señor Presidente, quiero hacer presente al señor Diputado que malamente el Ejecutivo podría haber insistido en el administrador delegado, porque, de acuerdo con la tesis del Tribunal Constitucional, no es posible subsanar ese vacío mediante una ley, ni siquiera orgánica, sino que se requeriría de una reforma constitucional.
Muchas gracias.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Recupera el uso de la palabra el Diputado señor Orpis.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, por esa misma razón, independientemente de los comentarios a los que hice alusión y que podrá discutirlos y analizarlos esta Honorable Cámara, ello ha sido materia del fallo, pero no es lo que estamos resolviendo hoy.
En segundo lugar, no es efectivo que quienes tengan depositados sus fondos en la administradora de fondos de pensiones se encuentren en la indefensión, porque la Superintendencia sigue teniendo facultades suficientes, incluso para liquidarla.
Un segundo elemento, que hoy y en los días pasados ha sido materia de distintos Comentarios en diversos medios de comunicación, se refiere fundamentalmente a la indicación aprobada en forma unánime por la Comisión de Hacienda, que suspende la vigencia de lo dispuesto en los artículos 168 y 169, inciso final, de la ley N° 18.045, sobre mercado de valores.
Entre las modificaciones introducidas en distintos cuerpos legales, se estableció un conjunto de prohibiciones, incluso inhabilidades, para las personas que eventualmente se encontraban en situación de conflictos de intereses o que podían utilizar información privilegiada en beneficio propio. En forma genérica se consigna quiénes están en esa situación y se propone un plazo de 90 días para que las personas puedan optar entre un cargo y otro.
En primer lugar, se trata de intermediarios de valores que no pueden transar acciones de sociedades anónimas en las que ellos son directores; en segundo lugar, los directores de las AFP no pueden votar por personas que representen a grupos controladores; en tercer lugar, los ejecutivos que trabajen en bancos y en compañías de seguros o corredoras no pueden ser directores de AFP y, en cuarto lugar, tampoco pueden serlo los directores de bancos, compañías de seguro y corredoras que desarrollan funciones ejecutivas. Esas son genéricamente las personas inhabilitadas.
En virtud de una disposición aprobada por el Parlamento, esta inhabilidad operaba in actum; pero como estas personas tienen que elegir entre esos directorios, se consideró prudente establecerles un plazo de opción de 90 días.
Por las razones expuestas, la Unión Demócrata Independiente dará su aprobación a la proposición del Ejecutivo, tendiente a salvar los problemas originados por el fallo del Tribunal Constitucional.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Estévez.
El señor ESTEVEZ.-
Señor Presidente, durante el debate ha quedado en claro que aquí están en juego dos cuestiones de orden distinto, pero vinculadas. Una es el contenido del proyecto y otra la forma en que el Tribunal Constitucional ha procedido a resolver sobre este proyecto, independientemente de cual sea su contenido.
En lo sustancial, respecto de las materias que Su Señoría someterá a votación, me sumo a lo ya expresado: este texto repone el articulado aprobado por unanimidad por esta Cámara, sin que en el acta haya quedado constancia del número de Diputados que lo sancionó.
Se requiere con urgencia despachar esta iniciativa, porque la declaración de inconstitucionalidad, en su forma, por parte del Tribunal Constitucional, ha significado que la ley del mercado de valores, muy importante para la regulación de las compañías de seguro, bolsas de comercio y AFP, ha tenido que ser promulgada hasta con puntos suspensivos en determinadas partes, por cuanto no se efectuaron las debidas concordancias. La eliminación de partes importantes ha traído como consecuencia que hoy no existan límites de inversión para esas entidades.
En el texto que estamos conociendo y al que nuestra bancada le dará su aprobación, se han hecho algunas correcciones de forma que se omitieron en la transcripción del texto original en el Senado; en especial, sobre el plazo de 90 días, que permitirá a las bolsas de comercio y compañías de seguros aplicar las inhabilidades que afectan a sus actuales directores. Esto significa que habrá un plazo de tres meses para llevar a efecto las juntas de accionistas, a fin de que los directores opten entre las actividades que han sido declaradas incompatibles y se proceda a los reemplazos pertinentes. Me parece oportuno este plazo, pues hace más fluida la transición entre un sistema legal y otro. Por eso, le vamos a dar nuestra aprobación.
El tema de fondo, sin embargo, apunta a la forma como ha operado el Tribunal Constitucional. Al respecto, solicito a Su Señoría, si lo estima conveniente, que al término del debate se estudie el modo de proceder para enfrentar esta situación, ya sea por la vía de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia o por la propia Cámara, porque, a partir de este fallo, ha habido un cambio sustantivo de las atribuciones legislativas del Congreso Nacional, ya que el Tribunal se concede el derecho a pronunciarse sobre cualquier materia, sin que ni la mayoría del Congreso ni la minoría de sus parlamentarios se lo hayan requerido, lo que naturalmente implica un cercenamiento relevante de las facultades que tiene el Congreso Nacional. Me parece que el Tribunal ha excedido sus propias atribuciones, y este es un tema que deberíamos clarificar.
No sé si mientras se resuelve o hay alguna reforma constitucional que aclare el punto, sea factible, dado que tenemos sistema de votación electrónica, dejar constancia en acta del número de personas que han votado, para evitar que en el futuro se nos produzca el grave hecho de que eh materias de alta relevancia, despachadas por la unanimidad de esta Cámara y con alta asistencia de señores parlamentarios, simplemente se declare que no tienen efecto o que no pueden ser promulgadas, porque en su momento no se estimó por la Sala que eran de rango constitucional.
Sobre el nombramiento de administradores delegados, materia de fondo que el tribunal ha declarado inconstitucional, desde el punto de vista de la conducción económica ello me parece un hecho lamentable. No es usual que las autoridades fiscalizadoras designen interventores o administradores en las empresas; es un hecho inusual. Se recurrió a ese procedimiento, como muy bien recordaba el Diputado señor Huenchumilla, con ocasión de la crisis bancada de 1982-1983.
La disposición que hoy se objeta en el texto legal respecto de la facultad que se otorga a la Superintendencia de AFP para nombrar administradores delegados o interventores cuando concurre un gran número de causales en situación realmente crítica en su manejo, dice relación con el mismo tipo de disposición que permite la intervención de la banca por la Superintendencia del ramo.
Con este fallo del Tribunal Constitucional no habría sido posible la intervención de la banca que debió realizarse en los años 1982 y 1983. Esto implica vina severa limitante a una atribución que deseamos que nunca tenga que ejercerse, pero que, en algún momento, puede ser necesaria. Por ello, en un futuro próximo, mediante una reforma constitucional, habrá que insistir en este aspecto.
Señor Presidente, el debate que hemos tenido esta mañana nos debe motivar a reflexionar, a fin de clarificar y, en lo posible, enmendar lo que a mi juicio ha sido un exceso de autoatribuciones que se ha arrogado el Tribunal Constitucional.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor José García.
El señor GARCIA (don José).-
Señor Presidente, cuando la Cámara de Diputados trató el proyecto de modernización del mercado de capitales, todas las bancadas señalamos, y con razón, que era uno de los proyectos más importantes que despachaba el Parlamento, por cuanto apuntaba a fortalecer el régimen previsional por la vía de aumentar los instrumentos de inversión, pues garantizaba al ahorro previsional de los trabajadores una mayor rentabilidad y también mayor seguridad.
Sigo creyendo que este proyecto de modernización del mercado de capitales ha sido uno de los más importantes que han pasado por el Congreso Nacional. Por ello resulta lamentable que el Tribunal Constitucional haya reparado materias tan relevantes porque no se cumplió con la formalidad de precisar que determinados artículos requerían la votación de ley de quorum calificado, y que, en consecuencia, por ese aspecto de forma, se haya visto en la necesidad de rechazarlos. En el fondo, el Tribunal Constitucional nos está dando un "tirón de orejas" y diciendo que hemos hecho mal nuestro trabajo. Eso nos debe preocupar tanto a nosotros, como legisladores, como a los equipos técnicos que nos asesoran dentro del Congreso Nacional.
Es cierto que el Tribunal Constitucional conoció de oficio algunos artículos que el Congreso no advirtió que requerían de este quorum calificado. Pero también es efectivo que ya en fallos anteriores el Tribunal Constitucional había señalado que estas materias requerían el quorum de ley orgánica. En consecuencia, el antecedente técnico-jurídico existía y el Congreso Nacional debió ser más riguroso en la revisión de esas materias para no incurrir en fallas que, en definitiva, para repararlas, derivaron en la presentación de esta iniciativa de ley.
Por el proyecto se reponen las atribuciones del Banco Central para la custodia de los instrumentos de inversiones de los fondos de pensiones; la autorización que esa entidad debe dar para invertir en otros instrumentos de oferta pública; las atribuciones para la fijación de los límites máximos de inversión por instrumento en que pueden invertirse los recursos que componen los fondos de pensiones y las atribuciones del Banco Central sobre requisitos y procedimientos aplicables a la inversión de fondos mutuos en el extranjero.
A lo anterior, debemos agregar una indicación que presentaron parlamentarios de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente -concordada con el Ejecutivo-, a la que también adhirieron parlamentarios de la Concertación, respecto de extender en 90 días el plazo para que los corredores de bolsa que sean, asimismo, directores de sociedades emisoras de valores, puedan adecuarse a las inhabilidades establecidas en la ley.
Por las razones expuestas, los Diputados de Renovación Nacional aprobaremos el proyecto de ley.
Señor Presidente, el Diputado señor Teodoro Ribera me ha pedido una interrupción y, por su intermedio, con gusto se la concedo.
He dicho.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Ribera.
El señor RIBERA.-
Señor Presidente, el Diputado señor Estévez ha planteado un tema de alta trascendencia, cual es la interrogante sobre quién debe decidir el quorum con que debe aprobarse determinada norma legal.
El tema es nuevo en el derecho constitucional chileno. En la Constitución de 1925 y en las anteriores existían sólo dos tipos de normas: las leyes comunes y las leyes de reforma constitucional. Sin embargo, a partir de la de 1980, aparecen normas de distinto rango y quorum: normas interpretativas de la Constitución, leyes orgánicas constitucionales, leyes de quorum calificado, leyes comunes y reformas constitucionales.
Surge, entonces, la pregunta: ¿quién debe decidir el quorum con que debe aprobarse una ley que regula una materia determinada? ¿El Congreso Nacional, los órganos colegisladores, el Presidente de la República o el Tribunal Constitucional? Ninguno de esos órganos. Lo hace directamente la Constitución al establecer que determinadas materias deben ser necesariamente reguladas mediante ley de quorum calificado u orgánica constitucional, u otras de rango común.
Entonces, no se trata de una decisión arbitraria, sino de interpretación, en el sentido de si la norma que dictamos calza o no dentro del ámbito de aquellas que la Constitución señala. Ni aun por la unanimidad de la Cámara podría otorgarse, por ejemplo, a una determinada norma el carácter de orgánica constitucional si la materia que comprende no corresponde a la que la Constitución definió previamente como de rango orgánico constitucional. Asimismo, respecto del rango de quorum calificado. Es decir, la Constitución limitó también la facultad del Congreso Nacional de otorgar diferentes rangos a distintas materias, porque, de lo contrario, en un determinado momento, una mayoría ocasional en el Congreso Nacional podría intentar definir muchas leyes para que en el futuro no puedan ser modificadas, y darles, por ejemplo, rango orgánico constitucional para empezar, así, a petrificar el derecho.
La petrificación que establece la Constitución no es en cuanto a la cantidad de leyes, sino al ámbito de las materias. La Constitución no define leyes de rango orgánico constitucional, sino materias. Y como ese es un asunto interpretativo, el Tribunal Constitucional, en definitiva, no le confiere a una ley el rango que desea, sino que subsume la norma constitucional que define la materia y verifica si la norma legal aprobada por el Congreso calza o no en la norma matriz establecida en la Constitución. Sin lugar a dudas, puede haber diferencias. La Cámara de Diputados, por ejemplo, puede establecer que una norma es de quorum calificado y luego el Senado votarla con quorum normal y decir que no cree en esa tesis. Eso ya ha pasado en la Cámara. O puede ser que el Congreso Nacional le atribuya a una norma el rango de orgánica constitucional y, sin embargo, el Tribunal Constitucional no la considere entre las materias de ese rango.
La propuesta que planteó el Diputado que me antecedió en el uso de la palabra, en término de dejar siempre constancia de los quorum alcanzados en las votaciones -en la medida de que sea posible- en el marcador electrónico, es, por lo menos, una solución fáctica o de hecho que podría solucionar problemas a futuro.
Pero, puesto que este problema es interpretativo, al Tribunal Constitucional le compete determinar, finalmente, qué normas -de las que dictamos- deben tener o no determinado rango legal, al subsumir la disposición constitucional al proyecto de norma que nosotros remitimos.
He dicho.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.-
Señor Presidente, este debate es sumamente importante, por cuanto, a partir de un hecho significativo, llama la atención de la Honorable Cámara un problema recurrente con el Tribunal Constitucional. Aquí no se trata, como dijo el Diputado señor José García -en mi opinión, profundamente equivocado- de que el Tribunal Constitucional nos dé un tirón de orejas, ni tampoco de buscar una solución pragmática en el sentido de dejar constancia en todas las votaciones del número de parlamentarios presentes en la Sala. Aquí se ha puesto en tela de juicio el rol del Parlamento y el modo en que está funcionando una institucionalidad diseñada para minimizar al máximo dicho rol.
Me parece muy importante que la Cámara y el Senado tomen conciencia de ello.
No es el único aspecto. En estos días, los integrantes de la Mesa de la Cámara hemos concluido una especie de acuerdo con el Gobierno para que los parlamentarios dejemos de ser pura y simplemente buzones del Poder Ejecutivo; para que no seamos una especie de parlamento estampilla que simplemente tiene la posibilidad de decir sí o no; para que la creatividad de los parlamentarios pueda expresarse en leyes de la República. Este es un aspecto del Estado disminuido, vejatorio, en que la Constitución de 1980 ha situado al Parlamento, amén de las escasísimas materias que son de iniciativa parlamentaria y de las múltiples materias de iniciativa exclusiva del Presidente, y amén del concepto restrictivo que se tiene de lo que es materia de ley. Un cambio esencial, una ruptura con el esquema constitucional de 1925, en el que muchísimas cosas quedan en el ámbito de la potestad reglamentaria que ejerce el Presidente de la República. Y como si todo esto fuera poco, un Parlamento que no puede legislar, Diputados y Senadores que no sacan nada con presentar mociones, porque éstas quedan absolutamente enterradas en el mare mágnum de las urgencias del Ejecutivo, que las puede declarar a su entera discreción, como en las situaciones que hemos apreciado, bastante lamentables para el Parlamento, de tener que despachar leyes importantísimas con la calificación de "discusión inmediata".
Además, creo que ha llegado el momento de tomar conciencia, por el bien del sistema democrático y no por una razón Gobierno-Oposición del suprapoder legislativo que es el Tribunal Constitucional, que puede doblarle la mano a la unanimidad del Senado y de la Cámara.
Me sorprende el planteamiento del Diputado señor Ribera respecto de los peligros de una mayoría en el Parlamento que él denomina ocasional. Pero no ve ningún peligro en que un número reducido de ministros -algunos de los cuales nombrados por el Consejo de Seguridad Nacional, que se pueden señalar con el dedo- le pueda decir "no" al Parlamento. Para Su Señoría eso está bien, y el peligro del que hay que resguardarse proviene del Senado y de la Cámara.
Creo que aquí también hay un problema de enfoque filosófico. ¿En qué sistema democrático creemos?
El Tribunal Constitucional está haciendo uso y abuso de sus prerrogativas. Le enviamos proyectos de ley que nosotros calificamos. No es cuestión de que se nos haya olvidado prender el tablero. Nosotros somos soberanos y calificamos si un proyecto requiere, para su aprobación, quorum calificado, de ley orgánica constitucional o lo que sea. Esa es prerrogativa nuestra, o debiera serla. Así era antes. Siempre hubo Tribunal Constitucional en Chile, pero era muy distinto; era auténticamente constitucional. ¿Dónde hay un tribunal constitucional con estas facultades? ¿En qué sistema democrático hay un tribunal constitucional que pueda, incluso, resolver constitucionalmente durante la tramitación de las leyes?
Me parece lamentable -siempre lo he pensado así; a lo mejor es una opinión muy personal, muy minoritaria- que los señores parlamentarios llamen un árbitro cuando hay diferencias en el seno del Parlamento. No conozco -y tal vez, como en tantas otras cosas, soy ignorante- un sistema democrático donde haya un tribunal constitucional con estas facultades. El problema de fondo es que aquí hay un árbitro que dice sí o qué está bien.
En Chile existe el recurso de inaplicabilidad. El papel de la Corte Suprema en esta materia es determinar si las leyes son constitucionales o no. Nosotros hemos escogido el camino de la inaplicabilidad, caso a caso. En otros países, la Corte Suprema puede declarar inconstitucional una ley una vez que está promulgada. Y esa es una diferencia muy fundamental, porque el Poder Judicial entra a jugar en el desempeño de sus funciones propias; pero aquí no hablamos de una ley promulgada, sino que en trámite, y entonces el Tribunal Constitucional dice que no.
Ahora, el Honorable Diputado señor Ribera expresa que ésta es una materia de interpretación. A lo mejor, lo más probable es que tenga razón, e incluso la puede tener el Tribunal Constitucional, si vemos las actas constitucionales, donde figuran opiniones de quienes hicieron esta ley, personas sin ninguna fe, sin ninguna convicción del rol del Parlamento en un sistema democrático. Quizás vamos a perder si traemos las actas de la Quinta Comisión Constitucional que sesionó en el edificio Diego Portales. ¿Qué deben haber dicho sus distinguidos miembros? "¡Cuidado con el Parlamento de Valparaíso!".
Para nosotros el tema no es de interpretación. Es preguntamos si nos parece bien el actual estado de cosas; si estamos de acuerdo.
Y hay otro tema que circula entre la ciudadanía: las reformas constitucionales. Cuando se plantean, se dice: ¡No, por ningún motivo! Olvidémonos de la inamovilidad de los comandantes en jefe, por ejemplo, si es que a la Oposición le parece que esa reforma es absolutamente inasumible, lo cual, por lo demás, no debería serlo. Pienso que el Comandante en Jefe del Ejército va a terminar concordando en una reforma sobre esta materia antes que los propios partidos de Derecha; pero ese es otro problema. Lo hará por motivo de su relación con el Ministro de Defensa; será un asunto político. La Oposición se va a quedar mirando para el techo cuando el Ejército esté de acuerdo con la reforma, para que empiece a regir el año 2002. Se acabará el problema de principios.
Pero, ¿por qué no ponemos de acuerdo en esto para no seguir siendo vejados y poder ejercer nuestras prerrogativas como un Parlamento digno? Esto debe ser una de nuestras preocupaciones fundamentales.
El Tribunal Constitucional no debe continuar en la forma actual. Si tuviéramos entereza, deberíamos ponemos de acuerdo ahora en la Cámara. Tampoco tenemos que hablar con el Ejecutivo para esto, sino resolverlo en nuestra propia Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, y hacer una propuesta al Senado para modificar las atribuciones de este ente en interés de la democracia y no de un grupo político determinado. Aquí está el germen de un conflicto de poderes que erosiona las bases del sistema democrático.
He querido intervenir a raíz del asunto que estamos tratando para llamar la atención de la Corporación respecto de este recurrente problema, que deberíamos ser capaces de analizar con altura de miras, con el objeto de avanzar rápidamente en una reforma de las normas que regulan al Tribunal Constitucional, de modo que cada cual haga lo suyo: que él se preocupe de los asuntos que le son propios, el Congreso Nacional de los suyos y la Corte Suprema de los de su competencia.
Este sistema de filtros -porque así está concebida la Constitución—, de etapas sucesivas, en que si los parlamentarios se equivocan existe este grupo restringido para que los corrija, en mi opinión no da para más. Lo mismo podríamos decir del Consejo de Seguridad Nacional, pero no es el tema de ahora.
Por último, todos nos lamentamos de lo mismo; coincidimos. Cuando se presentó la acusación constitucional contra los ministros de la Corte Suprema, se llevó a la Cámara de Diputados al Consejo de Seguridad Nacional, y el asunto no prosperó porque se produjo un debate. Pregunto a la Honorable Cámara: ¿qué habría pasado si los alineamientos internos, si los comandantes en jefe le hubieran doblado la mano al Presidente de la República, con todo lo que significa desde el punto de vista de la estabilidad de un sistema constitucional? Tener en la Constitución un ente como dicho Consejo, que posibilita legalmente que los comandantes en jefe del Ejército se pongan de acuerdo con otros, no sólo para contradecir a su superior jerárquico, sino para doblarle la mano y derrotarlo en una votación, ya es bastante, y, además, implica, como segunda cuestión —o primera, según el orden de prioridades que uno tenga—, acusar a la Cámara de Diputados por ejercer una facultad de fiscalización.
El tema es delicado y la Corporación debería abordarlo con suma seriedad.
He dicho.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados referirse al tema del debate.
Insisto en la petición de despachar el proyecto.
De acuerdo con la inscripción, tiene la palabra el Diputado señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, después de escuchar los alegatos sobre la materia, tengo la impresión de que el Tribunal Constitucional actuó legalmente, o sea, dentro de las atribuciones del artículo 82, N° 1°, de la Carta Fundamental: "Ejercer el control de la constitucionalidad de las leyes orgánicas constitucionales antes de su promulgación y de las leyes que interpreten algún precepto de la Constitución;", que plantea la dificultad. El Tribunal Constitucional fue creado en la época del Presidente Frei Montalva, no con el propósito de tener un rol por sobre el Parlamento, sino de dirimir las contiendas de constitucionalidad entre el Presidente de la República y el Congreso, ambos colegisladores en la Constitución de 1925 y, con mayor razón, en ésta; pero la Carta Fundamental de 1980 transformó su filosofía y el actual Tribunal, no sólo por su composición -como lo dijo el Presidente de la Cámara-, sino, además, por las atribuciones que tiene, se coloca como un gran inquisidor por sobre el Presidente y el Parlamento.
En el período anterior, en pocas ocasiones el Tribunal Constitucional ejerció la plenitud de sus atribuciones, o lo hizo con un sano criterio; pero en este caso nos encontramos ante un problema complejo: la Cámara y el Senado piensan algo en forma unánime y el Tribunal, recurriendo a la disposición de la Constitución que cité, anula la voluntad del Parlamento, y no existe apelación posible sobre su decisión.
Antes de terminar, quiero hacer un comentario sobre la materia, sin entrar a analizar la necesidad de reformar, desde nuestro punto de vista, esta institución.
A mi juicio, cuando el número 1° del artículo 82 de la Carta habla de ejercer el control de la constitucionalidad de las leyes orgánicas constitucionales, se refiere al conjunto de disposiciones que forman un cuerpo legal, que complementan la Constitución, lo mismo que sus leyes interpretativas; pero desde sus primeras sentencias el Tribunal ha entendido que se refiere a disposiciones o artículos, a normas, y no a estatutos jurídicos completos.
A lo mejor, no sería ocioso ver la historia de la disposición que estamos comentando y cuestionando, porque por esa interpretación, evidentemente, el Tribunal Constitucional podría estimar que cualquier norma de cualquier proyecto que llegue a sus manos, por el hecho de contener algún artículo que requiera quorum especial, es de ley orgánica constitucional y podría entrar a conocer el fondo del asunto.
En este caso se le consultó sobre una norma que nosotros estimamos de ley orgánica constitucional, pero muchas veces le hemos remitido un proyecto en que consideramos de quorum simple el noventa y nueve por ciento de sus normas y sólo una con carácter de ley orgánica constitucional. Si sigue esa práctica, el Tribunal podría entrar a conocer de otras disposiciones, aduciendo que también son de ley orgánica, e ir -como quien dice- expandiendo su competencia.
El sistema todavía está en rodaje. Acabamos de terminar un largo período de excepción constitucional y estamos rodando las instituciones, pero la verdad es que los distintos órganos del Estado deben ajustar sus competencias. Más allá de nuestra voluntad de reforma, hay que ajustar las competencias. Obviamente, al actuar de esta manera, el Tribunal va más allá de lo que la inmensa mayoría de los parlamentarios entiende razonable dentro de su competencia.
Por eso, además de abogar por las reformas, que ojalá podamos realizar en su momento, pido a la Mesa de la Cámara, en especial al señor Presidente -así como ha tomado contacto con distintos órganos constitucionales-, que haga presente al Presidente del Tribunal Constitucional nuestra inquietud. Tiene estas atribuciones.
El Tribunal existe; es una realidad. Hay realidades que uno preferiría que no existieran. El mundo es como es y no como uno quisiera, aunque hay que tratar que se acerque a eso.
Mientras exista este Tribunal, debemos encuadrarlo dentro de sus atribuciones, de la interpretación razonable de una Constitución que no hicimos y cuya filosofía no compartimos, pero que acatamos, así como acatamos lo que dispone en sus fallos. Lo acata el Presidente de la República, por lo cual ha enviado este proyecto. O sea, nadie está pretendiendo salirse del marco, pero, por lo menos, pretendamos que sea razonable y lleguemos a ajustes que impidan fricciones y roces más allá del normal funcionamiento de las instituciones del Estado.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Vamos a proceder del modo que Su Señoría sugiere.
Tiene la palabra el Diputado señor Espina.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente, quisiera referirme directamente al fondo, pero no puedo dejar de hacer dos comentarios respecto de las palabras que Su Señoría pronunció al intervenir en la Sala, que cambian el debate.
En primer lugar, me parece absolutamente exagerado sostener que a quienes redactaron la Carta no los animaba el espíritu o el propósito de tener un texto constitucional moderno que contribuyera, más allá de las imperfecciones de toda Constitución, a dar un régimen democrático estable. Prueba de ello es que la nuestra ha funcionado y ha resuelto conflictos. Cada vez que ha sido sometida a las contingencias de la vida política, ha contado con algún organismo o disposición legal para resolverla. Suponer que la Constitución es inamovible, algo imposible de perfeccionar, significa ponerse una venda en los ojos y una torpeza.
Sin lugar a dudas, caer en conclusiones apresuradas y en descalificaciones personales respecto de quienes la elaboraron, lejos de prestigiar el debate, es un acto desmedido en el análisis de la materia.
La afirmación, absolutamente injustificada, respecto de la inamovilidad de los comandantes en jefe no es materia del debate; pero al señor Presidente y a la Concertación les consta que nuestro partido actúa de acuerdo con lo que entiende por bueno o malo. Muchas modificaciones constitucionales que hemos estimado buenas no han agradado a sectores políticos afines; en otras hemos tenido importantes coincidencias con los partidos de Gobierno y se impulsaron en el período anterior. De manera que sostener que nuestras posiciones políticas serán aquellas que gusten a determinado organismo, no sólo es injusto con los hechos, sino un juicio aventurado.
En cuanto al fondo, estoy más cerca de la interpretación del Diputado señor Viera-Gallo, en orden a que no me parece que se desprenda del texto constitucional en forma concluyente que el Tribunal Constitucional habría actuado en la correcta interpretación de la ley. ¿Cuál es la razón? Nuestra Constitución, en su artículo 7°, establece una norma aplicable a todos los órganos del Estado. Les dice, en buen castellano, que no pueden actuar más allá de su esfera de competencia y que deben restringir su actuación a aquello que la ley expresamente les señala.
Los órganos del Estado no pueden "arrancarse con los tarros y atribuirse funciones que la ley no les ha otorgado. Deben actuar y lo hacen válidamente investidos, en primer lugar, de la norma que los faculta para actuar dentro de un ámbito de competencia, y en segundo lugar, sólo dentro de ese ámbito de competencia.
¿Cuáles son los hechos a que estamos enfrentados? En primer lugar, el Tribunal Constitucional califica una norma como de ley orgánica; en segundo lugar, la califica de manera distinta que el Congreso, el cual, sin conflicto, estimó su rango jurídico; en tercer lugar, de oficio y sin que exista conflicto, decide cambiar lo que el Congreso Nacional estimó de rango constitucional. En mi opinión, esto excede sus facultades.
El artículo 82 de la Constitución dispone que el Tribunal Constitucional ejercerá el control de la constitucionalidad de las leyes orgánicas constitucionales antes de su promulgación. ¿Quién determina la calidad de ley orgánica constitucional? El Diputado señor Teodoro Ribera, con justa razón, dice que la Constitución. ¿Y quién resuelve el quorum de determinada norma? El Parlamento, en virtud de las facultades de su ley orgánica constitucional.
Por lo tanto, si el Parlamento no ha hecho cuestión respecto del rango constitucional de la norma, cuya calificación no ha suscitado conflicto, no hay razón para suponer que puede haber un organismo que lo pase a llevar y resuelva distinto.
El N° 2 del artículo 82 de la Constitución es para el caso de conflictos. Dispone: "Resolver las cuestiones sobre constitucionalidad que se susciten durante la tramitación...", etcétera, precisamente para resolver el problema de que una mayoría política pudiese imponer siempre modificaciones a la correcta interpretación de la Constitución sobre el quorum con el cual deba aprobarse una ley. Si no se logra esa mayoría, señala un camino y le dice al interesado: hay un organismo al que puede recurrir; promueva un conflicto ante el Tribunal Constitucional sobre la interpretación hecha por la mayoría política. Pero, ¿hubo conflicto en este caso? No lo hubo. El Congreso Nacional no planteó ningún asunto al Tribunal Constitucional. Por lo tanto, la calificación de ley la hizo, a través de sus órganos y de acuerdo con su normativa vigente, con rango de ley orgánica constitucional, el Congreso Nacional.
Por último, el artículo 3° de la ley N° 17.997, orgánica constitucional del Tribunal Constitucional, dice: "El Tribunal sólo podrá ejercer su jurisdicción a requerimiento de los órganos constitucionales interesados o de las personas que intenten la acción pública, en los términos señalados en el artículo 82 de la Constitución Política.
Reclamada su intervención en forma legal y en asuntos de su competencia, no podrá excusarse de ejercer su autoridad ni aun por falta de ley que resuelva el asunto sometido a su decisión.".
Quiero saber dónde hay una norma que faculte al Tribunal Constitucional, cuando el Congreso Nacional ha resuelto que una norma tiene un rango y naturaleza determinados, cuando no hay conflicto, cuando no se ha requerido su intervención, para que por sí y ante sí decida modificar esa determinación. Si extremamos lo establecido por esta disposición y por un problema de economía legislativa, antes de votar los proyectos, deberíamos enviarlos –todos- a ese Tribunal para que calificara su rango constitucional, lo que sería aplaudido por la ciudadanía, pensando, tal vez, en que las leyes se tramitarían con más rapidez.
¿Puede pensarse que esa fue la intención del legislador? ¿Puede pensarse que la intención del legislador era caer en ese absurdo? Sin duda, no fue esa su intención, sino que establecer dos mecanismos. Si en el Congreso no hay conflicto respecto del rango de la norma, entonces, en virtud de su ley orgánica, este Poder lo califica. Si el Congreso lo resuelve, pero hay una minoría o un sector político que estima que se está infringiendo la Constitución, le da una puerta de escape y le dice: vaya al Tribunal Constitucional y trabe un conflicto sobre la constitucionalidad de la norma.
Por estas razones, me sumo a quienes creen que los organismos internos de la Cámara que correspondan tendrían que debatir y fijar la posición de esta Corporación sobre la materia, en la cual no debería haber división entre Gobierno y Oposición, porque a nuestro juicio -en esto podemos estar equivocados quienes pensemos así-, esa es la correcta interpretación de la norma constitucional.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señores Diputados, son las 12. Propongo votar el proyecto a las 12.20.
Si le parece a la Sala, así se hará.
Acordado.
Tiene la palabra el Diputado señor Elgueta.
El señor ELGUETA.-
Señor Presidente, las intervenciones que hemos escuchado apuntan a la defensa de las atribuciones del Parlamento.
Aparte de las consideraciones que se han formulado, debemos recordar que la Constitución Política de 1980 fue presentada como la "Constitución de la seguridad", con la cual se protegerían los derechos de los ciudadanos, y se dijo, además, que sería tecnificada. Pero el concepto más importante, inserto en cada una de sus disposiciones, es el de la seguridad.
Así se advierte en las bases esenciales de su Capítulo I, en los delitos terroristas; en el hecho de haber alterado el orden que existía en la Constitución de 1925, en la cual el Congreso estaba delante del Gobierno y hoy es al revés -se estableció un cesarismo presidencial-; en el establecimiento del Consejo de Seguridad Nacional, que puede hacer presente sus observaciones a cualquier autoridad, incluido el Congreso, e indicarle si es conveniente o no para el país, a su juicio, determinada norma, o recabar todos los antecedentes de cualquier institución relacionada con la seguridad nacional; en la incorporación de los Senadores designados para equilibrar esa especie de dominio político que existía, donde las fuerzas democráticas y populares obtenían mayores representantes. Con el Tribunal Constitucional, en el que interviene también el Consejo de Seguridad Nacional, indudablemente se quería la seguridad completa, pero nadie se la ha dado al país. Ninguna constitución ha pretendido lo que quiso la de 1980.
Respecto del punto que tratamos, añadiré algunos argumentos históricos. Tengo en mi poder la Revista Chilena de Derecho de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de mayo-agosto de 1991. Incluye un estudio sobre los diez años de jurisprudencia del Tribunal Constitucional, de 1981 a 1991. De su análisis se desprende que nunca el Tribunal Constitucional se abocó, durante ese tiempo, a conocer materias de oficio. Incluso, uno de los considerandos de un fallo, dice: "no procede que este Tribunal, de oficio, ejerza el control de constitucionalidad sobre normas de un proyecto de ley que no le han sido sometidas a su examen".
Aún más, la Junta Militar de la época llegó a adoptar la siguiente práctica, según señala el autor de este artículo: "A partir de 1985, sin embargo, la Junta de Gobierno inaugura una nueva práctica: en vez de someter al control del Tribunal todo el proyecto, remite a dicho órgano un oficio en que singulariza y somete a su control únicamente aquellos artículos del proyecto que tienen -a su juicio- rango orgánico constitucional". Siempre fue éste el criterio que aceptó el Tribunal Constitucional.
Incluso, el señor Eugenio Valenzuela, en un voto disidente, en enero de 1989, expresa: "ninguna norma constitucional lo faculta (al Tribunal) para cambiar la calificación jurídica sustantiva con que fue aprobada la norma por el Poder Legislativo, en el ejercicio de atribuciones exclusivas y excluyentes. El hacerlo invade aquel campo privativo del Poder Legislativo provocando grave daño a la estructura básica de los Poderes del Estado en que descansa nuestra Carta Fundamental, ya que el Tribunal Constitucional resultaría ser un Poder supralegislativo ilimitado que podría anular más allá de lo permitido por la Constitución, la acción de los Poderes del Estado encargados de la función legislativa".
¿Acaso este Congreso tiene una calidad, rango o nivel inferior al de la Junta Militar que entonces formaba esa especie de Poder Legislativo y Constituyente que todos conocimos durante casi 17 años? ¿Acaso merecen respeto, más que aquella Junta Militar, las personas que son elegidas democráticamente por el pueblo, por el soberano? ¿Por qué ahora se actúa así en estas tres leyes, si éste no es un problema nuevo? Esta cuestión ya se planteó en el proyecto que modificaba la ley N° 18.168, General de Telecomunicaciones. En esa oportunidad, el ex Presidente de la Cámara, don Jorge Molina, nos remitió una carta a todos los Diputados -el 30 de noviembre de 1993-, en la cual hacía ver el nefasto precedente que el Tribunal Constitucional estaba sentando al entrar a conocer, por primera vez en su historia, de oficio, asuntos que habían sido tratados por el Poder Legislativo como de ley común y que dicho órgano jurisdiccional calificaba como de ley orgánica constitucional. La iniciativa sobre protección al medio ambiente fue el segundo proyecto de ley en que se invadieron las atribuciones del Parlamento, y el tercero es el que analizamos.
La carta del señor Molina terminaba señalando que se debían remitir los antecedentes a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia para que emitiera un informe y, en conjunto con el Senado, fijáramos un criterio común para abordar este tema.
Estoy de acuerdo en que el señor Presidente de la Cámara de Diputados -como se ha propuesto- converse con el Presidente del Tribunal Constitucional; pero también pido que lo haga con el Presidente del Senado, con el objeto de que el Congreso tenga una voz única que represente que estos precedentes no contribuyen a la estabilidad democrática del país.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ribera.
El señor RIBERA.-
Señor Presidente, quiero hacer unas aclaraciones respecto de lo que se ha sostenido.
El Diputado señor Viera-Gallo señaló que no hay estatutos jurídicos completos de rango orgánico constitucional o que deberían de existir. Pero el problema está en que la Cámara ha tratado iniciativas que contienen normas de rango común, de rango orgánico constitucional y de quorum calificado, y cuando el proyecto se envía al Tribunal Constitucional, éste estudia la totalidad, y subsume la norma jurídica a las materias constitucionales.
Podemos disentir en si el procedimiento es bueno o malo; pero así está establecido en la Constitución. Esa es una materia que no podemos desconocer.
También quiero rebatir lo señalado por el Diputado señor Elgueta respecto de que entre los años 1981 y 1991 no se produjo el problema. No se produjo por una razón muy obvia: la Junta de Gobierno adoptaba sus acuerdos por unanimidad, por el ciento por ciento de sus miembros; por lo tanto, todo proyecto era aprobado por los quorum requeridos, de acuerdo con lo establecido en el artículo 63 de la Constitución.
Hoy se reclama contra el Tribunal Constitucional. Sin embargo, esa institución fue uno de los órganos fundamentales que permitieron que se realizara un plebiscito y una elección, con toda la transparencia necesaria. Fue el Tribunal Constitucional el que exigió un Tribunal Calificador de Elecciones para que velara y se preocupara del proceso eleccionario.
El tema de fondo es si queremos que en Chile impere una democracia sólo sobre el principio de las mayorías y minorías o también que se subordine al derecho, es decir, que tengamos un estado de derecho democrático. ¿Queremos que los órganos cuyos integrantes son elegidos decidan dentro de los márgenes por ellos establecidos o deseamos tomar resguardos para que exista un estado democrático de derecho?
Señor Presidente, Su Señoría estudió en Estados Unidos durante largo tiempo y sabe que la lucha por la supremacía constitucional nació en ese país. Se impuso contra la corriente imperante, lo que permitió a los tribunales de justicia garantizar el cumplimiento de la Constitución, porque ésta es para aquellos que carecen de poder y no para los que lo tienen, que no la requieren.
Por eso, se han buscado mecanismos a través de los tribunales ordinarios o especiales, como el Tribunal Constitucional. Podremos discutir si su actual conformación es buena o mala. En mi opinión, es claro que ella no corresponde sólo a un problema técnico, sino que es de alta trascendencia política, puesto que sus componentes determinan en cierta forma la calidad y orientación de los fallos. Mientras mayor rango tenga la decisión que se adopte, más trascendencia política tendrá el fallo.
¿Es necesario el Tribunal Constitucional? Sí. ¿Actúa de acuerdo con la normativa vigente? Tampoco se puede discutir. Distinto es el caso de lo que pueda suceder en el futuro; pero considero fundamental que existan otros órganos de tipo jurisdiccional que se encarguen de resguardar el imperio pleno de la Constitución, materia que no sólo descansa en las mayorías o minorías.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Cerrado el debate.
Corresponde votar en general el proyecto.
Hago presente a la Sala que contiene normas de ley orgánica constitucional.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 76 votos. No hubo votos por la negativa ni abstenciones.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).- Aprobado en general el proyecto.
Si le parece a la Sala, se aprobará en particular con la misma votación.
Aprobado.
Se despachará al Tribunal Constitucional.
MODIFICACION DE LA LEY N° 18.696, SOBRE TRANSPORTE DE PASAJEROS, EN LA EVALUACION DEL IMPACTO AMBIENTAL DEL TRANSPORTE. Primer trámite constitucional.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Corresponde ocuparse del proyecto, en primer trámite constitucional, que modifica el artículo 3° de la ley N° 18.696, sobre transporte de pasajeros.
Diputado informante de la Comisión de Obras Públicas es el señor Sabag.
Antecedentes:
Moción, boletín N° 407-15, sesión 17ª, en 10 de julio de 1991. Documentos de la Cuenta N° 11.
Informe de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, sesión 54ª, en 16 de marzo de 1993. Documentos de la cuenta N° 9.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones me ha encomendado informar el proyecto, originado en una moción presentada por los señores Horvath, Jara, don Octavio; Taladriz, Sabag, Prokurica, Faulbaum, Pérez, don Ramón; Ortiz, Hurtado y García, don René, que modifica el artículo 3° de la ley N° 18.696, sobre transporte de pasajeros.
Es necesario dejar constancia de que el artículo mencionado fue motivo de enmienda en el período legislativo pasado, oportunidad en que se dictó la ley conocida como "de libertad de recorridos", que facultó al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones para establecer las condiciones y dictar la normativa relativa al funcionamiento de los servicios de transporte remunerado de pasajeros. Para tal efecto, en los casos de congestión de las vías, de deterioro del medio ambiente o de las condiciones de seguridad de las personas o vehículos, causados por la circulación vehicular, puede disponer el uso de las vías para determinados tipos de vehículos o servicios, mediante procedimientos de licitación pública.
La idea fundamental del proyecto, contenida en la moción de los parlamentarios ya mencionados, consiste en determinar que en la licitación de calles para el transporte público la autoridad deberá considerar, además de los factores económicos, elementos adicionales como la contaminación, el ruido y el efecto sobre el medio ambiente, de los distintos modos de transporte.
Hoy, la preocupación por el medio ambiente y el impacto que éste ejerce sobre el modo y la calidad de vida de los hombres es preocupación fundamental de la sociedad; incluso, la defensa del medio ambiente tiene rango constitucional. En efecto, la Constitución Política de la República de 1980, en el capítulo referente a los derechos y deberes constitucionales, en el artículo 19, N° 8° dispone "El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación". Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.
La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente;".
En virtud de esta norma constitucional, se dictó la modificación al artículo 3° de la ley en cuestión, que ahora pretendemos nuevamente perfeccionar.
Durante la discusión del proyecto se contó con la asistencia y colaboración del Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, don Germán Molina Valdivieso; del Subsecretario de Transportes, don Sergio González Ruiz-Tagle autoridades vigentes a la fecha—, y del asesor de esa cartera, don Milton Bertín, quienes, además de manifestar el acuerdo del Ejecutivo, objetaron la redacción original de la iniciativa, por cuanto adolecía de falta de claridad y podía contradecir gravemente la necesaria flexibilidad que la ley debe conceder a la autoridad para reglamentar el tránsito público en las distintas regiones del país, cuyas realidades son diferentes.
Una indicación sustitutiva de la norma propuesta, patrocinada por los Diputados señores Horvath, Taladriz, Hurtado, Ortiz, Faulbaum, Sabag y Velasco, que fue aprobada en forma definitiva, subsanó lo anterior.
En consecuencia, se propone un proyecto de ley que modifica el artículo 3° de la ley N° 18.696, el que consta de un artículo único, del siguiente tenor:
"1.- Agrégase el siguiente inciso tercero: "Los procedimientos y las bases de licitación deberán contemplar la evaluación económica y los efectos ambientales de las distintas alternativas y modalidades de transporte. Estas bases considerarán, al menos, los factores ambientales atinentes al ruido, a los gases contaminantes, al orden en la circulación de vehículos y a la valoración urbana.
2.- Sustituyese, en el inciso tercero, que pasa a ser cuarto, las palabras "el inciso anterior" por "los incisos anteriores".
Esta última modificación no hace otra cosa que determinar que en el proceso de licitación de calles, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones tendrá que considerar lo dispuesto en el actual inciso segundo y en el nuevo inciso tercero que introduce el proyecto.
La Comisión lo aprobó en general y en particular por unanimidad, por lo que se permite recomendar su aprobación a la Honorable Sala.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Álvarez-Salamanca; a continuación, los Diputados señores Ortiz y Girardi.
El señor ALVAREZ-SALAMANCA.
Señor Presidente, tal como lo expresó el señor Diputado informante, el objeto de la iniciativa es exigir que los procedimientos y las bases de licitación de calles y avenidas incluyan, además de la evaluación económica, las normas ambientales aplicables a las distintas alternativas y modalidades de transportes. Es decir, en las bases de las licitaciones deberán considerarse, de aprobarse el proyecto de ley, al menos los factores ambientales que dicen relación con el ruido, los gases contaminantes, el orden y la circulación de vehículos y la valoración del territorio urbano. En consecuencia, la idea es evitar los riesgos de accidentes; la contaminación, asociada generalmente al aire y al ruido, y el deterioro urbano, además de procurar el empleo eficiente de las distintas opciones energéticas en el mediano y largo plazo.
En todo caso, es conveniente dejar establecido que las bases que se aplican en la actualidad en materia de licitación de calles ya contemplan, directa o indirectamente, los elementos que el proyecto propone incorporar. Dichos factores son los económicos, ambientales y de seguridad en el tránsito, los que, naturalmente, han sido recogidos por las bases, puesto que la ley en vigencia autorizó la licitación de calles en aquellos casos en que existan problemas de congestión de las vías o deterioro del ambiente, o de las condiciones de seguridad de las personas o de los vehículos.
Sin embargo, el proyecto que analizamos tendrá el efecto práctico de exigir que en todas las licitaciones, con independencia de las razones que las motivaron, se consideren los factores enunciados, pues será una exigencia impuesta por la ley a la licitación. Me refiero —y valga la redundancia- a que toda licitación considerará, en definitiva, factores económicos, ambientales y de seguridad en el tránsito.
Los parlamentarios de Renovación Nacional vamos a respaldar la iniciativa, a pesar de que estimamos que la dictación de normas jurídicas destinadas a proteger el medio ambiente deben ser precedidas de la formulación de una política nacional ambiental, a fin de proporcionar un enfoque moderno que, desde una perspectiva global e integradora, presente soluciones a los problemas del caso.
Es necesario complementar la Ley de Bases del Medio Ambiente con distintas normas que vayan abarcando el universo ambiental, dado que la actual legislación sobre la materia, con un alto grado de dispersión e incoherencia, aborda los problemas ambientales de manera sectorial e inorgánica y con un marcado énfasis en lo sanitario y patrimonial.
El problema de la legislación se refleja en el hecho de que las competencias públicas para la protección del ambiente se encuentran repartidas y dispersas en una multiplicidad de organismos de diferente rango, que operan de manera inorgánica, con paralelismo y ambigüedad de funciones y de responsabilidades, cuestión que espero que se solucione a la brevedad, una vez que se ponga en funcionamiento la Comisión Nacional del Medio Ambiente y se nombre a su Director Ejecutivo, cargo que hoy provoca reñida disputa entre los partidos de la Concertación.
En definitiva, sólo es posible subsanar las deficiencias de la legislación ambiental actual con una política nacional ambiental sustentada en la Ley de Bases del Medio Ambiente, aprobada recientemente por el Congreso Nacional y promulgada hace sólo algunas semanas. Allí se deben establecer los principios rectores y los objetivos básicos sobre las metas a alcanzar, en concordancia con los objetivos nacionales propuestos en distintas materias.
El proyecto, que respaldamos los Diputados de Renovación Nacional, deberá enmarcarse en la ley marco de medio ambiente, de manera de establecer la legislación ambiental orgánica y moderna que necesita el desarrollo futuro de nuestro país.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).
Tiene la palabra el Diputado señor Ortiz.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente, un grupo de legisladores planteamos este proyecto de ley por tres razones fundamentales:
Primero, tal como lo dispone la Constitución Política de la República de Chile en su artículo 19, número 8°, para asegurar a todas las personas el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
Segundo, dictar normas que permitan a la autoridad reglamentar el tránsito público en las distintas regiones del país, en las que hay realidades absolutamente diferentes, y
Tercero, establecer normas sobre transporte de pasajeros teniendo en vista la situación económica.
En nuestro país se han empleado varias modalidades de transporte, como tranvías, trolley-buses, vías especiales para bicicletas y motocicletas, pero sin la adecuada visión de futuro y sin efectuar tampoco la evaluación ambiental.
En estos últimos años, y en especial en el período legislativo del 1990-1994, ha sido unánime la inquietud de los parlamentarios en cuanto a mejorar el nivel de vida de los habitantes de nuestro país. Los Diputados de provincias y regiones hemos visto cómo el nivel de vida, por ejemplo, en la capital, ha llegado a niveles preocupantes. Por lo expuesto, al proyecto se le han formulado indicaciones, de manera que pueda adecuarse a esta situación.
Termino señalando que es menester que esta materia se trate no sólo en función de los empresarios, sino de los trabajadores y de todos los habitantes, para terminar con los problemas que signifiquen bajar el promedio de vida.
Por eso, en nombre de la bancada democratacristiana, anuncio que apoyaremos el proyecto de ley porque constituye un avance en el nivel de vida de todos los chilenos.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente, el proyecto de ley es muy importante, sobre todo porque se inicia en el país un período climático bastante complejo desde el punto de vista de la salud. Todos sabemos que, a partir de marzo, la contaminación atmosférica afecta de manera muy grave a la ciudad de Santiago. Y los riesgos en salud, que han sido demostrados por estudios epidemiológicos, hacen que alrededor de un 30 por ciento de los niños menores de un año sufran de bronquitis obstructiva o de una bronconeumonía. Hay estudios que demuestran que el riesgo dé un niño pequeño, si vive en Santiago, es un 300 por ciento mayor que el de otro que tenga su residencia en una ciudad libre de contaminación.
El tema ambiental se inserta en un problema más global, que tiene que ver con el crecimiento económico del país y con el desarrollo de sus ciudades. La contaminación atmosférica es una externalidad del desarrollo. La ciudad se comporta como un sistema económico, productivo, que debe ofrecer servicios a menores costos, lo que tiene sentido porque permite establecer escalas con infraestructuras y acceder a beneficios sociales. Pero el problema es que se está llegando a un nivel en que, si sigue aumentando, independientemente de los costos, los beneficios sociales van a ser cada vez menores.
Por lo tanto, la legislación tiene que establecer objetivos muy precisos y aprobar leyes específicas con el propósito de salvaguardar el bien común. Por eso aceptamos la existencia de un sistema de libre mercado, al cual la gran mayoría adherimos; pero para que el sistema sea eficiente, reitero, hay que salvaguardar el bien común.
Concuerdo con el Diputado que me antecedió en el uso de la palabra, en cuanto a que primero hay que definir una política nacional ambiental, que contemple lo que el país quiere en esta materia. Es decir, definir cuáles son los principios y objetivos que van a iluminar la acción tanto legislativa como institucional, porque legislar sobre la materia o definir una institucionalidad sin una política nacional, significa trabajar a ciegas. Disponemos de una ley marco. Es un avance en la medida en que se discute un problema importante; pero ella se elaboró sin contar con una política nacional ambiental. Por lo tanto, deberá tener distintos tipos de apoyo y ser objeto de modificaciones para hacerla más eficiente.
En relación con el tema específico en debate, me parece muy interesante lo que se plantea, pero habría que darle mayor rigor.
Hoy tenemos un problema concreto: el de la restricción vehicular, la cual debe establecerse para los vehículos de la locomoción colectiva, porque, como todos saben, son los que emiten el 70 por ciento de las partículas contaminantes más dañinas.
Por lo tanto, sugiero modificar la redacción propuesta en la forma que se indica. Después de la frase "circulación de vehículos", sustituir la conjunción "y" por una coma (,) y, a continuación del punto final (.), que se sustituye por una coma, agregar la siguiente frase: "las medidas que se adoptarán en situaciones de emergencia ambiental y de restricción vehicular en caso de superarse las normas de calidad ambiental establecidas por la autoridad".
El texto definitivo quedaría como sigue: "Los procedimientos y bases de licitación deberán contemplar la evaluación económica y los efectos ambientales de las distintas alternativas y modalidades de transporte. Estas bases considerarán, al menos, los factores ambientales atinentes al ruido, a los gases contaminantes, al orden en la circulación de vehículos, a la valoración urbana, las medidas que se adoptarán en situaciones de emergencia ambiental y de restricción vehicular en caso de superarse las normas de calidad ambiental establecidas por la autoridad".
Es muy importante establecer estas medidas porque el Estado, antes de otorgar una concesión, exige requisitos técnicos, jurídicos y de orden ambiental que se deberán cumplir. Por ejemplo, si los empresarios aceptan previamente estas condiciones, no se producirán problemas relacionados con atentados a la libertad de trabajo o a derechos adquiridos. Por ello, es importante establecer en las bases de licitación el aspecto específico de las restricciones vehiculares, para no atentar con posterioridad contra un derecho adquirido.
Por otra parte, debido a la gravedad de los problemas y a la discusión de esta última semana respecto de algunos instrumentos legales establecidos en la ley marco, es fundamental introducir, en el mismo artículo, el siguiente inciso: "Facúltase al Ministerio de Transportes para establecer restricciones a la circulación de vehículos particulares, cuando el Ministerio de Salud determine situaciones de riesgo para la salud de la población. Un decreto con fuerza de ley determinará los requisitos y condiciones en los que se deberá establecer dicha restricción".
Sabemos que la emisión de partículas es el principal problema de contaminación. No obstante, ella aumentará cada vez más, con lo cual Santiago tendrá el problema de las ciudades modernas, a raíz de la contaminación por oxidantes secundarios, como el ozono. Los vehículos particulares, que en la actualidad suman alrededor de 500 mil y que en el año 2000 serán un millón, son los grandes responsables de este tipo de contaminación, toda vez que producen nitrógeno, el cual, al combinarse con la radiación ultravioleta, producen ozono.
En consecuencia, también propongo establecer instrumentos legales para restringir la circulación de los vehículos particulares, ya que si una persona sube a un auto, contamina treinta veces más por kilómetro recorrido que si decide tomar un bus. Estimo que estas medidas serían muy eficientes en el manejo de los problemas ambientales de la Región Metropolitana.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señor Diputado, el Honorable señor Ortiz le solicita una interrupción.
El señor GIRARDI.-
Sí, señor Presidente.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).
Con su venia, se la concedo.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente, en forma oficial invito al Diputado señor Girardi a nuestra Comisión, que funciona los miércoles de 12.30 a 14.30, porque el tema de la circulación vehicular está contenido en un proyecto de ley que, a pedido del Ministro de Transportes, empezaremos a tratar el 6 de abril.
En consecuencia, solicito, por ahora, aprobar el proyecto, originado en una moción parlamentaria, presentada en junio de 1991.
Los temas planteados por Su Señoría son muy importantes, pero ya hay un proyecto que el Ejecutivo ha formulado sobre materias que, como el Diputado señor Girardi más que nadie sabe, inciden en determinaciones judiciales, razón por la cual trataremos de despacharlo en la mejor forma posible.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
El Diputado señor Rene García solicita una interrupción al Honorable señor Girardi. Con su venia, tiene la palabra.
El señor GARCIA (don Rene Manuel).-
Señor Presidente, el Diputado señor Girardi ha dicho algo muy importante: dentro de los planes habría que fomentar el uso del Metro y de otros vehículos destinados a la locomoción colectiva, como tuvimos oportunidad de ver en Alemania. Es decir, cuando hay incentivo, el recorrido es bueno, y se comprueba que el Metro cumple los horarios, la gente tendrá mucho más interés en ocupar esos medios de transporte, en lugar del automóvil.
Pero también hemos propuesto algunas ideas contra la contaminación, como la que sugirió el Diputado señor Ortiz. Si queremos incentivar la importación de vehículos que no contaminen, debemos establecer algún incentivo a quienes los adquieran; por ejemplo, que el permiso de circulación cueste 10 por ciento menos o que la gasolina sin plomo sea más barata. Hay que promover esas cosas, porque la gente tendría la oportunidad de cooperar con ganas a mejorar el medio ambiente.
Por lo tanto, coincidimos plenamente con lo propuesto por el Diputado señor Girardi y creemos que es una buena medida, como también lo es este proyecto, que significa un paso gigantesco hacia un medio ambiente libre de contaminación en Santiago y en todo el país.
Quiero destacar que mucha gente está cooperando con esta finalidad. Ayer vi, con mucha satisfacción, cómo un señor de la Séptima Región que tenía permiso de la Conaf para explotar una de las últimas reservas forestales de robles de la zona, a pedido del ex Senador don Máximo Pacheco, decidió hacerlo sólo en un 25 por ciento. Es decir, la voluntad está; faltan las condiciones.
Coincidimos plenamente, y para dar este paso vamos a apoyar este proyecto, votándolo favorablemente.
Agradezco la interrupción al Diputado señor Girardi.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Recupera el uso de la palabra el Diputado señor Girardi.
El señor GIRARDI.-
Señor Presidente, me parece muy importante considerar en este proyecto la posibilidad de establecer la restricción vehicular, de manera de obviar los problemas constitucionales o de otro orden. Así, cuando el Estado establece una concesión, define las condiciones que los empresarios de la locomoción colectiva deberán aceptar. Los elementos técnicos específicos son dispuestos por la autoridad de Salud. De esa manera, queda más específico el proyecto.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Por la vía de la interrupción, tiene la palabra el Diputado señor Luksic.
El señor LUKSIC.-
Señor Presidente, las palabras del Honorable Diputado señor Girardi han sido extraordinariamente elocuentes en lo que se refiere a la defensa del medio ambiente. Sin embargo, quiero hacer un alcance respecto de la posibilidad de que una adición, como la que él señala, traiga consigo la inconstitucionalidad del precepto.
El Tribunal Constitucional, en el control de constitucionalidad a la Ley de Bases del Medio Ambiente, declaró inconstitucional el precepto que regulaba las restricciones vehiculares, por cuanto limitaba determinados derechos fundamentales. El fallo del Tribunal señaló que esas restricciones deben estar contenidas en una ley especial, ya que el artículo 19, N° 8°, de la Constitución, que consagra el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, expresa en su inciso segundo que las limitaciones a los derechos fundamentales en virtud de dicha norma deben ser específicas.
Por lo tanto, apoyaría la iniciativa enviada por el Ministerio de Transportes, en cuanto a regular específicamente las restricciones vehiculares que también traen consigo limitaciones a los derechos fundamentales establecidos en la Constitución.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Propongo a la Sala votar el proyecto a las 13 horas.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Están inscritos los Diputados señores Navarro, Salas y Sabag.
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, coincido plenamente en que no sólo debe ser considerado el factor económico en el proceso de licitación.
De la lectura del informe se desprende que el Ejecutivo estimó que el proyecto original establecía una inflexibilidad que impedía aplicar sus normas en las distintas regiones del país, situación que lo llevó a cambiar el concepto de "incluir" por "contemplar" en la redacción del artículo, lo que otorgaría el grado de flexibilidad que el Ejecutivo pidió.
Señor Presidente, por su intermedio deseo consultar al Diputado informante si este grado de flexibilidad implica que en algunas regiones del país no se aplicará este precepto. Si así fuera, ¿de qué modo se puede fiscalizar que estas medidas se apliquen en forma general, sin excepciones, al arbitrio de la autoridad? Cuando se consideran los factores que deben estar en las bases de licitación, se establecen los ruidos ambientales, los gases contaminantes, el orden en la circulación de vehículos, la valoración urbana, y se deja de lado -y ésta es otra consulta para el Diputado informante- la participación ciudadana respecto de la circulación de los vehículos. Esto ocurre especialmente en las ciudades pequeñas, de regiones, donde el cambio de la circulación vehicular, sin consulta previa, afecta el normal desenvolvimiento de la vida cotidiana de los ciudadanos.
Por lo tanto, se trata de saber si esta norma de flexibilidad puede ser otorgada por la autoridad para no establecer esta exigencia en las bases de licitación y, en segundo lugar, si se discutió en la Comisión la participación de la ciudadanía que pudiera verse afecta a incomodidades o a graves peligros por el cambio en la circulación vehicular.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Si el señor Diputado informante desea responder ahora, le ofrezco la palabra.
El señor SABAG.-
Como estoy inscrito, prefiero hacerlo más adelante, señor Presidente.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Muy bien.
Tiene la palabra el Honorable señor Salas.
El señor SALAS.-
Señor Presidente, todos los proyectos que tiendan a mejorar la calidad del ambiente y a disminuir la congestión vehicular, que ya no sólo se produce en Santiago sino en todas las grandes ciudades cabeceras de regiones, incluso en comunas chicas, son buenos.
Sin embargo, no podemos seguir parchando la Ley de Tránsito y buscando argumentos sin enfrentar el fondo del tema de la congestión que, como consecuencia del atochamiento por el mayor tiempo que demora un vehículo en su desplazamiento, trae el desmejoramiento de la calidad del medio ambiente.
Debemos regular el parque automotor, sobre todo el del transporte de microbuses, taxibuses y taxis colectivos. En ningún país desarrollado el ingreso de un vehículo de transporte de pasajeros queda al arbitrio de la persona que tiene dinero y compra uno, dos, cinco o diez vehículos y los coloca al servicio de la población. Previamente, debe haber una medición de la cantidad de vehículos que necesita, por ejemplo, la ciudad de Santiago para transportar pasajeros.
Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar el debido silencio. De lo contrario, aplicaré el artículo 88 del Reglamento.
Puede continuar el Diputado señor Salas.
El señor SALAS.-
Señor Presidente, Alemania es un país donde impera la economía de libre mercado. Sin embargo, el transporte de pasajeros no se rige por una ley como la nuestra, pues para que ingrese un vehículo a la locomoción colectiva es necesario tener permiso de la municipalidad y del Ministerio de Transportes.
Con el sistema que hoy rige en el país, cada persona puede comprar un vehículo para trabajarlo dondequiera. Podremos aplicar la tarificación vial -tengo bastante reticencia sobre el proyecto que está en la Comisión de Transporte y de Obras Públicas-, construir más trenes subterráneos y más calles, pero si no regulamos el atochamiento de Santiago, donde hay más taxis que en cualquiera de las grandes ciudades de los países desarrollados, será imposible mejorar el medio ambiente y disminuir la congestión.
Para eso hay que invertir. No podemos decir que en Santiago nos falta una vía elevada o subterránea donde puedan circular los vehículos. A lo mejor, ahí se justifica el cobro de la tarificación vial. Cuando se piensa en el costo, me pregunto cuánto le significa al Estado, a los hospitales, la atención de la salud de los niños, de los ancianos o de cualquiera persona que se vea afectada por el smog. Creo que resulta más barato construir nuevas vías, en todas las comunas, con un sistema de regulación del tránsito, para evitar este caos.
En las horas de mayor atochamiento, los camiones de carga con acoplados, los carretones e incluso los vehículos que debieran estar obsoletos y fuera de circulación, interrumpen el tránsito en calles como la Alameda por falta de vías perpendiculares o subterráneas. Las rotondas no tienen utilidad alguna y sólo provocan un atochamiento de kilómetros de vehículos detenidos, que al estar con sus motores en marcha contaminan.
Estas iniciativas son buenas respecto del ñeque y la fuerza que ponen todos los señores Diputados para tratar de resolver el problema, pero esto no se soluciona con proyectos de cuatro o cinco líneas que mejoran un aspecto pero no van al fondo del problema. En Santiago (COMPLETAR) vehículos para el transporte de pasajeros que alcanzarían para la mitad del país. Además, desmejoran su calidad, ya que el uso tiene un costo en petróleo, neumáticos, motor, etcétera, y en las horas de menor afluencia de público hacen su recorrido prácticamente vacíos. Eso implica desorden y significa que hay buses de más. Mientras esto no se regule, será imposible mejorar el tránsito.
Pese a nuestras protestas por lo señalado por el Tribunal Constitucional respecto del veto a la Ley del Medio Ambiente, se nos da la salida para que -sin atropellar la economía de libre mercado que tanto se defiende, porque no podemos aplicarla a todos los rubros de la economía- estudiemos, en conjunto con el Gobierno, con el Ministerio de Transportes, la presentación de un proyecto que regule el ingreso de vehículos de transporte de pasajeros, sean buses, taxibuses, taxis o colectivos. De lo contrario, si se construyen más vías o vías elevadas -todo el mundo piensa en eso, porque es un asunto que debemos resolver pronto-, habrá más vehículos, se incentivará el aumento de la locomoción colectiva y, en definitiva, nunca lograremos solucionar el problema.
No creo que la tarificación vial, que significa aplicar un nuevo impuesto a las personas, que afectará sobre todo a la clase media, sea la solución del problema. Con ese sistema, podemos decidir cobrar 200 mil pesos a quienes andan en vehículo, con lo cual eliminaremos el problema, pues la gente guardará sus vehículos; pero no es esa la solución. Esta consiste en un paquete de medidas de ordenamiento del tránsito, de calles, de nuevas vías, de cantidad de locomoción. Mientras mayor es el número de vehículos, más cara es la tarifa, porque llevan menos pasajeros, y cada vehículo que se mueve tiene un costo. Si no cortan suficientes boletos en el día, es imposible su financiamiento. Eso rebota en que no se arreglan los motores, ni los frenos, existe más smog, la calidad de los vehículos es mala porque no se alcanzan a financiar para pagarlos, y vemos enormes carteras vencidas en los bancos y en las empresas que conceden los créditos.
Por ello, pese a que reconozco el esfuerzo de los Diputados que han presentado el proyecto, creo que se debe crear una comisión de la Cámara con la participación de representantes de los ministerios que corresponda, para defender a las personas y buscar una modificación profunda de la Ley de Tránsito, a fin de solucionar el problema de atochamiento de los vehículos, a consecuencia de lo cual la calidad del aire y de vida de las personas es muy precaria.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Sabag. Restan cinco minutos.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, respecto de la pregunta del Diputado señor Navarro, la moción original presentada por varios señores Diputados era mucho más rígida y fue objetada por los técnicos del Ministerio de Transportes porque, al no existir facultades para aplicarla en todo Chile, provocaría graves injusticias. Al final, la rigidez impediría ponerla en práctica en todas las ciudades importantes del país. A raíz de ello, se formuló una indicación sustitutiva para hacerla más flexible, la que fue aprobada por todos los miembros de la Comisión y aceptada por las autoridades del Ejecutivo.
En la Comisión hemos ido mejorando paulatinamente las disposiciones legales tendientes a dotar a las autoridades de facultades para que puedan regular el grave problema de la contaminación y de la congestión vehicular en el Gran Santiago. Ahora, estamos avanzando un poco más. Tenemos otro proyecto, el de tarificación vial, y muchas otras disposiciones que se están discutiendo en la Comisión. Invito a los señores Diputados interesados en esta materia a que concurran a la Comisión, a fin de seguir analizando estos temas.
Considero muy interesante las sugerencias del Diputado Girardi, y le propongo que presente las indicaciones correspondientes, porque el proyecto será aprobado hoy en general. Después, pasará a la Comisión para su segundo informe; lo analizamos y, si es aprobado, volverá nuevamente a la Sala.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Cerrado el debate.
En votación.
Si le parece a la Sala, se aprobará en general el proyecto, por unanimidad.
Aprobado.
Vuelve a la Comisión para su segundo informe.
Las indicaciones formuladas al proyecto son las siguientes:
Al artículo único.
N° 1
1.- Del señor Girardi para agregar, a continuación de la expresión "urbana" la siguiente frase: ", las medidas que se adoptarán en situaciones de emergencia ambiental y de restricción vehicular en caso de superarse las normas de calidad ambiental establecidas por la autoridad".
2.- Del señor Girardi para agregar el siguiente inciso: "Facúltase al Ministerio de Transportes para establecer restricciones a la circulación de vehículos particulares, cuando el Ministerio de Salud determine situaciones de riesgo para la salud de la población. Un decreto con fuerza de ley determinará los requisitos y condiciones en los que se deberá establecer dicha restricción".
CONDOLENCIAS POR ASESINATO DE LUIS DONALDO COLOSIO, CANDIDATO PRESIDENCIAL EN MEXICO.
El señor SHAULSOHN (Presidente).-
De acuerdo con lo resuelto por la Sala en la mañana de hoy, voy a dar lectura al proyecto de acuerdo sobre lo sucedido en los Estados Unidos de México.
"Proyecto de acuerdo:
"Considerando:
"El repudiable asesinato de don Luis Donaldo Colosio, destacado hombre público y candidato a la presidencia de México.
"Que hechos de esta naturaleza hieren la conciencia civilizada de la humanidad,
La Honorable Cámara de Diputados acuerda rechazar, en la forma más enérgica, el asesinato del señor Luis Donaldo Colosio, destacado militante del Partido Revolucionario Institucional y candidato a la Presidencia de la República, y hace llegar sus condolencias y sentimientos de pesar al pueblo y al gobierno mexicanos".
Si le parece a la Sala, se aprobará por unanimidad y se despachará a quien corresponda.
Acordado.
El señor ESTEVEZ.-
Pido la palabra.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
¿Asunto reglamentario?
El señor ESTEVEZ.-
Sí, señor Presidente.
Es sólo para sugerir, adicionalmente, que la Mesa o el Presidente de la Cámara, pudiera visitar al Embajador de México y expresarle nuestro pesar, dado que es un hecho que conmueve a un país latinoamericano, y por la amistad hacia Chile que siempre expresó don Luis Donaldo Colosio.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Me parece muy adecuada su proposición, señor Diputado.
Así se procederá.
VI.PROYECTO DE ACUERDO
PLAZO DE FUNCIONAMIENTO DE COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE CODELCO
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Corresponde tratar un proyecto de acuerdo.
El señor Secretario le va a dar lectura.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Proyecto de acuerdo de los señores Palma, don Andrés; Balbontín, Elgueta, Ojeda, Pérez, don Aníbal, y Valenzuela.
"Considerando:
"Que la Cámara de Diputados ha establecido una Comisión Especial para investigar la pérdida de más de doscientos millones de dólares en Codelco.
"Que el acuerdo que estableció dicha Comisión Especial no fijó el plazo para su funcionamiento, alterando así las normas reglamentarias de esta Corporación.
"La Cámara de Diputados acuerda:
"Fijar un plazo de 60 días corridos, a contar del día de hoy, para el funcionamiento de la Comisión sobre Codelco".
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
De acuerdo con las disposiciones del Reglamento, corresponde abrir un debate de diez minutos: cinco para quienes lo apoyen y cinco para los que lo impugnen.
Ofrezco la palabra a algún señor Diputado o señora Diputada que quiera sostener el proyecto de acuerdo.
Tiene la palabra el Diputado señor Palma.
El señor PALMA (don Andrés).-
Como expresamos en el proyecto de acuerdo, creo que él se explica por sí mismo. El Reglamento de la Cámara de Diputados establece que las Comisiones Especiales deben tener un objeto y un plazo.
Cuando se aprobó el proyecto de acuerdo relativo a Codelco no se fijó un plazo; sin embargo, no hubo unanimidad en la Sala, porque el Diputado señor Palestra se opuso, aun cuando fue por otros motivos.
Por ello, sin perjuicio de la posibilidad de prorrogar el plazo, en caso de que fuera necesario, habría que establecer los procedimientos reglamentarios tal cual deben ser, y nos ha parecido conveniente fijar sesenta días, los que, sumados al tiempo de trabajo de la Comisión, corresponden aproximadamente al plazo que normalmente se otorga a estas comisiones por parte de la Corporación para cumplir su mandato.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Restan casi cuatro minutos de los primeros cinco.
Ofrezco la palabra a algún otro señor Diputado o señora Diputada que quiera hacer uso de la palabra para sostener el proyecto de acuerdo.
Entiendo que el Honorable señor Urrutia pidió la palabra porque no está de acuerdo con el proyecto.
El señor URRUTIA.-
No, señor Presidente. Está equivocado.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Le ruego que me excuse, Diputado señor Urrutia. Tiene la palabra para sostener el proyecto de acuerdo.
El señor URRUTIA.-
Señor Presidente, en la mañana de hoy conversamos con algunos señores Diputados de la Concertación, especialmente con el Presidente de la Comisión Especial de Codelco y con el Diputado señor Viera-Gallo, para concordar este proyecto de acuerdo en el sentido de rebajar el plazo a treinta días, teniendo presente que la opinión pública necesita de un pronunciamiento de esta Cámara.
Creemos que en quince días más deberíamos tener ya agotada la investigación...
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
¿Me permite que lo interrumpa, señor Diputado? ¿Su Señoría está proponiendo una modificación?
El señor URRUTIA.-
Exactamente.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Si es así, debemos discutir la modificación separadamente del proyecto original, a menos que exista unanimidad para acoger la proposición del Honorable señor Urrutia, en cuyo caso, no tendría mayor sentido continuar con el debate.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
Acordado.
Por lo tanto, queda aprobado un plazo de 30 días corridos, a contar de hoy, para el desempeño del trabajo de la Comisión Investigadora de Codelco.
El señor URRUTIA.-
Obviamente, este plazo puede ser prorrogable.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Señor Diputado, esa será una materia que en su momento deberá discutir la Sala. No corresponde señalarlo ahora.
VII.INCIDENTES
PROBIDAD ADMINISTRATIVA
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Corresponde tratar el tema "Probidad Administrativa".
Hago presente a la Sala que la modalidad establecida por los Comités es de uso alternado de la palabra, con el respectivo descuento del tiempo total del Comité del señor Diputado u Honorable señora Diputada que usa de ella. Corresponden 19 y medio minutos al Comité de la Democracia Cristiana; 15 y medio minutos al Comité de Renovación Nacional; 9 y medio minutos al Comité de la UDI; 8 minutos al Comité del Partido Socialista, y 7 y medio minutos al Comité del PPD.
Han pedido hacer uso de la palabra los Honorables Diputados señores Allamand y Martínez, don Gutenberg.
Tiene la palabra el Diputado señor Martínez.
El señor MARTINEZ (don Gutenberg).-
Señor Presidente, la Democracia Cristiana se encuentra desarrollando un profundo proceso de reflexión en tomo de las cuestiones de fondo que nos inquietan en el tiempo presente. Pretendemos dar una respuesta política y valórica a las visiones materialistas de la vida, con sus efectos de acentuado individualismo y consumismo, tendencia de gran influencia en el mundo público y privado de hoy. Pretendemos que prime el ser más por sobre el tener más; es decir, la cultura del humanismo por sobre la del materialismo.
En esa misma línea, en enero de este año dimos a conocer públicamente una propuesta destinada a situar la ética en el centro de las preocupaciones ciudadanas, poniendo énfasis en la necesidad de cuestionamos los principios que guíen el actuar en las áreas pública y privada.
Las visiones materialistas, como antivalores que son, han entrado de contrabando en nuestro país, junto con los beneficios de la internacionalización y los avances económicos. Lamentablemente, en otras sociedades en que tales antivalores se han hecho presentes y se han socializado los vicios, las irregularidades y la corrupción han penetrado en el ambiente público y privado. Por eso debe tomarse con seriedad el peligro de la entronización de estos vicios en Chile y el potencial desarrollo de comportamientos exentos de ética. En algunos casos, se trata de la mezcla indebida de lo público con lo privado; en otros, de la presencia del narcotráfico. De todas maneras, se trata de la aceptación de prácticas antiéticas, es decir, inmorales, que se van incorporando a una suerte de saco cada vez más grande de la aceptación por comodidad o conveniencia.
Digamos las cosas como son. Quien falta a principios éticos falta a la moral, porque la ética no es ni más ni menos que la moral del actuar; quien agranda cada vez más la posibilidad de la aceptación incuestionada, va perdiendo en conjunto dos de los caracteres distintivos del ser humano: la racionalidad y el sometimiento a la regulación de normas de conducta moral.
Con las iniciativas reseñadas, sumadas a una decisión política de enfrentar las distintas manifestaciones del fenómeno, hemos iniciado, junto a otros, y esperamos a todos, una batalla por los principios; movilización que no capitulará y que sólo se detendrá cuando percibamos que las fronteras de lo ético se encuentren claramente delimitadas, firmes, y no corren peligro de caer ante una arremetida organizada con tal propósito.
Ahora bien, este fenómeno que nos ocupa puede ser enfrentado en dos formas: una, de fijación de un diagnóstico objetivo, para luego avanzar propuestas de solución perfectibles, pero que importan una decisión y no una mera puesta política; y otra, de carácter político contingente, que cae a veces, quizás de buena fe, en el error, en una falsa concepción de la realidad o, peor aún, que actúa de mala fe en la construcción de un diagnóstico falso y destructivo de nuestro país, calculando ventajas políticas inmediatas. Digo inmediatas, porque todo aquel que se dedique sinceramente a la política debe comprender que lo que perjudica a Chile, en definitiva perjudica a todo proyecto político. Me interesa ser extremadamente claro y explícito en estas cuestiones.
Hoy voy a referirme al tema de la ética, al estado de salud moral en el que pretendemos que se desenvuelva Chile; no a la supuesta enfermedad que algunos livianamente diagnostican o insinúan en nuestra alma nacional. No entraré a analizar el supuesto estado de corrupción generalizado, porque simplemente no existe en este país.
Chile tiene una tradición de transparencia en la actividad pública y en los negocios y ha sido reconocido internacionalmente como país ejemplar. Justamente la existencia y respeto de normas éticas consensuales en la actividad pública y privada prestigian y destacan nuestra sociedad de entre otras, incluso de aquellas que experimentan mayores satisfacciones materiales. Por eso, el esfuerzo por mantener y profundizar esta característica es propiamente nacional, y debe comprometer a todos los chilenos de buena voluntad.
Para abordar una temática como ésta se requiere asumir todos los aspectos del problema; es decir, y como lo hemos señalado públicamente, nuestra respuesta debe ser integral; debe comprender aspectos preventivos y represivos; debe considerar la modernización del Estado, herramienta relevante en esta acción múltiple, y debe representar también una interpelación para el sector privado, todo lo cual involucra actualizar nuestra legislación.
Es necesario reconocer, primero, que el desafío constituye un problema de país, que involucra a la sociedad, al Estado y a todos los sectores; segundo, que tenemos que analizar los valores que todo nuestro sistema educativo imparte o comprende sobre la materia; tercero, que debemos tener claro que la represión por la vía penal es una medida retributiva y ejemplarizadora, de modo que constituye un recurso final ante la imposibilidad o ineficacia de los restantes; cuarto, que tenemos que desarrollar métodos de prevención del fenómeno que se adelanten a la conducta eventualmente corrupta y, quinto, que hay que mejorar los sistemas de fiscalización.
Hemos hecho 14 propuestas, pero en razón del tiempo sólo enumeraremos algunas.
En el área pública, en primer lugar, nos parece necesario modernizar el Estado de manera que se cumpla no sólo un imperativo de desarrollo integral, sino también una deuda impostergable con el funcionario público, lo cual importa redefinir la carrera funcionaría. Debe existir un sistema que posibilite efectivamente el ascenso, el progreso jerárquico y el consiguiente aumento de remuneraciones, ligado directamente al grado de calificación del funcionario, al desempeño y desarrollo de su cargo y al rigor con que se apliquen los principios éticos que definen su probidad funcionaría. Debe establecerse un sistema de incentivos al desempeño sobresaliente de los funcionarios públicos y, a su vez, determinarse rentas compatibles con las exigencias impuestas para el desarrollo de los cargos. Debe capacitarse, conceptualizarse y desarrollarse legalmente, en forma adecuada, lo que ha de entenderse por probidad funcionaría. Este último aspecto involucra, a lo menos, desarrollar el concepto desde una perspectiva actual, considerando la experiencia de forma de violación de la definición original; sustentar el concepto de principios morales, con primacía de la honestidad, el profesionalismo y la vocación de servicio público. A este concepto actualizado deberán responder todos los funcionarios públicos, privilegiándose la excelencia profesional y las especialidades.
En segundo lugar, hay que reglamentar normas más claras de desvinculación económica o de prestación de servicios de los empleados, cónyuges y familiares directos, especialmente en las empresas públicas, semifiscales y municipios, donde las normas del Estatuto Administrativo no las contemplan.
En tercer lugar, hay que fortalecer las estructuras de control y sus atribuciones. Esto implica, entre otras cosas, dar mayor desarrollo al control interno de los servicios centralizados del Estado; modernizar la metodología de control de la Contraloría General de la República; acentuar el carácter fiscalizador y representativo del interés del Estado al Consejo de Defensa del Estado.
En cuarto lugar, hay que crear nuevas instancias legales de fiscalización y prevención. Entre otras, consideramos las siguientes: establecer el ombudsman o defensor del pueblo y la Superintendencia de Empresas del Estado.
En quinto lugar, realizar un acabado estudio, con el fin de actualizar la regulación y práctica de las licitaciones públicas y privadas, flanco para eventuales actitudes o conductas corruptas. Se trata de generar una norma única que debería aplicarse en todos los niveles y ámbitos en que se realicen licitaciones de esta especie.
En sexto lugar, regular, conforme a parámetros éticos, las campañas electorales. Sobre el tema, los Diputados señores Aylwin y Elgueta ya han presentado proyectos. Ello implica limitar las campañas a espacios breves y, especialmente, poner coto a las millonarias, las que, por lo demás, están en contra del principio de la igualdad de oportunidades. En vista de lo anterior, también nos parece razonable y éticamente aconsejable establecer un sistema de financiamiento público de las campañas electorales.
En el área privada, es necesario sancionar legalmente el enriquecimiento ilícito, por tratarse de una conducta socialmente reprobable. Hay que sancionar legalmente, como delito de gran gravedad y pena, la conducta del agente privado que participa en delitos funcionarios; hay que restablecer legalmente la capacidad sancionatoria de los colegios profesionales en materias de ética profesional, y hay que desarrollar en el sector privado y en las asociaciones gremiales, en general, normas o códigos de ética que regulen y obliguen a los asociados.
En lo legislativo penal, hay que adecuar el concepto de "empleado" que se utiliza en las disposiciones pertinentes; ampliar y, en su caso, crear nuevos tipos penales en el Código del ramo y en las leyes especiales, excesivamente restringidos frente a los tipos de conductas impropias que se conocen en los tiempos modernos.
Debemos adecuar las penas existentes para que haya un correlato con la gravedad de las conductas sancionadas.
Hay que perseverar en el desarrollo de la legislación destinada a reprimir el lavado de dinero y el narcotráfico.
Con todo este conjunto de propuestas, pretendemos crear un debate de altura que arroje soluciones viables y de compromiso nacional. Hemos estado en la ronda de consultas y creemos que vamos caminando bien. Sinceramente esperamos que la manera fácil y contingente de eludir el tema no sea el camino, y que, en cambio, se opte por un modo serio, que indague objetivamente un diagnóstico y proponga, con responsabilidad, soluciones de país que involucren una decisión política honorable guiada justamente por la ética y no por cálculos políticos de clara intención instrumentalizadora.
En cambio –insisto-, aspiramos a un diálogo constructivo que coloque la ética en el centro de nuestras preocupaciones, y la verdad, sólo la verdad, en el centro de nuestra discusión.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Cardemil.
El señor CARDEMIL.-
Señor Presidente, nuestra bancada ve con sumo interés -y yo personalmente- que este tema se ponga en la mesa con franqueza, con altura de miras y con la esperanza de que no nos quedemos sólo en el diagnóstico, sino que avancemos en lo que nos está requiriendo todo el país: dar soluciones al problema que evidenciamos.
Para nosotros, claramente éste es un tema de interés nacional. Nadie tiene derecho de pensar -y estoy contestando alusiones que se han hecho en la hora de Incidentes en esta Sala y en Comisiones- que la Oposición, en algún momento, se va a alegrar por un caso de corrupción. Sería achacarle una extrema pequeñez, una extrema falta de patriotismo y, además, una enorme falta de percepción política.
Cuando se produce una situación de corrupción, no es el Gobierno, que administra el país, quien pierde: pierden el país y los chilenos, y pierde prestigio el sistema. Como dije ayer en la tarde, en la Comisión, nunca voy a estar dispuesto a aceptar ni siquiera una broma respecto de este tema, porque es disminuirlo y no levantarlo, como queremos.
Quiero referirme a un especial tema de probidad administrativa, que hemos denominado "conexiones indebidas entre el interés público y el interés particular", maridaje indeseable entre las funciones públicas -funcionarios públicos que tienen a su cargo el cuidado del interés fiscal o nacional- y el interés privado. Este tema, evidentemente, no es nuevo, ni estoy diciendo que se haya producido, en particular, en estos últimos años. Siempre ha existido el problema, pero quiero señalar que se presentaba, fundamentalmente, en escenarios de extrema estatización, a través de una protección arancelaria o tarifaria que algunos grupos conseguían de los partidos o de los parlamentarios.
Como el país ha evolucionado, y hay una gran cantidad de negocios que los particulares hacen para el Fisco, existe un enorme y desconocido territorio donde se están produciendo serios problemas sobre los cuales deseo llamar la atención.
Señor Presidente, quiero ser extremadamente cuidadoso -al margen de que se compartan o no los procedimientos respecto de las últimas denuncias de un Diputado de nuestra bancada, que han causado alarma y polvareda pública, y con el ánimo de levantar la situación- en expresar, por ejemplo, que lo que se indicó como conexión indebida entre el interés público y el interés particular está reconocido en los casos de Refimet y de Enami-Minemet por los propios interesados. Aquí no estoy achacando ni imputando un delito, sino diciendo, sencillamente, que no tiene presentación pública. Nadie podría sostener que la tiene si en las negociaciones de un mineral del Estado se pacta un aumento de capital con la empresa particular interesada que se lo adjudica, en la cual tenga participación un ejecutivo de la empresa estatal.
Tampoco tiene presentación pública, por ejemplo, que una de las empresas comercializadoras de Enami sea precisamente privada, en la que hay interés reconocido por parte de los ejecutivos de la empresa estatal. Por lo tanto, aquí planteo un caso concreto -porque no quiero andar por las nubes- de conexiones indebidas entre el interés público y el interés particular, sin nombrar a nadie, que, por lo menos, debe llamar la atención del Congreso Nacional y de esta Sala.
Señor Presidente, creo que hay muchos asuntos pendientes. Hablamos de modernización del Estado, de transparencia en la gestión de los negocios públicos y de responsabilidad en la administración de éstos.
En la mañana advertí el dramatismo con que se desarrollaban escenarios de conflicto y de peligro para la democracia entre los distintos Poderes del Estado. A la larga, la institucionalidad ha funcionado y hay mecanismos de solución. Es en este tema, sobre modernización del Estado, transparencia administrativa, conexiones indebidas y probidad administrativa, donde el país nos está requiriendo soluciones. Yo estoy dispuesto a abordarlas y los invito a todos, con mucho respeto y franqueza, a iniciar ese camino.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Tohá.
El señor TOHA.-
Señor Presidente, como una contribución a la iniciativa compartida por todos los parlamentarios presentes, los Diputados de la bancada socialista queremos expresar nuestro pensamiento sobre la imperiosa necesidad de preservar y fomentar la virtud de la probidad.
Para que la probidad esté presente en las actividades públicas, es esencial anteponer los grandes intereses nacionales y la búsqueda del bien común por sobre los intereses personales, de grupos o partidistas.
Al respecto, los chilenos tenemos un legado histórico inapreciable: la generalizada actitud de servicio, honestidad y rectitud que ha caracterizado la gestión pública y el quehacer político de nuestra democracia.
El tema que hoy concentra nuestra atención es de carácter moral y tiene gran trascendencia en el campo social y político.
Los acuerdos que tomemos, y su eficacia, dependerán de la altura de miras, seriedad, responsabilidad y objetividad con que abordemos esta delicada materia, por lo que debemos privilegiar el interés nacional por sobre la tentación de alcanzar ventajas políticas ocasionales, anticipando juicios antojadizos o adoptando la miope y fácil actitud de aprovechar situaciones coyunturales que buscan un protagonismo liviano, perdiendo así la visión amplia y profunda de un tema de gran relevancia moral para nuestra convivencia nacional.
La probidad es una de las mejores defensas que tenemos frente al peligro siempre latente de la corrupción.
Creemos que es necesario abrir un gran debate nacional sobre este flagelo, que está minando muchas sociedades en la actualidad, que puede afectar gravemente a las instituciones democráticas, y que está dañando profundamente la vida en varios países del orbe, comprometiendo seriamente la gestión pública, los partidos políticos, las instituciones, las empresas públicas y privadas, etcétera; en suma, que está destruyendo seriamente la vida política y la institucionalidad, dando pruebas fehacientes de ser fruto de una pérdida de valores morales y de motivaciones éticas.
El hecho de que en Chile no exista una corrupción generalizada no significa que no sea un problema que hay que detener a tiempo, ya que existen indicios y casos aislados, por lo cual es imperativo investigar cada denuncia con el mayor celo y con la decidida voluntad de identificar responsabilidades, actuando con la severidad necesaria.
Nuestra voluntad no permite actitudes complacientes que nos señalan que este fenómeno no tiene solución, que es parte de la actividad pública o que es propio de la ley del mercado regularlo. Muy por el contrario, creemos que podemos y debemos controlarlo a la brevedad.
Esta es la posición de los socialistas, ya que consideramos que ella es la única actitud consecuente con los principios que orientan nuestro accionar; a la vez, así interpretamos el sentir mayoritario de la población que espera transparencia y rectitud de los hombres públicos. Representando ese sentimiento, hemos rechazado siempre que se legisle para extinguir responsabilidades políticas o se busque impedir una necesaria fiscalización. No podemos negar que el poder corrompe, en especial cuando no están presentes los mecanismos reguladores propios de una democracia, y que los hombres, por lograrlo o mantenerlo, suelen incurrir en muchos abusos y acciones ilegítimas, e incluso inmorales, hechos de los cuales la historia es pródiga en ejemplos.
El problema de la corrupción, tan antiguo como la historia de la humanidad, siempre está acechando, por lo cual es de extrema urgencia crear los mecanismos de regulación del poder y los códigos éticos de las funciones públicas.
Con relación a lo anterior, el código de conducta para los militantes del Partido Socialista que ejercen cargos de gobierno, enfatiza la estricta observancia del principio de probidad administrativa: una conducta moralmente intachable y una entrega honesta y esmerada al desempeño del cargo. El documento, asimismo, indica que el partido aplicará las máximas sanciones a cualquier funcionario público de sus filas que se encuentre involucrado en alguna manifestación de corrupción. Coincidiendo con lo planteado por el Presidente Frei, el partido ha propuesto concretar una ley marco sobre la Administración Pública antes de que concluya la legislatura ordinaria del Congreso Nacional, reconociendo que las propuestas legislativas presentadas en el período anterior, son base suficiente para abrir el debate de implementar una legislación adecuada y eficaz.
Para los socialistas, el tema de la probidad administrativa y la lucha contra la corrupción son elementos imprescindibles para modernizar y perfeccionar el Estado, lo que se puede lograr a través de una legislación acorde con los valores morales y la conducta ética que debe caracterizar la gestión pública.
Estimamos necesario impulsar las normas adecuadas para tipificar y penalizar el delito de tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito en las funciones públicas. Igualmente, concordamos en la creación de una comisión de ética en nuestra Corporación, con el objeto de abocarse al estudio de estas materias.
Debe tenerse presente que en estos cuatro años de funcionamiento de esta Cámara no ha habido denuncias que afecten a algún parlamentario en relación con la corrupción.
También estamos de acuerdo en dotar a la minoría parlamentaria de los mecanismos necesarios para fiscalizar en forma eficiente, ampliando y facilitando el ejercicio de las facultades actualmente existentes. Sin embargo, también consideramos importante generar normas que impidan que esta función se ejerza en forma arbitraria y no cumpla con sus verdaderos objetivos. Por eso, precisamente para alcanzar estos altos objetivos, propondremos la creación de una Comisión de la Cámara para que, en forma especial, se preocupe de elaborar propuestas al respecto.
Creemos que la ética pública exige separar definitivamente el ejercicio de funciones públicas de los asuntos privados, porque tenemos la convicción de que el aporte público al financiamiento de los partidos políticos evitará el riesgo de la obtención de recursos en forma ilícita o no transparente. Estimamos imprescindible legislar sobre estas materias para generar los mecanismos que normen la función pública, entendiendo también que sólo propiciando una cultura valórica que no dé cabida a los relativismos éticos se podrá prevenir la corrupción y asegurar la probidad en el quehacer público. Debemos desterrar este relativismo que permite ser complaciente con las debilidades propias y, a la vez, rigurosamente drástico con los demás.
Finalmente, deseamos expresar que nuestra posición frente a la corrupción nace de nuestro permanente reconocimiento a los valores humanistas y a los principios democráticos que deben regir nuestro comportamiento público y privado, que son la mejor garantía y freno para los abusos del poder y la legitimación de la inmoralidad en la gestión pública.
La política debe tener mayor exigencia moral que otras actividades, ya que ella implica el bien colectivo, y su contenido ético debe ser la fortaleza granítica de la lucha contra la corrupción, uno de los mayores enemigos de la democracia.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Bombal.
El señor BOMBAL.-
Señor Presidente, este tema debe llevarnos a una reflexión muy profunda acerca de las normas de nuestro ordenamiento jurídico, constitucional y legal, que podría ayudarnos muchísimo a establecer una unidad de criterio nacional en tomo del tema.
Sabido es que nuestro ordenamiento constitucional prescribe que el Estado está al servicio de la persona y que su finalidad es promover el bien común, contribuyendo a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los individuos su desarrollo espiritual y material.
Esta norma contiene un concepto moral muy profundo, un valor en sí que señala comportamientos que la ciudadanía toda debe tener para alcanzar la armonía del cuerpo social. Se señala que para conseguir este objetivo lo hace en forma desconcentrada; y la propia Carta Política distingue entre diversos sectores estatales, como el Congreso Nacional, el Poder Judicial; los órganos autónomos, como el Banco Central, las municipalidades, en fin, y a cada uno les asigna atribuciones y funciones que justamente llevan a que, de alguna forma, el poder establecido en cada uno de ellos detenga el abuso de poder que pueda darse en esas instituciones al consagrar diversas facultades en unos y en otros.
Lo más trascendente en el principio del estado de derecho en Chile, está dado por la juridicidad de las normas, postulado que establece la responsabilidad y el control. Entonces, en la medida en que tengamos un estado de derecho que se gobierne desconcentradamente, en que exista responsabilidad y control, estaremos incorporando conceptos decisivos para hablar de un Estado donde la probidad debe ser un elemento constitutivo.
El principio de la eficiencia y de la oportunidad y el de la unidad y probidad administrativa están consagrados en la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, como consecuencia de nuestro ordenamiento jurídico.
El Estado debe administrarse desconcentradamente, sin hegemonías -de acuerdo con los principios de juridicidad, de responsabilidad, de control-, organizado como república democrática de manera eficiente y oportuna, y con principios de probidad de por medio.
Señor Presidente, creo que las circunstancias que rodean todo nuestro ordenamiento jurídico debieran llevarnos, de alguna forma, a establecer un código de ética que contemple, para todos los funcionarios de la Administración del Estado, un vínculo que obligue a unos y a otros a actuar conforme con normas objetivas claramente establecidas, recogiéndose así todo lo que está disperso en el ordenamiento jurídico, y de esa manera producir un vínculo entre todas las autoridades y todos los gobernados.
Resulta del todo conveniente que, de una vez por todas, se asuma la dictación de un código de ética que sea vinculante para autoridades y funcionarios de la Administración del Estado y, además, para todos quienes ejercen un cargo público, incluidas, desde luego, las funciones jurisdiccional y legislativa. Estamos convencidos de que un cuerpo de esta naturaleza no soluciona por sí solo el problema que nos ocupa; pero es del todo necesario abordar esta materia por los reiterados discursos de modernización del Estado, que obligan a una renovación ética de todos los miembros de una sociedad.
Reconocemos que nuestra actual institucionalidad constitucional posee todos los conceptos necesarios que deben ser desarrollados en un cuerpo normativo de esta naturaleza, como, asimismo, que en el resto de nuestro ordenamiento jurídico existen materias, a nuestro juicio aún incompletas, que podrían ser ordenadas en una codificación de esta índole.
Creemos que ésta es una buena instancia para plantear que, como una forma de resolver los problemas que se han venido produciendo en nuestra sociedad, orientemos nuestra acción, en un debate posterior, a crear un código de ética vinculante entre las autoridades del Estado, y entre éstas y los subordinados, a fin de que, de esa forma, en la Administración del Estado exista claridad y objetividad en las normas que hoy están muy dispersas, pero que codificadas darían mucho más claridad a gobernantes y gobernados.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para conceder la palabra, por un minuto y treinta segundos, a la Honorable Diputada señora Fanny Pollarolo.
Acordado.
Tiene la palabra Su Señoría.
La señora POLLAROLO.-
Señor Presidente, sin duda, se trata de un problema de fondo. Concuerdo con el diagnóstico de que hoy no existe una corrupción generalizada, pero sí el riesgo de que ésta se instale. En consecuencia, es un tema que debemos asumir con total seriedad y con toda la gravedad que reviste; más aún, porque estamos apuntando a un problema de fondo relativo a la confianza de la sociedad respecto de las instituciones y, por lo tanto, a la estabilidad de la democracia.
Se percibe la voluntad del Gobierno y del Parlamento, y hay un estado de ánimo en la opinión pública. Sin embargo, debemos estar conscientes de que existe el riesgo de caer en actitudes que me atrevo a calificar de "gatopardescas", por lo cual tenemos que estar alerta. No podemos ser autocomplacientes, engañamos y pretender que estamos avanzando, cuando efectivamente no es así.
Lo digo porque esta alerta es necesaria en un tema de tanta trascendencia y porque existe valentía, honestidad y actitudes humanas difíciles. Lo que más prestigia a un partido político no es sólo no ocultar, sino ser el primero en dar a conocer y pedir sanción cuando alguno de sus militantes ha caído en una conducta corrupta.
Sólo deseo apuntar a que tomemos conciencia de la profundidad del tema y de la responsabilidad que estamos asumiendo frente al país y al futuro de esta democracia.
Por último, me sumo al planteamiento de que se constituya una comisión que trabaje este tema con profundidad y que haga un aporte a la que hoy está investigando, pues sería la forma de dar confianza al país de que estamos abordando este tema en forma seria.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable Diputada señora Aylwin.
La señora AYLWIN (doña Mariana).-
Señor Presidente, en primer lugar, me alegro del tono positivo de este debate, porque revela que estamos haciendo honor a una tradición de probidad en nuestro país, y que existe acuerdo sobre la seriedad con que debe enfrentarse este tema.
Sin embargo, siento que esto no se compadece con los signos que estamos dando ante la opinión pública. Debemos damos cuenta de que hay una suerte de retroalimentación muy negativa entre el mundo político y los medios de comunicación. Una cosa es ser firmes y tener la voluntad de que nuestra democracia sea transparente -nos costó mucho reconquistar esa transparencia-, pero otra muy distinta es un uso irresponsable de este tema. Por lo mismo, es tan sensible para los chilenos que puede terminar siendo un bumerán, deteriorando la confianza entre nosotros mismos y la gente en la función pública.
Nos costó mucho recuperar la confianza entre los chilenos, y creo que la búsqueda de la publicidad fácil, la descalificación liviana de las personas, el mal uso del lenguaje, son también formas de corromper el sentido ético de la política, y no podemos olvidar que esto terminó destruyendo la política en nuestro país hace unas décadas.
Pienso que estamos dando un signo de que este mundo de lo público es un basural. Y me pregunto, ¿qué joven idealista y competente va a querer estar aquí? ¿Qué profesional o empresario destacado va a desear cumplir una función pública? ¿Quién dentro del aparato estatal, va a querer asumir algún riesgo, hacer cosas novedosas, creativas, si siempre estará bajo sospecha?
No somos jueces. No nos pedirán cuentas por las denuncias más o menos escandalosas que hagamos, ni por los discursos más o menos brillantes que pronunciemos, ni por "las brujas que cacemos". Se nos va a pedir cuentas por las medidas que seamos capaces de implementar para resolver este problema.
Aquí se están proponiendo medidas muy interesantes que debemos ser capaces de concretar en beneficio del país.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Allamand.
El señor ALLAMAND.-
Señor Presidente, nuestra bancada, Renovación Nacional, estima de la mayor importancia el debate nacional que se ha abierto sobre el tema de la corrupción y el interés de esta Honorable Cámara para analizar el fenómeno, como se ha venido haciendo esta mañana, en una perspectiva reflexiva en que no se descienda a la reiteración sistemática de acusaciones y descargos con que, a veces, el tema se aborda.
Asimismo, nos parece que un análisis serio debiera evitar el simplismo de atribuir este flagelo a uno u otro modelo de organización económica, pretendiendo establecer una falsa y única relación de causa y efecto.
Creemos también que el análisis de la corrupción no debe agotarse en la nómina de medidas y opciones necesarias para conjurarla, ni tampoco centrarse únicamente en la denuncia moral.
Nos parece necesario levantar la vista para enfocar el problema en su integridad e intentar apreciar mejor sus letales alcances en diversas dimensiones, ya que, de esta forma, efectuaremos un aporte a la tarea nacional de ponerle oportuno y global atajo.
En tal perspectiva, nos parece que la primera constatación significativa es que, hoy por hoy, la corrupción se alza, ni más ni menos, como la principal amenaza para el sistema democrático.
El mundo, gracias a Dios, vive una etapa de frontal rechazo a los autoritarismos y a los totalitarismos, de fuerte expansión de las libertades y de preocupación progresiva por el respeto de los derechos individuales.
Todos esos elementos configuran una etapa diferente y positiva en la evolución y en el desarrollo de la democracia. A su tumo, el derrumbe de algunos imperialismos ha disminuido la amenaza exógena que, en el pasado, a través de múltiples formas de subversión, afectaron el sistema. Sin embargo, este cuadro no permite concluir que la salud democrática esté inmune a todo peligro endógeno, esto es, proveniente de sus entrañas.
La democracia es el sistema político que mejor responde a la naturaleza del hombre, pero es, a la vez, aquel que exige mayores virtudes cívicas a los gobernantes y gobernados. Por esa simple y contundente razón, una sociedad en que la corrupción se generaliza, tarde o temprano termina cuestionando a fondo la legitimidad misma de su sistema de organización política, con todas las implicancias que ello tiene.
En segundo lugar, no hay que perder de vista que la extensión de las prácticas corruptas degrada la actividad política y desnaturaliza el rol del Estado.
La corrupción ha sido definida, en términos amplios, como la solución perversa de un conflicto de intereses. Surge cuando quien está legal, moral o políticamente obligado a cautelar un determinado interés público, falta a su compromiso y privilegia su interés privado propio o ajeno.
El sentido final de la política es el servicio abnegado del interés público, y, a su vez, el sentido natural de la acción de los gobiernos, cualquiera que sea la forma en que el poder se ejerza, es servir el interés de la sociedad en aras de alcanzar el bien común. Conformé con esa definición, es evidente que la corrupción pervierte el sentido final de la política y desnaturaliza la acción del Estado, la que, en vez de enfocarse al interés legítimo de todos, termina al servicio del interés espurio de unos pocos.
A su vez, esa desnaturalización genera confusiones muy negativas y alimenta una nebulosa en la cual se entremezclan y entran en conflicto el ámbito de lo público y lo privado.
La paradoja expuesta por el Premio Nobel de Economía Gunnar Myrdal refleja lo anterior. Según él, en los países subdesarrollados el sector privado es "estatista", porque aspira siempre a las protecciones y subsidios del Estado, y el sector público muchas veces es "privatista", porque lo anima el espíritu de lucro individual.
No pretendo sostener que la corrupción es un fenómeno que habita sólo en el ámbito de lo público. De hecho existen innumerables prácticas corruptas en el ámbito privado. Sin embargo, ambos fenómenos no son de idéntica entidad ni importancia.
La corrupción que tiene lugar en el sector privado puede ser controlada y castigada por el Estado. ¿Pero cómo?, se pregunta acertadamente un estudioso del tema, el argentino Mariano Brondona. Si los mecanismos del Estado están infiltrados por la corrupción, ¿quién puede controlar o castigar al propio Estado?
Entonces siempre es necesario distinguir entre acto corrupto y estado de corrupción. El primero apunta a una conducta individual y aislada, en tanto que el segundo se refiere a un fenómeno generalizado que se arraiga y virtualmente se institucionaliza a través de múltiples engranajes en el entramado del Estado y en el tejido de la sociedad.
Hay, pues, que diferenciar la corrupción que se genera en el Estado de la corrupción del Estado, asumiendo que la primera es hasta cierto punto inevitable, pero que la segunda debe y puede ser impedida.
El efecto concreto de la extensión de la corrupción es, ni más ni menos, la degradación de la política y la desnaturalización del rol del Estado.
En tercer lugar, es importante apreciar no sólo los aspectos políticos y morales que devienen de la corrupción generalizada o en aumento. Hay que mirar también los efectos sociales y económicos que trae consigo; para ello, nada mejor que el prisma de la actual situación de Chile.
Hoy nuestro país tiene por delante una auspiciosa oportunidad histórica para avanzar resueltamente en la ruta del progreso. Ello se debe no solamente a los activos más evidentes, como el buen pie de la economía. Esta oportunidad también se apoya en la existencia de elementos intangibles, cuya importancia supera la constatación empírica de que el país va a completar una década de crecimiento sostenido o que ha recuperado en plenitud su vida democrática.
En efecto, Chile tiene hoy, quizás como nunca, activos intangibles de gran valor, como la atmósfera de armonía política y estabilidad que hemos construido entre todos; el clima de colaboración entre el sector laboral y empresarial; la inexistencia de conflictos sociales y étnicos explosivos como los que han surgido en México y que se encuentran larvados en otros países de América Central; la falta de proliferación del narcotráfico, pese a su preocupante aumento, y, por cierto, el que la corrupción muestre comparativamente índices y magnitudes muy menores a los de otros países de América Latina.
Señor Presidente, la corrupción no sólo rebaja el clima moral del país: también degrada la política, desnaturaliza y debilita al Estado. Mucho más que eso, frena el flujo de inversiones sanas de origen legítimo y abre la puerta para las inversiones especulativas o de origen sospechoso. Asimismo, aumenta las desigualdades, toda vez que las prácticas corruptas siempre favorecen a algunos privilegiados en desmedro de los ciudadanos comunes y corrientes e, inevitablemente, hace más ineficaz la acción del Estado, ya que éste, en una atmósfera así, desvía y despilfarra cuantiosos recursos.
Es evidente que un combate eficaz contra esta lacra exige actuar en diversos ámbitos, algunos de los cuales se han señalado esta mañana. Es necesario aumentar el poder fiscalizador general de la sociedad; atribuir mayor eficacia punitiva a la acción de la justicia; perfeccionar figuras legales relativas a los delitos que cometan los funcionarios públicos; elaborar un estatuto de probidad administrativa; dictar leyes que reglamenten y otorguen transparencia al financiamiento de los partidos. Por último, hay que avanzar resueltamente en la modernización del Estado.
Un Estado hipertrofiado, por definición, es una estructura proclive a la falta de control. La existencia de innumerables facultades discrecionales en manos de los funcionarios públicos genera una peligrosa zona fronteriza con la arbitrariedad; en general, la falta de transparencia e información es una cobertura eficaz para las acciones de los deshonestos y el despliegue de las presiones ilegítimas.
Por último, dos reflexiones.
La primera, en cuanto al rol de la Honorable Cámara de Diputados. Sin duda, esta Corporación tiene mucho que decir en esta materia, tanto en lo que respecta a los aportes propiamente legislativos como al ejercicio eficaz de sus propias facultades de fiscalización. Sin embargo, si esta Cámara se propone exigir transparencia y un fiel y riguroso cumplimiento de la ley, debe partir por dar el ejemplo en su accionar, ya que, de lo contrario, se cuestionará su autoridad moral para cumplir con tan elevado propósito.
La segunda se relaciona con la necesidad de actuar en la dirección correcta y en forma oportuna. Es efectivo que la corrupción es como un cáncer. Si no se le extirpa a tiempo, se extiende por todo el cuerpo social, gestando una verdadera cultura de la corrupción, en la cual los ciudadanos honestos, a quienes debemos proteger, hastiados de las dificultades y desventajas que implica rechazar prácticas y hábitos que la mayoría asume y de las cuales ésta profita, terminan por sumarse resignadamente a las conductas indebidas. La experiencia enseña que cuando ello ocurre, se cruza un umbral de muy difícil retomo.
Renovación Nacional tiene la certeza de que impedir que tal deseado evento se materialice es una de las principales prioridades de Chile como nación, y desde ya compromete su voluntad política para trabajar a fondo en ese sentido.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Jeame Barrueto.
El señor BARRUETO.-
Señor Presidente, la finalidad de este debate es fijar, en conjunto, lo que llamaría un marco político y los consensos básicos con los cuales vamos a enfrentar este tema, considerado por todos como de primera prioridad.
Por definición y por excelencia, estamos frente a un tema de Estado; es decir, aquí no caben la disputa y el debate con objetivos políticos partidarios menores, donde se trata de sacar ventajas y desacreditar al adversario. Es un punto que nos afecta positiva o negativamente a todos, y directamente al sistema político democrático.
Quienes profesamos una posición y un planteamiento democráticos, debemos estar muy conscientes de que la corrupción puede transformarse, sin más, en el verdadero talón de Aquiles de nuestro sistema democrático y disminuir profundamente la credibilidad y el prestigio de la política. No podemos exagerar las cosas y desprestigiarnos nosotros mismos; pero tampoco podemos tapamos los ojos ante la realidad. Es mucho mejor enfrentarla con transparencia.
En mi concepto, Chile está a tiempo para ello. Formulo esta aseveración con mucha firmeza, porque el diagnóstico de la realidad tiene que eliminar dos opciones extremas. En primer lugar, hoy Chile no es un país corrupto. Esto debemos afirmarlo con toda claridad. Basta mirar otras experiencias y realidades de países latinoamericanos o europeos. En segundo lugar, no debemos caer en la actitud fácil de disminuir o simplificar la gran cantidad de hechos que estamos viendo y los que no se conocen públicamente.
La urgencia de enfrentar este tema no es porque estemos frente a una corrupción generalizada y la política sea una cloaca. Todo lo contrario: es para evitar que esto se generalice. Ese es el gran desafío de esta discusión. Para ello, tenemos reservas importantes en nuestra patria. Todos nos hemos sentido orgullosos de la tradición política chilena; de la tradición de servicio público de los funcionarios de la Administración del Estado; de la honestidad de los políticos chilenos. Pocos se han enriquecido en la política; más bien, muchos se han empobrecido. Debemos tener presente esa reserva moral para enfrentar los desafíos que la modernidad nos plantea.
Se ha dicho en esta Sala -y lo comparto- que la corrupción es la violación del interés público para favorecer el interés privado. Con ella, el bien comían deja de ser el objetivo fundamental de la función pública, que pasa a favorecer tales intereses privados.
¿Qué hecho nos obliga a tener una discusión más de fondo en esta materia, más allá del funcionario corrupto que acepta coimas, que nuestra legislación es capaz de enfrentar? Es la existencia de nuevos factores y fenómenos que generan un problema más profundo.
Los intereses privados -como ya se ha dicho- legítimamente buscan organizarse para influir o afectar políticas públicas en beneficio de sus intereses.
Por otra parte, como los partidos políticos no cuentan con fuentes claras de financiamiento, deben recurrir, de manera confusa, ambigua y poco clara, a la relación con los empresarios para ese efecto. Si a esto agregamos que en los últimos veinte años en nuestro país se han fortalecido muchos valores individualistas -el afán de lucro, la competencia, el ganar por sobre cualquier principio para lograr el éxito-, el problema se agudiza.
Es evidente que como el asunto es más complejo, debemos abordarlo de manera más sistémica y no sólo los casos puntuales o individuales. Sin embargo, sabemos que no se puede resolver únicamente con legislación. El Partido por la Democracia tomó la iniciativa el año pasado. La ex Senadora señora Laura Soto presentó un proyecto en el Senado; el Diputado señor Jorge Schaulsohn lo hizo en la Cámara de Diputados. Además, hemos planteado desde principios de este año nuestra prioridad de trabajar una ley marco de probidad y de transparencia administrativas. Pero estamos muy convencidos -repito- de que con eso no bastará, porque hay otras causas que deben considerarse. Aquí estamos frente a un problema de ética, de ética de la función pública. Estamos frente a un problema muy profundo, que Andrés Allamand lo denunció tiempo atrás, con mucha claridad y valentía, tengo que reconocerlo: la relación del dinero con la política. Si no somos capaces de solucionarlo adecuadamente, este país está condenado a caminar o derechamente al gobierno de los ricos, de los que tienen plata, o a la corrupción.
Por lo menos, hay tres cuestiones que deben acompañar a una legislación sobre la materia.
La primera, el tema propiamente cultural, de ética y política. La política, mientras más se quede sin contenido, sin sentido, sin ideas, sin ideales, y se transforme en una disputa seca y fría por el poder, sólo por el poder tenderá a asemejarse a los negocios y, sin duda, se constituirá en un campo abierto para que intereses menores se apoderen de ella. Por eso, es fundamental un esfuerzo de educación cívica para nuestros niños, para la ciudadanía en general, con el fin de fortalecer los valores morales y cívicos de la actividad pública.
La segunda cuestión es la modernización del Estado. Sabemos que con este Estado de "chatarra", anticuado, tremendamente burocrático, ineficiente, poco transparente, oscuro, todo se facilita, todo se hace más fácil para que la corrupción avance. Un ejemplo de ello son las magras remuneraciones de los funcionarios públicos.
La tercera cuestión radica en que esta discusión ha de ligarse necesariamente al tema del financiamiento de la actividad pública, de los partidos o de las campañas políticas. Chile debe tomar una opción consciente en este sentido. Si se quiere dignificar la función pública para que sea efectivamente de servicio público, de servicio a la gente y no para servirse de ella, el país tiene que asumir los costos de eso, optar y decidir si está dispuesto o no a financiar su sistema político.
Estas tres cuestiones son fundamentales para resolver el tema que enfrentamos; pero, además, necesitamos una legislación adecuada. Por ello, insistimos en nuestra idea de una ley marco de probidad y de transparencia administrativas. Como sería muy importante -si no es hoy, en los próximos días- acelerar el despacho de una legislación, estimo fundamental crear una comisión o instancia, que puede ser nacional o sólo parlamentaria, entre el Gobierno y la Oposición, para diseñar prontamente las ideas planteadas por todos nosotros.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Orpis.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, inicio esta intervención haciendo mía una reflexión del Diputado señor Tohá, quien ha señalado que somos muy complacientes con nuestras propias debilidades y muy exigentes con las de otros. Él ha planteado un tema de enorme profundidad, porque muchas de las cosas sobre las cuales hoy estamos conversando en esta Honorable Cámara, se han formulado antes. Ahora la Honorable Cámara está tratando este tema porque, ante ciertos hechos que han conmovido a la opinión pública, se ha decidido a abordarlo. Por lo tanto, espero que en esta sesión elaboremos una conclusión distinta: que seamos exigentes con nuestras propias debilidades.
¿Por qué digo esto? Porque el Diputado señor Allamand ha reflexionado sobre el tema de la transparencia de esta Cámara, del Parlamento, y resulta que desde hace más de dos años se viene planteando en forma permanente, pero no ha existido voluntad política para asumirlo. Se han diseñado distintas iniciativas. Desde 1990 o 1991 se han formulado más de 150 indicaciones al Reglamento. Faltó voluntad política para aceptar esa realidad.
Se ha planteado que éste es un tema integral. Concuerdo con ello, pero no porque tenga ese carácter no vamos a fijar ciertas prioridades muy importantes. Se ha hablado, entre otras cosas, del aspecto punitivo y del preventivo, del ámbito público y del privado, y de mejorar los sistemas de fiscalización.
Señor Presidente, aceptando que éste es un ámbito integral, me gustaría destacar algunos temas que no se han abordado en forma específica en este debate. Quiero enfatizar los aspectos preventivos. Aquí se ha hablado de modernización del Estado, en circunstancias de que hace más de dos años que se han presentado iniciativas sobre esa materia.
Lo que no se ha tocado es la corrupción dormida. Me referiré específicamente a la burocracia. Me correspondió, junto con otros parlamentarios, realizar un estudio sobre ese tema, oportunamente presentado al Ministro de Economía e, incluso, al Presidente de la República. Entre otras cosas, consignaba que para que una persona inicie una pequeña actividad empresarial necesita realizar 84 trámites, llenar más de 20 formularios, y presentar cinco o seis veces el mismo documento en distintas reparticiones. Sólo el costo en papeleo para montar una pequeña empresa alcanza a quinientos o seiscientos mil pesos.
Hace más de dos años se presentaron iniciativas legales destinadas a modificar la Ley sobre Bases Generales de Administración del Estado. Esos proyectos duermen en el Parlamento; eso no debe ocurrir. No puede ser que asumamos estos temas sólo cuando las conciencias son remecidas por ciertos hechos con carácter de escándalo público. La obligación de un legislador es adelantarse a esos hechos, porque, de lo contrario, la propia institución es cuestionada. Hay que tratar de evitar que quienes ejercen el servicio público sean cuestionados, y para ello no hay que asumir el tema sólo en estas circunstancias.
Por eso, deseo expresar mi anhelo de que exista verdadera voluntad política para afrontar el tema con prioridad, y que no sólo nos quedemos en los discursos. Debemos ser capaces de efectuar un estudio integral, de fijar ciertas prioridades a los temas más urgentes e, incluso, de revitalizar ciertas iniciativas presentadas con mucha antelación.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable Diputado señor Luksic.
El señor LUKSIC.-
Señor Presidente, en el marco del debate de esta mañana quiero aportar algunas reflexiones que puedan desembocar en una proposición legislativa al Ejecutivo.
Soy un convencido de que el fenómeno de la corrupción de la función pública en nuestro país no es una práctica recurrente ni menos alarmante, ni ahora ni en el pasado. Si nos parangonáramos con otros países, se observaría que estamos muy lejos del verdadero drama que ellos viven en esta materia. Pero tal actitud no nos debe inhibir en el empeño a que felizmente están abocadas esta Cámara y otras autoridades públicas.
Quiero acotar el contexto de este debate. Según mi parecer, nuestro objetivo debe consistir en fortalecer la función pública y el estado de derecho. Soy de los que creen que el sistema democrático y el respeto a aquél son pilares básicos de nuestra historia republicana y una herencia de nuestra cultura cristiano-occidental.
La democracia tiene como gran justificación la debilidad del ser humano en su intento permanente de hacer el bien; pero variadas circunstancias a veces lo llevan a actuar mal.
Este es el sustrato ético que conlleva toda actividad humana, en especial la política. Ya nos dijeron los griegos, cuando inventaron la democracia, que la política también es una virtud ética.
De acuerdo con esta máxima fundamental, la democracia se nutre de un completo sistema de control y fiscalización, dirigido principalmente a quienes cumplen actividades en la Administración del Estado u ostentan cargos de representación popular.
Por las razones aducidas, considero que el fenómeno de la corrupción puede afectar y corroer los cimientos de nuestra democracia, la cual se basa en la probidad administrativa, la confianza y la transparencia de los actos de sus representantes. De allí que su discusión deba estar a nivel de Estado. Por ello, es menester evitar el aprovechamiento demagógico e irresponsable que dé pábulo a actitudes farisaicas y de exhibicionismo personal.
Nuestros representados nos exigen transparencia y capacidad fiscalizadora; pero también nos piden responsabilidad y austeridad en nuestros dichos y denuncias.
Por ello y en la idea de avanzar en el perfeccionamiento de nuestro sistema democrático, sugiero algunas proposiciones destinadas a mejorar nuestro sistema de control y fiscalización de la función pública, y otras dirigidas a hacer más transparente la actividad de las autoridades y de los entes de representación popular.
En cuanto al mejoramiento de los sistemas de control y fiscalización, propongo, como ya lo manifestó el Diputado señor Martínez, don Gutenberg, reforzar la calidad de control de cuentas de la Contraloría General de la República, de manera que realice una tarea más eficiente y eficaz.
En ese sentido, es urgente su modernización, en razón de su calidad de organismo contralor de las cuentas nacionales.
Un aspecto fundamental es que a nuestra ciudadanía, a veces recurrentemente, la relación con la actividad estatal —concretamente con los servicios públicos- le resulta burocrática, y en algunos casos abusiva, por lo que considero conveniente la creación de un defensor del pueblo, entidad de gran trascendencia en otros países. Es una buena forma de recibir las denuncias de los administrados, y también de hacerlas públicas.
En cuanto a la transparencia y publicidad de la actividad de las autoridades de representación popular, estimo de gran urgencia regular lo que se ha denominado "tráfico de influencias" en la acción legislativa, que también se llama "lobby" o "cabildeo".
Comparto y defiendo el interés de los grupos de presión por influir en determinados proyectos de ley de su incumbencia. Entiendo que los señores parlamentarios, y me cuento entre ellos, precisan de mayor y mejor información sobre las materias, muchas veces técnicas, sometidas al trámite legislativo. Sin embargo, en virtud de la transparencia y del juego limpio, es preciso regular y ordenar estos grupos de presión, ya que, de lo contrario, siempre habrá una sombra de sospecha en la tramitación de algunas leyes que interesan en forma legítima a estos grupos.
En este aspecto, hay una nutrida normativa y mucha práctica en el derecho comparado. Además, existe una iniciativa del señor Presidente respecto de esta materia.
En esta misma línea, me referiré al financiamiento público de los partidos políticos, tema que, a mi parecer, no ha sido correctamente enfrentado.
La realidad nos dice que ellos necesitan recursos para su financiamiento. Por otra parte, los partidos políticos son entes insustituibles en un sistema democrático sano, y éste precisa de partidos fuertes y autónomos de cualquier influencia externa. En este sentido, sería conveniente regular el financiamiento de los partidos políticos para su funcionamiento permanente, como también para las campañas electorales.
Sugiero un debate sin prejuicios sobre este gran y trascendente tema.
Para terminar, alerto a la Honorable Cámara sobre dos problemas que podrían pervertir o desviar el buen destino de este debate.
El primero dice relación con lo que un doctrinalista denomina "la ilusión del jurista o del legislador", que es creer que todos estos fenómenos, como la corrupción, se resuelven a través de perfectas y justas leyes.
En este sentido, cabe advertir sobre la importancia de un compromiso personal y dar el ejemplo, en este caso concreto, en la Cámara de Diputados. El país necesita saber los gastos de administración que tiene la Corporación; como, asimismo, conocer los procedimientos que utiliza en sus trámites legislativos.
El segundo problema radica en una suerte de fariseísmo o "caza de brujas", que en vez de cooperar en el fortalecimiento de nuestro sistema democrático, lo perjudica, como es aprovechar este debate para fines ideológicos, disminuir el rol del Estado o, simplemente, desprestigiar a la clase política y a nuestro sistema democrático.
He dicho.
El señor SCHAULSOHN (Presidente).-
En nombre de la Mesa de la Cámara de Diputados, expreso que nos congratulamos por el excelente debate que hemos tenido en esta nueva modalidad de la hora de Incidentes.
Varios Comités han formulado la petición de insertar en el Boletín de Sesiones las intervenciones que se hubiesen hecho en Incidentes de no tener este procedimiento especial, y de despachar los oficios que se hubieran solicitado.
Si le parece a la Sala, se procederá de ese modo.
Acordado.
El discurso a que se refiere el acuerdo anterior es el siguiente:
2. RETENCION DE CAMIONES CHILENOS EN ARGENTINA. Oficios.
El señor RODRIGUEZ.-
Señor Presidente, en días pasados, cerca de 20 camiones chilenos, cargados principalmente con nectarines y carozos, fueron retenidos en Argentina, a fin de ser sometidos a controles adicionales por parte de las autoridades de dicho país. Las razones aducidas: haberse encontrado insectos vivos en los embarques.
Sobre el particular, deseo agregar que, con anterioridad, las autoridades argentinas ya habían adoptado decisiones similares. Tal es el caso de la devolución de camiones cargados con ajos y cebollas desde el paso Punta de Vacas, hecho ocurrido a principios del año recién pasado y que fuera denunciado en esta Cámara por el parlamentario interviniente (sesión del 15 de abril).
Sin lugar a dudas, estos hechos deben hacemos reaccionar en forma urgente, ya que ello puede llegar a constituir un grave precedente futuro, lo que podría ocasionar serias pérdidas al país y agravar mucho más aún la ya deteriorada situación que afecta al sector agrícola nacional.
La actitud asumida por las autoridades trasandinas, según explicara a través de la prensa el Director de Política Económica Exterior de nuestro país, no es adecuada ya que, de acuerdo a los convenios sanitarios suscritos entre ambos países, para devolver los envíos el insecto debe ser previamente identificado, hecho que no ha ocurrido.
Lo anterior estaría dando como señal que la detención de embarques no ha sido por razones sanitarias, sino, más bien, por el deseo de entrabar la llegada de exportaciones frutícolas nacionales.
Hechos como el descrito, más la reciente retención de exportaciones chilenas en el puerto de Manzanillo, en México, son percibidos por la comunidad nacional como claras manifestaciones de un proteccionismo encubierto, especialmente en el caso de la situación producida en Argentina, puesto que implican una violación flagrante de los acuerdos bilaterales suscritos para facilitar los procesos de integración y cooperación económica.
De allí que se hace necesario, no sólo que nuestras actuales autoridades de agricultura y Relaciones Exteriores eleven su más enérgica protesta por los hechos acaecidos, sino que, además, efectúen una revisión objetiva del Acuerdo de Complementación Económica suscrito con el país trasandino, de manera tal de precaver que en un futuro próximo puedan volver a repetirse hechos como el que ahora lamentamos y que no permiten un adecuado y equitativo desarrollo del proceso de integración de las economías de ambos países.
En razón de lo anterior, vengo en solicitar que se despachen los siguientes oficios:
Al señor Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, a fin de solicitarle una pronta y enérgica reclamación ante el Gobierno argentino, frente a la violación del Acuerdo de Complementación Económica suscrito con ese país y la adopción de medidas conducentes a efectuar una revisión del mencionado convenio.
Al señor Ministro de Agricultura, a fin de que, en esa instancia, también se revisen en forma objetiva y seria los convenios bilaterales de complementación económica.
He dicho.
Por haberse cumplido con el objetivo de la sesión, se levanta.
Se levantó la sesión a las 14.15.
JORGE VERDUGO NARANJO
Jefe de la Redacción de Sesiones.